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32 vida & artes
EL PAÍS, lunes 21 de febrero de 2011
cultura
Jean Daniel en su despacho de Le Nouvel Observateur en París. / daniel mordzinski
JEAN DANIEL Periodista y escritor
“Me maravilla haber vivido para
ver a un negro en la Casa Blanca”
JOSÉ MARÍA RIDAO
París
Un título como Ese extraño que
se me parece, elegido para encabezar un texto autobiográfico,
transmite la sorpresa del autor
ante el retrato final. “El personaje que resulta”, dice Jean Daniel
(Blida, Argelia, 1921), “se me parece en la medida en que ha hecho
mi mismo recorrido. Las etapas
esenciales por las que él ha transitado son también las que a mí
me definen”. Pero eso no sirve
para dar cuenta de una larga vida en la que, además de la íntima
y privada, existe una dimensión
pública tan constante, tan continuada, tan reconocible como la
de Jean Daniel. “Me resulta extraño porque, en el fondo, siempre
existe una diferencia entre lo
que se ha hecho y lo que se quería hacer, y se lamenta lo que no
se ha logrado”.
El personaje que surge de Ese
extraño que se me parece (Galaxia
Gutenberg / Círculo de Lectores)
participó en la II Guerra Mundial
como Jean Daniel, asistió como
él al “espectáculo de las revoluciones” y, a los noventa años, los
mismos que tiene el fundador de
Le Nouvel Observateur, sigue
siendo un apasionado de la literatura y del compromiso. “Pero, en
el fondo”, asegura, “el cuadro no
está completo”.
La razón es que, para Jean Daniel, “la fidelidad literal nunca se
corresponde con la realidad profunda. Esta se aprecia mejor en
los personajes de novela”. Ha emprendido una minuciosa relectura de Tólstoi animado por dos
biografías del escritor ruso que
acaban de aparecer en Francia, y
corrobora que “sus personajes
encarnan una verdad total, profunda, compleja, más que los de
Dostoievski”. Antes, sin embargo, era conocida su preferencia
por Dostoievski. Llegó a decir, in-
“Como Hemingway
o Malraux, quería
hacer literatura y
periodismo a la vez”
“Releo a Tólstoi y me
doy cuenta de que
tiene más espesura
que Dostoievski”
cluso, que cambiaría todo lo que
ha hecho por haber escrito Los
hermanos Karamazov. Jean Daniel lo explica por la larga carrera a sus espaldas: “durante muchos años”, confiesa, “me apasionó el debate de ideas. Cada personaje de Dostoievski, sobre todo
los hermanos Karamazov, encarna una idea. Pero ahora, releyendo a Tólstoi, me he dado cuenta
de que sus personajes tienen
más espesura”. Es decir, Tólstoi
ha ganado la partida que libraba
con Dostoievski en el interior de
Jean Daniel. “Sí, por el momento.
Pero sigo teniendo la fotografía
de Dostoievski en mi escritorio”.
En Ese extraño que se me parece, Jean Daniel hace una confesión: lamenta que sus logros como periodista hayan contribuido
a ocultar su tarea como escritor.
“Me hice periodista a causa de la
guerra, como también a causa de
la guerra me comprometí contra
el colonialismo. Me empujaba el
deseo de dar testimonio, de vivir
aventuras. Como Hemingway, como Malraux, literatura y periodismo al mismo tiempo”. Haberse
retirado de la dirección de Le
Nouvel Observateur le ha permitido revisar algunos libros de la
veintena que ha escrito. “Una tarea terrible, que siempre produce decepción”. Aun así, encuentra páginas y títulos que puede
seguir leyendo “no con satisfacción, sino, simplemente, sin vergüenza”. En concreto, un libro de
recuerdos de infancia, El refugio
y la fuente. También La herida,
las diversas entregas de sus diarios y, sobre todo, La prisión judía. “Tengo la impresión de que
en este libro llevé a cabo una reflexión original. Quizá parezca
pretencioso, pero estoy convencido de haber dicho cosas que no
se habían dicho hasta entonces”.
En cuanto a Ese extraño que se
me parece, “he querido dar cuenta en estas páginas de las cosas
que lamento, de aquello en lo que
he fracasado”.
Michel Foucault dijo que, desde Le Nouvel Observateur, Jean
Daniel se proponía reconciliar a
la izquierda consigo misma. “Era
una época parecida a la de hoy,
en la que nos interrogábamos
acerca de esa izquierda que sabe
que existe pero que no sabe
quién es”. Jean Daniel reconoce
que, a lo sumo, él y su revista
habrían ayudado a formular la
pregunta en términos más precisos, no a responderla, y por eso
“Lo importante de
lo de Egipto y Túnez
es que ha ocurrido,
no su futuro”
“La ocupación
ha constituido
una maldición
para Israel”
no se puede hablar en este caso
de desilusión. En el del anticolonialismo, el otro rasgo fundamental de la aventura personal e intelectual de Jean Daniel, la palabra
correcta, en cambio, es la de fracaso. “Fracaso personal”, insiste.
Y lo ilustra a través de la cruel
paradoja a la que se enfrentan
las generaciones que lucharon
contra el colonialismo. “Hubo
gente que dio la vida por la independencia de su país y cuyos hijos y nietos, hoy, no tienen otro
sueño que abandonarlo”. Quizá
las revueltas de Túnez y Egipto
supongan una nueva oportunidad, completen la tarea que el anticolonialismo dejó a medias, permitiendo que, sin cambiar nada,
las nuevas élites ocuparan el lugar de las que llegaban de las metrópolis. “A mi edad ya solo vivo
el instante”, dice Jean Daniel.
“Me maravilla haber vivido para
ver a un negro llegar a la Casa
Blanca, o a los tunecinos y a los
egipcios rebelándose contra sus
dictaduras. La importancia de
las revueltas no está en lo que
vaya a suceder, sino en el simple
hecho de hayan tenido lugar”.
¿Cómo juzga la posición de Obama ante ellas? “Obama ha vivido
fuera de Estados Unidos, tiene antepasados que hacen de él y de su
cultura una síntesis capaz de
comprender mejor estos fenómenos que sus antecesores en el cargo. Al comienzo titubeó por las
dificultades con su entorno, pero, finalmente, contribuyó a que
el tirano se fuese”. ¿Y la posición
de Israel? “La ocupación ha sido
la maldición de Israel”, responde
Jean Daniel. “Ha desencadenado
una resistencia idéntica a la llevada a cabo contra los imperios
francés y británico, y, por eso, Israel es percibido como una prolongación del colonialismo. Obama es una oportunidad, no un
obstáculo como muchos israelíes
imaginan”.
Sigue escribiendo los editoriales de Le Nouvel Observateur, va
una vez por semana a la redacción y participa en la reunión que
precede a un almuerzo ritual desde hace años en alguno de los restaurantes cercanos. “Una publicación se adapta. Ahora tiene un
nuevo director con mucho peso y
mucho talento. Se mantiene en la
izquierda, tiene unas magníficas
páginas de debate y de literatura”. El extraño que se parece a
Jean Daniel continúa siendo, pese a todo, Jean Daniel.
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