La música de LODLMA. Tomajazz recomienda… un tema: “Bye, Bye

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La música de LODLMA. Tomajazz
recomienda… un tema: “Bye,
Bye Blues” por Count Basie
Norman Granz. Héroe para muchos, villano
para unos cuantos. En cualquier caso, la
caterva de aficionados al jazz le debemos
unos cuántos momentos, discográficos para
todos, en vivo para los más veteranos.
De los tres elepés de jams publicados originalmente (el
segundo y tercero con la formación que detallaremos a
continuación), es quizás el tercero el más atractivo, aunque
sea sólo porque todos los temas de los dos primeros son blues,
y el esquema I-IV-V-I cansa al más pintado. En Jam #3 el
repertorio lo componen cuatro viejos standards, en los que los
solistas tienen amplio espacio para explayarse, como
corresponde a una buena jam.En su última etapa como productor
se encargó de rescatar a viejas glorias. Con Count Basie, por
ejemplo, produjo unos cuantos discos con su big band, pero son
especialmente recordados los grabados con pequeñas
formaciones, como sus dúos con el antitético Oscar Peterson, o
las jam sessions.
“Bye, Bye Blues” es el tema que abre el disco y el recomendado
en esta ocasión. Con solos, en orden de aparición, de Basie
(piano), Eddie “Lockjaw” Davis (exuberante al tenor), Al Grey
(trombón, con cita de “Moose the Mooch” incluida), Benny
Carter (templando con elegancia al alto), Clark Terry
(acariciando con su característico a la trompeta), Joe Pass
(inmenso a la guitarra), Louie Bellson (batería) y John Heard
(contrabajo).
El porqué de la recomendación es simple: el tema les salió
redondo, de una esfericidad perfecta.
© Adolphus van Tenzing, 2010
Publicado originalmente en http://www.tomajazz.com/web/?p=1885
Tomajazz recomienda… un CD:
Erroll Garner. The Complete
Concert
By
The
Sea
(Columbia/Legacy, reed.2015;
3CD)
60 años después de su grabación, se pone
en circulación el concierto al completo a
partir del que se publicó Concert By The
Sea.
Esta
grabación
de
Erroll
Garner es uno de los discos de jazz con
mayores ventas a lo largo de la historia,
en torno a un millón de copias entre 1956
-fecha de publicación-, y 1958.
Inicialmente no estaba planificado grabar el concierto, que
finalmente fue registrado por iniciativa de la manager de
Garner, Martha Glaser. Garner al piano, Eddie Calhoun al
contrabajo y Denzil Best a la batería dejan buena muestra del
buen hacer del trío. Los once temas inéditos incluidos en la
edición del concierto al completo muestran el virtuosismo de
Garner, con una magnífica independencia de manos. El público
aparece encantado con el trío a lo largo de todo el concierto
-que aunque incluyó algunos temas de Garner, estuvo compuesto
mayoritariamente por standards bien conocidos-. A lo largo del
concierto se escucha a los asistentes aplaudir con entusiasmo
en cuanto asomaban las notas que permitían adivinar el
standard que el trío pasaría a interpretar. Como añadido al
concierto al completo -en los dos primeros CD-, se incluye una
entrevista de catorce minutos al grupo realizada tras el
concierto, así como la grabación publicada originalmente, que
integran el tercer CD de esta magnífica edición.
© Adolphus van Tenzing, 2016
Erroll Garner: The Complete Concert By The Sea (Columbia /
Legacy, 2015; 3CD)
Tomajazz recomienda… un tema:
“Idle Moments” (Grant Green,
1963)
Pocas veces el título de un tema encaja
con las sensaciones que sugiere su
interpretación como en este caso. Esos
“Idle Moments”, esos momentos ociosos,
vagos, holgazanes aparecen plasmados en un
lienzo de quince minutos sobre el que
pintan con desdén, parsimonia y mucho
blues el guitarrista Grant Green y su
cuadrilla, a saber: Joe Henderson al tenor, Duke Pearson al
piano, Bobby Hutcherson al vibráfono y la sección rítmica
compuesta por el contrabajista Bob Cranshaw y el batería Al
Harewood. El pulso es constante, pero la atmósfera rezuma
languidez. Los solos rebuscan caprichosos en un oasis de
tiempo libre, estirado, cual reloj de Dalí. Es imposible
escuchar este tema y no relajarse, abandonar la tarea en
curso, mirar por la ventana y dejarse llevar. Una
interpretación ideal para desaparecer. La música a veces tiene
ese efecto.
© Adolphus van Tenzing, 2015
Grant Green: Idle Moments (Blue Note 84154)
Tomajazz recomienda… un CD:
Alone with the Blues (Red
Garland, 1960)
En los diccionarios, al lado de la
definición del término “delicia” debería
aparecer la portada de este álbum. O
quizás directamente una foto de Red
Garland. Pocos pianistas han sido capaces
como él de ofrecer una música tan lírica,
apacible, tintineante, y a la vez
rebosante de blues, swing, lenguaje e
intención. En este disco sin acompañamiento Garland se
encuentra, como reza su título, solo con el blues. Y uno,
cuando lo escucha, no puede evitar sentirse al lado del
pianista. Yo mismo no he dejado de especular con la idea de
que Red está acariciando las teclas del piano para mí,
solamente para mí y para nadie más. Así de privada es la
experiencia. Que no se entere nadie.
© Adolphus van Tenzing, 2015
Red Garland: Alone with the Blues (Moodsville 10)
La música de LODLMA: “West
End Blues” (Louis Armstrong,
1928)
En el capítulo décimo noveno de La Odisea de la Música
Afroamericana (LODLMA) suena… “West End Blues”:
Ya han pasado más de 80 años desde la
grabación de “West End Blues” por los
Hot Five de Louis Armstrong, uno de los
monumentos más importantes de la
historia del jazz y, por qué no
atreverse a decirlo, de la historia de
la música del siglo XX.
Armstrong, en solitario, arranca con la famosa cadencia, un
diamante de muchos quilates en sólo 12 segundos. Las cuatro
notas negras descendentes iniciales actúan como un aviso
sonoro, al que siguen unos vertiginosos arpegios ascendentes
que nos llevan al do agudo que remata esa primera frase. A
continuación, una vibrante línea descendente cargada de
blues, que da paso a varios giros cromáticos enlazados pero a
la vez suficientemente espaciados. En dos únicas frases, la
trompeta de Louis Armstrong sintetiza la historia del jazz
anterior y anticipa el futuro de esa música.
El resto del tema, a pesar de lo que se ha escrito en
ocasiones, mantiene el mismo nivel. Como momentos estelares
podemos destacar el arranque del primer chorus, un sentido
homenaje a la grabación original del tema por King Oliver, en
el que Armstrong lidera el grupo en armonía con el clarinete
de Jimmy Strong sobre el fondo sonoro del trombón de Fred
Robinson y que concluye con un arpegio ascendente hasta el si
bemol agudo, tras el que Armstrong se toma un respiro y le
pasa el testigo a Robinson; el dúo del clarinete chalumeau de
Strong con el sobrio, relajado y casi distante scat de
Armstrong; y el solo de piano de Earl Hines, en el que su
mano izquierda se desplaza arriba y abajo tocando octavas y
décimas, con ocasionales acentos en los tiempos débiles, y su
mano derecha emplea ya sus conocidas octavas en estilo
“trompetístico”. Como guinda, ese dramático si agudo que
Armstrong mantiene durante cuatro compases (doce segundos),
con el punto justo de vibrato, y que resuelve con cinco
furiosas series de cuatro notas coronadas por un do agudo.
Dos matizaciones finales: para el que piense que la cadencia
inicial de Armstrong es una creación absolutamente espontánea
y no planificada, se recomienda escuchar el tema “Changeable
Daddy Of Mine”, grabado tres años y medio antes (noviembre de
1924) por Margaret Johnson y los Clarence Williams’ Blue Five
y, en concreto, el break de Louis Armstrong a la corneta tras
el puente (2:12). Por otra parte, para comprobar por qué la
calidad como solista de Louis Armstrong estaba a años luz de
los demás trompetistas del momento, basta con escuchar el
intento de Louis Metcalf (por lo demás, un magnífico
instrumentista) de recrear nota por nota esa cadencia en una
sesión de la orquesta de Luis Russell liderada por King
Oliver y grabada en enero de 1929. Las comparaciones son
odiosas, pero ésta lo es aún más.
© Adolphus van Tenzing, 2009
Disponible en The Complete Hot Five And Hot Seven Recordings
(Columbia 63527) y The Hot Fives And Sevens (JSP 100).
Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un tema: “West
End Blues” (Louis Armstrong, 1928)
Tomajazz
recomienda…
una
frase: Johnny Griffin en
“Rhythm-a-ning” (1958)
La cita es un recurso privilegiado dentro
del imaginario de la improvisación
jazzística. Saber incluir en un tema una
referencia a otro es todo un arte. Muchos
abusan de él, combinando célebres motivos
de otras composiciones aprendidos de
memoria con fraseos originales poco
pulidos. Otros citan con demasiada
obviedad, incluyendo en el solo de un blues la melodía de otro
blues escrito, además, en el mismo tono. La brillantez llega
cuando un jazzman es capaz de descontextualizar una secuencia
de notas por completo, extrayéndola de su entorno inicial, y
haciéndola funcionar como parte de la improvisación que está
tejiendo en ese momento, sin repeticiones y apelando a la
sorpresa del respetable. Eso es exactamente lo que consiguió
el saxofonista Johnny Griffin al final de su solo sobre el
rhythm changes(tema basado en la secuencia armónica de “I Got
Rhythm”) “Rhythm-a-ning”. A las órdenes de Thelonious Monk,
compositor de la pieza y líder de la sesión, Griffin acaba su
solo bopero y encendido citando ni más ni menos que la marcha
nupcial de Mendelssohn, para júbilo de los espectadores que
presenciaban al cuarteto en el neoyorquino Spot Cafe. Qué bien
que se grabó y ahora somos nosotros los que podemos
sorprendernos.
© Adolphus van Tenzing, 2015
Thelonious Monk Quartet with Johnny Griffin: Thelonious in
Action (Riverside 103-2)
Tomajazz recomienda… un tema:
“Spain” (Chick Corea, 2013)
Los van Tenzing siempre hemos tenido fama
de huraños. La verdad es que generalmente
prefiero pasar mis tardes en casa
escuchando jazz en compañía de una copa de
buen whisky escocés que enfrentarme al
ajetreo de los locales públicos. No
obstante hace un par de años la señora van
Tenzing y yo nos desplazamos hasta el
Auditorio Nacional de Madrid para disfrutar del último trío
del pianista Chick Corea, ese en el que le acompañan Christian
McBride al contrabajo y Brian Blade a la batería. La formación
era soberbia y el enclave inmejorable. Aunque el sonido que
llegaba a las butacas decepcionó (la acústica de los
auditorios de música clásica a veces no funciona para otras
músicas), el concierto fue inolvidable. Al final Corea hizo
subir al escenario al flautista Jorge Pardo y al guitarrista
flamenco Niño Josele. Como era de esperar, abordaron el mítico
“Spain”, con formidable introducción de guitarra incluída. Y,
como es habitual en los conciertos del pianista, antes de
volver a la melodía final hizo cantar al público. Ahí estaba
Chick dibujando pequeños motivos al piano y ahí estaba el
respetable, matrimonio van Tenzing incluído, repitiendo las
notas a coro. Manido, pero divertido al fin y al cabo.
Cuál sería mi sorpresa al descubrir que Corea estaba grabando
esa actuación y que “Spain”, entre otros, formaría parte de su
triple CD Trilogy. Cerrando el primer compacto aparece la
introducción del Niño Josele, el arte de Jorge Pardo en cada
nota que respira, la interpretación extraordinaria del trío… y
el público, entre ellos un servidor, poniendo a trabajar sus
cuerdas vocales al servicio del piano. Esto sí que no me lo
esperaba: aparezco en un disco de Chick Corea. ¡He grabado con
Chick Corea! Tengo que salir de casa más a menudo.
© Adolphus van Tenzing, 2015
Chick Corea: Trilogy (Universal 3031/3)
La música de LODLMA: “Crazy
Blues” (Mamie Smith)
En el quinto capítulo de La Odisea de la Música Afroamericana
(LODLMA) suena… “Crazy Blues” (Mamie Smith)
“Crazy Blues” de Mamie Smith es
habitualmente el punto de partida de
la historia del jazz vocal. Antes de
esta versión del tema de Perry
Bradford se habían grabado algunos
blues, pero este fue el primer gran
éxito a nivel popular. En el primer mes
de su publicación (en 1920), vendió
75000 copias, superando el millón a lo
largo del tiempo. Sus méritos superan lo meramente musical,
aunque no era un fiel reflejo del blues rural sino una
versión bastante más refinada. Este fue el punto de partida
para que las discográficas intentaran explotar este filón
incorporando en sus catálogos a cantantes, habitualmente
femeninas. Gran parte de lo que vino después se lo debemos a
este tema.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un tema:
“Crazy Blues” (Mamie Smith, 1920)
La música de LODLMA: Money
Jungle
(Duke
Ellington,
Charles Mingus, Max Roach)
En el tercer capítulo de La Odisea
Afroamericana (LODLMA) suena… “Caravan”
de
la
Música
Deseo de Duke Ellington de grabar junto
a Max Roach y Charles Mingus, o idea de
la discográfica United Artists, Money
Jungle reunió por primera y única vez en
el estudio a estos tres músicos.
Ellington fue el autor de todos los
temas de la sesión. Más allá de ser un
trabajo de compromiso que bien podría
haber echado mano del enorme legado del pianista, compositor
y director de orquesta, todos los temas salvo tres (“Warm
Valley” y los celebérrimos “Caravan” y “Solitude”) fueron
obras escritas para esta sesión de grabación. La implicación
de los tres músicos salta a la vista desde el primer momento
en que comienza a sonar la grabación con “Money Jungle”, un
tema con una intensidad inusitada en la carrera del pianista.
Es el inicio de una lección magistral de los tres músicos
acerca de cómo integrar sus lenguajes personales con el de
sus compañeros, de cómo recoger elementos ajenos para
integrarlos en el discurso propio. Continúa un recital
soberbio con la delicadeza de “Fleurette Africaine”, la
balada “Warm Valley” con su comienzo a piano solo, el aroma
ellingtoniano de “Very Special” con Mingus y Roach ejerciendo
de magnífica rítmica y la reminiscencia mingusiana de “Wig
Wise”, llegando al final del disco publicado originalmente
con las magníficas reinvenciones de “Caravan” y “Solitude”.
Las posteriores reediciones han añadido unos temas (“Switch
Blade”, el homenaje a Roach “A Little Max (Parfait)”, “Rem
Blues” y “Backward Boy Blues”) que grabados en la misma
sesión, están a la altura de los siete temas iniciales. En la
reedición de Poll Winners se incluyen tres temas adicionales
(dos versiones de “Solitude” de 1957 y 1950, y una de
“Caravan” de 1962) interpretados por la orquesta de Duke
Ellington.
© Adolphus
van Tenzing, 2013.
Publicado originalmente en Tomajazz recomienda… un CD: Money
Jungle (Duke Ellington, Charles Mingus, Max Roach; 1962)
Live
In
Paris:
Ella
Fitzgerald (1957-1962) / Ray
Charles (1961-1962) (Frémeaux
& Associés)
La serie Live In Paris, dirigida por Michel Brille, continúa
poniendo en circulación unos volúmenes imprescindibles. Si
hace unos meses Adolphus van Tenzing seleccionaba para la
sección Tomajazz Recomienda el concierto de 1960 contenido en
el cuádruple CD publicado a nombre de Miles Davis (en cuyo
quinteto participaba John Coltrane), los volúmenes dedicados a
Ella Fitzgerald y Ray Charles son otras dos grabaciones más
que recomendables.
El triple CD dedicado a Ella Fitzgerald
recoge temas grabados en directo en el
Teatro Olympia entre 1957 y 1962. En esa
época la enorme cantante estaba en un
momento sumamente dulce de su carrera:
plena de facultades vocales, se había
ganado un reconocimiento más que merecido
tanto a nivel de crítica como de público. Secundada por unos
acompañantes de lujo (entre otros están los guitarristas Jim
Hall y Herb Ellis, el violinista Stuff Smith, el contrabajista
Ray Brown, y el baterista Jo Jones), los conciertos sirven
para mostrar a The First Lady of Song en pleno apogeo,
desgranando un repertorio de clásicos entre sus clásicos,
entre los que se cuelan versiones de “‘Round Midnight” y de
“The Man I Love”. Tal y como ocurre en este tipo de
propuestas, la estrella, el centro en torno al cual orbita
todo, es la cantante. No obstante, cuando esta dejaba algo de
espacio a sus acompañantes, estos demostraban el enorme swing
que atesoraban en sus instrumentos. La demostración de Smith,
Brown y Jones en el concierto de 1957 es para quitarse el
sombrero.
A principios de 1960 Ray Charles estaba en
un punto crucial de su carrera. En 1959
pasó de Atlantic a ABC Records. En 1962
publicó en este sello los rompedores
Modern Sounds In Country And Western Music
en los que tuvo la osadía de versionear
temas de Hank Williams y The Everly
Brothers, integrando un repertorio que en esos años era toda
una osadía para un cantante de color. Osadía que se transformó
en todo un éxito a nivel artístico, y que aparece reflejado en
parte estos conciertos parisinos grabados entre 1961 y 1962.
El repertorio integra temas procedentes del blues, el pop, el
country, el rhythm & blues y el jazz (con versiones del
inmortal “Moanin'” de Bobby Timmons, “Come Rain Or Come
Shine”, “Doodlin'” de Horace Silver , “Alexander’s Ragtime
Band” de Irving Berlin), en una mezcolanza de estilos liderada
por una potente voz y secunda por las imprescindibles
aportaciones vocales de The Realettes, y un grupo de
instrumentistas en el que participaban Hank Crawford y David
“Fathead” Newman. En el repertorio, con todos los músicos en
un excelso estado de forma, no faltan los clásicos que ya en
esos años no podían faltar en un concierto de The Genius: “Hit
The Road Jack”, “Georgia On My Mind”, “Unchain My Heart”,
“What’d I Say”, “I Got A Woman” o “I Can’t Stop Loving You”.
© Pachi Tapiz, 2015
Ella Fitzgerald: Live in Paris. 1957-1962. 3CD. Frémeaux &
Associes
Ray Charles: Live in Paris. 1961-1962. 3CD. Frémeaux &
Associes
Tomajazz recomienda… un CD:
King Kong: Jean-Luc Ponty
Plays the Music of Frank
Zappa (1969)
Colaborador fundamental en algunos de los
discos más celebrados de Frank Zappa (su
rutilante estreno tuvo lugar en el
imprescindible Hot Rats de 1969), en ese
mismo año el violinista Jean-Luc Ponty
grabó en World Pacific Records, sello
subsidiario de Blue Note, la obra con un
título tan explícito como King Kong: Jean-
Luc Ponty Plays the Music of Frank Zappa. En él recuperaba
piezas como la que daba el título a la obra, “Idiot Bastard
Son” o “America Drinks and Goes Home”, y adelantaba otras como
“Twenty Small Cigars” y la extensa “Music For Electric Violin
And Low Budget Orchestra” que posteriormente el propio Zappa
retomaría en su disco de 1978 Studio Tan. La formación que le
acompañaba incluyó al propio Zappa, a músicos de jazz como el
saxofonista Ernie Watts, el teclista George Duke y el bajista
Buell Neidlinger, así como a miembros de los Mothers Of
Invention (Ian Underwood y Art Tripp). Todos ellos aportaban a
la música de Zappa un atractivo toque jazzístico, en el que
sobresalían las intervenciones de ese mago de las cuatro
cuerdas que es el gran Jean-Luc Ponty.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Jean-Luc Ponty: King Kong: Jean-Luc Ponty Plays the Music of
Frank Zappa (World Pacific Records / Blue Note, 1969)
Tomajazz recomienda… un tema:
“Someone to Watch Over Me”
(Donald Byrd, 1955)
Es difícil interpretar un standard de
George Gershwin sin que suene a gloria,
máxime si se trata de una balada tan
intensa y emocionante como “Someone to
Watch Over Me”. En cualquier caso Donald
Byrd lleva al oyente al Paraíso con su
interpretación del clásico en su Byrd’
Word. Su solo se funde con la melodía sin
establecer límites definidos, y Frank Foster continúa la magia
al mismo nivel sobre una sección rítmica paciente y reposada
(qué buen trabajo de Hank Jones creando a modo de nube un
colchón armónico constante pero discreto). La reverberación
del estudio y la separación entre los instrumentos de viento y
el micrófono aportan al sonido del quinteto un timbre a la vez
cercano y etéreo. Para no caer en lo gratuitamente meloso el
metal da paso a la cuerda y la madera. Paul Chambers y Hank
Jones improvisan y preparan la despedida. Palabra de Gershwin.
Palabra de Byrd.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Donald Byrd – Byrd’s Word (Savoy 12032)
Tomajazz recomienda… un CD:
Acoustic
Romance
(Gene
Bertoncini, 1992)
Gene Bertoncini ha sido capaz de adaptar
perfectamente la sonoridad de la guitarra
acústica al mundo del jazz. Sabe atacar
rápidas improvisaciones con virtuosismo
mientras conserva el lirismo natural del
instrumento. En este Acoustic Romance sus
cuerdas de nailon repasan doce standards
de corte relajado. El neoyorquino sabe
emocionar a guitarra sola, especialmente en los temas más
lentos, pero combina dicha capacidad con animados diálogos con
su sección rítmica: Akira Tana a la batería y un soberbio
Rufus Reid al contrabajo. Merece la pena prestar atención a la
interacción guitarra-contrabajo en “Two for the Road” y a la
evolución de “What Are You Doing the Rest of Your Life?” desde
la languidez asentada en el arco del contrabajo hasta un
pegadizo ritmo latino. De igual modo la deliciosa aproximación
a “Emily” da paso a un “Invitation” que invita, en este caso,
a bailar. Un disco obligado para los amantes de la guitarra
acústica.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Gene Bertoncini: Acoustic Romance (King Record 155)
Tomajazz recomienda… un CD:
Our Man in Paris (Dexter
Gordon, 1963)
La interpretación de Dexter Gordon en la
película Round Midnight fue tan
extraordinaria que le nominaron al Oscar.
Aún así sería una pena que se le recordara
más por su ocasional faceta de actor que
por la de músico. De muestra un botón:
este Our Man in Paris es toda una guía de
jazz para novatos e iniciados, para
expertos y para músicos. Gordon y el trío que le acompaña
surcan siete standards (cinco en el LP original) con tal
agilidad y desenvoltura que acuñan versiones canónicas de los
mismos. Las improvisaciones del líder discurren con desparpajo
y sinceridad llevado en volandas por un trío de ensueño: al
piano el mismísimo Bud Powell (sí, en cuya vida está basado
parte del personaje que representó Gordon en Round Midnight),
al contrabajo Pierre Michelot (ofreciendo notas de peso en la
introducción a “A Night in Tunisia”) y a la batería Kenny
Clarke. Un francés y tres yanquis exiliados grabando en un
estudio parisino un material inolvidable cuya vigencia tardará
en verse retada.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Dexter Gordon – Our Man in Paris (Blue Note)
Tomajazz recomienda… un tema:
“My
Foolish
Heart”
(Gil
Goldstein y Romero Lubambo,
1993)
A veces uno pone música de fondo y, cuando
esta comienza, tiene que dejar de lado
cualquier tarea y sentarse a escucharla
con atención. Así de cautivadora es esta
versión del clásico de Victor Young “My
Foolish Heart” en clave brasileña. Gil
Goldstein y el invitado Toninho Horta
hacen funcionar a las mil maravillas la
combinación piano-guitarra, mientras tanto Goldstein como
Romero Lubambo, co-líder de la sesión, abordan sendos solos
reposados para aportar aún más brillo y dulzura. Los
brasileños y el estadounidense hacen el tema suyo, lo mastican
y lo disfrutan como si se hubiera escrito especialmente para
este contexto. La suave percusión de Armando Marçal, ausencia
de bajo y las voces de Horta y Maucha Adnet acaban de
redondear una interpretación perfecta.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Gil Goldstein y Romero Lubambo – Infinite Love (Big World
Music 2008)
Tomajazz recomienda… un tema:
“Crazy Blues” (Mamie Smith,
1920)
“Crazy Blues” de Mamie Smith es
habitualmente el punto de partida de
la historia del jazz vocal. Antes de esta
versión del tema de Perry Bradford se
habían grabado algunos blues, pero este
fue el primer gran éxito a nivel popular.
En el primer mes de su publicación (el
tema se grabó en agosto de 1920), vendió
75000 copias, superando el millón a lo
largo del tiempo. Sus méritos superan lo meramente musical,
aunque no era un fiel reflejo del blues rural sino una versión
bastante más refinada. Este fue el punto de partida para
que las discográficas intentaran explotar este filón
incorporando en sus catálogos a cantantes, habitualmente
femeninas. Gran parte de lo que vino después se lo debemos a
este tema.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Mamie Smith and Her Jazz Sounds: “Crazy Blues” (Okeh, 1920)
Tomajazz recomienda… un CD:
Reconstrucción
(Sebastián
Chames, 2013)
Tanto buscar fuera cuando a veces la
calidad está en casa. Madrileño de
adopción, el pianista argentino Sebastián
Chames cruzó el charco hace unos meses
para grabar un discazo de hard-bopcon
algunos de los mejores músicos de la
escena neoyorquina. Utilizando la
formación clásica de quinteto con trompeta
y saxo (en este caso alto), Chames cede las melodías de sus
originales a Jeremy Pelt y Justin Robinson (habitual de las
bandas de Roy Hargrove), escudándose en la poderosa sección
rítmica compuesta por el batería Willie Jones III y el
contrabajista Dwayne Burno, recientemente fallecido. Las
composiciones son compactas y fieles al estilo, y tanto la
escritura como la sonoridad de la banda recuerda a la de los
quintetos de Terence Blanchard. La cantante Earth Godessa y el
tenorista Eric Wyatt aparecen como invitados en un disco cuyo
líder se recluye en un voluntario segundo plano para dar
cancha al plantel estadounidense. Sabio planteamiento, buenos
resultados.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Sebastián Chames – Reconstrucción (Youkali Music 047)
Tomajazz recomienda… un CD:
Extensions
(McCoy
Tyner,
1970)
Rodeado de un intenso halo de
misticismo, McCoy Tyner hizo suya la
sonoridad del cuarteto de John Coltrane
al que él mismo había pertenecido tres
años después de la muerte de su líder.
Con Alice, esposa del maestro del
saxofón, al harpa, y rodeado de los
saxos de Wayne Shorter y Gary Bartz y
una sección rítmica de aúpa con Ron
Carter al contrabajo y el también sideman de Coltrane Elvin
Jones a la batería, Tyner explora formas modales en todo un
entorno de world music (¿se había acuñado ya el término?).
Shorter y Bartz exploran con tenacidad, Jones aprovecha la
consistencia de su contrabajista para superponer ritmos y
Alice aporta pinceladas sobrecogedoras. Su marido les bendecía
desde las alturas y Rudy Van Gelder desde los controles de
sonido.
© Adolphus van Tenzing, 2014
McCoy Tyner: Extensions (Blue Note 7243 8 97646 2 4)
Tomajazz
recomienda…
un
regreso: No Is No (Linda
Sharrock, 2014)
Desde 2010 la cantante Linda Sharrock
permanece limitada, físicamente, en una
silla de ruedas. Consecuencia de sus
graves problemas de salud, está la pérdida
de su capacidad del habla. A pesar de
estas dificultades que la han mantenido
durante mucho tiempo alejada de la
actividad musical, esta cantante grabó en
el mes de mayo de 2014 el doble CD No Is No, que apenas cinco
meses después ha publicado el inquieto sello Improvising
Beings.
Inicialmente estaba previsto haber sido publicada únicamente
la sesión en estudio. No obstante, el magnífico entendimiento
entre el sexteto de músicos formado por Sharrock, el
trompetista Itaru Oki, el saxofonista Mario Rechtern, el
pianista Eric Zinman, el contrabajista Yoram Rosilio y el
baterista Makoto Sato, ha llevado a la publicación de un doble
CD con un disco adicional grabado en directo al día siguiente
del encuentro en el estudio parisino.
A lo largo de toda su carrera Linda Sharrock ha utilizado la
voz de un modo heterodoxo, de tal modo que el lenguaje ha
para ella sido un elemento más de expresión, pero no el único.
Esto la ha convertido en una importante figura del jazz vocal,
quizás no tanto por su discografía -más bien breve-, sino por
los caminos que ha transitado y que ha ayudado a definir.
En 2014 hace de la carencia virtud, registrando dos temas de
50 minutos aproximadamente cada uno, en los que improvisa
empleando las limitadas posibilidades de sus cuerdas vocales
en una propuesta (intensa por momentos, relajada en otros) en
la que hay trazas de blues, de free jazz y de improvisación
libre no idiomática. Tras muchos años sin grabar y con una
grave enfermedad de por medio, hay que celebrar el regreso de
Linda Sharrock.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Linda Sharrock: No Is No (Improvising Beings, 2014)
Tomajazz recomienda… un tema:
“Pekkos-Pers
brudmarsch”
(Bengt-Arne Wallin, 1962)
El fenómeno del jazz escandinavo no es
flor de un día, entre otras cosas porque
no ha surgido de repente. Si escuchar las
grabaciones de los años sesenta del
pianista Jan Johansson es revelador, no lo
es menos hincar el diente a los
arreglos del trompetista Bengt-Arne Wallin
en la misma época. Siggi Loch, factótum
del sello discográfico ACT, tuvo a bien publicar en 1998 una
reedición de la Bengt-Arne Wallin Orchestra como The Birth of
Swedish Folk Jazz (el nacimiento del jazz folk sueco) en doble
CD junto a una reinterpretación moderna dirigida por el
veterano artista en el festival JazzBaltica de 1997. En ella
encontramos a Wallin rodeado de míticos músicos suecos como el
clarinetista Arne Domnérus y el contrabajista Georg Riedel
junto a figuras estadounidenses como el trompetista Idrees
Sulieman y el saxofonista Sahib Shihab. Dentro del repertorio
destaca “Pekkos-Pers brudmarsch” (la marcha nupcial de PekkosPers), una auténtica marcha presentada por la caja de la
batería donde el sonido brillante de los vientos repite sin
cesar un motivo rítmico que da paso a diversas improvisaciones
sobre varios compases, dando la impresión de que el tiempo ha
quedado suspendido. La tupla tensión-relajación cobra una vida
especial en un arreglo que además de mezclar jazz con folclore
sueco incluye secciones muy cercanas a la música clásica. Para
levantarse y aplaudir. ¿Interés antropológico? Mucho más que
eso.
© Adolphus van Tenzing, 2014
Bengt-Arne Wallin: The Birth and Rebirth of Swedish Folk
Jazz (ACT 9254-2)
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