/ En este trabajo se analiza el funcionamiento enunciativo-discursivo de las notas y el prefacio de la edición del libro Marcovaldo ovvero, le stagioni in città en su versión original en italiano, que realiza el propio autor, Italo Calvino. Se describe la configuración de la imagen de lector y de lectura y sus La vanguardia está en la lectura, porque es desde la lectura que se cuestiona la literatura. Jorge Luis Borges INICIALES 1. Este artículo retoma, en parte, análisis desarrollados en Zoppi Fontana (1990; 1991; 1998a; 1998b), inéditos en español. U A R D A .......................................................... | Nº 4 11 G Este texto tiene una historia, una pequeña historia de desconfianzas. La desconfianza, por ejemplo, que nació en mí cuando leí el cuento “Nota al pie” de Rodolfo Walsh. El relato que nos presenta Walsh en su cuento es simple; la historia, casi trivial: un traductor de novelas policiales se suicida y deja una carta en la que cuenta su vida y justifica su fatídica decisión. Pero lo fascinante del texto no se halla en la trama del relato, sino en cómo se trama el espacio de la página del libro, en la lucha feroz D E 1 . A N O TA C I O N E S PRIMAVERA 2007 consecuencias para el proceso de interpretación. Á G I N A S / Mónica G. Zoppi Fontana P PRIMAVERA 2007 P Á G I N A S D E G U A R D A | Nº 4 10 En los márgenes del texto, intervalos de sentidos en movimiento 1 PRIMAVERA 2007 2. TOMANDO U A R D A | Nº 4 .......................................................... G INTERVALOS DE SENTIDOS EN N O TA 1. 2. 3. 4. 5. 6. el contexto en que se realiza la lectura; los objetivos de la lectura; las imágenes del autor y del lector del texto; el género discursivo al que pertenece el texto; la historia de lecturas previas del lector; la historia de lecturas previas del texto. 13 Á G I N A S P Este conjunto de determinaciones configuran una lectura históricamente previsible para el texto. Esta oscila entre dos polos: el de una lectura polisémica (atribución de nuevos sentidos al texto, ruptura con los sentidos previamente establecidos) y el de una lectura parafrástica (reconocimiento/reproducción de un sentido que, se supone, es el del texto). De este modo, no existiría una lectura prevista para el texto, como si fuese en un todo suscitada por él, sino un conjunto de interpretaciones, las lecturas previsibles (parafrásticas o polisémicas), de acuerdo con las condiciones de producción de la lectura. Es importante observar que la modificación de las condiciones de producción alteran el conjunto de lecturas previsibles para un determinado texto; esto nos permite comprender por qué un mismo texto provoca diferentes lecturas previsibles a lo largo de su historia y en diversas comunidades socioculturales. Un lugar privilegiado para estudiar la especificidad de estos procesos de interpretación dentro de la institución escolar lo encontramos en las notas, comentarios, prefacios y cuestionarios de tipo didáctico que acompañan las ediciones de textos literarios destinados a la enseñanza media. Para analizar el funcionamiento de estos textos laterales, en los márgenes, adoptamos la noción de comentario, definida por Foucault (1970) como un procedimiento de control del discurso. Para este autor, “en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad” (Foucault, 1970:11). Estos procedimientos pueden ser externos al discurso y funcionar como sistemas de exclusión, al controlar la posibilidad de que se le reconozca existencia a un discurso como ejercicio válido de la palabra en una sociedad determinada. Foucault señala tres procedimientos de este tipo: lo prohibido o tabú, la separación de la locura y la voluntad de verdad. Por otro lado, también existen los procedimientos internos de control del discurso, aquellos que se ejercen desde el interior de la discursividad y que funcionan como prin- Á G I N A S Mucho se ha escrito ya sobre las prácticas de lectura en la escuela. El abordaje que planteo retoma la bibliografía que describe estas prácticas a partir de las condiciones de producción de la lectura y de la dimensión histórico-ideológica de los procesos de interpretación. Según Orlandi (1988), la lectura es un proceso de producción de sentidos entre sujetos, en el cual el lector establece una relación tanto con el autor y como con los lectores ya legitimados del texto, reproduciendo o transformando los sentidos previstos (o impuestos) para ese texto. Este proceso está determinado por las condiciones de producción de la lectura, que consisten en: P 2. Usamos el término “imagen” en el sentido de formación imaginaria, definida por Pêcheux (1969) como la proyección imaginaria de los lugares sociales que los interlocutores ocupan en el discurso. MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO que se desata para ganar terreno, para apropiarse de los pocos y preciosos centímetros de la hoja en blanco. La historia del descubrimiento del cadáver y de los consiguientes procedimientos judiciales se instala, a partir de la primera página del cuento, como el texto principal (a través de marcas como la tipografía en un cuerpo mayor y la ubicación central de las frases); simultáneamente, el texto de la carta dejada por el suicida se filtra como nota al pie (señalizado esto por la tipografía en un cuerpo menor y la ubicación marginal de las frases). En esta primera página, la tímida nota ocupa solamente el espacio de una única línea; sin embargo, el conflicto ya está iniciado: a lo largo de las páginas del cuento, el territorio invadido por la carta/nota al pie avanza línea tras línea, hasta empujar al vacío al texto principal y ocupar, en la última página, la totalidad del espacio disponible. En mi historia de lectura, el efecto de este cuento de Walsh fue devastador: desde entonces, no puedo evitar estremecerme cuando, en la pacífica linealidad del texto, irrumpe la llamada de una nota al pie de página. La angustia ante la posibilidad de ver desaparecer el texto, fagocitado por las notas, crispa mi lectura en un gesto receloso, que anticipa la tragedia. Esto me ocurre, sobre todo, cuando me topo con textos literarios considerados clásicos o canónicos (y, por lo tanto, indicados como lectura obligatoria para la escuela), en ediciones cuidadosamente “aumentadas” (por prefacios, comentarios, notas, glosarios, guías de lectura, bibliografías revisadas), con la finalidad declarada de “facilitar la comprensión del alumno y maximizar el aprovechamiento del texto”. En este trabajo, convocada a pensar en lo que respecta al poder de la escritura, se me impone, con fuerza arrolladora, la reflexión acerca del funcionamiento enunciativo-discursivo de este tipo de ediciones. Para ello, tomo como objeto de análisis las notas y prefacios que acompañan el texto literario, del cual reciben su propia condición de existencia. Me propongo, específicamente, describir la configuración de la imagen2 de lector y de lectura que esas ediciones producen y, además, sus consecuencias para el proceso de interpretación. 12 D E , PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN PRIMAVERA 2007 cipios de clasificación, organización y distribución del discurso, produciendo efectos de homogeneización y agrupación. Foucault menciona tres procedimientos de este tipo: el (nombre de) autor, el comentario y la disciplina. Finalmente, encontramos los procedimientos que regulan la utilización y el acceso a los discursos de forma desigual en la sociedad. Foucault indica cuatro de este tipo: el ritual, las sociedades de discurso, la doctrina y la adecuación social. Para Foucault, y esto nos interesa especialmente en relación con nuestro trabajo, existe una fuerte vinculación entre este último procedimiento de control de la discursividad y las estructuras formales de enseñanza, dado que para él “todo sistema de educación es una forma política de mantener o de modificar la adecuación de los discursos, con los saberes y los poderes que implican” (óp. cit., p. 37). Como vimos, el comentario es uno de los procedimientos internos de control del discurso y se caracteriza por funcionar como un juego de identidad del texto consigo mismo, como un proceso de repetición indefinida de lo mismo. Así, fija los sentidos en determinados lugares de interpretación ya consagrados, impide la dispersión y/o aparición histórica de sentidos diferentes y, consecuentemente, dificulta la legitimación de otros gestos de interpretación.3 Retomando las proposiciones de Foucault, Orlandi (1990) analiza el funcionamiento de prefacios y notas al pie de página que acompañan las reediciones (realizadas a partir del siglo XIX) de los relatos de viaje escritos por misioneros y viajantes franceses que visitaron Brasil durante los siglos XVI y XVII. En su trabajo, la autora describe las notas al pie como un movimiento descentralizador del texto: 3. Orlandi (1996) afirma que, para que haya interpretación, es necesario que el sujeto inscriba su decir en el orden de lo repetible (el interdiscurso o memoria discursiva), y esta inscripción, constitutiva del sujeto, se materializa como un gesto simbólico que interfiere en el movimiento material del sentido. Las notas son síntoma del hecho de que un texto es siempre incompleto y que pueden agregarse nuevos enunciados indefinidamente […las notas] intentan ser sus márgenes, sus límites laterales, y al presentarse como suplementarios o como agregados marginales del texto, constituyen no un discurso sobre el discurso, sino más bien, un discurso paralelo (y posterior) que interviene en el interdiscurso [la memoria discursiva o universo de lo decible para determinada coyuntura histórica] bajo la forma del intradiscurso [la linealidad del texto] (Orlandi, 1990:116, trad. propia). 3. N. B. UNIDAD Aconn ituacó ina,nazialremoasledcó indb ielroMarcovlad loovveroels,atgo inn icàtideatIo l Cavln ioe,nsuversó inorgin iaelntailnop,ubciladapoaraledto iE raiG n ilu ao iu ld(T iurn í1,986 E .)satedcó ino frmaparetdeunacoelccó indetxo tetisrlao rispubcialdoscomoedco inesespecaielsden sitadasalprácitadealecu traenalescuealmedaeila:greganaetlxo togrin iaclompelo tortos etxo tsqueo lcomenatnu (npróo lgoquepresenatlobrayquedesaroalunabrevebo igraaífdealuo ta,rprecaico inesacercadetlxo tqueaparecencomonoatsapleidepágn iayuna guaídelcu trao lcazialdaan ifladlb ielroq,uen icu lyeuncueo sitnao riyejrco isden ietrpreatcó inA .)demás deporsureconocd iovao letirlao rie,lgm i osesatobrae,specifaímenetenaledcó inqueanazialmop s,orealrohechodequeseplropo iesco trir Y DISPERSIÓN DEL TEXTO 15 Á G I N A S P Para realizar el análisis, comprendemos el texto como acontecimiento. Esto nos permite pensar su propia condición de existencia como discontinuidad o ruptura potencial en los procesos de repetición/transformación histórica de los sentidos que caracterizan, desde un punto de vista dis.......................................................... cursivo, las prácticas de escritura y de lectura. Así, consideramos el texto en su dimensión histórica como resultado de la tensión discursiva esta- 5. Cf., entre otros, Alvarado (1994). Á G I N A S De esta manera, advertimos que lo que caracteriza el funcionamiento de las notas es el hecho de que ellas se presentan como si, finalmente, dijeran lo que ya estaba formulado (de otra forma) en el texto; funcionan bajo la apariencia de la explicitación de lo implícito, de la aclaración de lo confuso, de la reposición de lo que está ausente y, encubiertas por la ilusión 4. Cf. Orlandi (1992), para un estudio de lo nada de nuevo, tejen una fina malla a través de la cual son seleccionados los sentidos (solo algunos se legitiman y otros se silencian).4 sobre la noción de silencio. A continuación, analizaremos la edición del libro Marcovaldo ovvero, le stagioni in città de Italo Calvino, en su versión original en italiano, publicada por la editorial Giulio Einaudi (Turín, 1986). Esta edición forma parte de una colección de textos literarios publicados como ediciones especiales destinadas a la práctica de la lectura en la escuela media: le agregan al texto original completo otros textos que lo comentan (un prólogo que presenta la obra y que desarrolla una breve biografía del autor, apreciaciones acerca del texto que aparecen como notas al pie de página y una guía de lectura localizada al final del libro, que incluye un cuestionario y ejercicios de interpretación). Además de por su reconocido valor literario, elegimos esta obra, específicamente en la edición que analizamos, por el raro hecho de que es el propio escritor –Italo Calvino– el autor del prefacio y de las notas que comentan la obra, dato que aparece explicitado como “Presentazione e note a cura dell’autore”. Esta feliz coincidencia trae algunas ventajas para el abordaje teórico que propongo en el presente trabajo: por un lado, no podría atribuirse el funcionamiento del paratexto a una supuesta impericia de un “mal comentador” o de “un editor poco cuidadoso”; por otro lado, el hecho de tratarse del mismo sujeto empírico permite demostrar, con más fuerza, la determinación de los procesos discursivos y de las posiciones-sujeto acerca de las elecciones estratégicas del sujeto de enunciación. Es decir, aparece claramente manifiesta la materialidad discursiva de los lugares de enunciación y de su relación con los procedimientos de control del discurso. En efecto, si consideramos que, frecuentemente, se clasifican las notas diferenciando notas del autor (incluidas en la misma edición o en reediciones posteriores), notas del editor y notas del traductor,5 la obra que analizamos nos demuestra que, aunque el nombre de autor permita agrupar texto narrativo y paratexto (excepto los datos de edición), el agenciamiento enunciativo de la figura del locutor se da de manera muy diferente en ambos textos, lo que nos obliga a distinguir los lugares de enunciación de autor-escritor literario y autor-especialista de la enseñanza de literatura. P D E G U A R D A | Nº 4 14 .......................................................... MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN SENTIDOS EN MOVIMIENTO cado editorial. Conforme la extensión reconocida para cada unidad, las figuras del locutor, su alocutario y el recorte de los destinatarios son identificados en el seno de prácticas discursivas diferentes, a partir de las cuales se delimitan los lugares de enunciación que predican la figura del locutor en relación con diferentes representaciones sociales (locutor-x). Empezando por el plano más amplio y más “evidente”, el libro –en su materialidad concreta– se presenta como la unidad más vasta; su presencia, en tanto objeto físico, le confiere la inmediatez de lo obvio. Sin embargo, basta considerar su funcionamiento para descubrir, en esa aparente transparencia, el efecto de una práctica institucionalizada. Formalmente, el libro aglutina, bajo una tapa que les es común, una dispersión de textos que manifiestan diferentes relaciones de intertextualidad y que, de acuerdo con la terminología de Genette (1982), pueden ser denominados: texto narrativo (a su vez compuesto por una dispersión de textos, a saber, el conjunto de 20 cuentos cortos); paratexto (también múltiple, compuesto por la presentación, las notas al pie y los datos de edición); y, finalmente, metatexto (que consiste en la guía de lectura injertada al final del libro, cuya existencia ya aparece explicitada junto a los datos de copyright e ISBN de la siguiente forma: “Nuova edizione acresciuta di un apparato didattico a cura di Carlo Minoia”). El principio que da unidad a esa dispersión de textos y que proporciona la condición de posibilidad del libro en tanto uno es la figura del locutor-x como editor. Condición de posibilidad ya que, a partir de la construcción del alocutario para esta representación del locutor, se justifica la compleja estructura formal del libro. Marcovaldo es el séptimo volumen de la colección “Letture per la Scuola Media”, que reúne títulos de textos literarios recomendados o indicados por el Ministerio de Educación italiano como material de lectura obligatoria en la escuela media. Por el hecho de que el libro integra esta colección, la institución escolar queda constituida como alocutario. Así, son descartados otros posibles lectores de este recorte privilegiado, lo que aparece explicitado en los datos de edición (en los que se aclara que se trata de una nueva edición del texto literario original, esta vez destinada específicamente para la escuela). De este modo, en el plano enunciativo más amplio, las figuras del locutor-x y del alocutario-x son representadas como dos prácticas institucionales que se determinan de manera recíproca y que aparecen explícitamente designadas en la obra como Giulio Einaudi editore y Scuola Media. Este juego de imágenes forma parte de las condiciones de realización de la obra y tiene consecuencias no solo en la producción de sentidos durante los procesos de escritura y edición, sino también, y primordialmente, 17 Á G I N A S blecida entre ciertos dispositivos homogeneizantes y aglutinadores (los procedimientos de control del discurso, generalmente de cuño institucional) y la dispersión y contradicción ideológica constitutiva de los sentidos en el interdiscurso. En la obra que analizamos, encontramos evidenciado el embate entre la orden (ejercida por la institución) a la unidad y la pulsión (del sentido) a la dispersión, que se materializa en el libro como una compleja configuración formal en “unidades” distintas, intertextualmente relacionadas, que son atravesadas, a su vez, por procesos discursivos que se oponen entre sí. Esta estructura escindida se organiza como una superposición o encaje de múltiples planos enunciativos que son, simultáneamente, el principio de constitución y de desdoblamiento de los lugares de enunciación (Zoppi Fontana, 2001; Guimarães, 2002). Estos autores consideran los lugares de enunciación como resultado del acontecimiento enunciativo que pone en relación lengua e interdiscurso. Guimarães (2002) considera que el lugar del locutor (L), que consiste en representarse como fuente u origen del decir en los enunciados, solo puede ser agenciado por un hablante si está predicado como un lugar social determinado (locutor-x), como por ejemplo locutor-presidente, locutor-editor, etc. Para este autor, hay una disparidad o desdoblamiento entre el locutor y el locutor-x, y este último representaría, en los enunciados, una deontología de la lengua que regula qué y cómo decir. En este sentido, el autor afirma que la enunciación se da por agenciamientos específicos de la lengua en el acontecimiento, agenciamientos entendidos como políticos porque distribuyen desigualmente los derechos a decir y los modos de decir. Zoppi Fontana (2001), en su trabajo, enfatiza la relación que los lugares de enunciación establecen con la circulación y legitimación de la palabra en la sociedad, y tiene en cuenta, para eso, las prácticas discursivas que, históricamente, han permitido la aparición de determinados lugares de enunciación (por ejemplo, locutor-portavoz) o que, por el contrario, han provocado su silenciamiento o exclusión del ejercicio y circulación públicamente validados de la palabra (locutor-esclavo o locutor-deficiente mental). A partir de estas consideraciones, pues, proponemos la siguiente descripción del funcionamiento de los diversos planos de organización enunciativa del libro Marcovaldo ovvero, le stagioni in città, en la edición de G. Einaudi. El recorte de la obra en unidades de diversa extensión es resultado de la presión efectuada por los diferentes procedimientos de control del discurso que funcionan en el texto: el nombre de autor, el comentario y la disciplina. O, dicho de otra manera, las unidades son configuradas a partir de la inscripción del texto en prácticas escolares de lectura y de la relación establecida entre el aparato de educación del Estado y el mer- MÓNICA G. ZOPPI FONTANA PRIMAVERA 2007 DE | Nº 4 INTERVALOS U A R D A , G TEXTO P DEL Á G I N A S MÁRGENES P D E G U A R D A | Nº 4 16 LOS D E PRIMAVERA 2007 EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN durante las diversas prácticas de lectura que dan lugar a la interpretación: precisamente con el objetivo de controlar la potencial dispersión de la interpretación propia del discurso literario, la obra se organiza como libro escolar y el texto narrativo es capturado en las mallas normalizadoras del paratexto y metatexto. Por otro lado, encontramos una dispersión de autores, de acuerdo con la atribución explícita de los textos que lo integran a un nombre de autor: el texto narrativo y el paratexto (con excepción de los datos de edición) son reunidos bajo el nombre de autor Italo Calvino y el metatexto circula bajo el nombre Carlo Minoia, autor del “apparato didattico”. En tanto, los datos de edición (número y características de la edición, fecha y lugar de impresión, colección a la que pertenece el volumen) se autorrepresentan como autónomos, sin remitir a ningún nombre de autor como origen, sino a una práctica editorial estandarizada: la publicación de obras y su circulación dentro del mercado editorial (algo que, en otras obras, lo encontramos plasmado en forma de ficha catalográfica). Así, por el principio de autoría, el libro aparece organizado en dos partes distintas, cada una de las cuales representa al locutor-x como autor de una manera diferente: el reconocido escritor literario y el especialista en enseñanza de la literatura. En el texto, estas figuras aparecen explícitamente designadas a través de los siguientes mecanismos morfo-sintácticos: PRIMAVERA 2007 1. denominación, identificando cada texto con un nombre propio de autor, Italo Calvino, Carlo Minoia; 2. autorreferencia en tercera persona, por medio de sintagmas nominales definidos, l´Autore en el prólogo, o en primera persona del plural (nosotros exclusivo), a noi é sembrato, abbiamo tenuto presenti obbiecttivi realistici, en la primera y segunda parte. 4 . C O M E N TA R I O S N O TA B L E S 19 Á G I N A S P Al observar el funcionamiento de las notas al pie en la edición de Marcovaldo que analizamos, lo que primero llama nuestra atención es su aparente obviedad; ellas se presentan bajo la forma de lo que no puede dejar de ser dicho, no por ser necesario o nuevo, sino, al contrario, por ser evidente y ya conocido. Esto produce como efecto una ilusión de realidad; en ella, las cosas serían exactamente lo que son y como son dichas, a partir de una aparente transparencia del lenguaje que pro- Á G I N A S Como correlato de esta representación del locutor-x como autor, el texto construye la figura del lector virtual, a quien está destinada la obra. Este lector virtual es representado como individuos particulares y no como una institución (como en el caso anterior), y aparece también explícitamente designado en el texto por medio de sintagmas nominales definidos, sea en la posición de sujeto de la frase, i nostri lettori possono benissimo saltarla <la presentación>, sea en la posición de complemento preposicional, libro per bambini? Libro per ragazzi? Libro per grandi?, lo que sugiere, en este último caso, una división del alocutario-x en grupos destinatarios diferenciados por edad. Finalmente, por el principio de disciplina (que aproximamos, en nuestro caso, a la noción de género discursivo), cuyos efectos son tam- bién de uniformización y homogenización de los procesos discursivos, podemos distinguir otro plano enunciativo en el cual las diferentes unidades se organizan conforme el género discursivo que da forma al texto. Reconocemos, así, cuatro tipos diferentes: el prólogo o presentación, las notas al pie de página, la guía de lectura final y el texto narrativo en sí. En relación con cada tipo de texto, la figura del locutor-x se define ya sea como prologuista, comentador, especialista en enseñanza de la literatura o escritor literario. Estas representaciones identifican lugares sociales diferentes del locutor no solo en lo relativo a los textos y las relaciones de intertextualidad que se establecen entre ellos, sino también, y especialmente, a los destinatarios recortados y las prácticas de lectura implicadas. Así, por ejemplo, a la figura de locutor-especialista de la enseñanza de literatura le corresponde un alocutario-alumno aprendiz. Como veremos más adelante, relacionado con la figura de locutor-escritor literario, encontramos configurado un alocutario-lector del deseo, al tiempo que el locutor-comentador recorta un lector utilitario. Por la complejidad que presenta el prólogo, dejaré su análisis para el final de este artículo. El estatuto enunciativo de estas figuras es el de imágenes estrechamente ligadas a prácticas discursivas institucionalizadas, es decir que se configuran en relación con los diversos modos de inserción y circulación de los discursos (específicamente, el literario y el pedagógico) dentro de la sociedad. Dada su vinculación con diferentes procedimientos de control del discurso, funcionan como dispositivos de legitimación de determinados gestos de interpretación, fijando sentidos y excluyendo/silenciando otros históricamente posibles, aunque discursivamente no hegemónicos. Por las razones ya señaladas, voy a restringir mi análisis a los textos atribuidos a Italo Calvino (prólogo, notas al pie, texto narrativo) y consideraré, inicialmente, el funcionamiento que poseen las notas, para que después podamos volcar nuestra atención sobre el prólogo. P D E G U A R D A | Nº 4 18 MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN MOVIMIENTO porcionaría un acceso directo a lo real. De esta manera, las notas funcionan como mecanismos normalizadores del texto literario, al operar sobre distintos aspectos del texto y a través de diferentes dispositivos enunciativo-discursivos, que pueden resumirse como: A. la predominancia de comentarios acerca de unidades léxicas pertenecientes a campos discursivos lógicamente estabilizados; B. la instauración de seudo-clases de equivalencia semántica, en las que el segundo término de la relación es el dominante; C. la reducción de la interpretación a operaciones de denotación/referencia y de definición/explicación. PRIMAVERA 2007 A. MECANISMOS La localización marginal de las notas y su aparente función de decir lo ya dicho hacen que su aparición sea aceptada espontáneamente, como si el lugar de su inserción y el hecho mismo de su existencia fueran necesarios y, por lo tanto, inevitables; es como si determinados puntos del texto estuvieran “naturalmente destinados” a prolongarse a través de notas y comentarios. Pero esa naturalidad no es sino un efecto de sentido producido por el funcionamiento mismo de las notas. La observación cuidadosa de la totalidad de notas al pie que acompañan el texto narrativo demuestra que aquello que es, en la mayor parte de las veces, delimitado como blanco de comentario a través de notas al pie son las unidades lexicales (y no estructuras mayores como sintagmas nominales o, incluso, cláusulas completas). Estas unidades (o palabras) se clasifican, predominantemente, como sustantivos comunes que, en el texto, adquieren el estatuto de términos (es decir, denominaciones especializadas, integrantes de alguna terminología específica), cuyo significado y uso son definidos dentro de campos discursivos específicos, como los que se presentan en nuestro caso: los discursos científico, tecnológico, jurídico-administrativo. Veamos algunos ejemplos: 21 Á G I N A S P Para explicar la dominancia de estos campos discursivos en el espacio textual de las notas, debemos retomar aquí las afirmaciones realizadas en el inicio de este artículo acerca del proceso de lectura y sus condiciones de producción. El predominio de los discursos científico, jurídicoadministrativo y tecnológico indica, por un lado, la imagen del lector virtual sobreentendida por las notas y, por el otro, la imagen del ideal de lectura que se desea alcanzar. En relación con la imagen del lector, las notas señalan una falta (o carencia) e imponen una saturación. Las notas operan a partir del desconocimiento y la ignorancia que se le atribuyen al alumno respecto de hechos y objetos considerados relevantes; en relación con esa falta de conocimiento, las notas proponen una saturación bajo la forma de un deber saber. Un saber de tipo enciclopédico que debe ser imperativamente adquirido por el alumno. La morfo-sintaxis de la notas refleja, claramente, este funcionamiento: por un lado, las palabras que, en el texto narrativo, sirven de punto de anclaje para los comentarios son, en su mayoría, sustantivos comunes, es decir, nombres de cosas, designaciones de objetos, lo que demuestra el privilegio concedido por las notas a las operaciones de denotación y referencia sobre otras operaciones semánticas posibles (determinación, predicación, conexión, argumentación). Por otro lado, las definiciones ofrecidas en las notas para las diferentes palabras de entrada pueden caracterizarse, casi en su totalidad, como definiciones de cosas, en lugar de definiciones de palabras. Según Auroux (1990), entonces, ellas adoptan la forma de un discurso sobre el mundo y no la de un discurso sobre la lengua. En las notas, existe una permanente oscilación entre un discurso que tiene como objeto la definición/explicación de las cosas en el mundo y un discurso que se ocupa de delimitar el significado y las relaciones de sentido entre los signos en la lengua. Aunque las notas operen, principalmente, como un glosario, rara vez aparecen en las definiciones ofrecidas verbos dicendi como: designa, se dice de, quiere decir, significa, etc.; tampoco aparece ningún verbo-nexo relacionando la palabra de entrada con la definición o, si lo hay, se trata de un verbo de existencia del tipo: ser, estar, y no de lengua (cf., más adelante, la definición para la palabra Á G I N A S a.1. nota 3, p. 69. provette: tubetto de vetro usato in chimica per contenere piccole quantitá d’una sostanza per analisi e esperimenti. Trad.: probeta: pequeño tubo de vidrio usado en química para contener pequeñas cantidades de una sustancia para análisis y experimentos. a.2. nota 1, p. 35. consiglio d’amministrazione: Le società per azioni sono amministrate da un “consiglio d’amministrazione” electo dagli azionisti. Trad.: consejo de administración: Las sociedades de acciones son administradas por un “consejo de administración” elegido por los accionistas. a.3. nota 5, p. 126. sopraelevamento: La construzione di uno o piú piani sopra un edifico preesistente Trad.: sobrepiso: La construcción de uno o más pisos sobre un edificio preexistente. P D E G U A R D A | Nº 4 20 D E E S TA B I L I Z A C I Ó N MÓNICA G. ZOPPI FONTANA PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN SENTIDOS EN MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO a.4. nota 2, p. 24. saldatori autogeni: Lampada che produce uma fiamma ad altísima temperatura per la saldatura autogena di due pezzi di metallo, cioé ottenuta facendo fondere le parti dei pezzi che devono aderire senza bisogno di stagno o altra sostanza. Trad.: soldadora autógena: Lámpara que produce una llama de altísima temperatura para la soldadura autógena de dos piezas de metal, es decir, obtenida haciendo fundir las partes de las piezas que deben adherirse sin necesidad de estaño o de otra sustancia. Además de este deslizamiento desde la definición de una palabra hacia la descripción de una cosa, en las notas también se produce, a través del funcionamiento de enunciados definidores finalizados,6 otro deslizamiento de sentido que lleva desde la descripción hacia la explicación. De este modo, se introducen especificaciones que no son esenciales para la definición del objeto en cuestión, pero que dan cuenta de sus condiciones de uso, sus aplicaciones o finalidades, o que, simplemente, agregan información de tipo general poco justificada a los efectos de la identificación del objeto que se define. Por ejemplo: a.5. nota 1, p. 43. drague e gru: Le “draghe” sono macchine per scaviare nel fondo d’un fiume (o d’un porto di mare) e portar su la sabbia. Piú avanti si parla di draghe del tipo “a secchie”; mentre per “gru” è da intendersi un altro tipo di draga detto anche “a tenaglia”. Trad.: dragas y grúas: Las dragas son máquinas para cavar el fondo de un río (o de un puerto de mar) y retirar la arena. Más adelante se habla de dragas de tipo “a cangilón”; por “grúas” debe entenderse otro tipo de draga, llamada también “de tenazas”. Esta inclusión recurrente de explicaciones innecesarias en el cuerpo de las notas al pie revela la presencia del discurso didáctico-pedagógico, que impone un deber saber de tipo enciclopédico como ideal de lectura del texto literario. Así, se significa la lectura literaria como una acumulación progresiva de conocimientos que consiste, principalmente, en el aumento del vocabulario del alumno. Además, dado que las palabras son consideradas como etiquetas rotuladoras de los objetos del mundo, se trata, también, de ampliar el conocimiento (vía el aprendizaje de .......................................................... vocabulario nuevo) que los alumnos tienen acerca del mundo. 6. Mazière y Collinot (1990) analizan el funcionamiento de las cláusulas subordinadas finales que señalan la Para continuar con el análisis de las notas, voy a referirme a los trabajos utilidad o aplicación instrumental de lo que se define como un tipo especial de J. Authier-Revuz (1998, 2004) sobre heterogeneidades enunciativas. de enunciados definidores. B. EL J U E G O D E L A S E Q U I VA L E N C I A S 23 Á G I N A S draga). Por medio de la presencia del verbo ser en los enunciados definidores, la relación de sentido focalizada por la definición se instala fuera del sistema de la lengua, entre el signo y el objeto que le sirve de referente. De este modo, construye una proposición pasible de verificación externa para la constatación de sus condiciones de verdad. Así, en las notas, se opera un deslizamiento subrepticio desde una definición terminológica del nombre de entrada hacia una descripción transparente de la cosa designada, lo que permite la irrupción de una descripción de mundo en el espacio enunciativo de una definición de significado en la lengua. Esto se suma al entrecruzamiento de los campos discursivos mencionados al comienzo (científico, jurídico-administrativo, tecnológico) ya que, como señalaba antes, los sustantivos –cuyos referentes son descriptos– funcionan, en el espacio discursivo de las notas, como términos. Por lo tanto, es necesario definirlos dentro de sus campos discursivos de referencia, lo que trae aparejado como efecto la imposición de la estructuración y estabilización lógico-semántica de la interpretación propia de estos campos discursivos. En efecto, el denominador común es el hecho de constituirse como campos discursivos lógicamente estabilizados (Pêcheux, 1983), es decir, de configurarse como estructuras de conocimiento lógicamente organizadas sobre la base de la transparencia y univocidad del sentido, y cuyas proposiciones pueden ser externamente verificadas (por la correspondencia con un determinado estado de cosas) o internamente justificadas (por la coherencia y economía de la teoría). Esta estabilización semántica permite fijar el sentido de las proposiciones, restringiéndolo a una lectura “correcta” y bloqueando, de esta manera, todo gesto de interpretación diferente. Como estos campos discursivos cumplen, en nuestra sociedad (según Pêcheux, óp. cit.), la función de explicar (las ciencias), manipular (las tecnologías) o administrar (el derecho) lo real, poseen una fuerza prescriptiva que les permite proyectar sobre el mundo su propia estructuración lógicosemánticamente estabilizada. El predominio de estos campos discursivos en el espacio textual de las notas indica, con claridad, el tipo de ideal de lectura que está presente en ellas: una lectura “literal” que, atravesando el lenguaje, alcance el referente, única garantía y objetivo último del conocimiento. Lo característico del funcionamiento de las notas (y la causa de su eficacia como mecanismo normalizador de la producción de sentidos en la lectura) es que este pasaje de un tipo de definición a otro se realiza siempre de manera difusa, lo cual impide reconocer límites precisos que permitan distinguirlas. En el ejemplo que sigue, podemos observar este tipo de funcionamiento: PRIMAVERA 2007 DE | Nº 4 INTERVALOS U A R D A , G TEXTO P DEL Á G I N A S MÁRGENES P D E G U A R D A | Nº 4 22 LOS D E PRIMAVERA 2007 EN SENTIDOS EN MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO reversión de la relación de equivalencia, dado que el elemento Y nunca se presenta con modalización autonímica. Esta diferencia de estatuto enunciativo entre elementos aparentemente equivalentes aparece, a veces, marcada en el texto de las notas por el uso de comillas y/o verbos del tipo: se dice, quiere decir, está en lugar de, etc. Por ejemplo: b.1. nota 1, p. 68. lettiere: La paglia o strame su cui giaccono le bestie si dice “lettiera”. Trad.: Camas de paja: La paja o heno sobre el que yacen las bestias se denomina “cama de paja”. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las notas no explicitan el carácter autonímico de las palabras que les sirven de entrada ni las repiten en el texto del comentario, que comienza enseguida, después del número de llamada de la nota. Se establece, así, un nexo de yuxtaposición entre X e Y. Por ejemplo: b.2. nota 1, p. 105. baobab: gigantesco albero dell’Africa tropicale. Trad.: baobab: árbol gigantesco del África tropical. Según Authier (2004), la coordinación asindética o yuxtaposición funciona enunciativamente como una forma de reformulación, con sentido semejante al de las frases que contienen locuciones como: es decir, o sea, etc. Al igual que las frases reformulativas, a las que se asemeja, la yuxtaposición produce como efecto de sentido una relación de equivalencia entre los elementos yuxtapuestos. Sin embargo, por el hecho de no incluir ningún nexo de coordinación explícito, permite crear un espacio de indefinición que, junto con la falta de marcas explícitas de la modalidad autonímica del elemento reformulado, presenta a ambos elementos como si se tratara de un caso de simple sinonimia dentro de un mismo y único discurso, es decir, como una sustitución equivalente. De esta forma, se oculta el funcionamiento de las notas como discurso paralelo, esto es, como otro discurso, que reescribe y reinterpreta el texto narrativo, imponiendo su decir al del escritor. Esta imposición solapada del modo de decir y de los gestos de interpretación de un discurso (y de una posición de sujeto) sobre otro(a), no es el único efecto de sentido producido por el funcionamiento de las notas al pie. En su artículo acerca de los textos de divulgación científica, AuthierRevuz (1998) analiza los casos de dialogismo mostrado (citas, discurso relatado, superposición de planos enunciativos del tipo: yo les digo que ellos dicen que P) como el modo por el cual un discurso produce, en sí mismo, una representación de su relación con otro discurso, al que pre- 25 Á G I N A S Esta autora examina los casos de desdoblamiento del hilo del discurso por la introducción de citas, reformulaciones, glosas, comillas, negritas, alusiones, autocomentarios, etc. De entre este vasto conjunto de formas enunciativas, para los fines de este artículo, me interesan, principalmente, los casos de reformulación del decir, realizada por medio de frases del tipo es decir, o sea, mejor diciendo, etc., o por el uso de la coordinación asindética o yuxtaposición. Este tipo de marcas de heterogeneidad se caracterizan por su funcionamiento enunciativo, que consiste en hacer que un elemento X de la cadena significante se desdoble por medio de su propia representación reflexiva y opacificante. Authier denomina a este funcionamiento modalización autonímica y demuestra cómo, a través de él, la modalidad transparente y la función denotativa de la enunciación es redoblada localmente sobre cierto elemento X del decir, constituyéndolo, por medio de la operación de opacificación reflexiva, como modo de decir particular, cuestionable, relativo. De esta manera, el elemento X, que tiene un estatuto enunciativo doble por estar simultáneamente en uso y en mención, es destacado (en tanto unidad, significante y significado) en el hilo del discurso y reformulado “convenientemente”. Dentro de este marco teórico, caracterizamos el funcionamiento enunciativo de las notas como casos de reformulación, mediante los cuales se predica meta-enunciativamente la equivalencia entre dos decires: el decir del texto literario o narrativo (al que pertenece el elemento X, reformulado en la nota) y el decir del texto de comentario presente en las notas al pie (que propone un sustituto Y para el elemento X así reformulado). Este tipo de relación de seudo-equivalencia permite que un discurso (el que se desarrolla en el cuerpo de notas) se imponga sobre otro (el del texto narrativo). Por un lado, el hecho de que la seudo-equivalencia se establezca en el nivel de la enunciación (el decir) y no del enunciado (lo dicho) otorga a las notas el estatuto de un discurso paralelo eficaz y no el de una mera repetición casi tautológica: la predicación de una seudoequivalencia presupone (y esconde) la diferencia de los decires. Por otro lado, esta diferencia –encubierta por el funcionamiento enunciativo de las notas– permite poner de relieve uno de los términos de la relación en desmedro del otro. Así, se anula una de las propiedades definidoras de la relación de equivalencia: la reciprocidad. En efecto, si X (en el texto narrativo) es equivalente a Y (en el texto de las notas al pie), y es, por eso mismo, sustituible por este, debería también verificarse lo contrario, es decir, la operación de la relación de equivalencia en el sentido inverso (de Y a X), lo que no ocurre con las notas. La modalidad autonímica del elemento X –destacado en el hilo del discurso por la presencia del símbolo gráfico que sirve como llamada para la nota al pie de página– impide esa PRIMAVERA 2007 DE | Nº 4 INTERVALOS U A R D A , G TEXTO P DEL Á G I N A S MÁRGENES P D E G U A R D A | Nº 4 24 LOS D E PRIMAVERA 2007 EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN MOVIMIENTO PRIMAVERA 2007 senta como externo, ajeno y claramente delimitado, por oposición, a una imagen de sí, interna. De esta manera, no solo se identifican los otros discursos –de los cuales el propio discurso se distingue y distancia–, sino que esa relación puede ser calificada. Sin embargo, en relación con el presente trabajo, es necesario señalar que los análisis propuestos por Authier-Revuz se refieren siempre a la autorrepresentación que un discurso construye de sí mismo; al contrario, en el texto que estamos analizando, encontramos el embate entre dos discursos diferentes, uno posterior al otro, materializados en espacios textuales distintos (el texto narrativo opuesto al paratexto). Por lo tanto, los comentarios introducidos a través de las notas al pie deben ser interpretados como un exterior convocado/impuesto al texto narrativo desde un discurso también exterior y no como una autorrepresentación producida desde el interior del discurso literario. El efecto de sentido que resulta de este particular funcionamiento es, entonces, el contrario al descripto por Authier-Revuz: por el hecho de convocar permanentemente un exterior ignorado en y por el texto narrativo, se rompe la ilusión de autonomía y completitud de este texto (su representación como universo simbólico autosuficiente y cerrado en sí mismo), característica del discurso literario. Las notas al pie, al movilizar los campos discursivos científico, jurídico-administrativo, tecnológico y didáctico-pedagógico como espacios privilegiados de interpretación y explicación de los elementos considerados “oscuros” en el texto narrativo, les otorga el estatuto de intertexto forzado y usurpa, de este modo, el espacio reservado por la práctica literaria (escritura y lectura) al interdiscurso literario. Así, se borran las diferencias entre una lectura “literaria” y una lectura “científica” (Pêcheux, 1982, óp. cit.) o, en otras palabras, entre un gesto de lectura interpretativa y una práctica de lectura literal. PA N , PA N Y A L V I N O , V I N O ”, E N B U S C A D E L S E N T I D O L I T E R A L c.1. nota 1, p. 115. Texto: E portone per portone i fratellini si diedero abatiere il quartiere, incestando* i buoni. Nota: *Qui vuol dire semplicemente: raccogliendo in quantità. Propriamente “fare incetta” vuol dire comprare tutto il quantitativo d´una data merce sul mercato, per farne salire il prezzo. Trad.: Texto: Y de puerta en puerta los hermanitos se lanzaron a batir el barrio, acaparando* los bonos. Nota: *Aquí quiere decir simplemente recogiendo en cantidad. En sentido propio, “acaparar” quiere decir comprar toda la producción de una determinada mercadería disponible en el mercado, para hacer subir su precio. 27 Á G I N A S P En este ejemplo, observamos la oposición entre el sentido propio/literal de una palabra y sus otros sentidos, originados por el uso supuestamente no apropiado de la lengua (repárese en la oposición vuol dire semplicemente/vuol dire propriamente). Esta impropiedad consiste en el deslizamiento de un discurso lógicamente estabilizado (discurso económico y su terminología específica) desde su espacio de circulación y dominio de significación ya legitimado hacia otro inusitado, no legitimado. La ironía surge como efecto de este deslizamiento que, por ser inesperado con relación a un orden de discurso (Foucault, 1970) que propondría “un lugar para cada discurso y cada discurso en su lugar”, opera como una ruptura de la organización institucional de las prácticas discursivas en compartimientos estancos. Si consideramos este aspecto innovador (y lúdico) de la ironía propuesta en el texto narrativo, podremos interpretar el funcionamiento de la nota explicativa como una reacción a la indistinción de dominios de significación producida por la ironía. Sería, entonces, un intento de reponer, con claridad, los límites entre los diversos órdenes de discurso y entre los sentidos apropiados y derivados de las palabras. Todo ello, con el objetivo de recuperar un orden perdido, donde cada palabra correspondería a su dominio “originario” y conservaría su sentido propio. Esta reorganización discursiva de los dominios de significación se realiza bajo la forma de una búsqueda de la literalidad del sentido y presupone la existencia de un núcleo semántico –el sentido literal de las palabras– definido a priori en el sistema de la lengua e independiente de todo uso. En torno a este núcleo de significado, existirían los sentidos figurados, impropios, entendidos siempre como desvíos. Las notas, al destacar las ironías en el texto narrativo y comentarlas –proponiendo como sustituto el sentido propio de la palabra, y como explicación la definición de su sentido literal y la delimitación de su campo Á G I N A S La tendencia, presente en las notas, a la normalización y clarificación del texto narrativo se manifiesta con más fuerza en relación con los procesos de significación que se originan específicamente como resultado de funcionamientos lingüísticos opacificantes. Es decir, aquellos que suspenden localmente la función denotativo-referencial de la lengua, a través del desdoblamiento reflexivo de la enunciación. No sorprende, por lo tanto, observar que todos los lugares del texto narrativo en que este incorpora ironías, metáforas y metonimias también son un blanco privilegiado para comentarios a través de notas. Estas funcionan bloqueando los deslizamientos, derivas y superposiciones de sentido, provocados por este tipo de figuras de lenguaje, y realizan una sustitución por medio de traducciones literales. Veamos algunos ejemplos: P D E G U A R D A | Nº 4 26 C. “A L MÓNICA G. ZOPPI FONTANA PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN PRIMAVERA 2007 D PZ XN C A B INTERVALOS DE SENTIDOS EN MOVIMIENTO semántico original–, producen el efecto de objetivación o hipóstasis de la lengua como lugar de interpretación. En otros términos, presentan como fenómeno de la lengua lo que es, en realidad, un fenómeno del discurso. En efecto, es la organización institucional de las prácticas discursivas (y no la organización interna del léxico de una lengua y de su sistema semántico) lo que produce dominios de significación cerrados, que adquieren el estatuto de terminologías especializadas (dentro de las cuales se origina el efecto de literalidad de los términos y de univocidad de sus definiciones). De esta forma, y retomando el ejemplo que analizamos, la locución fare incetta no se define en relación con un originario núcleo de rasgos semánticos que le serían propios –como aparece en el texto de la nota–, sino por formar parte de un discurso poseedor de una inscripción institucional que lo caracteriza como saber especializado. Las notas desactivan, de esta forma, el efecto potencialmente desorganizador y corrosivo de la ironía, no solo en relación con el texto narrativo y el discurso literario en general sino, y principalmente, en relación con la transposición de su efecto desorganizador sobre otros dominios de significación. En términos teóricos, podemos decir, de acuerdo con Orlandi (1986), que el efecto estabilizador producido por las notas reduce el efecto de disonancia responsable de la eficacia de la ironía, en tanto tipo discursivo que deconstruye el sentido. La autora describe esta disonancia como la aproximación o condensación, en el hilo del discurso, de elementos significativos incongruentes entre sí y dispersos en el interdiscurso. Esta condensación es desarmada por las notas que alinean (es decir, distribuyen horizontalmente en la cadena intradiscursiva los diferentes sentidos, atribuyéndolos a sus dominios específicos de significación), a través de la explicación ofrecida, los elementos contradictorios condensados (verticalmente, a partir del interdiscurso) por la ironía. Este mismo procedimiento de recuperación de la literalidad del sentido y de estabilización/cristalización de la interpretación también puede ser encontrado operando en relación con las metáforas y metonimias presentes en el texto narrativo, que no escapan a la patrulla normalizadora de las notas. Por ejemplo: c.3. nota 2, p. 28. Texto: Marcovaldo…si premeva contro il naso il convulso* mazzo di ranuncoli, tentando di colmarse l´olfatto del loro profumo. Nota: *Qui sta per: afferrato convulsamente. Trad.: Texto: Marcovaldo exprimía contra la nariz el manojo convulso* de apio, tratando de colmar el olfato con su perfume. Nota: *Aquí está en el lugar de: aferrado convulsivamente. 29 Á G I N A S P La necesidad de controlar la eventual aparición de nuevos sentidos en la interpretación por efecto del funcionamiento de la metáfora se manifiesta en las notas incluso en los casos en que la metáfora (tubare, arrullarse) ya se constituye como lugar común (locus literaris) o cliché, como consecuencia de un largo proceso histórico de repeticiones en el discurso literario y de su transposición al discurso cotidiano. Es importante retomar aquí algunas afirmaciones de Pêcheux (1975, p. 262) acerca del funcionamiento de la metáfora, cuando la describe, de acuerdo también con Lacan, como “una palabra por otra. La metáfora se localiza en el punto preciso en que el sentido se produce en el no-sentido (non-sens)”. Este trabajo de los significantes con el no-sentido permite la abertura a nuevos sentidos y la ruptura con sentidos ya estabilizados, organizados como sentido común. La suspensión del sentido (es decir, su abertura al no-sentido), que está en la base del funcionamiento discursivo de la metáfora (y también de la ironía y de la metonimia), se constituye como un espacio de deriva para la interpretación. Ello permite la aparición de otros gestos de interpretación que pueden cuestionar aquellos ya cristalizados por los procesos de legitimación escolar de la posición y discurso del especialista. Si volvemos ahora a las reflexiones realizadas al comienzo de este artículo acerca de la imagen de lectura y de lector presupuestas por el funcionamiento discursivo de las notas como comentario (en el sentido foucaultiano), no nos sorprenderá percibir que las notas comentan todos los puntos del texto narrativo en que este apela a una lectura interpretativa (es decir, no parafrástica) por parte de los alumnos; las notas, como injertos normalizadores, imponen sobre los desvíos y derivas abiertos por el texto narrativo una lectura literal, una interpretación que se sustenta y se agota en la función denotativa/referencial del lenguaje. Así, como efecto de esta ilusión de literalidad, las notas proyectan una imagen de lector cuyo gesto de lectura se reduciría al reconocimiento del sentido propio de palabras y enunciados. Esto explicaría el predominio de las operaciones de denotación y definición en el texto de las notas al pie. En este mismo sentido, podemos analizar la ocurrencia de notas anticipadoras, es decir, de notas que comentan palabras, enunciados o fragmentos del texto narrativo que aparecen ubi- Á G I N A S c.2. nota 1, p. 21. Texto: Vi sedevano due innamorati, guardandosi negli occhi. Marcovaldo, discreto, si ritrase. “É tardi, –pensò–. La finiranno di tubare*!” Nota: * É il verso che fanno i colombi; in senso figurato, la conversazione degli innamorati. Trad.: Texto: Estaban sentados dos enamorados mirándose a los ojos. Marcovaldo, discreto, se alejó. “Es tarde, –pensó–. Pronto terminarán de arrullarse.*” Nota: *Es el sonido que emiten las palomas; en sentido figurado, la conversación de los enamorados. MÓNICA G. ZOPPI FONTANA P D E G U A R D A | Nº 4 28 , PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN cados después, incluso páginas después (y no antes, como es usual), de la llamada de la nota. Al anticipar en el cuerpo de las notas lo que el texto narrativo explicitará pocas líneas después, el comentario funciona, nuevamente, como forma de impedir que los sentidos queden suspendidos, abiertos a desplazamientos, incompletos. Las notas operan, así, como mecanismo de saturación lineal del sentido, para evitar, justamente, la aparición corrosiva del no-sentido en el proceso de interpretación. Por ejemplo: PRIMAVERA 2007 c.4. nota2, p. 124. Texto: I giovanotti erano armati di strani arnesi…–Ecco dunque– disse uno de loro reggendo un bastoncino color d´argento* vicino alla bocca. Nota: Si tratta, come vedremo subito, d´un microfono. Trad.: Texto: Los jovencitos estaban armados con extraños arneses… –Aquí, pues– dijo uno de ellos blandiendo un bastoncito color plata cerca de la boca. Nota: Se trata, como veremos en seguida, de un micrófono. 5. CUÁNDO NO UNIR LO ÚTIL A LO AGRADABLE 31 Á G I N A S P Retomando las reflexiones de Orlandi (1990a), interpretamos el funcionamiento de las notas como síntoma de la incompletitud del texto: la imposición de determinada lectura indica que otra lectura podría ocurrir, y las operaciones de literalización del sentido revelan su multiplicidad y derivas posibles. En su conjunto, las notas producen una imagen de lectura parafrástica, presentada como la lectura ideal para el texto narrativo y, de esta manera, se proyecta sobre los alumnos la imagen de lector ideal: un lector que reproduzca la lectura autorizada del texto. Esto, en los dos sentidos de la palabra: lectura de autoridad, es decir aquella establecida por especialistas, y lectura que recibe autorización, aquella que permiten los especialistas y la escuela. Como ya vimos, esta práctica de lectura surge como efecto de los procesos de normalización de los sentidos del texto narrativo, que actúan en relación con un horizonte de Á G I N A S Este efecto de saturación del sentido producido por el funcionamiento de las notas puede ser interpretado a la luz de las reflexiones de Orlandi (1992) sobre las nociones de silencio y políticas de silenciamiento. La autora señala que el silenciamiento de sentidos es producido tanto a través de una prohibición de decir (impedir la circulación de ciertos sentidos) como mediante el mandato de decir. En este último caso, el silenciamiento de los sentidos que se desean ocultar se opera a partir de un exceso de decir: se dice X para no decir Y o, dicho de otra manera, es necesario no (permitir) decir Y para que X pueda ser dicho. Las notas al pie, al reformular y explicitar como sentido literal o propio todos los lugares del texto en que el sentido se abre a la polisemia a través de un trabajo con el no-sentido, silencian (por exceso) los sentidos producidos en la lectura y en la escritura del texto literario. En efecto, las notas trabajan en una doble dirección: por un lado, según la imagen de lector ideal con la cual deberían identificarse los alumnos empíricos que leen el texto, las notas establecen, explícitamente, los límites de los gestos de interpretación que estos están autorizados a hacer; por otro lado, las notas operan también en relación con la imagen del autor (locutor-x = escritor literario), al reescribir como sentido literal y denotativo todas las marcas de la función de autoría (de un estilo particular) presentes en el texto narrativo como figuras de lenguaje. Consideremos que el discurso literario trabaja en el registro de lo verosímil, y no de lo verdadero, lo que suspende la relación palabra-mundo y resignifica la función referencial. Como consecuencia de esto, una de las marcas definidoras de la función-autor agenciada como locutor-escritor literario sería, justamente, el modo creativo y libre de funcionamiento de las operaciones de denominación (que están en la base de la construcción del texto literario como universo simbólico autosuficiente y cerrado en sí mismo). Podemos concluir, entonces, que las notas, al explicar –mediante la reescritura literal de ironías, metáforas y metonimias presentes en el texto narrativo–, cuestionan su validez como proceso de denominación cuando denuncian una no-coincidencia de las palabras con las cosas y condenan, de esta manera, la “impropiedad” de los sentidos así producidos. Es, precisamente, la materialidad discursiva de la práctica de escritura literaria lo que está en juego: las notas exigen corrección gramatical, pureza lingüística y exactitud tanto terminológica como referencial, además de coherencia textual por parte del autor-escritor literario. En otras palabras, la función-autor, tal como es delimitada por la práctica de escritura literaria, queda reducida pedagógicamente a un simple principio de autoría que, de acuerdo con Orlandi y Guimarães (1988), está en la base de la producción de todo texto (cualquiera que sea el género discursivo al que pertenezca) y por el cual se produce un efecto de unidad y cierre sobre la dispersión de enunciados, lugares de enunciación y posicionessujeto que conforman todo texto. Al “aclarar”, mediante reescrituras explicativas, el texto narrativo, expurgando de él todo proceso de significación opacificante y polisémico, las notas al pie conducen al lector virtual hacia un ideal de lectura (y hacia una imagen de lector ideal) que privilegia una práctica de lectura transitiva que ignora, o incluso sabotea, las marcas dejadas en el texto por una escritura autoral. P D E G U A R D A | Nº 4 30 MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN SENTIDOS EN MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO imagen doble en relación con el lugar de enunciación del alocutario-lector. Por un lado, está el lector ideal perfilado en las notas: un lector parafrástico, que se comporta bien, que permanece dentro de los márgenes de los sentidos esperados, que saca provecho de lo que lee. Pero, por otro lado, descubrimos la imagen subyacente y presupuesta de un lector virtual, causa efectiva de la existencia y funcionamiento de las notas: un lector rebelde, polisémico, que interpreta el texto a partir de su propia historia de lecturas, la cual, eventualmente, le permitiría romper con los sentidos ya fijados y legitimados y, así, resistir a la interdicción de su gesto de lectura interpretativa. Un lector del deseo que busca el placer de leer, capaz de una participación creativa en el espacio lúdico abierto por el discurso literario y que se entrega al goce estético. 6. LA ESCRITURA COMO GOCE Y EL PLACER DE SU LECTURA Si leo con placer esta frase, esta historia o esta palabra es porque han sido escritas en el placer… La escritura es esto: la ciencia de los goces del lenguaje, su kamasutra. Roland Barthes Una de las características más salientes de la edición de Marcovaldo que estamos analizando es su “presentazione”, o “prefazione” (presentación o prefacio), escrita por Italo Calvino, en la cual podemos observar una contradicción entre procesos discursivos que significan diferentemente la función-autor. Esta presentación (pp. 5-11) se distingue tipográficamente del resto del libro por aparecer en cursiva, excepto el primer párrafo que aparece sangrado, en letra de cuerpo menor y con tipografía en derecha. Esta diferencia formal evidencia una diferencia discursiva importante que describiré a continuación. Antes, sin embargo, debo agregar que, inmediatamente después de la presentación (p. 12), sin ningún título identificador, se encuentra una breve (y poco convencional) biografía del autor, también escrita por Italo Calvino y que, al igual que el primer párrafo de la presentación, aparece en letra de cuerpo menor y con tipografía en derecha. Más adelante, describiré estos dos textos que se diferencian tipográficamente del resto de la presentación. Ahora, nos concentraremos en el texto en cursiva, en el que encontramos la función-autor agenciada por un locutor-especialista de la enseñanza de literatura que se representa como responsable de enunciados que disecan el texto narrativo con la propuesta de una lectura minuciosa de él. Formalmente, este locutor aparece materializado en los enunciados a 33 Á G I N A S expectativa también doble: el de una normatividad discursiva (los campos discursivos lógicamente estabilizados) y el de una normalidad semántica (la literalidad del sentido). Este funcionamiento normalizador/normativo de la interpretación impone al texto literario un orden discursivo pautado por lo verdadero; desconoce, una vez más, su inscripción constitutiva en el orden de lo verosímil. Así, son conjurados los sentidos posibles, pero indeseables o no convenientes, que podrían surgir como resultado de la suspensión del sentido en procesos de significación polisémicos tales como la ironía, la metáfora y la metonimia. La interpretación del texto literario queda, de este modo, reducida a una lectura literal y transitiva, útil para el alumno y para los objetivos de enseñanza de lengua y literatura previstos en los currículos escolares. Sin embargo, entre el texto literario y el texto de las notas se configura un intervalo, silencioso y silenciado, pero significante y presente en su ausencia, que ofrece el espacio para las diversas lecturas posibles cazadas por las notas, para los sentidos disonantes y desautorizados que vuelven en los intersticios, en el umbral que separa el texto narrativo de los comentarios inscriptos en las notas al pie. Efectivamente, por su dimensión de síntoma, estos procedimientos de control del discurso no consiguen esconder por completo su propia inestabilidad; al contrario, con su presencia confirman, por denegación, el equívoco fundamental de la lengua y la incompletitud constitutiva de todo texto, es decir el hecho de que “todo enunciado es susceptible de tornarse otro, diferente de sí mismo, de desplazarse discursivamente de su sentido para derivar hacia otro […] todo enunciado, toda secuencia de enunciados es lingüísticamente descriptible como una serie (léxico-sintácticamente determinada) de puntos de deriva posibles, ofreciendo lugar a la interpretación” (Pêcheux, 1983). Las notas al pie y los comentarios que ellas vehiculan operan, así, como un mecanismo de interdicción de la interpretación, como un intento de bloquear el flujo imprevisible de los sentidos a la deriva. En este sentido, podemos analizar su funcionamiento a la luz de las reflexiones de Pêcheux (1982) acerca de la desigual división social del trabajo de lectura en nuestras sociedades. Según el autor, un número reducido de especialistas se arroga el derecho de realizar lecturas interpretativas de los textos, mientras a la mayoría le es destinada una lectura literal, no interpretativa. Los comentarios incluidos a través de las notas establecen, claramente, los límites para la distribución de estos gestos de lectura en el ámbito escolar: la interpretación del discurso literario queda en manos de los comentadores y especialistas, y al alumno le cabe reproducir esta interpretación con un pequeño margen para la variación individual. Encontramos, entonces, configurada una PRIMAVERA 2007 DE | Nº 4 INTERVALOS U A R D A , G TEXTO P DEL Á G I N A S MÁRGENES P D E G U A R D A | Nº 4 32 LOS D E PRIMAVERA 2007 EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN MOVIMIENTO través de un “nosotros exclusivo” (exclusión de los lectores) y su imagen de especialista se sustenta en la presencia del perfomativo “definir”: 1. [...] potremmo definirlo [al personaje Marcovaldo] um ‘immigrato’, anche se questa parola non compare mai nel texto (p. 6). Trad.: [...] podemos definirlo [al personaje Marcovaldo] como un inmigrante, aun cuando esta palabra no aparezca nunca en el texto. 2. Siamo ora in grado di definire meglio la posizione di questo libro di fronte al mondo che ci circonda (p. 9). Trad.: Ahora estamos en condiciones de definir mejor la posición de este libro frente al mundo que nos circunda. Observemos especialmente el efecto de anticipación7 y de saturación de la interpretación producido por el enunciado 1, en el cual el locutorespecialista propone/impone una definición del personaje a pesar y más allá de lo que aparece explicitado en el texto narrativo; en otras palabras, nos ofrece una sobreinterpretación que intenta develar (por anticipación) la intención del autor, como en 3: PRIMAVERA 2007 3. La città non è mai nominata: per alcuni aspetti potrebbe essere Milano, per altri (il fiume, le colline) è riconoscibile in Torino( città dove l´Autore ha passato gran parte della sua vita). Questa inderminatezza è certo voluta dall´Autore per significare che non è una città, ma la città, uma qulasiasi metropoli industriale, astratta e tipica como astratte e tipiche sono le storie raccontate. Trad.: Nunca se nombra la ciudad: por algunos aspectos podría ser Milán, por otros (el río, la colina), puede reconocerse Turín (ciudad donde el autor pasó gran parte de su vida). Esta indeterminación es ciertamente deseada por el autor para significar que no es una ciudad, sino la ciudad, una metrópolis industrial cualquiera, abstracta y típica, como son abstractas y típicas las historias contadas. El placer y el deseo de leer quedan desterrados de la práctica de lectura, así como la retórica del texto narrativo: la literatura y la lectura para y en la escuela se configuran como un lugar de interpretación definido por su seriedad y utilidad, espacio privilegiado del discurso pedagógico que instaura un deber hacer y un deber saber idealmente sin fallas. Sin embargo, y felizmente, en la misma presentación podemos encontrar otro proceso discursivo que orienta los sentidos hacia el espacio de lo lúdico, de la polisemia, del placer de leer y del goce estético. Son, precisamente, los dos textos breves de abertura (primer párrafo) y cierre (escueta biografía), diferenciados tipográficamente, que mencionamos con anterioridad. En ellos, la función-autor es agenciada por el locutor-escritor literario que, mediante el uso de la ironía, instaura una relación de complicidad con sus destinatarios, recortados como lectores del libro que disfrutan lúdicamente de la lectura (possono benissimo saltarla [la presentación seria y aburrida]) y que reconocen en el autor el goce estético de una escritura literaria (visto che Calvino se divertiva a inventare): 35 Á G I N A S P 6. Primer párrafo Prefazione seria e un pó noiosa d’um libro che non vuol essere tale, ragion per cui i nostri lettori possono benissimo saltarla ma se qualche professore volesse leggerla, vi troverà alcune istruzioni per l´uso (p. 1). Trad.: Prefacio serio y un poco aburrido de un libro que no desea ser así, razón por la cual nuestros lectores pueden perfectamente saltarlo (pero si algún profesor quisiera leerlo, encontrará en él algunas instrucciones para el uso). Aconn ituacó ina,nazialremoasledcó indb ielroMarcovlad loovveroels,atgo inn icàtideatIo l Cavln ioe,nsuversó inorgin iaelntailnop,ubciladaporaledto iE raiG n ilu ao iu ld(T iurn í1,986 E .)satedcó ino frmaparetdeunacoelccó indetxo tetisrlao rispubcialdoscomoedco inesespecaielsden sitadasalprácitadealecu traenalescuealmedaeila:greganaetlxo togrin iaclompelo tortos etxo tsqueo lcomenatnu (npróo lgoquepresenatlobrayquedesaroalunabrevebo igraaífdealuo ta,rprecaico inesacercadetlxo tqueaparecencomonoatsapleidepágn iayuna guaídelcu trao lcazialdaan ifladlb ielroq,uen icu lyeuncueo sitnao riyejrco isden ietrpreatcó inA .)demás deporsureconocd iovao letirlao rie,lgm i osesatobrae,specifaímenetenaledcó inqueanazialmop s,orealrohechodequeseplropo iesco trirAconn ituacó ina,nazialremoasledcó indel b ilroMarcovlad loovveroels,atgo inicàtideatIo lCavln ioe,nsuversó inorgin iaelntailnop,ub-il cadaporaledto iE raiG n liuao ilud(T iurn í1,986sat.)edcó ino frmaparetdeunacoelccó indetxo tetis-l rao rispubcialdoscomoedco inesespecaielsden sitadasalprácitadealecu traenalescuealmedaeil: agreganaetlxo togrin iaclompelo tortosetxo tsqueo lcomenatnu (npróo lgoquepresenat alobrayquedesaroalunabrevebo igraaífdealuo ta,rprecaico inesacercadetlxo tqueaparecen comonoatsapleidepágn iayunaguaídelcu trao lcazialdaan ifladlb ielroq,uen icu lyeuncueo sitnao riyejrco isden ietrpreatcó inA .)demásdeporsureconocd iovao letirlao rie,lgm i osesatobra, especifaímenetenaledcó inqueanazialmop s,orealrohechodequeeseplropo iescritoromonoatsapleidepágn iayunaguaídelcu trao lcazialdaan ifladlb ielroq,uen icu lyeuncuesit Á G I N A S 7. Pêcheux (1969), al describir el funcionamiento de las formaciones imaginarias, propone considerar las proyecciones de la imagen de sí y del referente, que son producidas por anticipación del funcionamiento del lugar del otro. Por ejemplo, IA (IB [“R”]) “la imagen que del lugar de A se anticipa que sería producida sobre R (=referente) del lugar de B”. 4. Ma presentando questo libro per le scuole, vogliamo dare ai ragazzi una lettura in cui temi della vita contemporanea sono trattati con spirito pungente, senza indulgenze retoriche, con un invito constante alla riflessione (p. 11). Trad.: Pero presentando este libro para la escuela, queremos darles a los jóvenes una lectura en la que los temas de la vida contemporánea son tratados con espíritu incisivo, sin indulgencia retórica, con una invitación constante a la reflexión. 5. In questo sguardo sul mondo cosí critico per le situazioni e le cose ma cosí pieno di simpatia per le persone umane, per tutte le manifestazioni di vita, sta dunque la lezione del libro, se “lezione”possiamo chiamare una vena didascalica cosí discreta come quella dell´Autore (p. 9). Trad.: En esta mirada sobre el mundo tan crítica en relación con las situaciones y cosas pero al mismo tiempo tan llena de simpatía por las personas humanas, por todas las manifestaciones de vida, está entonces la lección del libro, si podemos llamar “lección” a una vena didascálica tan discreta como la del autor. P D E G U A R D A | Nº 4 34 .......................................................... Este locutor-especialista analiza el texto según las prácticas usuales de lectura escolar: realiza una descripción formal de la obra, cita ediciones anteriores, define el género de los relatos y examina su estructura, describe los personajes y el escenario de la historia, evalúa el estilo de la escritura y, finalmente, concluye con la contextualización de la obra dentro de la historia de la literatura italiana, señalando la particular importancia de ello. De esta manera, la presentación coincide con el funcionamiento de las notas y recorta como su destinatario a los alumnos de la escuela media, que no son representados como “lectores”, sino como receptores de una lectura útil, edificante, de la cual se puede extraer una lección de vida. MÓNICA G. ZOPPI FONTANA PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN , INTERVALOS DE SENTIDOS EN PRIMAVERA 2007 7. Biografía Italo Calvino (1923-85) è uno scrittore di racconti e romanzi. Ha trascorso infanzia e giovinezza a San Remo; poi há visuto parecchi anni a Torino.[...] Visto che Calvino si divertiva a inventare queste specie di fiabe, fu incaricato di raccogliere in un libro le fiabe della tradizione popolare (p.12). Trad.: Italo Calvino (1923-85) es un escritor de cuentos y novelas. Pasó su infancia y juventud en San Remo; después vivió igual cantidad de años en Turín. [...] Dado que Calvino se divertía inventando estas especies de fábulas, le fue encargado reunir en un libro las fábulas de la tradición popular. T I E N E L A PA L A B R A 37 Á G I N A S P El uso de textos literarios recomendados para lectura en la escuela en ediciones comentadas y aumentadas es una práctica pedagógica común en la enseñanza formal de la literatura. Mi objetivo, en este artículo, es el de desnaturalizar el funcionamiento de estas ediciones, al mostrar el funcionamiento de los dispositivos enunciativo-discursivos que configuran las diversas modalidades de paratexto que acompañan el texto literario, conduciendo y cercenando la interpretación. El propósito, entonces, es demostrar que estos textos marginales tienen una materialidad discursiva particular que nos obliga a reflexionar acerca de los efectos de sentido que su aparición produce y a desmitificar su pacífica imagen de meros instrumentos didácticos. Desde el punto de vista discursivo, todo instrumento se configura en relación con una práctica ideológicamente determinada en el seno de una sociedad y de un momento histórico dados. No existen, por lo tanto, instrumentos pedagógicos neutros o inocuos. Cuando se evalúa la función de este tipo de ediciones en el ámbito escolar, es importante tenerlo en mente. Generalmente, prefacios y notas son considerados como sustitutos de manuales y diccionarios que, al circular junto al texto comentado, facilitan su interpretación y evitan la “dispersión” o “distracción” de buscar y consultar otros textos, externos a la obra. Desde el punto de vista pedagógico, estas ediciones posibilitarían un razonable nivel de comprensión con un mínimo de dispersión de la atención y del tiempo. Cuando se evalúa o justifica el uso de estas ediciones en el aula, en general, a esta función facilitadora se agrega otra función, niveladora. Esta otra función consistiría en la reducción de las eventuales desigualdades o de las carencias materiales (ausencia de diccionarios o de otro tipo de textos en la casa) que podrían hacer variar el desempeño de los alumnos en la práctica de la lectura, específicamente en su capacidad de comprensión. Esta visión idealizada de las ediciones que analizamos (¡y de la función de la escuela en nuestra sociedad en general!) asume que, con ellas, no solo se homogenizarían las interpretaciones, sino que también se suavizarían, momentáneamente, las diferencias sociales. En este punto, considero necesario retomar las observaciones realizadas en el inicio del artículo acerca de las condiciones de producción de la lectura. Entre ellas, mencionaba la historia de lecturas del lector, quien configura un determinado gesto de lectura a partir de su constitución como sujeto letrado. En tal sentido, es esencial no olvidar que esas historias de lectura son efectivamente desiguales, que no se reducen al posible acceso a materiales de apoyo didáctico y que, en tanto prácticas, producen efectos en el sujeto, moldeando sus Á G I N A S De acuerdo con Orlandi (1986), la ironía es un tipo discursivo que se caracteriza por instaurar un juego de sobreentendidos mediante el cual se ponen en jaque suposiciones previas que circulan como sentido común, abriendo “una región significante en que pueden desarrollarse no solo simulaciones sino también alusiones e incluso rupturas de significación” (óp. cit., p. 85; traducción propia). En nuestro caso, los sobreentendidos se basan en la imagen compartida como sentido común de que las introducciones de los libros deben ser serias (y, por lo tanto, tediosas), necesarias y útiles (lo que demanda su lectura). La ruptura se produce, evidentemente, con la propuesta de no leerla. Pero el funcionamiento corrosivo de la ironía abarca no solo la relación con el referente (el texto), sino también con el interlocutor (los lectores), cuando la introducción es destinada a los profesores como “instrucciones para el uso” y se recomienda a los alumnos que la eviten. De esta manera, se invierten las imágenes acerca de la distribución de la competencia lectora más arraigada como sentido común: los simples lectores pueden leer por sí mismos; los profesores precisan orientación y explicación. En tal sentido, la ironía de este corto párrafo inicial cuestiona la división social de los gestos de lectura en las prácticas escolares, cristalizada institucionalmente. Esto le confiere su dimensión de resistencia, de intervención simbólica en el campo de un discurso pedagógico que derrama su particular mandato moralizante como culto a la productividad, al rendimiento y a la utilidad del hacer humano. En los fragmentos que analizamos, vemos operar, en flagrante oposición, un discurso del placer que recupera la dimensión de lo lúdico, del deseo, del goce estético (fundamentado en la posibilidad de lecturas polisémicas y en la equivocidad histórica de las prácticas de interpretación). 8. USTED P D E G U A R D A | Nº 4 36 MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO PRIMAVERA 2007 TEXTO | Nº 4 DEL U A R D A MÁRGENES G LOS D E EN DE SENTIDOS EN PRIMAVERA 2007 gestos de lectura y delimitando lugares de interpretación. Estas historias desiguales, particulares, vividas y fuertemente significadas no podrían ser borradas o resueltas por el efecto momentáneamente nivelador de las ediciones aumentadas; ellas sobreviven en el intervalo que separa las notas del texto narrativo, pulsan sus sentidos desentonados en el umbral abierto por el espacio en blanco que separa el fin del prefacio del inicio del texto. Historias de sujetos entre sujetos que hacen sentido en la historia, que resisten en el no-sentido de sus interpretaciones desviadoras. Pensar teóricamente este espacio del intervalo nos obliga a reflexionar acerca de los procesos de silenciamiento de sentidos y de sujetos producidos cotidianamente en el aparato escolar (y fuera de él) por discursos especializados y autorizados que imponen su “voluntad de verdad”. Es, también, crear un nuevo margen para el texto, un margen de saludable desconfianza, a partir del cual pueda trabajarse la opacidad de los instrumentos didácticos y deconstruir la naturalidad de sus efectos. Entonces, podremos soltar las amarras para que los sentidos sigan la deriva de las historias concretas y materiales que diseñan, para cada sujeto lector, un conjunto abierto, pero determinado, de lecturas previsibles: su particular kamasutra interpretativo. M ó n i c a G . Z o p p i F o n t a n a es profesora efectiva del Departamento de Lingüística del Instituto de Estudos da Linguagem (IEL) e investigadora del Laboratório de Estudos Urbanos (Labeurb) en la UNICAMP (Campinas-Brasil). Es docente, también, del Mestrado em Divulgação Científica e P Á G I N A S D E G U A R D A | Nº 4 38 Cultural (IEL-Labjor-UNICAMP) y miembro de la Cátedra Multilingüismo no Mundo Digital (UNICAMP-UNESCO). Es autora del libro Cidadãos modernos. Discurso e representação política (1997) y coautora de Análisis lingüístico del discurso político. El poder de enunciar (1992) e Introdução às Ciências da Linguagem. A palavra e a frase (2006). Desde 2004 es la coordinadora por el Brasil del Programa de Intercambio Académico Centros Asociados establecido entre la UNICAMP y la UBA. MÓNICA G. ZOPPI FONTANA MOVIMIENTO / Referencias bibliográficas Alvarado, M. (1994) Paratexto, Buenos Aires, CBC/UBA. Auroux, S. (1990) “La définition et la théorie des idées”. En: Chaurand, J. y F. 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