Revista Iberoamericana de Estudios Revista Ibero-americana de Asia Oriental rediao2009/2 2011/4 de Estudos da Ásia Oriental rediao ISSN: 1888-6566 CONSEJO EDITORIAL Isabel Cervera, Mario Esteban, Taciana Fisac, Pilar González España, Ana María Goy, Andreas Janousch, Lin Yue, Gladys Nieto, Kayoko Takagi. ESTA EDICIÓN ESTÁ A CARGO DE MARIO ESTEBAN RODRÍGUEZ ASISTENCIA EDITORIAL León Llodra y Teresa Hermida (maquetación) Germán Molero (corrección). Centro de Estudios de Asia Oriental, Universidad Autónoma de Madrid, C/ Francisco Tomás y Valiente, 3, 28049 Madrid. Tlf.: 91 497 46 95 Email: secretaria.rediao@gmail.com, revista@rediao.org, CONSEJO ASESOR Flora Botton: Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México, México Jean-Pierre Cabestan: Centre National de la Recherche Scientifique, Francia Francesca Dal Lago: Universiteit Leiden, Países Bajos Emilio García Montiel: Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México James Heisig: Nanzan University, Japón Shuhei Hosokawa: International Research Center for Japanese Studies, Japón Kimio Kase: Instituto de Estudios Superiores de la Empresa, Universidad de Navarra Regina Lamas: Bristol University, Reino Unido Ôtaky Mikio: Bunsei University of Art, Japón Madalena Natsuko Hashimoto Cordaro: Centro de Estudios Japoneses, Universidad de Sao Paulo, Brasil Manel Ollé: Universidad Pompeu Fabra, España Gonzalo Sebastián Paz: The Elliot School of International Affairs, George Washington University, Estados Unidos Toshihiro Takagaki: Tokyo University of Foreign Studies, Japón Kanzuei Tokado: Kanda University of International Studies, Japón Alicia Relinque: Universidad de Granada, España www.rediao.org Depósito legal: M-12224-2011 Impresión: Solana e Hijos, A. G. (Madrid) Artículos La alianza de “los dientes y los labios”: las relaciones entre China y Corea del Norte en la era de Mao Zedong (1953-1976) DANIEL GOMÀ 9 El protagonismo de los lazos comerciales en las relaciones sino-japonesas entre 1949 y 1972 RODOLFO MOLINA 57 El Requiem de Morimura Yasumasa JULIO CÉSAR ABAD VIDAL 101 Cuestiones a debate sobre el arte contemporáneo en China, 1989–2005: prácticas curatoriales y globalización NÚRIA QUEROL 137 Apuntes sobre la influencia de la ambigüedad de la lengua china en la formación de interpretaciones distintas en las anotaciones de los textos chinos antiguos LIU CHANG 179 Reseñas 203 Libros publicados y tesis doctorales (2010) 231 Normas de publicación 243 Caligrafía de André Kneib DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS”: LAS RELACIONES ENTRE CHINA Y COREA DEL NORTE EN LA ERA DE MAO ZEDONG (1953-1976) Daniel Gomà* Resumen: La península coreana ha jugado históricamente un papel muy importante en la política exterior y de seguridad de Pekín. A partir de 1950, el régimen comunista de Corea del Norte se convirtió en un aliado codiciado de la China maoísta y en objeto de disputa de la rivalidad entre soviéticos y chinos. El objetivo de este artículo es analizar las relaciones sino-norcoreanas en el periodo 1953-1976, época en la que se asienta una alianza estratégica entre los dos países que perdura hasta nuestros días. * Daniel Gomà es investigador en Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona. 10 DANIEL GOMÀ Abstract: Historically, the Korean peninsula has played an important role in Beijing‟s foreign and security policy. Since 1950 the communist regime of North Korea became a coveted ally of Maoist China and its support one of the main disputes of the Sino-Soviet rivalry. The aim of this paper is to analyze the Sino-North Korean relations in the 1953-1976 period, when it is set up a strategic alliance between the two countries that remains to this day. Introducción El cuarto de siglo posterior a la guerra de Corea (1950-1953) marcó un acercamiento sin precedentes entre los regímenes comunistas de Pekín y Pyongyang. El primero buscaba aprovecharse de la ayuda suministrada durante el conflicto armado para extender su influencia en el país vecino, mientras que el segundo deseaba obtener los máximos beneficios de esta creciente amistad. Las relaciones sino-norcoreanas experimentaron a lo largo de este periodo cambios importantes, el más destacado de los cuales fue el convencimiento del Partido Comunista Chino (PCCh) de que la solución del problema coreano debía ser diplomática y política, y que el armisticio de julio de 1953 era el primer paso hacia ese objetivo.1 A partir de entonces, Pekín buscaría evitar el estallido de tensiones en Corea que pudieran llevar a un nuevo enfrentamiento bélico. La muerte de Stalin en marzo de 1953 y el ascenso de Nikita Khrushchev al poder en la URSS poco después, supusieron un alejamiento de Kim Il Sung con respecto a LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 11 Moscú y un acercamiento a Pekín. Sin embargo, el dirigente norcoreano fue evolucionando hacia una línea de independencia frente a chinos y soviéticos, y con el arma del nacionalismo como recurso principal. A lo largo de la década de los cincuenta, sesenta y setenta, Pyongyang oscilaría hacia un lado o hacia otro según sus propios intereses, aprovechándose de la rivalidad que surgiría entre la República Popular de China (RPCh) y la Unión Soviética, y evitando mostrarse pasivo ante las demandas de una y otra. 1. Consecuencias de la guerra de Corea: el acercamiento sino-norcoreano Las características principales del periodo inmediatamente posterior a la guerra de Corea fueron el crecimiento de la influencia china en Pyongyang y el fin de la dependencia exclusiva de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) respecto a la Unión Soviética en materia económica y militar. La ayuda de los Voluntarios del Pueblo Chino (VPCh) 2 había resultado providencial para la supervivencia del régimen norcoreano y es lógico, por tanto, que la influencia de la RPCh creciera de manera significativa después de 1953. La prensa oficial de Pekín hablaba en esta época de que los dos países “ha[bía]n construido una amistad inquebrantable cimentada con sangre”. 3 La permanencia de los VPCh en suelo norcoreano después del conflicto bélico no hacía sino reforzar la influencia china en el país. A partir de ahora, Pekín compartiría (y rivalizaría) con Moscú como interlocutor privilegiado de Pyongyang. Además, China se vio 12 DANIEL GOMÀ favorecida por la desaparición de Stalin, el principal referente ideológico de Kim Il Sung y el único que ejercía una verdadera influencia personal sobre el líder norcoreano. Los nuevos dirigentes del Kremlin, encabezados por Nikita Khrushchev, no gozarían de la misma autoridad sobre el dirigente supremo de Corea del Norte. Este acercamiento entre la RPCh y Corea del Norte tuvo una primera muestra en la visita a Pekín, el 12 de noviembre de 1953, de una numerosa delegación norcoreana encabezada por Kim Il Sung. En su encuentro con Mao Zedong, el líder de la RPDC agradeció la ayuda china durante la contienda anterior y señaló que “las magníficas contribuciones [de China] a la guerra de Corea permanecerán tan inmortales como los bellos ríos y montañas de Corea”.4 La visita de Kim concluyó con la firma el día 23 de un acuerdo de asistencia económica y cultural china a Corea del Norte. Pekín condonaba todas las deudas contraídas por Pyongyang desde el 25 de junio de 1950 hasta el 31 de diciembre de 1953 (esto es, toda la ayuda durante la guerra), y concedía una ayuda de 320 millones de dólares para el periodo 1954-1957. 5 Dicha ayuda incluía, entre otras cosas, el suministro de carbón, semillas, material de construcción, equipo de comunicaciones, maquinaria industrial y agrícola a la RPDC. El acuerdo también entrañaba la permanencia de los VPCh en Corea del Norte ante el temor de que los norteamericanos y los surcoreanos no respetaran el armisticio firmado en 1953.6 La ayuda china era considerable si tenemos en cuenta que la RPCh estaba embarcada en esta época en un proceso de reconstrucción y desarrollo económico con la puesta en marcha del Primer Plan Quinquenal (1953-1957), donde todos LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 13 los recursos eran necesarios. La situación económica seguía siendo delicada después del enorme coste que había supuesto la guerra en la península coreana. Ello prueba que Pekín concedía una importancia especial a la reconstrucción de Corea del Norte, lo que estaba directamente relacionado con el objetivo chino de asegurar su seguridad nacional. De hecho, la asistencia china a Corea del Norte se incrementaría en los años siguientes. Al acuerdo de noviembre de 1953 seguirían otros y en 1956 la ayuda de Pekín ascendía ya a 430 millones de dólares.7 En 1958, fecha de la retirada de los VPCh de la península coreana, estaban en funcionamiento prácticamente todas las vías ferroviarias, se habían reparado o construido más de 1300 puentes y las grandes ciudades de Corea del Norte (Pyongyang, Hamhung, Chongjin, etc.), destruidas en su mayor parte durante la guerra, estaban reconstruidas e incluso habían crecido en extensión. 8 2. La eliminación del grupo de Yan’an: los límites de la influencia china en Pyongyang El acercamiento sino-norcoreano como consecuencia de la guerra de Corea y de la posterior ayuda china a Corea del Norte no vino acompañado, sin embargo, de un declive de la influencia soviética en Pyongyang. Varios son los factores que explican esta situación. En primer lugar, la Unión Soviética había sido la impulsora de la RPDC y, en gran medida, esta última había sido diseñada siguiendo el modelo soviético. Por otro lado, Kim Il Sung continuaba considerando a Moscú como el referente político principal del marxismo y la primera 14 DANIEL GOMÀ fuente de ayuda económica y militar a su país. Prueba de ello fue la primera visita de Kim al extranjero después de la guerra: Moscú. El viaje a la capital soviética tuvo lugar entre el 10 y el 29 de septiembre de 1953, dos meses antes de hacer lo propio con China. Aparte de conocer a los nuevos líderes soviéticos que habían sucedido a Stalin, el mandatario norcoreano tenía como objetivo prioritario obtener una cuantiosa ayuda económica para la reconstrucción de su país. Los daños causados por la guerra ascendían a tres mil millones de dólares9 y el régimen de Pyongyang era consciente de que para lograr este objetivo dependía de la ayuda exterior, sobre todo en sectores clave como la industria, tanto pesada como ligera, y la agricultura, donde se intensificaba el proceso de colectivización. La visita resultó un éxito y la RPDC obtuvo una ayuda de 250 millones de dólares para el periodo 1954-1956.10 El ejemplo más visible de la estrecha relación entre norcoreanos y soviéticos era el comercio exterior de la RPDC, que en 1957 representaba en el caso soviético el 57 % del total, mientras que con China solo alcanzaba el 27 %.11 Por otro lado, las relaciones entre Pekín y Pyongyang se vieron afectadas por la nueva orientación de la política interior y exterior norcoreana a partir de mediados de los años cincuenta. Consciente de que la URSS difícilmente se implicaría en un nuevo conflicto en la península coreana y de que tampoco podía garantizar el apoyo chino, Kim Il Sung se planteó tres objetivos para asegurar la protección de la RPDC y de su sistema político. En primer lugar había que lograr una reconstrucción económica, lo que explicaba su objetivo de obtener la máxima ayuda posible de los diferentes países del bloque comunista. El segundo objetivo era asegurar la LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 15 independencia nacional, evitando alinearse completamente con Moscú o con Pekín, pues veía necesario colaborar con ambos para sobrevivir. Se aseguraba de este modo la supervivencia política y económica del régimen comunista y, al mismo tiempo, se evitaba depender en exceso de uno u otro aliado. Con este fin impulsó, a partir de 1955, una política de independencia basada en la idea de que el comunismo norcoreano debía adaptarse a las circunstancias nacionales. En otras palabras, Kim rechazaba emular ciegamente los principios del marxismo-leninismo y promovió el estudio de cómo aplicar mejor estos últimos a las características locales de la revolución coreana. Nacía así el Juche (o Chuch’e), 12 teoría basada en la autosuficiencia y en la independencia ideológica, política, económica y de defensa. El Juche sería a partir de ahora un factor decisivo en la política exterior de Corea del Norte. El tercer objetivo de Kim era la consolidación del régimen en el ámbito interno mediante el refuerzo de su poder personal y la eliminación de sus rivales políticos. Desde 1945-1948 el régimen norcoreano había estaba marcado por la división y la lucha de poderes, y a mediados de los años cincuenta se podían distinguir tres grupos de poder. 13 El primero era la facción de Kim Il Sung, que integraba a personalidades que habían luchado junto a Kim contra los japoneses en Manchuria y el norte de Corea en los años treinta, y agrupados en la llamada facción de Kapsan. El segundo grupo, el soviético, estaba compuesto por coreanos que habían vivido y estudiado en la URSS con anterioridad a 1945. El tercer y último grupo era la facción china, llamada de Yan‟an, compuesta por coreanos que se habían unido a Mao en los 16 DANIEL GOMÀ años treinta, y que habían participado en la Larga Marcha y luchado junto al PCCh en las guerras contra el Guomindang de Jiang Jieshi y los invasores japoneses. Con el fin de la guerra en 1953, Kim Il Sung desencadenó una serie de purgas sangrientas que caracterizarían la vida política norcoreana a lo largo de toda esta década. El conflicto entre soviéticos y chinos a partir de 1956 no haría sino intensificar la represión interna. En el caso de la facción soviética, el dirigente norcoreano temía que la relativa liberalización política y económica de Khrushchev en la URSS pudiera repercutir en Corea del Norte y truncase su política económica, fiel a los métodos estalinistas de planificación económica y de desarrollo prioritario de la industria pesada. Hostil a la coexistencia pacífica impulsada por el líder soviético, utilizaría esta última como arma política contra la facción soviética en Pyongyang. Tanto el grupo soviético como el de Yan‟an serían purgados prácticamente a la vez pero, para Kim Il Sung, el principal y más peligroso enemigo fue sin duda el segundo. La facción de Yan‟an, donde había muchos intelectuales que habían emigrado a China en los años veinte y treinta, era más acérrima que la soviética en sus críticas a Kim, a quien acusaba de ser demasiado autoritario y de practicar una política que atentaba contra los intereses del pueblo. Además, rechazaba la política económica basada en el modelo soviético. 14 Su líder, Kim Tu-bong, era el presidente de la Asamblea Popular Suprema (APS) y estaba considerado el número dos del régimen, mientras que más de un centenar de integrantes de la facción de Yan‟an ocupaban puestos de responsabilidad en la RPDC.15 Esta situación, más el hecho de LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 17 contar con el apoyo de Pekín, hacía de la facción china la única verdaderamente capaz de desplazar a Kim Il Sung del poder, y este último era plenamente consciente de ello. Kim Il Sung no estaba dispuesto a independizarse completamente de la Unión Soviética para caer en una dependencia de China. Para debilitar la posición del grupo de Yan‟an, recurrió al nacionalismo y defendió que la política del PTC y del gobierno debía realizarse sin injerencias extranjeras, presentándose a la vez como defensor de una „vía coreana del socialismo‟ y de la „coreanidad‟. 16 Los partidarios de la facción de Yan‟an fueron acusados de querer seguir únicamente la experiencia revolucionaria y de transformación de la sociedad desarrollada en China y de ignorar las características propias de la península coreana. 17 La tensión se disparó durante el verano de 1956, y en agosto las facciones soviética y china llevaron a cabo un intento fallido de desplazar a Kim como líder supremo de la RPDC. 18 Sin embargo, Kim, apoyado por la mayoría de miembros del Comité Central, salió vencedor y sus oponentes fueron expulsados del PTC. La tensión no hizo sino aumentar con la intervención de Moscú y Pekín en la crisis. Mao envió en septiembre a su ministro de Defensa, Peng Dehuai, para calmar la tensión entre el grupo chino y Kim. Los intentos del dirigente norcoreano de purgar a sus rivales fueron frenados y los expulsados readmitidos en el Partido. No conocemos los detalles de la reunión entre Peng y Kim pero parece ser que el enfado del segundo fue mayúsculo ante esta injerencia de Pekín en la política interna norcoreana. 19 Sin embargo, Kim no estaba dispuesto a doblegarse. Desde comienzos de 1957, un número 18 DANIEL GOMÀ importante de miembros de las dos facciones rivales fue acusado de prácticas contrarrevolucionarias y antipartido. Otros, empezando por Kim Tu-bong, fueron apartados y reemplazados por fieles de Kim Il Sung. El siguiente paso fue purgar las fuerzas armadas, donde la facción de Yan‟an contaba con un buen número de partidarios entre el generalato y otros altos mandos del Ejército Popular de Corea (EPC, fuerzas armadas norcoreanas). Con ello, el gobernante norcoreano se aseguraba el apoyo de uno de los principales pilares del régimen y de los pocos que podían cuestionar su poder. La facción de Yan‟an quedó condenada ante la nula ayuda prestada por Pekín. Tras la crisis de agosto del año anterior, el gobierno chino optó por no inmiscuirse en los asuntos internos norcoreanos y no ejerció presión alguna sobre Kim Il Sung. La presencia de los VPCh en territorio norcoreano tampoco fue un obstáculo. Ni Pekín ofreció su apoyo a la facción Yan‟an ni esta solicitó la ayuda de los VPCh en su lucha contra el grupo de Kim. 20 De hecho, el líder norcoreano se vio favorecido por China. En un encuentro celebrado en la capital soviética en noviembre de 1957, con motivo del cuarenta aniversario de la revolución bolchevique, Mao y Kim tuvieron la oportunidad de conversar y el primero se disculpó por la injerencia china en septiembre del año anterior. 21 Es probable que el presidente chino optara por esta posición para ganarse el apoyo de Kim o para lograr al menos su neutralidad en un momento en que ya se visualizaba la rivalidad entre Pekín y Moscú. La brutal represión desencadenada por Kim Il Sung en 1956-1958 logró liquidar a las dos facciones. Abandonados a su suerte por Pekín, los principales dirigentes del grupo de LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 19 Yan‟an fueron enviados a campos de concentración o liquidados sin piedad. 22 Con la eliminación de la facción de Yan‟an desaparecía la última oportunidad de Pekín de influir directamente en la política norcoreana. 3. El conflicto sino-soviético y su impacto en las relaciones sino-norcoreanas Las relaciones entre la RPCh y la Unión Soviética tuvieron su época dorada entre 1950 y 1957. Después de la muerte de Stalin, los nuevos dirigentes del Kremlin buscaron reforzar la alianza con China. Los vínculos se estrecharon y los efectos del tratado de Amistad, Alianza y Asistencia Mutua de 1950 se hicieron notar con el incremento de la ayuda soviética, que supuso un impulso para la maltrecha economía china. En el plano político, se sucedían las visitas de altos dignatarios de ambos países y se reforzaba la alianza militar, mientras que, en lo exterior, Pekín apoyaba a Moscú en su política hacia Occidente. Esta armonía, sin embargo, empezó a agrietarse a partir de 1956 con la adopción del líder soviético Nikita Khrushchev de la política de la „desestalinización‟, hecho que supuso un punto de inflexión en la historia de la URSS y marcó un cambio en la forma de hacer política, tanto a escala interna como externa, pero sin alterar por ello el sistema político existente. Se rechazaba el estalinismo pero se mantenía el marxismo-leninismo. La política emprendida por Khrushchev golpeó directamente al movimiento comunista internacional, y sus 20 DANIEL GOMÀ efectos alcanzaron a todas las formaciones políticas marxistas. Entre los partidos comunistas europeos (incluidos los de la Europa del Este), la mayoría aceptaron el nuevo rumbo emprendido por Moscú, pero los asiáticos reaccionaron de forma diferente. Algunos siguieron el camino de los europeos (caso de Mongolia), otros optaron por adaptarse a la nueva situación sin renunciar a los principios estalinistas (como Corea del Norte), pero unos pocos, encabezados por China, mostraron su descontento. 23 La indignación china por la actitud de la URSS puso de relieve el enfrentamiento entre los dos países y llevó al cisma del bloque comunista en 1960. El deterioro en las relaciones sino-soviéticas sería de tal magnitud que la disputa no se terminaría hasta finales de los años ochenta. El enfrentamiento entre la RPCh y la Unión Soviética puso en un dilema a Corea del Norte. Kim Il Sung fue testigo de la confrontación entre la política de Khrushchev y la de Mao durante la conferencia de Moscú de 1957 y, a partir del año siguiente, Corea del Norte optó por mantener una política lo más neutral posible, rechazando aliarse con uno u otro, a pesar de los intentos de las dos grandes potencias marxistas de atraer al régimen norcoreano a sus tesis. Para Pyongyang era difícil mantener este equilibrio, porque el progresivo agravamiento del conflicto entre chinos y soviéticos hacía que sufriera cada vez más presión para escoger entre uno y otro bando, cuando buscaba precisamente evitar dicha situación. A pesar de los intentos de Kim Il Sung de asentar una economía independiente y autosuficiente, Corea del Norte siempre necesitaría de la ayuda exterior para sobrevivir y requería de la colaboración de los dos principales estados comunistas. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 21 Especialmente importante era la asistencia en el terreno económico y en el refuerzo del EPC. En este contexto, Pyongyang intentaba mantener relaciones cordiales con soviéticos y chinos. Las relaciones entre Pekín y Pyongyang se intensificaron a partir de 1958. Zhou Enlai visitó Corea del Norte en febrero en un ambiente de gran cordialidad. El propio primer ministro chino resaltó la cercanía sino-norcoreana al señalar que “Corea y China son estados amigos unidos por la sangre. Vosotros [los norcoreanos] nos ayudasteis cuando lo necesitamos [en la guerra civil contra el Guomindang]. Nosotros os vinimos a asistir cuando fuisteis invadidos por los imperialistas norteamericanos”. 24 Aparte de acuerdos de cooperación económica, se firmó un comunicado conjunto donde ambos países llamaban a la unidad frente al imperialismo norteamericano, y China garantizó que volvería a intervenir en Corea en caso de agresión de los EUA. No obstante, se acordó a la vez que los VPCh, presentes en territorio norcoreano desde 1950, volverían a China antes de finales de 1958. Esta sintonía en las relaciones sino-norcoreanas era muy apreciada en Pekín, en un momento de auge de la tensión con Moscú, y explica por qué Pekín se mantuvo distante en la lucha de poderes que tuvo lugar en Pyongyang en 1956-1958, apoyando así implícitamente la política de Kim Il Sung. 25 La proximidad entre chinos y norcoreanos queda reflejada, a partir del otoño de 1958, con el entusiasmo con el que Kim Il Sung acogió las nuevas políticas chinas, especialmente en los ámbitos económico y de la transformación social. El dirigente norcoreano se había convencido de que el cambio de política económica impulsado por Pekín podría solucionar los 22 DANIEL GOMÀ problemas a los que tenía que hacer frente su país y se lograría el objetivo de alcanzar un desarrollo económico y social en un plazo de tiempo más corto del previsto. Alejándose de las políticas soviéticas seguidas hasta entonces, Pyongyang lanzó a partir de septiembre su propio Gran Salto Adelante, conocido como Chollima Undong (literalmente “Movimiento del Caballo Volador”), 26 con la implantación de un nuevo programa de colectivización agrícola, surgiendo unidades político-económicas de grandes dimensiones, designadas oficialmente como cooperativas. En ellas estaban integradas la agricultura, la industria rural, la educación y la mayoría de asuntos civiles, y eran el equivalente norcoreano de las comunas populares ideadas por Mao en China. Entre finales de noviembre y comienzos de diciembre de 1958, Kim Il Sung realizó una visita de tres semanas a la RPCh, donde fue acogido con entusiasmo. Allí observó de primera mano el desarrollo del Gran Salto Adelante y declaró “que los dos países estamos avanzando hacia el socialismo y el comunismo mediante saltos voladores”. 27 A pesar de las críticas soviéticas por seguir el modelo chino, Kim mantuvo su política durante el primer año del movimiento Chollima. La intensificación y el aumento de la ayuda china a Corea del Norte escondían, sin lugar a dudas, el intento por parte de Pekín de atraer a su lado al régimen norcoreano. Además, con la puesta en marcha de nuevas políticas económicas, Mao buscaba negar la validez del modelo soviético en lo que se refería a los problemas económicos y sociales concretos planteados al comunismo en Asia. Con ello, el PCCh podría imponer su hegemonía en el seno del comunismo asiático y el primer logro, a su juicio, tendría lugar en Corea del Norte. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 23 A pesar de las coincidencias cada vez mayores entre chinos y norcoreanos, Kim Il Sung no olvidó la importancia política y económica de su otro gran aliado, y llevó a cabo una política cautelosa con el Kremlin. Pyongyang permaneció leal a los principios estalinistas, aunque preservó las características propias coreanas y continuó desarrollando a través del Juche una línea nacionalista, tanto en política como en economía. Aunque el dirigente norcoreano compartía la tesis de Mao de confrontación directa con el imperialismo, también defendía que la URSS debía seguir liderando el bloque comunista y abogaba por la unidad del mismo. De hecho, pese a coincidir en muchos aspectos con Mao, Kim en ningún momento se alineó del lado de Pekín en esta época. En estos años (1956-1959) mostró su apoyo a la política de coexistencia pacífica de Khrushchev (pese a no compartirla), aplaudió el acercamiento a Yugoslavia (país comunista que había mantenido una política independiente respecto al bloque comunista desde 1945), apoyó el aplastamiento de la revuelta popular en Hungría en 1956 y recibió positivamente la visita del líder soviético a los EUA en agosto de 1959, porque permitiría una reducción de la tensión internacional. 28 Por otro lado, la URSS utilizó su presencia en la ONU para defender las causas norcoreanas, especialmente las propuestas de Kim para una pacífica reunificación de Corea. 29 Adoptando una política pragmática en interés de su país, Kim obtuvo a finales de octubre de 1958 la salida de Corea del Norte de las últimas tropas chinas, presentes en el país desde la guerra de 1950-1953. En su despedida, el líder norcoreano agradeció la ayuda china, afirmando que “la sangre que [los chinos] vertisteis en esta tierra permanecerá siempre en 24 DANIEL GOMÀ nuestros corazones. La lucha común del pueblo coreano y de los Voluntarios del Pueblo Chino en los pasados ocho años ha supuesto un refuerzo y un crecimiento sin precedentes de la amistad y la solidaridad entre los pueblos coreano y chino”. 30 Con la retirada de los VPCh, Kim se había apuntado un éxito importante, tanto en el ámbito interno como externo. Por un lado, con la marcha de los VPCh había logrado reducir la influencia de los partidarios de Pekín en el seno del régimen y garantizado la soberanía de la RPDC. A ello se le añadía un guiño a Moscú, en un momento en que las relaciones entre soviéticos y chinos se estaban deteriorando, mostrando que Pyongyang no pretendía inclinarse hacia el lado de Pekín. 4. Entre Pekín y Moscú: la nueva política exterior de Pyongyang La ruptura definitiva entre Moscú y Pekín a partir de 1960 convirtió a Pyongyang en objeto de deseo de las dos grandes potencias comunistas, y de esta rivalidad el régimen de Kim Il Sung no tardaría en aprovecharse. Tras el abandono de las políticas maoístas por Pyongyang en 1960, debido a sus escasos resultados, el régimen norcoreano fue cortejado por los chinos mediante nuevos acuerdos con el fin de evitar una pérdida de influencia. En octubre de 1960, Pekín otorgaba un préstamo de 105 millones de dólares en equipamiento industrial para el período 1961-1965,31 asegurando la puesta en marcha del plan sieteñal norcoreano (1961-1967). De este modo, la RPCh superaba a la URSS en asistencia a Corea del Norte desde el final de la guerra de Corea. Moscú respondía LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 25 un mes más tarde con un préstamo de 190 millones de dólares, también destinado al desarrollo de la industria norcoreana. 32 Utilizando ayudas económicas y técnicas, tanto la Unión Soviética como China mantuvieron a lo largo de 1960-1961 una lucha soterrada para ganar el apoyo norcoreano a sus respectivas tesis. Un cierto distanciamiento tuvo lugar, no obstante, entre soviéticos y norcoreanos a partir de mediados de 1960. Las crecientes diferencias entre Kim Il Sung y Khrushchev llevaron a un rechazo del primero hacia la política exterior del Kremlin. La política soviética de contención frente a Occidente fue cuestionada. Al igual que Mao, Kim consideraba que el campo socialista tenía como misión primordial la ayuda a los procesos de liberación nacional de los pueblos colonizados, con el fin de derrotar al imperialismo. Según el líder norcoreano, los EUA no se detendrían en su objetivo de derrotar al comunismo y había que, si era necesario, enfrentarse directamente a Occidente. 33 Sin embargo, Kim Il Sung no se arriesgó a desmarcarse claramente de Moscú y aprovechó la tensión entre soviéticos y chinos para reforzar la seguridad de su país. A comienzos de julio de 1961 acudía a la capital soviética, donde el día 6 firmó con Khrushchev un tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua. Dicho acuerdo garantizaba a la RPDC que la URSS acudiría en su ayuda en caso de agresión de un tercer país. Kim se trasladó después a Pekín, donde firmó un tratado idéntico con Zhou Enlai el día 11. Aunque en ambos acuerdos Pyongyang se aseguraba la asistencia militar de chinos y soviéticos en caso de conflicto bélico con Estados Unidos o Corea del Sur, sus dos aliados estipularon claramente que la 26 DANIEL GOMÀ reunificación de Corea se tenía que llevar a cabo de manera pacífica, en interés del pueblo coreano y preservando la paz en el nordeste de Asia. 34 Ni el Kremlin ni el PCCh estaban dispuestos a consentir una nueva confrontación armada en la península coreana bajo iniciativa de Kim. Sin embargo, para este último el tratado con Pekín era más ventajoso que el firmado con Moscú: el primero no tenía límite alguno de tiempo, mientras que el segundo solo era válido durante diez años, aunque podía ser renovado después, cada cinco años, si ambos países así lo solicitaban. Los primeros signos claros de división entre Moscú y Pyongyang aparecieron a partir de la segunda mitad de 1961. Kim Il Sung se negó a apoyar a Moscú en sus ataques a Albania (régimen comunista que se había decantado del lado chino en la disputa sino-soviética y el único país europeo en seguir las tesis de Mao), pues consideraba ilógico que la URSS atacase a un régimen marxista porque, a su juicio, ello no hacía sino debilitar al movimiento comunista internacional. Además, Kim rechazó impulsar una „desestalinización‟ en su país, considerando esta última como un asunto interno de la Unión Soviética, pero, a diferencia de China, siguió considerando a Moscú como cabecilla del bloque comunista. 35 El malestar del líder norcoreano con Khrushchev también tenía connotaciones nacionalistas. Kim defendía el principio de independencia y de igualdad de cada partido comunista y, a su juicio, el dirigente soviético se había entrometido en los asuntos internos norcoreanos al intentar atraer a Pyongyang hacia su política. 36 La actitud, en ocasiones prepotente, de Moscú en las negociaciones de ayuda económica y militar a la RPDC fue duramente criticada por Kim, quien recordó a sus LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 27 aliados soviéticos la negativa del Kremlin a ayudar al régimen norcoreano en los difíciles momentos del otoño de 1950.37 Las coincidencias entre China y la RPDC en esta época eran significativas e iban más allá de la pura hostilidad personal hacia Khrushchev. Ambos regímenes tenían problemas similares en la construcción del socialismo, y tanto Mao como Kim tuvieron que adaptar el marxismo-leninismo a las características propias de sus respectivos países. Ambos, además, pertenecían a la primera generación de dirigentes revolucionarios, aquella que había tenido que luchar tenazmente para lograr el poder y se caracterizaba por su fuerte nacionalismo. Geográfica y políticamente, Pekín estaba más cerca de Pyongyang y comprendía mejor los problemas relacionados con la política asiática que Moscú, más pendiente en general por todo aquello que ocurría en Europa. Tanto Mao como Kim acusaron a Khrushchev de abandonar la lucha de clases y de transformar la Unión Soviética en un “estado para todo el pueblo” en lugar de la dictadura del proletariado, principios que tanto Pekín como Pyongyang consideraban imprescindibles en el desarrollo de un régimen marxista-leninista.38 A comienzos de los años sesenta, tanto China como Corea del Norte se encontraban en una fase muy combativa dentro de la revolución comunista, y utilizaban el factor exterior (hostilidad hacia Estados Unidos y enfrentamiento con la URSS) para movilizar a la población en su objetivo de lograr la rápida industrialización y distraerla de las serias dificultades que planteaba esta última y de las severas medidas de control social de ambos regímenes. Mao y Kim Il Sung, que eran objeto de un extraordinario culto a la personalidad en sus respectivos países, coincidían 28 DANIEL GOMÀ también en su percepción de la realidad mundial y en su visión negativa de Occidente. Ambos tendían a considerar la presencia militar estadounidense en Asia como la principal amenaza para sus intereses nacionales y para la reunificación política de sus naciones respectivas. La política firme de Pekín frente al imperialismo norteamericano era acogida con simpatía por Kim. En cambio, la política de coexistencia pacífica de Khrushchev era percibida como un signo inequívoco de debilidad y la insatisfacción de Pyongyang con Moscú se hizo patente en esta época. 39 Mientras que Mao abogaba por la lucha revolucionaria en Asia, América Latina y África, el líder soviético prefería evitar todo enfrentamiento con Estados Unidos. Sin embargo, la razón principal de este cambio de posición de Kim era de tipo interno. Para el mandatario norcoreano, la política del Kremlin atacaba de lleno su objetivo de lograr algún día la desaparición del estado de Corea del Sur y la reunificación de la península bajo un régimen comunista. La evidencia más clara había sido la tibia reacción soviética ante los acontecimientos que habían tenido lugar en Corea del Sur entre 1960 y 1961. Tras ejercer un férreo control sobre el gobierno de Seúl desde 1948, Syngman Rhee había abandonado el poder en abril de 1960 después de varios años de crisis políticas. Sin embargo, el sistema democrático no perduró mucho tiempo ante las tensiones políticas y sociales entre grupos de derecha y de izquierda, y en mayo de 1961 se produjo un golpe de estado dirigido por el ejército. El establecimiento de una dictadura militar, encabezada por el general Park Chung-hee al sur del paralelo 38, era considerado por Pyongyang como el primer paso de Estados Unidos para LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 29 acabar con la RPDC, sensación que iba en aumento desde el acuerdo de seguridad entre Tokio y Washington el año anterior. Este hecho llevó al líder norcoreano a endurecer la política exterior norcoreana y a considerar como poco útil la política de Khrushchev hacia Occidente. Mientras que la URSS buscaba evitar el auge de la tensión en el nordeste de Asia, Pekín jugaba la carta del enfrentamiento y respaldaba a Kim Il Sung. La primera gran muestra del alineamiento de Pyongyang con Pekín tuvo lugar en septiembre de 1962, con el estallido de una guerra fronteriza entre China y la India. La posición soviética fue en principio de neutralidad, pero progresivamente fue dando muestras de favoritismo hacia Nueva Delhi mediante la entrega de material militar (helicópteros, aviones, etc.). A diferencia de Moscú, Pyongyang se puso inmediatamente del lado chino. Por ello, las relaciones con Moscú se resintieron y las declaraciones de Pyongyang durante el conflicto bélico, señalando la ayuda militar soviética a la India como obra de “modernos revisionistas” y de “servidores del imperialismo”, no fueron especialmente apreciadas en el Kremlin. 40 El segundo incidente entre Corea del Norte y la Unión Soviética tuvo como causa la crisis de los misiles en Cuba. Esta arriesgada jugada de Khrushchev fue descubierta por Washington y la reacción del gobierno de John F. Kennedy fue impulsar un bloqueo de Cuba con el objetivo de impedir la entrada de armamento nuclear soviético en la isla caribeña. Después de unas negociaciones no exentas de tensión y amenazas, finalmente los soviéticos accedieron a las demandas norteamericanas. Los acontecimientos de Cuba marcaron un 30 DANIEL GOMÀ antes y un después en las relaciones soviético-norcoreanas, y sus consecuencias fueron mucho más importantes que las ocasionadas en la guerra de fronteras sino-india. Durante la crisis, Pyongyang había mostrado su apoyo firme y entusiasta hacia la política del Kremlin y, por ello, la decepción fue enorme cuando Khrushchev decidió retirar los misiles de Cuba. Al igual que China, Corea del Norte llegó a la conclusión de que la Unión Soviética había actuado con cobardía frente a los EUA, cediendo demasiado deprisa a las exigencias de Kennedy, pese a que Khrushchev había logrado a cambio el compromiso de Washington de no invadir Cuba y la promesa (entonces secreta) de retirar los misiles estadounidenses de Turquía en un futuro cercano. El régimen de Pyongyang denunció que Moscú había traicionado la revolución cubana y daba alas a los norteamericanos para conquistar la isla caribeña más adelante, lo que suponía un ataque directo contra la cúpula dirigente del Kremlin, y en particular contra Khrushchev. A juicio del líder norcoreano, el imperialismo cobraba nuevas fuerzas, mientras que Moscú tendía la mano a aquellos que deseaban destruir el marxismo-leninismo, y advirtió que la paz no se mendigaba sino que se ganaba mediante la lucha, asestando golpes al imperialismo en cualquier lugar del mundo.41 Si a ello se le unía la poca ayuda prestada por Moscú hasta la fecha a un Vietnam del Norte que empezaba a mostrar un deseo de reunificación con su vecino del Sur, pese a las amenazas de Washington, Pyongyang concluyó que los soviéticos estaban dispuestos a sacrificar los intereses de otros países comunistas en beneficio de la coexistencia pacífica.42 Este último aspecto es fundamental LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 31 para entender la posición norcoreana: Pyongyang percibía con claridad que no tenía asegurado el apoyo soviético en caso de un hipotético enfrentamiento con Estados Unidos. A ojos de Kim, China era el único país que garantizaba la defensa de su régimen de una agresión exterior. El deterioro de la amistad entre Pyongyang y Moscú era ya público a finales de 1962. Las relaciones entre Pekín y Pyongyang, por el contrario, se intensificaron en esta época y se firmaron numerosos acuerdos políticos, económicos, culturales, etc. Siguiendo el modelo chino, el régimen norcoreano enfatizó de nuevo la importancia de alcanzar la autonomía plena en el marco económico y el Juche adquirió cada vez más relevancia. Kim Il Sung rechazó la invitación de Khrushchev de entrar en el Consejo para la Asistencia Económica Mutua (COMECON), donde en 1962 fue aceptada Mongolia y expulsada Albania, alegando que esta organización era “un intento [soviético] de controlar y dominar la construcción económica de otros países” y expresando su deseo de que la RPDC fuera independiente económicamente. 43 El año 1963 marcó el apogeo de esta alianza sino-norcoreana. Instalada ya claramente Corea del Norte en el lado chino, la coincidencia en la percepción de la realidad internacional y del bloque comunista era total. Decenas de delegaciones de uno y otro país intercambiaron visitas a lo largo de estos meses. Choe Yong-gon, presidente de la Asamblea Popular Suprema, viajó a Pekín en junio, donde resaltó la amistad entre la RPCh y la RPDC y firmó un comunicado conjunto en el que ambos países abogaban por la exterminación del imperialismo, rechazaban la coexistencia 32 DANIEL GOMÀ pacífica y criticaban con dureza a Khrushchev. Asimismo, hicieron un llamamiento a mantener buenas relaciones con el resto del mundo comunista y exigieron a la URSS un compromiso firme en defensa de la igualdad entre las naciones, el respeto a la integridad territorial y la no-interferencia en los asuntos internos de los diferentes países. 44 La visita de Choe fue correspondida entre el 14 y el 28 de septiembre siguiente por otra de una delegación china encabezada por Liu Shaoqi, quien había sustituido a Mao en la presidencia de la RPCh en 1959. En sus reuniones, Liu y Kim Il Sung coincidieron en términos generales con lo establecido en el comunicado de junio, aunque surgieron ya varias diferencias entre ambos dirigentes. En los tres meses de intervalo entre el viaje de Choe a Pekín y el de Liu a Pyongyang, había tenido lugar en Moscú una conferencia entre chinos y soviéticos con el objetivo de explorar una posible reconciliación, encuentro que acabó en fracaso. Pese a su hostilidad hacia los dirigentes soviéticos, y en particular hacia Khrushchev, Kim había evitado cuidadosamente llevar el enfrentamiento hasta un punto sin retorno y sus críticas a la URSS no alcanzaron jamás las dimensiones de las de Mao y el PCCh. El intento de Liu de acordar un comunicado conjunto, donde se establecía una estrategia común entre los dos regímenes comunistas asiáticos frente a Moscú, no fue aceptado por el líder norcoreano. 45 Sin embargo, estas diferencias no impidieron que Pekín y Pyongyang continuaran estrechando sus relaciones. El 25 de julio había tenido lugar en Moscú la firma de un tratado entre la URSS, Estados Unidos y Gran Bretaña destinado a frenar la proliferación nuclear y a prohibir todas las pruebas atómicas. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 33 Pekín criticó duramente a Moscú por firmar este acuerdo y le acusó de defender el desarme nuclear con el fin de seguir siendo la única potencia atómica del bloque comunista. Para Pekín, el desarme que impulsaba Moscú solo podía conseguirse con la desaparición del imperialismo occidental y nunca podía ser negociado con las potencias de esa zona del mundo. 46 Negándose a adherirse a semejante tratado, los chinos continuaron con su programa de desarrollo nuclear con el fin de dotarse de armamento atómico. Corea del Norte también mostró su disconformidad con el tratado de No-Proliferación Nuclear (TNPN) y acusó a Moscú de caer en la trampa tendida por Washington. Poco después, respaldó la propuesta china del 31 de julio a favor de un desarme nuclear completo a escala mundial (esto es, que incluyera a la URSS y a los EUA), aunque siguió apoyando en la práctica el objetivo de la RPCh de convertirse en potencia atómica. No es extraño que cuando tuvo lugar la primera prueba nuclear china (octubre de 1964), Kim Il Sung aprovechara para criticar el intento soviético de mantener el control exclusivo de la bomba atómica en el bloque comunista y señalara que su posesión por parte de China era una “tremenda victoria del campo socialista”. 47 Además, no tardaría en solicitar a Pekín que compartiera su tecnología nuclear para dotarse también de este tipo de armamento. Durante la segunda mitad del año 1963 las relaciones entre norcoreanos y soviéticos se deterioraron todavía más. Desde Pyongyang aumentaron en intensidad y en número las críticas hacia la política del Kremlin. Entre otras cosas, se acusó a los soviéticos de no entender la construcción del socialismo en Corea del Norte, de buscar implantar una 34 DANIEL GOMÀ economía única en el bloque comunista, de oponerse al énfasis puesto en la industria pesada como punta de lanza del desarrollo económico y de criticar el culto a la personalidad (cada vez más fuerte en torno a la figura de Kim Il Sung y su familia). La tensión entre soviéticos y norcoreanos alcanzó niveles desconocidos hasta entonces. Al deseo de expulsar a Pekín de la gran familia de países socialistas, el Kremlin estudió hacer lo propio con Pyongyang a finales del verano de 1963. Por estas fechas, Khrushchev decidió recortar drásticamente la ayuda económica y suspendió completamente la militar. El comercio entre los dos países disminuyó por primera vez desde 1948.48 El objetivo de Moscú era aislar al régimen de Kim Il Sung en el seno del bloque comunista, empezando por los países de la Europa del Este. La reacción norcoreana, al igual que la china, consistiría en intensificar los vínculos con las naciones del movimiento de los No Alineados. Esta política, sin embargo, no duró demasiado. Kim Il Sung, como buen nacionalista, era consciente del riesgo que suponía un alineamiento total con Pekín y no estaba dispuesto a que Corea del Norte se convirtiera en un satélite de China. Además, el alejamiento con Moscú resultaba muy perjudicial para el régimen norcoreano. Desde 1963 la ayuda económica soviética se había reducido sensiblemente mientras que la militar había quedado interrumpida, lo que afectó de forma muy negativa a los planes económicos y a la capacidad defensiva de la RPDC. Hasta 1962, la URSS había representado el 48,8 % de la ayuda extranjera, mientras que la de la RPCh se situaba en el 30,9 %.49 Aunque generosa, la asistencia china era insuficiente porque no estaba en LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 35 condiciones de alcanzar la ayuda económica soviética ni de proveer al EPC con el nivel adecuado de armamento. Este último aspecto era crucial para el régimen de Pyongyang, que se vio en la obligación de concentrarse en desarrollar su propia industria militar, lo que afectó negativamente a la industria civil. 50 Para Kim, una política más neutral favorecería la independencia de su país y permitiría disfrutar de las ayudas soviética, china y de otros países comunistas. A partir de finales de 1964, Corea del Norte se alejó progresivamente de la órbita china y promovió un acercamiento a la Unión Soviética. Esta acción se vio favorecida fundamentalmente por la desaparición de la escena política de Nikita Khrushchev, quien fue apartado del poder por un golpe interno en el régimen soviético a mediados de octubre de ese mismo año y reemplazado por Leonid Brezhnev. Los nuevos dirigentes del Kremlin impulsaron un cambio en la política exterior soviética y abogaron por restablecer la unidad en el campo socialista. Moscú cambió su actitud hacia Pekín y se evitó entrar en disputas polémicas. Los soviéticos no abandonaron los principios básicos de la coexistencia pacífica, pero se mostraron más combativos en su política hacia el Tercer Mundo. La respuesta china, sin embargo, consistió en rechazar esta política y descalificarla mediante una campaña contra el “khrushchevismo sin Khrushchev”. 51 Pyongyang, en cambio, mostró una mayor disposición hacia el nuevo rumbo de la Unión Soviética en el escenario internacional. Para Kim Il Sung, Khrushchev personificaba una serie de políticas que eran inaceptables para un verdadero marxista-leninista, pero su caída supuso una oportunidad única para restablecer las antiguas relaciones estrechas con los 36 DANIEL GOMÀ soviéticos y obtener de nuevo una importante ayuda económica y militar. Desde finales de año, el régimen norcoreano disminuyó los ataques públicos hacia la URSS. La aproximación entre los dos países quedó reflejada en febrero de 1965 con la visita a Pyongyang de Alexei Kosygin, presidente del Consejo de Ministros de la URSS. Se trataba de la primera visita de un alto dignatario soviético desde hacía más de una década, y el objetivo era reforzar los lazos con Kim Il Sung con el fin de alejar a la RPDC del bando chino e incrementar la influencia de Moscú en Asia. Un comunicado conjunto reafirmó el compromiso soviético con el régimen de Kim en su objetivo de reunificar pacíficamente la península de Corea. La consecuencia más importante de la visita de Kosygin fue la firma en mayo de un acuerdo militar muy beneficioso para Pyongyang. La ayuda económica y tecnológica soviética se incrementó notablemente a partir de esta época. Asimismo, la mejora de las relaciones con los soviéticos permitió un acercamiento a los países de la Europa del Este, que reanudaron su ayuda a la RPDC.52 La creciente sintonía entre la URSS y Corea del Norte también se vio favorecida por una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en Asia Oriental durante el año 1965. En primer lugar, Corea del Sur y Japón sellaron un acuerdo diplomático en junio pese al enojo norcoreano, que se consideraba el único representante legal de Corea, y mostró de nuevo su hostilidad hacia Japón por su pasado colonial en la península coreana y hacia el gobierno de Seúl, al que acusó de traición por llegar a acuerdos con el enemigo histórico. En realidad, Pyongyang percibía cómo el régimen militar surcoreano le iba aislando progresivamente mediante la LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 37 obtención del reconocimiento internacional de un número cada vez mayor de países. Por otro lado, Kim Il Sung valoró positivamente la política exterior más agresiva del Kremlin, especialmente en el sudeste asiático y más concretamente en Vietnam, donde a partir de los primeros meses de año estalló un conflicto armado entre el régimen marxista del Norte y el capitalista del Sur, este último apoyado por Washington. Pyongyang consideraba que los países del bloque comunista debían ayudar al gobierno de Hanoi con el fin de debilitar la posición del imperialismo en Asia. Por último, en Indonesia se produjo a comienzos de otoño un levantamiento comunista que fue aplastado por el ejército, instaurándose poco después una dictadura militar apoyada por Estados Unidos, lo que debilitó la política exterior asiática de Pekín, que había prestado su apoyo al PKI, el partido comunista indonesio. Estos acontecimientos convencieron a Pyongyang de la necesidad de no apoyarse tanto en China y de reforzar los lazos con Moscú, con el fin de dotarse de la ayuda militar necesaria y del paraguas nuclear que suponía una alianza estrecha con los soviéticos. Además, la creciente tensión política y social que experimentó China en el plano interno a partir de 1966 también contribuyó a alejar a Corea del Norte de su país vecino. 38 DANIEL GOMÀ 5. La Revolución Cultural: de confrontación Pekín-Pyongyang a amistad condicionada la la El acercamiento entre Pyongyang y Moscú a partir de 1965 tuvo un impacto negativo en las relaciones bilaterales, favorecido además por el estallido de la Gran Revolución Cultural Proletaria en China a partir del verano y otoño de 1966. De hecho, desde dicha fecha hasta 1969 no tendría lugar intercambio alguno de delegaciones entre ambas naciones. Aunque oficialmente las relaciones se mantendrían cordiales, la tensión entre los dos países se incrementó durante este periodo ante las acciones violentas de los Guardias Rojos en la zona fronteriza, donde habita la minoría coreana de la RPCh. Se difundieron carteles y panfletos en las calles afirmando de la existencia de un golpe de estado en Corea del Norte, e incluso del arresto de Kim Il Sung por el EPC.53 El líder norcoreano fue objetivo preferente en la campaña de los Guardias Rojos, donde se le acusó de sabotear la lucha vietnamita y de traicionar a China, e incluso recibió los apelativos de “discípulo de Khrushchev”, “gordo revisionista”, “millonario y aristócrata” y “elemento burgués más representativo de Corea”.54 Las críticas incluyeron el culto a la personalidad y a la familia del gobernante norcoreano. Incluso los veteranos de los VPCh se añadieron a las críticas contra Kim. 55 La respuesta de Pyongyang fue contundente. La prensa oficial mostró su disgusto por dichas insinuaciones y acusó a algunos dirigentes de la RPCh de seguir una línea dogmática. Con posterioridad, estos mismos serían acusados de LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 39 “trotskistas que defienden una línea aventurista opuesta a los principios del marxismo-leninismo”. 56 La inestabilidad en el país vecino provocó una gran alarma en el régimen de Kim, consciente de las nefastas consecuencias que podía tener el estallido de este tipo violento de revolución en Corea del Norte. La disputa con China era mucho más seria que el enfrentamiento que había tenido unos años antes con la URSS. Esta, por ejemplo, nunca había criticado públicamente de forma expresa a los dirigentes norcoreanos. En cambio, para los Guardias Rojos, todo partido marxista que fuera neutral o cercano a Moscú era considerado automáticamente como antichino y sus mandatarios eran insultados sin piedad, apareciendo estos ataques en la prensa oficial de Pekín. El enfrentamiento provocó la caída en picado de las relaciones económicas y culturales y, en el plano político, el deterioro en los vínculos entre los dos países. Las muestras más significativas de este distanciamiento fueron la retirada de los embajadores de los respectivos países y las acusaciones chinas a la RPDC de traicionar su amistad y la lucha revolucionaria en Asia. Aunque se evitó la ruptura diplomática, las relaciones bilaterales quedaron reducidas al mínimo. 57 Aparte de los ataques de los grupos radicales partidarios de Mao, Pyongyang tuvo que hacer frente a las reclamaciones chinas en la región fronteriza. La reapertura de viejas disputas territoriales en la frontera sino-coreana fue una de las formas de represalia de Pekín hacia el régimen de Kim Il Sung por su acercamiento a Moscú. Aunque los datos al respecto no son muy precisos, parece ser que ya con anterioridad a la Revolución Cultural, en el verano de 1965, el gobierno chino había exigido a su vecino la entrega de 160 km2 alrededor del 40 DANIEL GOMÀ monte Paektu (por donde pasa una parte de la frontera entre ambos países), como compensación por la ayuda dispensada durante la guerra de 1950-1953. 58 Esta reclamación se intensificó durante los años siguientes. Las tensiones originadas por la Revolución Cultural llevaron a diversas escaramuzas en la zona del Paektu entre las fuerzas armadas chinas y norcoreanas entre marzo de 1968 y marzo de 1969. 59 Durante esta época, Pekín ordenó en diversas ocasiones el cierre de su frontera coreana. La época de caos y violencia que sacudía China desde 1966 llegó a su fin con la celebración del IX Congreso del PCCh en abril de 1969, que marcó el triunfo político de Mao sobre sus rivales dentro del partido. Pekín decidió, a partir de mediados de ese año, poner fin al aislamiento internacional, restableciendo las relaciones con unos países determinados, entre ellos Corea del Norte. El acercamiento entre Pekín y Pyongyang en 1969-1970 se vio favorecido también por una serie de acontecimientos en la escena internacional, todos ellos relacionados con Japón. Ambos países recelaban del papel de Tokio en Asia Oriental después de que el anuncio de la doctrina Nixon en mayo de 1969 insistiera en una mayor implicación nipona en la seguridad en esta zona del mundo. A ello se añadía el comunicado del presidente norteamericano Richard Nixon y su homólogo japonés Eisaku Sato del 21 de noviembre, donde se señalaba que la seguridad de Japón estaba estrechamente ligada a la de Corea del Sur y Taiwán, lo que daba la impresión de un compromiso en la defensa de dichos países. Además, en junio de 1970, Washington y Tokio renovaban el tratado de seguridad entre los dos países. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 41 Tanto China como Corea del Norte coincidieron en expresar su inquietud por un renacimiento del militarismo japonés, muy sensible en el caso coreano. 60 Jugando con la carta del miedo a la alianza Washington-Seúl-Tokio, los chinos lograron su objetivo de atraer al régimen de Pyongyang, y en octubre de 1969, con motivo de la celebración del vigésimo aniversario de la RPCh, una delegación norcoreana acudió a Pekín, la primera en casi cinco años. La mejor prueba del restablecimiento de las relaciones entre los dos países fue, sin embargo, la visita que el primer ministro Zhou Enlai realizó a Pyongyang en abril de 1970, la primera de un alto dignatario chino en siete años. A su llegada a Pyongyang, Zhou declaró que “China y Corea son vecinos tan estrechos como los dientes y los labios, y nuestros dos pueblos son íntimos hermanos”.61 La visita fue un éxito y los dos países estrecharon de nuevo sus vínculos. Como símbolo de esta reconciliación, Pekín abandonó definitivamente toda reclamación sobre el monte Paektu.62 La visita de Zhou vino acompañada en los meses siguientes de otras de representantes oficiales de la RPCh. La más importante fue la del jefe del Estado Mayor del EPL, el general Huang Yung-sheng, con motivo del vigésimo aniversario del estallido de la guerra de Corea en junio. Tanto los dirigentes chinos como norcoreanos reafirmaron sus críticas hacia la nueva política asiática de Japón, pero los primeros en ningún momento plantearon posibles acuerdos de cooperación militar con Pyongyang. 63 Además de la cuestión nipona, los dos regímenes comunistas coincidían en su hostilidad a la política norteamericana en Indochina, donde la guerra se había extendido a Camboya, con el derrocamiento 42 DANIEL GOMÀ del gobierno izquierdista del príncipe Norodom Sihanouk y la instauración de un régimen militar liderado por el general Lon Nol, quien autorizó la intervención estadounidense en el este del país asiático para acabar con las bases de apoyo del Vietcong, la guerrilla comunista de Vietnam del Sur. Sihanouk se refugió en Pekín, donde formó un gobierno camboyano en el exilio que recibió el apoyo inmediato de chinos y norcoreanos. A pesar de esta mejora de las relaciones sino-norcoreanas, el régimen de Kim Il Sung no se decantó de manera clara hacia el lado chino. Aprendiendo de los errores pasados, mantuvo una política de neutralidad frente a la disputa entre Pekín y Moscú. Además, un cierto distanciamiento se produjo entre chinos y norcoreanos a partir de la segunda mitad de 1971. El 15 de julio, los gobiernos norteamericano y chino anunciaban de forma simultánea que el presidente Richard Nixon realizaría un viaje oficial a la RPCh en los primeros meses del año siguiente. Pyongyang mantuvo oficialmente una posición de respeto hacia la decisión de Pekín, pero en privado no dudó en expresar su disgusto. Sin embargo, la sorpresa de Kim Il Sung era fingida: Mao había enviado a Pyongyang unos días antes al vice primer ministro Li Xiannian para explicarle los avances de las negociaciones sino-norteamericanas, aunque oficialmente el viaje tenía como finalidad la conmemoración del décimo aniversario de la firma del tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua entre ambos países. 64 Además, el 14 de julio, un día antes del anuncio del viaje de Nixon a China, Zhou Enlai había viajado expresamente a la capital norcoreana, donde mantuvo dos reuniones de siete horas de duración con Kim para explicarle LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 43 la decisión del PCCh.65 Para compensar a su aliado y evitar mayores tensiones, en septiembre, Pekín aceptó firmar un nuevo acuerdo militar con Corea del Norte, en el que se comprometía a suministrarle blindados, navíos y submarinos. 66 La visita del presidente norteamericano tuvo lugar en febrero de 1972, y sentó las bases para un futuro entendimiento entre Pekín y Washington en el escenario asiático. En el caso coreano, el comunicado conjunto que Nixon y Zhou Enlai firmaron en Shanghai llamaba a una relajación de la tensión en Corea. La nueva política china hacia los EUA fue recibida por Kim Il Sung con gran disgusto, porque truncaba cualquier posibilidad de un nuevo enfrentamiento contra el imperialismo en la península de Corea y, por ende, de reunificar por la fuerza la nación coreana. Para decepción suya, los dirigentes chinos se abstuvieron de exigir a Nixon la retirada completa de las tropas estadounidenses estacionadas al sur del paralelo 38. 67 Las noticias de la estancia del mandatario estadounidense en la RPCh fueron retrasadas por la prensa oficial norcoreana y difundidas coincidiendo con la visita del príncipe Sihanouk a Pyongyang pocos días después, con el fin de pasar desapercibidas.68 Kim señalaría su disconformidad jugando de nuevo la carta del apoyo soviético y envió a su ministro de Asuntos Exteriores Ho Tam a Moscú durante la visita de Nixon a China.69 El acercamiento sino-norteamericano fue el preludio de un nuevo acontecimiento histórico en Asia. La indignación norcoreana no hizo más que aumentar cuando salieron a la luz las negociaciones entre los gobiernos chino y japonés, que desembocaron en septiembre de 1972 en el establecimiento oficial de relaciones entre los dos países. No obstante, 44 DANIEL GOMÀ Pyongyang no estaba en condiciones de oponerse y tuvo que resignarse a aceptar el nuevo rumbo de la política exterior china, aunque los vínculos políticos entre los dos regímenes comunistas se enfriaron. Sin ir más lejos, el aniversario de la entrada de China en la guerra de Corea, en octubre, pasó prácticamente desapercibido, en contraste con las celebraciones de 1970.70 Para tranquilizar a Kim Il Sung y al PTC, Mao envió a su ministro de Asuntos Exteriores Qi Pengfei a Pyongyang, quien garantizó la continuidad del apoyo chino a la RPDC. 71 No obstante, consciente de la pérdida de su influencia en el seno del movimiento comunista internacional, el dirigente norcoreano intensificaría a partir de ahora sus vínculos con el Tercer Mundo. El año 1973 marcó el inicio de un periodo de relaciones cercanas entre Corea del Norte y la RPCh que se prolongaría durante un lustro. En febrero, la visita de Ho Tam a Pekín supuso el comienzo de una sucesión de intercambios de delegaciones económicas, políticas y militares. El alto número de delegaciones comerciales demostraba el gran interés del régimen de Pyongyang por obtener la máxima asistencia económica posible de China ante las dificultades financieras que experimentaba por esta época. Además, el gobierno chino incrementó el suministro de crudo hasta alcanzar la cifra anual de un millón de toneladas a partir de 1974, debido a la negativa norcoreana a aceptar el incremento del precio del petróleo procedente de la Unión Soviética, principal proveedor de la RPDC.72 Un oleoducto que comunicaba China y Corea del Norte entró en funcionamiento en enero de 1976. En el plano militar, la ayuda china en el periodo 1974-1977 alcanzó LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 45 los 180 millones de dólares, superando a la soviética, estimada en 145.73 En el aspecto político, Pekín apoyaba las conversaciones que mantenían Seúl y Pyongyang desde 1971 para disminuir la tensión en la península coreana, respaldando el programa de cinco puntos de Kim Il Sung con vistas a una futura reunificación de Corea: fin del refuerzo militar en la península, reducción de los ejércitos norcoreano y surcoreano a cien mil soldados, fin de la introducción de todo tipo de armas y material bélico extranjero en la península, retirada de las tropas estadounidenses y de otros países extranjeros de Corea, y firma de un tratado de paz entre los dos regímenes garantizando lo establecido anteriormente y el rechazo de las dos Coreas al uso de la fuerza.74 El hecho más importante de este periodo fue el viaje de Kim Il Sung a China. Entre el 18 y el 26 de abril de 1975 el dirigente norcoreano visitó este país por primera vez en catorce años, acompañado de una numerosa delegación. Recibido con grandes honores, la visita tuvo lugar justo después de la captura de la capital camboyana Phnom Penh por los Jemeres Rojos (aliados de Pekín) y coincidió con la inminente caída de Vietnam del Sur a manos de su vecino comunista del Norte. Para Kim era un momento de gran felicidad y consideraba que la coyuntura internacional era favorable para la “liberación de Corea”. 75 En la cena de bienvenida, el 18 de abril, declaró que “si la revolución tiene lugar en Corea del Sur, nosotros, como una sola y misma nación, no nos quedaremos mirando con los brazos cruzados sino que apoyaremos decididamente al pueblo surcoreano. Si el enemigo inicia la guerra, nosotros deberemos responder con 46 DANIEL GOMÀ la guerra y destruir completamente a nuestros agresores. En esta guerra solo perderemos la línea de demarcación militar [entre las dos Coreas] y ganaremos la reunificación del país”. 76 Uno de los objetivos del viaje de Kim era precisamente obtener el apoyo chino a una posible intervención militar en la península coreana. Sin embargo, los chinos calmaron rápidamente sus ilusiones y no mostraron entusiasmo alguno ante dicha idea. Pekín no estaba dispuesto a sacrificar sus cada vez mejores relaciones con Occidente, empezando con Estados Unidos, con nuevas tensiones en Corea y menos todavía con un nuevo enfrentamiento armado. Una nueva política exterior china se dibujaba en el horizonte y tendría consecuencias directas en las relaciones sino-norcoreanas del último cuarto del siglo XX. Conclusiones “China y Corea son vecinos tan estrechos como los dientes y los labios”. Esta frase, pronunciada en abril de 1970 por el entonces primer ministro Zhou Enlai durante su visita a Pyongyang, simboliza mejor que ninguna otra la relación que han mantenido históricamente los regímenes comunistas chino y norcoreano desde 1949.77 A lo largo de la primera década después del conflicto bélico, Pekín intentó atraerse al régimen de Kim Il Sung mediante acuerdos económicos y de seguridad. Sin embargo, aunque el apogeo de la influencia soviética tuvo lugar durante la época de Stalin, Moscú continuó ejerciendo un peso considerable en Pyongyang. China, a pesar de su LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 47 inestimable ayuda, siempre sería vista como un aliado preferente, pero no al nivel de la Unión Soviética. El estallido del conflicto sino-soviético tendría un impacto decisivo en las relaciones sino-norcoreanas. Este hecho coincidió con la elevación de Kim a líder incontestable del comunismo coreano y le permitió limitar tanto la influencia china como la soviética en el seno del régimen de Pyongyang, en un momento en que la situación internacional no se presentaba en absoluto favorable, con la Unión Soviética y la RPCh cada vez más enfrentadas. Para hacer frente a esta situación, Kim dio un mayor énfasis al nacionalismo y la independencia, con el fin de evitar que la RPDC se convirtiera en un satélite de Moscú o de Pekín y poder actuar así de manera más independiente frente a las presiones de estos últimos. La eliminación de la facción de Yan‟an y la retirada de las tropas chinas de Corea del Norte en 1957-1958 transformaron las relaciones sino-norcoreanas, dejando de ser la RPDC el “hermano pequeño” de China (y, por ende, también de la URSS), y esta política de independencia de Kim Il Sung permitió a su régimen adquirir un mayor estatus en sus relaciones con las dos grandes potencias comunistas. Prueba de ello es el tratado de 1961 con Pekín y Moscú, que es un reflejo de una alianza entre partes iguales. Con China y la Unión Soviética ya plenamente enfrentadas a partir de los años sesenta, Corea del Norte aprovecharía la rivalidad entre chinos y norcoreanos para utilizar dicha disputa en beneficio propio, oscilando según las circunstancias hacia un lado u otro, pero nunca de manera absoluta, y defendiendo ante todo los intereses de la RPDC. Económicamente, Corea del Norte dependería de ambos países 48 DANIEL GOMÀ hasta la década de los noventa, pero dicha dependencia no se traduciría en términos políticos. La enemistad entre China y la Unión Soviética, sin embargo, no traería beneficios políticos a Kim Il Sung, más bien al contrario. Y ello es especialmente relevante en la sensible cuestión de la reunificación de la península coreana. Aunque chinos y norcoreanos restablecieron sus relaciones tras los duros enfrentamientos de la primera etapa de la Revolución Cultural, la influencia china en Pyongyang fue más limitada que nunca. Por otro lado, las circunstancias geopolíticas de China habían cambiado y, entre ellas, su visión de la situación en la península de Corea. Así, si antes habían mostrado un apoyo incondicional a las reclamaciones de Kim en esta cuestión, a partir de 1972-1973 los chinos no hicieron gesto alguno en esa dirección. A mediados de los años setenta, Pekín había modificado su política hacia Estados Unidos y se mostraba más tolerante ante la presencia del ejército estadounidense al sur del paralelo 38, que hacía de contrapeso a la influencia soviética en la zona. Además, los chinos eran plenamente conscientes de que los EUA no dejarían de ser una gran potencia en la región asiática, y que cualquier reducción de su peso militar podría empujar a un impredecible Kim Il Sung a una nueva aventura bélica en Corea, lo que conllevaría inevitablemente un rearme japonés. En el momento de la última visita de Kim a la China de Mao, este país vivía un momento político delicado. Mao y Zhou Enlai, que habían dirigido los destinos del régimen comunista chino desde 1949, se encontraban al final de sus vidas. Zhou murió en enero de 1976 y Mao en septiembre. Con la desaparición del Gran Timonel se cerraba una etapa LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 49 crucial en la historia de las relaciones entre los comunistas chinos y norcoreanos y se abría una nueva que alteraría completamente la política internacional del nordeste de Asia. 1 Zhang Shuguang, Deterrence and Strategic Culture: Chinese-American Confrontations, 1949-1958, Ithaca, N.Y.: Cornell University Press, 1992, p. 148. 2 Nombre oficial de las tropas chinas que habían combatido en la guerra de Corea. 3 Renmin Ribao [El Diario del Pueblo], 25 de octubre de 1953. 4 Renmin Ribao [El Diario del Pueblo], 23 de noviembre de 1953. 5 Thomas, S.B., “The Chinese Communists. Economic and Cultural Agreement with North Korea”, Pacific Affairs, 27.1 (1954), p. 63. 6 Zhang, Deterrence and Strategic Culture, p. 147. 7 Kim, Roy U.T., “Sino-North Korean Relations”, Asian Survey, 8.8 (1968), p. 710. 8 Ibídem, p. 715. 9 Cho, Soon Sung, “The Politics of North Korea‟s Unification Policies, 1950-1965”, World Politics, 19.2 (1967), p. 222. 10 Thomas, “The Chinese Communists”, p. 62; Ginsburgs, George, “Soviet Development Grants and Aid to North Korea, 1945-1980”, Asia Pacific Community, 18 (1982), p. 44. Además, Pyongyang obtendría también una ayuda total de 298 millones de dólares de otros países de Europa del Este. 11 12 Far Eastern Economic Review, 13 de febrero de 1964. Consiste en la unión de dos palabras coreanas: chu significa „señor‟, „dueño‟, „dirigente‟, „principal‟, mientras que ch’e se traduce como „cuerpo‟, „toda‟, „esencia‟, „sustancia‟. 50 DANIEL GOMÀ 13 Un cuarto grupo, el de los comunistas del interior de Corea, que habían luchado contra el ocupante japonés, estaba ya muy debilitado en esta época y no suponía amenaza alguna para Kim Il Sung. 14 Kim, Ilpyong J., “North Korea‟s Fourth Party Congress”, Pacific Affairs, 35.1 (1962), pp. 39-40. 15 Sin, Sam-Soon Sin, “The Repressions of Kim Il-sung: A Historical Memoir”, Korea and World Affairs, 15.2 (1991), p. 300. 16 Lankov, Andrei, “Kim Takes Control: The „Great Purge‟ in North Korea, 1956-1960”, Korean Studies, 26.1 (2002), p. 92. [doi: 10.1353/ks.2002.0010]. 17 Paige, Glenn D. y Lee, Dong Jun, “The Post-War Politics of Communist Korea”, The China Quarterly, 14 (1963), p. 22. [doi: 10.2307/651340] 18 Lankov, “Kim Takes Control”, p. 90. 19 Scalapino, Robert A. y Lee, Chong-Sik, Communism in Korea. Part I: The Movement, Berkeley: University of California Press, 1972, p. 515. 20 Suh, Dae-Sook, Kim Il Sung: The North Korean Leader, Nueva York: Columbia University Press, 1988, pp. 155-156. 21 Lankov, “Kim Takes Control”, pp. 106-107. 22 Kim Tu-bong, por ejemplo, fue asesinado en la calle en pleno día. 23 La causa de la defensa de Stalin por parte del PCCh en esta época radica en que aquel estaba estrechamente vinculado con la construcción del socialismo en China. Aunque Mao y sus compañeros nunca intentaron aplicarla en su totalidad, la política de Stalin en la URSS había sido el modelo seguido por Pekín en lo que se refería a la construcción del Estado, la transformación social y la reconstrucción económica. Aspectos como la economía planificada y centralizada, la colectivización agrícola como forma de controlar las áreas rurales, el énfasis puesto en el desarrollo de la industria pesada o el refuerzo de la autoridad del máximo dirigente del Partido sobre LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 51 este y el Estado son una herencia clara del estalinismo. En la práctica, las diferencias entre chinos y soviéticos radicaban también en la manera de enfrentarse al imperialismo, el liderazgo de Moscú en el seno del movimiento comunista internacional, el papel de soviéticos y chinos en Asia, el desarrollo del programa nuclear chino, la cuestión taiwanesa, Xinjiang y las críticas soviéticas hacia la forma de desarrollar la revolución socialista por parte del PCCh; todo ello en medio de un ambiente político, económico y social muy tenso en la China de la segunda mitad de los años cincuenta (campaña de las Cien Flores, Gran Salto Adelante, etc.). 24 Chung, Chin O., P’yongyang between Peking and Moscow: North Korea’s Involvement in the Sino-Soviet Dispute, 1958-1975, University, Al.: The University of Alabama Press, 1978, p. 28. 25 Nam, Koon Woo, The North Korean Communist Leadership, 1945-1965: A Study of Factionalism and Political Consolidation, University, Al.: The University of Alabama Press, 1974, p. 119. 26 Chollima es el nombre de un caballo mitológico que según la leyenda coreana era capaz de volar, pues recorría grandes distancias en muy poco tiempo. 27 Bradbury, John, “Sino-Soviet Competition in North Korea”, The China Quarterly, 6 (1961), p. 17. [doi: 10.1017/S030574100002600X]. 28 Chung, P’yongyang between Peking and Moscow, pp. 41-43. 29 Koh, Byung Chul, The Foreign Policy of North Korea, Nueva York: Praeger Publishers, 1969, pp. 56-59. 30 Chung, P’yongyang between Peking and Moscow, p. 29. 31 Cooper, John F., China’s Foreign Aid: An Instrument of Peking’s Foreign Policy, Lexington: Lexington Books, 1976, p. 25. 32 Ginsburgs, “Soviet Development Grants”, p. 49; Kuark, Yoon T. , “North Korea‟s Industrial Development during the Post-War Period”, 52 DANIEL GOMÀ The China Quarterly, 14 10.1017/S0305741000021019]. (1963), p. 61. [doi: 33 Scalapino, Robert A., “The Foreign Policy of North Korea”, The China Quarterly, 14 (1963), p. 32. [doi: 10.1017/S0305741000021007]. 34 Joyaux, François, La nouvelle question d’Extrême-Orient. Tome 2: L’ère du conflit sino-soviétique, 1959-1978, París: Payot, 1988, p. 29. 35 Scalapino, Robert A., “Korea: The Politics of Change”, Asian Survey, 3.1 (1963), p. 38. 36 Haggard, M.T., “North Korea‟s International Position”, Asian Survey, 5.8 (1965), p. 379. 37 Chong Jin-wi, “North Korea‟s Walking the Tightrope between Moscow and Peking”, Vantage Point, 3.8 (1980), p. 4. 38 Kiyosaki, Wayne S., North Korea’s Foreign Relations: The Politics of Accomodation, 1945-75, Nueva York: Praeger Publishers, 1976, p. 57. 39 Kim, Ilpyong J., Communist Politics in North Korea, Nueva York: Praeger Publishers, 1975, p. 104. 40 Kiyosaki, North Korea’s Foreign Relations, p. 55. 41 Scalapino, Robert A. “Moscow, Peking and the Communist Parties of Asia”, Foreign Affairs, 41.2 (1963), p. 328. 42 An, Thomas, “New Winds in Pyongyang?”, Problems of Communism, 15.4 (1966), p. 69. 43 Koh, The Foreign Policy of North Korea, p. 75; Langer, Paul F., “Outer Mongolia, North Korea, and North Viet-Nam”, en Adam Bromke (eds.), The Communist States at the Crossroads: Between Peking and Moscow, Nueva York: Praeger Publishers, 1965, p. 153. 44 Chung, P’yongyang between Peking and Moscow, pp. 82-83. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 45 53 Ibídem, p. 85. 46 Halperin, Morton H., “Sino-Soviet Relations and Arms Control: An Introduction”, The China Quarterly, 26 (1966), p. 118. [doi: 10.1017/S0305741000013229]. 47 Haggard, “North Korea‟s International Position”, p. 381. 48 Zagoria, Donald S., The Sino-Soviet Conflict, 1956-1961, Nueva York: Atheneum, 1964, p. 16. Aunque disminuiría, la ayuda económica soviética a Pyongyang nunca se interrumpiría del todo. 49 Kim, Joungwon Alexander, “Soviet Policy in North Korea”, World Politics, 22.2 (1970), p. 249. A ello se añadía el aislamiento al que estaba siendo sometida Corea del Norte por parte del resto de países del Pacto de Varsovia, que habían seguido la política de Moscú, y de los que Pyongyang obtenía a comienzos de los años sesenta un 20 % de la ayuda exterior. 50 Kun, Joseph C., “North Korea: Between Moscow and Peking”, The China Quarterly, 31, (1967), p. 49. [doi: 10.1017/S0305741000028708] 51 Kevin Devlin, “Which Side Are You On?”, Problems of Communism, 16.1 (1967), pp. 53-54. 52 Kux, Ernst, “East Europe‟s Relations with Asian Communist Countries”, en Kurt London (eds.), Eastern Europe in Transition, Baltimore: John Hopkins University Press, 1966, p. 297. 53 Lee, Chong-Sik Lee, “Stalinism in the East: Communism in North Korea”, en Robert A. Scalapino (eds.), The Communist Revolution in Asia: Tactics, Goals, and Achievements, Englewood Cliffs: Prentice-Hall, 1969, p. 145. 54 Chenong, Seong Chang, Idéologie et système en Corée du Nord: De Kim Il-Sông à Kim Chông-Il, París: L‟Harmattan, 1997, p. 138 ; Kim, Hak-joon, “North Korea‟s Relations amidst Sino-Soviet Conflict (I)” en Vantage Point, 7.4 (1984), p. 8. 54 DANIEL GOMÀ 55 Simmons, Robert R., “China‟s Cautious Relationship with North Korea and Indochina”, Asian Survey, 11.7 (1971), p. 633. 56 Kiyosaki, North Korea’s Foreign Relations, p. 74. 57 Suh, Kim Il Sung, p. 192. 58 An, “New Winds in Pyongyang?”, p. 68. Esta información, que nunca fue confirmada ni por Pekín ni por Pyongyang, apareció en la edición del 20 de julio de 1965 del diario de Bombay The Indian Express y la fuente provenía de un diplomático norcoreano asignado a la legación consular de Nueva Delhi. 59 Gomà, Daniel, “The Chinese-Korean Border Issue: An Analysis of a Contested Frontier”, Asian Survey, 46.6 (2006), p. 877. [doi: 10.1525/as.2006.46.6.867]. 60 Japón dominó Corea entre 1910 y 1945, dejando un recuerdo muy doloroso en ese país. 61 Far Eastern Economic Review, 11 de abril de 1970. 62 Gomà, “The Chinese-Korean Border Issue”, p. 877. 63 Simon, Sheldon W., “Some Aspects of China‟s Asian Policy in the Cultural Revolution and Its Aftermath”, Pacific Affairs, 44.1 (1971), p. 31. 64 Lee, Hong Yung, “Korea‟s Future: Peking‟s Perspective”, Asian Survey, 17.11 (1977), p. 1091. 65 Chen Jian, Mao’s China and the Cold War, Chapell Hill: University of North Carolina Press, 2001, p. 269. 66 Synn, Seung-Kwon, “The Foreign Policy of North Korea”, The Korean Journal of International Studies, 7.1 (1975) p. 62. 67 Lee, Chae-Jin Lee, China and Korea: Dynamic Relations, Stanford: Hoover Institution Press, 1996, p. 66. 68 Kiyosaki, North Korea’s Foreign Relations, p. 95. LA ALIANZA DE “LOS DIENTES Y LOS LABIOS” 69 55 Lee, “Korea‟s Future”, p. 1090. 70 Simmons, Robert R., “North Korea: Year of the Thaw”, Asian Survey, 12.1 (1972), p. 31. 71 Lee, “Korea‟s Future”, p. 1090. 72 Rees, David, “North Korea: Undermining the Truce”, Conflict Studies, 69 (1976), p. 12. 73 An, Tai Sung, North Korea: A Political Handbook, Wilmington: Scholarly Resources, 1983, p. 85. 74 Lee, Chong-Sik, “The Impact of the Sino-American Détente on Korea”, en Gene T. Hsiao (eds.), Sino-American Détenteand Its Policy Implications, Nueva York: Praeger Publishers, 1974, p. 195; Koh, Byung Chul, “North Korea: Old Goals and New Realities”, Asian Survey, 14.1, (1974), pp. 37-38. 75 Kim, Hak-joon, “North Korea‟s Relations amidst Sino-Soviet Conflict (II)”, Vantage Point, 7.5 (1984), p. 3. 76 Kim, Young C., “The Democratic People‟s Republic of Korea in 1975”, Asian Survey, 16.1 (1976), pp. 82-83. 77 La expresión “la relación entre los dos pueblos, el chino y el coreano, es tan estrecha como el vínculo que une los labios con los dientes” fue ideada por el escritor Guo Mojo y pronunciada por él mismo durante la celebración en Pekín del Día de Corea en 1958. DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: EL PROTAGONISMO DE LOS LAZOS COMERCIALES EN LAS RELACIONES SINO-JAPONESAS ENTRE 1949 Y 1972 Rodolfo Molina* Resumen: En la mayor parte de los análisis de las relaciones de Japón con China anteriores a 1972 las condiciones de la Guerra Fría aparecen como determinantes absolutas, como si todos los aspectos de esas relaciones hubieran sido un directo reflejo del enfrentamiento. No obstante, y por el contrario, en algunos años de ese período el comercio entre China y Japón registró altos porcentajes de incremento, y en ciertos rubros cruciales para la economía de cada uno de esos países llegó a tener una relativa importancia. Lo que es más, en ausencia de vínculos diplomáticos el comercio constituyó la forma misma de las relaciones entre ambos países. Abstract: The relations between Japan and China before normalization in 1972 have been seen as reproducing a typical Cold * Rodolfo Molina es profesor de Historia de Asia Oriental en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. 58 RODOLFO MOLINA War scenario. Nevertheless, the 1949-1972 trade between Japan and China does not necessarily shows all the characters that are usually thought as unavoidable in Cold War conditions. In a closer look it would be possible to find that bilateral trade became very important for each side being, at the same time, the main way of relations between both countries. Introducción Con excepción de los pocos trabajos específicamente dedicados a las relaciones de Japón y China entre 1945 y 19721, en las obras de historia de Japón o de China del siglo XX, o de la posguerra, el período comprendido entre 1949 y el comienzo de las negociaciones para la normalización queda fuera de consideración. A su turno, lo relativo a la preparación para la normalización de las relaciones es abordado en marcos tales como el conflicto sino-soviético, el comunicado Sato-Nixon, los compromisos de la política de Estados Unidos en Asia, la sorpresa japonesa por las visitas de Kissinger a Pekín en 1971 y ante el anuncio de la de Nixon a Shanghai en 1972, y en general fenómenos políticos externos a la dinámica propia de la misma relación bilateral ya existente, sin que los intereses y los contactos establecidos en dos décadas de relaciones comerciales crecientes parezcan haber jugado algún papel en la normalización ni haber servido prácticamente de algo. Quien no tenga previamente información suficiente podría pensar que entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y 1972 no hubo intercambio económico o que este fue esporádico o despreciable –en sentido matemático–. Pero lo LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 59 cierto es que ni una posible animadversión por lo sucedido entre 1931 y 1945 ni el inevitable desorden de la inmediata posguerra fueron suficientes para acabar con el comercio sinojaponés. La Guerra Fría fue sin duda el marco condicionante de las relaciones sino-japonesas de posguerra2. Sin embargo, contrasta con las condiciones de la Guerra Fría el hecho de que aun en los momentos en que Japón parecía más limitado por ella, persistió el interés por buscar la manera de mejorar los intercambios económicos y por relanzarlos tras algún conflicto político. En la situación en que se encontraban tanto China como Japón en la posguerra, las necesidades que tenían cada uno de ellos de conseguir abastecimientos y divisas fueron poderosos incentivos para que buscaran recomponer sus vínculos económicos. Por eso es posible encontrar paradojas y aparentes contradicciones en las relaciones sino-japonesas en ese período, al punto de que, como destaca Akira Iriye en un artículo de 1990, durante la posguerra y la Guerra Fría cada uno de los aspectos (políticos, económicos y culturales) de las relaciones de China con Japón siguieron tendencias de desarrollo tan diferentes, aun dentro de las mismas condiciones generales, que se podrían escribir –señala Iriye– historias diferentes si se consideraran separadamente cada uno de esos aspectos 3. El comercio comenzó en 1949, año de la Revolución china, y con Japón todavía bajo la Ocupación; su valor aumentó en 1950 pero después se redujo debido a la guerra de Corea. Terminada esta en 1953, y coincidiendo con varios factores de orden económico y de política interna y externa de ambos países, el comercio creció entre fines de 1953 y fines de 1957; descendió otra vez entre 1958 y 1960 por razones 60 RODOLFO MOLINA políticas. A comienzos de los años sesenta, los proyectos y las necesidades de ambas partes permitieron un nuevo crecimiento que fue aun mayor entre 1964 y 1966. En 1967 disminuyó, pero en 1969 volvió a retomar ritmo ascendente hasta el fin del período estudiado. Se pueden notar sus rasgos disímiles. Si para Japón representaba una parte de solo entre el 2 y el 3 % de su comercio internacional total, para China su importancia fue creciente, sobre todo después de la ruptura sino-soviética. No obstante esas diferencias, en ciertos rubros como los fertilizantes químicos y el acero, este comercio fue de mucho beneficio para ambas partes, aunque durante el período estudiado el comercio de Japón con China no sobrepasó el valor del que Japón realizaba con Taiwán. Un muestreo de los artículos acerca de las relaciones de Japón con China arroja que la mayoría se escribió alrededor de momentos claves de sus relaciones políticas. Así, aparece una concentración de material producido en los años setenta, hay algunos en los noventa, y otra vez a partir de 2000, especialmente entre 2003 y 2005, cuando ya no son los asuntos político-diplomáticos sino los de seguridad y estrategia, incluyendo los entredichos, los que concentran la atención4. Sin embargo, se puede advertir que la importancia relativa alcanzada por el comercio sino-japonés en la segunda mitad de los años sesenta fue motivo de reflexión para algunos autores y hasta de interrogante acerca del futuro de las relaciones para otros5. Aun así, analizando varios artículos contemporáneos del período acá abordado, sobre todo de los años sesenta, es posible observar que cada uno de ellos practica su análisis tomando un cierto conjunto de datos pertenecientes a un determinado aspecto de las relaciones, y en LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 61 base a ese privilegiado conjunto, y a ese solo aspecto se realiza el análisis. Procediendo de ese modo cada artículo toma solo un género de datos muy diferente del tomado por los otros –como si estuvieran estudiando realidades distintas– para analizar y explicar lo mismo que esos otros, pero teniendo cada uno de ellos la pretensión de dejar prácticamente agotado el tratamiento del problema con la clase de datos utilizados y con explicaciones de tipo monocausal. No obstante, es necesario remarcarlo, tales artículos no carecen de valor, puesto que ponen de relieve importantes datos que los demás ignoran. Siendo ese el estado de la cuestión, es posible advertir que para poder entender las relaciones sino-japonesas se hace necesario disponer de conjuntos más o menos amplios de datos provenientes de distintos aspectos, ya que tanto el abordaje sistemático pero restringido como la simple proyección de las causas generales sobre todo tipo de acontecimientos particulares pueden ser presentados como lógicos y convincentes, pero también pueden ser fácilmente invalidados por datos de base que sencillamente fueron dejados de lado por prurito de sistematicidad. El propósito de este artículo es revisar los factores y las características del comercio entre Japón y China en el período indicado con referencia principal a Japón, aunque también se hará referencia a China cuando corresponda. Parece necesario aclarar que no es el objetivo analizar las relaciones de Japón con China en la forma en que habitualmente se hace en el campo de las “relaciones internacionales”, ni tampoco cubrir por igual el conjunto de las relaciones económicas, ya que en razón de la extensión del artículo no es posible pasar del nivel informativo en dos aspectos en realidad fundamentales: el de 62 RODOLFO MOLINA los distintos papeles que tenían las organizaciones (privadas, semiprivadas y oficiales, políticas, empresariales y obreras)6 que realizaban las negociaciones, y el del fundamental asunto de las formas y medios de pago, uno de los desafíos más difíciles para la materialización de los acuerdos. En la perspectiva planteada, se trata de rastrear los factores y las características que ponen en evidencia el protagonismo de las relaciones comerciales. 1. Los hechos históricos en el comercio de Japón y China en la posguerra Por las dos razones mencionadas (recurso a la Guerra Fría para explicar tanto lo general como lo coyuntural y lo particular dentro de ese comercio y recurso, también, a buscar coherencia explicativa mediante análisis elaborado sobre un cierto conjunto homogéneo de datos cuya veracidad e importancia es indudable pero cuya pertinencia puede ser cuestionada en relación con el cuadro complejo de la realidad estudiada), se hace necesario comenzar considerando los hechos históricos en perspectiva amplia y sin forzarlos en una causa/explicación unívoca. Comienzos. Aunque los contactos comerciales fueron retomados en 1946 en medio de la guerra civil china, con el avance comunista pareció que podía cortarse la fuente de abastecimientos del norte de China, de donde antes de 1945 le había llegado a Japón gran parte del carbón de coque7 y gran LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 63 parte de la soja. En tanto, la Ocupación realizó diversos estudios sobre el abastecimiento de Japón antes de su derrota en la Segunda Guerra Mundial, y llevó a cabo encuestas acerca de las necesidades de las empresas, que revelaron el deseo de volver a establecer el comercio regular con China 8, hecho que es muy escasamente mencionado. La Revolución china no cortó el comercio entre los dos países, sin embargo hizo que Washington presionara a Japón para que comerciara menos con China, con lo que se incrementaron las exportaciones norteamericanas de carbón, soja y sal a Japón. Pero a pesar de su política, Estados Unidos no podía por entonces abastecer a Japón de todo lo que este necesitaba, lo que llevó a que en algunos casos MacArthur, siendo comandante supremo de las Fuerzas Aliadas (SCAP), favoreciera la obtención de materias primas de China 9. Más interesante aún, el comienzo de la guerra de Corea estimuló las compras chinas de hierro y productos de acero, de los que China fue el principal comprador en 1950. Pero en diciembre de ese año el SCAP hizo que el gobierno japonés dispusiera restricciones al comercio con China más severas que las establecidas por el Comité Coordinador para el Control Multilateral de Exportaciones (CoCom) con el fin de conseguir el control de las exportaciones a los países comunistas 10, por lo que se prohibió la venta de bienes estratégicos a China 11. Por su parte, una vez independizado, Japón se adhirió al CoCom en septiembre de 1952 (creado en 1949) y al Comité de Coordinación para el Control Multilateral de Exportaciones con China (ChinCom) –creado en 1952– dentro del cual se aplicaron mayores controles al comercio con China que al que se practicaba con la Unión de las Repúblicas Socialistas 64 RODOLFO MOLINA Soviéticas (URSS) y Europa oriental. Además, Japón se adhirió entonces a la denominada lista “A” (la más restrictiva de todas para el comercio con China) en lugar de a las restricciones standard del ChinCom. No obstante, esa medida puede ser vista fundamentalmente como un gesto hacia Estados Unidos, lo cual se confirma si se toman en cuenta el resto de las circunstancias: que el 1 de junio de ese mismo año se estableció el sistema de comercio llamado “privado” sobre la base de la iniciativa de políticos y empresarios japoneses, no tanto del gobierno; que en diciembre del mismo año se creó la Liga Parlamentaria para la Promoción del Comercio; que apenas dos días después de la firma del armisticio de Corea, el 23 de julio de 1953, la Dieta de Japón aprobó una resolución que pedía al gobierno promover el comercio con China y relajar las restricciones a las exportaciones a China, además de hacer menos estrictos los controles de viaje; y que, solo dos años después, el gobierno de Japón bajó el nivel de las restricciones al nivel general del ChinCom. Cabe señalar que, aunque varios autores indican que la disminución de las restricciones fue hecha en 1957 (como si hubiera ocurrido de una sola vez), George P. Jan destaca que fue realizada en etapas, entre 1952 y 1954 y otra vez en 1956, y por fin sí –como dicen otros autores–, en 1957 las restricciones fueron llevadas al nivel de las practicadas con la URSS y Europa oriental12. Incorporar estos otros datos sobre la disminución de las restricciones por etapas antes de 1957 pone de relieve las iniciativas comerciales japonesas, y el clima de concesiones anteriores a 1957. Algo importante de tener presente es que, sin que Japón dejara de ser parte del ChinCom, la intervención de algunos personajes a quienes la parte china ha denominado LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 65 “japoneses capaces de ver lejos” 13 permitió realizar el comercio entre ambos países fuera de las restricciones y presiones impuestas desde Washington para que Japón mantuviera una observancia particularmente estricta. Es decir, por parte de Japón se encontraba la manera de hacer excepciones. La relación con Taiwán. En 1951, mientras se desarrollaba la guerra en Corea, tuvo lugar la conferencia de San Francisco, cuyo objetivo era permitir la independencia de Japón y la normalización de las relaciones diplomáticas, lo que posibilitó a Japón hacer los tratados correspondientes con cada uno de los países interesados. La Conferencia fue organizada por el secretario de Estado estadounidense, John Foster Dulles, sin que ni la parte comunista ni la nacionalista fueran invitadas en el lugar correspondiente a China. Sin embargo, en la siguiente visita a Tokio después de la conferencia de San Francisco, en diciembre de 1951, Dulles dejó claro ante el primer ministro de Japón, Yoshida Shigeru, que el tratado de San Francisco no sería ratificado por Estados Unidos a menos que el gobierno de Japón mostrara intención de normalizar las relaciones con Taiwán. Pocos días después, Yoshida le envió una carta 14 asegurando el cumplimiento de esta condición. De todos modos, en distintos artículos es posible encontrar referencias a distintas actitudes políticas de Yoshida –las que al ser cotejadas aparecen como opuestas– entre 1949 y 1952 respecto de la República Popular China (RPCh) y su reconocimiento. En esas aparentes contradicciones jugaban tanto las consideraciones económicas como las políticas; la 66 RODOLFO MOLINA razón de las diferencias puede encontrarse en la sentencia de Yoshida: “Roja o blanca, China sigue siendo nuestro vecino de al lado. Las leyes de la geografía y la economía –creo– prevalecerán a largo plazo sobre cualquier diferencia ideológica y barreras comerciales artificiales”. La afirmación vale por su propia substancia, pero es especialmente significativa porque fue hecha en enero de 1951, en medio de la presión estadounidense y antes de que se celebrara la conferencia de San Francisco, y porque apareció nada menos que en un artículo de Yoshida publicado en Foreign Affairs15. Quizás la mejor explicación de las prima facie contradictorias posturas japonesas es que el primer ministro Yoshida procuraba tanto imitar a Inglaterra como ponerse del lado de Washington en la cuestión de Asia y de China 16 (para entender eso es necesario recordar que Inglaterra todavía era considerada una potencia con política propia, por eso pudo reconocer a China en 1950). Con la garantía de la “carta Yoshida” a Dulles, en febrero de 1952 comenzaron las negociaciones entre Japón y Taiwán, que culminaron el 28 de abril con el Tratado de Paz entre la República de China y Japón, al mismo tiempo que entraba en vigor el Tratado de Seguridad de Japón con Estados Unidos. Así quedó instituido –en consonancia con la política exterior estadounidense– el lugar que pasó a ocupar Taiwán en la política exterior de Japón. Condiciones internacionales. Hacia mediados de la década, la política internacional de varios países de Asia, en especial los que habían sufrido alguna forma de dominación colonial, buscaba apartarse del LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 67 esquema de Guerra Fría y lograr una mayor autonomía. En ese marco, en 1954, el primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores de China, Zhou Enlai, y el primer ministro de India, Jawaharlal Nehru, proclamaron los “Cinco principios de la coexistencia pacífica”, y al año siguiente, 1955, en la conferencia de Bandung fueron aprobados los denominados “Diez principios para la paz”. El gobierno de Japón buscó no quedar fuera de la conferencia, puesto que por entonces ese movimiento de países asiáticos y africanos no era algo menor. La delegación japonesa fue en calidad de observadora para no indicar la pertenencia de Japón al grupo, pero sin por eso dejar de estar presente en la Conferencia; iba encabezada por el empresario y político Takasaki Tatsunosuke, quien durante la Conferencia se entrevistó con Zhou. Coincidentemente, en esos años China llevaba adelante una apertura de política exterior conocida como “diplomacia popular”, que reforzaba la actividad de organizaciones oficiosas como la Comisión China para la Promoción del Comercio Internacional y de otras varias asociaciones chinas para la promoción del comercio y las relaciones con otros países. Algo semejante había ocurrido en Japón con asociaciones para la promoción del comercio internacional (también se formaron asociaciones japonesas para promover las relaciones con la URSS, con la que Japón estableció relaciones en octubre de 1956). Política interna e internacional. En octubre de 1956, con ocasión de la prórroga por un año del tercer acuerdo privado 17 , se hizo un comunicado conjunto en el que ambas partes expresaban la intención de establecer misiones comerciales permanentes en la otra parte y 68 RODOLFO MOLINA de procurar que se hicieran acuerdos intergubernamentales antes de la siguiente renovación. El ministro de Comercio Internacional e Industria de Japón, Ishibashi Tanzan, declaró que la toma de las huellas digitales de los miembros de la misión comercial china no era algo esencial y que se podrían establecer misiones comerciales antes de que expirara el acuerdo entonces en vigor. En diciembre de 1956 Ishibashi, un representante del sector más proasiático y mejor dispuesto hacia China dentro del Partido Liberal Democrático (PLD), asumió como primer ministro de Japón. Su elección molestó en Washington, por lo que el subsecretario de Estado para Asuntos del Lejano Oriente, a la sazón en Tokio, aleccionó a Ishibashi sobre el “comunismo internacional” 18 . Para equilibrar las facciones del PLD dentro del nuevo gobierno, un conservador de línea dura, Kishi Nobusuke, ocupó la cartera de relaciones exteriores. Por entonces la orientación general de la política exterior japonesa era tal que aun un conservador extremo como él, en la sesión inaugural del Gabinete, debió expresar su conformidad con la propuesta de instalar una misión china permanente19: las tendencias de época y el interés por los negocios se imponían a los esquemas rígidos. Sin embargo, el gabinete Ishibashi solo duró hasta febrero de 1957. Entonces fue elegido un nuevo gobierno encabezado por Kishi quien ahora como primer ministro reiteró su postura pronorteamericana en los viajes que hizo meses después a Estados Unidos y a Taiwán. Eso desató una contraofensiva política de China, exigiendo un status casi diplomático para su misión comercial. Pero lo cierto es que esa y otras demandas chinas ya eran materia de negociación desde la realización del tercer acuerdo; excepto la de que a los representantes chinos LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 69 no se les tomara huellas digitales en Japón, que no era aceptada porque no eran diplomáticos. En ese clima, en septiembre de 1957. comenzó en Pekín la negociación preparatoria para el cuarto acuerdo privado; Japón concedió que cinco delegados chinos quedaran exentos del requisito de las huellas digitales pero no llegó a aceptar que se abriera una misión comercial permanente en Tokio. La imposibilidad de ponerse de acuerdo provocó que la delegación japonesa volviera a Tokio en noviembre. Sin embargo, más que a la negativa del gobierno japonés a aceptar todas las demandas chinas el alargamiento del trámite de la negociación fue debido a las protestas de Estados Unidos y de Taiwán ante lo que percibían como otorgamiento de trato cuasidiplomático a la misión comercial china. Entre tanto, hacia fines de 1957, China puso fin a la “diplomacia popular”, pero no obstante la coincidencia del fin de la diplomacia popular con la contraofensiva china hacia la política exterior del primer ministro japonés, la postura de China en las negociaciones aflojó en febrero de 1958 para permitir hacer un contrato especial sobre hierro y acero, logrado en momentos en que la industria siderúrgica de Japón necesitaba mercados. Con la euforia del antecedente de ese contrato, en marzo se hizo en Pekín el cuarto acuerdo privado por un año; las provisiones permitían el establecimiento de oficinas permanentes de representación para facilitar el desempeño de las tareas; por una adenda se garantizaba la seguridad, la libertad de viajar, el uso de cables cifrados, el derecho al uso de la bandera nacional, y se garantizaba que no se tomarían las huellas digitales a los miembros de la misión china. Esto exacerbó aún más las protestas de Estados Unidos y, especialmente, las de 70 RODOLFO MOLINA Taiwán, en contra de concesiones que acercaban a la misión china a un estatuto diplomático. Ambos criticaron fuertemente el conjunto de lo concedido por Japón. Pero las sucesivas declaraciones del primer ministro Kishi terminaron centrando la polémica en el asunto del uso de la bandera china en el edificio donde estuviera la delegación. En algunos relatos de lo que siguió aparece como que la rotura de una bandera china (que estaba en un escaparate de exhibición de sellos postales chinos en Nagasaki) a manos de un joven anticomunista provocó que, de manera exagerada, China suspendiera ese acuerdo y poco más tarde todos los tratos. Es interesante notar que la percepción que tiene el lector cambia de acuerdo con la versión de los hechos que lea, según sean los pormenores incorporados al relato del llamado “incidente de la bandera” del 2 de mayo. La versión larga de los hechos permite concluir que no fue un mero hecho casual, ya que al centrarse la polémica en el argumento de qué pasaría en el caso de que alguien rompiera una bandera china, el desenlace era previsible20. El 9 de mayo el ministro de Relaciones Exteriores de China criticó al gobierno de Kishi y anuló el acuerdo privado, y al día siguiente anunció la restricción de los demás lazos económicos. Se dan como explicaciones la versión de que la acción del joven nacionalista provocó la anulación del acuerdo, la versión de que de repente el gobierno chino rechazó lo acordado, y la versión más larga, circunstanciada, que permite entender el encadenamiento de la escalada de hechos. Gene T. Hsiao —a diferencia de los autores que solo mencionan el “incidente de la bandera de Nagasaki”, o dejan de lado parte de los datos—presenta una versión larga del asunto, al que retrotrae a 1957, y considera que el incidente de LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 71 la bandera, la carta Yoshida de 1964 y los tratados de transporte posteriores a 1972 fueron los tres eventos más importantes de las relaciones de Japón con China entre 1952 y 197521. En consonancia con la nueva política exterior china y ante el mayor acercamiento de Japón a Estados Unidos, en agosto de 1958 autoridades chinas presentaron al director de la Oficina Internacional del Partido Socialista Japonés (PSJ), entonces de visita en China, los llamados “tres principios políticos”: a) dejar las políticas hostiles hacia China; b) no participar en una conspiración para crear “dos Chinas”; c) no poner obstáculos a la normalización de relaciones entre China y Japón. Un mes después, en septiembre, en la visita que realizó a China, Ishibashi Tanzan habló con Zhou Enlai sobre la aceptación de los “tres principios políticos”. En marzo del año siguiente esos principios fueron reiterados en una declaración conjunta emitida por las autoridades chinas y por el secretario general del PSJ. Además del papel jugado siempre por el Partido Comunista Japonés (PCJ) —más ligado a pequeños empresarios— y por el PSJ —más ligado a los obreros— en aquellos roles de mediadores políticos y comerciales, a finales de la década de los años cincuenta el PSJ era importante en la política japonesa no solo porque lideraba el movimiento obrero, sino porque en aquel momento tenía un tercio de las bancas de cada una de las cámaras de la Dieta japonesa, de ahí su papel en los tratos de aquellos años. Las cancelaciones de 1958, es verdad, pusieron en evidencia y acentuaron lo que fue un cierto estado de baja de las relaciones que duró hasta 1960. Pero, la realización de convenios en 1959, aun dentro de este período de enfriamiento y, sobre todo, las 72 RODOLFO MOLINA visitas de la parte japonesa a China en busca de lograrlos, pueden dar una visión más matizada de la situación, pues son prueba del interés por mejorarla pronto y por establecer otras formas de llegar a acuerdos económicos. Es así que, no obstante la disminución del comercio en 1959 a algo menos de un cuarto respecto de 1958, Ishibashi Tanzan volvió a visitar China ese año. También en 1959 fue una delegación del PSJ. Por su lado, la central sindical Sohyo (socialista) hizo un acuerdo con la Federación de Sindicatos de Toda China para que cuando una empresa pequeña de Japón tuviera problemas de gestión, China le comprara productos a ella en interés de la situación de los obreros japoneses que allí trabajaban22. La ruptura sino-soviética de 1960 hizo ver a China la necesidad de contar con mejores relaciones con otros países. El peso de este factor se iría incrementando a lo largo de los años sesenta, y más aún a partir de 1969. Por el lado japonés, el gabinete de Ikeda Hayato (1960-1965) hizo una apuesta aun mayor por el crecimiento económico. Evolución del comercio Japón-China (unidad:1000 US $) Total Año Valor Exp. Japón % año Valor anterior % año Import. Japón Valor anterior 19.633 % año anterior 1950 58.961 39.328 1951 27.434 46,5 5.828 9,7 21.606 54,9 1952 15.502 56,6 599 10,3 14.903 69,0 1953 34.239 220,9 4.539 757,8 29.700 199,3 1954 59.867 174,9 19.097 420,7 40.770 137,3 LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 1955 109.325 182,6 28.547 149,5 80.778 198,1 1956 150.986 138,1 67.339 235,9 83.647 103,6 1957 140.968 93,4 60.485 89,8 80.483 96,2 1958 105.027 74,5 50.600 83,7 54.427 67,6 1959 22.565 21,5 3.648 7,2 18.917 34,8 1960 23.455 103,9 2.726 74,7 20.729 109,6 1961 47.534 142,1 16.639 610,4 30.895 149,0 1962 84.480 177,7 38.460 231,1 46.020 149,0 1963 137.016 161,2 62.417 162,3 74.599 162,1 1964 310.489 226,2 152.739 244,7 157.750 211,5 1965 469,741 151,3 245.036 160,4 224.705 142,4 1966 621.387 132,3 315.150 128,6 306.237 136,3 1967 557.733 89,8 288.294 91,5 269.439 88,0 1968 549.624 98,5 325.438 122,9 224.185 83,2 1969 625.343 113,8 390.803 120,1 234.540 104,6 1970 822.690 131,6 568.878 145,6 253.812 108,2 1971 901.360 109,5 578.188 101,6 323.172 127,3 73 Fuente: Ministerio de Hacienda de Japón. Gaikoku Boeki Gaikyo 2. El comercio en los años cincuenta Comienzos. El comercio entre China y Japón fue reiniciado con un embarque de sal en julio de 1949, aun antes de la fundación oficial de la República Popular China. Al mes siguiente, llegó a Japón una misión de cuatro negociadores comunistas para 74 RODOLFO MOLINA comprar equipo ferroviario para el norte de China. El comercio era controlado por el SCAP en acuerdos de gobierno a gobierno, si bien ya en 1949 la Ocupación autorizó el comercio privado con base en el trueque; además, la Asociación de Amistad Sino-Japonesa creada el 1 de octubre de 1950 apoyó la realización de acuerdos privados. Pero desde Japón también se exportaba a China vía Hong Kong; en 1949 fue por un monto semejante al valor reconocido en el intercambio bilateral directo 23 . Ese año el volumen del comercio bilateral directo fue de unos 24 millones de dólares, y se incrementó a más del doble, casi 59 millones en 1950. El reiniciado comercio con China cayó abruptamente en 1951 y 1952, si bien como muestran las estadísticas no desapareció tal como se procuraba desde Washington 24 . El comercio fue retomado en septiembre de 1951, en plena guerra de Corea, tras haber establecido China un sistema de trueque en el mes de marzo. El interés mutuo por el comercio dio lugar a que solo un mes después de haberse alcanzado el tratado de paz con Taiwán, el 1 de junio de 1952, se hiciera el primer acuerdo (efectivo hasta octubre de 1953) del sistema denominado de comercio privado (que funcionó hasta 1958), vía Comité Chino para la Promoción del Comercio Internacional y con visto bueno del gobierno japonés. Es decir, fue después de los tratados de San Francisco cuando comenzó a funcionar el sistema del denominado comercio privado, realizado por la gestión de empresas privadas bajo la intermediación de asociaciones civiles privadas (las que, por su composición y por sus vínculos, tenían, en realidad, carácter oficioso). Esos acuerdos eran sin duda de carácter privado, pero en su LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 75 realización participaron miembros de la Dieta japonesa 25. Se lo llamó “comercio privado” como modo de desligarlo de compromisos de carácter oficial, lo cual no implica que realmente no lo fuera26. Los acuerdos del comercio privado se realizaban principalmente sobre la base del trueque, si bien las cotizaciones se hacían en libras esterlinas. El segundo acuerdo privado fue realizado en octubre de 1953, con efecto hasta diciembre de 1954. El gobierno chino, por su parte, ya había respondido a las restricciones impuestas buscando vender, como fuera posible, todos los productos chinos no comprometidos ya en otros tratos, concentrando el comercio en los países socialistas, pero promoviendo al mismo tiempo el comercio con los países capitalistas en todo lo posible, realizando contrabando descentralizado, haciendo comercio de trueque, tratando de asegurarse las importaciones antes que las exportaciones, y tratando de conseguir materiales de construcción; además, las mercancías fueron divididas en tres categorías para exportación y otras tres para importación, de acuerdo con las cuales se establecieron los tipos posibles de los intercambios en general, y en particular para el comercio con Japón27. Es decir, los contactos comerciales fueron retomados antes de la instalación del gobierno del Partido Comunista Chino y, aun ya iniciada la guerra de Corea, la normalización de relaciones no parecía algo impensable para la parte japonesa, por motivos principalmente comerciales. Auge y enfriamiento del comercio a mediados de la década. Con el segundo acuerdo privado, en octubre de 1953, comenzó un período de ampliación del comercio que duró 76 RODOLFO MOLINA hasta fines de 1957, durante el cual aumentaron las importaciones japonesas de productos chinos como el carbón, la soja y la sal, aunque no ocurrió algo semejante con el hierro, mineral que había sido muy importante en el comercio anterior a 1950. En 1954 se produjo un gran aumento del comercio bilateral, que superó los 59 millones de dólares. En septiembre de 1954 fue creada la Asociación Japonesa para la Promoción del Comercio Internacional; también se estableció el Consejo Nacional para la Restauración de la relación Japón-China y se estableció el Consejo Nipo-Chino de Pesquería con cuyo auspicio se hizo el primer acuerdo privado de pesca en abril de 1955. En ese marco, en mayo de 1955, se firmó el tercer acuerdo privado en Tokio, conviniéndose que se harían dos ferias anuales: en Tokio y en Osaka en el otoño de 1955, y en Pekín y Shanghai en el otoño de 1956. Muestra de su importancia es que la exposición de Tokio fue visitada por el director de la Secretaría de Planificación Económica, Takasaki Tatsunosuke, y la de Pekín por Zhou Enlai, Zhu De y Mao Zedong. El aumento del comercio bilateral en esos años llegó a ser tal que en 1956 el 21,8 % del comercio exterior chino se llevó a cabo con Japón28. Hacia 1955, Japón superó la llamada recuperación de posguerra; comenzó entonces una expansión económica que demandó mayor cantidad de materias primas baratas y más medios de pago. Con estos fines se hacían excepciones a las restricciones al comercio con China: Japón vendía a China maquinaria de transporte, agrícola y textil, bulldozers y piezas de metal a cambio de carbón, hierro y sal. No era posible hacer de China el principal proveedor de estos minerales, pero la LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 77 diferencia de precios con las importaciones de Estados Unidos era notoria. La tonelada de carbón y de sal chinos costaba la mitad que la importada desde Estados Unidos, y la tonelada de hierro un 40 % menos29. No obstante las excepciones hechas antes y la disminución de las restricciones de 1956, los productos metálicos exportados por Japón a China se fueron reduciendo en tanto iban en aumento los químicos. Entre 1955 y 1956 los productos químicos tomaron la primacía en las exportaciones japonesas a China, y desde entonces por algunos años; el aumento del rubro de los fertilizantes químicos tenía que ver con el incremento de la mecanización agrícola en China. Por otro lado, a partir de esta época comenzaron a disminuir las partidas de soja y de arroz en las importaciones japonesas de China; en tanto, las de carbón crecieron en los primeros años del auge para enseguida bajar definitivamente; también crecieron, aunque algo menos, las de resinas, aceites y manganeso. En el caso del arroz, la disminución se debía a que a partir de 1955 se estabilizó en Japón la producción autosuficiente de arroz, con la política de sostén oficial de precios y ya no fue necesario cubrir faltantes con importaciones. Para fines de 1957 se habían hecho más de cuarenta acuerdos privados y se había producido un salto en el monto del comercio bilateral, de poco más de 34 millones de dólares en 1953 a 140 millones en 1957, habiendo llegado a casi 151 millones en 1956. 78 RODOLFO MOLINA Un balance. Considerando los cambios operados en el comercio bilateral de los años cincuenta, es posible señalar algunas características: a) hubo cambios marcados en los volúmenes de las exportaciones chinas a Japón y en la composición de las exportaciones japonesas a China, con gran incremento entre 1953 y 1957; b) siguieron predominando las pequeñas y medianas empresas dentro de las exportaciones japonesas; c) fueron disminuyendo las importaciones de soja y de arroz chinos, así como las de hierro, al tiempo que hacia la mitad de la década aumentaron las de carbón, para también ir disminuyendo después; d) hasta 1957 los cambios en los tipos de productos y las variaciones en volúmenes y valores tuvieron que ver con los acelerados cambios que ocurrían en la economía japonesa; e) el comercio sino-japonés de esa década siguió primero un movimiento ascendente y después descendente, que contrasta con el aumento sostenido del comercio exterior de Japón; f) el suspendido acuerdo siderúrgico de 1958, que antecedió e incentivó la firma del también suspendido cuarto acuerdo privado, implicaba cuestiones claves como el comercio de metales por grandes montos y a cargo de grandes empresas, precisamente el tipo de comercio que se desarrollaría en los años sesenta. Desde el punto de vista de cada uno de los dos países, para China el comercio con Japón significaba: a) poder ampliar sus exportaciones y sus fuentes de abastecimiento (sobre todo porque las importaciones desde otros países capitalistas desarrollados eran escasas), en especial desde que comenzó a enfriarse su relación con la URSS; b) disponer de una forma LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 79 de presión mediante la cual tratar de alejar a Japón de las posiciones de la política norteamericana. Japón, en cambio, aun enfrentando una necesidad coyuntural de dar salida a su producción de acero, en 1958 enfrentaba, en realidad, desafíos más grandes: a) tan importante como había sido, antes de 1958, para la economía y la política externa de Japón resolver la cuestión del abastecimiento de carbón, lo fue, a partir de ese año, reconvertir su economía hacia el petróleo; b) con las demás transformaciones de la industria japonesa, a partir de 1958 fue necesaria una gran incorporación de tecnología, lo que fortaleció los vínculos económicos con Estados Unidos y con Europa; c) junto con ese nuevo desarrollo industrial, los mayores niveles de consumo de la población japonesa demandaban volúmenes de materias primas y alimentos, haciendo necesario diversificar y asegurar las fuentes de aprovisionamiento. 3. Repunte y crecimiento en la década de los años sesenta El comercio amistoso. En julio de 1960 un miembro del Comité Central del Partido Comunista Chino fue a Japón con el fin de retomar el comercio tras dos años de notoria baja. En el mes de agosto, cuando el director de la Liga Sino-Japonesa para la Promoción del Comercio visitó China, Zhou Enlai le presentó los llamados “tres principios comerciales”, sobre los que se debería basar el comercio entre China y Japón. Estos eran: 1) firma de un acuerdo entre los dos gobiernos; 2) realización de contratos privados; 3) especial consideración a los casos 80 RODOLFO MOLINA particulares. De modo que, aunque desde China se insistía en los tres principios políticos, estos tres principios comerciales ponían de manifiesto la intención de seguir con acuerdos de tipo privado hasta que se hicieran convenios gubernamentales. A fines de 1960 comenzó, en relación con los “tres principios comerciales”, lo que se conoció como “comercio amistoso”, practicado sobre la base de tratos realizados en las dos ferias de Cantón, en otoño y primavera, con comerciantes japoneses avalados por organizaciones prochinas. En ese momento, la mayoría de los comerciantes japoneses estaba formada por pequeños empresarios ligados a organizaciones de izquierda, aunque poco después grandes corporaciones japonesas comenzaron a participar también en ese comercio bajo la forma de firmas fantasmas creadas al efecto. De hecho el comercio amistoso retomaba el comercio privado practicado en el auge de los años cincuenta, pero ahora bajo condiciones más ventajosas y con la participación disfrazada de algunas grandes corporaciones, por lo que el valor del comercio fue casi duplicándose de un año para el otro. En esa situación, en mayo de 1962 el primer ministro Ikeda dio a conocer la intención de conceder a las exportaciones a China la posibilidad de pago diferido, tal como se practicaba con países occidentales. Con ese antecedente, en el mes de septiembre fue a Pekín Matsumura Kenzo, un político muy importante del aparato del PLD, aunque poco conocido, ligado al mundo empresario, quien ya conocía personalmente a Zhou Enlai; el 19 de septiembre ambos coincidieron en que: 1) la parte china reafirmaba los tres principios políticos, los tres principios comerciales, y el principio de la separación de la economía y la política; 2) ambas partes expresaban su esperanza de LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 81 promover un mayor desarrollo del comercio y acordaban normalizar gradual y acumulativamente las relaciones entre Japón y China en lo político y lo económico. Matsumura también conocía al ministro de Relaciones Exteriores, Chen Yi, y se entrevistó entonces con Liao Chengzhi, miembro del Comité Central del Partido Comunista chino30. En octubre fue a China Takasaki Tatsunosuke quien, además de tener viejos lazos con China, había negociado en 1953 el establecimiento de la Japanese Indian Steel Corp y ya había visitado el país unos meses antes. Puesto que era considerado en China como persona representativa de los medios empresariales de Japón, iba con el fin de dinamizar las bases sentadas por Zhou y Matsumura. El 9 de noviembre hizo con Liao Chengzhi, presidente de la Organización de Solidaridad con los Pueblos Afroasiáticos, el llamado acuerdo Liao-Takasaki. El acuerdo dio lugar al denominado comercio L-T, que cubrió el quinquenio de 1963 a 196731. El comercio L-T. En cierto sentido, por la clase de productos y por los montos negociados por grandes empresas japonesas, esta forma de comercio retomaba la línea del nuevo tipo de acuerdos privados que se había realizado en 1958, como el del acero, pero que fueron suspendidos tras el incidente de la bandera. Bajo el sistema L-T, el comercio era negociado anualmente permitiendo el pago diferido, y en general tenía un carácter más político que el comercio amistoso, en tanto las negociaciones correspondientes daban lugar a visitas mutuas de funcionarios y de corresponsales de prensa. Con el 82 RODOLFO MOLINA comercio L-T se esperaba que se alcanzara un intercambio anual de hasta 100 millones de dólares, en parte financiados por el ExImBank de Japón. Novedad importante de este comercio fue que comenzaron a participar grandes corporaciones japonesas, que trataron de proveer las plantas industriales y los barcos que China necesitaba. En agosto de 1963 fue vendida a China una planta de vinilo de la empresa Kurashiki, en una operación financiada por el ExImBank. La planta fue instalada en Pekín con ayuda de la Asociación de Amistad Nipo-China y de la Asociación de Amistad Sino-Japonesa (presidida por Liao Chengzhi). Entonces, el gobierno de Taiwán protestó y llamó a su embajador. En esa situación ocurrieron dos sucesos cuya relación es confundida en artículos cortos, y a veces se termina por suprimir uno de los dos sucesos de la cadena de acontecimientos, con lo que queda desvirtuada la posibilidad de realizar una evaluación adecuada 32. Esta vez los hechos políticos y los económicos quedaron íntimamente confundidos. Como en 1958, el desencadenante fue un hecho político: en septiembre de 1963 un intérprete chino de una misión comercial se refugió en la embajada de la URSS antes de que su delegación partiera de vuelta a China, pero fue entregado a las autoridades japonesas. No obstante, el gobierno taiwanés empezó a presionar al gobierno de Japón para que no entregase al intérprete a las autoridades chinas con el fin de armar un gran escándalo. Como su petición no fue atendida, Taipei llegó a retirar su embajador en Japón y a suspender la compra de productos japoneses el día 11 de enero de 1964. E incluso el 14 del mismo mes fue atacada la embajada japonesa en Taipei. En esa situación, el gobierno japonés envió en LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 83 febrero al ex primer ministro Yoshida a apaciguar a Chiang Kaishek. En una carta escrita en mayo a su vuelta a Japón y dirigida al secretario general de la presidencia de Taiwán, después conocida como “carta Yoshida”, se daban garantías de que no habría otros créditos en el futuro como los otorgados en 1963 a China. Sin embargo, ante el éxito de aquel negocio, en 1964 se gestionaron las ventas de una planta textil de vinilo de la empresa Nichibo y de un barco carguero de los astilleros Hitachi. Cabe señalar que en algunos relatos se atribuye la “carta Yoshida” al caso de Kurashiki, en otras se habla de Nichibo y de Hitachi, como si hubieran ocurrido antes de la “carta Yoshida”, y en la mayoría de las casos, curiosamente, se deja fuera el asunto del intérprete que originó el viaje de Yoshida. Nuevamente, la omisión, o la confusión, en la sucesión de los acontecimientos puede impedir la consideración adecuada de los hechos y que, como consecuencia, otra vez, quede desdibujada la presión de Taiwán. En este caso también parece aconsejable seguir la versión en relato largo33. Estando en trámite la gestión de los nuevos contratos, en noviembre fue electo primer ministro Sato Eisaku (hermano de Kishi Nobusuke). Puesto que en abril de 1964, en una entrevista con el presidente del Comité Chino para la Promoción del Comercio Internacional, había declarado su interés por una política constructiva con China, mayor fue la sorpresa cuando apenas elegido, a fines de noviembre de 1964, negó la entrada a Japón al alcalde de Pekín y poco después, en enero de 1965, el gobierno de Sato negó los créditos del ExImBank para las ventas a China, ya en trámite 34 . Fue entonces, en los debates parlamentarios sobre este caso, 84 RODOLFO MOLINA cuando el primer ministro reveló el contenido de la “carta Yoshida”. Sato era conocido como un político más cercano a Taiwán, lo que quedó confirmado cuando en abril de 1965 le concedió créditos por 15 millones de dólares. Al peso del sector protaiwanés dentro de la política japonesa, se sumaba el hecho de que la Keidairen (la patronal japonesa) no hubiera manifestado entusiasmo por el comercio L-T, a pesar de la intervención de grandes empresas y del apoyo del Ministerio de Comercio Internacional e Industria (MITI, en aquel entonces). En cualquier caso, el valor del comercio bilateral había pasado de alrededor de 22 millones de dólares en 1959 a 84 millones en 1962, bajo el comercio amistoso. Con el impulso del comercio L-T, llegó a 137 millones en 1963, y a 310 millones en 1964, un crecimiento impresionante que se hizo más notorio en 1965, cuando con 470 millones de dólares el comercio de China con Japón superó al que aquella tenía con la URSS. En tan notable incremento coincidieron condiciones favorables en las dos partes. Al terminar de pagar las deudas que tenía con la URSS y al iniciar su tercer plan quinquenal (1963-1967), China pudo redimensionar sus tratos con otros países y aumentar las compras. En 1964 fueron establecidas en forma cruzada oficinas de enlace para el comercio L-T, y en 1965 la JETRO (Organización Japonesa para la Promoción del Comercio Exterior) entró a participar en el comercio sinojaponés. Así, mientras en 1964 China era el socio comercial número veintiuno de Japón, en 1965 pasó al quinto lugar y en 1966 al cuarto lugar, después de Estados Unidos, Australia y Canadá; por otro lado, Japón se convertía en el primer socio comercial de China 35 . No solo aumentaba el valor de las LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 85 exportaciones japonesas: en 1965, por primera vez desde 1950, Japón fue acreedor en el balance comercial con China. En otro ámbito, en enero de 1964 tuvo lugar el reconocimiento de China por parte de Francia, y en 1965 las importaciones chinas de Europa occidental aumentaron un 77% respecto del año anterior mientras, en el sentido inverso, las exportaciones chinas crecieron un 28 %; eso constituyó un acicate mayor en la presión que los empresarios japoneses hacían sobre su gobierno para poder operar con menos trabas con China. El intercambio aumentó notoriamente en los años sesenta, debido en gran parte a las ventas de productos metálicos y de acero a China. En 1966, China se convirtió en el primer mercado externo de los productos químicos y fertilizantes japoneses, y en segundo mercado del acero japonés (después de Estados Unidos), lo que aparecía como providencial para Japón, dados los problemas que entonces presentaba la siderurgia japonesa y la tendencia a la sobreproducción de fertilizantes en Japón, precisamente cuando China necesitaba tanto de la producción interna como de la importación de fertilizantes y otros productos para la política de “la agricultura primero”. En 1966 comenzó la Revolución Cultural en China. El 26 de octubre se disolvió la Liga Sino-Japonesa para la Promoción del Comercio, después de diecisiete años de funcionamiento, ya que unos días antes la dirigencia china y el PCJ habían roto las buenas relaciones existentes hasta entonces, perjudicando la situación de muchas empresas ligadas al PCJ que comerciaban con China. A comienzos de 1967 creció la inquietud entre los empresarios japoneses por 86 RODOLFO MOLINA las demoras en las operaciones de carga y descarga en el puerto de Shanghai (en lugar de los dos o tres días habituales, los buques estaban detenidos allí dos o tres semanas). Se buscó implementar medidas para que los productos chinos fueran embarcados aun si las autoridades chinas no podían garantizarlo. La parte china dio su reconocimiento a la nueva Asociación Japonesa para la Promoción del Comercio Internacional, que hasta entonces se había ocupado del comercio con los países socialistas en general; subsistieron como intermediarias la Liaison Nipo-China de Comercio, encargada del comercio L-T, y la Asociación Nipo-China de Importadores y Exportadores, organización que estaba apoyada por el gobierno japonés, pero a la que hasta ese momento las autoridades chinas no le habían prestado mucha atención. Entretanto, en Japón hubo problemas con empresas de residentes chinos que participaban en el comercio con China (aproximadamente unas cuarenta, incluyendo tres grandes), a las que se acusaba de ser favorecidas por el gobierno de Pekín. Por otro lado, el gobierno de Japón puso restricciones a la permanencia de estudiantes chinos y aplicó las reglas del CoCom a las exhibiciones de la Exposición Científica Japonesa de Tianjin. Aunque, sin duda, la Revolución Cultural afectó el desarrollo del comercio entre ambos países, eso no ocurrió tanto como reflejo directo de los desórdenes político-sociales sobre el trabajo (caso de los estibadores). Lo cierto es que los mayores problemas se produjeron por la ruptura entre el PCC y el PCJ, porque afectó a las empresas ligadas a miembros del PCJ y también a las asociaciones intermediarias en las que el PCJ ocupaba una posición dirigente. LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 87 Pero es necesario destacar que a pesar de las posiciones políticas y las medidas tomadas por una y otra parte, en la feria de primavera de Cantón de 1967 se presentaron cincuenta firmas más que en la feria anterior y que, más aún, por primera vez se presentaron las grandes firmas japonesas en una feria, es decir que las expectativas parecían seguir siendo altas. El año 1967 terminó con otra alteración en el comercio, si bien de un origen independiente de la relación entre Japón y China. Fue la devaluación de la libra esterlina, moneda que había sido desde 1950 la moneda de los intercambios. Entonces dejó de serlo. Por un año, hasta diciembre de 1968, se usó el franco, moneda que gozaba de la confianza de ambas partes. Pero después de la crisis económica y política de ese año en Francia, los banqueros franceses anunciaron que no proveerían más francos a los bancos japoneses (quienes a su vez los daban en crédito a los importadores). El dólar pasó a ser la única moneda posible para el comercio de Japón con China. Cumplido en 1967 el término del Protocolo Liao-Takasaki, no se llamó a renovarlo como correspondía una vez vencidos los cinco años del convenio hecho en 1962. En su lugar, a partir de marzo de 1968, se hicieron convenios según un sistema de memorandos anuales al que se denominó Comercio de Memorando, con la sigla MT (Memorand Trade) para diferenciarlo del comercio L-T, también llamado de protocolo, al que reemplazaba y al mismo tiempo continuaba. No obstante, el valor negociado en 1968 dentro del MT fue menor que la mitad del comercio del año anterior según el sistema L-T. La realidad era que, para entonces, la mayor parte del comercio se hacía nuevamente en base al sistema de 88 RODOLFO MOLINA “firmas amistosas”; el relativo estancamiento del valor de esta forma de comercio duró dos años, pues en 1969 el comercio volvió a recuperar el nivel anterior más alto y creció notoriamente en 1970, si bien el comercio de memorando representaba entonces menos de un 10 % del comercio total. En su momento, el carácter político del comercio L-T había sido útil para dar lugar a la realización de algunos grandes contratos, como los de las grandes plantas y barcos, pero el gran volumen realizado en forma paralela por la vía del comercio amistoso había mostrado que la misma dinámica del crecimiento de cada parte podía sostener el comercio y que, además, se hacía más evidente el interés de las grandes empresas japonesas por entrar a participar de forma sostenida en este comercio. De hecho, las cifras de los montos totales de 1967 y 1968 pueden ser vistas, según el criterio empleado, como una caída respecto de la del total de 1966 o como un relativo estancamiento después de un año (1966) excepcionalmente alto. Las características que tuvo la feria de 1967 y la pronta recuperación del comercio bilateral parecen indicar que se trató de esto último, ya que con la recuperación se intensificó la actividad de las más grandes empresas japonesas para participar en el comercio con China. Los años anteriores a 1972. En 1968 se anunció lo que se conoce como los tres principios de Zhou Enlai 36 : a) China no comerciaría con compañías que fueran pro-Taiwán o pro-Corea del Sur; b) no comerciaría con las que invirtieran en Taiwán o Corea del Sur; c) que cooperaran con Estados Unidos en guerras en Asia LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 89 (Vietnam). A eso, después, en 1970, se agregó el cuarto principio: quedarían fuera las que participaran en joint-ventures con Estados Unidos. A pesar de la leve disminución del comercio bilateral respecto de 1967, y de la baja en las importaciones japonesas de China en 1968, este fue un año récord para las exportaciones de Japón a China: 325 millones de dólares, un 32 % más que en el año anterior, de los cuales el 41 % correspondía al acero. China era un mercado esencial para la producción japonesa de acero, y Japón era un proveedor esencial de China37. Los alimentos, que habían constituido uno de los rubros principales de las importaciones japonesas de China, bajaron del 41 % en 1966 al 28 % en 1971. Las materias primas eran en 1970 casi la mitad de las importaciones japonesas de China. Soja y seda fueron dos productos que se incrementaron entre 1969 y 1971, llegando al doble de 1960. El carbón volvió a declinar desde 1967. En cambio, aumentaron las importaciones de productos químicos, brea, lacas, cera, alcoholes, polifenol, vainilla, alcanfor, carbonato de calcio y otros; también crecieron las de productos textiles, principalmente telas y ropa de seda, así como las de muebles y pinturas. Ocurría que al mismo tiempo que los niveles de consumo de los japoneses se diversificaban, China iba pudiendo exportar una cierta proporción mayor de algunos productos de su industria. En abril de 1970 se hizo otro memorando de comercio por un monto anual menor al anterior. Ese año solo supuso el 8,7 % del comercio total entre los dos países. Pero esto no es un indicador del estado general de las relaciones, ya que si bien representaba 70 millones, el 90 RODOLFO MOLINA comercio total entre China y Japón sobrepasó los 820 millones de dólares, contando el comercio amistoso y otras formas 38. A lo largo de la década, el incremento del comercio bilateral fue impresionante: de 137 millones en 1963 se pasó a 310 en 1965, y a 621 en 1966; descendió a 557 millones en 1967 y bajó más, a 549 millones en 1968, pero se recobró ampliamente en 1969 cuando el total alcanzó 625 y siguió aumentando, hasta 822 millones de dólares en 1970. A partir de la recuperación del comercio bilateral de 1969, se hizo evidente que las pequeñas firmas ya no podrían llevar el mayor peso del intercambio y que las grandes empresas japonesas estaban cada vez más interesadas en él. Aun así, la política volvió a obstaculizar otra vez la tendencia al incremento del comercio cuando algunas grandes empresas rechazaron los principios de Zhou Enlai; no obstante, las siderúrgicas y las grandes compañías de comercialización dieron autonomía a sus subsidiarias para comerciar con China. Además, algunas grandes empresas dejaron el Comité de Cooperación con Taiwán y el Comité de Cooperación con Corea del Sur. Si bien, por otro lado, también hubo casos en que China canceló contratos por problemas con el cumplimiento de los principios. La situación internacional apuntaba hacia el acercamiento a China. Al conocerse en enero la propuesta de establecimiento de relaciones diplomáticas entre Italia y China, los comerciantes japoneses temieron la posibilidad de que Washington y Pekín pudieran arreglarse sorpresivamente (como en efecto ocurrió), dejando a Japón sin oportunidades económicas. Aunque Sato dio en 1969 muestras reiteradas de buscar un acercamiento a China, el gobierno de este país se LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 91 negó a tratar con él, y con más firmeza después del comunicado Sato-Nixon, de noviembre de 1969, según el cual la “seguridad de la zona de Taiwán era, asimismo, un factor importante para la seguridad de Japón” 39, lo cual se hacía intolerable para China. En realidad, el cuarto principio sobre el comercio China-Japón, enunciado por Zhou en 1970, era tanto un intento por lograr un mejor manejo de este comercio como de presionar a Japón y a Estados Unidos. En 1970 Italia y Canadá reconocieron a China, estableciendo relaciones diplomáticas. La tendencia internacional era clara. El asunto de cómo Estados Unidos hizo su contacto con China sin consultar con Japón es bien conocido40. En 1971 Kissinger fue a China y en la Asamblea de las Naciones Unidas de ese año se decidió la incorporación de China y la salida de Taiwán. Ese año la actividad política entre Japón y China fue intensa. En junio y julio una delegación del Partido Komei (Komeito, en japonés) fue a China. En agosto, Wang Kuo Chuan, vicepresidente de la Asociación de Amistad Sino-Japonesa fue a Japón a los funerales de Matsumura Kenzo, lo que dio lugar a diversas entrevistas políticas. En septiembre y octubre delegaciones de la Liga de Parlamentarios para las Relaciones Nipo-Chinas visitaron China. Desde abril de 1970 y a lo largo de 1971, el mensaje de la parte china reiteraba la necesidad de normalizar las relaciones. Así las cosas, las visitas japonesas a China no cesaban. En octubre, fue una delegación de empresarios de Kansai (la región oeste de Japón más tradicionalmente vinculada con el comercio con China); en noviembre fue una de empresarios de Tokio, y también visitaron China los alcaldes de Tokio y de Yokohama. Por primera vez, la 92 RODOLFO MOLINA renovación del memorando de comercio para el año siguiente, 1972, se hizo antes de que terminara el año anterior, en 1971. Balance. En el comercio de los años sesenta es posible observar que: a) desde 1960, y particularmente desde 1962 en adelante, así como quedaban en evidencia los factores limitantes, también quedaban de relieve las oportunidades de expansión y que cualquier posibilidad que se abriera podía dar lugar a un gran crecimiento; b) en 1967, en unos pocos meses, el comercio llegó a un nivel comparativamente bajo, en coincidencia con dos factores principales: 1) que aun dentro de la misma política básica seguida desde hacía más de una década, en China y en Japón se había agudizado la tendencia gubernamental de izquierda y de derecha respectivamente; y 2) la situación monetaria internacional de ese año, que se hacía especialmente sensible en las condiciones en que se realizaba el comercio sino-japonés, por la necesidad de tener que recurrir a una tercera moneda, ya que Japón no aceptaba usar yenes. Por otro lado, es importante notar que la existencia de un comercio anterior y su progreso en los años inmediatamente anteriores a 1972 permitieron que, entre todos los aspectos de la normalización de las relaciones oficiales, los acuerdos comerciales fueran los primeros en lograrse. Después del memorando interino de 1972, el primer acuerdo oficial se firmó en enero de 1974, válido por tres años y prorrogable si ninguna de las dos partes daba aviso de la intención de terminarlo. Mediante ese tratado se arreglaron cuestiones que antes habían provocado inconvenientes: la cláusula de la LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 93 nación más favorecida, la forma y los medios de pago, la promoción de intercambio técnico y exposiciones. En ese momento quedaron pendientes cuestiones como la del registro de marcas, protección de propiedad industrial, visitas de empresarios y procedimientos de arbitraje. Pero esa misma postergación de los aspectos técnicos del comercio más difíciles de resolver ponía en evidencia el interés de las dos partes por lograr acuerdos para un pronto desarrollo de sus respectivos intereses. Resolver la cuestión del registro de marcas y protección industrial llevaría tiempo ya que, desde varios años atrás, China copiaba productos extranjeros sin tener en cuenta las prácticas comerciales habituales. Por el contrario, la del arbitraje no ofreció tanta dificultad, porque ya había experiencia en la materia desde el primer acuerdo privado. Conclusiones Sin duda, el comercio sino-japonés entre 1949 y 1972 estuvo limitado por las condiciones de Guerra Fría, las cuales no se vieron tanto en que cada parte tomara una posición representativa de bloque, sino que actuaron en las presiones ejercidas sobre Japón; entre ellas, en primer lugar, la imposibilidad de establecer relaciones diplomáticas. En esas condiciones, el comercio fue el medio principal de las relaciones entre China y Japón, pues se convirtió en el principal medio de los contactos privados, oficiosos y oficiales. Más allá de la importancia de los montos, los volúmenes y los productos particulares objeto del comercio, fue importante el 94 RODOLFO MOLINA hecho mismo de que el intercambio bilateral se realizara. Por otro lado, es posible observar que las disminuciones repentinas tuvieron causas políticas, mientras los incrementos notorios y sostenidos tenían causas económicas, motivadas por las condiciones de cada una de las partes. También es posible distinguir las limitaciones generales de este comercio de las variaciones concretas que tuvieron lugar dentro de esos límites, como fueron los cambios debidos a la política de China que afectaron al comercio, pero los límites últimos y más estrictos al comercio fueron dictados desde Washington y por la necesidad japonesa de atender los reclamos de Taiwán. Aunque el principio de separación del comercio de la política perdía validez en un caso crítico, fue posible, por otro lado, que el comercio entre Japón y China se incrementara de modo no previsto, como ocurrió en 1965, en razón de las condiciones de cada una de las partes y de otras circunstancias coadyuvantes. Igualmente, es interesante notar que, en la preeminencia de ciertos rubros y en las variaciones en su valor, se podría leer cuáles eran las necesidades de cada una de las partes y el estado mismo de su economía, ya que fue un comercio ligado directamente al estado evolutivo de la economía de cada una de ellas. Del mismo modo, se podría ver en este comercio bilateral cuáles eran las expectativas de cada parte, expresadas tanto a través de las formas que asumía el comercio como de quienes intervenían o mediaban por cada lado. En otro orden de cosas, en el carácter absoluto que ocupa la Guerra Fría en textos que abordan el tema, cabría observar una postura del autor acerca de dicho período: la que se refleja en el tipo de acontecimientos seleccionados y en la manera de LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 95 presentarlos. En el orden explicativo también, pero traído ahora a la situación actual, se podría ver que, en realidad, la ola de inversiones y de comercio de Japón con China tras el llamado “ascenso de China” constituye, sin duda, un salto significativo en sus relaciones económicas, pero que estas ya tienen antecedentes de notoria adaptabilidad, práctica de resolución de conflictos y crecimiento, aun dentro del mundo bipolar de la Guerra Fría. 1 Entre los pocos, en español, véase: Martín de la Escalera, Carmen, “Las relaciones de la República Popular China y Japón”, Revista de Política Internacional, 123 (1972), pp. 55-70. En el desarrollo del texto se hace referencia a otros trabajos que son presentados en las notas que siguen, particularmente los contemporáneos del período abordado. 2 Importantes aspectos de la situación de posguerra en el este de Asia son señalados en: Cumings, Bruce, “Japan‟s Position in the World History”, en Andrew Gordon (ed.), Potswar Japan as History, Berkeley: University of California Press, 1993, pp. 35-52. 3 Iriye, Akira, “Chinese-Japanese Relations, 1945-90”, The China Quarterly, 124 (1990), p. 624. 4 Puede encontrarse un análisis de las relaciones sino-japonesas que imbrica las dimensiones política y económica en: Leng Shao-Chuan, “Japanese Attitudes toward Communist China”, Far Eastern Survey, 27. 6 (1958), pp. 81-89; y Leng Shao-Chuan, Japan and Communist China, Kyoto: Doshisha University Press, 1958. 5 Entre ellos: Jan, George P, “Japan‟s Trade with Communist China”, Asia Survey, 9.12 (1969), pp. 900-918; Sun, Norman, “Trade Between Mainland China and Japan under the „L-T‟ Agreements”, Hong Kong Economic Papers, 1968.4 (1968), pp. 57-71; Matsui, 96 RODOLFO MOLINA Kiyoshi, “Some Notes on Japan‟s Foreign Trade”, Kyoto University Economic Review, 17.2 (1957), pp. 19-55; Ueda Toshio, “The Outlook for Relations With Communist China”, Japan Quarterly, 13.3 (1966), pp. 293-300. 6 Sobre la participación de organizaciones empresariales japonesas en este comercio se puede consultar: Ogata, Sadako, “The Business Community and Japanese Foreign Policy: Normalization of Relations with the People‟s Republic of China”, en Robert A. Scalapino (ed.), The Foreign Policy of Modern Japan, Berkeley: University of California Press, 1977, pp. 175-203. 7 Acerca del abastecimiento antes de 1945 véase: Basic Materials Division, Coals and Metals in Japan’s War Economy, The United States Strategic Bombing Survey, 1947, disponible en formato electrónico en http://www.archive.org/steam/coalsmetalsinjap36unit/coalsmetalsinj ap36unit_djvu.txt. 8 Jan, “Japan‟s Trade with Communist”, p. 901. 9 SCAP indicaba el cargo del comandante (en particular suele aludir a MacArthur), pero en el uso corriente ha pasado a significar también el conjunto de la administración de la Ocupación, especialmente las secciones en que se tomaban las decisiones. 10 El motivo aducido por Estados Unidos fue que “Japón era el país que más se había beneficiado de la guerra de Corea (¡!)”, en: Halliday, Jon y Gavan McCormack, El nuevo imperialismo japonés, Madrid: Siglo XXI, 1975, p. 147. 11 Cohen sostiene que fue por la entrada de China en la guerra de Corea. Cohen, Jerome, “Japan‟s Foreign Trade Problems”, Far Eastern Survey, 21.16 (1952), p. 167. Otros autores lo adjudican al fenómeno mismo de esa guerra. 12 Jan, “Japan‟s Trade with Communist”, pp. 903-906. LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 97 13 Tao Wenzhao, “Embargoes and Anti Embargoes: A Critical Conflict in Sino-American Relations in the 1950s”, Chinese Academy of Social Sciences, marzo 1997, disponible en formato electrónico en http://bic.cass.cn/english/%20InfoShow/Arcitle_Show._Forum1_Sho w.asp?ID=233&Title=CurrentTrends%20and%20Thoughts&strNavi gation=Home%3EForum%20%3EInternational%20studies%28Amer ica%29&BigClassID=4&SmallClassID=6. 14 No confundir esta “carta Yoshida” (Yoshida letter), enviada a J. F. Dulles en 1951, con la otra, “carta Yoshida” enviada al gobierno de Taiwán en 1964. 15 Hsiao, Gene T., “The Sino-Japanese Rapprochement: A Relationship of Ambivalence”, The China Quarterly, 57 (1974), p. 101. 16 Sobre los ambivalentes movimientos de Yoshida véase: Ferreti, Valdo, “Yoshida‟s Ideas on China after the Dulles-Morrison Agreement and its Relevance for Anglo-Japanese Relations”, en San Francisco: 50 Years On Part Two, Discussion Paper No.IS/01/426, London School of Economics and Political Sciences, septiembre de 2001, http://sticerd.lse.ac.uk/dps/is/IS426.pdf. 17 En el siguiente apartado se trata sobre los denominados acuerdos privados. 18 Braddick, C.W., “Against the Grain: Prime Minister Ishibashi Tanzan and the „China Question‟”, Social Science Japan, 12 (1998), Disponible en formato electrónico en: http://newslet.iss.u-tokyo.ac.jp/ssj12/index.html. 19 Ibídem. 20 Una versión del incidente con muchos datos en: Hsiao, Gene T., The foreign trade of China: policy, law, and practice, Berkeley y Los Ángeles: University of California Press, 1977, pp. 41-51. 21 Ibídem, p. 41. 98 RODOLFO MOLINA 22 Lee, Chae-Jin, China and Japan: new economic diplomacy, Stanford: Hoover Institution Press, 1984, p. 5. 23 Ibídem. 24 Véase cuadro “Evolución del comercio” más abajo. 25 Leng, Japan and Communist China, pp. 57 y 151. 26 El gobierno de la Revolución china tenía al principio dos cuentas para el comercio con el SCAP, una de gobierno a gobierno y otra para comerciantes chinos privados: Feraru, Arthur N., “Japanese Trade with China”, Far Eastern Survey, 18.17 (1949), p. 200 (hay que recordar que la Revolución china no acabó inmediatamente con la clase de los empresarios chinos). 27 Leng, Japan and Communist China, pp. 57 y 139-149. 28 Halliday y McCormack, El nuevo imperialismo, p. 150. 29 Matsui, “Some Notes on Japan‟s”, p. 54. 30 Eran varios los funcionarios chinos que habían estudiado en Japón, incluido Zhou Enlai (allí se unió a organizaciones de estudiantes chinos nacionalistas y conoció el marxismo). Liao Chengzhi nació y recibió gran parte de la educación en Japón. A su vez, Takasaki Tatsunosuke y otros varios empresarios japoneses habían pasado su juventud en China. Había en ambas partes funcionarios con historias de vida semejantes, con conocimiento anterior del otro país directo e íntimo. 31 Un análisis económico estricto del comercio L-T en: Sun, “Trade Between Mainland China”, pp. 61-71. 32 Hsiao, The foreign trade of China: policy, law, pp. 52-55. 33 Ibídem, pp. 51-60. 34 Clark, Gregory, “Sino-Japanese Relations. An Analysis”, The Australian (abril 1971), http://www.gregoryclark.net/sinoan.html. LAZOS COMERCIALES EN LA RELACIÓN SINO-JAPONESA 35 99 Lee, China and Japan: new economic, p. 7. 36 Hay que distinguir estos principios de Zhou Enlai de los tres principios políticos y de los tres principios comerciales que fueron presentados a los japoneses en 1958 y 1960. 37 Lee Chae-Jin, China and Japan: new economic diplomacy, p. 33. 38 Halliday y Mc Cormack, El nuevo imperialismo, p. 149. 39 Hsiao, The foreign trade of China: policy, law, p. 57. 40 Para un tratamiento minucioso de las negociaciones para la normalización y del tratado de Paz y Amistad, véase: Ogata, Sadako, Normalization with China: A Comparative Study of U.S. and Japanese Processes, Berkeley y Los Ángeles: University of California Press, 1988. DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA Julio César Abad Vidal* Resumen: Morimura Yasumasa 森 村 泰 昌 (Osaka, 1951) es un fotógrafo y performer japonés que ha venido desarrollando desde 1985 una de las más destacadas trayectorias internacionales consagradas a la práctica del apropiacionismo. La labor de Morimura se centra, en ese sentido, en la recreación de obras célebres de la pintura occidental, y japonesa en menor medida, en todos los casos asumiendo la integridad de los papeles que aparecen en escena, lo que le exige una extraordinaria planificación y caracterización. Morimura ha posado, asimismo, para imitar a actrices occidentales, con particular pertinacia, a Marilyn Monroe. Los últimos años, empero, Morimura ha tomado como base para su trabajo no tanto obras de arte cuanto imágenes históricas, a través de la recreación de instantáneas que han obtenido un status icónico en un mundo como el nuestro, saturado de imágenes hasta la extenuación. El * Julio César Abad Vidal es doctor en Estética y Teoría de las Artes y miembro del Grupo de Investigación Asia. Ha dedicado su tesis doctoral a la teoría y la práctica del apropiacionismo. 102 JULIO CÉSAR ABAD presente ensayo se dedicará a la exploración de este mecanismo en la reciente obra de carácter histórico de Morimura Yasumasa. Abstract: Morimura Yasumasa 森 村 泰 昌 (Osaka, 1951) is a Japanese photographer and performer who has been developing since 1985 one of the most outstanding international careers devoted to the practice of the appropriation. Morimura’s work focuses on both the recreation of famous works by Western painters; and to a lesser extent by Japanese artists. In all his work he assumes all roles appearing on the scene, which require special planning and characterization. Morimura has also posed imitating Western actresses his favorite impersonation being Marilyn Monroe. However, in recent years Morimura has taken as inspiration for his appropriations fewer works of art. Instead he has taken historical images through the recreation of pictures that have achieved an iconic status in our world, a world saturated to the limit of suffocation by images. The present essay is devoted to the exploration of this mechanism in Morimura Yasumasa’s recent work, a work of a strong historical character. Introducción El apropiacionismo consiste en la incautación de imágenes previas, procedentes de la historia del arte, a las que se somete a una posterior y significativa manipulación. Pese a que en muchas latitudes y en varias décadas anteriores existen ejemplos de estas prácticas, lo cierto es que la popularización académica y crítica de los fenómenos apropiacionistas no se produce hasta comienzos de la década de los ochenta del EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 103 pasado siglo, con el enaltecimiento en la escena artística norteamericana de la obra de unos autores con relaciones de proximidad entre sí, como atestigua el hecho de que sus obras se presentaran conjuntamente en exposiciones colectivas, que basaban su trabajo en una iconografía tomada de la publicidad y del arte fotográfico. En Estados Unidos se origina entonces un debate crítico que hace del término appropriation (“apropiación”) una suerte de divisa generacional. Entre los artistas más destacados por la crítica del momento se encontraban Cindy Sherman, Vincent Leo y Sherrie Levine. Leo y Levine proceden a la toma de referencias explícitas, en concreto de obras de fotógrafos precedentes. La apropiación que realiza Sherman se dirige, en cambio, a diversos modelos de representación, para lo que se autorretrata disfrazada e imitando la pose de diferentes estereotipos femeninos presentes en los medios de comunicación de masas, particularmente en la publicidad gráfica y el cine, tales como la chica de pueblo llegada a la gran ciudad, la prostituta o la estrella del mundo del espectáculo1. El artista japonés Morimura Yasumasa combina en su trabajo ambas prácticas. En primer lugar, la apropiación de referentes icónicos ajenos, al igual que Leo y Levine (aunque en su caso, mayoritariamente de obras pictóricas y no fotográficas), y en segundo lugar, los mecanismos teatrales de Sherman, aunque Morimura es un fotógrafo ciertamente mucho más meticuloso y virtuoso en sus recreaciones que aquella. Y es que Morimura es de los discípulos que ha superado ampliamente al maestro 2 . No obstante, el propio Morimura ha reconocido haber partido para su trabajo del realizado por Sherman, como ha explicitado en su 104 JULIO CÉSAR ABAD caracterización de aquella como su “hermanita” (Morimura nació tres años antes que Sherman). Así lo afirma el título de su obra To my Little Sister: for Cindy Sherman (1998, fotografía en color, 66 × 120 cm), en la que ha recreado la fotografía de Sherman Untitled #96 (1981, fotografía en color, 61 × 122 cm), donde esta se ha autorretratado como una muchacha que, tumbada en el suelo, sujeta un recorte de un periódico, concretamente de la sección de contactos3. El trabajo de Morimura cuenta no solo con una amplia proyección en su país natal, donde expone con regularidad su trabajo en individuales (tanto de carácter institucional como comercial)4 y colectivas, sino que es, asimismo, uno de los artistas japoneses vivos más reconocidos internacionalmente5. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Kioto en 1978, su primera obra apropiacionista data de 1985, cuando se autorretrató en una fotografía que consistía en una cita prácticamente textual, salvo por la presencia de los ojos del fotógrafo, de un autorretrato de Vincent van Gogh 6, una de cuyas diez copias atesora el Kokuritsu Kokusai Bijutsukan 国 立国際美術館, Museo Nacional de Arte Internacional de su ciudad natal, Osaka, consagrado a la muestra de obras de arte contemporáneo7. Desde entonces, Morimura ha recreado la obra de una extensa nómina de pintores. Pero en la mayoría de los casos se trata de obras de artistas occidentales 8. Morimura ha dedicado, por ejemplo, series de autorretratos a artistas que hicieron de este género uno de sus caballos de batalla, como Rembrandt (en 1994) o Frida Kahlo (en 2001) y ha sido, asimismo, uno de los innumerables artistas contemporáneos que han tomado la obra de Goya como punto de partida para reflexionar sobre la condición calamitosa de nuestros tiempos, EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 105 asumiendo la recreación, entre otros motivos, y de manera programática, de algunas obras de la serie de aguafuertes goyescos titulada Caprichos9. Morimura no es únicamente el artista japonés que más extensivamente se ha ocupado de las prácticas apropiacionistas, sino que la prolijidad de su obra, su exclusividad temática y la profundidad y el virtuosismo de sus escenificaciones permiten calificarle como el más destacado artista recreador del mundo. Una de las facetas más destacadas de la obra de Morimura estriba en la colisión de códigos que ofrece. La fotografía recrea pintura, un japonés habita una escena occidental, un autor vivo ocupa el lugar de un artista fallecido, en muchos casos, siglos atrás. Morimura se ha disfrazado y maquillado con una capacidad mimética extraordinaria. Empero, su presencia es siempre patente para su espectador. Su rostro y su físico, que sabemos pertenecen a un sujeto masculino japonés, y al que podemos acompañar en su evolución desde 1985 hasta el presente, se han ocupado con pertinacia de la recuperación de semblantes y modas occidentales, una de las características cruciales de su argumento. Morimura se define como un hijo de la posguerra, una posguerra que, en el caso japonés, se caracteriza por una ocupación cultural exógena, norteamericana, en concreto. Así, pese a que únicamente en las series últimas de Morimura la historia ocupa un lugar protagonista, la reciente historia de Japón (el Japón de la derrota bélica) se constituye en uno de los lugares centrales, si bien implícitos, de su ideario estético. Pero si en el pasado la delectación estética de estas obras parecía no constituir crítica alguna hacia Occidente (más que en una perspectiva de género), sus últimas obras, que componen una extensa serie 106 JULIO CÉSAR ABAD titulada Requiem, se dirigen de manera explícita a este cuestionamiento. Y en el proceso, Morimura ha adoptado como sujeto central una personalidad tan compleja, discutida e influyente como la del escritor Mishima Yukio. Y, en concreto, del último Mishima, del Mishima de un nostálgico ultranacionalismo. La profundidad de esta relación requiere un espacio del que no disponemos en el presente estudio, pero a título introductorio sí se presentarán brevemente algunas notas para su comprensión. 1. El siglo XX: lo cruento, lo luctuoso y lo fotografiado En la extensa serie de trabajos titulada Requiem, sobre la que nos ocupamos en este ensayo, Morimura ha sintetizado la historia del siglo XX, que ha reinterpretado con su cuerpo y su rostro, deteniéndose ante acontecimientos luctuosos tanto en el interior como en el exterior de su país. Morimura comenzó a presentar las obras de su serie Requiem en Tokio, con la inauguración en la galería シュウゴアーツ (Shugo Arts), el 11 de noviembre de 2006, de la exposición titulada Rekka no kisetsu / Nanimonokaheno Rekuiemu - Sono ichi 烈火の季節 なにものかへのレクイエム · その壱 (La estación de la conflagración. Un réquiem para alguien. Primera parte). Como declaró entonces a los medios de comunicación y hacía, asimismo, explícito el nombre de la muestra, Morimura alumbraba el proyecto de continuar en obras sucesivas las líneas de trabajo ofrecidas en aquella. En efecto, Morimura habría de continuar desarrollando esta serie hasta 2010. Cinco EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 107 años de trabajo dados por concluidos con la inauguración, el 11 de marzo de 2010, de la exposición Nanimohaheno Rekuiemu. Senchô no chôjô no geijutsu なにものかへのレクイエム −戦 場の頂上の芸術−戦場の頂上の芸術− (Un réquiem para alguien. Arte sobre la cima del campo de batalla), en el Tôkyô-to Shashin Bijutsukan 東 京 都 写 真 美 術 館 , Museo Metropolitano de Fotografía de Tokio, el más importante centro expositivo dedicado al arte fotográfico en Japón10. Una característica otorga unidad al conjunto de la serie, compuesta por un total de siete vídeos y treinta y seis fotografías. Se trata de la circunstancia de que todas las imágenes hacen referencia a acontecimientos históricos, personajes del mundo de la política o de las artes, o a obras cinematográficas, todos ellos del siglo XX. El título ofrece dos referencias luctuosas: los sustantivos referentes al campo de batalla y el término latino bajo el que se adscriben las creaciones dedicadas a la reflexión sobre la muerte con un matiz sensiblemente piadoso (requiem) 11 . De este modo, Morimura ofrece ya las primeras claves interpretativas de su serie. Su trabajo, anuncia, se ocupará de la muerte. Y de la muerte de personajes bien conocidos, que ha sido frecuentemente violenta o autoinfligida. El siglo XX sobre el que reflexiona Morimura es un período histórico resumido en hitos belicistas, fanáticos, desesperados o planificados, llevados a cabo, en todos los casos, por hombres. Morimura se ha referido frecuentemente a esta serie estableciendo una nítida distinción entre la personalidad de los seres humanos, aquellos delicados y amables, bajo la égida de la diosa Amaterasu-Ômikami 天照 大御神 (recordemos que hasta la serie Requiem, Morimura 108 JULIO CÉSAR ABAD había recreado con particular contumacia modelos femeninos) y los violentos e irrefrenables, impulsados por el dios Susano 須佐之男12. 2. Belicismo y derrota en Japón Algunas de estas imágenes se ocupan directamente de la historia japonesa de la derrota. La más ilustrativa consiste en la recreación de una fotografía del emperador junto a MacArthur. Como resulta bien conocido, la derrota de la Segunda Guerra Mundial (anunciada radiofónicamente por el emperador Hirohito, sin aludir a este concepto, el 15 de agosto de 1945) y, fundamentalmente, una subsiguiente y trascendental declaración imperial transmitida, asimismo, por radio, el 1 de enero de 1946, marcaron una cesura definitiva respecto de la creencia de que la autoridad imperial descansaba en una legitimidad teocrática. Un teocentrismo que se había erigido en una construcción teológico-política nada menos que en la primera obra de las letras niponas: el Kojiki 古 事記13. En su alocución radiofónica del 1 de enero de 1946, el emperador Hirohito 裕 仁 (en términos oficiales, Shôwa Tennô 昭和天皇)14 se mostraba partidario de la pacificación como la única alternativa a un conflicto que, según afirmaba, llevaría, de dilatarse, al fin de la humanidad. En su declaración, aceptaba finalmente las condiciones del protocolo aprobado en la conferencia de Potsdam, acordado por Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, tras las reuniones mantenidas entre el 17 de julio y el 2 de agosto del año EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 109 anterior. Pero esta claudicación, que reducía la soberanía japonesa al archipiélago frente a los avances expansionistas desarrollados en Asia Oriental durante los años anteriores, suponía, y pese a la afirmación de la fe en el carácter imperecedero de la sagrada tierra japonesa (shinshû no fumetsu wo shinji 信州の不滅を信じ), asimismo, la renuncia a la inviolabilidad del emperador, cuya autoridad quedaba sujeta a la del comandante supremo de las Fuerzas Aliadas. Este mensaje se produjo cuatro meses y medio con posterioridad a las conclusiones de Potsdam, y tres meses y medio a la publicación de la fotografía de Hirohito junto a MacArthur, una ilustración elocuentísima de la derrota. La fotografía retrata a Hirohito en su entrevista con el general Douglas MacArthur, comandante supremo de las Fuerzas Aliadas, el 27 de septiembre de 1945. La elección de Morimura de este documento para su recreación en 201015 resulta particularmente significativa, por cuanto la fotografía retrata a un Hirohito enclenque y de corta estatura, extraordinariamente rígido e incómodo frente a un distendido, triunfante y casi hercúleo MacArthur. Simbólicamente, como pudo ser sentido por los ciudadanos nipones de entonces, esta bajada a la tierra del emperador no podría haber sido más humillante16. Cincuenta y cinco años con posterioridad a la derrota, la recreación de esta fotografía, desacralizadora y aun traumática, excita en el espectador (y particularmente en los ciudadanos japoneses) la conciencia de cuánto se ha modificado la identidad y la construcción histórica de la figura imperial, un asunto en modo alguno banal para quienes vivieron en el Japón de la inmediata posguerra y aun para los nacidos ulteriormente. 110 JULIO CÉSAR ABAD Morimura ha incluido en Requiem una recreación de una nueva imagen que se ocupa directamente de la derrota nipona. Se trata de la fotografía tomada el 14 de agosto de 1945 por Alfred Eisenstaedt en Times Square, Nueva York, que celebra la victoria de Estados Unidos sobre Japón17. La instantánea fue publicada el 27 de agosto de 1945 por la revista Life. En primer plano, un soldado besa apasionadamente a una joven en un telón de fondo festivo. No existe en la imagen asomo alguno de escarnio hacia los perdedores, como tampoco existe referencia alguna a la identidad de estos, por lo que la imagen podría constituirse en un emblema intemporal de la confianza norteamericana en sus propicias capacidades militares. No obstante, en la recreación de Morimura se ha introducido un elemento exógeno y perturbador que va más allá de haberse autorretratado como vencedor. Así, en el término central derecho, la mirada del espectador es sorprendida por un papel recortado, sobre el asfalto, en el que se lee “SEPT 11 2001”, una inequívoca referencia al ataque lanzado el 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center, cuyas consecuencias geopolíticas están lejos de poder ser juzgadas con propiedad y definitivamente. La introducción de una referencia de tamaña gravedad destruye el carácter festivo de la fotografía original, estableciéndose en esta obra la distorsión semántica más desestabilizadora de cuantas ha acometido Morimura en la integridad de su serie Requiem. Junto a estas dos recreaciones de sendas imágenes que versan, aun de modo tan distinto, sobre la derrota bélica japonesa en la Segunda Guerra Mundial, Morimura se ha ocupado de la escenificación de otro episodio de la historia de Japón posterior a la rendición. Un episodio ultranacionalista. EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 111 Se trata de la recreación del asesinato de Asanuma Inejirô 浅沼 稲次郎 a manos del joven ultranacionalista Yamaguchi Otoya 山口 二矢 el 12 de octubre de 1960, que fue registrado por la cámara de Nagao Yasushi 長 尾 靖 , del diario Mainichi Shinbun 毎日新聞, con la que obtuvo el Premio Pulitzer, el primero concedido a un profesional japonés18. Una acción que Morimura ha recreado, en dos de sus primeras obras de la serie Requiem, partiendo de sendas fotografías19. La mirada de Morimura hacia la historia contemporánea de su país carece de condescendencia y se ocupa abiertamente de episodios sobre los que a menudo se pasa de puntillas y que, sin embargo, ilustran proverbialmente las consecuencias de un discurso imperialista o ultranacionalista en un Japón convulso. 3. Mishima como punto de partida En la tarde inaugural de la primera de las exposiciones de la serie Requiem, Morimura procedió a ejecutar una performance, en la que después de ofrecer unas palabras, se desnuda para vestirse con un uniforme militar (que no pertenece a ningún cuerpo oficial, sino que se inspira en ellos, y que es una réplica exacta del que se hizo confeccionar Mishima) y leer un manifiesto que deja abandonado sobre el suelo antes de hacer su mutis 20 . Si en aquella exposición presentó algunas de las recreaciones de instantáneas históricas de crímenes cometidos frente a la cámara (concretamente, las dos dedicadas a la recreación del asesinato de Asanuma ya mencionadas), la personalidad más intensamente abordada fue la del escritor Mishima Yukio 三島由紀夫, quien había 112 JULIO CÉSAR ABAD creado en 1968 un cuerpo paramilitar desarmado, Tate no kai 楯の会 (La Sociedad del Escudo), y quien se suicidaría el 25 de noviembre de 1970. En efecto, Morimura presentó un vídeo en el que ha recreado el discurso público de Mishima en Ichigaya minutos antes de morir, y que consiste, precisamente, en el mismo discurso que leyó en su performance de la inauguración de la exposición21. El mensaje del vídeo no es una réplica del de Mishima, sino una paráfrasis en la que se llama la atención sobre la muerte del escritor y de su significado en el Japón contemporáneo. En ambos casos, Mishima y Morimura retan a la sociedad japonesa al abandono del veneno de la ilusión de su prosperidad, del materialismo 22. Pero si la vocación de Mishima era despertar el afecto por las tradiciones autóctonas y el respeto a la dignidad imperial, Morimura lanza un reto a la comunidad artística. Morimura confía en la responsabilidad del arte como un medio para el despertar de las conciencias. Mishima lanzaba loas al emperador en sus palabras últimas, Tennô heika banzai! 天皇陛下万歳 (¡Gloria al emperador!), Morimura las dirige al arte, a un arte auténtico que debe recuperar su papel y su categoría en una sociedad que ha corrompido los valores, un arte para la eternidad, Eien no geijutsu banzai! 永遠の芸術万歳 (¡Gloria al arte eterno!). Y si en el hachimaki23 que ciñe la cabeza de Mishima se lee la divisa Shichijô Hôkoku 七生報国 (cfr. nota 23), el que muestra Morimura ofrece un mensaje sin contenido político, pero alentador de la perseverancia, del triunfo de la voluntad EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 113 de superación por encima de las vicisitudes de la existencia, bajo el lema shichiten hakki 七転八起 (“siete veces caer, para levantarse ocho”). Ningún joven o adulto pudo desconocer la muerte de Mishima, que protagonizó portadas de periódicos y noticiarios televisivos. Morimura tampoco quedó intocado por este suceso que, como ha confesado, le produjo un profundo impacto24. Entonces, sus ideas políticas le distanciaban mucho de la figura pública de Mishima, pero, como tantos otros jóvenes de su generación, Morimura había sido admirador de su obra literaria. Con los años, concretamente en 2006, habría de tomar a Mishima como punto de partida para su particular manifiesto sobre la responsabilidad del arte. Aunque más de diez años antes, y de modo latente, Mishima había sido el protagonista elíptico de la performance más estimada por su responsable de cuantas había desarrollado en el pasado. En efecto, en abril de 1994, Morimura realizó una performance en un aula, concretamente, en la llamada Sala 900 (駒場の 900 番 教 室 , Komaba no Kyûhyaku Kyôshitsu) del Campus Komaba, de la Universidad de Tokio25. Morimura ocupa el aula, y muy aparatosamente, cuando se halla repleta de estudiantes sentados en sus mesas; y lo hace ataviado exactamente igual que como vestía Marilyn Monroe en la película The Seven Year Itch (La tentación vive arriba, Willy Wilder, 1955), cuyo alzado accidental de faldas, uno de los iconos de la historia del cine hollywoodiense, que es tanto como decir del sueño americano, reproduce 26 . Resulta 114 JULIO CÉSAR ABAD significativa la elección del lugar, pues, como se dijo, supone una respuesta a una recordada intervención pública de Mishima. La que supuso, ante un auditorio repleto (como reflejan los materiales foto y videográficos que documentaron el debate), una prolongada discusión entre Mishima y los estudiantes, sensiblemente opuestos a la ideología nostálgica del escritor, el 13 de mayo de 1969. Un encuentro que fue transcrito y publicado el mismo año por la editorial Shinchôsha, bajo el significativo título de Mishima Yukio versus Tôdai Zenkyôtô. Bi to kyôdôtai to Tôdai Tôsô 三島由 紀夫 vs 東大全共闘. 美と共同体と東大闘争 (Mishima Yukio contra el Frente Estudiantil de la Universidad Imperial. La belleza, el cuerpo de la unidad y el enfrentamiento contra los estudiantes de la Universidad Imperial). La importancia de esta performance en el corpus de Morimura es notable. No en vano, el propio Morimura ha incluido durante una parte del metraje de su trabajo videográfico más complejo realizado hasta la fecha (el titulado Gift of Sea: A Flag on the Summit of the Battlefield, 2010, que arroja una duración de veintitrés minutos), una proyección de su acción en Komaba, desarrollada dieciséis años antes. La ocupación del lugar de la acción de Mishima por la de Morimura está repleta de antítesis: de lo masculino a lo femenino, de lo japonés (y lo particularmente nostálgico) a lo occidental. Desde la gravedad de materias polémicas (aunque vemos a un Mishima en acción, confiado en sus propias fuerzas dialécticas, y que se ofrece distendido, y aun con cordialidad), hasta el epítome de una seducción de puro EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 115 despreocupada, frívola, icono del sueño americano (y uno de los bastiones del imaginario de Andy Warhol), por mucho que la existencia física de Norma Jeane Baker (la persona bajo las poses de la actriz) acabara en pesadilla. Finalmente, para cerrar las relaciones que Morimura ha establecido en Requiem con la obra y la personalidad de Mishima, habríamos de recordar que en la primera exposición de esta serie presentó un conjunto de ocho imágenes, todas ellas de 2006, tituladas Barakei no kanata 薔薇刑の彼方 (El otro Barakei). Estas ocho fotografías constituyen sendas recreaciones, extraordinariamente fieles, de algunas de las páginas de Barakei 薔薇刑 (literalmente, “El castigo de la rosa”, aunque su título internacional sea, por consenso de fotógrafo y modelo, Ordeal by Roses, “El sacrificio de las rosas”), probablemente, el álbum fotográfico japonés más célebre en Occidente, dedicado por Hosoe Eikô 細江英公 a retratar a Mishima en una atmósfera y unas poses misteriosas, diríamos surrealistas, en su contaminación de las pulsiones erótica y mortal27. 4. Un mundo escindido y cruento Si dos de las recreaciones históricas concernientes a Japón mostraban el momento del asesinato de Asanuma, Morimura ha recreado, asimismo en 2006, otras instantáneas de distintos crímenes cometidos ante el objetivo de una cámara fotográfica, tales como el asesinato de Lee Harvey Oswald por Jack Rudy el 24 de noviembre de 1963 28 y la ejecución mediante un disparo en la sien, en 1968, de un prisionero por 116 JULIO CÉSAR ABAD el jefe de las Fuerzas Vietnamitas, Ngoc Loan, que fue capturada por Eddie Adams 29. Todas estas imágenes, como la del crimen cometido contra la persona de Asanuma, muestran al asesino en acción, es decir, que además del acto criminal se muestran al verdugo y a su víctima unidos en una fatal colisión espacial y temporal. La fotografía se ofrece, así, como una traducción visual de la muerte. No es baladí la concurrencia de metáforas relacionadas con la muerte en nuestro lenguaje cotidiano para relacionarnos con la práctica fotográfica, como “apuntar” o “disparar”30. Fotografía y muerte, en definitiva, adquieren una relación metafórica, como las fotografías (que permanecen inalterables) permiten comprender el inexorable paso del tiempo sobre cada uno de nosotros, por lo que el arte fotográfico constituye un medio intrínsecamente relacionado con el de la vanidad. La conciencia de la inmanente fugacidad de lo material. 5. Un dedálico territorio de referencias Además de su escenificación de diversas fotografías de crímenes cometidos frente a las cámaras, Morimura ha procedido a autorretratarse en sendas obras como algunas célebres personalidades del siglo XX: hombres de fuerte peso en la política y la historia (tales como Lenin, que ha tomado como modelo en dos fotografías y cuya arenga a las tropas frente al Teatro Bolshoi de Moscú el 5 de mayo de 1920 ha recreado videográficamente31; Hitler, mas no de modo directo sino a través de su imitación paródica por Chaplin en The Great Dictator –El gran dictador, Charles Chaplin, 1940–32; EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 117 Mao Zedong, o Gandhi), o en el imaginario (Ernesto Che Guevara). Asimismo, Morimura ha dedicado en 2010 un capítulo de Requiem, que ha bautizado como Sôzô no gekijô 創造の劇場, o Teatro de la Creatividad, a autorretratarse como Picasso, Dalí, Fujita, Tezuka, Eisenstein, Pollock, Warhol, Duchamp, Klein y Beuys 33. En lo que respecta a sus modelos del mundo del arte, los autorretratos de Morimura, y en la mayoría de los casos ofreciendo primeros planos exentos de un escenario o de una acción decisivos, resultan ser obras menos significativas, al carecer de una referencia a un suceso concreto, y debido al amplio espectro de ocupaciones de los retratados, de sus ideologías, o del distinto papel que han ocupado en la historia del siglo XX. De este modo, el conjunto no parece ofrecer un significado estético o un ideario específico. Antes bien, constituye su conjunto un catálogo de los alardes miméticos de un Morimura de camaleónicas facultades y, acaso, un homenaje a sus modelos. El siglo XX que Morimura ha recreado en sus obras adscritas al término requiem es un siglo devastado por la guerra y la ambición, o por un fanatismo insensato. Un teatro sanguinario del que ha sido testigo la cámara fotográfica. Las series prescinden ya de la apropiación de pinturas, que había sido el núcleo temático fundamental de la obra anterior de Morimura, para serlo de fotografías34. Y en los casos en los que Morimura se ha ocupado de artistas, que no de sus obras, o bien ha partido de retratos de aquellos (uno de los tomados a Picasso por Robert Doisneau, otro tomado a Dalí por Philippe Halsman)35, o bien de documentos de celebradas acciones de artistas tales como Marcel Duchamp o Yves Klein36. La más 118 JULIO CÉSAR ABAD compleja de estas recreaciones parte de una fotografía tomada en 1963 por Julian Wasser a Duchamp mientras juega al ajedrez con una mujer, Eva Babitz, desnuda en una de las salas del Pasadena Art Museum, al mismo tiempo que se estaba celebrando una retrospectiva dedicada a su propio trabajo. Morimura recrea ambos cuerpos en una confrontación de géneros, una de sus características creativas desde sus inicios como artista apropiacionista. Lo relevante es ver reunidas otras recreaciones duchampianas hechas en el pasado por el propio Morimura (aunque no ocupen exactamente el lugar de las originales a las que se remiten en la sala de exposiciones). Particularmente interesante es la réplica del retrato que de Duchamp tomara Man Ray, en 1921, vestido de un heterónimo femenino: Rrose Sélavy (una fotografía que Morimura había recreado en 1995)37. Conclusión Dos son los aspectos que destacan de las obras de Morimura. El primero es el conspicuo trabajo de ambientación y caracterización que acomete en cada nueva apropiación. Y no resulta irrelevante, al tratarse de una obra apropiacionista, el placer que el reconocimiento de los motivos originales despierta en su espectador. El segundo es el hecho de que todas las imágenes queden uniformizadas por sus moradores, en una imposible homogeneización que nos inquiere sobre el modo en que tomamos por ciertas las informaciones a las que estamos sometidos. EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 119 El sentir calamitoso de Morimura por el siglo XX conoce una vocación expresamente pacifista en la obra con la que ha concluido la serie (y, recordemos, que le servía para titular la exposición de la serie en su integridad en el Museo Metropolitano de Fotografía de Tokio), aunque el contrapunto al belicismo lo había ofrecido Morimura en una portentosa recreación de un retrato de Mahatma Gandhi, Gandhi at his Spinning Wheel, tomado por Margaret Bourke-White y publicado el 15 de julio de 1946 por la revista Life38. La obra final de Requiem consiste en una fantasía videográfica de veintitrés minutos de duración, en la que se recrea el alzamiento de la bandera norteamericana en Iwo Jima39. Sin embargo, es Morimura quien enarbola la insignia que, en lugar de mostrar el orgullo patrio de un combatiente, consiste en un lienzo blanco. Un emblema universal del deseo de concordia. Una locución leída por Morimura al término de la acción nos ofrece nítidamente su ideario. Se trata de una apelación al espectador, en absoluto exhortativa, en la que se le invita a que sueñe con una personal bandera de la paz, alentando así, desde la individualidad, un comportamiento pacífico en la comunidad. “En pie, sobre la cima del mundo, frente al viento y a la sombra de las batallas, ¿qué bandera enarbolaría usted? ¿Qué forma, qué color tendrían? ¿Qué motivo estamparía sobre ella?” 40. 1 Como la crítica señaló tempranamente, todas estas estrategias se destinaban al cuestionamiento del concepto de autor, común a las discusiones de esta categoría presentes en la obra ensayística de Michel Foucault o Roland Barthes, quienes ambicionaban desmantelar desde sus textos la tradicional definición de autor como un sujeto centrado que ofrece, de una vez y para siempre, un mensaje 120 JULIO CÉSAR ABAD unívoco e incontrovertible. Por su carácter seminal en esta discusión, remitimos al lector a dos textos: la ponencia «Qu'est-ce qu'un auteur?», que Foucault ofreció el 22 de febrero de 1969 en la Sociedad de Filosofía de París, publicada en el Bulletin de la Societé Française de Philosophie, n.º 62-63, julio-septiembre de 1969, y una célebre contribución de Barthes, Le Degré zéro de l’ecriture suivi de Nouveaux Essais critiques (París, Editions du Seuil, 1972). 2 Una fotógrafa japonesa, de una generación posterior a la de Morimura, parte para su trabajo, como hiciera Sherman, de la recreación mediante su rostro y su cuerpo de diferentes tipos femeninos y no a la reelaboración de obras pictóricas o fotográficas (ya artísticas o periodísticas), como ocurre en la obra de Morimura. Se trata de Sawada Tomoko 澤田知子 (Kobe, 1977). Sawada es una de las artistas de su generación más valoradas por la crítica nipona, como demuestra, por ejemplo, su inclusión en la selección de 101 autores de la historia de la fotografía japonesa desde sus orígenes hasta la actualidad, responsabilidad de Îzawa Kôtarô 飯沢 耕太郎, Nihon no shashinka 101 日本の写真家 101 (101 fotógrafos japoneses), Tokio: Shinshokan 新書館, 2008, pp. 208-209. Sawada es, precisamente, la fotógrafa que cierra cronológicamente una selección en la que Morimura se encuentra, asimismo, presente (cfr. ib., pp. 168-169). Sawada es el sujeto exclusivo de sus representaciones, algunas de las cuales han reunido un amplio número de diferentes personajes. A título de ejemplo, las dos fotografías realizadas en 2004 y tituladas School Days (seguidas, para diferenciarlas, de las letras A y B), muestran un retrato escolar de una cuarentena de niñas. En ambos casos todas visten el mismo uniforme, por lo que las diferencias que presentan se centran en el rostro y el peinado. Asimismo, una profesora acompaña a las escolares. En todos los casos, tanto para el retrato de las muchachas como el de la adulta, Sawada ha procedido a la caracterización de su rostro y de su físico. 3 Un ejemplar de esta fotografía alcanzó en la subasta celebrada en Christie´s, Nueva York, la cifra de 3 890 500 dólares, la más alta pagada en la historia por una imagen fotográfica, aunque seis meses después fue desbancada por un amplio margen por una imagen (Rhein II) tomada en 1999 por el alemán Andreas Gursky, subastada en el mismo lugar, que fue adquirida por 4 338 500 dólares. EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 121 4 La presencia de la obra de Morimura en exposiciones colectivas celebradas en museos de arte contemporáneo de Japón es ciertamente, en términos cuantitativos, destacable, lo que permite identificar a Morimura como uno de los artistas nipones en activo cuyos argumentos resultan más significativos a los comisarios de estas muestras. A título de ejemplo, baste recordar el papel decisivo que su obra servía a las tesis de la exposición Kopî no jidai. Dushan kara Wôhoru, Morimura he コピーの時代 -デュシャンからウォ ーホル、モリムラへ (La Era de la Copia. Desde Duchamp, Warhol hasta Morimura), celebrada en el Museo de Arte Moderno de Shiga en 2004, en la que Morimura contaba con una amplísima representación, y lo hacía en la integridad de los diferentes campos temáticos en los que se dividía la muestra. 5 La vinculación entre el apropiacionismo y el diagnóstico entre los circuitos artísticos y académicos de la llamada condición posmoderna ha motivado la inclusión de la obra de Morimura en colectivas celebradas en prestigiosos espacios, tanto europeos como estadounidenses. Asimismo, Morimura ha comparecido en retrospectivas dedicadas internacionalmente a trazar una panorámica de la más destacada fotografía japonesa contemporánea. Si nos detenemos ante la situación de Morimura en España, donde el número de exposiciones individuales consagradas a artistas nipones no es en modo alguno copioso, podemos destacar que Morimura ha ofrecido hasta la fecha nada menos que cuatro exposiciones individuales, si bien todas ellas en Madrid. La primera de ellas, tuvo lugar en 2000, con la inauguración de una exposición antológica en la Fundación Telefónica, Historia del arte. Las tres siguientes se han celebrado en un espacio privado, la galería de arte Juana de Aizpuru, asimismo en Madrid: Los nuevos Caprichos (febrero-marzo 2005), Réquiem por el siglo XX (junio-julio 2008) y A Requiem: Art on Top of the Battlefield (diciembre 2011-enero 2012). Con anterioridad a su antológica de 2000, Morimura había mostrado su trabajo en diversas exposiciones colectivas en España, siendo la primera de ellas, la muestra comisariada por Dan Cameron, Cocido y crudo, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), en 1995. 6 Concretamente, Autorretrato con la oreja vendada (1889, óleo sobre lienzo, 51 × 45 cm). 122 JULIO CÉSAR ABAD 7 Shôzô (Fan Gohho) 肖像(フゔン·ゴッホ), Retrato (Van Gogh), 1985, fotografía en color, 120 × 100 cm. 8 Rastrear la nómina de las recreaciones de Morimura de obras de arte japonesas y la significación de la elección de los motivos apropiados de aquellas, resultaría una tarea extraordinariamente interesante, que no podemos acometer en este espacio. Baste con dirigir al lector, por ejemplo, a una serie realizada por 1996 por Morimura en la que se autorretrata tomando como modelos diversos retratos en estampa xilográfica del período Edo, ukiyo-e 浮 世絵, “imágenes del mundo flotante”. 9 Cfr. Yasumasa Morimura. Los nuevos Caprichos. Catálogo de la exposición homónima co-editado en 2005 por las galerías Luhring Augustine (Nueva York), Juana de Aizpuru (Madrid), Thaddaeus Ropac (París) y シュウゴゕーツ (Shugo Arts, Tokio). Morimura se ocupó durante 2004 de la recreación de quince de los Caprichos. Sin embargo, frente a la literalidad que domina en su obra en lo referente a la copia del modelo, la serie de Los nuevos Caprichos se caracteriza por la introducción de múltiples diferencias que se apartan de la literalidad, tales como elementos tecnológicos, para ofrecer en abismo una apariencia actual. Sin embargo, y en ello estriba su más profundo contenido semántico, tanto el material original de Goya como las variaciones de Morimura, abrazan una misma vocación: la sátira de los vicios sociales. 10 La exposición permaneció abierta entre los días 11 de marzo y 9 de junio de 2011 Con motivo de la muestra se publicó un pormenorizado catálogo homónimo. El título de la exposición y de la publicación asumen el de una complejísima creación videográfica con la que Morimura ha cerrado la serie. Con posterioridad a la clausura de esta exposición monográfica en el museo de Tokio, ésta se ha mostrado en tres sedes más, el Toyota-shi Bijutsukan 豊田氏美 術館, o Museo Municipal de Toyota (entre el 26 de junio y el 5 de septiembre de 2010), el Hiroshima-shi Gendai Bijutsukan 広島市現 代美術館, o Museo de Arte Contemporáneo de Hiroshima (entre el 23 de octubre de 2010 y el 1 de enero de 2011) y el Hyôgo Kenritsu EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 123 Bijutsukan 兵庫県立美術館, o Museo de la Prefectura de Hyogo (entre el 18 de enero y el 10 de abril de 2011). 11 El término se refiere a la tradición católica (asimilada, asimismo, por la anglicana y la ortodoxa) de la Missa pro defunctis o Missa defunctorum (es decir, el servicio litúrgico ofrecido por el descanso de las almas de los difuntos). “Réquiem”, el término con el que se conoce el oficio, constituye el inicio del «Introito», su comienzo, y significa, precisamente, “descanso”: Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis (“Concédeles, Señor, el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua”). 12 Además de en un copioso número de artículos periodísticos publicados con ocasión de las diversas exposiciones de esta extensa serie en las que se citan las declaraciones en este sentido del propio Morimura, el lector puede encontrar estas consideraciones en un breve texto publicado en el catálogo de la exposición de las primeras obras de la serie Requiem celebrada en la Galleria di Piazza San Marco en 2008, con ocasión de la LII edición de la Bienal de Venecia. Cfr. Itoi, Kai, “Yasumasa Morimura: Appeasing the Susanoo of Kamagasaki”, en Yasumasa Morimura, Requiem for the XX Century. Twilight of the Turbulent Gods, Milán: Skira, 2008, pp. 21-25. 13 Existe traducción española de la obra. Cfr. Kojiki, tr. de Carlos Rubio y Rumi Tani Moratalla, Madrid: Trotta, 2008. En lo referente a la deidad masculina de Susano-o anteriormente mencionada, su tratamiento en Kojiki contribuye a apuntalar nuevamente una legitimación teocrática a un acontecimiento histórico, en este caso, el sometimiento de Izumo al poder de Yamato. Ello se sustancia a través del relato de la toma de Susano-o la espada celestial Kusanagi-no-Tsurugi 草薙の剣 (que se convertirá en uno de los tres emblemas de la vinculación del poder imperial con la esfera divina) de la serpiente de ocho cabezas en Izumo. Vide ibíd., pp. 77-79. 14 Behr se ha ocupado elocuentemente del sobrenombre del emperador. Del mismo modo que los nombres de Meiji 明治 y Taishô 大 正 fueron los adoptados respectivamente por los 124 JULIO CÉSAR ABAD emperadores Mutsuhito 睦仁 y Yoshihito 嘉仁 para referirse a ellos para la posteridad, Hirohito adoptó el de Shôwa 昭和. Sin embargo, no fue su primera elección. A la muerte de su predecesor, en diciembre de 1926, “el diario Mainichi anunció correctamente que la era de Hirohito sería conocida como «Kobun» [en realidad, Kôbun 光文], que significa «luz y logros literarios». La información se había filtrado del palacio imperial unas cuantas semanas antes, cuando ya era obvio que Taisho (sic) agonizaba. Hirohito se puso furioso y decidió castigar a Mainichi, cambiando el nombre por «Showa» [Shôwa, transcribiéndolo con propiedad, 昭 和], que significa «ilustración y paz», y así es como se le nombraría después de su muerte” (Behr, Edward, Hirohito. El emperador desconocido. Barcelona: Emecé, 1993, p. 73). Behr no lo menciona, pero el suceso tuvo tal relevancia que la historiografía ha concedido a este episodio un nombre propio: el de Kôbun jiken 光文事件, “el incidente Kôbun”. 15 En una obra titulada Nanimokahe Rekuiemu (Omowazu raikyaku / 1945 nen Nihon) なにものかへのレクイエム (思わ a ず来客 / 1945 年日本), Un réquiem para alguien (Una visita inesperada. Japón, 1945), 2010, C-type print, 187,5 × 150 cm. Se trata de la única imagen en la que Morimura ha convertido el blanco y negro de la fotografía original en una recreación en color. 16 Un joven Mishima Yukio se ocuparía ilustrativamente del particular en una novela publicada en 1950, Ao no jidai 青の時代 (Los años verdes). “No hay ningún japonés que salga bien en una foto al lado de MacArthur. Si Japón hubiera ganado, habrían sacado a los dos de medio cuerpo y al emperador aupado en una banqueta. O, si no, habrían puesto en la foto como representante de Japón al mismo Dewagatake” (Mishima, Yukio, Los años verdes, trad. de Rumi Sato y Carlos Rubio, Madrid: Cátedra, 2009, p. 155). Mishima se refiere a Dewagatake Bunjirô 出羽ヶ嶽 文治郎 (1902-1950), un legendario y hercúleo rikishi 力士, o luchador de sumo (sumô 相撲). 17 Nanimokahe Rekuiemu (Kinen no parêdo / 1945 nen Amerika) な にものかへのレクイエム (記念のパレード/ 1945 年ゕメリカ), EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 125 Un réquiem para alguien (Desfile conmemorativo. América, 1945). 2010, gelatina de plata, 178 × 135 cm. 18 Yamaguchi se suicidó colgándose en su celda, después de escribir sobre la pared un lema nacionalista: Shichijô Hôkoku. Tennôheika banzai 七生報国 天皇陛下万才 (“Siete vidas ofreced por la patria. Gloria al emperador”). La primera proposición se ha atribuido proverbialmente a Kusonoki Masasue 楠木正季, antes de suicidarse junto a su hermano Kusonoki Masashige 楠木正成 tras la derrota de sus huestes en la batalla de Minatogawa, en 1336. Yamaguchi contaba diecisiete años de edad cuando infligió la muerte a Asanuma y cuando, posteriormente, se suicidó. Y diecisiete es, precisamente, el número que da título, y que cifra la edad del protagonista de la novela de Ôe Kenzaburô 大 江 健 三 , Sevuntîn セ ヴ ン テ ィ ー ン , transcripción fonética del número 17 en inglés (seventeen). Esta novela corta fue publicada en la revista Bungakukai 文學界 en febrero de 1961, menos de cuatro meses después del atentado perpetrado por Yamaguchi. Su narrador, que queda sin nombrar en todo el relato, escrito en primera persona, comienza su escritura el día que cumple diecisiete años. Se nos muestra como un inseguro, acomplejado y obseso onanista que abraza con fervor la causa ultranacionalista, hallando de este modo el calor de la compañía, de un sentimiento de comunidad hasta entonces desconocido. Inédita aún en lengua española, existe una edición en lengua inglesa, en traducción de Luk Van Haute. 19 Tituladas de este modo en el original: Nanimonokaheno Rekuiemu なにものかへのレクイエム (Un réquiem para alguien) seguido de -en inglés y guarismos- ASANUMA 1 1960.10.12-2006.4.2 (2006, gelatina de plata, dos ediciones: 129 × 157,5 cm y 61 × 71,1 cm) y ASANUMA 2 1960.10.12-2006.4.2 (2006, gelatina de plata, 75 × 150 cm). Cono ocurre en otras obras de la serie, los títulos reúnen dos fechas: la de la toma de la fotografía original en primer lugar, y la de la recreación de Morimura, a continuación. Ambos conjuntos de tres cifras separadas por puntos corresponden, como ocurre en el idioma japonés, al año, al mes y al día de una fecha, en este orden. En estos dos casos, el 12 de octubre de 1960 y el 2 de abril de 2006, respectivamente. 126 JULIO CÉSAR ABAD 20 Agradecemos la descripción y la documentación de la acción a la responsable de la galería シュウゴゕーツ(Shugo Arts), Ôe Satoko 大柄聡子, con quien nos entrevistamos in situ el 30 de octubre de 2009. 21 La acción tuvo lugar en un edificio reminiscente del original, que se encuentra en Osaka, el 6 de abril del mismo 2006, como resulta explícito en el título del vídeo que documenta la acción: Nanimonokaheno Rekuiemu な に も の か へ の レ ク イ エ ム (Un réquiem para alguien), seguido, en inglés y cifras, de la siguiente información: (MISHIMA) 1970.11.25-2006.4.6. El vídeo fue grabado, así, el 6 de abril de 2006. El 25 de noviembre de 1970 es, efectivamente, la fecha exacta del discurso de Mishima inmediatamente anterior a su muerte. 22 El mensaje de Morimura fue transcrito por vez primera en la monografía titulada Bi no kyôshitsu, seichôseyo 美の教室、静聴せ よ (El aula de la belleza, ¡escuchad!), Tokio: Rironsha 理論社, 2007, pp. 104-105. La publicación sirvió como catálogo de la exposición monográfica homónima dedicada a la obra de Morimura entre el 24 de marzo y el 8 de julio de 2007 en el Kumamoto-shi Gendai Bijutsukan 熊本市現代美術館 (Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Kumamoto). 23 El hachimaki 鉢巻 es una banda de algodón que se anuda en la frente, y sobre la que se halla escrita una sentencia en torno a los esfuerzos que realiza, o el anhelo que embarga a quien la porta. Así, por ejemplo, el que reúne, separados por un punto rojo que alude al sol en la enseña nacional nipona, los dos kanji que componen la voz hisshô 必勝: “la victoria es irrenunciable”. Del mismo modo se disponen, en otra variedad, los kanji que componen la voz konjô 根 性 , “agallas”, “coraje”, que presenta el mismo esforzado y voluntarioso significado del ejemplo anterior. 24 Y lo ha hecho en términos particularmente empáticos: “jibun no atama no naka ni sugoku shokku wo nokotteru” 自分の頭の中に凄 EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 127 くショックを残ってる (“permanece en mi interior el profundo impacto que me provocó”), en la entrevista que mantuvo con nosotros el 15 de diciembre de 2011 en la madrileña galería Juana de Aizpuru. 25 Tôkyô Daigaku Komaba chiku Kyampusu 東京大学 駒場地区キ ャンパス. Este campus se encuentra en el distrito de Meguro. 26 Fruto de la performance, Morimura ha comercializado diversas ediciones de su Serufupôtoreito Komaba no Maririn セルフポート レイト 駒場のマリリン (Autorretrato. La Marylin de Kobama), como la original, de 1995 (impresión digital, 60,7 × 50,5 cm) o la más reciente (1995/2008, gelatina de plata, 137 × 137cm). 27 Aunque ha sido reeditado en diversas ocasiones y por diseñadores diferentes, su primera edición fue publicada en 1963 en Tokio por la editorial Shueisha 集英社, siendo su diseñador original Sugiura Kohei 杉浦康平. El volumen, en el que Mishima actúa como modelo siguiendo las pautas que marca el fotógrafo, está acompañado, asimismo, por una introducción del escritor. Mishima es el protagonista, aunque colaboraron como modelos, también, Hijikata Tatsumi 土方巽, Enami Kyôko 江波杏子 y Motofuji Akiko 元藤燁子. 28 Nanimokahe Rekuiemu なにものかへのレクイエム (OSWALD 1963.11.24 – 2006.4.2), Un réquiem para alguien (Oswald. 24 de noviembre de 1963 – 2 de abril de 2006), 2006, gelatina de plata, 150 × 120 cm. 29 Nanimokahe Rekuiemu な に も の か へ の レ ク イ エ ム (VIETNAM WAR 1968 – 1991), Un réquiem para alguien (La guerra de Vietnam, 1968 – 1991), 2006, gelatina de plata, 150 × 120 cm. La recreación de esta imagen, aunque incluida en la serie Requiem, fue ejecutada originalmente en 1991 (de ahí la fecha que aparece en el título), en el seno de una serie dedicada por Morimura a la guerra y la muerte, junto a, entre otras, dos colosales recreaciones de Los fusilamientos del 3 de mayo (1814, óleo sobre lienzo, 268 × 347 cm), 128 JULIO CÉSAR ABAD de Francisco de Goya, tituladas en inglés Brothers (Slaughter) I y II (1991, fotografía en color, 260 × 340 cm). Cfr. “Intabyû Morimura Yasumasa” イ ン タ ビ ュ ー 森 村 泰 昌 (“Entrevista a Morimura Yasumasa”), en Hanga Geijutsu 版画藝術, Tokio: Abe Shuppan 阿 部出版, n.º 81, pp. 131-141. La recreación del ajusticiamiento, titulada Slaughter Cabinet II (1991, fotografía, 43 × 58 cm), aparece junto a cinco obras más, del mismo año y serie, en la p. 135. 30 En la acción de la muy influyente Peeping Tom (Michael Powell, 1960), la cámara es un instrumento expreso de muerte. Más recientemente, el género del terror cinematográfico, y particularmente el influido por el japonés contemporáneo, no ha dejado de emplear la fotografía como un instrumento de afirmación terrorífica, ya sea como anunciadora de catástrofes por venir o como un vehículo para el crimen, siendo el propio acto de fotografiar un incentivo para la eclosión de lo espantoso. En el imaginario popular difundido por este nuevo cine, los medios técnicos de comunicación ocupan un lugar privilegiado para la comunión entre los mundos sensible y suprasensible. Así, la fotografía, como ocurre en el caso de la vidente que proyecta sus visiones en una cámara polaroid dirigida a sus ojos en Yôgen 用言(Premonición, Tsurata Norio 鶴田法男, 2004), permite la entrada, y con consecuencias pasmosas, del mundo espiritual en el material. 31 Nanimokahe Rekuiemu (Ningen ha kanasahii kuraini munashii) なにものかへのレクイエム (人間は悲しいくらいにむなしい. 1920.5.5 – 2007.3.2), Un réquiem para alguien (La humanidad es tristemente insignificante. 5 de mayo de 1920 – 2 de marzo de 2007), HDTV (8’ 15’’). 32 La inspiración de The Great Dictator se encuentra en cuatro obras realizadas en 2007. Se trata de tres fotografías tituladas Nanimokahe Rekuiemu (Dokusaisha ha doko ni iru) なにものかへのレクイエ ム (独裁者はどこにいる), Un réquiem para alguien (¿Dónde está el dictador?), numeradas del 1 al 3, y de un vídeo, Nanimokahe Rekuiemu (Dokusaisha wo warau / sukezofurenikku) なにものかへ のレクイエム (独裁者を笑う / スキゾフレニック), Un réquiem para alguien (Reírse del dictador / Esquizofrenia), HDTV (9’ 28’’), EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 129 en el que, como ocurre en el caso del discurso de Mishima (en que, por vez primera, Morimura mostraba explícitamente su ideario a su espectador), no calca la acción del original, sino que le sirve como punto de partida para una reflexión personal que emite, asimismo, verbalmente. 33 Para las recreaciones de fotografías que retratan en blanco y negro, Morimura ha recurrido a la gelatina de plata y el formato 120 × 90 cm, a excepción de la recreación de Beuys que, con la misma técnica, ha alcanzado un tamaño mayor: 120 × 150 cm. Únicamente una fotografía de esta subserie ha partido de una fotografía en color y ha ejecutado, asimismo, en color, la dedicada a Duchamp (2010, C-type print, 150 × 187,5 cm). Cada uno los títulos de las fotografías que componen esta subserie consisten en la expresión toshite no watashi としての私 (“yo como”), precedida del nombre de su respectivo modelo, lo que facilita la comprensión de estas obras a los espectadores que no estén familiarizados con los rostros de los artistas a los que ha procedido a recrear. 34 No obstante, recordemos que Morimura ya se había servido de fotografías (y fotogramas) para algunas de sus recreaciones. En particular, en su imitación de distintas actrices, tanto occidentales (con especial pertinacia, Marilyn Monroe) como, y en menor medida, japonesas. A título de ejemplo baste citar su recreación de la protagonista de la película Sêrâ-fuku to kikanjū セーラー服と機関 銃 (Uniforme de marinero y metralleta, Sōmai Shinji 相米慎二, 1991), un papel representado por la actriz Yakushimaru Hiroko 薬 師 丸 ひ ろ 子 en su obra Serufupôtoreito (jôyu) / Yakushimaru Hiroko tsohite no watashi セルフポートレイト (女優) / ヤクシ マル ヒロコとしての私, Autorretrato (actriz) como Yakushimaru Hiroko (1996, fotografía en color, 120 × 95 cm). 35 Entre los artistas que le han servido como modelo se encuentran dos japoneses, el pintor de estilo occidental Fujita Tsuguharu 藤田 嗣治 (quien occidentalizó su nombre como Léonard Foujita) y el creador más influyente del universo manga, Tezuka Osamu 手塚 治 虫, en una célebre instantánea que le muestra iniciando el trabajo en la animación de Tetsuwan Atomu 鉄腕ゕトム (Astroboy). 130 JULIO CÉSAR ABAD 36 Fotomontaje con un pie de foto que rezaba “Le peintre de l’espace se jette dans le vide!” (“¡El pintor del espacio se lanza al vacío!”), apareció en una publicación autoeditada por Klein, al modo de un periódico, titulada Dimanche - Le Journal d'un Seul Jour (Domingo – El diario de un solo día), el domingo 27 de noviembre de 1960. 37 Doublenage (Marcel), 1995, fotografía en color, 150 × 120 cm. 38 Pese a la conspicua literalidad de esta réplica, Morimura ha introducido algunas referencias icónicas que otorgan un significado más rico a la recreación. Sobre el suelo, junto al cuerpo de Morimura retratado como Gandhi, aparecen dos imágenes impresas. La primera es la reproducción de una instantánea cruenta y celebérrima, la tomada en Saigón el 11 de junio de 1963 por Malcolm Browne, en la que se aprecia a Đức, un monje vietnamita del budismo Mahayama, quien, en señal de protesta, ha procedido a quemarse vivo. La imagen reportó a Browne la obtención del galardón World Press Photo. La segunda ofrece una confesión de la pasión velazqueña de Morimura a través de la referencia a Las hilanderas, pues Gandhi estaba hilando instantes antes de ser fotografiado. Lo interesante, si nos estamos ocupando de un artista apropiacionista, es comprobar la compleja red de relaciones que esta mención puede ofrecer. 39 La fotografía, galardonada con el Premio Pulitzer, fue tomada por el reportero de Associated Press, Joe Rosenthal el 24 de febrero de 1945, en la que se representa a un grupo de seis marines estadounidenses sentando su bandera nacional sobre el monte Suribachi. La importancia de esta imagen fotográfica, en realidad escenificada, fue extraordinaria para la propaganda bélica estadounidense. Su carácter impostor, de simulacro, ha sido puesto de manifiesto en contribuciones como la de Martha Rosler: “Image Simulations, Computer Manipulations: Some Ethical Considerations”, en Digital Photography: Captured Images/Volatile Memory/New Montage. San Francisco Camerawork, 1988. Una manipulación de la que se ha ocupado en 2006 (el mismo año en que Morimura comienza a exponer la serie de trabajos que se analizan aquí) una película escrita por William Broyles Jr. y Paul Haggis, dirigida por Clint Eastwood, Flags of Our Fathers (Banderas de nuestros padres). Un largometraje que compone díptico EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 131 cinematográfico, filmado en lengua japonesa por el propio Eastwood, Letters from Iwo Jima/Iwo Jima (o Iôtô) kara no tegami 硫黄島から の 手 紙 (Cartas desde Iwo Jima) en el que se ocupa de las consecuencias de este acontecimiento desde el punto de vista de los vencidos. 40 “Uchû no kaze no tatakai no kage ga semegiau, chikyû no chôyô ni tachi, anata nara, donna katachino, donna irono, donna moyô no hata wo kakagemasuka?” 宇宙の風と戦いの影がせめぎあう、地 球の頂上に立ち、あなたなら どんな形の、どんな色の、どん な模様の旗を掲げますか。 Bibliografía Las sucesivas exposiciones inauguradas en Japón de la serie Requiem han despertado una profusa discusión en los diarios y las publicaciones periódicas niponas, que no se detalla en la presente bibliografía. Behr, Edward, Hirohito. Barcelona: Emecé, 1993. El emperador desconocido. Bloom, Harold, The Anxiety of Influence, Nueva York: Oxford University Press, 1973. Fukase-Indergaard, Fumiko e Indergaard, Michael, “Religious Nationalism and the Making of the Modern Japanese State”, en Theory and Society, 37 (2008), pp. 343-374. Glendinning, Nigel, “El arte satírico de los Caprichos; con una nueva síntesis de la historia de su estampación y divulgación”, en Caprichos de Goya. Una aproximación y tres estudios, Madrid: Calcografía Nacional, 1996, pp. 17-82. 132 JULIO CÉSAR ABAD Hayashi, Michio 林道郎, “Mishima no senjô: Morimura tânburu wôru” 三島の戦場: 森村· ターンブル · ウォ ール, en Irmela Hijiya-Kirschnereit (editor) イルメラ日地谷 =キルシュネライト (編集者), Mishima! Mishima Yukio no chiteki to kokusaiteki impakuto 三島由紀夫の知的ルーツ と国際的インパクト, Kioto: Shôwadô 昭和堂, 2010, pp. 100-111. “Intabyû Morimura Yasumasa” イ ン タ ビ ュ ー 森 村 泰 昌 (“Entrevista a Morimura Yasumasa”), en Hanga Geijutsu 版 画藝術, Tokio: Abe Shuppan 阿部出版, n.º 81, agosto de 1993, pp. 131-141. Îzawa Kôtarô (ed.) 飯沢耕太郎 編, Nihon no shashinka 101 日 本 の 写 真 家 101 (101 fotógrafos japoneses), Tokio: Shinshokan 新書館, 2008. Kojiki, trad. de Carlos Rubio y Rumi Tani Moratalla, Madrid: Trotta, 2008. Kopî no Jidai. Dushan kara Wôhoru, Morimura he コピーの 時代 -デュシャンからウォーホル、モリムラへ-(La era de la copia. Desde Duchamp y Warhol hasta Morimura), Shiga: Shiga Kenritsu Kindai Bijutsukan 滋賀県立近代美術 館 (Museo de Arte Moderno de Shiga), 2004. Kosaku, Yoshino, Cultural Nationalism in Contemporary Japan, Londres: Routledge, 1992. EL REQUIEM DE MORIMURA YASUMASA 133 Mishima, Yukio, Los años verdes, Trad. de Rumi Sato y Carlos Rubio, Madrid: Cátedra, 2009. Morimura, Yasumasa 森村泰昌, Bi no kyôshitsu, seichôseyo 美の教室、静聴せよ(El aula de la belleza, ¡escuchad!), Tokio: Rironsha 理論社, 2007. Morimura Yasumasa, Nanimokaheno Rekuiemu, 『森村泰昌 なにものかへのレクイエム 』(Morimura Yasumasa. Un réquiem para alguien), Tokio: Tôkyô-to Shashin Bijutsukan 東京都写真美術館 Museo Metropolitano de Fotografía de Tokio, 2010. Morris, Ivan, The Nobility of Failure. Tragic Heroes in the History of Japan, Nueva York y Toronto: Rinehart and Winston, 1975. 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DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: CUESTIONES A DEBATE SOBRE EL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA, 1989 – 2005: PRÁCTICAS CURATORIALES Y GLOBALIZACIÓN Núria Querol * Resumen: Este artículo analiza el impacto de la globalización en el arte contemporáneo en China, especialmente en el campo del comisariado, en el marco de la transformación sociológica e ideológica de la China contemporánea. Más concretamente, se centra en el impacto de las prácticas artísticas y curatoriales en exposiciones nacionales y transnacionales relacionadas o centradas en China. En lugar de ofrecer un trazado lineal y exhaustivo, este artículo presenta una selección de sus exposiciones más importantes con el fin de analizar cómo el arte contemporáneo en China está posicionado en términos de políticas curatoriales en exposiciones nacionales e internacionales. * Núria Querol es doctoranda en Comisariado de Arte Contemporáneo por el Royal College of Art de Londres y ejerce como crítica de arte asiático contemporáneo, contribuyendo de forma regular en varias revistas especializadas. nuria.querol@rca.ac.uk. 138 NÚRIA QUEROL Abstract: This paper analyses the development in art in China today under globalisation, especially on the field of curatorial practices, within the framework of the sociological and ideological transformation of contemporary China. More specifically, it focuses on the effect of contemporary art practices and curating on national and transnational exhibitions related with or focused on China. Instead of an historical and exhaustive definition, this paper focuses on a selection of important and representative shows in order to analyse how contemporary art in China is positioned in terms of curatorial policy in the sphere of national and international exhibitions. Introducción En la sociedad contemporánea caracterizada por una marcada hibridación cultural, superando así la supremacía de antaño ejercida desde Occidente sobre las llamadas “otras culturas”, la importancia de China es indiscutible. China está presente en la escena internacional dejando atrás el aislamiento y las dificultades del pasado. Estos cambios han afectado a todos los ámbitos de la sociedad y sus manifestaciones culturales y artísticas son resultado y reflejo de esta profunda transformación. El arte contemporáneo en China tiene una importante presencia tanto a nivel global como local. Por una parte, la cultura visual contemporánea en China despierta un creciente interés en la escena artística internacional. Numerosos museos y bienales, como el P.S.1 de Nueva York o la Bienal de DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 139 Venecia, han dedicado importantes exposiciones al arte actual en China, y sus artistas contemporáneos han adquirido un reconocimiento a escala mundial sin precedentes. Por otra parte, la experimentación artística en el país está en continua evolución como también lo están los centros y exposiciones de arte contemporáneo, como el Today Art Museum en Pekín, la Bienal de Shanghai o la Trienal de Guangzhou. Por todo ello y en conjunto, las exposiciones de arte contemporáneo en China son un fenómeno de vital importancia para entender tanto el desarrollo del arte contemporáneo como sus infraestructuras y sistemas de difusión. Desde 1989 hasta 2005, el arte contemporáneo en China existió a través de sus exposiciones y, a partir de estas y de publicaciones especializadas, se produjo un corpus que permitió establecer un canon sobre el cual se reorientaron corrientes, se seleccionaron grupos de artistas y se consagraron creadores muy jóvenes. Si esta característica es indudablemente cierta y extensible a toda la escena del arte contemporáneo, en el caso del arte en China adquirió dimensiones mucho más trascendentes dado que durante todo este tiempo esta fue su única vía de difusión. El año 1989 está tomado como punto de partida ya que fue entonces cuando culminó la década de los ochenta, caracterizada por un periodo de aperturismo y de eclosión cultural. Durante esta década, se desarrolló la experimentación artística y se introdujeron las vanguardias occidentales. La transposición de corrientes y teorías occidentales al contexto chino supuso la necesidad de adaptar una nueva terminología, que en algunos casos se tradujo sin realmente asimilarse. Al respecto, como ha apuntado la historiadora del arte Martina 140 NÚRIA QUEROL Köppel-Yang sobre la sociolingüística de las vanguardias históricas occidentales aplicadas al contexto chino, se debe puntualizar que el nombre chino qianwei 前 卫 no es el equivalente exacto del término „vanguardia‟, ya que muchos de los artistas y críticos de los ochenta no distinguían entre los términos vanguardia —qianwei 前卫—, moderno —xiandai 现代— y contemporáneo —dangdai 当代— y a menudo los usaban como sinónimos 1. En la actualidad, el uso del término „vanguardia‟ en el contexto del arte contemporáneo en China está sujeto a debate. Algunos especialistas, de acuerdo con las directrices marcadas por el racionalismo ilustrado y dedicados mayoritariamente al estudio de las vanguardias occidentales, consideran que este solo se puede aplicar al contexto histórico de la modernidad europea. Por el contrario, otros especialistas, como el historiador, comisario, y crítico de arte Gao Minglu, abogan por aplicarlo al caso del arte contemporáneo en China ampliando su significado. Un tercer grupo, entre los que se encuentra el historiador del arte y comisario Wu Hung, es partidario de encontrar una definición más flexible para la tradición china, como es el caso de arte experimental2. En la década de los noventa, protagonizada por profundas transformaciones en el país y por su irrupción en la escena internacional, el arte contemporáneo en China se debatió entre su posición en el exterior, durante la primera mitad de la década, y su posicionamiento en busca de su propio lugar, a finales de los noventa. Como apunta el historiador y crítico de arte Yi Ying, frente a la falta de sistematización teórica y académica que imperó durante este decenio, debido a que la crítica no supo responder en términos teóricos con la misma velocidad con que acaecían los cambios, en la actualidad se DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 141 está priorizando la necesidad de definir histórica y contextualmente el arte de este importante periodo3. El uso del término arte experimental —shiyan yishu 实验 艺术—, aplicado al arte de la década de los noventa y del siglo XXI, en contraposición con el de arte de vanguardia —qianwei yishu 前卫艺术—, aplicado al arte de los ochenta, es en sí mismo una declaración de intenciones que, como especificó Wu Hung, revela el deseo de definirse según su propia naturaleza y no según el modelo occidental 4. Al respecto, según Wu Hung, “el término arte experimental, en lugar de cerrar el debate, fomenta nuevas interpretaciones y abre nuevos espacios para la investigación histórica y teórica […]. Entre todos los factores que definen el arte experimental, el más importante es el posicionamiento del artista en una sociedad en plena transformación, donde estilos y contenidos no ortodoxos, nuevos medios o nuevas prácticas expositivas son formas concretas para consolidar la propia identidad “alternativa” de los artistas. En otras palabras, el arte chino experimental es el arte de los artistas chinos experimentales […]. Básicamente, lo que hace que un/a artista chino/a sea experimental es su determinación de situarse al límite de la sociedad china contemporánea y del mundo del arte”5. En mi opinión, la modernidad no es exclusiva de la tradición europea, sino que los contactos e intercambios acaecidos entre los centros europeos y sus “otros” a lo largo de la historia han producido transformaciones en ambas direcciones, resultando una pluralidad de modernidades y modernismos a escala mundial. Al respecto, considero apropiado el uso del término „vanguardia‟, así como el marco teórico del modernismo en el estudio del arte en China, 142 NÚRIA QUEROL especialmente durante la década de los ochenta, cuando la eclosión cultural dio lugar a una pluralidad de modernidades y modernismos en el país. A partir de la década de los noventa, el uso del término „arte experimental‟ resulta más adecuado para estudiar la versatilidad de flujos y múltiples transformaciones del arte contemporáneo en el marco de la globalización. De todas formas, como veremos más adelante, esto no debe confundirse con la asociación entre las vanguardias artísticas occidentales y el modernismo en China durante los ochenta, y mucho menos con la determinación de los artistas de situarse al límite de la sociedad china contemporánea y del mundo del arte en los noventa. Es más, junto con el propósito de definir histórica y contextualmente el arte contemporáneo en China, otro factor importante en su estudio y desarrollo ha sido la necesidad de posicionarse en su propio espacio a la vez que este se debatía del centro a la periferia y de la periferia al centro. Por una parte, desde la década de los noventa nuevas bienales han surgido por todo el planeta, muchas de ellas en territorios hasta hace poco considerados periféricos. A su vez, el arte producido en estos nuevos centros ha estado presente en bienales de todo el mundo independientemente de las circunstancias, condiciones y localizaciones de estas. De esta forma, Venecia, Kassel, La Habana o Sao Paolo comparten escenario con Shanghai, Gwangju o Singapur, de la misma forma que en todas estas bienales ha imperado la hibridación de sus comisarios y de los artistas participantes. El arte actual en China está inmerso en el mundo de las bienales, reinterpretando estas viejas estructuras expositivas y forzando nuevos mapas de la cultura visual contemporánea. A pesar de DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 143 que la crítica en algunos casos ha valorado más su mera participación que otros criterios más rigurosos, la presencia e interés que ha suscitado el arte contemporáneo en China en bienales de todo el mundo ha sido determinante para su difusión en la escena internacional. Al mismo tiempo, la importancia del pujante mercado del arte contemporáneo en China, teniendo en cuenta las interrelaciones entre las muestras de arte y el mundo de las galerías, las subastas, las colecciones y museos especializados, también ha beneficiado su difusión en la escena global. Las exposiciones de arte contemporáneo en China han estado estrechamente vinculadas a su irrupción en el mercado internacional y a la aparición del mercado local. Esta influencia relacional es consecuencia de la globalización del arte, y ha tenido como resultado un creciente interés por parte de coleccionistas y comisarios, y la proliferación de exposiciones que a su vez estos han propiciado. De la misma forma, el mayor número de exposiciones ha favorecido altas cotizaciones del arte en China en subastas y galerías de todo el mundo y, a su vez, ha facilitado la aparición de un coleccionismo local muy pudiente, deseoso de lograr un estatus social por medio de la adquisición de arte contemporáneo experimental. El explosivo presente del mercado del arte contemporáneo en China tiene también sus detractores, que lo consideran una burbuja propiciada por los muchos compradores que siguen la moda y se limitan a ir a China con lo que se conoce como “listas de la compra”, sin tener el más mínimo interés más allá de los nombres de los artistas más comerciales. Siendo conscientes de que las reglas del mercado 144 NÚRIA QUEROL a menudo se rigen por factores que no tienen nada que ver con la calidad de las obras, y que el florecimiento del mercado ha tenido consecuencias tanto beneficiosas como perjudiciales en la escena artística, no podemos obviar que este interés ha creado unas infraestructuras hasta hace poco inexistentes en China. La implantación de casas de subastas internacionales como Guardian, Sotheby‟s y Christie‟s en ciudades como Pekín, Shanghai y Hong Kong y la aparición de casas de subastas locales, junto con las cada vez más numerosas galerías comerciales repartidas por todo el país son un ejemplo de estas nuevas infraestructuras, que a su vez han propiciado la aparición de museos y espacios expositivos independientes por todo el país. Por último, cabe señalar que en el mundo contemporáneo el histórico etnocentrismo chino, junto con sus antiguas reticencias a lo extranjero, han dejado paso a una interacción y diálogo con el exterior. Esta transformación ha supuesto nuevos diálogos pero también choques entre el etnocentrismo chino y los tradicionales centros europeos y norteamericanos, marcando un profundo vaivén del arte contemporáneo en China que se ha estado debatiendo entre lo propio, lo ajeno y lo comunitario; entre el arte chino contemporáneo y el arte contemporáneo en China. En este debate, personalmente abogo por la opción „arte contemporáneo en China‟ ya que, más allá de fronteras y límites geopolíticos, el arte último en China es eminentemente contemporáneo. Al mismo tiempo, las reticencias existentes entre los múltiples centros del arte no han sido exclusivas de la relación entre el arte contemporáneo en China y la tradicional hegemonía occidental. Dentro del país, centros tradicionales DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 145 del arte como Pekín, Shanghai o Guangzhou han prevalecido sobre nuevos centros artísticos como son Kunming, Changsha o Xi‟an. A su vez, la separación entre los artistas experimentales y sus coetáneos, que siguieron y siguen prácticas y formas tradicionales, es cada vez mayor, provocando que los primeros se hayan posicionado en la escena internacional mientras que los segundos, anteriormente amparados por la oficialidad política, han visto cómo su consideración está en detrimento. En consecuencia, en el desarrollo y estudio del arte contemporáneo en China y sus exposiciones, es de vital importancia comprender su posición global y la de sus artistas, la hegemónica posición occidental frente al arte internacional de los múltiples centros existentes en el marco mundial, la diversidad de los centros existentes dentro del país y la continua lucha por parte de los artistas chinos por posicionarse en su propio centro, independientemente de donde este esté ubicado. 1. Los ochenta: el periodo de vanguardias Con la muerte de Mao Zedong y la política de apertura hacia el exterior de Deng Xiaoping, en la década de los ochenta la sociedad china estableció un diálogo con el resto del mundo. La experimentación artística china surgió a finales de la década de los setenta, de la mano de un grupo de artistas independientes que, alejados de servidumbres ideológicas, iniciaron un nuevo periodo del arte contemporáneo en China. En la década de los ochenta, la filosofía, la literatura y el arte de vanguardia, que ya habían sido introducidos a principios 146 NÚRIA QUEROL del siglo XX durante el movimiento del 4 de mayo6, de nuevo fueron acogidos, asimilados y reinterpretados por los intelectuales y artistas del país. Aunque en términos generales se designa el arte de esta época como el arte de los ochenta, la primera exposición del grupo Stars y la exposición China/Avant-Garde marcaron su comienzo y su fin, y corresponden a los años que van de 1979 a 1989. En septiembre de 1979 la exposición del grupo Stars, un colectivo de artistas independientes que proclamaba la libertad de expresión, marcó el comienzo del arte de vanguardia en China. Este grupo de artistas, entre los que destacaron Ai Weiwei y Wang Keping, refutaron el realismo socialista y desarrollaron estilos inspirados en lenguajes modernistas, desde el postimpresionismo, al surrealismo o la abstracción. El 27 de septiembre de 1979 los Stars celebraron su primera exposición. Después de prohibirles exponer en el Museo Nacional de Arte de Pekín, este grupo decidió colgar sus obras en la valla y los alrededores del Museo, a modo de exposición al aire libre. El día después de la inauguración, el 28 de septiembre, la exposición fue cancelada por la policía y finalmente el día 29 la muestra fue declarada ilegal. Otra de sus transgresoras acciones la realizaron el 1 de octubre de 1979 cuando, coincidiendo con la fiesta nacional que conmemora el aniversario de la proclamación de la República Popular China, participaron en una manifestación en defensa de los derechos humanos. Esta manifestación estuvo encabezada por la pancarta “Pedimos Democracia y Libertad Artística” y recorrió el espacio entre el Muro de la Democracia de Xidan y Zhongnanhai, oficina central del Partido DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 147 Comunista de China y sede del gobierno de la República Popular China7. Durante este decenio de aperturismo cultural, numerosos simposios, exposiciones, revistas y movimientos artísticos y sociales surgieron por todo el país. Esto fue reflejo de las nuevas posibilidades y libertades que se contraponían al aletargamiento que había supuesto la Revolución Cultural. De todas formas, el desarrollo del arte de la década de los ochenta, a pesar de su voluntad de centrarse en lo estético, no pudo desligarse de la situación política de su momento. Paradójicamente, el arte de vanguardia desde un principio fue interpretado y asociado con la deconstrucción y alienación política, y le fue imposible concretizar su propio lugar entre lo oficial y lo no oficial. La falta de visibilidad artística, así como la situación de la mayoría de los profesionales activos, artistas y comisarios a tiempo parcial, ya que la mayoría tenían como ocupación principal algún trabajo relacionado con el sistema estatal del arte, dificultó un mayor posicionamiento del arte contemporáneo del momento. De esta forma, el mundo académico y las facultades de Bellas Artes de todo el país, muy ligadas a las directrices oficiales que dictaban que el realismo soviético era la mejor forma de expresión artística, fueron centros de disidencia y experimentación tan solo en lo privado, ya que no pudieron transgredir la esfera pública, donde siguió imperando el imaginario revolucionario y lo figurativo. El arte de los ochenta, con una voluntad experimental e independiente más teórica que práctica, alcanzó su clímax con la exposición China/Avant-Garde, para sufrir poco tiempo después un total ostracismo, a causa de los fatídicos incidentes de la plaza de Tian‟anmen. 148 NÚRIA QUEROL China/Avant-Garde La exposición China/Avant-Garde, fruto de la incipiente normalización cultural en la década de los ochenta, está considerada uno de los acontecimiento más importantes de la historia del arte contemporáneo en China. Celebrada en el Museo Nacional de Arte en febrero de 1989, esta exposición fue la primera gran muestra de arte de vanguardia que reunía los trabajos de artistas procedentes de todas las regiones del país. Las obras seleccionadas pertenecían mayoritariamente a la segunda mitad de la década de los ochenta y correspondían al movimiento o tendencia New Wave’85 que tuvo lugar en este periodo. Esta tendencia se inspiraba en las teorías y prácticas de las vanguardias artísticas occidentales que fueron asimiladas y reinterpretadas por los colectivos chinos como base ideológica y a modo de referencias visuales. En este periodo la experimentación artística se concretizó en un marcado pluralismo estilístico consecuencia de la introducción de corrientes artísticas de vanguardias anteriormente prohibidas. Según Gao Minglu, uno de los principales ideólogos del New Wave’85 y comisario de la exposición China/Avant-Garde, en este periodo “los artistas expresaron objetivos utópicos y valores humanistas, y muchos trabajaron bajo preceptos en contra de la subjetividad y de la autoridad”8. El crítico de arte Wang Nanming, con un posicionamiento menos benevolente que el anterior, ha opinado sobre la trascendencia real de este periodo: “desde la perspectiva histórica del arte, los Stars y el New Wave’85 fracasaron en encontrar un equilibrio entre la DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 149 auto-manifestación y el lenguaje artístico. En China no había innovación artística y eso bloqueó la forma en que el arte pudiera expresarse. La autodenominada campaña del arte moderno, el New Wave’85, fue más una cuestión de romanticismo previo al verdadero modernismo” 9. Aunque los críticos no se han puesto de acuerdo sobre la significación histórica y social del arte de los ochenta, designado por el crítico y comisario Hou Hanru como un arte ideológico-céntrico10, todos han coincidido en que la exposición China/Avant-Garde fue su gran hito y conclusión. China/Avant-Garde fue la primera exposición organizada por críticos de arte locales y no por cuadros del partido y, aunque tenía el apoyo de la Asociación de Artistas Chinos y del Museo Nacional de Figura 1. Imagen cortesía del Asia Art Archive. Arte, fue también la primera vez que una exposición se financiaba de forma privada. El hecho de que se celebrara en el Museo Nacional, un gran edificio de estilo socialista que acoge la institución de arte más importante del país y que en aquella época estaba situado a unos pocos metros del antiguo Ministerio de Cultura, confirió a los artistas expuestos cierto grado de aceptación por 150 NÚRIA QUEROL parte de la oficialidad y les dio la oportunidad de tener una difusión mucho mayor. El día de la inauguración, el 5 de febrero de 1989, los carteles, pancartas y alfombras que colgaban del museo con el signo “No hay vuelta atrás”, el emblema y el símbolo de la muestra, enfatizaban la necesidad de cambio y la idea de rotura con el pasado (Fig. 1). En el discurso inaugural Gao Minglu, destacó que la muestra quería presentar una perspectiva histórica de los trabajos más significativos hechos por los artistas chinos entre 1985 y 1989. La selección de las obras incluía todos los medios artísticos, desde pintura a instalaciones y performances, para reforzar así la idea de un discurso abierto del arte moderno chino11. Los casi trescientos trabajos de los ciento setenta y siete artistas seleccionados estaban repartidos en seis salas del museo. En China/Avant-Garde, por vez primera se mostraron al gran público happenings, performances, instalaciones… que ponían de manifiesto un diálogo entre el artista y el público. En este diálogo el cuerpo tomó una significación especial ya que fue el transmisor de muchas de las acciones de los artistas. Las autoridades chinas y la cúpula más conservadora del mundo del arte interpretaron estas nuevas formas artísticas como algo pernicioso, como un ataque a ciertos tabúes. La censura sobre estas nuevas formas y lenguajes del arte no cesaría hasta entrado el siglo XXI cuando tuvieron cabida de nuevo en museos y exposiciones oficiales. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 151 Esta idea de peligro se reforzó por la clausura de la exposición el mismo día de su inauguración. La clausura se produjo unas horas después Figura 2. Imagen cortesía del Asia Art Archive. de la inauguración cuando Xiao Lu disparó con una pistola contra su propia instalación Dialogue (1988) (Fig. 2). Después del disparo, pasó la pistola a su compañero Tang Song quien fue detenido por la policía. Xiao Lu se entregó a la policía unas horas más tarde y también pasó a disposición judicial. La obra estaba formada por dos cabinas telefónicas en el interior de las cuales había dos fotografías de tamaño natural de dos jóvenes conectados por un teléfono situado en medio de ambos. A pesar de la poca originalidad de la instalación, la performance de Xiao Lu y Tang Song se convirtió en un ataque al sistema político chino. Los dos artistas fueron detenidos y liberados a los pocos días cuando se descubrió que la pistola que habían usado estaba registrada a nombre de un alto cargo oficial. Xiao Lu y Tang Song eran hijos de cuadros del Partido y su situación familiar les permitió llevar a cabo una acción comprometida sin correr demasiados riesgos. Como explica Inma González Puy, la acción llevada a cabo por estos artistas “reflejaba los límites entre lo permitido y lo no permitido, llevándolos hasta sus últimas consecuencias, que implicaban la 152 NÚRIA QUEROL detención del artista-ejecutor. Su liberación antes de lo previsto, gracias a la red de privilegios que debido a su condición familiar se puso en marcha, realmente llegó a completar todo un proceso habitual en la sociedad china. Dialogue pretendía reflejar un fallo legal. Su realización ponía de relieve la impotencia de la ley” 12. La exposición China/Avant-Garde además de introducir nuevos lenguajes artísticos, también reflejó los cambios políticos y sociales propios del periodo de exaltación que vivía el país. Desgraciadamente, el clima ilustrado de esta década de idealismo e incipientes libertades que tuvo su clímax con esta exposición, terminó unos meses más tarde con la masacre de la plaza de Tian‟anmen. La violenta supresión de todo diálogo entre la generación más joven, los intelectuales y los dirigentes políticos supuso una fuerte recesión que condujo al arte contemporáneo en China de nuevo a la clandestinidad. Muchas de las obras expuestas en China/Avant-Garde pertenecen a la colección de Uli Sigg, uno de los mayores coleccionistas de arte contemporáneo en China. Como el propio Sigg explicó en una entrevista, “en la exposición China/Avant-Garde, el artista Wang Luyan intentó persuadir a sus colegas para que no vendieran sus obras expuestas, sino que se aseguraran de conservarlas para sí mismos, porque algún día serían muy importantes. Los artistas se opusieron… ¡tenían que ganarse la vida!… Así que Wang Luyan compró a sus colegas la mayoría de sus obras. Estas son las obras que más tarde yo le compré a él”13. Algunas de estas obras pudieron verse en la exposición Rojo aparte. Arte contemporáneo chino de la colección Sigg, que se celebró en la Fundación Joan Miró de Barcelona en 2008. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 153 Cabe destacar que, en la actualidad, la trascendencia y reinterpretación del periodo de vanguardias en la historia del arte contemporáneo en China está sujeta a debate. Recientemente, numerosos simposios, exposiciones, revistas y trabajos académicos, entre los que destacan las obras de Wu Hung y Gao Minglu, junto con el proyecto online “Materials of the Future: Documenting Contemporary Chinese Art from 1980-1990” del Asia Art Archive, han dedicado importantes revisiones al arte de este crucial periodo14. Asimismo, la exposición China/Avant-Garde y su insigne disparo también han sido revisados. El disparo fue reinterpretado de la mano de la misma Xiao Lu, que reconstruyó su instalación y recreó su performance en la exposición inaugural del primer Festival de Arte Internacional de Dashanzi, que se celebró en el espacio de arte Factory 798 de Pekín en 2004. En esta performance la artista reclamó la autoría individual, tanto de la instalación Dialogue como de la performance por medio de una acción con fuerte carga emocional15. 2. Los noventa: de lo local a lo global A finales del siglo pasado, ningún otro país se transformó tan rápida y profundamente como China en los años noventa. En el campo del arte, la globalización del país, la reubicación de muchos artistas de lo colectivo a lo individual y del campo a la ciudad, y la irrupción del mercado del arte contemporáneo en China marcaron su evolución, reubicando su creación artística de lo local a lo global. A principios de la década, las secuelas post-Tian‟anmen hicieron mella en el sistema artístico, y tanto su contenido 154 NÚRIA QUEROL como su contexto se vieron fuertemente afectados. Inmediatamente después de 1989, la supresión de todas las libertades y el cierre de los espacios expositivos provocaron un gran desencanto, que se tradujo en un profundo ensimismamiento de los artistas. El hecho de que la producción artística experimental tuviera visibilidad exclusivamente fuera del país provocó, por una parte, que muchos artistas adaptaran sus lenguajes artísticos a las expectativas internacionales y fueran acusados de crear un arte orientado a la exportación. Por otra parte, desde el ámbito internacional se malinterpretó su significado y, erróneamente, se consideró que todo el arte en China era disidente, cuando en realidad este mismo arte entró a formar parte rápidamente de los circuitos más comerciales, abandonando cualquier naturaleza crítica y transgresora. En 1995, y sobre todo en los años posteriores, surgieron nuevos medios artísticos que, acompañados de una mayor libertad y visibilidad del arte dentro del país, crearon nuevos espacios y canales de expresión artística. Fue entonces cuando apareció la figura del comisario independiente; los artistas experimentales adquirieron un nuevo estatus, se despolitizó el arte experimental, remarcando las distancias ya existentes entre lo oficial y lo no oficial y este último pasó de la marginalidad a marcar sus propias directrices. Esta situación, junto con la aparición de galerías privadas de arte contemporáneo y de nuevos espacios expositivos domésticos, el creciente interés de los coleccionistas por el arte experimental y la mayor participación de artistas chinos en los circuitos internacionales, significó el pleno desarrollo y DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 155 expansión del arte contemporáneo en China en la escena glocal16. En general, el arte experimental de los noventa, conocido como el arte de la generación del medio17, reflejó experiencias históricas, expresó memorias colectivas e individuales, forzó diálogos entre pasado y presente, y reflexionó sobre las profundas transformaciones que lo circundaban. Junto con aquellos artistas que analizaban el pasado y cómo este era asimilado en el presente, a menudo realizando grandes performances en lugares históricos como la Gran Muralla, otros optaron por centrarse en la contemporaneidad más inmediata, realizando obras y acciones donde lo urbano era escenario y tema. La pérdida de los valores tradicionales, el crecimiento de las ciudades chinas postmodernas18, el nacimiento de la cultura urbana o la apertura hacia el mundo exterior irrumpieron durante este decenio, inspirando a los artistas contemporáneos que participaron de estas transformaciones. En este contexto, los artistas adquirieron un nuevo rol social y se convirtieron en focos de atención, primero internacional y posteriormente también nacional. Beijing East Village Uno de los fenómenos más importantes durante la década de los noventa fue la relación y alianza entre la performance y los nuevos medios, en especial con la fotografía experimental, que se puso de manifiesto sobre todo en el East Village de Pekín. Este barrio, situado en el extremo este de la ciudad, reunió a una comunidad de artistas experimentales que trabajaban en diferentes medios, como pintura, performance, 156 NÚRIA QUEROL instalaciones y fotografía. Entre 1993 y 1994 muchos de los artistas inmigrantes de otras provincias se instalaron en esta zona por los bajos precios del alquiler, y pronto descubrieron sus intereses comunes y empezaron a realizar proyectos conjuntos. Entre 2001 y 2002 el East Village fue demolido y asimilado por la expansión de la capital, y en 2004 la exposición Between Past and Future. New Photography and Video from China, que se celebró en Nueva York y después itineró por Estados Unidos y Europa, le dedicó una importante revisión19. La coincidencia en esta comunidad de artistas de performances como Zhang Huan, Ma Liuming o Zhu Ming y Figura 3. Imagen cortesía de Zhang Huan Studio. de fotógrafos como Rong Rong y Xing Danwen dio como resultado fructíferas colaboraciones. De todas formas estas colaboraciones no estuvieron exentas de posteriores polémicas por la autoría de las imágenes de acciones tan famosas como Twelve Square Meters (1994) realizada por Zhang Huan y fotografiada por Rong Rong (Fig. 3) o Fen/Ma Liuming Lunch (1994) realizada por Ma Liuming y captada por Xing Danwen (Fig. 4). DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 157 Es inevitable relacionar estas controversias con el hecho de que cuando estas fotografías fueron tomadas la performance estaba más delimitada que la fotografía experimental, siempre teniendo en cuenta la marginalidad de ambas prácticas en China a principios y mitad de los noventa. Sin embargo, desde que el mercado del arte en China floreció a finales del siglo pasado amparado por la globalización del arte, la fotografía se convirtió no solo en una forma de documentar las performances sino también de venderlas y, desde entonces, la imagen final de las mismas Figura 4. Imagen cortesía de Xing Danwen. preponderó en la mayoría de los casos a las propias acciones que pasaron a ser mucho más calculadas y pensadas como resultado final en forma de productos artísticos fotográficos o en vídeo que han adquirido altas cotizaciones en subastas internacionales como las de las casas de subasta Sotheby's o Christie‟s. En Between Past and Future. New Photography and Video from China, la autoría incierta o compartida de las imágenes de las performances se resolvió considerando a los fotógrafos que habían captado las acciones como autores de los trabajos. Así confirieron a estos fotógrafos su merecido reconocimiento y, al mismo tiempo, les permitió incluir estas obras, en tanto que fotografías, en la exposición. 158 NÚRIA QUEROL En la performance Twelve Square Meters, fotografiada por Rong Rong, Zhang Huan permaneció encerrado durante una hora en un baño público del East Village. Desnudo y embadurnado con aceite de pescado y miel, el hedor atrajo a un gran número de moscas y otros insectos que se pegaron a su cuerpo. Con esta performance quería denunciar el estado de los servicios públicos en su país y, de forma indirecta, el sistema político, y dedicar su acción al famoso poeta Ai Qing, padre del conocido artista Ai Weiwei, que durante la Revolución Cultural fue enviado a la lejana provincia de Xingjiang, donde diariamente estaba obligado a limpiar las letrinas públicas. Las imágenes de esta performance pudieron verse en la exposición que la Fundación Telefónica dedicó a Zhang Huan en Madrid en 2007. Por su parte, Ma Liuming20, que por su larga melena y sus rasgos femeninos a menudo ha sido confundido con una mujer, en su performance Fen/Ma Liuming Lunch, fotografiada por Xing Danwen, puso a hervir unas patatas, unos dibujos de unas patatas, el bolígrafo usado para hacer estos dibujos y su reloj y sus joyas. Después enterró las patatas y demás objetos cocinados en el patio de su estudio con la intención de cerrar el ciclo de estos objetos retornándolos a la tierra, y con esto manifestar la imposibilidad de cerrar este ciclo y la absurdidad de su acción con relación a la misma condición absurda de su país. Al poco tiempo fue arrestado y estuvo encerrado en prisión durante tres meses, acusado de hacer referencias pornográficas en sus trabajos21. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 159 3. El siglo XXI: la multiplicidad de centros. El caso de la Bienal de Venecia. En el siglo XXI la proliferación de bienales y la mayor participación de artistas chinos ha tenido un papel importante en la internacionalización de su arte contemporáneo. Junto a ello, muchas otras exposiciones celebradas fuera del país han supuesto su consolidación dentro de la escena internacional y han planteado nuevas cuestiones y significados. A lo largo de toda su historia, el pueblo chino se ha considerado el centro del mundo, tal y como indica el nombre del país, que en lengua china significa “el país del centro”. El mundo contemporáneo ha dejado paso a una interacción y comunicación con el exterior, en contraposición al cierre acaecido durante la Revolución Cultural. Esta transformación ha supuesto nuevos diálogos, pero también choques entre los centros de arte, marcando un profundo vaivén del arte contemporáneo en China que se ha estado debatiendo del centro a la periferia y de la periferia al centro. Desde la primera mitad de la década de los noventa, fruto del interés por lo multicultural surgido a finales de los ochenta en los tradicionales centros de arte, el arte contemporáneo en China ha estado presente en las bienales más importantes. La Bienal de Venecia y la Documenta de Kassel dedicaron importantes exposiciones al arte último realizado en China, y sus artistas contemporáneos adquirieron un reconocimiento sin precedentes a escala mundial. Al mismo tiempo, comisarios y artistas de origen chino afincados en Europa o Norteamérica, como Hou Hanru, Cai Guo-Qiang o Chen Zhen, participaron en las bienales más prominentes, rompiendo con las fronteras 160 NÚRIA QUEROL existentes y ampliando los límites del centro. A partir del año 2000, la presencia del arte contemporáneo en China en bienales internacionales dejó de estar vinculada única y exclusivamente al interés de los comisarios y del público y, promovido por la nueva política cultural del gobierno chino, pasó a estar patrocinado gubernamentalmente. En la Bienal de Sao Paolo de 2002, el Ministerio de Cultura de China patrocinó por primera vez una exposición de arte contemporáneo en China que comisarió Fan Dian. Esta muestra marcó el comienzo de las representaciones nacionales de China en bienales y trienales de arte contemporáneo de todo el mundo. En el nuevo milenio y dentro del territorio chino, las bienales internacionales también tuvieron un importante papel en la difusión del arte contemporáneo. A la pionera Bienal de Shanghai, creada en 1996 y desde 2000 reconvertida en una bienal internacional, le siguieron la Bienal de Chengdu en 2001, la Trienal de Guangzhou en 2002 y las Bienales de Pekín, Xi‟an y Qingdao en 2003. La proliferación de estas bienales y trienales demostró que el arte contemporáneo en China era considerado casi una necesidad social y política que ponía de manifiesto la apertura y modernización del país. Junto a estas bienales, las exposiciones satélites y la coincidencia temporal de la Bienal de Shanghai con otras importantes bienales asiáticas, como Gwangju y más recientemente también Singapur, atrajeron un mayor número de visitantes que viajaron al país, propiciando a su vez una mayor recepción y difusión del arte. En general, la presencia e interés por el arte contemporáneo en China en las bienales internacionales DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 161 benefició su difusión en la escena global, aunque la crítica en algunos casos valoró más su mera participación que otros criterios más rigurosos, como la calidad de los trabajos. Más allá de estadísticas, estándares y nuevos orientalismos, el arte actual en China está inmerso en el mundo de las bienales, reinterpretando estas viejas estructuras expositivas y forzando nuevas geografías de la cultura visual contemporánea. Bienal de Venecia La irrupción del arte contemporáneo en China en la escena internacional y su reconocimiento y apropiación oficial por parte del gobierno chino estuvieron estrechamente ligados con su participación en la Bienal de Venecia. Si durante la década de los noventa la participación no oficial del arte contemporáneo en China tuvo una tímida aparición en la edición de 1993, que se amplió considerablemente en 1999, la participación oficial a partir de la edición de 2003 representó la institucionalización y legitimación gubernamental a nivel internacional y se enmarcó dentro del programa oficial de China de apertura al mundo. Tradicionalmente, la sección Aperto había estado dedicada a las nuevas tendencias, y en la edición de 1993, dirigida por Achile Bonito Oliva, dicha apertura se articuló alrededor del multiculturalismo y los artistas emergentes. Dentro de esta sección, y como ejemplo de su discurso aperturista, la exposición Passaggio a Oriente agrupó los trabajos de artistas chinos y japoneses junto a los del movimiento artístico Lettrisme. La sección china de Passaggio a Oriente incluyó las pinturas experimentales de catorce 162 NÚRIA QUEROL artistas contemporáneos y estuvo comisariada por Francesca Dal Lago, junto con Li Xianting y el propio Achile Bonito Oliva. Según Dal Lago, “la selección de los trabajos y su distribución contribuyeron a crear la sensación de un estilo “chino” homogéneo, eliminando cualquier atisbo de creación individual”22. No obstante, el enfoque “orientalista” de esta primera participación digna de consideración, Passaggio a Oriente, supuso el punto de partida para que en las sucesivas ediciones fueran seleccionados artistas chinos, llegando a su máxima expresión en la edición de 199923. El arte contemporáneo en China conquistó Venecia de la mano del comisario Harald Szeemann quien, en la 48.ª edición de la Bienal, seleccionó a veinte artistas, siendo la mayor representación de un país que no tenía pabellón ni ningún tipo de relación oficial con la Bienal. Incluidos dentro de la sección APERTO over ALL y distribuidos entre el pabellón italiano y el Arsenale, inaugurado en aquella edición, fue positivo el hecho de que se rompiera con la tradicional agrupación nacional, aunque de todas formas el espacio tuvo y mantuvo su significado. Los trabajos de los pintores que vivían en China y se exponían en el pabellón italiano parecían menos experimentales que las grandes instalaciones de aquellos artistas chinos residentes en el extranjero que se exhibieron en el Arsenale24. Sobre las grandes instalaciones creadas por los artistas expatriados y en relación al mayor reconocimiento que estos tenían, Francesca Dal Lago destacó que “revelaban un intento de sacar provecho de la ignorancia generalizada que tiene Occidente de Asia […]. Su discurso no tiene un significado específico ni en China ni en Occidente. Existen en un espacio virtual; este arte a menudo se basa en la asunción DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 163 de que eventualmente nadie (ni en China ni en Venecia) entenderá su significado”25. Un ejemplo de este tipo de trabajo, no necesariamente incomprendido universalmente pero que causó una gran polémica, fue la instalación comisionada Venice Rent Collection Courtyard (1999), de Cai Guo-Qiang. Este trabajo, que ganó el León de Oro, era una réplica parcial y a tamaño real del famoso conjunto escultórico de estilo socialista Rent Collection Courtyard (1965), producido durante la Revolución Cultural por la Academia de Bellas Artes de Sichuan. Para su instalación en Venecia, en el espacio del Arsenale, Cai Guo-Qiang, con la ayuda de un grupo de asistentes, reprodujo ochenta y una de las figuras de arcilla del conjunto original, que representaban la opresión sufrida por un grupo de campesinos por parte de su terrateniente. Sin someter las piezas a cocción, las obras se dejaron en exposición para que se desintegraran durante el periodo de la Bienal y así ser destruidas al final del evento. Según Cai Guo-Qiang, el acto de reproducir la obra Rent Collection Courtyard (1965) era una performance conceptual que, partiendo de una obra canónica, exploraba la transformación de un prototipo en una nueva forma de arte. De todas formas, estas explicaciones no evitaron que fuera denunciado por algunos críticos y académicos relacionados con la creación de obra original, que le acusaron de infringir los derechos de autor 26. 164 NÚRIA QUEROL Cai Guo-Qiang, conocido por sus explosivas instalaciones, vive en Nueva York desde 1995 y es uno de los artistas chinos más cotizados en el Figura 5. Imagen cortesía del Museo Guggenheim de Bilbao. mercado internacional del arte. Su obra se ha podido ver recientemente en España en el IVAM en 2005 y en la exposición Quiero creer que se celebró en el Museo Guggenheim de Bilbao en 2010. Justamente en la muestra de Bilbao reprodujo la instalación Bilbao Rent Collection Courtyard (Fig. 5). En la Bienal de Venecia 1999, aparte de esta instalación de Cai Guo-Qiang, casi todas las otras obras seleccionadas por Szeemann pertenecían a la colección de Uli Sigg y de ahí la dimensión reducida de la mayoría de ellas y la calidad vacilante. Al respecto el crítico y comisario Fei Dawei comentaba que, dadas las diferencias entre los artistas chinos residentes en el país y aquellos residentes en el extranjero, mucho más experimentados en el sistema y en la producción artística que los primeros además de gozar de un contexto mucho más favorable, Szeemann hubiera podido seleccionar un número menor de artistas y ofrecerles la posibilidad de producir obras específicas. Además, si hubiera investigado un poco más en lugar de limitarse a las obras de una sola colección, la selección habría sido todavía más interesante27. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 165 poco más en lugar de limitarse a las obras de una sola colección, la selección habría sido todavía más interesante27. La división que presentaron los artistas chinos seleccionados en APERTO over ALL la compartió la crítica, que coincidió en destacar el hecho extraordinario que supuso la participación china en Venecia, pero se fracturó al valorar los contenidos. Mientras una parte de la crítica, mayoritariamente occidental, alabó sin ninguna reticencia la selección de Szeemann, otro grupo de críticos, más vinculados con China, le recriminaron que presentase una mirada superficial del arte contemporáneo en China acusándole de “jugar la carta china” y de que su aproximación fuese más política que artística28. Resulta un poco ambivalente que esta fuera su recriminación, teniendo en cuenta que Szeemann había declarado que era el momento de empezar a mostrar el arte en China al mismo nivel que cualquier otro arte y que una de las cosas que más le atraía del arte contemporáneo en China era que existía un tipo de arte político29. La 48.ª Bienal de Venecia fue un catalizador de la transformación de los espacios del arte y de la sociedad ya que, como describe el crítico e historiador del arte John Clark, los artistas chinos forzaron a replantear las normas de las instituciones domésticas e incluso el concepto mismo de institución, al ser incluidos en una exposición de un país “extranjero” 30. Este fue el caso de la selección del artista Huang Yongping como representante del pabellón francés comisariado por Hou Hanru, también de origen chino y residentes ambos por aquel entonces en Francia. Hou Hanru, seguramente una de las figuras que más ha contribuido a la difusión del arte contemporáneo en China en 166 NÚRIA QUEROL la escena global, estuvo presente de nuevo en la edición de 2003, pero esta vez como comisario de la exposición Z.O.U. – Zone of Urgency. Esta exposición, dentro del tema general Dreams and Conflicts, comisariado por Francesco Bonami, analizaba la fuerte transformación del mundo actual a partir de la globalización, urbanización y la expansión explosiva. Las ciudades contemporáneas se habían convertido en zonas de urgencia y Z.O.U. articulaba su respuesta a través de los experimentos y trabajos de artistas contemporáneos, mayoritariamente aquellos de la región de Asia-Pacífico31. Dentro de esta exposición, destacó la sección Canton Express, un proyecto especial creado por los artistas de esta región que, en palabras de Hou Hanru, “actuaron como guerrilla urbana injertando temporalmente su ciudad dentro del Arsenale”32. Los artistas chinos tuvieron una presencia importante en Z.O.U., pero la mayor trascendencia para el desarrollo del arte contemporáneo en China fue la creación del primer pabellón nacional oficial de la República Popular China. Pese a que, según el comunicado oficial, la exposición no se pudo mostrar en Venecia por causa de la enfermedad pandémica del SARS33, su significado trascendía a la propia muestra. Como destacó su comisario Fan Dian en el catálogo, esta primera participación oficial demostraba que China se había convertido en una parte inseparable de la comunidad internacional34. Si Huang Yongping, a principios de los noventa, afirmó que el arte en China siempre había estado al servicio de la ideología, una década después, en el contexto del pabellón chino en la Bienal de Venecia, y viendo el nuevo estatus oficial que este otorgó al arte contemporáneo, estas palabras parecían irrefutables 35. Pero no solo el discurso oficialista y propagandístico del DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 167 pabellón estaba al servicio de los intereses internacionalistas del país, sino que con un tono similar se refirió Fan Dian a las obras que había seleccionado para Synthi-Scapes, el tema del pabellón. En general los valores de Synthi-Scapes, según Martina Köppel-Yang, “expusieron pluralismo, articulado a partir de una especie de retórica internacional y postmoderna, y continuidad con el desarrollo histórico de China, expresado a través de la dualidad tradición e innovación. La imagen que China quería dar era la de un país que había entrado en un nuevo estadio de desarrollo histórico, el de la globalización, adentrándose en la comunidad internacional sin olvidar sus raíces culturales”36. Finalmente, el primer pabellón de la República Popular China pudo verse in situ en Venecia, en la edición de 2005. Virgin Garden: Emersion, el título del pabellón, estuvo comisariado por Cai Guo-Qiang quien, irónicamente, en 1999 había sido denunciado por parte de la oficialidad china en el marco de la misma Bienal de Venecia. La selección de este artista como comisario del pabellón reflejaba el nuevo estatus del arte contemporáneo en su país de origen, además de querer connotar el aperturismo del gobierno al seleccionar un comisario de origen chino y residente en Estados Unidos. Este mismo compromiso lo transmitió el propio Cai Guo-Qiang en su discurso curatorial ya que, como apuntó el crítico Felix Schöber, “lo que buscó era que fuera un gran espectáculo que se adecuara a la emersión de China como un nuevo jugador global”37. El resultado de tanta estrategia fue, según Joe Martin Hill y coincidiendo con la mayor parte de la crítica, que “aparte de la expectación que causó, el pabellón chino era decepcionante […]. Sea cual sea el motivo, no consiguió 168 NÚRIA QUEROL transmitir la diversidad y la fuerza del arte contemporáneo de China: los trabajos y el espacio del pabellón no cuajaron”38. Virgin Garden quería explorar las nociones de espiritualidad y esencia, al tiempo que reconocía los retos inherentes al articular estas fuerzas intangibles con las artes visuales, usando elementos de la filosofía y la cultura chinas, que enmarcaban dicho diálogo. En total, reunió los trabajos de Xu Zhen, Liu Wei, Yung Ho Chang, Sun Yuan & Peng Yu y Wang Qiheng. Si en la Bienal de 1995 Cai Guo-Qiang realizó una performance/instalación titulada Lo que Marco Polo olvidó, donde evocaba pensamientos y concepciones pasadas que invitaban a reflexionar sobre el presente y el futuro, parece que diez años más tarde el descuido fue propio en Virgin Garden: Emersion. La línea divisoria entre lo precedente y lo venidero a menudo es discontinua, y una década después esta reflexión continuaba estando vigente y necesitaba de una reinterpretación y asimilación inminentes. Como concluyó Martina Köppel-Yang, “la creación de un pabellón oficial chino en la Bienal de Venecia era una exitosa declaración política. En lo que se refiere a declaración artística, por el contrario, era menos triunfante […]. Entre la asimilación, re-explotación y una demanda cultural cada vez mayor por parte de la industria (tanto en el mercado nacional como en el internacional), los artistas deberían reubicarse a ellos mismos y a sus intereses. Una se pregunta si estos artistas necesitan de un oponente contra el que luchar y, de ser así, podrían empezar por refutar los modelos ideológicos que ofrecen la industria y la política cultural”39. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 169 Conclusión La reconstrucción de la instalación Dialogue y la recreación de la performance de Xiao Lu (China/Avant-Garde, 1989) por parte de la propia artista en la exposición inaugural del primer Festival de Arte Internacional de Dashanzi, en abril de 2004, marcó, quince años después, un hito del arte de vanguardia por medio de la experimentación artística en el marco de la globalización. Independientemente de la carga emocional que la obra tuvo y retuvo, la reclamación de la autoría individual por parte de Xiao Lu no puede desligarse de la aparición del mercado del arte contemporáneo. Al mismo tiempo, la instalación/acción Dialogue, trascendiendo al trabajo original, así como a su reposición, tiene fuertes resonancias: con el desarrollo del arte contemporáneo en China en las últimas décadas, con la evolución de los lenguajes modernistas y experimentales, así como con la importancia de las exposiciones en la emergencia y consolidación del arte contemporáneo en China, tanto a nivel local (la instalación Dialogue estuvo expuesta de nuevo en el Museo Nacional de Arte de Pekín en 2011) como internacional (desde 2005, China ha tenido un pabellón oficial en todas las ediciones de la Bienal de Venecia). Más allá del dominio del mercado del arte, de instrumentalizaciones políticas y del impacto de la globalización, como se ha expuesto en este artículo, en el mundo contemporáneo las exposiciones han tenido un papel decisivo en la evolución del arte último en China, hasta el punto de que estas han sido las que en parte han marcado y 170 NÚRIA QUEROL pautado su discurso. La cultura visual en la China contemporánea se ha debatido desde finales de los años setenta entre lo público y lo privado, entre lo clandestino y lo legítimo, entre su posicionamiento dentro y fuera de los límites propios y ajenos, entre el arte chino contemporáneo y el arte contemporáneo en China. Esta duplicidad de factores y localizaciones, sin ser necesariamente opuestos ni excluyentes, enriquece su compleja condición, que suscita un mayor interés en todos los niveles en que coexisten. La multiplicidad del arte contemporáneo en China y de sus sistemas, infraestructuras, tiempos y espacios ha sido un tema recurrente entre los estudiosos de este campo. Francesca Dal Lago, a partir de la participación china en la Bienal de Venecia de 1999, reflexionó sobre la importancia del lugar y del espacio en el arte. Según Dal Lago, dado que el arte existe en un lugar concreto, para que podamos entender el significado de una obra de arte, es fundamental posicionar el marco físico o conceptual de su perspectiva y/o de sus condiciones específicas de producción40. El objetivo de su artículo, como cuestionó tiempo después Wu Hung, era demostrar que esta teoría no era universal, ya que el arte contemporáneo en China era un caso excepcional que existía en un no-espacio, en una realidad virtual que se nutría de muchos espacios pero que no pertenecía a ninguno. En respuesta a Dal Lago, Wu Hung puntualizó que no se podía generalizar que todo el arte contemporáneo en China existía únicamente en una realidad virtual, ya que dicha afirmación era específica de una mirada parcial y limitada desde fuera hacia adentro41. Al respecto y en el contexto de este mismo debate en torno al posicionamiento del arte actual en China, DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 171 cabe remarcar que este existe en un espacio múltiple que se manifiesta a través de sus exposiciones. El espacio expositivo, ya sea global, local, público o privado, oficial o alternativo, al igual que la dimensión espacial, temporal y mediadora de dicha exposición, enmarca el arte chino contemporáneo convirtiéndolo en arte contemporáneo en China. Agradecimientos: Este artículo es fruto de un trabajo de investigación llevado a cabo en la Academia Central de Bellas Artes de Pekín y en la Universidad de Pekín y financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y por la Fundación ICO. 1 Köppel-Yang, Martina, Semiotic Warfare. The Chinese Avant-Garde, 1979-1989. A Semiotic Analysis, Hong Kong: Timezone8 Ltd, 2003, p. 22. 2 Véase Gao Minglu, “Total Modernity and the Avant-Garde” en Twentieth-Century Chinese Art, Cambridge, Massachusetts: MIT Press, 2011 y Wu, Hung, “Introduction: A Decade of Chinese Experimental Art (1990-2000)”, en Wu Hung, Wang Huangsheng y Feng Boyi (eds.), The First Guangzhou Triennial. Reinterpretation: A Decade of Experimental Chinese Art (1990 – 2000), Chicago: Art Media Resources, 2002. 3 Yi Ying, “Criticism on Chinese Experimental Art in the 1990”, en Wu Hung, Wang Huangsheng y Feng Boyi (eds.), Op. cit., 2002, pp. 98-104. 4 Wu, Hung, “Introduction: A Decade of Chinese Experimental Art (1990-2000)”, en Wu Hung, Wang Huangsheng y Feng Boyi (eds.), Op. cit., 2002, p. 11. 5 6 Ibídem, pp. 11-12. Véase Schwarcz, Vera, The Chinese Enlightenment: Intellectuals and the Legacy of the May Fourth Movement of 1919, Berkeley/Los Ángeles/Londres: Berkeley University Press, 1986. 172 NÚRIA QUEROL 7 El muro de la Democracia, un gran muro de ladrillos situado en el barrio de Xidan, al oeste de Zhongnanhai, marcó el punto de convergencia de la disidencia democrática a finales de la década de los setenta. Desde diciembre de 1978, en línea con la política del Partido Comunista Chino de “buscar la verdad a partir de los hechos” sobre lo ocurrido durante la Revolución Cultural, activistas del movimiento para la democracia consignaron informaciones e ideas en el muro, a menudo en forma de grandes pósteres que recordaban la estética de los dazibao 大字报 (los grandes carteles propagandísticos que durante la Revolución Cultural pretendían movilizar a la gente contra los enemigos del pueblo). El muro de la Democracia, emblema del periodo conocido como la “Primavera de Beijing”, fue prohibido en diciembre de 1979 cuando, además de las críticas a gobiernos previos, se comenzó a criticar a los líderes y al sistema del Partido Comunista del momento, por lo que el gobierno suprimió toda disidencia política. 8 Donovan, Patricia, “Gao Minglu: Art historian knows changing China”, en University of Buffalo Reporter, 32.17 (2001), http://www.buffalo.edu/ubreporter/archives/vol32/vol32n17/n4.html [Última consulta: 5 de marzo de 2012]. 9 Wang, Nanming, “Art, the Stars and the Farmers”, en ArtZine China, 5 (2006), http://artzinechina.com/display_vol_aid243_en.html [Última consulta: 5 de marzo de 2012]. 10 Hou Hanru, “Towards an 'Un-Unofficial Art': De-ideologicalisation of China's Contemporary Art in the 1990s”, en Third Text, 34 (1996), pp. 37-52. 11 Berghuis, Thomas, Performance art in China, Hong Kong: Timezone8 Ltd, 2007, pp. 65-94. 12 Gónzalez Puy, Inma, “Mujeres artistas en China”, en Taciana Fisac (ed.), Mujeres en China, Madrid: Ediciones Cooperación al Desarrollo, 1995, p. 179. 13 Frehner, Matthias, “Acess to China. Uli Sigg in Conversation with Matthias Frehner”, en Bernard Fibicher y Matthias Frehner (eds.), Mahjong: Contemporary Chinese Art from the Sigg Collection, Ostfildern-Ruit: Hatje Cantz, 2005, pp. 16-17. 14 Véase Wu Hung (ed.), Contemporary Chinese Art: Primary Documents, Durham y Londres: Duke University Press Books, 2010; Gao, Minglu, Total DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 173 Modernity and the Avant-Garde in Twentieth-Century Chinese Art, Cambridge, Massachusetts: MIT Press, 2011 y Asia Art Archive, Materials of the Future: Documenting Contemporary Chinese Art from 1980-1990, 2010. Disponible en http://www.china1980s.org/tc/Default.aspx [Última consulta: 5 de marzo de 2012]. 15 En la instalación y performance Dialogue (2004), Xiao Lu se cortó el pelo y lo repartió entre el público asistente, concluyendo la acción con la lectura de un manifiesto donde reclamó la autoría individual de la obra Dialogue (1989), a la vez que denunció públicamente los abusos emocionales recibidos de su excompañero Tang Song, a quien excluyó de la coautoría de la obra original. Véase Xiao, Lu, Dialogue, Hong Kong: Hong Kong University Press, 2010. 16 El término glocal, cruce entre global y local, se refiere a la capacidad de pensar globalmente y actuar de forma local. Este vocablo, procedente del término japonés 土着化 dochakuka, que significa “localización global” y fue utilizado originariamente en el marco empresarial del país nipón en los años ochenta, ha sido popularizado desde los noventa en el mundo anglosajón por el sociólogo británico Roland Robertson, quien aboga por entender lo local como un aspecto de lo global. Véase Roland Robertson, Globalization: Social Theory and Culture, Londres: Sage Publications, 1992. 17 La generación del medio está formada por los artistas que surgieron en la década de los noventa, después del movimiento New Wave’85 y antes de la irrupción del arte contemporáneo en China en la escena internacional. Véase Tinari, Philip (ed.), “Leap 9 - The Middle Generation”, Leap – The International Art Magazine of Contemporary China, 9 (2011). 18 Sobre la correlación, transposición y reinterpretación del postmodernismo, entendido según la lógica cultural del capitalismo avanzado en China, en línea con el célebre texto de Frederic Jameson, véase Liu, Kang, “Is There an Alternative to (Capitalist) Globalization? The Debate about Modernity in China”, en Frederic Jameson y Masao Miyoshi (eds.), The Cultures of Globalization, Durham y Londres: Duke University Press, 1998, pp.164-188. 19 Wu Hung y Christopher Phillips (eds.), Between Past and Future. New Photography and Video from China, Chicago: Smart Museum of Art, University of Chicago, 2004. 20 El artista ha usado, a modo de alter ego, el nombre artístico de Fen/Ma Liuming. Fen 芬 es un nombre de mujer que significa incienso, pero 174 NÚRIA QUEROL también se relaciona con el carácter usado para designar una separación 分, ya que son homófonos. El nombre de Fen/Ma Liuming implica sus dos identidades separadas; una, la de su cotidianidad como hombre, y otra, su identidad transgénero como artista. 21 Qian Zhijian, “Performing bodies: Zhang Huan, Ma Liuming, and performance art in China – Interview”, en Art Journal, 58.2 (1999), p.12. 22 Dal Lago, Francesca, “Chinese Art at the Venice Biennale: 1. The Virtual Reality of Chinese Contemporary Art”, en John Clark (ed.), Chinese Art at the End of the Millennium, Hong Kong: Timezone8 Ltd, 2002, pp. 162-163. 23 En 1980 tuvo lugar la primera participación oficial de China en la Bienal de Venecia, en una pomposa exposición situada en una esquina del pabellón de Yugoslavia. Para esta ocasión, que se repitió en 1982, la representación de China estuvo formada por bordados y trabajos en papel, demostrando el poco interés y conocimientos del gobierno sobre el arte contemporáneo. En la edición de 1995 fueron seleccionados Zhang Xiaogang, Liu Wei y Yu Youhan en la sección oficial. Cai Guo-Qiang fue seleccionado para la exposición TransCulture. Gu Dexin, Yang Jun, Huang Yongping, y de nuevo Cai Guo-Qiang participaron en la exposición Asiana, comisariada por Fei Dawei. En 1997 Cai Guo-Qiang volvió a ser seleccionado, pero esta vez en la sección oficial. 24 Dal Lago, Francesca, Op. cit., 2002, p. 163. 25 Ibídem, p. 164. 26 En 1972, el joven Harald Szeemann fue nombrado director artístico de la Documenta V de Kassel en la entonces República Federal Alemana. En aquella ocasión, ya intentó llevar la obra Rent Collection Courtyard (1965) a Alemania para la exposición, pero su intención fracasó: el gobierno chino ni se molestó en responder la carta de invitación. Szeemann consiguió, unas décadas después, que Rent Collection Courtyard estuviera presente en Venecia gracias a Cai Guo-Qiang. Véase Zhu Qi, “We Are All Too Sensitive When it Comes to Awards! Cai Guo-Qiang and the Copyright Infringement Problems Surrounding Venice‟s Rent Collection Courtyard”, en Wu Hung (ed.), Chinese Art at the Crossroads: Between Past and Future, Between East and West, Hong Kong: Timezone8 Ltd, 2001, pp. 56-65. DEBATE DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN CHINA 175 27 Fei Dawei, “Gli occidentali capiscono davvero l'arte orientale?”, en Flash Art Italia, 32.217 (1999), pp. 26-27. 28 Ibídem. 29 Storr, Robert, “Prince of tides - interview with 1999 Venice Biennale Visual Arts Director Harald Szeemann – Interview”, en ArtForum, 9.37 (1999), pp. 14-17. 30 Clark, John, “Between the Worlds: Chinese Art at Biennials since 1993”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 4.2 (2005), p. 50. 31 Hou Hanru, “Z.O.U. – Zone of Urgency”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 2.2 (2003), p. 21. 32 Hou Hanru, “Canton Express”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 3.1 (2004), p. 16. 33 Britta Erickson apunta que el tema del SARS fue una excusa y que se debió a otros factores internos. Erickson explica que el gobierno italiano hubiera pedido tan solo un control de fiebre antes de permitir entrar en el país a los artistas chinos que participaban en la Bienal. De hecho, muchos otros artistas chinos viajaron a Italia vía Francia para visitar el evento. Finalmente, el Pabellón se expuso en China, primero en el Museo de Arte de Guangdong en Guangzhou, y posteriormente en el Museo de Arte Contemporáneo de la Academia Central de Bellas de Pekín. Véase Erickson, Britta, On the Edge: Contemporary Chinese Artists Encounter the West, Hong Kong: Timezone8 Ltd, 2004, p. 40. 34 Fan Dian, Synthi-Scapes, Beijing: China International Exhibition Agency/Guangdong Museum of Art, 2003. 35 Entrevista de Jean-Hubert Martin y Huang Yongping. En Martin, Jean-Hubert (ed.), Résistances, Tokio: Watari-Um Ausstellung Katalog, 1992, p. 8. 36 Köppel-Yang, Martina, “The Ping-Pong Policy of Chinese Contemporary Art”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 3.2 (2004), pp. 65-66. 37 Schöber, Felix, “China‟s spectacular Emersion versus the spectres of bureaucracy looming in Taiwan, the Singaporean art of deconstructing national symbols, wordless dialogue from Hong Kong or greater China at 176 NÚRIA QUEROL the 2005 Venice Biennale”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 4.3 (2005), p. 18. 38 Hill, Joe Martin, “The Burden of (Mis)Representation and Others of the Biennale Spectacle”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 4.3 (2005), p. 14. 39 Köppel-Yang, Martina, “From Glittering „Stars‟ to Shining El Dorado, or, the „adequate attitude of art would be that with closed eyes and clenched teeth‟”, en Yishu – Journal of Contemporary Chinese Art, 4.4 (2005), p. 68. 40 Dal Lago, Francesca, “Chinese Art at the Venice Biennale: 1. The Virtual Reality of Chinese Contemporary Art”, en John Clark (ed.), Op. cit., 2002, p. 15. 41 Wu Hung, Op. cit., 2002, p. 132. DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: APUNTES SOBRE LA INFLUENCIA DE LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA EN LA FORMACIÓN DE INTERPRETACIONES DISTINTAS EN LAS ANOTACIONES DE LOS TEXTOS CHINOS ANTIGUOS1 Liu Chang* Resumen: En las anotaciones de los textos antiguos chinos existe una gran cantidad de interpretaciones distintas que, a lo largo del proceso de formación de la transmisión de los textos clásicos, han influido en la comprensión y la interpretación, desviándose del significado original de las palabras, las oraciones, los párrafos y los capítulos de los textos. La aparición de estas interpretaciones está en relación con el fenómeno de la ambigüedad en la lengua china. En chino, el carácter general y sistemático de los significados de las palabras, la relación combinatoria de las palabras y el hecho de que el chino antiguo haya utilizado los caracteres como vehículo de transmisión, han ejercido mucha influencia en las diferentes interpretaciones de los comentarios antiguos. Abstract: In the annotations of ancient Chinese texts, throughout the formation process of the transmission of classical texts, there are * Liu Chang es profesora de lengua china en la Universidad de Lengua y Cultura de Pekín. 180 LIU CHANG many different interpretations that have influenced the understanding and the different interpretation of the original meaning of words, sentences, paragraphs and chapters. The emergence of different interpretations is closely related to the phenomenon of the ambiguity of the Chinese language. In Chinese, the general and systematic meanings of words, the combinatorial relationship of words and the fact that the ancient Chinese characters has been used as a vehicle of transmission, has exerted much influence on the appearance of comments in old texts with different interpretations. Introducción La lengua china, dependiendo del momento y del lugar, ha sufrido enormes transformaciones. La imposibilidad de una plena comprensión de los documentos escritos antiguos transmitidos por generaciones anteriores es un fenómeno habitual, y de ahí que, generalmente, se haya precisado de la ayuda de notas o comentarios. Como ya se ha mencionado, “los textos clásicos no pueden comprenderse sin anotaciones, y es por eso por lo que resulta imprescindible investigar las glosas para comprender los textos clásicos” 2. Sin embargo, por muy diversos motivos, esos comentarios pueden no reflejar fielmente las especificidades del texto original, bien porque sean difíciles de entender, bien porque los diferentes especialistas tengan interpretaciones distintas de un mismo texto. Las variantes interpretativas sobre un mismo punto en un texto concreto se han convertido en objeto de estudio de muchas investigaciones. Todo ello repercute en la comprensión de los textos clásicos, en la investigación sobre la LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 181 lengua y la escritura, así como en la transmisión e interpretación de la cultura. La aparición de estas interpretaciones distintas tiene que ver con factores subjetivos y objetivos y, de entre estos, el fenómeno de la ambigüedad de la lengua china es, sin duda, el más importante. 1. La definición de los límites entre la ambigüedad y las distintas interpretaciones El fenómeno de la ambigüedad existe en todas las lenguas y el chino no es una excepción. Como ya ha indicado el profesor Zhu Dexi 朱德熙: “La complejidad y la sutileza del sistema gramatical de una lengua muchas veces se ven reflejadas en el fenómeno de la ambigüedad. De ahí que el hecho de analizar este fenómeno nos ilumine y nos permita la observación y el análisis más profundo de los fenómenos gramaticales”3. A partir de los años cincuenta del siglo pasado, este fenómeno ha llamado la atención de numerosos lingüistas y académicos y se han llevado a cabo numerosos estudios muy valiosos. Un ejemplo pionero de investigación en este campo es el de Zhao Yuanren 赵元任先生, que sacó a la luz los problemas derivados de la definición del concepto de ambigüedad, sus límites, su clasificación, los factores que han contribuido a su existencia, la diferenciación, la anulación y el grado de la ambigüedad 4 . A partir de entonces, las investigaciones sobre la ambigüedad alcanzaron su pleno desarrollo y, en los últimos cuarenta años, han surgido más de 182 LIU CHANG cien monografías y artículos sobre el tema, cuyo contenido abarca todos los aspectos del fenómeno 5. Entre dichos aspectos, algunos estudiosos han planteado el problema de la definición del concepto de ambigüedad y de las distintas interpretaciones. La opinión mayoritaria al respecto es la siguiente: la ambigüedad pertenece a la polisemia abstracta* del nivel estático de la lengua, y las diferentes interpretaciones pertenecen a la polisemia concreta del nivel dinámico de la lengua. Dicha ambigüedad puede conducir a interpretaciones distintas, pero no todas las interpretaciones pueden haber sido suscitadas por la ambigüedad. En este sentido, Zhang Li 张黎 sostiene que “las interpretaciones distintas se producen en contextos determinados; una misma oración, en ambas partes de la comunicación, es susceptible de una comprensión distinta [...]. La ambigüedad sintáctica ha de cumplir dos requisitos: primero, que la ambigüedad sea producto de la propia sintaxis, es decir, del orden sintáctico, las relaciones sintácticas, las palabras polisémicas, los términos homófonos y las relaciones de elección de variaciones semánticas; segundo, que la ambigüedad, por sí misma, posea más de dos estructuras sintácticas y semánticas”. Ahora bien, “las interpretaciones distintas no están necesariamente causadas por elementos sintácticos” 6 . Jiang Xiaohong 姜 晓 红 considera que las “interpretaciones distintas se dan en determinados contextos. En el proceso de comprensión semántica general, entre quienes se comunican, en especial el receptor del mensaje, se produce un fenómeno de desviación de la intención original, que aparece en el ámbito del proceso de la comunicación, un fenómeno lingüístico de comprensión diferente de una misma LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 183 unidad lingüística. Desde el punto de vista del análisis de las causas de una interpretación distinta, a grandes rasgos, se pueden distinguir dos interpretaciones: una objetiva y otra subjetiva”7 . En este trabajo se utilizan las anotaciones de Las analectas como corpus lingüístico para el análisis 8 y, en especial, se centra la atención en el fenómeno de la diversidad interpretativa, es decir, las notas divergentes, el significado original de las palabras, las oraciones, los párrafos y los capítulos, así como la influencia en el proceso de transmisión de los textos antiguos chinos. Si se parte de la definición anteriormente citada de Zhang Li, el análisis sobre las interpretaciones distintas se va a limitar a las notas de los textos clásicos, un ámbito de investigación más restringido que el de las diversas interpretaciones en los actos de comunicación. Ahora bien, las diferencias que encontramos en las notas se deben a las formas diferentes de interpretación, y también a que la difusión de los textos clásicos se produce en un contexto determinado; y la relación entre quienes realizan las anotaciones y los textos clásicos, por una parte, y los lectores, por otra, también son relaciones entre dos partes de la comunicación. De ahí que el estudio de las diferentes interpretaciones en Las analectas y las interpretaciones diversas en general sean de la misma naturaleza, y puedan servir para extraer lecciones o complementarse mutuamente. 9 Creemos que cuando se producen interpretaciones distintas en el nivel semántico, dichas interpretaciones tienen la base de su aparición en la polisemia y en el significado de las palabras, y su interpretación es algo que pertenece a un nivel distinto, ya que una interpretación diferente de una 184 LIU CHANG palabra no significa que se haya producido un cambio en su significado. Ello se debe a que el significado de una palabra refleja el conocimiento que tienen las personas hacia su referente, lo cual, en el inicio de la formación del significado, puede que tenga una cierta subjetividad, pero una vez formado, aceptado y utilizado por el conjunto de la sociedad, se convierte en una existencia objetiva, si bien también en el significado de una palabra se puede producir un cambio (que se trata de un acto de naturaleza social y se produce lentamente). Por el contrario, la interpretación es un acto más bien de carácter subjetivo e individual. La interpretación de cualquier palabra refleja únicamente la comprensión que tiene de la misma quien realiza esa interpretación, y dicha interpretación no tiene necesariamente que contener el significado verdadero de la palabra. Por ejemplo, en el capítulo XVI del segundo libro de Las analectas, titulado Sobre la política (Wei zheng 《为政》), el significado de “攻” (gong) en la oración “攻乎異端” (gong hu yi duan, donde yi duan 異端 se interpreta como “lo diferente a lo propio”), He Yan 何晏, en sus Comentarios (Ji jie 《集解》) sobre Las analectas, lo interpreta como “administrar”. Por su parte, Sun Yi 孙奕 en Para mis hijos (Shi er 《示兒》), lo explica como “atacar”. Aunque ambas interpretaciones sean diferentes, las dos son acepciones de gong “攻”, solo que quienes realizaron las anotaciones en este caso eligieron un significado diferente, y solo uno de ellos se ajusta a la intención original del autor. El significado original de una palabra es inherente y no cambia, pero no sucede así con la interpretación que se hace de ella, que es variable y está viva. Es más, no es preciso que sean personas diferentes quienes pueden llegar a interpretaciones LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 185 diferentes sobre un mismo punto de un texto, sino que puede suceder que el mismo comentarista llegue a una conclusión diferente según las circunstancias. Las interpretaciones distintas se producen en el nivel sintáctico, mientras que la ambigüedad y la diversidad de interpretaciones tienen un enfoque distinto. La ambigüedad se centra en el significado cognitivo de la lengua, atiende al significado conceptual inherente a la palabra; las interpretaciones distintas se centran en las ideas del contenido de lo que se está diciendo, lo cual no es necesariamente el significado literal, sino que también incluye el significado que se presupone, el significado implícito, el significado inferido, el significado afectivo, el significado asociativo, etcétera. Por ejemplo, peng “朋”, en la frase “有朋自远方来” (“you peng zi yuan fang lai”, donde “zi yuan fang lai” se entiende como “venido de lejos”), Song Xiangfeng 宋翔凤 lo explica como “discípulo” (dizi 弟子), y en esta interpretación no subraya el significado racional, sino el contenido de un referente bajo el mismo. 2. La influencia de la ambigüedad en las interpretaciones distintas A partir de lo dicho anteriormente, se puede ver que, por una parte, la ambigüedad y las interpretaciones distintas son dos conceptos relacionados, pero diferentes; por otra parte, el fenómeno de la ambigüedad en la lengua china es la causa fundamental de la existencia de interpretaciones distintas, y el origen de ello se debe a los siguientes aspectos. 186 LIU CHANG Características del significado de una palabra El significado de una palabra refleja la observación y el resumen por parte de una colectividad social dada hacia una cosa objetiva, y tiene diversas características, entre las cuales a continuación se enumeran aquellas que están relacionadas con la aparición de interpretaciones. La generalización del significado Aunque el significado de una palabra refleje hechos y cosas objetivas, no es factible que refleje la reproducción y el estado original exacto de dichos objetos, sino una generalización de alguna o varias de las principales características del referente. Es un proceso que va de la complejidad a la simplificación, en el que necesariamente se produce la omisión de algunas cosas, y en el que basta con que se cumpla con la necesidad de distinguir entre unos objetos y otros en la comunicación de las personas. Por ejemplo, che “车” (carro, vehículo),en la antigüedad se consideraba “un medio de transporte con ruedas que se utilizaba para moverse en la superficie” y que, al poseer estas características, se podía distinguir de otros medios de transporte como el caballo (ma 马 ) o el barco (zhou 舟 ), no constituyendo así ningún obstáculo para la comunicación. Con respecto a si el vehículo es grande o pequeño, si tiene cubierta o no, si se utiliza para el combate o para el transporte de mercancías, si fuera necesario siempre se podría delimitar de manera más específica. La selección de las características del significado, originalmente, es un acto de individualización. Como indican Huang Kan 黄 侃 y Huang Zhuo 黄焯, en la antigüedad el nombre del Sol LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 187 no era conocido, y para denominar algo tan grande y luminoso, redondo y caliente, se precisarían muchos caracteres, lo cual haría que su nombre fuera complicado. Los antiguos, al inventar las palabras, precisaban utilizar una simplificación de lo que se indicaba y, de ahí, que fuera necesario inventar un signo sencillo para representarlo, “así que los sustantivos aparecen como el resultado de escoger una característica importante de todos los verbos y adjetivos relacionados con el referente”10. Esta “selección de lo esencial” es justamente un retrato generalizador del significado de una palabra, que conduce a que sea demasiado complicado que el significado de una palabra pueda abarcar todos los contenidos del objeto al que hace referencia dicha palabra, y de ahí que, en ese momento, el significado de la palabra ya no sea tan claro, sino mucho más difuso. Pero los especialistas, al realizar los comentarios, desean conocer más profundamente la intención concreta del emisor y, por eso, las diferencias sutiles de su interpretación pueden conducir a una selección y una generalización diversas del significado de las palabras, todo lo cual va a sentar las bases de la aparición de las interpretaciones distintas. Por ejemplo, el carácter xi “习”, en el diccionario Sobre la escritura (Shuo wen《说文》), se define como “los pájaros que tras muchos intentos echan a volar”. Más tarde, su significado se amplía al aprendizaje de todo tipo de habilidades. Las analectas comienzan así: “学而时习之,不亦 说乎?” (“xue er shi xi zhi, bu yi yue hu?”) y la explicación comentada de Wang Su 王肃 en su Colección de comentarios (Ji jie《集解》) dice que shi xi “时习” se refiere a quienes 188 LIU CHANG estudian periódicamente y recitan en voz alta para aprender; recitar en voz alta para aprender periódicamente, estudiar y no abandonar los estudios, y de ahí que resulte ser algo agradable. En otro libro, La interpretación correcta de los clásicos (Zheng yi 《 正 义 》 ), que recoge comentarios sobre Las analectas, se considera que el aprendizaje recitando en voz alta es solo una de las muchas maneras de aprender, no es la única forma de aprendizaje, no es todo en el aprendizaje. Y xi “ 习 ” y xue “ 学 ” han de interpretarse relacionándose mutuamente, y de ahí que Zhu Xi 朱熹 diga: “Aprender es imitar. La naturaleza humana es buena, pero siempre hay quienes comprenden antes y quienes lo hacen después, y estos han de aprender de los que han comprendido antes para, de esa manera, recuperar la luz y la bondad de la virtud de su naturaleza innata”. Xi “习” se define como “los pájaros que, tras muchos intentos, echan a volar. No cesar de aprender, como hacen los pájaros, que realizan muchos intentos para echar a volar”. Zhu Xi entiende xi “习” como repasar, un proceso de consolidación de los conocimientos aprendidos. Por su parte, yue “说” significa alegre o alegría, ya que cuando se ha aprendido algo y se ejercita sin cesar, quien aprende y se familiariza con algo se alegra en su interior, y su progreso no cesa. Aquí se explica cómo en la relación entre xi “习” y xue “学” se debe dar la condición del segundo para que se produzca la etapa de consolidación del conocimiento, que es lo que hoy decimos cuando utilizamos el término lianxi “练习”, “practicar”, o fuxi “复习”, “repasar”. Aparte de estas diferencias en las interpretaciones del significado de “学”, en el caso de “习” la diversidad de opiniones es mucho más compleja, y así, por ejemplo, Huang LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 189 Shisan 黄式三, en su obra Anotaciones tras la lectura de las Analectas (Lunyu hou an 《论语后案》), dice que xue “学” se refiere al estudio de los libros, mientras que xi “习” se refiere a leer y reflexionar. Ruan Yuan 阮元, en su Colección de la sala de estudio de los clásicos (Yanjing shi ji《研经室集》), considera: “En este capítulo Confucio enseña que en la vida hay que llevar a la práctica lo que se aprende”. Cree que “xi” 习 , según Confucio, quiere decir “aprender y llevar lo aprendido a la práctica de principio a fin”. Por eso lo que se estudia ha de repetirse y llevarse a la práctica. Y añade: “La interpretación en Notas explicativas (Zhu 《注》) de xi “习” solo como repetir en voz alta es un error”. La sistematicidad del significado La sistematicidad del significado abarca dos niveles: uno horizontal y otro vertical. En el primero, desde el punto de vista de la horizontalidad, los significados se relacionan entre sí, y ello tiene que ver con que todas las cosas objetivas existentes guardan complejas relaciones entre sí, y también se debe a que el conocimiento que tienen las personas del mundo objetivo tiene un carácter de ambigüedad y asociación. Todo ello va a influir en la formación de interpretaciones distintas. Por ejemplo, en el capítulo XXIII del quinto libro de Las analectas, que lleva por título Gongye Chang 《公冶长》, se dice así: “Shu wei Wei Sheng gaozhi? Huo qi xi yan, qi zhu qi lin er yu zhi”, “孰谓微生高直?或乞醯焉,乞诸其邻而与之。” (“¿Quién dice que Wei Sheng sea altivo? Si hay una persona que le pide xi (醯), él se lo pide a sus vecinos para dejárselo”). En Sobre la escritura (Shuo wen《说文》), xi 醯 se equipara al actual vinagre (cu 醋), pero Hui Shiqi 惠士奇 considera que 190 LIU CHANG xi 醯 y jiang 酱 (soja) son una misma cosa y que, en el origen, entre estos dos elementos, el vinagre y la soja, existía una relación. Además, los referentes de estas palabras (que pueden aparecer en un lugar equivalente en los mismos tipos de oraciones), o los conceptos que representan forman una relación de agregación, teniendo asimismo una función restrictiva en la colocación de las palabras y la selección de las mismas en los diferentes contextos. En segundo lugar, desde el punto de vista de la verticalidad, el significado parte de un punto (es decir, del significado original de la palabra) y puede extenderse y desarrollarse hacia una o varias direcciones, formando un sistema de significación. Vamos a centrar nuestra atención aquí en la influencia de la extensión del significado de una palabra en la formación de interpretaciones distintas y, para ello, necesitaremos citar lo que dijo Wang Ning 王宁 sobre la teoría básica de la extensión del significado: El significado parte de un punto, siguiendo la dirección establecida por las características del significado original y, de acuerdo con las costumbres de cada pueblo, surgen nuevos significados relacionados o derivaciones de palabras nuevas con el mismo origen, constituyendo una serie de significados que forman un sistema, siendo esta la expresión básica de la extensión del significado. La extensión es la forma básica de movimiento del significado, muestra las reglas internas de la evolución del significado, determina las relaciones entre la polisemia de las acepciones de las palabras y las relaciones entre los significados de las palabras del mismo origen.11 LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 191 Las interpretaciones distintas causadas por la extensión del significado son numerosas en Las analectas. Por ejemplo, en el capítulo XVIII de su cuarto libro, el Liren 《里仁》, “Shi fu mu ji jian, jian zhi bu cong, you jing bu wei, lao er bu yuan”, “事父母几谏,见志不从,又敬不违,劳而不怨。”, una traducción podría ser la siguiente: “Cuando se sirve a los padres, se les debe reprender respetuosamente, pero si ellos no quieren seguir el consejo, al ver que su intención no es escuchar, hay que seguir respetándolos sin wei “违”, hay que servirles sin quejarse” Con respecto al significado de wei “违”, una interpretación es la de “contravenir”,otra “abandonar”, por lo que obviamente hay una relación de extensión entre ambos significados. En el capítulo VI del Gongye Chang 《公 冶长》, el término guo “过”, en la oración “由也好勇过我” (“You ye hao yong guo wo”),hay quienes lo entienden como “sobrepasar”, mientras que otros lo interpretan como “excesivamente”. El significado original de guo “过” proviene de “pasar por”,donde A pasa por B. Pero si se fija la ubicación de A, entonces se convierte en “sobrepasar”, aunque si la ubicación que se fija es la de B, el estado que persiste es el de “pasado”, y si se sobrepasa demasiadas veces, se convierte en “excesivo”. Toda esta polisemia se produce por una extensión de la significación. La relación combinatoria de las palabras Cuando se construyen oraciones, las palabras han de formar una relación combinatoria de mutua armonía y restricción en cuanto a su agrupación semántica y estructura gramatical. Pero esta relación no es única, fija e invariable; 192 LIU CHANG puede que distintos modos de combinación generen diversas relaciones o niveles gramaticales, produciendo así un cambio en el significado de la oración y, en un siguiente paso, dar lugar a diversas interpretaciones. Por ejemplo, los pronombres, las palabras funcionales y las omisiones son importantes en cualquier idioma pero, sobre todo, en una lengua como la china, en la que no es obvia la flexión morfológica y la lengua depende principalmente de las palabras funcionales y del orden de las palabras para expresar la gramática y las ideas. Por ejemplo, en el capítulo VIII de Sobre la política (Wei zheng 《 为 政 》 ), los caracteres se nan “ 色 难 ” se han interpretado de forma diferente. En la explicación de Bao Xian 包咸, en sus Comentarios (Ji jie 《集解》), se indica: “Con respecto a se nan “色难”, significa que es difícil para los hijos mantener siempre una actitud agradable para con sus padres (“色难者,谓承顺父母色乃为难”, “se nan zhe, wei cheng shun fu mu se nai wei nan” ). En La interpretación correcta de los clásicos (Zheng yi, 《正义》), apoyándose en la opinión de Sima Guang 司马光 y Bao Shenyan 包慎言, entre otros, interpreta“观父母之志趣”(“guang fumu zhi zhiqu”) como “observar los gustos y tendencias de los padres” pero, al mismo tiempo, se citan las Notas explicativas (Zhu《注》) de Zheng Xuan 郑玄, donde se dice que significa que “es difícil mantenerse siempre agradable ante los padres”, es decir, aquí se 色 indicaría una actitud agradable de los hijos. Por su parte, Zhu Xi, en su Recolección de comentarios (Ji zhu《集注》), mantiene una opinión semejante. Los dos caracteres, se nan, “ 色 难 ”, independientemente de su interpretación, son una unidad de LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 193 sujeto-predicado; sin embargo, de acuerdo con las diversas interpretaciones, se distingue el complemento y los otros elementos que se omiten, y así, por ejemplo, en el se “色”de fu mu zhi se “父母之色”(entendiendo se “色” como la cara –en la que se expresan los sentimientos– de los padres) el sujeto se considera una construcción verbo-objeto en la que se omite el verbo. En el se “色” de ren zi zhi se “人子之色” (la cara –en la que se expresan los sentimientos– de los hijos) el sujeto es visto como el que realiza la estructura sujeto-predicado. Cuando en el nivel gramatical se produce un cambio, en el nivel del significado de la oración también le sigue un cambio, que lleva a la aparición de interpretaciones divergentes. Otro ejemplo lo encontramos también en el capítulo VI de Sobre la política《为政》(Wei zheng). Meng Wubo 孟武伯 pregunta sobre la piedad filial, a lo que Confucio contesta: “Fu mu wei qi ji zhi you”, “父母唯其疾之忧。”. Para Ma Rong 马 融 la frase se interpreta como que los hijos no perjudican su salud para no preocupar a sus padres, es decir, qi 其 se referiría a los hijos. Huang 皇, en sus Comentarios (Shu《疏》), es de la misma opinión, y explica más detalladamente: “言人 子欲常敬慎自居,不为非法,横使父母忧也。若己身有疾, 唯此一条非人所及,可测尊者忧耳”, “Esto significa que los hijos han de ser siempre cuidadosos, no ir contra las normas, y no preocupar a los padres. Si se padece alguna enfermedad, solo en esta circunstancia no es algo que se pueda controlar, y por lo tanto puede preocupar a los padres”. La opinión de Zhu Xi es ligeramente distinta, ya que entiende la oración de otra manera: “Los padres quieren tanto a sus hijos que la posibilidad de que sus hijos enfermen les preocupa 194 LIU CHANG constantemente, los hijos tienen que entender el corazón de sus padres y cuidar su salud para que sus padres estén tranquilos, eso es una manifestación de la piedad filial”. Por el contrario, Zang Lin 臧琳 opina que el significado de qi 其 se refiere a los padres y que ello se atestigua en los comentarios de Wang Zhong 王充, en su libro Teorías en la balanza (Lunheng 《论衡》), y de Gao You 高诱, en sus Misceláneas del verdadero significado de los clásicos (《Jingyi zaji 经义杂 记》) y en sus Comentarios al Huainanzi (Huainanzi zhu《淮 南子注》). De ahí que el significado de la oración “皆以人子 忧父母之疾为孝” sea interpretado como “que los hijos se preocupen de las enfermedades de sus padres es una manifestación de la piedad filial”. A través de dichos ejemplos, podemos ver que una referencia no explícita conduce a un significado ambiguo de la oración. 3. La especificidad de la relación entre los caracteres y las palabras en el chino antiguo La generalización y la sistematización del significado de las palabras son dos características que posee cualquier lengua, pero cada lengua demuestra necesariamente las características propias de un pueblo. Las características espirituales de cada pueblo están estrechamente vinculadas a la formación de su lengua: siempre que exista una de dichas facetas la otra puede deducirse necesariamente, y eso se debe a que “la inteligencia y la lengua solo permiten y requieren formas que se adecuan mutuamente. La lengua parece ser la manifestación exterior LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 195 del espíritu de un pueblo; la lengua de un pueblo es también el espíritu de un pueblo, y el espíritu de un pueblo también es la lengua de un pueblo”. 9 En el caso concreto de la lengua china, la relación entre los caracteres y las palabras –sobre todo en el chino antiguo–, dado que la significación de las palabras tiene como vehículo un sistema de expresión ideográfica de caracteres, posee unas características únicas, lo cual, además, da lugar a la aparición de gran cantidad de interpretaciones distintas. Los errores de memorización a los que puede conducir la homofonía de dos palabras Las sílabas que pueden pronunciar los seres humanos tienen restricciones, debidas a las propias limitaciones de los puntos y modos de articulación de los sonidos. En el chino antiguo, la mayoría de las palabras son monosilábicas, los sonidos de la lengua oral no podían aumentar indefinidamente y el número de significados que una sílaba podía representar tenía restricciones, y es este hecho el que requiere una expansión de la escritura formal para, de ese modo, responder a la necesidad de distinguir los diferentes significados. Es precisamente esta característica la que hizo que en el chino antiguo existieran muchas palabras homófonas, pero Las analectas, que han llegado hasta nuestros días de forma escrita, surgen en un periodo antiguo, emergiendo de un lenguaje producto de la transmisión y la enseñanza orales, y de ahí que tanto los estudiosos que realizan comentarios como los lectores tengan motivos para creer que es muy probable que muchos errores en la transcripción se produjeran debido a la 196 LIU CHANG homofonía,y eso es lo que, a su vez, va a dar lugar a la aparición de interpretaciones distintas de homófonos. Por ejemplo, en los primeros dos capítulos de Del estudio《学 而》 (Xue er), en la frase: “有朋自远方来,不亦乐乎?” (“You peng zi yuanfang lai, bu yi le hu?”),“孝弟也者,其为仁 之本与!” (“Xiao di ye zhe, qi wei ren zhi ben yu”), algunos entienden que no debería ser “有” (you, tener), sino “友” (you, amigo), es decir, entender 有朋 (you peng) como la palabra “友朋” (amigos), modificado en este caso el orden de los dos caracteres. Por su parte, el término “仁” (ren, la virtud humana), hay quien lo entiende como “人” (ren, hombre),y de ahí la interpretación de esta oración como “孝悌是仁道的根本” (“xiaoti shi rendao de genben”), “la piedad filial y el deber fraterno es el fundamento del humanitarismo”; mientras que se da otra interpretación como “孝悌是做人的根本” (“xiaoti shi zuo ren de genben”), “la piedad filial y el deber fraterno es la esencia del ser humano”. Los errores de transmisión debidos a las semejanzas en la forma de los caracteres En la lengua china, la representación escrita de una palabra corresponde básicamente a un carácter. Lo que diferencia la escritura de las lenguas alfabéticas es que representan la pronunciación de las palabras, y no es posible deducir su significado directamente a partir de su forma. De ahí que una persona que conozca las reglas de pronunciación básicas del inglés pueda leer con fluidez un artículo en inglés, aunque eso no signifique que pueda entender lo que quiere decir; o dicho de otra forma, basta con registrar con exactitud LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 197 la pronunciación de una palabra inglesa para poder retener su forma escrita. A diferencia de las lenguas alfabéticas, los caracteres chinos son signos gráficos que por sí mismos pueden representar más directamente el significado, pero, debido a la complejidad de los trazos de los caracteres y su complicada composición, es fácil cometer errores en la escritura. Si durante el proceso de registro y transmisión se cometen errores, el significado de las palabras también puede, consecuentemente, verse afectado, lo cual puede posibilitar el aumento de interpretaciones distintas. Por ejemplo, en el capítulo IV de Las ocho filas de ocho danzantes al son de la música 《八佾》 (Ba yi), se dice así: “礼,与其奢也,宁俭。丧,与其易也,宁戚。” (“Li, yu qi she ye, ning jian. Sang, yu qi yi ye, ning qi”). Hay quienes interpretan el carácter yi “易” como “simple”, y otros lo entienden como “indolente”. Ambas interpretaciones parten del mismo carácter. Sin embargo, para Yu Yan 俞炎, en sus Conversaciones nocturnas en el gabinete (Shuzhai yehua 《书 斋夜话》), yi “易” tiene una comprensión totalmente diferente: considera que yi “易” ha de ser “具”, y que, debido a que ambos caracteres tienen semejanzas en la escritura, se puede haber producido un error. De ahí que el significado de la oración cambie radicalmente. Otro ejemplo lo encontramos en el versículo IX del Gongye Chang《公冶长》 de Las analectas, en la frase “宰予 昼寝” (“Zai Yu zhou qin”), generalmente interpretada como una crítica de Confucio a Zai Yu 宰予, acerca de la no conveniencia de dormir por el día. Sin embargo, hay quienes han considerado que zhou “昼” en realidad debería ser hua 198 LIU CHANG “画”, convirtiendo la oración en “宰予画寝” (“Zai Yu hua qin”) . Eso es lo que indica Han Yu 韩愈 en sus Explicaciones anotadas por escrito de las Analectas (Lunyu bi jie《论语笔 解》), cuando dice que zhou “昼” es un error y ha de ser hua “画” (“昼当为画字之误也”, “zhou dang wei hua zi zhi wu ye”). El significado de la oración pasa así de ser una crítica a convertirse, de repente, en una alabanza. Conclusión En resumen, el fenómeno de las interpretaciones diversas de los libros antiguos, como parte del proceso de circulación de los libros y de su existencia dinámica, es inevitable y se produce en los niveles del significado de las palabras y el sentido de las oraciones. Los factores que influyen en la creación de las interpretaciones diversas son múltiples y, entre ellos, se encuentra, en primer lugar, la ambigüedad que posee la propia lengua china. Estas influencias tienen principalmente tres procedencias que se enumeran a continuación. En primer lugar, procede de la particularidad del sentido de una palabra. Ante todo, el sentido de una palabra posee una característica generalizadora: es una generalización realizada a partir de una serie de características de un objeto concreto, que difícilmente puede recoger todos los contenidos del objeto reflejado, y las personas, al utilizar una determinada palabra, están dando más importancia a algún aspecto de la misma. Estas circunstancias determinan que los comentaristas, al explicar el significado de las palabras, puedan hacer elecciones distintas dentro de esa generalización. También el sentido de LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 199 las palabras posee una sistematización, en sentido horizontal, en relación con otros objetos y, en sentido vertical, en la formación de un sistema de extensión por sí mismo, haciendo que los comentaristas, al realizar la interpretación, puedan entender el objeto a partir de la comprensión de otros objetos similares o elegir una explicación distinta. En segundo lugar, procede de la relación combinatoria de las palabras que, al convertirse en una oración, debido a una combinación de manera diferente de las relaciones gramaticales, pueden producir interpretaciones divergentes. En tercer lugar, procede del carácter particular de las relaciones entre los caracteres y las palabras en el chino antiguo. Dado que en la lengua china la unidad que se registra es el carácter, y que el léxico en el chino antiguo está constituido principalmente por palabras monosílabas, es por lo que, en el proceso de transmisión, posiblemente un registro incorrecto de los caracteres en los libros antiguos, por tener una pronunciación igual o por tener una forma semejante, haya llevado a errores y, consecuentemente, con posterioridad, haya conducido a la aparición de comentarios con explicaciones divergentes. 1 El texto original en lengua china ha sido traducido por Zhao Xinwei y revisado y editado por Taciana Fisac. 2 Jiang Fan 江藩, Jing Jie Rumen 经解入门 [Introducción a las notas de los textos clásicos], Tianjin: Tianjinshi Guji Shudian, 1990, p. 20. 200 LIU CHANG 3 Zhu Dexi 朱德熙, Xiandai Hanyu Yufa Yanjiu 现代汉语语法研究 [Investigaciones gramaticales del chino moderno], Pekín: Shangwu Yinshuguan, 1980, p. 169. 4 Zhao Yuanren 赵元任, Ambiguity in Chinese, 1959, publicado en chino en Yuyanxue Luncong 语言学论丛第十五辑, [Misceláneas de Lingüística. Volumen XV], Pekín: Shangwu Yinshuguan, 1988. 5 You Qingxue 尤庆学, Xiandai Hanyu Qiyi Jiegou Yanjiu 现代汉 语 歧 义 结 构 研 究 [Investigaciones sobre las estructuras de ambigüedad del chino moderno], Wuhan Daxue Chubanshe, 2003. 6 Zhang Li 张黎, “Yanyu Jiaoji zhong de Qijie Xianxiang”言语交 际中的歧解现象 [“Los fenómenos de las interpretaciones distintas en la comunicación oral”], Yuyan Jiaoxue yu Yanjiu 语言教学与研 究, 4 (1996). 7 Jiang Xiaohong 姜 晓 红 , “Qijie Shuolue” 歧 解 说 略 [“Interpretaciones sobre interpretaciones distintas”], Guyuan Shizhuan Xuebao 固原师专学报,2 (2000). 8 Huang Kan 黄侃, Huang Chao 黄焯, Wenzi shengyunxungu biji 文字声韵训诂笔记 [Notas sobre los comentarios en los textos antiguos de los sonidos iniciales y finales de rima de los caracteres], Shanghai: Shanghai Guji Chubanshe, 1983. 9 Todas las citas de las Analectas provienen del texto《诸子集成•论 语正义》(Zhuzi ji cheng•Lunyu zhengyi),Shanghai:Librería de Shanghai,1986. Las notas citadas están extraídas de《新编诸子集 成(第一辑)•论语集释》 (Xin bian zhu zi ji cheng) escrito por Cheng Shude,comentado y corregido por Cheng Junying, Jiang Jianyuan; Pekín: Zhonghua Book Company,1990. LA AMBIGÜEDAD DE LA LENGUA CHINA 201 10 Wang Ning 王宁, Xunguxue yuanli 训诂学原理 [Principios de la exégesis], Pekín: Zhongguo Guoji Guangbo Chubanshe, 1996. 11 Humboldt, W. V. (traducción al chino de Wu Tieping 伍铁平 y Xiao Xiaoping 姚小平译), “Lun Renlei Yuyan Jiegou de Chayi jiqi dui Renlei Jingshen Fazhan de Yingxiang” 论人类语言结构的差异 及其对人类精神发展的影响 [“Sobre las diferencias de las lenguas de la humanidad y su influencia en el desarrollo del espíritu de la humanidad”], en Hu Mingyang 胡明扬, Xifang Yuyanxue Mingzhu Xuandu 西方语言学名著选读 [Lecturas escogidas famosas de lingüística occidental], Pekín: Zhongguo Renmin Daxue Chubanshe, 1999, pp. 54-58. DOI 10.3994/RIEAO 2010.01.011 Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2011) 4: RESEÑAS GARCÍA RODRÍGUEZ, AMAURY, EL CONTROL DE LA ESTAMPA ERÓTICA JAPONESA SHUNGA, MÉXICO D. F.: EL COLEGIO DE MÉXICO, 2010, 336 pp., ISBN: 978-607-462-228-7 Las palabras clave que encierra el título de este nuevo estudio del profesor Amaury García nos permiten adentrarnos en diferentes contextos de la cultura visual del período Edo o Tokugawa (1603-1868). Si bien elige como caso de estudio la estampa erótica –shunga–, el autor nos remite en su recorrido a cuestiones de índole muy diversa, como aquellas relacionadas con la metodología de la disciplina de la historia del arte y su aplicación al estudio de la cultura visual en Japón, que conforman sin duda el punto de partida de la presente investigación. El autor, gran conocedor del período de estudio y del contexto en el que se realizó la producción de estampas y otras imágenes, no olvida la necesidad de comenzar con una definición de términos y conceptos, como herramientas básicas para adentrarse en el estudio del tema –erotismo– y el objeto –imágenes–. El lector no debe esperar un trabajo sobre el erotismo como manifestación visual, la sexualidad o la 204 RESEÑAS pornografía, de los que ya se han ocupado otros autores, como veremos, sino como dice el propio autor, “lidiar con dos temas básicos en nuestra condición humana: el sexo y la libertad de expresión”. A partir de ahí se conceptualizan el erotismo y la pornografía como formas culturales de la sexualidad que cada cultura codifica, literaria y visualmente, de modos diversos. No es esta la cuestión a debate, sino analizar el contexto en que se crearon, cómo eran denominadas, qué términos se usaban para definir si acaso los límites y conocer su adecuado uso. Para ello se realiza un exhaustivo recorrido por la etimología histórica, la interpretación, en las fuentes contemporáneas –literarias, documentales–, de dichos términos y la precaución que el investigador debe mantener a la hora de elegir un vocablo u otro. Lo que de un modo genérico se conoce como shunga o imágenes de primavera –siguiendo el término y acepción procedentes del chino– abre un archivo lingüístico de múltiples registros, que el profesor García aborda con gran rigor y exactitud. Desde aquellos que definen cuestiones técnicas –makura-e-, warai-e, ehon–, conceptos como lo sexual –sei, nuere-tsuya e iro–, lo erótico –erochikku–, lo pornográfico –porunogurafi– y lo obsceno –waisetsu–, que van siendo desgranados por el autor, tanto en su sentido etimológico como en las justificaciones de los diferentes usos (atendiendo a las fuentes literarias), hasta aquellos que son importados de otras lenguas, al calor del contacto con el léxico euro-americano. Es extraordinariamente importante –y así lo señala el autor al ocuparse de esto en su primer capítulo– conocer la denominación de los términos con el fin, no de quedarse en una corrección lingüística, sino de adentrarse en RESEÑAS 205 los significados mutantes que eludan cualquier posibilidad de esencialismo a la hora de abordar el estudio. En este sentido, cuando se refiere a imágenes shunga debemos saber si son solo las de explícito contenido sexual, o el erotismo puede entenderse de un modo mucho más amplio. Es precisamente a partir de esta cuestión terminológica cuando se nos abren los primeros interrogantes: ¿por qué si su término correcto es makura-e ha primado la denominación de shunga? El propio autor no contesta la pregunta, pero utiliza el interrogante para abrirnos a otra cuestión: si shunga se determina como género dentro de la producción de estampas a fines del siglo XIX y comienzos del XX, asistimos desde la década de los 90 del siglo XX a un nuevo uso de los términos makura-e o warai-e. Sin duda la razón de estos cambios está directamente relacionada con los estudios de historia del arte en Japón y su renovación metodológica, que enmarca el análisis de las estampas eróticas en nuevas coordenadas. En 1994 se celebró en Kioto una importante conferencia sobre estudios japoneses (“Nihon Kenkyu Kyoto Kaigi”), de carácter interdisciplinar, donde se atendieron diversas sesiones sobre aspectos relacionados con el shunga, reflejo de la eclosión de estos trabajos, anteriormente mencionada. En esos momentos significó destapar el velo oculto de la pornografía por la presión de la cultura visual contemporánea –en especial la fotografía–, que promovió que se aboliera la censura existente hasta entonces hacia las imágenes, donde los genitales y otras partes del cuerpo se ocultaban mediante recursos gráficos. Si el reflejo más directo del fin de la censura se pudo ver en la cultura urbana contemporánea, las estampas shunga de siglos anteriores conocieron una reedición inusitada, 206 RESEÑAS y con ello el interés del medio académico por su estudio 1. En este trabajo se recoge el estado de la cuestión en relación al tema, tanto en Japón como fuera del archipiélago, con una bibliografía actualizada y un reconocimiento a los trabajos anteriores en las citas, con las que el autor define, contrapone o avanza sus propias investigaciones. En este sentido, no se puede dejar de mencionar el importante trabajo publicado por Timon Screech (1999), Sex and the Floating World: Erotic Images in Japan 1700-1820, que abre nuevas líneas de investigación y procedimientos de orden metodológico en la aproximación a nuevas interpretaciones de las imágenes shunga. Screech supera el análisis estético y el mero formalismo para interpretarlas en el contexto social en el que emergen y para el que se crean, y en sus circuitos icónicos, sin abandonar desde luego la reubicación del shunga en la tradición de la estampa japonesa. En el entramado que va creando, destaca la interpretación de estimulación sexual que tuvieron las imágenes, algo evidentemente indudable, pero no se limita a esa explicación. Otros autores en lengua inglesa, como Joshua Mostow, John Carpenter y David Pollack, entre otros, han ampliado la visión y la interpretación del shunga y otras imágenes 2. Así, Mostow parte del estudio de la literatura vernácula y, a partir de ella y las relaciones entre texto e imágenes, abre la interpretación a cuestiones de género más global, para alterar el sentido polisémico de las representaciones textuales y visuales. Por el contrario, Pollack enfoca más su análisis del shunga a su cualidad de bien de consumo, desdibujando el tradicional estudio basado en la consideración de producción de alto y bajo nivel. Son estas algunas de las innovaciones metodológicas que el autor recoge RESEÑAS 207 en su investigación para, sin obviar ninguna de ellas, aportar una nueva interpretación en torno al control político, social y económico de las imágenes. Precisamente, el autor insiste en que no se trata de trabajar con pinturas sino con imágenes, donde se incluye la estampa, el libro ilustrado y cualquier otro soporte, abriendo de este modo las relaciones entre cultura impresa y cultura visual. Para conducir el estudio hacia este objetivo, el profesor Amaury García se aproxima, desde un análisis lingüístico e histórico, a centrar las definiciones y buscar los términos más adecuados para referirse a su objeto de estudio, como hemos mencionado. Puesto que su interés radica en establecer los tipos de control, la censura que hubieran sufrido estas imágenes y todos los agentes que se relacionan con su creación, realización, distribución y comercialización, necesita conocer los límites de dicho control, el significado de la transgresión, sus causas y desarrollos. Es conocida la presencia de los llamados “sellos de inspección”, que presentan muchas de las imágenes de las estampas japonesas, relacionados con los permisos de publicación, es decir, con estar dentro de las normas del decoro, que cada época define y limita de distintos modos. Así, se señalan prohibiciones tales como la de representar a los gobernantes, hechos de actualidad, o la de incluir nombres reales de mujeres; además del control sobre los calendarios y, desde luego, como analiza el autor, mantenimiento del decoro físico. Como en otras tradiciones culturales, los procesos de censura se combatían con la ironía y la metáfora histórica, con la alusión y lo elusivo, por lo que era frecuente que autores de 208 RESEÑAS la categoría y reconocimiento de Kitagawa Utamaro (c.1753-1806) se sirvieran de narraciones históricas como crítica a los gobernantes, o de retratos femeninos de indudable erotismo. El aliado fundamental de los artistas y del comercio de las estampas fue, sin duda alguna, su propio soporte, ligado al libro, a la impresión y, por tanto, a una difusión que se podía escapar más del control de las autoridades. En ese sentido, el papel del libro, la cultura impresa y su estudio han aportado importantes novedades al análisis de los diferentes circuitos icónicos que traspasan no solo los centros urbanos japoneses, sino que llegan al continente (China y Corea), e incluso a Europa y América en fechas tempranas del siglo XVIII y, desde luego, en el XIX. De este modo, el autor abre una nueva línea de investigación que propone explorar, en principio, en México. Pero, sin duda, el modelo visual de lo transgresor lo constituye el makura-e, y el profesor Amaury García aborda esta cuestión a través del estudio de la movilidad social que comportan las estampas, los mecanismos de distribución y la gran variedad temática y de contenidos que ha podido observar en las obras en las que basa su estudio. ¿Qué tipos de controles existían y cómo se lograban evitar en la producción de makura-e? Para contestar a estas cuestiones el autor establece, a partir de una interesante recopilación de edictos, los criterios de prohibición, la creación de circuitos de distribución y comercialización ilegales, la ausencia en muchos de ellos de autoría y de casa editorial, los límites difusos que permiten seguir creando una gran producción de imágenes shunga. En este sentido, lo transgresor puede manifestarse a través de la representación explícita de lo sexual; sin embargo, el RESEÑAS 209 significado no debe limitarse a la estimulación sexual que implican sino, en muchos casos, como afirma el autor, a lo transgresor que alude a comportamientos de clase y de género. La sátira, la ironía, la exageración anatómica, los diferentes tamaños de los soportes, abren un gran abanico para la distribución, para la captación de nuevos clientes, que no se limitan ni por clase ni por género. Los daimyos y los chonin adquirían, encargaban y disfrutaban de estas estampas, superando barreras sociales. Del mismo modo, la cuestión de género queda cada vez más desdibujada en cuanto a contraposición hombre/mujer como segmentos de público. Sin duda esta es otra de las cuestiones pertinentes de este estudio, al presentar la idea de un público no exclusivamente masculino y, si fuera este, no para la práctica del “homoerotismo”, sino para disfrute femenino, en parejas e incluso como uso didáctico y, desde luego, como divertimento de unos y otros. El estudio sobre las imágenes shunga aporta, en este caso, una nueva interpretación, basada en el conocimiento de las fuentes literarias, documentales y artísticas, que permite establecer líneas de trabajo que se abren a futuras investigaciones, quizá alguna de ellas más concreta en el tiempo que los casi tres siglos que este estudio pretende abordar. En suma, el trabajo del profesor Amaury García atestigua sus diferentes intereses y la integración de los mismos en un caso de estudio como el que presenta. Las nuevas metodologías de la historia del arte, que el autor conoce y maneja, permiten ofrecer al lector en lengua española una incorporación en las corrientes principales de investigación, 210 RESEÑAS donde ya no cabe la distinción, inexplicable por otra parte, entre el llamado arte oriental frente al arte occidental, reservando para este último la renovación metodológica y manteniendo el concepto de “oriental” ligado a un imaginario inmóvil y formalista, inexistente en el medio académico internacional. Una vez más, El Colegio de México ofrece una publicación de gran interés científico y de enorme acierto en cuanto a la actualidad metodológica, de la que siempre ha sido y es pionero en los estudios sobre Asia Oriental en lengua española. ISABEL CERVERA Universidad Autónoma de Madrid MORAGA REYES, JORGE, CHINOS EN ASTURIAS. LA RECIPROCIDAD EN EL IMPERIO DEL CÁLCULO, GIJÓN: FUNDACIÓN MUNICIPAL DE CULTURA, EDUCACIÓN Y UNIVERSIDAD POPULAR DEL AYUNTAMIENTO DE GIJÓN, 2010, 229 pp., ISBN: 978-84-96906-26-6 A mediados de los años 80 del siglo pasado el fenómeno inmigratorio en España se identificaba como una novedad, a raíz de los cambios acaecidos en la balanza migratoria, otrora vinculada a la expulsión de mano de obra. En la actualidad, y tras más de dos décadas de recepción de flujos migratorios, España ha consolidado la incorporación de los extranjeros a la RESEÑAS 211 vida económica, social y –en determinados casos– política del país. E incluso se ha posicionado entre los primeros diez países del mundo con mayor volumen de inmigrantes, en concreto ocupaba el séptimo puesto en 2010, al recibir 6,9 millones de extranjeros 3. El fenómeno inmigratorio y el interés generado desde los diversos niveles de la administración, han favorecido la producción de investigación social en el ámbito nacional desde diversas disciplinas y abordajes metodológicos. El balance de los resultados de investigación sobre la inmigración en España cobra visiones divergentes: desde quienes consideran que se ha consolidado una comunidad académica sólida, fructífera y autónoma, con capacidad y presencia en el debate internacional4, hasta quienes sostienen que existe una proliferación de trabajos que escasamente superan las nociones de sentido común, debido a la conformación del campo de estudio en estrecha relación con las demandas de las instituciones públicas5. La producción científica hispana sobre los inmigrantes chinos, en particular, se integra en el marco antes descrito, pero también se separa del mismo. Aunque la población china tiene una presencia cada vez mayor en España, tanto en volumen (es el séptimo colectivo extranjero, con más de 150 000 personas) como en proyección económica (una de cada cuatro nuevas altas de autónomos foráneos es de un nacional chino 6 ), las investigaciones sobre el grupo son escasas, y raramente se lo aborda en pesquisas sobre problemas comunes que afectan a otros colectivos nacionales. La inmigración china en España ha sido objeto de algunas tesis doctorales en sociología, antropología, educación y lengua7, así como de un conjunto importante de artículos, en 212 RESEÑAS los que se analiza su organización social o económica con una rigurosidad desigual, impregnada en algunos casos de visiones orientalistas. Sin embargo, el libro que aquí se reseña contiene una visión crítica, al establecer como objetivo –y efectivamente cumplirlo– la necesidad de tomar distancia del esencialismo y del orientalismo, que no solo permean el ámbito académico, sino las prácticas, discursos y representaciones del inmigrante chino en nuestro país, que proceden tanto de las instituciones del país de destino como de la propia colectividad de origen. El tema que aborda Moraga Reyes en su etnografía es el estudio de la forma en que operan las estructuras simbólicas „tradicionales‟ de guanxi (relaciones, contactos) y mianzi (cara) entre las familias de empresarios chinos emigrados a Asturias, en tanto mecanismos para distinguirse, oponerse, establecer identidades y acumular prestigio, generando interpretaciones de sus prácticas en un diálogo entre la tradición y los nuevos contextos. Estas estructuras „tradicionales‟ entroncan con uno de los conceptos clásicos en la antropología social: el estudio del don y la reciprocidad, donde el carácter voluntario del dar entraña la obligación de recibir y devolver. Y donde tales juegos recíprocos comportan además la construcción de capital simbólico y el establecimiento de jerarquías y/o competencias entre las partes. El análisis de Moraga rastrea dos componentes de la lógica que subyace a las prácticas de estos inmigrantes en Asturias. Por una parte, la obligación de cada empresario en crear una red de guanxi, mediante la cual se ubica en una posición social determinada dentro del colectivo. En tal sentido, guanxi se perfila como un “espacio de libertad y autoconstrucción individual dentro del sistema” (p. 32). Y, RESEÑAS 213 por otra parte, la búsqueda del reconocimiento de sus pares a través de la construcción de mianzi (cara) y de la ostentación del poder, en tanto faceta „agonística‟ del don. La organización de este libro consta de dos partes. En la primera sección, el autor avanza sobre aquellas facetas del don y la reciprocidad que le servirán para el análisis de la temática que estudia. Posteriormente, realiza una descripción de la emigración china al exterior, contextualizando las características de su inserción en España. Identifica no solo las formas en que la emigración china fue institucionalizada en el país de origen, sino la especificidad de la inserción de los sujetos migrantes en los diversos lugares de destino. A este respecto señala cuatro periodos, que corresponderían a la migración por contrato laboral –o de tráfico de culíes– (1842-1920), el periodo republicano (1912-1949), la etapa maoísta (1949-1978) y el actual periodo reformista desde el año 1979. A continuación, delinea las posiciones y distinciones que establecen internamente los inmigrantes chinos en Asturias, apelando especialmente a los orígenes territoriales, de clase, y al modo de su ejercicio empresarial (enfatizando el ahorro o el gasto), con el que se caracterizan a sí mismos y a los otros. La diferencia más significativa que halla el autor reside en la divisoria entre los empresarios procedentes de Qingtian y de Wenzhou. En la segunda sección del libro, Moraga entra en el estudio detallado del contenido que los empresarios chino-asturianos otorgan a guanxi y mianzi, así como las posiciones discursivas en torno a estos conceptos. Y concluye con el análisis de su operatividad en relación con dos instituciones del movimiento asociativo en Oviedo. Esta sección del libro es doblemente valiosa. Por una 214 RESEÑAS parte, Moraga aporta una mirada múltiple y confrontada de la lógica „tradicional‟ subyacente al mundo de los negocios en el interior de este colectivo, inserta además en un espacio instrumental de cálculo económico. Pero, por otra parte, su minuciosa lectura e interpretación de la bibliografía disponible sobre guanxi y mianzi convierte esta sección en un material valioso, para ser trabajado como un acercamiento al estado de la cuestión de tales categorías. Las visiones esencializadas sobre lo chino contribuyen a igualar y homogeneizar a los miembros del colectivo, a hacerlos indistinguibles en cuanto a su experiencia migratoria, e incluso a que se presuponga que responden de manera automática a los mandatos de su cultura, independientemente de la realidad socio-política en la que se inserten y del periodo histórico en el que se desenvuelvan. El libro Chinos en Asturias nos sitúa bien lejos de un enfoque de tales características. Los empresarios chinos se muestran aquí desde sus múltiples diferenciaciones internas, y se habla también de la racionalidad que conduce a esas distinciones. Así, el prestigio social comunitario se alcanza mediante ciertos indicadores bajo los que subyacen distinciones de clase, esto es, la posibilidad de reunificar a la familia en un corto periodo de tiempo, la capacidad para mantener a los hijos menores en España sin tener que enviarlos a China para que sean criados por otros parientes, o la disposición para evitar la atención médica en España y viajar a China para la resolución de problemas de salud. No obstante, desde la lógica grupal, el prestigio no solo se crea con la acumulación de dinero, sino con el mantenimiento de un sentido de justicia, rectitud y generosidad. RESEÑAS 215 Moraga revela cómo la construcción de capital simbólico entre los empresarios chinos en Asturias se desenvuelve en un juego en el que se enlazan los aspectos afectivos e instrumentales, la regulación del gasto y la ostentación, la reciprocidad y el establecimiento de jerarquías sociales, contribuyendo a la comprensión del encaje de las estructuras tradicionales de guanxi y mianzi en un contexto modernizante; y concibiendo, además, que tales estructuras no se oponen por sí mismas a la legitimidad capitalista o a los valores del mercado. En síntesis, su investigación cuestiona pretendidas dicotomías que oponen de manera esencialmente diferencial al país de origen y destino, a Oriente con Occidente, o a ciertas sociedades prescriptivas versus otras electivas. Antes bien, en el ajuste que estas estructuras tradicionales adoptan en marcos modernos (sea en el país de origen o el de destino) se encuentra la clave para la comprensión de la racionalidad que guía las prácticas de los empresarios chinos, e incluso la respuesta de por qué la organización empresarial de este colectivo se desarrolla en el marco de una economía étnica mediante códigos referenciales comunes. Chinos en Asturias. La reciprocidad en el imperio del cálculo nos conduce directamente al proyecto de la antropología como ciencia, a la búsqueda de una comprensión cercana a las prácticas de los sujetos, pero también a la temática fundacional de la disciplina: la reciprocidad. Ni siquiera ahí terminan sus virtudes: se trata de una monografía inteligentemente escrita; animo a los lectores a leerla. GLADYS NIETO Universidad Autónoma de Madrid 216 RESEÑAS MORRIS, IVAN, LA NOBLEZA DEL FRACASO. HÉROES TRÁGICOS DE LA HISTORIA DE JAPÓN, MADRID: ALIANZA EDITORIAL, 2010, 630 pp., ISBN: 978-84-206-5190-3 La aparición en el mercado editorial hispanohablante del extraordinariamente original y sugestivo ensayo, dedicado a la historia de Japón por el insigne japonólogo Ivan Morris en 1975 (un año antes de su muerte), La nobleza del fracaso. Héroes trágicos de la historia de Japón, ha de ser saludada como una aportación imprescindible en su campo8. El extenso volumen está articulado de forma muy simple, con diez capítulos dedicados a sendos héroes de la historia japonesa, a excepción del último, que se dedica monográficamente a los kamikaze 神風, y el primero, que hunde sus raíces en el mito, representando ambos una anomalía respecto a su estructura global: un capítulo dedicado a un único héroe cuya existencia histórica es irrefutable. El primer capítulo está dedicado a Yamato Takeru 日本武尊. El segundo, a [Totoribe no] Yorozu [捕鳥部] 万. El tercero, a Arima no Miko 有 間 皇 子 . El cuarto, a Sugawara no Michizane 菅原道真. El quinto, a Minamoto no Yoshitsune 源 義 経 . El sexto, a Kusunoki Masashige 楠 木 正 成 . El séptimo, a Amakura Shirô 天草四郎. El octavo, a Ôshio Heihachirô 大塩平八郎, y el noveno, a Saigô Takamori 西郷 隆盛. La particularidad del ensayo estriba, en primer lugar, en el criterio que el autor ha adoptado para el estudio de sus héroes, el de su caída, lo que conduce a Morris a sustentar una articulación antropológica extraordinariamente interesante RESEÑAS 217 respecto del pueblo japonés: su devoción por los héroes caídos en desgracia y que murieron por defender hasta el extremo sus propias convicciones. Una pauta antropológica que Morris denomina 判 官 贔 屓 hôganbiki 9 , aunque si existe un concepto que vehicula todo este ensayo es el de 誠 makoto (sinceridad), emblema de la mística del héroe derrotado10. Esta definición empática resulta particularmente interesante a partir del segundo capítulo, pues el dedicado a Yamato Takeru, cuyas aventuras están recogidas tanto en Kojiki 古事 記 (Nakatsumaki 中巻) como en Nihon Shoki 日本書紀 (libro VII), y que muy probablemente constituyan una amalgama de diversas tradiciones heroicas, carece, tal vez, de una definición inapelable de un ideario, algo que sí comparten, en cambio, el resto de los protagonistas del ensayo. Pero la presencia de Yamato Takeru en la obra se justifica por su carácter pionero para el diagnóstico antropológico de Morris: el pueblo japonés atesora su conmoción ante la derrota de sus héroes. Sin embargo, Yamato Takeru (sobrenombre –de acuerdo con Kojiki le fuera dado por uno de sus enemigos– que significa “el héroe”, o “el valiente de Yamato”) resulta un personaje colérico y solo su negligencia en portar la espada sagrada Kusanagi-no-Tsurugi 草薙の剣, con que se le había agasajado, precipita su caída. Una caída, no obstante que, por haber sido acompañada de emisiones poéticas, ha podido ser recordada y erigida en canónica de esta tradición. El segundo capítulo define ya nítidamente el característico ideal heroico que Morris diagnostica como emblemático de la cultura nipona: el de quien, pese a saberse derrotado, no ceja en la pesquisa de su ideario virtuoso. Totoribe no Yorozu es, asimismo, el primero de los héroes, de los que se ocupa Morris, 218 RESEÑAS de quien se conservan fuentes históricas dignas de crédito 11, y que acaba su vida con sus propias manos para arrebatarle este triunfo a sus adversarios, articulando una definición canónica del guerrero japonés muchos siglos antes de la codificación de su ideal caballeresco: “la dignidad al afrontar una derrota revela el esplendor de la tragedia vital” (p. 46). Así lo hizo en el año 587, en un periodo marcado por las luchas intestinas (precipitadas por la muerte, dos años antes, del emperador Bidatsu) entre los dos clanes más poderosos del momento, los Soga y los Mononobe, estos últimos a la postre derrotados y a quienes seguía el caído Yorozu, quien se autoproclamaría como “escudo del emperador”12. Pero si el mítico Yamato Takeru y el histórico Yorozu son héroes intrépidos, la definición de la nobleza de los caídos que realiza Morris no se identifica esencial o necesariamente con el belicismo, como es explícito en las semblanzas del tercero y el cuarto de sus personajes. El príncipe Arima, hijo del reformista emperador Kôtoku, murió con dieciocho años. Su peso en el imaginario japonés, carente de cualquier significación inapelable en el curso de los acontecimientos históricos del país, procede de la dimensión de la melancolía sobre la que se erigen sus poemas. Y no por sus acciones, sino, asimismo, por su conspicua influencia en la cultura, se define el heroísmo del siguiente de los protagonistas del relato de Morris, el erudito Sugawara no Michizane, quien parece haber renunciado en su defensa a cualquier medida subversiva, y quien sería deificado13. Su quinto protagonista, “perfecto ejemplo de derrota heroica” (p. 111), es Minamoto no Yoshitsune 源 義 経 , perseguido implacablemente por su hermano mayor, RESEÑAS 219 Minamoto no Yoritomo, de quien se granjea su enemistad por no acatar sus órdenes, y que sería forzado al suicidio, mediante seppuku (la eventración de uno mismo), a los treinta años de edad, nuevamente en un período convulso a causa de los enfrentamientos de dos clanes militares que pretendían arrogarse el poder en nombre del emperador: los Minamoto y los Taira (siendo este último el derrotado en una gran contienda naval, en Dan-no-ura, en 1185)14. Los últimos héroes de los que se ocupa el ensayo representan personalidades mucho más activas, que abrazan una causa con beligerancia y que se constituyen en modelos por su inquebrantable voluntad. Morris alaba a Kusunoki Masashige como “parangón de los mártires caídos por lealtad” (p. 164), por su adhesión inquebrantable a la causa imperial de Godaigo en un panorama de general renuncia a esta virtud15. Las restantes figuras heroicas serán Amakusa Shirô, el héroe de la resistencia cristiana en tiempos de la política exterminadora de este credo en el Japón de los Tokugawa (s. XVII) 16 ; Ôshio Heihachirô, erudito neoconfuciano cuyo levantamiento en 1837 contra el gobierno denunciaba la corrupción política y moral de este –quien, si no en la práctica, sí ejerció una profunda influencia sobre la conciencia de los ciudadanos japoneses–17, y Saigô Takamori, quien se levantó contra un orden que había contribuido a diseñar, al constatar los vicios que comenzaba a manifestar, tan opuestos a su voluntad original, en una revuelta que concluyó en 1877 con su decapitación. El último de los capítulos, el dedicado a los kamikazes 神 風, resulta especialmente perturbador. No es que el capítulo carezca de nombres propios sino que, en su retrato colectivo, 220 RESEÑAS Morris se aleja extraordinariamente del esquema que ha conducido su investigación desde el comienzo. Lo que pretende Morris es un retrato incólume de todos los soldados kamikazes (unos cinco mil) como miembros de una identidad común. Y por ello enfatiza las prácticas que desarrollaban colectivamente (es especialmente revelador lo referente a su adiestramiento y, fundamentalmente, el sosiego previo a la salida en su acción última), y aquellas que tienen en común (el respeto que guarda en lo referente a la transcripción de las notas de despedida de los kamikazes les otorga una dignidad que huye de lo lacrimógeno) de un proyecto que representó el cénit, tal vez, de una voluntad, y la más aplastante derrota de la misma, una confesión a la que Morris procede a través de la glosa de Mishima Yukio, el nombre del padre de este ensayo fascinante18. Morris no es un esteta fascinado por historietas y bravuconerías. Ni tampoco un cínico. Su retrato de la historia japonesa resulta conmovedor y punzante. La califica de “sanguinaria” (p. 249). Su portentosa erudición rescata la mención de numerosos productos culturales que dan fe de la presencia de estos héroes en el imaginario colectivo japonés. Pero, en su definición de una cierta sensibilidad, sobrepasa con mucho el marco geográfico y político al que remite pertinazmente. Si el lector logra estremecerse en sus páginas lo hará (y aun a pesar de condenar todo impulso belicista o el rumbo imperialista del Japón de la primera mitad del siglo XX, que el autor no patrocina en absoluto) 19 por cuanto con su investigación Morris diagnostica, en el mismo seno de un RESEÑAS 221 desierto amenazado por el nihilismo, los valores de la voluntad y la sinceridad como los propios de la disidencia. JULIO CÉSAR ABAD VIDAL Grupo de Investigación Asia LU YU-TING, TAIWÁN. HISTORIA, POLÍTICA E IDENTIDAD, BARCELONA: EDICIONS BELLATERRA, 2010, 228 pp., ISBN: 978-84-7290-487-3 Es un hecho reconocido que España está descolgada de Asia. La escasez de un histórico de publicaciones surgidas de las universidades españolas tiene, sin duda, una relación directa con lo que el embajador Bregolat ha definido como “error estratégico” de nuestra dimensión exterior. En este contexto destaca, por su imprescindible aportación, la Biblioteca de China Contemporánea de Ediciones Bellaterra que, dirigida por Joaquín Beltrán, es una referencia para quienes deseen entender el mundo chino. El título que nos ocupa es el número 20 de esta prestigiosa colección y constituye (y es en sí su principal mérito), una herramienta útil para el lector hispanohablante que desee aproximarse a la historia política reciente de Taiwán. Lu Yu-Ting divide los contenidos de Taiwán. Historia, política e identidad en tres grandes partes. En la primera de ellas (“De isla Formosa a República de China”), la autora pretende “trazar un continuum histórico desde 1624, fecha de la llegada de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, 222 RESEÑAS hasta 2004, año de las últimas elecciones presidenciales analizadas en este libro” (p. 16). Las páginas dedicadas al segundo apartado (que lleva por título “El dilema taiwanés: reunificación o independencia”) abordan los procesos de construcción identitaria (niponización, sinización, localización, taiwanización) a los que se ha visto sometida la población de la isla. A través del análisis de dichos procesos, la autora nos aproxima “a los orígenes de la polémica en la actual sociedad taiwanesa en torno a la identidad nacional (¿somos chinos o taiwaneses?) y la identidad del Estado (¿debe la isla reunificarse con China o debe alumbrar el nacimiento de un Estado independiente llamado República de Taiwán)?” (p. 17). Finalmente, en la tercera parte, trata de situar el papel que la polémica identitaria ocupa en los procesos electorales, analizando para ello la cobertura dada a las elecciones presidenciales de 1996, 2000 y 2004 por los dos principales diarios de Taiwán. Dichos periódicos son abanderados de sendos grupos de comunicación taiwaneses, con diferentes afinidades políticas. Desde un punto de vista formal, encontramos un equilibrio entre extensión y profundidad en las dos primeras partes. Sus contenidos sirven de ligazón con otros trabajos sobre Taiwán en castellano, que han tratado aspectos de historia, política e identidad de la isla, como los de Manel Ollé –“Chinos, holandeses y castellanos en Taiwán. 1624-1684” (2004)–; Xulio Ríos –Taiwán, el problema de China (2005)–; y Mario Esteban –“Generaciones políticas, preferencias partidistas e identidad nacional en Taiwán. 1986-1996” (2003)–. Pero, todavía más, estos capítulos dan suficientes elementos de juicio al lector para abordar los contenidos del último bloque RESEÑAS 223 que, frente a la extensión de los dos precedentes, ocupa poco más de una veintena de páginas y, sin embargo, constituye la coartada de esta reseña y una de las principales aportaciones originales de este libro. Y es que Taiwán. Historia, política e identidad es fruto de la tesis doctoral que con el título “La identidad del Estado como arma electoral en Taiwán: la prensa en las elecciones presidenciales de 1996, 2000 y 2004” realizó y defendió la autora, bajo la dirección de Jordi Rodríguez Virgili, en la Universidad de Navarra en 2008. Es por tanto un trabajo surgido de la fragua de la investigación sobre el rol de la comunicación en nuestra sociedad. ¿Por qué entonces tan poco espacio dedicado a las cuestiones directamente relacionadas con comunicación? Probablemente, las razones hay que buscarlas en esa aludida falta de estudios sobre el universo chino y, por tanto, en la necesidad editorial de cubrir ese hueco antes de avanzar hacia campos más concretos. Los capítulos que integran esta última parte, titulada “La identidad del Estado como arma electoral”, están fundamentados en el análisis de contenido de 5 710 noticias electorales procedentes de United Daily News y The Liberty Times. Representan una síntesis que el lector no familiarizado con los métodos y argot de la investigación especializada sin duda agradecerá. Este tercer bloque se inicia con un eficaz resumen de la experiencia electoral taiwanesa, que introduce al lector en el sistema de alianzas (Azul: teórica partidaria de la reunificación, y Verde: defensora de la independencia) de la República de China, sus líderes, los resultados electorales, y la casuística interna de las formaciones políticas a lo largo del periodo estudiado. De esta especie de final anunciado, la 224 RESEÑAS autora desgrana los otros dos capítulos: el octavo, dedicado a establecer los vínculos entre los dos grandes polos políticos y los influyentes rotativos objeto de la investigación; y el noveno, que entra de lleno en cuestiones clásicas de la comunicación, tales como la relación de los periodistas con los criterios de “neutralidad” y “objetividad”, o sobre el papel que juegan los medios en la sociedad. En este último capítulo es donde más se acusa la brevedad de esta tercera parte. Probablemente, para el diletante, sus contenidos serán suficientes; por el contrario, el investigador encontrará una serie de afirmaciones que pueden requerir el soporte de los datos de la investigación original. En estas últimas páginas, Lu Yu-Ting realiza una dura crítica al papel de los medios investigados, llegando a afirmar que “la desinformación fue un elemento común en las campañas presidenciales taiwanesas, caracterizadas por un vacío estratégico y programático” (p. 195), o que “la coincidencia de la agenda y el encuadre mediático y político respecto a la cuestión de la identidad del Estado, señala la posibilidad de que la utilización de este tema electoral, único sustancial, fuera principalmente un argumento destinado a cautivar votos” (p. 196); críticas que continúan (en una invitación entreverada al lector a extrapolar la situación taiwanesa con su propia vivencia electoral) en el capítulo de conclusiones. A modo de resumen, puede afirmarse que Taiwán. Historia, política e identidad constituye una monografía necesaria para aproximarse a la evolución histórica, política e informativa de Taiwán, así como para situarse ante el dilema identitario existente en la isla. A simple vista, parece más un trabajo RESEÑAS 225 surgido de un departamento de ciencias políticas o de historia que de comunicación; un espejismo que se diluye en cuanto se consulta su aparato crítico. ANDRÉS HERRERA FELIGRERAS Universidad Pública de Navarra 1 A partir de la década de los 90, se iniciaron los estudios sobre shunga dentro y fuera de Japón, el estudio de colecciones y, en menor medida, prácticas expositivas. Ni en Japón ni en Estados Unidos se ha realizado hasta la fecha ninguna exposición monográfica sobre la cuestión. Sin embargo, se está preparando para el 2013 una importante exposición en el British Museum ("Shunga: Sex and Humour in Japanese Art, 1600-1900"), precedida de simposios y reuniones académicas de gran relevancia. Amaury García apunta este evento quizá como el inicio de una mayor visibilidad y una aceptación del término “arte” ligado al shunga. 2 Para una bibliografía de estos autores, véase la citada por el autor del estudio. En lengua española, los estudios sobre estampa japonesa se han centrado, hasta la actualidad, en trabajos ligados a las colecciones españolas, en su contextualización histórica y procesos técnicos. Como innovación metodológica, cabe citar el trabajo de María Román, “Objetos íntimos: cerámica y símbolos de la mujer japonesa. Representaciones en grabados ukiyo-e de los siglos XVIII-XIX”, en Barlés, Elena y Almazán, David (eds.), La mujer japonesa. Realidad y mito, Zaragoza, 2008, pp. 59-84. En relación a su recepción en Europa, destaca la exposición “Imatges secretes. Picasso i l´estampe eròtica japonesa”, Museu Picasso, Barcelona, 2010. 3 Migration and Remittances. Factbook 2011, Washington: The World Bank, 2011. 4 David Corrochano, Guía bibliográfica sobre inmigración en España (1990-2009). Datos y reflexiones sobre la 226 RESEÑAS institucionalización CCHS-CSIC, 2010. de una comunidad académica, Madrid: 5 Iñaki García Borrego, “Acerca de la práctica y la teoría de la investigación sobre inmigración en España”, Empiria. Revista de metodología de ciencias sociales, n.º 4, 2001, pp. 145-164. 6 “Los chinos vuelven a impulsar la cifra de autónomos extranjeros en Madrid”, diario digital Nueva Tribuna. http://www.nuevatribuna.es/articulo/economia/2011-01-21/los-chi nos-vuelven-a-impulsar-la-cifra-de-autonomos-extranjeros-en-madr id/2011030922364501616.html (21 de enero de 2011). 7 Para un análisis de la bibliografía disponible en España sobre la inmigración china, véase RICAE (Red de Investigación sobre las Comunidades Asiáticas en España), “Estado de la cuestión de la investigación sobre las comunidades asiáticas en España”, CEIAP, n.º 1, Granada: Universidad de Granada, 2006, pp. 895-907 y Federico Bardají Ruiz, Literatura sobre inmigrantes en España, Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006. 8 Edición original: The Nobility of Failure. Tragic Heroes in the History of Japan, Nueva York y Toronto: Rinehart and Winston, 1975. 9 Conmiseración por el caído. Morris transcribe en rômaji (ni el original ni la traducción emplean fuentes japonesas) este haiku de comienzos del siglo XVII, compuesto por 松 江 重 頼 Matsue Shigeyori: 世や花に判官贔屓春の風 “Yo ya hana ni / hôganbiiki / haru no kaze” (“¡Ay, el mundo de los capullos / Hôganbiiki [compasión por el perdedor] / Viento primaveral!”). Ibídem, p. 481. La voz se compone de los sustantivos 贔屓 hiiki (“favor”) y 判官 Hôgan (título del cargo oficial que ostentaba Yoshitsune). 10 Pese a lo afirmado respecto de la ausencia de fuentes japonesas, tanto el ensayo original como su traducción han empleado, precisamente, el kanji de 誠 (makoto), de modo ornamental, para el comienzo de cada uno de sus capítulos. RESEÑAS 227 En el capítulo dedicado al emperador Sujun 崇峻天皇, en Nihon Shoki (libro XXI). 11 12 El candidato a la sucesión imperial del clan Mononobe, el príncipe Anahobe, fue asesinado por el clan rival. “Cuando se produjo la batalla, no había en el trono ningún emperador que legitimara a uno u otro bando, y solo podría saberse quiénes eran los auténticos defensores del régimen una vez terminado el combate. Como reza un refrán japonés: «Los vencedores pasarán a ser el ejército imperial; los perdedores serán los rebeldes». Esta flexibilidad con que se define la idea de la lealtad al régimen explica el último lamento de Yorozu, cuando se define a sí mismo como «escudo del emperador» (Ôkimi no mitate). Puede que el héroe no tuviera a ningún emperador en la cabeza. Pero con estas palabras (o más bien, con las palabras que los compiladores [de Nihon Shoki] le atribuyen) estaba confirmando su lealtad, no a un soberano individual o particular, sino a las antiguas tradiciones japonesas representadas por la familia imperial” (p. 59). 13 El centro de esta devoción se encuentra en el santuario Kitano Tenmangû 北野天満宮, en Kioto. 14 Yoshitsune recibió grandes honores de la corte imperial contraviniendo las órdenes de Yoritomo, quien estableció que las únicas dádivas podían proceder del sistema gubernamental marcial que había implantado en Kamakura. Morris introduce con este personaje histórico una nueva nota definitoria de la sensibilidad de la conmiseración hacia el derrotado, incidiendo, precisamente, en la falta de astucia de los caídos: “La falta de sentido práctico y de astucia política representaban en Yoshitsune unas limitaciones tan desastrosas que le provocaron la caída; pero desde el punto de vista japonés forman parte de sus virtudes más admirables, en tanto que se corresponden de manera natural con la sinceridad (makoto) que define al verdadero héroe” (p. 157). 15 Morris pule toda idealización de la conducta de los samurái. En el contexto de su discusión de Masashige, afirma que “En el Japón 228 RESEÑAS medieval, los samuráis, que tanto reivindicaban la generosidad de su entrega y el carácter desinteresado de sus servicios, normalmente combatían sabiendo que sus sacrificios y su valentía llamarían la atención de su señor y que este al final los recompensaría con tierras o con cualquier otra prebenda material” (p. 167). En el capítulo anterior, y como detonante del postrer y decisorio enfrentamiento entre los Taira y los Minamoto, había afirmado que “un breve estallido de violencia, en el que las distintas facciones opuestas a la Corte recabaron de forma poco prudente el apoyo de los líderes militares, puso de manifiesto que la estructura del gobierno aristocrático había quedado totalmente anacrónica. El poder real del país fue pasando rápidamente a manos de los samuráis, unos guerreros zafios y desdeñados a quienes los nobles habían utilizado durante siglos como lacayos para resolver disputas territoriales y para mantener el orden en las provincias y en la capital, pero cuyos líderes estaban ahora decididos a asumir personalmente el control de la situación” (p. 115). 16 El año 2010 ha conocido la publicación de un importante ensayo sobre la cuestión cristiana en el Japón de los siglos XVI y XVII. Se trata de la obra de Takizawa, Osami, La historia de los jesuitas en Japón, Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, 2010. El volumen cuenta con muy importantes aportaciones documentales japonesas ofrecidas de modo bilingüe, lo que permite un conocimiento más global de una cuestión que había sido estudiada con anterioridad en España por diversos autores mediante el manejo de fuentes exclusivamente españolas. 17 Hacia el final del capítulo que le dedica, encontramos este conmovedor pasaje, que sintetiza muchas de las virtudes de la prosa de Morris: “En una sociedad conformista y cerrada como es la japonesa, en la que se valora sobre todo el éxito obtenido dentro de un marco convencional perfectamente definido, se observa la especial fascinación que ejercen quienes, movidos por su singular personalidad y por su compromiso con una serie de ideales abstractos, se ven impulsados a romper con la «tela de araña social» para enfrentarse a la todopoderosa autoridad establecida en un acto de desesperado desafío (yake no yanpachi) […]. El sacrificio de RESEÑAS 229 hombres como Ôshio les permite salir de su frustración, siquiera por delegación” (p. 302). 18 “Según Yukio Mishima, lo que marcó el fracaso definitivo de los kamikazes no fue la rendición japonesa de agosto de 1945, sino el reconocimiento que hizo el emperador de no ser una criatura divina, cinco meses más tarde. En Eirei no Koe (Voces de los héroes caídos) escribe que las «muertes irracionales» (higôri na shi) de los héroes kamikazes solo tenían sentido si sus vidas estaban consagradas a un emperador-dios (kami naru Tennô no tame ni). Si esta creencia suya resultaba falsa, se habrían suicidado en un «sacrificio absurdo» (oroka na gisei). Cuando Hirohito negó su carácter divino en enero de 1946 […], ello supuso la última traición a los héroes kamikazes” (n. 10.168, p. 585). Morris emplea con contumacia textos y declaraciones mishimianos a lo largo de su ensayo, pues el abrazo de Mishima a estos héroes nacionales, al menos diez años antes de su muerte, confiere claves valiosísimas para la comprensión de la compleja urdimbre de motivaciones que condujo al autor a su suicidio ritual en 1970, tras alentar en el ejército el orgullo nacional y proclamar la necesidad de una nueva legitimación imperial. El propio Morris, gran conocedor de la obra de Mishima (pues había publicado en 1959 la traducción de una de las novelas emblemáticas mishimianas, Kinkakuji 金閣, The Temple of the Golden Pavilion), confiesa que su estudio nació motivado por el estímulo de Mishima y que la muerte de este le confirmó la necesidad de escribirlo. Ninguna lectura crítica, nos parece, que desee realizarse de la obra y la vida de Mishima puede desconocer este ensayo colosal de Ivan Morris. 19 Procesos ambos de creciente interés entre investigadores, con aportaciones como las dedicadas al significado del adoctrinamiento recibido por los Tokkôkai, por Emiko Ohnuki-Thierney. LIBROS PUBLICADOS EN EL AÑO 2010 ASIA ORIENTAL AA. VV., Lynx. A Monographic Series in Linguistics and World Perception. Lenguas de Asia Oriental: Estudios lingüísticos y discursivos. Anexa 18, València: Universitat de València, Departament de Teoria dels Llenguatges, 2010. CHINA AA. VV., Cuentos de mujeres chinas: Lianhua, Madrid: Popular, 2010. Balcells, Jacqueline, Li Song, mujer china, Santiago de Chile: Zig-Zag, 2010. Botton, Flora (coord.), Historia mínima de China, México D. F.: El Colegio de México, 2010. Cervera, Isabel (coautora y editora), Imágenes para la inmortalidad en la dinastía Han: 206 a. C.-220 d. 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Santiago de Chile: Korea Foundation / Posco E. & C., 2010. 234 LIBROS PUBLICADOS EN EL AÑO 2010 Ojeda, Alfonso, Estudios actuales sobre Corea, Granada: Entorno Gráfico, 2010. JAPÓN Abe, Kôbô, 安部公房, Idéntico al ser humano, Barcelona: Candaya, 2010. Akinari, Ueda, 上 田 秋 成 , Cuentos de lluvia y de luna, Madrid: Trotta, 2010. Akutagawa, Ryunosuke, 芥川 龍之介, Kappa, Barcelona: Ático de los Libros, 2010. Akutagawa, Ryunosuke, 芥 川 龍 之 介 , Rashomon y otros cuentos, Madrid: Miraguano Ediciones, 2010. Dazai, Osamu, 太 宰 治 , Indigno de ser humano, Barcelona: Sajalin Editores, 2010. Edogawa, Ranpo, 江戸川 乱歩, Moju: la bestia ciega, Madrid: Jaguar, 2010. Gobbi, Igor, De Magic Island a Sand Land: bienvenidos al fantástico mundo de Akira Toriyama, Palma de Mallorca: Tebeos Dolmen, 2010. LIBROS PUBLICADOS EN EL AÑO 2010 235 Guzmán Garate, Íñigo (ed.), No guardo sentimientos de nostalgia: 45 cartas de kamikazes, Getafe (Madrid): Sietenanos, 2010. Ishiguro, Kazuo, 石黒一雄, Nocturns, Barcelona: Empuries, 2010. 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Mishima, Yukio, 三 島 由 紀 夫 , Música, Madrid: Alianza Editorial, 2010. Mishima, Yukio, 三島由紀夫, El color prohibido, Madrid: Alianza Editorial, 2010. Mishima, Yukio, 三島由紀夫, Nieve de primavera, Madrid: Alianza Editorial, 2010. Mishima, Yukio, 三島由紀夫, El sol y el acero, Madrid: Alianza Editorial, 2010. Mishima, Yukio, 三 島 由 紀 夫 , Confesiones de una máscara, Madrid: Alianza Editorial, 2010. Miyabe, Miyuki, 宮部 みゆき, La sombra del Kasha, Madrid: Quaterni, 2010. Murakami, Haruki, 村 上 Labutxaca, 2010. 春 樹 , Alter dark, Barcelona: LIBROS PUBLICADOS EN EL AÑO 2010 237 Murakami, Haruki, 村上 春樹, L'amant perillosa: al Sud de la frontera, a l'Oest del sol, Barcelona: Labutxaca, 2010. Murakami, Haruki, 村上 春樹, De qué hablo cuando hablo de correr, Barcelona: Tusquets Editores, 2010. Murakami, Haruki, 村 上 春 樹 , El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, Barcelona: Tusquets Editores, 2010. Murakami, Haruki, 村上 春樹, 1Q84, Vigo: Galaxia, 2010. 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Se tomarán en consideración originales en español o portugués que realicen una aportación al área de Estudios de Asia Oriental (China, Japón y Corea). 2. Las colaboraciones recibidas serán sometidas a una revisión editorial por parte de los miembros del Consejo de Redacción y de dos evaluadores externos, que valorarán la originalidad, interés y calidad del manuscrito. Los autores podrán recibir un resumen de los informes presentados por los evaluadores, indicándoles la manera de subsanar deficiencias o realizar los cambios que se soliciten. 3. Los originales presentados no deben haber sido publicados anteriormente ni estar en vías de publicación. 4. Se remitirá al autor un juego de pruebas, que deberán ser corregidas en un breve tiempo. En esa corrección no se podrán introducir modificaciones sustanciales en el texto. 244 NORMAS DE PUBLICACIÓN 5. El autor recibirá separatas y ejemplares del número en el que se publique su artículo. Normas de presentación: 1. Los originales se enviarán en soporte informático (preferiblemente Word) a: kayoko.takagi@uam.es O en versión impresa (formato A4, tipo Times New Roman 12 e interlineado 1,5) a: Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental, Centro de Estudios de Asia Oriental, Universidad Autónoma de Madrid, calle de Francisco Tomás y Valiente, n.º 3, 28049 Madrid, España. 2. Artículos: no excederán de 25 páginas (formato A4, tipo Times New Roman 12 e interlineado 1,5). Se presentarán con una cabecera en la que aparecerá el título en el idioma original, seguido, por este orden, del nombre del autor, la universidad o institución a la que pertenece, y su dirección electrónica personal. Seguirá un resumen del contenido (en torno a 150 palabras) en el idioma del texto, y en inglés. 3. Reseñas: no excederán de 5 páginas (formato A4, tipo Times New Roman 12 e interlineado 1,5). Estarán dedicadas a la presentación, resumen y evaluación de obras relacionadas con el área de Estudios de Asia Oriental publicadas en español o portugués. 4. Se adoptará, para las llamadas de notas, el sistema francés. En consecuencia, la llamada se colocará antes del signo delimitador (punto, dos puntos, coma, exclamación, interrogación, paréntesis, comillas, etc.), pero después de los puntos suspensivos. Ahora bien, si la llamada de nota hace referencia a todo el segmento enmarcado por estos signos, se colocará después del signo. Este modo permite hacer NORMAS DE PUBLICACIÓN 245 distinción entre la llamada que hace referencia a una palabra y la que se refiere a un enunciado completo. Para las notas, que irán al final de cada texto, la cita bibliográfica se hará como sigue. ·Libros En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, Título del libro, Ciudad: Editorial, año, p./pp. número de página. Ejemplo: Nieto, Gladys, La inmigración china en España: Una comunidad ligada a su nación, Madrid: Catarata, 2007, pp. 710. En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, Título del libro en transcripción seguido del título del libro en caracteres [traducción del título entre corchetes], Ciudad: Editorial en transcripción, año, p./pp. número de página. Ejemplo: Lü Shuxiang 吕叔湘, Zhongguo wenfa yaolüe 中國文法要略 [Sumario de gramática china], Shanghai: Shangwu, 1956, p. 45. ·Contribuciones a libros colectivos En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título”, en Nombre y Apellido del editor o coordinador (ed.), Título del libro colectivo, Ciudad: Editorial, año, p./pp. número de página. Ejemplo: 246 NORMAS DE PUBLICACIÓN Jordan, David K., “Changes in Postwar Taiwan and Their Impact on the Popular Practice of Religion”, en Stevan Harell y Huang Chün-chieh (eds.), Cultural Change in Postwar Taiwan, Boulder: Westview Press, pp. 137-160. En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, “Título en transcripción” seguido del título en caracteres [“traducción del título entre corchetes”], en Apellido y Nombre del editor o coordinador (ed.), Título del libro colectivo en transcripción seguido del título del libro colectivo en caracteres [traducción del título entre corchetes], Ciudad: Editorial, año, p./pp. número de página. Ejemplo: Hamashima Atsutoshi 浜島敦俊, “Kinsei Kōnan Riō kō” 近 世江南李王考 [“Investigación de los Li y Wang de Jiangnan in el período moderno temprano”], en Umehara Kaoru (ed.), Chūgoku kinsei no hōsei to shakai 中國近世の法制と社會 [Boletín de investigación del departamento de literatura de la universidad de Aoyama], Kyoto: Kyoto daigaku jimbun kagaku kenkyūjo, 1993, pp. 511-541. ·Artículos En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título del artículo”, Título de la revista, número (año), p./pp. número de página. Ejemplo: Zhou, Xiaoming, “Japan´s Official Development Program: Pressures to Expand”, Asian Survey, 31.4 (1991), pp. 340-351. NORMAS DE PUBLICACIÓN 247 En lenguas asiáticas: Apellido y Nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, “Título del artículo en transcripción" seguido del título del artículo en caracteres [“traducción del título entre corchetes”], Título de la Revista en transcripción seguido del título de la revista en caracteres, número (año), p./pp. número de página. Ejemplo: Ōgami Masami 大上正美, “Shō Kai ron” 鍾會論 [“Sobre Zhong Hui”], Aoyama gakuin daigaku bungakubu kiyō 青山 學院大學文學部紀要, 30 (1988), pp. 17-29. ·Artículos en revistas online En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título del artículo”, Título de la revista, número (mes, año), dirección electrónica. Ejemplo: Díaz Vázquez, Julio A., “China – América Latina”, El Economista de Cuba, 307 (2007), http://www.eleconomista.cubaweb.cu/2007/nro307/china.html. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre en caracteres, “Título del artículo en transcripción” seguido del título del artículo en caracteres [“traducción del título entre corchetes”], Título de la revista en transcripción seguido del título de la revista en caracteres, número (mes, año), dirección electrónica. Ejemplo: Shirō Inoue, Chāruzu シ ロ - イ ノ ウ エ , チ ャ - ル ズ , “Figurality (Keizōsei) to kindai ishiki no hatten” Figurality ( 形 象 性 ) と 近 代 意 識 の 発 展 , [“Figuralidad (Keizōsei) 248 NORMAS DE PUBLICACIÓN desarrollo de la conciencia moderna”], Nihon kenkyū 日 本 研 究 , 34 (marzo, 2007), http://202.231.40.34/ jpub/pdf/js/IN3401.pdf. ·Artículos de periódicos En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título del artículo”, Nombre del periódico, Ciudad, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Pérez, Alonso, “El presidente de China agradeció un mensaje del vicepresidente”, La Nación, Buenos Aires, 24 de agosto de 1945, p. 1. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, “Título del artículo en transcripción” seguido del título en caracteres [“traducción del título del artículo”], Nombre del periódico en transcripción seguido del nombre del periódico en caracteres, Ciudad, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Zhang, Chen 张 沉, “Zhong A xin shangyue. Tanpan jijiang junshi” 中 阿 新 商 约 。 谈 判 即 将 竣 事 [“Nuevo Acuerdo Comercial Argentino-Chino. Inminente final de negociaciones”], Minbao 民報, Taipei, 17 de enero de 1947. NORMAS DE PUBLICACIÓN 249 ·Tesis doctorales En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título de la tesis doctoral”, defensa de tesis, Nombre de la universidad, año. Ejemplo: Mezcua López, Antonio José, “El concepto de paisaje en China”, defensa de tesis, Universidad de Granada, 2007. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, “Título de la tesis doctoral en transcripción” seguido del título de la tesis doctoral en caracteres [“traducción del título de la tesis”], defensa de tesis, Nombre de la universidad en transcripción seguido del nombre de la universidad en caracteres, año. Ejemplo: Nishie, Kiyotaka 西江清高, “Seishū ōchō no seiritsu to sono bunkateki kiban” 西 周 王 朝 の 成 立 と そ の 文 化 的 基 盤 [“Formación de la dinastía Zhou del Oeste y su base cultural”], defensa de tesis, Jōchi Daigaku 上智大学, 1999. ·Ponencias en reuniones, conferencias o congresos En lenguas occidentales: Apellido del autor, Nombre del autor, “Título de la ponencia”, ponencia presentada en Nombre de la reunión, congreso o conferencia, Ciudad, País, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Relinque Eleta, Alicia, “De consejeros y galantes cortesanos. 250 NORMAS DE PUBLICACIÓN La concepción de la poesía en China y Japón”, ponencia presentada en el Foro Español de Investigación sobre Asia Pacífico, Congreso, Granada, España, 18 de septiembre de 2006, pp. 207-217. En lenguas asiáticas: Apellido y nombre del autor en transcripción seguido del apellido y nombre del autor en caracteres, “Título de la ponencia en transcripción” seguido del título de la ponencia en caracteres [“traducción del título de la ponencia”], ponencia presentada en Nombre de la reunión, congreso o conferencia en transcripción seguido del nombre de la reunión, congreso o conferencia en caracteres [traducción del nombre de la reunión, congreso o conferencia], Ciudad, País, día de mes de año, p./pp. número de página. Ejemplo: Chen Jie 陈 介 , “Zhongguo yu Agenting chengli waijiao guanxi zhi jingguo” 中国与阿根廷成立外交关系之经过 [“Proceso de establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Argentina”], ponencia presentada en Lianheguo guoji zuzhi dahui Zhongguo daibiaotuan 联合国国际组织大会中 国 代 表 团 [Delegación China en la Conferencia de las Naciones Unidas de Organización Internacional], San Francisco, Estados Unidos, 28 de mayo de 1945, pp. 1-2. 5. Cuando se repita una referencia bibliográfica, se resumirá con Apellido (o Apellidos) del autor (sin nombre), Título abreviado (cursiva para libros, comillas (“ ”) para artículos y contribuciones en libros colectivos), pp. número de página, en el caso de una publicación en lenguas occidentales; y con Apellido y Nombre del autor en transcripción, Título abreviado en transcripción (cursiva para libros, comillas (“ ”) para artículos y contribuciones en libros colectivos), pp. número de página, en caso de publicaciones en lenguas asiáticas. Cuando la referencia completa o resumida aparezca NORMAS DE PUBLICACIÓN 251 en la nota inmediatamente anterior, se empleará 'Ibídem', p./pp. número de página. 6. Los sistemas de transcripciones de lenguas asiáticas usados son: Chino: Hanyu pinyin Japonés: Hepburn reformado Coreano: McCune-Reischauer