Vicente Huidobro

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Índice
− Introducción
− Biografía
· El Creacionismo y Altazor
· Obras más importantes
− Comentario
− Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Hablaremos de Vicente Huidobro, un hombre cuya vida fue acomodada económicamente, lo cual le ayudó en
sus estudios y viajes para conocer e infundir su estilo poético llamado el Crecionismo en los distintos países
los cuales él, visitó en el transcurso de su vida.
Sus obras tanto poéticas como literarias, son conocidas mundialmente gracias a su estilo literario.
BIOGRAFÍA
Vicente García Huidobro nació en Santiago de Chile el 10 de Enero de 1893, escritor vanguardista fundador
de su propio movimiento poético y defensor entusiasta de la experimentación artística durante el período de
entreguerras.
Hijo de madre escritora, estudió literatura en su ciudad natal, Santiago ya que su origen acomodado le
permitió, por un lado, estar en contacto con las novedades que se iban gestando en Europa, y, por otro,
cultivar su estudio. Inició sus estudios en el colegio que los jesuitas regentaban en su ciudad natal, pero pronto
habrá de abandonar voluntariamente el colegio San Ignacio para no volver más y volcar todos sus esfuerzos
en las tareas literarias: fundó revistas de poesía, organizó tertulias literarias y empezó a escribir y publi
car sus primeros poemarios. Por entonces, casi un adolescente, Huidobro no había encontrado una voz poética
propia, pero sus ecos lo eran de las grandes figuras poéticas de finales del siglo XIX y principios del siglo
XX: Gustavo Adolfo Bécquer, Rubén Darío, Apollinaire... De este modo, cuando en 1916 abandona por
primera ves su tierra natal y emprende un peregrinaje artístico que durará años: Ecos del Alma (1911), La
Gruta del Silencio ( 1912), Canciones en la Noche (1913), Las Pagodas Ocultas y Pasando y pasando, ambos
de 1914, y por último Adán (1916).
El primer hito dentro de la peregrinación artística de Vicente Huidobro será Buenos Aires, ciudad donde, por
primera vez, se formula el Creacionismo, que es, cronológicamente, el primer movimiento de vanguardia
nacido en Latinoamérica. Sin embargo, el origen del Creacionismo lo encontramos en 1914 en el manifiesto
Non Serviam, donde había delimitado algunos aspectos fundamentales de su particular vanguardia,
empezando por lo de artista y creador, y no imitador de la Naturaleza. Además también el poemario Adán
contenía una clara alusión a ese afán genesiaco del vate chileno y en él Huidobro optaba claramente por el
versolibrismo.
En Buenos Aires, por otro lado, publica su siguiente poemario, El Espejo de Agua, con 9 poemas, cuya
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primera composición titulada precisamente Arte poética, es en realidad, un verdadero manifiesto estético del
Creacionismo.
De acuerdo con lo que se ha venido diciendo, cuando a finales de 1916 llega a París, Vicente Huidobro no es
un principiante, si no un poeta consolidado que trae el primer movimiento de vanguardia aparecido en
América Latina. Su primer estancia en París habría de prolongarse por dos años, tiempo que le sirvió para
entrar en contacto con los miembros más destacados de las diferentes vanguardias −tanto pictóricas como
literarias−. Desde entonces, Huidobro se ha ganado un lugar de preeminencia dentro de las vanguardias,
aunque lo cierto es que su obra maestra no aparecería hasta 1931, año en que se dieron a las prensas el
poema−libro Altazor y el conjunto de prosas que conformaron Temblor de Cielo, uno de los títulos preferidos
de su autor. Una de las grandes formulaciones teóricas del Creacionismo será la traducibilidad de la poesía, de
ahí que el poeta chileno empezará a ensayar un tipo de poesía escrita en una lengua que no fuera la materna,
en este caso la francesa, ya que eso le permitiría liberar a la poesía de unas concepciones heredadas con la
lengua que se adquiere de manera natural. Por eso no debe extrañar que sea precisamente durante su primera
estancia en París cuando empiece a publicar poemarios como Horizon Carré (1917) y Tour Eiffel (1918),
escritos y concebidos en una lengua que Huidobro alternaría con el español y el francés.
En 1918, Vicente Huidobro dejó se residencia en París y se trasladó a Madrid, portando con él muchas de las
novedades vanguardistas que se habían gestado en la capital francesa. En este sentido, no sería vano apuntar
que el poeta chileno fue uno de los introductores de las vanguardias en España, pues llevaba con él
informaciones de primera mano, referentes, por supuesto, al Creacionismo, pero también al Cubismo literario
y a las demás vanguardias parisienses. Durante su primer año de permanencia en Madrid publicó Poemas
Árticos y Ecuatorial (cuyo tema es la guerra europea). A partir de entonces, y durante toda la década de los
años veinte, París y Madrid serían los dos lugares donde Huidobro editaría fundamentalmente sus obras,
exceptuando Vientos Contrarios (1926), publicada en Santiago de Chile, además de todos loa libros a partir de
La Próxima (1936).
En 1923 publica un ensayo titulado Finis Britannia, escrito originalmente en francés, que daba cuanta de una
inquietud por parte del vate chileno. Así ese ensayo no era si no una exacerbada crítica a la política
imperialista llevada a cabo por la corona inglesa. Este texto le causó algunos problemas, pero es importante
porque despierta en el un interés por la actuación política que lo conduciría hasta ser propuesto, en su país
natal, como candidato para la presidencia de la República, aunque, bien es cierto, sin mayores consecuencias.
A partir de 1925, Huidobro alterna sus estancias en París con sus estancias en Santiago, e incluso permanece
en Estados Unidos durante algún tiempo. Por otra parte, en esa etapa se sapara definitivamente de su señora,
Manuela Portales, e inicia una relación con Jimena Amunátegui, con quién luego se trasladaría a Francia,
donde vuelve a instalarse. Durante los años treinta, Huidobro alterna su estancia entre Santiago de Chile y
Europa, sobre todo Madrid y París. Cuando estalló la Guerra Civil en España, el poeta chileno participará
activamente, junto a muchos otros intelectuales europeos y americanos, en el Congreso de Escritores
Antifascistas celebrado en Valencia de 1937. Del mismo modo habría de ser corresponsal durante la Segunda
Guerra Mundial en el ejército francés. Al acabar la contienda mundial, Huidobro regresó a Chile, instalándose
de nuevo en Santiago hasta su muerte. Ésta le sorprendería el 2 de enero e 1948, en una finca próxima a
Santiago, donde solía invitar a sus amigos y colegas, así fue enterrado en Cartagena por petición suya; con el
moría una de las figuras más destacadas de la poesía chilena del siglo XX, fundador y teórico de una de las
vanguardias literarias más genuinas, el Creacionismo.
El Creacionismo y Altazor:
Efectivamente, el Creacionismo es una de las vanguardias más interesantes aparecidas en Latinoamérica,
aunque lo cierto es que, exportada por el propio Huidobro, tuvo grandes representantes como: Gerardo Diego
y Juan Larrea. Además, en este caso, venían a simultanearse la existencia de una estética y una poética
formuladas desde el plano teórico con las altísimas cotas literarias logradas en el plano de la escritura poética.
Quizá el lugar donde Vicente Huidobro recopile de una manera más detallada y sistemática todos los
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principios de este movimiento sea en su manifiesto El Creacionismo, aparecido por primera vez en francés en
su libro Manifestes (1925). Allí, en primer lugar, justifica la existencia del Creacionismo antes de su llegada a
París. Luego no tarda en presentar su receta particular de lo que ha de ser un poema creacionista: El poema
creacionista se compone de imágenes creadas, de conceptos creados; no escatima ningún elemento de la
poesía tradicional, salvo que en él dichos elementos son íntegramente inventados, sin preocuparse en absoluto
de la realidad ni de la veracidad anteriores al acto de realización. Sin embargo lo que más interesa de la
formulación teórica de Huidobro es su propuesta de poesía universal, y, por tanto traducible, lo que nos
permite comparar esta concepción poética con la defendida por Ezra Pound, quién, al igual que Huidobro,
aunaba la aportación teórica con la producción poética.: Si para los poetas creacionistas lo que importa es
presentar un hecho nuevo, la poesía creacionista se hace traducible y universal, pues los hechos nuevos
permanecen idénticos en todas las lenguas. De todas maneras, es al final de este manifiesto donde Huidobro se
ratifica en su idea del poeta como creador −equiparable, por tanto, a Dios−, de ahí que tome las palabras que
ya había publicado en Horizón Carré: Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol.
Sin duda, el poema que mejor puede justificar toda la formulación del creacionismo es Altazor o el viaje en
paracaídas, reconocido unánimemente como la obra maestra de Vicente Huidobro. Aunque publicado en
1931, este extenso poema−libro comenzó a gestarse en 1919, poco tiempo después de que el poeta chileno
entrara en contacto con la intelectualidad madrileña tras haber pasado previamente por París. Altazor está
dividido en 7 cantos presididos por un Prefacio en prosa. Lo cierto es que, aunque se reconoce su importancia
intrínseca, la crítica ha trazado líneas de interpretación de carácter divergente, una de las cuales aborda la
lectura del poema como un camino hacia la invención de un nuevo lenguaje poético. Así, el canto I supone
una identificación de Altazor con Dios; el canto II está dedicado a la mujer amada y es un largo poema
amoroso; el canto III nos abre el camino para la desarticulación del lenguaje; el canto IV se basa
especialmente en el uso de sintaxis, llegando a un lugar de ruptura total con el significado; en el canto V se
desarrolla la idea de poesía como juego; el canto VI supone la ausencia de significación, aunque el léxico es
todavía familiar; y por último, el canto VII llega al lugar donde el lenguaje se inventa y lo único que se respeta
es el sistema fónico, pero liberado de toda significación, radicalizando algunos de los presupuestos del
Cubismo literario y llegando hasta un lenguaje poético abstracto, para lo cual ha empleado el plazo
establecido por esos 7 cantos que pueden recordar sin violencia los 7 días de la Creación enunciados en el
Génesis.
Y es que no en vano, Altazor ha sido una de las obras que ha despertado mayor interés para la crítica. Junto a
su faceta como poeta y teórico del arte, en general, y de la poesía, en particular, se pueden destacar las
diferentes aportaciones de Vicente Huidobro al campo de la novela, género que también intentó renovar (Mio
Cid Campeador, 1929: Papá o el diario de Alicia Mir, La próxima, y Cagliostro, todas de 1934; tres novelas
ejemplares, d 1935, en colaboración con Hans Arp) y , del mismo modo, no deben olvidarse sus diferentes
incursiones en la dramaturgia ( Gilles de Raiz, en 1932 y En la luna, 1934). Huidobro, en definitiva, dedicó
toda su vida a la literatura, lo que le permitió moverse con soltura dentro de los distintos géneros, aunque bien
en verdad que alcanzaría su epicentro creativo durante la gestación y posterior publicación de Altazor, esto es,
durante el periodo que va de 1919 a 1931, coincidiendo con los años más brillantes de las diferentes
vanguardias, a las cuales contribuyó con su imprescindible Creacionismo, de factura propia, aunque heredero,
sobre todo, del Cubismo literario y del Futurismo.
Obras importantes:
− 1911 Ecos del Alma
− 1926 Mio Cid Campeador
− 1931 Altazor
− 1941 Ver y Palpar
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COMENTARIO
Vicente Huidobro fue un escritor vanguardista chileno, lo cual le hizo fundador de su propio movimiento
llamado Creacionismo que cautivó a los europeos, esta vanguardia era originaria de Latinoamérica.
Desde muy temprana edad logró escribir algunas de sus obras y esto hizo que no fuera a la Universidad. Pero,
a pesar de esto, es uno de los escritores más conocidos dentro de Chile y el continente.
Sus viajes y estancias fuera de su país, lograron que escribiera en otros idiomas, así se infundía cada vez más
en Francia y otros.
BIBLIOGRAFÍA
− Internet
· www.google.com
· www.yahoo.com
− Encarta 98'
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