por la primera generación de

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Liliana Cichón - Técnico INTA
lcichon@correo.inta.gov.ar
Darío Fernández - Técnico INTA
dfernandez@correo.inta.gov.ar
Evaluación del daño producido
por la primera generación de
carpocapsa
sanidad
Este monitoreo es
necesario para
controlar lo realizado
hasta el momento y
definir los pasos a
seguir hasta la cosecha.
El período adecuado
para efectuarlo es a
mediados de diciembre
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La carpocapsa inverna como larva completamente desarrollada en la corteza de los árboles frutales, las resquebrajaduras de troncos y ramas, en
puntales, bins, e incluso -aunque en mucha
menor proporción- en el suelo, entre la hojarasca.
A fines de agosto y principios de septiembre, con
los primeros calores, las larvas reanudan su
desarrollo para convertirse en crisálidas (pupas)
y posteriormente en adultos.
Estas primeras larvas comienzan a emerger a los
250 ºD; nunca antes. A partir de ese momento los
nacimientos se incrementan hasta hacerse máximos entre mediados y fines de noviembre (400 a
650 ºD), para luego declinar. En los casos en que
la densidad de la plaga es elevada, el período de
riesgo de daño se prolonga desde mediados de
octubre a mediados de diciembre (55 a 60 días).
Los primeros adultos aparecen en la primavera, a
partir de los 70-90 ºD, coincidiendo con la floración de la cultivar Red Delicious. El vuelo de adultos se prolonga hasta principios de diciembre,
cubriendo un período total de casi tres meses
durante el cual se produce la postura de huevos
que da origen a las larvas de la primera generación del año.
Monitoreo
Durante la primera quincena de diciembre finaliza el nacimiento de larvas de la primera generación de carpocapsa. De allí en adelante es posible llevar a cabo la evaluación de daño para
determinar la eficacia de las tareas de control
efectuadas desde los 250 ºD. Este dato es de
vital importancia no solo para evaluar lo realizado hasta el momento, sino también para definir
los pasos a seguir hasta la cosecha y aun posteriormente a esta.
Para realizar el monitoreo se recomienda observar un mínimo de 500 frutos por hectárea repar-
generación de carpocapsa es inferior al 0,2%,
esto significa que no se encuentra ningún fruto
dañado al observar 500 unidades por hectárea.
En este caso se podrá continuar con las tareas
habituales de control, decidiendo el momento de
aplicación de los agroquímicos en función de las
capturas de adultos registradas en trampas de
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tidos entre 10 a 15 árboles, según la densidad de
plantación. La búsqueda del daño debe estar
dirigida hacia las zonas más altas de los frutales
y donde existan grupos de frutos mal raleados
(pelotones) o en lugares de difícil acceso para la
pulverización. Es muy importante comprender
que en este momento de la temporada el porcentaje de daño puede ser muy bajo pero, si existe,
es fundamental que se lo encuentre.
Si el nivel de daño es subestimado y no se toman
las medidas correctivas adecuadas, el problema
se incrementará dramáticamente conforme se
acerque la fecha de cosecha de cada cultivar. En
este sentido, se tendrán bajos porcentajes de
daño en pera William's, medios en Packhams y
altos a muy altos en Red Delicious y Granny Smith.
> Si el porcentaje de daño al finalizar la primera
feromona y de los muestreos sucesivos de frutos.
> Si los porcentajes de daño son superiores a
0,2%, es decir que se encuentran uno o dos frutos dañados, es indispensable detectar y corregir
las fallas en el control y continuar con las aplicaciones de insecticidas hasta el final de la temporada, para poder llegar al momento de la cosecha
de cada cultivar con valores de daño aceptables.
> Si el porcentaje de daño es superior al 0,5%,
esto significa encontrar tres o más daños en la
muestra de 500 frutos. Además de seguir con las
aplicaciones de agroquímicos hasta el final de la
temporada, se recomienda tomar medidas más
extremas, como realizar un raleo y eliminación
de frutos dañados y colocar fajas de cartón corrugado, entre otras.
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Fruticultura&Diversificación
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