401-2007 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. San Salvador, a las diez horas con cuarenta y cuatro minutos del día veintisiete de octubre de dos mil diez. El presente proceso de amparo ha sido promovido por el abogado Salvador Enrique Anaya Barraza, actuando como apoderado general judicial de la Compañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Variable, abreviadamente, CTE, S.A de C.V. ; contra actuaciones del Juez Cuarto de lo Laboral de San Salvador y Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador, que considera lesivas a sus derechos fundamentales de propiedad, defensa así como el derecho al procedimiento constitucionalmente configurado, como vertiente procedimental del derecho de audiencia, en su específica manifestación del derecho a la comunicación eficiente de los actos procesales de prueba. Han intervenido en el proceso, el actor, la autoridad demandada y el Fiscal de la Corte. Analizados los hechos y considerando: I. 1. Manifestó la sociedad demandante, por medio de su representante, que con fecha 23-II-2007 se inició en su contra juicio individual de trabajo, promovido por el señor José Neftalí Castillo Cerón, a través de la Procuradora de Trabajo, Guadalupe Martínez de Menjívar ante el Juzgado Cuarto de lo Laboral, alegando despido injusto; juicio laboral en el cual se le condenó en virtud de “ una confesión ficta o presunta obtenida a través de la cita para absolución de posiciones a persona que no reside en El Salvador y que, además, no se encontraba en el país en los días señalados para la práctica de dicho medio probatorio”. Situación que aseguró el peticionario hizo del conocimiento del mencionado juez, pero éste lo declaró improcedente. Por ello acudió a la Cámara Segunda de lo Laboral planteando un recurso de apelación; sin embargo, ésta confirmó la decisión del juez a quo, declarando sin lugar el medio impugnativo incoado. Por todo lo anterior, la sociedad peticionaria consideró que las autoridades demandadas habían ocasionado violaciones en sus derechos fundamentales de propiedad, defensa así como el derecho al procedimiento constitucionalmente configurado, como vertiente procedimental del derecho de audiencia, en su específica manifestación del derecho a la comunicación eficiente de los actos procesales de prueba. 2. Mediante auto de las diez horas con veintidós minutos del día 17-VIII-2007, se admitió la demanda y se circunscribió el análisis constitucional a las resoluciones siguientes: (a) la resolución proveída por el Juez Cuarto de lo Laboral de San Salvador, a las diez horas con dieciocho minutos del día 27-VI-2007, en virtud de la cual su 1 poderdante fue condenada a cancelar una suma determinada de dinero a favor del señor José Neftalí Castillo Cerón; (b) la providencia emitida por los Magistrados de la Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador, a las catorce horas con cuarenta y cinco minutos del día 27-VII-2007, a través de la cual fue confirmada en todas sus partes la sentencia definitiva pronunciada por el juez a quo. Dichas resoluciones, habrían vulnerado los derechos fundamentales de propiedad, defensa así como el derecho al procedimiento constitucionalmente configurado, como vertiente procedimental del derecho de audiencia, en su específica manifestación del derecho a la comunicación eficiente de los actos procesales de prueba de la parte actora. En el mismo auto se declaró la suspensión del acto reclamado y se pidió informe a la autoridad demandada de conformidad al artículo 21 de la Ley de Procedimientos Constitucionales. Al rendir su informe, el juez demandado manifestó que no eran ciertos los hechos que se relacionaban en la demanda incoada ante esta Sala, pues su actuación se había ceñido al procedimiento indicado en la ley, sin haberse vulnerado los derechos aducidos por el apoderado de la sociedad demandante. La autoridad judicial demandada señaló además, que la sociedad peticionaria solicitó se dejara sin efecto la rebeldía y declarara sin lugar la cita para absolver posiciones, pues el representante legal de la misma no se encontraba en el país, por lo que la autoridad le previno para que conforme al artículo 387 del entonces vigente Código de Procedimientos Civiles, señalara justo impedimento y proceder a fijar nueva cita para la realización de dicha prueba, citación que no cumplió, por lo que se le declaró confeso y condenó en el juicio laboral en referencia. De esa forma, manifestó que según resoluciones en el juicio correspondiente, constan las dos citaciones que se le hicieron al representante legal de la referida sociedad a efecto que compareciera a absolver posiciones, citas a las cuales no compareció. Por su parte, la Cámara Segunda de lo Laboral de San Salvador en su informe, expuso que el artículo 387 Pr. C. (ahora derogado) habilitaba para probar un justo impedimento, sin embargo, aseguró que las intenciones de la sociedad demandada en esa instancia, eran, básicamente, que la prueba no se tomara en cuenta, y como consecuencia de ello, se relevara por completo de su obligación de absolver posiciones, bajo el argumento que su representada se encontraba permanentemente fuera del país. Debido a ello, consideró que en su actuación al confirmar la sentencia condenatoria, no habían existido vulneraciones a los derechos fundamentales que se le atribuían por parte de la sociedad demandante del presente amparo. 2 3. Por auto de las ocho horas con cincuenta minutos del día 18-X-2007, se tuvo al señor José Neftalí Castillo Cerón en calidad de tercero beneficiado con los actos reclamados y se autorizó la intervención de la Procuradora de Trabajo Silvia Margarita Quintanilla Ticas como su representante. Se mandó a oír al Fiscal de la Corte en la siguiente audiencia, quien no hizo uso del mismo. 4. Por providencia de las once horas con cuarenta y siete minutos del día 13-XII2007, se confirmó la suspensión de los efectos del acto reclamado y se pidió nuevo informe a las autoridades judiciales demandadas. El Juez Cuarto de lo Laboral reiteró en su informe que la sociedad demandante solicitó se declarara sin lugar la cita para absolver posiciones, por lo que le previno para que conforme al artículo 378 del entonces vigente Código de Procedimientos Civiles, presentara justo impedimento, para poder señalarle segunda citación para la realización de dicho medio probatorio; sin embargo, la referida sociedad no acudió a la segunda cita, por lo que la autoridad lo declaró rebelde y continuó el proceso hasta su finalización por medio de sentencia condenatoria, la cual posteriormente, fue ratificada por la Cámara Segunda de lo Laboral, por considerar que el juez de lo laboral hizo correcta aplicación de los artículos 387, 327 inc. 1° de la normativa señalada, 602, 413 y 414 del Código de Trabajo. Por todo lo anterior, ambas autoridades demandadas consideraron que en sus actuaciones, una, al emitir sentencia condenatoria y la otra, al confirmarla, no habían vulnerado los derechos alegados por la sociedad demandante. 5. Por auto de las nueve horas y dieciocho minutos del día 01-II-2008, se confirió el traslado al Fiscal de la Corte de conformidad con el artículo 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, quien manifestó que: “ Las argumentaciones jurídicas son muy valederas, pues se evidencia que se han ceñido a los preceptos de la materia; por lo que puedo advertir que de no tener mayores argumentaciones el impetrante, que sean reveladoras de elementos que se puedan tomar en cuenta para determinar una afectación a los derechos constitucionales alegados como presuntamente violados, se estará ante un caso de mera legalidad”. 6. Mediante providencia de las once horas y seis minutos del día 28-III-2008 se le confirió traslado a la parte actora. La sociedad peticionaria insistió en los argumentos esgrimidos en sus anteriores intervenciones, en el sentido que las autoridades judiciales habrían vulnerado sus derechos fundamentales. Asimismo, aseguró que el Juez Cuarto de lo Laboral al no autorizar “medios alternativos” para aportar la prueba de absolución de posiciones, en vista de que el representante de la misma estaba ausente del país, colocó a la 3 sociedad peticionaria en estado de indefensión procesal; que como “juez de la Constitución”, debía buscar, emplear o autorizar mecanismos, medidas o alternativas tendentes a la protección de los derechos constitucionales de las partes que participan en el proceso laboral. 7. Seguidamente, se le corrió traslado al tercero beneficiado, de conformidad al artículo 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, quien por medio de la procuradora de trabajo licenciada Quintanilla Ticas, expresó que la presente demanda de amparo no tenía razón de ser, pues el acto contra el que reclamaba el peticionario era una mera inconformidad con las decisiones judiciales relacionadas; todo ello debido a que, en primera instancia no presentó movimiento migratorio, siendo de su conocimiento que el representante legal de dicha compañía no residía en el país, y no obstante nunca presentó el justo impedimento, si no que solicitó que declarara no ha lugar las posiciones. 8. Acto seguido y por resolución de las once horas y dos minutos del día 30-VI2008, se abrió a pruebas el presente proceso de amparo, de conformidad al artículo 29 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, plazo en el cual las partes aportaron prueba documental, anexando fotocopias certificadas de las dos sentencias emitidas por las autoridades judiciales demandadas. 9. Por auto de las ocho horas con cuarenta y nueve minutos del día 15-VIII-2008, se confirieron los traslados que ordena el artículo 30 de la Ley de Procedimientos Constitucionales. El Fiscal de la Corte reiteró lo establecido en su anterior informe. La parte actora, por su parte, expresó que con la prueba documental presentada, los argumentos jurídicos expuestos y con base en las disposiciones legales citadas, habían quedado establecidas las vulneraciones constitucionales alegadas. Por otra parte, el tercero beneficiado aseguró que las actuaciones de las autoridades demandadas, habían sido emitidas con apego a derecho, y que por lo tanto, no eran ciertas las vulneraciones a los derechos alegados por la sociedad demandante, en ese sentido solicitó se declarara sin lugar el amparo solicitado. Ambas autoridades demandadas confirmaron los argumentos esgrimidos a lo largo del presente proceso constitucional, sosteniendo que sus actuaciones habían sido apegadas a la normativa legal aplicable y a la Constitución. 10. Con esta última actuación y por auto de fecha 30-III-2009, el presente proceso de amparo quedó en estado de dictar sentencia. Previo a ello, el abogado de la sociedad peticionaria presentó nuevo escrito reiterativo de los argumentos expresados en sus anteriores intervenciones. 4 II. Para realizar un análisis de fondo de la pretensión, este tribunal estima conveniente establecer sus considerandos en el orden siguiente: (III) Determinación del objeto de la presente controversia; (IV) Breve acotación sobre los derechos constitucionales alegados; (V) Análisis del caso sometido a control constitucional. III. En el presente caso, el objeto de la sentencia radica en determinar si los funcionarios demandados, al dictar las sentencias impugnadas violaron los derechos alegados por la parte actora debido a que tanto el juez como la cámara no brindaron oportunidades alternas para tener por acreditados los hechos que dieran lugar al proceso de instancia, en vista de que la absolución de posiciones requerida no podía llevarse a cabo porque el representante legal de la sociedad actora no residía en el país y se encontraba fuera del mismo en las fechas de las citas programadas para dicha actividad procesal. IV. Nuestra Constitución, en su artículo 11, ha reconocido el denominado derecho de audiencia, en virtud del cual previo a limitar o privar de un derecho a una persona, debe tramitarse un proceso o procedimiento en el que se le permita razonablemente su intervención a fin de que conozca los hechos que lo motivaron y de tal manera tenga la posibilidad de comparecer e intentar desvirtuarlos. En ese sentido, los procesos jurisdiccionales deben encontrarse diseñados de tal manera que potencien la intervención del sujeto pasivo. De lo anterior se deriva que el derecho de defensa está íntimamente vinculado al derecho de audiencia, pues cuando éste establece que en todo proceso o procedimiento se tiene que otorgar –de acuerdo a la ley o en aplicación directa de la Constitución– al menos una oportunidad para oír la posición del sujeto pasivo –principio del contradictorio–, no cabe duda que todas las oportunidades de defensa a lo largo del proceso también son manifestaciones o aplicaciones in extremis del derecho de audiencia. En ese orden de ideas, la Sala de lo Constitucional, en su jurisprudencia, ha señalado que los actos procesales de comunicación, inclusive el emplazamiento, no son, desde una perspectiva constitucional, categorías jurídicas con sustantividad propia, sino que las mismas constituyen manifestaciones del derecho de audiencia en cuanto tales actos posibilitan la intervención de las partes en los procesos jurisdiccionales y el ejercicio de sus derechos constitucionalmente reconocidos. Por su parte, el derecho de propiedad, regulado en el artículo 2 de la Constitución, consiste en la facultad que tiene una persona para disponer libremente de sus bienes, en el uso, goce y disfrute, sin ninguna limitación que no sea generada o devenida por la Constitución o la ley, entendido como el derecho subjetivo de usar y gozar de un bien 5 objeto del dominio, el cual implica la facultad de poder disponer libremente del mismo, con las excepciones legales y constitucionales. Esta Sala considera que el aludido derecho, debe entenderse como la plena potestad sobre un bien, que a la vez contiene la potestad de poder ocuparlo, servirse de él de cuantas maneras sea posible, y la de aprovechar sus productos y acrecimientos, así como la de modificarlo y dividirlo. V. Con respecto al caso sometido a control, es pertinente hacer las siguientes consideraciones: 1. El argumento medular del peticionario gravita principalmente en que el Juez Cuarto de lo Laboral, en el juicio individual de trabajo incoado en su contra, a pesar de que su representado no podía presentarse a absolver posiciones, por encontrarse fuera del país; no ofreció medios probatorios alternativos, y lo tuvo por confeso, condenándolo en el referido juicio laboral; con dicha actuación la autoridad judicial habría quebrantado sus derechos fundamentales, incurriendo en las mismas vulneraciones la Cámara Segunda de lo Laboral al confirmar tal decisión. 2. Luego de analizada la prueba agregada al presente proceso constitucional, consistente en las certificaciones de las sentencias definitivas emitidas por las autoridades demandadas de fechas 27-VI-2007 y 27-VII-2007 respectivamente, consta que la sociedad demandante solicitó al Juez Cuarto de lo Laboral que dejara sin efecto la rebeldía declarada y que además, se resolviera sin lugar a la cita para la absolución de posiciones; a raíz de dicha solicitud, la autoridad judicial previno para que, conforme al artículo 378 del derogado Código de Procedimientos Civiles, probara justo impedimento de la dificultad de acudir a realizar el referido medio probatorio y, en ese sentido, citarlo por segunda ocasión para tal efecto. No obstante ello, la sociedad demandante no cumplió la nueva citación para absolver posiciones; y en aplicación del artículo 385 ordinal 1° del mismo cuerpo legal, el juez demandado declaró confesa a la sociedad peticionaria, condenándola al pago de cierta cantidad de dinero a favor del señor Castillo Cerón; y seguidamente, la cámara demandada confirmó, en recurso de apelación, la sentencia señalada. 3. De lo anterior, se advierte que la autoridad judicial se ciñó a lo que la normativa legal aplicable le ordenaba para el caso concreto, es decir, siguió el procedimiento establecido tanto en el artículo 387 como 385 Ord. 1° de la referida normativa, como se ha señalado; por ello, el hecho que la autoridad judicial no haya propuesto medios probatorios distintos a los ofrecidos por las partes, no indica vulneración a derechos fundamentales, pues contrario a esto, la actuación realizada por ambas autoridades denota imparcialidad 6 judicial, rol al que se deben ceñirse los aplicadores de justicia, quienes se encuentran impedidos de practicar cualquier tipo de actuaciones orientadas a favorecer a una de las partes en detrimento de la otra. 4. En el presente caso, ha quedado establecido que la sociedad peticionaria considera que se le han vulnerado sus derechos fundamentales al ser condenado en un proceso laboral por una confesión ficta, misma que pudo controvertir exitosamente por los mecanismos probatorios que la misma ley le concedía, pero de los cuales no hizo uso, en legal forma, sino más bien optó por otros que no procedían y que en definitiva, no lo favorecieron en el fallo emitido en esa sede. Conforme a lo expresado, esta Sala concluye que siendo las partes interesadas en el litigio los encargados de solicitar al juez de la causa la realización de los medios probatorios; y no a la autoridad judicial, se colige que en el presente caso, las autoridades judiciales demandadas, una al dictar la sentencia y otra, al confirmarla, no vulneraron los derechos fundamentales incoados, pues el hecho de no ofrecer medios probatorios alternativos o equivalentes a la absolución de posiciones, no representa una obligación judicial, sino más bien, como ha quedado establecido, es una labor exclusiva de las partes en el juicio. Por todo lo anterior, se colige, sin lugar a dudas, que en las actuaciones del Juez Cuarto de lo Laboral y de la Cámara Segunda de lo Laboral, al pronunciar las sentencias de fecha 27-VI-2007 y 27-VII-2007 respectivamente; no existieron vulneraciones a los derechos fundamentales derecho de defensa, propiedad y el derecho a un procedimiento constitucionalmente configurado como vertiente procedimental del derecho de audiencia, en su específica manifestación del derecho a la comunicación eficiente de los actos probatorios de la sociedad peticionaria; por lo que habrá que declarar sin lugar el presente proceso de amparo. POR TANTO: A nombre de la República de El Salvador, con base en las razones expuestas y en los artículos 2 y 11 de la Constitución de la República y artículos 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala FALLA: a) Declárase no ha lugar al amparo solicitado por el abogado Salvador Enrique Anaya Barraza, actuando como apoderado general judicial de la Compañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Variable, abreviadamente, CTE, S.A de C.V.; b) déjase sin efecto la suspensión del acto reclamado en auto de las diez horas con veintidós minutos del día 17-VIII-2007 y confirmada por auto de las once horas con cuarenta y siete minutos del día 13-XII-2007; y c) notifíquese. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRO- 7 Amparo No. 401-2007 NUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.--RUBRICADAS 8