Nota publicada en la Revista Freeway en Diciembre

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08. RECOMENDADOS.
10. ESCENA: Festival Primavera 0. Notevagustar-Auténticos Decadentes. Colectivo Campo.
14. Somos tan frágiles, por Lucía Allegro.
16. Rompecorazones, por Mauricio Milano.
18. EN EL CAMINO: “El centro del campo”. Entrevista con Juan Campodónico.
Texto: Gabriel Peveroni. Fotos: Pata Torres.
28. LA VIDA EXAGERADA DE ABREU: “Paraíso europeo”.
30. ¡CORTEN!: “DoCom”, por Diego Sardi.
33. Mis confesiones, por Kira.
34. Dark city, por Mariana Enriquez.
36. Vasos comunicantes, por Claudia Sánchez.
38. Polvo de tiza, por Bernadette Laitano.
42. MODAles: “Oh, Roy!”. Fotos: Mercedes Azambuya.
48. MADE IN URUGUAY: “Sucedió este año”. Producción: Blog Couture.
52. CÓMIC: “Oso con alas”, por Lucrecia de León.
54. No le temas al arte, por Javier Abreu.
56. Pantallas, por Fernán Cisnero.
57. Suenan, por Gustavo Fernández Insúa.
58. FESTIVALERA!: “Noche Stroke!”, por Nathalie Arditti. Fotos: Tomás Correa Arce.
60. Mundo maravilla, por Max Capote.
62. Pánico escénico, por Débora Quiring.
63. Letras, por Natalia Mardero.
64. Hasta la viñeta siempre, por Federico de los Santos
66. Tiempos modernos, por Rodolfo Santullo.
68. Héroes, antihéroes y villanos, por Leonardo Borges.
70. MOVIDA: “Apocalipsis Zombie”, por Natalia Vera.
72. Trip, por Pablo Trochon. Fotos: Heather Shapiro.
74. ENTREVISTA: Carolina de Robertis. Texto: Gabriel Peveroni.
80. Otros animales, por Pedro Dalton.
82. Ciudades que matan, por Ruski.
85. Soy solo, por Martín Inthamoussú.
86. Cuchara libre, por Victoria Vera. Fotos: Natalia Vera.
88. FOTONOVELA: “Chongo Novela”, por Mauricio Pizard.
90. ETIQUETADOS.
96. CÓMIC. Alceo/ Bergara
98. Tendencias mentales, por Dani Umpi.
R
ópera ORFEO Y EURÍDICE
En la fiesta del Bicentenario vimos una muestra –
la faceta de espectáculo de masas- del legendario
grupo teatral catalán liderado por Carlus Padrissa.
Este mes de diciembre, entre el 16 y el 22, Fura dels
Baus presenta en el Solís su versión de la ópera
Orfeo y Eurídice de Gluck. Una puesta en escena
de alto impacto, con la impronta de la estética furera.
arte SANTIAGO VELAZCO
El arte del stencil, las grafías urbanas, un estilo
siempre colorido y frontal son los tópicos que
recurren en la iconografía de Santiago Velazco.
El 15 de diciembre inaugura la exposición
Paisajes cercanos en el espacio de la Alianza
Francesa. “En estas obras me centro y aproximo
al caos”, dice el artista.
electrónica soco
¿Qué es soco? Un festival internacional de música
avanzada y cultura contemporánea que integra djsets, performances y conciertos audiovisuales. El
lunes 12 se inaugura en el Museo Nacional y siguen
tres fechas en la Zavala Muniz los días 13, 14 y 15, y
un soco Night el 16 en afe con Deadbeat (Canadá),
Barbara Preisinger (Alemania), Charlotte Bendiks
(Noruega) y Jacob Korn (Alemania).
pop MANÁ
Hace cinco años pararon la máquina. Llevaban
vendidos 22 millones de discos y un éxito
imparable después del punto de inflexión
del dueto “Corazón espinado” con Carlos
Santana. La vuelta es con un disco repleto de
buenas canciones de amor. Se llama Drama y
luz, y puso nuevamente en órbita a la banda
liderada por Fher. El sábado 17 estarán en el
Centenario.
8
música FRANNY GLASS
Gonzalo Deniz se mandó uno de esos discos que hará
historia y lo presenta el sábado 10 en La Trastienda.
El tercer título del proyecto Franny Glass se titula El
podador primaveral y en el directo acompañarán a Deniz
su banda completa y amigos ilustres como Luciano
Supervielle, Xoel López y Gabriel Casacuberta. La
apertura del show estará a cargo del dúo Vincent Vega.
instalación SWEETLOVE
Las esculturas multicolores del artista belga William
Sweetlove interactúan, hasta el 15 de diciembre,
con el espacio del Aeropuerto de Carrasco. Luego
viajarán al de Punta del Este, donde residirán
durante un mes. Son 300 animales confeccionados
en un tipo de plástico reciclable que han viajado
por decenas de ciudades de todo el mundo y ahora
llegan –por primera vez- al cono sur.
teatro SUEÑO DE OTOÑO
El último gran estreno teatral del año supone el
descubrimiento en Montevideo de la dramaturgia
del noruego Jon Fosse, ganador en el año 2010 del
prestigioso Premio Ibsen. Dirige Gabriela Iribarren y
en el elenco destacan Roxana Blanco, Álvaro Armand
Ugon y Beatriz Massons. Va en la Zavala Muniz viernes
y sábados a las 21.30 y domingos a las 20 hs.
libro RAFAEL COURTOISIE
Un libro esencial, que reúne la trilogía de “los
mares”, publicada en los primeros años 90 en
tres entregas: El mar interior, El mar rojo y El mar
de la tranquilidad. Se trata de la primera obra
narrativa de Courtoisie, punto de inflexión entre
su celebrada poesía y su mundo narrativo que
incluye las más recientes novelas Caras extrañas
y Goma de mascar.
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fotos: pata.torres
ALGUNOS SUEÑOS CUMPLIDOS
primavera cero es un festival que tiene que repetirse. en apenas una semana disfrutamos en el teatro de verano de varias clases magistrales. liam gallagher dio cátedra de
hooligan-pop con sus beady eye. los sonic youth dejaron claro que son los reyes del noise
y el desequilibrio sónico. faith no more simplemente arrasó. otros sueños cumplidos: astroboy, la hermana menor y santullo siendo anfitriones de sus maestros incondicionales.
Evento: Segunda fecha de “Primavera 0”. Programa: Banda de Turistas,
La Hermana Menor y Sonic Youth. Lugar: Teatro de Verano. Fecha: 08.11.11
Evento: Primera fecha de “Primavera 0”. Programa: Astroboy y Beady Eye.
Lugar: Teatro de Verano. Fecha: 02.11.11.
fotos: pata.torres
colectivo campo
estreno en sociedad de una derivación de
bajofondo, con el cerebro musical de juan
campodónico y la colaboración en vocales
de martín rivero, vero loza y los invitados
santullo y gustavo santaolalla. uno de los
shows del año, para uno de los discos más
expansivos y sofisticados del año.
tres días con el teatro a tope en una reunión de amigos. notevagustar cumplió un sueño
particular: compartir escenario en montevideo con los decadentes –como han hecho
otras veces en españa y argentina- y con la catalina –el cóctel rock murga ya había
girado por el interior-.
Evento: Tres fechas de Notevagustar y amigos. Programa: Agarrate Catalina,
Notevagustar y Auténticos Decadentes. Lugar: Teatro de Verano. Fecha: 11.11.11
Evento: Presentación del disco “Campo”. Programa: Colectivo Campo
(Juan Campodónico, Martín Rivero, Vero Loza, Pablo Bonilla, Gabriel Casacuberta,
Luciano Supervielle, entre otros). Lugar: Lorente. Fecha: 30.11.11
SOMOSTANFRÁGILES
lula.allegro
solidaridad bajo presión
Domingo al mediodía en algún supermercado grande de una cadena conocida. Mi pareja
y yo estamos haciendo la interminable cola en la caja para pagar el asado o los ravioles
para un almuerzo dominguero que probablemente comenzará cerca de las cuatro de la
tarde. Mientras estamos en la fila, a tan solo un paso de alcanzar la meta, algo inesperado
ocurre. La persona que está abonando arremete sin dudarlo en un gran acto de valentía.
_ ¿Colabora con dos pesos para…?
_ No.
Siempre pensé que dicho método de contribución era completamente desagradable,
pero, como imagino que también le pasará a otras personas, jamás se me ocurrió
considerar que cabía la posibilidad de responder negativamente. Es como que uno
está ahí y le dicen eso y… bueno, sí, claro, cómo no voy a poner dos miserables pesos
en lo que sea que me estén diciendo… no voy a comportarme como una rata con una
causa tan noble. Además, están todos estos compradores atrás, escuchando lo que voy
a contestar… y la cajera esperando rutinaria que dé mi respuesta afirmativa. Y tengo
la plata en la mano. Y qué le hacen dos pesos más a ese número que aparece en la
pantalla. No, no puedo ser una bestia desalmada incapaz de ser solidaria… son dos
pesos de porquería. Nada le va a hacer a mi billetera perder una de esas monedas que
tienen a la mulita simpática.
La cuestión es que nunca supe negarme a dar esos dos pesos, a pesar de creer que
nadie debería ser presionado para colaborar. Y mucho menos en el instante preciso en
que cuenta su dinero delante de un montón de desconocidos, a los que instantáneamente se le brinda de forma gratuita la posibilidad de juzgar la capacidad solidaria del
otro sin siquiera conocerlo. Nadie debería donar plata porque socialmente “quede mal”
no hacerlo. Necesariamente tendríamos que conocer la causa, creer en ella y aportar
porque realmente queremos ayudar a que recauden fondos.
No importa quién ni cuánto. Y está claro que tampoco dónde.
El problema, definitivamente, es cómo.
14
ROMPECORAZONES
mauricio.milano
decisión (el día que apagaron la luz)
Si nos vamos a tomar en serio esto del fin del mundo, deberíamos decir que empezó
a terminarse en 1994, con la muerte de Kurt Cobain. Hasta ahí Nirvana, hasta ahí la
rebeldía, hasta ahí lo mejor del saynomorismo.
Californication, Influencia, Ray of Light e incluso Parachutes parecen ser estrellas
aisladas en el espacio vacío. Se fue Frusciante de los Red Hot Chili Peppers (y Anthony
Kiedis se parece a Zorg), Charly canta con la voz del Pato Lucas, Madonna ya no quiere
experimentar nuevos sonidos (solo quiere saltar a la cuerda y cantar pelotudeces), y los
videos de Coldplay salen en MTV antes o después de algún rap auto-tuneado. Estamos
jodidos.
Un yo le pregunta a mi otro yo por qué asocio la muerte del rock and roll con el fin del
mundo, y mi otro yo responde con otra pregunta: ¿qué es la vida sin el rock and roll?
Ya lo dijo Nietzsche, “la vida no tiene sentido sin la música”, y cada año que pasa, la
música tiene menos sentido. La música es menos música. ¿Cómo puede estar muerto el
rock and roll si está en todas partes? Los Beatles están en el jueguito ese en el que los
participantes fingen tocar una guitarra eléctrica, Steven Tyler es juez de American Idol
(dicen que se cayó y se hizo bolsa; en realidad ya estaba hecho bolsa y solo le faltaba
caerse). El rock and roll está en todas partes y todos olvidaron que originalmente el rock
and roll fue la forma de decirle fuck you a todo eso.
Y acá, en el país de las paradojas, en plena crisis de educación (se veía venir en 2005,
cuando cambiaron todos los planes pero en ese momento el nuevo gobierno era lo más
y nadie daba pelota), la gente que hace rock and roll en serio no tiene un puto escenario
para tocar. Hay que recurrir a YouTube. Está bueno, pero es como si estuviéramos
viviendo de nuevo la Edad Media: todo es viral y todo es contagioso.
Dice Charly que el futuro es tan brillante que hay que mirarlo con lentes oscuros, que
Internet se va a caer y vamos a volver al tocadiscos. No sé si tendrá razón, pero si en
2012 las cosas cambian tanto como muchos dicen que cambiarán, volver al tocadiscos
no es lo peor que nos podría pasar. Al menos podríamos escuchar a Sui Generis mientras
observamos cómo se acerca Melancholia a chocar contra el Planeta Tierra (ver la última
película de Lars von Trier, es la última, en serio).
La otra opción es tomarnos para la joda esto del fin del mundo (el lector hará lo que mejor
entienda, pero esto es lo que haré yo). Dos cosas. Una: la mediocridad siempre fue lo
más común en todos los lugares y en todos los tiempos. Otra: si sobrevivimos a la era del
hielo, creo que hoy podemos sobrevivir a casi cualquier cosa. Y además, la vida no hay
que tomársela demasiado en serio. Después de todo, ¿quién saldrá vivo de ella?
16
ENELCAMINO
entrevista: gabriel.peveroni / fotos: pata.torres
juan me muestra la tapa de su disco, de su primer disco, y no llego a entender la razón
de que aparezca un campo de fútbol, en tonos rojos y una tipografía geométrica. hay
una leve distorsión. hay cosas que parecen fuera de contexto. hay un campo. es el
centro del campo. algunos días después de una extensa charla que mantuvimos en
su confortable estudio, a dos cuadras de la rambla, en palermo, lo veo a él, a juan, en
el momento más caliente de su primer show. suena “cumbio”, una canción excitante,
que atrapa, que hace explotar a los que estamos ahí aunque la mayoría la escucha
por primera vez. ahí entiendo todo. campo está en el centro, es el número cinco que
gravita (*). es una especie de imán, el que ordena el equipo, el capitán de bajo perfil,
el que no mete los goles pero diseña el estilo de juego. por eso campo no es campo.
por eso él es el centro de un campo en el que juegan otros grandes, una constelación
que incluye a colegas de bajofondo como vero loza, gabriel casacuberta, adrián sosa,
javier casalla, martín ferrés y luciano supervielle, pero también a pablo bonilla en
programaciones y las voces de martín rivero, jorge drexler y ellen arkbro. el resultado
es campo, un artefacto sonoro que está ahí para volverse expansivo, el primer disco de
un tipo llamado juan campodónico que posiblemente sea el músico más importante de
nuestro país de la última década. empezó diseñando con sus amigos el peyote asesino.
después produjo discos claves de notevagustar, la vela puerca y es un integrante más
de cuarteto de nos desde el genial disco raro. es además parte esencial del sonido que
diseñó jorge drexler mezclando folk, bossa nova y electrónica. y sobre todo es una de
las cabezas –junto a santaolalla y supervielle- del colectivo bajofondo. todos quieren
estar en su equipo, o lo invitan al suyo. todas esas cosas me vienen a la cabeza cuando
juan me muestra la tapa de su primer disco, que puede ser visto como una materia
pendiente, siempre ocupado en rol de productor-artista, y no es fácil sacarse todos los
prejuicios para escucharlo como se debe, para no caer en el inútil juego de responder
quién es campo. entonces elijo empezar la entrevista por un lugar raro, para hablar con
juan y tratar de escapar de campo y del centro del campo y todas esas cosas que son
estrictamente musicales y no es necesario describirlas en palabras.
(*) Esta idea de la “gravitación” la tomo prestada del guitarrista Garo Arakelián, quien la deslizó en
una esclarecedora charla en la puerta de un pub, un par de horas después del show en Lorente.
Suma dos contextos diferentes: la gravitación que usan los relatores de fútbol y la gravitación de los
cuerpos astronómicos.
18
_ Te planteo un primer momento, para
evocar ahora. Hace diez años, en la
azotea de un edificio de la calle Paraguay. Un brindis con prensa y amigos.
Una de las primeras presentaciones de
Bajofondo, al atardecer, un dj-set...
_ Para mí fue el momento de empezar a
desarrollar algo que no tenía del todo claro
cuando empecé en la música, que era mi
rol como artista. Yo empecé en la música
tocando en casamientos, en una banda
de covers. Después armé una banda con
los amigos, que se llamó Peyote Asesino.
Pero no tenía claro cuál era mi rol dentro
de ese mundo, aunque hacía más o menos lo mismo que ahora: llevaba conceptos, sonidos, armaba bases, y venía Santullo y me decía “haceme sonar mejor que
Charlie Brown”… Bajofondo significó profundizar eso: los conceptos que ya estaba
manejando siendo un artista productor, un
tipo que trabaja como mirando de afuera,
no un gran performer. No soy un tipo que
sale a cantar y la gente se enamora de la
voz de esa persona. Ese tipo no soy yo,
pero soy un artista desde otro lugar: de
traer una idea, un concepto, conseguir la
gente, organizar, hacer que todo aquello
tenga un sentido. Como un director de
teatro, o un director de cine. Y eso es Bajofondo, aliado con ese monstruo que es
Santaolalla, que, oh casualidad, es un tipo
de otra generación y con una trayectoria
enorme, pero con el que coincidimos en
que se podía ser artista y productor.
_ A eso se suma que en el contexto uruguayo “productor” no era precisamente una buena palabra…
_ Lo que pasa es que hay mucha gente
que no sabe lo que es un productor de
música, un productor artístico. Es George Martin, que no te voy a decir que es
la mitad de los Beatles, pero un quinto,
20
seguro... Ir a Los Ángeles con Peyote, a
grabar con Gustavo, para mí fue ir la universidad... ver cómo laburaban los gringos, cómo era el estándar del trabajo, qué
procesos usaban, qué tiempo se tomaban.
Era una locura: para grabar una voz grababan 25 tracks. Acá nunca se había hecho. ¡Los discos de Los Traidores y de Los
Estómagos están grabados en 40 horas!
_ Y con la misma batería…
_ Exacto. Ahí me expliqué todo. No es que
fuéramos tan malos, es que el mecanismo
de trabajo es muy distinto. El compromiso
que se toma para grabar un disco o para
ensayar... ¡Lo que nos hizo ensayar Gustavo! Nunca en la vida habríamos ensayado con esa disciplina si no hubiéramos tenido un tipo que nos marcara un estándar
tan alto.
_ Si seguimos con el juego y vamos
otros diez años atrás. ¿Dónde estabas
en el año 1991?
_ En el año 1991 estaba tocando en los
casamientos... como te decía antes. Ese
momento fue cuando decidí no hacer una
carrera universitaria y estudiar únicamente
música con distintos profesores y gente
a la que iba teniendo acceso. Me decidí
a ser músico y la verdad es que no tenía
idea de cómo me iba a ganar la vida. Estaba básicamente asustado y tratando de
encontrarle una vuelta. Ya en 1993, por
ahí, empieza el Peyote y todo ese movimiento, que para mí fue súper motivador.
Me dedicaba a dar clases de guitarra. Para
mí el mundo de lo artístico es maravilloso,
pero te la cobra al comienzo. Hay que pagar un ticket que es caro, que son muchos
años de crear al artista, digamos. Y nadie
paga por ese artista que está arrancando.
Si vos no estás muy decidido, pasan dos
años en que no hacés un mango y decís,
“bueno, me voy a hacer un curso de cual-
quier cosa que rinda”. Algo para ganarte
la vida. Lo que sea. A mí me llevó muchos
años que la actividad artística me diera
una tranquilidad económica. Pero valió la
pena. El poder hacer música, ver cómo
esa música afecta a la gente, lo que te
devuelve todo eso, es impresionante, está
buenísimo.
una raqueta de tenis. Y metido en el mundo de los exiliados uruguayos en México,
rodeado de muchos artistas: Camerata
Punta del Este, Zitarrosa, la gente de El
Galpón. Había todo un movimiento cultural
en torno a la resistencia a la dictadura.
_ Diez años más atrás, en los primeros
años 80, la foto es de tu infancia... en el
exilio mexicano de tu familia.
_ Durante la infancia tuve un acercamiento
muy intenso al mundo del teatro, a través
de la actividad de mis viejos. Mi madre era
actriz y mi padre director. Y yo me pasaba
la mitad de la tardes en el teatro viendo
ensayos, me terminaba aprendiendo los
textos de las obras. Es un ambiente mágico. Es el ambiente de lo simbólico, de la
metáfora. Lo que vos ves ahí es una representación. Entonces, estar metido en ese
_ Desde mitad de los 70 hasta mitad de los
80. Sí, en esos años estoy en el df, comprándome discos de Queen, de música
funk, de los Beatles… Era dj en mi casa:
ponía discos y mi vieja escuchaba desde
la cocina mientras preparaba el almuerzo.
Un dj hogareño que tocaba la guitarra con
22
_ ¿Cuánto influyó que tu familia estuviera vinculada a Teatro El Galpón?
lenguaje de lo artístico, de lo poético, desde tan chico, y por dentro del andamiaje de
ese mundo, para mí fue como una escuela
en el sentido artístico. Cuando fui grande,
el teatro no me llamó, me dediqué a la música, pero hay muchas ideas, muchos conceptos, mucha data, que es común a toda
actividad artística y a todo lo que tiene que
ver con la metáfora y con lo simbólico.
_ Ahora sos Campo, que viene de Campodónico, una especie de derivación...
_ Y… sí, lo que pasa es que es un nombre
bien interesante. Por un lado, puede ser
cualquier espacio. Está el campo como
opuesto a la ciudad y está el campo magnético o matemático, está el campo de juego. Al mismo tiempo es una abreviación de
mi apellido. Ya en las primeras canciones
de Bajofondo había algunas canciones firmadas Campo.
_ ¿Cuáles fueron los conceptos que
fuiste cerrando para armar tu disco
solista? Porque supongo que habrás
abierto muchísimos, después de tantos
años de integrar colectivos, primero
Peyote y luego Bajofondo…
_ Totalmente. Uno de los leit motiv es el
juego de armar una mirada musical desde
este lugar del mundo pero contrastando
elementos, sacando de contexto cosas
que están lejanas, en las antípodas, que
están geográficamente lejanas. La chica
sueca que no habla español y que canta
jazz en la escuela nórdica del jazz termina
cantando arriba de una cumbia villera...
Juntás esos conceptos y el propio con23
traste te hace verlos a ambos desde un
lugar distinto y te hace ver la belleza distinta. También puede pasar que eso mismo
suceda en el tiempo. El tema que escribimos con Jorge (Drexler) se llama “1987” y
empieza como si fuera un chachachá, un
ritmo latino muy viejo, después se vuelve
un twist y después entran unos teclados
y guitarras ochenteras onda The Cure,
y de repente aparece Drexler cantando
onda Drexler, con esas notas herencia de
la bossa nova. Y vos decís ¿de qué época es esto? En un principio podés pensar
que es medio retro porque hace referencia a cosas de otros momentos. Pero en
realidad se vuelve anacrónico, porque los
elementos que están mezclados son incongruentes y funcionan más bien por el
contraste entre las guitarras de The Cure
con el chachachá. Y ese, si lo tuvieras que
definir de una manera más abstracta, es
el concepto del disco: encontrar belleza de
una nueva manera.
_ ¿Así definirías el concepto de Campo?
_ Suena complicado pero funciona así.
Ese es el esqueleto conceptual. Lo otro
interesante es que el resultado de eso son
canciones pop de tres minutos y medio
que las podés pasar en la radio. Es otra de
las diferencias con los demás proyectos
en los que he estado como artista, ya sea
Bajofondo u otros en los que estoy como
productor. En Bajofondo el lenguaje es
otro. Es música instrumental, que se mete
con lo del tango… Acá hay una cumbia al
lado de tango, al lado de indie pop, rock
alternativo, gente cantando en español,
gente cantando en inglés. Y yo creo que
tiene que ver con cosas que me pasaron
en los últimos años, de estar siempre
viajando con Bajofondo y ver mucho los
contrastes entre un lugar y otro. Estar un
día en Corea, al otro día en Montevideo. Al
24
mismo tiempo es un disco que tiene una
identidad: es música uruguaya. Es una
visión musical desde acá. Por ejemplo,
hablando de contrastes con situaciones
medio imposibles, hay un tema llamado
“Heartbreaks”, que escribimos con Martín
Rivero, que es como si Michael Jackson
hubiera conocido a Rada en el 80. Por momentos suena breakdance, por momentos
es un candombe de “La Mandanga”. Entonces tiene que ver con la búsqueda musical: la cumbia villera tiene unos sonidos
increíbles, en el tango hay unos sonidos
increíbles. Está bueno tomar eso.
_ ¿El hecho de trabajar como productor
ayuda a potenciar esta idea de búsqueda musical?
_ Yo vengo de muchos lados. Me he metido en muchos mundos musicales. Para
ponerte a trabajar con Drexler, en la canción de autor uruguaya moderna, tenés
que meterte en ese código, aprenderlo,
saberlo manejar. Todos los discos que
hice con distintos artistas –Drexler, La Vela
Puerca, Notevagustar, Bajofondo, Peyote
Asesino, Cuarteto de Nos- me llevaron al
lenguaje de cada uno de ellos. Son todas
lecciones musicales. Es una riqueza personal que tengo de haber podido explorar
tantas cosas distintas.
_ ¿Cómo te sentís con eso? Porque por
un lado te beneficia como vos decís,
pero por otro lado alguien podría preguntar dónde estás vos...
_ Yo soy un investigador. Yo no me considero el solista cantautor Bob Dylan. Ese
personaje no soy yo. No soy un tipo que
va escribiendo. De hecho, la mayoría de
las letras del disco no las escribí yo, las
escribió alguien que sabe escribir, y yo me
dediqué más a la música. Un ejemplo: la
canción que escribimos con Drexler. Yo
tenía esa paleta sónica y le puse el título
de trabajo que era “1987”, porque a mí me
sonaba a esa era, al disco Kiss me kiss
me kiss me de The Cure. Nos pusimos a
hablar con Jorge para escribir la letra y le
expliqué que yo estaba en una cosa abstracta. “¿Por qué se llama 1987?”, me preguntó. “Porque me lleva a ese año, a ese
momento de mi vida, que no sabía qué iba
a hacer de mi vida y me pasó esto y lo otro.
¿Y a vos qué te pasaba?”, le pregunté yo.
“Fue cuando dejé la medicina y me decidí
a ser músico”. Entonces la canción que finalmente escribió habla de cuando en tu
vida la dirección cambia y estás medio en
el aire.
_ ¿O sea que tu lenguaje es estrictamente musical?
_Y… para mí es otro lenguaje. Para mí
la música es un arte muy complejo y al
mismo tiempo muy visceral. La gente, sin
entender mucho la mecánica, lo vivencia.
O sea, afecta mucho a las personas. Y
eso es lo maravilloso. Cuando en el cine
te mandan los violines te emocionás mal,
tengas la cultura que tengas. La música,
quizá por el desarrollo que tuvo en el siglo
veinte lo fonográfico, se volvió un código
entendible por cualquiera, un código masivo, popular. En el disco Campo hay un
montón de juegos con eso, con lo que vos
ya conocés, y son cosas que de repente
son bastante complejas de hacer pero que
la gente las entiende.
_ El hecho de haber tocado con Bajofondo en lugares tan lejanos y diferentes, ante públicos tan diferentes, te
permite descontextualizar lo que ustedes hacen... que en el Río de la Plata
es cultura popular y en Shanghai –por
poner un extremo- es exótico. ¿Cuál es
tu visión de la música uruguaya en ese
sentido? Me refiero a lo que te parece
que resulta particular, característico, y
por ello efectivo.
_ Lo que tiene Uruguay, que es fantástico
y que es lo que más me interesa, es que
es parte de América, un continente que es
un lugar nuevo, adonde llegó un montón
de gente de diversos lados hace poco
tiempo. Esa situación de estar en una parte nueva del mundo genera la fortuna de
tener cosas nuevas. El jazz, el blues, el
rock, el hiphop, son todos fenómenos de
esa mezcla de gente que se cruzó en el
norte de América, por ejemplo. Acá pasó
exactamente lo mismo, y apareció el tango, apareció la milonga, aparecieron músicas que era imposible que hubieran existido por sí mismas. El ritmo que tiene el tango es afro, lo melódico viene de los tanos
y de los judíos del este europeo... Tiene
un montón de componentes que vienen de
distintos lados. Si lo analizás en la dimensión de la historia de la humanidad, son
géneros musicales súper nuevos. El tango
es una cosa absolutamente novedosa, por
más que para nosotros sea algo antiguo,
cosa de viejos. Dentro de ese contexto, Uruguay es un lugarcito chiquito que
chupa de todos lados: de Argentina, de
Brasil, de Europa; un lugar que mira todo
el tiempo para afuera porque estamos en
una especie de isla y queremos saber qué
pasa afuera. De hecho, pensás en la música uruguaya y hay mucha influencia de
la bossa nova pero también hay mucha influencia del rock, del tango, de la milonga.
Es un país armado en torno a un puerto,
que es un lugar donde se intercambian
cosas, hay movimiento. Por eso culturalmente siempre es interesante lo que pasa
en Uruguay. Tiene un color propio y una
personalidad en base a ese lugar de fusión de elementos. Y eso para mí es una
ventaja desde el punto de vista cultural.
Cuando viajás mucho te das cuenta que
hay lugares donde no aparecen cosas
novedosas, que no hay movimiento, que
no se mezclan cosas. Yo lo que digo es
25
que hay que pensar acerca de eso y tener
conciencia de esa situación. Acá aparecen
cosas nuevas, hay que ponerles nombres
nuevos, hay que generar estilos nuevos.
Por ejemplo, volviendo al disco, yo digo
que es de música subtropical. ¿Por qué?
Es un chiste que tiene que ver con lo que
se conoce como música tropical, que es
la música latina pero del trópico, de zonas
más cálidas. Y bueno, acá no estamos en
el trópico sino en el subtrópico, técnicamente, según la geografía.
_ Incluso hay en “La marcha tropical”
y en “Cumbio” reinterpretaciones tuyas
sobre la música tropical, sobre la cumbia villera...
_ Pero mirá que acá no es tan tropical.
Si vos pensás en la cumbia del Río de la
Plata, ese sonido tan agresivo es imposible de lograr en un país con un clima más
amable. ¡Tenés que estar muy enojado!
Vos escuchás el reguetón y siempre son
letras de amor, está todo bien. Escuchás
las letras de cumbia villera y es sexismo
y violencia por todos lados. Y eso es la radiografía de un paisaje, de una situación
social. Describe bastante bien la zona, estas urbes. Es muy particular. A veces la podés ver como una música ligada a un contexto social, podés ver esos elementos por
el valor que tienen, digamos sociológicos.
Pero al mismo tiempo son elementos musicales, algunos bellísimos y muy particulares. A mí como investigador me interesa
26
meter disonancias de la cumbia villera junto a un ritmo brit pop. Por otro lado, pensá
en la historia del tango, del hiphop, y son
géneros siempre bastante marginales. El
tango es la música del burdel, el hiphop es
la música de barrios pesados. Lo mismo
pasa con la cumbia villera.
_ Esa mezcla de géneros es lo que hace
particular al Cuarteto de Nos, del cual
sos parte como productor artístico.
¿Qué significan ellos para vos?
_ Primero que nada son amigos. Pero básicamente son unos grandes cancionistas
que tiene Uruguay, son únicos, no hay
nadie que escriba desde ese lugar, con
ese sentido del humor, con esa ironía. No
conozco nadie en español que maneje ese
código que manejan ellos. Es por eso que
una vez que se pusieron a trabajar ordenadamente los quieren en todos lados: van a
tocar a Venezuela, a Argentina, a México.
Yo los iba a ver cuando era un chiquilín y
era fan de esa banda, y de grande pude
trabajar con ellos y ayudarlos. Parte de lo
que yo hice con el Cuarteto en el período
que me tocó trabajar con ellos fue participar en su propia reinvención. Desde mi
rol de productor un poco empujé esas ganas de empezar algo nuevo, de decir algo
nuevo, de exponerse a otras cosas, que tu
vida cambie... Como dice esa canción que
hicimos con Drexler: “la brújula se mueve”,
y eso te da una frescura y una energía básicas para seguir gravitando.
LAVIDAEXAGERADADEABREU
javier.abreu
paraíso europeo
Una simple llamada telefónica puede
complicar los planes de verano.
Hay que estar alerta para evadir
propuestas laborales fuera de lugar
y sobre todo para concentrar todas
las energías en estrategias que nos
permitan pasar, desde las fiestas
hasta el Carnaval, bien lejos de
Montevideo.
El fin de semana es para descansar, ya
lo dijo dios, y los uruguayos somos muy
católicos en ese sentido y cumplimos con
las leyes divinas a rajatabla. Excepto el
jefe, vanguardista en arruinar la vida de
los mortales colaboradores. Habitualmente envía e-mails y recomendaciones
los sábados a la madrugada y atomiza
los domingos pidiendo puesta a punto y
algún que otro mensaje de texto acompañado con sus insultos característicos
sobre tendencias sexuales y superioridad
de género.
El domingo pasado, a las 7.45 de la mañana, el teléfono me hizo saltar literalmente
de la cama. Pensé que era una noticia relativa a la Abu -mi abuela paterna, nacida
en Bonn- que está haciendo los trámites
para irse de viaje al paraíso sin boleto de
regreso, lo cual viene acompañado de
una palabrita mágica de la cual no deja
de hablarse en todo cumpleaños y asado
familiar: su-ce-sión. Entiéndase más claro:
campo en la zona este y algún que otro
billete en cajas de ahorro que se especula
pueden ser más de una.
También pensé, antes de llegar a atender
el teléfono, que la resaca adolescente es
acumulativa y que ya no estoy para estos
28
trotes. Apenas dije hola, la voz del jefe, inconfundible, como si fueran las tres de la
tarde de un día laboral, me golpeó la nuca
cual patada china
Me saludó, me llenó de elogios sobre mi
trabajo y mis últimas apariciones en los
almuerzos de adm junto a los jóvenes del
gobierno. Incluso llegó a decir que me
quería mucho, lo que me hizo pensar que
al jefe lo habían echado del hotel-casa y
viviríamos juntos en el 2012. Pero era más
simple que eso. Su estrategia de masaje
al ego tenía como cometido proponerme
(obligarme) a ser el editor de la revista en
su edición especial de Verano. ¡Era mi
turno! Y así como estaba, resaqueado y
dormido, supe hacerle trampas al destino
y le propuse un verano conceptual: toda
la revista editada en 74 hojas en blanco
–“como The Beatles, Jefe”, argumenté-,
con los nombres de los colaboradores y
sus direcciones de Twitter al pie de cada
página, con el fin de generar una suerte
de reality editorial para seguir el verano de
los chicos Freeway en las redes sociales.
El Jefe estuvo de acuerdo: los dos de vacaciones (*).
PLAN A: RESIDENCIA A LO CHECO
Mis dos últimos veranos los pasé en el
exterior: Francia en 2010 y Perú en 2011.
Las dos experiencias fueron absolutamente gratificantes. No hay dos sin tres,
así que para este verano me presenté a
una residencia para escritores jóvenes en
Praga. Ningún trámite en la intendencia es
más simple que esto: se debe presentar
una carta de recomendación de alguien
grosso de la literatura, y aunque esto pare-
ce difícil, en la tacita de plata es muy fácil.
Pensé en dos autores de prestigio internacional:
Opción A: Mario Benedetti, pero nunca
contestó mis mensajes en su contestador.
Opción B: Eduardo Galeano. Lo llamé inmediatamente, le dije que era estudiante
de la Universidad de la República (creo
que esto me daba un perfil modesto, de
clase media trabajadora), pero me contestó que viajaría la semana entrante. Así que
decidí ir a su encuentro, una mañana en el
Parque Baroffio, cuando saca a pasear a
su perro. Me saludó cordialmente y aceptó
tomar un café en un bar de la calle Michigan. Ahí pasé a ejecutar el plan.
Mientras grababa toda la conversación,
una amiga (ex Chinchín de Cacho Bochinche), se acercó y nos pidió para sacarnos
una foto (prueba fotográfica de la frondosa
relación maestro-alumno) y luego le pedí
dos autógrafos: uno en la tapa de mi libro
experimental Fuego, papá y mamá que
Eduardo confundió con uno suyo y otro
autógrafo en una hoja en blanco (¡la hoja
de recomendación!). Ya en casa, redacté
la carta incluyendo frases como “emergente comprometido con la causa latinoamericana” y repitiendo esta última palabra
16 veces en menos de 1.500 caracteres.
Firma: Eduardo Galeano.
¡La residencia estaba en mis manos! Y
al ser un artista joven prometedor y con
compromiso social, no estaba obligado a
tener una obra contundente, ya que me
inclinaba más a los bordes literarios y a
experimentar con la palabra.
Volveré a Montevideo a fines de marzo,
cuando el Teatro de Verano cierre sus
puertas. Mientras tanto escribo por las
mañanas mi segunda novela llamada
Ojitos dulces -sobre una pareja de los ‘90
con idas y venidas amatorias con un final
poco feliz: una tarde de lluvia luego de hacer el amor y prometerse fidelidad eterna,
ella prepara unos mates, él decide ir a la
panadería a comprar dos ojitos, pero al
cruzar la calle una moto de correo postal
lo atropella y muere instantáneamente-.
Todo resuelto.
Y por las noches, mientras ustedes están
en Montevideo, recorro los antros de esta
zona del mundo tan rica en historias y
anécdotas de frikis del universo del arte.
(*) Este verano, el jefe se escapa al norte, con una
gringa toda tuneada que conoció en la inauguración del hotel nudista en Punta del Este el pasado
mes de agosto. Ella es viuda de un ingeniero, eminencia de la industria del software en Seattle, y tiene agro-negocios en Nashville. Es la primera vez
que el jefe sale con una mujer mayor de 25 años.
29
CORTEN!
invitado: diego.sardi (*)
tan común y tan normal
Quizá uno de los mayores desafíos del proyecto DoCom (**) fue responder a la pregunta
de por qué contar esta historia. Dicen por ahí que todas las historias merecen ser contadas.
Por eso pensamos que esta película -que trata sobre un grupo de jóvenes universitarios y
su trayecto a lo largo de la carrera- era una historia que teníamos que contar: la historia de
nuestra generación.
El grupo protagonista de la película está conformado por jóvenes que vienen de diferentes
partes de Uruguay. Del Interior del país, de zonas periféricas y céntricas de la capital. Traen
historias de vida, creencias, valores e ideologías muy diferentes. Treinta y siete historias de
vida diferentes que se encontraron al comenzar la universidad y a lo largo de cuatro años
tuvieron que aprender a convivir.
Cuando a fines del año pasado con un amigo comenzamos a hacer la película, nos dimos
cuenta de que efectivamente había una historia para contar, pero no la que pensamos que
era al principio. El inconveniente con el grupo se presentó desde el primer día de clase
cuando, con 18 años, se conocieron todos. Hay casos en que la convivencia y la diversidad
no son conceptos compatibles. Este fue uno de esos casos.
Los problemas fueron diversos, pero todos derivaban de lo difícil que resultaba aceptar al
que es diferente de uno mismo. ¿Cómo respeto a quien piensa diferente de mí, si en el fondo creo que lo que piensa está mal? Prejuicios, etiquetas y otras barreras intangibles se tejieron entre los integrantes del grupo, haciendo parecer que la integración fuese imposible.
El tiempo fue mostrando otra cosa. Sin poder definir muy bien cómo o por qué, las barreras
transparentes comenzaron a derribarse. Quizá por aquello de que el otro cuando es dife30
rente representa una opción que nunca antes había considerado. El hecho es que esas 37
personas se transformaron en un grupo unido, fuerte… especial. Y esa historia tan atractiva
es la que no pudimos contar. Desapareció ni bien comenzamos a hacer la película.
DoCom es un documental ficción. Cuando comenzamos a investigar, nos dimos cuenta
de que nuestro grupo no tenía nada de especial. Cada proceso que ocurrió entre los 37
jóvenes era tan común y previsible como cualquier otro fenómeno de la sociedad. Además
de que esa visión tan positiva del grupo, no era más que eso. ¿Decepción? Sí, al menos
por unos días.
Porque luego nos dimos cuenta de que había algo mucho más interesante que hacer una
película sobre esa historia ideal que perseguíamos en un principio. Se trataba de contar la
historia de personas y procesos tan comunes y tan normales como los que vive cualquiera.
De esta forma, al contar la vida de estas personas, íbamos a hablar de muchos, de aquellos
que mañana fuesen los espectadores de esta película.
Así, DoCom se transformó en un proyecto que cuenta una pequeña y mínima parte de lo
que le ocurre a todas las personas. Pero que por un momento pone como protagonista en
la pantalla al espectador. Trata sobre la vida en sociedad, sobre cómo se relacionan las personas, cuáles son los obstáculos que encuentran, cómo se acepta la diversidad y cómo se
lidia con los prejuicios. ¿Se aprende algo del otro? ¿Qué tanto se conoce uno a sí mismo?
Cuando empezamos uno de los objetivos fue involucrar a todos nuestros compañeros de
clase. Si iba a ser la historia de nuestro grupo, los 37 integrantes debían participar de alguna forma en la creación de la película. De esta manera, terminamos de escribir el último capítulo de la historia: el cuarto año de carrera. Buscamos que esas personas tan diferentes y
distantes que fueron el primer día de clase, lograsen trabajar juntos para un mismo objetivo.
DoCom es eso; una historia más. No se trata de revelar grandes verdades, ni de sorpren31
MISCONFESIONES
kira
al gato, pero no a mí
der con giros impactantes. Se trata de poner en la pantalla algo muy cotidiano para poder
mirarlo con otros ojos. Día a día tomamos una enorme cantidad de decisiones, vivimos una
seguidilla interminable de sucesos, y no paramos para pensar en lo que está pasando. No
hay tiempo para evaluar ni para reflexionar. Quizá de esta forma, parando unos minutos y
mirando la pantalla con atención, se podrá aprender algo de lo que hacemos rutinariamente
sin darnos cuenta.
(*) Diego Sardi es codirector de
DoCom junto a Juan Maruri.
Agustina Peña, Matías Rocha
y Florencia Romay oficiaron de
guionistas, Bianca Soler como
asistente de dirección y Carol
Antúnez en la dirección de
arte. Alberto Stewart (cámara)
y Florencia Bacelo (sonido)
completan el equipo técnico.
(**) Proyecto cinematográfico
extracurricular ideado
estudiantes de 4º año de
Comunicación, coproducido por
la Universidad de Montevideo.
32
Podríamos habernos cruzado en el trabajo –lo que era altamente probable- o un sábado a la noche en la peatonal
Sarandí, pero no en aquella parada, no esa mañana en un
lugar donde yo estaba por primera vez en mi vida.
De pronto, de la nada, apareció él. Llevaba puesto el traje que me di el gusto de sacarle unas cuantas veces; en la
mano izquierda un casete de video y en la derecha, en la
derecha, la mano de su mujer. Alcancé a esconderme detrás
de la publicidad de la parada, pensando que quizás no había
notado mi presencia, pero sé que él me reconoció.
Varias veces pensé que me había dicho que estaba en pareja para que yo no le hiciera reclamos, para que no le exigiera nada y evitar compromisos. Prefería pensar
que aquella era su mejor coartada para huir sin dar explicaciones, y a veces también
aquello me servía a mí, para no engancharme más de lo necesario, para saber hasta
dónde llegar.
Pero todo era cierto, ahí estaba frente a mí la evidencia; siempre me había dicho la verdad. Y admito que puede ser un poco duro chocarse sorpresivamente con esa realidad.
No porque me hayan dado celos; no, no fue esa sensación que le da a una cuando ve
a su ex pareja con su nueva conquista; esto era distinto. Yo nada más estaba viendo
una realidad que conocía, que no me hacía ni más feliz ni más triste, pero que no tenía
ganas de ver.
Ellos venían de hacerse una de las varias ecografías a las que irían en los próximos
meses. Lo adiviné por la panza de ella, por el video que él llevaba en la mano. Parecían
románticamente enamorados y felices.
Lo que sucedió después fue más raro aún: le hice señas al primer ómnibus que vino,
subí, y ella también se subió. Después de unos segundos que parecieron eternos me
animé a corroborar que él se había quedado, que no viajaba con nosotras. Y ahí estábamos, las dos. Sabía que él estaba muerto de miedo, asustado; me escribió varios
mensajes desesperados al celular pidiendo que no hiciera ninguna locura. Comprendí
que aquellos encuentros, de los que él y yo disfrutábamos, nunca más le permitieron
dormir tranquilo, y comprendí también que, en cierta forma, yo tenía el terrible poder
de destruir algo.
Pero mis pensamientos estaban, en ese raro momento, en otras cosas: me preguntaba
una y otra vez por qué las mujeres siempre quieren saber con lujo de detalles cómo es
la ex de su pareja; hacen hasta lo imposible por conocer a la mujer que las reemplaza.
Compiten. A las mujeres solo les importa saber a qué o a quién le ganaron y contra
quién o qué perdieron. Compiten hasta con ellas mismas… Y yo que no tengo curiosidad, que no me interesaba en absoluto conocerla, me di cuenta que verlos juntos fue
una mala jugada, un golpe bajo... porque de qué me sirve a mí saber que soy más joven
y más linda, si solo obtuve las migajas que ella dejaba.
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VASOSCOMUNICANTES
invitada: claudia.sánchez (*)
(*) desde Inglaterra
el asunto soares
“Suárez” es todo un concepto en Inglaterra. Significa decir “Uruguay” y que la gente no
me mire con cara de que mal hablás inglés. Significa el milagro de que pueda tener toda
una conversación en mi english chapuceado, con el técnico que viene a arreglar la conexión a Internet sobre cómo es el país de “Soares”. Pero también significa que discuta
horas en el pub, el teléfono, en el living de casa tratando de explicar cómo puedo usar esa
palabra sin ser racista, fascista y todos los “istas” que se te puedan ocurrir.
Horas y horas de discusión. La existencia de una historia de violencia justifica la reacción
y el poco desarrollo de la tolerancia como valor social; significa que Luis y yo nos equivocamos y no podemos usar esa palabra acá. Porque la historia que se vivió en muchos
lugares del mundo no permite creer en la posibilidad remota de la existencia de una
cultura donde decir “negro” no está vinculado con que alguien vaya a ser lastimado o que
no pueda entrar a un lugar o que no pueda sentarse en el ómnibus.
Ayer, durante la cena, me preguntaron si en Uruguay podías sentir miedo cuando te
encontrabas con un grupo de jóvenes en la calle. Hablar de eso, dicen, es hablar de la
violencia en una sociedad. Violencia y Tolerancia son las palabras claves en esta historia.
Una sociedad no puede ser violenta si hay tolerancia; tampoco puede ser tolerante si es
violenta.
Mientras escribo esto, busco y busco información y veo cómo todo se va deformando.
“Los uruguayos blancos mataron a los indios”, dice un ex Miembro del Parlamento inglés
en la radio y encuentro una denuncia de discriminación en un ómnibus en Uruguay, y Edgardo Ortuño habla de cómo se siente que te griten “negro” adentro de una cancha. No se
puede negar la existencia del racismo y de la discriminación racial, que también implica
no entender ni aceptar las reglas de funcionamiento de las distintas culturas.
Es verdad, acá no puedo mirar asombrada a mi vecina en el ascensor solo porque nunca
vi a nadie con un hiyab en la cabeza y, mientras llegamos a la planta baja, me acuerdo de
mi gente diciéndome “negrita” y agradezco a la vida la posibilidad de tamaña muestra de
afecto. Pero si venís por Londres y me encontrás en la calle, te recomiendo que me grites
Claudia, te va a evitar muchas explicaciones.
36
POLVODETIZA
imagen y texto: bernadette.laitano
La tensión de las personas que callan.
DARKCITY
mariana.enriquez
la casa de al lado
La ciudad tiene una crisis habitacional endémica y cualquier edificio vacío se ocupa
inmediatamente, salvo que el dueño tapie puertas y ventanas con ladrillos. Hay algunas
casas así, selladas: parecen casas con los ojos cosidos y la boca rellena con un trapo
anaranjado; parecen casas muertas.
Algo está pasando en la casa de al lado, que durante tres años estuvo deshabitada. En
algún momento fue una tintorería que cerró en bancarrota y a través de los vidrios rotos
de las ventanas se podían ver, a medias, viejos trajes polvorientos, colgados de una
viga cercana al techo, trajes que nadie vino a buscar y ahí quedaron.
Hace dos semanas esos trajes desaparecieron. Me dijeron que se los llevó, junto a una
máquina vieja, un señor japonés. Yo no lo vi. Después de la desaparición de los trajes
hubo unos días de silencio. Pero la semana pasada empezaron los ruidos. Son ruidos
de mudanza, de movimiento de muebles, pero no hubo camión ni nadie vio a gente
cargando heladeras y sillones. Hay martillazos y hasta risas pero sencillamente nadie
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los vio entrar; a ellos como ya los llaman la verdulera y mi vecina del otro lado.
La vecina, que es muy metiche y muy asustadiza, les tocó timbre, nadie respondió
y ahora anda aterrorizada. Que yo sepa la casa no tiene otra puerta. A lo mejor se
mudaron de noche y por eso nadie vio el movimiento. Lo peor no es la incertidumbre
y los tonos inquietantes de esta casa tomada: lo peor es que, desde que llegaron, en
mi patio empezaron a aparecer unas mosquitas gordas, desconocidas para mí, que
no son las mosquitas de humedad típicas de esta ciudad: son más largas, cuando
vuelan parecen polillas, caminan mucho y a mi gata no le gustan para nada, no quiere
cazarlas, las evita.
Las mosquitas vinieron con ellos y no quiero pensar en ninguna connotación. Todavía
ni me animé a googlear a estos bichos por miedo a que me digan que son las típicas
moscas que se acercan a carne en descomposición.
No es mi primera vez con vecinos raros. Hace unos años, en el departamento de un
edificio muy disparatado, viví sobre una señora muy amable que, una vez por semana
me pasaba por debajo de la puerta una nota que decía “por favor, baje el volumen de la
radio por la noche, me molesta para dormir”. Nunca jamás escucho radio de noche, ni
siquiera con auriculares. Sí suelo pasar noches despierta y confieso que, durante mis
años en ese edificio, nunca escuché una radio fuerte. Sí escuché fiestas, peleas, llantos
de bebé, borrachos y, claro, la televisión. Salvo que la señora confundiera el sonido de
la tevé con esa radio que escuchaba exclusivamente en su cabeza.
El más terrible de todos los vecinos que recuerdo era el de mi amigo Gustavo. Lo
esperaba en los pasillos, en la escalera, para decirle que no entrara a su departamento,
que había unos tipos adentro. Tipos de inteligencia. El vecino se vestía de fajina y, una
noche, le anunció a mi amigo que había electrificado el balcón, por si los perseguidores
subían. Mi amigo y el vecino loco vivían en un piso 10. Él lo escuchaba hablar solo,
largas conversaciones: cuando descubrió que se dirigía a “mamá”, entró en pánico,
decidió que el vecino era Norman Bates y se mudó en dos semanas.
Julieta, mi amiga que vive en Barcelona, dice que los locos que deambulan por las
ciudades son magnetos, imanes que atraen toda la demencia circundante, y que hacen
posible la de otra manera imposible vida en la metrópolis. Ella tiene un vecino a quien
la familia saca todas las tardes, durante unas tres horas, a la vereda; y el viejo (porque
es un viejo) recorre la cuadra, va y viene, hablando solo, hasta que llega el momento de
volver a entrar a su departamento. Creo que Julieta tiene un poco de razón; todos estos
locos de edificios me hacen acordar a pararrayos que conducen las descargas hacia la
tierra para que nadie resulte dañado.
En cuanto a mis vecinos, ah, ellos no sé qué son. ¡Lo sabría si pudiera verlos! Pero
se esconden. Ayer los escuché de fiesta, de inauguración: hubo música y risas. Le
pregunté a mi otra vecina, la metiche, si había escuchado el festejo. Me dijo que no, que
había dormido como un tronco. A ella también le invadieron la casa las moscas. Tiene
miedo de que los nuevos, con sus golpeteos, hayan roto una pared y “descubierto”
algo. “¿Como qué?”, le pregunté. “No sé”, dijo ella, “algo viejo, algo escondido”. Dejate
de joder, le dije, porque se me pusieron los pelos de punta, y volví a casa a rociar
con veneno los lugares donde se posan las moscas, esperando que las haya traído la
humedad del verano y no los cosos de al lado.
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MODAles
Roy!
Producción: tula
Fotografía: Mercedes Azambuya
Estilismo: tula
Pelo y maquillaje: Chris Rivero
Modelo: Graciana Duarte
Agradecimiento: Fernando Blanco y La Despensa
Ropa: Caramba Vintage
(www.facebook.com/carambavintage)
MADEINURUGUAY
blogcouture.info
sucedió este año
El boom de la moda y el diseño en Uruguay es un fenómeno que se une a una tendencia mundial. El siguiente es un listado de las cosas más importantes que ocurrieron
en este intenso 2011. ¡Feliz y fashionista año nuevo para todos y todas ustedes!
* PROYECCIÓN INTERNACIONAL I:
Vale Valuchi participó y llegó lejos en la segunda edición del reality de diseño Project
Runway Latinoamérica, como primera y única representante uruguaya. Luego presentó
su colección Fluir en Itaú MoWeek y en el evento Be Fashion de Parque Arauco (Chile).
* PROYECCIÓN INTERNACIONAL II:
La diseñadora de indumentaria Rosario Bianchi quedó finalista en el concurso Dress
me for the finale de Hugo Boss, que celebró sus 30 años de vínculo con McLaren.
Como premio, fue invitada a la competencia de automovilismo en Abu Dhabi, y vio a los
pilotos de McLaren conducir con su diseño.
* EVENTOS Y BLOGGERS:
Como “hongos fashion”, así siguen apareciendo diversos blogs de moda en Uruguay,
respondiendo a las nuevas propuestas de diseño pero también, y sobre todo, a los
múltiples eventos de moda, con Itaú MoWeek y sus dos ediciones anuales a la cabeza.
* REAL TIME:
La explosión de los smartphones tuvo su repercusión en estos eventos, campañas
y todo lo comunicable. Twitter fue el medio estrella de la instantaneidad, seguido por
Foursquare. Sin embargo, el chiche favorito sin lugar a dudas fue Instagram, la aplicación para iPhone que deja todas las fotos sacadas con el celular como viejas y lindísimas Polaroids.
* IMPRESO:
La era digital no amedrenta a los fanáticos del papel, y 2011 vio surgir varios nuevos
productos de moda o que incluían moda entre sus intereses. Nuestra favorita: la versión
argentina de Harper’s Bazaar, dirigida por una referente del periodismo de moda, Ana
Torrejón. Fuimos invitadas a su lanzamiento e incluidas en el segundo número en una
nota sobre bloggers.
* LUZ, CÁMARA, MODA:
La nueva modalidad de comunicación de colecciones de indumentaria se mira por tevé,
o por la web: los fashion films son tendencia en el mundo y en Uruguay tuvieron su
momento de fama gracias a la primera edición de DeTurno Film Festival, organizado
por la Escuela Integral de Diseño Pablo Giménez, junto a Jessie Young y Martina Capó.
* BICENTENARIO:
200 años de vestimenta plasmados en las muestras de Punta Carretas Shopping y, más
recientemente, una del vestuario de teatro en el Solís.
* EMPRENDEDURISMO:
Cada vez son más los diseñadores devenidos empresarios gracias a los apoyos de
los programas pertinentes, como C-Emprendedor, Ingenio, Uruguay xxi. El diseño es
el nuevo software.
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NOLETEMASALARTE
javier.abreu
¡qué vieja que está!
Sucedió en la madrugada de Halloween, como
una premonición de que algo andaba mal.
Debajo de la cancel veo un sobre blanco
con diseño navideño + logo del interminable Bicentenario. Nuestro flamante museo
contemporary no podía quedar afuera de la
festichola.
La brillante idea había sido anunciada en el mes de mayo, con gran alboroto: la creación del Salón de Pintura Premio Bicentenario 2011. El crudo invierno y la Copa América lo dejaron en un segundo plano, provocando ansiedad en varios artistas que en
las redes sociales preguntaban por el concurso, ya que las bases no aparecían y se
venía fin de año, y todos sabemos que luego del bochornoso Salón 2010 se puede
esperar cualquier vuelta de tuerca en este reality cultural donde el que manda es el
rating político.
Entre las atracciones que se prometían en el dorso de la invitación destacaba la lista de
autoridades nacionales. Como en una marquesina de la calle Corrientes, se podía leer
en el tercer puesto el nombre del ahora mediático Pablo Álvarez, famoso por dedicarse
en sus tardes laborales a colgar en Facebook videos de cámaras ocultas hechas a la
directora del liceo Bauzá. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra; todos
los empleados públicos dedicamos nuestras tardes a interactuar con los amigos virtuales. ¿Qué otra cosa se puede hacer en un puesto público a la hora del café?
Las Sagradas Bases fueron enviadas y reenviadas en setiembre, por email, tiempos
modernos… Un llamado exclusivo para pintores, término anacrónico en la década de la
postproducción, pero pensábamos que sería interesante ver cómo los jóvenes del siglo
veintiuno trabajaban en el clásico soporte buscando entrar al Salón.
Quince noches antes de la apertura se publicaron los numeritos de los seleccionados.
Nada de nombres propios. El misterio aumentaba y los rumores calentaban los ánimos.
Luna llena, noche de vampiros y muchas caras largas se vieron en la puerta del Museum la noche de gala. Algo había salido mal. Un vistazo general por los pintores seleccionados hacía recordar a la mítica Galería Babilonia de los años 90. Básicamente
la mayoría de los pintores seleccionados en esta ocasión fueron parte de sus artistas;
incluso uno de los premiados fue dueño de dicha galería, junto a su hermano.
El premio mayor fue para la estupenda obra de Eduardo Cardozo que se llevó los diez
mil dólares americanos y compensa tanto fiasco visual.
En los discursos interminables antes de la premiación se prometió un libro-catálogo
(todavía estamos esperando el catálogo del Salón 2010, que nunca se editó), para
conocer los criterios del jurado para tal fallo, y dejar afuera a las nuevas generaciones,
porque luego de visitar la muestra se puede afirmar que la pintura no está muerta pero
vaya que ha envejecido.
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PANTALLAS
SUENAN
fernán.cisnero
gustavo.fernández.insúa
punk transgénero!
Lo que más altera de una película como La piel que habito, es la sensación de desamparo
que puede invadir al espectador cuando a la mitad de la película ya no se sabe cómo
Pedro Almodóvar lo llevó hasta ahí ni a dónde piensa dejarlo. Se trata de una película
sobre la incomodidad -entre otras cosas y solo por motivos de esclarecer lo que se quiere
decir- y consigue transmitir esa sensación al pobre incrédulo que está ahí, a su merced.
Cuando consigue eso, y todavía falta más, desde su clasicismo cinéfilo, La piel que habito
se transforma en la película más punk de Almodóvar. Es una obra completa, una película
en la que el director consigue llevar al punto caramelo su transgresión, que si alguna vez
fue parricida hoy se construye a partir de la tradición. ¿Después de todo, no era eso lo
que hacían directores que en la película están referidos, como Jacques Tourneur, James
Whale o Alfred Hitchcock, sin dudas el modelo más explícito en La piel que habito?
Es una película sobre géneros y a su vez transgenérica. Nadie es hombre, ni mujer, si no
una tercera opción que vaya a saber cuál es. Lo mismo la obra, que obliga a meterse en
un lodazal que se nutre de drama romántico, de ciencia ficción, de cierta parodia, tamizado por el propio mundo de Almodóvar, una construcción a la que pocos llegan.
Una mujer muere carbonizada en un choque y su viudo se dedica, entre otros rubros, a
crear una piel artificial que bloquee las inclemencias y accidentes como los que padeció la
finada. La historia se transporta sobre un montón de plataformas que incluyen un castillo
con laboratorio y mazmorra y un Igor con la cara de Marisa Paredes, en un paseo de
géneros clásicos de Hollywood y hasta una habitación a lo gran hermano, que además
permite hacer una lectura sobre lo que vemos y lo que es arte, pero eso ameritaría toda
otra nota.
Para mayor desconcierto, en su final casi abierto, parece dejar a los personajes en el
comienzo de esa película de Almodóvar que todos esperan ver. Es perfecto: tras personajes como los de Almodóvar, puede haber esta clase de pasado (ser secuestrado por un
científico loco que se propasa contigo), que deriva en tantas otras criaturas almodovarianas. El pasado de esa gente puede no ser una más que una alocada película de fórmula,
porque todos nosotros no dejamos de ser una construcción propia o ajena.
Así, La piel que habito es una película subversiva sobre estos tiempos de pacotilla artificial y pereza crítica.
tres grandes discos (*)
bm: Al fin y al cabo, así como no se puede entender la historia de
la pintura universal sin mencionar a Rembrandt, Picasso o Goya,
así como es imposible percibir las notas esenciales del mejor cine
sin citar a Scorsese, Kubrick o Tarantino, también es impracticable
pensar en una historia más o menos completa del rock uruguayo
sin incluir en la guía de referencias a Buenos Muchachos. Su sexto disco Se pule la colmena es un conjunto de piezas musicales
signadas por la belleza, la densidad, la crudeza, la inteligencia y la sensibilidad. Pedro
Dalton y los suyos lo terminan de confirmar en 2011. Su doble disco vuelve a sacudir al
con frecuencia previsible rock patrio, vuelve a invitar a la carne a exaltar los placeres del
oído. Canciones como “Beefheart” o “Pol” se quedan en el mejor repertorio, ya no del
2011, sino de la historia toda del género en el país.
fg:
La sublimación de la independencia, la literatura usada como
un cincel perfecto alumbrando melodías simples, inolvidables:
la canción. Con su disco El podador primaveral, Franny Glass,
expresión artística de Gonzalo Deniz, tiende a ser a la canción
uruguaya actual lo que Fernando Cabrera a la historia de la música popular uruguaya: una síntesis perfeccionista y despojada de
distintas vertientes sonoras, una convicción personal que procesa
con lucidez permanente ideas y gustos de todos los tiempos y lugares. Deniz se esmera
en cantar cada vez mejor, tan mejor como la búsqueda musical que trabajo a trabajo plasma en disco. Franny Glass asoma como la salvación del cancionero urbano, sanamente
contaminado por el sonido mundial. Y nos dejó un disco imprescindible en 2011.
3p: Diciembra es el disco físico 2011 de 3Pecados (¡sí! ¡hay discos
no virtuales del trío, y se pueden tocar!). Con un talento único e
inimitable para resumir y presumir rabia, amor, cinismo y libertad
compositiva, el grupo de Pau O’Bianchi no paró de tocar en un
año en el que confirman, de nuevo, que son mucho más que el
sabor del mes en la vernácula heladería indie: esta es una banda que no se avergüenza de llevar el ruido al extremo cuando la
situación lo amerita, sin que les tiemble el pulso para jugar con el
suave arrullo acústico en los momentos más folk del repertorio. Pido a los dioses del show
business musical que el año próximo toquen en el Teatro de Verano, como anfitriones de
los Flaming Lips y Beck. Y pido al lector que agregue Diciembra como otro integrante del
triunvirato inevitable del año que termina.
(*) “Tres discos uruguayos, los mejores de 2011”, sugirió el Editor, con el tono típico de quienes
ostentan el poder del cercenamiento y el don de la reinterpretación de un texto original. No es fácil.
Elegí tres discos referenciales y tuve que condenar a otros, muy pero muy buenos, como los de Fede
Graña, Rouge y Dormidos Al Volante, esta vez alejados de la marquesina del destaque.
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FESTIVALERA!
texto: nathalie.arditti / fotos: tomás.correa arce
noche stroke
Buenos Aires, viernes 4 de noviembre. Después de meses de larga espera, llegó finalmente el día tan ansiado y partimos rumbo
al club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires.
Tomamos un taxi hasta donde el conductor
pudo arrimarnos y atravesamos los bosques
de Palermo.
Después de comprar algunas remeras de
Strokes dimos una recorrida por el predio e hicimos lo que siempre hay que hacer en un festival más o menos grande: marcar un punto de
encuentro. La emoción iba creciendo a medida
que pasaba la tarde. Ya no podíamos esperar
más para que fueran las 23.20, la hora exacta
para escuchar la voz de Julian, las guitarras de
Nick y Albert, el bajo de Nikolai y la batería de
Fabrizio.
Pasadas por agua, vimos parte de White Lies,
hasta que decidimos que era más divertido dar
una vuelta en el Samba que había frente a uno
de los escenarios principales.
A las nueve de la noche, el dúo inglés liderado
por Allison Goldfrapp irrumpió en escena. Envuelta en un atuendo de flecos, sedujo
al público con su voz aterciopelada y melodías hipnóticas. Más tarde, Goldfrapp hizo
pública en twitter su decepción por estar tan alejada de la audiencia del campo común.
Tras los merecidos aplausos, Goldfrapp abandonó el escenario para dejar paso a
Beady Eye en el escenario contiguo. No nos preocupamos por verlos, dado que, si nos
quedábamos quietas, conseguiríamos un mejor lugar para ver a The Strokes. Además,
a mi amiga no le interesaban, y yo había presenciado un buen show de ellos con Astroboy tan solo dos días antes, en Montevideo.
De todas formas, los vimos desde la pantalla gigante.
Si bien mantiene parte de la agrupación de Oasis -Liam reclutó a Gem Archer, Andy Bell
y Chris Sharrock para su nueva banda, con la incorporación de Jeff Wootton en el bajo y
Matt Jones en el teclado para actuaciones en vivo-, Beady Eye está lejos de ser lo que
Oasis alguna vez fue. El setlist fue muy parecido al del festival Primavera O, aunque
recortado en cuatro temas para ajustarse a los tiempos asignados.
Minutos después de retirarse el menor de los Gallagher y su banda, el público enloqueció al ver a Julian y el resto de The Strokes subir al escenario. Arrancaron con muchísima fuerza, con un hit del primer disco Is This It, que tiene ya 10 años: “New York City
Cops”. El público se transformó enseguida en una masa compacta que se movía para
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un lado y para el otro, para delante y para atrás, y coreaba hasta los solos de guitarra,
lo que asombró al propio Casablancas.
Después de un par de temas, un Julian entrado en kilos saluda: “How’s it going, Buenos
Aires?”. Tenía puesta la clásica campera negra de cuero, con remera negra y chupines
negros, lentes oscuros y zapatillas. Ubicada a tres cuerpos de la valla que divide el
campo del campo VIP, deseaba volver a sentir la lluvia fresca en mi cara, pero no tuve
el gusto.
Batallando entre la suela del borcego despegada y los cordones desatados, me percaté
que me faltaba el celular. Shit happens. Así que mientras las costuras de la correa de mi
cartera se iban reventando gracias al agite masivo de la multitud desaforada, intentaba
mantenerme en pie, esquivar axilas en mi cara, estirar el cuello lo máximo posible para
poder ver algo, sacar los pelos de la chica de adelante de adentro de mi boca y agarrar
la cartera con la mano que me quedaba libre para no perderla, todo al mismo tiempo.
La banda tuvo la habilidad de armar un setlist para todos los gustos: 19 temas que
pasearon por Is This It hasta Angles, con Room on Fire en el medio y algo de First
Impressions Of Earth, incluyendo clásicos como “Last Nite”, “Someday”, “12:51”, “Reptilia”, “Hard To Explain” y “Take It Or Leave It”, las dos últimas como parte del encore.
Si bien Mr. Casablancas tuvo olvidos en la letra un par de veces, la piloteó para salir
del paso inventando pedazos de letra que encajaran. El resto de la banda mantuvo el
nivel técnico al que nos tiene acostumbrados, salvo por un par de errores de Nikolai,
pero perdonados.
The Strokes hicieron alarde de ese combo de actitud y energía que los caracteriza. El
público vitoreaba lo nuevo casi tanto como los clásicos hits que llevaron a la banda
newyorquina a consolidarse como una de las mejores de la década. Para “Alone, Together”, ya me había recuperado del casi desmayo que sufrí a causa de la falta de aire
y el calor concentrado del pogo. Fue entonces cuando decidí irme para atrás para poder
respirar y tener al menos algo de espacio personal, así que procedí a esquivar cuerpos
sudados. Solo entonces pude disfrutar plenamente de un show increíble.
Después de una hora abandonaron el escenario, dejando al público con ganas de más.
Si hay algo que está claro es que The Strokes volvieron para quedarse.
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MUNDOMARAVILLA
max.capote
la alfombra roja y las bolas de oro
Un día antes de la ceremonia de entrega de los Latin
Grammy Awards, la academia latina de grabaciones brinda una cena en homenaje a quien ellos deciden que es
“La personalidad del año”. Este año le tocó a Shakira. La
entrada a la cena en honor a la persona del año se hace
sobre una alfombra roja, quedando reservado el color verde para la alfombra de la gala de entrega de premios.
Ese mismo día, por la mañana, salimos con Gabriel Turielle de nuestra habitación del piso 18 del Mandalay Bay con
dos planes diferentes: lo que él quería era generar un registro fotográfico de nuestro paso por Las Vegas, mientras
yo quería tener un contacto culinario típico -como hago en
todos los lugares donde voy- lo que me hace sentir más
cerca del lugar y su pueblo. Así fue que se me ocurrió la
gran idea de pasar por una tienda y comprar la bebida
típica yankee, pensé, ¡Coca Cola!, pero dije no, mejor no,
más típico es una botella de Jack Daniel´s.
Recorrimos todo el hotel sacando alguna que otra foto
ilustrativa, y en cada foto el bourbon iba desapareciendo,
como si de evaporación se tratara. A las 4 pm teníamos
agendadas algunas entrevistas con los medios que estaban también instalados en el Mandalay Bay, como Los
Angeles TV, E Enterteinment , Univision y otros.
Foto tras foto, ahora que miro de lejos, el pañuelo se me
iba corriendo para el costado, el pantalón del traje me quedaba un poco mas torcido, mi pelo agarraba esa rebeldía
de seis de la mañana y mi expresión facial ya era de pocos
amigos.
Nota va, nota viene, se nos hizo la hora de la cena de
Shakira y de repente, no muy en mis cabales, me vi en el
borde de una bastante ancha y larga alfombra roja. Sobre
la izquierda tenía un mural tapizado con el logotipo de los
Grammy todo a lo largo, y sobre la derecha una horda
indomable de periodistas, fotógrafos, noteros, agencias
de noticias y más.
La dinámica era muy simple: un tipo venía a buscarte, escribía tu nombre en una pizarra que llevaba en la mano
para que la prensa supiera quién carajo eras vos y nuestro
agente de prensa iba caminando adelante presentándome
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como “Este es Max Capote y está nominado a Mejor Artista
Nuevo”. Ahí mismo la gente de la prensa decidía si le interesaba comentar la noticia o hacer alguna nota o nada.
La idea era que yo diera cinco pasos, me detuviera, mirara
a los fotógrafos, pusiera cara de “qué feliz que estoy”, y así
hasta el final de la alfombra. No es que yo estuviera enojado o algo por el estilo, es que cuando degusto un buen
bourbon se me entra a borrar la sonrisa y reflejo en mi cara
lo que se llama vulgarmente “cara de ojete”.
Los fotógrafos y noteros mostraban un interés normal para
un artista totalmente desconocido en Estados Unidos, y
como caído en paracaídas en esa alfombra roja... cero bola
y un poco de “uff, que pase este y venga el que sigue”. Fue
tan así que a los quince o veinte pasos una fotógrafa rubia,
un poco molesta por mi falta de simpatía, protestando y media burlona me grita: “Hey, Max Capote, ¿por qué no sonríe
un poco y se saca esas gafas de sol para que le podamos
ver los ojos?”.
Juro que no lo hubiera hecho de haberlo pensado dos segundos, pero instintivamente di dos pasos hacia esa fotógrafa, me agarré la pelvis con la mano derecha y le grité,
agitando: “¡Esta!”
Se ve que generé una situación diferente, porque se desató
casi automáticamente un cardumen explosivo de flashes
sobre mi persona y una estampida gritona de periodistas
y noteros interesados en saber quién carajo es el tipo ese
que se toca las bolas en una alfombra roja. Al fin y al cabo,
la idea del sello y mis productores era tratar de hacer bastantes notas ahí en Estados Unidos, y bueno, me agarré las
bolas de oro y a cobrar…
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PÁNICOESCENICO
LETRAS
debora.quiring
natalia.mardero
en familia
Women, escrita y dirigida
por Alejandro
Gayvoronsky,
apuesta a la
creación de
un microclima cotidiano
y enrarecido.
Tres hermanas -Gimena
Fajardo, Valeria Fontán
y Victoria Novick- conviven
junto al cuidado de una abuela enferma
que nunca aparece en escena. El tópico
de la familia disfuncional se encuentra
aquí acompasado por la problemática de
la incomunicación. Víctimas del alcohol,
la angustia, el abandono y la cercanía
de la muerte, realizan una construcción
simbólica de la abuela yaciendo en la
cama: se pelean por quién la cuida, la posible herencia, el novio compartido (Bruno Pereyra), mientras la ausencia de la
enferma parece pautar la artificialidad y
el simulacro sobre el cual se basan sus
relaciones.
Es necesario que exista un vínculo teatral
con el espectador, que se sienta apelado, conmovido en el instante de la representación. Deberíamos aspirar a que el
público espere algo sin importar qué. En
Women se expone la necesidad de la mujer de sentirse acompañada, el amor es
no estar sola; las dificultades económicas
de tres jóvenes para mantener su casa; el
autoritarismo de la hermana mayor como
modo de suplantar la ausencia de los pa62
páginas adorables y extrañas
dres. A lo largo de la obra
parecería que
nadie toma
decisiones,
salvo la menor cuando
resuelve matar, y no solo
a la abuela…
Probablemente
los
espectadores
sean
conducidos por
el humor morboso que constantemente
acompaña el drama que les ha tocado
vivir a las hermanas, alternado con imágenes audiovisuales que funcionan de
complemento y, a veces, ellas mismas se
convierten en una escena aislada, acabada en sí misma. La música de las proyecciones pertenece a Los Iracundos, grupo
melódico de la ciudad de Paysandú, de la
que es oriundo Gayvoronsky, lo que contribuye a la parodia de la dramatización
visual.
Es interesante observar que es una obra
realizada por actores jóvenes, escrita y
dirigida por un joven de 27. El relato es
eficaz, la acción continua y las relaciones
transcurren naturales, mientras se retrata
a una sociedad fragmentada, donde la familia disfuncional pasó a liderar el modelo, probablemente el de ellos mismos. No
se brindan respuestas, se escenifica lo
real a partir de una trivialidad deliberada.
Más allá del humor y de la tragedia, nadie
cree comprender su propio límite, pero…
¿se comprende?
Desde hace un par de años la Ciudad Vieja tiene un rincón de
esos que una vez que se entra, es muy difícil no volver a caer
en sus tentaciones. La Lupa es una pequeña librería en la calle
Bacacay cuyo tamaño no impide que posea en los estantes que
cubren sus paredes cientos y cientos de libros que uno
desea poseer. Lo mejor es que es atendida por gente que
ama los libros, que sabe guiarte, y con quienes se puede
compartir interesantes charlas en la barra de madera del
fondo, cual boliche literario.
Ahora La Lupa redobla la apuesta con una editorial
propia. Criatura Editora comparte la filosofía y el modo
de trabajo de la librería: amor por los libros, cuidado,
calidad de edición, rigurosa selección. La primera tanda
de 2011 incluye obras diversas y muy recomendables.
Entre ellos se encuentra el libro para niños (y no
tan niños) El vestido de mamá, de Dani Umpi, con
ilustraciones de Rodrigo Moraes; El porqué de cada
cosa, de Luciano Sarracín; Injuria, de Apegé; No huiré
de mi vida, de Gabriela Armand Ugon; Mi pequeño
mundo porno, de Gabriel Calderón, con ilustraciones
de Sebastián Santana y Grántico Pálmani Zum, de
Levedad.
En una época donde el libro parece estar en crisis,
la apuesta de Criatura Editora le da la espalda a la
adversidad con un modo de trabajo que se despega
de las editoriales tradicionales. El riesgo es grande:
tener entre sus filas a escritores jóvenes, no siempre
reconocidos por el gran público, y propuestas que se
salen de lo establecido y de lo seguro. Lo bueno de esto es que provoca
una bocanada de aire fresco en nuestras letras, y suben a la superficie
talentos que no merecían quedar en el anonimato.
Estas nuevas criaturas se pueden encontrar en cualquier
librería, pero vale la pena irlas a buscar donde todo se pergeñó.
La Lupa te espera en la peatonal Bacacay 1318 bis.
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HASTALAVIÑETASIEMPRE
federico.de los santos
a buen puerto (II)
La historieta histórica reciente uruguaya produjo, seguramente por la
extensa tradición portuaria montevideana, dos libros que tratan sobre
cuestiones navales. La Isla Elefante, de Alejandro Rodríguez Juele
(ver la columna de setiembre), tiene
un antecedente directo: Los últimos
días del Graf Spee, con guión de
Rodolfo Santullo y arte de Matías
Bergara (ambos colaboradores de
esta revista).
Esta novela gráfica fue ganadora
del Fondo Concursable del mec en
2007 y fue, sin dudas, el cómic que
puso viento en popa la carrera de
esta dupla en el ambiente historietístico rioplatense, responsable
también del libro Acto de Guerra
(con premio del Fondo 2008), que
cuenta cuatro historias ambientadas
en la época de la última dictadura
uruguaya.
La historia de Los últimos días... se
ubica en 1939 -en plena Segunda Guerra Mundial- y es una interpretación del famoso
episodio del acorazado alemán que resultó hundido en aguas uruguayas en la “Batalla
del Río de la Plata”, quizá el único conflicto de la Guerra que involucró directamente a
nuestro país.
El repertorio de personajes es amplio, pero los protagonistas son dos. Por un lado el
Capitán Hans Langsdorff, un marino bastante pragmático de firme código ético (hundió
nueve buques sin matar a un solo enemigo), y más amante de Alemania y de su barco
que afín a la ideología nazi; por el otro, José Arenales, un arquitecto montevideano
bastante ingenuo que se ve en medio de una intriga internacional. Este personaje representa de alguna manera la actitud neutral de aquel Uruguay de comienzos de la
Guerra. Los capítulos se centran en uno u otro, y se van intercalando con precisión
cronométrica; cada uno anuncia el día y la hora exacta en que se ubican los hechos.
El cuadro se completa con el inescrupuloso diplomático británico Millington-Drake, el
blando presidente Alfredo Baldomir y la femme fatale Claire Burroughs. Los personajes están compuestos desde una mirada humanista, evitando el discurso maniqueísta
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“nazis malos versus ingleses buenos”, que hubiese tirado por la borda cualquier intento
de solidez narrativa.
El guión es resultado de cuatro años de investigación y documentación sobre el tema
por parte de Santullo, así que podemos encontrar fragmentos de emisiones de radio
reales, datos precisos sobre las batallas, telegramas que verdaderamente se enviaron,
y bastante exactitud fotográfica a la hora de recrear la arquitectura de la época. Pero
sobre esta base sólida, como si fueran los dos acordes de un free jazz, Santullo se permite improvisar, y agrega algunos anacronismos aclarados en una nota final (por ejemplo, la existencia de El Águila de Atlántida, que sería construida siete años después);
todo para que la historia se mantenga a flote. El lenguaje historietístico -disposición de
los planos, manejo de los tiempos y diálogos-, toma prestados algunos piques del cine,
con varios timonazos en el argumento, conspiraciones políticas, acción, tiros, agentes
secretos y un final que es todo un cañonazo.
Merece una nota aparte el valor plástico del libro, a cargo de Bergara, con sus grises
aguados que recuerdan el estilo del legendario artista uruguayo Alberto Breccia. Bergara ya en este, su primer trabajo, sabe narrar con dinamismo, y se luce especialmente
en las expresiones faciales, el lenguaje corporal y -claro- en los barcos. El resultado
general es un libro redondo y muy accesible para aquellos no adeptos a leer historieta,
y que podría convertirse -si es que alguna vez existe tal cosa en la historieta uruguayaen un clásico.
Los últimos
días del
Graf Spee,
de Rodolfo
Santullo
y Matías
Bergara. 98
págs. Editorial
Grupo
Belerofonte,
2008.
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TIEMPOSMODERNOS
fernando.santullo
yo, robot
Como si Isaac Asimov hubiera resucitado, la robótica ha tenido importantísimos avances en los últimos días. Y las posibles utilidades de dichos
robots van de la mano de las más variopintas formas y diseños. Casi
parecería que una competición tácita se ha despertado entre varias
universidades y departamentos tecnológicos en busca del robot diferente o alternativo.
Robot Calamar
En Harvard, investigadores desarrollaron un prototipo inspirado
a partes iguales en un calamar y una estrella de mar. Como
estos animales, se arrastra y es capaz de meterse por donde le
sea necesario, impulsado por aire comprimido y construido en
materiales suaves y flexibles. El profesor Robert Shephers, del
Grupo de Investigación George Whitesides, y sus colegas de la Universidad ubicada en Cambridge, Estados Unidos, señalaron que su creación se inspiró en esos animales porque carecen de esqueletos duros. El
robot puede adoptar diferentes patrones de movimiento y sus extremidades lo ayudan a desplazarse, explicaron los ingenieros de Harvard.
Robot lagartija
Los investigadores de la Universidad Simon Fraser, en Canadá, crearon una máquina que tiene la habilidad de escalar superficies variadas. Si
bien no emula en nada la apariencia del animal, sí busca reproducir las estructuras que tienen estos animales en sus patas para escalar paredes lisas. Los científicos canadienses desarrollaron por primera vez adhesivos secos, un material único y bioinspirado.
Es un método alternativo a magnetos, ventosas, espinas y garras, elementos que se han
usado previamente, pero que enfrentan la misma barrera: superficies lisas.
Robot mayordomo
La nueva edición de la RoboCup, que tiene lugar en Estambul (Turquía), se vio conmovida por la presentación de distintos modelos de robots construidos para ayudar en tareas
de la casa. Aunque en esencia RoboCup es un torneo de fútbol para máquinas inteligentes, lo que ya es curiosísimo, uno de los eventos es protagonizado por robots que buscan
ser los mejores en su interacción con los humanos en el hogar. La competencia plantea
metas difíciles, porque tiene la mira en las actividades que los robots van a tener que ejecutar cuando vivan entre nosotros, dijo Sven Waschmuth, de la Universidad de Bielefeld
(Alemania). “Se trata de la interacción robot-humano y de las habilidades que tengan”,
explicó. “Necesitan poder comunicarse con los humanos y moverse en el entorno”.
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HÉROES,ANTIHÉROES&VILLANOS
leonardo.borges
envenenados por la gloria
La muerte es meramente una circunstancia de la vida. El fin de
un capítulo, una página que se cierra inesperadamente, para
siempre. Es lo inevitable. Lo único que tal vez podamos disponer
es cómo recibir a aquellos heraldos negros, a esa puta, sucia
y fría, a esa señora llamada muerte. Tal vez la gloria repare el
sufrimiento de dejar el mundo, de partir hacia quién sabe dónde.
La gloria de morir por una causa justa. Pero la gloria también
envenena, empecina y convierte al ser en un enfermo detrás de
La Renga
esa droga.
“El vencedor no es el que queda con vida en el campo de batalla, sino el que muere por una causa bella”. Fueron las últimas
palabras del Mariscal Francisco Solano López, antes de la batalla final contra la impía
Triple Alianza, que descuartizó a voluntad al Paraguay, tal vez no perfecto, tal vez no
industrioso, pero definitivamente hermano.
La Batalla de Cerro Corá, a orillas del arroyo Aquidaban, fue el final de la empecinada
resistencia de cinco largos y sangrientos años. Murieron en sendas batallas un millón
de paraguayos, quedando vivos tan sólo trecientas mil personas, mayoritariamente mujeres, niños y ancianos. Detrás de las palabras de Solano López estaba el veneno de la
gloria, de la muerte justa, de la muerte necesaria para que la historia demuestre, de una
vez por todas, la errónea máxima de que solo la escriben los vencedores.
Aquel día, detrás del Mariscal quedaba su ejército, un puñado de niños a los que se
les pintaba la barba para que el enemigo los creyera mayores. Mujeres con chuzas y
sables oxidados y obuses antiguos, era lo que quedaba. Ese día, todos sabían, intuían
que morirían. El Mariscal los juntó antes de la batalla y les dijo: “Peleemos aquí hasta
morir”. Corría el día primero de marzo de 1870 y era la batalla final. Los hombres y
mujeres y niños del Mariscal se preparaban, mientras aquel hombre tan impecable en
su vestir, aquel Napoleón Tercero de Latinoamérica, los observaba callado. Sabía su
destino, la muerte ennegrecía la mañana, con fogonazos lúgubres. La muerte vencería,
era seguro, pero había que preparar cómo; de qué forma acabar.
Habían resistido como leones, habían defendido su tierra, pero no había sido suficiente.
Y allí pensó el Mariscal en sus errores, en su ego, y en el plan, escrito desde los tiempos
de la independencia. Unitarios, monárquicos y colorados, todos, todos juntos… como
en Paysandú. Como Leandro, así quiero morir… con gloria.
“Solo cuando sucumba”, fueron las firmes palabras de Leandro Gómez contra la tromba de hombres que rodeaban Paysandú, en número de 20.000 contra los mínimos 800
de Leandro. Un mes había resistido aquel General, artiguista, blanco, patriota pero sobre todo… valiente. Cavilaba todos los días, pensando en el lugar que la historia dejaba
para los valientes. No sucumbiría ante la amenaza de aquellos otros, que rodeaban la
plaza, que amenazaban a su gente. Moriría una y otra vez, sentiría el dolor de la tortura,
“La muerte
está tan
segura de
vencer, que
nos da toda
una vida de
ventaja”
68
pero no se arrodillaría ante el enemigo. Lucharía contra todos, porque “pelearemos
contra los brasileños y contra Flores, y si nos toca morir, aquí moriremos por la independencia de la Patria”, gritó furioso el 26 de diciembre de 1864.
Un sueño despertó sobresaltado al General. Era una pesadilla terrible, de sangre, de
muertos colgados en los árboles, con sus brazos inertes penduleando, sus cabezas
zigzagueando al son del viento, cadáveres mórbidos de una lucha fraticida, lejos pero
cerca de su patria, en su tiempo, pero en otro tiempo. Un hombre bien vestido y calzado, un verdadero Mariscal detrás de un ejército andrajoso, de niños y viejos sucios;
como espectros, casi desaparecían con los disparos de aquellos lobos.
Un sargento solitario apunta su carabina Spencer hacia el Mariscal…dispara. La bala
le roza el brazo, y lo pone sobre aviso. El Mariscal lo mira fijamente y arremete contra
aquel lobo gris, que carga nuevamente su arma nervioso y dispara. El disparo destroza
el brazo de aquel que sigue, con la mirada perdida en la furia, y en la gloria. Finalmente
el sargento lo mata de dos balazos más. En el suelo, el Mariscal no se entrega y mueve
su cuerpo completamente ensangrentado, se acerca a uno de sus hombres y le dice al
oído: “Muero con mi patria”. De su boca y de su nariz brotaban torrentes de sangre y
coágulos. Intentó pararse y un disparo final se lo llevó para siempre, envenenado por la
gloria. Leandro se despertó sobresaltado. Era la mañana del 2 de enero de 1865. Era
solo una pesadilla.
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MOVIDA
texto y fotos: natalia.vera
apocalipsis zombie
Maquillaje, sangre falsa, ropa vieja, la mirada perdida y un andar lento pero aterrador.
Los zombies tomaron el control de 18 de Julio, en la tardecita del 2 de noviembre, y
marcharon de Plaza Independencia hasta Ejido para sorpresa de varios paseantes,
choferes de ómnibus y guardianes de Pare de Sufrir. Estas secuencias fueron tomadas
por una de las protagonistas de la primera Zombie Walk en Montevideo.
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71
TRIP
pablo.trochon
[new york, 2010]
Vengo
del
apacible
Mount Kisco, a una hora
de aquí, de pasar una
confortable navidad con
pavo y sin fuegos artificiales, pero logrando que
mis anfitriones abrieran
los regalos a las doce.
These vagabond shoes,
are longing to stray /
Right through the very
heart of it / New York,
New York.
Desayuno en un Deli de
la absolutamente maravillosa isla de Manhattan,
atendido por latinos que
insisten en hablarme en inglés, mientras comienza a nevar y de a poco se cubren de
copos con forma de estrella las calles, los autos, los transeúntes.
La alfombra blanca se despliega en el Central Park, y baña a Jacqueline Kennedy
Onassis. Los colores, las bandadas de patos, los juegos infantiles desiertos y las esculturas resaltan sobre el níveo furioso y los lagos congelados. Los copos se redoblan
mientras el espectáculo se hace tormenta y yo gozo plenamente andando en mi sobretodo. Paso por el memorial Strawberry Fields, frente al decimonónico Dakota apartment, donde hace treinta años y dieciocho días alguien se llevaba a Lennon.
En algún café de la Columbus Ave. me cobijo en un bourbon mientras observo embelesado la furia de la ventisca que en breve bloqueará todos los aeropuertos del área
por dos días.
Repuesto, pateo hasta el complejo cultural Lincoln Center, también en el Upper West
Side. Su arquitectura magnificente, alberga, por ejemplo, la Metropolitan Opera, la
Filarmónica y el American Ballet Theatre, y a cientos de personas que se guarecen del
clima. Del metro emerjo a unas gigantescas bolas navideñas nevadas sobre una cascada y, mirando el Radio City Music Hall con una rara fascinación, me clavo unos gyros
turcos de carne, con salsa tzatziki, salsa picante y lechuga en flat bread.
A través de edificios absolutos entre la fina futuridad y los bellos estucados, con sus
escaleras de emergencia y tanques de chapa, algunos conectados entre sí por pasarelas, lucho contra el frío a medida que se van bloqueando las calles de una ciudad apenas transitada. El majestuoso edificio de la Chrysler, iluminado en la nevisca y más allá
el Empire State solemne, mientras circulo por veredas que se han reducido a pequeños
72
senderos escoltados por autos estacionados
ya sepultados. Ruge el vapor saliendo por las
ventilaciones del Metro, en el gran nodo de la
ampulosa terminal Grand Central.
Tras un baño reparador, en un lento taxi rompehielo vamos patinando al Dizzy’s Club a ver a
Paquito D’Rivera en un espectáculo de tango
jazz: es un sitio pequeño, con luces bajas, mozas interesantes y un escenario decorado, a
través del gran ventanal, por oleadas de nieve.
La banda es profesional, pero hay demasiado
talentismo, poca emoción, poco tango; se vislumbra Viejo smoking, chistes como que Piazzolla es el destructor del tango. Ástor tocó, muy
cerca de las cenizas de Lennon, en el Central Park (cual jardín de senderos que se
congregan) con la orquesta del imposible Lalo Schifrin meses antes que mi madre me
llevara a verlo en el Chateau Carreras, en Córdoba. Tenía siete años pero el estadio
gigante y el marplatense desataron una tormenta como la de hoy. Un año después,
1988, mi vieja me hizo ver Imagine, de la cual solo me gustaron las escenas de John y
Yoko en bolas. Y ahora yo estoy en medio de todo esto. Madonna dice que NY is a state
of mind, not a place, it’s a fuck you attitude y le creo.
Envuelto en un snuggie violeta barney que será sensación entre mis amigas de Montevideo, y que he comprado en una de las insomnes farmacias cvs, adivino que ha
dejado de nevar. Comienza la hermosa ciudad a tupirse de tribus y a asquearse en su
lento deshielo tras liberarse de la naturaleza. Sin embargo, el ciudadano del mundo se
encuentra a sus anchas en este sitio, seducido por su constante explosividad, cómodo
y lejos de toda ajenidad.
El ataque impune a los espacios públicos bajo la filosofía del take the picture & run es
exasperante: nadie disfruta nada, nadie ve lo que retrata, todos acumulan megabytes
en las tarjetas de memoria. Hoy, veinte años después, Patrick Bateman probablemente
se hubiera suicidado… ta’ me puse bobo.
Con los pies húmedos y congelados estoy en la cincuenta y tres oeste en cola al MoMa.
Este museo es una sobredosis de arte plástico y como tal provoca de todo: los que
pasan frente a monstruos de la historia de la pintura como si nada, o los entendidos
que se quedan por minutos frente a obras como el Abstract Painting de Max Reinhardt.
Tres horas en ese paraíso, entre De Chirico, Rivera, Frida, Picasso, Van Gogh, Monet,
Matisse, Polock, Dalí, Klimt, Klee, Kandinsky, Miró, Gauguin… Me como un burrito
reparador acá en la Sexta Ave.
Otra siestita en el hostel y salir a curtir la noche gringa. Típico bar con pantallas pasando diferentes deportes, rocola, pool concurrido, luces cheese, pibitas lookeadas con
chabones granudos y con medio calzoncillo afuera. Menú, además de las diferentes
cervezas: quesadillas, chicken wings with ranch dressing, chips n’ salsa, onion rings.
Condenada ciudad, solo vos te vas salvando porque pa’ mí sos un sueño / del que quiera Dios que nunca me vengan a despertar. But no matter, the road is life.
73
ENTREVISTA
gabriel.peveroni
la invención de carolina
desde hace algunos meses se consigue en librerías la montaña invisible, novela
con la particularidad de haber sido escrita en inglés por carolina de robertis, hija
de emigrantes uruguayos que se fueron del país hace casi cuarenta años. ella
vive en san francisco y escribió su primer libro –ambientado en un país en el
que nunca residió, pero del que se siente parte- como forma de reconstruir su
identidad. hay un relato paralelo al que se puede leer en la novela, en la que se
cuenta la mitología de cuatro mujeres de una familia con varios e inesperados
secretos. ese relato paralelo es el itinerario de la propia carolina, sus decisiones,
sus idas y vueltas, su necesidad de escribir para encontrar respuestas y seguramente nuevas preguntas.
_ ¿Cuándo tomaste la decisión de escribir una novela ambientada en Uruguay?
_ La decisión realmente ocurrió cuando yo
tenía doce años. Como muchos hijos de
inmigrantes, sentía una combinación de
familiaridad, intimidad y amor, y también
distancia y fascinación con esa misma
cultura. Fue escuchando las historias de
mis padres, de quiénes eran mis abuelos,
mis bisabuelos, especialmente una abuela que era una poeta muy bohemia... Me
inspiraba mucho contar acerca de la vida
de ella.
74
_ ¿La llegaste a conocer?
_ La conocí cuando ella fue a visitarnos
cuando yo tenía siete años. Se llamaba
Mirta y era argentina. Ella se exilió en Uruguay en los tiempos de Perón.
_ ¿Cuándo fue la primera vez que viajaste a Uruguay?
_ A los dieciséis años, y eso me cambió la
vida, porque era la primera vez que estaba
rodeada de personas que hablaban como
mi familia, con ese acento raro. Tantas cosas que yo pensaba que eran peculiares
de nosotros, de mi familia, descubrí que
eran culturales, que eran de todo un país.
Me cambió. Volví a California con la idea
de que yo tenía una raíz, una identidad
que quería entender mejor. Después volví
otras tres veces, ya de adulta, durante los
años en que estuve escribiendo la novela.
_ ¿Por qué tus padres no retornaron al
país?
_ No sé… Ellos no se fueron por razones
políticas, entonces…
_ ¿Cuáles fueron las razones para emigrar?
_ Académicas. Mi padre es científico, biólogo, y tuvo la oportunidad de tomar un
trabajo muy bueno en la Universidad de
Cambridge, y por eso se fueron a Inglaterra cuando mi mamá estaba embarazada
de mí, y nací allá. De ahí nos fuimos a Suiza y finalmente a California. Siempre con
el trabajo de mi padre.
_ ¿Ellos siguen viviendo allá?
_ Sí, están en Los Ángeles. Yo estoy en
San Francisco.
_ ¿Por qué elegiste San Francisco?
_ Ah… Cuando me recibí en la Universidad me fui a San Francisco lo más rápido
posible porque San Francisco es más bohemio, más abierto. Me fui a buscar otra
vida y me quedé; ahora es mi hogar.
_ ¿Es tu lugar?
_ Sí, es mi lugar.
_ Que no es tu lugar de origen...
_ Tengo varios orígenes, pero si tuviera
que elegir un lugar de origen diría que es
Uruguay, sin duda.
_ ¿Tus hermanos también encajan en
eso, o fueron por otros caminos?
_ Es una muy buena pregunta. Habría que
preguntarles a ellos. Pero creo que dirían
que son uruguayos y estadounidenses. Lo
raro es que cuando yo era niña éramos
una familia de cinco, con cuatro pasaportes diferentes: mi padre argentino, mi
madre uruguaya, mi hermana y yo ingle-
sas, mi hermano menor estadounidense.
Imaginate en la Aduana la locura que causábamos. De ese cóctel tan complicado
de culturas viene mi crisis de identidad y
la urgencia de escribir el libro. Aunque no
sabía cómo hacerlo.
_ ¿Cuándo empezaste a leer novelas en
español?
_ Al principio me costaba mucho. Un periódico es otra cosa, pero leer una novela… Es que el español tiene una riqueza
lingüística increíble. Empecé con Gabriel
García Márquez, a los trece años. Leí Cien
años de soledad y no voy a decir que la
entendí a nivel profundo, pero me cambió
la vida. Me transformó completamente. No
puedo negar que hay ahí una influencia,
porque me mostró una manera de escribir, una manera de pensar el mundo, de la
familia multigeneracional, de la identidad
latinoamericana.
_ Y ese costado mágico, que por cierto
está presente en The Invisible Mountain...
_ Me atrae muchísimo el realismo mágico.
Y reconozco que no es algo muy uruguayo.
_ Ni muy de moda últimamente...
_ No. Siento que hay mucha resistencia.
Ahora muchos escritores latinoamericanos contemporáneos están en contra de
escribir desde el realismo mágico.
_ García Márquez fue el primer latinoamericano que leíste. ¿Cuál fue el primer
uruguayo?
_ Horacio Quiroga. Mi mamá me leía sus
cuentos. Ella había quedado traumada
con “El almohadón de pluma”, y me lo
contaba una y otra vez... Ya de adulta me
dediqué a aprender realmente de literatura uruguaya. Al principio tuve que tomar
el diccionario y ser paciente. Pero obvio,
valió la pena. Ahora soy traductora y una
de mis pasiones es ampliar el espacio en
75
Estados Unidos para la literatura latinoamericana.
_ O sea que hay muchos ingredientes
mezclados en tu vida para llegar a la
novela, en cuanto a vivencias, búsquedas, lecturas.
_ Sí. Digamos que la novela es una mezcla de varios ingredientes, incluyendo
historias de mi familia y también historias
orales de personas que realmente vivieron. Pero es muy importante acordarse
de que los personajes son ficcionados…
Otro ingrediente es la historia real, porque
investigué varias épocas de la historia
uruguaya y de la historia argentina. Y otro
ingrediente muy importante, digamos que
el agua en la olla, es la imaginación. Creo
que ese balance es fundamental, al crear
narrativa, porque la ficción tiene un papel
muy importante en la exploración de la
realidad.
_ Volvamos a tu necesidad de escribir.
Querías construir tu identidad. Necesitabas escribir. ¿Por ahí iba la mano?
_ Esta pregunta me encanta. Es tan básica pero es tan difícil, porque había tantas
razones por las cuales escribir, que es difícil enfocarlo. Es como decir por qué estás
vivo. Hay muchas razones... Parte de la
razón era que amaba tantísimo la literatura. Los libros me han dado tanto. Los libros
me liberaron, me mostraron otra manera
de vivir, otra manera de abordar la vida,
otra manera de ser. Me ayudaron a ser
una persona valiente en la vida. Cuando
escribís un libro empezás a ver reflejadas
tus propias obsesiones en esas páginas,
y ni las sabías, no eras consciente de que
eran tus obsesiones. Es como mirarte al
espejo. Y claro, eso ha sido mi vida también. A lo mejor al imaginar esos personajes apasionados y rebeldes estaba construyéndome a mí misma. Aunque sea que
nadie leyera el libro jamás, estaba creando
más espacio en el mundo, en mi mundo
76
interno, para mí misma. Es que escribo
para… no sé para qué escribo, pero a lo
mejor escribimos para poder leer el libro
que necesitamos leer.
_ ¿Qué pasó con tu vida, con decisiones y caminos diferentes que tomaste?
_ Una cosa que ocurrió cuando empecé a
dedicarme muy seriamente a esta novela
fue que mis padres empezaron a rechazarme, y cuando me casé con una mujer
ya cortaron conmigo y no hemos tenido
contacto por nueve años.
_ ¿Ella cómo se llama?
_ Pamela. Es afro-americana. Ahora tenemos un hijo. Yo soy consciente de que
ese cambio en mi situación familiar tuvo
un impacto en mi proceso artístico, en la
necesidad de escribir esta novela. Porque
hubo un momento, cuando mis padres me
dijeron “vos no sos uruguaya, porque en
Uruguay no existe la gente gay” -lo cual es
un gran error porque siempre ha existido
gente gay en todas partes-, me hicieron
sentir afuera de la cultura y de la familia.
_ Una forma de negarte, o bien quitarte,
la posibilidad de una identidad…
_ Sí, exacto. Era como decir “no merecés
ser uruguaya”. Porque yo les dije: “si no
lo soy, díganme de dónde soy, porque
fueron ustedes los que nos tuvieron en
todas partes”. Entonces mi madre me dijo:
“sos estadounidense, porque acá, en este
país, aprendiste que es aceptable ser gay;
entonces es el único país en el que vas a
sentirte en casa”. Yo creo que en ese momento ella creía eso, no era una maldad.
_ ¿Por qué pensás que esa opción tuya
forzó la ruptura familiar?
_ No lo sé, es algo que se da diferente
en cada familia. Habría que preguntarles a ellos. Yo te puedo contar que ellos,
mis padres, cuando eran jóvenes fueron
izquierdistas, como tanta gente de su generación, pero cuando yo llegué a la ado-
lescencia apoyaron a George Bush, por
ejemplo. Ya tenían desde hace años su
manera tradicional de pensar las cosas.
Y la realidad es que la homofobia es una
enfermedad social: es contagiosa y daña a
mucha gente. La gente piensa que la homofobia daña solamente a la gente gay y
la realidad es que no es así, daña a toda la
familia. No puedo pensar que esto ha sido
fácil para mis padres. Lamentablemente
esto ocurre en muchas familias.
_ ¿Encontraste apoyo en otros integrantes de tu familia?
_ Sí, mucho. Mis hermanos, por ejemplo.
Y en Uruguay, una prima, una tía, un sobrino. También de una tía que es uruguaya
pero vive en Francia.
_ ¿De qué trabajabas antes de ser escritora?
_ Trabajé en organizaciones sin fines de
lucro, defendiendo los derechos de los
inmigrantes latinos. Trabajé muchos años
en un centro de crisis, de asistencia a
mujeres violadas. Imaginate. Ya es muy
traumático ser violado. Pero ser violado
y tener barreras lingüísticas y no tener dinero, y tener mucho miedo de que si digo
algo a la policía o hasta a una consejera
me van a deportar… Entonces el terror
es muy grande. Trabajé en un centro en
el que yo fui la primera latina, la primera
persona bilingüe en trabajar en ese lugar.
Y en los fines de semana me encerraba en
mi apartamentito a escribir.
_ A escribir sobre Uruguay... Toda una
excentricidad.
_ No te creas. Tengo amigos que entendían muy bien mi idea de escribir sobre
Uruguay. Y también tengo muchos amigos escritores que tienen raíces en otros
países y escriben de eso: una amiga está
trabajando en una novela que trata de sus
abuelos en Japón, otra amiga está escribiendo sobre la guerra civil en Líbano, porque su padre es de allí.
_ ¿Te frenó alguna vez el hecho de escribir una “historia uruguaya” por la
lectura que pudiéramos hacer los uruguayos?
_ Me frenó muchísimo. Pero no me frenó
por lo que fueran a decir los lectores de
Uruguay necesariamente, porque cuando
estaba escribiendo no me imaginaba que
alguien lo fuera a leer tan lejos. ¿Cómo iba
a llegar a Uruguay si ni siquiera pensaba
que fuera a publicarse, siendo una mujer
que osaba escribir sobre las mujeres, sobre tupamaros, sobre gays, sobre revolu77
cionarios, sobre una dictadura, sobre un
personaje transgénero? No tenía mucha
esperanza de que fuera publicado y fuera
a ser bien recibido. Pero lo que me daba
terror era que un uruguayo en Estados
Unidos lo leyera y dijera quién es ella para
escribir estas historias, qué sabe de Uruguay. Tenía mucho terror de eso y sentía
mucha responsabilidad de hacer el mejor
trabajo que pudiera, de hacer un retrato
lo más respetuoso posible. Y eso fue lo
que más me sorprendió al poco tiempo
de editado el libro: fui a doce ciudades de
Estados Unidos a presentarlo, y en cada
una de ellas increíblemente aparecían uruguayos que me dijeron cosas muy lindas.
_ Hay varios uruguayos que escriben
fuera de Uruguay. Hay un solo caso,
que es el tuyo, que escribe en otra lengua. Dentro de Estados Unidos se viene generando un fenómeno de novelas
escritas en inglés de hijos de inmigrantes latinos. Está el caso de Daniel Alarcón, el de Junot Díaz...
_ Soy fanática y amiga de ellos. Me encanta lo que hacen. Hay todo un movimiento
en Estados Unidos de escritores hijos de
inmigrantes. Y yo reconozco que la existencia de todos esos escritores me ayuda
a tener espacio. Si yo hubiera tratado de
publicar este libro hace veinte años probablemente hubiera tenido muchas más
barreras. Yo soy la única que conozco
de ascendencia uruguaya que escribe
sobre Uruguay. Es algo un poco único. Y
yo tenía el temor de que los uruguayos no
recibieran el libro tan bien, porque estaba
escribiendo desde un punto de vista feminista…
_ En los viajes que has hecho, ¿cómo
ves la vida cotidiana en Uruguay con
respecto a temas como la sexualidad,
por ejemplo?
_ Creo que hay más espacio cultural en
Uruguay para la gente gay. En los últi78
mos diez años he visto mucho cambio.
También hay mucho cambio en Estados
Unidos. Cuando nosotras dos nos casamos era muy poco común que se casaran
dos mujeres, poder hacer una ceremonia,
decir que somos casadas. Esas cosas no
se hacían. Ahora, con las leyes, igual es
controvertido pero hay mucha gente que
lo está haciendo.
_ ¿Cómo fue la decisión de tener un
niño?
_ Y... me embaracé. Allá existen oportunidades para mujeres que quieran embarazarse ya sean solteras, tengan una pareja
masculina o sean mujeres juntas. Existen
clínicas donde los hombres hacen donaciones para la creación de una familia de
los demás. Es un donante anónimo. El
anonimato es muy importante porque protege los derechos de las madres.
_ ¿Cómo se llama tu hijo?
_ Rafael de Robertis Harris. Es un apellido
larguísimo. Finalmente creamos una familia. Lo que yo veo acá es que hay mucha
gente gay que tiene su vida, pero es muy
difícil vivir totalmente abiertos y decir “yo
soy gay”. Todavía se vive escondido y eso
tiene un costo muy profundo. Tenemos el
derecho a más que eso. Y si una persona
quiere crear una familia, no se puede de
esa manera. Es imposible crear una familia con silencio. Para crear una familia
necesitamos mucho más espacio cultural.
Y esa es la razón más grande de que yo
no viva en Uruguay. Porque me encanta
Uruguay, estoy totalmente enamorada de
la cultura uruguaya, y Montevideo es uno
de los lugares más bellos del mundo, una
joya secreta. Pero crear un hogar acá es
muy difícil, porque quiero criar a mi hijo
con plena libertad y dignidad. Con mi esposa. Para hacer eso, realmente el norte
de California es el mejor lugar del mundo.
Por eso es mi hogar.
OTROSANIMALES
pedro.dalton
cer dos
80
de
gran
e s c a l a
81
CIUDADESQUEMATAN
ruski
un día en parís (*)
Un día en París puede empezar en la
zona de La Bastilla. Allí hay un bonito
obelisco que recuerda alguna revolución,
todo en bronce y oro. Está la Ópera nueva y un montón de bares para turistas.
Unos metros adentro del barrio, pongamos unos 200, hay un bar ideal para comenzar la mañana con un café y un croissant. Se llama Café de l´Industrie, tiene
una decoración encantadora y ventanales que dejan entran la luz con alegría.
Las chicas que atienden son hermosas
y son buena onda, a contramano del orden parisino. Se llega a ver el humo del
café mezclado con el de cigarrillo, y unos
acordes de jazz u otra música elegante
acompaña un feliz desayuno.
Después del desayuno se sugiere caminar por la orilla del Sena y dejarse
llevar. Hasta el Institut du Monde Árabe,
por ejemplo. En este edificio que festeja
la corrección política para con el mundo
árabe, se puede subir a la terraza y descubrir una de las mejores vistas no popularizadas por las postales de París. La
vista es encantadora y no hay otro motivo
para estar allí que no sea la vista. Y este
es el momento para la famosa frase de mi
amigo Federico: “OK, es un lugar turístico, pero por algo es un lugar turístico”. Y
sí, esto es lindo.
Después de bajar, caminar un rato y tomar muchas fotos, es momento de pensar en un lugar para almorzar. Si se sigue
caminando por el Sena y luego se dobla a
la derecha en Saint Michel hasta el famoso Boulevard Saint-Germain, el destino
recomendado es la braserrie Lipp. Dicen
que paraban Picasso y otras gentes por
el estilo, y con estilo. Y una se tienta y
82
pide salchichas con chucrut, como en
la película de Woody Allen, y sí, están
buenísimas. Y lo mejor: ¡no es caro! No
tan caro, en realidad, porque el kebab es
definitivamente más barato. Nos despedimos de este hermoso salón de azulejos
con la sonrisa satisfecha.
Vuelta al río, ahora caminando hacia el
oeste. Los edificios de distintos tamaños,
siglos y gustos se suceden sin tregua. Al
llegar al Musée d’Orsay hay dos opciones
posibles: dejarse llevar por el exceso de
información y pretender ver todo y que no
quede nada en el cerebro, como cuando
se navega de manera alocada por Internet a través de la nada, o dedicarse con
cariño a ver poco y con amor. Esta vez
dediqué mi preciado tiempo a disfrutar de
la exposición temporal Belleza, moral y
voluptuosidad en la Inglaterra de Oscar
Wilde. Bellísima. La estética por la estética. No abundaremos. Para eso sí que
está Internet. Está abierta hasta fin de
febrero.
Al salir del hermoso museo hay que cruzar nuevamente el Sena y caminar por
el Jardín del Tulleries, y por ahí vagando hasta el Centre Pompidou. Como el
cansancio aparece se sugiere, antes de
hacer la parada obligada en el museo, ir
hasta Mariage Frères para tomar un té
con masas, que esta gente sabe lo que
hace: más de un siglo y medio importando té y del bueno. Ya sabe: si voy yo no
puede ser muy caro, pero tampoco es un
kebab. Y ya lo dije: esto es bueno, y en
Sudamérica, si se consigue, es muchísimo más caro. Si se consigue.
Y en el Pompidou hay que entrar, claro. Y
otra vez hay que optar entre el exceso y
la calidad de vida.
Me detengo.
Un paréntesis.
(Más de un museo por día en cualquier
parte del mundo es demasiado. No lo
haga. Hace daño. No queda nada más
que angustia en el alma. En lugar de pensar que uno vivenció algo hermoso, va
a sentir que se perdió algo en otro lado.
Deje algo para el futuro. Deje mucho para
el futuro. Deténgase a revelar su interior.
Siempre deje algo para contemplar en el
futuro. Pero esta es una crónica y como
tal tiene que brindar información para el
posible disfrute de la vida. Pero no haga
dos museos por día, por favor.)
Entonces.
Entonces me detengo en la muestra
temporal de Munch, el escandinavo que
buscaba retratar la angustia. Y lo logró,
créame señora. La muestra es muy fuerte. Es mejor salir a tomar aire.
Y en la terraza del Centre Pompidou la
vista y el aire devuelven la sonrisa. Por
cinco se puede tomar un té con una vista
inmejorable.
En la crónica es la hora
del atardecer y me pasa a
buscar mi amigo Martín a la
salida del museo. Me toma
por el hombro y me dice:
“Vamos a conocer París”.
Lo sigo. Ya se sabe: siempre hay que seguir al local
para conocer de verdad.
Hacemos unas cuadras y
llegamos un bar muy largo
y angosto que se llama Art
Brut. A pesar de estar en el
epicentro del turismo mundial no hay un solo turista.
Martín pide un vino de Montenegro. Le recuerdo que
estamos en Francia, le pregunto por qué pide un vino
de ese país tan lejano. Me dice que los
dueños son de allí, y que es muy bueno y
que en realidad es de Francia, pero que
a los dueños les gustaría que fuera de
Montenegro, de donde, finalmente parece que es. No sé si me confundo por el
vino o por la charla o por el cansancio,
pero el gentío en este bar es amable y
charlatán. Todos hablan con todos. En fin,
un bar de gente joven y un poco esnob,
que está quizás de levante. Qué está muy
bien, el bar. Charlamos un rato largo, dan
las nueve, Martín dice que es la hora de
cenar. (Se recuerda que en Europa todo
cierra mucho más temprano que en Montevideo).
_ Vamos al L’Express Bar, dice Martín.
_ Vamos.
L’Express está a unas cuatro o seis cuadras del Art Brut. Es un bar de esquina,
repleto en un 89 % de hombres que miran en una televisión de plasma muy sucia cómo un equipo de fútbol francés es
vapuleado por el Real Madrid con unos
cuatro o cinco goles. Martín pide el menú.
No vamos a abundar, pero por el equiva83
lente a dos o dos y medio Kebab
se puede comer entrada y plato.
Yo comí Oeuf, que no es otra
cosa que un huevo con mayonesa y ensalada y un Steak Tartare
que no es otra cosa que carne
cruda con alcaparras y un huevo (crudo también) y un montón
de especies y salsa tabasco. En
fin, que me comí un menú típico
de la clase media francesa en un
bodegón sucio y encantador, repleto de energúmenos puteando
porque su equipo de fútbol no puede ni
meterle un gol al arco iris. Y para colmo,
todo muy rico. El dueño, un vasco encantador que fuma en la cocina como si fuera
un batracio, es quien personalmente prepara los platos.
Con la panza tan repleta y tanta caminata, no queda otra que ir a dormir. Eso le
digo a Martín cuando me aclara que en
un rato toca John Cale en la Maroquinerie. Le digo que no puede ser, que en París se dice que esas cosas no pasan. Me
dice que no, que la Maroquinerie es una
sucursal de Londres. Que no es París.
_Vamos- invita Martín.
_Pero vamos en metro, por favor.
_Ya no es hora de andar caminando.
_Y sí.
En la Maroquinerie toca John Cale. Pero
está todo vendido. Pedimos en la puerta. Pedimos en boletería. Pedimos a los
transeúntes. No hay forma, no logramos
entrar. Aparece un periodista al que le
sobran dos entradas y nos vende a 10
euros cada una. En boletería cuestan 25
euritos. Las entradas también son más
SOYSOLO
martín.inthamoussú
esas cosas le pasan a otros
baratas que en Sudamérica.
En fin, que no es una nota de música,
pero digamos que se pudo ver cómodamente y a un precio accesible, con un
sonido excelente, a uno de los próceres
del pop y del rock y del arte conceptual,
acompañado por una banda excelente y
por sólo 25 euritos, en un lugar que era
menos que la mitad de grande que La
Trastienda, por nombrar un lugar al azar.
Completamente agotada y como siempre
curiosa, utilizo el viejo truco de “Ayer toqué aquí y me olvidé un pie de guitarra
y Francesca me dijo que lo podía pasar
a buscar después del show” (**), y pude
pasar a camarines a tratar de hablar con
John, que muy amable, al verme entrar,
entendiendo claramente el código, le dijo
a su asistente que me dijera que lo disculpara pero que estaba muy cansado, que
me retirara del camarín.
Tiene razón.
Todo el día caminando.
Todo la vida transcurriendo.
John Cale tiene razón.
París, cansa.
(*) Cuando mi editor favorito se entera de que estoy en París, me ofrece tres páginas para que cuente
qué hay que hacer en París para no parecer turista. Le contesto que París está muerta, o muy dormida, que lo mejor que se puede hacer en Paris es justamente eso: ¡turismo!
(**) Averiguar primero el nombre de la persona de boletería o el encargado de la sala para utilizar este truco.
84
El nuevo milenio arrastra prejuicios difíciles de erradicar. Quiero dedicarle esta columna
al grave, muy grave malentendido, que se ha generado con el sida. A pesar de las campañas de concientización, seguimos explicando detalles que ya no deberían dar lugar a
duda alguna.
En los comienzos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, cuando nace como epidemia humana, nos hacen saber sobre los grupos de riesgo. Fue así que prostitutas,
homosexuales y drogadictos, los más expuestos al contagio, pasaron a formar parte de
la lista negra de la “suciedad” humana. Paradójicamente, al ser señalados como los embanderados del contagio, estos grupos generaron espacios de información y reflexión.
Esto los transformó en expertos del tema y por ende el índice de contagio en estos grupos
bajó. No así en los grupos heterosexuales que creían que era una enfermedad de desviados, exponiéndose cada vez más al contagio simplemente porque era una enfermedad
-no un síndrome- de “raritos”.
“Esas cosas les pasan a otros”, como dice Al Pacino encarnando a Roy Cohn en Angels
in America -serie infaltable para comprender esta era de cambios apocalípticos-. Leyendo
literatura especializada de la época es interesante ver cómo el colectivo gay se encarga
de comunicar sobre prevención, pero también de informar a aquellos que contraían el síndrome, haciéndoles saber de la existencia de azt como posible droga para su tratamiento,
imposible de conseguir en los ochenta para todos los infectados.
Hoy en día ya no hay grupos de riesgo. Todos estamos expuestos a un posible contagio
y todos, sin excepción, debemos tomar las medidas necesarias para evitar que la enfermedad se siga expandiendo. Ser humano nos expone a ello.
Con todo esto solo quiero llegar a un punto. No voy a decirle a la gente lo que debe o
no debe hacer para cuidarse. Quiero notar cómo seguimos pensando igual que en los
ochenta. Nuestro pensamiento vintage es así de retrógrado.
Si alguien es gay, enseguida se le dice que se cuide, porque como vicioso que es (!?)
está más expuesto. Si alguien se contagia, enseguida se le juzga por la descontrolada
forma de vida que lleva, y enseguida aparece el famoso “algo habrá hecho”. Aunque no
esté muerto y seguro, y vivirá muchos años, se enfrenta a una muerte súbita social, que
va más allá de la infección.
Discriminamos al que potencialmente creemos que se puede contagiar por su “mala
vida”, pero también se discrimina a quien se ha contagiado. Y justo cuando más apoyo
necesita, se lo mira de reojo.
Conciencia es protección.
Protección es sabiduría.
Sabiduría es crecimiento.
Crecimiento es conciencia.
Enfermedad no es muerte.
Condición sexual no es enfermedad.
Estar enfermo no debería significar ser solo.
85
CUCHARALIBRE
victoria.vera
drop dead diva
La doctora Michelle Suárez Bértora intimida; no voy a negarlo. La había visto antes en la tele, un par de veces, así que
enseguida que entré al bar la reconocí de inmediato. Apenas
escucho su voz contundente, su forma de hablar usando las
palabras exactas -ni una más, ni una menos- no puedo dejar
de pensar que si alguna vez tengo un problema legal me encantaría que fuera mi abogada. La imagino radiante y feroz,
dirigiéndose al magistrado y a la contraparte.
Ahora que estoy frente a ella, un viernes a las seis de la
tarde en el Gran Sportman, pienso en cómo habrá sido la
construcción de esa presencia. Seguramente nació por acto
reflejo de todas las miradas que le irradiaron, miradas temerosas, miradas cargadas de prejuicios. A los pocos instantes
de charla, la coraza se le resbala del cuerpo, como un viso
antiguo, sonríe y la domina un muy buen sentido del humor.
Impresiona detallar lo que trabajó Michelle, en apenas un
año y medio, junto al colectivo Ovejas Negras. En cuanto
se recibió de abogada tuvo la disponibilidad necesaria para
impulsar y revolucionar el colectivo, desde adentro hacia
afuera. Se ha convertido en una figura referente, aunque
ella lo niegue.
PROTOCOLO TRANS
Me cuenta –entre otras cosas- que ya está vigente el Protocolo por el cual se regirá el
equipo médico encargado de los tratamientos brindados a los chicos y chicas trans, que
están en busca de una cirugía de reasignación de sexo. Antes, un chico trans no tenía
una policlínica específica para consultar. Cada uno hacía lo que podía. Tiene que ver
con que no hay políticas respecto a la situación de los transexuales. Como no obtienen
un lugar de contención se buscan vías alternativas, como averiguar en Internet, o
preguntar a conocidos sobre la medicación que utilizan.
A partir de ahora, hay un lugar específico para tratar casos y canalizarlos. Seguridad
para el paciente y equipo médico. Hay que dirigirse a la Cátedra de Psiquiatría del Hospital de Clínicas. Los pacientes privados y los públicos se pueden atender en las mismas condiciones. El tratamiento y seguimiento que se realiza a través de la mentada
institución implica una garantía para la integridad física del paciente y una contención
psicológica adecuada al caso.
Una vez realizado el diagnóstico inicial, se efectúa un ateneo interdisciplinario con la
86
presencia de todo el equipo de salud, a los efectos de decidir el tratamiento más adecuado para cada situación. Si la persona es candidata potencial al tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo, es necesario que continúe con un seguimiento no menor
a dos años (según estándares internacionales), a los efectos de reafirmar la decisión
inicial y confirmar el diagnóstico. Se pueden sumar tratamientos hormonales y estéticos, si corresponden.
En aquellos casos en que el equipo de salud considera no pertinentes para el paciente
los tratamientos mencionados, pero se considera que se beneficiaría con un tratamiento psiquiátrico y/o psicoterapéutico, se le ofrece dicha alternativa.
LEY DE IDENTIDAD
Michelle también me pone al día sobre la Ley de Identidad de Género, que incluye el
derecho al cambio de nombre y sexo en los documentos identificatorios. Esta no ha
podido ser aplicada, en la práctica, por razones burocráticas y políticas, aunque está
vigente desde hace más de un año. La norma dispone que toda persona posee derecho al libre desarrollo de su personalidad conforme a su propia identidad de género,
con independencia de cuál sea su sexo biológico, genético, anatómico, morfológico,
hormonal, de asignación u otro. Incluye el derecho a ser identificado de forma que
se reconozca plenamente la identidad de género propia y la consonancia entre esta
identidad y el nombre y/o sexo señalado en los documentos de la persona, sean las
actas del Registro de Estado Civil, los documentos de identidad, electorales, de viaje
u otros. En ningún caso se exige cirugía de reasignación sexual para la concesión de
la adecuación registral.
Esta norma es una de las más avanzadas en lo que tiene que ver con el derecho a la
identidad. En la práctica no se está aplicando en un 100% porque no quedó conformado
aún el Equipo Multidisciplinario y Especializado en Identidad de Género y Diversidad.
La ley establece que el informe de dicho equipo es requisito para la presentación de
la demanda ante el Juzgado Letrado de Familia. Si hubo casos en los que se llegó a
aplicar esta ley con anterioridad, fue porque los magistrados aplicaron los artículos 332
y 72 de la Constitución, de donde surge que los derechos inherentes a la personalidad
humana no pueden dejar de aplicarse por falta de la reglamentación respectiva. Ahora
no hay excusas para la aplicación de esta ley, atento a que ya está conformado dicho
equipo.
Ya sobre el final del encuentro, llega la socia de Michelle. Se reúnen los viernes a la
tarde en el Sportman para ponerse al día y planificar el trabajo futuro. Mientras conversábamos las tres, aprovechó para ir a comprar una ampolla reconstituyente para
el cabello. Le pido que me pase el pique, de dónde la compró tan barata y así ahorrar
unos buenos pesos en la peluquería.
Michelle, como si fuera poco, tiene además su faceta artística. Le pregunto cuándo se
va a hacer un tiempo para empezar a explotarla. “En la vida todo pasa cuando tiene que
pasar”, sentencia. Ya había escuchado esa frase en otras ocasiones, y además es un
pensamiento recurrente que tengo. Pero dicho con la voz y contundencia de Michelle,
de pronto se transforma en una verdad absoluta. Es una de esas personas que no
hablan por hablar y que, por lo general, saben muy bien lo que dicen y por qué lo dicen.
87
ETIQUETADOS
Evento: Zonamérica Live! 2011. Lugar: Zonamérica. Fecha: 22 de noviembre. Dato
especial: Más de 6.000 personas fueron parte de este gran after office al aire libre junto
a las canciones de Cuarteto de Nos. El dj Nick Bennett, de Urbana FM, ambientó el
evento con su música, que continuó luego de entrada la noche. Zonamérica Live! contó
con el apoyo de Miller, Citi, DirecTV, Johnnie Walker Black Label, Smirnoff, Burn, byd,
Top Line 7, bqb y Movistar.
Evento: Calvin Klein lanzó sus nuevas fragancias en el Fest de Contrapedal. Lugar:
Lindolfo. Fecha: Del 25 al 27 de noviembre de 2011. Dato especial: Cientos de jóvenes
vivieron tres días de música, diseño, arte y tecnología en los Shock points de Calvin
Klein, especialmente pensados para Lindolfo. Los invitados apreciaron el arte urbano
de Juan Chao y min pintando en vivo el muro de ck y vibraron con la música en el escenario principal con proyecciones de la marca.
01.
01.
02.
02.
05.
03.
04.
04.
06.
01. Cecilia Llarena, Romina Bonapelch, María Jung, Leticia Hahn, Mariana Gonçalvez. 02. Jaime Miller
y Colo Wolman. 03. Mercedes Steneri, Lucas Echeverry, Graciela Doevel y Agustín Bensusán. 04. Paula
Fajardo, Aldo Alario, Fidel Salas y Marieclaire Marambio. 05. Victoria Braselli, Pata Torres y Natalia Guerra.
06. María Elena Traverso y Lucas Echeverry.
03.
01. Manuel González, María José Menéndez y Laura Olagüe. 02. Gustavo Mansilla, Verónica Zamora,
María Laura Callero, Laura Olagüe, María José Menéndez, Sylvia González Moore y Manuel González.
03. Dj Fernando Del Guercio. 04. MIN.
ETIQUETADOS
Evento: Smirnoff Nightlife Project. Lugar: Casona Mauá. Fecha: Sábado 12 de noviembre. Dato especial: La fiesta Smirnoff Nightlife Project se realizó en simultáneo
en 50 ciudades de todo el mundo, en un intercambio de ideas y propuestas para experimentar la mejor vida nocturna. En Montevideo la fiesta reunió a 400 personas en
la Casona Mauá.
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Evento: Lanzamiento de nuevos equipos Huawei al mercado, con el respaldo de Antel.
Lugar: Auditorio de Antel. Fecha: 26 de octubre de 2011. Dato especial: Se realizó el
lanzamiento de dos nuevos equipos al mercado uruguayo a cargo de Antel y Huawei,
el Ideos y el U752.
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01. Danielle Eisenbarth y Gastón Saxlund. 02. Florencia Correa, Majo Rey y Fons Dominyck. 03. Gastón
Ferrez, Rodrigo Fletcher, Rodrigo Lagomarsino y Joaquín Toscanini. 04. Lucía Sosa y Marcus Lundestat.
05. María Noel, Alina y Carina Fossati. 06. Marie Claire Marambio, Fidel Salas y Lucía Ubriedo. 07. Paula
Fajardo y Pablo López. 08. Victoria Zinola y Valentina Farinasso.
01. Danispace y Camila Sapin. 02. Rodolfo Romeo, Andrés Tolosa, María Alejandra Salamone y
Laura Lofriego.
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TENDENCIASMENTALES
dani.umpi
guadalajara
Me alojan en el edificio más grande de la ciudad. Si se lo busca en el Google Maps, no
existe. En la foto se ve un hoyo. Cuando me preguntan dónde me alojo y respondo el
nombre la cadena hotelera española, inmediatamente comienzan a contar anécdotas
macabras de obreros cayendo desde el piso treinta... o incendios misteriosos.
El edificio se construyó en tiempo récord, acaban de inaugurarlo y cada piso tiene un
color característico. El mío es de un verde manzana más intenso que el del piso de
abajo y sorprende que tanto las cortinas como detalles de la pared lleguen a ese tono
exacto. Frente a mi cama hay una fotografía enorme de una planta selvática parecida
a un animal.
El verde de los muros de las calles es un poquito más oscuro. Sin haberse instalado el
debate de cuáles grafitis cubrir y cuáles dejar, el gobierno directamente los tapa a todos. El resultado es metros y metros de muro verde por toda la ciudad. Los argumentos
que da el gobierno cuando le preguntan por el color elegido para cubrir el vandalismoarte giran en torno a energías vibratorias y otros móviles imposibles de pensarlos desde
nuestro país. “El verde ayuda a la armonía y la estabilidad social”. Nuestra intendenta
jamás podría decir eso. Las diferencias culturales son bastante grandes.
También fui a Tequila, el pueblo de donde sale esa bebida y todo tiene forma de barril.
Pero eso no interesa tanto.
Vuelvo a Guadalajara, ciudad en la que tienen una paranoia bastante extendida con
el tema “robo de laptops y celulares”. Se quejan mucho de esa inseguridad pero en
ninguna otra ciudad he visto tanta laptop y celulares tan en la mano. Les juro. En cada
mesa de bar hay algo de eso y se van al baño dejándolos solos. Igual, lo que más me
hizo pirar es que los rastrilleros de tecnología usan detector de litio. Se meten en los
estacionamientos y analizan auto por auto. Cuando descubren uno, sin necesidad de
romper vidrios, con un prolijo sistema de imanes y cerrajería electrónica, abren los
coches en menos de treinta segundos, y ya está.
Tal vez sea el poder del verde, que promoviendo tanta tranquilidad ayude a pensar
mejores estrategias delictivas. Yo, por lo pronto, no puedo dormir aunque esté en el
colchón más cómodo del mundo. La gigantografía de la planta carnívora que tengo
enfrente es demasiado perturbadora.
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