SEMINARIOS DROGAS La lucha contra las drogas abarca distintos frentes, entre ellos el Lavado de Dinero, que desestabiliza los aspectos financieros legales de muchos estados, y los Precursores Químicos utilizados en la elaboración de las distintas drogas semi y sintéticas. En n el medio de estas dos aristas se encuentran otros aspectos que han cobrado significativa relevancia en los últimos tiempos y que han irrumpido como armas eficientes en esta lucha. Unos de los principales aspectos es la “información a grupos sociales específicos”, ”, tanto sobre los distintos tipos de drogas, sus efectos y formas de uso, los daños físicos y psíquicos, las formas de presentación, el narcotráfico con sus aspectos operativos, rutas y penetración social, etc. Los países desarrollados han creado específicos específicos programas de instrucción: por un lado, el dirigido al las Fuerzas de Seguridad encargadas de la lucha frontal contra el narcotráfico,, como primer barrera que posee la sociedad contra el delito en general;; por otro la información específica dirigida a distintas áreas y que han cobrado significativa relevancia en los últimos tiempos. Uno de esos objetivos son los estudiantes, padres, docentes y sus autoridades, habida cuenta que el mercado principal del narcotráfico es la juventud, verdad matemática mática aquí y en cualquier lugar del mundo, se han diseñado estrategias para expandir el conocimiento sobre el consumo de drogas drogas, los aspectos mencionados ut-supra,, la detección y su prevención básica básica.. Esto ha dado resultados altamente positivos, ante la premisa premisa “que no solo la droga mata, sino también el desconocimiento sobre ella”. ”. Los mismos delincuentes rechazan que el consumidor sepa demasiado sobre los efectos y daños que produce el uso indebido de drogas, ya que eso afecta significativamente las ventas ventas d de estos mercaderes de la muerte, hecho asimismo, que los propios narcos callejeros también desconocen lo que el fatal producto ocasiona, máxime teniendo en cuenta que solo les importa el dinero mal habido fruto de esas operaciones, a costa de la salud y hasta la vida de nuestros hijos. Atentos a la grave problemática mundial sobre estos temas y los daños que produce a los jóvenes, la familia, familia la sociedad y los gastos que ocasiona a los estados a cargo de la atención sanitaria pertinente, pertinente, las Naciones Unidas, por intermedio de la Comisión de Estupefacientes y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, nos ha otorgado ciertos elementos, en especial a quienes venimos bregando desde hace mucho contra el Uso Indebido de Drogas, s, que algunos funcionarios y docentes hemos recogido para capacitar a dichos grupos sociales, con el solo objeto de defender la vida vida. DROGAS I Cannabis (droga) Hojas secas de la planta Cannabis sativa. Nótense los tricomas, que contienen grandes cantidades de THC, CBD y otos cannabinoides. El cannabis, también conocido como marihuana, hace referencia a la sustancia psicoactiva hecha a partir de la planta Cannabis sativa o «cáñamo cultivado». De acuerdo con las Naciones Unidas es “la sustancia ilícita más utilizada en el mundo”." El cannabis generalmente se hace a partir de las flores, hojas y tallos de pistilos maduros de plantas hembras. La forma resinosa de la droga se conoce como hachís. El compuesto químico psicoactivo predominante en el cannabis es el tetrahidrocannabinol, también conocido como THC. El cannabis contiene más de 400 compuestos químicos diferentes, incluyendo al menos 60 otros cannabinoides como el cannabidiol (CBD), el cannabinol (CBN) y la tetrahidrocannabivarina (THCV), los que pueden dar resultados distintos a los del THC solamente. Potencia De acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) “la cantidad de THC presente en una muestra de cannabis se utiliza generalmente como unidad de medida de la potencia del cannabis”. Según la ONUDD la marihuana generalmente contiene 5% de THC, la resina “puede contener un 20% de THC” y el aceite de hachís “puede contener más de 60% de THC”. La institución australiana National Cannabis Prevention and Information Centre afirma que los brotes (las flores) de la planta de cannabis hembra contiene la mayor concentración de THC, seguido por las hojas. Los tallos y las semillas tienen "niveles de THC mucho más bajos”. La ONU afirma que las hojas pueden contener diez veces menos THC que los brotes y tallos unas cien veces menos cantidad de THC. Algunos analistas advierten que mientras más grande es la potencia del cannabis, podría representar un mayor riesgo para la salud, pero otros han señalado que los usuarios aprender fácilmente a compensar disminuyendo sus dosis, de este modo previniendo peligros de fumar como golpes de calor o el monóxido de carbono. Las modificaciones genéticas que ha desarrollado el hombre, hasta la actualidad, hace que existan innumerables variedades GM /Genéticamente Modificadas), con concentraciones de THC impredecibles y sumamente riesgosas. Muchas variedades de la Cannabis actual ya no es similar a la de hace uno 15 años, su poder toxicológico no solo ha variado, también sus cualidades, resina, etc. Mecanismo de acción El metabolismo inicial de los cannabinoides en el humo de la marihuana se produce en los pulmones, mientras que por vía oral los cannabinoides son metabolizados en el tracto gastrointestinal y el hígado. Hay más de 30 metabolitos de THC y más de 20 cada uno de cannabinol y el cannabidiol. Muchos de estos metabolitos también son psicoactivas. Uno de los principales metabolitos psicoactivos es el 9-carboxi-THC, que cruza la barrera hematoencefálica con más facilidad que los otros THC, y por lo tanto puede ser más activo de los THC. Lo que es muy evidente sobre los cannabinoides es que su solubilidad en lípidos resulta extremadamente alta debido a su persistencia en el cuerpo por largos períodos de tiempo. Incluso después de una sola administración de THC, los niveles detectables de THC se encuentran en el cuerpo durante semanas o más (dependiendo de la cantidad administrada y la sensibilidad del método de evaluación). Varios investigadores han sugerido que este es un factor importante en los efectos de la marihuana, tal vez porque los cannabinoides pueden acumularse en el cuerpo, especialmente en las membranas lipídicas de las neuronas. Hasta hace poco, se sabía poco sobre los mecanismos específicos de acción del THC en el nivel neuronal. Esto es en parte debido a la alta solubilidad en lípidos de THC (que conduce a la absorción de prácticamente todos los tejidos a altas concentraciones). Sin embargo, los investigadores han confirmado que el THC ejerce sus efectos más importantes a través de sus acciones en dos tipos de receptores cannabinoides, CB1 y el CB2 dos receptores, los cuales están acoplados a proteína G. El receptor CB1 se encuentra principalmente en el cerebro, así como en algunos tejidos periféricos, y el receptor CB2 se encuentra exclusivamente en los tejidos periféricos. El THC parece alterar el estado de ánimo y la cognición a través de sus acciones agonistas de los receptores CB1, que inhiben un sistema de mensajería secundaria (adenilato ciclasa) en una forma dependiente de dosis. Estas acciones pueden ser bloqueados por el antagonista selectivo de los receptores CB1 SR141716A (rimonabant), que curiosamente se ha demostrado en ensayos clínicos que puede ser un tratamiento efectivo para dejar de fumar, perder peso, y como medio de controlar o reducir los factores de riesgo de síndrome metabólico. Estudios Farmacológicos, anatómicos y fisiológicos recientes, indican que los endocannabinoides (cannabinoides endógenos, o neurotransmisores producidos por el cuerpo que activan los receptores cannabinoides) actúan como neurotransmisores retrógrada. Es decir, tras la aparición de los neurotransmisores comunes, desde un terminal presináptica y la activación de los receptores en la neurona postsináptica, la neurona postsináptica libera endocannabinoides de sus membranas. Estos endocanabinoides luego viajan "de vuelta" a través de la hendidura sináptica donde, 1 ó 2 segundos más tarde, se activan los receptores CB1 en la terminal presináptica, lo que reduce los niveles de Ca2+ en los terminales presinápticos e inhiben la liberación de neurotransmisores desde la terminal presináptica durante varios segundos. Los endo-cannabinoides a continuación, al someterse a la recaptación en las neuronas y células gliales, son degradados por las enzimas intracelulares. Numerosos neurotransmisores se ven afectados por este proceso, incluyendo el neurotransmisor inhibitorio GABA y el glutamato excitador del transmisor. Así endo-cannabinoides inducen una mezcla de efectos excita-torios e inhibitorios en las neuronas (es decir, que inhiben la liberación de ambos neurotransmisores de forma simultánea: excita-torios e inhibitorios). El THC parece funcionar de la misma manera, excepto porque el THC ejerce más acciones y suprime la liberación de neurotransmisores, es decir, el paso de la activación de los receptores postsinápticos. En otras palabras, en lugar de que las neuronas postsinápticas señalicen los mensajes recibidos por las neuronas presinápticas, el THC simula señales en las neuronas presinápticas de manera que estas envían un mensaje que en realidad no tienen. El hecho de que el THC ejerce tantos mecanismos excitatorios e inhibitorios (mediante la inhibición de la liberación tanto del neurotransmisor inhibitorio GABA y el neurotransmisor excitador glutamato) se está en su capacidad para inducir una variedad de efectos depresores fisiológicas y de excitación, por ejemplo, la sedación y la euforia de manera simultanea.53 Efectos físicos del consumo de Cannabis Efectos físicos derivados de la intoxicación* *Con intoxicación se refiere a los efectos experimentados por los consumidores que se hacen patentes poco tiempo después de haber ingerido la sustancia. Las manifestaciones clínicas producidas por una intoxicación aguda por Cannabis son muy variables entre personas y dependen de la dosis, del contenido de THC, de la proporción THC/CBD, de la forma de administración, así como la personalidad, las expectativas y experiencias previa del sujeto y también del contexto en que se consume (Camí et al., 1991) Algunas personas que consumieron Cannabis afirman que puede inducir a la sociabilidad, así como al recogimiento; de cualquier manera, puede generar la sensación de incremento de la percepción visual y auditiva, dependiendo de la variedad e incluso de la planta en concreto ingresada al organismo. Algunos autores afirman que las personas que consumen grandes cantidades de marihuana pueden volverse confusas y desorientadas. Algunos estudios sugieren que puede producir enfermedades mentales graves como psicosis tóxicas en las que aparecen síntomas como alucinaciones y delirios graves. Aquellas personas que padecen esquizofrenia están especialmente predispuestos a estos efectos, existe probada evidencia de que la esquizofrenia puede empeorar con el uso de marihuana. Según los detractores del consumo, los consumidores de marihuana son más propensos a presentar anhedonia y desorganización cognitiva. Pueden producirse reacciones de pánico. Otros efectos incluyen taquicardia. Efectos físicos a mediano y largo plazo derivados de su consumo Un estudio realizado por "BMJ Publishing Group Ltd." desveló que el consumo de cannabis incrementa moderadamente el riesgo de síntomas psicóticos en los jóvenes, pero aumenta significativamente el riesgo de padecer psicosis en aquellas personas con predisposición a esta enfermedad. Otro estudio postula que su consumo aumenta la posibilidad de padecer esquizofrenia, o bien, que hay más consumidores de marihuana entre quienes tienen predisposición a padecer esta patología. Sin embargo otros estudios sugieren que algunas de estas pruebas son poco probables y que no se sabe exactamente si el cannabis guarda correlación con el desarrollo ulterior de psicosis, esquizofrenia u otras enfermedades. Desde el 2005 existen varios estudios que demuestran que la marihuana podría estimular el crecimiento de las neuronas, (cabe destacar que estos estudios fueron realizados en animales como ratas y no en humanos). Al ser liposoluble, el THC, suele depositarse en zonas ricas en grasa, como el cerebro, el hígado y las gónadas. Algunos estudios indican que un largo consumo de éste componente pueden ocasionar problemas en dichas zonas (como impotencia, pérdida de memoria, etc.). Una característica de los efectos del consumo de psicotrópicos como la marihuana es el conocido como síndrome amotivacional, estudiado primeramente por R. H. Schwartz, caracterizado por abulia, apatía, pasividad, indiferencia o irritabilidad, dificultad atencional y fatigabilidad fácil. Pero esto no está claro del todo ya que existen fuentes que afirman que esto tiene que ver con la mentalidad y la conducta del individuo más que con el consumo en sí. POPPERS Popper es el nombre genérico que designa a un tipo de drogas que se toman por inhalación y que están compuestas por nitritos (nitrito de amilo, de butilo o deisobutilo). Se trata de un líquido incoloro y con un fuerte olor característico. Comenzó a ser utilizado en la década de los setenta y principios de los ochenta. Efectos Inicialmente fue usada como vasodilatador inhalado para aliviar la angina de pecho, según los estudios de Lauder Brunton en 1857. Los efectos se producen muy rápido, y su duración es muy breve. Dilata los vasos sanguíneos (que causa una bajada repentina en la presión arterial), aumenta el ritmo cardíaco, y produce una sensación de calor y de euforia, que dura generalmente un par de minutos. La inhalación de los nitritos relaja los músculos, como los del esfínter del ano y de la vagina, por lo que a menudo es empleado en el acto sexual, ya que al tener propiedades vasodilatadoras uno de sus principales efectos es el de potenciar la erección, aunque también puede acarrear su pérdida a altas y prolongadas dosis. Efectos secundarios Puede ocasionar los siguientes síntomas: Náuseas acompañadas o no de vómitos. Mareos. Desmayos o síncope. Taquicardia secundaria a la hipotensión. Cefaleas. Vómitos. Congestión nasal. Delirios y paranoia. Distorsiones perceptivas displacenteras. Aumento de la agresividad. Lenguaje incoherente. Hipertensión intraocular. El consumo habitual puede producir: Daño cerebral permanente. Estanca el desarrollo de neuronas. Peligros de su uso No puede generar dependencia física, aunque sí una fuerte dependencia psicológica. Se desarrolla gran tolerancia (necesidad de aumentar la dosis para lograr el mismo efecto) que desaparece tras una temporada sin consumir. Su consumo continuado afecta dañando principalmente el aparato circulatorio, el sistema nervioso, el sistema inmunológico y los pulmones, produciendo Metahemoglobinemia que es causa de hipoxia en los tejidos. Si alguna persona tiene afectación de su sistema nervioso autónomo evidenciado por sincopes frecuentes o hipotensión ortostática, puede ocasionar colapso cardiovascular y la muerte. El consumo a largo plazo, por su acción vasodilatadora, puede producir quemaduras en la mucosa nasal. Además puede ocasionar microroturas en los capilares del cerebro que causan un deterioro de sus funciones parecida a la de un boxeador. Interacciones Es potencialmente peligroso si se usa conjuntamente con otros vasodilatadores, como los usados para la hipertensión arterial tales como la nifedipina, amlodipina, felodipina, nicardipina o para la disfunción eréctil como el viagra ya que sus efectos se suman, corriendo un grave peligro de muerte. Así mismo si se tiene algún problema cardíaco, su uso conjunto con otras drogas de abuso estimulantes puede aumentar el riesgo de infarto del corazón. LSD: Dietilamida del Ácido Lisérgico La Dietilamida del Ácido Lisérgico, LSD-25 o simplemente LSD, también llamada lisérgica y comúnmente conocida como ácido, es una droga semisintética de efectos psicodélicos que se obtiene de la ergolina y de la familia de las triptaminas. Los ensayos científicos realizados hasta el momento demuestran que la LSD no produce adicción y no es tóxica. Es conocida por sus efectos psicológicos, entre los que se incluyen alucinaciones con ojos abiertos y cerrados, sinestesia, percepción distorsionada del tiempo y disolución del ego. Se popularizó como parte de la contracultura de los años 60. Actualmente se usa como enteógeno y droga recreativa de forma ilegal y en algunos países en psicoterapia, como droga legal bajo prescripción médica.4 En países como Rusia y el Reino Unido se discute actualmente una propuesta para legalizar su uso terapéutico. Composición química y dosificación Se trata de un compuesto cristalino, relacionado estrechamente con los alcaloides del cornezuelo del centeno, a partir de los cuales puede prepararse semisintéticamente. La LSD es sensible al oxígeno, la luz ultravioleta y el cloro, especialmente diluido, aunque puede conservar su potencia durante años si se almacena lejos de la luz y la humedad, a temperaturas bajas. En su forma pura, es incolora, inodora y levemente amarga. La LSD suele administrarse por vía oral, generalmente en algún tipo de substrato, como un papel secante, un terrón de azúcar o gelatina. En forma líquida, puede administrarse mediante una inyección intramuscular o intravenosa. La LSD es una de las drogas de uso común más potentes, ya que es activa en dosis extremadamente bajas. Las dosis de LSD se miden en microgramos (µg), o millonésimas de gramo, mientras que las dosis de casi todos los fármacos se miden en miligramos, o milésimas de gramo. La dosis mínima de LSD capaz de causar un efecto psicoactivo en humanos está entre los 20 y 30 µg (microgramos). Por tanto, es alrededor de 100 veces más potente que la psilocibina y la psilocina y alrededor de 4.000 veces más potente que la mescalina «Como observó Sidney Cohen, en una maleta con capacidad para sólo dos trajes podría llevarse suficiente LSD para incapacitar temporalmente a toda la población de Estados Unidos». A finales de los noventa, la LSD obtenida durante las operaciones antidroga en Estados Unidos varía usualmente entre los 20 y 80 microgramos por dosis. Durante los años sesenta, las dosis eran comúnmente de 300 microgramos o más. Los efectos de la droga son marcadamente más evidentes en dosis más altas. La LSD no causa dependencia física. El uso frecuente del fármaco o de otros relacionados con él (como la mescalina y la psilocibina) genera una rápida tolerancia, de modo que el consumo deja de generar efecto. La tolerancia se debe probablemente a la regulación de los receptores de serotonina 5-HT2A en el cerebro, y disminuye tras unos días de abstinencia. Dosis de LSD. La LSD fue utilizada en primer lugar en experimentos con animales, llevados a cabo por el doctor Aurelio Cerletti en los laboratorios Sandoz. Se observó que los gatos y perros sufrían, al parecer, alucinaciones, y se alteraban sus patrones de conducta (ante un ratón, el gato no reaccionaba o incluso huía, amedrentado). Al administrar LSD a un único chimpancé, se observó que toda la tribu de chimpacés reaccionaba encolerizada, pues el chimpancé embriagado dejaba de observar las leyes jerárquicas de la comunidad. Con dosis bajas, las arañas hacían sus telas con más tino que de costumbre, pero con dosis altas eran incapaces de tejerlas adecuadamente. Una vez concluida la experimentación con animales, el doctor Werner A. Stoll, de la universidad de Zúrich, administró dosis bajas de LSD (entre 0.02 y 0.13 microgramos) a dos grupos, uno de personas sanas y otro de esquizofrénicos. Se detectó en ambos grupos un efecto eufórico, y Stoll hizo notar la similitud con los efectos de la mescalina. En sus conclusiones, publicadas en 1947, el doctor Stoll sugería que la LSD podía ser un buen fármaco para la psicoterapia.7 En ese mismo año, los laboratorios Sandoz comenzaron a comercializar la sustancia con el nombre de Delysid, un fármaco cuyas indicaciones incluían la terapia psicoanalítica y el estudio experimental sobre la naturaleza de las psicosis. En su prospecto, los laboratorios sugerían que los terapeutas tomaran también el fármaco para comprender mejor el estado mental de sus pacientes. El fármaco aparecía en dos formatos: debía administrarse oralmente en forma de tabletas azucaradas de 0.025 µg. (25 microgramos) o ampollas de un mililitro que contenían 0.1 µg. (100 microgramos). Estas últimas podían beberse o inyectarse. Se recomendaba una dosis inicial de 25 microgramos, que podía incrementarse en sucesivas tomas hasta hallar la dosis óptima. Los efectos descritos eran «trastornos pasajeros del afecto, alucinaciones, despersonalización, vivencia de recuerdos reprimidos y síntomas neurovegetativos leves. El efecto comienza entre 30 y 90 minutos después de la toma y dura generalmente entre 5 y 12 horas. Sin embargo, los trastornos intermitentes del afecto pueden persistir, ocasionalmente, durante varios días». Situación legal actual Actualmente, la situación legal de la LSD viene determinada por el Convenio de Viena de 1971, donde se la clasifica dentro de los psicotrópicos, junto con la fenciclidina, el XTC, la anfetamina y la metanfetamina. Efectos del LSD Los efectos de la LSD sobre el sistema nervioso central son extremadamente variables y dependen de la cantidad que se consuma, el entorno en que se use la droga, la pureza de ésta, la personalidad, el estado de ánimo y las expectativas del usuario. Algunos consumidores de LSD experimentan una sensación de euforia, mientras que otros viven la experiencia en clave terrorífica. Cuando la experiencia tiene un tono general desagradable, suele hablarse de "mal viaje". Cuando la sustancia se administra por vía oral, los efectos tardan en manifestarse entre 30 minutos y una hora y, según la dosis, pueden durar entre 8 y 10 h. Entre los efectos fisiológicos recurrentes están los siguientes: contracciones uterinas, hipotermia, fiebre, niveles elevados de glucemia, erizamiento del vello, aumento de la frecuencia cardíaca, transpiración, pupilas dilatadas, insomnio, parestesia, hiperreflexia y temblores. Efectos psicológicos Los efectos de la LSD en la psique humana se caracterizan por variar de una persona a otra y de una situación a otra. Se considera que los efectos de la LSD son en gran medida imprevisibles y que dependen del contexto del consumo y de la situación mental en que se encuentre el individuo que la consume. Sin embargo, existe una amplia gama de efectos que suele provocar la LSD. De acuerdo a las investigaciones llevadas por el Mental Research Institute (un departamento del Medical Research Institute de California), podemos comprender los efectos psicológicos de la LSD en cinco niveles distintos: Efectos en el estado de ánimo Suelen ser muy variados. En líneas generales, el individuo que consume la droga entra en un estado de susceptibilidad emocional que lo pueda llevar tanto a la tristeza intensa como a la euforia. Frecuentemente los sentimientos de euforia y bienestar tienden a evolucionar en muchos sujetos a sensaciones de omnipotencia. En ocasiones, la droga produce un aumento de la ansiedad mientras que en otros casos, hay un descenso de los niveles de ansiedad, que puede permitir al individuo hablar de temas que normalmente le son dolorosos o difíciles de afrontar. De igual manera, los sujetos bajo los efectos de la LSD tienden a preocuparse por los eventos que suceden en el momento inmediato y perder interés por los eventos del futuro y del pasado. Metanfetamina La metanfetamina (desoxiefedrina) es un potente psicoestimulante. Es un agente agonista adrenérgico sintético, estructuralmente relacionado con el alcaloide efedrina y con la hormona adrenalina. El compuesto, en su forma pura, es un polvo blanco, cristalino, inodoro, de sabor amargo, muy soluble en agua o etanol. Efectos fisiológicos Aunque la estructura química de la metanfetamina es similar a la de la anfetamina, sus efectos sobre el sistema nervioso central son más pronunciados. La molécula de metanfetamina tiene la habilidad de cruzar muy fácilmente la barrera que separa al cerebro del resto del cuerpo, técnicamente conocida como barrera hematoencefálica. Esta habilidad permite que los niveles de sustancia en el cerebro alcancen unas 10 veces los niveles en sangre, logrando ejercer su acción casi exclusivamente sobre el sistema nervioso central. La metanfetamina está indicada en el tratamiento de la narcolepsia, del desorden caracterizado por déficit de atención y también en el control de la obesidad. El último uso, aunque vigente, es poco aceptado en la actualidad; las indicaciones para narcolepsia y TDAH son reconocidas como terapéutica de segunda línea. Adicción Como ya se ha mencionado, la metanfetamina es un estimulante incluido por la Convención Internacional de Psicotrópicos en la Lista II (Schedule II), lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de adicción y sólo es accesible por medio de recetas médicas oficiales, que no se pueden renovar. La metanfetamina es conocida por su reputación de estimulante adictivo. Como la anfetamina, esta droga incrementa la actividad, reduce el apetito y produce una sensación general de bienestar. Excita receptores neuronales vinculados a las señales de recompensa y gratificación: produce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en tareas simples. Se fabrica en laboratorios clandestinos usando procedimientos sencillos e ingredientes relativamente baratos, generalmente de fácil acceso. Por esta causa, sobre todo en Estados Unidos, se han establecido normas legales sobre una serie de sustancias químicas que pueden servir como precursores o reactivos en la síntesis de esta droga, por ejemplo la efedrina. Estos factores se combinan para hacer de la metanfetamina una droga de gran circulación, cuyo abuso está muy extendido en Estados Unidos y en varios países de Europa. El producto vendido en la calle se conoce por muchos nombres como "anfetas", "meta" y "tiza" en español (o bien: meth y crank, en inglés). El clorhidrato de metanfetamina consiste de pedazos de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo", "cristal" y "vidrio" en español (ice, crystal, glass en inglés). Los efectos de la metanfetamina pueden durar hasta 6 u 8 horas. Los adictos a esta sustancia, pueden permanecer despiertos durante varios días. Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáticas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el deterioro funcional progresivo. En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo, estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación psicomotriz, a veces asociados con comportamientos violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de disociación psíquica apenas distinguibles de los que caracterizan a una esquizofrenia de tipo paranoide. Estas manifestaciones psiquiátricas de toxicidad se producen por sobredosificación y en casos de adicción crónica a dosis altas (especialmente por vía parenteral); en estos casos se denominan psicosis anfetamínicas en la práctica clínica. Éxtasis MDMA El MDMA puro o semipuro se estructura en forma de cristal, que se desmenuza con facilidad para su manejo. El MDMA (3,4-metilendioximetanfetamina), M o éxtasis es una sustancia psicoactiva con propiedades estimulantes y empatógenas de sabor amargo. Suele relacionarse y confundirse con el MDA y otras feniletilaminas de anillo sustituido. La nomenclatura IUPAC para este compuesto es 3,4metilendioximetanfetamina. La fórmula química del MDMA es: C11H15NO2. Se trata de una sustancia que puede generar y genera momentos de máxima apertura emocional sin tener que depender de todo un largo proceso para la misma. Se trata de una molécula perteneciente al grupo de las fenetilaminas, emparentada estructuralmente con el alcaloide mescalina, y derivada química de diversos compuestos aromáticos presentes en varias especies vegetales. También está relacionada con el MDA (metilendioxianfetamina), un compuesto precursor, con efectos fisiológicos similares. Tanto la metanfetamina como el MDA, se han vinculado con potenciales efectos neurotóxicos. El proceso a seguir para la producción de MDMA varía según el método de síntesis. En la literatura científica se describen unas veinte recetas de las cuales sólo siete son las subjetivas, siendo la más sencilla la que parte de la 3,4-metilenodioxifenil-2-propanona, un producto comercial usado como saborizante e ingrediente para la fabricación de perfumes. A partir de la 3,4- metilenodioxifenil-2-propanona (MDP2P) se puede fabricar MDMA mediante un proceso de conversión simple. Otra vía es sintetizarlo a partir de piperonal, isosafrol, o safrol. El safrol, un aceite incoloro o amarillo claro, es el precursor primario de la mayoría de las rutas de síntesis. Existen numerosos métodos sintéticos descritos en la literatura científica para convertir Safrol en MDMA vía diferentes intermediarios, de los cuales el más común es la ya citada MDP2P. Una de las formas de conseguirlo es la isomerización del Safrol en presencia de una base fuerte a isosafrol, cuya posterior oxidación dará MDP2P. Otro método descrito consiste en utilizar el proceso Wacker para oxidar el Safrol directamente a MDP2P utilizando un catalizador de paladio. Una vez es sintetizada la MDP2P, una aminación reductiva da lugar definitivamente al MDMA, con rendimientos relativamente altos (>90%). En la imagen, procedimiento sintético partiendo de piperonal. Estos precursores químicos primarios del MDMA se producen en la India, China, Polonia, Alemania y en otros países de forma cada vez más creciente. El safrol, un aceite esencial, se encuentra en la naturaleza como componente primario del aceite de sasafrás. El aceite de sasafrás se encuentra en la raíz o en la corteza del árbol Sassafras albidum, y en las partes leñosas que crecen por encima del suelo del árbol sudamericano Ocotea pretiosa. El Safrol está también presente en la nuez moscada (Myristica fragrans), el eneldo (Anethum graveolens), la semilla del perejil (Petroselinum crispum), el azafrán (Crocus sativus) y las semillas de vainilla (Vanilla spp). Por ello, si la patente del MDMA siguiera vigente hoy en día se podría comercializar como sustancia natural o seminatural. Efectos Algunos efectos temporales y más o menos inmediatos por su consumo, derivados de la liberación de serotonina son: signos de euforia, gran dilatación de las pupilas, pérdida de control de los músculos de uno u ambos ojos (que comienza a vibrar al intentar enfocar la vista en un punto), pérdida de sensibilidad (lo que provoca la ausencia de sed y en caso de descuido la deshidratación), empatía o ensalzamiento de la amistad (por lo que se utilizó normalizadamente antes de su prohibición para terapias de pareja), aumento de la temperatura corporal, hipertensión y pérdida de control de los músculos del maxilar inferior. El mecanismo de acción del MDMA implica la unión de la molécula con distintos transportadores de neurotransmisores, especialmente con el de serotonina. Esto produce tanto un bloqueo de la recaptación, así como una liberación del neurotransmisor. Los cambios neuroquímicos se manifiestan fisiológicamente produciendo templanza emocional y apertura afectiva, comunicación desinhibida, empatía (entactogénesis). Además, el MDMA preserva también los efectos estimulantes típicos de la anfetamina, que refuerzan los ya descritos, produciendo sensación de gran energía física, con aumento de la actividad motora (hiperactividad), bienestar general y euforia. El subidón se manifiesta en forma de oleadas con sensaciones de euforia, alegría, felicidad, empatía in crescendo y de una sensación de ligereza mental y física. El MDMA puro suele tener una bajada muy tranquila y facilidad para dormir. Sin embargo, una sola dosis demasiado alta o una repetición de varias dosis en espacio de tiempo demasiado corto (por ejemplo, la típica pauta de consumo de cada fin de semana), son las que van acompañadas de estados depresivos, debido a que la liberación de serotonina inducida pudo haber vaciado temporalmente las vesículas que alojan los neurotransmisores de reserva. En ese caso, se produciría una caída brusca en los niveles extracelulares de serotonina, que tardaría varios días en recomponerse. Para evitar estas consecuencias es frecuente la administración de un antidepresivo Inhibidor de la Recaptación de la Serotonina (IRS), sobre todo la fluoxetina, unas 6 horas después de la ingesta de MDMA. Evidencia científica preliminar (en ratas) asocia esta práctica con una acción neuroprotectora, profiláctica contra la posible toxicidad del MDMA.4 Esto es particularmente predicado por algunas agrupaciones civiles dedicadas a promover políticas de reducción de daños. Su utilidad para facilitar la introspección con un temor reducido ha sido comprobada en algunos contextos terapéuticos, realizándose en España el primer estudio para las aplicaciones terapéuticas de esta droga, con mujeres que sufrían trastorno de estrés post-traumático por abuso sexual, en la Universidad Autónoma de Madrid por el psicólogo José Carlos Bouso. Dicho estudio, se llevó a cabo con buenos resultados en sus primeras fases con dosis de hasta 50 miligramos, pero fue detenido por cuestiones políticas, sin que haya sido aún concluido. Al mismo tiempo se desarrolló otro estudio en Israel para víctimas de actos terroristas que sufrían trastorno de estrés postraumático. En el 2004, la DEA otorgó las primeras licencias para adquirir esta droga legalmente. Los representantes de la clase médica que participan en estos ensayos, se han manifestado en favor de modificar el estatus legal del MDMA, proponiendo que sea retirado de la Lista I e incluido en la Lista III de psicotrópicos. Estos ensayos fueron llevados a cabo en primates, en los que se demostró el deterioro cerebral ocasionado por tomas sucesivas de MDMA. Años más tarde, se demostró que la sustancia empleada en estos experimentos no fue MDMA sino d-metanfetamina, por lo que los resultados obtenidos no pueden considerarse correctos. Por otro lado, está la barrera hematoencefálica, una membrana porosa entre los vasos sanguíneos y el encéfalo. Aunque muchos tóxicos encuentran infranqueable la barrera, el MDMA, al igual que otros como la nicotina o el alcohol, sí pueden atravesarla, lo que motiva su efecto inmediato sobre sus receptores en el sistema nervioso. Esto es posible tanto por ser moléculas muy pequeñas (micromolecúlas) como por ser lipófilas. En este sentido, los experimentos de Brian Yamamoto realizados en ratas, demostraban que el MDMA dañaba en cierta medida la barrera hematoencefálica del cerebro de dichos animales, y, aunque no existen experimentos al respecto en humanos, podría tener dicho efecto también. Dicha neurotoxicidad ocurriría como consecuencia de un consumo total de la serotonina en las sinapsis neuronales, produciéndose entonces la recogida de dopamina. El enzima monoamina oxidasa (MAO) interacciona con la dopamina, liberando así compuestos dañinos para el cerebro.7 Esta forma de neurotoxicidad, si bien, puede ser atenuada mediante la toma de diversos fármacos. Modos de ingestión del éxtasis Cápsulas de MDMA. El MDMA se puede conseguir en forma de cristales o formando polvo de cristal, de ahí que se le llame también crystal (no confundir con el "crystal meth" que es uno de los nombres de la metanfetamina en USA). También se comercializa en pastillas que suelen llevar compactantes y aglutinantes. Se ingieren normalmente en dosis pequeñas, con la intención de controlar el efecto, lo que es difícil por el desconocimiento de la pureza y su contenido en MDMA. La dosis normal para un adulto suele ser 100 mg a 120 mg y suele ingerirse o bien en cápsulas (denominadas "bombitas" con una cubierta superior de papel de arroz), comprimidas en pastillas e incluso de forma directa al comer o aspirarlo por la nariz. Esta última resulta molesta por las características físicoquímicas del MDMA, que en forma de sal como el clorhidrato de pimienta, por ejemplo). Uno de los problemas generados por la prohibición es que estas pastillas de club que se suele atribuir al MDMA su psicoactividad pueden contener otras sustancias como MDA, DXM, cafeína, ketamina u otras sustancias derivadas de su síntesis que además, combinadas con el MDMA, pueden llegar a tener efectos inesperados. GAMAHIDROXI BUTIRÍCO GHB GHB, por las siglas del gamahidroxibutirato, a menudo se fabrica en laboratorios en sótanos caseros, usualmente como un líquido inodoro e incoloro. Su popularidad en clubes de baile y "raves" ha aumentado y para algunos adolescentes y adultos jóvenes es una alternativa popular del éxtasis. El número de personas que llegan a las salas de urgencias debido a los efectos secundarios del GHB está aumentando rápidamente en los Estados Unidos. Y según la U.S. Drug Enforcement Agency - DEA (Administración para el Control de Drogas de los EE.UU.) desde 1995 el GHB ha matado a más consumidores de drogas que el éxtasis. Nombres comunes: éxtasis líquido, G, "Georgia Home Boy" Cómo se consume: El GHB se bebe cuando está en forma líquida o en polvo (mezclado con agua), y se ingiere cuando está en tabletas. Efectos y riesgos: El GHB es una droga depresiva que puede causar efectos eufóricos (estimulación) y alucinógenos. La droga tiene varios efectos secundarios peligrosos, incluso náusea intensa, problemas respiratorios, disminución de la frecuencia cardiaca, y convulsiones. El GHB se ha usado para las violaciones que ocurren durante una cita, porque es incoloro e inodoro y se puede verter fácilmente en las bebidas. En dosis altas, los consumidores pueden perder la conciencia en pocos minutos. La sobredosis de GHB requiere atención de emergencia inmediata en un hospital. La sobredosis de GHB puede causar coma y paro respiratorio en el plazo de una hora, y causar la muerte. El GHB (incluso en dosis bajas) mezclada con alcohol es muy peligroso te puede matar aun si lo usas sólo una vez. Adicción: Cuando a los consumidores se les pasa el efecto del GHB pueden presentar síntomas de abstinencia como el insomnio y la ansiedad. Los adolescentes también pueden volverse dependientes de la droga para sentirse bien, enfrentar la vida, o manejar el estrés. Ketamina El clorhidrato de ketamina es un anestésico de acción rápida de uso legal en humanos (como sedante para cirugía menor) y animales. En dosis altas causa intoxicación y alucinaciones similares a las que causa el LSD. Nombres comunes: K, K especial, Vitamina K, ácido estupendo, Valium del gato Cómo se consume: En general, la ketamina se presenta en forma de polvo que se inhala. A menudo los usuarios lo inhalan junto con otras drogas como el éxtasis (esto se conoce como kitty flipping) o la cocaína o lo rocían sobre canutos de marihuana. Efectos y riesgos: Los usuarios pueden delirar, alucinar, o perder el sentido del tiempo y la realidad. El viaje - también llamado hoyo K - que resulta del uso de la ketamina dura hasta 2 horas. Los usuarios pueden tener náuseas o vomitar, delirar, y tener dificultades para pensar o problemas de memoria. A dosis más altas, la ketamina causa movimientos anormales, adormecimiento del cuerpo y respiración lenta. la sobredosis de ketamina puede impedir que respires - y matarte. Adicción: Los adolescentes que toman Ketamina pueden volverse psicológicamente dependientes del la misma para sentirse bien, enfrentarse a la vida o al estrés. Qué es la Ketamina La Ketamina es un anestésico del que se abusa por sus propiedades alucinogénicas. Su principal uso legítimo es como anestésico veterinario; sin embargo, se ha aprobado su empleo tanto en animales como en seres humanos. El abuso de la droga ganó popularidad cuando los usuarios descubrieron que producía efectos semejantes a los de la PCP. Dadas sus propiedades anestésicas, se informa que la Ketamina también la usan los agresores sexuales para incapacitar a sus presuntas víctimas. Qué apariencia tiene La Ketamina se vende por lo general en forma de líquido incoloro e inodoro o como polvo de color blanco o blanquecino. Ketamina en polvo. Cómo se consume Ya sea en forma de polvo o de líquido, la ketamina se mezcla con las bebidas o se añade a materiales para fumar como marihuana o tabaco. En forma de polvo, la droga se aspira, o se comprime en forma de tabletas, y a menudo se consume en combinación con otras drogas como la 3,4metilenedioximetanfetamina (MDMA, también conocida como éxtasis). En su forma líquida, la ketamina a menudo se inyecta por vía intramuscular. Qué riesgos presenta La Ketamina causa distorsión en las percepciones visuales y sonoras de los usuarios y les hace sentir desconectados y fuera de control. El uso de la droga puede trastornar los sentidos, el juicio, y la coordinación durante un lapso de hasta 24 horas luego del consumo de la droga, si bien sus efectos alucinogénicos normalmente duran entre 45 y 90 minutos solamente. El uso de la Ketamina se ha visto asociado a problemas graves, tanto físicos como mentales. La Ketamina puede causar depresión, delirio, amnesia, trastornos de las funciones motoras, presión arterial elevada, y problemas respiratorios potencialmente mortales. Además de los riesgos asociados con la propia droga, las personas que la usan pueden exponerse al riesgo de agresiones sexuales. Se informa que los agresores sexuales han usado la Ketamina para incapacitar a sus presuntas víctimas, ya sea mezclándola con las bebidas de las víctimas desprevenidas u ofreciéndola a las víctimas que consumen la droga sin comprender los efectos que producirá. EDUARDO D. BARREIRO JTP cátedra Legislación Farmacéutica y Bioquímica. Especialista Nacional Avanzado en la lucha contra el narcotráfico. SEDRONAR y Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA).