XIV Coloquio Internacional de Geocrítica Las utopías y la construcción de la sociedad del futuro Barcelona, 2-7 de mayo de 2016 ¿BOSQUEJANDO MUNDOS? UNA REVISIÓN DE PROPUESTAS Y PRAXIS ALTER-PRODUCTIVISTAS Y ALTER-CAPITALISTAS PARA UN DEVENIR HUMANO EN LA TIERRA Gabriel Esteban Videla Universidad de Buenos Aires videla.gabriel@gmail.com ¿Bosquejando mundos? Una revisión de propuestas y praxis alter-productivistas y alter-capitalistas para un devenir humano en la Tierra (Resumen) El siglo XXI comienza convulsionado por crisis, violencias crecientes y daños ecológicos que amenazan la supervivencia humana en la Tierra, y destila un clima de época que pendula entre lo inmediatista/elusivo y un escepticismo sombrío, casi de derrota anunciada. Con distintas trayectorias, énfasis y praxis, las propuestas del desarrollo a escala humana (DEH), del ecosocialismo, del municipalismo libertario y del decrecimiento asumen la gravedad de diagnósticos y pronósticos y afirman alternativas deseables y viables para un devenir humano sin plazos y justo, diverso, amigo de la Naturaleza, plural y más sano y feliz que el frenético par producción/consumo exponenciales imperante. Singularmente y en confluencia, estas propuestas prefiguran otros paradigmas civilizatorios a la vez que brindan parámetros y valores éticos sobre qué y cómo hacer aquí y ahora. Palabras clave: Desarrollo a escala humana, ecosocialismo, municipalismo libertario, decrecimiento Drafting worlds? A review of suggestions and practices alternative to productivism and capitalism for a human future on Earth (Abstract) The 21st century has begun, torn by crisis, growing violence, and ecological damage, threatening the human survival on Earth, exuding a general mood that alternates between the immediate/ elusive, and a dark skepticism nearer to defeat foretold. With their different trajectories, emphasis, and practices, suggestions posited by the Human Scale Development (HSD), Ecosocialism, Libertarian municipalism, and degrowth theories accept the severity of diagnoses and prognoses, and they provide desirable and feasible alternatives for a human future without expiration dates, fairer, plural, diverse, friendlier to Nature, and healthier and happier than the frenzied predominating pair of exponential production/consumption. Individually, and jointly, these alternatives suggest other civilization paradigms, as well as guidelines and ethical values on what to do and how to do it, here and now. Key words: Development at Human Scale, Ecosocialism, Libertarian municipalism, Degrowth El núcleo de la geografía… (es el estudio de) “las luchas por el poder sobre el ingreso de entidades y eventos en el espacio y tiempo” Torsten Hägestrand 1 No hay acción sin pensamiento ni pensamiento sin acción 2 Reinventamos o erramos (de Simón Rodríguez, dos siglos después) 3 Marx había dicho que las revoluciones son la locomotora de la historia mundial. Pero tal vez las cosas se presenten de manera completamente diferente. Es posible que las revoluciones sean, para la humanidad que viaja en ese tren, el acto de accionar los frenos de emergencia. Walter Benjamin 4 Ecosocialismo/devenir humano/decrecimiento con equidad o fin. O Arca de Noé espacial (de Rosa Luxemburgo, un siglo más tarde) Donde vivimos nadie tributa al “mercado” el impuesto más constante, la publicidad. Es impensable derrochar energía y su generación contaminante o peligrosa. Obtener sustento, afecto, abrigo, hogar, escucha y estima indispensables para bien vivir requiere dar lo que gustamos. Acumular, robar, humillar, dañar, oprimir, destruír, explotar... es de dementes; “rico” refiere a jugar sin tiempos y a lo múltiple cultural, social y natural, y “pobre” a acopiar alienado más dinero y mercancías. ¿Pudo o no vivenciar esta escena? 5 El milenio muestra otros cuadros. Bombardeos, despojos, esclavismo de nuevo, extinción de especies, expulsión, columnas de humo gigantes en Kuwait y en selvas y bosques tropicales, genocidios, violencia cotidiana, radiación descontrolada, cáncer de piel por debilitamiento de la capa de ozono, fundamentalismos y fanatismos, humillación y más estrés por doquier, arsenales crecientes, riqueza y palabra pública acumuladas por unos pocos, y mucho temor: a guerras nucleares y disipación de radioactividad, al calentamiento global, a la liberación a la atmósfera del metano del permafrost; a la pérdida del empleo, al terrorismo... y a otros tantos peligros. 1 Hägerstand, T. (1985) “Den geografiska traditionens kärnområde [El eje de la tradición geográfica]”, en Geografiska Notiser 3: 3-7. La traducción es nuestra 2 Expresión escuchada en el plenario inaugural del Primer encuentro por un nuevo pensamiento en la Argentina, organizado por el Instituto de Estudios y Formación de la Central de los trabajadores argentinos (CTA). El evento convocó a más de 1500 participantes y se desarrolló en el Colegio Nacional de Buenos Aires del 23 al 25 de octubre de 1998. Una selección de ponencias fue compilada por Claudio Lozano en El trabajo y la política en la Argentina de fin de siglo. Primer Encuentro nacional por un nuevo pensamiento. Buenos Aires: CTA y EUDEBA, 1999. 394 p. ISBN 950-23-0919-7 3 Una interpretación pertinente de la expresión original en Ramírez Fierro, María del Rayo. “Inventamos o erramos”. En Diccionario de filosofía latinoamericana. Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México. [En línea] <http://www.cialc.unam.mx/pensamientoycultura/biblioteca%20virtual/diccionario/inventamos_o_erramos.ht m> 08 de abril 2016, 9.30] 4 Citado en Löwy Walter Benjamin: aviso de incendio. Boitempo 2005, p. 93-94. 5 El autor agradece especialmente las lecturas de María Andrea Nardi y de Gabriel Rodríguez a primeros bocetos del texto, y a Nahuel Videla la traducción del resumen. A sus hijos y afectos les agradece la paciencia, y los aportes de los estudiantes en los Seminarios “Problemas mundiales contemporáneos, planificación y propuestas alter-desarrollo para el devenir humano” desarrollados durante el segundo semestre del año 2013 en la Universidad Nacional de Tres de Febrero, Argentina, y durante el verano del año 2014 en el Departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Los defectos y flaquezas de este escrito son de su responsabilidad exclusiva. 2 Cierto: varias de esas imágenes están gastadas. Inherente a estos tiempos es el alejamiento entre el éxito del pensamiento calculador y el meditativo 6 y su efecto, la capacidad de la sociedad humana de resolver la coerción de lo imprescindible para su reproducción y también de destruir personas, a la Naturaleza y objetos con una irracionalidad, escala y refinamientos inéditos. Hoy modestos paraísos humanos aquí en la biosfera parecen al alcance de la vista, y también otear al fin de la humanidad. Quizás nunca como hacia el paso del segundo al tercer milenio la dialéctica entre utopías y distopías sea, más que un género literario de ficción, objeto de consideraciones científicas, cosmogónicas, filosóficas, culturales, políticas y económicas: de hecho, la formulación y análisis de escenarios posibles dejó de ser una práctica exclusiva de planificadores y estrategas al extenderse hasta a juegos digitales de niños. Desde la altura de rascacielos, vuelos y espacios virtuales, un puñado relativo y muy bien organizado (y no tan simbólico “1%”) está hiperocupado en marcar el ritmo de este baile interviendo sin pausa produciendo, reproduciendo e incidiendo en favorecer aún más para sí el estado actual de las cosas. Petras (2005) brinda una buena radiografía de su núcleo. En el suelo las y los7 más pujan diariamente por sobrevivir, y otros ya mejor posicionados viven estresados y urgidos por consumir más y/o por mantener o mejorar su estatus. (Casi) Nadie puede abstraerse del bombardeo informativo sobre los procesos, problemas y situaciones abrumadoras mencionadas. Sin embargo, entre los perdedores netos y atenuados de este orden de cosas no se observan infinitas reacciones. Una respuesta básica es la pura negación y elusión, el (sobre)vivir inercial, y el mercado ofrece infinitas adicciones consumistas y fanatismos (la dialéctica posmodernidad/ fundamentalismos). Otra es la delegación ilusoria (algún vago “otro” se ocupará de resolver procesos inquietantes: “la tecnología”, “los científicos”, algún líder). Con más conciencia y recursos, “proactivos” optan por microespacios de escape: urbanizaciones cerradas, islas lujosas, cotos restringidos y casi todos privados, aldeas o comunidades; lugares “traquilos”, y aún espacios extraterrestres aptos para proyectar vida humana -la NASA. Demasiados en todas las latitudes ven con angustia, temor, dolor y resignación cómo va el mundo y esporádicamente se movilizan por algo que rebasa. Y el “no hay alternativa” rige. Y están ¡por cierto! quienes se asocian y se organizan y disputan en pos de la vida y de un mundo vivible y más humano y justo. Como se autodenominen los agrupamientos, son inconmensurables y cualquier geosociología da muestras de luchas muy diversas, lucidez, creatividad, humanidad y coraje conmocionantes. Estas personas/actores honrando la vida son “la esperanza de un mundo humano”... a pesar de todo lo que el 1% produce e induce 8. 6 Heidegger 1955 ¿Admitirá la RAE el uso de alguna letra o símbolo para ambos géneros –la “x” o el “@”- este milenio...? 8 ¿Cree que exagero? Visite una ocupación reciente de tierras por el MST en Brasil, o a alguna empresa recuperada por sus trabajadorxs (ERT) en la Argentina, entre otras experiencias asombrosas. 7 3 Este escrito resume alternativas a las lógicas productivistas y capitalistas y apunta a desplazar esas luchas, críticas y angustias contenidas desde una concepción defensiva hacia afirmativas, a disponer otra agenda potenciando a las luchas y también a las alternativas. Este oportuno Coloquio convoca a reavivar una dimensión fundante del pensar/hacer política: afirmar posibilidades que los saberes/ poderes determinan, desprecian y clausuran como imposibles9, y también de la misma Geografía Política siguiendo a Raffestin (1980), mientras diversos poderes y procesos confluyen en convertir el “socialismo o barbarie” de Rosa Luxemburgo en un dilema “optimista” en comparación con ¿devenir humano en la Tierra o autodestrucción civilizatoria? En 1992, en la incertidumbre frente a la caída del “mundo bipolar”, Michel Beaud postuló tres sistemas de reproducción fundamentales, reformulando en su bosquejo de análisis del sistema- mundo una cuestión crucial: ¿es compatible a largo plazo la reproducción de los mecanismos físico/ químico/ biológicos del “sistema naturaleza” o “sistema Tierra” con los procesos biológicos y lógicas socioculturales de reproducción de la humanidad, y ambos con la lógica de acumulación incesante que rige al capitalismo? Las respuestas que Beaud brinda mantienen tanta vigencia como rigor el aviso que resalta su periodización: si ciertos mecanismos físicos/químico/biológicos reprodujeron al “sistema Tierra” de modos siempre cambiantes desde unos 4.700 millones de años (m.a. desde aquí), otros a la humanidad desde hace 2 o 0,02 m.a. según cómo la definamos, y el sistema capitalista, con su capacidad de destrucción y alteración recién ha emergido de aquella hace sólo 0,00025 m.a. de acuerdo a la historiografía clásica o 0,00052 m.a. con la del sistemamundo de Wallerstein (1974) y Arrighi (1994), ¿es necesaria para el “sistema-Tierra” la persistencia del capitalismo, y de la misma humanidad, si nos despojamos de un antropocentrismo necio? La respuesta dominante es fuertemente conservadora: del sistema capitalista primero, de algunas civilizaciones y sociedades particularmente autodesignadas “humanas” luego, y ya del sistema Naturaleza sólo en ámbitos acotados. Pero se observa en las últimas décadas que la estrategia de negación ante los efectos nocivos de acciones sociales y de capitales concretos para la reproducción de ecosistemas planetarios y de culturas “débiles” viene perdiendo cohesión, y así se visibilizan múltiples procesos y conflictos. El objeto de la reflexión que aquí presentamos es aportar al pensar colectivo revisando y comparando ideas/propuestas/praxis filosófico-políticas de vías de devenir humano que sostienen en alta proporción los criterios que siguen. Desconocemos otras utopías afirmativas (¡bienvenidas sean!), distinto a discursos críticos, que los soporten a este grado: - - 9 Son “utópicas” en el sentido que afirman (proponen, imaginan) otros modos de reproducción de la sociedad humana, equitativos, horizontales y libres de lazos de sujeción a pocos poderosos, respetando la de la Naturaleza a distintas escalas; No se han logrado concretar hasta hoy, excepto una de ellas y en ámbitos espaciotemporalmente peculiarmente acotados y frágiles. Badiou 1993 y 2000 4 - - - - Son no-productivistas, sin por esto negar la coerción de la producción para la reproducción humana. Y además “alter-capitalistas” ya que no encuentran en el “crecimiento de las fuerzas productivas” una precondición de su realización. Sus potencias como herramientas de construcción de imaginarios socialmente atractivos y deseables, de lazos sociopolíticos, y de espacialidades o “geografías concretas” radicalmente alternativas a los y las sostenidas por el mercado, contrastan con una circulación sorprendentemente escasa en la literatura geográfica. Si han circulado durante la década y media de dominio de gobiernos “progresistas” en varios Estados latinoamericanos, ninguna fue adoptada por dichos gobiernos, sino desconsideradas o menospreciadas… por (ser) “utópicas”. Tres de ellas no descartan la hipótesis catastrofista de una posible (auto)destrucción de la civilización humana en la Tierra, y así explicitan y reclaman la necesidad urgente e imperiosa de reformular y recrear nuevos marcos axiológicos y éticos que, respetando los ritmos de reproducción ecológica, subordinen a lo económico10. Nuestro objetivo es revisar e identificar ¿qué elementos presentan en común, cuáles se contraponen y qué omiten las propuestas del desarrollo a escala humana de los chilenos Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (1998); la del ecosocialismo tomando a Löwy (2011) y al colectivo Espacio Chico Mendes de la Argentina como principales referentes; la del decrecimiento en la versión ”con equidad” promovida por Capalbo (2011) y otros desde una perspectiva “del Sur global”, y la del municipalismo libertario.de M. Bookchin (1984)? Las entendemos también “praxis” en el sentido de Peet (1999) de prácticas/acciones autorreflexivas y derivadas coherentemente de articular cosmovisiones, filosofías, teoría social y teorías “disciplinarias”, dado que “no hay acción sin pensamiento ni pensamiento sin acción”. Y utopías en disputa y realización, al ocupar lugares en el espacio de las ideas y ser sostenidas por sujetos concretos, más allá de sus grados de anclaje en los parámetros de la cultura pos/moderna occidental dominante, o EuroEE.UU centrada. Bosquejos de otros mundos: revisión de propuestas y praxis altercapitalistas y alter-productivistas para un devenir humano en la Tierra. Se (ex)ponen sintéticamente propuestas afirmativas a consideración, o “utopías”. No hay pretensión de originalidad para sus ya conocedores o adeptos. El desarrollo a escala humana La teoría del Desarrollo a escala humana (desde aquí DEH) fue publicada en 1986, partir del trabajo de tres intelectuales chilenos exiliados en Escandinavia: el economista Manfred Max-Neef, el sociólogo Antonio Elizalde y el filósofo Martín Hopenhayn. Estos realizaron una sistematización importante y un aporte valioso, que para muchos logró romper con el núcleo duro economicista de la teoría del desarrollo. Por esto o por sus derivaciones teóricas, socioeconómicas y políticas, este enfoque fue rechazado por los sectores hegemónicos y el pensamiento económico dominante (Capalbo 2009). 10 Elizalde 2008 5 Max-Neef, una rara mente brillante con alta sensibilidad social, dejó muy joven un cargo directivo en la Schell para dar clases en la Universidad de Berkeley, donde participó de las protestas contra la guerra de Vietnam. En 1983 ganó el Right Livelihood Award o Premio Nobel alternativo por su obra La economía descalza: Señales desde el mundo invisible (1982) escrita sobre economía e informalidad junto comunidades indígenas y campesinas en Ecuador, para, al retornar de su exilio, regir la Universidad Bolivariana de Chile y desde 1994 al 2002 la Universidad Austral de ese país. Entretanto colaboró con varios programas de las Naciones Unidas, en especial de la FAO. Por su valor, su originalidad y su potencia alter-productivista y alter-capitalista , es la única propuesta aquí considerada que adjetiva al referente desarrollo. Surgida en la égida de las Naciones Unidas, parte de la premisa que el desarrollo refiere a las personas y no a los objetos... idea retomada luego por Amartya Sen, cuyo enfoque del desarrollo humano e índice estrella, el IDH, fueron adoptados por el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) y por el cual en 1998 ganó el Premio Nobel (real) de Economía. Este enfoque observa lo que permanece invisible en la economía tradicional: el trabajo doméstico no remunerado o los servicios ambientales prestados por la naturaleza. También afirma que hay una visión dominante que no permite ver o considera invisibles los trabajos que no generan valor agregado contable como el de las mujeres y hombres que se buscan la vida, y que la visión canónica confunde el concepto de trabajo con empleo-asalariado. Su aporte teórico crucial trata sobre las necesidades: postula que hay que distinguir entre necesidades, y satisfactores de necesidades. Las necesidades de los seres humanos son las mismas para todos. Son finitas y se conocen bien. Pero los satisfactores son muchos y variados, y entre ellos, los sinérgicos son los mejores. En palabras del lúcido e inagotable Elizalde Hevia (2013) “En el imaginario construido por el lenguaje economicista se instala una noción de ser humano como un ser de necesidades infinitas, permanentemente insatisfecho por la presión de la manipulación como reconocen los inventores de la publicidad. Generando una falacia en la que nos hemos instalado como civilización con una propensión suicida. Frente a esto, hace unos años atrás, nos dimos cuenta de que el elemento central de esta creencia de necesidades siempre crecientes, cambiantes y prácticamente infinitas era falso. El ser humano es por lógica un ser conformado por pocas necesidades, por lo que estas son pocas y constantes a lo largo de la historia humana, lo que cambia entonces son otras cosas”. “Y ahí introdujimos el concepto de satisfactor –acuñado previamente en la Fundación Bariloche–, el elemento cultural a través del cual se satisfacen dichas necesidades. Lo que cambia de una cultura a otra no son las necesidades sino los satisfactores. El otro elemento constitutivo del sistema con el que tratamos de representar la realidad, son los bienes. Los bienes son la dimensión material de una cultura. Entonces tenemos necesidades, pocas, finitas y clasificables. Tenemos satisfactores que cambian de cultura en cultura y finalmente los bienes, que conforman lo que los seres humanos hemos producido”. “Los bienes potencian la capacidad del satisfactor para dar cuenta de una necesidad. En nuestra sociedad, en la vida cotidiana nos relacionamos casi exclusivamente con bienes, pues es una civilización basada en el sobreconsumo que construye sistemáticamente la obsolescencia de dichos bienes porque los patrones de consumo o la moda dicen que ya no son viables. Los discursos críticos actuales afirman que no se puede seguir creciendo, que en esta sociedad de la desmesura hay que introducir la contención, la moderación, la simplicidad voluntaria... y esto encaja muy bien con nuestra teoría” 6 El DEH identifica nueve necesidades humanas fundamentales axiológicas presentes en todas la culturas y tiempos para cada ser humano: subsistencia, afecto, ocio, libertad, creatividad, entendimiento, protección, identidad y participación (y quizás, trascendencia). A otra dimensión de necesidades las denominan existenciales: ser, estar, tener y hacer. Los autores postulan una matriz en la que exponen cada cruce de necesidades axiológicas y existenciales11. Estas necesidades generan dialécticamente la potencialidad de ser realizadas y vividas, no son físicamente “colmadas”, y son equivalentes (ninguna posee mayor prioridad que las otras) a excepción de la de trascendencia, quizás no universal. Los satisfactores no son objetos. La necesidad de subsistencia apela a varios satisfactores como el alimento y el abrigo. A la necesidad de entendimiento acuden otros varios: el estudio, la meditación, la investigación, la educación formal o informal, el diálogo, la pregunta, etc. La prevención y sistemas de salud satisfacen la necesidad de protección. No existe una correspondencia biunívoca entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor puede contribuir simultáneamente a la satisfacción de diversas necesidades; a la inversa, una necesidad puede requerir de diversos satisfactores para ser satisfecha. Ni siquiera estas relaciones son fijas. Pueden variar según el momento, el lugar y las circunstancias. Veamos un ejemplo. Cuando una madre le da el pecho a su bebé, a través de ese acto contribuye a que la criatura reciba satisfacción simultánea para sus necesidades de subsistencia, protección, afecto e identidad. La situación es obviamente distinta si el bebé es alimentado de manera más mecánica. En consecuencia con lo previo, el DEH habla de pobrezas, no de pobreza, ya que cualquier necesidad humana fundamental insatisfecha genera una pobreza: hay pobreza de subsistencia si la alimentación y abrigo son insuficientes, y la hay también de participación por marginación y discriminación de mujeres, niños o minorías étnicas. Y cada pobreza genera patologías, toda vez que rebasa por intensidad o duración ciertos límites críticos. El DEH enfatiza y explica los vínculos entre pobrezas y patologías individuales y colectivas, entre las necesidades humanas y la sociedad, cuestiona la “objetividad económica” por confundir necesidades con objetos y reivindica lo subjetivo, reflexiona sobre los tiempos y ritmos de las necesidades humanas, y distingue tipos de satisfactores: Los 1) violadores o destructores son aplicados para satisfacer una necesidad, pero paradojalmente imposibilitan por sus efectos colaterales satisfacer otras necesidades. Un ejemplo: el armamentismo, destinado a satisfacer la protección a la larga aniquila la subsistencia, el afecto, la participación y la libertad. La insatisfacción de la protección va acompañada por el miedo. El atributo que caracteriza a los violadores es que son impuestos. 2) Los pseudo-satisfactores son elementos que estimulan una falsa sensación de satisfacción de una necesidad determinada. Su atributo especial es que generalmente son inducidos mediante la propaganda, la publicidad y otros medios de persuasión. 11 Exponerla excede aqui: cualquier entrada por “matriz necesidades DEH” la abre, o [en línea] < http://hsdnetwork.org/teoria-desarrollo-escala-humana/matriz/matriz-tipo-deh-nhf/> 7 3) Los satisfactores inhibidores son aquellos que por el modo en que satisfacen (generalmente sobresatisfacen) una necesidad determinada dificultan seriamente la posibilidad de satisfacer otras necesidades. Su atributo es que salvo excepciones, se hallan ritualizados en el sentido de que suelen emanar de hábitos arraigados. 4) Los satisfactores singulares son aquellos que apuntan a la satisfacción de una sola necesidad, siendo neutros con respecto a la satisfacción de otras necesidades. Son característicos de los planes y programas de desarrollo, cooperación y asistencia. 5) Los satisfactores sinérgicos son los que al satisfacer una necesidad determinada estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades. Su principal atributo es el de ser contrahegemónicos, en el sentido de que revierten racionalidades dominantes tales como la competencia y la coacción. Integrar la realización armónica de necesidades humanas en el proceso de desarrollo significa la oportunidad de que las personas puedan vivir ese desarrollo desde sus comienzos, dando origen así a un desarrollo sano, autodependiente y participativo, capaz de crear los fundamentos para un orden en el que se pueda conciliar el crecimiento económico, la solidaridad social y el crecimiento de las personas y de toda la persona. El DEH ofrece una teoría crítica al núcleo de modelo de desarrollo productivista occidental (cosificador) y propone reconsiderar y reformular holísticamente lo económico, ecológico, axiológico y ético, y epistemológico12 con alta coherencia y elaboración. No sorprende que sectores dominantes marginaran al DEH (y su reemplazo por el más lábil y genérico “desarrollo humano”): se lo hayan propuesto sus autores13 o no, un avance mundial hacia el DEH sería incompatible con la acumulación capitalista... como también lo era con el “socialismo real” al publicarlo. Incómodo entonces y hoy para todos los poderes, el DEH guía hoy aún más vigente hacia sociedades más felices y un mundo más sano. El ecosocialismo Un brasileño de origen vienés y referente mundial de esta propuesta, la sintetiza: “Las presentes crisis económica y ecológica son parte de una coyuntura histórica más general: estamos enfrentados con una crisis del presente modelo de civilización, la civilización Occidental moderna capitalista/industrial, basada en la ilimitada expansión y acumulación de capital, en la “mercantilización de todo” (Wallerstein), en la despiadada explotación del trabajo y la naturaleza, en el individualismo y la competencia brutales, y en la destrucción masiva del medio ambiente. La creciente amenaza de ruptura del equilibrio ecológico apunta a un escenario catastrófico –el calentamiento global– que pone en peligro la supervivencia misma de la especie humana. Enfrentamos una crisis de civilización que demanda un cambio radical” (Löwy 2009). “Ecosocialismo es un intento de ofrecer una alternativa civilizatoria radical, fundada en los argumentos básicos del movimiento ecológico, y en la crítica marxista de la economía política. Opone al progreso destructivo capitalista (Marx) una política económica basada en criterios no monetarios y extraeconómicos: las necesidades sociales y el equilibrio ecológico. Esta síntesis dialéctica, intentada por un amplio espectro de 12 13 Elizalde 2008 Salvo una postulación de Max-Neef a la presidencia de Chile, son intelectuales y activistas muy dinámicos 8 autores, desde James O’Connor a Joel Kovel y John Bellamy Foster, y desde André Gorz (en sus escritos juveniles) a Elmar Altvater, es al mismo tiempo una crítica de la “ecología de mercado”, que no desafía el sistema capitalista, y del “socialismo productivista”, que ignora la cuestión de los limites naturales”. El ecosocialismo tiene una extensa prosapia. Puede afirmarse que se va conformando en tres contextos: con escritos de Marx y Engels a mediados del siglo XIX, con la crítica radical al progreso y productivismo destructor de la Naturaleza de Walter Benjamin en las décadas de 1920 y 1930, y la generación actual desde 1990. Ecosocialismo articula ideas fundamentales del socialismo marxista con la ecología crítica. Los principales planteos y ejes de discusión que dan forma su pensamiento giran en torno a la crítica a la concepción de la naturaleza en Marx, la revisión de la teoría del valor y de las fuerzas productivas, la segunda contradicción del capitalismo entre capital y condiciones de producción, la superación de visiones ecologistas acríticas14 Bajo el rótulo de Ecosocialismo o marxismo ecológico se incluye una variedad de autores y pensadores y diversos matices en los modos de concebir y retomar los aportes del materialismo histórico y la ecología crítica, diversidad que no hace sino enriquecer el análisis y mantener en marcha el motor del pensamiento y de la acción política. Para los Ecosocialistas la crisis económica actual es indisociable de una crisis ambiental y tiene orígenes que son también políticos y culturales. Demostrar la indisociablidad de dichos orígenes es quizá el principal aporte de la perspectiva ecosocialista. La disputa por un cambio de paradigma (productivo, cultural; en suma, civilizatorio) no puede darse separando y aislando los frentes. Resultan imprescindibles para “lentificar la carrera hacia el abismo” medidas paliativas en el plano de las fuerzas productivas (y en lo que hace al desarrollo de fuentes de energía alternativas que disminuyan el impacto sobre un ambiente ya muy degradado), pero cambios sustantivos serán alcanzados cuando hayan también modificaciones en el plano del sentido, en los modos de ver y de entender la realidad actual. Todos los autores ecosocialistas coinciden en la necesidad de un cambio social radical. En cuanto al aparato productivo, se impone la necesidad de reconversión tecnológica, ocupando un lugar central la problemática energética, e insisten de todos modos en la importancia de promover medidas paliativas para el “mientras tanto”, como ser obligar a pagar impuestos elevados sobre insumos de materias primas y sobre ciertos productos (automóviles, productos plásticos, envases desechables), “complementados con una política de etiqueta verde que eximiría de impuestos a los productos genuinamente verdes (O’Connor, 1998:2), junto también a políticas que subsidien masivamente a la energía solar y otras fuentes benignas y alternativas de energía, y “ecoimpuestos” (Löwy, 2011:36), siempre desde una lógica social igualitaria, que no caiga en responsabilizar únicamente al “ciudadano común” y desentenderse de los “responsables estructurales”. En palabras de Löwy “hacer que paguen los que contaminan y no los consumidores” (Löwy, 2011:36). Otro puntos de acuerdo son que las luchas por refomas parciales para mitigar impactos ambientales constituye experiencias politizantes ricas, y en apuntar también al consumo. Ante la crisis civilizatoria se hace necesaria un revolución cultural, un cambio radical en las formas de ver, concebir y actuar, y cuestionar de raíz al nexo íntimo entre la lógica 14 Löwy 2011; Muñecas 2014 9 publicitaria y la capitalista, por su rol clave en manipular las conciencias, sustento de la ideología consumista. Kovel (2002: 94) plantea que “el más grande de los logros del sistema (que es como decir el que cumple plenamente su destino de expansión) es la más grandiosa conversión al modo capitalista de pensar”15. Es clave tener siempre en cuenta las implicancias de otras instituciones en el mantenimiento del sistema vigente, el rol de “la dirigencia científica, universitaria, docente, empresarial, barrial y hasta religiosa como “paradigma ideológico” que garantiza la sostenibilidad social del modelo hegemónico (Rulli, 2011:101) y disputar en el lenguaje y la valoración otro tipo de civilización . El Ecosocialismo o marxismo ecológico articula distintos tipos de organizaciones, movimientos sociales y crecientemente partidos políticos “rojiverdes” . ¿Qué formato organizativo es más conveniente? Es cuestión abierta y muy debatida. O’Connor (1998:16) apuesta a que confluyan diversos movimientos (de trabajadores, urbanos, feministas, ambientales, etc.) en una única fuerza democrática capaz de cuplir tres prerrequisitos y estrategias articuladas: desarollar concientemente una esfera pública común, un espacio político en el que dichos movimiento puedan trabajar económica y políticamente y establecer alianzas estratégicas, electorales y tácticas. Una sociedad civil fuerte, que se defina a sí misma en términos de sus "bienes comunales", su solidaridad y sus luchas contra el capital y el estado, así como de impulsos y formas democráticas a su interior. El segundo prerrequisito consiste en el desarrollo consciente de alternativas económicas y ecológicas dentro de esta esfera pública, y el tercero en organizar luchas para democratizar los centros de trabajo y aparatos de estado internacionales, nacionales y locales, de modo que se puedan situar dentro del cascarón de la democracia liberal contenidos sustantivos de tipo ecológico, progresivo 16. “(…) lo que menos necesitamos es faccionalismo, sectarismo, ‘líneas correctas’. En cambio, necesitamos examinar críticamente todas las fórmulas políticas desgastadas por el tiempo y desarrollar un espíritu ecuménico para celebrar nuestros bienes comunales, viejos y nuevos, tanto como nuestras diferencias” (O’Connor, 1998: 17) Löwy apuesta al “alter mundialismo” como campo de encuentro pluralista entre organizaciones sociales y el movimiento obrero. Kovel imagina el avance del ecosocialismo a partir del crecimiento de “conjuntos ecológicos” –definidos de modo amplio-, conectados “desde las islas en el océano capitalista a una especie de archipiélago que se adhiera ulterior y finalmente a un continente de ecosocialismo” (Kovel, 2002:230). Transcurridos sólo tres lustros del Manifiesto ecosocialista internacional redactado por Joel Kovel y Michel Löwy, surgen y se incrementan colectivos y organizaciones con ideas y praxis ecosocialistas, se apropien o no de su nombre. Consideramos que la rica tradición de esta propuesta desde sus raíces, tan densa como las polémicas experiencias políticas y teóricas del marxismo durante casi 170 años, es fuente a 15 Resuena aquí Roitman Rosenmann (El pensamiento sistémico. Los orígenes del social conformismo. México: Siglo XXI Editores, 2003) para quien al no poder impedir que la sociedad piense, el capital banaliza y deprovee a la sociedad de su carácter crítico, a fin de que tienda, en definitiva, a un acatamiento pasivo del sistema hegemónico. El conformismo social se plantea entonces como un rechazo hacia cualquier tipo de actitud que conlleve enfrentamiento o contradicción con el poder legalmente constituido. 16 O’Connor, 1998:17 10 la vez de sus ventajas y desventajas en relación a otras propuestas: ¿es socialmente fértil proponer una nueva civilización desde un odre tan asociado a la cuestionada?. Pero en contrario, ¿es en esencia el neoliberalismo otra idea que el viejo liberalismo del siglo XIX en las condiciones del tránsito de los siglos XX al XXI? Con conciencia autocrítica de pesados lastres históricos (desastres ecológicos en la ex URSS y en China, consumismo e individualismo en sociedades ricas con gobiernos socialdemócratas y de las élites “progresistas” en el Sur mundial) el ecosocialismo aporta una utopía por realizar y herramientas teóricas y políticas para ello. El municipalismo libertario El municipalismo libertario tiene origen en la doctrina libertaria o anarquista (“sin autoridad ni poder”) surgida en Europa hacia fines del S XVII y cuyo objetivo es la desaparición del Estado y de toda forma de poder. Es una propuesta comunitarista de Murray Bookchin, neoyorquino hijo de inmigrantes rusos revolucionarios, quien militó en el estalinismo y en el trotzkismo antes de abrazar la causa libertaria, obrero, ecólogo pionero, filósofo, escritor y profesor universitario ya maduro. En síntesis se basa en la autogestión, la comunalización y la democracia directa. Propone el ideal de comunas descentralizadas, sin Estado y dirigidas colectivamente, tomando las ideas comunalistas de Bakunin. Surge en EEUU a fines del S XX como ecología social, y fue elaborada a lo largo de numerosos trabajos de Bookchin, reunidos por su colaboradora Janet Biehl (1998). Bookchin postuló en 1984 seis tesis. Su Tesis 1 es elocuente: (...) La idea anárquica de comunidades descentralizadas, colectivamente gestionadas, estatales, y con una democracia directa y la idea de la confederación de municipalidades o «comunas», habla por sí sola, así como en una formulación más expresa a través de los trabajos de Proudhon y Kröpotkin, expresando el papel transformador del municipalismo libertario como una columna vertebral de una sociedad liberadora, enraizada en el principio ético antijerárquico de unidad de la diversidad, autoformación y autogestión, complementariedad y apoyo mutuo17. En su Tesis II, define la función propia de la Comuna como municipalidad o ciudad: ser el lugar de encuentro de sus miembros y de comunicación interna, de formación de unn cuerpo político de ciudadanos unidos por valores éticos basados en la razón, que desplace al estatismo autoritario y todo orden jerárquico. En su Tesis III reivindica la acción civil o ciudanización que considera degradada por el urbanismo contemporáneo y categorías de masa no política: el electorado, la población. Su Tesis IV afirma la supremacía de la asamblea como fuente de política por encima de cualquier organismo administrativo, y por ser la única garantía para que prevalezca la política sobre el estatalismo: la delegación de los poderes es una contradicción en sí misma. No puede dejarse de lado a la “intelligentsia” local, la cual puede ser la avanzada del movimiento, pero éste no debe reducirse a ellos. 17 Bookchin 1984: 4 11 Su Tesis V aconseja tener muy en cuenta las clases, etnias y géneros, y a la vez observa en los nuevos movimientos sociales tendencias a sobrepasarlas, fermento para una orientación asamblearia. En su Tesis VI critica con crudeza la simplificación de hallar en “la fábrica” al espacio revolucionario, recuerda la persistente tendencia comunalista y municipalista en el anarquismo de Kröpotkin y Proudhon e identifica al meollo político de esta orientación: distinguir un momento del discurso, una forma de toma de decisiones, y un desarollo institucional que no tiene carácter social ni estatal. Entre los aspectos más relevantes, el municipalismo libertario propone: 1. Democracia directa y asambleas: Bookchin plantea que el concepto de democracia representativa es una contradicción metodológica. La política, en cambio, es el control directo de los asuntos comunitarios a través de instituciones democráticas cara a cara en Asambleas. En este sentido, el municipalismo libertario persigue la destrucción del capitalismo y los Estados Nación para reemplazarlos por unas relaciones sociales de carácter más humano y cooperativo: las asambleas son la fuente de política por encima de cualquier órgano administrativo, la garantía para que prevalezca por sobre el estatalismo. 2. La ciudadanía: una sociedad municipalista debe promover la ciudadanía activa, es decir, pasar de consumidores manipulables, una masa dependiente de las elites, a la participación en asambleas, donde se forma la ciudadanía política. 3. La municipalidad: El lugar de partida es la comunidad a escala local. Una comunidad comprende individuos localizados en torno a un espacio público donde la vida privada se vuelve pública. Estos individuos están unidos por su proximidad y por intereses comunes que surgen en esa comunidad, por ejemplo ambientales, económicos y educativos. En los encuentros que mantienen estos individuos pueden crear instituciones políticas. 4. Autogestión: plantea la municipalización de la economía, que implica la propiedad y dirección de la economía por parte de los ciudadanos de la comunidad en asamblea. La sociedad ecológica de Bookchin propone que la propiedad de las tierras y las industrias no sea gestionada de forma privada sino bajo el control de los ciudadanos, que se convierten en propietarios colectivos. 5. Una economía ética: reemplazaría la economía de mercado capitalista por un reconocimiento de bienestar mutuo. Reemplazaría vender por compartir. Es decir, reemplazaría el vínculo económico para el beneficio propio por un vínculo ético, transformando así la economía en cultura: “La economía se convertiría en una economía ética y las palabras limite y equilibrio reemplazarían a las de expansión y crecimiento”18. 6. El confederalismo. El movimiento libertario reconoce que debe haber algún tipo de organización transmunicipal, una “comuna de comunas”. En una sociedad ecológica las municipalidades formarían confederaciones de base regional para dirigir asuntos regionales. Estas asambleas estarían formadas por delegados confederales, pero en esta confederación las entidades pequeñas mantienen su libertad, su identidad y su soberanía, formada por un 18 Biehl, 1998:145 12 congreso de delegados que coordina las prácticas de las comunidades que la forman. Consistiría en transmitir los deseos de cada municipio y coordinar políticas para alcanzar objetivos comunes. Las comunas son interdependientes entre sí, necesitan recursos de otras; la interdependencia es un hecho, una consecuencia de la vida social más allá del mercado. Bookchin en Kurdistán: los impredecibles locus de la utopía Kurdistán constituye la mayor nación sin Estado del mundo, y se reparte en un área montañosa con gran cantidad de recursos (petróleo, agua, minerales, cereales, etc.) entre cuatro estados: Irán, Irak, Siria y Turquía. Sólo dos de los cuatro Estados en que se reparte reconocen oficialmente una región denominada Kurdistán: Irán, con su provincia Kurdistán e Irak, con su Región Autónoma del Kurdistán19. El pueblo kurdo es víctima de prácticas genocidas por parte del Estado turco, en Siria es también reprimido y silenciado, y oprimido en la actualidad por el Estado Islámico, cuyo brazo armado lo constituye el grupo terrorista ISIS (Zárate y Jorba; 2016: 178). Tras la muerte de Bookchin en el 2006, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) le dedicó a Bookchin una carta homenaje en la que lo destaca como uno de los científicos sociales más importantes del siglo XX y por haber sabido conjugar su labor intelectual con su militancia, siendo sus principales ideales la libertad, la igualdad y la democracia. Las ideas de Bookchin, criticadas por los propios (socialistas y anarquistas), encontraron en una remota nación sin Estado quienes se la apropiaron y decidieron llevarla a la práctica. Abdullah Öcalan, fundador y líder del PKK en 197820, impulsó su estructura marxistaleninista y acosado por la violenta represión del Estado turco a las ansias independentistas kurdas, inició la lucha armada en 1984. En 1999 Öcalan es capturado en Kenia y deportado a Turquía, donde conmutó su condena a muerte por la prisión perpetua gracias a la presión internacional. Único interno desde entonces en la isla-prisión de Imrali, Öcalan conoce allí al municipalismo libertario de Bookchin y convoca a un viraje en la lucha de los kurdos: una salida democrática al conflicto, abandono de la lucha armada a cambio de mayor autonomía en las decisiones de los pueblos kurdos en los Estados-nación en que se hallen, y a la construcción de una nueva sociedad. El proyecto político del movimiento se denomina ‘Confederalismo Democrático' y tiene como pilares de la nueva sociedad la democracia directa, el comunitarismo, la liberación de género y la ecología 21. A pesar de los cambios geopolíticos constantes en la zona, los kurdos establecieron en noviembre de 2013 una región autónoma en el norte de Siria: Rojava, que significa ‘occidente’ en kurdo. (...). Es en esta región donde empezaron a aplicar sus proyectos políticos en medio de la guerra, siendo la liberación de las mujeres uno de sus objetivos centrales. Dentro del movimiento kurdo, el movimiento de las mujeres juega un papel fundamental en la emancipación de género a través de la construcción de espacios autónomos para las mujeres, el desarrollo de la educación y una nueva forma de producción de conocimiento, la organización política a distintos niveles y las unidades de autodefensa 22 Öcalan y el PKK (y sus denominaciones posteriores) lograron poner en práctica al municipalismo libertario entre escollos muy serios: el no reconocimiento como nación 19 Estévez; 2015: 4 En 2002 el PKK cambió su denominación a Congreso por la Libertad del Kurdistán (KADEK) y en 2003 a Congreso del Pueblo del Kurdistán (KONGRA-GEL/KGK), abandonando el leninismo (Estévez; 2015: 14). 21 Rodríguez 2016, 20; Zárate y Jorba 2016: 178 22 Zárate y Jorba 2016: 178-179 20 13 kurda por los Estados; su consideración como “organización terrorista” por parte de Turquía, los EEUU y la UE; el sistema de gobierno democrático directo y la práctica antipatriarcal y emancipación de las mujeres. Sobreponiéndose a todos ellos (...) los kurdos no solo dicen presente, sino que convocan a una verdadera revolución. Revolución en el sentido de subvertir el orden dado, innovando desde la organización política, pero aun más desde lo filosófico-práctico. Toda innovación radical es utópica hasta que las condiciones estén dadas y los actores sociales realmente convencidos de llevarla a cabo, y eso parece estar sucediendo en Kurdistán, que a la muerte física de Bookchin en 2006, se han juramentado mantenerlo vivo en su lucha 23. El decrecimiento -con equidad El origen de la propuesta del decrecimiento puede situarse a inicios de la década de 1970 con la obra del matemático y economista rumano Nicholas Georgescu-Roegen24 a partir de su obra La ley de la entropía y el proceso económico, en 1971. Allí critica la falacia de los modelos económicos cuyas ecuaciones evaden toda consideración a las leyes de la biología, e introduce las leyes de la termodinámica y el principio de la entropía en Economía. Por ello se lo considera el fundador de la bioeconomía, conocida posteriormente como Economía ecológica, y sentó la base teórica de la corriente del decrecimiento. En síntesis, aplicó la Ley de la Entropía (segundo principio de la termodinámica) a la economía. Ésta enuncia que siempre en todo movimiento de la energía siempre hay una parte de la energía que se degrada y no puede ser aprovechada. También Georgescu-Roegen postuló un cuarto principio de la termodinámica: “la materia disponible se degrada de forma continua e irreprensiblemente en materia no disponible de forma práctica”, lo quesignifica que “durante el uso de materiales, siempre hay una parte que se degrada y que es imposible de recuperar, ni aún con los métodos más futuristas de reciclado” 25. Son hondas las implicancias de su enfoque al cuestionar que el axioma dominante en Economía, el crecimiento económico indefinido, es inviable en un ambiente finito y con recursos naturales limitados. Así, el crecimiento económico se convierte en la principal causa del problema ambiental. Georgescu-Roegen predijo modificaciones del equilibrio térmico por islas térmicas que perturbarían la fauna y flora locales, y por el aumento de la tempratura global del planeta, al punto de que se iría a derrtir el casquete glaciar. Georgescu-Roegen propuso intensificar el uso industrial de la energía solar, reducir el consumo de los recursos naturales y la regla de las tres erres en ecología (reducir el consumo de bienes y de energía; reutilizar, y reciclar los materiales), superar las modas, priorizar la fabricación de productos de alta duración y facilitar la reparación de los bienes. En suma: austeridad, ahorro energético y ahorro material. 23 Rodríguez 2016: 22 Nacido Nicolae Georgescu, modificó su nombre en los Estados Unidos 25 “Cuarto Principio de La Termodinámica” [En línea 30 de marzo de 2016] <https://es.scribd.com/doc/271667528/> 24 14 Su aporte pionero, disruptivo de los parámetros dominantes en el pensamiento económico fue acompañado y potenciado en marzo de 1972 por la enorme repercusión y polémica suscitada por el informe Los límites al crecimiento, encargado por el Club de Roma26, una Organización no Gubernamental (ONG) radicada en Suiza, a un equipo de científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) encabezado por la biofísica y experta en sistemas Donella Meadows. El conocido Informe Meadows, traducido a 27 idiomas y que vendió 12 millones de copias27, postuló en base a la utilización de modelos que las tasas de crecimiento de la población, de la producción y el consumo mundial son exponenciales, mucho más aceleradas que la capacidad de su (re)generación por el planeta y que de no enlentecerlas rápidamente, el mundo se dirigiría inexorablemente a un overshoot o sobrepasamiento, es decir, a rebasar los límites y la capacidad sistémica. Aurelio Peccei 28 (1981) sintetiza: “Este libro trata del fenómeno del sobrepasamiento a una escala mucho mayor, la escala en la que la población humana y la economía extraen recursos de la tierra y emiten desperdicios contaminantes hacia el medio ambiente. Muchas de estas tasas de extracción y emisión han crecido hasta magnitudes insoportables. El medio ambiente ya no las puede sostener. La sociedad humana ha sobrepasado sus límites por los mismos motivos que otros sobrepasamientos se producen. Los cambios son demasiado rápidos. Las señales aparecen tarde, son incompletas, están distorsionadas, son ignoradas o se las niega. La inercia es grande. Las respuestas son lentas”. “Tras el sobrepasamiento puede desencadenarse una cierta serie de consecuencias posibles Una de ellas, desde luego, es algún tipo de choque o crash. Otra es una rectificación deliberada, una corrección, una cuidadosa reducción de intensidad. (...) Creemos que es posible una corrección y que puede desembocar en un deseable, suficiente, equitativo y sostenible futuro. También creemos que, si no se hace una corrección, un colapso de algún tipo es no sólo posible, sino seguro, y podría ocurrir dentro de las expectativas de vida de muchos de los que hoy en día asisten al espectáculo”. “Éstas son afirmaciones tremendas. (...) Hemos investigado las implicaciones a largo plazo de las actuales tasas de cambio en la sociedad humana con cuatro tipos de instrumentos de observación (...) Tres de estos (...) son comunes, fáciles de describir y de transmitir a otros: la teoría científica y económica estándar sobre sistemas globales; la información estadística sobre los recursos mundiales y el medio ambiente; y un modelo de ordenador que nos permita integrar esa información”. “(...) Nuestra cuarta lente, probablemente la más importante, fue nuestra "cosmovisión", paradigma o forma fundamental de mirar. (...) Es siempre la determinante más decisiva de aquello que se ve. Pero el componente más importante de nuestro modo de ver o mirar, la parte que quizá sea menos ampliamente compartida, es nuestro punto de vista sobre los sistemas”. “El estudio de sistemas nos ha enseñado a ver el mundo como un conjunto de modelos de comportamiento dinámico en desarrollo, tales como crecimiento, disminución, oscilación, sobrepasamiento.. Nos ha enseñado a centrarnos en las interconexiones. Vemos la economía y el medio ambiente como un solo sistema. Vemos stocks, flujos, retroalimentaciones y umbrales en dicho sistema, y todos ellos determinan la forma en que el sistema se comporta”. 26 Sobre objetivos y métodos del Club de Roma, < http://www.clubderoma.net/cor_metodologiaindex.php> Ver< http://www.clubderoma.net/cor_metodologiaindex.php> [En línea: 30 de marzo de 2016] 28 Aurelio Peccei fue un militante antifascista italiano, industrial de muy alta posición en la automotriz FIAT e intelectual activo ante, en sus palabras, “el suicidio de la humanidad”. Fundó al Club de Roma 27 15 Lejos de considerar errados los pronósticos de 1972 y 1992, las sucesivas actualizaciones de Los límites al crecimiento (2004 y 2012) confirman, ya sobre bases de datos consolidados y consistentes de la biosfera y del clima que hemos transpasado la capacidad de carga del planeta. Más que predecir cataclismos, sequías y menor disponibilidad de recursos como agua y especies, el futuro temido es nuestro presente y pasado. La propuesta ¿utópica? del decrecimiento es la formulación política que se deriva del diagnóstico y pronóstico de un colapso o hundimiento del sistema planetario debido al crecimiento exponencial de la acción antrópica29 durante este mismo siglo: una utopía desde -y ante- la distopía quizás más crítica de la humanidad en este tercer milenio. El núcleo de la propuesta hoy es, más que “poner límites al crecimiento económico” (aún pareciendo imposible) y a la cultura e ideología subyacentes, a-crecer, salir de la lógica del crecimiento perpetuo y programar el decrecimiento de formas prontas y que hagan posible un tránsito a la vez menos doloroso (“suave” sería un eufemismo) y menos caótico hacia modalidades productivas, de vida y hábitos de usos y consumos con menor demanda (tendencialmente ínfima) de recursos, de energía y de liberación de contaminantes. Esta propuesta se asentó con fuerza en Francia y en Italia. Algunos de sus referentes destacados son los franceses Serge Latouche y André Gorz y el italiano Giorgio Mosangini. En Argentina su impulsor más conocido es Lucio Capalbo, presidente de la ONG UNIDA. Latouche afirma que estamos ante una inminente sexta extinción de las especies (la quinta fue la de los dinosaurios) debido a la sobreexplotación de los medios naturales, cambio climático, el fraccionamiento de los ecosistemas, entro otros factores causados por nuestro modo de producción que acelera este fenómeno. La agricultura productivista se ve seducida por el lucro, como así también el monocultivo, las manipulaciones genéticas y la patentabilidad del ser vivo 30. También Latouche critica al “desarrollo sostenible” como un oxímoron absurdo. Esta noción, doctrina insignia desde 1992 en discursos gubernamentales y de empresas transnacionales (ETNs) para indicar que en sus decisiones consideran los efectos ambientales, con frecuencia no actúa más que como máscara discursiva y de imagen. En contraposición al abuso que hace el modelo capitalista dle prefijo “hiper” que denota sobreexplotación o exceso, como hiperactividad, hiperdesarrollo, hiperabundancia, hiperproducción, Serge Latouche propone un sistema de soluciones bajo el prefijo “re”, que denota repetición o retroceso, a los que ha nombrado como los pilares del decrecimiento o el modelo de las 9 “R”, que son: 1) reevaluar; 2) recontextualizar; 3) reestructurar. 4) Redistribuir. 5) Relocalizar. 6) Reducir. 7) Reutilizar. 8) Reciclar y 9) Renta. Marcellesi (2013) apunta condiciones para el proceso al decrecimiento: un cambio de expectativas y cultural; la planificación participativa; políticas públicas a la altura del reto, 29 Hundimiento es la expresión utilizada por el mismo Dennis Meadows. “Cuarenta años después del Informe al Club de Roma. Entrevista”. Publicada en Le Monde Dossiers & Documents en noviembre del 2012, subida a la web por www.sinpermiso.info el 16/12/2012. [En línea] < http://www.sinpermiso.info/textos/cuarenta-aos-despus-del-informe-al-club-de-roma-entrevista> 30 Sibilia 2009: 220. 16 y redistribución del trabajo (menos tiempo para cada trabajador/a pero trabajo para todos[as] eliminando el desempleo, y desde ramas y tareas contaminantes hacia “verdes”) Ante el énfasis puesto en el Informe Meadows y por la mayoría de su intérpretes en el crecimiento exponencial de la población, soslayando al más acelerado que genera la producción y consumo inherentes al capitalismo agravado actualmente por el desarrollo de las fuerzas productivas, el argentino Lucio Capalbo (2011) suma y aporta al movimiento decrecentista pero resaltando al problema redistributivo de un eventual decrecimiento. De lograrse avances en tal sentido, mientras el quintil más rico (20%) de la humanidad se apropia de un 87% del producto mundial, el quintil inferior de la población mundial, que apenas sobrevive con un 0,7% del PBI mundial, directamente desaparecería por inanición. A esta realidad, graficada como “Copa de champagne” por su forma y como metáfora del supuesto “derrame” de riquezas de los más ricos hacia los pobres, le contrapone su propuesta de “vaso de agua”. “Frente a esto, no queda otro camino sensato que decrecer y haceerlo con equidad, esto es, disminuir drásticamente el consumo global. Hacerlo con equidad significa no decrecer parejo, sino hacerlo a expensas del quintil más consumista (...) permitiendo inclusive una mejora en el acceso al consumo de los otros cuatro quintiles”. (...) “Nuestra proposición es llevar la “Copa de champagne”, bebida de opulencia, al formato del vaso, el vaso de pura, vital y bellísima agua. Nuestea hipótesis, numéricamentesustentada, , es que es posible reducir el consumo global en un 50% y aún así, tener bienes y servicios en abundancia para todos. Y decrecer para aliviar la crisis ambiental(...). Es posible reducir el consumo global en un 50% y aún así, tener bienes y servicios en abundancia para todos. Para ello el vaso deberá contener solo el 50% del líquido de la copa de champagne, pero con muy distinta distribución” 31. El vaso de agua figura la reducción del producto mundial a la mitad del actual, acompañada por la siguiente distribución del ingreso (como % del PBI mundial) para cada quintil: del 87% al 24% para el quintil mundial más rico (el que consume y genera la inmensa mayoría de recursos, basura y contaminantes); del 9% actual al 22% de la mitad del producto mundial actual, para el segundo quintil; del 2% actual a un 20% para el quintil intermedio; del 1,3% actual a un 18% para el quintil pobre, y del escuálido 0,7% hoy a un 16% para las 1.400 millones de personas del quintil pobre en extremo. Ámbitos de influencia sociocultural y evolución política. ¿Cuál(es) obstáculo(s) enfrenta? En Francia varias asociaciones y editoriales promueven ideas y el debate del decrecimiento a través de libros, películas, debates y conferencias. Un cita de algunas menciona a la asociación Ligne d'Horizon y la Red de objetores de decrecimiento con grupos diseminados por toda Francia. En 2003 se crea en Francia, el Instituto de Estudios económicos para el decrecimiento sostenible. Han jugado un papel importante diversas revistas como Silence, Casseurs de Pub y la Décroissance junto a la editorial Parangon en la labor de difusión del 31 Capalbo 2011:150-151 17 propio movimiento decrecentista. Por último, existe el Partido por el Decrecimiento (PPDL) creado por Vincent Cheynet en 2006. En Italia cabe destacar el papel de Mauro Bonaiuti. La editorial Bollati Boringhieri ha sido muy importante para la difusión de los principales antecedentes teóricos del decrecimiento, y promueve la divulgación del movimiento la Rete per la decrecitá que ha lanzado la revista La Decrescita en 2005. En 2004, se publica la versión italiana del libro Objectif décroissance: Obiettivo Decrescita que recoge las aportaciones francesas al decrecimiento. El libro se ha reeditado en diversas ocasiones. Aparte de la Rete per la decrecita ya mencionada, el movimiento decrecentista en Italia se articula en torno a las redes locales de economía solidaria (RES). En España es más reciente la aparición de movimientos decrecentistas, pero su implantación a lo largo de la geografía española es progresiva. En la Argentina esta corriente no es de conocimiento masivo, aunque tiene diálogo estrecho o indirecto con numerosos colectivos ambientalistas, de agricultura orgánica, etc. En el ámbito sociocultural surgen y se difunden y expanden velozmente movimientos, hábitos, “tribus urbanas” y “movidas” múltiples con notable influencia del ideario decrecentista, o al menos con alta sintonía: el Downshifting, el veganismo, el movimiento slow, los sin hijos por elección y el minimalismo u opción por una vida sencilla, en tan sólo una década dejaron de ser términos ignotos a pasar a ser parte de lo cotidiano. ¿Es deseable, y es posible, la realización de la utopía decrecentista? Desde ya, todo depende del punto de vista. De percibirse inminente una catástrofe, hundimiento o desaparición de la humanidad, esta corriente ha conseguido ofrecer en sólo cuatro décadas diagnóstico, indicadores, lobby, conceptos, difusión masiva y propuestas para que resulte más viable su reproducción. Aún si, optimistas, la amenaza esté errada, su crítica radical a la ideología productivista/consumista reinante y varias de sus propuestas tienen méritos inherentes. Dos obstáculos surgen críticos para su devenir a un plazo de pocas décadas: ¿queda tiempo para que miles de millones de seres humanos revalúen y modifiquen modos y hábitos de reproducción, consumo y estatus que transpasan fronteras, religiones y culturas? El segundo problema remite a su formulación y ejecución predominante: ¿es un sueño de niños o una borrachera esperar que las clases y grupos dominantes resignarían sus privilegios en nombre “del bien de la humanidad”? La historia narra recurrentes suicidios y masacres antes de resignarse a “perder lo ganado”. Y también que la especie humana y lo “imposible” forman una pareja muy extraña. Sólo un década atrás cualquiera exclamaría “¡imposible!” que un país industrializado, hiper consumista y sin recursos naturales como Japón tuviera otra matriz energética que la nuclear. Pero... aconteció el desastre nuclear de Fukushima en marzo del 2011, 25 millones de habitantes de Tokio estuvieron a una brisa de morir intoxicados por la radioactividad de su nube atómica, ¿y qué ocurrió?: que las centrales fueron desactivadas, no hubo apagones 18 y más de la mitad de los japoneses cinco años más tarde prefieren que no se reabran 32, hecho muy silenciado por el lobby nuclear mundial. Una inconclusión, sólo ventanas a la acción En el mundo de 1976, tiempos de Vietnam dictaduras y foquismo, Yves Lacoste33 publicaba su famoso librito/panfleto que entre varios otros postulados sustantivos, afirmaba el imperativo de socializar el saber estratégico que brinda el método geográfico. Cuatro años más tarde, en Ginebra, Claude Raffestin (1980) giraba paradigmas en Geografía Política: ya no sólo Ratzel & Sons cegados por el Estado, sino otra mirada, en los poderes que transforman los espacios geográficos. Y que ya bien se sabe y padece, son múltiples. José William Vesentini, paulista, quizás el más leal discípulo latinoamericano de Lacoste, en la Introducción a su multieditado manual34 reitera desde 1982 que la geografía es un instrumento indispensable para comprender el mundo en que vivimos y poder actuar, sobre tal conocimiento, como ciudadanos inteligentes y críticos. Quien escribe, ese año iniciaba su militancia política en clandestinidad bajo una dictadura militar argentina que muy pronto volaría en pedazos. Y persistió años y décadas de modos diversos, pero sólo en lapsos breves con perspectivas ciertas y convicción a largo plazo entre largos períodos de incertidumbres y sin horizontes claros. A paladares sensibles al Estado de las cosas, desde 1978 los menúes de ideas “revolucionarias” sabían desabridos mientras el 1% y sus adláteres cambiaban el ritmo apenas el resto tomaba un primer paso. En años de gran confusión ideológica Badiou (1993) ofrecía pistas: un política de emancipación genuina apunta a concretar lo imposible, mira hacia adelante (sin olvidar ni negar lo pasado), dispone las cosas en otros estados, se da sus tiempos, piensa en sus propias coordenadas. Y Wallerstein35 tomó un rayo X del siglo XX que perforó varios mitos: el liberalismo fue la ideología de una pequeña minoría exitosa, meritocrático y antidemocrático, eurocéntrico, racista y machista. Y la “vieja izquierda” una minoría en el sistema mundo, oprimida y poderosa y más amplia por cierto, pero una minoría al fin. Y ante tiempos de caos democracia directa, integral, total. Se sabe más sobre el planeta que entonces y la situación y perspectivas inquietan: la biosfera está aún más frágil y dañada que hace dos décadas. Grave, y esto hace pensar. Con sus diferencias de enfoque, de historias y de praxis, las propuestas presentadas poseen varios aspectos comunes: cuestionan al ADN de esta civilización postulando otras coordenadas civilizatorias y otros lenguajes y códigos de valoración vida. Podrán parecer 32 “Todas las centrales nucleares deberían cerrarse” Entrevista al ex Primer ministro de Japón Naoto Kan por Daniel Verdú. En El País - Internacional 11 de marzo de 2016 18.27 [En línea] < http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/10/actualidad/1457622940_844245.html> 33 La Géographie, ḉa sert, d abord, á faire la guerre. Librairie Franḉois Maspero, Paris 1976 34 Vesentini, José William Sociedade e Espaco. São Paulo: Editora Ática. 44 ediciones, la primera en 1982 35 Kyoto, diciembre 1993 19 simples, embrionarias y muy frágiles, marginadas por los medios, justo y exactamente por sus potencias transformadoras, y por ser indigeribles para el sistema social del 1%. Que es el del Estado de las cosas, es decir, el que prioriza la reproducción y supervivencia del capital por sobre la de las vidas humanas y de las demás especies. El que incendió fábricas con obreras y obreros adentro, el que incendia y tala bosques y selvas por doquier, y envenena con tóxicos, que genera enfermedades vendiendo “ética de la salud”, y que ya detonó dos guerras mundiales y detonaría más si se pudiera. Como el planeta está enfermo y grave y la humanidad adentro, lo bueno dentro de la situación es afirmar en singular y plurales las imágenes de estas utopías, proyectar el deseo de una vida humana en un planeta vivible, y acorralar cuanto antes mejor los márgenes de este sistema de recrear la ficción infantil que el fetiche dinero y los números curarán el cáncer, la asfixia, el ahogamiento, la intoxicación y la sed. ¡Bienvenidas utopías! Imagen(es) deseada(s), estrategia(s), concepto y teoría(s), instrumentos de disputa y guías para praxis de un devenir auténticamente humano a caminar colectivamente. Bibliografía ARRIGHI, Giovanni. El largo siglo XX. Madrid: Akal. 1999 (1994) BADIOU, Alain. ¿Qué es la política? y ¿Qué es una política de emancipación? Conferencias de Alain Badiou 24 y 25 de abril del 2000. En Revista Acontecimiento N° 1920, Buenos Aires. [En línea] <http://antroposmoderno.com/antroarticulo.php?id_articulo=631˃ [9 de enero 2016] BADIOU, Alain. 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