Esta es una versión modificada del trabajo del mismo nombre publicado en la compilación: El CAFTADR a 2 años de su implementación. Algunas implicaciones Socioeconómicas. Segundo Informe de Monitoreo del CAFTA-DR. Red Regional de Monitoreo del CAFTA DR. Capítulo El Salvador. Noviembre de 2008. Evolución de los flujos comerciales de El Salvador (ES)-Estados Unidos (EE.UU.) antes y después del CAFTA1 Roberto Góchez Sevilla2 Introducción El proceso de liberalización comercial de la economía salvadoreña se enmarca en un conjunto de reformas económicas, jurídicas e institucionales, llamadas Programas de Ajuste Estructural (PAE), que se han aplicado a partir de 1989. El Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos (EE.UU.), CAFTA-DR por sus siglas en inglés, ha representado la profundización de dicho proceso de reformas y apertura comercial (Moreno, 2003; Arroyo 1999). En marzo del 2008 se han cumplido dos años de la entrada en vigencia del CAFTA, por lo que se hace necesario emprender una evaluación de sus efectos sobre diferentes ámbitos de la realidad socio-económica de El Salvador y de la región centroamericana. Los PAE y los TLC en general, comparten la inspiración teórica, su contenido programático y la propuesta de inserción externa.3 La propuesta de inserción externa de los TLC y los PAE, para los países, incluso los subdesarrollados, ha sido precisamente la misma: el nivel más amplio posible de liberalización comercial, aun en presencia de grandes asimetrías entre las naciones, e incluso a pesar de las prácticas proteccionistas que pudieran mantener los más desarrollados. La concepción teórica básica de fondo de la propuesta de inserción externa de los PAE y TLC, descansa en el supuesto que la liberalización –incluida la comercial- contribuye ineludiblemente al desarrollo económico de los países, en particular de los subdesarrollados, debido a que permite mejoras en la asignación de los recursos, un mayor crecimiento económico y el aumento del bienestar de los “consumidores” respecto a una situación alterna de autarquía. El CAFTA, en línea con la ortodoxia económica y el resto de TLC, ha ejecutado la aplicación recíproca de compromisos de liberalización y apertura externa, entre ellas la total eliminación de aranceles al comercio para todos los países suscriptores del mismo. Por otro lado el CAFTA ha mantenido algunas medidas de Estados Unidos –subsidios a la producción agrícola y normas sanitarias más exigentes- que han constituido barreras a las exportaciones de los países Centroamericanos. Esto ha sido así, muy a pesar del rezago 1 Se agradecen las observaciones hechas por Raúl Moreno y Julia Evelin Martínez a un primer borrador de éste trabajo. Como siempre las opiniones vertidas y los errores que persistan en el trabajo son responsabilidad exclusiva del autor. 2 Docente-Investigador en el Departamento de Economía de la UCA. 3 Sobre esto es interesante ver el breve artículo de Bhagwati (2007) en donde defiende la existencia de un consenso por el libre comercio entre los economistas. competitivo y las grandes asimetrías que median entre la región centroamericana y la República Dominicana respecto a Estados Unidos (EE.UU.).4 Dos años podrían parecer un margen de tiempo todavía breve para apreciar en su totalidad los efectos específicos del CAFTA en este tema, sin embargo hay que tener en cuenta que éste representa la continuidad del proyecto neoliberal (Moreno, 2003) que se viene desarrollando en El Salvador desde finales de los años ochentas. En ese sentido la presente investigación busca analizar la evolución de los flujos comerciales de El Salvador (ES) con Estados Unidos (EE.UU.), antes y después del CAFTA. Es decir, en el presente trabajo se busca analizar los impactos del CAFTA sobre la tendencia que viene presentando el comercio bilateral El Salvador-EE.UU. en los casi veinte años del proceso de liberalización comercial. Hay que mencionar que en este esfuerzo analítico se buscará subrayar algunos factores estructurales subyacentes a dichas tendencias, y no tanto factores coyunturales a la misma. La presente investigación consta de las siguientes partes: en primer lugar se abordan algunos elementos necesarios para el análisis del comercio internacional; en segundo lugar, se describe el proceso de liberalización comercial y los principales elementos del CAFTA en cuanto al comercio de bienes; en tercer lugar, se analiza la evolución de los flujos comerciales ES-EE.UU. y algunos factores estructurales; una cuarta parte son las conclusiones; y una quinta un breve anexo estadístico. 1. Elementos para el análisis Para analizar el CAFTA se hace necesaria una reflexión preliminar sobre algunos aspectos conceptuales y teóricos relacionados al comercio internacional, que ayuden a comprender las verdaderas dinámicas del mismo, desmitificando aquellas ideas que están a la base de la argumentación neoliberal pro liberalización comercial. Esta primera parte está orientada a hacer esa tarea de una manera breve y sintética, lo cual será útil para el posterior análisis de las dinámicas comerciales entre El Salvador y Estados Unidos. A nivel internacional la existencia de enormes asimetrías entre los países, sobre todo las que median entre desarrollados y subdesarrollados, es la norma más que la excepción.5 Las fuentes de asimetrías más importantes en el ámbito del comercio internacional están relacionadas a: • 4 En primera instancia, a la capacidad exportadora desigual de los países, que tiene que ver fundamentalmente con la existencia o no de una oferta “efectiva” en los mismos. Es decir proviene de que un país posea empresas y sectores con capacidad real de producir diferentes tipos de bienes. Los TLC no eliminan todos los obstáculos existentes al comercio, sino que más bien estos se orientan a desmantelar o restringir algunas medidas (aranceles, cuotas de importación y subsidios a la exportación) que hacen un tratamiento diferenciado -más exigente o menos favorable- a los bienes o empresas extranjeras respecto de las locales. Sin embargo, los TLC dejan que los países desarrollados mantengan sus medidas técnicas, sanitarias y fitosanitarias y subsidios a la producción, que en la práctica han limitado los flujos de comercio sur-norte. 5 Por asimetrías se hace referencia en general a las desigualdades entre los países, en las cuales uno de ellos se encuentra en una situación ventajosa y de superioridad respecto al otro. • • En segunda instancia, a la capacidad competitiva real desigual de las empresas de los diferentes países, que deriva de las capacidades productivas propiamente dichas que tengan éstas, hasta aquellas ventajas que les puedan proporcionar sus estrategias de marketing, los canales de comercialización, la escala de producción, el acceso a financiamiento, la capacidad de aplicar nuevas tecnologías e innovaciones, entre otras. En tercera instancia, las asimetrías también pueden derivar de aquellos aspectos de un país que siendo exteriores a las empresas mismas, repercuten en la capacidad productiva y competitiva de éstas. Algunos aspectos relevantes que pueden influir en mejorar y/o empeorar la capacidad de las empresas son: la infraestructura de carreteras, puertos y comunicaciones; el grado de desarrollo científico-tecnológico; el nivel y calidad educativa; la institucionalidad y políticas estatales de apoyo a la actividad productiva de un país; condiciones naturales entre otros. La existencia de asimetrías en los aspectos descritos anteriormente, hace que ciertas naciones y empresas tengan una situación de partida ventajosa en el comercio internacional respecto de otras. Precisamente autores críticos contemporáneos como Shaikh (2003) y Guerrero (1995) han resaltado el papel central que juega para la ventaja competitiva internacional de un país poseer las empresas que tienen ventajas de costos sobre sus rivales, y sobre todo el poder mantener dicha ventaja en el tiempo. A continuación se señalan sucintamente algunos aspectos derivados del trabajo de dichos autores críticos, que serán insumos importantes para analizar desde una óptica estructural los impactos del CAFTA. En primer lugar los autores críticos mencionados, señalan que lo fundamental es que la competencia real no es para nada un proceso armónico sino que es una verdadera guerra, cuyo resultado es que por un lado ciertos capitales concentran las ganancias y por el otro los que pierden pueden incluso ser eliminados. Uno de los instrumentos de ese proceso de competencia es que las empresas buscan reducir sus costos por unidad de producto y/o de manera complementaria mejorar la calidad de sus bienes -dentro de cierto margen de costos-, todo eso con el fin de apropiarse de una mayor cuota de mercado y obtener finalmente las mayores ganancias a costa de sus competidores.6 En el proceso de búsqueda de reducción de costos y mejoras de productos tiene una gran importancia la aplicación de innovaciones tecnológicas y las inversiones asociadas, pero también estrategias complementarias empresariales en áreas de organización de la producción, marketing, capacidad de aplicar nuevas tecnologías, así como todos aquellos aspectos de un país y las políticas públicas que pueden influir en dicho aspecto. En segundo lugar, el proceso de competencia real descrito también se lleva a cabo en el plano internacional, si bien suele ser más complejo por la existencia de fronteras, múltiples monedas y en general puede ser perturbado por regulaciones a los flujos comerciales 6 Es conveniente señalar que un proceso simultáneo que se da en la competencia real, es que los capitales buscan moverse de las ramas de producción menos rentables hacia las más rentables y que en cada rama buscan tener los menores costos posibles –y la mejor calidad de los productos-. También hay que señalar que la idea de competencia real, puede incluir aquellas estrategias de las empresas para imponer precios a sus proveedores o incluso monopolizar algún recurso estratégico. Sin embargo aun en ese proceso las empresas son activas en buscar la reducción de costos. internacionales y restricciones a los movimientos de capital mayores que las existentes a nivel nacional. De manera similar al ámbito local, a nivel internacional serán las empresas que logren mantener los menores costos unitarios de producción de un determinado bien, o las que puedan mantener una mejor calidad a similares costos, las que finalmente se impongan en el comercio internacional, concentrando mayores cuotas de mercado y ganancias. Las empresas rezagadas por el contrario, en caso de no poder superar su rezago, se enfrentarán a cuotas decrecientes de mercado, menores ganancias hasta la posibilidad de ser eliminadas. En un contexto liberalizado, los países que tengan un mayor número de sectores en los que sus empresas posean las ventajas de costos respecto a sus competidores internacionales –y logren mantenerlas en el tiempo-, serán los que se impondrán en el comercio internacional a otros, y muy seguramente verán aparecer, mantener o incrementar su superávit comercial general o bilateral, sectorial o agregado.7 En cambio, los países con rezago productivo, en un mayor número de sectores y que no puedan revertirlo en el tiempo, verán cómo surge y/o se incrementa su déficit comercial.8 Los países que tengan un mayor rango de sectores en los que cuentan y mantengan sus ventajas competitivas, con la liberalización comercial, se enfrentarán probablemente a mayores niveles de empleo y salarios, mientras los deficitarios verán mermar su capacidad productiva, aumentar su tasa de desempleo y erosionar sus salarios. Desde la concepción crítica, la liberalización comercial “per se” no contiene mecanismos automáticos que garanticen a los países rezagados –y sus empresas- poder remontar automáticamente su desventaja productiva y de costos.9 Más bien, el comercio internacional, en un contexto liberalizado, es un proceso que en sí mismo premia al fuerte – en estricto a las empresas- y castiga al débil, es decir refleja las asimetrías entre naciones más que corregirlas automáticamente. En ese sentido, el “libre comercio” capitalista, no reparte beneficios a todos los países por igual, mucho menos a sus empresas y poblaciones, sino que por el contrario es reproductor constante de desigualdades a nivel mundial. Finalmente, es importante desarrollar un poco más el tema de los costos, con vistas a su aplicación empírica. Como se ha mencionado, la ventaja de costos a nivel internacional, hace referencia a quién posee los menores costos unitarios de producción, denominados en una misma moneda, en cada rama particular de producción –intrasectoriales–. Es decir lo verdaderamente relevante es qué país tiene la ventaja de poseer las empresas con los menores costos internacionales por unidad de producto en la mayor parte de ramas productivas. 7 Hay que señalar que un país con grandes rezagos podría tener un superávit agregado debido a la combinación de altos precios y grandes cantidades exportadas de algún bien particular, si bien podrían tener una desventaja en la gran mayoría de bienes. Un ejemplo pueden ser algunas naciones petroleras, que pueden presentar grandes superávit globales cuando los precios del petróleo se elevan, a pesar de sus grandes desventajas productivas en la mayor parte de las ramas y productos respecto a naciones desarrolladas. 8 Paralelamente las naciones subdesarrolladas verán incrementar su nivel de endeudamiento externo para financiar los desequilibrios de cuenta corriente: desequilibrio comercial y endeudamiento externo son procesos que van de la mano. 9 Shaikh (2003) y Guerrero (1995) señalan que el movimiento de los tipos de cambio y/o monetarios no se mueven automáticamente a favor de los países débiles ni siquiera en dirección de eliminar los desequilibrios comerciales. Shaikh (1991) también reflexiona sobre el carácter contradictorio que puede tener la inversión extranjera directa en cuanto a los desequilibrios comerciales. Los costos de producción unitarios básicamente están formados por los costos laborales y no laborales –materias primas, bienes intermedios, depreciación de bienes de capital– mientras que el precio incluye además la ganancia.10 La comparación a nivel internacional de costos unitarios de producción en una misma moneda encuentra grandes problemas por la disponibilidad de datos. Sin embargo, una variable relevante enfatizada por los autores críticos (Shaikh, 2003) son los costos laborales unitarios reales (CLUR), los cuales se constituyen en una variable proxy de los costos unitarios de producción de un país.11 Los CLUR se definen como los costos salariales (reales) por unidad de bien producido para un país, y se obtiene como el cociente de los salarios reales por trabajador (Wr) y la productividad por trabajador (π), es decir: CLUR = Wr (1) π La ecuación (1) deja ver que se puede reducir los costos unitarios (laborales) de producción, ya sea incrementando la productividad – aumentar el denominador- y/o reduciendo los salarios reales por trabajador –disminuir el numerador–. El incremento de la productividad es posiblemente la vía más importante en el largo plazo, en la que juega un papel importante las mejoras tecnológicas y de organización de la producción.12 La segunda vía, reducción de salarios reales, si bien puede jugar un papel importante para que algunas empresas busquen reducir sus costos, se constituye en una vía espuria y de consecuencias sociales muy negativas. Hay que notar desde ya que el poseer los menores salarios reales no necesariamente garantiza poseer los menores costos de producción, dado que una empresa podría tener una productividad suficientemente alta que le permita que sus salarios más altos se distribuyan en una mayor cantidad de bienes, y por lo tanto que sus costos por unidad producida sean menores que las empresas que pagan menores salarios. No es poco importante que en la búsqueda de reducción de costos, las empresas –sobre todo las más rezagadas– puedan echar mano de estrategias espurias como reducción de salarios, incremento de la intensidad de trabajo, desmejoras de las condiciones laborales, aprovechamiento intensivo de algún recurso natural, entre otros. Sin embargo esas estrategias espurias tienen grandes limitantes sociales para seguir indefinidamente, un impacto muy negativo sobre el sistema económico y no necesariamente garantizan que las empresas que las usan puedan imponerse a las de mayor productividad. Para medir la evolución relativa de los costos unitarios de producción entre dos países, se puede analizar la tendencia del cociente de los costos laborales unitarios reales promedio de dos naciones. Por ejemplo, los CLUR de dos países (A y B) se expresarían como un cociente de la siguiente forma: 10 Desde la concepción marxista se considera que la ganancia, incluso la media, no es parte del precio de costo de un determinado bien. 11 Para ver un mayor desarrollo sobre la relación de los costos laborales unitarios respecto a los costos de producción ver Shaikh (2003; 1999; 1998) y Guerrero (1995). 12 Hay que dejar claro no obstante que no es la productividad por sí sola la que permite tener ventajas de costos por unidad producida, sino que es uno de dos factores. El segundo factor vendría dado por los costos de los “factores” productivos, sean salariales por trabajador o los no salariales, que son costos por unidad de factor productivo. CLUR A CLUR B Wr / π = A A WrB / π B CLUR A/ B = (2) CLUR A/ B (3) Se puede apreciar que el cociente de los CLUR entre dos países será un medidor del encarecimiento y/o abaratamiento relativo de los costos de producción de dos países. Por ejemplo, una tendencia a una mayor reducción de los CLUR de un país A respecto a otro B se reflejará en una reducción del CLURA/B, lo cual significaría una mejora de competitividad para el A pues sus costos unitarios (laborales) de producción se habrían reducido más que los del B. Por el contrario, un aumento de CLURA/B, representaría que el país A experimenta un encarecimiento relativo de los costos unitarios de producción de sus bienes respecto a los de B, y por tanto una pérdida de competitividad.13 Se esperaría que la tendencia de largo plazo los CLUR relativos, al mostrar el abaratamiento o encarecimiento relativo de los bienes de dos países, debiera mostrar bastante congruencia con la evolución de los saldos comerciales bilaterales. Por ejemplo si el país A lograra disminuir sistemáticamente sus CLUR respecto a otro B, es decir si el CLURA/B decrece, éste (A) debería ver mejorar eventualmente su balanza comercial con el segundo (B) -lo cual dependiendo de su saldo inicial, podría significar una reducción de su déficit o una mejora de su superávit-.14 El país B en cambio, al enfrentar un sistemático encarecimiento de sus CLUR, (una reducción del indicador CLURA/B) vería que sus bienes se encarecen relativamente, y debería mostrar por lo tanto un empeoramiento de su saldo comercial con el país A –que dependiendo de su saldo comercial inicial podría ser una reducción de su superávit o un aumento de su déficit–. Así pues, la evolución de la competitividad real comparativa de dos países –o más bien de sus empresas– vendrá dada por la capacidad que tenga cada uno de tener menores costos unitarios de producción relativos al otro, y/o de poderlos reducir en mayor medida a través del tiempo. Es decir, vendrá dada por la capacidad de un país para disminuir sistemáticamente sus costos laborales unitarios reales (CLUR) relativos a otros países. Con un régimen comercial más liberalizado los países rezagados productivamente, mientras no logren cambiar la capacidad competitiva de sus empresas muy posiblemente verán que la 13 Se dice abaratamiento relativo, pues se está haciendo referencia a que un país experimenta una reducción mayor de los costos respecto a otro, lo cual no significa necesariamente que el primero tenga menores costos de producción respecto al segundo (en términos absolutos). De manera similar el encarecimiento relativo hace referencia a que un país experimenta un mayor incremento de sus costos respecto a otro, lo que no quiere decir que tenga los mayores costos. Por ejemplo un país A podría tener costos de producción iniciales en un bien de 5 dólares e incrementar en un 100% los mismos, lo que llevaría a que tuviera costos de $10; otro país B podría tener costos iniciales de $20 en el mismo bien, en cuyo caso al aumentar en 10% le llevaría a tener costos de $22. En ese caso como se ve el segundo país (B) tiene costos mayores que el primero ($22 vrs 10), sin embargo el país A habría sufrido un encarecimiento relativo pues sus costos crecieron en 100% mientras que los costos del B crecieron en 10%. 14 Las mejoras de balanza comercial dependerían no sólo de la tendencia sino de que tan grande es la brecha absoluta existente entre los costos unitarios de producción de dos países y que tan generalizado es la mejora en las diferentes ramas productivas exportadoras o competidoras con las importaciones. tendencia de largo plazo es un encarecimiento de sus CLUR relativos al otro y un aumento de su déficit comercial.15 2. El Salvador: Liberalización Comercial y CAFTA En este segundo numeral, se hace una breve descripción del proceso de liberalización comercial salvadoreño y los principales elementos del CAFTA en cuanto al comercio de bienes. Estos elementos son importantes para considerar en todo análisis de los impactos comerciales del CAFTA, ya que permiten situar al mismo como una continuidad del proceso de liberalización comercial previo. 2. 1. Liberalización comercial En el caso de El Salvador, los años noventas inauguran el fin del conflicto armado (1992) pero además la instauración del modelo neoliberal.16 El Salvador aplicó un programa de ajuste estructural, con muy pocas variaciones en sus contenidos fundamentales respecto a los que estaban siendo aplicados en otros países del continente: desregulación, privatizaciones, reestructuración de papel del Estado y liberalización comercial fueron la constante a partir de 1989 (Moreno, 2004). En cuanto a la liberalización comercial, las principales medidas aplicadas desde 1989 en El Salvador, en sintonía con la propuesta neoliberal, fueron: la reducción unilateral de las barreras comerciales; eliminación de los controles al comercio exterior y la supresión de regulaciones a las inversiones extranjeras (Jaramillo et al., 2005: 16-17; Rivera Campos, 2000: 2-7; Moreno, 2004: 21).17 Si bien el esquema se planteaba –junto a la liberalización– la promoción de las exportaciones, las medidas particulares dirigidas a esto, se redujeron al relanzamiento de las zonas francas de exportación y ciertos beneficios de exenciones fiscales a las empresas exportadoras. Los beneficios arancelarios dados por países desarrollados y las exenciones impositivas jugaron un papel importante para el impulso de algunos nuevos sectores exportadores, principalmente la maquila textil.18 En el ámbito de la desgravación arancelaria, el PNUD (2001: 89) señala que la reducción arancelaria en El Salvador –y los países centroamericanos en general– a partir de 1989 ha sido el resultado de tres procesos que se han superpuesto:19 El primero es la apertura unilateral que se inició en 1989, a través de la cual se redujeron los techos arancelarios. 15 Es importante resaltar que la exportación e incremento de precios de algunos recursos naturales no reproducibles pueden ser de una dimensión tal que fácilmente oculten dicha tendencia a nivel de los flujos comerciales agregados. 16 En 1989 llega al gobierno el partido de derecha Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). La suscripción de los Acuerdos de Paz se dio en 1992. 17 En cuanto al tipo de cambio, se liberalizó al inicio de las reformas de ajuste estructural, posteriormente transitó a un esquema cuasi fijo hasta que en el 2001 el país se dolarizó legalmente (eliminando el tipo de cambio). 18 Los gobiernos europeos y de Estados Unidos han otorgado a Centroamérica esquemas preferenciales comerciales, como el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP). Además, desde 1983 (Jaramillo et al. 2005: 21) Estados Unidos les concedió a los países centroamericanos preferencias arancelarias –exenciones y rebajas- a través de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC). 19 El PNUD ubica en el tercer proceso, de negociaciones multilaterales y bilaterales, a las negociaciones de la OMC/GATT así como a los Tratados de Libre Comercio. El segundo fue la reactivación del Mercado Común Centroamericano y los compromisos que se dieron en su marco, respecto a establecer un calendario de reducción de aranceles que terminaría el primero de julio de 1999. El tercer proceso es el de las negociaciones multilaterales. El país se adhirió al GATT en 1991 e ingresó a la OMC en 1995. A esos tres procesos, se les podría agregar un cuarto, que se ha mantenido desde fines de los noventas hasta la actualidad, que consiste en la suscripción de tratados de libre comercio bilaterales –entre Centroamérica o grupos de países de la región– con otras naciones al estilo del conocido Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). Uno de los legados del proceso de liberalización comercial, ha sido la considerable reducción de los aranceles y de las barreras no arancelarias salvadoreñas y centroamericanas en los años noventas respecto al período previo. En particular, El Salvador redujo su nivel de promedio arancelario desde un nivel de 23% en 1985 hasta el 7% –ponderado– y 6.3% –sin ponderar– para el año 2000 (Jaramillo et al. 2005: 17-18). El proceso de liberalización comercial iniciado en El Salvador desde fines de los años ochentas ha reducido considerablemente las protecciones comerciales de la economía salvadoreña frente al exterior, sobre todo aquellas arancelarias. Este proceso liberalizador ha expuesto a la economía salvadoreña, y a una gran parte de sus sectores, a la competencia de los bienes importados provenientes de otras economías. Un proceso como éste, supondría que El Salvador debería haber aumentado considerablemente la competitividad de sus diferentes ramas productivas y empresas, para evitar así los efectos nocivos de tal tendencia sobre su universo productivo –quiebra de empresas, concentración de mercados, pérdida de sectores productivos y aumento de déficit comerciales. – 2.2. El Tratado de Libre Comercio Centroamérica-República Dominicana y Estados Unidos (CAFTA) El proceso de liberalización ha continuado en el período más reciente, principalmente a través de la suscripción de Tratados de Libre Comercio. Los nuevos TLC vigentes para el caso de El Salvador –y la mayoría de países centroamericanos– son: México (2001), República Dominicana (2001), Chile (2002), Panamá (2003), Estados Unidos (2006) y Taiwán (2008). Otros TLC que se encuentran en negociación en la actualidad son: con la Unión Europea, en el marco del Acuerdo de Asociación, y con Canadá. El CAFTA se ha hecho en base a la plantilla del TLC de América del Norte (NAFTA), y por lo tanto comparte, como la gran mayoría de TLC, la misma estructura, contenido y reglas básicas de éste. Los TLC al estilo NAFTA han sido ampliamente criticados, entre otras cosas, porque sus reglas y contenidos no dan un tratamiento adecuado a las asimetrías que median entre los países suscriptores (Moreno, 2003 y 2004; Arroyo, 1999). El contenido esencial del CAFTA, al igual que la gran mayoría de TLC, consiste en la ya mencionada liberalización de los flujos comerciales de bienes, sobre todo la eliminación de aranceles y cuotas en el comercio bilateral C.A.-Estados Unidos. Pero además el CAFTA contiene compromisos para el endurecimiento de las leyes de protección a la propiedad intelectual, así como en la desregulación y apertura de los sectores servicios, inversiones y compras del sector público al capital extranjero, en este caso al procedente de Estados Unidos. El CAFTA incorpora en todos sus capítulos y materias, como reglas generales los principios de Trato Nacional y Trato de Nación Más Favorecida. El principio de Trato Nacional obliga a los países suscriptores a otorgarle al menos el mismo tratamiento a los bienes, servicios, prestadores de servicios, inversionistas y empresas extranjeras respecto a sus similares nacionales.20 El Trato de Nación Más Favorecida implica que los países suscriptores se comprometen a concederse entre sí, los mismos beneficios que se le puedan conceder a una tercera nación. Sin embargo, es conveniente mencionar que la gran mayoría de compromisos, sobre todo aquellos liberalizadores incluidos en el CAFTA, operan con reciprocidad para todas las economías suscriptoras, es decir, se aplican sin hacer distinción o excepción hacia la economía de menor desarrollo. La Organización Mundial de Comercio (OMC), en particular los textos del GATT, reconocen –en la llamada cláusula de habilitación– la necesidad que las economías más desarrolladas concedieran un Trato Preferencial y Diferenciado en sus relaciones/acuerdos comerciales con las de menor desarrollo. Ese principio alterno hace referencia a que las economías desarrolladas concedieran preferencias comerciales a las subdesarrolladas, sin exigir reciprocidad en las mismas, en virtud de las asimetrías existentes y de las necesidades de desarrollo de las segundas. La inclusión del Trato Nacional y la reciprocidad en las concesiones, significa de facto que en el CAFTA no se desarrolló el Trato Preferencial y Diferenciado. En ese sentido el CAFTA, y los TLC en general, anulan lo pactado en el marco de la OMC y el GATT en cuanto al tratamiento de las asimetrías, en este caso en las que median en las relaciones entre una economía desarrollada como EE.UU. y las naciones subdesarrolladas de Centroamérica y República Dominicana. En cuanto al ámbito comercial, el CAFTA contiene compromisos de eliminación total de los aranceles y cuotas, en bienes agrícolas y manufactureros, así como prohibiciones a los subsidios a la exportación (Jaramillo et al. 2005:39-45). Adicionalmente, establece la prohibición a que los gobiernos impongan requisitos de desempeño a las empresas, inversiones o proveedores de servicios extranjeros y/o locales, como la obligación a tener porcentajes de consumo nacional, generación de empleo, metas de exportación–. El CAFTA impone la eliminación total y recíproca de aranceles, agrícolas y manufactureros, según un calendario de desgravación negociado por los gobiernos de ambas partes (ver cuadro No. 1), si bien se permitió que los países dejaran un pequeño listado de productos excluidos de las obligaciones de eliminación arancelaria.21 El calendario de desgravación del CAFTA fue establecido de manera diferenciada, en teoría más favorable en sus primeros años a El Salvador respecto a Estados Unidos. En el cuadro No. 1 se puede apreciar que se establecieron velocidades y períodos diferenciados para eliminar la casi totalidad de aranceles que aplican en el comercio bilateral, siendo que EE.UU. tiene que hacerlo más aceleradamente y en una mayor cantidad de bienes 20 Al incluir trato nacional significa en general que los países no puede aplicarle un tratamiento más exigente a los extranjeros respecto a los nacionales, en materias de reglamentación, impositivas u otras normativas. En ciertos contextos ese trato nacional también significa que cualquier beneficio que se le otorgue a las empresas nacionales debe ser extendido a las extranjeras. 21 Hay que señalar que algunos de los bienes que no deben eliminar sus aranceles tienen compromisos para establecer contingentes (cuotas) libres de aranceles (Jaramillo et al., 2005: 41). inicialmente respecto a El Salvador –que puede hacerlo más lento y con una menor amplitud inicial.– Cuadro No. 1 Calendario de desgravación del CAFTA Fuente: MINEC (2004). Es importante subrayar que pese a las velocidades diferenciadas, el calendario de desgravación obliga a que al final del mismo, tanto El Salvador y Estados Unidos tendrán que haber eliminado los aranceles que aplican a la casi totalidad de su comercio bilateral. Un calendario tal, que termina imponiendo una eliminación recíproca de los aranceles entre un país desarrollado, como Estados Unidos, y otros subdesarrollados, como El Salvador y Centroamérica, no representa un adecuado tratamiento de las asimetrías que median entre ellos. El CAFTA establece por otro lado normas de origen, que son requisitos de contenido regional que deben cumplir las exportaciones de bienes para poderse beneficiar de las exenciones arancelarias que contempla el acuerdo.22 Jaramillo et. al. (2005) y Pacheco et. al. (2007) señalan que la región centroamericana consiguió reglas de origen más flexibles que otros TLC suscritos por Estados Unidos, así como algunos tratamientos preferenciales en algunos productos –confección y textiles principalmente–. Sin embargo, la norma general es que las reglas de origen, o sea los requisitos de contenido regional específicos, deben ser cumplidas por todos los países involucrados, no habiéndose establecido reglas más flexibles para las exportaciones salvadoreñas dirigidas a Estados Unidos respecto a las que operan para las exportaciones norteamericanas a El Salvador. Un estudio del Banco 22 Las reglas de origen establecen niveles de contenido regional, y no fijan algún nivel mínimo nacional, lo que posibilita que grandes empresas exportadoras ya instaladas en la región centroamericana pudieran maquilizarse, es decir, sustituir el consumo de insumos nacionales por otros provenientes de países de la región (CAFTA), ya que los mismos ahora gozarían de exención arancelaria. Mundial (Jaramillo et al., 2005: 46) reconoce que las reglas de origen han sido un obstáculo importante para el comercio centroamericano hacia Estados Unidos, y que incluso para otros países que han suscrito previamente TLC con Estados Unidos las mismas han continuado siendo una barrera para sus exportaciones. Sobre los mecanismos de protección, el tratado contempla las salvaguardias, las cuales consisten en la suspensión del programa de desgravación o en la imposición del arancel existente previamente a la entrada en vigencia del CAFTA. En este tema, tampoco se han concedido, como regla general, condiciones más favorables a las economías centroamericanas para su aplicación. Los requisitos para aplicar este tipo de medidas son prácticamente los mismos para todos los países involucrados en un TLC y restringen en buena medida su uso.23 A pesar del énfasis liberalizador del CAFTA, el mismo deja intactas un conjunto de medidas, principalmente utilizadas por Estados Unidos, tales como sus normas sanitarias, fitosanitarias y técnicas más exigentes y su esquema de subsidios a la producción interna – principalmente al sector agropecuario– (Jaramillo et al., 2005: 42-43), que en la práctica han dificultado considerablemente los flujos comerciales con dirección sur-norte. Sin embargo, en todas estas materias los compromisos del CAFTA no hacen mayor cosa por eliminarlas, sino que se limitan a compromisos puntuales de asistencia técnica o alguna flexibilidad temporal, estableciendo a lo sumo que dichas medidas no se deberían utilizar como medidas encubiertas de restricción al comercio. El mismo estudio del Banco Mundial (Jaramillo et al, 2005: 43) reconoce que la falta de información y procedimientos necesarios para cumplir las normas sanitarias han sido de hecho las principales barreras a las exportaciones centroamericanas a Estados Unidos. En resumen, el CAFTA no contiene en lo fundamental un tratamiento más favorable a los países menos desarrollados del acuerdo –El Salvador y el resto de naciones de la región Centroaméricana–, lo cual habría sido indispensable para dar un adecuado tratamiento a las asimetrías existentes entre América Central y Estados Unidos. Por el contrario, el mismo avanza en un tipo de liberalización comercial que va en detrimento de las economías centroamericanas, pues las deja expuestas frente a la superioridad de la economía norteamericana y sus empresas. 3. Evolución de los flujos comerciales El Salvador-Estados Unidos en el marco de la liberalización comercial y del CAFTA En ese tercer numeral analizan las principales tendencias de los flujos comerciales bilaterales entre Estados Unidos y El Salvador, antes y después del CAFTA, así como algunos elementos estructurales de los mismos. Tal como se ha desarrollado en la parte previa, esta forma de proceder cobra sentido pues el CAFTA debe ser visto no como un nuevo esquema, sino como una continuidad o profundización del proceso de liberalización comercial iniciado en los ochentas. 3.1 Tendencias del comercio bilateral El Salvador-Estados Unidos 23 Jaramillo et al. (2005: 46) señalan que este tipo de protecciones pueden invocarse durante los primeros 10 años en los productos manufactureros y 15 años en agropecuarios no sujetos a una protección agrícola especial. Desde los años noventa, con el proceso de liberalización, El Salvador ha visto incrementar su déficit comercial con Estados Unidos respecto al período previo a los años noventas. Esto quiere decir que las exportaciones salvadoreñas a EE.UU. han sido persistentemente menores a las importaciones que El Salvador hace desde ese país norteamericano. En el gráfico No. 1, se puede apreciar como el déficit comercial de El Salvador con Estados Unidos a partir de los noventas ha sido mayor que el mantenido en el período previo, si bien ha mostrado altibajos entre algunos subperíodos: un crecimiento del déficit entre 19901996, una posterior caída entre 1997-2001, una recuperación del crecimiento entre 20012005. Cuadro No. 2 Promedio de tasas de crecimiento de los flujos comerciales El Salvador con Estados Unidos por períodos, 1970-2007 Tasas de crecimiento de diferentes flujos comerciales de El Salvador con Estados Unidos X M de totales Saldo Saldo ES M de ES comercial comercial de ES (con (sin con sin con maquila maquila) maquila maquila maquila bruta) neta X de ES X de ES X de ES M de de de (con ES de maquila maquila maquila maquila bruta neta bruta) X de ES (sin maquila) 33.2% 33.2% 33.2% 16.5% 16.5% 80.3% 34.2% 45.0% 65.1% 50.6% 15.4% 15.6% 3.1% 9.9% 12.9% 10.2% 13.4% 13.3% años 1970-1980 1980-1990 21.9% 21.4% Re-estimados 2006** -2.4% -4.0% 0.7% -3.6%** -13.2%** -3.1%** 10.0% 23.3% 77.8%** 31.6%** oficiales 2006 -2.4% -4.0% 0.7% 8.9% 10.0% 23.3% 13.0% 7.0% 2.2% 2007 Re-estimados 2005-2007** 24.4% 22.9% 1990-2007 1.3% 6.9% -9.1% -0.5% 1.5% -4.2% -0.7%** ---- 34.1% 9.5% -4.5% 14.0% 19.2% 45.9% 20.7% -1.9% -3.8%** 12.0% 21.2% 61.9%** 26.1%** Oficiales 2005-2007 -0.5% 1.5% -4.2% 5.5% ---14.8% 12.0% 21.2% 29.5% 13.8% Nota:* se han usado las siguientes abreviaturas: X es exportaciones; M es importaciones; X de maquila neta es el saldo exportación e importación de maquila. Promedio de tasas de crecimiento significa un promedio simple de las tasa de crecimiento anual de un período. ** “Re-estimado” son estimaciones propias utilizando el dato preliminar de las exportaciones totales a Estados Unidos para el 2005, que fue de 2,055 millones de dólares. Los datos llamados “oficiales” se hacen utilizando el último dato revisado de las exportaciones totales para 2005 que fue de 1,819 millones de dólares, que sin embargo muestra importantes inconsistencias (ver Anexo para una ampliación del tema). Fuente: Elaboración propia en base a: Para 1990-2007 BCR disponibles en línea en http://www.bcr.gob.sv/estadisticas/se_balanzacom.html, consultado el 1 de agosto de 2008. Para 1970-1990 Base de Datos del Comercio Exterior (BADECEL) de CEPAL. Información disponible en línea en http://www.eclac.cl/badecel/, consultado el 11 de abril de 2008. En los primeros dos años del CAFTA el déficit comercial de El Salvador con Estados Unidos lejos de disminuir ha repuntado, como se puede apreciar en el cuadro No. 2, alcanzándose cifras de 732 y 1,068 millones de dólares para el 2006 y 2007, con tasas de crecimiento del 78% y 46%, respectivamente.24 En cuanto al nivel de las exportaciones e importaciones de El Salvado con Estados Unidos, ambos flujos han registrado una tendencia a incrementar durante el proceso de liberalización comercial de los noventas (ver gráfico No.1). Según el cuadro No. 2 las exportaciones totales a Estados Unidos habrían tenido en promedio una tasa de crecimiento anual levemente mayor que las importaciones durante los últimos 18 años, sin embargo dicha tendencia no ha sido regular como lo muestra el gráfico No.1. Durante los primeros dos años del CAFTA la tendencia ha sido clara en mostrar que las exportaciones totales 24 Sobre las estimaciones que se han utilizado ver nota aclaratoria en el anexo del presente artículo. incrementaron menos que las importaciones, lo que ha conllevado al incremento del déficit comercial en ese par de años (gráfico No.1 y cuadro No. 2). Gráfico No. 1 Exportaciones (X), importaciones (M) y saldo comercial total con maquila de El Salvador con Estados Unidos, 1970-2007 (Millones de dólares) 3,500 3,000 2,500 Millones de dólares 2,000 1,500 1,000 500 19 70 19 71 19 72 19 73 19 74 19 75 19 76 19 77 19 78 19 79 19 80 19 81 19 82 19 83 19 84 19 85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 0 -500 -1,000 -1,500 X de ES a USA (con maq bruta) M de ES desde USA (con maq) Saldo comercial de ES con USA (con maq) Nota: X es exportaciones; M es importaciones; maq es maquila; ES para El Salvador y USA para Estados Unidos. Fuente: Elaboración propia en base a: Para 1990-2007 BCR disponibles en línea en http://www.bcr.gob.sv/estadisticas/se_balanzacom.html, consultado el 1 de agosto de 2008. Para 1970-1990 Base de Datos del Comercio Exterior (BADECEL) de CEPAL. Información disponible en línea en http://www.eclac.cl/badecel/, consultado el 11 de abril de 2008. A partir de los años noventas los flujos de comercio con Estados Unidos contabilizan todas las importaciones directas de insumos que hacen las empresas de maquila, lo que contribuye a sobredimensionar su dinámica. En realidad son las exportaciones netas de maquila, es decir, las exportaciones de maquila menos sus respectivas importaciones, las que en realidad constituyen el aporte de divisas al país por parte de dicha actividad. Por lo tanto para una mejor apreciación de la evolución real de los flujos de comercio de El Salvador con Estados Unidos resulta más conveniente considerar las exportaciones totales con maquila neta, que serían aquellas que incluyen las no maquileras y las de maquila neta, y compararlas con las importaciones no maquileras. Los datos ajustados por maquila, evidencian que son las importaciones salvadoreñas desde Estados Unidos las que han tenido antes y después del CAFTA un mayor dinamismo. Los datos del cuadro No. 2 permiten apreciar que durante el período 1990-2007, las exportaciones totales con maquila neta de El Salvador a EE.UU. mostraron en promedio una tasa de crecimiento anual de 9.9%; por el otro lado, las importaciones sin maquila salvadoreñas provenientes de esa nación norteamericana mantuvieron una del 10.2%. Los datos del mismo cuadro No. 2, muestran para los primeros dos años del CAFTA, que la tasa de crecimiento de las exportaciones totales con maquila neta ha sido negativa (-3.8%), mientras que la de las importaciones sin maquila ha sido positiva (21.2%), lo que ha contribuido a generar el agravamiento del déficit comercial. Gráfico No. 2 Exportaciones (X), importaciones (M) y saldo comercial total sin maquila de El Salvador con Estados Unidos, 1970-2007 (Millones de dólares) 2,800 2,300 1,800 800 300 (200) 19 70 19 71 19 72 19 73 19 74 19 75 19 76 19 77 19 78 19 79 19 80 19 81 19 82 19 83 19 84 19 85 19 86 19 87 19 88 19 89 19 90 19 91 19 92 19 93 19 94 19 95 19 96 19 97 19 98 19 99 20 00 20 01 20 02 20 03 20 04 20 05 20 06 20 07 Millones de dólares 1,300 (700) (1,200) (1,700) (2,200) X de ES a USA (sin maq) M de ES desde USA (sin maq) Saldo comercial con USA (sin maq) Nota: X es exportaciones; M es importaciones; maq es maquila; ES para El Salvador y USA para Estados Unidos. Los datos sin maquila han sido obtenidos restándole a los datos totales bilaterales el respectivo dato de maquila reportado por BCR. Fuente: Elaboración propia en base a: Para 1990-2007 BCR disponibles en línea en http://www.bcr.gob.sv/estadisticas/se_balanzacom.html, consultado el 1 de agosto de 2008. Para 1970-1990 Base de Datos del Comercio Exterior (BADECEL) de CEPAL. Información disponible en línea en http://www.eclac.cl/badecel/, consultado el 11 de abril de 2008. Un elemento importante a resaltar es que particularmente las exportaciones no maquileras de El Salvador a Estados Unidos han tenido una pobre dinámica durante todo el período de liberalización y durante el CAFTA. En el gráfico No. 2 se muestra claramente que las exportaciones no maquiladoras ni siquiera han logrado el mismo nivel que alcanzaron en algunos años de la década de los setentas (1977) y ochentas (1986). Según el cuadro No. 2 en los primeros dos años del CAFTA las exportaciones no maquileras en promedio han tenido un decrecimiento del 1.9%, que sumado al ya señalado aumento del 21.2% de las importaciones no maquileras, se han reflejado en la subida del 26.1% del saldo comercial sin maquila de El Salvador con Estados Unidos. La maquila, que contribuyó a atenuar el déficit comercial con Estados Unidos en el período de la liberalización, no ha mostrado durante los primeros dos años del CAFTA una mejora significativa. Como se aprecia en el cuadro No. 2 las exportaciones netas de maquila se han mantenido prácticamente estancadas para el período CAFTA, mostrando una tasa de crecimiento promedio negativa del 4.2%. En resumen, los primeros dos años del CAFTA muestran en general que las tasas de crecimiento promedio de las exportaciones totales, no maquileras y maquila neta han sido negativas, mientras que las importaciones de todo tipo han tenido tasas mayores a dos dígitos. Estos resultados deben ser un signo de preocupación a medida que la carga de eliminación de aranceles, esté del lado de El Salvador, como establece el calendario de desgravación arancelaria del CAFTA. Gráfico No. 3 Saldo comercial agrícola y manufacturero (no maquilador) de El Salvador con Estados Unidos, 1963-2007 (Millones de dólares) 400 200 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 1990 1989 1988 1987 1986 1985 1984 1983 1982 1981 1980 1979 1978 1977 1976 1975 1974 1973 1972 1971 1970 1969 1968 1967 1966 1965 1964 1963 0 Millones de dólares -200 -400 -600 -800 -1,000 -1,200 -1,400 Saldo comercial agrícola Saldo comercial manufacturero (no maquilador) Nota: X es exportaciones; M es importaciones; se han utilizando los datos comerciales utilizando el sistema de clasificación SITC. Fuente: Elaboración propia a partir de base de datos United Nations Commodity Trade Statistics Database (COMTRADE), utilizando el programa WITS. Consultado el 1 de agosto de 2008. El saldo comercial por sectores agrícola y manufacturero tampoco ha sido positivo para El Salvador durante el proceso de liberalización comercial y el CAFTA. Como se aprecia en el gráficos No. 3., el país experimenta déficit comercial agrícola desde 1994 hasta la fecha, habiéndose incrementado en los primeros dos años del CAFTA. En la manufactura, el déficit es secular, creciente durante el proceso de liberalización, y ha mostrado un aumento en los dos primeros años del CAFTA. Un aspecto complementario a analizar es la evolución de la diversificación del sector exportador salvadoreño hacia Estados Unidos. Ésta se aborda a través del número de bienes distintos exportados, importados y aquellos que muestran superávit y déficit en el comercio bilateral El Salvador-Estados Unidos. Dichos datos se han estimado a partir de estadísticas del comercio bilateral de bienes utilizando el Sistema Armonizado (SA) de clasificación, con un nivel de detalle de seis dígitos (gráfico No. 4 y 5). Los datos que se presentan en los gráficos No. 4 y 5 muestran de manera clara que El Salvador no ha logrado ampliar la variedad de su oferta exportadora hacia Estados Unidos, sobre todo si se consideran aquellos bienes que son generadores de divisas en términos netos. Por el contrario, los datos muestran un amplio número de bienes que El Salvador importa desde Estados Unidos y de aquellos en los que tiene un saldo neto negativo con dicho país. En particular, El Salvador exportó 901 y 851 bienes distintos hacia Estados Unidos en los primeros dos años del CAFTA, sin embargo importó 3,798 y 3,627 desde ese país en los mismos años. Si se considera aquellos bienes que muestran un saldo superavitario y deficitario para la nación centroamericana con la norteamericana,25 el 25 Para ver las partidas superavitarias y deficitarias, se ha procedido a restar de las exportaciones las importaciones en cada partida (a seis dígitos), y luego se han contado las que muestran un saldo mayor (superavitarias) o menor que cero (deficitarias). Una partida arancelaria, a seis dígitos, puede ser considerada como una proxy de un determinado bien. panorama es mucho más dramático: para el 2007 El Salvador tuvo un déficit comercial con Estados Unidos en 3,505 productos, mientras que superávit en sólo 156 bienes. Gráfico No. 4 Número de partidas arancelarias que El Salvador exporta e importa con Estados Unidos 4,000 3,805 3,798 3,627 3,497 3,412 3,500 Número de productos 3,000 2,500 2,000 1,500 901 1,000 851 803 602 562 500 2003 2004 2005 Partidas ES X a USA 2006 2007 Partidas ES M de USA Nota: se han contado el número de partidas, con desagregación de seis dígitos, del sistema armonizado que muestran exportaciones e importaciones de El Salvador con Estados Unidos. Fuente: Elaboración propia en base a datos de United Nations Commodity Trade Statistics Database (COMTRADE), utilizando el programa WITS. Consultado el 1 de agosto de 2008. Hay que destacar que los primeros años del CAFTA no muestran un cambio considerable en cuanto a mejorar la cantidad de bienes salvadoreños que se exportan a Estados Unidos, ni tampoco en cuanto a reducir la cantidad que se importa. Esto muy a pesar de la aparente ventaja inicial que le daría a El Salvador un calendario de desgravación arancelaria que teóricamente le habría concedido un tratamiento más favorable a una amplitud mayor de bienes en los primeros años del CAFTA. Gráfico No. 5 Número de partidas arancelarias deficitarias y superavitarias en el comercio de El Salvador con Estados Unidos 4,000 3,668 3,653 3,505 3,500 3,374 3,282 3,000 2,500 2,000 1,500 1,000 500 189 177 191 166 156 2003 2004 2005 Partidas superavitarias ES con USA 2006 Partidas deficitarias ES con USA 2007 Nota: se han contado el número de partidas, con desagregación de seis dígitos, del sistema armonizado, que muestran un saldo superavitario o deficitario en el comercio de El Salvador con Estados Unidos. Fuente: Elaboración propia en base a datos de United Nations Commodity Trade Statistics Database (COMTRADE), utilizando el programa WITS. Consultado el 1 de agosto de 2008. Los primeros años del CAFTA supondrían, desde la lógica de los calendarios de desgravación, una ventaja inicial para El Salvador, ya que Estados Unidos le concedió exenciones totales a una mayor cantidad de sus exportaciones y le permitió un proceso más lento de eliminación de sus propios aranceles. Sin embargo, el cuadro que se vislumbra para El Salvador durante los primeros años del CAFTA, en cuanto a su comercio bilateral con Estados Unidos, no es drásticamente más favorable relativo al período de liberalización comercial previo. 3.2 Factores explicativos de la evolución comercial Desde la perspectiva del estudio existen dos aspectos fundamentales que han influido e influirán en la evolución exportadora de El Salvador respecto a Estados Unidos: la primera tiene que ver con la pobre evolución competitiva histórica de las empresas de El Salvador respecto a las de Estados Unidos, que como se ha señalado, es una de la fuentes más importantes de asimetrías; la segunda tiene que ver, como se ha destacado previamente, con un inadecuado tratamiento de las asimetrías, entre ellas, esa desigual capacidad competitiva, que hacen el CAFTA y los TLC en general, al llevar a cabo una desgravación recíproca de aranceles. Ambas dinámicas son difícilmente separables, sin embargo, sobre la segunda ya se han presentado algunos elementos al explicar los principales rasgos del CAFTA, por lo que a continuación se desarrollan algunas relativas al primer aspecto. Sobre la evolución competitiva, es importante como ya se dijo, comparar la evolución histórica de los costos laborales unitarios reales (CLUR) de El Salvador y Estados Unidos, al ser un indicador de la evolución de los costos de las empresas de las economías en cuestión. En el gráfico No. 6 se muestran los índices de costos laborales unitarios reales de la manufactura para ambos países (CLUR ES y CLUR USA)26 y el cociente de dichos costos (CLURES/USA=CLURES/CLURUSA). Gráfico No. 6 Índice de los costos laborales unitarios reales de la manufactura de El Salvador y Estados Unidos (1960=100) 26 Una comparación de la tendencia de los costos laborales unitarios reales deberían incluir los correspondientes a la agricultura, sin embargo por la falta de datos se utilizan exclusivamente los de la manufactura. 500 450 400 350 Indice (1960=100) 300 250 200 150 100 50 Índice CLUR ES Índice CLUR USA (p ) 20 04 20 06 20 02 20 00 19 98 19 96 19 94 19 92 19 90 19 88 19 86 19 84 19 82 19 80 19 78 19 76 19 74 19 72 19 70 19 68 19 66 19 64 19 62 19 60 - Índice CLUR ES/CLUR USA Nota: Los datos presentados en el gráfico son índices y fueron homogenizados con base 1960 para mostrar la tendencia a partir de ese año. Por su carácter de índice no se puede comparar el valor absoluto entre los países. Fuente: Elaboración propia en base a: datos del boletín Estadísticas del ISSS, varios años; Revistas Trimestrales del BCR, varios años; retropolación del PIB por ramas, proporcionada por el BCR; BLS para datos estadísticos de Estados Unidos. En el gráfico No. 6, se aprecia que El Salvador ha visto reducir sus costos (CLUR ES), no obstante ha sido menos que la experimentada por los correspondientes de Estados Unidos (CLUR USA). En consecuencia el cociente de los costos laborales de El Salvador y Estados Unidos (CLUR ES/USA) muestra claramente que la tendencia de largo plazo ha sido a aumentar. Estos datos mostrarían una tendencia a la pérdida de competitividad de las empresas manufactureras salvadoreñas respecto a las norteamericanas, debido a un encarecimiento relativo de sus costos unitarios de producción. Hay que mencionar que el gráfico No. 6 muestra que a partir del 2001 ha habido una caída relativa de los CLUR de El Salvador respecto a los de Estados Unidos, dado que los del primero se han reducido en mayor medida que los del segundo. Esa tendencia se ve reflejada en una caída del cociente CLURES/USA a partir del 2001, como muestra el gráfico No.6, lo que significaría una relativa mejoría de competitividad para El Salvador en ese lapso. Si embargo, esas mejoras relativas que ha tenido El Salvador resultan modestas cuando se tiene en cuenta la evolución histórica que han mostrado desde 1960 y particularmente desde 1990. La tendencia histórica a crecer del cociente de los CLUR de El Salvador respecto a los de Estados Unidos, que significa una pérdida de competitividad para el primero respecto al segundo, es congruente con la trayectoria al incremento del déficit comercial salvadoreño con el país norteamericano desde los años noventas. Esa evolución negativa de la competitividad de las empresas salvadoreñas no ha sido tomada en cuenta a la hora de definir el tipo de acuerdo comercial bilateral entre El Salador y Estados Unidos, en particular no es algo que haya sido adecuadamente tratado por el CAFTA. Acercando más la lente sobre la evolución de los componentes de los CLUR de El Salvador y Estados Unidos en el período 1990-2007, los datos del gráfico No. 7 y No. 8 contienen los índices de productividad media y de salarios reales en la manufactura de ambos países, que permiten apreciar las tendencias seguidas por estos desde 1990. Gráfico No. 7 Índice de la productividad de la manufactura de El Salvador y Estados Unidos (1990=100) 250 200 Índice (1990=100) 150 100 50 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Índice productividad manufacturera ES 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 (p) 2006 (p) 2007 (p) Índice productividad manufacturera USA Nota: Los datos presentados en el gráfico son índices y fueron homogenizados con base 1990 para mostrar la tendencia a partir de ese año. Por su carácter de índice no se puede comparar el valor absoluto entre los países. Fuente: Elaboración propia en base a: datos del boletín Estadísticas del ISSS, varios años; Revistas Trimestrales del BCR, varios años; retropolación del PIB por ramas, proporcionada por el BCR; BLS para datos estadísticos de Estados Unidos. Por un lado los datos del gráfico No. 7 son elocuentes en mostrar que durante el período de liberalización comercial la productividad manufacturera salvadoreña se ha mantenido casi constante. A partir del año 2000 se muestra una tendencia ligeramente creciente de la productividad salvadoreña, que sin embargo sólo ha sido suficiente para que El Salvador logre regresar al mismo nivel que tenía este indicador al inicio de los años noventas, sin poder seguir el ritmo de la evolución productiva norteamericana.27 Esta tendencia está ligada a la poca capacidad de la economía y empresas manufactureras salvadoreñas para aplicar –en general– mejoras tecnológicas, y por otro lado, a la apuesta de los últimos años a actividades de muy baja productividad como la maquila textil. Gráfico No. 8 Índice de salarios reales de la manufactura de El Salvador y Estados Unidos 27 Resulta importante destacar que desde el año 2001 cuando el empleo manufacturero ha estado cayendo, posiblemente por la contracción de la maquila, es cuando la productividad ha visto alguna tendencia creciente. 130 120 Índice (1990=100) 110 100 90 80 70 60 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Índice salarios manufactureros medios reales ES 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 (p) 2006 (p) 2007 (p) Índice salarios manufactueros medios reales USA Nota: Los datos presentados en el gráfico son índices y fueron homogenizados con base 1990 para mostrar la tendencia a partir de ese año. Por su carácter de índice no se puede comparar el valor absoluto entre los países. ES es El Salvador; USA es Estados Unidos. Fuente: Elaboración propia en base a: datos del boletín Estadísticas del ISSS, varios años; Revistas Trimestrales del BCR, varios años; retropolación del PIB por ramas, proporcionada por el BCR; BLS para datos estadísticos de Estados Unidos. Por el otro lado, como se aprecia en el gráfico No. 8 el índice de los salarios reales medios salvadoreños muestra una trayectoria a la baja, persistente desde 1990 que ha continuado hasta la fecha, que contrasta con el incremento de los norteamericanos. A partir del 2004 se puede apreciar que la tendencia de los salarios reales ha sido una caída más acelerada. Los datos sobre el deterioro de los salarios reales muestran que muy probablemente ésta ha sido una estrategia utilizada por las empresas salvadoreñas para atenuar la desventajosa evolución de su productividad respecto a las norteamericanas y otras naciones en el contexto de la liberalización comercial. Los sucesivos gobiernos salvadoreños han estado claramente alineados con la erosión de los ingresos laborales, al mantener una política de incremento de salarios mínimos por debajo de la inflación y de aplicación laxa de los derechos laborales (Góchez, R., 2000, 1998 y 1995). En resumen, todo apunta a que las empresas salvadoreñas en general han recurrido persistentemente a la reducción de salarios reales, y muy poco al incremento de la productividad, como forma de reducir sus costos y competir. Sin embargo dicha tendencia ha sido insuficiente para revertir sistemáticamente el encarecimiento relativo de los costos unitarios de producción de El Salvador respecto a Estados Unidos, así como tampoco se muestra efectivo en poder reducir el déficit comercial del primero respecto al segundo. La revisión que se ha hecho de los costos laborales unitarios manufactureros ilustra el rezago competitivo que ha mostrado El Salvador relativo a Estados Unidos, íntimamente vinculado al abultado déficit comercial del primero con el segundo. La desigual capacidad competitiva mostrada, y la ampliación de dichas brechas en el tiempo, en un contexto de reducción y eliminación de aranceles, es uno de los elementos estructurales subyacentes al hecho que El Salvador incremente su déficit comercial global y/o sectorial. Esta desigual capacidad competitiva es el elemento estructural al que los TLC, como el CAFTA, y los procesos previos de liberalización comercial, no dan ni han dado respuesta, sino que más bien su inadecuado tratamiento de las asimetrías deja más expuestos a los países subdesarrollados, como El Salvador, a los efectos negativos de abrir sus fronteras a economías más avanzadas del tipo de Estados Unidos. 4. Conclusiones En este trabajo se ha analizado por un lado, la evolución de los flujos comerciales entre El Salvador y Estados Unidos, ocurridos a partir de la entrada en vigencia del CAFTA, aunque situándolo en el marco del proceso de liberalización comercial que la economía salvadoreña ha aplicado por casi veinte años. Los datos no pueden ser más ilustrativos en develar que el desempeño exportador de El Salvador con Estados Unidos en el marco del CAFTA ha sido todavía menos exitoso que el observado durante el proceso de liberalización previo: las exportaciones salvadoreñas a Estados Unidos no han mostrado mayor crecimiento; poca capacidad para aumentar la diversidad de bienes que se exportan y principalmente aquellos que aportan divisas en términos netos; las importaciones procedentes de EE.UU. han mostrado por el contrario enorme dinamismo, mayor incluso que el período previo; la cantidad de bienes de importación es más diversificada y no se ha podido reducir aquellos bienes deficitarios; el resultado final ha sido un abultado déficit comercial agregado y sectorial con Estados Unidos. Por otro lado, se ha buscado vincular el desempeño exportador de El Salvador con Estados Unidos, tanto con el inadecuado tratamiento de las asimetrías por parte del CAFTA como con las asimetrías mismas que devienen de la evolución de la capacidad competitiva de la economía salvadoreña respecto a la norteamericana. La información expuesta ha mostrado como ha sido un elemento estructural la evolución pobre de la competitividad de las empresas salvadoreñas frente a las norteamericanas. Las empresas salvadoreñas se ha mostrado incapaces de incrementar considerablemente la productividad, y por el contrario han recurrido constantemente a la vía espuria de la reducción de los salarios reales. La evolución poco favorable del indicador de los costos laborales unitarios de la manufactura salvadoreña frente a la norteamericana coincide con la evolución histórica creciente del déficit comercial de El Salvador con Estados Unidos. El elemento estructural de la desmejora competitiva de la economía salvadoreña relativa a la norteamericana es importante, ya que muestra que la problemática de la evolución comercial desfavorable de El Salvador no proviene sólo de que el CAFTA, como otros TLC, haya mantenido protecciones y regulaciones –normas sanitarias y subsidios agrícolas– de Estados Unidos, y haya eliminado las más usadas por El Salvador –como los aranceles–. A la par de esos elementos propiamente del CAFTA, es importante destacar que la desventaja competitiva de El Salvador frente a Estados Unidos es y ha sido una de las fuentes estructurales del crecimiento del déficit comercial del primero frente al segundo. Las brechas competitivas, lejos de desaparecer automáticamente con el CAFTA y con las políticas neoliberales previas, pueden ampliarse y/o expresarse en impactos sociales muy negativos, como lo sería una erosión mayor de los salarios reales salvadoreños y un aumento del desempleo. El CAFTA con todas sus limitantes para las políticas industriales de fomento productivo y al llevar adelante una eliminación arancelaria recíproca, poco contribuye a que el rezago productivo salvadoreño se vea atenuado o superado. Los datos encontrados muestran que las políticas neoliberales previas, entre ellas la liberalización comercial, han tenido poco éxito en modernizar el aparato productivo/exportador salvadoreño. La explotación de algunos recursos naturales, la recuperación de la maquila de confección y las remesas, en caso de generar alguna cantidad importante de divisas pueden ocultar eventualmente el problema de la poca competitividad general del aparato productivo y exportador salvadoreño. Sin embargo, una economía maquilizada basada en exportar recursos naturales, personas y bienes intensivos en mano de obra barata, que se dedica a competir erosionando condiciones laborales, difícilmente será capaz de ofrecer oportunidades sostenibles de desarrollo a su población. El CAFTA y la liberalización generalizada son incompatibles con una estrategia de desarrollo nacional que tenga al centro el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. La búsqueda de alternativas desde los sectores populares para desmontar el modelo neoliberal y dar marcha atrás a los TLC, tipo CAFTA son prioritarios de cara a construcción de alternativas. En ese sentido una estrategia real de desarrollo necesita un nuevo tipo de inserción externa, que considere como un elemento central las asimetrías productivas de las economías que suscriben un acuerdo comercial. En esa estrategia de desmontaje del modelo neoliberal son importantes aquellos esfuerzos dirigidos a potenciar al sector popular de la economía, para que pueda ser en lo inmediato una fuente de sustento para la población excluida, y eventualmente un sujeto de la construcción de alternativas al neoliberalismo y al mismo sistema capitalista. 5. ANEXO: Nota sobre los datos de exportaciones a Estados Unidos de 2005 Para los cálculos del período del CAFTA se decidió utilizar el dato de exportaciones totales a EE.UU. reportado preliminarmente para el año 2005, que fue de 2,055 millones de dólares, y no el dato revisado más reciente para ese año, que fue de 1,819 millones. Esta decisión se tomó debido a que el último dato (1819) muestra incongruencias importantes a saber: • En la revista trimestral del BCR se menciona que las exportaciones de maquila se imputan totalmente a los flujos con EE.UU.; • Según el dato revisado reportado por el BCR, el total exportado a Estados Unidos por El Salvador para el 2005 fue de 1,819 millones de dólares, el cual sería menor a lo correspondiente a las exportaciones de maquila para ese mismo año, que fue de 1,821 millones; por lo tanto, según los datos revisados para el año 2005, las exportaciones no maquileras hacia Estados Unidos en ese año, que son la diferencia de las exportaciones totales (1,819 millones) menos las de maquila (1,821 millones), habrían sido negativas (-2 millones), lo cual no tiene ningún sentido. Debido a que el dato oficial revisado de las exportaciones totales a Estados Unidos para el 2005 es menor al preliminar, tiene por efecto sobrevalorar la tasa de crecimiento de las exportaciones hacia Estados Unidos en el primer año del CAFTA y en consecuencia subvalorar el crecimiento del déficit comercial durante el primer año de vigencia del CAFTA. 6. Bibliografía Arroyo Pircard, A. y A. Peñaloza Méndez (ed.). (2000). Derechos humanos y Tratado de Libre Comercio México-Unión Europea. RMALC. México. Disponible en línea en www.rmalc.org.mx Arroyo Pircard, A (ed.). et al. (1999). El TLCAN 5 años después, Contenido, Resultados y Propuestas. RMALC. México. Disponible en línea en www.rmalc.org.mx Bhagwati, J. (2007). ¿Se ha debilitado el consenso a favor del libre comercio entre los economistas?. Documento distribuido en la conferencia dada en la OMC 8 de octubre 2007. Disponible en línea en www.wto.org/spanish/news_s/news07_s/bhagwati_oct07_s.htm [Accesado el día 10 de agosto de 2008]. 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