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Responsabilidad
incondicional
El poder de ser un protagonista
Por Fred Kofman
El alma se tiñe del color de sus pensamientos. Piensa sólo
en aquellas cosas que están en línea con tus principios y
que puedan ver la luz del día. El contenido de tu carácter
lo eliges tú. Día a día, lo que eliges, lo que piensas, y lo que
haces, es en lo que te conviertes. Tu integridad es tu destino... es la luz que guía tu camino.” ―Heráclito
Si ser un protagonista responsable es tan efectivo y si transformarse en espectadores de los problemas viéndonos a
nosotros mismos como víctimas es tan ineficiente, ¿por qué
tendemos a actuar como víctimas y no como protagonistas?
¿Por qué elegimos prolongar nuestro sufrimiento en vez de
terminar con él?
más. Atamos nuestro bienestar y nuestro éxito a nuestra
"inocencia". Por ende invertimos una gran cantidad de
energía construyendo una imagen pública de nosotros
mismos irreprochable que complacerá a los demás.
Aprendemos a relacionar responsabilidad con culpa desde
nuestra más temprana infancia. Hablamos de ser responsables de algo. Cuando nuestra madre encuentra nuestros juguetes esparcidos por la habitación, y con una mirada severa pregunta, "¿Quién es el responsable de este lío?", los dedos siempre apuntan hacia alguien más. Cuando nuestro
padre nos encuentra en medio de una disputa, y con voz
áspera pregunta, "¿Quién es
responsable de esta pelea?" la
respuesta dada al unísono es
automática, "¡Fue él!". En nuestra mente infantil, el ser responsable significa ser culpable de
algo. Más aún, ser culpable significa algo malo, es algo por lo
que se es castigado. No es de sorprender entonces, que defendamos nuestra inocencia separando nuestra persona del
problema. Como dice el refrán, "El éxito tiene muchos padres pero el fracaso es huérfano.
“El sufrimiento es siempre el
resultado de elecciones inconscientes. El dolor y la pena
son características inevitables”
de la vida humana
El sufrimiento es siempre el
resultado de elecciones inconscientes. El dolor y la pena
son características inevitables
de la vida humana, pero el sufrimiento no lo es. No podemos evitar las "adversidades de la fortuna", pero podemos
hacerles frente con dignidad. El sufrimiento es el dolor adicional y continuo que deriva de nuestra actitud frente al dolor. El sufrimiento no es producido por condiciones externas
sino por estados mentales internos. En pocas palabras, el
sufrimiento es "opcional".
(Inconscientemente) escogemos sufrir como víctimas porque estamos apegados a una autoimagen de conocedor.
Le tenemos miedo a la desaprobación, la vergüenza y la
amenaza a nuestra autoestima. Creemos que la seguridad
y la felicidad tienen su origen en la aprobación de los dePublic and Private Conversations
El problema que significa alejar a nuestra persona de la explicación del problema es que perderíamos todo el poder
que tendríamos de otro modo para poder influir en la situación. Tal como lo he expuesto en el capítulo anterior, si no
nos vemos a nosotros mismos como parte del problema, no
podremos sentirnos como parte de la solución. Aún cuando
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no seamos un agente directo o la causa del problema, podremos vernos como parte del sistema que genera la situación insatisfactoria. Cada vez que sufrimos, tenemos "algo
que ver" con el problema. Esto se vuelve obvio a través de
ésta exageración: si estuviese muerto, no tendría más problemas. Pero tomemos un caso real para probar este punto.
Un gerente Sudamericano para quien yo estaba trabajando,
llamémosle Al, estaba enfadado porque sus colegas habían
programado las vacaciones de su equipo sin consultárselo
anteriormente. De acuerdo a la programación, su departamento no tendría personal en un determinado momento
crítico. Al estaba furioso pues nadie había considerado sus
necesidades. "¡Esto es increíble!" decía, frustrado. "¿Cómo
pueden dejarme con tan solo cinco personas en Febrero?
¡Están dementes si creen que podremos procesar las órdenes que vienen de Norteamérica! Es invierno allí, nadie tomará vacaciones entonces."
Para ayudarle a pensar, pregunté, "Al, ¿de quién es este
problema?" "De ellos, por supuesto", respondió, enojado,
"Deberían haberme preguntado antes de programar las vacaciones de mi personal y anunciarlo públicamente".
"Hubiese sido mejor si lo hubiesen consultado contigo, pero
no es lo que hicieron", le dije, con empatía. Pero no acepté
esta posición de víctima; insistí, pidiéndole que buscase la
oportunidad de ser un protagonista, "Al, ¿quién está sufriendo producto de esta situación?" "¡Yo lo estoy, por supuesto!" respondió. Entonces repetí mi pregunta, "Por lo
tanto, ¿de quién es este problema?"
Hubo un largo silencio, y en ese momento, noté una chispa
de comprensión en sus ojos. "¿Estás intentando decirme
que este es mi problema?" preguntó incrédulo. "Yo no tuve
nada que ver con esa decisión". "Precisamente de eso se
trata, tú no participaste en esa decisión", reconocí, "pero tú
eres quien está sufriendo las consecuencias. Si tú eres quien
Tenemos miedo de la desaprobación, vergüenza y
amenaza a nuestra autoestima. Creemos que la seguridad y felicidad se originan
en la aprobación de los
demás
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está sufriendo, tú eres quien tiene el problema. No hay nadie que tenga mayor interés que tú en tomar medidas correctivas. Si esperas que otros, aquellos que tomaron las
decisiones de acuerdo a sus propias prioridades, resuelvan
tu situación, entonces te deseo buena suerte".
Aún cuando Al comenzó a comprender mi esquema de pensamiento, seguía atrapado en el papel de víctima. "¿Por qué
tengo que solucionar un problema del que no soy responsable?" protestaba convencido. "Porque tú eres quien está
siendo perjudicado por él. Si quieres un cambio, debes
hacerte cargo del problema", insistí. "Tú no eres el responsable del problema, pero sí eres responsable de enfrentarlo.
No importa quién causó el problema el hecho es que estás
en una situación insatisfactoria. Puedes seguir lamentándote y echándoles la culpa a los demás, o puedes tomar la
responsabilidad y actuar para cambiar las cosas. Hagas lo
que hagas, tendrás que vivir con las consecuencias". "Pero
eso no es justo", se defendió con razón. "Esto no es culpa
mía".
"Al", dije con algo de tristeza, "a vida no es justa; y si esperas justicia terminarás revolcándote en el resentimiento y la
resignación. Mi sugerencia es que dejes de lado la ilusión de
que otras personas se ocuparán de tus problemas solo porque crees que ellos son los causantes. Estarás mucho mejor
si te ocupas de la situación tú mismo. No importa si crees
que no es justo. La justicia es una excusa a menudo utilizada
"No eres responsable del
problema, pero eres el responsable de enfrentar el
problema…"
para esconder la irresponsabilidad, la ineficiencia y la falta
de liderazgo. El poder de uno mismo y la paz interior son totalmente opuestos a la expectativa de justicia". Finalicé la
conversación con Al sugiriéndome un libro: El Hombre en
Busca de Sentido, de Victor Frankl, un libro que influyó tremendamente en mi vida, y lo sigue haciendo.
En su trabajo, el psiquiatra austriaco describe su experiencia como prisionero del campo de concentración de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial. Resulta difícil
imaginar una situación más destructiva e injusta. Aquellos
que habían sido encerrados allí no eran culpables de nada.
No eran responsables de su situación. Eran completamente
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impotentes e inocentes. En medio de tan terribles condiciones, Frankl descubrió que la dignidad del ser humano subyace en su capacidad inalienable de elegir su respuesta ante
cualquier situación. Y es en esa respuesta en donde el ser
humano puede expresar sus principios y valores de manera
incondicional.
Estímulo - Reacción
Las creencias y supuestos inconscientes son la causa de una
irresponsabilidad general y una sensación de victimismo.
Casi todos nosotros hemos sido adoctrinados para renunciar a la mayor cantidad de responsabilidad posible. Por lo
tanto, la mayoría de nosotros pensamos y actuamos de
acuerdo con la teoría tradicional del comportamiento del
ser humano: estímulo y reacción. Esta teoría niega el libre
albedrío, la responsabilidad y la rendición de cuentas, diciendo que las personas y su comportamiento están enteramente determinadas por factores externos.
Estímulo
Determinismo
Reacción
Por ejemplo, si les preguntaras a las personas por qué
atienden el teléfono o por qué detienen su auto, la mayoría
contestará que atienden el teléfono porque suena, o que
detienen el auto porque el semáforo muestra una luz roja.
Esta explicación condiciona su comportamiento a un factor
ambiental. Esta teoría no deja lugar a una elección consciente: la persona es un robot, que responde a un estímulo
externo de acuerdo a reglas preestablecidas. No obstante,
esto no puede estar correcto. ¿Quién no ha dejado sonar el
teléfono hasta que el llamado entrase en la casilla de mensajes (especialmente en esta época de identificadores de
llamadas)? ¿Quién no ha cruzado aún estando la luz roja?
Debe haber algo más detrás de los factores ambientales.
Por supuesto, este "algo más" es la "elección". Reconocer
que tenemos una elección es algo incómodo; nos saca de
nuestro escondite y nos deja expuestos. Cuando el teléfono
suena en medio de una reunión y, encogiéndome de hombros le digo a la persona en mi oficina, "Discúlpame, debo
contestar esta llamada", estoy, en realidad, mintiendo. Yo
no tengo que atender esa llamada. Yo elijo atenderla-posiblemente retrasando la conversación. Es mucho más
fácil culpar al teléfono que aceptar ser responsables de la
interrupción. Es como si yo dijera, "si esto te molesta, pue-
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des enfadarte con el teléfono, pero no conmigo. Yo no tengo nada que ver con esto".
El comportamiento tiene sus raíces en la consciencia del ser
humano (en sus modelos mentales). Lo que ocurre por fuera de esa consciencia no causa una acción, sino que influencia la acción. No contestamos el teléfono porque suena, ni
detenemos el auto porque hay una luz roja, ni realizamos
acciones porque algo ocurre en nuestro entorno. Nosotros
elegimos hacer lo que hacemos como una respuesta a una
situación de la que estamos conscientes. Nosotros elegimos
actuar de la manera en que lo hacemos, porque creemos
que es la mejor manera posible (bajo las circunstancias) para perseguir nuestros intereses de acuerdo a nuestros valores. Los factores externos no son estímulos, son información.
Información- Conciencia - Elección - Comportamiento
Un suceso externo no es un estímulo que desencadena una
reacción condicionada, sino un dato que provee información. Las percepciones no obligan a una persona a hacer algo; solo proveen datos acerca de lo que está sucediendo.
Cabe a la persona decidir cómo responderá a esa información, de acuerdo a sus objetivos y a sus valores. Por lo tanto, contestamos el teléfono cuando este suena, porque
queremos hablar con la persona que llama. (Si tenemos algo más importante que hacer, escogeremos dejarlo sonar.)
Detenemos nuestro auto cuando vemos que la luz verde se
transforma en roja, porque no queremos tener un accidente. (Si tenemos una gran urgencia podríamos elegir arriesgarnos a tener un accidente y cruzar la luz roja de todas
maneras) Hacemos lo que hacemos cuando recibimos información de nuestro entorno, porque creemos que es la
manera más eficaz de alcanzar nuestros objetivos de acuerdo a nuestros valores.
Responsabilidad - Dignidad - Libertad - Humanidad
incondicional
Información
Conciencia
Elección
(percatarse)
(decidir)
Respuesta
Cuando contesto el teléfono en medio de una reunión, mi
verdadera explicación sería: "Entiendo que atender este
llamado significa interrumpir nuestro diálogo, pero prefiero
hacerlo porque estoy más preocupado con saber quién llama, que en continuar con nuestra conversación". Esto no
suena tan "amable" como disculparme por tener que atender el teléfono. De todas maneras, la "amabilidad" aparente
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es pura irresponsabilidad mezclada con hipocresía. La realidad es que estoy más interesado en contestar el teléfono
que en continuar con nuestra conversación; esa es la razón
por la cual elijo hacerlo.
Esta conciencia y habilidad para elegir es esencial para la
responsabilidad, la dignidad, la libertad y la humanidad. Independientemente de sus circunstancias, el ser humano
puede prestar atención, estar consciente y elegir cómo responder. En su libro Los Siete Hábitos de la Gente Altamente
Efectiva, Stephen Covey cita una frase que ha tenido un importante impacto en su vida: "Existe un espacio entre el
estímulo [y la reacción]. En ese espacio yacen nuestro crecimiento y nuestra felicidad". Esta frase expresa la diferencia entre el modelo estímulo-reacción y el modelo información-respuesta; entre reactividad y responsabilidad.
El Modelo Expandido
Podemos expandir el modelo con nuevas variables y relaciones:
Realidad externa:
Realidad interna:
hechos
datos
recursos
alternativas
restricciones
sensaciones
impulsos
emociones
pensamientos
habilidades
Información
Información
Conciencia
Información
Objetivos
(autodeterminados)
Efectividad y excelencia.
Satisfacción y
alegría condicionales.
Éxito condicional.
Información
Elección
Valores
Integridad y virtud.
Paz interior y
felicidad incondicionales.
Éxito más allá del éxito
Comportamiento
Influencia
Resultado
Influencia
Factores externos
incontrolables
(condicionado)
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El ser humano existe como una entidad consciente. Su
consciencia le permite estar al tanto de su situación externa
(hechos, datos, recursos, alternativas, restricciones, resultados históricos, etc.) como también de su situación interna
(sensaciones, impulsos, emociones, pensamientos, habilidades, etc.) Aún cuando estos factores internos tienen lugar
dentro de su cuerpo y mente, los categorizamos como una
parte de la situación, porque están más allá de su control.
Una vez que organizamos nuestras percepciones dentro de
una situación, consideramos nuestra posición de acuerdo a
nuestros objetivos y valores. Luego de esta evaluación, elegimos una respuesta y nos comportamos de acuerdo a
nuestra elección. El comportamiento, junto con otros factores externos incontrolables, determina los resultados. Estos resultados se transforman en parte de la situación en la
que nos encontraremos en el siguiente momento. Decimos
que el comportamiento no es condicionado, porque depende solamente de la voluntad de la persona
Intentamos usar nuestras habilidades y recursos (físicos, tales como el dinero y los activos, e intangibles, como ser la
reputación o el conocimiento) de la mejor manera posible,
por medio de nuestras decisiones y acciones. Hacemos esto
para perseguir nuestros objetivos de acuerdo a nuestros valores. Comparando los objetivos con los resultados se puede ver cuán efectiva es una persona (hay mayor efectividad
cuando hay más consistencia). La comparación entre los valores y el comportamiento dice mucho acerca de la integridad de una persona (hay más integridad cuando hay más
consistencia)
Cuando el resultado es consistente con los objetivos, decimos que la persona es exitosa. Este éxito crea una satisfacción y felicidad "condicional". Son condicionales pues el resultado depende de factores que escapan al control de la
persona. Aún después del esfuerzo más entusiasta, es imposible garantizar el éxito; "lo que pueda salir mal, saldrá
mal"-como dice el refrán.
Cuando el comportamiento es consistente con los valores,
decimos que la persona ha alcanzado el éxito incondicional:
el éxito más allá del éxito. Este éxito genera una paz interior
y una felicidad que va más allá de las amenazas de los choques externos. Es incondicional porque está basado en el libre albedrío del ser humano y su autonomía más allá de
cualquier factor externo. Aún cuando los resultados puedan
no ser aquellos que queramos, siempre es posible estar en
paz porque sabemos que hicimos lo mejor que pudimos pa-
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ra enfrentar la situación con dignidad. La tristeza (superficial) del fracaso (superficial) es totalmente compatible con
la (profunda) satisfacción de un (profundo) éxito.
"Cuando el comportamiento
es consistente con los valores, decimos que la persona
ha"El
alcanzado
el éxito inconcomportamiento,
junto
dicional.
El éxito
más allá
con factores
incontrolables
del
éxito. Este
éxito genera
externos,
determina
el reuna
paz interior y una felisultado
cidad que va más allá de las
amenazas de los choques
externos”.
El Bagahvad Gita³, sagrado libro de Hinduismo, dice, "tú tienes el derecho a la acción, pero no tienes derechos sobre
los frutos de tu acción". En una versión libre de algunos de
sus versos, podemos crear el siguiente poema:
Mientras que aquellos con una mente simple
se aferran a sus acciones
y se preocupan de los resultados,
el sabio es libre de todos los apegos
Sin cegarse por el éxito
ni sufriendo ansiedad por su fracaso
ofrece sus acciones
en el fuego de la virtud.
En paz con lo que sea que ocurra
sin estar atado al placer de la victoria,
ni al dolor de la derrota,
actúa con plena consciencia.
Aquel que cumple con su deber
sin preocuparse con los resultados
es un hombre verdaderamente sabio.
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Responsabilidad frente a Reactividad
Este modelo se basa en una afirmación fundamental: que
poseemos libre albedrío y siempre podemos ejercerlo de
manera consciente. Esto no resulta obvio, especialmente
cuando los hechos desencadenan en nosotros fuertes reacciones emocionales. Los pensamientos y sentimientos automáticos son pre-conscientes; esa es la razón por la cual
resultan difíciles de contener una vez que se manifiestan en
nuestras mentes. ¡Cuántas veces nos descubrimos a nosotros mismos actuando de manera absolutamente reactiva e
inconsciente! Hacemos y decimos cosas que más tarde lamentamos, nos sentimos mal acerca de nuestro comportamiento y nos sentimos culpables de tomar decisiones apresuradas. En todos estos casos, el pensamiento común es:
"Hubiera sido tanto mejor si hubiese pensado antes de
hacerlo, si tan solo hubiese respirado hondo y pensado
acerca de lo que estaba a punto de decir o hacer…"
En vez de seguir lamentándonos, deberíamos finalmente
aprenderla lección. El comportamiento reactivo nunca es
satisfactorio en el largo plazo--en el corto plazo, sin embargo, debemos admitir que reaccionar puede proporcionarnos alivio y gratificación. Las pasiones inconscientes raramente son consistentes con los objetivos y valores conscientes. Por lo tanto, antes de actuar, es recomendable tomarse un tiempo y considerar la situación. Una manera de
hacerlo es tomar un gran respiro (en silencio) para volver a
conectarnos con nuestra mente consciente. Esto toma tan
solo unos segundos y genera grandes beneficios. (Ver Capítulo 19, "Meditación, Energía y Salud" y Capítulo 23, "Inteligencia Emocional").
Al tiempo que inhalo, presto atención al aire que ingresa a
través de mi nariz y llena mis pulmones; presto atención a
mis piernas y siento como la Tierra me sostiene; presto
atención a mis brazos y siento la libertad en el aire. Esta inhalación me trae completamente al "aquí y ahora", me
ayuda a estar presente y plenamente consciente. Al exhalar, presto atención a mis objetivos y valores, y recuerdo
los intereses y principios en mi vida; reafirmo mi compromiso de dar lo mejor de mí en todo momento y frente a
cualquier desafío. Esta exhalación me proyecta hacia el futuro, reafirmando mi consciencia.
Afortunadamente (¿afortunadamente?) la vida me provee
de muchas oportunidades para practicar la respiración
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consciente. Algunos meses atrás, por ejemplo, yo estaba en
una reunión con ejecutivos de una empresa europea. Estaban considerando pedirme que haga algunos seminarios.
Aunque la reunión iba bien, uno de los ejecutivos tenía una
actitud bastante condescendiente hacia mí. En su opinión,
los contenidos de mi material eran "soft stuff" contenidos
blandos, poco contundentes, y no relevantes para el mundo
de los negocios. Varias veces intenté indagar, pidiéndole
que expusiera sus preocupaciones.; pero no funcionó. Sus
explicaciones eran meras repeticiones de su declaración inicial.
A mi deseo de conseguir el trabajo pronto se le unió mi
miedo a perderlo a causa de este "enemigo". Mis emociones se encendieron y comencé a prepararme para una guerra verbal. Después de años de experiencia con este tipo de
oposición, mi arsenal de conceptos es diverso y convincentemente atractivo. Ya me han dicho que soy realmente
bueno cuando se trata de abrumar a las personas. Justo antes de que comenzara la batalla, sonó una alarma en el fondo de mi mente. Cerré la boca, tomé aire para hallar mi
centro, mi libertad, mis deseos y mis valores; en definitiva,
para hallarme a mí mismo. Sin la reactividad previa, miré a
esos ejecutivos y les dije: "No estoy seguro de que mi material sea el adecuado para su empresa en este momento, eso
es algo que ustedes deben decidir. Creo que para tener éxito en sus negocios, deberán hacer el mejor uso posible de
las capacidades de su personal. Para armar equipos de alto
rendimiento, una empresa necesita de un ambiente dotado
de consciencia, responsabilidad y comunicación efectiva. Mi
oferta es ayudarlos a desarrollar líderes que sean capaces
de fomentar dicho ambiente."
La reunión se desarrolló en una atmósfera mucho más placentera y la conversación terminó bien. Al recordar ese episodio en el avión una sonrisa de satisfacción se dibujó en
mis labios. Oh, sí. Finalmente la empresa decidió no contratarme. No tuve éxito, pues me hubiese gustado obtener el
contrato, pero aunque lamenté este fracaso, aún estaba orgulloso de actuar en total armonía con mis valores: mi objetivo principal no es "persuadir" al cliente potencial de contratarme. Mi tarea es "ofrecer" mis servicios de la manera
más atractiva posible; mostrar que podrían traer valor al
cliente. Después de eso, solo puedo respetar la libertad de
elección del cliente.
La decisión de contratarme o no está más allá de mi control;
mi propio comportamiento es lo que cuenta frente a mi
propia paz e integridad.
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El Éxito Sumado a la Paz (Integridad)
Cualquier acción puede ser evaluada desde dos perspectivas diferentes. En cuanto apunta a lograr ciertos resultados,
puede ser juzgada como más o menos efectiva de acuerdo
al grado en que logra su éxito. Más allá de los resultados,
sin embargo, la acción pretende permanecer dentro de un
espacio definido por ciertos principios morales. Por lo tanto, puede ser juzgada como más o menos íntegra de acuerdo a la consistencia que tenga respecto de los principios
que guían a la persona que la realiza.
"Mi propio comportamiento
es lo que cuenta para mi
propia paz e integridad”
Tomemos como ejemplo a un gerente de planta que se encuentra preocupado por problemas relacionados con la calidad. Luego de analizar la situación con su equipo, encuentra que algunas máquinas no están controladas. Haciendo
su mejor esfuerzo, ellos analizan, prueban y ajustan el sistema, mejorando la situación, pero el producto aún sale defectuoso. El equipo "falló" en su objetivo de calidad total
(cero defectos), pero al mismo tiempo se comporta con
dignidad utilizando sus recursos de acuerdo a sus más altos
conocimientos y comportándose de acuerdo a sus valores.
Este sentido de la integridad es exactamente lo que permite
que el equipo acepte su fracaso parcial sin avergonzarse.
Sin miedo a reconocer el resultado insatisfactorio, el equipo
es capaz de comenzar un nuevo ciclo en su proceso de
aprendizaje.
No existe una contradicción entre el éxito y la paz; ambos
son valiosos. Muchas personas temen que si encuentran satisfacción en su comportamiento honorable, dejarán de
preocuparse del resultado. (Esta puede ser la razón por la
que muchos padres no reconocen la excelencia académica
de sus hijos y, al recibir las calificaciones preguntan, "¿Por
qué hay una B? ¿Por qué tienes una B y no una A? ¿Qué fue
lo que ocurrió aquí?" Tal vez esta sea la razón por la cual
muchos gerentes son reacios a reconocer la excelencia de
sus empleados. Estudiaremos esto más detalladamente en
el Capítulo 15, "Comunicación Multidimensional"). Este no
es el caso aquí. La excelencia es uno de los valores más
esenciales del ser humano, un valor que nos impulsa a perseguir enérgicamente el éxito por todos los medios honorables que tenemos a nuestra disposición.
Public and Private Conversations
"La excelencia es uno de los
valores más esenciales del
ser humano, un valor que
nos impulsa a perseguir
enérgicamente el éxito por
todos los medios honorables que tenemos a nuestra
disposición.”
Pero el éxito no es el único valor. La virtud impone algunas
restricciones en nuestra búsqueda del éxito. Aquel que subordina el éxito a la integridad, se auto limita en el uso de
los medios. Por ejemplo, no boicoteará a un colega que es
candidato a la misma promoción que él. Es también cierto
que un comportamiento pervertido puede, algunas veces,
tener éxito en el corto plazo. Sin embargo, cuando la integridad está subordinada al éxito, no existen las reglas y la
vida se desvanece dentro de un vacío existencial.
Abraham Maslow encontró una secuencia de justicia en la
vida. Comentó en una carta que "Me resulta bastante evidente que, tarde o temprano, la vida nos lastima a todos, y
que la virtud es recompensada muchas más veces de lo que
es ignorada. También creo que ahora puedo probar ésta
hipótesis usando estrictamente métodos de investigación
ortodoxos.
Esencialmente, llegué a la conclusión que durante el curso
de una vida - la quintaesencia del largo plazo- las probabilidades de que el mal sea castigado son de (casi) 85%. Las
probabilidades de que se recompense la virtud son de (alrededor de) 55%. Esta probabilidad no es muy alta, pero
aún así es más alta que el puro destino (50%).
"La libertad de elegir como
responder a una situación
(responsabilidad) abre la
puerta a la dimensión ética
de la existencia humana”
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De cualquier manera, Maslow no creía que estas observaciones acerca de las consecuencias externas llegaran al
meollo de la cuestión. Siguió diciendo, "Pero la verdadera
cuestión es que tanto el castigo como la recompensa son
esencialmente intrapsíquicos. Esto significa que están relacionados a un sentimiento personal de felicidad, paz y serenidad, como también a la ausencia de emociones negativas
como la pena, el remordimiento y la culpa. En cuanto a la
recompensa, ésta es, normalmente, la satisfacción de las
necesidades básicas de pertenencia, de sentirse amado y
respetado, y el vivir, en general, en un mundo Platónico de
belleza, verdad y virtud pura. En otras palabras, nuestras
recompensas en la vida no vienen necesariamente en la
forma de dinero, poder o estatus social".
Expresiones tales como "paz esencial" o "satisfacción incondicional" son muy reales para cualquiera que se haya
entregado plenamente en un evento deportivo. La satisfacción de dar el 100%, poner el cuerpo y el alma en el partido,
con un espíritu de juego limpio, es independiente del resultado del partido. Ya sea ganando o perdiendo, el hombre
sabio - así llamado por Bhagavad-Gita - está siempre listo
para aceptar lo que le depare el destino y para seguir
aprendiendo, y las deficiencias de la vida no tienen un efecto negativo en su autoestima. Por el contrario, el enfrentar
estos desafíos con voluntad y entusiasmo es el origen de su
más profundo orgullo.
La libertad de elegir cómo responder a una situación (responsabilidad) abre la puerta a la dimensión ética de la existencia humana. Aunque no podemos determinar la situación que enfrentamos o los resultados de nuestras acciones,
siempre somos capaces de elegir cómo nos comportaremos
ante la circunstancia que tenemos que enfrentar. La dignidad humana no depende de la efectividad, sino de la consistencia entre el comportamiento y los valores. La oportunidad de actuar con dignidad es absolutamente básica e inalienable. La dignidad, al igual que la responsabilidad, es tan
incondicional como la humanidad del ser humano. Depende
solamente de actuar de acuerdo a la consciencia y los valores.
Algunos consideran que los valores y el comportamiento
virtuoso son un "lujo" asequible solamente para aquellos
que tienen sus necesidades básicas cubiertas. "Cuando las
circunstancias son difíciles, estos supuestos pragmáticos dicen, "Resulta necesario dejar de lado los escrúpulos y hacer
lo que sea necesario para salir adelante". Pienso exactamente lo contrario. Es precisamente en tiempos difíciles
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cuando los escrúpulos se vuelven vitales. Es cuando el
mundo amenaza con separarnos de nuestro centro y con
estrellarnos contra las rocas de la inconsciencia cuando
nuestra verdadera naturaleza se encuentra más claramente
expuesta. Para operar con dignidad en medio del caos, necesitamos estar anclados a nuestros valores. Sin ese anclaje,
actuaríamos de maneras que podríamos lamentar, plantando las semillas amargas de futuros remordimientos.
La libertad de elección impone la necesidad de explicar. El
libre albedrío obliga al ser humano a justificar su respuesta
a las circunstancias. El tener que rendir cuentas es la otra
cara de la responsabilidad: la necesidad de justificar nuestra
conducta. La moneda tiene dos caras: por un lado tenemos
el poder de tomar decisiones, y por el otro, la obligación de
dar cuenta de nuestras decisiones. El miedo a la rendición
de cuentas es lo que conduce a muchas personas a asumir
el rol de víctimas. Cuando nos apropiamos de nuestras acciones, también nos apropiamos de sus consecuencias. Si
nos hacemos cargo de nosotros mismos, seremos llamados
a explicar nuestra conducta.
Por ejemplo, en los juicios por ataques físicos, la defensa intenta reducir la responsabilidad alegando que el acusado
actuó bajo un estado de "emoción violenta"; en los casos
por robo, el acusado tenía alguna necesidad urgente, y así.
La doctrina legal que justifica esta línea de defensa propone
que, bajo ciertas circunstancias, la persona no es libre de
elegir sus acciones; en otras palabras, él no tiene otra opción sino apuñalar a su ser amado o robar lo que es propiedad de otro. Como la persona no es libre de elegir, entonces
no es responsable de sus acciones. No puede ser responsable de acciones que nunca "eligió". Lo mismo ocurre con los
alegatos de insania (temporaria o permanente), que sugieren que la persona "no era ella misma" al momento de perpetrar el crimen del que se le acusa.
Creo que mis hijos son expertos en leyes…
De Víctima a Protagonista
Cuando miramos nuevamente lo que diferencia a los protagonistas de las víctimas, podemos ver que, además de tener
mayores probabilidades de éxito, el protagonista tiene la
posibilidad inalienable de lograr la paz interior (integridad).
Aunque no siempre sea posible lograr el resultado deseado,
siempre es posible comportarse honorablemente. Hagamos
un ejercicio para apreciar mejor las diferencias entre víctimas y protagonistas. (El ejercicio puede ser hecho indivi-
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dualmente o en grupos. En grupos, el ejercicio se ve reforzado por la dinámica de la colusión de las víctimas).
“Aunque no siempre sea posible lograr el resultado deseado, siempre es posible comportarse honorablemente”.
“La pseudo-amistad de una
víctima siempre puede ser
comprada diciéndole que
tiene la razón”.
Las preguntas para la primera ronda del ejercicio son las siguientes:
Piense en una situación insatisfactoria por la cual haya pasado (o esté pasando ahora): una reunión ineficaz, una conversación áspera o un evento frustrante. En base a esa situación, por favor conteste las siguientes preguntas desde
la perspectiva de una víctima. (Para lograr los objetivos del
ejercicio es necesario que se ponga completamente en el
papel de la víctima. Por favor haga el esfuerzo de sentirse
completamente irresponsable)
1. ¿Qué te ocurrió?
Si el ejercicio es hecho en grupo, mientras cada participante
se queja, los demás participantes lo "ayudan", poniéndose
de su lado y usando expresiones tales como, "No puedo
creer que hayan hecho eso contigo", "Es tan injusto", "No
deberías ser tratado de esta manera", "Son tan malvados",
"Pobre de ti, no mereces esto". El objetivo es proporcionar
"apoyo moral" a la víctima. Este tipo de "ayuda" y "apoyo",
sin embargo, son totalmente contraproducentes. Fomentan
la inconsciencia e impotencia. Estos comentarios son "salvavidas de plomo"; hunden al receptor más y más profundamente en la historia de la víctima.
6. ¿Qué debería hacer esa persona (o grupo) para reparar el
daño?
La compasión es una forma vacía de amistad. Alimentar los
sentimientos de impotencia, resignación e indignación es
una forma "barata" de ejercer la amistad. De la misma manera, las personas pueden comprar el pseudo-amor de un
niño a bajo precio, dándole todo el chocolate que desee; o
el de un alcohólico, comprándole otra bebida. La pseudoamistad de una víctima siempre puede ser comprada diciéndole que tiene la razón. Tal como ocurre con los chocolates y el alcohol, las razones de la víctima no son saludables. El amor verdadero está sustentado por la salud a largo
plazo, en contraposición a la gratificación o alivio inmediatos. El amor dotado de firmeza desafía a la víctima a transformarse en un protagonista.
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2. ¿Quién te hirió o tuvo un impacto negativo en ti?
3. ¿Qué te hizo esta persona (o este grupo)?
4. ¿Cómo te sientes respecto a eso?
5. ¿Qué debería haber hecho esa persona (o grupo)?
7. ¿Cómo te afectaría si esa persona (o grupo) siguiera con
esa conducta?
8. ¿Cómo te sientes en el lugar de la víctima?
Tomemos un caso de la vida real.
1. "¿Qué me ocurrió? Algunos días atrás, recibí una solicitud
urgente para enviar una propuesta de servicios de consultoría. Tenía que enviar la propuesta en 48 horas. ¿Pueden
creerlo? Querían algo en papel, en dos días, ¡dos días! No
había manera de poder hacerlo. Estaba ocupado con otras
cosas. ¿No se dan cuenta estas personas de que NO son los
únicos clientes en el mundo?"
2. "¿Quién me hirió? El departamento de Recursos Humanos de la empresa que solicitó la propuesta. No puedo creer
que sean tan desorganizados. ¿Cómo se atreven a exigir algo así casi de un día para el otro? Son tan poco profesionales. ¿Qué es lo que están pensando? ¿Que no tengo nada
más que hacer, que tengo que estar libre para ellos en todo
momento? Grrr."
3. "¿Qué me hicieron? Me pusieron entre la espada y la pared. Con todo lo que tengo que hacer, lo último que necesito son solicitudes urgentes. Por culpa de ellos, tuve que trabajar hasta muy tarde en la noche y con mucho estrés.
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Además, mi esposa estaba enfadada conmigo por estar hasta tan tarde en la noche enchufado a una computadora.
¡Todo eso a causa de una apestosa propuesta!"
1. ¿Qué desafío enfrentó?
4. "¿Cómo me siento con relación a eso? ¡Enojado! Muy enfadado por tener que pagar por la falta de planificación de
estos necios. Obviamente necesitan ayuda para aprender
cómo trabajar bien. No saben nada sobre planificación y
control de gestión."
3. ¿Cuál fue su objetivo?
5. "¿Qué debería haber hecho esa persona (o grupo)? Evidentemente, deberían haber solicitado la propuesta con anterioridad. Normalmente estas cosas se solicitan con un
mínimo de dos semanas de antelación. Deberían ser más
considerados y no asumir que los consultores están sentados en sus casas, pasando un buen rato, listos para entrar
inmediatamente en acción ante el chasquido de sus dedos.
Es humillante trabajar para personas como esas".
6. "¿Qué debería hacer esa persona (o grupo) para reparar
el daño? Deberían por lo menos disculparse y prometer que
serán más considerados en el futuro. Por supuesto, dadas
mi buena voluntad y flexibilidad, deberían contratarme para
el trabajo. Más aún, espero que consideren el esfuerzo que
hice y ni siquiera piensen en negociar un descuento en mis
honorarios. (Incluí un sobreprecio de 10% en compensación
por ponerme bajo una agenda tan apretada; definitivamente me lo merezco)".
7. "¿Cómo me veré afectado si continúan con este comportamiento? Si consigo este trabajo (¿consigo? tal vez fuera
mejor si lo perdiera), me sentiré tenso, resentido y estresado. Seguramente tendré más problemas con mi esposa. El
solucionarles sus problemas no me permitirá planear mi vida. Siempre tendré que estar listo para las urgencias de mi
cliente".
8. "¿Cómo me siento como víctima? Me siento terrible. Tal
como Jack Nicholson en "Atrapado sin Salida". Resentido,
frustrado, enfadado, irritado y ansioso. Cielos. Esto es un
gran lío."
Una vez que cada miembro haya contestado a estas preguntas, irán a la siguiente ronda de preguntas. Es de vital
importancia que los participantes se refieran a la misma historia en este segundo paso. Los hechos seguirán siendo los
mismos; lo que cambiará aquí, será la interpretación.
Las preguntas de la segunda ronda serán:
Public and Private Conversations
2. ¿Cómo decidió responder a la situación?
4. ¿Cuáles valores y principios le gustaría que guiaran sus
acciones?
5. ¿Cuáles fueron las consecuencias (negativas) de su comportamiento? (si no hubieran habido consecuencias no deseadas, esta no sería una historia de insatisfacción).
6. ¿Puede pensar en alguna acción alternativa que hubiese
sido más efectiva para alcanzar sus objetivos (éxito)?
7. ¿Puede pensar en alguna acción alternativa que hubiese
sido más consistente con sus valores (integridad)?
8. ¿Hay algo que pueda hacer ahora para minimizar o reparar el daño de la situación original?
9. ¿Puede aprender algo de la experiencia que lo ayude a
comportarse con mayor efectividad e integridad en el futuro?
10. ¿Cómo se siente en el papel del protagonista?
Continuemos con el ejemplo.
1. "¿Qué desafío enfrenté? Tuve una solicitud urgente para
una propuesta (RFP) de un cliente potencial. La querían de
vuelta en dos días."
2. "¿Cuál fue mi respuesta? Trabajé hasta tarde para terminarla a tiempo. Tenía cosas qué hacer durante el día y
como elegí no posponerlas, yo (inconscientemente) escogí
escribir la propuesta en la noche."
3. "¿Cuál era mi objetivo? Obtener el contrato por mis servicios de consultoría. También quería no enfadar a mi esposa."
4. "¿Qué valores y principios me gustaría que gobernaran
mis acciones? quiero ser honesto y responsable. Quiero
estar a cargo de mis decisiones. Quiero equilibrar las demandas de mi vida profesional con las de mi familia. "
5. "¿Cuáles fueron las consecuencias (negativas) de mi
comportamiento? En primer lugar, el nivel de estrés bajo
el que estaba mientras trabajaba. En segundo lugar, el resentimiento una vez que todo hubo terminado. En tercer
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lugar, la riña con mi mujer, y el ambiente amargo que le
siguió."
6. "¿Pudo haber hecho algo más efectivo? Hmmmm. Con
certeza. Pude haber intentado negociar más tiempo en la
fecha límite. No sé si lo hubieran aceptado, pero ni siquiera pregunté. Aún cuando la fecha límite hubiese sido arreglada, pude haber pospuesto algunas de las otras cosas
que hice durante el día. La realidad es que pasé bastante
tiempo haciendo cosas que no eran tan urgentes, podría
haber esperado para hacerlas otro día. Más aún, aunque
no pudiese posponer lo que hice durante el día, podría por
lo menos explicar la situación a mi esposa. Ella es muy sensible y estoy seguro de que hubiese comprendido la situación. Hasta podría haberme ayudado a terminar más temprano. Finalmente, pude haberme negado a realizar la
propuesta. Nadie me obliga a enviar propuestas a todos
los posibles trabajos. Si no puedo hacerlo, entonces no
puedo hacerlo. No vale la pena atravesar tantos problemas. Estuve tan ciego; nada de esto se cruzó por mi mente
antes. ¡Veo tantas oportunidades ahora!"
7. "¿Podría haber hecho algo que estuviera más alineado a
mis valores (integridad)? De hecho, mis respuestas a la
pregunta previa no solo hubiesen sido más eficientes,
también hubiesen tendido más integridad. Hubiese deseado hacer este ejercicio antes de enfadarme tanto. No había razón para enfadarme. Estoy seguro de que hubiese evitado la discusión con mi esposa. "
8. "¿Cómo puedo minimizar el daño ahora? Lo primero que
haré será disculparme con mi esposa. Ella no sabía nada
acerca de la propuesta. Cuando ella me pidió que me alejara de la computadora, la acusé de ser insensible. Ella no
merecía eso. Creo que actué inconscientemente. En segundo lugar, dejaré de culpar a la empresa que solicitó la
propuesta. Ellos son libres de preguntar lo que deseen, y
yo soy libre de rechazar su solicitud si no deseo hacerlo. Es
una tontería estar resentido por algo que yo mismo escogí
hacer. En tercer lugar, aprenderé la lección para la próxima
vez que reciba una Solicitud de Propuesta (RFP) urgente."
9. "¿Qué lección puedo aprender? Antes de aceptar enviar
una propuesta con tanta urgencia, pediré una extensión. Si
eso no es posible, revisaré mi agenda y veré si puedo posponer algo. Si no puedo posponer nada, entonces hablaré
con mi esposa para ver si puedo extender mi horario de
trabajo con su aprobación. Si juntos decidimos que es demasiada presión, entonces rechazaré la solicitud. Si deci-
Public and Private Conversations
dimos que vale la pena el esfuerzo, entonces daré lo mejor
de mí, sin sentirme victimizado por las circunstancias. No
necesito estrés ni resentimiento en mi vida."
10. "¿Cómo me siento como protagonista? ¡Mucho mejor!
Siento algo de dolor, viendo cuán inconsciente he sido. De
todas formas, prefiero pagar el precio por tomar consciencia a seguir inconsciente. No caeré en la misma trampa en
el futuro. ¡Incluso hasta estoy esperando recibir otra solicitud urgente de propuesta para poner a prueba mis nuevas
habilidades!"
Mientras que las preguntas de la primera ronda activan la
historia de la víctima, la segunda ronda de preguntas coloca la historia del protagonista en primer plano. Más allá de
este ejercicio, estas preguntas resultan útiles en interacciones personales y profesionales. Así como un gerente
puede ayudar a sus empleados a abandonar el camino de
la víctima, una madre puede ayudar a su hija. Así como un
colega puede ayudar a otro a estar más consciente de su
necesidad de ser un protagonista, un cónyuge puede ayudar a otro a dejar de sentirse miserable y a asumir la responsabilidad por su futuro. Como consultor y profesor, intento ayudar a mis clientes a actuar de manera responsable al estar enfrentados a los desafíos de la vida.
Libertad
La definición tradicional describe a la libertad como la capacidad para tener y hacer lo que deseamos. Llamo a esta
libertad "relativa" o "condicional", porque depende de factores que van más allá del control de la persona. De acuerdo a esta definición, nadie es totalmente libre: la vida está
llena de restricciones. Por ejemplo, la gravedad evita que
volemos como los pájaros, o haber nacido en la Argentina
evita que esa persona sea un ciudadano nativo de los Estados Unidos. Existe un rango de grados de libertad relativo.
Por ejemplo, una persona que posea un auto es más "libre" que una que no lo posea - tal como los adolecentes
bien saben. Desde esta perspectiva, los recursos tangibles
e intangibles amplían la libertad de las personas: Bill Gates
puede hacer cosas que yo no puedo, y un graduado universitario puede hacer cosas que una persona analfabeta
no puede.
Existe un argumento diferente que sostiene que la manera
de aumentar la libertad de una persona es reduciendo sus
deseos. Como la libertad depende de la satisfacción del
deseo, al reducir el deseo, éste será más fácil de satisfacer.
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Esto se encuentra ilustrado en una historia Sufi. El Mullah
Nasrudin estaba sentado en la calle, comiendo un plato de
garbanzos- la dieta de un hombre pobre. Un conocido que
pasaba por allí se detuvo ante él y, riendo, le dijo: "Mullah,
eres tan tonto. Si solo aprendieras a inclinarte ante el
príncipe no tendías que comer más garbanzos". "Y si tú
aprendieras a comer garbanzos, no tendrías que inclinarte
ante el príncipe", respondió Nasrudin.
Mi preocupación aquí no es esta libertad del tipo condicional, sino una más básica: la libertad esencial.
La definición esencial o incondicional describe a la libertad
como nuestra capacidad de responder a una situación
ejercitando nuestro libre albedrío. De acuerdo a esta definición, cada ser humano es absolutamente libre. Más aún,
todos somos igualmente libres- ningún hombre tiene más
libertad que otro. La libertad esencial es una característica
básica de la existencia del ser humano. Es, en realidad, una
tautología (la repetición inútil de un pensamiento expresado de manera diferente) porque siempre respondemos a
las situaciones comportándonos de la manera en que elegimos comportarnos.
Si nos enfrentamos a un delincuente armado amenazando
con quitarnos nuestro dinero o nuestra vida, por ejemplo,
tendremos bastantes opciones en relación a la manera en
que responderemos: podemos entregarle el dinero, atacar
al ladrón, intentar escapar, gritar, pedir ayuda, etc. Lo que
no podemos elegir es no tener al criminal ante nosotros,
atacándonos. Los fríos y duros hechos de la realidad no
son una elección. La libertad de un ser humano es incondicional, porque dentro de las restricciones impuestas por la
situación, puede elegir lo que él cree que es la mejor alternativa posible. Incondicional no significa sin límites, sino
que significa que tenemos siempre infinitas opciones dentro del conjunto de posibles respuestas.
Un "infinito acotado" no es una contradicción. Podemos
probar esto a través de un ejemplo matemático. Tomemos
un conjunto de números fraccionarios entre cero y uno.
Este es un conjunto infinito, porque entre dos fracciones
cualesquiera es posible encontrar otra fracción- por ejemplo, buscando su promedio. (En realidad, entre dos fracciones cualesquiera, es posible encontrar infinitas otras).
Por ejemplo, entre 0 y 1 , tenemos 1/2, entre 17/751 y
18/751 encontramos 35/1502 (el promedio entre 17/751 y
18/751) y así sucesivamente. Aún cuando el rango (0,1)
contiene infinitas fracciones, está, obviamente, delimitado.
Public and Private Conversations
No existe contradicción aquí. Muchas veces la vida nos
presenta la oportunidad de elegir cualquier número entre
cero y uno, pero sin la posibilidad de escoger el número 2.
La libertad en sí misma no es una elección libre. Somos
humanos, por lo tanto somos libres- por ende responsables y sujetos a tener que rendir cuentas- sin importar lo
que creamos acerca de nuestra libertad. La única diferencia es que el primer grupo está consciente de su libertad y
su responsabilidad, mientras que el segundo grupo no lo
está. Este sería el caso de dos sujetos, que tuvieran cada
uno de ellos un millón de dólares en el banco, pero solo
uno de ellos estuviera consciente de este hecho. Los dos
tendrían la misma cantidad de dinero en el banco, sin importar cuánto se quejara de su pobreza el segundo.
“Los fríos y duros hechos de
la realidad no son una
elección. La libertad de un ser
humano es incondicional,
porque dentro de las
restricciones impuestas por
la situación, puede elegir lo
que él cree que es la mejor
alternativa posible”.
Una persona siempre es libre de escoger su comportamiento, pero algunas veces elige estar inconsciente de esa
libertad y actúa como si no tuviera libertad alguna. Este es
el caso de la víctima. En este modelo mental, la víctima ve
su comportamiento totalmente determinado por factores
externos. La víctima no ve que lo que lo condiciona es su
perspectiva determinista y no los factores externos. Tomemos el caso de Mary, que se siente victimizada por su
jefe quien la "obligó" a asistir a una reunión. Si le preguntamos a Mary por qué asistió a la reunión, ella responderá,
"porque me lo ordenó mi jefe". Aún cuando su jefe le
hubiera pedido que asista, esta manera de contar su historia genera resentimiento y resignación. Podemos desafiar
a Mary, recordándole que la decisión de asistir fue suya;
ella podría haber escogido no ir a la reunión, a pesar de la
solicitud de su jefe.
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"No, no podía faltar a la reunión. Mi trabajo estaba en juego", podría discutir. Y podríamos responder:"Entonces
podías haber faltado, pero escogiste asistir porque las consecuencias de rechazar el pedido de tu jefe eran más negativas que las consecuencias de aceptarlo". "Bueno, es lo
mismo", podría decir ella.
"La diferencia es puramente semántica", concluiría probablemente Mary. Sin embargo, la diferencia no es solo
semántica. Para aceptar su libre albedrío, Mary debe
abandonar lo que los filósofos existencialistas llaman su
"mala consciencia" (su negación de la libertad). Mary puede negociar no asistir a la reunión, o, en una situación extrema, puede rechazar la solicitud de su jefe. Esto podría
traer como resultado consecuencias no deseadas - Mary
no puede escoger permanecer en su trabajo si su jefe la
despide- pero renunciar a su trabajo es una opción posible
(aunque no deseada en este momento). La libertad no significa que Mary pueda hacer lo que le plazca; la libertad
significa que ella puede elegir, al ser confrontada con una
serie de circunstancias, la respuesta más consistente con
sus objetivos y valores.
Libertad Social
Una definición interpersonal de libertad dice que es la capacidad de hacer nuestras elecciones sin amenazas de coerción. Somos libres cuando podemos decidir qué hacer
sin temor a una agresión (una amenaza física o ataque
contra una persona o su propiedad) La libertad social está
basada en el respeto mutuo. De acuerdo a la declaración
de independencia de los Estados Unidos, el único límite a
la libertad social de un individuo es el mismo derecho que
otro individuo tiene de vivir su vida como mejor le plazca
sin amenazas de violencia.
Esto es dramáticamente diferente del concepto de libertad
como la capacidad de escoger entre muchas opciones. Una
persona que tiene más recursos o posibilidades para la acción (por ejemplo, una persona influyente) no tiene más libertad. Por otro lado, una persona es libre cuando puede
controlar su destino sin estar sujeto a la agresión de otros.
(Discutiremos esto en profundidad en el Capítulo 24, "Valores y Virtudes".)
Public and Private Conversations
“Una persona es libre cuando
puede controlar su destino sin
estar sujeto a la agresión de
otros”
A nivel organizativo, el derecho a la propiedad es la base
para la harmonía entre el orden y la libertad El gerente
tiene alguna capacidad para controlar ciertos recursos,
porque los propietarios han delegado en él la autoridad
que deriva de su propiedad. Sin embargo, el empleado
siempre puede usar su libertad inalienable para renunciar
y partir. Mientras no haya una coerción o violencia, el contrato de trabajo está basado en la asociación libre de individuos soberanos que piensan que es más conveniente
operar juntos y no de manera separada. Si esta relación se
modifica, (en otras palabras, si alguno cree que sería más
conveniente separarse de los otros) la relación será insostenible.
La miseria y el sufrimiento humano son siempre debido a
violaciones de la libertad y a la falta de respeto a la autonomía de las personas. Cuando sufrimos en las relaciones
humanas, estamos siempre frente a una de estas cuatro situaciones:
1. Intentamos obligar a otra persona a hacer algo que nosotros queremos, pero él (o ella) no quiere hacerlo.
2. La otra persona intenta obligarnos a hacer algo que él o
ella quiere, pero nosotros no queremos hacerlo.
3. Dos personas intentan obligarse mutuamente a hacer
algo que ninguno de los dos quiere hacer.
4. Intentamos obligarnos a hacer algo que creemos que es
doloroso o indeseable.
La clave para evitar sufrir en el trabajo (y en la vida en general) es prestar atención y evitar caer dentro de esta
dinámica coercitiva.
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“La miseria y el sufrimiento
humano son siempre debido
a violaciones de la libertad y a
la falta de respeto a la autonomía de las personas”.
Éxito e integridad
Cuando presento mi visión acerca de la libertad, las víctimas y los protagonistas, Tiendo a recibir una gran resistencia de parte de las personas que sienten que han soportado circunstancias difíciles. Ya sea que hayan sido golpeadas
por la realidad, o que hayan sufrido a manos de otros, su
reacción a mi defensa del protagonismo resulta similar:
"¿Cómo te atreves a decirnos que nos responsabilicemos
por estos eventos? ¿No tienes sentimientos? ¿No puedes
ver nuestro dolor? Además, nosotros no somos quienes
provocamos este lío. ¿Por qué debemos arreglarlo? Ellos
son los responsables, ¡que ellos lo arreglen!"
Yo no soy un insensible. Las historias de personas que
sienten dolor me rompen el corazón. También soy muy
consciente de la inocencia de muchos de los que me retan.
En muchos casos, no son para nada responsables de las dificultades con las que han cargado. Por el contrario, son
víctimas inocentes. Aún así, les digo que cada uno de nosotros puede- y debe- hacerse responsable al momento de
enfrentar nuestras dificultades.
Imagínense al piloto de un avión que, al encontrarse en
medio de una tormenta, abandonara la cabina diciéndole
al copiloto: "Yo no soy el responsable de esta tormenta.
Dios la ha creado, que Él se encargue de ella. Conectaré el
piloto automático mientras voy a tomar una siesta en el
sector de los pasajeros. No bien termine la tormenta, avísame."
Suena ridículo, ¿no es así? La peligrosa tormenta- sin importar quién o qué la creó- exige que el capitán tome el
control de la manera más firme. Sería una cobardía ceder
la responsabilidad al piloto automático. El capitán debe
asumir como propia la responsabilidad de la seguridad de
los pasajeros, haciendo lo mejor que pueda y empleando
todos sus recursos para hacer frente a la circunstancia a la
que se enfrenta.
Public and Private Conversations
“…si no me veo como
responsable del problema,
no seré capaz de abordarlo
exitosamente”
Como ya dijimos varias veces, "respons-habilidad" significa
la habilidad para responder. Ser responsable, en ésta interpretación, significa algo completamente diferente de
ser "culpable" por "crear" la situación. En oposición a muchas filosofías de la nueva era que proponen que "tú mismo creas tu realidad dentro de tu mente, por lo tanto
cambia tus pensamientos y los problemas desaparecerán",
creo que existe algo que llamamos realidad objetiva que se
encuentra fuera de nuestro control. Aún las personas más
iluminadas de la historia han sufrido dificultades, dolor,
enfermedad y muerte. Muchas veces debemos enfrentar
situaciones que no hemos creado. Pero esto es irrelevante
al propósito de mi argumento. Sin importar quién provocó
el problema, soy yo quien está sufriendo las consecuencias
y soy yo quien siente dolor. Si algo querido para mí (como
yo, por ejemplo) está en peligro, ese es mi problema. Y si
no me veo como responsable hacia ese problema, no
podré abordarlo exitosamente. La irresponsabilidad no solo es ineficaz. Abandonar la situación en medio de los problemas es un acto de cobardía moral que traiciona la más
honda dignidad del ser humano.
En el capítulo 2 explicamos que observar el partido de baseball desde fuera es muy cómodo. Podemos criticar despiadadamente a "esos idiotas que no saben cómo jugar".
Pero nuestras críticas no tienen ninguna influencia en el
desarrollo del juego. El precio de la comodidad es la impotencia. El ser un espectador de baseball es un pasatiempo
inocuo. El ser espectadores de nuestras propias vidas es
una receta infalible para el sufrimiento. Nosotros mismos en gran medida - no creamos nuestras dificultades, pero
somos quienes tenemos que cargar con ellas. La elección
es nuestra: ¿seremos protagonistas responsables o víctimas impotentes?
Muchos me desafían diciendo "¿Pero cómo manejarlo?
¡Existen muchas situaciones difíciles de enfrentar que
están más allá de la capacidad de cualquiera!". "¡Es imposible manejar situaciones cuando estás muriendo de hambre, o cuando personas poderosas abusan de ti simple-
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mente porque no les gusta tu nacionalidad, el color de tu
piel, tu orientación sexual o tus creencias religiosas!" Ese
es un buen punto. Hay muchos desafíos que pueden
abrumarnos, y lo hacen; situaciones para las que no tenemos una respuesta efectiva. Tal vez el mejor ejemplo es la
naturaleza transitoria de la vida misma. Tal como dice un
refrán popular, "la vida es una enfermedad terminal para
la que no existe una cura conocida."
Creo firmemente que todos podemos ser protagonistas en
este juego más profundo. Todos podemos lograr este éxito
más allá del éxito, una paz que depende de nosotros mismos y que no está condicionada por eventos externos.
Desafiar amorosamente a las personas a asumir la responsabilidad de sus vidas no es ser insensible, sino que es la
única ayuda que creo que vale la pena dar.
¿Cordero o Tigre?
No digo que podemos tener éxito ante cualquier desafío.
Es imposible garantizar que cada vez que pisemos una cancha de basketball ganaremos. Lo único que podemos garantizar es que jugaremos honorablemente.
Existe una diferencia fundamental entre éxito e integridad.
El éxito es lograr nuestra meta y derrotar a nuestro contrincante. La integridad es jugar limpio, comportarse con
dignidad, entregarnos de corazón y alma a nuestros esfuerzos, y conducirnos de acuerdo a nuestros estándares
morales más altos. No existe una manera de asegurar el
éxito; depende de un número de factores que escapan a
nuestro control - tal como la fortaleza de aquellos que nos
oponen. Lo que sí podemos asegurar es nuestra integridad; eso depende exclusivamente de nuestro comportamiento (que es controlable). Todo lo que se requiere es
que alineemos nuestras acciones con nuestros valores.
“El éxito es lograr nuestra
meta… La integridad es jugar
limpio, comportarse con
dignidad… y conducirnos de
acuerdo a nuestros estándares
morales más altos”
Claro que es posible actuar con integridad y fallar. También es posible triunfar sin dignidad. Dicho triunfo siempre
deja un gusto amargo y un vacío. La vida es larga y uno
siempre termina cosechando lo que siembra. Aún cuando
la justicia humana no lo alcance, quien se traiciona a sí
mismo sufre el castigo de su propia consciencia- o peor
aún, queda atrapado en una oscura inconsciencia. El que
actúa virtuosamente, por el contrario, podrá sufrir el dolor
de la pérdida y la derrota. Pero a un nivel más profundo, su
alma estará en paz, sabiendo que dio lo mejor de sí para
perseguir sus metas en harmonía con sus valores.
Public and Private Conversations
Hay una historia Sufi que ilustra la diferencia entre la libertad y la inconsciencia, entre la irresponsabilidad de la
víctima y el poder del protagonista. Esos dos arquetipos
son representados por un cordero y un tigre.
Había una vez un tigre preñado en busca de comida que
vio un rebaño de corderos. Cazó uno, pero al haber hecho
semejante esfuerzo, murió al dar a luz. El pequeño tigre
nació huérfano, rodeado por el rebaño de ovejas. Sin conocer su identidad, el joven tigre se unió al rebaño y comenzó a caminar, comer y balar como las ovejas. El joven
tigre también aprendió a sentirse como una víctima, gimiendo y culpando a otros de su sufrimiento, tal como lo
hacen las ovejas.
Un día, otro tigre que andaba por esa región se cruzó con
esa escena ofensiva: un joven tigre caminando, comiendo
y balando como una oveja. Con un fuerte rugido, el tigre
corrió hacia las ovejas, dispersándolas. El tigre adulto tomó
al tigre joven, lo arrastró hacia una laguna en donde lo
obligó a mirar su reflejo en el agua, y dijo, "¡Mira! No eres
una oveja; eres igual a mí, eres un tigre. Eres un tigre y tienes le fuerza, el coraje, la libertad y la majestad de un tigre. Eres responsable de tu futuro; tú eres el predador, no
la presa." Después de eso, el tigre rugió fuerte y gloriosamente. Esto hizo que el joven tigre se sintiera atemorizado
y entusiasmado. El tigre luego dijo: "¡Ahora es tu turno!".
Los primeros intentos del tigre fueron patéticos, y se asemejaban a balidos y chillidos. Pero sin embargo al poco
tiempo, bajo la supervisión del tigre adulto, el tigre joven
desarrolló su verdadera naturaleza y aprendió a rugir,
dueño de su propia vida.
Al enfrentarnos a un desafío en nuestra vida, siempre tenemos la posibilidad de elegir: ¿Cordero o Tigre? Uno de
ellos llevará a una vida de resentimiento e impotencia, el
otro llevará a una vida extraordinaria.
¿A cuál escogerás tú cuando la vida te enfrente a circunstancias desafiantes?
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