Dr. Jorge Daniel Lemus Profesor Regular Titular de Salud Pública - UBA Ministro de Salud - CABA El concepto actual, basado en las funciones esenciales, es el de la intervención colectiva, tanto del Estado como de la Sociedad Civil, orientada a proteger y mejorar la salud de las personas. Es entendida como un compromiso de la sociedad con sus ideales de salud, haciendo referencia al conjunto de prácticas sociales -y los valores, creencias, actitudes y conocimientos formales y no formales subyacentesque en una sociedad tienden a desarrollar, preservar o mejorar la salud de la población y del ambiente. Primera; asimilación del adjetivo “pública” con la “acción gubernamental”, esto es, el “sector público” Segunda; se amplía la anterior interpretación, incluyendo no sólo la participación del gobierno, sino la de la comunidad organizada, es decir, el “público” Tercera; la identifica con los llamados “servicios no personales de salud”, es decir, aquellos que se aplican al medio ambiente (por ejemplo, el saneamiento ambiental) o a la colectividad (por ejemplo, la educación masiva para la salud) y que por lo tanto no son apropiables por un individuo específico. Cuarta; es una ampliación del anterior, en tanto se añaden una serie de servicios personales de naturaleza preventiva dirigidos a grupos vulnerables (por ejemplo, los programas de atención materno-infantil) Quinta; relacionarlo con la expresión “problema de salud pública”, sobre todo en el lenguaje no técnico, para referirse a padecimientos de alta frecuencia y peligrosidad. Sexta; noción de la “salud pública” como un subsistema separado de servicios proporcionados por el Estado y paralelos a la corriente principal de la medicina curativa de alta tecnología. Es por ello que modernamente surge un punto de vista más integral sobre el concepto de salud pública, sosteniéndose que el adjetivo “pública” no significa un conjunto de servicios en particular, ni una forma de propiedad, ni un tipo de problemas, sino un nivel específico de análisis, es decir, un nivel poblacional. Esta perspectiva poblacional inspira sus dos aplicaciones; ◦ como campo de conocimiento ◦ como ámbito de acción Es decir que esta interpretación integral de la salud pública va más allá de los servicios de salud no personales o de las intervenciones de carácter comunitario dirigidas a la población, e incluye la responsabilidad de asegurar el acceso a los servicios y la calidad de la atención de la salud. No se refiere tan sólo a la salud pública como una disciplina académica, sino como una práctica social de naturaleza interdisciplinaria. Es una conceptualización que va más allá de la noción de bienes públicos con externalidades positivas para la salud, ya que comprende también bienes semiprivados o privados cuyas dimensiones hacen que su repercusión sobre la salud colectiva sea un factor importante. La salud pública es entendida, entonces, como la salud del público, de la población, y abarca todas las dimensiones colectivas de la salud. Esta noción nace del mismo concepto de salud, concebida como la ausencia de enfermedad, de lesiones y de incapacidad, en un completo estado de bienestar. La identificación de salud con bienestar plantea a veces dificultades operativas para delimitar las responsabilidades del sector de la salud, al mismo tiempo que establece la responsabilidad de los otros sectores en la salud y la necesidad de actuaciones intersectoriales. Es por todo ello, que un sentido más sectorial y operativo, la salud es la realización del potencial biopsíquico de las personas y de las poblaciones de acuerdo con las diferentes circunstancias en las que viven, sin limitaciones por lesiones, incapacidad o enfermedad y, en el caso de que éstas ocurran, con la posibilidad de contar con la pronta recuperación o la adecuación funcional en las situaciones de discapacidad irreversible. En resumen, que la salud pública, entendida como la salud de la población, constituye el referente fundamental de todos los esfuerzos para mejorar la salud, de la que constituye su manifestación más completa. Las acciones de salud pública son de responsabilidad específica o compartida entre múltiples actores. Sin embargo, es posible identificar un núcleo de funciones y responsabilidades propias de la autoridad sanitaria, cuyo cumplimiento es requerido universalmente para la existencia de una buena salud pública Ese núcleo de funciones públicas básicas, constituye lo que se consideran precisamente las FESP. La salud pública es una parte funcional y operativa identificable dentro del sistema de salud en el que se incluye y tiene identidad funcional y operativa específica. En este contexto se entiende como funciones esenciales de la salud pública al conjunto de actuaciones que deben ser realizadas con fines concretos, necesarios para la obtención del objetivo central, que es asimismo la finalidad de la salud pública, es decir, mejorar la salud de las poblaciones. Han sido definidas como las condiciones estructurales y los elementos de desarrollo institucional que permiten un mejor desempeño del ejercicio de la salud pública. Reúnen intervenciones en materia de salud pública dentro de grupos funcionales limitados e identificables desde el punto de vista operativo con la identificación de su finalidad, objetivos, actividades, recursos y formas de organización que sean esenciales al fin último de la salud pública, es decir, la salud de las poblaciones y que sean suficientes para expresarla en su totalidad. Hace referencia a un quehacer, un papel, orientado a un propósito o finalidad definidos. Alude a un ente o sujeto a quien se atribuye o se responsabiliza el cumplimiento de una función dada, así como un objeto al que se dirige u orienta la acción del ente. Las funciones se ubican en el plano de las relaciones entre ente y objeto. El ente sería la sociedad, y dentro de ella el Estado (o su expresión de gobierno, vg. los ministerios) y la sociedad civil. El objeto de la acción del Estado es la población y el ambiente en que vive (en sus dimensiones biológica, físicoquimica y sociocultural) Hace referencia a la sustancia o esencia de las cosas, es decir es inherente a lo sustantivo del ente, condición sine que non que resulta necesaria al mantenimiento de la expresión continua y plena de un sistema simple o complejo. No se entiende a lo esencial como equivalente de lo básico, entendido como lo mínimo indispensable, ni como lo prioritario, sino como lo relevante y legítimo para el funcionamiento óptimo de un sistema. Es lo que se considera fundamental e incluso indispensable para la realización de los objetivos y para la caracterización de la salud pública como tal. Hace referencia también a las responsabilidades del Estado a través de las autoridades sanitarias, consideradas esenciales para el desarrollo y la práctica de la salud pública. Comprende la responsabilidad de ejecución directa de actividades o actuaciones específicas de salud pública, y también (en forma estratégicamente prioritaria) las actuación de movilización, promoción, orientación y articulación de los otros agentes sociales En otras palabras; se trata de hacen también que los demás las cumplan antes bien que hacerlas directamente. Si bien existe una serie de responsabilidades indelegables a cargo del Estado en la ejecución o en la garantía del cumplimiento de las FESP, éstas solo representan una fracción de sus responsabilidades en el ámbito de la salud. Pero esta fracción es muy importante. El trabajo de promoción de prácticas sociales saludables, como vector principal del fomento y protección de la salud, es el componente estructural básico de una buena salud pública Pero las FESP no son sinónimo de las prácticas sociales que afectan a la salud Las prácticas sociales configuran ámbitos mucho más amplios que el de las funciones esenciales de la salud pública y son actuaciones de toda la sociedad aunque las realicen, específicamente, unos sectores o actores particulares. En cambio, las funciones esenciales son las actuaciones de un segmento específico y funcional del sistema de salud. Sin embargo están íntimamente vinculadas, ya que ambas pertenecen a la sociedad y las prácticas sociales son la matriz principal para la conformación de las funciones, a la vez que éstas deben servir como instrumento para el desarrollo de aquéllas. La práctica de la salud pública, a través de sus funciones esenciales, viene así a formar parte de las prácticas sociales en materia de salud, que en último término la determinan y, al mismo tiempo, están afectadas por ella. No son conceptos absolutos mutuamente excluyentes, sino que las funciones estructurales son también áreas de actuación de tipo programático, y viceversa. Existe un equilibrio entre ambos conceptos en relación a la magnitud e importancia de los problemas específicos que aborde la salud pública y del nivel de desarrollo de las sociedades y de su estructuración institucional en el área de salud. En sociedades mejor estructuradas las FESP son suficientes para generar intervenciones específicas para la solución de los problemas de salud pública. En sociedad con riesgos y daños colectivos importantes y prioritarios, las funciones programáticas conforman una 1. Seguimiento, evaluación y análisis de la situación de salud 2. Vigilancia de la Salud Pública, investigación y control de riesgos y daños en salud pública 3. Promoción de la Salud 4. Participación de los ciudadanos en la salud 5. Desarrollo de políticas y capacidad institucional de planificación y gestión en materia de salud pública 6. Fortalecimiento de la capacidad institucional de regulación y fiscalización en materia de salud pública 7. Evaluación y promoción del acceso equitativo a los servicios de salud necesarios 8. Desarrollo de recursos humanos y capacitación en salud pública 9. Garantía y mejoramiento de la calidad de los servicios de salud individuales y colectivos 10. Investigación en Salud Pública 11. Reducción del impacto de las emergencias y desastres en la salud