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Opinión
LanzaDigital, Sábado 23 de Abril de 2016
Eduardo Muñoz Martínez
Cervantes, Shakespeare y el inca Garcilaso de
la Vega
- 23/04/2016
Como ya dijo alguien antes que yo, "pocas coincidencias históricas son tan curiosas como las ocurridas el
23 de abril de 1616, la muerte de tres de los más grandes autores de la literatura universal". Es cierto. Hace
ahora, -hoy mismo-, cuatrocientos años, ¡ni más ni menos que cuatro siglos! fallecían, -aunque su obra
prevalecerá por los tiempos de los tiempos-, tres autores, tres escritores, -al menos tres-, de los más
grandes que al mundo hasta ahora han sido dados, tales que Miguel de Cervantes Saavedra, figura máxima,
sin lugar a dudas, de las letras españolas, en cuyo recuerdo y honor se celebra cada 23 de abril "El Día de la
Lengua Española"; William Shakespeare, gran poeta y dramaturgo inglés; el inca Garcilaso de La Vega, que
con su vivir y su hacer en el mundo de las letras fue reflejo de una época colonial en la que, como nos
muestra la historia de aquel tiempo, convivieron dos culturas tan radicalmente dispares que le impidieron
identificarse con cualquiera de ellas, por la mera condición del color de su piel, y su condición de mestizo.
Hoy también, como cada 23 de abril, con distintas simbologías y tradiciones de acuerdo con cada país y
hasta con cada región, en homenaje a ellos, -y a cuantos escritores fallecieron ese día-, se celebra
igualmente "El Día Mundial del Libro".
Aunque es hartamente sabida la vida de todos ellos, comenzaremos este segundo punto del presente
artículo recordando que Miguel de Cervantes nace en día que no se conoce con certeza, en la ciudad de
Alcalá de Henares, en el año 1547, -por lo tanto fallece a los 69 de edad-, y por diversas circunstancias vivió
en Alcalá de Hernares, Valladolid, Córdoba, Sevilla, Madrid,... y en ese lugar de La Mancha, -no entraré en
pormenorizaciones-, que tantos "calabreos", calabriadas o batiborrillos está ocasionando de un tiempo a
esta parte.
Diecisiete años más tarde, -en 1564-, nacía William Shakespeare en el Reino Unido, exactamente en
Stratford on Avon. Durante los cincuenta y dos años que vivió, Shakespeare, -cuyo apellido aún hoy es un
enigma en lo que a su autenticidad se refiere-, se forja como escritor en Londres, y de él han asegurado
otros, con más razón que el firmante, que "solamente con sus versos hubiera ya pasado a la historia de la
literatura; por su genio teatral y especialmente por el impresionante retrato de la condición humana en sus
grandes tragedias, -como Hamlet-, Shakespeare es considerado el mejor dramaturgo de todos los tiempos.
Veinticinco años antes que Williams venía al mundo en Perú Garcilaso de La Vega, -el Inca-, que había
nacido en 1539, y fallecía a los 77 en España, concretamente en Córdoba, ciudad en la que residió, además
de en Sevilla y Montilla. De La Vega, siguiendo las corrientes humanistas del momento inició un importante
y original proyecto historiográfico sobre el pasado del pueblo americano y en especial, -como no podía ser
de otra manera-, del Perú. Tal vez, como fruto de esta aventura, surge la obra "Comentarios Reales", en la
que escribe: "...A los hijos de español y de india, o de indio y española, nos llaman mestizos, por decir que
somos mezclados de ambas naciones; fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en
Indias; y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación, me lo llamo yo a boca llena y
me honro con él. Aunque en Indias si a uno de ellos le dicen sois un mestizo lo toman por menosprecio. (...)
De las grandezas y prosperidades pasadas venían a las cosas presentes, lloraban sus Reyes muertos,
enajenado su imperio y acabada su república, etcétera...".
Hablando, o escribiendo, de muestras literarias, transcribo ahora unas líneas de Hamlet, en homenaje a
Shakespeare: "...¡Ser, o no ser, es la cuestión! -¿Qué debe más indignante optar el alma noble entre sufrir de
la fortuna impía el porfilador rigor, o rebelarse contra un mar de desdichas, y afrontándolo desaparecer
con ellas? Morir, dormir, no despertar más nunca, poder decir todo acabó; en un sueño sepultar para
siempre los dolores del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
concluir así!...".
Como no hay dos sin tres, -que asevera el refrán-, que mejor que recordar la obra de Cervantes con unas
líneas de su Don Quijote de La Mancha: "...Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de
encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y
disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de
aquellas sonadas soñadas invenciones que creía, que para él no habría otra historia más cierta en el
mundo..."
A veces, ¡suele ocurrir por desgracia con cierta frecuencia!, unos son los propósitos y otros, bien distintos,
los resultados. ¿El mío, hoy? Muy sencillo, sobre todo cuando nace del corazón. Rendir homenaje en este
Día Mundial del Libro de 2016 a Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de La Vega, el Inca,
tres de los más grandes, -a tenor de los expertos y como ya dije al principio-, autores de la literatura
universal, cuya obra sigue viva aunque hoy celebremos con un libro, con una rosa,... de cuántas formas
haya, el IV Centenario de su muerte.
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