CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.- S. D. N° 07/11 Asunción, 11 de Mayo de 2011.VISTO: Estos autos, de los que R E S U L T A: Que, por A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010, el Jurado resolvió iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, por la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las conductas previstas en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09.Que, por Oficio J.E.M. N° 05/10 de fecha 04 de enero de 2010, el Jurado ha comunicado al Presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la República, lo resuelto por A.I. N° 01/10 de fecha 4 de enero de 2010. Asimismo, por Oficios J.E.M. N°s 04/10, 06/10 y 07/10, respectivamente, se ha comunicado al Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, al Presidente de la Honorable Cámara de Diputados y al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, el enjuiciamiento de oficio de los citados Magistrados.Que, en fecha 25 de enero de 2010 el Secretario Judicial II, interino de la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, por Nota S.J. II N° 3156 de fecha 21 de enero de 2010, comunicó a este órgano constitucional, que la Corte Suprema de Justicia resolvió que los Acuerdos y Sentencias N°s 951 y 952 dictados por los Miembros del Tribunal de Cuentas, como integrantes de la sala Constitucional de la máxima instancia judicial, carecen de validez jurídica, con los alcances previstos en el art. 137 de la Constitución de la República; y su agregación se dispuso por providencia de fecha 28 de enero de 2010.Que, por Nota de fecha 01 de febrero de 2010, el Jurado notificó al Fiscal acusador, de la resolución de su designación en la presente causa (fs. 104).- Que, una vez corrido traslado a los enjuiciados, citando y emplazándolos para que contesten dentro del plazo de Ley, los mismos se han presentado a contestar el enjuiciamiento y solicitar la apertura de la causa a prueba, requiriendo a su vez, su absolución en la presente causa (fs. 109/258).Que, por providencia de fecha 20 de febrero de 2010, el Jurado resolvió correr vista a la parte acusadora, por el plazo de Ley, de conformidad al art. 21, inc. “d”, de la Ley N° 3759/09.Que, por escrito de fs. 262/267 de autos, el Fiscal acusador en el presente juicio, Abg. Pedro Javier Cano Ocampos, se ha presentado a contestar la vista, solicitando se declare la cuestión de puro derecho y se llame autos para sentencia; providenciándose su agregación en fecha 23 de febrero de 2010.Que, por A.I. N° 27/10 de fecha 17 de marzo de 2010, el Jurado resolvió tener por contestado el traslado corrídole a los Magistrados enjuiciados, Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez; admitir las pruebas documentales ofrecidas por la parte enjuiciada, y por último, declarar la cuestión de puro derecho y llamar autos para sentencia, de conformidad a lo dispuesto en los incs. “b” y “c” del art. 25 de la Ley N° 3759/09, habiéndose notificado dicha resolución a las partes en fecha 19, de marzo del año 2010, estando la misma firme y consentida, OPINIÓN DE LOS MIEMBROS DRES. JORGE ANTONIO OVIEDO MATTO, MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ERICO, CÉSAR LÓPEZ BENÍTEZ, JORGE ÁVALOS MARIÑO Y RAÚL TORRES KIRMSER y, C O N S I D E R A N D O: Que, este Jurado ha resuelto, por Interlocutorio N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010, iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, por la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las tipificaciones de los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09.Que, el presente proceso ha sido iniciado por las resoluciones adoptadas en los autos caratulados: “ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-2…///… RIOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS RESOLUCIONES N° 122 DEL 25 DE NOVIEMBRE DE 2003 y 134 DEL 12 DE DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5767 y 5327).Que, en oportunidad de resolverse el presente enjuiciamiento de los Magistrados en cuestión, este órgano constitucional ha sostenido en su resolución lo siguiente: “…Que, en atención al tema en cuestión, primeramente debemos analizar la posibilidad o no de un eventual inicio de oficio de un enjuiciamiento a los referidos Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, quienes integraron la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en los autos arriba mencionados. Que, con relación a la forma de procederse, el art. 11 de la Ley N° 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento y remoción de Magistrados y deroga las leyes antecedentes”, expresa cuanto sigue: “Compete al Jurado, de acuerdo con el procedimiento establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los miembros de los Tribunales de Apelación de cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de los agentes fiscales del Ministerio Público”. De esta manera, tenemos que el proceso constitucional de remoción de Jueces inferiores a la Corte Suprema de Justicia, con la reforma constitucional de 1992, alteró profundamente el régimen de remoción de Magistrados inferiores a la Corte Suprema de Justicia, y la mencionada reforma (art. 253, Constitución Nacional) actualmente se complementa con el dictado de la Ley N° 3759/09, motivo por el cual, de conformidad al citado art. 253 de la Constitución Nacional y el art. 11 de la Ley N° 3759/09, este Jurado se halla plenamente facultado para estudiar el enjuiciamiento de los mismos, por las causales establecidas en la Ley N° 3759/09. En tal sentido, tenemos que las resoluciones en cuestión contrastarían – en principio- con la doctrina clásica, que establece que las decisiones del Congreso en el juicio político, no estarían sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales, y esto, ocurre por aplicación de la disposición establecida en el art. 3° de la Constitución Nacional, que dispone lo siguiente: “Del Poder Público. El Pueblo ejerce el Poder Público por medio del sufragio. El gobierno es ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de separación, equilibrio, coordinación y reciproco control. Ninguno de estos poderes puede atribuirse, ni otorgar a otros ni a personas alguna, individual o colectiva, facultades extraordinarias o la suma del Poder Público”. Concordante con el dispositivo constitucional antes descrito, en la misma Ley fundamental, el art. 261 dispone textualmente: “De la remoción y cesación de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia. Los ministros de la Corte Suprema de Justicia sólo podrán ser removidos por juicio político…”. En suma, las disposiciones antes señaladas puntualizan de manera convergente que el único órgano constitucionalmente habilitado para entender, conocer y decidir en el marco de un juicio político, es el Poder Legislativo, y que la decisión de una eventual remoción de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia solo podría verificarse por efecto de una sentencia emanada –previo juicio político- del único órgano competente, que es el Congreso de la Nación. Debe entenderse que las normas son imperativas, taxativas y excluyentes de cualquier otra interpretación que podría deslizarse ya que esta posibilidad resultaría impensable desde la estructura misma del marco legal aplicable y, fundamentalmente, de que siendo el derecho constitucional el sustento del derecho público en un Estado de Derecho, bajo pretexto alguno podría invertirse el axioma “lo que no está expresamente permitido, está prohibido”. Que, la acción de inconstitucionalidad –en principio- no procedería contra las decisiones de los cuerpos y órganos legislativos, y ello es así porque las medidas que les incumbe tomar en cumplimiento de las funciones constitucionales son incontrastables; esa es la manera que un segmento importante de la doctrina se inclina a rechazar la posibilidad de revisar las decisiones exclusivas y excluyentes de las Cámaras del Congreso Nacional, en ejercicio de lo previsto en los arts. 3°, 225 y 261 de la Constitución Nacional. Al respecto de lo afirmado precedentemente, es conveniente realizar una transcripción del Diario de Sesión Plenaria N° 10, pág. 19, de la Convención Nacional Constituyente, y más específicamente lo dicho por el Convencional Bernardino Cano Radil, que sostuvo lo siguiente: “En un sistema de separación, equilibrio, coordinación y recíproco control… En tercer lugar, hay que rescatar el concepto “independencia”. De ningún modo esta separación, estos controles o este equilibrio, evita que tenga que tener independencia cada uno de estos poderes. Incluso, sería bueno que llegue hasta el conflicto en la defensa de su independencia, porque es la mejor forma de asegurar que exista la República. Esta interdependencia o el concepto de colaboración, que ahora se quiere utilizar, es peligroso. Sobre todo en los países con poca tradición democrática, como los nuestros. Apoyo enfáticamente, entonces, que tenga el concepto de “independencia”. Y eso de ningún modo va a significar que no puedan ser controlados y que no tengan que trabajar acorde a un programa común, porque el gobierno sigue siendo único y el poder público uno, y lo que estamos rescatando son funciones…” (Sic). Por consiguiente, y en atención a CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-3…///… lo establecido en los arts. 12 y 14, incs. “b” y “g” de la Ley N° 3759/09, que establecen lo siguiente: “Son causales de enjuiciamiento la comisión de delitos o el mal desempeño de las funciones definidas en la presente Ley”; “Constituye mal desempeño de funciones que autoriza la remoción de magistrados judiciales y agentes fiscales… incumplir las obligaciones y garantías previstas en la Constitución Nacional, códigos procesales y otras leyes referidas al ejercicio de sus funciones; mostrar manifiesta parcialidad o ignorancia de las leyes en juicio”; este Jurado es de la convicción que corresponde iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, en uso de la potestad otorgada por el art. 16 de la Ley 3759/09, que reza: “El juicio será iniciado… y de oficio por el propio Jurado…”, por la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las conductas previstas en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09. Asimismo, debemos mencionar que ante una eventual posibilidad de la existencia de la comisión de delitos, a su vez, este órgano constitucional podrá disponer la remisión de los antecedentes en cuestión al Ministerio Público, para la investigación de la posible comisión de hechos punibles tipificados en la legislación penal, por parte de los enjuiciados…///… A SU TURNO, el Miembro Prof. Dr. Raúl Torres Kirmser se adhiere a la opinión expuesta precedentemente, añadiendo que otros motivos suficientes para el inicio de un enjuiciamiento oficioso son: la supuesta inobservancia de las reglas de competencia de Sala Constitucional ad hoc, la presunta falencia en cuanto a la integración efectiva de la litis sin participación de todos los agentes involucrados, y finalmente, la extensión de los efectos de las decisiones puestas en crisis, específicamente que no integraron originariamente la litis. Estos aspectos también constituirían causales de enjuiciamiento, que podrán ser debatidos y controvertidos en dicho contexto…” (Sic).Asimismo, en oportunidad de dictarse el referido fallo, los actuales Miembros Dres. Enrique Bacchetta Chiriani, Sindulfo Blanco, y la entonces Miembro Abg. Amparo Samaniego Vda. de Paciello, han opinado de la siguiente manera: “…Que, en primer lugar, este Jurado debe analizar si se dan los presupuestos normativos y facticos para un eventual enjuiciamiento de oficio a los referidos Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, quienes integraron la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, para la emisión de los fallos ut-supra indicados. En tal sentido, el art. 11 de la Ley Nº 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento y remoción de magistrados y deroga las leyes antecedentes”, expresa cuanto sigue: “Compete al Jurado, de acuerdo con el procedimiento establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los miembros de los Tribunales de Apelación de cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de los agentes fiscales del Ministerio Público”. Cotejado el texto de la norma de referencia con el art. 200 de la Ley N° 879/81 “Código de Organización Judicial”, que textualmente reza: “En los casos de ausencia, impedimento, recusación de los jueces y funcionarios judiciales… La sustitución se hará conforme a las siguientes reglas: a) los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia serán sustituidos por los Miembros de los Tribunales de Apelación y el Tribunal de Cuentas, y sucesivamente…”, y, el art. 2° de la Ley N° 963/82 “Que modifica y amplia algunas disposiciones del Código de Organización Judicial”, el cual establece: “El Poder Judicial será ejercido por: la Corte Suprema de Justicia; el Tribunal de Cuentas…”, se infiere con meridiana claridad que los Magistrados que intervinieron en los decisorios puestos en crisis, pertenecen naturalmente al ámbito de un Tribunal de segundo grado, y, por ende, se encuadran a las previsiones legales que conminan la competencia de este Jurado para someter la cuestión suscitada y decidir sobre la posibilidad de un enjuiciamiento oficioso. No está demás recalcar, que el instituto del enjuiciamiento de Magistrados y Agentes Fiscales, con la sanción y promulgación de la Constitución del año 1992, recayó en este órgano constitucional, tal como lo expresa el art. 253 de la Ley fundamental, y su correlato en la Ley N° 3759/09, circunstancia objetiva de mayor ponderación para concluir, preliminarmente, la plena competencia de este Jurado para entender en la presente causa. Que, las resoluciones dictadas por los citados Miembros del Tribunal de Cuentas, en este caso, integrando la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, evidentemente han generado una controversia significativa en nuestra sociedad, trascendiendo inclusive a los órganos de los diversos Poderes del Estado, en particular, en lo que hace referencia a los alcances de las decisiones emitidas por aquellos. En efecto, sin entrar a estudiar el fondo de la cuestión suscitada, este Jurado debe discernir en el contexto de un enjuiciamiento funcional, si las decisiones puestas en crisis constituyen una vulneración de lo dispuesto en el art. 3° de la Constitución Nacional, en concordancia con el art. 15, inc. “d” del Código Procesal Civil, de cuya constatación se podrá concluir si hubo o no extralimitación por parte de los Magistrados Juan CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-4…///… Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, respecto a lo que se entiende como material justiciable y no justiciable, por parte del Poder Judicial, en los juicios políticos ordenados como una facultad privativa y excluyente del Congreso Nacional. En tal sentido, existen posturas doctrinarias que sostienen que la Acción de inconstitucionalidad procede nada más que contra resoluciones judiciales y excepcionalmente contra las resoluciones de órganos administrativos, tal como lo exponen varios de los Miembros integrantes de este Jurado. Y, por otro lado, otros Miembros observan la posibilidad de un probable estudio de las decisiones extrajudiciales, si es que se visualizan groseras e incontestables violaciones de las garantías constitucionales. Al respecto de esto último, es conveniente traer a colación lo referido por el autor Néstor Pedro Sagües en su obra “Derecho Procesal Constitucional, Recurso extraordinario”, 4° edición, pág. 455, que dice: “Bidart Campos indica que en principio la decisión de la Cámara alta es irrevisible para la judicatura; esto se manifiesta, dice, en cuanto al fondo del asunto, que quedaría bajo la discreción del Senado, y sobre el cual no cabría la posibilidad de articular el recurso extraordinario. En cambio, si se impugna la decisión senatorial por motivos de procedimiento, el aspecto de forma (p.ej., violación del derecho de defensa) sí podría cuestionarse por vía de dicho recurso, ya que con eso no se invade lo privativo del Senado, sino que se controla el procedimiento; y el procedimiento jamás es privativo de ningún órgano cuando está comprometida o violada una garantía individual, porque por encima de toda competencia de los órganos prevalece el derecho a la jurisdicción de los individuos”. En el caso de autos, se ordenó la reposición inmediata de los recurrentes en sus cargos de Ministros de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia de la República del Paraguay, y al mismo tiempo, advertir a los señores Presidente de la República del Paraguay, Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, y al Presidente del Consejo de la Magistratura, abstenerse de implementar o continuar los procedimientos de selección correspondientes para llenar los cargos vacantes dejados por los Ex-Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Dres. Wildo Rienzi Galeano y José Victoriano Altamirano Aquino; y por último, se dispuso oficiar al Ministerio de Hacienda, a los efectos presupuestarios. Estas decisiones conllevan la sospecha razonable de un mal desempeño de funciones, sobre todo, desde la perspectiva de un exceso en las atribuciones constitucionales y legales del órgano jurisdiccional. Por consiguiente, y en atención a lo establecido en los arts. 12 y 14, incs. “b” y “g” de la Ley N° 3759/09, que establecen lo siguiente: “Son causales de enjuiciamiento la comisión de delitos o el mal desempeño de las funciones definidas en la presente Ley”; “Constituye mal desempeño de funciones que autoriza la remoción de magistrados judiciales y agentes fiscales… incumplir las obligaciones y garantías previstas en la Constitución Nacional, códigos procesales y otras leyes referidas al ejercicio de sus funciones; mostrar manifiesta parcialidad o ignorancia de las leyes en juicio”; este Jurado es de la convicción que corresponde iniciar de oficio el enjuiciamiento de los Abgs. Juan Francisco Recalde Burgos, Meneleo Insfrán Riveros y Florencio Pedro Almada Álvarez, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, en uso de la potestad otorgada por el art. 16 de la Ley 3759/09, por la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por las conductas previstas en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09…” (Sic).Que, en oportunidad de contestar el traslado, los representantes convencionales de los enjuiciados han considerado la incompetencia del Jurado, oponiendo dicha circunstancia como medio general de defensa, sosteniendo que el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados no podría juzgar los supuestos hechos considerados irregulares cometidos por los Ministros o Miembros de la Corte Suprema de Justicia, pues, supuestamente ello sería materia reservada exclusivamente al Congreso de la Nación, por vía del juicio político, a la luz del art. 261 de la Constitución de la República.Al mismo tiempo, los enjuiciados han negado el mal desempeño de funciones que les fuera atribuido, exponiendo –entre otros argumentos- que los fallos emitidos se ajustarían a la doctrina dominante referente a que “el juicio político es justiciable” y no lo contrario, como se sostiene en el Interlocutorio por el cual se ha iniciado el enjuiciamiento de los mismos, amparándose en el voto en minoría del Presidente y algunos Miembros de este órgano constitucional. Finalmente, en la contestación del presente enjuiciamiento, los citados enjuiciados afirmaron que encontraron clara e inequívocamente inconstitucionales las Resoluciones N° 122 y 134 del año 2003, dictadas por la Honorable Cámara de Senadores, por ser contrarias a la disposición del art. 137, última parte, de la Constitución Nacional.De esa manera, una vez más corresponde que este Jurado de CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-5…///… Enjuiciamiento de Magistrados se ratifique sobre la competencia que el organismo posee para el enjuiciamiento de los enjuiciados. Al respecto, este órgano constitucional, en el Interlocutorio N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010 y a manera de ratificación, ha expuesto claramente sobre la competencia que le otorga la Ley N° 3759/09 “Que regula el procedimiento para el enjuiciamiento y remoción de Magistrados y deroga las Leyes antecedentes”, en su art. 11, pues, en ella claramente se expresa cuanto sigue: “Compete al Jurado, de acuerdo con el procedimiento establecido en la presente Ley, el enjuiciamiento de los miembros de los Tribunales de Apelación de cualquier fuero o jurisdicción, de los demás jueces y de los agentes fiscales del Ministerio Público”.En tal sentido, y a la luz de las claras disposiciones del art. 253 de la Constitución de la República y el art. 11 de la Ley N° 3759/09, este Jurado se halla plenamente facultado para conocer y resolver el presente enjuiciamiento iniciado por la causal de “mal desempeño de funciones”, tal como lo estipula el art. 12 de la citada Ley, y en consecuencia, la defensa esgrimida por los enjuiciados, como medio general, deviene improcedente por lo que corresponde no hacer lugar a la misma, por los mismos fundamentos ya expuestos en oportunidad de dictarse el A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010.Ahora bien, en cuanto a las conductas de mal desempeño de funciones expuestas en el auto de enjuiciamiento, específicamente en la opinión mayoritaria esgrimida de los actuales Miembros Dres. Miguel Ángel González Erico, Jorge Oviedo Matto, César López Benítez y Raúl Torres Kirmser, además del entonces Miembro Dr. José López Chávez, se ha señalado que las resoluciones dictadas por los enjuiciados contrastan la doctrina clásica del principio por el cual se establece que las decisiones del Congreso, tomadas en un juicio político, no estarían sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales, por aplicación de los art. 3°, 225 y 261 de la Constitución de la República.- Que, con las Resoluciones N°s 951 y 952 de fecha 30 de diciembre de 2009, los Magistrados enjuiciados, en los expedientes caratulados: “ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO RÍOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS RESOLUCIONES N° 122 DEL 25/11/2003 y N° 134 DEL 12 DE DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5067 y 5327), resolvieron anular los fallos emitidos por los cuerpos y órganos legislativos, en ocasión de los juicios políticos en cuestión, lo que eventualmente traería aparejado mal desempeño de funciones, pudiendo haber incurrido los mismos en las disposiciones de los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09.Asimismo, se sostiene como motivo del inicio oficioso del enjuiciamiento, la inobservancia de las reglas de competencia de la Sala Constitucional ad hoc, la presunta falencia en cuanto a la integración efectiva de la “litis” sin participación de todos los agentes involucrados y la extensión de los efectos de las decisiones puestas en crisis, a los órganos que no integraron originariamente la “litis”.Por su parte, en opinión minoritaria, los Miembros Dres. Enrique Bacchetta Chiriani y Sindulfo Blanco, y la entonces Miembro Abg. Amparo Samaniego Vda. de Paciello, en oportunidad de dictar el fallo de enjuiciamiento, han sostenido que existiría la posibilidad de un probable estudio de las decisiones extrajudiciales en el caso que –en dichos actos- se visualicen groseras e incontestables violaciones de las garantías constitucionales, mencionándose como una posibilidad de exceso de atribuciones constitucionales y legales del órgano jurisdiccional al resolver la reposición inmediata de los recurrentes en sus cargos de Ministros de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia de la República del Paraguay, y al mismo tiempo, advertir a los señores Presidente de la República del Paraguay, Presidente de la Honorable Cámara de Senadores, y al Presidente del Consejo de la Magistratura de abstenerse de implementar o continuar los procedimientos de selección correspondientes para llenar los cargos vacantes dejados por los Ex Ministros de la Corte Suprema de Justicia, Dres. Wildo Rienzi Galeano y José Victoriano Altamirano Aquino, y finalmente, de oficiar al Ministro de Hacienda a los efectos presupuestarios.Que, con relación a los hechos mencionados como causal de CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-6…///… enjuiciamiento, y en atención a que este órgano constitucional de conformidad al Interlocutorio N° 27/10 de fecha 17 de marzo de 2010 resolvió que el caso puede ser resuelto con las constancias del expediente, encontramos la instrumental agregada a fs. 100/102 de autos (Resolución N° 2382 de fecha 05 de enero de 2010), por la cual la Corte Suprema de Justicia ha resuelto declarar que los Acuerdos y Sentencias N° 951/2009 y 952/2009, dictados por los Miembros del Tribunal de Cuentas como integrantes de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia –hoy enjuiciados-, carecen de validez jurídica, con los alcances previstos en el art. 137 de la Constitucional Nacional.Que, el extremo señalado precedentemente por la Corte Suprema de Justicia, revela claramente que los fallos suscriptos por los enjuiciados fueron dictados en contraposición a lo establecido en la Constitución de la República y normas aplicables sobre la materia, pues, al decir de dicha resolución, la sentencia de inconstitucionalidad debe contener siempre un pronunciamiento que se agota única y exclusivamente en la declaración de inconstitucionalidad. Este hecho señalado por la Corte Suprema de Justicia, en la Resolución N° 2382 de fecha 05 de enero de 2010, resulta coincidente con la opinión del Miembro Prof. Dr. Raúl Torres Kirmser, en donde manifestara que la resolución dictada por los enjuiciados ha extendido sus efectos a órganos que no integraron originariamente la litis.Que, por claras previsiones del art. 383 del Código Civil, el fallo emitido por la Corte Suprema de Justicia, y referido precedentemente, hace plena fe mientras no fuere argüido de falso por acción criminal o civil. Bajo estas circunstancias, se halla plenamente probado que los enjuiciados han vulnerado las disposiciones de los arts. 555 y 560 del Código Procesal Civil al disponer la extensión de los efectos de las decisiones puestas en crisis, específicamente a los órganos que no integraron originariamente la litis, como el Consejo de la Magistratura, el Ministerio de Hacienda y la Presidencia de la República del Paraguay (3° punto de las Res. N°s 951/09 y 952/09).De esa manera, podemos señalar claramente que los enjuiciados han vulnerado el deber que poseen todos los Jueces de fundar las resoluciones en la Constitución y en las leyes, conforme a la jerarquía de las normas vigentes y al principio de congruencia, y pronunciarse necesaria y únicamente sobre lo que sea objeto de petición (art. 15, incs. “b” y “c” del Código Procesal Civil).Que, al hecho considerado probado en el presente juicio, a su vez debe agregarse la opinión mayoritaria de los Miembros de este órgano constitucional, donde claramente se ha puesto en consideración que las decisiones del Congreso en juicio político, no estarían sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales, por aplicación de las disposiciones de los arts. 3°, 225 y 261 de la Constitución de la República.Efectivamente, este Jurado sostiene que la atribución del Congreso de constituirse como tribunal de enjuiciamiento político, es una de las facultades exclusivas que le otorga la Constitución de la República para fiscalizar no solo el accionar del Presidente de la República, el Vicepresidente, los Ministros del Poder Ejecutivo, los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, el Fiscal General del Estado, el Defensor del Pueblo, el Contralor General de la República, el Sub Contralor y los integrantes del Tribunal Superior de Justicia Electoral, y al respecto, corresponde mencionar que dicha prerrogativa resultaría desvirtuada si la decisión última emanara del mismo poder que se procura controlar. Esta doctrina clásica se plasma en la Constitución Nacional, en sus arts. 3°, 225 y 261, por lo que las decisiones del Congreso emanadas en juicio político, no están sujetos a revisión o injerencia de los Tribunales.En ese orden de ideas, el juicio político es una cuestión política no justiciables, ajena por completo a la actividad jurisdiccional del Poder Judicial y esa fue la decisión originaria del poder constituyente al disponer lo establecido en el art. 3° ya mencionado. En tal sentido, debemos traer a colación el Acuerdo y Sentencia N° 586 de fecha 31 de diciembre de 1996, donde la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia ha opinado sobre la posibilidad de declarar la inconstitucionalidad de leyes u otros instrumentos normativos (art. 260, inc. 1°, Constitución de la República). En dicho fallo, el Prof. Dr. Oscar Paciello sostuvo lo CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-7…///… siguiente: “1. El sistema arbitrado por la Constitución Nacional, es el de la plena responsabilidad de quienes ejercen la gestión de los órganos creados por ella. Pro, correlativamente a esta responsabilidad, se inscribe su amplia libertad para obrar dentro de la esfera de su competencia. Como lo señala el ilustrado preopinante, la potestad de destituir a un funcionario de elección popular, le es conferida en este caso, a la H. Cámara de Diputados. Si este órgano, actúa dentro de la esfera de su competencia en función a un procedimiento en el que no se observa la conculcación a garantías razonablemente hacen a la seriedad y responsabilidad con que deben administrarse los negocios públicos, el Poder Judicial no puede interferir su libre gestión. Admitir lo contrario importaría tanto como borrar la esfera de la separación de los poderes que es también, un soporte de todo nuestro sistema. 2. En el caso que nos ocupa la responsabilidad asumida por la H. Cámara de Diputados es una responsabilidad política. No está en juego, salvo en cuestiones procedimentales que, como se vio, no afectan la regularidad de las actuaciones, ninguna cuestión que afecte el orden jurídico. Por tanto no existe, propiamente, ninguna materia justiciable…” (Sic).Que, por esa razón, la decisión de la Honorable Cámara de Senadores no es susceptible de revisión, es decir, no constituyen materia justiciable, todo ello, sobre la base del sistema de controles y contrapesos organizado por los constituyentes, que establecieron de esta manera una garantía al sistema de división de poderes, pues, sería un absurdo que en definitiva el Poder Judicial tenga a su cargo el juzgamiento final de sus miembros.OPINIÓN DE LOS MIEMBROS DRES. ENRIQUE BACCHETTA CHIRIANI Y ESTELA KOBS GIMÉNEZ y, C O N S I D E R A N D O: En primer lugar, nos adherimos a la opinión mayoritaria en cuanto a que este órgano constitucional resulta competente para entender en el presente juicio de responsabilidad, resultando inviable la defensa opuesta por los enjuiciados como medio general de defensa.Que, entrando a analizar el fondo de cuestión debatida, corresponde realizar algunas aclaraciones en torno a la teoría de los actos justiciables o no judiciables, pues, primeramente debemos anteponer dicha discusión a los efectos de examinar la conducta ejercida los Magistrados enjuiciados.Al respecto de lo señalado precedentemente, la Corte Suprema de Justicia podría anular un acto de legítima competencia de la Cámara de Senadores en caso de existir violación del debido proceso o indefensión. Al respecto, nuestra Constitución de la República, en su art. 260, atribuye a la Corte Suprema de Justicia, específicamente a su Sala Constitucional, “conocer y resolver sobre la inconstitucionalidad de las leyes y de otros instrumentos normativos, declarando la inaplicabilidad de las disposiciones contrarias a esta Constitución en cada caso concreto, y en fallo que sólo tendrá efecto con relación a ese caso”.Que, tal disposición prevé el ejercicio de la potestad jurisdiccional cuando se conozca y resuelva sobre la inconstitucionalidad de otros instrumentos normativos, lo que implica que el cumplimiento de esa actividad –dirigida a dirimir la controversia que derive de funciones específicas de los otros poderes del Estadose halla habilitada. En consecuencia, la norma constitucional autoriza y torna factible que la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia haga extensiva el control de constitucionalidad de las decisiones tomadas por los otros poderes. Sin embargo, la revisión judicial se limita exclusivamente a controlar el efectivo respeto del debido proceso en la tramitación del proceso de juicio político, para lo cual, procedería la revisión judicial, y además, la violación de esa garantía constitucional ha de ser grave, nítida y significativa para que justifique la intervención judicial, y la inspección de modo alguno debe versar sobre el criterio utilizado por el Jurado político en cuanto a lo sustancial del enjuiciamiento.Que, no está de más recordar lo dicho ya por este órgano constitucional en oportunidad de dictar el fallo A.I. N° 01/10 de fecha 04 de enero de 2010 (fs. 84 vlto), sobre lo referido líneas arriba: “Al respecto de esto último, es conveniente traer a colación lo referido por el autor Néstor Pedro Sagües en su obra “Derecho Procesal Constitucional, Recurso extraordinario”, 4° edición, pág. 455, que dice: “Bidart Campos indica que en principio la decisión de la Cámara alta es irrevisible para la judicatura; CAUSA: “Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala s/ Enjuiciamiento”.-8…///… esto se manifiesta, dice, en cuanto al fondo del asunto, que quedaría bajo la discreción del Senado, y sobre el cual no cabría la posibilidad de articular el recurso extraordinario. En cambio, si se impugna la decisión senatorial por motivos de procedimiento, el aspecto de forma (p.ej., violación del derecho de defensa) sí podría cuestionarse por vía de dicho recurso, ya que con eso no se invade lo privativo del Senado, sino que se controla el procedimiento; y el procedimiento jamás es privativo de ningún órgano cuando está comprometida o violada una garantía individual, porque por encima de toda competencia de los órganos prevalece el derecho a la jurisdicción de los individuos”.Ahora bien, en cuanto a los argumentos para decidir la posibilidad de considerar probada las causales de enjuiciamiento, específicamente las establecidas en los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09, a su vez consideramos que se encuentra probado el extremo de la extralimitación en las atribuciones constitucionales y legales de los Magistrados enjuiciados, pues, la prudencia justamente no ha sido lo que los caracterizó al dictar sus fallos, pues, todos los poderes se hallan limitados y no son plenos, tal como lo refiere la propia Corte Suprema de Justicia al dictar la Resolución N° 2382 de fecha 05 de enero de 2010, donde claramente se establece que los Magistrados procesados no observaron el orden jurídico de la República y vulneraron principios cardinales del sistema jurídico nacional, ya que no solo se limitaron a pronunciarse única y exclusivamente en la declaración de inconstitucionalidad, tal como lo dispone el art. 555 y 560 del C.P.C., sino que han ordenado a otros órganos del Estado que originariamente no integraron la litis, tal como se aprecia en el punto 3° de las Resoluciones N°s 951 y 952/2009 dictadas en los expedientes caratulados: “ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD PROMOVIDA POR LOS DRES. BONIFACIO RÍOS AVALOS y CARLOS FERNÁNDEZ GADEA CONTRA LAS RESOLUCIONES N° 122 DEL 25/11/2003 y N° 134 DEL 12 DE DICIEMBRE DE 2003” (Año 2003, N°s 5067 y 5327).- En conclusión, y atento a los argumentos expuesto en los párrafos anteriores, este Jurado es de la plena convicción que los Magistrados enjuiciados han incurrido en la causal de remoción de “mal desempeño de funciones”, pues, sus conductas se encuadran dentro de las previsiones de los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09, y en consecuencia, corresponde remover a los mismos, y a su vez, librar oficio a la Corte Suprema de Justicia, las Honorables Cámaras de Diputados y Senadores, así como al Consejo de la Magistratura y la Fiscalía General del Estado, para su toma de razón.Por tanto, atento a lo precedentemente expuesto, EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS R E S U E L V E: 1) NO HACER LUGAR a la defensa temporaria opuesta por los Magistrados enjuiciados, Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, respectivamente, a tenor de las consideraciones vertidas en el exordio de la presente resolución.2) REMOVER a los Miembros del Tribunal de Cuentas de la Capital, 1° Sala, Abgs. JUAN FRANCISCO RECALDE BURGOS, MENELEO INSFRÁN RIVEROS y FLORENCIO PEDRO ALMADA ÁLVAREZ, respectivamente, por haber incurrido en la causal de “mal desempeño de funciones”, específicamente por insertarse sus conductas dentro de las previsiones de los incs. “b” y “g” del art. 14 de la Ley N° 3759/09, sobre la base de los fundamentos vertidos en el exordio de la presente resolución.3) COMUNICAR esta decisión a las Cámaras del Congreso de la República, a la Corte Suprema de Justicia, al Consejo de la Magistratura y a la Fiscalía General del Estado, para su correspondiente toma de razón. Para el efecto, librar los correspondientes oficios.4) ANOTAR, registrar y notificar.- Ante mí: