La música de LODLMA. Tomajazz recomienda… un tema: “Bye, Bye Blues” por Count Basie Norman Granz. Héroe para muchos, villano para unos cuantos. En cualquier caso, la caterva de aficionados al jazz le debemos unos cuántos momentos, discográficos para todos, en vivo para los más veteranos. De los tres elepés de jams publicados originalmente (el segundo y tercero con la formación que detallaremos a continuación), es quizás el tercero el más atractivo, aunque sea sólo porque todos los temas de los dos primeros son blues, y el esquema I-IV-V-I cansa al más pintado. En Jam #3 el repertorio lo componen cuatro viejos standards, en los que los solistas tienen amplio espacio para explayarse, como corresponde a una buena jam.En su última etapa como productor se encargó de rescatar a viejas glorias. Con Count Basie, por ejemplo, produjo unos cuantos discos con su big band, pero son especialmente recordados los grabados con pequeñas formaciones, como sus dúos con el antitético Oscar Peterson, o las jam sessions. “Bye, Bye Blues” es el tema que abre el disco y el recomendado en esta ocasión. Con solos, en orden de aparición, de Basie (piano), Eddie “Lockjaw” Davis (exuberante al tenor), Al Grey (trombón, con cita de “Moose the Mooch” incluida), Benny Carter (templando con elegancia al alto), Clark Terry (acariciando con su característico a la trompeta), Joe Pass (inmenso a la guitarra), Louie Bellson (batería) y John Heard (contrabajo). El porqué de la recomendación es simple: el tema les salió redondo, de una esfericidad perfecta. © Adolphus van Tenzing, 2010 Publicado originalmente en http://www.tomajazz.com/web/?p=1885 Tomajazz recomienda… un CD: Erroll Garner. The Complete Concert By The Sea (Columbia/Legacy, reed.2015; 3CD) 60 años después de su grabación, se pone en circulación el concierto al completo a partir del que se publicó Concert By The Sea. Esta grabación de Erroll Garner es uno de los discos de jazz con mayores ventas a lo largo de la historia, en torno a un millón de copias entre 1956 -fecha de publicación-, y 1958. Inicialmente no estaba planificado grabar el concierto, que finalmente fue registrado por iniciativa de la manager de Garner, Martha Glaser. Garner al piano, Eddie Calhoun al contrabajo y Denzil Best a la batería dejan buena muestra del buen hacer del trío. Los once temas inéditos incluidos en la edición del concierto al completo muestran el virtuosismo de Garner, con una magnífica independencia de manos. El público aparece encantado con el trío a lo largo de todo el concierto -que aunque incluyó algunos temas de Garner, estuvo compuesto mayoritariamente por standards bien conocidos-. A lo largo del concierto se escucha a los asistentes aplaudir con entusiasmo en cuanto asomaban las notas que permitían adivinar el standard que el trío pasaría a interpretar. Como añadido al concierto al completo -en los dos primeros CD-, se incluye una entrevista de catorce minutos al grupo realizada tras el concierto, así como la grabación publicada originalmente, que integran el tercer CD de esta magnífica edición. © Adolphus van Tenzing, 2016 Erroll Garner: The Complete Concert By The Sea (Columbia / Legacy, 2015; 3CD) Tomajazz recomienda… un tema: “Idle Moments” (Grant Green, 1963) Pocas veces el título de un tema encaja con las sensaciones que sugiere su interpretación como en este caso. Esos “Idle Moments”, esos momentos ociosos, vagos, holgazanes aparecen plasmados en un lienzo de quince minutos sobre el que pintan con desdén, parsimonia y mucho blues el guitarrista Grant Green y su cuadrilla, a saber: Joe Henderson al tenor, Duke Pearson al piano, Bobby Hutcherson al vibráfono y la sección rítmica compuesta por el contrabajista Bob Cranshaw y el batería Al Harewood. El pulso es constante, pero la atmósfera rezuma languidez. Los solos rebuscan caprichosos en un oasis de tiempo libre, estirado, cual reloj de Dalí. Es imposible escuchar este tema y no relajarse, abandonar la tarea en curso, mirar por la ventana y dejarse llevar. Una interpretación ideal para desaparecer. La música a veces tiene ese efecto. © Adolphus van Tenzing, 2015 Grant Green: Idle Moments (Blue Note 84154) Tomajazz recomienda… un CD: Alone with the Blues (Red Garland, 1960) En los diccionarios, al lado de la definición del término “delicia” debería aparecer la portada de este álbum. O quizás directamente una foto de Red Garland. Pocos pianistas han sido capaces como él de ofrecer una música tan lírica, apacible, tintineante, y a la vez rebosante de blues, swing, lenguaje e intención. En este disco sin acompañamiento Garland se encuentra, como reza su título, solo con el blues. Y uno, cuando lo escucha, no puede evitar sentirse al lado del pianista. Yo mismo no he dejado de especular con la idea de que Red está acariciando las teclas del piano para mí, solamente para mí y para nadie más. Así de privada es la experiencia. Que no se entere nadie. © Adolphus van Tenzing, 2015 Red Garland: Alone with the Blues (Moodsville 10) La música de LODLMA: “West End Blues” (Louis Armstrong, 1928) En el capítulo décimo noveno de La Odisea de la Música Afroamericana (LODLMA) suena… “West End Blues”: Ya han pasado más de 80 años desde la grabación de “West End Blues” por los Hot Five de Louis Armstrong, uno de los monumentos más importantes de la historia del jazz y, por qué no atreverse a decirlo, de la historia de la música del siglo XX. Armstrong, en solitario, arranca con la famosa cadencia, un diamante de muchos quilates en sólo 12 segundos. Las cuatro notas negras descendentes iniciales actúan como un aviso sonoro, al que siguen unos vertiginosos arpegios ascendentes que nos llevan al do agudo que remata esa primera frase. A continuación, una vibrante línea descendente cargada de blues, que da paso a varios giros cromáticos enlazados pero a la vez suficientemente espaciados. En dos únicas frases, la trompeta de Louis Armstrong sintetiza la historia del jazz anterior y anticipa el futuro de esa música. El resto del tema, a pesar de lo que se ha escrito en ocasiones, mantiene el mismo nivel. Como momentos estelares podemos destacar el arranque del primer chorus, un sentido homenaje a la grabación original del tema por King Oliver, en el que Armstrong lidera el grupo en armonía con el clarinete de Jimmy Strong sobre el fondo sonoro del trombón de Fred Robinson y que concluye con un arpegio ascendente hasta el si bemol agudo, tras el que Armstrong se toma un respiro y le pasa el testigo a Robinson; el dúo del clarinete chalumeau de Strong con el sobrio, relajado y casi distante scat de Armstrong; y el solo de piano de Earl Hines, en el que su mano izquierda se desplaza arriba y abajo tocando octavas y décimas, con ocasionales acentos en los tiempos débiles, y su mano derecha emplea ya sus conocidas octavas en estilo “trompetístico”. Como guinda, ese dramático si agudo que Armstrong mantiene durante cuatro compases (doce segundos), con el punto justo de vibrato, y que resuelve con cinco furiosas series de cuatro notas coronadas por un do agudo. Dos matizaciones finales: para el que piense que la cadencia inicial de Armstrong es una creación absolutamente espontánea y no planificada, se recomienda escuchar el tema “Changeable Daddy Of Mine”, grabado tres años y medio antes (noviembre de 1924) por Margaret Johnson y los Clarence Williams’ Blue Five y, en concreto, el break de Louis Armstrong a la corneta tras el puente (2:12). Por otra parte, para comprobar por qué la calidad como solista de Louis Armstrong estaba a años luz de los demás trompetistas del momento, basta con escuchar el intento de Louis Metcalf (por lo demás, un magnífico instrumentista) de recrear nota por nota esa cadencia en una sesión de la orquesta de Luis Russell liderada por King Oliver y grabada en enero de 1929. Las comparaciones son odiosas, pero ésta lo es aún más. © Adolphus van Tenzing, 2009 Disponible en The Complete Hot Five And Hot Seven Recordings (Columbia 63527) y The Hot Fives And Sevens (JSP 100). Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un tema: “West End Blues” (Louis Armstrong, 1928) Tomajazz recomienda… una frase: Johnny Griffin en “Rhythm-a-ning” (1958) La cita es un recurso privilegiado dentro del imaginario de la improvisación jazzística. Saber incluir en un tema una referencia a otro es todo un arte. Muchos abusan de él, combinando célebres motivos de otras composiciones aprendidos de memoria con fraseos originales poco pulidos. Otros citan con demasiada obviedad, incluyendo en el solo de un blues la melodía de otro blues escrito, además, en el mismo tono. La brillantez llega cuando un jazzman es capaz de descontextualizar una secuencia de notas por completo, extrayéndola de su entorno inicial, y haciéndola funcionar como parte de la improvisación que está tejiendo en ese momento, sin repeticiones y apelando a la sorpresa del respetable. Eso es exactamente lo que consiguió el saxofonista Johnny Griffin al final de su solo sobre el rhythm changes(tema basado en la secuencia armónica de “I Got Rhythm”) “Rhythm-a-ning”. A las órdenes de Thelonious Monk, compositor de la pieza y líder de la sesión, Griffin acaba su solo bopero y encendido citando ni más ni menos que la marcha nupcial de Mendelssohn, para júbilo de los espectadores que presenciaban al cuarteto en el neoyorquino Spot Cafe. Qué bien que se grabó y ahora somos nosotros los que podemos sorprendernos. © Adolphus van Tenzing, 2015 Thelonious Monk Quartet with Johnny Griffin: Thelonious in Action (Riverside 103-2) Tomajazz recomienda… un tema: “Spain” (Chick Corea, 2013) Los van Tenzing siempre hemos tenido fama de huraños. La verdad es que generalmente prefiero pasar mis tardes en casa escuchando jazz en compañía de una copa de buen whisky escocés que enfrentarme al ajetreo de los locales públicos. No obstante hace un par de años la señora van Tenzing y yo nos desplazamos hasta el Auditorio Nacional de Madrid para disfrutar del último trío del pianista Chick Corea, ese en el que le acompañan Christian McBride al contrabajo y Brian Blade a la batería. La formación era soberbia y el enclave inmejorable. Aunque el sonido que llegaba a las butacas decepcionó (la acústica de los auditorios de música clásica a veces no funciona para otras músicas), el concierto fue inolvidable. Al final Corea hizo subir al escenario al flautista Jorge Pardo y al guitarrista flamenco Niño Josele. Como era de esperar, abordaron el mítico “Spain”, con formidable introducción de guitarra incluída. Y, como es habitual en los conciertos del pianista, antes de volver a la melodía final hizo cantar al público. Ahí estaba Chick dibujando pequeños motivos al piano y ahí estaba el respetable, matrimonio van Tenzing incluído, repitiendo las notas a coro. Manido, pero divertido al fin y al cabo. Cuál sería mi sorpresa al descubrir que Corea estaba grabando esa actuación y que “Spain”, entre otros, formaría parte de su triple CD Trilogy. Cerrando el primer compacto aparece la introducción del Niño Josele, el arte de Jorge Pardo en cada nota que respira, la interpretación extraordinaria del trío… y el público, entre ellos un servidor, poniendo a trabajar sus cuerdas vocales al servicio del piano. Esto sí que no me lo esperaba: aparezco en un disco de Chick Corea. ¡He grabado con Chick Corea! Tengo que salir de casa más a menudo. © Adolphus van Tenzing, 2015 Chick Corea: Trilogy (Universal 3031/3) La música de LODLMA: “Crazy Blues” (Mamie Smith) En el quinto capítulo de La Odisea de la Música Afroamericana (LODLMA) suena… “Crazy Blues” (Mamie Smith) “Crazy Blues” de Mamie Smith es habitualmente el punto de partida de la historia del jazz vocal. Antes de esta versión del tema de Perry Bradford se habían grabado algunos blues, pero este fue el primer gran éxito a nivel popular. En el primer mes de su publicación (en 1920), vendió 75000 copias, superando el millón a lo largo del tiempo. Sus méritos superan lo meramente musical, aunque no era un fiel reflejo del blues rural sino una versión bastante más refinada. Este fue el punto de partida para que las discográficas intentaran explotar este filón incorporando en sus catálogos a cantantes, habitualmente femeninas. Gran parte de lo que vino después se lo debemos a este tema. © Adolphus van Tenzing, 2014 Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un tema: “Crazy Blues” (Mamie Smith, 1920) La música de LODLMA: Money Jungle (Duke Ellington, Charles Mingus, Max Roach) En el tercer capítulo de La Odisea Afroamericana (LODLMA) suena… “Caravan” de la Música Deseo de Duke Ellington de grabar junto a Max Roach y Charles Mingus, o idea de la discográfica United Artists, Money Jungle reunió por primera y única vez en el estudio a estos tres músicos. Ellington fue el autor de todos los temas de la sesión. Más allá de ser un trabajo de compromiso que bien podría haber echado mano del enorme legado del pianista, compositor y director de orquesta, todos los temas salvo tres (“Warm Valley” y los celebérrimos “Caravan” y “Solitude”) fueron obras escritas para esta sesión de grabación. La implicación de los tres músicos salta a la vista desde el primer momento en que comienza a sonar la grabación con “Money Jungle”, un tema con una intensidad inusitada en la carrera del pianista. Es el inicio de una lección magistral de los tres músicos acerca de cómo integrar sus lenguajes personales con el de sus compañeros, de cómo recoger elementos ajenos para integrarlos en el discurso propio. Continúa un recital soberbio con la delicadeza de “Fleurette Africaine”, la balada “Warm Valley” con su comienzo a piano solo, el aroma ellingtoniano de “Very Special” con Mingus y Roach ejerciendo de magnífica rítmica y la reminiscencia mingusiana de “Wig Wise”, llegando al final del disco publicado originalmente con las magníficas reinvenciones de “Caravan” y “Solitude”. Las posteriores reediciones han añadido unos temas (“Switch Blade”, el homenaje a Roach “A Little Max (Parfait)”, “Rem Blues” y “Backward Boy Blues”) que grabados en la misma sesión, están a la altura de los siete temas iniciales. En la reedición de Poll Winners se incluyen tres temas adicionales (dos versiones de “Solitude” de 1957 y 1950, y una de “Caravan” de 1962) interpretados por la orquesta de Duke Ellington. © Adolphus van Tenzing, 2013. Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un CD: Money Jungle (Duke Ellington, Charles Mingus, Max Roach; 1962) Live In Paris: Ella Fitzgerald (1957-1962) / Ray Charles (1961-1962) (Frémeaux & Associés) La serie Live In Paris, dirigida por Michel Brille, continúa poniendo en circulación unos volúmenes imprescindibles. Si hace unos meses Adolphus van Tenzing seleccionaba para la sección Tomajazz Recomienda el concierto de 1960 contenido en el cuádruple CD publicado a nombre de Miles Davis (en cuyo quinteto participaba John Coltrane), los volúmenes dedicados a Ella Fitzgerald y Ray Charles son otras dos grabaciones más que recomendables. El triple CD dedicado a Ella Fitzgerald recoge temas grabados en directo en el Teatro Olympia entre 1957 y 1962. En esa época la enorme cantante estaba en un momento sumamente dulce de su carrera: plena de facultades vocales, se había ganado un reconocimiento más que merecido tanto a nivel de crítica como de público. Secundada por unos acompañantes de lujo (entre otros están los guitarristas Jim Hall y Herb Ellis, el violinista Stuff Smith, el contrabajista Ray Brown, y el baterista Jo Jones), los conciertos sirven para mostrar a The First Lady of Song en pleno apogeo, desgranando un repertorio de clásicos entre sus clásicos, entre los que se cuelan versiones de “‘Round Midnight” y de “The Man I Love”. Tal y como ocurre en este tipo de propuestas, la estrella, el centro en torno al cual orbita todo, es la cantante. No obstante, cuando esta dejaba algo de espacio a sus acompañantes, estos demostraban el enorme swing que atesoraban en sus instrumentos. La demostración de Smith, Brown y Jones en el concierto de 1957 es para quitarse el sombrero. A principios de 1960 Ray Charles estaba en un punto crucial de su carrera. En 1959 pasó de Atlantic a ABC Records. En 1962 publicó en este sello los rompedores Modern Sounds In Country And Western Music en los que tuvo la osadía de versionear temas de Hank Williams y The Everly Brothers, integrando un repertorio que en esos años era toda una osadía para un cantante de color. Osadía que se transformó en todo un éxito a nivel artístico, y que aparece reflejado en parte estos conciertos parisinos grabados entre 1961 y 1962. El repertorio integra temas procedentes del blues, el pop, el country, el rhythm & blues y el jazz (con versiones del inmortal “Moanin'” de Bobby Timmons, “Come Rain Or Come Shine”, “Doodlin'” de Horace Silver , “Alexander’s Ragtime Band” de Irving Berlin), en una mezcolanza de estilos liderada por una potente voz y secunda por las imprescindibles aportaciones vocales de The Realettes, y un grupo de instrumentistas en el que participaban Hank Crawford y David “Fathead” Newman. En el repertorio, con todos los músicos en un excelso estado de forma, no faltan los clásicos que ya en esos años no podían faltar en un concierto de The Genius: “Hit The Road Jack”, “Georgia On My Mind”, “Unchain My Heart”, “What’d I Say”, “I Got A Woman” o “I Can’t Stop Loving You”. © Pachi Tapiz, 2015 Ella Fitzgerald: Live in Paris. 1957-1962. 3CD. Frémeaux & Associes Ray Charles: Live in Paris. 1961-1962. 3CD. Frémeaux & Associes Tomajazz recomienda… un CD: King Kong: Jean-Luc Ponty Plays the Music of Frank Zappa (1969) Colaborador fundamental en algunos de los discos más celebrados de Frank Zappa (su rutilante estreno tuvo lugar en el imprescindible Hot Rats de 1969), en ese mismo año el violinista Jean-Luc Ponty grabó en World Pacific Records, sello subsidiario de Blue Note, la obra con un título tan explícito como King Kong: Jean- Luc Ponty Plays the Music of Frank Zappa. En él recuperaba piezas como la que daba el título a la obra, “Idiot Bastard Son” o “America Drinks and Goes Home”, y adelantaba otras como “Twenty Small Cigars” y la extensa “Music For Electric Violin And Low Budget Orchestra” que posteriormente el propio Zappa retomaría en su disco de 1978 Studio Tan. La formación que le acompañaba incluyó al propio Zappa, a músicos de jazz como el saxofonista Ernie Watts, el teclista George Duke y el bajista Buell Neidlinger, así como a miembros de los Mothers Of Invention (Ian Underwood y Art Tripp). Todos ellos aportaban a la música de Zappa un atractivo toque jazzístico, en el que sobresalían las intervenciones de ese mago de las cuatro cuerdas que es el gran Jean-Luc Ponty. © Adolphus van Tenzing, 2014 Jean-Luc Ponty: King Kong: Jean-Luc Ponty Plays the Music of Frank Zappa (World Pacific Records / Blue Note, 1969) Tomajazz recomienda… un tema: “Someone to Watch Over Me” (Donald Byrd, 1955) Es difícil interpretar un standard de George Gershwin sin que suene a gloria, máxime si se trata de una balada tan intensa y emocionante como “Someone to Watch Over Me”. En cualquier caso Donald Byrd lleva al oyente al Paraíso con su interpretación del clásico en su Byrd’ Word. Su solo se funde con la melodía sin establecer límites definidos, y Frank Foster continúa la magia al mismo nivel sobre una sección rítmica paciente y reposada (qué buen trabajo de Hank Jones creando a modo de nube un colchón armónico constante pero discreto). La reverberación del estudio y la separación entre los instrumentos de viento y el micrófono aportan al sonido del quinteto un timbre a la vez cercano y etéreo. Para no caer en lo gratuitamente meloso el metal da paso a la cuerda y la madera. Paul Chambers y Hank Jones improvisan y preparan la despedida. Palabra de Gershwin. Palabra de Byrd. © Adolphus van Tenzing, 2014 Donald Byrd – Byrd’s Word (Savoy 12032) Tomajazz recomienda… un CD: Acoustic Romance (Gene Bertoncini, 1992) Gene Bertoncini ha sido capaz de adaptar perfectamente la sonoridad de la guitarra acústica al mundo del jazz. Sabe atacar rápidas improvisaciones con virtuosismo mientras conserva el lirismo natural del instrumento. En este Acoustic Romance sus cuerdas de nailon repasan doce standards de corte relajado. El neoyorquino sabe emocionar a guitarra sola, especialmente en los temas más lentos, pero combina dicha capacidad con animados diálogos con su sección rítmica: Akira Tana a la batería y un soberbio Rufus Reid al contrabajo. Merece la pena prestar atención a la interacción guitarra-contrabajo en “Two for the Road” y a la evolución de “What Are You Doing the Rest of Your Life?” desde la languidez asentada en el arco del contrabajo hasta un pegadizo ritmo latino. De igual modo la deliciosa aproximación a “Emily” da paso a un “Invitation” que invita, en este caso, a bailar. Un disco obligado para los amantes de la guitarra acústica. © Adolphus van Tenzing, 2014 Gene Bertoncini: Acoustic Romance (King Record 155) Tomajazz recomienda… un CD: Our Man in Paris (Dexter Gordon, 1963) La interpretación de Dexter Gordon en la película Round Midnight fue tan extraordinaria que le nominaron al Oscar. Aún así sería una pena que se le recordara más por su ocasional faceta de actor que por la de músico. De muestra un botón: este Our Man in Paris es toda una guía de jazz para novatos e iniciados, para expertos y para músicos. Gordon y el trío que le acompaña surcan siete standards (cinco en el LP original) con tal agilidad y desenvoltura que acuñan versiones canónicas de los mismos. Las improvisaciones del líder discurren con desparpajo y sinceridad llevado en volandas por un trío de ensueño: al piano el mismísimo Bud Powell (sí, en cuya vida está basado parte del personaje que representó Gordon en Round Midnight), al contrabajo Pierre Michelot (ofreciendo notas de peso en la introducción a “A Night in Tunisia”) y a la batería Kenny Clarke. Un francés y tres yanquis exiliados grabando en un estudio parisino un material inolvidable cuya vigencia tardará en verse retada. © Adolphus van Tenzing, 2014 Dexter Gordon – Our Man in Paris (Blue Note) Tomajazz recomienda… un tema: “My Foolish Heart” (Gil Goldstein y Romero Lubambo, 1993) A veces uno pone música de fondo y, cuando esta comienza, tiene que dejar de lado cualquier tarea y sentarse a escucharla con atención. Así de cautivadora es esta versión del clásico de Victor Young “My Foolish Heart” en clave brasileña. Gil Goldstein y el invitado Toninho Horta hacen funcionar a las mil maravillas la combinación piano-guitarra, mientras tanto Goldstein como Romero Lubambo, co-líder de la sesión, abordan sendos solos reposados para aportar aún más brillo y dulzura. Los brasileños y el estadounidense hacen el tema suyo, lo mastican y lo disfrutan como si se hubiera escrito especialmente para este contexto. La suave percusión de Armando Marçal, ausencia de bajo y las voces de Horta y Maucha Adnet acaban de redondear una interpretación perfecta. © Adolphus van Tenzing, 2014 Gil Goldstein y Romero Lubambo – Infinite Love (Big World Music 2008) Tomajazz recomienda… un tema: “Crazy Blues” (Mamie Smith, 1920) “Crazy Blues” de Mamie Smith es habitualmente el punto de partida de la historia del jazz vocal. Antes de esta versión del tema de Perry Bradford se habían grabado algunos blues, pero este fue el primer gran éxito a nivel popular. En el primer mes de su publicación (el tema se grabó en agosto de 1920), vendió 75000 copias, superando el millón a lo largo del tiempo. Sus méritos superan lo meramente musical, aunque no era un fiel reflejo del blues rural sino una versión bastante más refinada. Este fue el punto de partida para que las discográficas intentaran explotar este filón incorporando en sus catálogos a cantantes, habitualmente femeninas. Gran parte de lo que vino después se lo debemos a este tema. © Adolphus van Tenzing, 2014 Mamie Smith and Her Jazz Sounds: “Crazy Blues” (Okeh, 1920) Tomajazz recomienda… un CD: Reconstrucción (Sebastián Chames, 2013) Tanto buscar fuera cuando a veces la calidad está en casa. Madrileño de adopción, el pianista argentino Sebastián Chames cruzó el charco hace unos meses para grabar un discazo de hard-bopcon algunos de los mejores músicos de la escena neoyorquina. Utilizando la formación clásica de quinteto con trompeta y saxo (en este caso alto), Chames cede las melodías de sus originales a Jeremy Pelt y Justin Robinson (habitual de las bandas de Roy Hargrove), escudándose en la poderosa sección rítmica compuesta por el batería Willie Jones III y el contrabajista Dwayne Burno, recientemente fallecido. Las composiciones son compactas y fieles al estilo, y tanto la escritura como la sonoridad de la banda recuerda a la de los quintetos de Terence Blanchard. La cantante Earth Godessa y el tenorista Eric Wyatt aparecen como invitados en un disco cuyo líder se recluye en un voluntario segundo plano para dar cancha al plantel estadounidense. Sabio planteamiento, buenos resultados. © Adolphus van Tenzing, 2014 Sebastián Chames – Reconstrucción (Youkali Music 047) Tomajazz recomienda… un CD: Extensions (McCoy Tyner, 1970) Rodeado de un intenso halo de misticismo, McCoy Tyner hizo suya la sonoridad del cuarteto de John Coltrane al que él mismo había pertenecido tres años después de la muerte de su líder. Con Alice, esposa del maestro del saxofón, al harpa, y rodeado de los saxos de Wayne Shorter y Gary Bartz y una sección rítmica de aúpa con Ron Carter al contrabajo y el también sideman de Coltrane Elvin Jones a la batería, Tyner explora formas modales en todo un entorno de world music (¿se había acuñado ya el término?). Shorter y Bartz exploran con tenacidad, Jones aprovecha la consistencia de su contrabajista para superponer ritmos y Alice aporta pinceladas sobrecogedoras. Su marido les bendecía desde las alturas y Rudy Van Gelder desde los controles de sonido. © Adolphus van Tenzing, 2014 McCoy Tyner: Extensions (Blue Note 7243 8 97646 2 4) Tomajazz recomienda… un regreso: No Is No (Linda Sharrock, 2014) Desde 2010 la cantante Linda Sharrock permanece limitada, físicamente, en una silla de ruedas. Consecuencia de sus graves problemas de salud, está la pérdida de su capacidad del habla. A pesar de estas dificultades que la han mantenido durante mucho tiempo alejada de la actividad musical, esta cantante grabó en el mes de mayo de 2014 el doble CD No Is No, que apenas cinco meses después ha publicado el inquieto sello Improvising Beings. Inicialmente estaba previsto haber sido publicada únicamente la sesión en estudio. No obstante, el magnífico entendimiento entre el sexteto de músicos formado por Sharrock, el trompetista Itaru Oki, el saxofonista Mario Rechtern, el pianista Eric Zinman, el contrabajista Yoram Rosilio y el baterista Makoto Sato, ha llevado a la publicación de un doble CD con un disco adicional grabado en directo al día siguiente del encuentro en el estudio parisino. A lo largo de toda su carrera Linda Sharrock ha utilizado la voz de un modo heterodoxo, de tal modo que el lenguaje ha para ella sido un elemento más de expresión, pero no el único. Esto la ha convertido en una importante figura del jazz vocal, quizás no tanto por su discografía -más bien breve-, sino por los caminos que ha transitado y que ha ayudado a definir. En 2014 hace de la carencia virtud, registrando dos temas de 50 minutos aproximadamente cada uno, en los que improvisa empleando las limitadas posibilidades de sus cuerdas vocales en una propuesta (intensa por momentos, relajada en otros) en la que hay trazas de blues, de free jazz y de improvisación libre no idiomática. Tras muchos años sin grabar y con una grave enfermedad de por medio, hay que celebrar el regreso de Linda Sharrock. © Adolphus van Tenzing, 2014 Linda Sharrock: No Is No (Improvising Beings, 2014) Tomajazz recomienda… un tema: “Pekkos-Pers brudmarsch” (Bengt-Arne Wallin, 1962) El fenómeno del jazz escandinavo no es flor de un día, entre otras cosas porque no ha surgido de repente. Si escuchar las grabaciones de los años sesenta del pianista Jan Johansson es revelador, no lo es menos hincar el diente a los arreglos del trompetista Bengt-Arne Wallin en la misma época. Siggi Loch, factótum del sello discográfico ACT, tuvo a bien publicar en 1998 una reedición de la Bengt-Arne Wallin Orchestra como The Birth of Swedish Folk Jazz (el nacimiento del jazz folk sueco) en doble CD junto a una reinterpretación moderna dirigida por el veterano artista en el festival JazzBaltica de 1997. En ella encontramos a Wallin rodeado de míticos músicos suecos como el clarinetista Arne Domnérus y el contrabajista Georg Riedel junto a figuras estadounidenses como el trompetista Idrees Sulieman y el saxofonista Sahib Shihab. Dentro del repertorio destaca “Pekkos-Pers brudmarsch” (la marcha nupcial de PekkosPers), una auténtica marcha presentada por la caja de la batería donde el sonido brillante de los vientos repite sin cesar un motivo rítmico que da paso a diversas improvisaciones sobre varios compases, dando la impresión de que el tiempo ha quedado suspendido. La tupla tensión-relajación cobra una vida especial en un arreglo que además de mezclar jazz con folclore sueco incluye secciones muy cercanas a la música clásica. Para levantarse y aplaudir. ¿Interés antropológico? Mucho más que eso. © Adolphus van Tenzing, 2014 Bengt-Arne Wallin: The Birth and Rebirth of Swedish Folk Jazz (ACT 9254-2)