164 JAZZ corner BESSIE SMITH: La emperatriz del blues José Ramón García Amo SUBDIRECTOR GRAL. INFORMÁTICA Y COMUNICACIONES MIN. AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN E n la década de los años 20, el blues rural deja paso al blues urbano, aquel predominantemente masculino, éste último con mayor presencia de voces femeninas. Si bien es admitido que Gertrude «Ma» Raney fue la «madre» del blues, su protegida, Bessie «Mamie» Smith es sin duda quien catapultó este estilo a la fama, no sólo entre el público de raza negra, si no que también despertó el interés entre los blancos. Nacida en Chattanooga (Tennessee 1894), pasó grandes miserias económicas en sus primeros años de vida. Cantando por las calles a la edad de 7 años, cuando tenía 9, la oyó por casualidad «Ma» Raney quien la incluyó en los espectáculos del TOBA (Theater Owners Booking Association). En 1923, Bessie Smith, graba Down Hearted Blues del que se venden más de 500.000 copias. Ante semejante éxito, las discográficas, produjeron grabaciones de artistas que hasta la fecha no habían grabado, como fue el caso de «Ma» Raney. Fue la primera cantante que dio importancia a la dicción, lo que no significa que no usara «slang» o jerga negra. Su forma de interpretar el blues, cambió este estilo y podríamos afirmar que también cambió la tendencia musical imperante. Su voz, emitida con naturalidad, sin esfuerzo, era áspera debido al alcohol y tabaco, pero sensual. Nunca usó micrófono y aún así, era tal la potencia de voz, que se la oía en la última fila de los teatros. Su influencia en las cantantes que la sucederían fue total, tanto en el mundo del jazz (Billie Holiday) como en el pop (Janis Joplin). Grabó, siempre en Nueva York (Columbia Records), entre 160 y 180 títulos, gran parte de ellos de composición propia. Bessie Smith fue la artista negra mejor pagada de su época. Disponía de un vagón de ferrocarril propio y llegó a cobrar 2000 $ por semana. Pero amante de los excesos terrenales, alcohol, sexo (con ambos géneros) fue minando su patrimonio. Lejos de ocultarnos sus adicciones, nos hizo participes de sus miserias en sus canciones (My and my gin, Gin house blues, Empty bed blues…). Pero el éxito no dura siempre, y la crisis del 29 y la posterior depresión económica afectó, cómo no, al mundo artístico (ver articulo de King Oliver). Durante los siguientes años, sobrevivió a base de actuaciones en clubs de tercera categoría, en espectáculos zafios, en los que el público le pedía canciones de fuerte contenido sexual. Debido a su adicción al alcohol y a su carácter violento, los empresarios dejaron de nº 7 n febrero 2007 JAZZ.indd 164 19/01/2007, 0:43 contratarla por temor a que no cumpliera sus compromisos o se enzarzara en peleas de las que hay constancia de varias. Esta situación se mantuvo hasta que el productor John Hammond la consiguió contratos acordes a su categoría. Pero de nuevo el destino se cruzó en su camino y cuando empezaba a salir del pozo de la indiferencia, de camino a una gala al sur de los EEUU, su coche se empotró en la parte trasera de un camión, truncando su vida a los 43 años. Su tumba se mantuvo sin lápida hasta muchos años después. Los gastos de su instalación corrieron a cargo de Billie Holiday según unos, Janis Joplin según otros. Su epitafio dice: «La más grande de todas las cantantes de blues del mundo, jamás dejará de cantar». «Me llegaba a lo más profundo en cuanto comenzaba a cantar. La manera en la que hacía sonar una nota, con aquel «algo» indefinible de su voz, era inalcanzable para cualquier otro cantante de blues. Tenía música en su alma. Sentía todo lo que cantaba. Su sinceridad con su música era una inspiración» LOUIS ARMSTRONG