Época XIII, No.14 Ciudad Universitaria Julio de 2010 EDICIÓN ESPECIAL Suplemento especial del 35º Aniversario de la Masacre Estudiantil de julio de 1975 Rector: Redacción: Msc. Rufino Antonio Quezada Msc. Ana María Campos Vicerrector Académico: Dina Sandoval Arq. Miguel Ángel Pérez Videla Funes Diseño y Coordinación: Archivo de la Secretaría de Comuni- Vicerrector Administrativo: Lic. Luis Alemán Licda. Delmy González caciones UES. MAE. Óscar Noé Navarrete Licda. Xochilt Escalante Dirección: Licda. Roselia Núñez (colaboración) Msc. Douglas Hernández Gerarado Guillén (Colaboraciòn) Editora: Fotografía: Msc. Ana María Campos Lic. Wilfredo Díaz Ederson Sibrián El Universitario es una publicación de la Secretaría de Comunicaciones de la Universidad de El Salvador. Tels. 2225-8930 y 25112019 www.eluniversitario.ues.edu.sv, eluniversitario@gmail.com 2/ Julio de 2010 De portada El Universitario El Universitario De portada Julio de 2010/ 3 A 35 años de la masacre estudiantil, universitarios piden fin de impunidad y petición de perdón “Porque el color de la sangre jamás se olvida...Los masacrados serán vengados”, Consignas como estas, piden que los hechos de la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975 no queden en la impunidad. Por: Xochilt Escalante A ño con año los universitarios conmemoran a las víctimas de esa masacre con una marcha que parte del portón de la Facultad de Humanidades a las 2 de la tarde y que tiene como destino la 25 avenida norte, a la altura del paso desnivel sobre la Alameda Juan Pablo II, sitio donde hace 35 años estudiantes de las diferentes facultades de la Universidad de El Salvador fueron masacrados por las fuerzas militares lideradas por el Presidente Arturo Armando Molina y el Ministro de Defensa Carlos Humberto Romero, quienes nunca fueron juzgados por estos hechos. En la brutal masacre del 30 de julio de 1975, perdieron la vida líderes estudiantiles como: Carlos Fonseca, Sergio Cabrera, José Domínguez Aldana, Reynaldo Hasbún, Roberto Miranda y decenas de estudian- tes universitarios fueron desaparecidos y reprimidos por los militares. Además de la acostumbrada marcha, los monumentos y murales que se encuentran en el campus recuerdan a las nuevas generaciones que el 30 de julio de 1975, forma parte de la memoria universitaria que está prohibida olvidar. Institucionalmente la Universidad de El Salvador en el artículo 82 G del Reglamento General de la Ley Orgánica, reconoce el 30 de julio de cada año, como el día del estudiante universitario y para lo cual se compromete a proveer los recursos económicos para que se promuevan actos socio-culturales en conmemoración de esa fecha. El estudiante de Agronomía, Vladimir Jiménez, Coordinador de la Comisión de Asociaciones Estudiantiles de la AGU, sostiene que la comunidad universitaria espera que este año sea diferente la conmemoración a los mártires del 30 de julio. Esperan que el Presidente de la República Mauricio Funes tome la iniciativa de pedir perdón a la Universidad, los sobrevivientes y los familiares de las víctimas, tal como ha sucedido recientemente con la petición de perdón que realizara el mandatario en los casos del Arzobispo de San Salvador Monseñor Arnulfo Romero, las víctimas del conflicto armado y los 4/ Julio de 2010 Padres Jesuitas, estos últimos asesinados el 16 de noviembre de 1989. “Considero que para la Universidad y el país en general es sumamente importante que se reconozca que existió un error, porque la represión que sufrieron los universitarios salvadoreños, no se ha dado en ninguna Universidad de Centroamérica y quizá en Latinoamérica. En Nicaragua hubo represión contra universitarios. Pero no fue de la misma proporción que la que ocurrió en nuestro país” dijo. Piden acabar con la impunidad De acuerdo con Jiménez, la Universidad debe exigir que el ejecutivo pida perdón por los hechos ocurridos ese 30 de julio de 1975, porque fue el Estado quien mandó a reprimir a los universitarios. El 30 de julio de 2008, Autoridades Universitarias junto a Representantes estudiantiles miembros de la Asamblea General Universitaria y el Consejo Superior El Universitario Según Vladimir Jiménez, el hecho de conmemorar a los mártires, debe significar un compromiso del sector estudiantil de seguir luchando para que esos hechos no se vuelvan a repetir. “El movimiento estudiantil debe seguir luchando cuestiones académicas, científicas y desde fuera, luchar también para que se den las transformaciones que el país necesita. Universitario, se unieron para exigir al presidente salvadoreño en turno, Elías Antonio Saca, la investigación oficial de la masacre contra esa marcha pacífica de los estudiantes universitarios, pero no se obtuvo ninguna respuesta del ejecutivo. De acuerdo al Rector de la UES, Rufino Quezada, la Universidad y los familiares de las víctimas nunca fueron reparados, por ello dice que en el año 2009 aprovechando que el Frente Fa- rabundo Martí, partido de izquierda, asumiera el poder ejecutivo realizaron las gestiones ante el Presidente y Ministro de Defensa para que pidieran perdón a la comunidad universitaria y al pueblo salvadoreño, sin embargo, hasta la fecha no se ha recibido ninguna respuesta. Pero según Jiménez, el hecho de conmemorar a los mártires, debe significar un compromiso del sector estudiantil de seguir luchando para que esos hechos no se vuelvan a repetir. “El movimiento estudiantil debe seguir luchando cuestiones académicas, científicas y desde fuera, luchar también para que se den las transformaciones que el país necesita. Los estudiantes universitarios de nuestra generación tenemos la oportunidad de lograr que esas transformaciones por las que lucharon los mártires universitarios se realicen.” Según se menciona en el libro “25 años de estudio y lucha” de los Inge- nieros Rufino Quezada y Hugo Martínez, después de la masacre de estudiantes universitarios del 30 de julio de 1975, el movimiento estudiantil universitario creció y avanzó a una etapa de lucha y vinculación con los sectores populares. En ese contexto, Vladimir Jiménez sostiene que el legado que dejó el movimiento estudiantil de 1975 fue principalmente la sensibilidad y conciencia social “el legado que nos dejaron los estudiantes de esa época, es sentir lo que todo el país siente, y creo que eso nos falta como estudiantes, sentir un poco más lo que vive la gente en el campo, sentir lo que sufre un trabajador informal, una trabajadora de una maquila, porque de otra forma no se entiende las necesidades del pueblo y caemos en lo mismo, que el estudiante universitario viene a recibir sus clases para mejorar su situación, pero no con la visión de hacer algo por el país” señaló. Julio de 2010/ 5 El Universitario Un día después de la masacre, el 31 de julio de 1975, El Consejo Superior Universitario (CSU) de la UES se reúne en sesión extraordinaria, celebrada en el decanato de Medicina, según consta en el acta 123, se toma el acuerdo de condenar la masacre, rechazar la versión oficial del gobierno de turno, exigir la liberación de los capturados, entrega de los cadáveres, informe de los desaparecidos, exigir el respeto de la integridad física de la comunidad universitaria y el pueblo en general. Además, se acordó denunciar y exigir el juzgamiento de los responsables de la masacre. Rufino Quezada, Rector UES: “El 30 de julio no podemos verlo como hecho aislado” Por: Luis Alemán y Roselia Núñez E l 25 de julio de 1975, las fuerzas militares del entonces presiente Arturo Armando Molina, intervinieron el Centro Universitario de Occidente de la Universidad de El Salvador, para evitar la realización de un Show Bufo, que los estudiantes desarrollaban cada 26 de julio, en vísperas de las fiestas patronales de Santa Ana y en el cual, éstos ridiculizaban al gobierno. La intervención evitó que los estudiantes salieran ese día. En protesta el 30 de julio de ese año, los estudiantes del Campus Central organizan una manifestación que parte del estacionamiento de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la UES, hacia el Parque Libertad. A esta se unen estudiantes de secundaria de San Salva- dor. Los estudiantes que marchaban de forma pacífica, son masacrados en las inmediaciones del puente a dos niveles, ubicado sobre la 25 Avenida norte, ahora Calle Mártires 30 de julio, a inmediaciones del Seguro Social. Testimonio de Mirna Perla (actual Magistrada de la Corte Suprema de Justicia) La comunidad universitaria salió a la calle por la 25 Avenida Norte a decirle al régimen del país, que la Universidad de El Salvador estaba unida a través del FUERSA, el UR19, el FAU y toda la comu- nidad universitaria. Estudiantes, docentes y trabajadores marchamos por las calles de San Salvador para decirle al Coronel Arturo Armando Molina que el estudiante universitario estaba defendiendo el derecho que la constitución ha consagrado para el pueblo salvadoreño, la educación superior. A pesar que el General Carlos Humberto Romero, Ministro de Defensa nos había advertido a través de la ra- dio, la televisión y con papeletas tiradas de un avión, que la Universidad se atenía a las últimas consecuencias, sí saliamos a manifestarnos. La decisión de salir Fueron momentos difíciles discutimos mucho los estudiantes revolucionarios en aquel momento si 6/ Julio de 2010 El Universitario salíamos, si aceptábamos que la dictadura pusiera una mordaza a la Minerva pero dijimos no, y dijimos vamos a desafiar al régimen porque tenemos una gran responsabilidad con nuestros antepasados. Desde hace 500 años los pipiles defendieron estas tierras y no podíamos quedarnos en el recinto universitario, mientras la bota militar había invadido nuestro campus y por eso salimos, salimos con mucha alegría, con muchas pancartas, con muchos cantos y sobre todo con la razón de nuestra parte. Llegaron las tanquetas Cuando estábamos a la altura del Externado San José empezamos a ver las tanquetas que venían y los aviones que nos sobrevolaban en ese momento y decidimos cambiar de rumbo nuestra marcha que se dirigía hacia el parque Cuscatlán y que luego partiría hacia el Parque Libertad donde íbamos a realizar un mitin de protesta. Pero cuando doblamos a la altura del paso a dos niveles, aparecieron los antimotines de la Policía y Guardia Nacional con cascos y gases lacrimógenos, disparando sus fusiles y empezaron a ametrallar a las personas que encabezaban la marcha. Nosotros creímos que había que retroceder pero en ese momento nos cortaron el paso (al inicio del paso a dos niveles) las tanquetas que venían a aplastar a los estudiantes universitarios, pues muchos compañeros cayeron. Las víctimas Ustedes han visto algunas de sus fotos y algunos de sus nombres, esas personas nunca han sido encontradas están en calidad de desaparecidas aunque sabemos que por ejemplo Carlos Fonseca iba muerto cuando se lo llevaron, porque después de que atacaron la marcha nos tiraron gases lacrimógenos y tiraron las tanquetas encima de todas las personas que estábamos ahí reunidas. Vinieron con ambulancias a recoger los cadáveres y heridos, después pasaron tirando agua con jabón para borrar las huellas de los asesinos. Esa noche esta universidad estaba llena de estudiantes. 30 de Julio en la historia El 30 de julio de 1975 marca un punto clave para la radicalización de muchos estudiantes de la época. El hecho no puede verse aislado al contexto nacional e internacional, coinciden el actual Rector del Alma Máter y los historiadores. La masacre se sitúa en medio de un periodo que el historiador Ricardo Argueta denomina de autoritarismo militar (1931-1992), donde “a finales de los años 60 ya comienza a sentirse una universidad opositora”. Poco se conoce del contexto y de la propia masacre. “La universidad no ha profundizado casi nada en su historia”, dice el historiador Ricardo Argueta, y propone la creación de una entidad dedicada a esta tarea. El régimen autoritario militar En El Salvador, los militares se habían instalado en el poder desde los años 30 del siglo XX, con el apoyo de la oligarquía cafetalera. El país era el reflejo de la oleada latinoamericana de dictaduras militares apoyadas por la clase dominante local y los Estados Unidos. Exceptuando el periodo de Maximiliano Hernández Martínez, en El Salvador no puede hablarse de un régimen totalitario o fascista, debido a que siempre hubo más de un partido político, un pluralismo político, aunque limitado. Antes del 31 no se cali- fica de autoritario al régimen político de una “oligarquía democrática”. Argueta prefiere calificar de despótico, donde la élite que gobierna el país se encarga de repartirse el poder, sin ninguna fuerza opositora que le cuestione. El régimen no necesita entonces recurrir a prácticas coercitivas hacia la oposición porque ésta no existe. “Se establecen redes clientelares”. La universidad tampoco constituía una fuerza opositora antes de los 30. Durante el periodo de gobierno de los Meléndez Quiñónez (1913-1927) el ejecutivo se encargaba de nombrar al Rector, docentes y administrativos. Épocas donde la mayoría de universitarios eran hijos de una élite mayormente urbana. Universidad-Régimen La masacre no puede verse fuera de la relación universidad-régimen político, ni desligada del histórico papel de la universidad vinculado con el Estado. Es precisamente el mismo mes y año que el Estado Salvadoreño es declarado soberano e independiente en 1841, que se decreta también la fundación de la universidad como base intelectual en la que se sostendría el naciente Estado. Al principio la universidad nace bajo el dominio clerical, hasta su secularización a partir de la década de 1850. La evolución de la universidad decantará hasta adquirir “la función de refugiar a la oposición en un régimen autoritario militar y lleva a la universidad, anteponer la función política ante la función académica o de investigación”. Como la mayoría de universidades latinoamericanas, la Reforma de Córdoba da vida a una nueva universidad, que exige autonomía y cogobierno, donde los estudiantes van a tomar protagonismo. Córdoba En medio de la corriente modernista de Rubén Darío, la Institución Libre de Enseñanza, inspirada por Francisco Giner de los Ríos, que impulsaría una dinámica de reforma educativa a partir de la idea de libertad, nacen a principio del siglo XX los centros de estudiantes y las federaciones universitarias. Argentina (1905) y Chile (1906) son los primeros países donde universitarios, hombres y mujeres, se organizan. El Siglo XX conoce las primeras “huelgas estudiantiles” y organizaciones de estudiantes, que tenían gran similitud con los sindicatos. En 1918 lo que comenzó con una simple huelga de los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba, en la que exigían profundas reformas universitaria, se convirtió rápida- Julio de 2010/ 7 El Universitario mente en un amplio movimiento en toda Argentina y en América Latina, con influencia también en España y Estados Unidos. El nuevo siglo traía consigo el legado del sufragio universal, la democracia y la gestación de una corriente educativa que “replanteaba las tradicionales relaciones de autoridad en la educación y la enseñanza, para poner el acento en el protagonismo del estudiante”. El manifiesto de la Federación Universitaria de Córdova planteaban los principios fundamentales de la reforma: autonomía universitaria, cogobierno, extensión universitaria, acceso por concursos y periodicidad de las cátedras, libertad de cátedra, cátedra paralela y cátedra libre, acceso masivo y gratuito, vinculación de docencia e investigación, inserción en la sociedad y rol de la universidad, solidaridad latinoamericana e internacional y unidad obrero-estudiantil. Con el estandarte de Córdoba muchas universidades obtienen la autonomía y comienzan un proceso de mayor inserción en la sociedad. Argentina (1919), México (1929), Costa Rica (1949), República Dominicana (1961), Bolivia (1931), Chile (1931), Perú (1920), Uruguay (1958), Venezuela (1958). En El Salvador a pesar que la autonomía se había reconocido en varias ocasiones, fue hasta 1950 cuando alcanza la calidad de disposición constitucional. La UES no fue la única que sufrió intervenciones en el marco de estas reformas. Similares procesos de violación a la autonomía los tuvieron la mayoría de universidades latinoamericanas. La reacción de un movimiento estudiantil y los principios de Córdoba ya comenzaban a tener mayor resonancia y casi simultáneamente a la autonomía, muchas universidades latinoamericanas implementan el cogobierno. El estudiantado latinoamericano realiza varios congresos en el marco de las reformas de Córdoba, entre estos: En 1921, en México se realiza el Primer Congreso Internacional de Estudiantes en donde surgió la Organización Internacional de Estudiantes. 1925 en México, el Primer Congreso de Estudiantes Iberoamericanos. 1937, en Santiago de Chile el Primer Congreso Latinoamericano de Estudiantes 1957 en la ciudad de La Plata, Argentina, Segundo Congreso Latino- americano de Estudiantes. Los ideales de la reforma universitaria no sólo sobrepasaron las fronteras políticas, también las hicieron suyas muchos artistas como Diego Rivera, David Siqueiros, Miguel Ángel Asturias, Pablo Neruda, Deodoro Roca, Germán Arciniegas, entre otros. Por lo que se considera también una reforma cultural. Posterior a Córdova se dan las revueltas estudiantiles en Estados Unidos en las décadas de 1960 y 1970 y el Mayo francés de 1968. En los Estados Unidos, en la década de los 60, los estudiantes de Berkeley reclamaban pacíficamente por la libertad de expresión (free speech movement). En México, el 2 de octubre de 1968 se da la masacre de Tlatelolco. Aún no se ha aclarado el núme- ro de muertos pero se estiman unos 300. Córdoba también abanderaba el ingreso masivo a la universidad. En los años 60 comienza a sentirse el crecimiento en la población estudiantil en la UES. Una de las cosas que contribuyó a incrementar la población fue la residencia estudiantil en la época del rector Fabio Castillo, para albergar a estudiantes alejados de la urbe capitalina, para eliminar la barrera de la distancia que era lo que impedía a muchos el acceso a la educación superior. La idea es incrementar la población estudiantil, el crear residencias es parte de eso. En los 60 también se comienza el proceso de descentralización de la universidad. En Santa Ana se crea la primera regional, en 1965 y una año después en San Miguel. El giro de 1972. CONTEXTO. Como en casi toda Latinoamérica, las dictaduras eran una “moda” con la que se vestían las oligarquías para la defensa de sus intereses. Las críticas hacia sus actos eran reprimidas y poco se conocía el concepto de Derechos Humanos. Después de la intervención del 19 de julio de 1972, y del cierre de las instalaciones, entregadas hasta el siguiente año, la universidad comienza un proceso de represión y de intervenciones. Los siguientes gobiernos la tendrían en la mira. El mensaje que la UES dio en el 44, durante la huelga de Brazos Caídos era de una universidad opositora. “Después del 72 cuando se abre la universidad no hay un control específico del movimiento estudiantil, se sabe que es antirrégimen pero se le dan espacio dentro de la universidad”, aclara historiador Argueta. El 19 de julio 1972, mediante decreto legislativo, debido a “constantes violaciones a la Ley Orgánica y Estatutos”, de acuerdo con la versión oficial, se deja sin efecto los nombramientos de autoridades, docentes, personal administrativo y de servicio. Rafael Menjívar tenía cuatro meses en el rectorado y el Coronel Arturo Armando Molina 19 días de haber asumido la presidencia. En la intervención es apresado el Rector, junto al entonces Decano de Humanidades y uno de los impulsores de los principios de Córdoba cuando fue Rector en los años 60, Fabio Castillo. Ambos son exiliados junto con 13 personas más. Nidia Díaz, recuerda que era estudiante universitaria para la época. “Estábamos luchando porque la universidad estuviera más proyectada al pueblo, estudiábamos y 8/ Julio de 2010 El Universitario todo pero yo practicaba danza moderna al medio día... estábamos haciendo danza cuando intervino el ejército y nos sacó con todo y mayas. A nosotros solo se nos dijo váyanse, porque estaban repletos los camiones. Salí por la entrada de derecho y pude observar que cientos de personas eran capturadas”. Díaz, recuerda que ya habían organizaciones estudiantiles como el MERS (Movimiento Estudiantil Revolucionario de Secundaria) con dirigentes como Febe Elisabeth, Felipe Peña y Atilio Corvera. También existía una organización social demócrata y el FAU (Fuerza de Acción Universitaria) como expresión de sectores radicales.”Después del cierre de la universidad es donde más se perfilan las corrientes”, opina. Fuera de la universidad se crea FUERSA (Frente Universitario Estudiantil Salvador Allende) recuerda Nidia, y dice que se instala en la UES cuando se reabre, un año después. Surge con un mayor perfil el UR19 (Unión Revolucionaria 19 de julio de 1972) FAU. En el 75 personas que integran estos grupos formaron parte de otras organizaciones multisectoriales que involucran también a sectores campesinos. Un desfile Bufo boicoteado Los universitarios de Santa Ana criticarían el régimen de Molina, ridiculizándolo en un desfile bufo en el marco de las Fiestas Julias de 1975. El gobierno se enteró e intervino el campus occidental el 25 de julio y boicoteó el desfile. Como respuesta de los estudiantes de occiden- te, otra marcha se organizó para el 29 de julio. Fue reprimida con gases lacrimógenos. A esta marcha se habían unido estudiantes del Movimiento de Estudiantes Revolucionarios de Secundaria (MERS). En solidaridad con sus compañeros, los estudiantes del campus central organizan una marcha para el 30 de julio. Para esa época la Rectoría la asumía el Doctor Carlos Alfaro Castillo, luego de la renuncia del Doctor Juan Allwood Paredes. Sobre la manera de cómo se eligió a ambos rectores no hay una investigación histórica profunda. Pero se sabe que luego Alfaro Castillo también formaría parte del Consejo de Administración Provisional de la Universidad de El Salvador (CAPUES), que fue impuesto a la universidad por el gobierno de Armando Molina. El CAPUES fue una especie de policía interna que controlaba a los estudiantes y el funcionamiento de la UES, les llamaban “los verdes de la UES”. El contexto Al contextualizar 1975, la diputada del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) Nidia Díaz, habla de un país que pasaba por un momento difícil de “dispersión ideológica, política y organizativa. A finales de los 60 y principios de los 70 hubo una división en el seno del Partido Comunista. Surge un planteamiento nuevo con las FPL, pero también El Universitario Julio de 2010/ 9 surge el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). “Esas eran como las 3 grandes corrientes revolucionarias, pero lógicamente existían los demócratas cristianos y los social demócratas, del MNR”. “Es en esos años del 70 al 75 cuando se producen las fisuras, principalmente del ERP, y es donde desciende lo que posteriormente sería el PRTC. La mayor fisura que tuvo el ERP fue a raíz del asesinato de Roque Dalton, el 10 de mayo de 1975”. Las cinco organizaciones que posteriormente constituirían el FMLN se disputaban, en 1975, el protagonismo del proceso revolucionario. La disputa también llegaba hasta las organizaciones estudiantiles. Díaz recuerda que el 1º de agosto del 75 durante la toma de catedral, un ejemplo claro de lo anterior fue que los estudiantes no se pusieron de acuerdo de quién los representaría como sector en el comité de la toma. “Me dijo Manuel Federico Castillo, el hijo de Fabio Castillo, que era el líder también de la Liga para la Liberación: acabamos de acordar entre todas las organizaciones que al finalizar la misa varios nos vamos a quedar, nosotros te hemos propuesto por la Liga para la Liberación que te quedes en catedral”, recuerda Nidia. “Yo si yo me quedo le dije. Salieron los féretros, todo mundo y cerramos la catedral. Había sector campesino, iglesia, obreros, dijimos que para formar el comité coordinador había que elegir una persona por sector, todos estábamos separados. Roberto Viera por la Democracia Cristiana, Tony Martínez Uribe por FAU”. Al final había electo a Antonio Martínez Uribe, pero algunos no estaban de acuerdo y propusieron que fuera la asamblea que eligiera ante la falta de consenso. “Como yo había trabajado en FECAS con el sector campesino, el FAPU, ahí me propusieron a mí, entonces yo sabía que no tenía el aval de toda esa fuerza estudiantil, pero como tenía el aval del sector campesino, obrero iglesia, tuve la oportunidad de estar”, continúa relatando Nidia Díaz. El 5 de agosto, fuera de la Iglesia, Mélida Anaya Montes declara el surgimiento del Bloque Popular Revolucionario (BPR), pieza clave en la lucha de masas. Nidia agrega que fuera de catedral se comienza a organizar los comités militares y se conforma también el Comité de Organizaciones Populares 30 de julio, COP. 10/ Julio de 2010 El Universitario El cierre de 1976 Un año después, en 18 de noviembre de 1976 son las autoridades universitarias, encabezadas por el rector Carlos Afaro Castillo, quienes deciden cerrar la universidad, luego de un incidente al interior del campus, donde resultó muerto por cinco impactos de bala uno de los custodios y detonaron artefactos explosivos, de acuerdo con fuentes periodísticas. Durante este cierre se gesta la creación del CAPUES de manera oficial, aunque un comunicado de la AGEUS de la época denuncia que “son los mismos que habían estado manejando la universidad desde el cierre del 18 de noviembre del 76”. Oficialmente el CAPUES surge mediante unas reformas de carácter transitorio a la Ley Orgánica que aprueba la Asamblea Legislativa, el 31 de marzo de 1977 mientras la UES continuaba cerrada, dando la vía legal para el establecimiento de un “Consejo de Regencia, que sustituya en forma temporal a la AGU”, que luego se conocería como CAPUES. (Ver recuadro con lista del CAPUES). Este consejo trabajaría para la “pronta apertura de las instalaciones y la total normalización de las clases”. El 16 de septiembre de ese mismo año en que conforma el CAPUES, asesinan al Rector Carlos Alfaro Castillo, junto a su motorista y guardaespaldas. Las FPL una de las organizaciones armadas se hizo cargo de las muertes mediante un comunicado que divulgaron posteriormente. Asume la Rectoría el Ingeniero Salvador Jovel. El 1 de julio del 1977, Carlos Humberto Romero asumió la presidencia, continua el control por la universidad y el CAPUES se instala oficialmente, manteniéndose hasta el derrocamiento de Romero, el 15 de octubre del 79. Lunas de miel Ricardo Argueta por su parte, insiste en que debe estudiarse la relación universidad-régimen político y que “no siempre los estudiantes llamaron a los militares gorilas” Ha estudiado lo que llama “luna de miel” entre la casa de minerva y la bota militar. “Los estudiantes universitarios decían que la juventud militar era su gemelo, que tanto la juventud militar como la universitaria llevarían al país al desarrollo”. Es en esa etapa, cuando en 1952 el gobierno del presidente Óscar Osorio llega con apoyo de la universidad y de la AGEUS, el líder estudiantil Reynaldo Galindo Pohl forma parte del régimen. “Sin embargo esa luna de miel se rompe en el 52 porque algunas medidas que toma Osorio genera ciertas críticas no de la universidad sino de otras organizaciones sociales en el país, de alguna oposición política que ha surgido”. José María Lemus, también llegó al poder con el beneplácito de la AGEUS. “Eso era importante porque el estudiantado universitario era como una expresión de legitimidad de un gobierno. La población salvadoreña en realidad esperaba ver qué decían los estudiantes y a partir de eso se creaba una idea de ese gobierno”. En el caso del presidente Julio Rivera, Argueta opina que “es el presidente del siglo XX con mayor acercamiento a la universidad. Algunos plantean que ese acercamiento se da por la amistad con Fabio Castillo, su ex compañero de colegio. Ese fue un periodo de modernización de la universidad en términos de infraestructura y apoyo económico. Entre el 62 y 67 hubo menos relación conflictiva con la universidad y menos acciones represivas”. Martínez y la UES Maximiliano Hernández Martínez también tuvo una etapa de acercamiento con la UES, luego de haber quitado la autonomía en el 1932 y devolverla en el 1933 se reúne con las autoridades universitarias interesado en ver propuestas sobre la autonomía y funcionamiento de la universidad, que vinieran de la misma comunidad universitaria. El mismo Martínez busca un terreno para la universidad y participa en algunas actividades académicas. Pero en 1938, termina la “luna de miel” y nuevamente le quita la autonomía, porque los estudiantes protestaron ante las intenciones de mantenerse en el poder otro periodo más. Durante la etapa de buenas relaciones con la universidad también se mejoran las condi- ciones de los docentes y las autoridades universitarias se muestran complacientes con el gobierno, tratando de aplacar los residuos de descontento dentro de la universidad. Después de la revuelta del 32 se conoce de un movimiento estudiantil llamado Renovación cuyos miembros pasan luego a formar parte de otro movimiento que se llamó Revolución Universitaria, núcleo de donde salen los estudiantes que luego se vincularon al Partido Comunista. Las autoridades universitarias, que mantenían buenas relaciones con el régimen de Martínez, expulsan a un grupo de estudiantes que simpatizaban con los residuos del Partido Comunista que habían quedado después del 32, entre estos se encontraban Julio Fausto Fernández, Adrián Piche Rivas, Alejandro Escalante Dimas, Rodolfo Jiménez y Manuel López Pérez, quienes trataron de recomponer el movimiento estudiantil al interior de la UES. En 1932 habían asesinado a Mario Zapata y Alfonso Luna, universitarios vinculados con el movimiento estudiantil y fundadores, de la AGEUS, junto a Farabundo Martí, fusilado el 1 de febrero de 1932, luego de ser capturado el 19 de enero y condenado a muerte por un Consejo de Guerra. Julio de 2010/ 11 El Universitario Despertar de la memoria La mayoría de hechos traumáticos, específicamente los conflictos civiles en Latinoamérica no han sido aclarados. Recientemente, la memoria histórica ha empezado a florecer y en algunos casos como el de Chile, se ha hecho justicia contra crímenes de hace tres décadas. “A veces es necesario dejar este periodo de olvido mientras se construyen ambientes democráticos”, opina la Doctora Corinne Bonafoux, invitada a impartir una conferencia en la UES, en julio de 2008, especialista en temas relacionados con la memoria y la historia de hechos traumáticos. Bonafoux, que también estudió en el Instituto de Ciencias Política de París, ejemplifica con el caso de la guerra civil española. “Nadie se atrevía ni quería hablar del suceso cuando recién pasaba”, pero cuando la generación de la guerra se encontraba en una edad senil, los hechos comenzaron a aclararse y una nueva generación se interesa por realizar estudios históricos. “Cuando la generación de la guerra se encuentre al final de su vida se irá hablando de algunas cosas”, es la tesis de la doctora Bonafoux, que se fortalece al hacer un recuento del auge de publicaciones que comenzaron en la posguerra. En Chile, el tiempo no sólo hizo florecer el recuerdo. Se llevó ante los tribunales a Augusto Pinochet, un militar golpista contemporáneo al régimen de Arturo Armando Molina en El Salvador, en el año de la masacre de 1975, cuando los regímenes militares apogeaban en la región. Irónicamente, fue un salvadoreño quien juzgó a Pinochet: Juan Salvador Guzmán Tapia, nacido en el país en 1939, mientras su padre, Juan Guzmán Cruchaga, un poeta chileno que se opuso al régimen de Maximiliano Martínez, se destacaba como encargado de negocios. Para el historiador Ricardo Argueta, “no hay trabajos sistemáticos de fondo que den cuenta no sólo de la historia política de la Universidad sino de la académica, intelectual. Debe crearse una instancia que se dedique a estudiar a la universidad, en países como México los hay, tienen un equipo de investigadores que abordan la historia de la universidad”. ¿Por qué no se denunció la masacre en su época? “En aquel momento ni siquiera se nos ocurrió ir a los tribunales porque era imposible que un juez asumiera un caso de estos porque sencillamente si se atrevía a hacer algo lo mataban o sencillamente no le permitían hacer nada”, responde la Magistrada Mirna Perla. En el 2005, la Asamblea General Universitaria saliente conformó una comisión para investigar a profundidad los hechos y determinar responsables directos. También en el 75 se formó una comisión similar, el día 17 de septiembre, según el acta 126-III del CSU “para investigar los sucesos e indagar sobre el paradero de los desaparecidos”. En diciembre la comisión nombrada rindió un informe, que el siguiente año, el día 12 de febrero, el CSU decidió dar difusión. La AGEUS y diputados de oposición también pidieron un informe constitucional al Ministerio de Defensa “sobre hechos de violencia ocurridos desde 1972”. También quieren justicia Los sobrevivientes del 30 de julio no sólo piden hacer memoria histórica de los sucesos. Por unanimidad, los entrevistados por este medio también piden justicia. “Los principales responsables de la masacre viven tranquilos en Estados Unidos”, denuncia el Rector de la UES, Ingeniero Rufino Quezada, mientras exige al Estado Salvadoreño aclarar éste y otros casos en los que murieron decenas de salvadoreños el siglo pasado. “Yo rechazo, denuncio y condeno enérgicamente esa masacre porque hasta este momento ningún militar ha sido condenado a pesar que en aquel tiempo se conocieron los nombres especialmente del ministro de defensa de ese entonces, el General Humberto Romero y el presidente Arturo Armando Molina”, agrega el Rector. Inmediatamente de los Acuerdos de Paz se decreta una Ley de Amnistía. Mirna Perla, actualmente Magistrada de la Corte Suprema de Justicia dice que “los Crímenes de Lesa Humanidad no prescriben, por lo tanto éste se enmarca dentro de lo que son el genocidio que se cometió contra nuestro pueblo, es más, podríamos decir que hay un crimen de Lesa Cultura que se cometió contra toda la Universidad de El Salvador”. El año de la mujer en “el país de la sonrisa” La ONU declaró 1975 como el año de la mujer, desde una visión de reivindicaciones sociales. Algunos organismos de mujeres y El Ateneo de El Salvador aprovecharon la ocasión para proponer ante el CSU un Doctorado Honoris Causa para Alicia Lardé de Venturino por sus méritos académicos. La paradoja Dos grandes “concursos de belleza” giraban en torno al año 1975. Lo que ocupaba espectaculares fotos en la prensa nacional de ese año: la elección de la reina de las fiestas agostinas y la expectación porque en El Salvador se realizaría Miss Universo. El evento internacional de belleza se llevaría a cabo por iniciativa de empresarios que habían apostado con parte de su fortuna al financiamiento del concurso de belleza, con el propósito de promover la industria turística y proyectar la política exterior del coronel Molina. El eslogan era simple: “El Salvador, el país de la sonrisa”. Para la entonces estudiante Mirna Perla, eso era contradictorio a la desigualdad económica y el luto que se vivía, por masacres recién pasadas, conocidas como las de La Cayetana y Tres Calles. “El contexto era difícil, había mucha represión contra los sindicatos, habían capturas arbitrarias, torturas, desapariciones forzadas....ya empezaban signos muy claros de represión. El 11 de agosto de 1975 el Diario Latino publicó una fotografía con centenares de mujeres de distintos sectores sociales en una marcha de duelo por la masacre. 12/ Julio de 2010 El Universitario Consejo de Administración Provisional de la Universidad de El Salvador (CAPUES) Coronel Arturo Armando Molina El CAPUES se creó oficialmente el 31de marzo de 1977 por decreto legislativo. La universidad estaba cerrada desde el 18 de noviembre de 1976, por decisión de las autoridades universitarias. De acuerdo con notas periodísticas de la época, un grupo de padres de familia y ciudadanos pidieron a las autoridades gubernamentales que tomaran acciones para la normalización de clases. Estas respondieron creando el CAPUES. Sin embargo, desde la intervención de 1972, el gobierno se interesó por controlar la universidad y reprimir todo tipo de protestas. La siguiente lista refleja como algunos de los miembros que dirigían la universidad se mantuvieron durante el CAPUES. Otras autoridades, como el entonces Decano de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Doctor Luis Domínguez Parada, se atrevieron a denunciar la creación del CAPUES y a renunciar de sus cargos, calificando a este organismo como “tiranía legal universitaria”, dando sus declaraciones a los medios de comunicación. El CAPUES, quedó integrado el 1º de abril de 1977 por los siguientes miembros: Rector: Dr. Carlos Alfaro Castillo Presidente de la AGU: Dr. Carlos Humberto Sigüenza Secretario General: Dr. Manuel Atilio Hasbún Dr. Raymundo Rodríguez Barrera Fiscal: Dr. Manuel Antonio Ramírez Secretario de la AGU: Dr. Ricardo Alfaro Sandoval Decano de Agronomía: Ing. Salvador Enrique Jovel Decano de Economía: Dr. Carlos Alberto Rodríguez Decano de Ingeniería y Arquitectura: Arq. Manuel Enrique Alfaro Decano de Medicina: Dr. Mauricio Salazar Torres Decano de Odontología: Dr. Miguel Antonio Barrios Decano de Química y Farmacia: Dr. Amilcar Avendaño y Ortiz Decano de Jurisprudencia y Ciencias Sociales: Dr. Luis Domínguez Parada (renunció) Dr. Francisco Vega Gómez Decano de Ciencias y Humanidades: Lic. René Vaquerazo Conmemoraciones del 30 de julio de 1975 Julio de 2010/ 13 El Universitario Testimonio “Yo aparezco en la lista de muertos”: Ingeniero Mario Pleitez Por: Gerardo José Guillèn Los días anteriores al 30 de julio de 1975, hubo una cantidad de hechos que involucraban a la Universidad. Por ejemplo, cuando a través de los parlantes se nos informó que en la UES de Santa Ana, había tenido un allanamiento de parte de las autoridades, desbaratado los preparativos para el desfile BUFO de las fiestas julias, también nos decían que se nos había negado, en esos momentos, como hacía siempre, el presupuesto universitario. Esos dos elementos se sumaron para que la comisión de estudiantes tuviera a bien el hacer una marcha y se constató que era el 30 de julio. Entonces se organizó todo, se perifoneó por toda la Universidad, se invitó a la gente, se suspendieron las labores académicas y llegó el 30 de julio y se hizo la convocatoria para la marcha. Yo no he vuelto a ver una marcha universitaria como esa, fue única, no sé por qué, quizá históricamente haya un mensaje escondido, pero fue la marcha más grande, grande no sólo en número, sino que también grande en cuanto a conciencia de la gente que estaba participando, todo mundo se avocó voluntariamente a participar en la marcha. Yo recuerdo muy bien, era un estudiante de Ingeniería Química y me afectaba esa situación, sobre todo, porque era un becario y al no tener el presupuesto, lógicamente mi beca se vería en peligro. Entonces, en el fondo sentí que tenía que participar, que era un deber mío hacerlo y así me incorporé a la marcha. 30 de julio 1975 A las 2: 30 de la tarde, fue la hora que empezó a salir la marcha, recuerdo que me incorporé por la Facultad de Humanidades, la marcha, de acuerdo a los que estaban perifoneando por la radio, ya llegaba hasta adelante del Hospital Bloon. Es un drama, para mí es una película dantesca, cada vez que llega esta fecha vuelvo a vivir todas y cada una de las escenas, vienen a mi mente todos los compañeros que iban en esa marcha. Para mí es muy difícil después de tanto tiempo, es como volver a sentir lo mismo, una agonía. Entonces, eran varias cuadras las que es- taban adelante. Cuando yo llegué al Bloon, la marcha estaba totalmente ordenada, pacífica, ya circulaba en el cielo una avioneta. Todo eso fue una confusión, mas que todo por el hecho en sí, de la represión, que fue como todos conocemos, fue a la vuelta del Seguro Social, allí fue el amotinamiento, es donde se dio la represión. Ing. Mario Pleitez, sobreviviente de la Masacre del 30 de julio En ese momento fue una confusión tre- de 1975 menda, los gases lacrimógenos cayeron sobre nosotros, nos atontaron totalmente y hubo chos otros que seguramente se llevaron, entonbalas que no sabíamos de dónde salían. ces era cierto que andaban sacando a la gente y Yo escalé el muro del Seguro Social, pero era más fácil sacar a los que estaban en las came quedé arriba, atontado por los gases y des- mas, heridos, a mi ya no me encontraron porde allí pude observar que ya casi al final de la que había huido a escondidas. represión donde ya muchos se habían lanzado A los tres días después, yo aparecía en el al paso de desnivel, pude ver cómo las tanque- censo de personas desaparecidas de San Salvatas pasaban sobre los cuerpos tirados. dor, cuando llevaban los ataúdes me aparecí y Parecía que era una película de espanto y no se dieron cuenta que no estaba muerto, pero ya lo creía, estaba arriba casi solo, cuando vi ha- estaba en el censo y por eso es que aparezco en cia abajo, me di cuenta que la persona que es- la lista, en dos ocasiones, era tanta la confusión taba a la par mía estaba en el suelo totalmente que no sabían de mí. ensangrentada. Entonces reaccioné en fracciones de segundos, de que era cierto, no era un sueño. En esos instantes, yo no me lancé porque veía muy alto para el lado del Seguro, pero cuando vi el cuerpo, fue que volví la cara y me lancé. Cuando empecé a correr al lado del Seguro, me di cuenta de que iba ensangrentado, luego me caí unos metros antes del Seguro, en una nube tremenda de humo y de allí me entraron al Seguro. Allí, me pusieron oxígeno, me acostaron en una cama, a la fuerza, estaba herido. Adentro era una confusión, carreras de toda la gente y me tomaron mi nombre y me identifiqué con los estudiantes. Luego llegaron periodistas, pero a ellos no les di mi nombre. Cuando estaba vendado, llegaron a decir que andaban guardias disfrazados de médicos sacando a la gente .Entonces yo me quité el suero y las cosas que tenía, salí y huí del Hospital. Yo pienso que cuando los estudiantes regresaron a hacer el censo, ya no me encontraron, como a mu- 14/ Julio de 2010 El Universitario “El pueblo salvadoreño debe saber que son nuestros héroes”: Mirna Perla E l número de muertos, desaparecidos y heridos, producto de la represión de la marcha, aún es incierto. A pesar de la magnitud, la masacre trató de invisivilizarse. Minutos después que las calles estuvieran despejadas “llegaron con camiones cisternas a limpiar la sangre, se llevaron los cuerpos que quedaron ahí y limpiaron para que no quedara ninguna evidencia”, recuerda el Doctor Martínez Uribe. Los medios de comunicación tampoco daban cuenta. Hasta que algunos fueron presentando pequeñas notas que cubrían las versioBalmore Antonio Cortez Vásquez Roberto Antonio López Miranda (conocido como José Mario López) Morena Velasco Julio César Velado Marlene López Carlos Fonseca Sergio Antonio Cabezas Elizabeth Iraheta Milla Napoleón Orlando Calderón Reynaldo Hasbun Carlos Humberto Hernández José Domingo Aldana María E. Miranda Desaparecidos (según Diario Latino de la época y quitando otros que AGEUS reportó como muertos) Guillermo Aparicio Eber Gómez Mendoza Heridos, según medios de comunicación: Silvia Elizabeth Montalvo López Fernando Merino Rivas Luis Eduardo Carías nes oficiales. “Confirman que hubo un solo muerto en mitin”, decía un titular de la página tres del Diario Latino del 1º de agosto. “De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo por el Juez Segundo de Paz, José Orosio Nolasco, el muerto reconocido es el bachiller Roberto Antonio López Miranda (conocido como José Mario López), estudiante de segundo año de Economía”. Lo velaron un día después de la masacre en el Auditorio de Derecho, mientras en Catedral metropolitana se celebraba una misa por los muertos y Daniel Gómez Mendoza Nelson Omar Colato Luis Orlando Acosta Gómez Gilberto Ayala García Ricardo Cantón García Ricardo Mayorga Rivas José Rogelio Cáceres Serrano Luis Alberto Reyes María Idalia Machuca Carlos Alberto Villacorta Prado José Alberto Ramos Israel Ruiz María Elizabeth Jiménez Israel Dubón Castro Mirna Perla Recinos Nelson Moreno Rodríguez Jorge Alberto Ramos Martínez Mauricio Bonilla Peraza Mario Alberto Pleitez Heridos que no participaban de la marcha: Dr. José Luis Coreas (se encontraba en la segunda planta del ISSS viendo por la ventana y fue herido por una bala). Juana Ramos (Menor de edad que era familia de una señora que vendía golosinas conti- desaparecidos. Luego se reconoció a Balmore Antonio Cortez Vásquez, de 25 años, estudiante de quinto año de Ingeniería Agronómica e hijo del coronel Virgilio Antonio Cortez, Jefe de la Guardia Nacional de San Vicente. Murió el 8 de agosto del año de la masacre, a las 4:30 de la tarde en las instalaciones del ISSS (La Prensa Gráfica, 9 de agosto de 1975, página 31). De acuerdo con medios de comunicación nacionales, pronunciamientos de la AGEUS y fuentes testimoniales, los muertos fueron: guo al ISSS). Capturados que fueron liberados el 1º de agosto por diálogo entre Molina y autoridades universitarias: Isaac Herbert Menjívar (3º año de Artes) Efraín Ramos Mejía (2º año de Bachillerato) Felipe Albelardo Mendoza Leonel Edgardo Gallegos Miguel Ángel Canjura (2º año de Medicina) Julio Isabel Meléndez (4º año de Medicina) Pablo Salvador Cárcamo (2º año de Medicina) Francisco Mendoza García (2º año de Odontología) Ramón Ábrego González (Tenedor de libros) Daniel Pérez (Licenciado en Matemática) Carlos Alberto Escobar (Profesor de un colegio aledaño) Militares Heridos, según Diario Latino, 7 de agosto del 75, página 3: Encarnación Escobar (Cabo) Manuel Rodríguez (Cabo) Héctor Polío (Guardia) Juan Carpio (Guardia) Vidal Cruz Piche (Guardia) Los militares también presentaron ante la prensa vehículos blindados del ejército dañados supuestamente con bombas Julio de 2010/ 15 El Universitario Significado y valoraciones de la masacre estudiantil del 30 de julio Por: Ana Videla Funes E xiste un consenso general acerca de la importancia a de esta fecha dentro de las efemérides de la Universidad de El Salvador, la cual debe conmemorarse por la comunidad universitaria para preservar la historia y honrar a las víctimas, aclarando, “que no es una fiesta, ni una vacación”, expresa Esequiel Jovel Castaneda, miembro de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Agronómicas, ASECAS. Los testimonios acerca de ese acontecimiento no terminan, ellos afloran cada vez que se conmemora la masacre estudiantil del 30 de julio de 1975. Las lágrimas son incontrolables y las palabras se entrecortan formando una catarsis comprensible por la atrocidad cometida por la dictadura militar del Coronel Arturo Armando Molina y su Ministro de Defensa, Carlos Humberto Romero, en contra de la comunidad universitaria. “…Los estudiantes de secundaria encabezaban la marcha, ellos habían decidido ir a la cabeza, empezaron a aglutinarse, unos queriendo retroceder, otros avanzando. En ese momento las tanquetas y los disparos impactando … y fueron atropellados por las tanquetas, a este lado y al otro lado de la borda del seguro social”, es el testimonio del Ing. Sabas Alberto Argueta, docente de la Facultad de Agronomía y uno de los sobrevivientes de esa masacre. El 30 de julio de 1975 “el estudiante universitario “salió a las calles a defender la autonomía universitaria y el derecho del pueblo salvadoreño a la educación superior. Los acontecimientos suscitados en aquella histórica fecha, la represión brutal por parte del Estado que consolidaba el poder de una dictadura militar, fueron fundamentales en el desarrollo de la conciencia política de los universitarios y del pueblo en general y serían la antesala del conflicto armado” expresa el Dr. Luis Gilberto Parada, Presidente de la Asamblea General Universitaria, (AGU). Para el Dr. Doctor Saúl Ramírez Paredes, vicedecano de la Facultad de Odontología, fue la represión más grande donde se truncaron numerosas vidas. “Al día siguiente, llegaron a barrer las calles y a borrar toda evidencia. Pese a la enorme represión del ejercito contra el movimiento campesino y las amenazas del Gobierno de reprimir la manifestación, los estudiantes decidieron realizar la marcha en protesta por la intervención militar del Centro Universitario de Occidente” -ahora Facultad Multidisciplinaria de Occidente- para impedir la realización del tradicional Desfile Bufo, una forma de denunciar la política de la dictadura militar de entonces. Cómo se debe conmemorar Honrar a los mártires del 30 de julio ha sido religiosamente una actividad obligada de gremios y asociaciones de docentes, estudiantes y trabajadores universitarios, para recordar a las víctimas o “verdaderos héroes del cambio” como los ha llamado el Br. Luis Marín, miembro de la Asociación de Estudiantes de Ciencias Económicas. Según el Ing. Mauricio Mejía, de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, y Secretario de Finanzas de la Sociedad de Estudiantes de Ingeniería (SEIAS) en ese año, los actos conmemorativos del 30 de julio no se deben confundir. “No es fiesta un hecho que cobró la vida de tantos estudiantes y población. Es una conmemoración para honrar el sacrifico de esas vidas que exigieron el respeto a la autonomía universitaria, no sólo basta recordar, se busca justicia”. Sugiere que las actividades deben ser más controladas para evitar que personas ajenas se infiltren en la marcha “Hay oportunistas que se aprovechan con actos que políticamente no ayudan mucho a honrar la memoria de las víctimas. Destruir la propiedad privada linda con vandalismo y no eleva el nivel político”. Para el Licenciado José Héctor Elías, docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática en las marchas deben evitarse “algunas expresiones de violencia que porque están fuera de lugar y lesionan la imagen de la Universidad”. David Omar Molina Zepeda, Director del Departamento de Ciencias políticas de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, sostiene que “la violencia no se justifica en este nuevo contexto, es una violencia sin sentido porque hay espacios para protestar. Ya no se justifica quebrar anuncios, dañar la propiedad privada. El estudiante debe ser creativo y buscar nuevos métodos aprovechando los espacios que están abiertos, deben generar debate al interior de la Universidad, rescatar los espacios en los medios de comunicación. Falta mayor capacidad y creatividad” . Admite que, ante una cultura de violencia de la cual no se escapa la Universidad, existe comodidad de algunos estudiantes que ven “más fácil quemar llantas que enfrentar a un profesor prepotente”. El Presidente de la Asamblea General Universitaria expresó que la Universidad reconoce el 30 de julio como el Día del Estudiante de la Universidad de El Salvador y que “los miembros del Consejo Superior Universitario han hecho un llamado a los estudiantes, a fin de evitar que se generen disturbios durante la Marcha que sale de la Universidad de El Salvador y recorre la Avenida Mártires del 30 de julio… Este servidor se une a ese llamado” concluyó. 16/ Julio de 2010 ENTREVISTA El Universitario 30 de julio de 1975 Estudiantes, docentes y trabajadores de la Universidad de El Salvador fueron masacrados, durante una marcha, por elementos de la Guardia Nacional en 1975. La marcha salió de la UES sobre la 25 avenida norte y a la altura del puente, frente al edificio del Instituto Salvadoreño del Seguro Social, fue brutalmente reprimida. Con la organización de la marcha, los estudiantes repudiaban la represión militar impuesta por la dictadura del Coronel Arturo Armando Molina, presidente de la época. A 35 años de la masacre estudiantil, El Universitario intenta que los estudiantes no olviden los hechos que marcaron a la juventud universitaria. Entrevista con el Licenciado Evaristo Hernández, sobreviviente de la masacre y docente de la Facultad de Ciencias Económicas. Para el Licenciado Hernández la protesta en contra de la dictadura militar y el respeto a la autonomía universitaria se convirtió en “una matanza, una masacre, un genocidio, que no hay forma de explicarlo humanamente”. “El 30 de julio de 1975 volví a nacer” Por: Xochilt Escalante ¿En qué contexto se realiza la marcha del 30 de julio de 1975? La década del 70 es una etapa muy importante en la vida política de El Salvador. La movilización se da en un contexto donde el gobierno iba desarrollando amplias y profundas formas de represión en contra del movimiento popular que había crecido. En el año de 1970 y 1971 surgen dos organizaciones guerrilleras (Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí FPL y el Ejército Revolucionario del Pueblo) que tuvieron una manifestación permanente en la vida política del país. En estos grupos participaban universitarios que contaban un grado de conciencia social desarrollado y el único sitio en donde externaban sus ideas, porque había un respiro democrático en medio de una dictadura militar, era aquí en la Universidad. ¿Por qué surge un movimiento social tan fuerte en esa década? En la década del 60 se desarrolló en toda Centroamérica un Modelo de Sustitución de Importaciones o Modelo de Integración Centroamericana, eso fue un proceso de creación de un segmento extenso de asalariados en zonas industriales donde surgen zonas como el Boulevard del Ejército, lo que antes eran cerros se transformaron en urbanizaciones obreras. Con este modelo se engendró una serie de luchas, huelgas en empresas como La Constancia, Fabrica Aceros S.A, entre otras y se aceleró la proletarización en el campo, extendiéndose los cordones de miseria en la ciudad de San Salvador. La posición en el seno de la izquierda era como cambiar la situación de la dictadura militar que se había mantenido durante mucho tiempo. El contexto en que se da la masacre, es también es el agotamiento que pro- duce en una sociedad una dictadura militar. Cuando pasa la masacre del 30 de julio, ya habían ocurrido otras como la de Chinamequita y otros pueblos. Los jóvenes de ese período estábamos en la misma sociedad, respondíamos a esos hechos y nos sensibilizábamos. El contexto es de una lucha social en contra de una dictadura que va acelerando un proceso de respuesta represiva militar. ¿Qué motivó a realizar la marcha? La Universidad de El Salvador fue intervenida en 1972 y la reabren con sus autoridades en el exilio y acusadas de comunistas. El 30 de julio de 1975 constituye un corte, porque antes de ésta hubo represiones a marchas masivas, pero el 30 de julio marca una forma de lucha de masas hacia delante y una forma donde el régimen reprime a las masas disparándoles directamente. La dictadura militar veía en cada civil un opositor militar y por eso se dan esas represiones como la del 30 de julio, porque ahí nos dispararon directamente, como que estaban tirándole a animales, no hubo un intento de amedrentamiento, a tal grado que el profesor que estaba conmigo me dijo que eran balas de salva, las que disparaban. Probablemente él lo dijo para que yo me tranquilizara o porque él creía que eran balas de salva, no se podía imaginar que los soldados podían matar gente así. Esta Universidad constantemente era cercada por elementos militares que pasaban armados y disparaban hacia adentro. La idea que tengo de la marcha es que era una protesta en contra de la dictadura militar y por el respeto a la autonomía universitaria, esas eran las consignas de lucha, el centro de nuestra atención era el respeto a la Universidad, a su autonomía y el incremento del presupuesto eran consignas invariables. ¿Cuál era la incidencia de la Universidad en el país? Esencial. … esencial. Yo siempre he sostenido que el sector político de todo el país tiene una deuda no cancelada con la Universidad de El Salvador. Esta Universidad no sólo es una institución emblemática, sino que es una institución profunda en la historia de este país. Cuando yo ingresé, la Universidad ya tenía una trayectoria grandísima, no fue con nosotros, los estudiantes de la época del 70 y 80 que la institución ha brillado, fue una época crucial para la U, pero no la única época y coyuntura en que la institución ha brillado, porque por ejemplo, en los años 60 contribuyó al derrocamiento del Coronel José María Lemus, esta universidad viene desde la huelga de brazos caídos acompañando al pueblo en contra del dictador Julio de 2010/ 17 El Universitario ENTREVISTA 30 de julio de 1975 Maximiliano Hernández Martínez. Aquí se gestó con Fabio Castillo como candidato a Presidente de la República, el derrocamiento del General Fidel Sánchez Hernández. Cuando uno recuerda toda la incidencia de la Universidad se emociona porque es grande la historia de la Universidad. La institución en general ha tenido altos niveles de participación política y académica. nada. La mayoría de personas siguieron. ¿Marcó la masacre del 30 de julio, a la juventud universitaria? La marcha se había planificado como una marcha pacífica ¿Dónde y cómo se desató la violencia? En gran parte del movimiento estudiantil sí lo marcó, a mí me hizo más decidido. Yo me imagino que muchos eran ya estudiantes organizados en estructuras estudiantiles que ya tenían algunos vínculos, no era la gran mayoría porque siempre las vanguardias se construyen con grupos pequeños. Yo comento que ese día, el 30 de julio de 1975 volví a nacer, porque en realidad estuve bien cerca que me mataran y eso me hizo tomar la decisión de organizarme, porque como íbamos a permitir que sucediera, esto me dio más coraje y más fuerza. Aunque hubo personas que también comentan que decidieron ya no meterse en ¿Quién convocó la marcha? La Asociación General de Estudiantes Universitarios AGEUS, porque cuando convocaba alguna organización que no fuera AGEUS no íbamos, así de simple era. Todo tenía que contar con el apoyo de AGEUS. Era una marcha pacífica, yo iba desarmado y muchos compañeros iban desarmados, incluso invité a un compañero a que se integrara, lo que me imagino es que como ya había experiencias de represión de masas, probablemente muchos íbamos con alto grado de incertidumbre y de creer que lo que podía pasar era que nos dieran una apaleada, que los antimotines nos agarraran y nos dieran una buena revolcada con gases lacrimógenos, que nos metieran presos o termináramos con una costilla partida, pero ya la dimensión de que te están tirando de manera directa, no lo imaginábamos. Algunos que tenían una percepción ya más aguda, probablemente pensaron en protegernos cuando la guardia nos comenzó a disparar saltó un cóctel molotov que nos dio oportunidad de salir. ¿Cómo deben ser recordadas las víctimas del 30 de julio? Básicamente la gente del 30 de julio deben ser recordadas por sus ideales, más que el dolor que se pueda sentir. Yo conocía a Roberto Miranda, el único que el gobierno reconoció como muerto, me conmueve todavía recordarlo porque él era un tipo muy sencillo, estuve en la vela de él en soyapango. Lo que movió la marcha del 30 de julio fue la democracia, la oposición a la imbecilidad militar, a la solución dictatorial, a la represión contra el pueblo, lo que influyó también fue el papel de la Universidad de hacerse respetar. Entonces, yo creo que la gente que murió debe ser recordada así. Esa gente como muchos de nosotros sentimos que hay una deuda de esta sociedad con la Universidad. Esta Universidad, a parte de los muertos del 30 de julio tiene, más muertos. En ese momento ¿se conocieron cifras de los muertos, Lic. Evaristo Hernández, docente de la UES. heridos o desaparecidos? ¿Deben ser juzgadas las personas No, yo he visto un listado responsables de esa de nombres que llegan como masacre? a 25 pero me imagino que fueron más, porque yo pude ver un camión grande del ejército y llevaba una gran cantidad de gente adentro y eran más de 25. Nunca se conoció cifras porque los únicos que se saben son los que dicen los familiares o conocidos, hay que averiguarlo. Son de los rasgos duros de la dictadura militar, creo que la universidad debió haber sido reconocida en los Acuerdos de Paz, porque aquí sólo hubo dos instituciones del Estado que estuvieron en el conflicto el Ministerio de Defensa que por ley tiene que hacerlo y la Universidad que es un sector civil del Estado, que por los altos niveles de sensibilidad y de liderazgo se involucró en el conflicto. Mitin en la Plaza Libertad, en donde se despidió a los estudiantes asesinados en la marcha. Claro que sí, indudable, porque eso fue una matanza, una masacre, un genocidio, lo que pasó no tiene racionalidad, no hay forma de explicarlo humanamente, fue una imbecilidad militar, porque para el uso de la fuerza militar existen convenios para cuando hay confrontación armada, pero ahí éramos civiles desarmados, no era para desatar una barbarie de ese tipo. Quizás el mejor calificativo para esta acción, es que fue una acción cobarde, con alevosía y ventaja se dieron los hechos. Cuando se cumplen más de 3 décadas de los sucesos del 30 de julio de 1975, la comunidad universitaria, continúa esperando que los hechos sean investigados y las personas responsables sean juzgadas ante la Ley. En el año de 1975 el Coronel Arturo Armando Molina era el Presidente de la República y el Coronel Carlos Humberto Romero, era el Ministro de Defensa, posteriormente fue Presidente y derrocado en 1979. 18/ Julio de 2010 El Universitario “Seguimos esperando una reparación de las autoridades”: Rector UES “Creo que lo más importante para cualquier pueblo del mundo es conocer la verdad, nosotros sí conocemos a las dos figuras principales que ordenaron y ejecutaron las acciones del 30 de julio de 1975, que fueron el Coronel Arturo Armando Molina presidente de la República y el General Humberto Romero, 35 años de la ma- que era el Ministro de la Defensa Nacional. Ellos fueron los principales cabesacre de estudian- cillas de esta masacre, ellos viven muy tranquilos en los Estados Unido sin que tes universitarios, nadie los haya enjuiciado”, dijo. Por: Ana María Campos ocurrida en 1975, la Universidad de El Salvador continúa a la espera de que los hechos sean esclarecidos y se deduzcan responsabilidades. “Nosotros seguimos esperando una reparación de parte de las autoridades, ya que los gobiernos de derecha nunca dieron una respuesta a las peticiones que se hicieron antes, pero nosotros seguimos esperando. Esperamos que el Presidente Funes reflexione sobre el 30 de julio y le dé una respuesta a la comunidad universitaria, al pueblo salvadoreño y especialmente a los familiares de las víctimas”, dijo el Ing. Rufino Quezada, Rector de la UES. En el marco del 35 aniversario de este crimen, el Rector de la Universidad de El Salvador, considera que los hechos deben ser esclarecidos y el gobierno debería pedir perdón a la universidad y a los familiares de las víctimas. El 29 de julio de 2009, en el marco de la conmemoración del 34 aniversario de la masacre y recién llegado al poder el FMLN, el Rector de UES envió una carta al presidente Mauricio Funes y al Ministro de la Defensa, General David Munguía Payés “para que pidiera disculpas y perdón a la comunidad universitaria, al pueblo salvadoreño y a los familiares de las víctimas. Sin embargo, hasta este momento no hemos obtenido respuesta”. A criterio del Ing. Quezada, al igual que el gobierno pidió perdón por el asesi- nato de los sacerdotes jesuitas y del Arzobispo Monseñor Óscar Arnulfo Romero, también debería hacerlo por los hechos del 30 de julio de 1975. “Así como se pidió perdón en el caso de Monseñor Romero y de los padres jesuitas, yo creo que se puede pedir también perdón, especialmente porque el hecho registrado el 30 de julio se da en el marco de una dictadura militar y en un momento en que no había comenzado la guerra civil en el país…” Señaló que a la fecha no han recibido una respuesta por la carta enviada hace un año, por lo que no descarta enviar de nuevo la petición y solicitar al gobierno su apoyo para realizar una investigación sobre el caso. “El gobierno tiene la obligación moral de hacer la investigación, de señalar a los responsables para que el pueblo pueda conocer la verdad y desde el conocimiento de la verdad podamos construir un país mejor para todos”, argumenta el Ing. Quezada. Búsqueda de la verdad El representante legal de la Universidad de El Salvador, aclaró que la nota enviada al gobierno el año pasado tiene la intención de buscar la verdad. “Lo hice sin ánimos de venganza, porque esto no se trata de exigir venganza, lo hice en el ánimo de que el pueblo conozca la verdad”. Esta opinión también es compartida por la Defensora Adjunta de los Derechos Universitarios, Licda. Claudia Melgar de Zambrana, quien sostiene que “el nuevo gobierno tendría que abrir las puertas a una investigación como esa, porque ahí no murió sólo gente de la universidad, sino gente civil. Es una responsabilidad compartida entre la universidad, la sociedad y el mismo gobierno”. Al consultar al Ing. Quezada, si se ha contemplado desde la Rectoría de la Universidad de El Salvador destinar recursos para investigar esta masacre, mencionó que buscarán una coordinación con las autoridades del gobierno. “Para hacer una investigación científica, necesitamos ir a los archivos del Ministerio de Defensa, del ejército, para determinar quiénes fueron los responsables directos e intelectuales, porque además de los dos cabecillas estoy seguro que hubo más involucrados, si tenemos respuesta del gobierno podemos coordinar y creo que podríamos encontrar los recursos para hacer una investigación”. Para conocer la opinión del presidente de la República, Mauricio Funes, se contactó con la oficina de comunicaciones de la presidencia, sin embargo, al cierre al de esta nota no se obtuvo respuesta. Carta enviada por el Rector de la UES al Ministro de Defensa General David Munguia Payes. (Arriba) Carta enviada por el Rector de la UES al Presidente de la República Mauricio Funes (Abajo) A Julio de 2010/ 19 El Universitario Sin avances investigación sobre los hechos del 30 de julio de 1975 Por: Ana María Campos E l asesinato de estudiantes universitarios ocurrido el 30 de julio de 1975 continúa en la impunidad. A la fecha no existe una investigación completa sobre los hechos ocurridos, aunque la iniciativa de deducir responsabilidades y establecer una demanda contra el Estado salvadoreño ya se ha considerado. El 10 de septiembre de 2004, la Asamblea General Universitaria AGU, máximo organismo normativo de la UES acordó “adquirir el compromiso de crear las condiciones para que la Universidad de El Salvador pueda presentar una demanda en contra del Estado de El Salvador, por la masacre del 30 de julio de 1975”. En el acuerdo No. 45/2003-2005, la AGU también encomendó a la Fiscalía General y a la Defensoría de los Derechos Universitarios, realizar una investigación que permita esclarecer los hechos del 30 de julio de 1975. Sin embargo, a la fecha, son pocos los avances. Según la Defensora Adjunta, Lida. Claudia Melgar de Zambrana, a partir del acuerdo de la AGU, la Fiscalía y la Defensoría de los Derechos Universitarios realizaron un estudio jurídico del caso, sobre las posibilidades que tendría la universidad para presentar una denuncia. Una de las principales recomendaciones del informe señala la necesidad de integrar un comité investigador de los hechos, ya que no existe una investigación a profundidad. Mencionó que para dar cumplimiento al mandato de la AGU, la Defensoría de los Derechos Universitarios estableció contacto con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), organización no gubernamental sin fines de lucro que defiende y promueve los derechos humanos en el continente americano. CEJIL les recomendó que para iniciar una demanda a nivel internacional sobre los hechos del 30 de julio, se debía comprobar que a nivel de país se agotaron las instancias para solicitar justicia. “Se debía comprobar que las instancias de aquí no nos hicieron caso y cómo comprobarlo si no tenemos denuncias, nos plantearon también que necesitábamos tener a los familiares de las víctimas proporcionando información y es lo que no se cuenta. En esta época todo el mundo empieza a recordarse y a reabrir las heridas, pero ya a la hora de tomar acción no se cuenta con los instrumentos, ni los recursos”, dijo la funcionaria. De acuerdo con la Licda. de Zambrana, antes de iniciar cual- quier proceso de denuncia se requiere documentar cada caso, debido a que la demanda no puede ser presentada de forma colectiva y ese proceso requiere tiempo, recursos con los que no cuentan, además de estar fuera de las atribuciones de la Defensoría. “Nosotros como Defensoría no podríamos hacernos cargos de una investigación como esta porque primero no es nuestra labor. El reglamento habla que tenemos facultadas a partir de la creación de la Defensoría, de investigaciones de violaciones a los derechos internas, no externas, por supuesto que estaríamos dispuestos a colaborar si se formara un equipo o una comisión que trabajara en eso y ver la parte jurídica, para eso tenemos que tener ya documentado el caso”, aclaró. En este sentido, considera que una de las acciones para llevar a cabo la investigación es solicitar apoyo a nivel nacional e internacional. “Una de las primeras medidas sería buscar el apoyo, creo que solos como universidad será complicado por la falta de los recursos, aunque existe la voluntad y se podría formar una comisión internamente. Hay personas que conocen de los hechos y podrían ser claves dentro de una comisión, pero ten- dría que ir aparejado con los recursos y con la experiencia en este tipo de investigación”. Por su parte, el presidente de la AGU, Dr. Luis Gilberto Parada, dijo que revisará el informe presentado por la Defensoría. “Veremos si existe la posibilidad de reactivar esa situación a nivel de la AGU, dándole continuidad a través de la Defensoría y Fiscalía”. La iniciativa de realizar una investigación sobre los hechos del 30 de julio y presentar una demanda, también es compartida por algunos miembros del Consejo Superior Universitario (CSU). Durante la reunión de este organismo, realizada el 15 de julio, el Ing. Joaquín Vanegas, representante docente de Facultad de Ingeniería y Arquitectura dijo “que se debe buscar denunciar. Hay que hacer un comunicado serio, que nos digan la verdad, quiénes fueron los asesinos, para eso hay aquí una oficina jurídica para que presenten una denuncia ante los organismos internacionales para que no quede impune”. ¿Debería la Universidad realizar una investigación para deducir responsabilidades en la masacre del 30 de 1975? Lic. Juan Carlos Castellón, representante docente de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales “Debe haber un resarcimiento de los daños que se le ocasionó a esas personas y a la Universidad. Se debe documentar lo que pasó, recuperar la memoria histórica y con eso plantear una demanda. Tiene que haber gente que tenga interés de trabajar eso a fondo, que esté contratada a tiempo completo, que sepa lo que va a hacer para plantear una demanda porque no es una demanda fácil, sino compleja, esa es una inversión que habría que hacer”. Ciro Lara Estudiante de la Facultad de Odontología “Es necesario que esa investigación se realice y que las autoridades, en este caso nosotros, sería que enviáramos una carta de correspondencia al Estado para que se realice una investigación, ya que otras investigaciones como la de Katya Miranda, está en proceso. Sería muy importante, un gran aporte de este gobierno realizar una investigación con respecto a todas esas muertes de tantos estudiantes”. Estela Carbajal Estudiante de Ingeniería “Cualquier cosa relacionada directamente o indirectamente con la Universidad y que tiene que ver con la sociedad salvadoreña debe tomarse en cuenta para que esos errores que se cometieron en el pasado no vuelvan a ocurrir en el futuro. Hay que velar por los derechos de los estudiantes y si ellos defendieron sus derechos hasta el final debemos de velar por condenar a los culpables. Como sector estudiantil tenemos que ver que eso se cumpla y darle un seguimiento a estos sucesos” Ing. Ana Lilian Cabrera Representante docente de la Facultad de Multidisciplinaria Paracentral “Me parece que sí, porque fue un hecho sangriento en el que murieron jóvenes luchadores que defendían la autonomía de la Universidad y que son actos que no deben quedar impunes, aunque sea tarde debe buscarse responsables y que se les castigue por el hecho cometido, porque eso trajo como consecuencias capturas, persecución tanto de personal como de estudiantes, desapariciones y muertes, un daño académico, administrativo y de todo tipo a la universidad”. 20/ Julio de 2010 Opinión Universitaria El Universitario 35 años después de la masacre que enlutó a una sociedad entera y que puso de manifiesto las injusticias sociales y la lucha de los estudiantes universitarios por una sociedad más justa, el 30 de julio de 1975, sigue presente en la historia de la Universidad de El Salvador y del país en general. En el marco de la conmemoración de esta fecha, El Universitario conversó con los representantes estudiantiles, ante el Consejo Superior Universitario y la Asamblea General Universitaria, para conocer: ¿Qué sabe del 30 de julio de 1975? Por: Dina Sandoval Johanna calderón Sector estudiantil CSU Facultad de Odontología “El 30 de julio de 1975 refleja como el sector estudiantil se mantuvo firme y unificado ante dictaduras militares y eso es algo que debemos mantener hasta el día de hoy. El sector estudiantil debe apoyar propuestas que vayan relacionadas con la reivindicación y respeto de los derechos humanos, especialmente ahora que han transcurrido muchos años. Aunque estamos, aparentemente, en un gobierno de cambio, tenemos que mantener una postura crítica y objetiva ante las situaciones que vivimos en nuestro país y no sólo acomodarnos a que un gobierno nos indique si estamos de acuerdo o no. Como sector estudiantil apoyamos la conmemoración de esta fecha porque es importante recordar a los mártires estudiantiles que vivieron en una época muy crítica, donde ser estudiante significaba perder la vida. Apoyamos la conmemoración siempre y cuando no se salga de control y sea un acto solemne”. Wilfredo Jovel Sector estudiantil CSU Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales “Cada 30 de julio es la fecha en la que conmemoramos una masacre cometida por el régimen militar de los años 70, en nuestro país, en la cual muchos estudiantes universitarios fallecieron. Fue una lucha más de muchas batallas que se libraron desde 1931 hasta 1979 contra los gobiernos militares en El Salvador. La Universidad de El Salvador fue siempre la primera en defender los Derechos Humanos y la Constitución de la República, por eso muchos estudiantes tuvieron que dar la vida debido a la intransigencia de los gobiernos militares que existieron en ese momento. Los estudiantes debemos rescatar de ese acontecimiento que la lucha por la justicia, por la paz y por los derechos humanos, hay que darla en todo tiempo, en todo lugar, frente a cualquier condición y sin ningún temor. Aún cuando se pongan en peligro muchos derechos nuestros, la lucha hay que darla por una sociedad mejor”. Ronald Nájera Sector estudiantil CSU Facultad Multidisciplinaria de Occidente “Ese acontecimiento inicia en la Facultad de Occidente, que antes era el Centro Universitario de Occidente (CUO). En ese tiempo, dentro del marco de las fiestas patronales de Santa Ana, los estudiantes universitarios salían cada 26 de julio, a una marcha pacífica en rechazo a las injusticias sociales que siempre se han dado. Para 1975 el ejército se toma el CUO y eso impide la realización de la tradicional marcha. Entonces los estudiantes del Campus Central se dan cuenta de lo sucedido en Santa Ana y pese al miedo que se vivía, se organizan y salen el día 30 de julio en una marcha hacia el Parque Libertad pero son atacados por el ejército antes de llegar. Es ahí donde comienza el acontecimiento que marcó la historia de la universidad y que esperamos conmemorarlo cada año, en honor a todos esos estudiantes y población en general que se había unido a la marcha. Como sector estudiantil vamos a involucrarnos para no olvidar los derechos universitarios y los derechos de toda sociedad salvadoreña”. Julio César de la O Sector estudiantil CSU Facultad Multidisciplinaria Paracentral “Los acontecimientos del 30 de julio de 1975 son hechos que muestran la represión estudiantil y el daño a la libertad de expresión que constitucionalmente se nos otorga. El 30 de julio de 1975 fue violentado el derecho a la vida que todo ser humano merece. Como estudiante considero que la Universidad de El Salvador debe continuar la conmemoración de esta fecha, porque eso muestra el espíritu revolucionario y el deber que la Universidad tiene para con el país de seguir formando personas con criterio, capaces de mejorar las bases de este país. La conmemoración es un aliciente para todos aquellos estudiantes que queremos seguir en la lucha por nuestros ideales y por un mejor país”. El Universitario Opinión Universitaria Julio de 2010/ 21 ¿Qué sabe del 30 de julio de 1975? Janeth Moscoso Sector estudiantil CSU Facultad Multidisciplinaria de Occidente “Lo que yo conozco de esa fecha es que todo inició en la Facultad de Santa Ana, cuando cada 26 de julio hacían un desfile para rechazar las injusticias sociales. El 26 de julio de 1975 el régimen militar intervino la sede de la universidad, en Santa Ana, impidiendo que se realice la tradicional marcha. Eso dio pie para que el 30 de julio de 1975, en el campus universitario de San Salvador, los estudiantes se organizaran para tratar de evitar lo que estaba sucediendo. Por eso considero, que es necesario que se le siga dando relevancia a este acontecimiento porque hay varios universitarios que desconocemos toda la historia que ha vivido nuestra universidad. Con la conmemoración recordamos a los compañeros que estaban luchando porque el país cambiara”. Brenda Marroquín Sector estudiantil AGU Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales “El 30 de julio de 1975 es una fecha histórica donde se conmemora la masacre de los estudiantes que salieron en protesta por la represión que sufría tanto la universidad como el país. Durante la marcha que realizaban los estudiantes fueron duramente reprimidos por el gobierno haciéndoles una especie de emboscada, donde, tengo entendido que, después de masacrarlos levantaron rápido los cuerpos y limpiaron la sangre para que no quedara evidencia. Tomando de referencia este hecho y como estudiante yo considero que debemos retomar la lucha por resolver los problemas que están afectando al país, formar parte más activa en la sociedad y no quedarnos sólo en los problemas internos de la universidad”. María del Rosario Argueta Sector estudiantil AGU Facultad Multidisciplinaria Paracentral “Es un acontecimiento que año con año conmemora la universidad debido a la masacre que se dio con los compañeros estudiantes y en solidaridad con ellos se conmemora. La conmemoración es para recordar las luchas estudiantiles que se han venido haciendo dentro de la universidad. Como estudiantes hoy tenemos que luchar porque nuestros derechos se nos den a conocer y se nos tome en cuenta dentro de la universidad y en la sociedad. También un llamado a todo el pueblo para que se una a estos eventos; ya que es una fecha histórica y por muchos no es conocida. Es bueno que se conmemore todos los años porque es una respuesta a lo que hicieron los compañeros estudiantes para que nosotros continuemos en el proceso revolucionario”. Manuel Vidal Sector estudiantil AGU Facultad de Ciencias Agronómicas “Tenemos entendido que el 30 de julio de 1975 sucedió una masacre en la que los militares de aquel tiempo violaron los derechos de los estudiantes que realizaban una manifestación en contra de la toma del Campus de Santa Ana. Eso creó un antecedente negativo pero histórico el cual se ha ido conmemorando durante mucho tiempo dentro de la universidad. En este contexto, la AGU, en el periodo 2005-2007 hizo que en esa fecha se celebrara el día del estudiante universitario y fue así que se ha ido conmemorando con una marcha de forma pacífica y con actividades culturales como la vigilia dentro de la universidad. Desde ese punto de vista, los estudiantes de esa época tenían sus pensamientos y sus ideas definidas. Era una época de limitaciones para las clases bajas y ellos luchaban por lo que estaban en contra y nosotros debemos tomar ejemplo de lo bueno y seguir la idiosincrasia del espíritu estudiantil de la UES”. Félix Serrano Sector estudiantil AGU Facultad de Ingeniería y Arquitectura “Para mí los hechos del 30 de julio de 1975 no fueron más que una manifestación de la dictadura militar que se estableció en esa época en América Latina y en El Salvador, que no escapó a todas esas políticas que iban en contra de la organización social y sobre todo la estudiantil, que tuvo un alto protagonismo en la defensa de las causas sociales del pueblo salvadoreño. Algo que se ha perdido en los estudiantes de la universidad actualmente es la conciencia y la memoria histórica que debe prevalecer, sobre todo en un estudiante que pertenece a la universidad pública y que tiene ese antecedente en el que el movimiento estudiantil fue totalmente atropellado, cuando intentó organizarse y defender las causas más justas del pueblo salvadoreño. Yo creo que se debe continuar la conmemoración con algo más allá, la organización estudiantil debería de consolidarse y trabajar más por una acción real y participar de las causas sociales”. Liliana González Sector estudiantil AGU Facultad de Odontología “Lo que yo conozco, como estudiante de la UES, es que se conmemora la muerte de estudiantes que lucharon en contra de las acciones de un gobierno. Por lo tanto esta fecha es histórica para la universidad y debemos recordarla. Considero que la acción que los estudiantes realizaron fue buena porque no se cohibieron ante las acciones militares, sino que hicieron valer sus derechos, aunque les costó la vida. 22/ Julio de 2010 El Universitario Arte y Cultura La sátira: dosis de crítica política al gobierno Por: Luis Alemán “ Bufo es el nombre de un gran género de anfibios anuros que incluye más de 250 especies de sapos, perteneciente a la familia Bufonidae. La especie más conocida del género, y posiblemente de la que existen más ejemplares, es el Bufo bufo, también llamado sapo común”. Pero no se trataba de una cátedra de biología, cuando se convocaban, en el marco de las fiestas agostinas, a los desfiles Bufo de los estudiantes universitarios, sino de utilizar el ingenio y la creatividad juvenil para formar una sátira con fuerte dosis de crítica política, en un contexto donde faltaban los espacios de expresión democrática. En la ópera cómica italiana del siglo XVIII, el personaje que hacía el papel de gracioso era conocido como el Bufo. La primera vez que Luis Castro vio uno de estos desfiles, recuerda, corrían los años 60, era un adolescente y aún estaba estudiando la secundaria. “Me pareció algo muy singular poder ver a estudiantes universitarios con vestimentas de cachiporristas, con la natural alegría y jocosidad de lo que es la juventud universitaria”. “Pude apreciar un cartel muy llamativo y que todos lo comentaban. Un cartel alusivo al alcalde de ese entonces, José Napoleón Duarte, vestido de policía municipal y el cartel de- cía: Napo dejá de joder a las locatarias del mercado. El cartel presentaba a Duarte con un garrote persiguiendo a las del mercado”, dice Castro, quien es empleado administrativo de la UES y participó luego en los desfiles, cuando era estudiante. Inspirados el Kikapú por “La noche antes se tomaba kikapú”, recuerda Roberto Cañas, docente de la UES. “Es alcohol del más barato con algo para disimularlo y se sube bien rápido, lo hacían los estudiantes de Química. Se reunían los estudiantes en el local de Derecho, de Medicina, a empezar a ingeniar que cosa se ocurría para “Pude apreciar un cartel muy llamativo y que todos lo comentaban. Un cartel alusivo al alcalde de ese entonces, José Napoleón Duarte, vestido de policía municipal y el cartel decía: Napo dejá de joder a las locatarias del mercado. El cartel presentaba a Duarte con un garrote persiguiendo a las del mercado”, dice Castro, quien es empleado administrativo de la UES y participó luego en los desfiles, cuando era estudiante”. Luis Castro. criticar al gobierno”. Eran épocas de dictaduras militares, de golpes de estado, cierres del campus universitario y gestación de la guerra civil. El papel de la universidad en un régimen autoritario militar generalmente va a ser el de “refugio de una oposición política que no puede expresarse libremente en el campo políti- co, como podría hacerse en un régimen de transición democrática”, opina el historiador Ricardo Argueta. Al igual que muchos medios de comunicación utilizaban la caricatura para hacer críticas (especialmente cuando los medios impresos se masifican) el desfile era una forma de sátira que puede leerse como una caricatura crítica. Mafalda hacía reír y remover el pensamiento desde los años sesenta, en medio de cambios latinoamericanos, entre los que se enmarcaba la revolución cubana y cambios sociales en su natal argentina. Le gusta la música de los Beatles y pertenece a la clase media, de donde también provenían los universitarios salvadoreños, contemporáneos suyos y muchos de los franceses del mayo del 68. Los orígenes “El movimiento estudiantil salvadoreño ha tenido una gran influencia Julio de 2010/ 23 El Universitario Los tradicionales desfiles bufos, donde de manera satírica los universitarios criticaban las políticas gubernamentales de la época eran muy ingeniosos y divertidos, recuerda Roberto Cañas, estudiante en esa época. Pero aún así no lograban despertar las sonrisas en los militares y representantes de los gobiernos en turno. del movimiento estudiantil guatemalteco, por su cercanía y por el tipo de vínculo entre los estudiantes salvadoreños con los de Guatemala”, manifiesta Argueta, al relacionar a la Huelga de Dolores guatemalteca, con los desfiles bufo salvadoreños. En Guatemala cada año, desde el 1 de abril de 1898, cuando el presidente Guatemalteco Manuel Estrada Cabrera dio un margen de apertura política, los universitarios aprovecharon para exigir reivindicaciones estudiantiles. Ridiculizando los poderes políticos, religioso y militar, como lo hacían los estudiantes desde los años 50 en El Salvador. Sobre los orígenes también se dice que tiene relación con las “peloneadas” universitarias, en las cuales a los estudiantes de nuevo ingreso se les rapa- ba para darles la bienvenida. “Eso creo que es un resabio de la cultura autoritaria, porque viene desde la educación secundaria, luego se copia en la universidad, pero luego ese tipo de acción y de práctica se fue superando y se organizaron desfiles en los cuales participan los estudiantes nuevos y hay una camaradería, dice el historiador Argueta. En los desfiles en los años 50 los estudiantes se disfrazaban de las personas de la alta sociedad para ridiculizar a las esposas de los presidentes, militares y hasta la iglesia. En esta época, personajes como Roque Dalton participaban activamente. En algunos periodos, especialmente de efervescencia política, los desfiles se ocupaban para rechazar a esos gobiernos, durante su etapa de conflictos con la universidad. “Pero no decantaban en enfrentamientos con la policía”. “Había más creatividad e interés por hacer una crítica pero muy aceptable y agradable para la población que la miraba… hoy ya no lo podemos apreciar en la universidad pero son parte de lo que es este país y de cómo el estudiantado universitario se ha manifestado. El estudiantado salvadoreño tiene una historia de lucha impresionante”, dice Castro. Después del 75 lo que hacen los desfiles bufos es recordar la masacre estudiantil del 30 de julio del 75 como tema de la memoria histórica. “En El Salvador el movimiento estudiantil desaparece en los 90, lo que hay ahora es una nostalgia del pasado, no encuentra identidad propia, es una referencia a los 60, no hay una idea propia ni originalidad”, dice el historiador Ricardo Argueta. Luis Castro recuerda el último desfile que vio. Fue en los años 70, “causó una enorme polémica porque en el desfile iba un enorme falo y muchos estudiantes vestidos de cachiporristas. Era algo muy llamativo”. “Éramos l´enfant terrible, niños terribles que hacíamos cosas como estas…Como jóvenes nos orientábemos a divertirnos y no hacer de esto una cosa estirada sino una mezcla de jóvenes jodarria, ingenio y creatividad. Hoy parece ser que esa parte de ingenio y creatividad algún duende se la robó”, es la expresión de Roberto Cañas, al recordar el desfile al que Castro se refiere . “La Jodarria Universitaria” Entorno a los desfiles Bufo giraban también las “Veladas de Medicina” y la publicación de “La Jodarria Universitaria, órgano viril de los estudiantes”, según rezaba su slogan. Se trataba de una parodia de los problemas políticos y sociales que el país vivía y de caricaturizar personajes. El equipo de redacción y los caricaturistas nunca publicaron sus nombres, auque se presume que algunos eran parte del mismo equipo de Opinión Estudiantil, una publicación de la AGEUS. “No se podía decir quienes eran los redactores de la jodarria porque los mataban. Estamos hablando de la pequeña burguesía, de las clases medias que habían estudiado en colegios urbanos de San Salvador, que llegaban a la universidad, se radicalizaban, eran rebeldes y tenían mucho ingenio e integraban la plana de redacción de LaReactivación Actualmente no se ha conformado una AGEUS, aunque el Rector, Ingeniero Rufino Quezada, planteó la necesidad de su existencia, el 9 de julio de 2008 al dirigirse ante representantes estudiantiles en órganos de gobierno universitario. “Este 30 de julio de esté año podría ser el inicio de la reactivación del movimiento estudiantil de la UES, y la partida del sendero de la nueva AGEUS. El nuevo movimiento estudiantil sería diferente en cuanto a prácticas de lo que tradicionalmente se hace en las calles”, dijo el Rector. 24/ Julio de 2010 El Universitario El Universitario Julio de 2010/ 25