DESPERSONALIZACION EN RELACION CON LA EROTIZACION DEL PENSAMIENTO (*) por C. P. Oberndorf (Nuev •• York) Es un postulado aceptado en la teoría psicoanalítica, el de que la libido puede no solamente desplazarse a determinados órganos del cuerpo, sino que también puede investir a la función psíquica. Esto permite convertir el proceso del pensamiento en un fin placentero o recreación, que eventualmente da lugar a la erotización de la actividad de pensar. Cualquier placer que comúnmente obtenemos del pensar se debe más frecuentemente al contenido del pensamiento que al proceso mismo de pensar. En la erotización del pensamiento, como en el caso en que órganos físicos no sexuales están investidos en exceso con libido sexual, se produce interferencia con la función normal. Esto se manifiesta específicamente por inhibición general o particular en el pensar. Nunberg [1] menciona que además de ese desplazamiento total, la erotización puede estar confinada a impulsos' parciales aislados, tales como el anal, haciendo a este mecanismo . responsable de la tartamudez. Me he dado cuenta de que en ciertos estados mentales confusos vinculados a aquellos que se agrupan bajo el término de despersonalización, una erotización del pensamiento es un precursor frecuente de tal fenómeno. En estos individuos persistió una mezcla de tendencias mentales "masculinas" y "femeninas" hasta el momento en que se presentaron los sentimientos de irrealidad, dotados al parecer de una significación etiológica de(*) Ampliación de un trabajo leído ante una sesión plena de la American Psychiatric and American Psychoanalytic Associations en Boston, en mayo 31 de 1933. Un cuadro que ilustraba el trabajo se publicó en Transactions of tbe American Neurological Association, 1934. Reproducido y traducido por gentileza de "The International Journal oí Psycho-Analysis", vol. XV, Partes 2 y 3, pp. 271-295, abriljulio de 1934. 148 C. P. OBERNDORF finida. El pensar siguió a menudo el patrón de pensamiento del progenitor del sexo opuesto. El patrón de pensamiento de ese progenitor no necesita ser necesariamente del tipo que caracterizaré más adelante como "masculino" o "femenino". Pero el niño identifica el tipo de pensamiento con el sexo del progenitor. Si bien es cierto que tipos puros de pensamiento masculino o femenino son raros y no pueden separarse siempre del "sentimiento", coincide habitualmente una preponderancia de tipo con el sexo fisiológico. Abrupta o gradualmente aprecia el paciente que su pensamiento es incompatible con el tipo de pensamiento considerado como normal para su sexo. Cuando el choque entre los patrones de pensamiento masculino y femenino llega a ser agudo, se reprimen los componentes del pensamiento del tipo incompatible con el sexo del sujeto, dando lugar, por lo tanto, a que surja en el paciente el sentimiento de que es irreal o de que no es él mismo. Además del tipo innato de pensamiento característico de su sexo, el niño puede adquirir un patrón sexual de pensamiento a través de la identificación con el progenitor del .sexo opuesto. La presencia de un contraste marcado en las dotes intelectuales de los padres parece favorecer una. identificación más intensa en el "tipo de pensamiento" con el uno o el otro. Esta identificación se incorpora al superyó, dando al del niño un molde del sexo del padre pensador. La tendencia a la despersonalización es favorecida cuando la erotización del pensamiento sigue una imagen del progenitor del sexo opuesto. Como una vía de acceso a esta tesis trataré de mostrar las interrelaciones de la represión sexual y el interés intelectual, el grado hasta el cual la erotización del pensamiento puede progresar, los resultados del conflicto entre los patrones sexuales de pensamiento y la actividad física, y cómo las reacciones de despersonalización pueden seguir a tal conflicto. Una concepción popular común disocia la intensa aplicación intelectual del interés por el sexo. "El hombre raramente sigue a muchachas que llevan anteojos; pero alfileres de gancho y cu- . nas esperan a la muchacha que fascina", dice Ogden Nash. En DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 149 las familias donde se tiene en alta estima la escolaridad y donde el remilgo es la actitud aprobada, los niños desplazan y subliman sus intereses sexuales a objetivos mentales. U na transacción ideal para tales niños está dada por la gratificación de la curiosidad sexual mediante el estudio diligente de los tópicos sexuales en el diccionario, las enciclopedias y la Biblia. Estos libros, aprobados, suministran una excusa segura para encubrir la verdadera naturaleza de su interés y para evitar toda interferencia en sus prácticas. Tentativas de sublimación en la escolaridad son siempre prácticamente incompletas, pero Sterba [2] ha registrado el caso en el que una precocidad extraordinaria y un aprendizaje compulsivo en un niño de cinco años y un mes, estaban estrechamente asociados con temores de castración por el temprano interés sexual que sentía. Este caso presenta también importancia desde el punto de vista de la tesis general de este trabajo, por cuanto el pensar representaba para él irrealidad, pues tan pronto como mencionaba objetos y actos por su nombre, se tornaban reales y amenazadores. Una asociación temprana entre intelectualidad y sexo se puso de manifiesto en un paciente cuyo síntoma cardinal eran ataques que simulaban narcolepsia. Desde la edad de nueve años juzgaba el nivel de la inteligencia de una mujer por la posición de sus pechos en su busto. A las mujeres con pechos muy altos las consideraba cultivadas, y a aquellas que tenían pechos bajos, no inteligentes. Trataba de persuadirse de que su interés por los pechos 10 preocupaba sólo como un método para juzgar rápidamente la cualidad de la mente de la mujer. Su origen se basaba en la observación muy temprana de que los pechos de su madre eran altos. Había sido ésta una maestra de escuela cuyas dotes intelectuales ensalzaban a menudo los otros miembros de esta familia, perteneciente a la clase media. Con tal característica de su madre, contrastaban los pechos bajos, pendulosos, de las mujeres hotentotes no civilizadas, que observó en una geografía del colegio. Tendencias menos extremas que correlacionen intelectualidad con sexualidad son tan frecuentes, que no necesitan mencionarse aquí. 150 C. P. OBERNDORF En"nuestro estado cultural premiamos habitualmente laescolaridad y condenamos actividades manifiestas, comenzando por las funciones excretorias, relacionadas con el sexo. Esto a su vez asocia la idea de bondad con el pensar y de relativa maldad, con llevar a la ejecución la fantasía sexual. Aun "pensar mal" no es tan malo o peligroso. El niño percibe cierta seguridad si se limita a "pensar mal", puesto que puede ser considerado bueno; pero, en cambio, si actúa, puede ser castigado. Comparado con la incuestionable realidad de la acción, el pensar tiene una cualidad de irrealidad. Cuando el interés por el sexo es reemplazado o suplantado por el pensamiento, el niño puede recurrir a pensar per se como algo placentero y satisfactorio. Cuando aumenta en edad, su pensamiento es apto para orientarse hacia las abstracciones. En tales personas, la mera percepción de una nueva idea puede producir eventualmente un estremecimiento comparable a la realización de algo sexual por una persona término medio. Por otra parte, pueden condenarse a sí mismos por un error al juzgarse con un sentimiento de culpa habitualmente reservado para un desliz moral grave. Desde luego que la erotización del pensamiento no es el pensar cosas eróticas. Se concibe que aquellas personas que están preocupadas por fantasías sexuales pueden obtener del pensar un placer no habitual, así como también del contenido erótico del pensamiento. Casi siempre, cuando el niño se pone a pensar como finalidad es por causa de una intensa reacción por la privación de amor por parte de uno o ambos padres (fase preedí pica o en el nivel edípico) , lo que es una herida para el narcisismo del niño. Algunos de estos niños están dotados con mentes excelentes, lo que puede facilitar el desplazamiento del interés sexual a la actividad intelectual. La extraordinaria erotización del pensar puede conducir eventualmente a ahogar el pensamiento -restringe la esfera de acción del proceso del pensamiento y retarda su rapidez y utilidad- lo que es análogo al efecto de obstaculización producido por el estado de excesivo desarrollo muscular conocido como miotonía muscular. El resultado es comparable DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 151 al efecto de ahogo sobre el crecimiento y desarrollo de un niño producido por la excesiva investidura con amor por parte de la madre. En un caso extremo de este tipo, .la esfera de acción del pensamiento de la paciente llegó a ser tan restringida, que no podía tener más que una sola percepción por vez y sólo muy lentamente. La cantidad de pensamientos que realmente registró durante un día se redujo por 10 tanto a un número ridículamente pequeño. En una paciente de treinta y seis años de edad, que a menudo llegaba a la hora analítica en estado de depresión, fué muy evidente el hecho de que la discusión de algunos tópicos abstractos calmaba su depresión y la alegraba casi con la precisión de una droga estimulante. Investigando esta tendencia se encontró que, años atrás, se enorgullecía obteniendo buenas notas en el colegio y que trataba valerosamente de ganar favor en la casa siendo una alumna modelo. Constituía una tentativa de recuperar el amor de su madre después del nacimiento de dos hermanas más jóvenes. Algún tiempo después, el leer le producía más y más solaz, y esto fué fomentado por un defecto físico que prácticamente impidió que tuviera contacto con hombres. Se tornó presumida y elegante como compensación frente a un sentimiento de inseguridad e insuficiencia. A la edad de diecisiete años intentó conscientemente suplir con ejercicios intelectuales todas las satisfacciones derivadas de las actividades normales, pero aquéllas nunca satisficieron por completo sus necesidades. Sin embargo, gradualmente comenzó a deleitarse con ideas, estimulación derivada del pensar, y nuevamente tuvo la experiencia de ser capaz de calmar su propia tensión y dificultad mental concentrándose sobre algún problema intelectual. Podría agregar que el interés intelectual de la paciente por el psicoanálisis sirvió como un muy marcado handicap en contra de la terapia efectiva. Un ejemplo extremo de la asociación de la erotización del pensamiento y la identificación de un paciente con el tipo materno de intelectualidad, es el siguiente: un hombre, de treinta y ocho años de edad, nos fué remitido principalmente por causa de una 152 c. P. OBERNDORF vacilación neurótica referente al cambio de su profesión, de trabajo literario a corredor de bolsa. Era el único hijo de una madre dominante, ingeniosa, y de un padre despreciable y negligente. En la época del análisis, aunque estaba casado desde hacía cuatro años, todavía mantenía diariamente correspondencia con la madre. Cuando niño, su precocidad intelectual atrajo sobre él en forma muy acentuada la atención y los elogios de su madre. Su escolaridad fué considerada por la familia como poco menos que-extraordinaria y en la época del análisis alardeaba de sus tempranos éxitos escolares. También sobreestimaba su moderado éxito en el mundo literario. Se había graduado en el colegio a una edad relativamente temprana y había obtenido una posición respetada en sus empeños literarios. Repetía que tenía "una pequeña gran cabeza", pero especialmente "una pequeña gran cabeza roja". El color del cabello del paciente era marrón arena, pero siempre se refería a él como rojo. Cuando estaba agitado caminaba por la habitación frotándose vigorosamente el occipucio y lo hacía tan a menudo que tenía una zona calva en ese sitio. Era extremadamente irregular en su trabajo literario y en los períodos de ocio se entregaba a resolver intrincados cálculos matemáticos, tarea que se imponía a sí mismo [3]. El paciente había sido precoz en su actividad sexual, como también en sus realizaciones intelectuales. Muy temprano en la infancia, su madre lo descubrió mientras se masturbaba y lo reprimió severamente por jugar con su "cosita roja". La "cabecita roja" de abajo fué condenada tan constante y vigorosamente como era ensalzada la "cabecita roja" de arriba. Las tentativas para suprimir la actividad autoerótica dieron como resultado el incremento de la actividad intelectual. Cuando posteriormente en la vida fracasó en la adaptación héterosexual, todo su esfuerzo se centró en la "cabeza roja" de arriba. La lucha con la actividad física llegó a ser crecientemente difícil, con un desplazamiento proporcionado hacia la concentración en sus estudios del colegio. Ahí 'comenzó a trabajar en sus problemas matemáticos. Consistían principalmente en calcular los balances de corporaciones imaginarias o los resultados finales de certáme- DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 153 nes de carreras intercolegiales imaginarias. Cuando había resuelto con éxito estos cálculos cuya solución se había impuesto . a sí mismo (y que a menudo le tomaban una hora o dos), notaba una erección y una pequeña emisión. De esta manera, la actividad intelectual emprendida intencionalmente para impedir la gratificación física, producía en realidad respuesta física. La posibilidad de la erotización del pensamiento a lo largo de líneas distintamente femeninas o masculinas fué aludida casualmente por Fenichel [4]. A este postulado lo corrobora una concepción popular, según la cual el pensamiento y el pensar, así como las características físicas, pueden dividirse, por lo menos groseramente, de acuerdo con las categorías del sexo. En general la claridad, lógica, desapasionamiento, persistencia e ilación son considerados como características del pensar masculino. Las conclusiones rápidas basadas sobre percepciones nunca formuladas completamente, la variabilidad, inconsistencia y mutabilidad, se las considera como femeninas. Esta tosca clasificación entre tipos de pensamiento masculino y femenino se evidencia temprano en la vida de las personas. La mayoría se ofende cuando se la considera mentalmente como fuera de lo común en lo que respecta a su manera de pensar, es decir, por no concordar con las características reputadas como término medio para su Sexo y para una edad dada. Las anomalías en la madurez mental no son más desagradables para las personas que las desviaciones del tipo de pensamiento considerado corrientemente como normal para el propio sexo. En nuestro sistema de cultura, construído sobre ideales masculinos, la meta de competir con el varón en el pensamiento es una ambición común entre las niñas, especialmente en instituciones educacionales mixtas. No obstante, una mujer raramente considera lisonjera la observación de que posee una mente masculina, si conscientemente no desea rivalizar con el hombre desde el punto de vista intelectual. Si se le llama la atención a una persona, especialmente a un hombre, en el sentido de que su mente parece poseer preponderantemente las características del sexo opuesto, es probable que ello le cause turbación. Cuando le pregunté a una paciente por qué no llevaba su llave 154 C. P. OBERNDORF "Phi Beta Kappa" (emblema de una honrosa fraternidad escolástica americana), se indignó. Sostenía que en realidad solamente los hombres tenían derecho a esta distinción, porque el pensamiento era una actividad masculina, y que ella no se proponía arriesgar sus posibilidades con los hombres "llamando la atención sobre su mente con una llave" (llave-símbolo fálico). Fenichel [5] también afirma que «el fenómeno de despersonalización pertenece en cierto sentido al dominio de la erotización del pensamiento. Depende de las inhibiciones más extremas de ciertas emociones y otras percepciones intrapsiquicas." Aparte de su asociación con la erotización del pensamiento, el problema de la despersonalización ha sido enlazado frecuentemente con fenómenos relacionados con el pensar, tales como sentimientos de déja vu, bloqueo del pensamiento, actuación como si se estuviera en un sueño, imágenes hipnagógicas, etc. Los sentimientos de la irrealidad del mundo exterior o de uno mismo -cuando dominan el cuadro mental completo que presenta el paciente- sugieren el término despersonalización como descriptivo del estado. En otras situaciones, tales como en el caso que presento con algún detalle, el aislamiento en que se encuentran entre sí ambas partes de la mente es un trastorno más concreto y tal vez más obstinado y serio que algunos de los estados inc1uídos bajo el concepto más amplio de despersonalización. Los sentimientos de irrealidad se presentan fugazmente en individuos normales y constituyen un trastorno notable en los estados esquizofrénicos. Federn [6] llega a afirmar que todas las neurosis y psicosis están precedidas por trastornos del yo en forma de alienación, pero en la mayoría de los casos este síntoma desaparece cuando la neurosis o psicosis se establece completamente. Nunberg [7] considera que la despersonalización es el resultado del retiro de la libido conectada con la pérdida de un objeto libidinoso importante, acarreando esta pérdida una herida narcisística del yo. Schilder [8] destaca en estos pacientes el retiro activo de libido de sus propias experiencias, de sus personalidades y de su ambiente y su unión, por 10 menos parcialmente, a una tendencia DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 155 escrutadora. Sadger [9] considera la despersonalización como una forma de castración psíquica. Uno de los casos de Federn [10] era el de un paciente que sufría despersonalización sólo cuando era pasivamente homosexual, pero que mantenía un buen contacto de objeto cuando era activamente héterosexual o activamente homosexual. Rigall [11] refiere una situación similar en la que un paciente que sufría de fugas, dramatizó un estado inconsciente en su fuga y desarrolló un desdoblamiento de la personalidad. Rigall atribuyó el cambio en la personalidad al vínculo homosexual reprimido del paciente con su hermano ya sus obligaciones héterosexuales conscientes para con su mujer. Varios casos me condujeron al postulado de que en la despersonalizaciónel mecanismo esencial no es la ambivalencia; del amor y odio, como tampoco la llamada herida narcisística que impele al niño al retiro de la realidad. De la misma manera, la tendencia a personalizar objetos inanimados es meramente parte del retiro general de libido de un mundo animado amenazante (parental). Creo que no se ha hecho ningún estudio del simbolismo de los objetos inanimados investidos con vida (sillas, alfombritas, árboles, flores), para determinar qué tipo de objetos vivientes negados representan (sustitutos parentales). Por otra parte, la despersonalización es precedida por la erotización del pensamiento, y el sentimiento de despersonalización es el resultado de la represión parcial o completa del tipo sexual incompatible del pensamiento erotizado [12]. El paciente expresa la pérdida como un sentimiento de irrealidad, vacío, vacuidad mental, tontería, etc. Como evidencia preliminar de lo que acabamos de expresar, citamos los ejemplos siguientes. Un paciente de treinta y dos años de edad sufría de un trastorno mental indiferenciable, uno de cuyos síntomas importantes era un vínculo homosexual con su padre. Esta relación patológica con su padre de larga data se manifestó por una compulsión a besar hombres de edad mediana, pelo gris y mejillas rosadas. Hasta el momento de su análisis, el paciente tuvo muy pocos contactos héterosexuales y ninguna relación héterosexual. 156 c. P. OBERNDORF Había invertido la totalidad de su libido en los negocios de su padre, pero casi durante veinte años, noche tras noche, retornaba a su hogar, después de un corto paseo por una vecindad apartada, para acostarse en su diván de la biblioteca, donde fantaseaba sobre conceptos sexuales vagos durante horas, antes de retirarse e). Después de seis meses de análisis, inició relaciones con una prostituta a intervalos regulares. Esto siguió realizándolo durante un año, cuando un día observó que había tenido relaciones por primera vez con esta mujer. Cuando le pedí que explicara la inexplicable observación, replicó que antes de esta ocasión nunca había estado realmente con la mujer en persona. Desde el momento en que entraba en el departamento, otra persona dominaba, pero cuando partía de dicho sitio, recobraba su yo anterior. Se casó poco después de que alcanzara el estado de poder mantener una personalidad integral con la prostituta, pero entonces experimentó una manifestación similar de alteración de la personalidad cuando estaba con su mujer. Llevó algunos años el análisis de la homosexualidad inconsciente, antes de que se entregara a su mujer en su personalidad masculina completamente integrada. Se ofrece la siguiente explicación de este fenómeno: la personalidad usual del paciente estaba compuesta de partes balanceadas de libido femenina y masculina. La parte homosexual (femenina), una porción mayor, representaba su vínculo como mujer a su padre. En tanto su femineidad no estuvo seriamente amenazada por impulsos héterosexuales recientemente liberados, permaneció leal al padre y no pudo desempeñar el papel masculino. La héterosexualidad y el casamiento amenazaron violentamente los componentes femeninos inconscientes. En el acto sexual los elementos femeninos habitualmente presentes (1) El paciente se había enorgullecido de su infalibilidad de juicio y se preocupaba desmedidamente por pequeños errores. Cuando la erotizacíón del pensamiento disminuyó, se encontró preparado para aceptar tales errores como parte de la vida, y actualmente se regocija de su capacidad para cometer dichos errores sin sentimiento de culpa. DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 157 eran abandonados y por su ausencia daban un sentido de irrealidad a los componentes héterosexuales momentáneamente dominantes. Cuando el paciente se alejaba de su objeto héterosexual y de la necesidad de pensamiento y conducta héterosexuales, la parte femenina retornaba prontamente y restablecía el sentimiento de su personalidad anterior. En otro caso, un joven de diecinueve años, intelectualmente precoz, sufría de ciegas explosiones de rabia confusa, incapacidad para concentrarse o aun pensar, y una depresión que interrumpió una carrera escolar promisoria. El paciente estaba dotado con una mente extraordinaria. En la época en que entró en el colegio comenzó a dedicarse con celo no habitual a toda clase de ocupaciones intelectuales como medio para obtener la aprobación de su madre. En ocasiones, la satisfacción libidinosa que obtenía por el pensamiento se le hizo vagamente consciente y uno de sus síntomas molestos era la compulsión a llevar cada pensamiento a sus últimas posibilidades. La compulsión estaba asociada con la idea de superioridad, que a su vez servía como una satisfacción en sí misma. La lucha entre una identificación femenina con su madre dominante, para él madre "pensante", y su concepto de masculinidad, se hizo evidente pronto en el análisis. Masturbación violenta desde la edad de diez años fué uno de sus más molestos síntomas. Una de las fantasías típicas repetidas que acompañaban a la masturbación era la de su captura por un grupo de niñas que lo forzarían al coito con cada una de las del grupo, como parte de una iniciación en una hermandad femenina. Era difícil para él comprender, aun después de un año de tratamiento, cómo un hombre podía profesar un deseo real por una mujer como una parte fundamental de su vida sin lamentarse después o sentir arrepentimiento. Después de unos dieciséis meses de tratamiento, informó que se había masturbado por primera vez con la fantasía de desempeñar él mismo el papel de un hombre. Después de hacerlo sintió un "vacío fútil", tontería, ineptitud y extrañeza, como si no fuera él mismo, y lloró. Los componentes femeninos se bo- 158 C. P. OBERNDORF rraron temporariamente y no hubo nada que tomara su lugar, de modo que el paciente se sintió vacío y tonto. La primera y momentánea victoria de los componentes masculinos sobre los femeninos produjo un sentimiento de irrealidad y pérdida intelectual (tontería). Un fenómeno similar menciona Reik [13] en su excelente capítulo sobre despersonalización. En una nota al pie, expresa que sentimientos análogos a la despersonalización los experimentan durante el intercambio sexual mujeres frígidas y hombres con trastornos en la potencia. La despersonalización, dice, representa una forma de anestesia temporaria de la vida mental. Sin embargo, no menciona el componente homosexual inconsciente, tan a menudo responsable de estos trastornos, y no desentraña su posible influencia en la despersonalización. Schilder [14] expresa la opinión de que en la despersonalización tela culminación se alcanza cuando ellos (los pacientes) se quejan de que han llegado a ser extraños a sí mismos". Sin embargo, la reacción citada antes me conduce a creer que cuando el paciente se queja de que se siente irreal, tal hecho representa una tentativa de curación en contraste con la negación parcial de la realidad expresada en el sentimiento de que el mundo exterior se ha vuelto extraño o vaporoso. Podemos considerar la valuación crítica del yo al sentirse irreal como un disturbio y una protesta contra los intolerables procesos de pensamiento masculino y femenino, aunque tal vez bien equilibrados. Desde el punto de vista del pronóstico, el sentimiento de irrealidad del yo sería más favorablesintomáticamente que el sentimiento de que el mundo exterior es irreal. El primero representa una tentativa de disolución del equilibrio patológico y de establecimiento de la mente normal (personalidad). Mientras que si el mundo parece irreal, la negación de su realidad significa que el paciente carece de ímpetu o fuerza para modificar su psicosexualidad patológica. Todos los investigadores de la despersonalización han observado la variedad de grados y tonalidades del síntoma. Pero Reik [15] llama la atención sobre el hecho de que ni los trabajos DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 159 de Schilder, Abraham o Nunberg, ni sus propias observaciones, la totalidad de las que han arrojado luz sobre la transposición de la libido en la despersonalización, dan un indicio respecto a los factores que inducen al síntoma de la despersonalización a dominar en el cuadro de la neurosis. Evidentemente, cuanto más domina el fenómeno de la despersonalización en un estado de neurosis, en contraste con la despersonalización psicótica, más accesible es a la investigación psicoanalítica. En el siguiente caso, debido a la clara perspicacia de la, paciente se presentó una extraordinaria oportunidad para la investigación de una "separación de la mente", un estado intermediario entre el concepto común de despersonalización y los casos raros de la llamada personalidad dual (Morton Prince [16]). En el último estado el paciente puede tener conocimiento real de la existencia de dos personalidades. SINTOMATOLOGÍA La paciente, de veintiséis años de edad, es una mujer que obtuvo elevados honores académicos y atléticos en la universidad del medio oeste donde concurría. Después de la graduación continuó con el trabajo de postgraduado en el colegio R., y desempeñaba el cargo de técnico de laboratorio cuando se inició el tratamiento. El motivo de la consulta era el siguiente trastorno: "Cuando estaba sola o trabajando con sus manos parecía ella vigilar a su mente que pensaba, haciendo esto a una velocidad alarmante. Podía casi sentirla trabajar." Comenzaba a cantar en una tentativa de tapar el sonido de su mente. "Ella (la mente de afuera) piensa tan fuerte que casi la puedo oír pensar. Es lo mismo que tener otra mente afuera de mi mente habitual porque todavía tengo una mente que escucha a la otra. Es el sentimiento de tenerla separada lo que me alarma. Yo traté de usar mi mente pensante con el objeto de no oír mi mente funcionando fuera de ahí, dondequiera esté. Lo único realmente efectivo para frenar el sonido de mi otra mente, es tener a alguien cerca para hablarle." 160 c. P. OBERNDORF No sabe qué es lo que dice la mente de afuera. Trata de escuchar, pero no puede. No es claro. Cuanto más esforzadamente trata de escuchar la voz de afuera, más difícil le es darse cuenta de qué es lo que dice. Da la impresión de ser una voz, siempre la misma. Tiene un tipo de expresión, una manera de ser y un tono, algo sarcásticos, insultantes, mofadores, como si dijera "ya te lo había advertido", como la expresión facial y el tono general de la mujer de un sueño que se presentaba continuamente durante la infancia. La paciente y sus parientes llamaron a éste el "sueño de la fiebre". No puede decir si la voz es masculina o femenina. Por asociación con la mujer en el "sueño de la fiebre", es femenina. Observó el síntoma por primera vez cuando estaba en la bañera, aproximadamente un año y medio antes de la consulta. La aterrorizó, pues pensó que estaba perdiendo literalmente su razón, esto es, volviéndose alienada. La separación ocurrió en diferentes condiciones; por ejemplo, en cierta ocasión en que estaba en un departamento de una tienda lleno de gente, cuando "las cosas parecían acumularse sobre ella". Lo había experimentado también mientras escribía; "yo en un lugar, mi mente en otro". Recuerda una oportunidad en que fué a dormir con su mente aun separada de ella. Durmió durante dos horas y cuando se despertó, "mi mente se había reunido a mí". El fenómeno había ocurrido por lo menos diez veces, durante períodos de cinco minutos, tal vez veinte veces muy brevemente. Hay una sensación de dolor en el pensamiento mientras está sucediendo, por causa de la sensación de competición entre la mente habitual que permanece con ella y la mente que parece estar fuera de ella. No tiene control sobre el síntoma. No lo puede hacer aparecer y no lo puede inducir a que cese. Queda algo en su mente habitual que aun puede dominar porque es capaz de dirigir esta facultad para combatir, "vencer con el pensamiento", a la mente que está fuera de ella. Distinguía muy bien este sentimiento de aquel de dejar libre la mente, pues dejando libre la mente, se deja llevar por ella. '. Estaba también molesta por la incapacidad para controlar su tendencia a criticar en presencia de otras personas. No podía DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 161 comprender por qué sentía la obsesión de probar, contradecir y elaborar los juicios de la gente, puesto que sabía que su afirmación resultaba al final una desventaja. Tenía conciencia de que ésta era una actividad defensiva y protectora, alguna fuerza desconocida. . Además del síntoma principal de tener su mente separada, la paciente presentaba otros síntomas dignos de ser anotados. Por ejemplo, una carencia del deseo de alimento, que describía como sentimiento de que «el alimento mental (concentración intelectual) y el alimento físico eran demasiado para ella" y de que «el vacío mental iba derecho a su estómago". En una época tuvo miedo patológico de los silbatos de niebla. Se curó de este miedo al explicarle a su madre -la que se quejaba de tener miedo de los cuernos de niebla en un viaje por el océano- que era lógico que en la niebla se soplaran los cuernos. No temía ninguna de las cosas que parecían atemorizar a la mayoría de las mujeres en su familia, por ejemplo, tormentas de truenos, animales, lugares altos, congestión del tránsito; pero tiene aún miedo a las cascadas y al agua clara, profunda, donde se puede ver el fondo. Aunque es una nadadora excelente, no quiere nadar en dicha agua. Posee un inusitado dominio sobre las palabras y pone mucha atención en la elección de las mismas. Le molesta mucho que los pensamientos pierdan tanto al ser traducidos en palabras; en este proceso de encuadrar pensamientos en palabras, sucede algo semejante a la soledad que a veces experimenta ella cuando se separa la mente. La sensación de soledad es tan profunda, es un sentimiento tan grande que no puede ser traducido en palabras, pues ninguna puede abarcar el sentimiento. Las palabras tienen solamente dos dimensiones, largo y ancho, como palabras impresas, pero no tienen profundidad o cuerpo. Piensa que habla demasiado -esto es, charla- con el objeto de hacer el esfuerzo de emplear muchas palabras para expresar sus sentimientos. A menudo tiene miedo de ciertos pensamientos, tales como el concepto «nunca", y el temor de que al expresar los conceptos con palabras, estas palabras no revelen 10 que ella piensa. Cuan- 162 c. P. OBERNDORF do niña escuchó la palabra "puto" y le gustó emplearla, pero fué reprendida. Debido a que algunas palabras eran tabú, podía obtener mucho placer al pensarlas una y otra vez. La madre le imponía el tabú absoluto para la expresión "yo no quiero"; para el padre el tabú era "carajo", El castigo que la madre imponía a la paciente cuando decía "yo no quiero" era lavar su boca con jabón marca "Ivory" (anunciado universalmente en U. S. A. como «99,44 % puro"). Esto continuó hasta que llegó a ser tan grande que su madre no podía controlarla cuando luchaba y gritaba. Enfurecía a la paciente que la madre le diera una bofetada en la boca cuando decía algo que no le gustaba. La rabia de la madre era tan grande que a veces la paciente aceptaba el castigo para disfrutar del disgusto de aquélla. Sin embargo, la paciente se daba cuenta de que técnicamente, como un instrumento de habilidad o arte, con palabras podía expresar pensamientos en la conversación mejor que la mayoría de las personas. Puede "sentir sus pensamientos". Son las cosas más reales que ella tiene; más reales que cualquier cosa que hace o dice. Pensó a menudo que la televisión mental sería una idea maravillosa, con tal de que se pudiera hacerla funcionar o no a voluntad; entonces los pensamientos de una persona podrían ser vistos por otra, con todos sus variables tonos de sentimientos, sin trasladarlos primero a palabras. HISTORIA La paciente es hija única. A su padre 10 describe como poseedor de un pensamiento directo, altamente inteligente, una mente dirigida hacia sus propósitos. Se distinguió en un campo científico. «Encara los problemas con naturalidad, los resuelve y sigue adelante; mantiene la parte imaginativa de su mente aparte de la positiva." La madre aparecía ante la paciente como una persona ilógica, caprichosa, emotiva, que conseguía sus propósitos con subterfugios y explosiones de carácter. Desde la época de sus más tempranos recuerdos, que en el caso de la paciente decididamente datan de antes de los dos años y medio de DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 163 edad, estuvo en lucha constante con su madre. Esto continuó hasta que llegó al análisis. Se dió cuenta que su madre la corregía excesivamente y la restringía desde la infancia. La paciente es categórica al afirmar que desde muy temprano, como lo es a la edad de tres años, sabía que tenía que presentar a su padre las cosas lógicamente, como sucedieron; que no podía engañarlo. También supo que los castigos de su madre no eran nunca lógicos, que eran infligidos en momentos ilógicos, que .la madre era ilógica y que por medio del empleo de la lógica, ella podía confundirla y enfurecerla hasta la mayor ilógica. "Yo despreciaba mentalmente las observaciones de mi madre (ctu padre te castigará cuando venga a casa»), pues yo sabía en forma categórica que podía hablar con mi padre razonablemente." Desde la edad de tres años la mente de la paciente bullía siempre. No puede recordar si alguna vez estuvo libre de pensamiento. La situación con la madre se complicó más tarde por el hecho de que la paciente tuvo prácticamente dos madres -una "madre de invierno" y una "madre de verano"- pues cada verano la enviaban a la casa de campo de una tía sin hijos que había criado a su madre, y volvía en otoño a su propia madre. La "madre de invierno" reprimía y regañaba a la niña; la "madre de verano" adoptó la actitud de darles a los niños pequeños derecho a cierta cantidad de libertad para hacer cosas que podían molestar a los adultos. La tía tuvo siempre la facultad de tratar a la paciente de acuerdo con su edad. Fué en esta casa de la tía donde la paciente, a la edad de tres años, tuvo contacto con un primo, un poco mayor que ella. Fué el único niño que conoció hasta la edad de seis años y conscientemente se sintió superior a él. Era más fuerte, saludable y más capaz que él. Desde los seis hasta los doce años podía correr y trepar a los árboles como un niño. Durante varios veranos los dos pequeños durmieron la siesta juntos, y fué entonces, a la edad de cinco años, cuando por observación y manipulación, aprendió la diferencia anatómica entre los sexos. Desarrolló un sentimiento de culpa que trataba de evitar protestando contra 164 C. P. OBERNDORF el hábito de dormir la siesta, 10 que le valió que la tía la considerara como voluntariosa y díscola. Comenzó a masturbarse temprano, y continuó haciéndolo hasta la edad de nueve años. A los seis años le ocurrió un suceso que parece haber sido extremadamente impresionante. Por algún trastorno en la región genital, su madre la llevó a un médico. Al parecer, este médico corrió el capuchón del clítoris, 10 que fué extremadamente doloroso. Como por 10 que la llevaron a 10 del médico, posiblemente la masturbación, aunque no estamos del todo seguros de que así fuera, evidentemente no se modificó, el médico le administró finalmente un anestésico y le extirpó parte del clítoris. Como el trastorno aun con esto no mejoraba, repitió la operación. La intervención fué realizada sobre la mesa de la cocina. La paciente estaba humillada, porque su padre la desvistió después de que estuviera bajo la acción del anestésico. Permaneció parcialmente consciente durante ambas operaciones. Posteriormente, aIa edad de veintitrés años, cuando su tía la acompañó para un examen de salud en el Instituto de Extensión de la Vida, aquélla dijo al médico que la nerviosidad de la paciente databa desde que le operaron el clítoris. La paciente recuerda la infelicidad de su infancia con un gran sentimiento de vergüenza, pues la vida con su madre degeneró en una serie de peleas, explosiones de carácter, mentiras y repetidas huí das del hogar desde la edad de dos años y medio -esto último era el mayor delito-o Durante este período, combatió a la madre con sus propias armas, estableciendo así una decidida identificación femenina. La terquedad alcanzó la culminación a la edad de nueve años, en 1916, cuando por causa de una epidemia de parálisis infantil no se le permitió salir del terreno de la casa de campo durante todo el verano. Tuvo ataque tras ataque de rabia. Antes de esto hablaba como una niña nerviosa, con numerosos tics, que comenzaron a los cinco años, presentando aún uno de ellos. N o sabía que los tics o irritabilidad podían tener una base emocional hasta que inició lecturas científicas psicológicas después de graduarse en el colegio. DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 165 Cuando la paciente tenía doce años, su familia se trasladó a Hongkong, donde su padre desempeñó la función de ingeniero de una compañía de aceite; allí asistió a la escuela. Poco después de trasladarse la familia a China, la paciente menstruó. Estaba afuera, remontando una cometa, cuando ocurrió esto. Fué a su casa a contarle a su madre, la que le permitió hacer de sí misma una completa inválida. No se movió durante tres días de una silla cómoda, le servían las comidas en una bandeja, etc. La paciente se extrañaba de que se le prestara tanta atención, pues se sentía enteramente bien. Esto se debía a que la madre y el padre esperaban ansiosamente este acontecimiento, suponiendo que su nerviosidad desaparecería con la iniciación de la menstruación. Desde entonces, en sus períodos menstruales está triste e irritable. Durante este período en China, la incesante reyerta entre madre e hija continuó y el padre vivió la vida de un perpetuo árbitro. Dice ella que debe haber sido extremadamente difícil para su padre, puesto que quería a la esposa y la hija. A los dieciséis años la paciente comenzó a perder el interés, hasta ese momento extremo, por sus estudios del colegio superior y experimentó el anhelo de abandonarse a las frivolidades de sus amigas de dicho establecimiento. El padre le advirtió que si no obtenía mejores notas no podía ir al colegio. Al retornar a América a la edad de dieciséis años para pasar su último año de preparación para el ingreso al colegio, se aplicó a sus estudios con compulsiva diligencia y gran éxito. En el colegio mixto tuvo durante su primer año pocos contactos con hombres. Llegó a ser entonces la compañera inseparable de la señorita B., una muchacha con "cara de niña" pero buena atleta y la mejor alumna en el colegio. La paciente se especializó exclusivamente en matemáticas, ciencia y filosofía, mientras que eludía todos los cursos que tenían relaciones más tangibles con los problemas corrientes de la vida. La rivalidad entre la paciente y la señorita B., llegó a ser aguda, apareciendo resentimientos en ésta cuando la paciente alcanzó altas graduaciones. La señorita B. reprochó a la paciente ser la causa de la 166 C. P. OBERNDORF pérdida de un pretendiente que primero había sido atento con ella. En realidad, durante los últimos tres años de su curso escolar, si la señorita B. salía con hombres, la paciente se ponía celosa porque "ella (la paciente) no necesitaba muchachos en absoluto". Después de la graduación, la señorita B. persuadió a la paciente de continuar los estudios en el colegio R. para mujeres. En la atmósfera estrictamente femenina del colegio R., la unión de las dos amigas llegó a ser evidente y se desarrollaron celos agudos. Por medio de la observación de otra pareja de muchachas, llamadas Tommy y Nell, la paciente se dió cuenta por primera vez de que su unión con la señorita B. contenía una tendencia anormal. Al final de su trabajo de postgraduado, el padre de la paciente le ofreció un automóvil en reconocimiento de su éxito. Pero ella prefirió emplear este dinero en invitar a la señorita B. a que fuera su huésped en China durante el verano. La visita demostró ser una aventura desgraciada, pues la señorita B. se alió inmediatamente con la madre contra la paciente. Esta dejó el hogar para vivir durante un tiempo con su padre, que por un asunto profesional estaba obligado a permanecer en otra ciudad. La señorita B. y la paciente se separaron finalmente y esta última hizo nuevas amistades, pero sólo con mujeres. Alrededor de un año después de la separación se desarrolló el síntoma principal de la paciente. INTERPRETACIÓN ANALÍTICA Se trata en este caso de una separación de la mente en la que la parte que queda, el teyo", escucha la voz de otro órgano del pensamiento como si estuviera afuera del yo. La tentativa descriptiva de la paciente para identificar esta voz de la segunda mente, le hicieron recordar vívida e inequívocamente a la mujer en su periódico "sueño de la fiebre" que comenzó antes de los seis años de edad y continuó hasta el presente. Esto suministra una pista en lo que se refiere a su posible significado. La paciente DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 167 expresa que no trató de escuchar a la segunda mente porque era , una cosa aterrorizante. Hay una característica de la que está segura: que la separación le produce el mismo sentimiento, un sentimiento que la engolfa, que tenía cuando era una niña muy pequeña y sufría de "sueños de fiebre". Tenía frecuentemente resfríos acompañados con una ligera fiebre. Se despertaba gritando, extremadamente aterrorizada, diciendo que había soñado con "la señora gorda rompiendo al mundo". El término "señora gorda" es el más aproximado que pudo emplear para describir esta aparición en el sueño. La mujer no parecía tener forma humana: algo grande (la madre) que trataba de derribar cosas cuando la paciente hacía tentativas de levantarlas. Los pedazos derribados no tenían nunca la misma forma y no parecían tangibles. El sentimiento nítidamente característico que acompañaba al sueño podía presentarse justamente antes de que la paciente se dispusiera a dormir -a veces, cuando se despertaba de un sueño ligero- pero estaba siempre presente en sus "sueños de fiebre". Se dió cuenta primeramente de que algo no habitual le ocurría a su mente cuando estando completamente consciente, experimentaba el sentimiento del "sueño de la fiebre". Cuando la segunda mente sale afuera de ella, dice que la mente normal parece estar tratando de hacer con los pedazos de la segunda mente 10 que ella hacía con sus manos a los trozos en el "sueño de la fiebre". Describe el sentimiento como duro, real y sofocante. Las cosas parecen acercarse alrededor de ella y trata de evitar el daño que se ha hecho y que se está haciendo. Estos son puntos de evidencia para la suposición de que la "señora gorda" en el "sueño de fiebre" es la madre, la continua antagonista de la niñita en la vida real, una personificación de un superyó femenino existente ya a la edad de seis años, amenazando los impulsos masculinos de la niña. Los trozos que la paciente juntaba representaban el pene del cual, en contraste con el primo, fué privada por la 'naturaleza y posteriormente despojada desde el punto de vista anatómico por la operación en el clítoris. Un detalle incidental notable, posi- 168 c. P. OBERNDORF blemente una corroboración de la suposición anterior, llegó a la luz en el análisis de una compulsión sintomática. La afición al juego del rompecabezas, popular en esa época de su análisis, poseía una fascinación compulsiva para la paciente. No podía dejarlo hasta encontrar una "pieza que cayera bien". Otras personas podrán encontrar una distracción en este juego, decía, pero ella llegaba a estar "confundida haciendo los rompecabezas". Así, una noche se había sentado en la cama compulsivamente hasta la una¡ de la mañana para terminr un rompecabezas. Soñó toda la noche con formar un cuadro del rompecabezas. El sentimiento y tono de este sueño le recordaban con espanto su "sueño de fiebre". El juntar las piezas del rompecabezas le sugirió la analogía con el juntar las piezas rotas del mundo en los "sueños de la fiebre". La única vez que hizo sola un rompecabezas, su mente se separó. Quería dejar de hacer el rompecabezas pero no pudo. Trató de realizar una reintegración de su mente aumentando la concentración en el rompecabezas, pensando que .tendria el mismo efecto terapéutico que cantar o hablar con alguien, pero la tentativa fracasó. Ha interpretado la peculiar fascinación de reconstruir un rompecabezas como un sentimiento de omnipotencia que surge en el que lo hace, y analizó la fascinación de juntar dos piezas. Este sentimiento de omnipotencia le otorga a la paciente un poder que excede el de la "señora gorda" en el sueño, lo que no sucede nunca en él. Colocar algo saliente en un hueco (coito) es un motivo esencial en el rompecabezas. Esta significación puede ser la base del interés que surge en el término medio de las personas, así como también de la atracción neurótica que tenía para la paciente. L~ paciente recurrió a su padre como un ideal muy temprano después del fracaso de dominar a su madre, y esto puede juzgarse del hecho de que comenzó a repetir antes de que pudiera hablar claramente las dos expresiones favoritas de su padre -"conserva siempre tu ánimo" y "conserva una ecuanimidad calma y serena"- . Tenía vívida memoria de balbucear la última frase desde la edad de tres años. Deseaba llamarse con el nombre DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 169 de su padre. Llegó a ser una excelente nadadora (capitana del equipo de su colegio) porque era la diversión favorita de su padre. En lo que se refiere a la reacción de la niña ante la situación familiar, es evidente que desde su punto de vista, la madre se retiró de la niña como objeto libidinoso. Me inclino a creer que la madre no pudo nunca haberla querido mucho, porque de lo contrario no hubiera permitido una separación cada verano. Cuando la niña percibió el retiro de amor por parte de la madre, tuvo tropiezos al realizar la identificación normal y comenzó en cambio un retiro activo de los objetos libidinosos habituales de vínculo infantil. La madre de los años más tempranos era una madre amenazadora y destructiva, que le reprobaba la masturbación y que, como lo pensó la niña, fué la instigadora de la castración clitoridiana. El resentimiento de la niña hacia la madre por el retiro, la forzó a una fuerte vinculación e identificación precoz con su padre, cuyas características más sobresalientes y atractivas parecían ser la lógica, la imperturbabilidad y la racionalidad. Temprano comenzó a detestar aquellos procesos mentales con los que la madre obtenía sus propósitos. Esta aversión tendió a reforzar la adopción de los hábitos de pensamiento del padre. El padre, sin embargo, no mostró extraordinario afecto por la paciente, desanimando así el desarrollo de un ardiente vínculo emocional de objeto con él. La paciente concebía a su padre más bien como una agregación de cualidades abstractas. Ambos padres eran, efectivamente, la personificación de sus características más que personas reales. Esto la llevó a la situación de tratar de atraer su atención perfeccionándose en sus cualidades mentales. El padre estimuló esta tendencia. Ella dice que él "la hizo pensár" desde que era muy pequeña; no puede recordar la época en que uno pensaba". El padre era cuerdo y la madre irracional. En el choque entre los superyós masculino y femenino, este último amenazó con obtener ascendiente en el período del colegio superior, cuando la paciente volvió a América para vivir con la «madre buena" (de verano). Anhelaba abandonarse al atavío 170 c. P. OBERNDORF femenino y a la irresponsabilidad. La amenaza del padre de negarle una educación escolar parece haber detenido este impulso brusca y completamente durante los seis años siguientes. Durante este período todo desliz hacia la frivolidad la hizo desdichada, puesto que la actividad de "pensar cosas a fondo", hasta una conclusión última, pensar lógicamente, pensar para sí misma, le producía la mayor satisfacción y placer. La paciente piensa que no hay duda de que su padre se identificó con ella como un hijo. Este lamentó siempre el no haber ido nunca a la universidad y vivió a través de la carrera escolar de ella la satisfacción que echaba de menos en su propia vida. Ella no se había interesado en absoluto en obtener una llave "Phi Beta Kappa" hasta que su padre, en el primer año, dijo que esperaba que fuera a la casa con ella. Cuando obtuvo el honor, le entregó la llave a su padre antes de usarla. Teniendo presente el símbolo fálico de la llave, podemos interpretar este acto como simbolizando la realización por la paciente del deseo del padre de un hijo ideal. La entrega de la llave puede ser considerada también como indicando que estaba pasando el deseo inconsciente de la paciente por la masculinidad. La imposibilidad de la paciente de escaparse de la femineidad se acentuaba por la operación del clítoris, que a través de la castración anatómica actuaba aumentando la envidia del pene y a su vez estimulando los impulsos masculinos. El trauma de la castración (sangre) se reactivaba con más énfasis que habitualmente por las circunstancias del comienzo de la menstruación. La paciente destacó que «amaba a su mente porque no estaba sujeta a ninguna regla o reglamentación en la forma en que lo estaba su cuerpo". El origen de este pensamiento probablemente descansa en el hecho de que la paciente fué forzada regularmente a adoptar la postura femenina al orinar y no podía impedir la función corporal de la menstruación que refirmaba su sexo. Entre los seis y doce años de edad la paciente comenzó activamente a obtener placer en su propia mente, vigilándola y pensando respecto a ella, y frecuentemente se dedicaba al acto de DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIóN DEL PENSAMIENTO 171 pensar como una finalidad placentera por sí misma. El cese de la masturbación a la edad de nueve años, fomentó esa tendencia a desplazar la actividad libidinosa. En esta época había comenzado ya a considerar la mentalidad masculina, y le indignaban aquellas mujeres femeninas que parecían ser ingenuas pero que conseguían sus fines con ardides. Su curso escolar le ofreció mayor oportunidad para erotizar el pensamiento a causa de la aprobación convencional y del deseo inconsciente de retener la masculinidad a través de una identificación con el padre (pensamiento). Considerando el simbolismo fálico de la cabeza, la erotización del pensamiento constituyó una tentativa de hacer aparecer al mundo exterior que había obtenido un órgano masculino. Su molesta compulsión a mostrar su mente (contradecir y explicar), que tan a menudo desbarató sus fines conscientes, especialmente en el contacto con hombres, descansa sobre el deseo inconsciente de igualarse con el hombre. Así también era su interés por las palabras. Hay meras evidencias indirectas de los productos de su mente. El deseo de que la gente pudiera ver su mente, pues entonces no estaría solitaria, refleja un deseo desplazado de exhibicionismo fálico. Presentaba además la paciente, una inversión del mecanismo habitual de respuesta física desagradable al estímulo del pensamiento desagradable. Si un hombre tocaba su cuerpo, en lugar de reacción física experimentaba una sensación de "náusea en su mente" que describía como análoga a la sensación de náusea física. Hasta que comenzó a mostrar marcada mejoría después de unos nueve meses de análisis, "conocía solamente la fatiga mental, desde la ceja hacia arriba". Entonces, por primera vez en su vida, experimentó fatiga física -su cuerpo realmente dolíay se regocijó con la nueva situación. En la época de su más intensa aplicación intelectual, fué capaz de adoptar una custodia homosexual sobre la señorita B., que raras veces alcanzaba a lo netamente físico, pero quedaba como dueña de ella. La femineidad de la señorita B. comenzó a mostrarse a ella por varias experiencias en el colegio de mujeres y 172 C. P. OBERNDORF . por el vínculo de simpatía que se desarrolló inmediatamente entre su madre y la señorita B. en China. A través de la identificación de su madre con la señorita B., se dió cuenta de su propia identificación con su padre. Su superyó masculino no era suficientemente fuerte como para inducirla a esforzarse para mantener el afecto de la señorita B. Por otra parte, el llevar la masculinidad inconsciente a la conciencia hizo intolerable el superyó masculino (pensamiento). El superyó ,masculino nunca obtuvo control completo del yo o se amalgamó con él. Existía una fuerte competición con el superyó femenino (madre), normal, aunque reprimido, que poseía casi la misma fuerza. La síntesis de los dos superyós entre sí o de cada uno de ellos con el yo, no pudo ser nunca completa. La represión del superyó masculino, ahora vagamente consciente, fracasó. La parte libidinizada masculina de la mente apareció como una parte extraña de ella. Si la mente masculina previamente erotizada representaba el pene, entonces la parte de afuera representa la madre destructiva, castradora, de los tempranos "sueños de fiebre". La mente normal no quiere oír, no puede oír lo que dice la parte importuna. La única posibilidad descansa en la separación, expulsión del superyó intolerable. Desde el punto de vista. de la economía psíquica, la despersonalización cumple con dos funciones: primero, divide responsabilidades, de manera que las deficiencias de cada superyó puedan ser atribuídas al otro; segundo, por la división impide el doloroso choque que debe sobrevenir cuando dos fuerzas opuestas como ésas se encuentran. Después de cuatro meses de análisis, el síntoma de tener la mente. separada se tornó infrecuente. Después de seis meses de tratamiento, la paciente experimentó una variedad de sensaciones enteramente nuevas y hasta ahora inconcebibles para ella. Además de la novedad de experimentar fatiga física, se desarro.lló el sentimiento de estar viva, "un verdadero sentimiento de existir", sin que la paciente tuviera que pensar en él. Dijo: "no estoy pensando en el río, árboles, etc.,' sino que ahora los siento. No me sucedió nunca antes, excepto en el mar, tal vez sólo en DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 173 la puesta de sol, cuando solamente hay agua y cielo, y no se puede pensarlos." La paciente manifestó que trataba de analizar el nuevo sentimiento, pero que no podía. Era emocionante y todo se volvía más emocionante de lo que era antes: "cruzar la calle, subir a un autobús, parecerle que era individualizada". El retiro de la paciente de la realidad al pensamiento, había sido tan completo y absorbente que hasta que la libido empleada en el esfuerzo intelectual fué liberada, no pudo apreciar cuán intensamente enferma había estado en realidad, cuánto le había faltado en su vida emocional. Ahora, por primera vez, experimentaba alegría de vivir. No pudo nunca recordar haber querido antes empezar un nuevo día. Su primer pensamiento despierto era la pregunta de qué le ofrecería el nuevo día y si valdría la pena seguir viviendo. Se preguntaba si otras personas tenían semejante sentimiento. Antes, el pensar sobre cosas no estaba asociado con ningún sentimiento emocional conectado con ellas. Después de diez meses esto cambió. El nuevo fenómeno de gustar del pensamiento sobre cosas y sentirlas, lo comparó con el proceso mental producido cuando por primera vez aprendía chino. Traducía el chino al inglés, pensaba en inglés y entonces trasladaba el pensamiento al chino. Al principio tenía que traducir sentimiento en pensamiento, pues era el medio con el cual había estado más familiarizada (como pensar en inglés), pero después de un tiempo esto no fué más necesario, y muy rápidamente, al cabo de una semana, desapareció la necesidad de este proceso intermediario y la paciente no lo podía hacer voluntariamente. Otra manifestación interesante se presentó entonces. Ella había evitado antes que la gente la tocara, como si "evitara un hierro caliente". Luego esto fué reemplazado por un impulso un tanto compulsivo a reasegurarse de que el "hierro no quema". Deseaba tocar a la gente para convencerse de que la nueva relación era real y que iba siempre a sentir en la misma forma respecto a eso. Anteriormente no podía actuar sin premeditación en asuntos tan insignificantes como tomar el brazo de un hombre. El sentido de la proximidad masculina llegó a ser "un 174 C. P. OBERNDORF sentimiento tan satisfactorio como nunca lo experimenté antes. Antes, al bailar pensaba sólo en bailar y subordinaba la cercanía masculina al acto. Positivamente hay una realidad de cosas físicas; antes, lo más que yo tuve fué un vago sentimiento de realidad de cosas físicas en un sentido negativo. Es como haber estado en un vacío hecho por uno mismo; ahora las paredes de vidrio se rompen y disfruto de la proximidad de la gente, hombres y mujeres." Después de un año de análisis estaba firmemente establecida la transformación de la paciente, de una autómata del pensamiento de molde masculino a una joven atraída por animadas danzas, reuniones y contactos sociales. Entonces se produjo un suceso interesante, extraordinariamente significativo a la luz de la teoría del superyó genérico. Después de unos diez meses experimentó, en un estado de semisueño, una reacción que tenía "el sentimiento del sueño de la fiebre". Lo describió como una "cosa atmosférica que me rodea más bien que un sueño, puesto que soñar es dentro de la mente". El marco físico era el mismo que había estado invariablemente asociado con la separación de la mente. Sin embargo "la persona grande, ancha, indefinidamente delineada, se había tornado en un hombre". La paciente ignoraba cómo sabía que no era más la mujer del "sueño de la fiebre", pero estaba segura de que era un hombre. En este cambio tenemos en forma manifiesta la evidencia de que el superyó masculino reprimido se había hecho inconsciente y reaparecía como una amenaza contra el superyó femenino dominante, integrado con la personalidad femenina de la paciente. En esta época la madre de la paciente la visitó después de una separación de cuatro años. La paciente estaba sorprendida de cómo la madre en realidad difería de la imagen de violencia y frivolidad que conservaba inalterada desde la infancia. Ahora experimentó por primera vez en su vida un cariño real por la madre. La paciente disfrutaba pensando en una forma más satisfac. toria que antes, pero cesó de pensar durante todo el tiempo. Era posible para ella hacer cosas automáticamente mientras su mente descansaba, lo que antes nunca creyó que podría ocurrir. DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO 175 Una palabra sobre la transferencia. La transferencia con esta paciente, como era de esperar, fué sumamente abstracta. N o obstante esto, su poder no estaba disminuído y la paciente mostró puntualidad, continuo interés y fidelidad característicos de una transferencia personal positiva intensa. Sin embargo, consideraba al médico como una fuerza mental y una voz, más que como una persona, y nunca pensó de él como un individuo fuera del análisis. COMENTARIO Fr~ud atribuye al superyó cualidades de autoobservación, ideal del yo y conciencia. Su concepto original y todavía prevalen te es que el superyó se forma temprano en la infancia y se funda sobre la identificación parental. Tal proceso de síntesis del superyó mostraría gran variación de su tamaño y fuerza, como también la cantidad y calidad relativa de su composición derivada de cada padre. Existen también grandes posibilidades de fragmentación de la estructura del superyó, cuando un conflicto entre impulsos opuestos aproximadamente de igual fuerza, ha progresado hasta cierto punto o ha continuado durante un intolerable período de tiempo. En una discusión sobre las diferencias en los dos sexos, en la relación con el padre que castiga en la fantasía de "Pegan a un niño" [17], Freud manifiesta su dilema acerca de la explicación. Menciona dos teorías, pareciéndole ambas inadecuadas. La primera (anónima), atribuída a un "colega, en aquella época amigable", se apoya sobre la constitución bisexual del individuo humano y sostiene que el conflicto de los dos caracteres sexuales es el motivo de la represión. El sexo más fuertemente desarrollado, el más dominante en la persona, ha reprimido en el inconsciente la representación psíquica del sexo más débil. Esto anticipa el concepto del superyó que Freud posteriormente desarrolló y que debe incluir la representación psíquica de los caracteres sexuales y en el que está representado el patrón de actuación y pensamiento de ambos sexos. Por identificación, el superyó forma una fuerza predominan- 176 C. P. OBERNDORF te en el establecimiento de muchas tendencias que forman el yo. El yo desempeña muchos papeles, tales como el de estudiante, atleta, buscador de éxito u holgazán, a requerimiento del superyó. Las fracciones que forman parte del superyó pueden ser de carácter preponderantemente masculino o femenino. Esto se debe, como se ha manifestado, a identificaciones parentales selectivas que incluyen el tipo de pensamiento. Identificaciones con el padre y madre fuertes e incompatibles en el superyó, se interceptan por causa de la resistencia de una contra la otra. Cuando se frustra a un niño de los vínculos libidinosos reales, por no sentirse amado por el padre del mismo sexo, a. menudo recurre al pensamiento, que puede ser investido libidinosamente. Este proceso está estrechamente ligado en su carácter con la sublimación y se 10 facilita por el esfuerzo exitoso consciente que 10 lleva a desistir de fa actividad sexual autoerótica. La finalidad del proceso es la recuperación de un objeto más libidinoso a través de una actividad intelectual que es muy análoga a la sublimación. Por identificación, tal pensamiento puede seguir los patrones de pensamiento masculino o femenino. La mente llega a ser un órgano investido libidinosamente en exceso y el campo de batalla de las identificaciones ambivalentes. La autoobservación absorbe y reemplaza las respuestas afectivas normales porque la libido anteriormente externalizada se ha unido narcisisticamente. Se reconoce generalmente que existe una relación estrecha entre ambivalencia y despersonalización y que el síntoma tiene un valor protector, como cualquier otro sintoma neurótico. En el caso expuesto extensamente, el progenitor pensador (educado, intelectual) es del sexo opuesto al de la paciente. El progenitor rechazante es la madre. El hecho de que el niño se entregue a pensar representa un solaz y la consecutiva erotización del pensamiento se facilita por la identificación con el progenitor opuesto. De esta manera, el progenitor frustrador asume el papel más importante como modelo para la formación del superyó en el niño. Cuando este patrón erotizado no armoniza con el sexo del individuo, ocurre un choque entre los tipos de ideal de pensa- 177 DESPERSONALIZACIÓN Y EROTIZACIÓN DEL PENSAMIENTO miento homosexual y héterosexual. Topográficamente, esto puede ocurrir a nivel del superyó, porque éste ha absorbido mucho de las funciones intelectuales de la mente. Sin embargo esto no excluye que otros casos la localización del conflicto pueda estar al nivel del yo, donde el superyó es atraído secundariamente para reforzar una u otra identificación parental (2). Se deduce que la mente de afuera, el lado despersonalizado, representa la parte alienada intolerable del superyó erotizado. En conclusión, se puede manifestar que la secuencia de la privación de libido, erotización del pensamiento asociada con identificación con el progenitor del sexo frustrante, y un contraste de erotización del pensamiento, debido a identificación, de impulsos homosexuales con impulsos héterosexuales generales, especialmente mentales, pero también físicos, parecen ser rasgos esenciales de la tendencia a la despersonalización. Traducido del inglés por el doctor RICARDO H. BISI. BIBLIOGRAFÍA 1. 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Hay pensamientos escépticos que parecen por (2) En ,relación con esto se puede mencionar que el concepto original para la representación diagramática de las funciones de la mente se originó hace cinco años, en una tentativa de clarificar en mi propia mente un caso en el que un paciente se quejaba de que su mente estaba helada, y en el que el yo parecía decididamente separado del superyó y el mismo yo curiosamente fragmentado. 178 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. C. P. OBERNDORF el momento desairragar la más firme fe. Hay pensamientos blasfemos que flechan espontáneamente las más reverentes almas. Hay pensamientos no santos que torturan con su odiosa presencia la fantasía que de buena gana sería pura. Contra todos éstos, es el más promisor aliado algún verdadero trabajo mental." FENICHEL, OrTO: Hysterie und Zwangsneurosen, p. 90, 1931. "La función del pensamiento puede ser equiparada en ambos sexos a la función sexual, especialmente, a la función sexual masculina; su inhibición significa castración." FENICHEL, OTTO: Hysterie und Zwangsneurosen, p. 92, 1931. FEDERN, PAUL: Narcisismo en la estructura del yo. "The International Journal of Psychoanalysis", vol. IX, Parte 4, 1928. NUNBERG, HERMANN: Ueber Depersonaiizaiionrzusténde im Licbte der Libidotbeorie, "Int. Zeitschrift für Psychoanalyse", vol. X, 1924. SCHILDER, PAUL: Introducción a la Psiquiatría psicoanalítica. Capítulo VI, p. 32, 1928. Traducido por Bernard Glueck. SADGER,l.: Ueber Depersonalization. "Int. Zeitschrift für Psychoanalyse", vol. XIV, 1928. FEDERN, PAUL: Vide (6). RIGALL, ROBERT M.: Personalidad dual. "Lancet':, p. 1155, 1923. SEARL,M.. N.: Despersonalización. "The International Journal of Psychoanalysis", vol. XIII, p. 343, 1932. 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