PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo ITINERARIO ESPIRITUAL TEXTOS PRINCIPALES: EVANGELIO: LUCAS 1, 39-45 VISITACION DE MARÍA En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor». CARTA APOSTOLICA PORTA FIDEI: AÑO DE LA FE (Ver final del libro) 6 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo JUEVES, 11 DE OCTUBRE “María se levantó y se puso en camino deprisa, hacia la montaña” (Lc 1,39) TEMA ANTES DE COMENZAR A ANDAR ¿PARA QUÉ HEMOS VENIDO? EL SENTIDO DE LA VIDA “Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro, he recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. En la homilía de la santa Misa de inicio del Pontificado decía: «La Iglesia en su conjunto, y en ella sus pastores, como Cristo han de ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud» […] «¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?» (Jn 6, 28). Sabemos la respuesta de Jesús: «La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado» (Jn 6, 29). Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino para poder llegar de modo definitivo a la salvación. […] Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas en nuestro contexto cultural, aún no reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda es un auténtico «preámbulo» de la fe, porque lleva a las personas por el camino que conduce al misterio de Dios. La misma razón del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de «lo que vale y permanece siempre». Esta exigencia constituye una invitación permanente, inscrita indeleblemente en el corazón humano, a ponerse en camino para encontrar a Aquel que no buscaríamos si no hubiera ya venido. La fe nos invita y nos abre totalmente a este encuentro”. (Porta fidei, 2, 3 y 10) 7 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Querido joven, nuestra peregrinación va a comenzar. Es la hora de echar a andar y recorrer ese camino que tantos jóvenes de nuestra diócesis han recorrido en los últimos veinticinco años. Pero antes de hacerlo, conviene que te pares un poco a pensar: ¿dónde vas?, ¿por qué caminas?, ¿qué sentido tiene recorrer este camino?, y, (tal vez lo más importante en este momento) ¿desde dónde comienzas a andar? Sé que, a simple vista, la respuesta a estas preguntas es muy sencilla: voy a Guadalupe, camino porque no nos llevan hasta allí en autobús y hay que andar algunos kilómetros, y comienzo a andar desde un pueblecito que se llama Mohedas de la Jara; sin embargo, te invito a que recuerdes una historia que sucedió hace más de veinte siglos y que seguramente habrás oído muchas veces, pero que en este momento puede servirte para dar una respuesta “bastante más consistente” a esas cuestiones que acabo de plantearte. La protagonista de esta historia es una joven de más o menos tu edad que vivía en una pequeña aldea de Palestina, llamada Nazaret, hace más de dos mil años, y cuyo nombre es María. ¿Te suena? Pues bien, María acababa de recibir una gran noticia: el Ángel del Señor la había visitado, anunciándola que concebiría por obra del Espíritu Santo y daría a luz un Hijo: Jesús, el Mesías. Ella era muy joven, se consideraba pequeña, poca cosa ante la grandeza de los planes que Dios le tenía preparados, pero no tuvo miedo y respondió con seguridad, confianza y humildad a aquel anuncio del Ángel: “Aquí está la esclava del Señor. Hágase”. Las palabras del Ángel al saludarla la habían 8 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo llenado de gozo y, al marcharse éste, se vio inundada de una inmensa alegría porque el Señor estaba con Ella. Era verdad: el Señor estaba con Ella y la alegría que le proporcionaba era nueva, distinta, no pasajera, una alegría que lo llenaba todo, que lo renovaba todo… en definitiva, una alegría que no podía guardarse para Ella, que tenía que compartir, que sentía la necesidad de comunicar. Por eso se pone en camino y recorre varios kilómetros para ver a su prima Isabel, que también estaba esperando un hijo, y así poder compartirle su alegría. El evangelista san Lucas, que es quien nos ha permitido conocer estos hechos, usa muy pocas palabras al contárnoslo: “María se levantó y se puso en camino de prisa, hacia la montaña, a una ciudad de Judá”. No obstante, de estas palabras se puede entrever la prisa de María, las ganas de llegar a donde estaba Isabel para comunicarle esa gran noticia. Su viaje, que la llevaba lejos de su casa, es un auténtico viaje misionero, un verdadero viaje de fe, ya que tiene algo grande que comunicar y no le importa dejar su casa, ni sus costumbres cotidianas, ni le importan los obstáculos, el cansancio o el calor y la lluvia del camino… Vive la verdadera alegría, es “feliz porque ha creído”, porque “el Señor está con Ella”… y lo tiene que compartir con Isabel. Te preguntarás ahora: y esto ¿qué tiene que ver conmigo? Pues tiene que ver… y mucho. María ha vuelto a ponerse en camino para comunicar la alegría del Señor, pero esta vez no se dirige a casa de Isabel, sino que te busca a ti para descubras la alegría de que “el Señor esté contigo”. Pero antes, vamos a hablar un poco de ti: ¿cómo estás? ¿cómo vienes a esta peregrinación? Cuando Isabel recibió a María exclamó: “Feliz tú, que has creído”. ¿Piensas que los que viven a tu lado pueden descubrir tu felicidad a simple vista? ¿Compartes y contagias tu felicidad a los que tienes alrededor? ¿Tienes alguna “alegría” que no se pase nunca y que sientas que no puedes guardarte para ti solo?... ¿O tal vez el problema es que, a pesar de las apariencias, no eres feliz…o ni siquiera sabes lo que esto significa?... Sí, tienes razón, son demasiadas preguntas… y tal vez hemos tocado en la tecla “desafinada”. Pero, como te decía antes, en esta ocasión María corre para encontrarse contigo y, como le decimos en la Salve, “mostrarte a Jesús”. Sí sí, contigo… no mires para otro lado: contigo y para mostrarte a Jesús. Ese Jesús que tal vez hace un tiempo decidiste que “te sobraba” o que “era demasiado molesto” para los planes de tu juventud..; ese Jesús del que quizá te has olvidado desde hace años…; ese Jesús que sabes que está ahí, pero te da miedo seguirle más de cerca…; ese Jesús que ves que alegra a la gente que tienes alrededor, pero que parece que de ti se ha olvidado…; ese Jesús al que visitas en tus oraciones de la noche o en la Misa del Domingo, pero que no quieres que te comprometa más…; ese Jesús que sabes que te está pidiendo algo en este momento, pero te cuesta decir que sí…; ese Jesús que has decidido que sea el centro de tu vida, de tus cosas, de tus planes… No sé, tú sabrás como te las arreglas para responder en este momento a la pregunta 9 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo sobre quién es Jesús para ti. Lo cierto es que María se ha puesto en camino y quiere comunicarte su alegría, la alegría de que “el Señor está contigo”. Seguramente ya vas entendiendo mejor que aquellas preguntas que te planteaba al principio no se pueden responder tan “a la ligera”. ¿Desde dónde empiezas a andar? ¿Por qué lo haces? ¿Hacia dónde te diriges?... Tomate tu tiempo para responder, pero sé sincero. Te aseguro que el camino puede ayudarte a ponerte con franqueza y valentía ante la realidad de tu vida; atrévete a hacerlo. Ah, y te advierto que el Señor se ha propuesto sorprenderte en estos días, estés como estés, vengas como vengas, esperes algo o no esperes nada, si es la primera vez que vienes o si has venido los veinticinco años seguidos…¡te va a sorprender! Estos días pueden cambiar tu vida… y cambiarla para mejor. ¿No me crees? Pues sé valiente y ponte en marcha. Si María, Nuestra Señor de Guadalupe, ya se ha levantado y ha emprendido el camino, tú no tienes ni un minuto que perder. No tengas miedo, camina, corre al encuentro… Si de verdad eres joven, si estás buscando, si sientes miedo, si tienes un corazón inquieto, si te sientes triste o cansado, si quieres encontrar la felicidad que nada ni nadie puede arrebatarte… ponte en marcha. Sé que este fin de semana tenías muchas “ofertas”, muchas posibilidades… ¡había tantas cosas para hacer! Pero lo cierto es que has elegido al Señor… o, más bien, Él te ha elegido a ti. Con María y como María, levántate de tu vida cotidiana y corre a prisa a “esa montaña” donde Ella quiere que te encuentres con su Hijo. No importa lo “lejos” o “cerca” que creas que estás, ya que es el momento de redescubrir ese camino de la fe que nos iluminará la verdadera alegría y el entusiasmo del verdadero encuentro con Cristo. Adelante, no temas. 10 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Posibles preguntas para la reunión: (Adolescentes) 1. ¿Cuáles son en estos momentos los motivos de tu alegría? ¿qué te hace feliz? ¿esa felicidad es duradera o vale solo para un rato? ¿Has buscado la felicidad en algo que después te haya defraudado? ¿dónde? 2. María vive la alegría de tener al Señor ¿tú tienes experiencia de que la presencia de Dios en tu vida te hace feliz? ¿eres capaz de mostrar entre tus amigos y en tu ambiente que tu felicidad viene de tener al Señor, o te da vergüenza hablar de estas cosas? ¿pueden los demás encontrar en ti a una persona feliz, que contagia alegría, o pagas tus “tristezas” con quienes están a tu lado? 3. María se levanta y va a prisa a comunicar su alegría a Isabel, ¿has visto en algún amigo o amiga, o en alguien conocido, que estaba buscando la felicidad en un sitio equivocado? ¿has pensado que si tuviese la amistad del Señor todo sería distinto? ¿te has atrevido a hablar a otros del Señor o te ha dado miedo a que te rechacen por eso? 4. ¿Ves la necesidad de acercarte más al Señor para fortalecer la verdadera alegría en tu vida? ¿Esa alegría y ese entusiasmo se han ido apagando en ti? ¿Cómo has dejado que esto pase? 5. ¿Qué piensas que el Señor tiene preparado para ti estos días? ¿Qué esperas? 11 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Posibles preguntas para la reunión: (Jóvenes) 1. ¿Cuáles son en estos momentos los motivos de tu alegría? ¿qué te hace feliz? ¿esa felicidad es duradera o vale solo para un rato? ¿Has buscado la felicidad en algo que después te haya defraudado? ¿dónde? 2. María vive la alegría de tener al Señor ¿tú tienes experiencia de esa alegría? ¿eres testigo de tu alegría en tu familia, tus amigos, tu ambiente…? ¿pueden los demás encontrar en ti a una persona feliz, que contagia alegría, o pagas tus “tristezas” con quienes están a tu lado? 3. María se levanta y va a prisa a comunicar su alegría a Isabel, ¿ves tú en otros la necesidad de conocer al Señor pero te cuesta “ponerte en camino” por temor a que te rechacen o se burlen de ti? ¿cuáles son los obstáculos que te impiden ser para los demás testigo de la alegría del Señor? ¿Tal vez has perdido tú esa alegría? 4. ¿Ves la necesidad de “redescubrir el camino de la fe para iluminar la alegría y el entusiasmo del encuentro con Cristo”? ¿Esa alegría y ese entusiasmo se han ido apagando en tu vida? ¿Cómo has dejado que esto pase? 12 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo VIERNES, 12 DE OCTUBRE “Infeliz tú, cuando no has creído y no te has puesto en camino” TEMA ANTES DE COMENZAR A ANDAR ¿QUÉ ES LO QUE NOS SOBRA? El Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31) En la medida de su disponibilidad libre, los pensamientos y los afectos, la mentalidad y el comportamiento del hombre se purifican y transforman lentamente, en un proceso que no termina de cumplirse totalmente en esta vida. La «fe que actúa por el amor» (Ga 5, 6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre. DESARROLLO DEL TEMA: Nos hemos puesto en camino para encontrarnos con nuestra Madre, y vamos a recorrer el camino que Ella misma recorrió. En María encontramos a aquella que fue feliz porque se puso en camino y creyó en lo que el Señor le dijo a través del ángel. Nosotros en nuestra vida nos damos cuenta que nos falta esa felicidad porque hemos dejado de ponernos en camino, lo hemos dado todo por perdido, caemos en la mediocridad, en definitiva porque hemos dejado de creer en la palabra que Dios nos da. Y nos damos cuenta que no somos verdaderamente felices. El motivo de nuestra infelicidad es el PECADO. Tenemos que saber que el pecado no es algo divertido, no consiste simplemente en transgredir unas normas que alguien se ha inventado, pero que podrían ser totalmente otras. El pecado: es lo que me destruye interiormente, lo que me arrastra a lo más bajo de mí mismo. 13 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo El Papa Benedicto XVI nos decía en el mensaje para la JMJ 2011: “Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no da serenidad ni alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino”. “…hay una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un ‘paraíso’ sin Él. Pero la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte en un ‘infierno’, donde prevalece el egoísmo, las divisiones en las familias, e odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza. En cambio, cuando las personas y los pueblos acogen la presencia de Dios, le adoran en verdad y escuchan su voz, se construye concretamente la civilización del amor, donde cada uno es respetado en su dignidad y crece la comunión, con los frutos que esto conlleva”. Tenemos que entender que la “alegría” que da el pecado no es auténtica. Quizás en nosotros las ideas del mundo no hayan calado, pero es posible que lo que late en el fondo del pensamiento relativista, sí que haya empezado a colársenos: el olvidar que somos criaturas de Dios, hijos de Dios; el considerar que somos autónomos, que podemos hacer lo que queramos de nuestra vida sin dar cuentas a nadie, sin contar con el Señor. Yo me busco a mí mismo en primer lugar. Esto se puede traducir en que busco mis intereses, mi trabajo, mi pareja, mi diversión… y después si queda tiempo se lo doy al Señor. En otros puede ser un dedicarse más al Señor, pero 14 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo poniendo siempre primero mi criterio, mi manera de ver y de hacer…, incluso en las tareas más piadosas y apostólicas. Al estar sumergidos en un ambiente tan hostil, puede suceder también que nos acobardemos y que disimulemos nuestro ser cristianos cuando estamos delante de los demás, o bien sencillamente que guardemos silencio. La experiencia de lo que hemos vivido en muchos casos nos es de gran ayuda, pero en otras ocasiones es como un lastre que nos tiene amarrados y nos impide continuar. Quizás son tantos años los que llevo “peleando” por ser fiel, tanto tiempo intentando corregir los mismos defectos, tantas confesiones de los mismos pecados… Los que llevamos (Zacarías) tiempo viviendo junto al Templo de Jerusalén sabemos que el Mesías no ha venido, y ya no esperamos verlo. Y esto nos lleva al desánimo y a la desesperanza. Seguimos, pero como arrastrándonos. Y nos falta fe. Ante todas estas realidades, LA MISERICORDIA DEL SEÑOR. Decía Juan Pablo II en Toronto, el año 2002, “Nosotros no somos la suma de nuestras debilidades y nuestros fracasos; al contrario, somos la suma del amor del Padre a nosotros y de nuestra capacidad real de llegar a ser imagen de su Hijo”. La constatación de nuestra debilidad y de nuestra miseria no debe llevarnos nunca a la tristeza o a hundirnos interiormente. El auténtico examen de conciencia no consiste en analizar nuestra vida rigurosamente, según unos baremos de perfección a los que nunca llego, sino en poner nuestra alma a la luz de la mirada del Señor, y que sea Él quien nos muestre de qué nos tenemos que arrepentir, qué debemos cambiar y mejorar. Para que comprendan mejor que estono son “cosas de curas” que nos quieren acobardar. Lo importante es que el pecado duele al Señor y a la Virgen. Si el Señor está vivo y nos ama verdaderamente es imposible que no se duela por nuestros pecados; es imposible que nuestra indiferencia le deje indiferente. Cómo, aunque yo pase del Señor, Él no pasa de mí. Cómo mi vida puede ser consuelo y alegría del Corazón de Dios, o por el contrario, motivo de dolor y de tristeza. Por eso emprendamos el camino del amor misericordioso de Dios, creamos de verdad en este Amor que nos da la vida, solo viviendo en este amor seremos felices. 15 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Posibles preguntas para la reunión: A) PARA LOS ADOLESCENTE: - ¿Qué es el pecado para ti, sabes que aunque haya veces que pueda parecer divertido, el pecado nunca te da la felicidad verdadera? - ¿Entiendes que el pecado es una ofensa a Dios y a la Virgen? - ¿Eres consciente que el Amor de Dios es más fuerte que tu pecado? - ¿Te has dado cuenta o has pensado alguna vez las consecuencias y el engaño del pecado en tu vida? -¿Cómo vives el sacramento de la penitencia en tu vida cristiana? B) PARA LOS JOVENES. - ¿Has caído en la cuenta que cuando vives sin fe acabas orientando tu vida hacia cosas que no te dan la felicidad verdadera? - ¿Sabes que el pecado muchas veces nos hace caer en la tibieza y mediocridad sin darnos cuenta? - ¿Tienes presente que en muchas ocasiones vivimos según los criterios del mundo, creyendo que mi vida solo depende de mí? - ¿Te das cuenta que el pecado te lleva al desanimo y la desesperanza, y no te deja emprender de nuevo el camino hacia el Amor de Dios? -¿Cómo vives el sacramento de la penitencia en tu vida cristiana? 16 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo INVITAR A LA CONFESIÓN +¿Qué es el examen de examen de conciencia? No es un autoanálisis, sino ponerme en la verdad de mi vida a la luz del Amor del Señor. +¿Qué es la Confesión? No ocultar mi miseria y mis pecados sino presentarlos con gran confianza al Señor, que me mira con AMOR MISERICORDIOSO. Jesús es el Buen Pastor, que sale en busca de la oveja descarriada, que me espera con los brazos abiertos, que se goza en perdonarme. La confesión me da un corazón nuevo. El Corazón de Jesús carga con mi vida, con mis pecados. Jesús me devuelve la alegría, me rehace interiormente, perdona totalmente mis pecados. Y esto hace que yo acuda a este Sacramento la CONFIANZA puesta en la MISERICORDIA infinita del Señor. ¿CONFESARSE? ¿PARA QUÉ Y CÓMO? PREPARANDO LA CONFESIÓN Lee y medita estos puntos de reflexión que te proponemos a continuación estructurados según los 10 mandamientos de la ley de Dios. Mira tu vida tal y como es y preséntasela a Dios para que bendiga lo bueno y cure lo malo. Acércate a la confesión con sencillez y humildad. Di al sacerdote: "Ave María, Purísima", y él te responderá: "sin pecado concebida". Luego comienza por decir el tiempo aproximado que hace desde tu última confesión y comienza a decir, con sencillez y confianza, las faltas y pecados con la certeza de que es el mismo Dios el que te está escuchando, perdonando y acogiendo entre sus brazos. 17 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo EXÁMEN DE CONCIENCIA 1.- AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Pidamos perdón, sobre todo, de nuestras faltas de amor hacia Dios. Pues ahí radica lo esencial. A veces van pasado los días sin dejar sitio a Dios y vivimos como si Él no existiera. ¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida? ¿Está realmente por encima de todo, incluso por encima de mí mismo, de mis gustos, etc.? Cuando planteo algo en mi vida, ¿qué pretendo? ¿Dar gusto a Dios? ¿satisfacerme yo? ¿satisfacer a los demás? 2.- NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO Acordarse de Dios es un bien para mí, y es de personas agradecidas. Dios me cuida todos los días, pero desprecio este don cuando me desespero, cuando le insulto, cuando le ignoro... 3.- SANTIFICARÁS LAS FIESTAS El tiempo es un don de Dios. Si en cada momento hago lo que Dios quiere, tendré tiempo para todo. Las fiestas son esos días que Dios me da para descansar, para que me pare a darle gracias. Entonces, ¿en qué empleo mi tiempo los días de fiesta? El tiempo que dedico a Dios (en la Misa, en la oración...) ¿lo hago con gratitud hacia Dios, o por mero cumplimiento? ¿Tengo falta de delicadeza hacia Dios y hacia el sentido comunitario no asistiendo a Misa para darle gracias cada Domingo? 4.- HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE Dios me manifiesta que es mí Padre a través de las personas. Me ha dado unos padres: por medio de ellos, Dios me ha traído a la existencia, me cuida, me alimenta, me viste, me educa... Y en el plano sobrenatural es la Iglesia la que me alimenta, me educa... Revisaré aquí mi postura de obediencia, de colaboración, de responsabilidad. Y mi actitud ante lo que la Iglesia me enseña. 5.- NO MATARÁS No existo por casualidad, sino porque Dios me ha amado desde siempre. Mi vida, y la de los demás, es un don de Dios que debo agradecerle constantemente. Cualquier atentado contra mi vida o la de los demás, en el orden natural o sobrenatural, significa un desprecio de este don precioso de Dios. Por eso me pregunto: ¿En qué empleo yo mi vida? ¿Cómo la gasto? ¿Estoy interesado por mi crecimiento a todos los niveles: físico, intelectual, espiritual? ¿Considero que hay que “disfrutar de la vida” sin importarme usar los medios que sean (alcohol, draga, etc.) ¿Ayudo a los demás a crecer? ¿Impido su crecimiento con mis ofensas o mi falta de testimonio? ¿Hay personas a las que he cerrado la puerta, sin razón, cuando me necesitaban o a las que he utilizado para mi provecho personal y egoísta? 18 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo 6.- NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS La sexualidad es un regalo de Dios al ser humano, por el que somos hombres o mujeres con unas cualidades propias y diferenciadas. La sexualidad está puesta en el ser humano para amar; no la puedo considerar como algo de mi uso y abuso. Entonces me pregunto: ¿pongo los medios oportunos para crecer en la virtud de la castidad y así vivir la sexualidad orientada siempre al amor? ¿evito las ocasiones que me presentan desfigurada la sexualidad y me inducen a pecar? 7.- NO ROBARÁS Dios me ha dado cualidades, tiempo, bienes materiales; pero todos los bienes del mundo, los ha puesto Dios para todos los hombres. Cada uno debe poseer y usar aquello que necesita, y lo demás, debe compartirlo. ¿Cómo empleo los bienes que tengo a mi disposición? ¿Rindo lo que debo en el estudio, en el trabajo? ¿En qué gasto mi dinero? ¿Respeto los bienes ajenos? 8.- NO DIRÁS FALSO TESTIMONIO NI MENTIRÁS Con la palabra expresamos nuestros pensamientos y nos comunicamos con los demás. Cuando mis palabras no se ajustan a lo que pienso, estoy en la mentira. Revisaré si en mis conversaciones soy autor de paz o de discordia. Si mis palabras son para ayudar, para consolar o son para herir. Piensa si has hablado mal de alguien o has caído en la crítica. 9.- NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS Los actos son fruto del pensamiento y la voluntad. ¿Permito pensamientos o deseos que me acerquen o inciten a actuar mal? 10.- NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS ¿Acepto mis cualidades, o envidio las de los demás? ¿Me da pena o me alegra que los demás tengan éxito? ¿Doy gracias a Dios por lo bueno y lo malo que hay en mi vida? 19 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo “Ánimo, soy yo, no tengási miedo” (Mc 6, 50) TEMA PARA LA TARDE EL ENCUENTRO CON CRISTO “El niño salto en su seno y quedó llena del Espíritu Santo” Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2): en él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación, de su hacerse hombre, de su compartir con nosotros la debilidad humana para transformarla con el poder de su resurrección. En él, muerto y resucitado por nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado los últimos dos mil años de nuestra historia de salvación. (numero 13) Querido amigo, a estas alturas te habrás dado cuenta de que aquí hay gato encerrado. No has venido aquí, sólo para caminar, para conocer gente, o para pasártelo bien. Has venido aquí, porque “Alguien” te ha llamado; porque ese mismo “Alguien” “mirándote, te amó”, Ese que te está esperando, que quiere encontrarse contigo. Quizás te estés preguntando, el para qué caminar, o por qué, o hacia dónde caminas; ¿has escuchado al Papa? “para redescubrir el camino de la fe, para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo”.¡Ya lo sabes!, has venido para muchas cosas, pero principalmente… para encontrarte con Cristo a través de la Virgen María. ¿Entonces, a qué esperas? “Zaqueo, baja pronto; pues hoy tengo que quedarme en tu casa” (Lc 19, 5) “…durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2): en él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación, de su hacerse hombre, de su compartir con 20 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo nosotros la debilidad humana para transformarla con el poder de su resurrección…” Por lo tanto, nada de esto serviría, si no es gracias a ese ENCUENTRO CON CRISTO, con Áquel, que quiere dar sentido a nuestra vida; Áquel que quiere incendiar nuestro corazón, en ansías de amor, en ansias de entrega, en ansias de una vida, vivida hasta la última gota… ¿Acaso no lo sientes en tu corazón?, ¿no sabes que estás hecho para amar y ser amado?, ¿acaso no te das cuenta, que es Cristo el que te está llamando a gritos para enseñarte a amar?. ¡Sí!... estoy seguro de que te vas dando cuenta… seguro que has descubierto la mirada de Jesús, como al joven rico… “le miró y le amó”. Aquella mirada, que quiere sacar de ti, lo mejor que tienes: un corazón joven, repleto de grandes ilusiones, de inmensas fuerzas para hacer el bien, y nada más que el bien. Pues, ya está. No tengas miedo. Ya ves, que saldrás ganando, porque Cristo, no te quita nada, al contrario, Él quiere dártelo todo. Salta pues de alegría y deja que sea el mismo Jesús quien te llene del Espíritu Santo. Déjate llevar, y reconoce con humildad que en Él hay algo que tu corazón está esperando. ¿Te atreves? Un joven como tú, se atrevió… "Hoy…día en que el Señor se reunió con sus discípulos y les prometió quedarse con ellos para siempre, yo también en mi pequeñez, me acerqué a Jesús, pidiéndole que conmigo se quedara, y me admitiera a su mesa, y me permitiera vivir con Él y seguirle a todas partes como una sombra... Le pedí a Jesús me permitiera reclinar mi cabeza sobre su pecho como San Juan... Le pedí que de mí no se apartara aunque me viera débil y miserable... Le pedí escuchara mis súplicas... Recorrí el mundo entero enseñando a Jesús todo lo que quería que remediase: España..., mis hermanos, tantos corazones a quien quiero..., mis padres..., ¿qué se yo? Todo se lo enseñe a Jesús y le dije: Señor, tómame a mí y date Tú al mundo. Reparte lo que a mi me das... Déjame repartir el tesoro que yo tengo entre los necesitados del mundo... ¡son tantos!... Déjame a mí, pobre contigo..., nada quiero más que tu amor, tu amistad..., tu compañía..., acéptame, Señor, tal como soy, enfermo, inútil, disipado y negligente. Y el Señor me escuchó... Sentí su amor muy adentro, muy profundo... vi mi inmenso tesoro, y temo perderle." 21 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo SÁBADO, 13 DE OCTUBRE “Entró en la casa” TEMA ANTES DE LA MAÑANA LA IGLESIA La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó. La Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación. La Iglesia continúa su peregrinación “en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios”, anunciando la cruz y la muerte del Señor hasta que vuelva (cf. 1 Co 11, 26). Se siente fortalecida con la fuerza del Señor resucitado para poder superar con paciencia y amor todos los sufrimientos y dificultades, tanto interiores como exteriores, y revelar en el mundo el misterio de Cristo, aunque bajo sombras, sin embargo, con fidelidad hasta que al final se manifieste a plena luz» ¡Peregrino! No sé si te has dado cuenta de que ya llevamos tres días juntos, en estos días seguro que has ido descubriendo muchas cosas sobre ti. Hoy quiero descubrirte una realidad que seguramente nunca te hayas parado a pensar, MI IGLESIA, seguro que has escuchado mucho sobre ella, pero ¿Sabes que es realmente? Yo te lo voy a explicar, solo te pido que formatees todo lo que puedas saber o tener en la cabeza sobre la Iglesia. Casi siempre cuando escuchas hablar de la Iglesia te vienen a la mente las imágenes de un edificio de piedra frio, antiguo, oscuro y con cuatro abuelas mayores rezando el rosario, cuando escuchas hablar de la iglesia en la televisión o en los medios de comunicación solo aparecen como protagonistas sacerdotes y religiosas pero la Iglesia es mucho más que todo eso. Te presento mi Iglesia: -La Iglesia es Madre porque en ella un día fuiste engendrado para una nueva vida, la vida de los amigos de Dios por el bautismo. Por eso ella te quiere enseñar como Madre buena cuál es el sentido de la vida, ese sentido 22 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo por el que te preguntabas el día en que comenzaste a andar y que poco a poco si no me dejas y no abandonas mi Iglesia irás descubriendo. -La Iglesia es donde he querido manifestarte todo mi amor a través especialmente del sacramento de la RECONCILIACIÓN, solamente en mi Iglesia podrás siempre gozar de la misericordia, esa que ayer buscabas para tu corazón, ese perdón que te libera de las ataduras del pecado, ese perdón que alegra tu corazón y te permite hablar conmigo de corazón a corazón. -La Iglesia es el lugar privilegiado donde Yo me quiero encontrar contigo, donde empezamos y crecemos en la amistad, donde además de estar tu y yo hay otros muchos que te acogen y acompañan como amigo simplemente por seguirme, no mirando ni tu clase, ni tu estilo, ni como eres. Después de explicarte brevemente mi Iglesia quiero invitarte a que entres , no para ser uno más, no para imponerte más normas… quiero que entres en TU CASA LA IGLESIA para que seas de los míos. Pensarás: ¡ni loco!. Puede ser que tengas miedo por ser nuevo, porque nunca antes habías pensado que tu formas parte de ella, por el qué dirán… Pero ¡¡¡STOP!!! En estos días estás descubriendo seguramente algo muy distinto a lo que esperabas: una Iglesia JOVEN, ALEGRE y DIVERTIDA. Esta Iglesia quiero que sea para ti tu HOGAR, en tu casa descansas, creces, te alimentas, compartes, amas, te diviertes… eso mismo quiero que sea para ti mi Iglesia, una nueva familia, un nuevo hogar donde no eres extraño, porque en ella naciste, donde crezcas en mi amor y amistad, donde te diviertas con otros jóvenes, donde compartas tus dudas, tus problemas, tus miedos para que sintiendo la cercanía de los hermanos puedas superarlos, donde puedas alimentarte con mi PALABRA y mi CUERPO, donde descubras que NUNCA ESTARÁS SOLO, porque yo he prometido que “donde estén dos o tres reunidos en mi nombre allí estoy yo en medio de ellos”. María al entrar en casa de su prima la inundó de gozo con su presencia, María quiere entrar en tu corazón para llenarte de gozo y te invita a que con Ella entres en la Iglesia de su hijo Jesús para que tu también te conviertas en fuente de gozo para otros, porque llevas contigo al Señor. 23 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Posibles preguntas para la reunión: ¿Qué es para ti la Iglesia? ¿Te sientes Iglesia? ¿Crees que es posible con tu vida una Iglesia diferente? ¿Cuál es tu compromiso en la Iglesia? ¿Has pensado alguna vez colaborar con la Iglesia? Con tu tiempo, tu persona.. 24 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo VIGILIA “Feliz tú que has creido” EL ENCUENTRO CON MARÍA Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1-4). Por fin, hemos llegado al encuentro con nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe, ha valido la pena los esfuerzos del camino, nuestro rostro cansado se llena de alegría, la emoción se apodera de nosotros, ya no nos acordamos de las dificultades del camino, nuestros ojos y nuestro corazón están fijos en María. Ella nos acoge, sabe que estamos cansados y quiere que pongamos nuestro corazón junto al suyo para poder descansar como al niño Jesús, que lleva entre sus manos, en su regazo. ¡Ya estamos en nuestra casa! Queremos abrazar a nuestra madre con la alegría de ser más hermanos que nunca porque se ha acrecentado nuestra amistad en el camino, ella se alegra con nuestra presencia y nos muestra a Jesús. Con las mismas palabras del Papa Juan Pablo II en su primera visita a este Santuario de María, en este primer encuentro que él tuvo como nosotros, hace 30 años, otros hace 25, 20, 10, 5 … o a lo mejor es tu primera vez queremos decir a María: 25 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque así que sonó la voz de tu salutación en mis oídos, exultó el niño en mi seno. Dichosa la que ha creído que se cumplirá lo que se le ha dicho de parte del Señor”. ¡Bendita tú! Este saludo une a millones de corazones; de estas tierras, de España, de otros continentes, acomunados en torno a María, a Guadalupe, en tantas partes del mundo. Y así María no es sólo la Madre solícita de los hombres, de los pueblos, de los emigrantes. Es también el modelo en la fe y en las virtudes que hemos de imitar durante nuestra peregrinación terrena. Que así sea, con mi bendición apostólica para todos. Homilía de Juan Pablo II en la celebración de la Palabra en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe el 4 de noviembre de 1982. Primer viaje apostólico a España. Como María somos dichosos por tenerla como Madre, dichosos porque nos lleva hacia Dios, nos entrega a su Hijo Jesucristo, como camino, verdad y vida. Dichosos porque ella es nuestra esperanza en el presente, porque es modelo de fe en la peregrinación de nuestra vida, porque ha creído siempre en Dios y nos ayuda a seguir confiando en Él para descubrir cada vez más la grandeza de su amor. Y como nos dice el Papa Benedicto XVI en este año de la fe que ahora empieza: “que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero” Pidamos a María que estas palabras del Papa se cumplan en todos los jóvenes del mundo, que ella tanto ama. Oración de Juan Pablo II a Nuestra Señora de Guadalupe Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. 26 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de Extremadura y de los pueblos hispanos, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza nuestra, míranos con compasión, enseñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén. Su Santidad Juan Pablo II México, enero de 1979. Visitando su Basilica en su primer viaje al extranjero como Papa. 27 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo DOMINGO, 14 DE OCTUBRE “Lo que te ha dicho el Señor se cumplirá” TEMA DE LA MAÑANA ENCIADOS A EVANGELIZAR Es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28, 19). Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos. (numero 7) La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. Y este «estar con él» nos lleva a comprender las razones por las que se cree. La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree. (numero 10) 28 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo En el corazón de todo peregrino y de toda persona late una necesidad de sentido por su hacer o vivir. El sentido de lo que uno hace o vive es lo que provoca que merezca la pena hacerlo o vivirlo. ¿Has grabado a fuego ese sentido que te ha hecho “vivir” estos días o que incluso se ha fortalecido? Y si es la primera vez que estás aquí, ¿te has encontrado con Él? Dicho de otra manera, ruego te preguntes si merece la pena esto que has aprendido; si merece la pena esto que has vivido estos días: ¿Sí?, ¿No?, y ¿por qué? Incluso yendo más allá: piensa qué relación tiene esto con tu vida y qué sentido le aporta. Es muy seguro que hayas encontrado la respuesta al sentido de tu propia existencia, o que se haya reafirmado: SEÑOR CREO EN TI. SOY AMADO. MI VIDA SE FUNDAMENTA SOBRE LA VICTORIA DE UN AMOR CRUCIFICADO. Así pues te encuentras en la cumbre de esta peregrinación, aunque no de la vida. Lo mejor está por llegar. Y ya sabes, cuando alguien tiene LA CERTEZA DE HABER DESCUBIERTO UN TESORO QUE MERECE LA PENA SER CONOCIDO POR EL RESTO de la humanidad, no debe mantenerlo oculto, es más, vibras por compartirlo con el otro, y así tu alegría será también extensiva a los demás. Es de gran actualidad hoy para las empresas reflexionar sobre la propia misión a desempeñar para poder seguir adelante. Se preguntan cuál es su misión corporativa, su visión de sí mismos en el futuro y sus valores. Tú también debes REFLEXIONAR SOBRE TU MISIÓN, sobre tu valor insustituible. Un cometido que VIENE DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA: Ella tiene esa necesidad de testimoniar la Palabra, el compromiso vital de hacerlo. Por ello, la Iglesia no debe esconderse ni tener miedo de comunicar su mensaje a la sociedad actual. Un mensaje que salva al hombre, eleva su dignidad “rehumanizándolo” por medio del encuentro con Cristo, entrando y abriendo ambientes nuevos donde tú te mueves y donde puede llegar a vivirse con nobleza la fe. No puedes separar ningún resquicio de tu vida de la fe que crees. Toda una vida vivida desde la fe, la Verdad y el Amor. Una vida vivida con pasión. 29 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo La fe debe y puede explicarse así través de ti a las personas y a los jóvenes de hoy que viven inmersos en la Modernidad pues habla a cada hombre. Al mismo tiempo has de reconocer, que tu fe no está hecha del todo, que te encuentras en un proceso y que sería fatal interrumpir pues todo su valor se nublaría, haciéndote incluso más incrédulo. Y en este proceso, necesitas de los sacramentos (Bautismo, Eucaristía, Penitencia, Confirmación…) no como metas, sino como armas, como momentos importantes pero no únicos, que te permiten alcanzar el Fin: vivir tu Amistad con Cristo. Tu Vida en Cristo; Recuerda que has recibido la fe de una comunidad y en una comunidad. Que lo que anuncias no es tuyo y la fuerza de su mensaje depende, no de ti mismo, sino del poder de su Palabra: “Id por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra” (cf. Mt 28, 19). Isabel, prima de María, le recuerda a la Virgen que lo que le ha dicho el Señor se cumplirá. En la certeza de esa Palabra María se mueve y vive. En la Certeza de esa Palabra se pone en Camino. Y tú que has encontrado la razón de tu vida: ¿dejarás paso a la desconfianza enajenando el peso de la Certeza de esta Palabra? Benedicto nos decía que en efecto “la fe crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y de gozo.”Estando con Él, viviendo con El, confiando en Él entenderás lo que crees. Marcha alegre. Vive la Palabra. Anuncia la Palabra. Lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. 30 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo Posibles preguntas para la reunión: PREGUNTAS PARA ADOLESCENTES: 1.- Comenta qué persona ha estado en tu vida, gracias a la cual has conocido al Señor o a María; o que haya sido para ti ayuda en la fe. 2.- ¿Tienes miedo de anunciar la fe, de mostrarte como cristiano? ¿en que ambientes? ¿Por qué? 3.- ¿Te ha impresionado algún testimonio en esta peregrinación? ¿Algún peregrino? ¿Te ha llevado a plantearte algo en tu vida? 4.- No seas ingenuo, los apóstoles vivieron todo un proceso de fe pasando incluso por la traición a su Maestro, pero no abandonaron… ¿qué vas hacer para continuar seriamente en tu proceso de fe en tu parroquia, casa,… y no abandonar volviéndote un auténtico testigo? PREGUNTAS PARA JÓVENES: 1.- ¿Has oído el término acuñado por Juan Pablo II, Nueva Evangelización? ¿Qué crees que significa? 2.- ¿Te sientes llamado por Cristo y por la Iglesia? ¿Dónde crees que radica la fuerza del anuncio del Evangelio.? 3.- Nueva Evangelización va muy unido a la realidad de la Iniciación Cristiana. ¿Crees que evangelizar debe reducirse simplemente a la preparación de un Sacramento? 4.- Pensad en “ámbitos o areópagos” donde como jóvenes estáis llamados a evangelizar. ¿cómo podéis hacerlo? 5.- Vida y fe. Fe vivida. ¿puede quedar alguna parte estanco de nuestra vida donde no deba entrar la fe? ¿por qué? 31 SÁBADO, 22 DE OCTUBRE PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO Archidiócesis de Toledo TEXTOS Carta Apostólica de benedicto xvi con la que se convoca el año de la fe PORTA FIDEI 1. «La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22). Profesar la fe en la Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cf. 1 Jn 4, 8): el Padre, que en la plenitud de los tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor. 2. Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro, he recordado la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo. En la homilía de la santa Misa de inicio del Pontificado decía: «La Iglesia en su conjunto, y en ella sus pastores, como Cristo han de 51 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud». Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales, culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este presupuesto no sólo no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es negado. Mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea ya así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas. 3. No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cf. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cf. Jn 4, 14). Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el Pan de la vida, ofrecido como sustento a todos los que son sus discípulos (cf. Jn 6, 51). En efecto, la enseñanza de Jesús resuena todavía hoy con la misma fuerza: «Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna» (Jn 6, 27). La pregunta planteada por los que lo escuchaban es también hoy la misma para nosotros: «¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras de Dios?» (Jn 6, 28). Sabemos la respuesta de Jesús: «La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado» (Jn 6, 29). Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino para Archidiócesis de Toledo poder llegar de modo definitivo a la salvación. 4. A la luz de todo esto, he decidido convocar un Año de la fe. Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán también los veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por mi Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, con la intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe. Este documento, auténtico fruto del Concilio Vaticano II, fue querido por el Sínodo Extraordinario de los Obispos de 1985 como instrumento al servicio de la catequesis, realizándose mediante la colaboración de todo el Episcopado de la Iglesia católica. Y precisamente he convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, en el mes de octubre de 2012, sobre el tema de La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la fe. No es la primera vez que la Iglesia está llamada a celebrar un Año de la fe. Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, proclamó uno parecido en 1967, para conmemorar el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo en el décimo noveno centenario de su supremo testimonio. Lo concibió como un momento solemne para que en toda la Iglesia se diese «una auténtica y sincera profesión de la misma fe»; además, quiso que ésta fuera confirmada de manera «individual y colectiva, libre y consciente, interior y exterior, humilde y franca». Pensaba que de esa manera toda la Iglesia podría adquirir una «exacta conciencia de su fe, para reanimarla, para purificarla, para 52 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO confirmarla y para confesarla». Las grandes transformaciones que tuvieron lugar en aquel Año, hicieron que la necesidad de dicha celebración fuera todavía más evidente. Ésta concluyó con la Profesión de fe del Pueblo de Dios, para testimoniar cómo los contenidos esenciales que desde siglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienen necesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las del pasado. 5. En ciertos aspectos, mi Venerado Predecesor vio ese Año como una «consecuencia y exigencia postconciliar», consciente de las graves dificultades del tiempo, sobre todo con respecto a la profesión de la fe verdadera y a su recta interpretación. He pensado que iniciar el Año de la fe coincidiendo con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II puede ser una ocasión propicia para comprender que los textos dejados en herencia por los Padres conciliares, según las palabras del beato Juan Pablo II, «no pierden su valor ni su esplendor. Es necesario leerlos de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia. […] Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza». Yo también deseo reafirmar con fuerza lo que dije a propósito del Concilio pocos meses después de mi elección como Sucesor de Pedro: «Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta, puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para la renovación siempre necesaria de la Iglesia». Archidiócesis de Toledo 6. La renovación de la Iglesia pasa también a través del testimonio ofrecido por la vida de los creyentes: con su misma existencia en el mundo, los cristianos están llamados efectivamente a hacer resplandecer la Palabra de verdad que el Señor Jesús nos dejó. Precisamente el Concilio, en la Constitución dogmática Lumen gentium, afirmaba: «Mientras que Cristo, “santo, inocente, sin mancha” (Hb 7, 26), no conoció el pecado (cf. 2 Co 5, 21), sino que vino solamente a expiar los pecados del pueblo (cf. Hb 2, 17), la Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación. La Iglesia continúa su peregrinación “en medio de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios”, anunciando la cruz y la muerte del Señor hasta que vuelva (cf. 1 Co 11, 26). Se siente fortalecida con la fuerza del Señor resucitado para poder superar con paciencia y amor todos los sufrimientos y dificultades, tanto interiores como exteriores, y revelar en el mundo el misterio de Cristo, aunque bajo sombras, sin embargo, con fidelidad hasta que al final se manifieste a plena luz». En esta perspectiva, el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo. Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31). Para el apóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una nueva vida: «Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 4). Gracias a la fe, esta vida nueva plasma toda la existencia humana en la novedad radical 53 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO de la resurrección. En la medida de su disponibilidad libre, los pensamientos y los afectos, la mentalidad y el comportamiento del hombre se purifican y transforman lentamente, en un proceso que no termina de cumplirse totalmente en esta vida. La «fe que actúa por el amor» (Ga 5, 6) se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de acción que cambia toda la vida del hombre (cf. Rm 12, 2; Col 3, 9-10; Ef 4, 20-29; 2 Co 5, 17). 7. «Caritas Christi urget nos» (2 Co 5, 14): es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la tierra (cf. Mt 28, 19). Con su amor, Jesucristo atrae hacia sí a los hombres de cada generación: en todo tiempo, convoca a la Iglesia y le confía el anuncio del Evangelio, con un mandato que es siempre nuevo. Por eso, también hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. El compromiso misionero de los creyentes saca fuerza y vigor del descubrimiento cotidiano de su amor, que nunca puede faltar. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo: en efecto, abre el corazón y la mente de los que escuchan para acoger la invitación del Señor a aceptar su Palabra para ser sus discípulos. Como afirma san Agustín, los creyentes «se fortalecen creyendo». El santo Obispo de Hipona tenía buenos motivos para expresarse de esta manera. Como sabemos, su vida fue una búsqueda Archidiócesis de Toledo continua de la belleza de la fe hasta que su corazón encontró descanso en Dios. Sus numerosos escritos, en los que explica la importancia de creer y la verdad de la fe, permanecen aún hoy como un patrimonio de riqueza sin igual, consintiendo todavía a tantas personas que buscan a Dios encontrar el sendero justo para acceder a la «puerta de la fe». Así, la fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios. 8. En esta feliz conmemoración, deseo invitar a los hermanos Obispos de todo el Orbe a que se unan al Sucesor de Pedro en el tiempo de gracia espiritual que el Señor nos ofrece para rememorar el don precioso de la fe. Queremos celebrar este Año de manera digna y fecunda. Habrá que intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo. Tendremos la oportunidad de confesar la fe en el Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo; en nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de siempre. En este Año, las comunidades religiosas, así como las parroquiales, y todas las realidades eclesiales antiguas y nuevas, encontrarán la manera de profesar públicamente el Credo. 9. Deseamos que este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de 54 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO modo particular en la Eucaristía, que es «la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su fuerza». Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble. Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree, es un compromiso que todo creyente debe de hacer propio, sobre todo en este Año. No por casualidad, los cristianos en los primeros siglos estaban obligados a aprender de memoria el Credo. Esto les servía como oración cotidiana para no olvidar el compromiso asumido con el bautismo. San Agustín lo recuerda con unas palabras de profundo significado, cuando en un sermón sobre la redditio symboli, la entrega del Credo, dice: «El símbolo del sacrosanto misterio que recibisteis todos a la vez y que hoy habéis recitado uno a uno, no es otra cosa que las palabras en las que se apoya sólidamente la fe de la Iglesia, nuestra madre, sobre la base inconmovible que es Cristo el Señor. […] Recibisteis y recitasteis algo que debéis retener siempre en vuestra mente y corazón y repetir en vuestro lecho; algo sobre lo que tenéis que pensar cuando estáis en la calle y que no debéis olvidar ni cuando coméis, de forma que, incluso cuando dormís corporalmente, vigiléis con el corazón». 10. En este sentido, quisiera esbozar un camino que sea útil para comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios. En efecto, existe una unidad profunda entre el acto con el que se cree y los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento. El apóstol Pablo nos ayuda a entrar dentro Archidiócesis de Toledo de esta realidad cuando escribe: «con el corazón se cree y con los labios se profesa» (cf. Rm 10, 10). El corazón indica que el primer acto con el que se llega a la fe es don de Dios y acción de la gracia que actúa y transforma a la persona hasta en lo más íntimo. A este propósito, el ejemplo de Lidia es muy elocuente. Cuenta san Lucas que Pablo, mientras se encontraba en Filipos, fue un sábado a anunciar el Evangelio a algunas mujeres; entre estas estaba Lidia y el «Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que decía Pablo» (Hch 16, 14). El sentido que encierra la expresión es importante. San Lucas enseña que el conocimiento de los contenidos que se han de creer no es suficiente si después el corazón, auténtico sagrario de la persona, no está abierto por la gracia que permite tener ojos para mirar en profundidad y comprender que lo que se ha anunciado es la Palabra de Dios. Profesar con la boca indica, a su vez, que la fe implica un testimonio y un compromiso público. El cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado. La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él. Y este «estar con él» nos lleva a comprender las razones por las que se cree. La fe, precisamente porque es un acto de la libertad, exige también la responsabilidad social de lo que se cree. La Iglesia en el día de Pentecostés muestra con toda evidencia esta dimensión pública del creer y del anunciar a todos sin temor la propia fe. Es el don del Espíritu Santo el que capacita para la misión y fortalece nuestro testimonio, haciéndolo franco y valeroso. La misma profesión de fe es un acto personal y al mismo tiempo comunitario. En efecto, el primer sujeto de la fe es la Iglesia. En la fe de la comunidad cristiana cada uno recibe el bautismo, signo eficaz de la entrada en el pueblo de los 55 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO creyentes para alcanzar la salvación. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica: «“Creo”: Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente en su bautismo. “Creemos”: Es la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidos en Concilio o, más generalmente, por la asamblea litúrgica de los creyentes. “Creo”, es también la Iglesia, nuestra Madre, que responde a Dios por su fe y que nos enseña a decir: “creo”, “creemos”». Como se puede ver, el conocimiento de los contenidos de la fe es esencial para dar el propio asentimiento, es decir, para adherirse plenamente con la inteligencia y la voluntad a lo que propone la Iglesia. El conocimiento de la fe introduce en la totalidad del misterio salvífico revelado por Dios. El asentimiento que se presta implica por tanto que, cuando se cree, se acepta libremente todo el misterio de la fe, ya que quien garantiza su verdad es Dios mismo que se revela y da a conocer su misterio de amor. Por otra parte, no podemos olvidar que muchas personas en nuestro contexto cultural, aún no reconociendo en ellos el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva de su existencia y del mundo. Esta búsqueda es un auténtico «preámbulo» de la fe, porque lleva a las personas por el camino que conduce al misterio de Dios. La misma razón del hombre, en efecto, lleva inscrita la exigencia de «lo que vale y permanece siempre». Esta exigencia constituye una invitación permanente, inscrita indeleblemente en el corazón humano, a ponerse en camino para encontrar a Aquel que no buscaríamos si no hubiera ya venido. La fe nos invita y nos abre totalmente a este encuentro. 11. Para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, todos pueden encontrar en el Catecismo de la Archidiócesis de Toledo Iglesia Católica un subsidio precioso e indispensable. Es uno de los frutos más importantes del Concilio Vaticano II. En la Constitución apostólica Fidei depositum, firmada precisamente al cumplirse el trigésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el beato Juan Pablo II escribía: «Este Catecismo es una contribución importantísima a la obra de renovación de la vida eclesial... Lo declaro como regla segura para la enseñanza de la fe y como instrumento válido y legítimo al servicio de la comunión eclesial». Precisamente en este horizonte, el Año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados sistemática y orgánicamente en el Catecismo de la Iglesia Católica. En efecto, en él se pone de manifiesto la riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil años de historia. Desde la Sagrada Escritura a los Padres de la Iglesia, de los Maestros de teología a los Santos de todos los siglos, el Catecismo ofrece una memoria permanente de los diferentes modos en que la Iglesia ha meditado sobre la fe y ha progresado en la doctrina, para dar certeza a los creyentes en su vida de fe. En su misma estructura, el Catecismo de la Iglesia Católica presenta el desarrollo de la fe hasta abordar los grandes temas de la vida cotidiana. A través de sus páginas se descubre que todo lo que se presenta no es una teoría, sino el encuentro con una Persona que vive en la Iglesia. A la profesión de fe, de hecho, sigue la explicación de la vida sacramental, en la que Cristo está presente y actúa, y continúa la construcción de su Iglesia. Sin la liturgia y los sacramentos, la profesión de fe no tendría eficacia, pues carecería de la gracia que sostiene el testimonio de los 56 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO cristianos. Del mismo modo, la enseñanza del Catecismo sobre la vida moral adquiere su pleno sentido cuando se pone en relación con la fe, la liturgia y la oración. 12. Así, pues, el Catecismo de la Iglesia Católica podrá ser en este Año un verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural. Para ello, he invitado a la Congregación para la Doctrina de la Fe a que, de acuerdo con los Dicasterios competentes de la Santa Sede, redacte una Nota con la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentes algunas indicaciones para vivir este Año de la fe de la manera más eficaz y apropiada, ayudándoles a creer y evangelizar. En efecto, la fe está sometida más que en el pasado a una serie de interrogantes que provienen de un cambio de mentalidad que, sobre todo hoy, reduce el ámbito de las certezas racionales al de los logros científicos y tecnológicos. Pero la Iglesia nunca ha tenido miedo de mostrar cómo entre la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas, aunque por caminos distintos, tienden a la verdad. 13. A lo largo de este Año, será decisivo volver a recorrer la historia de nuestra fe, que contempla el misterio insondable del entrecruzarse de la santidad y el pecado. Mientras lo primero pone de relieve la gran contribución que los hombres y las mujeres han ofrecido para el crecimiento y desarrollo de las comunidades a través del testimonio de su vida, lo segundo debe suscitar en cada uno un sincero y constante acto de conversión, con el fin de experimentar la misericordia del Padre que sale al encuentro de todos. Durante este tiempo, tendremos la mirada fija en Jesucristo, «que inició y completa nuestra fe» (Hb 12, 2): en él encuentra su Archidiócesis de Toledo cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano. La alegría del amor, la respuesta al drama del sufrimiento y el dolor, la fuerza del perdón ante la ofensa recibida y la victoria de la vida ante el vacío de la muerte, todo tiene su cumplimiento en el misterio de su Encarnación, de su hacerse hombre, de su compartir con nosotros la debilidad humana para transformarla con el poder de su resurrección. En él, muerto y resucitado por nuestra salvación, se iluminan plenamente los ejemplos de fe que han marcado los últimos dos mil años de nuestra historia de salvación. Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1-4). Por la fe, los Apóstoles dejaron todo para seguir al Maestro (cf. Mt 10, 28). Creyeron en las palabras con las que anunciaba el Reino de Dios, que está presente y se realiza en su persona (cf. Lc 11, 20). Vivieron en comunión de vida con Jesús, que los instruía con sus enseñanzas, dejándoles una nueva regla de vida por la que serían reconocidos como sus discípulos después de su muerte (cf. Jn 13, 34-35). Por la fe, fueron 57 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO por el mundo entero, siguiendo el mandato de llevar el Evangelio a toda criatura (cf. Mc 16, 15) y, sin temor alguno, anunciaron a todos la alegría de la resurrección, de la que fueron testigos fieles. Por la fe, los discípulos formaron la primera comunidad reunida en torno a la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la celebración de la Eucaristía, poniendo en común todos sus bienes para atender las necesidades de los hermanos (cf. Hch 2, 42-47). Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había trasformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de sus perseguidores. Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su vida a Cristo, dejando todo para vivir en la sencillez evangélica la obediencia, la pobreza y la castidad, signos concretos de la espera del Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos cristianos han promovido acciones en favor de la justicia, para hacer concreta la palabra del Señor, que ha venido a proclamar la liberación de los oprimidos y un año de gracia para todos (cf. Lc 4, 1819). Por la fe, hombres y mujeres de toda edad, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (cf. Ap 7, 9; 13, 8), han confesado a lo largo de los siglos la belleza de seguir al Señor Jesús allí donde se les llamaba a dar testimonio de su ser cristianos: en la familia, la profesión, la vida pública y el desempeño de los carismas y ministerios que se les confiaban. También nosotros vivimos por la fe: para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente en nuestras vidas y en la historia. 14. El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el Archidiócesis de Toledo testimonio de la caridad. San Pablo nos recuerda: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la caridad» (1 Co 13, 13). Con palabras aún más fuertes —que siempre atañen a los cristianos—, el apóstol Santiago dice: «¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un hermano o una hermana andan desnudos y faltos de alimento diario y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, abrigaos y saciaos”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así es también la fe: si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe”» (St 2, 14-18). La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad sin fe sería un sentimiento constantemente a merced de la duda. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el más importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor resucitado. «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40): estas palabras suyas son una advertencia que no se ha de olvidar, y una invitación perenne a devolver ese amor con el que él cuida de nosotros. Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo cada vez que se hace nuestro prójimo en el camino de la vida. Sostenidos por la fe, miramos con esperanza a nuestro compromiso en el mundo, aguardando «unos cielos nuevos 58 PEREGRINACIÓN A GUADALUPE – 2012 25 ANIVERSARIO y una tierra nueva en los que habite la justicia» (2 P 3, 13; cf. Ap 21, 1). 15. Llegados sus últimos días, el apóstol Pablo pidió al discípulo Timoteo que «buscara la fe» (cf. 2 Tm 2, 22) con la misma constancia de cuando era niño (cf. 2 Tm 3, 15). Escuchemos esta invitación como dirigida a cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, ésa que no tiene fin. «Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada» (2 Ts 3, 1): que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Las palabras del apóstol Pedro proyectan un último rayo de luz sobre la fe: «Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, Archidiócesis de Toledo gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe; la salvación de vuestras almas» (1 P 1, 6-9). La vida de los cristianos conoce la experiencia de la alegría y el sufrimiento. Cuántos santos han experimentado la soledad. Cuántos creyentes son probados también en nuestros días por el silencio de Dios, mientras quisieran escuchar su voz consoladora. Las pruebas de la vida, a la vez que permiten comprender el misterio de la Cruz y participar en los sufrimientos de Cristo (cf. Col 1, 24), son preludio de la alegría y la esperanza a la que conduce la fe: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co 12, 10). Nosotros creemos con firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el mal y la muerte. Con esta segura confianza nos encomendamos a él: presente entre nosotros, vence el poder del maligno (cf. Lc 11, 20), y la Iglesia, comunidad visible de su misericordia, permanece en él como signo de la reconciliación definitiva con el Padre. Confiemos a la Madre de Dios, proclamada «bienaventurada porque ha creído» (Lc 1, 45), este tiempo de gracia. Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de octubre del año 2011, séptimo de mi Pontificado. BENEDICTO XVI. 59