UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA Sistema de Educación Media Superior Preparatoria 14 Huentitan. Conceptos Presentado por: Oscar ivan gonzalez zarate . Guadalajara, Jal. 18 de febrero 2011 Galiano Galio Galileo Galilei Galelo Gilaliano -curiosamente no nació en Galilea- (más conocido simplemente como Galileo) fue un asombroso astrónomo, filósofo, matemático, físico, repartidor de pizzas y baterista de la banda de Metal Cavernicola Dinosaurio. Galileo en su edad adulta, con dinero y con una preciosa corbata de Armani Para probar su experimento, se baso en los marcianitos que veía en Venus, los cuales le chivaron la teoría. También fue el primer tipo en observar las manchas solares del sol. Es por ello que se quedó más ciego que un zapato. Descubrió también la vía láctea, una especie de manchón hecho por el aerosol del Paint en pleno espacio y también Neptuno, al cual llamó así por lo feo que era. Galileo tamién inventó el telescopio, el caleidoscopio, el osciloscopio, el periscopio y el escorpio. Se ve que al tío le gustaban las cosas con un scopio en ellas. Con estos cacharros descubrió todo lo anterior y que la Luna sólo mostraba una cara (se ve que los marcianos estaban por la oculta). Galielo, por tanto, fue un chiflado que impugnó la teoría geocéntrica del insigne astrónomo griego Ptolomeo. Los que rechazan dicha teoría (y aceptan la absurda teoría heliocéntrica) deberían explicar cómo es posible entonces que la teoría de Ptolomeo haya sido aceptada por tantos sabios de sociedades y culturas diversas: astrónomos politeístas, cristianos, musulmanes, etc... Tan absurda es la teoría heliocéntrica que incluso Kepler (otro chiflado) no pudo aceptarla tal como estaba y tuvo que hacer la hipótesis ad hoc de que los planetas giraban en torno al Sol ¡en elipses! Menos mal que Galileo rectificó cuando se dio cuenta de lo absurdo de la teoría heliocéntrica. A esto, los chiflados conspiranoicos de siempre se inventaron una ridícula conspiración en la que habría intervenido una supuesta sociedad misteriosa llamada Inquisición (calcada del Priorato de Sión de una novela de Dan Brown). Tras observar con su telescopio las fases de Venus y los satélites galileanos girando alrededor de Júpiter que apoyaban la Teoría Heliocéntrica y las manchas solares y las montañas de la Luna, que extendían a los inmutables cielos las cambiantes características de la Tierra, comenzaron a ser lanzadas las primeras acusaciones de herejía contra Galileo. Al contrario que otros copernicanos de su época que guardaban para sí y para su círculo de amigos su convicción o que, simplemente, no encontraban en discusiones de tipo teológico, Galileo llegaba casi a una postura desafiante contra los inquisidores. Quizás le animaba el reconocimiento que en un principio obtuvieron sus descubrimientos con el telescopio por parte de las más altas autoridades eclesiásticas, así como su gran autoridad en el ámbito filosófico. En 1615 fue a Roma para defender personalmente sus propias tesis, habiéndole pedido el inquisidor cardenal Bellarmino (miembro del tribunal que condenó a Giordano Bruno y, posteriormente, canonizado) que demostrara el movimiento de la Tierra. El resultado fue, sin embargo, la inclusión del De Revolutioníbus en la lista de las obras prohibidas y el veto a él de dedicarse en lo sucesivo a la cuestión. A pesar de todo, en 1632 llevó a cabo la publicación de una de sus dos obras más importantes: Dialogo sopra i due massimi del mondo, en la que confronta los argumentos de las teorías geocéntrica y heliocéntrica. Galileo obtuvo la autorización para la publicación de esta obra presentándola como un diálogo entre dos interlocutores: un geocentrista y un heliocentrista, en presencia de un tercero que desea conocer a fondo los argumentos de ambas teorías. Sin embargo, rápidamente fue procesado, obligado a abjurar y condenado a la pena de prisión perpetua, que le fue, no obstante, conmutada por la de aislamiento del mundo