PERU: LA OPORTUNIDAD DE UN PAÍS DIFERENTE Gastón Garatea Yori sscc Presidente MCLCP 1. Quiero comenzar esta intervención saludando el interés del Banco Mundial por conocer y comprender con mayor profundidad los procesos en curso y sobre todo por preguntarse por qué la pobreza y la desigualdad siguen siendo un problema central que además no puede resolverse sólo con crecimiento, como bien se señala en este libro y en varios de los trabajos anteriores del Banco sobre nuestro país. 2. Desde la experiencia de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, el reto de construir un país más equitativo es central para poder ser más gobernable y también más próspero. Una condición indispensable para conseguir equidad es que además de incorporarla como enfoque de nuestras políticas -y hemos buscado que desde el Acuerdo Nacional éste sea un eje orientador- debe poder hacerse práctica cotidiana en las relaciones que tenemos entre nosotros. Mientras consideremos en el país que no todos tenemos el mismo valor, que no somos semejantes, que no somos todos personas con igual dignidad, con los mismos derechos y obligaciones, será muy difícil que nuestro país sea equitativo. Y como es normal ello genera en quienes son discriminados frustración, descontento, sentimiento de no ser escuchados si no se reclama violentamente. 3. En estos años, en mi responsabilidad de Presidente de la Mesa de Concertación he debido participar en buscar soluciones a muy diversos conflictos cuya raíz estaba en esta dificultad por entender que somos todos miembros de una misma comunidad nacional. La desatención e indiferencia a necesidades urgentes, el faltar a la palabra empeñada, no otorgar recursos que habían sido inicialmente asignados, no cumplir con regulaciones establecidas, son algunas de las causas de un descontento que de alguna manera hace que la gobernabilidad se desestabilice. Es verdad que en muchos de los conflictos se pueden identificar otros intereses, no podemos ser ingenuos, pero es verdad también que una experiencia de discriminación, de exclusión e indiferencia abona a que se generen situaciones que ponen en riesgo la gobernabilidad. La defensa del Estado de Derecho, que es fundamental, debe poder ser parte de la experiencia cotidiana de cada peruano y peruana para que cobre sentido en su real dimensión, y no sea sólo un argumento que se esgrime “para poner orden”. 4. Pero también mejores condiciones de equidad contribuyen a una mayor prosperidad y en ese sentido el haber combinado estos tres aspectos en el escenario de un país distinto es un acierto del libro que hoy comentamos. Desde la experiencia de la Mesa de Concertación y desde mi experiencia como educador estoy convencido que si protegemos las capacidades básicas de nuestra población y generamos mejores condiciones de inversión y empleo digno aseguraremos un camino sólido hacia un país más próspero. Por eso proponemos desde la Mesa una acción concertada en torno a los siguientes ejes: a. En el terreno económico nos parece fundamental llevar a la práctica el Pacto Social por la Inversión y el Empleo Digno que firmamos en el Acuerdo Nacional. El empleo adecuado y productivo es la forma más efectiva para mejorar la calidad de vida. Esta es una tarea que convoca al conjunto de la sociedad peruana y al Estado. El trabajo que hoy comentamos se pregunta ¿Cómo se explica que la pobreza en el Perú sea tan lenta en reaccionar al crecimiento? Parte de la respuesta señalada está en la importancia de generar empleo en forma rápida y sostenible. Desde nuestra perspectiva la generación de empleo debe poder hacerse también garantizando derechos fundamentales en el ámbito laboral. La precariedad del empleo en la actualidad no ayuda a salir de la pobreza. b. Consideramos en segundo lugar que es responsabilidad fundamental del Estado elevar la calidad de los servicios públicos de educación y salud. Estos servicios constituyen un piso mínimo que debe garantizarse para toda persona que nace en nuestro territorio. Esta propuesta expresa la voluntad y convicción que tenemos en que toda vida humana que nace en nuestro Perú tiene igual valor y debe poder gozar de las misma oportunidades de partida para desplegar sus potencialidades, y por otro es la única forma en que podemos asegurar que es posible contar con recursos humanos para alcanzar la competitividad necesaria en orden a un futuro más próspero. También en este trabajo se señala la importancia de sistemas de educación y salud de calidad. En ese sentido estas propuestas de la Mesa de Concertación encuentran un camino convergente con los planteamientos de este libro y nos felicitamos por ello. c. Hay una tercera pista de trabajo que consideramos fundamental en orden a construir ese país en el que prosperidad, equidad y gobernabilidad se combinen de manera virtuosa, y es que el país tiene una deuda pendiente con quienes sufrieron las consecuencias del conflicto armado interno. La construcción de relaciones de equidad pasa por reconocer que el Estado, pero también el conjunto de la sociedad debe poder reparar los daños causados. Algunas de las pistas señaladas en este trabajo, como por ejemplo la atención a los ancianos pueden ser muy importantes para el cumplimiento de este compromiso. Las zonas que sufrieron violencia, principalmente rurales, alto-andinas y amazónicas son regiones donde la proporción de personas mayores es más alta que en el resto del país. Para terminar quiero subrayar que es preciso no olvidar que todo esto supone cambiar una situación y, también desde el camino recorrido en la Mesa de Concertación, puedo decir que no bastan los diagnósticos, ni los recursos financieros, ni siquiera la voluntad política; es indispensable una convicción moral que nos haga sensibles a la urgencia de que lo que está en juego son vidas y futuros de personas concretas, de seres humanos que son los que conforman esta comunidad nacional que llamamos Perú.