OPINIÓN EL FIN DE UNA O VARIAS PUBLICACIONES MILITARES Vida y defunción de una revista número de suscriptores al Memorial fue poco a poco en aumento. Para ello, se hacía propaganda entre los alumnos de los diversos cursos que se impartían en la Academia y se llevaba a cabo un seguimiento exhaustivo de los cambios de destino de los suscriptores, para no perderlos. Gracias a estos desvelos se pudieron editar tres números al año, con una tirada que se aproximaba a los 2.000 ejemplares. E l Memorial de Infantería es quizá sería más apropiado decir “era”, una vez firmada su sentencia de muerte- una revista militar destinada a divulgar conocimientos propios de la profesión. La cabecera se remonta nada menos que a 1852, cuando vio la luz destinada exclusivamente a la publicación de disposiciones oficiales, dependiendo su edición y distribución de la Dirección General del Arma. El resto de las Armas del Ejército disponía también de una revista con igual nombre y nacida por aquellos tiempos, siendo la más antigua de todas el Memorial de Artillería, que se comenzó a editar en 1844. La aparición en 1884 de la Colección Legislativa del Ejército y en 1888 del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, con semejantes fines que el Memorial de Infantería, pero dirigido a todas las Armas y Cuerpos, le dejó sin razón de ser, y aunque se mantuvo durante escasos meses dedicando sus páginas a artículos de carácter profesional, en agosto de 1889 desapareció. Habrá que esperar a 1911 para que reaparezca, con la consideración de revista de carácter técnico profesional redactada por jefes y oficiales de Infantería, con periodicidad mensual. El Memorial llegaría a una tirada de más de 5.000 ejemplares al mes y a pesar del carácter crítico de muchos de sus artículos se mantuvo Todo discurrió con normalidad hasta llegar el año 1993, en que el Ministerio de Defensa del gobierno de Felipe González decidió tomar el control de todas las publicaciones militares. Portada de Memorial de Infantería de 1930 sin cortapisas durante el Gobierno de Primo de Rivera, languideció a lo largo de la República –durante la cual solamente se permitieron artículos técnicos- y se extinguió al inicio de la Guerra Civil. Esta vez su período de silencio se alargaría, pues hasta 1984 no volvería a resucitar, esta vez bajo la dependencia de la Sección de Investigación y Doctrina de la Academia de Infantería y el patrocinio de la Inspección de Infantería. Gracias a la dedicación de jefes, oficiales y suboficiales destinados en dicha Sección -más tarde convertida en Jefatura- que, sin dejar sus obligaciones, entendían la importante misión de divulgación cultural que estaban realizando, el MILITARES 99 23 JULIO 2013 Esta medida tenía su lógica, pero solamente desde el punto de vista político. Se creaba un Centro de Publicaciones con unos sabrosos puestos de trabajo bien remunerados para la gente afín, que sustituiría a quienes habían hecho el mismo trabajo sin cobrar cantidad alguna, y al mismo tiempo se podía controlar mejor el contenido de las publicaciones. Las revistas, por el contrario, no tuvieron igual fortuna. Por lo pronto, se les dio carpetazo a la mayor parte de ellas, conservándose un reducido número, que muy pronto comenzó a sufrir las consecuencias del cambio. No cabe duda de que la decisión del Ministerio de Defensa habría estado bien tomada si el Memorial hubiese mejorado su tirada y distribución, pero no fue así. Comenzó una extraña etapa de transición durante la cual la revista tan pronto la imprimía Defensa OPINIÓN como lo hacía la imprenta de la Academia de Infantería, hasta que en 1995 todo el control de la publicación pasó al Ministerio, quien, generosamente, mantuvo en tres los números anuales. La Academia se ofreció a seguir con su distribución, con el fin de que no se perdiesen suscriptores, pero los responsables ministeriales no lo admitieron. Tampoco aceptaron la propuesta de editar cuatro números en lugar de tres sin que hubiese un aumento del gasto. En 1996 se habían ya perdido trescientos suscriptores, sin que pareciese que nadie hacía nada por evitarlo. Para aumentar este daño, el EME redujo el dinero que facilitaba para abonar las colaboraciones, obligación que más tarde asumiría Defensa. Los años siguientes continuó la debacle, se redujo la tirada de tres a dos ejemplares, se disminuyó la cantidad de que se disponía para pagar a los colaboradores -alrededor de 120 € por artículo- y siguió cayendo la cifra de suscriptores, que actualmente deben rondar los trescientos. Cambió el Ministerio de orientación política, pero con el nuevo Gobierno todo fue a peor. Demócratas de toda la vida y, cómo no, amantes de la cultura, parece que se propusieron eliminar el Memorial de forma silenciosa, para lo cual decidió, en primer lugar, dejar de suministrar la cantidad destinada a colaboraciones: la elevada suma anual de 4.000 €. Pero algún clarividente debió asesorar al demócrata de toda la vida, haciéndole ver que a lo peor podía haber militares que continuasen colaborando sin exigir pago alguno, pues son muy dados a llevar la contraria, por lo menos hasta que llegan a determinados puestos. Considerado el riesgo, hubo que recurrir a otro artificio para evitar la supervivencia de la más que centenaria publicación, y nada mejor que suspender las escasas suscripciones que todavía se conservaban y recurrir a un sofisticado sistema de compra que hiciese renunciar a ella a quienes todavía deseaban adquirirla. He aquí el “sencillo” trámite. La impresión en papel se hacía exclusivamente bajo demanda previa. El interesado en recibir un número de la revista debía solicitarlo a Defensa mediante un correo electrónico, que sería respondido con otro adjuntando una factura proforma, que se debería satisfacer mediante un ingreso en una cuenta corriente, seguido del envío a Defensa de un justificante de haberlo hecho. Fácil, ¿verdad? Este sistema se aplicó también a los Cuerpos que estaban suscritos a un número determinado de ellos con destino a las bibliotecas y a otros lugares de consulta y que, a partir de ahora, deberán tener presente que han de solicitarlo para que se imprima “bajo demanda” y, por supuesto, previo el correspondiente pago. Para recompensar de alguna forma a los colaboradores se ha tenido que recurrir a sustituir el pago por una felicitación, idea que se ofrece a los partidos políticos para sustituir las gratificaciones que se reparten de una forma tan generosa. Los motivos del despropósito Detrás de la decisión que conducía irremisiblemente a la muerte al Memorial de Infantería -y a otras revistas militares- tenía que haber un motivo. Y lo hubo. MILITARES 99 24 JULIO 2013 No era posible que el Gobierno del Sr. Rajoy pudiese seguir manteniendo la “increíble” subvención de 4.000 € a la revista cuando había otras necesidades más imperiosas que cubrir. De dónde, si no, se iban a sacar las subvenciones concedidas a los sacrificados y necesarios partidos políticos en 2013, una miserable cantidad de dieciséis millones y medio de euros. Y las no menos generosas destinadas a los sindicatos, en torno a los 200 millones el año pasado. ¿No es éste el mejor destino que se pueden dar a los 4.000 € del Memorial y a los que se hayan obtenido de otras revistas militares? Gracias a la solidaridad demostrada por Defensa otros ministerios pudieron ser magnánimos con proyectos de los que pocos ciudadanos albergarán dudas de su perentoria necesidad. Valgan como prueba los 2.700.000 € concedidos a diversas asociaciones: -353.000 € a la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros -302.000 € a la Asociación General de Consumidores -112.350 € a la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios -296.100 € a Consumidores en Acción -324.000 € a la Asociación de Usuarios - Consumidores Independientes. y a otras cuantas más, de las que en muchas ocasiones al sencillo españolito le resulta difícil entender la utilidad de su labor. O los 300.000 € destinados al fomento de la traducción de obras a idiomas como el árabe, tailandés, croata, serbio y japonés, no siendo españoles una gran parte de los OPINIÓN autores y con títulos tan sugestivos como Putas asesinas, Pornotopía. Arquitectura y sexualidad o La muchacha que pudo ser Emmanuelle… -98.881,20 € a la Agrupación de Corporaciones Locales representadas por el Ayuntamiento de Puig para el proyecto “Anem al teatre 2012/2013”. O los cerca de 3.000.000 € concedidos por el Ministerio de Sanidad al Consejo de la Juventud para que haga propaganda del aborto libre. -42.000 € al Ayuntamiento de La Coruña para el proyecto “Coruña mayúscula 2013”. O los más de 700.000 € gentilmente regalados a festivales y certámenes de cinematografía. No deja de resultar sorprendente lo cicatero que se muestra el Gobierno para apoyar unas iniciativas y lo generoso que es para otras, sin que nos quede claro cuál es su patrón de conducta, o ¿sí está claro? O las ayudas prestadas a sesudos trabajos de investigación: 32.855,95 € para “La discriminación de la mujer: los orígenes del problema. La función social y educativa de los museos arqueológicos en la lucha contra la violencia de género”; 26.911,50 para “La transmisión de estereotipos de Género a través de la canción y su relación con la Violencia de Género”; 28.865,00 “La conciliación como instrumento de inclusión social de la mujer ingeniera”; 25.300,00 “Políticas de cuotas y eficacia”; 33.300,00 “Espacios de igualdad y de empoderamiento femenino en democracia (1975-2012); 23.093,90 “Epidemiología espacial de la Violencia de Género y características de los barrios”. Nadie dude de nuestro respeto a la mujer y nuestra defensa de su igualdad en la sociedad, pero ¿es así como se va a lograr? O los 2.500.000 € repartidos en enero de 2013 por el generoso Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: -60.000 € al Ayuntamiento de Blanca para el proyecto “Actividades e intervenciones artísticas 20122013 de lo local a lo global”. -80.000 € al Ayuntamiento de Candeleda para el proyecto “ECOPOP Festival de Música y Naturaleza”. -96.939 € al Ayuntamiento de Granada para el proyecto “García Lorca: teatro y títeres”. -O los 5.069.310 € entregados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a proyectos tan sorprendentes como el del Instituto para la calidad de las ONG con un título tan definitivo y claro como el de “Desarrollo de la Norma ONG Calidad y mantenimiento de una estructura estable de certificación de la misma”. Pero parece ser que no todas las publicaciones han salido perjudicadas. Así, en el BOE podemos ver el dinero que se han llevado 109 de ellas, algunas de las cuales viven a la sombra del PP y PSOE: Cuadernos del pensamiento político 13.333.33 €; Letra internacional 15.519,13; Espacio de Libertad, de la anarquista Fundación Ferrer y Guardia, 10.491,80 €, y así otras muchas, con nombres tan curiosos como Anoche tuve un sueño, Zona de obras, El rapto de Europa, Zirkolika -revista de artes circenses-, Cidob d'Affers Internationals, Revista hispanocubana, Mugak, y otras, que salen a una media de 15.000 € cada una. MILITARES 99 25 JULIO 2013 Sería muy conveniente saber en cuál de ellas se han empleado los 4.000 € que se han retirado al Memorial de Infantería y otras cantidades semejantes de que se ha privado al resto de los Memoriales de otras Armas, a la Revista Ejército (se le han dejado 3.000 € para pagar las colaboraciones de doce números al año, con lo que cada artículo vendrá a salir por unos 12 €, a no ser que se prefiera sortear entre los colaboradores quién cobra y quién no) y a la de Historia Militar. Estoy de acuerdo en lo que hace poco escribía un articulista de ABC, que en lo que iba de año el Gobierno de Rajoy había despilfarrado 325 millones de euros en las mismas tonterías y chorradas en que los gastaban Zapatero y sus mariachis, y ponía como ejemplo las siguientes subvenciones: 225.305 € para la “Mejora de la producción agrícola sostenible para reforzar los derechos de familias campesinas afectadas por el Muro en los territorios palestinos”; 134.847 € para el “Fortalecimiento del Comercio justo en el Estado Español”; 53,7 millones para los “Planes de formación para el Empleo de las Administraciones Públicas en 2013”, de los que 11,2 millones se regalan a las organizaciones sindicales. Todavía duele más esta decisión si se piensa que de haber mantenido el control del Memorial de Infantería, la Inspección del Arma se habría ingresado por la venta de cada número la cantidad de 8.000 €, aproximadamente, es decir, 16.000 € al año, que hubiesen bastado sobradamente para pagar las colaboraciones. ¿Por qué tiene que pagar la revista la ineptitud de quienes la han gestionado?.