la crisis económica estadounidense: las políticas de bush y

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LA CRISIS ECONÓMICA ESTADOUNIDENSE: LAS
POLÍTICAS DE BUSH Y PROPUESTAS DE CANDIDATOS
Junio, 2008
Nº 2
LA CRISIS ECONÓMICA ESTADOUNIDENSE: LAS
POLÍTICAS DE BUSH Y PROPUESTAS DE CANDIDATOS
I. La contienda electoral al calor de la recesión económica
Desde hace algunos meses la economía de Estados Unidos (EEUU) ha dado señales de
estar entrando en una recesión. La caída de la bolsa de valores, la crisis inmobiliaria y el
desempleo son sólo algunas manifestaciones de este fenómeno. Luego de un aumento
sostenido en los precios de las viviendas (más de 100% en diez años) y la proliferación de
préstamos incluso a prestatarios de bajos ingresos, la llamada burbuja inmobiliaria estalló.
La crisis tuvo como principal determinante el aumento de las tasas de interés activa por
parte de la Reserva Federal y la disminución de los precios en el mercado inmobiliario.
Esta situación le ha costado grandes pérdidas al sector financiero (unos 135 mil millones
de dólares) y ha sumido en la bancarrota a miles de estadounidenses de clase
trabajadora. Por su parte, la economía se estancó a partir de finales de 2007,
desacelerando la creación de empleos y la inversión privada, un indicador
tradicionalmente favorable para el crecimiento de la economía estadounidense (CESEU,
2008).
Así, en el marco de un largo proceso electoral para designar el próximo presidente
estadounidense, las posiciones que asuman los candidatos presidenciales para revertir la
situación económica serán de gran importancia para prefigurar las preferencias
electorales, así como para advertir las políticas económicas de la próxima administración.
Debido a las características de la crisis, en esta contienda electoral se debaten
nuevamente los asuntos que más afectan a la población, tales como el empleo, los
préstamos a las clases populares, la vivienda y los impuestos.
En ese caso, surgen dos visiones claras de país con respecto a la economía. Por una
parte, emerge la opción que defiende el status quo y representa el Senador John McCain,
quien promete profundizar el modelo económico de la ortodoxia neo-clásica sustentada en
reducción de impuestos corporativos, defensa del libre comercio y disminución del gasto.
A su vez, si bien el partido demócrata se enfrentó en un debate extenso sobre las
propuestas de los anteriores precandidatos, tanto Barack Obama como Hillary Clinton
asumieron posiciones similares con relación a la economía. Incluso ambos plantearon
críticas a los Tratados de Libre Comercio (TLCs) en tanto estos afectan negativamente la
generación de empleo para las clases sociales más vulnerables de EEUU. Las propuestas
de Obama, virtual candidato demócrata, así como las de su anterior contrincante, se
caracterizan por retomar el legado demócrata de la seguridad social, el apoyo al empleo y
la defensa a los derechos de minorías.
II. Antecedentes de la crisis económica estadounidense
La actual situación económica estadounidense tiene como precedente inmediato una
crisis que comenzó en el año 2000, la cual significó el término del largo ciclo de expansión
económica que EEUU había tenido durante la década de 1990. Esta crisis se generó a
partir de lo que se denominó el estallido de la "burbuja financiera" del mercado de valores,
1
lo que ya había sido advertido desde 1996 por Alan Greenspan, ex presidente de la
Reserva Federal.
Su primera manifestación fue el desplome bursátil, el cual disminuyó el ritmo de
crecimiento de la economía en su conjunto, produjo la caída de las ganancias
corporativas y aumentó la cartera morosa. Esto implicaba un aumento en las restricciones
del crédito. El mercado de trabajo también marcó un repentino cambio al aumentar la tasa
de desempleo abierto a 5,8% a finales del año 2001, lo que significaba que desde el inicio
de la recesión la economía había perdido 1,2 millones de empleos (Álvarez, 2002). Por
otro lado, el sector que mostró visiblemente signos de recesión fue la manufactura,
teniendo once meses consecutivos de declive y operando al 70% de su capacidad. Esto
tuvo como manifestación el desplome en la industria automotriz (Idem).
Como resultado el gobierno aplicó diversas medidas para contrarrestar la desaceleración
de la economía estadounidense. Éstas consistieron en continuas disminuciones de las
tasas de interés activas, llevándolas más allá de límites históricos (1%), así como en
profundos recortes de impuestos en el orden de cuarenta mil millones de dólares (Idem).
Si bien el FMI en su reporte mundial del año 2002 consideró que el estímulo era
relativamente modesto, fue claramente contracíclico y significativo para salir de la
recesión (Caputo, 2008).
En la actualidad el endeudamiento correspondiente a créditos hipotecarios alcanza 80%
de la deuda de los consumidores estadounidenses (Cobarrubias, 2008). Esto es
consecuencia del boom de construcciones habitacionales iniciado desde la década de
1990, alimentado por ampliaciones de crédito inclusive a acreedores con alto riesgo de
pago (conocidos como subprime). Esta situación también había sido advertida por
Greenspan, quien en su autobiografía The Age of Turbulence: Adventures (2007) afirmó
que en el año 2002 decidió tomar una política monetaria laxa, sabiendo que se crearía
una burbuja pero que “luego se preocuparía por ella” (Ugarteche, 2008). La creencia de
que la combinación de bajas tasas de interés y recortes fiscales impide las tendencias
recesivas es una constante que aún se mantiene. No obstante, la nueva crisis cíclica
estadounidense, marcada por la ruptura de la "burbuja inmobiliaria", es mucho más
profunda.
III. Las medidas paliativas de la administración Bush
Por un lado, la Casa Blanca reconoce problemas en la economía estadounidense mas no
el hecho de estar entrando en una recesión. Por otro, la administración ha venido
aplicando una serie de medidas paliativas para solventar la situación, que sólo ha
calificado como “desafiante” y “a punto de resolverse”.
A comienzos del presente año, el Congreso aprobó un paquete de medidas dirigido a
estimular el consumo interno para evitar que la situación económica se agravara. El eje
del proyecto consiste en una reducción fiscal para las empresas y los contribuyentes por
el equivalente del 1% del PIB, bajo el argumento de que la medida pondría en circulación
los fondos adicionales disponibles. En este sentido, el Departamento del Tesoro inició el
pasado 28 de abril la devolución de impuestos a cerca de 130 millones de contribuyentes,
por un monto entre 600 y 1.200 dólares, cuyo efecto en el consumo se estima que
empezará a notarse durante el tercer trimestre del año. Sumado al recorte de la carga
2
impositiva que beneficia a los ricos y a la clase media alta, la Reserva Federal dispuso la
disminución de la tasa de interés en más de 75 puntos básicos, quedando ahora en 2%.
Algunos analistas consideran que estas medidas traerán más deudas y un aumento al ya
considerable déficit fiscal, que sumado al déficit en la balanza de pagos, podría generar
mayores desequilibrios en la economía. Además argumentan que si estas medidas
tuvieran algún éxito, alentarían la inflación. El asunto del déficit es preocupante ya que el
gobierno del presidente Bush recibió de la administración demócrata de Bill Clinton una
economía en superávit.
En febrero de este año el presidente George W. Bush presentó ante el Congreso un
proyecto de presupuesto para el año fiscal 2008-2009 que supera los tres billones de
dólares. El plan de gastos congela o corta unos 150 programas sociales considerados
“ineficaces” y prevé la reducción, en más de doscientos mil millones de dólares, del monto
destinado a programas de salud y educación; al tiempo que privilegia al sector militar,
hacia el cual anuncia el desembolso de 515 mil millones de dólares. Esta dinámica ha
sido característica de esta administración, que ha apoyado la industria bélica como
principal sustento de la economía. Con ello, la deuda pública se incrementaría aún más,
superando con un amplio margen los nueve billones de dólares en los que se encuentra
actualmente (Departamento del Tesoro, 2008). Esto excedería el 50% del Producto
Interno Bruto (Ver cuadro No. 1).
Tabla Nº1
Deuda Pública de Estados Unidos
Año
Porcentaje
del PIB
2001
38,3
2002
41
2003
43,8
2004
45,4
2005
46,1
2006
46,3
2007
47,3
Fuente: Fondo Monetario Internacional
Con respecto a las medidas para atacar la crisis inmobiliaria, la administración Bush
emprendió desde septiembre de 2007 una reforma de la Administración Federal de la
Vivienda (FHA, por sus siglas en inglés), para que ésta proporcione a los bancos
garantías de pago de las hipotecas, a cambio de que los mismos exoneren una parte de
la deuda a los propietarios que tienen un buen historial de crédito. Una ampliación de este
programa fue dispuesto el pasado mes de abril para ayudar a un total de quinientas mil
familias a refinanciar las hipotecas con tasas preferenciales para finales de este año
(Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, 2008).
Las últimas informaciones del gobierno estadounidense, divulgadas en abril acerca de la
situación económica, indican que el crecimiento económico durante el primer trimestre del
año alcanzó el 0,6%. Por otra parte, un informe del Departamento de Trabajo reveló que
la tasa de desempleo había bajado a 5% desde el 5,1% que se presentó en marzo,
cuando fue registrada una pérdida neta de veinte mil empleos. De acuerdo con la Casa
Blanca, estos son suficientes indicios para confirmar que la economía norteamericana no
se encuentra en recesión, tal como lo informó Tony Fratto, su portavoz.
En síntesis, la economía de EEUU se encuentra en un “callejón sin salida”, ya que si las
autoridades tratan de revertir la recesión por medio de la reanimación del mercado,
estimularán la inflación y la caída del dólar; pero si buscan detener la inflación congelando
3
la economía, intensificarían la recesión (Beinstein, 2008). De modo que las políticas de la
administración Bush no son suficientes, aunque las mismas fueron convenientes ante la
crisis del año 2001. En estos momentos el crecimiento de la recesión económica es
eminente.
IV. Las propuestas económicas de los candidatos
Tanto los pre-candidatos demócratas como el virtual candidato republicano a la Casa
Blanca, John McCain, intentan esbozar propuestas económicas sensibles a la
depauperada clase media estadounidense. En ese caso, de acuerdo con las campañas
oficiales de los candidatos, sus promesas se centran en la reducción de impuestos para la
clase trabajadora y la promoción del empleo. Ambos partidos han asumido con interés el
tema del libre comercio en vista de la no aprobación del TLC con Colombia por parte del
Congreso.
El candidato demócrata Barack Obama, así como su competidora en el partido, Hillary
Clinton, quienes han sostenido un plan económico que tiende a enfrentar los problemas
sociales de la población más necesitada. Obama plantea la necesitad de “reestablecer un
código impositivo justo” que provea exoneración a 150 millones de personas de clase
trabajadora. A diferencia de la senadora Clinton, el senador por Illinois promueve la
sanción de políticas comerciales que protejan a los trabajadores estadounidenses.
Además, Obama critica la evolución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) y propone su modificación, al tiempo que rechaza el TLC con Centroamérica y
República Dominicana por su escasa atención a estándares laborales y ambientales
(Obama 2008). Tanto el candidato demócrata como la senadora Clinton han defendido los
derechos de la clase trabajadora a sindicalizarse.
A diferencia del candidato demócrata, el senador McCain sustenta sus propuestas fiscales
en la reducción de impuestos corporativos entre un 25 y 35% en el marco de un plan
económico “pro-empleo” y “pro-crecimiento”. El candidato republicano propone una serie
de reducciones a la base impositiva que incluye a veteranos, innovadores tecnológicos,
empleadores y trabajadores pero que implica una disminución sustancial de las
inversiones del Estado. Asimismo, McCain propone realizar reformas estructurales que
dificulten en el futuro el aumento de impuestos, obligando la aprobación de 3/5 partes del
Congreso para llevarlo a cabo (McCain 2008). El Senador por Arizona ha hecho fuertes
llamados a reducir el gasto público y hacer “más eficiente” la burocracia estadounidense
frente a lo que considera gastos desmedidos del poder federal.
La recesión económica ha tenido entre sus causas el aumento del precio de los
combustibles, impactando de manera significativa a la población. Es por ello que el
candidato republicano propuso desde el comienzo de su campaña la eliminación de los
impuestos federales a la gasolina durante el verano para incentivar el turismo nacional. La
senadora Hillary Clinton, por su parte, durante la precampaña de Indiana y Carolina del
Norte a comienzos del mes de mayo de 2008, anunció un plan similar (New York Times
2008). Frente a este anuncio, el senador Obama se mostró suspicaz y lo catalogó como
oportunista.
Con respecto al tema de las hipotecas inmobiliarias, posiblemente el tema económico
más sensible para la ciudadanía estadounidense en los últimos meses, los tres senadores
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han hecho propuestas que intentan paliar el problema. El virtual candidato republicano
ofrece un plan para aquellas personas que, siendo clientes confiables, solicitaron
préstamos después de 2005 pero en la actualidad no pueden honrar su deuda producto
del aumento en las tasas. El plan consiste en otorgar préstamos más económicos,
garantizados por el gobierno, y ayudarían a entre 200.000 y 400.000 prestamistas (The
Economist, 2008).
El senador Obama, por su parte, propone reducir la especulación inmobiliaria y perseguir
las operaciones fraudulentas en el mercado. Además promete otorgar créditos y
subvenciones de impuestos a la clase media para la obtención de vivienda y crear “un
sistema universal de crédito” a las y los no contribuyentes. Para el senador de Illinois, la
ley no puede albergar prácticas inescrupulosas como las de préstamos riesgosos o
subprime que para 2006 representaban el 20% del total de créditos otorgados, por lo que
Obama propone una transformación integral de la legislación. Estas propuestas parecen
tomar sentido en un momento crítico para la población trabajadora que ha entrado en
bancarrota.
Un asunto recurrente en las plataformas económicas, tanto de los precandidatos
demócratas como del virtual candidato republicano, es el tráfico de influencia, el tamaño
de la burocracia y la corrupción. Aunque desde perspectivas distintas, todos claman por
un Estado más eficiente y menos corrupto. En este caso, el senador McCain es menos
enfático en la corrupción pero sí favorable a la reducción de costos “ineficientes” y
“adelgazamiento del Estado”. En su discurso, Obama sostiene la necesidad de sacar de la
Casa Blanca a los grupos de interés corporativos que han encausado las políticas durante
los últimos siete años (Clinton 2008, Obama 2008).
V. Ortodoxia neoclásica vs. Reedición de un nuevo trato
La crisis que se ha desatado con el estallido de la burbuja inmobiliaria tendrá que ser
asumida por la próxima administración estadounidense con especial interés en la
población más pobre. El asunto del desempleo, el precario sistema de salud y los costos
de estudios superiores serán temas fundamentales que permitirán sostener cierto grado
de cohesión social en EEUU. Nuevamente, el sistema universal de salud es un tema
reincidente en la campaña, toda vez que alrededor de 47 millones de personas carecen
de seguro médico. Cabe resaltar que dos terceras partes de esa población es de origen
hispano y afroestadounidense (CESEU, 2008), grupos sociales de gran importancia para
el partido demócrata.
En este caso, las propuestas económicas de los candidatos a ocupar la presidencia de los
Estados Unidos durante el período 2008-2012 parecen estar divididas por primera vez,
desde hace varias décadas, entre la ortodoxia neoclásica del partido republicano y un
rescate de las tradiciones demócratas sustentadas en la herencia de bienestar social de
Franklin D. Roosevelt.
Los asuntos de la crisis inmobiliaria juegan un papel fundamental en este sentido. Las
ofertas del candidato demócrata para fortalecer el sistema crediticio para la población
menos favorecida son un asunto medular. En ese caso, el candidato Barack Obama
presenta una plataforma legal para eliminar los vacíos legislativos que permiten negocios
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riesgosos e irresponsables que terminan costándole la vivienda y solvencia financiera a
los más pobres.
El rechazo a los TLCs por parte del candidato demócrata ha sido el principal punto de
quiebre en la visión económica de los últimos veinte años. Por ello, el candidato
republicano ha enfatizado su rechazo a la posición anti-libre mercado de los demócratas,
etiquetándolos como manipulables por los sindicatos. Estos últimos, a su vez, han
cobrado un nuevo protagonismo, revelando exigencias para la libre sindicalización.
Además, la racialización de la campaña y la alianza casi automática de los trabajadores
anglosajones con la opción que representaba la senadora Clinton frente a Obama es un
asunto fundamental para el partido demócrata en su contienda contra el republicano.
Las propuestas demócratas, a pesar de ser innovadoras en la política de las últimas
décadas en EEUU, no dejan de ser vagas y merecen atención y mayores análisis. Resulta
fundamental analizar cómo una posible reedición del Estado de bienestar social en
Estados Unidos podrá hilvanarse con la política exterior hegemónica que defiende ese
país. Existen temas de economía internacional como la deuda externa, la visión de la
ayuda para el desarrollo y el papel de las agencias multilaterales en los países del sur que
deberán ser exploradas con mayor profundidad.
Principales fuentes consultadas
Álvarez Béjar, Alejandro (2002). La recesión de 2001 y las políticas anticíclicas en Estados Unidos: enseñanzas para
México. Instituto de Investigaciones económicas, UNAM. En: www.redem.buap.mx/acrobat/alejandro1.pdf
BBC (2008): US plans finance system overhaul. En: http://news.bbc.co.uk/2/hi/business/7322107.stm
Beinstein, Jorge (2008): Más allá de la recesión. En: Question. Año 6. Número 59.
Board of Governors of the Federal Reserve System (2008): Monetary Policy Releases. En: http://www.federalreserve.
Caputo Leiva, Orlando (2008). La economía mundial a inicios del siglo XXI. Parte XII. La Crisis Inmobiliaria en Estados
Unidos. La eventual séptima crisis cíclica de la Economía Mundial. En: www.rebelion.org/noticia.php?id=67127
Clinton, Hillary (2008). Página oficial: https://contribute.hillaryclinton.com/may20.html
Cobarrubias, Katia (2008): La coyuntura económica de Estados Unidos. Informe anual. Centro de Estudios sobre Estados
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Democrats Battle Over Gas Tax and Iran (06/05/08). New York Times. Recuperado
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el
06/05/08
en:
Grynbaum, Michael (2008): Fed officials defend recue of bear stearns. En:http://www.nytimes.com/2008/04/03/busin
McCain, John (2008). Página oficial: http://www.johnmccain.com/
Obama, Barack (2008). Página oficial: http://www.barackobama.com/index.php
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http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/nota/24041/bush-pide-al-congreso-aumentar-presupuesto-de-gastos-militares/
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para
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dificultades.
En:
http://espanol.hud.gov/news/release.cfm?content=pr08050.cfm&CFID=12288377&CFTOKEN=12312456
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Ugarteche, Oscar (2008). El desacoplamiento parece real. En: http://alainet.org/active/22155&lang=es
Ugarteche, Oscar (2008). Otra mirada a la crisis de EEUU del 2008 en adelante. En: Question. Año 6. Número 58.
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