aviva mi familia - Alcance Izcalli

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AVIVA MI FAMILIA
Por: Rubén Álvarez
Un Yom Kipur familiar
Introducción
Alinear a nuestra familia al orden que Dios ha establecido en Su Palabra puede
ser la mejor tarea que tú puedas hacer para edificarla con solidez, de tal forma que
ningún problema, ni circunstancia adversa pueda fracturarla y eventualmente derribarla.
Mateo 7: 24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las
hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la
roca. 25Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
26
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le
compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
27
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con
ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”
¿Cómo es que tu hogar ha sido edificado? ¿Cuándo lleguen las lluvias y la
tormenta, permanecerá en pie?
Hemos apreciado que nuestra familia puede ser ampliamente victoriosa sobre
todas las aflicciones y angustias de este mundo, sabiendo que vestidos con toda la
armadura de Dios y orando en unidad podremos salir adelante sobre cualquier
dificultad.
Más que vencedores somos en Cristo Jesús, y hoy quisiera que aprendiéramos,
a partir del rito del Yom Kipur que hoy se celebra entre los judíos la gran posibilidad de
tener una familia totalmente libre y exitosa.
Hoy 8 de Octubre de 2008, los judíos celebran esta fiesta, evidentemente
siguiendo las leyes de Moisés. A los 10 días del mes séptimo religioso de los judíos
debe celebrarse esta fiesta. Aprendamos lo que la Palabra de Dios nos dice.
DESARROLLO
1. La Fiesta de la EXPIACION y RECONCILIACION
Levítico 23: 26
“También habló Jehová a Moisés, diciendo: 27A
los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis
santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda
encendida a Jehová. 28Ningún trabajo haréis en este día; porque es día
de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.
29
Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será
cortada de su pueblo. 30Y cualquiera persona que hiciere trabajo alguno
en este día, yo destruiré a la tal persona de entre su pueblo. 31Ningún
trabajo haréis; estatuto perpetuo es por vuestras generaciones en
dondequiera que habitéis. 32Día de reposo será a vosotros, y afligiréis
vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de
tarde a tarde guardaréis vuestro reposo”
La fiesta de la expiación puede encontrarse en el pasaje arriba citado. Es un día
como dice allí de santa convoación, un día de aflicción para ofrecer ofrenda encendida a
Jehová. Hoy los judíos siguen estas instrucciones de manera muy precisa. Desde las 6
de la tarde de este día y hasta las 6 de la tarde del día de mañana se privarán de todo
tipo de satisfacción: El ayuno es obligatorio durante este periodo, es un día de reposo
obligatorio también y lo usan totalmente para la oración. Pasear está prohibido, tener
relaciones sexuales también, ver televisión; vamos todas aquellas cosas que involucren
algún tipo de placer o satisfacción.
Para los judíos, esta fiesta simboliza y tenía como objetivo la reconciliación del
pueblo con Su Dios. Sin duda, si hablamos de una reconciliación es porque había una
separación. Es evidente lo que la misma Palabra de Dios nos dice: Que no hay una
sola persona en el mundo que no peque,
1 Reyes 8: 46 “Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que
no peque), y estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del
enemigo, para que los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o
cerca”
Salmos 14: 3
“Todos se desviaron, a una se han corrompido;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”
Eclesiastés 7: 20 “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra,
que haga el bien y nunca peque”
Y todo pecado genera una separación de Dios según lo que nos dice:
Isaías 59: 2 “pero vuestras iniquidades han hecho división entre
vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de
vosotros su rostro para no oír”
Es por ello que era necesaria una reconciliación con Dios. Y esta fiesta de Yom
Kipur establecía los lineamientos que debían realizarse para que el pueblo fuera
reconciliado con Dios.
Y para ello, Dios les indicó que era necesaria una expiación. Quizá no entiendas
lo que esta palabra significa pero trataré de explicártelo: Una expiación es el castigo que
se debe aplicar para reparar un daño y dar satisfacción al afectado.
Y Dios les dio a los judíos todo un ritual que debían seguir a fin de reparar los
daños por todos los pecados del año, dando una satisfacción al agraviado, o sea Dios, y
entonces poder ser reconciliados con Él
2.
La Ceremonía de la Expiación.
Levítico 16: 1 “Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los
dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y
murieron. 2Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en
todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del
propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo
apareceré en la nube sobre el propiciatorio. 3Con esto entrará Aarón en
el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para
holocausto. 4Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá
calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se
cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de
lavar su cuerpo con agua. 5Y de la congregación de los hijos de Israel
tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para
holocausto.
6
Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará
la reconciliación por sí y por su casa. 7Después tomará los dos machos
cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo
de reunión. 8Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una
suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel. 9Y hará traer Aarón el
macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en
expiación. 10Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por
Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la
reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto”
El ritual involucraba a tres machos cabríos y un carnero para el holocausto.
Primeramente Aarón, como padre de familia y sacerdote de la misma, ofrecería uno de
los machos cabríos en expiación por sí mismo y su familia. Después entonces hará la
ceremonia por todo el pueblo.
Es interesante entender que, de acuerdo con la Palabra de Dios, el sacerdote
primero debía ocuparse de la reconciliar a su familia con Dios que en reconciliar a las
demás personas. Personalmente he visto a muchos cristianos que se ocupan más de
hablarles a los demás que por instruir a los de su misma casa. Primero la familia, es la
orden de Dios.
Y Aarón tendría dos machos cabríos más para hacer la reconciliación de todo el
pueblo. Sobre ellos dos debían echarse suertes. El cabrito que hubiera salido por
suerte por Jehová sería sacrificado, en tanto que el que hubiera salido por Azazel sería
presentado vivo delante de Dios para hacer la reconciliación sobre él.
El cabrito, cuya suerte fue hacia Jehová, sería degollado y con su sangre se
rociaría el interior del lugar santísimo, el santo y aún el altar de sacrificio. Aquella sangre
tenía el fin de traer limpieza sobre todas las impurezas del pueblo de Dios.
En tanto que el cabrito, cuya suerte hubiera sido para Azazel, sería depositario
de todos los pecados e iniquidades de toda la nación, pues las manos eran impuestas
sobre él transfiriendo todos los pecados. Aquel cabrito era llevado al desierto y su
destino era morir allí.
Al terminar con este rito anual, el pueblo de Dios estaría reconciliado con Dios,
limpio de impurezas y sin pecado. Por todo lo anterior el rito también era conocido
como la fiesta del perdón.
Sobre el significado de la palabra “Azazel” no se tiene una respuesta exacta.
Existen cuatro posibles alternativas: La primera que podría querer decir el cabrito que
se aleja, la segunda podría ser el infinitivo del verbo quitar en hebreo, la tercera hablaría
de un sitio en el desierto al cual nombraron así, y la cuarta opción y más probable de
acuerdo con la mayoría de estudiosos bíblicos es que se refiera al diablo, pues por las
palabras en hebreo podría significar “un dios fuerte”.
3. Cristo, nuestra expiación.
Pero hoy, por el nuevo testamento, podemos saber que nuestra herencia es
mucho mejor que la de los judíos, quienes, no aceptando a Jesús como el Cristo, siguen
celebrando estos rituales esperando año con año el perdón de sus pecados.
Y es que el nuevo testamento dice lo siguiente:
Hebreos 9: 15 “Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,
para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones
que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la
herencia eterna. 16Porque donde hay testamento, es necesario que
intervenga muerte del testador. 17Porque el testamento con la muerte
se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. 18De
donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. 19Porque
habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el
pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con
agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el
pueblo, 20diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
21
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos
los vasos del ministerio. 22Y casi todo es purificado, según la ley, con
sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
El sacrificio de Cristo quita el pecado
23
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen
purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores
sacrificios que estos. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de
mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse
ahora por nosotros ante Dios; 25y no para ofrecerse muchas veces,
como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con
sangre ajena. 26De otra manera le hubiera sido necesario padecer
muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la
consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el
sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado”
Hebreos 10: 1 “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes
venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los
mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan. 2De otra manera cesarían de ofrecerse,
pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más
conciencia de pecado. 3Pero en estos sacrificios cada año se hace
memoria de los pecados; 4porque la sangre de los toros y de los machos
cabríos no puede quitar los pecados. 5Por lo cual, entrando en el mundo
dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste;
Mas me preparaste cuerpo.
6
Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.
7
Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad,
Como en el rollo del libro está escrito de mí.
8
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por
el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen
según la ley), 9y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer
tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10En esa
voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre.
11
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y
ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden
quitar los pecados; 12pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para
siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de
Dios, 13de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean
puestos por estrado de sus pies; 14porque con una sola ofrenda hizo
perfectos para siempre a los santificados. 15Y nos atestigua lo mismo el
Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
16
Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,
17
añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.
18
Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el
pecado”
De acuerdo con esta preciosa Palabra, Cristo Jesús tomó la posición del Sumo
Sacerdote que ofrece el sacrificio, pero también tomó la posición de ambos machos
cabríos, tanto el que por suerte cayó para Dios como el que cayó para Azazel.
Una vez y para siempre derramó su sangre para limpiarnos y perdonarnos, de
forma tal que no hay necesidad de ofrecer otro sacrificio más. Jesús tomó el lugar del
cabrito, cuya suerte cayó por Dios, y fue sacrificado derramando su sangre para
limpieza y santificación del tabernáculo, un tipo de nosotros mismos. Pero también
tomó el lugar del cabrito, cuya suerte cayó para Azazel, sobre el cual se impusieron las
manos para transferirle los pecados de toda la nación. De esta forma todos nosotros,
quienes hemos creído en Él, hemos impuesto nuestras manos para transmitir todas
nuestras iniquidades y pecados. Aquel cabrito salía hacia el desierto, lugar de sequía y
soledad. Sí, la Palabra también nos informa que Jesús tuvo que descender al infierno
mismo debido al pecado que llevaba, pero de allí fue sacado con poder para resucitar al
tercer día.
Por todo lo anterior, podemos apreciar que esta ceremonia hablar por todas
partes de Jesús, el Sumo Sacerdote pero también el Cordero de Dios que quita el
pecado del mundo.
Hoy, tú y yo no tenemos que angustiarnos, no es día de tristeza como para los
judíos, sino un día de alegría intensa porque sabemos que ya todos nuestros pecados
fueron quitados, no una vez al año sino para siempre. Hoy no es día de ayuno,
tampoco de prohibirnos la alegría o algún placer; por el contrario es día de festejo
porque ya estamos reconciliados con Dios.
4. Un Yom Kipur familiar.
Pero me llama la atención que el padre de familia como sacerdote de la misma
podría ofrecer el sacrificio no solo por él sino por su familia. De esta manera, puedo ver
que tú mismo puedes tomar el sacrificio de Jesús no solo para tu propia reconciliación
con Dios sino para reconciliar a la familia que está bajo tu autoridad.
Los pecados de tu familia pueden ser quitados por la sangre de Jesús, en tanto
que educas a tus hijos para que puedan creer en Jesús y ellos mismos lleguen a
hacerlo su Salvador personal.
2 Corintios 5: 17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
18
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en
Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los
hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios. 21Al que no conoció pecado, por nosotros
lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en
él”
Cuantas gracias sean dadas a Jesús que ahora somos nuevas criaturas,
reconciliados por completo con Dios, pero quiero que sepas que nos ha dado un
ministerio a todos nosotros, el de la “reconciliación”.
Hoy yo tengo una palabra para ti, para que tu sepas que hoy mismo puedes ser
reconciliado por lo que Jesús ya hizo en la cruz.
Pero algo muy importante que debemos saber es que si queremos reconciliar a
las demás personas con Dios primero debiéramos reconciliarnos con nuestra familia.
Estoy seguro que muchos pecados han sido cometidos dentro de ella, por los cuales ha
habido una separación.
He escuchado a muchas esposas y esposos decir que pueden pasar por alto
quizá alguna ofensa pero en realidad no la pueden perdonar, por lo cual aquello que
sucedió hace algún tiempo sigue, hasta ahora, separándoles y molestándoles. Hijos
contrariados con los padres y padre molestos con sus hijos también. Pero Dios nos ha
dado la posibilidad del ministerio de la reconciliación si podemos imponer nuestras
manos sobre el cordero de Dios y transmitir todos esos pecados a Él.
Así que te propongo que ahora mismo puedas obtener tu Yom Kipur familiar, el
día de la reconciliación. ¿Por qué no pedir perdón por todas las faltas cometidas con
intensión o sin ella dentro de la casa? ¿Por qué no transferir toda esa iniquidad y
pecados al cordero de Dios?
Cuando el ritual había terminado, todo el pueblo sabía que habían sido
reconciliados con Dios y no había ninguna separación más. Creo que al terminar tu
oración podrás saber que tu familia también ya fue reconciliada y están listos para vivir
nuevos tiempos de bendición abundante.
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