Periódico Al-Nidaa, junio 1989 Jaque Mate (Dedicado a mi hermano Yasser) El peón blanco se desplaza al centro del tablero - el tablero de ajedrez - en un típico movimiento de apertura, similar a un típico día en Beirut. Walid juega con las piezas blancas; Habib, sentado frente a él, juega con las negras. Están sentados en dos pequeñas sillas hechas de madera y rafia, en una esquina de una de las habitaciones consideran de su segura casa, y una fuera casa del que alcance sus de habitantes los azarosos bombardeos. Oum Habib, la señora de la casa, siempre decía: "Da igual, al final siempre acaba pasando lo que Dios tiene previsto que pase". Aún así, por miedo, miedo por sus tres hijos Habib, Walid, Faten y su marido Abou Habib, se sentaba con ellos en aquella diminuta habitación en la que no podían caber más de dos o tres personas, y allí seguía intentando dormir un bombardeo poco. de Los ambos recurrentes lados le disparos impedía y el constante dormir, se levantaba medio aturdida, asustada, miraba a todas las personas de la habitación, polluelos. como Una si vez fuera que se una había gallina contando asegurado de que a sus todos estaban bien, se dedicaba a bombardear con su estilo personal a todos los responsables, sin ninguna excepción, con disparos verbales dirigidos a la situación, el país, etc… Juraba y maldecía, y después de un rato se calmaba un poco e intentaba 1 volver a conciliar el sueño, después se despertaba de nuevo, empezaba a bombardear, se calmaba, dormía… y así sucesivamente. El peón negro recibe la orden de avanzar y plantarse ante este arrogante soldado blanco. Abou Habib tiene unos cuarenta años, se gana la vida enseñando química. Realmente puede dar clases particulares de cualquier materia siempre que estén bien pagadas. Abou Habib está en ese momento leyendo su suerte en una baraja de cartas, sentado sobre un cojín junto a su mujer, que sigue intentando conciliar el sueño. Le está preguntando a las cartas si la escuela abrirá o no, y no deja de recibir una respuesta negativa, entonces, barajea las cartas y lo intenta de nuevo, y recibe la misma respuesta negativa, entonces vuelve a barajar las cartas, hace una tirada en línea y recibe la misma respuesta, y así sucesivamente. El caballo blanco se revuelve, intenta correr y saltar por los prados del verde valle, realmente es valiente, pero también irracional. Faten, la hija menor, está sentada junto a su madre en el mismo cojín. Está jugando a las mamás con su muñeca Soumaya. Le peina el cabello, la abraza, la besa, le grita a la cara, le cuenta chistes, la hace llorar, la consuela y luego de nuevo la peina, la abraza, la besa, le grita a la cara, bromea con ella… y así sucesivamente. El alfil blanco y la reina negra avanzan en la oscura noche, como comandos decididos en dirección a las zonas blancas. Walid es un joven con talento a quien le gusta dibujar. Sus 2 padres y familiares le convencieron de que se matriculara en la Universidad del Líbano y de que estudiara arquitectura en lugar de dibujo. Le decían que la arquitectura le permitiría labrarse un buen futuro mientras que el dibujo solamente le daría opción a construir matriculó y empezó domingos, a la a zona castillos asistir de de papel. diariamente, Raoucheh, donde Así que excepto se se los hallaba la facultad, en un edificio artístico, majestuoso e imponente como la cercana roca de Raoucheh. Fue allí donde Walid aprendió a fumar gracias a sus compañeros de clase, hasta el punto de que ahora fuma más que ellos. Dos paquetes diarios, y los días estresantes como el de hoy, puede llegar a fumar tres y hasta cuatro paquetes, en función de la frecuencia de los bombardeos y la partida de ajedrez. Enciende un cigarrillo, se lo fuma, piensa un momento, lo apaga con sus enérgicos dedos, después se enciende otro, se lo fuma y piensa, lo apaga, enciende otro… y así sucesivamente. La reina negra: jaque mate, el rey ha sido abatido. La reina negra siguió la táctica de Napoleón1, pero al mismo Napoleón no le satisface el resultado, no por simpatía hacia las blancas ni por enfado con las negras, sino por amor a sí mismo. ¿Es lógico que una partida finalice cuando apenas acaba de comenzar? "No para jaque mate", dijo Napoleón cuando se entrometió. Habib es el hijo mayor: obtuvo su licenciatura hace un año gracias al Sr. Rafik Hariri quien le prestó suficiente dinero para estudiar en la Universidad Americana de Beirut. 1 N. del T.: en persa, griego y árabe Napoleon's Plan (Táctica de Napoleón) correspondería al Jaque Mate Pastor en castellano. 3 El tablero de ajedrez está dispuesto frente a él y, a su lado, una pequeña radio no deja de escupir información. Él reflexiona sobre ambas cosas, la partida de ajedrez y la radio, mueve una pieza sobre el tablero, mueve el dial de la radio para entonces sintonizar mueve una otra pieza, emisora, sintoniza escucha, el reflexiona, dial, escucha, reflexiona, mueve, sintoniza, escucha… Y así sucesivamente. Una ronda de disparos, calientes como el aire del desierto, a favor de las blancas, termina con una tregua fría como las llamas del infierno. Todo el mundo está sentado en esta habitación diminuta, Abou Habib, Oum Habib, Habib, Walid y Faten. Sus ojos brillan y sus caras están enmarcadas por un rojizo halo, un resplandor que tiembla con cada ráfaga de esta sofocante primavera. Todos están sentados y el pábilo de la vela encendida grita del dolor que le inflige el fuego, se retuerce en una danza de muerte mientras que el fuego celebra su victoria. La vela esperó su turno durante varias horas, observando a su amigo quemarse, su compañero, ahora desparecido hace tiempo. Está siguiendo sus mismos pasos, y reza desesperadamente para que la corriente eléctrica se muestre clemente y la rescate de este fuego infernal. Las negras se han contentado con pronunciar una declaración en la que hacen responsable a la parte contraria de las pérdidas entre las piedras que gritan en los muros de la ciudad condenada. 4 Y cae una bomba. Ha estado cerca. Cae otra, lejana esta vez. Luego otra, distante y cerca, luego otra, luego otra… Habib da un salto y coge la radio. Los ojos de Walid brillan como el resplandor de la bomba. Soumayya está en el regazo de Faten, y Faten está en el regazo de su madre. Oum Habib, vuelve a la acción y empieza a contar a sus hijos y a lanzar sus propias bombas habituales, "Que Dios les envíe enfermedades, que Dios siembre el caos en sus vidas, que Dios los destruya y los envíe a las llamas del infierno, que escuchar las Dios…" Abou Habib noticias le de increpa: última “Cállate hora, ¿No ya, tenemos déjanos ya bastante con el bombardeo de ahí afuera como para tener que aguantar otro aquí dentro?” La radio: una emisión en directo desde nuestra recepción informa que las zonas civiles de Beirut Occidental están bajo un intenso fuego de artillería que proviene de la zona oriental de la ciudad. Manténganse a la escucha de su radio local… una breve pausa para la publicidad seguida de un poco de música. Prevalece una calma recelosa mientras que todos esperan que el cielo deje caer lo que no desean. Es un deseo, pero "los deseos no siempre se cumplen". Calma, calma, calma. Un suspiro profundo. Un poco de música y Habib vuelve a pensar en un movimiento que pueda hacer girar la batalla a su favor. En lo que respecta a Walid, está intentando reprimir una tímida sonrisa de alegría porque le lleva cierta ventaja a Habib, el hermano mayor, culpable de realizar un movimiento 5 temerosamente equivocado. La baraja de cartas está en su correspondiente lugar sobre el suelo, enfrente de Abou Habib. Oum Habib está apoyando su cabeza sobre…-las blancas y las negras acuerdan un alto al fuego, pero el fuego no quiere almohada, preparada para otra detenerse en absoluto- la ronda de sueño. Faten está gritando a Soumayya porque no se ha lavado los dientes antes de irse a la cama. La reina blanca asesina a un pacífico caballo negro. La radio habla para sí misma. La vela ha muerto en silencio, un mártir, y una de sus compañeras, ha ocupado su lugar en la procesión. Busca refugio después de dos movimientos Faten se duerme sobre el regazo de su madre y sueña con un juguete más grande, uno que se llame igual: "Soumayya" llamó Soumayya a su muñeca porque a su primo le gustaba ese nombre y ella se lo puso para complacerle - ella sueña que cría a su muñeca - perdón, a su hija - de la misma manera en que le gustaría que la criaran a ella. Lo único que pide es poder salir a jugar fuera de esta prisión, poder ver el mar, una tarta de cumpleaños, ropa nueva… No, no, creo que esto es lo que sueñe… Sueña que lleva unos zuecos muy altos en sus diminutos pies, tan altos que puede alcanzar el cielo y jugar con los pajaros. No puede volar como ellos, tal y como le han dicho los adultos. Pero unos zuecos serían bonitos. La reina negra quiere casarse con el príncipe blanco, pero los peones blancos y la corte del rey no permitirán que esto suceda a pesar del intenso amor que se profesan. 6 El sonido de una explosión. La reina negra está muerta. "Ésa se dirige hacia ellos" “No, ya ha caído" “No, ha explotado" Y el príncipe blanco permanece prisionero de los peones blancos y sus batallas inhumanas. Estalla una bomba. “Que Dios destruya sus cuerpos, que Dios les arranque la piel de los huesos, que Dios los envíe a las rojas llamas del infierno, querido Dios…" “Calla, por favor, calla…” “Mami… tengo miedo, ¿dónde está Soumayya? Quiero a Soumayya". Grita. “Está ahí a tu lado, cariño”. Y una serie de bombas, emanando de una batería de cañones, estallan con perfecta e inaudita armonía. El caballo blanco de Walid amenaza tanto al rey como a la torre, ¡qué desastre! Y el bombardeo se recrudece; hay una explosión al lado del edificio, seguida por el grito agudo de mujeres y niños pequeños. Faten está llorando en el regazo de su madre y Oum Habib está enfadada con los causantes de la guerra. Abou Habib también está muy asustado. Necesita ir al cuarto de baño y aliviarse, pero su miedo se lo impide; porque la habitación que tiene que atravesar para llegar al baño, da a 7 una calle que está acribillada por proyectiles de bombardeos anteriores. La radio está hablando ahora de las blancas después de haber debatido sobre las negras. Habib y Walid han dejado de jugar durante un rato, y retoman la partida sin preocupación. Se han abandonado al destino, hace un rato, y lo han decidido sin grandes alardes. No tienen más casa que ésta, no tienen otro refugio mejor que éste y ningún otro sustituto para nada de "esto"… ¿Qué podrían cambiar? La torre está perdida. El ataque le viene de lejos. El gran negro ha sido alejado mientras que el gran blanco está siendo saqueado cerca. “¿Quién quiere té?” “¿Quién quiere comer?” “¿Quién quiere…” Naturalmente todo el mundo quiere, porque la guerra lo abre todo, hasta el apetito. Los vecinos de Abou Habib han huido al sur del Líbano en un intento de escapar de una herida cada vez mayor. En cuanto al resto de los partieron para Beirut, con habitantes, Chipre, familiares están mientras cuyas desperdigados. otros casas Algunos permanecieron disponían de en refugios reales. Otros se fueron a la zona de Shouf, otros a Damasco y Trípoli. Es obvio que están intentando volver blanco lo negro y negro lo blanco. Es un intento de borrar los hechos, todos los 8 hechos. Abou Ali, vecino de Abou Habib, - vive en la cuarta planta era desconfiado hasta rayar la locura. Cada día aparecía con una nueva historia sobre los posibles lugares donde podrían caer bombas. Cuando empezaron los bombardeos, estableció cuatro direcciones posibles, después apareció con la primera conclusión: Ashrafieh, peligrosas. el y estudio eso los Entonces y la cocina convertía Abou Ali daban en las empezó a a la zona habitaciones esconderse en de más los dormitorios. El segundo día descubrió que los dormitorios no eran seguros porque el cañón podría alcanzarlos desde la zona sur. Y entonces se refugió en las otras habitaciones: el cuarto de estar, el baño de estilo occidental y el de estilo oriental. El cuarto de baño al estilo oriental no se puede utilizar como escondite porque está muy pegado a la cocina, es muy pequeño y no se puede vivir dentro. Entonces Abou Ali optó por vivir en el cuarto de estar y lo convirtió en un cuarto donde comer, beber, dormir y cocinar y casi todo lo demás, excepto por ese asunto tan acuciante que resolvía en el cuarto de baño de estilo occidental. De hecho, al padre de Abou Ali no le gustaba en absoluto el cuarto de baño de estilo de occidental ni tampoco la manera occidental aliviarse: lo encontraba poco higiénico, y también colonial… “¡Al infierno con Occidente!” Y prohibió a su esposa e hijos que utilizaran ese cuarto de baño y lo convirtió en despensa. Pero cuando se fue haciendo mayor, sus hijos, y sobre todo Abou Ali, pasaban a hurtadillas y lo utilizaban. La principal debilidad de Abou Ali era que le faltaba el conocimiento real del uso de este cuarto moderno, y esto le solía causar grandes preocupaciones, especialmente cuando visitaba hogares que 9 solamente tenían este tipo de wáter. Temía que al descubrir mental. su incapacidad, Por ese pensaran motivo, que siempre era andaba un deficiente preocupado y extremadamente atento para impedir que nadie descubriera su pequeña incapacidad. Y hacía lo imposible para superar este defecto y borrar dicha debilidad. Pero hasta el día de hoy, seguía sintiendo miedo por el segundo asiento, el bidet, cuya finalidad nunca llegó a entender y tampoco se atrevió a preguntar a nadie por él, ni siquiera a su esposa. Intentó averiguarlo por sí mismo, pero siempre acababa echo un lío con los dos grifos y empapado con el chorro ascendente de agua, causando una y otra vez grandes catástrofes… Las blancas y las negras están tomándose un tiempo de descanso después de haber librado una batalla encarnizada y fatigosa. Y después de una batalla encarnizada y fatigosa, Abou Ali descubrió que el cuarto de estar tampoco era un lugar seguro; de hecho, si cayera una bomba en el edificio de enfrente, la metralla impactaría en su refugio actual y lo enviaría directamente con sus padres, que en paz descansen, y eso era precisamente lo que estaba intentando evitar. Abou Ali decidió finalmente esconderse en el cuarto de baño de estilo grande de occidental. espuma y Extendió empezó a en el suelo dormir en un esa trozo muy habitación colonial, como su padre solía llamarla. Transcurridos un par de años, después de una socorrida lluvia, Abou Ali subió al tejado del edificio para revisar su depósito de agua. Allí hizo un terrible descubrimiento. Sus pies se toparon con una tubería y produjeron un extraño sonido que llamó su atención: intrigado, Abou Ali decidió descubrir de dónde provenía esa tubería. Resultó ser una tubería abierta bastante larga que atravesaba las ventanas de 10 todos los cuartos de baño de estilo occidental, con el objetivo de facilitar la ventilación. Abou Ali se volvió loco y casi se desmaya de puro miedo. ¿Cómo se podía estar escondiendo en un lugar tan inseguro? Ese mismo día, bajó a advertir a sus vecinos de su horripilante descubrimiento, chillando, gritado, gesticulando como un loco, temblando de miedo y maldiciendo su mala suerte. Cogió sus ropas y todas las pertenencias necesarias, y huyó al sur del Líbano, a casa de unos parientes por miedo a que una bomba "occidental" viniera personalmente a por él. Las negras y las blancas: declaraciones, llamamientos, análisis, informes, debates, preparativos, etc. En conclusión, la única solución es la amargura, y ya no queda más amargura… No nos guardes rencor… Deja el resto a Dios… La familia de Abou Habib es la única familia que permanece en este edificio ubicado en la zona de Ras el Nabeh, cerca de la tradicional línea roja de demarcación, con propietarios desconocidos… Primera Planta, apartamento 4... El alfil negro se apunta a clases de vuelo. El alfil blanco hace tiempo que vuela. Los soldados llamados blancos y negros están montando un cañón junto al edificio, sobre una gran montaña de basura apilada, infestada de pulgas y una gran cantidad de mosquitos politizados. No hay gatos ni perros perdidos. Todo el mundo está escondido, las carreteras están desiertas, están desiertas hasta de perros. Los empleados del ayuntamiento ya no trabajan, nadie trabaja, e incluso, si alguien fuera a trabajar trabajo no funciona. 11 en estas condiciones, el mismo Las paredes de la casa de Abou Habib tiemblan. “¡Que Dios destroce sus cuerpos! ¡Que Dios…" Calla Nadie pronuncia ni una palabra. Solamente habla el cañón. Una bomba pregunta y otra bomba le responde, es un diálogo en el sentido más amplio de la palabra; a veces se vuelve acalorado hasta rayar el conflicto, y otras veces, es amable como un cortejo. El redoble de un tambor. Como una pregunta, seguido de una respuesta cariñosa de soprano. Nada perturba más a Abou Habib que el silbido de una bomba al caer; siente que la bomba con su silbido le está diciendo que a ella le da igual, o que lo hace a propósito para molestarle, o que está silbando porque no es responsable de lo que está pasando. La torre hace un movimiento en apoyo de su reina. El rey se abandona a su soledad. La familia de Abou Habib y Ras el Nabeh, una divertida historia… El negro y el blanco… Y el silbido de una bomba rasga el cielo por la mitad, rasga la ciudad por la mitad, rasga la vida misma. Encima de los tejados, encima de las cabezas y las palabras… Lo pisotea todo, todo, hasta los corazones… La blanca y la negra. Un silbido… después una explosión. Y Abou Habib odia el silbido. El silbido de otra… y una explosión. 12 La blanca y la negra. Y Abou Habib ya no puede soportar más el silbido. Un silbido y una explosión. La negra y la blanca. Un silbido, más silbidos. No más silbidos. Una explosión. Es la roja. La blanca y la negra… la roja sin ninguna duda. La roja… la roja sin ninguna duda. Y por supuesto, jaque mate, a la mierda el rey… y a la mierda también su hermana. Rabih Mroue Beirut, mayo de 1989 13