TRABAJO COOPERATIVO Y ESTUDIOS TRANSVERSALES EN 1º DE HISTORIA Gabriel García Atiénzar1; Manuel Benítez Bolorinos2; María del Carmen Irles Vicente3; Francisco Javier Jover Maestre1; Alberto Lorrio Alvarado1; Juan Carlos Márquez Villora1; Verónica Mateo Ripoll2; Alicia Mira Abad4; Jaime Molina Vidal1 1Departamento de Prehistoria, Arqueología, Hª. Antigua, Filología Griega y Latina 2Historia Medieval y Moderna y Ciencias Historiográficas 3Historia Medieval y Moderna y Ciencias Historiográficas 4Humanidades Contemporáneas Universidad de Alicante RESUMEN La implantación del EEES hace necesario el replanteamiento de las metodologías docentes para adaptarlas a una educación en la que el protagonismo del proceso de enseñanzaaprendizaje se ponga en manos del alumnado. Esta nueva forma de concebir la enseñanza ha motivado a un grupo de profesores/as a desarrollar un proyecto docente dirigido a los alumnos/as de 1er curso de la licenciatura de Historia en el cual, a partir de un tema común se pretende fomentar el aprendizaje autónomo mediante tareas grupales y a través de cuestiones transversales. La planificación docente pasa por la elaboración de un “contrato de aprendizaje” entre los miembros de los grupos y el profesor/a-tutor/a en el que se especifican los objetivos que se persiguen, las actividades para ejecutar el aprendizaje, la metodología a seguir y la evaluación del mismo, al tiempo que se especifican recursos didácticos y/o de apoyo para impulsar el aprendizaje. Palabras clave: Aprendizaje; Cooperativo; Transversalidad; Seminario INTRODUCCIÓN: MOTIVACIONES Y ANTECEDENTES La implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) hace necesario el replanteamiento de las metodologías docentes para adaptarlas a una educación en la que el protagonismo del proceso de enseñanza-aprendizaje se ponga en manos del alumnado (ZABALZA, 2000). Ello obliga a considerar el empleo de nuevas estrategias que se alejen de “formas tradicionales” y que pongan mayor énfasis en procedimientos, valores y actitudes. Dentro de este nuevo enfoque, acciones como la tutorización personalizada del alumno, el seguimiento y evaluación de las actividades no presenciales o la coordinación entre la docencia presencial y la no presencial supone una mayor implicación por parte del docente (GONZÁLEZ y GARCÍA, 2006). Esta nueva forma de concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje hizo que un grupo de profesores/as participantes en anteriores convocatorias del programa “Redes de Investigación en Docencia Universitaria” del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad de Alicante desarrollase un proyecto de cooperación durante el año académico 2008/2009 dirigido a los alumnos/as de 1er curso de la licenciatura de Historia bajo el lema “La imagen de la mujer en la Historia” en el que se primó la transversalidad y el trabajo colaborativo. Los resultados observados en aquella experiencia nos alentó a retomarla a lo largo del curso académico 2009/2010, corrigiendo defectos detectados entonces y haciendo frente a nuevas y complejas situaciones que en se tornarán cotidianas con la convergencia europea en el sistema educativo universitario. Para ello, se diseñó una actividad en torno a un nuevo tema transversal (Guerra y Paz a través de la Historia) que permitiera al alumno acercarse a la Historia desde una perspectiva diferente que difícilmente puede desarrollarse en las aulas. Este proyecto educativo, en el que están representadas todas las áreas de conocimiento de la licenciatura de Historia pretendía, además de consolidar contenidos muy concretos, fomentar el aprendizaje autónomo mediante tareas grupales y a través de cuestiones transversales. Este tipo de apuesta educativa se ve favorecida por la participación de más del 60% del profesorado implicado en el 1er curso de Historia, además de la totalidad del alumnado matriculado, hecho que dota de mayor coherencia al proyecto educativo en tanto no sólo se trata de estimular el trabajo cooperativo entre los alumnos sino que también incentiva el trabajo coordinado del profesorado, hecho tan escaso como necesario ante los nuevos planes de estudio vinculados al EEES. METODOLOGÍA DOCENTE: EL CONTRATO DE APRENDIZAJE Y EL TRABAJO COOPERATIVO Esta propuesta docente nace con la intención de obtener una serie de objetivos educativos que superan los establecidos dentro de los planeas de estudios actuales y que se aproximan a los diseñados en las nuevas titulaciones de grado que se implantarán en la Universidad de Alicante en el año académico 2010/2011. A grandes rasgos, estos objetivos pueden resumirse en: • Profundizar en determinados conceptos que no son abordados con profundidad en el aula. Se trata de que los alumnos, a través de una investigación puntual del tema planteado, ahonden en determinados hechos o elementos de la Historia. • Desarrollar determinadas actitudes como el compromiso con el trabajo bien hecho y con su propio aprendizaje • Trabajar competencias procedimentales como la elaboración de trabajos siguiendo unas pautas de estilo (las propias de la UA), la búsqueda bibliográfica o el análisis crítico de la información. La consecución de estos y otros objetivos ha obligado a planificar al detalle esta actividad, tarea que en este caso se torna compleja en tanto engloba a 13 profesores, 5 asignaturas (algunas de ellas desdobladas en dos turnos) y más de 200 alumnos. Esta planificación aborda tanto la elección de un tema común, como las normas de estilo y presentación o los criterios de evaluación. La guía de toda esta planificación ha girado en torno a dos métodos docentes: el contrato de aprendizaje y el aprendizaje cooperativo. El contrato de aprendizaje como marco de trabajo La planificación docente aplicada pasa por la elaboración de un “contrato de aprendizaje” o learning contract entre los miembros de los grupos y el tutor/a para la consecución de unos aprendizajes a través de una propuesta de trabajo autónomo con la supervisión por parte del profesor y durante un periodo determinado (MIGUEL DÍAZ, 2006). Con el contrato se pretenden cambiar los parámetros relacionales entre el que enseña y el que aprende, de forma que las normas implícitas sean sustituidas por normas explícitas y el control del docente por la autonomía del alumno. Este sistema ayuda a especificar con claridad los objetivos que se persiguen, las actividades para ejecutar el aprendizaje, la metodología a seguir y la evaluación del mismo, al tiempo que se especifican recursos didácticos y/o de apoyo para impulsar el aprendizaje. Por otra parte, existe un contrato didáctico cuando alumno/a y profesor/a intercambian de forma explícita sus opiniones, comentan sus necesidades, comparten proyectos y deciden en colaboración la forma de llevar a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje y lo reflejan oralmente o por escrito. Siguiendo a Anderson et alii (1996), los principios del contrato de aprendizaje deben ser los siguientes: 1) Consentimiento mutuo. Ante una oferta se produce una respuesta con una aceptación o demanda y si consienten se inicia el proceso; 2) Aceptación positiva del alumno, en tanto que es quien mejor se conoce y quien en definitiva realiza la actividad mental de aprender; 3) Negociación de los diferentes elementos; 4) Compromiso recíproco entre el profesor y el alumno de cumplir el contrato. En general se trata de una metodología de enseñanza-aprendizaje “interactiva” que permite dirigir el trabajo independiente o no presencial del alumno promoviendo su autonomía y su capacidad de aprender a aprender. En nuestro caso, la aplicación del contrato de aprendizaje (ver Anexo 1; modelo adaptado a partir del trabajo de T. Franquet Sugrañes et alii, 2006) optó por la modalidad cerrada en la que no cabía la negociación de determinados aspectos. Se escogió esta modalidad al partir del principio fundamental según el cual el trabajo y evaluación de determinadas competencias debían estar prefijadas por el tutor para asegurar su consecución. Por otra parte, el hecho de tratarse de una actividad de carácter cooperativo dificultaba la negociación de determinados aspectos ante la conjunción de varios intereses, tanto por parte del tutor como por parte de cada uno de los alumnos integrantes de los grupos. El aprendizaje cooperativo como metodología organizativa El segundo eje de esta experiencia docente es el aprendizaje cooperativo entendido éste como aquella actividad consistente en que “dos o más estudiantes trabajan juntos y comparten equitativamente la carga de trabajo mientras progresan hacia resultados de aprendizaje previsto” (BARKLEY, CROS y HOWELL MAJOR, 2007: 18). Se trata, en definitiva, de una metodología de enseñanza que permite alcanzar una serie de objetivos a través de una serie de métodos que “… centrados sobre los estudiantes parecen más formativos, más generadores de aprendizajes significativos y más adecuados para favorecer la memorización y el transfer de aprendizajes que los métodos centrados en el profesor.” (FERNÁNDEZ MARCH, 2004). En esta metodología, el papel del profesor/a desarrolla una nueva dimensión adoptando la responsabilidad de coordinar, moderar, animar y orientar al grupo de alumnos que, en esta situación, se convierte en el protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje. Entre las tareas del profesor, hemos de destacar que, además de la de configurar los grupos, también ha elaborado y redactado los enunciados de cada trabajo, fijando desde el inicio los contenidos, los objetivos, los materiales básicos y el calendario de desarrollo de la actividad. En este sentido, se han seguido las recomendaciones expuestas por E. Barkley, K.P. Cros y C. Howell (2007: 67): explicar claramente la actividad; clarificar los objetivos; describir los procedimientos; poner ejemplos si es preciso; recordar las reglas para la interacción en grupo; establecer límites de tiempo; facilitar la instrucción inicial; comprobar la comprensión de los alumnos y responder a sus dudas; interactuar con los alumnos; y facilitar la conclusión final. En definitiva el docente debe actuar dirigiendo a los alumnos, pero dejando a su vez que éstos tengan una participación activa en el aprendizaje. Dentro del amplio abanico de competencias que se pueden desplegar dentro de un proyecto de aprendizaje cooperativo (GIL MONTOYA et alii, 2007), nuestra intención fue la de desarrollar las siguientes: • La habilidad de trabajar en equipo al motivar la participación activa de todos los alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello cada uno de los tutores gestionó varias reuniones grupales (siempre en un número superior a cuatro) en la que se evaluaba el proceso de elaboración del trabajo al tiempo que se establecían las convenientes medidas correctoras o de reorientación en caso de ser necesarias y se evaluaban determinados aspectos, principalmente de carácter actitudinal (presencialidad, compromiso, etc.) • Búsqueda, selección, organización y valoración de información. En la primera reunión, el tutor, además de realizar la presentación de la actividad, también presentó los principios básicos del trabajo de investigación: bibliografía recomendada, recursos, etc. A lo largo de las distintas reuniones grupales o tutorías individuales, el tutor aconsejaba sobre cuestiones bibliográficas, aunque siempre después de comprobar las dificultades encontradas por el alumno en la búsqueda o valoración de la información. • Aprendizaje autónomo. El tutor/a funciona como guía o espectador del proceso, corrigiendo únicamente cuando el alumno se desviaba de los objetivos marcados por el proyecto. En todo momento, el alumno o, en este caso, el grupo de alumnos es el que controla que el desarrollo de su trabajo cumpliendo con las pautas establecidas al inicio del proceso mediante la entrega de materiales en las fechas marcadas por el tutor, corrigiendo las anotaciones establecidas en las reuniones, comprobando que el resto de compañeros siguen el mismo ritmo de trabajo, etc. • Habilidades de expresión oral y escrita, capacidad para la argumentación. Los avances de las investigaciones no sólo debían presentarse regularmente ante el tutor y el resto de los compañeros sino que también se diseñó una jornada a modo de congreso en el cual cada grupo debía exponer en 20 minutos el proceso y la investigación seguida. En este sentido, el tutor también actuó de guía ayudando a preparar las presentaciones, estableciendo unos parámetros básicos pero dejando cierta libertad a los alumnos. • Iniciativa. El tutor sólo debía marcar unas pautas iniciales, dejando iniciativa a los alumnos en cuestiones tales como la búsqueda y análisis de bibliografía, la organización del trabajo dentro del seno del grupo, las líneas maestras de la presentación. Como comentábamos anteriormente, el tutor sólo se implicó para corregir determinados aspectos que pudieran afectar a la consecución de los objetivos marcados. • Planificación del tiempo. Cada grupo debía organizar su trabajo de manera totalmente autónoma; la única pauta, marcada por el tutor, venía dada por las reuniones planificadas, debiendo presentar resultados parciales en cada una de ellas lo que obligaba al alumno a organizar su tiempo y su tarea además de coordinarse entre los miembros de cada para desarrollar los objetivos de manera gradual. Cada uno de los 13 profesores implicados en el proyecto se hizo cargo de un grupo con un número variable de alumnos (una media de 17 alumnos por cada uno de los siete grupos adscritos al turno de la mañana, y una media de 22/23 alumnos en los de la tarde). Dentro de los 13 grupos quedaron incorporados todos los alumnos de nuevo ingreso, así como aquellos que tuviesen pendientes de superar una o más de las asignaturas participantes. La distribución de los grupos fue totalmente aleatoria, respetándose únicamente dos criterios: la pertenecía a los grupos de mañana y tarde y que el alumno estuviera matriculado en la asignatura del tutor. Esta actividad quedó incorporada dentro de la evaluación de las distintas asignaturas, otorgándose una calificación máxima de un punto. La calificación de este trabajo se integraría en la evaluación de las prácticas de cada asignatura; de esta manera, la calificación obtenida por un alumno en esta actividad repercutiría no sólo en la asignatura del tutor con el cual había desarrollado la actividad, sino también en el resto de asignaturas (de cada uno de los turnos) implicadas. A lo largo del curso académico 2009/2010 los alumnos debían trabajar el tema propuesto por cada uno de los profesores/tutores (Carlomagno, ¿señor de la guerra?, ¿pacificador de Europa?: una interpretación dual de la guerra y la paz a través de la figura de Carlomagno; La conquista de Numancia: aspectos materiales; Guerra y Paz en la Plena y Baja Edad Media; Guerra y Paz en la Europa Moderna (I y II); Violencia y relaciones sociales a través del arte rupestre prehistórico; Guerra y Violencia en la Prehistoria; Canibalismo y prácticas de antropofagia en el Paleolítico; Roma y Cartago: hegemonía, conflicto militar y paz durante las Guerras Púnicas; Caras y aristas de la guerra: la destrucción de libros y documentos, etc.). Este asunto quedó fuera en todo momento de la negociación en el contrato de aprendizaje en tanto comprendíamos que el nivel formativo de la mayoría de alumnos, al menos de los de nuevo ingreso, no era el más idóneo como para dejar libertad de elección de tema, además de que esto podría suponer una fuente de conflicto dentro de grupos tan numerosos. Cada uno de los grupos debía asistir a un mínimo de 4 reuniones con el profesor/atutor/a asignado, a lo largo de las cuales se orientó no sólo en los contenidos a desarrollar sino también en la metodología a emplear; dichas reuniones sirvieron a los tutores como un procedimiento de evaluación continua del proceso de aprendizaje, al tiempo que promovieron el trabajo cooperativo. Por otra parte, también se ha fomentado el número de tutorías individuales para solventar cuestiones de cualquier índole que precisen consulta. El objetivo principal de esta práctica era que el alumnado desarrollase competencias procedimentales y actitudinales a través del trabajo cooperativo y no tanto las conceptuales, desarrolladas habitualmente en horario de clases teóricas. Este hecho obliga a individualizar la evaluación de determinados apartados, evitando en todo cado la generalización en la calificación. El trabajo de cada uno de los miembros del grupo debe ser reconocido, cuantificado y calificado de forma separada, frente al trabajo colaborativo final. En el aprendizaje colaborativo hay que evaluar dos cosas: el dominio del estudiante de los contenidos relacionados con cada uno de los temas de trabajo, que se diseñan como una forma de trabajar transversalmente contenidos y competencias propias de la Historia, y su participación en los procesos de grupo. Cada uno de los profesores estableció, a través de las distintas reuniones grupales, los medios necesarios para evaluar hasta qué punto han aprendido los estudiantes los contenidos de la asignatura relacionados con la materia de que se trate. RESULTADOS Y CONCLUSIONES Antes de pasar a analizar los resultados obtenidos, consideramos oportuno deslavazar nuestra experiencia desde los errores y problemas surgidos. Este ejercicio de reflexión se hace obligatorio en tanto lo que ahora no es más que un “experimento docente”, el próximo año será el día a día tanto del profesorado como del alumnado y, por lo tanto, conviene conocer de antemano algunas de las problemáticas que se plantearán tras la implantación del EEES. Uno de los principales problemas surgidos durante esta experiencia ha sido el sistemático abandono de la actividad a pesar de que se trataba de una práctica que se evaluaba juntamente con el resto de la asignatura. Entre las causas que pueden explicar este hecho, algunas de ellas planteadas por los propios alumnos, estarían: • La “baja puntuación” que los alumnos perciben para esta actividad. Si bien se trata de un punto en la clasificación total, esta puntuación se traslada a todas las asignaturas participantes en la experiencia con lo que, en el caso del turno de la mañana, esto suponía siete puntos distribuidos entre las siete asignaturas participantes. • Otra de las motivaciones aludidas por algunos alumnos es el hecho de que algunos de ellos tan sólo tenían pendiente una o dos asignaturas del 1er curso con lo que la implicación y el esfuerzo “no les compensaba”. Este hecho nos obliga a plantear si este tipo de actividades, al menos en los sistemas actuales, es más conveniente desarrollarlo se manera voluntaria, tal y como se realizó en el año académico 2008/2009. • Otro de los hechos que se pueden proponer para explicar este “absentismo” es que la titulación de Historia cuenta con un elevado número de alumnos de carácter ”semipresencial”, es decir, que siguen determinadas asignaturas sin asistir habitualmente a las clases, presentándose únicamente a la evaluación final y a los trabajos individuales. Además de estos, otro de los problemas al que se ha tenido que hacer frente es el de la masificación de los grupos cuya media ronda entre los 17 y los 22/23 alumnos. Este número ha dificultado obtener alguno de los objetivos planteados ya que la tutorización de este tipo de actividad requiere no sólo el seguimiento del grupo, sino también un seguimiento individual para discriminar el mayor o menor esfuerzo o la adquisición de competencias. Algunos profesores optaron por la solución de crear, dentro de sus respectivos grupos, dos apartados que analizasen de manera independiente otros tantos casos de estudio enmarcados dentro del periodo histórico del tutor y siempre dentro del marco del tema común planteado. Esta solución, si bien ha permitido una mejor coordinación y seguimiento, ha implicado multiplicar la carga de trabajo del profesorado. Este problema bien podría encontrar su solución con la implantación del nuevo grado en el cual se ha conseguido que los grupos de prácticas tengan un máximo de alumnos de 15 por profesor, algo que supone la participación de más profesorado dentro del proceso de aprendizaje del alumnado. Por otro lado, también se ha podido evaluar el diferente grado de implicación del alumnado en la experiencia. Mientras que algunos han participado de manera activa en todos los procesos de trabajo que implicaba esta actividad, cumpliendo sistemáticamente los objetivos pretendidos, superándolos en determinados casos, parte del alumnado se ha dejado “dirigir” y “arrastrar” por el resto. Las reuniones grupales han servido para controlar este hecho, estableciéndose elementos correctores para tratar de implicar a todos los alumnos por igual. Por otra parte, y para evitar el agravio comparativo con respecto al conjunto del alumnado, se establecieron medidas para evaluar de manera individualizada la implicación y participación: asistencia a las reuniones, calidad y concreción del trabajo individual, participación en las reuniones, etc. Otro de los inconvenientes al que hemos tenido que hacer frente ha sido la falta de espacios. El hecho de multiplicar por 7 los grupos de trabajo en el caso del turno de la mañana y por 6 en el de la tarde, ha obligado a que las reuniones grupales tuvieran que desarrollarse fuera del horario académico, ya de por sí bastante sobrecargado, elemento que ha sido valorado de manera negativa por parte del alumnado. El análisis preliminar de la encuesta de valoración del aprendizaje cooperativo como metodología docente (ver tablas 1 y 2) permite considerar que esta experiencia ha resultado notablemente enriquecedora para el alumnado. Cabe destacar que la mayor parte del alumnado considera que esta actividad ha permitido obtener, mejorar o desarrollar determinadas habilidades, especialmente aquellas relacionadas con la capacidad para extraer lo fundamental prescindiendo de lo accesorio (Síntesis) o la capacidad para deliberar, pensar, repasar, reconsiderar una idea antes de la toma de una decisión (Análisis y Reflexión). HABILIDADES (sujetos encuestados: 67) completamente en desacuerdo Autoplanificación 2 10 1 2 Iniciativa 2 1 1 Análisis y reflexión 12 32 16 23 18 31 7 5 20 22 25 20 1 29 13 14 16 43 17 5 19 29 4 completamente de acuerdo 26 31 12 5 de acuerdo 24 4 11 Habilidades neutro 14 1 3 Implicación en desacuerdo 15 36 8 Tabla 1. Resultados de la encuesta relacionados con la adopción de habilidades La sección de la encuestas destinada a evaluar este tipo de actividad como metodología docente arroja una serie de datos que obligar a abrir un espacio para la reflexión. Uno de los puntos que más destaca en este apartado de la autoevaluación es la sensación mayoritaria de que el trabajo en grupo rentabiliza el tiempo, siendo, además, extraordinariamente positiva la valoración del trabajo cooperativo. No obstante, subyace entre el alumnado la sensación de que no existe una mejora sustancial con respecto al trabajo individual a pesar de que se valoran positivamente las relaciones interpersonales entre los miembros del grupo. Por otra parte, y este es un hecho sobre el cual deberemos reflexionar en futuras experiencias de este tipo, es que existe un porcentaje nada desdeñable del alumnado que no ha tenido claro su tarea dentro de la actividad. METODOLOGÍA (sujetos encuestados: 67) completamente en desacuerdo en desacuerdo neutro Valoración trabajo cooperativo 34 Comparación con trabajo individual 7 Comparación con métodos tradicional 2 Interés 2 Evaluación Contenidos Relación alumno-alumno Relación profesor-alumno 5 2 14 2 35 19 13 5 13 14 25 6 5 17 33 10 27 19 19 16 4 9 25 18 4 2 1 13 18 20 2 2 1 13 24 33 3 completamente de acuerdo 17 18 1 2 Explicación metodología Materiales y trabajos de acuerdo 21 25 29 5 15 Tabla 2. Resultados de la encuesta relacionados con la metodología desarrollada De esta manera, y como conclusión general, podemos destacar: • Que se trata de una experiencia formativa de primer nivel, tanto para el alumnado como para el profesorado implicado. Se introduce al alumnado en nuevas situaciones de aprendizaje no abordadas todavía a lo largo de todo su proceso formativo, como pueden ser la elaboración de un trabajo de investigación bajo unas normas de formales y estructurales nuevas; la preparación de su exposición en un foro y su exposición y defensa en un tiempo predeterminado. Situaciones que podrá encontrarse en su acceso al mercado laboral. • Que se desarrollan procesos de interacción formativa, tanto entre profesores y alumnado, como entre el propio profesorado, lo que ha redundado y beneficiado el desarrollo de nuestra actividad. • Que existe una enorme carga de trabajo para el profesorado, muy por encima de las estimaciones previstas. Este tipo de trabajo requieren de una dedicación que excede el número de horas presenciales dedicadas tradicionalmente a prácticas. BIBLIOGRAFÍA Anderson, G., Boud, D. y Sampson, J. (1996). Learning Contracts. A practical guide. Kogan Page. London. Barkley, E., Cross, K. P. y Howell Major, C. (2007). Técnicas de aprendizaje colaborativo. Ministerio de Educación y Ciencia. Madrid. Fernández March, A., (2004). Nuevas metodologías docentes. http://www.upm.es/innovacion/cd/02_formacion/talleres/nuevas_meto_docent/nuevas _metodologias_docentes_2.pdf. Recuperado 22 de mayo de 2010 Franquet Sugrañes, T., Marín Consarnau, D., Marquès i Banqué, M. y Rivas Nieto, E. (2006). El contrato de aprendizaje en la enseñanza universitaria. 4º Congreso Internacional “Docencia Universitaria e Innovación”, Barcelona, 5 -7 de julio de 2006. http://campus.usal.es/~ofeees/NUEVAS_METODOLOGIAS/AUTONOMO/Franquet %20Sugra%F1es%20et%20al%20%20Contrato%20de%20aprendizaje%5B2%5D.pdf. Recuperado el 03 de junio de 2010. Gil Montoya, C., Baños Navarro, R., Alías Sáez, A. y Gil Montoya M. D., (2007). Aprendizaje cooperativo y desarrollo de competencias. VII Jornada sobre Aprendizaje Cooperativo, JAC07 (Valladolid, Julio de 2007). http://www.greidi.uva.es/JAC07/ficheros/30.pdf. Recuperado el 03 de junio de 2010. González Fernández, N. y García Ruiz, Mª.R. 2007. El Aprendizaje Cooperativo como estrategia de Enseñanza-Aprendizaje en Psicopedagogía (UC): repercusiones y valoraciones de los estudiantes. Revista Iberoamericana de Educación, 42/6 (http://www.rieoei.org/expe/1723Fernandez.pdf). Recuperado 28 de mayo de 2010 Johnson, D.W., Johnson, R.T. i Holubec, E.J. (1999): El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires. Paidós. Miguel Díaz, M. de (coord.). Modalidades de enseñanza centradas en el desarrollo de competencias. Orientaciones para promover el cambio metodológico en el marco del EEES, 2006. Recuperado 03 de junio de 2010. http://www.ulpgc.es/hege/almacen/download/42/42376/modalidades_ensenanza_comp etencias_mario_miguel2_documento.pdf Zabalza Beraza, M.A. 2000. La enseñanza universitaria: el escenario y los protagonistas. Madrid. Narcea. ANEXO 1.CONTRATO DE APRENDIZAJE REUNIDOS De un lado, el alumno _____________________________________________ con domicilio en ________________ , calle _________________, núm. _______, DNI núm. __________________ y e-mail: _______________________________; y del otro lado, el profesor/profesora: _______________, del área de _______________ del Departamento _______________ de la Universidad de Alicante y responsable de la asignaturas _______________ de la Licenciatura de Historia (plan 2000) MANIFIESTAN Que es de interés común de ambas partes la implementación de un nuevo sistema de aprendizaje con la finalidad de mejorar el rendimiento, el aprendizaje y la evaluación de los conocimientos, habilidades y competencias, así como también la renovación de los contenidos y la metodología utilizada para adquirirlos. Que el éxito de este sistema depende del compromiso individual y colectivo, voluntariamente asumido de cada una de las partes contratantes. Que con esta finalidad las partes deciden suscribir este contrato según los siguientes PACTOS TÍTULO I Estructura y objetivos del proyecto Primero.- Un grupo de profesores participantes en anteriores convocatorias del programa <<Redes de Investigación en Docencia Universitaria de Titulación- EEES>>, cuya relación figura más adelante, nos hemos propuesto hacer efectivo un proyecto de cooperación, dirigido a los alumnos de primer curso de la licenciatura de Historia que quieran participar de manera voluntaria, y en el que prima la transversalidad y el trabajo colaborativo. Así las cosas, hemos diseñado, a partir de un tema común: <<Guerra y Paz a través del tiempo>>, un proyecto de trabajo, un modelo de enseñanza--aprendizaje, basado en el trabajo de un equipo de estudiantes con un tutor al frente. Segundo.- Desde todos los ámbitos de la Historia (social, política, cultural, económica, artística….) y desde todas las perspectivas temporales (Prehistoria, Historia Antigua, Medieval, Moderna y Contemporánea) sobre el hilo conductor, argumental: las <<visiones de la mujer>>, cada uno de los profesores implicados en el proyecto se hará cargo de un grupo de unos 8 alumnos con quienes, a lo largo del curso académico 2008-2009, trabajará un tema concreto, afín a su especialidad. Tercero.- Cada uno de los grupos deberá mantener un mínimo de 4 reuniones grupales con el profesor-tutor asignado, a lo largo de las cuales se les irá orientando no sólo en los contenidos a desarrollar, sino en la metodología; dichas reuniones servirán a los tutores como un procedimiento de evaluación continua del proceso de aprendizaje, al tiempo que promover el trabajo cooperativo. Por otra parte, fomentaremos el número de tutorías individuales, para solventar cuestiones de cualquier índole que precisen consulta. Cuarto.- El trabajo se estructura según un calendario y un programa de actividades que se adjuntará como anexo a este contrato, y que será publicado en los materiales electrónicos de los responsables de cada una de las asignaturas implicadas, en la herramienta de campus virtual de la Universidad de Alicante. Quinto.- Los objetivos del trabajo, de acuerdo con los cuales se establecerán las pautas de evaluación final, son: • Indagar sobre la violencia en la Historia. • Identificar, comprender y tomar conciencia de la incidencia de los factores políticos, económicos, sociales, culturales, jurídicos o filosóficos vinculados a la guerra a lo largo de la Historia. • Integrar los conocimientos y experiencias adquiridos en el marco curricular de la Licenciatura • Apreciar las ventajas de la autonomía en los procesos de trabajo y aprendizaje • Apreciar las ventajas del trabajo cooperativo en los procesos de trabajo, aprendizaje y conocimiento. • Tomar conciencia de la importancia del razonamiento crítico en la práctica profesional. • Utilizar la bibliografía, bases de datos y recursos electrónicos en el ámbito de la Historia • Tomar conciencia de la importancia de la claridad y calidad expositivas en la práctica profesional Sexto.- Para la puesta en práctica del proyecto, el alumno trabajará en grupos reducidos. Cada equipo, tendrá un tutor y un tema espacio-temporal concreto. Se les proporcionará un esquema o dossier, en el que el profesor responsable recogerá todas las fases del procedimiento de aprendizaje, y la documentación y materiales que estime oportunos. Igualmente, se procederá a elaborar una agenda que evidencie la actividad del grupo (reuniones, consultas…); elemento de suma importancia sobre la evaluación final. Séptimo.- La puesta en común de los trabajos tendrá lugar el viernes, día 14 de mayo de 2010 en el salón de Actos del Museo de la Universidad de Alicante donde, en sesiones de unos 20 minutos, cada uno de los grupos hará una exposición de oral (apoyada del material informático o textual necesario) del tema trabajado. Una semana antes de dicho Seminario, deberá presentarse al resto de los grupos participantes un “abstract”, donde figure un breve resumen de su intervención y donde se reflejen los procedimientos y procesos del trabajo, así como los recursos utilizados. Octavo.- Una vez concluida y llevada a la práctica el proyecto de aprendizaje acordado, se procederá a la evaluación global de los resultados por parte de todos los profesores participantes en el proyecto. Así las cosas, el alumno obtendrá 1 punto sobre la nota final en cada una de las asignaturas y profesores participantes en el proyecto. En la definición de los criterios de evaluación se tendrá en cuenta no sólo la exposición final, sino el volumen de trabajo del alumno, de manera individual y grupal y que se desglosaría del modo siguiente: • • • • • • • • • Búsqueda de información a través de distintas fuentes Exploración y cotejo de la documentación recogida Compilación y gestión de los datos Análisis crítico de la información Valoración y discusión en grupo de la información Sesiones grupales con el profesor-tutor Sesiones individuales con el profesor-tutor Elaboración de conclusiones de manera gráfica y textual Exposición oral de conclusiones en el Seminario Noveno.- El trabajo se realiza de forma semipresencial con el soporte de materiales textuales y electrónicos. Es requisito para poder realizar el trabajo, la competencia básica en la herramienta de Campus Virtual de la UA y disponer de una cuenta de correo electrónico. TÍTULO II Obligaciones del profesor Primero.- El profesor se compromete a evaluar de forma permanente y continuada al alumno que voluntariamente haya optado por esta modalidad, y a puntuarle con 1 punto sobre la nota del examen, siempre que el resultado de la evaluación continua sea positivo. Segundo.- El profesor se compromete a orientar al alumno en la búsqueda de los materiales necesarios para la preparación de las diversas actividades planteadas. Tercero.- El profesor se compromete a tutorizar el aprendizaje del alumno y de asesorarlo, tanto de forma individual como colectiva, ya sea de forma presencial acordando previamente una entrevista, ya sea a través de las tutorías electrónicas. TÍTULO III Obligaciones del alumno Primero.- El alumno se compromete a asumir de forma responsable su proceso de aprendizaje, orientando su actividad académica a los objetivos establecidos en el Título I. Segundo.- El alumno se compromete a asistir a todas las sesiones presenciales programadas y a entregar las actividades según el calendario que se adjuntará como anexo a este contrato, publicado en los materiales electrónicos de la asignatura, en la herramienta del campus virtual de la UA. Tercero.- El alumno se compromete a desarrollar su actividad de aprendizaje en términos de trabajo colaborativo. Y como prueba de conformidad, suscriben este contrato en el lugar y fecha indicados al inicio. En la ciudad de Alicante, el __________ de ______ Firmado: