Meseta de Cacaxtla, Sinaloa YAMEL RUBIO, HORACIO BÁRCENAS Y A D R I Á N B E LT R Á N Carreteras Límite estatal Cuerpos de agua Áreas de importancia biológica Selvas bajas Selvas bajas perturbadas Selvas altas y medianas Pastizales inducidos Áreas sin vegetación natural Bosques templados Otros tipos de vegetación Área de Protección de Flora y Fauna Meseta de Cacaxtla Ubicación geográfica La reserva ecológica es compartida por los municipios sinaloenses de San Ignacio y Mazatlán. Los terrenos de la zona integran la subprovincia Llanura Costera de Mazatlán que conforma la provincia fisiográfica Llanura Cοstera del Pacífico (Castro, 2003). El clima dominante es semiseco, muy cálido (BS1), la temperatura media anual varía de 24 a 26 °C, la precipitación media anual oscila entre los 600 y 800 mm (Arceo, 2003). La orografía es suave, abarca de los 0 a los 380 msnm en sus partes más altas, la cubre la selva seca como principal tipo de vegetación pero también se encuentran otros tipos de comunidades vegetales como mangle, matorral y riparia. Los suelos dominantes son: vertisol pélico de textura fina y litosol (INEGI, 2007). Los poblados 406 más importantes son Estación Dimas, Barras de Piaxtla, Piaxtla y Guillermo Prieto. Tamaño El área comprende 50 862-31-25 hectáreas de selvas secas. Coordenadas La meseta se ubica entre las coordenadas extremas de 23°30'30" - 23°46'00" latitud Norte y 106°29'30" 106°45'45" de longitud Oeste al sur de San Ignacio y norte de Mazatlán. Selva seca en la Meseta de Cacaxtla. Foto: Yamel Rubio Importancia El área natural protegida fue decretada por el gobierno federal el 27 de noviembre del año 2000 bajo la categoría de Área de Protección de Flora y Fauna “Meseta de Cacaxtla”. 407 La reserva, por su magnitud y la diversidad de especies que alberga, es la más importante de Sinaloa; constituye el único ambiente terrestre reconocido con protección oficial federal. Por su topoforma es conocida como mesa o meseta, forma un gran cuerpo cubierto de selva seca que se eleva y extiende a lo largo de la franja costera. Es refugio y santuario para una gran diversidad de fauna silvestre. El listado florístico de la meseta describe a 224 especies de plantas correspondientes a 73 familias (Diario Oficial de la Nación, 2000). Entre las especies vegetales dominantes están las amapas (Tabebuia chrysantha y T. pentaphylla), el palo blanco (Ipomoea arborescens), mauto (Lysiloma diviricata), la rosamarilla (Cochlospermum vitaefolium), sangregados (Jatropha spp.), papaches (Randia echinocarpa), los papelillos (Bursera spp.), mora (Maclura tinctoria) y el brasil (Haematoxylon brasiletto) (Rubio, 2003). Algunas especies de amapas y papelillos se encuentran dentro de la NOM-059 bajo estatus de amenazadas. La variedad de cactus es interesante, sobre todo aquellos en peligro de extinción que son endémicos de la región como Mamillaria mazatlanensis que forma pequeñas agrupaciones globosas sobre terrenos pedregosos. De acuerdo a Flores y Navarro (1993), Sinaloa es uno de los estados con mayor número de vertebrados endémicos de México y su llanura cos- tera es una zona con alto valor de endemismo para el grupo de reptiles y de valor medio a alto en relación a la riqueza de aves con distribución restringida (Reyna, 2003). Entre las especies representativas de estos grupos están el monstruo de gila (Heloderma horridum) (Lavín et al., 2002) y la chara sinaloense (Cyanocorax beecheii) (Howell y Web, 1995). Entre las especies de fauna que sobresalen por su valor ecológico y estético están los felinos, prácticamente se han registrado las seis especies existentes para México. Resalta entre ellas el jaguar (Panthera onca), especie en peligro es extinción y emblema de Cacaxtla y de los bosques tropicales secos del municipio de San Ignacio y el sur de Sinaloa (Ceballos y Oliva, 2006; Escorpión (Heloderma horridum). Foto: Yamel Rubio 408 Navarro et al., 2005) donde se estima que su distribución y abundancia aún son considerables (Medellín, A. com. pers.). Otras especies de felinos amenazadas o en riesgo de extinción en esta sitio son el tigrillo (Leopardus wiedii), ocelote (Leopardus pardalis), el yaguarundi (Puma yagouaroundi) (Semarnat, 2002). Asimismo se encuentran otras especies como el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), pecari Higuera (Ficus sp.). Foto: Yamel Rubio (Tayassu tajacu), coyote (Canis latrans), zorra gris (Urocyon cinereoargentus), liebre (Lepus alleni), conejo (Sylvilagus audubonii) y el armadillo (Dasypus novemcinctus) (Ceballos, 2006; González et al., 2002). En el grupo de aves destacan el loro frentiblanca (Amazona albifrons), la urraca (Calocitta collie), el carpintero (Melanerpes aurifrons), el carpintero pitorreal (Campephilus guatemalensis), el cernícalo americano (Falco esparverius), mosqueros (Tyrannus crassirostris), bolseros o calandrias (Icterus pustulatus), perlita (Polioptila caerulea), chachalacas (Ortalis poliocephala), colorines (Passerina versicolor) y paloma aliblanca (Zenaida asiatica) (Cupul, 2003; Howell y Webb, 1995). Entre los reptiles destaca la serpiente de cascabel (Crotalus basiliscus), los roños del género Sceloporus, iguanas (Ctenosaura pectinata, Iguana iguana) y la tortuga de río (Kinosternon integrum) (Ramírez, 1994). Cabe señalar que hacia el sur de Cacaxtla, antes de llegar al puerto de Mazatlán, se distribuyen una serie de fragmentos de vegetación denominados corredor biológico Mármol-Cerritos con una extensión de 28 km. de largo que cubren 387 ha de bosques los cuales son vitales para la sobrevivencia y reproducción de fauna terrestre y marina como las tortugas marinas que se encuentran en peligro de extinción (Lepidochelys olivaceae y Eretmochelys imbricata) (Briceño et al., 2002). En esta área, investigadores e instituciones educativas han enfocado esfuerzos importantes para describir y conservar la riqueza biológica que aún permanece en los fragmentos dispersos de cubierta vegetal que incluye la selva seca mezclada con otros tipos 409 de vegetación como la halófita. Los registros de flora y fauna incluyen algunas especies descritas anteriormente como el venado cola blanca, lince, chachalaca, iguanas, palomas y chara sinaloense. Amenazas Una de las principales amenazas es la falta de información y sensibilización entorno a lo que representa un área natural protegida ya que ello conduce a la proliferación de delitos ambientales como la caza y tala inmoderadas, la destrucción de hábitat, el saqueo y tráfico de especies. Otra amenaza son los clareos en los lomeríos derivados también de la siembra de pastos para el ganado vacuno que circunda la región de manera extensiva. La cacería furtiva es otro elemento negativo constante que afecta las poblaciones de venado cola blanca, liebres, palomas e incluso felinos, como el jaguar y el puma. Comisión Nacional Forestal se han esforzado para integrar a la población en el manejo adecuado y conservación de sus recursos dentro del polígono de la Meseta de Cacaxtla a través de los programas de empleo temporal que facilitan apoyos económicos a los comuneros; sin embargo es necesario que dichos programas tengan un seguimiento y evaluación para un mayor impacto. El concepto de reserva ecológica esta siendo aceptado por pobladores que son conservacionistas o están preocupados por el mantenimiento de los bosques en pie, lo cual puede impulsar la apropiación de valores ecológicos de conservación y buen uso en la pretensión de contar con una mayor calidad de vida para los pobladores. Oportunidades para su establecimiento La Meseta de Cacaxtla, a casi 8 años de su decreto, cuenta con un director de área y un plan de manejo que ha buscado integrar los intereses de los diversos sectores sociales de la región. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegida en Sinaloa y la Ocelote (Leopardus pardalis). Foto: H. Baárcenas y R. Medellín El Mineral de Nuestra Señora, Cosalá Sinaloa Y A M E L R U B I O , A D R I Á N B E LT R Á N Y HORACIO BÁRCENAS Carreteras Límite estatal Cuerpos de agua Áreas de importancia biológica Selvas bajas Selvas bajas perturbadas Selvas altas y medianas Pastizales inducidos Áreas sin vegetación natural Bosques templados Otros tipos de vegetación Zona Sujeta a la Conservación Ecológica El Mineral de Nuestra Señora Ubicación geográfica La reserva ecológica El Mineral de Nuestra Señora, propiedad de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), se localiza en el Municipio de Cosalá, Sinaloa a l5 km de la cabecera municipal; forma parte de la región Terrestre Prioritaria de San Juan de Camarones (RTP-23). Los principales poblados cercanos son Cosalá, La Estancia, Los Braceros y Santa Ana. Dentro de la reserva esta la comunidad de La Seca. El tipo de clima es cálido subhúmedo con lluvias en verano y con un porcentaje de lluvia invernal entre 5 y 10.2. La temperatura promedio es de 25.36 ºC con una precipitación promedio anual de 836.5 mm. La reserva se localiza en la provincia fisiográfica Sierra Madre Occidental, en la subprovincia denominada Gran Meseta y Cañones Duran- 411 guenses, que es una sierra alta con cañones. Los suelos predominantes son los litosoles en un 80% y el resto son regosoles (Secretaría de Planeación y Desarrollo, 2001). les que constituyen su dieta son el haba (Hura poliandra, Euphorbiaceae) y Lysiloma divaricata (Mimosoideae) (Rubio, 2001). Entre los árboles más comunes están el mauto (Lysiloma divaricada), mora Coordenadas Nuestra Señora, como también se conoce a la zona, se ubica entre las coordenadas geográficas 24º21’24º25’ de latitud Norte y 106º34’-106º39’ de longitud Oeste. Tamaño El área tiene una extensión de 1 256 ha de selva baja caducifolia. Importancia El área fue decretada como Zona Sujeta a Conservación Ecológica el 27 de marzo de 2002 y está bajo jurisdicción estatal (Periódico Oficial del Estado de Sinaloa, 2002). Desde 1988 se han llevado a cabo estudios biológicos y ecológicos que han derivado en la descripción de al menos 85 especies de árboles incluídos en 39 familias; las más dominantes son Mimosoideae con 10 especies, Moraceae con 6 especies y Euphorbiaceae con 5 especies. Dentro de estas familias se identificaron especies que constituyen recursos alimenticios para la guacamaya verde (Ara militaris), especie emblemática de la reserva universitaria que habita y se reproduce en el sitio y que depende de los frutos de las higueras o matapalos del género Ficus que fructifican a lo largo del año. Otros árbo- Guacamaya verde (Ara militaris). Foto: Rurik List 412 (Maclura tinctoria), rosamarilla (Cochlospermum vitaefolium), sangregados (Jatropha spp.), papaches (Randia echinocarpa), brasil (Haematoxylon brasiletto), colorín (Erythrina lanata), cuatro especies de papelillos del género Bursera, dos amapas bajo protección especial (Tabebuia chrysantha y T. pentaphylla) y el cardón de viejo (Cepahlocereus senilis) endémico y amenazado de extinción. (Rubio, 2001; Rubio, 2003). Se ha logrado identificar 133 aves, de las cuales 35 son migratorias, todas incluidas en 39 familias. Las familias más numerosas son Tyrannidae (15), Parulidae (14), Falconidae (7), Columbidae (7), Turdidae (6) y Fringillidae (6). Entre las residentes están algunas en peligro de extinción, identificadas dentro de la NOM-ECOL-059-2001 y en otras listas internacionales, como la guacamaya verde y el vireo gorra negra (Vireo atricapillus). Entre los aves amenazadas y bajo protección especial están el halcón fajado (Falco femoralis) y el halcón selvático (Micrastur semitorquatus). Entre las especies endémicas de la región están el catarino (Forpus cyanopygius) y el loro coronalila (Amazona finschii) que se encuentra en peligro de extinción. (Howell y Webb 1995; Rubio Cañón del río Habitas en época de secas y de lluvias. Foto: Yamel Rubio 413 et al., 2008). Entre los reptiles cabe resaltar el roño espinoso (Sceloporus horridus albiventris), el monstruo de gila (Heloderma horridum horridum), la boa (Boa constrictor), la serpiente de cascabel (Crotalus basiliscus), el bejuquillo (Oxybelis aeneus) y la coralillo (Micrurus distans) (Ramírez, 1994). Entre los mamíferos resalta la presencia del ocelote (Leopardus pardalis) y la onza (Herpailurus yagouarundi); existen evidencias que consideran el área como zona de tránsito de el puma (Puma concolor) y jaguar (Panthera onca), conocidos también como león de la sierra y tigre. También se ha registrado pecari (Tayassu tajacu), venado cola blanca (Odocoileus virginianus), coatí (Nasua narica), zorra gris (Urocyon cinereoargentus), zorrillo (Mephitis macroura), murciélagos (Artibeus jamaicensis y Tadarida brasiliensis) (Ceballos, 2006; Medellín, 1997). Río Hábitats. Foto: Yamel Rubio 414 Amenazas Oportunidades para su establecimiento La reserva ecológica universitaria ha sido severamente impactada por la industria minera asentada en su interior desde el año 2003. El decreto estatal de protección ha sido relegado en aras del establecimiento de esta industria que no ha resuelto históricamente la marginación del municipio de Cosalá y de la serranía circundante. Minera Cosalá (Scorpio) es la compañía de capital canadiense que no ha respetado los lineamientos básicos del desarrollo sustentable y aún sigue modificando caminos, talando vegetación y generando residuos de todo tipo, lo cual perjudica no sólo los hábitats y especies silvestres, sino los proyectos de académicos de la UAS y los de ecoturismo impulsados por el gobierno municipal y estatal. El área se ubica dentro de la Región Terrestre Prioritaria “San Juan de Camarones” (RTP-23) e Hidrológica Prioritaria “Cuenca Alta del Río San Lorenzo-Minas de Piaxtla”; la protección de estas regiones garantiza la provisión de servicios ambientales por lo que la UAS ha establecido un Laboratorio Natural (Estación de Biología) donde a través de proyectos académicos está realizando investigación y conservación de los recursos naturales. También se cuenta con una estación MoSI de monitoreo de aves neotropicales y una unidad de manejo de vida silvestre (UMA) de guacamaya verde que son administradas por la UAS con el apoyo de Semarnat y los gobiernos locales. Hay ciudadanos preocupados por conservar el ambiente que participan en los proyectos universitarios y el ecoturismo que se ha implementado por la historia y belleza escénica del sitio. Llanura costera del Pacífico Pie de la sierra de Sinaloa YAMEL RUBIO, HORACIO BÁRCENAS Y A D R I Á N B E LT R Á N Carreteras Límite estatal Cuerpos de agua Áreas de importancia biológica Selvas bajas Selvas bajas perturbadas Selvas altas y medianas Pastizales inducidos Áreas sin vegetación natural Bosques templados Otros tipos de vegetación Ubicación geográfica El área de interés comprende desde la porción central de la subprovincia Llanura Costera de Mazatlán perteneciente a la provincia fisiográfica de la Llanura Costera del Pacífico (Castro, 2003) hasta la subprovincia Pie de la Sierra, colindando en sus partes más altas con la subprovincia Gran Meseta y Cañones Duranguenses que en conjunto conforman la provincia Sierra Madre Occidental. El terreno comprende de los 7 msnm a más de 1 000 msnm en algunas elevaciones cerriles características de la serranía media de Sinaloa. Estos cerros son puntos de referencia para los pobladores, entre los más conocidos está el famoso Cerro de Bernal localizado en el 416 municipio de San Ignacio y observable desde la costa. Los suelos dominantes son de tres tipos: vertisol pélico de textura fina, litosol y regosol de textura media (INEGI, 2007). La propuesta incluye tres municipios: Elota, Cosalá y San Ignacio. Existen dos tipos climáticos, en la llanura costera domina el semiseco muy cálido (BS1) con una temperatura media anual que varía de 24 a 26 °C y una precipitación media anual entre los 600 y 800 mm (Arceo, 2003); y en el resto del área el clima es cálido subhúmedo con lluvias en verano (Aw), la tem- peratura medial anual está entre los 22 y 26 °C y la precipitación media anual oscila entre los 700 y 1000 mm. Se presentan dos periodos marcados al año, uno lluvioso en verano y parte del otoño y el resto del año seco. Los poblados más importantes son Rosendo Niebla y Elota en Elota. En San Ignacio se encuentran Estación Dimas, Piaxtla, Ixpalino, Coyotitán y San Ignacio. Los centros más importantes para Cosalá, son la cabecera municipal del mismo nombre y los poblados de Vado Hondo, El Sabinal e Ipucha. Coordenadas Los vértices de algunas coordenadas extremas del área son 24°40'17" - 23°42'18" de latitud Norte y 106°48'32" - 106°42'32" de longitud Oeste. Tamaño El área mide 1 085 516 ha. Importancia Faldas cerriles dominadas por higueras (Ficus sp.) y papelillos (Bursera sp.). Foto: Yamel Rubio Aún cuando existen altas tasas de deforestación en la entidad, las selvas secas en Sinaloa albergan una importante riqueza de especies vegetales y animales que por su belleza o rareza son motivo de admiración, además de su consumo en la dieta o en la tradición 417 herbolaria en algunos poblados serranos. Es relativa- efolium), sangregados (Jatropha spp.), papaches mente fácil observar especies en peligro de extinción (Randia echinocarpa), los papelillos (Bursera spp.), o amenazadas como los grandes felinos, o los grupos mora (Maclura tinctoria) y el brasil (Haematoxylon de loros y guacamayas verdes surcando el cielo al brasiletto) (Rubio, 2003; Rzedowski, 1994; Vega y atardecer. Las selvas de la llanura costera se conectan Hernández, 1989). a la sierra madre occidental mediante lomeríos y La ubicación geográfica adicionada a la combinacerros que van conformando cordones orográficos ción de las características físicas y biológicas de la que derivan en un gran corredor biológico costero- zona, han generado algunos fenómenos interesantes serrano vital para los movimientos latitudinales que como el endemismo manifiesto en especies únicas realizan aves y mamíferos siguiendo recursos alimen- para la llanura costera del Pacífico y de México. Para ticios. muestra están algunas aves como la chara sinaloense Desde el punto de vista biogeográfico las selvas secas de Sinaloa son interesantes, se localizan en el extremo norte de la región neotropical teniendo como un punto de referencia la línea del Trópico de Cáncer que cruza al norte de Mazatlán. La riqueza de árboles es alta y de acuerdo a Gentry (1995) los géneros de árboles más importantes en Sinaloa son Lysiloma, Bursera, Acacia, Ceiba, Caesalpinia, Randia y Ficus. Entre las especies vegetales dominantes están el jútamo (Gyrocarpus americanus), las amapas (Tabebuia chrysantha y T. pentaphylla), cacaloxochitl (Plumeria rubra), el palo blanco (Ipomoea arborecens), mauto (Lysiloma divaricada) tepehuaje (L. acapulcensis), la rosamarilla (Cochlospermum vita- Paredones utilizados por la guacamaya verde (Ara militaris) para anidar. Foto: Yamel Rubio 418 (Cyanocorax beecheii) y el perico catarino (Forpus cyanopygeus) (Arizmendi y Márquez, 2000; Howell y Web, 1995); entre los pequeños mamíferos está el tlacuachín (Tlacuatzin canescens) (Ceballos et al., 2006); y entre los reptiles el monstruo de gila (Heloderma horridum) es un buen ejemplo (Lavín et al., 2002). Esto justifica, en parte, el lugar que ocupa Sinaloa (8º) entre las entidades federativas del país con respecto a la diversidad de vertebrados endémicos (Flores y Navarro, 1993). Las estimaciones de la riqueza de mamíferos proponen entre 91 y 112 especies para esta región (Ceballos et al., 2006), pero es necesario aplicar recursos y esfuerzos para definir con mayor precisión esta riqueza y los patrones de endemismos. Además es urgente llevar a cabo estudios para diversos taxa (Sarukhán y García, 2003). Recientemente en esta zona se registraron las seis especies de felinos de la costa a la sierra: el lince (Lynx rufus), la onza (Puma yagouaroundi), el tigrillo (Leopardus wiedii), el ocelote (Leopardus pardalis), el puma (Puma concolor) y el jaguar (Panthera onca) (Bárcenas y Rubio en prep.). Entre las especies de mamíferos comunes están el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), pecari (Tayassu tajacu), coyote (Canis latrans), zorra gris (Urocyon cinereoargentus), liebre (Lepus alleni), conejos (Sylvilagus audubonii), el armadillo (Dasypus novemcinctus) y el coatí (Nasua narica) (Ceballos, 2006; González et al., 2002). En el grupo de aves sobresale la guacamaya verde Amapa prieta (Cordia alliodora). Mariposa diurna (Orden Lepidoptera). Foto: Yamel Rubio Foto: Yamel Rubio 419 (Ara militaris) y el loro coronalila (Amazona finschii); ambas especies en peligro de extinción. Los carpinteros pitorreal sujetos a protección especial (Dryocopus lineatus, Campephilus guatemalensis), el correcamino (Geococcix californianus), la urraca (Calocitta collie), las calandrias (Icterus pustulatus), el carpintero (Melanerpes aurifrons), cernícalo americano (Falco esparverius) y los mosqueros (Tyrannus crassirostris) también son especies de importancia para el área. Entre los reptiles destaca la serpiente de cascabel (Crotalus basiliscus), la boa (Boa constrictor), los roños del género Sceloporus, iguanas (Ctenosaura pectinata, Iguana iguana), la tortuga de río (Kinosternon integrum) y la tortuga roja (Rinoclemys rubida perixantha) (Cupul, 2003; Ramírez, 1994). Tapacaminos (Caprimulgus ridgwayi). Foto: Yamel Rubio En los inventarios de insectos falta mucho, pero ya han sido registradas 65 especies de mariposas y polillas y 62 especies de dípteros de las cuales una es endémica (Beltrán et al., 2002). Amenazas Originalmente Sinaloa contaba con 2 025 831 ha de selvas tropicales secas, lo que equivale a la tercera parte del territorio estatal pero más del 70% de esta vegetación ha sido perturbada o destruida por diversas actividades mal planeadas o por la tala inmoderada (Rubio y Beltrán, 2003). La tasa de deforestación anual es superior a las 10 000 ha (Semarnat, 2002) y de acuerdo a opiniones profesionales esta cifra a aumentado por el mal manejo de las políticas dirigi- Rana parda (Smilisca baudini). Foto: Yamel Rubio 420 das a apoyar a campesinos que talan y siembran pastos en zonas con pendientes mayores a los 45° en predios de Cosalá, San Ignacio y Elota, adicionado a esto la apertura de nuevos caminos, desarrollos mineros agresivos donde además de talar se generan desechos sólidos y líquidos, principalmente en Cosalá, aún dentro de áreas protegidas o prioritarias identificadas por la Conabio (RTP-23) (obs. per.). Acciones como la caza inmoderada, la destrucción de hábitat, el saqueo y tráfico de especies son elementos cotidianos. En los últimos años otro factor de amenaza lo constituyen los empresarios hoteleros, particularmente algunas familias de gran poder económico en Sinaloa que han acaparado de cientos a miles de hectáreas de estos bosques con fines de promoverlo en un futuro como destinos de gran turismo con infraestructura hotelera de gran nivel, esto en la zona costera de El Patole, San Ignacio. Oportunidades para su establecimiento En la parte más serrana de la región se ubica la Región Terrestre Prioritaria de San Juan de Camarones (RTP-23), en el municipio de Cosalá. Además los bosques de esta entidad están considerados como Montaña Prioritaria por la Comisión Nacional Forestal (Conafor). La conservación de las dos cuencas hidrológicas que integran el corredor biológico “Llanura Costera Del Pacífico-Pie De La Sierra De Sinaloa” es de carácter prioritario para Sinaloa, de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para garantizar la producción de agua, generación de oxígeno y de otros servicios ambientales que permitan una calidad de vida aceptable para los pobladores. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Conafor, están aplicando recursos económicos y asesoría a los pobladores para integrarlos en procesos de buen manejo y conservación de sus recursos, esto a través de programas de empleo temporal. Los gobiernos locales, grupos de ciudadanos e instituciones educativas están preocupados por conservar el ambiente ya que el impacto de la deforestación llega con la presencia de temperaturas extremas a lo largo del año y con la escasez del recurso agua. Sólo a 12 km. al sureste de la cabecera municipal de Cosalá, que es destino turístico colonial, se ubica la reserva ecológica de jurisdicción estatal “Zona Sujeta a Conservación Ecológica el Mineral de Nuestra Señora”, espacio que pertenece y maneja la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), donde se llevan a cabo proyectos de investigación, conservación, cultura ambiental y ecoturismo. Es necesaria una mayor investigación de los recursos biológicos del área; instituciones como la UNAM, UMICH y UAS están dirigiendo esfuerzos en ello. La presencia de pobladores conservacionistas empieza a tener impacto positivo al promover acciones de protección para la flora y fauna, además de participar con investigadores y académicos en proyectos de participación comunitaria.