International Catholic Stewardship Council Corresponsabilidad Católica Julio 2016 • Boletín Corresponsables de Nuestro Prójimo: La Parábola de Jesús del Buen Samaritano Después de muchos siglos del relato de la Parábola de Jesús del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) la historia parece haber perdido el “punto central” que Jesús deseó para ella. En las Misas del fin de semana del 9 y 10 de julio, escucharemos de nuevo la proclamación de esta historia del Evangelio, la cual revela el encuentro de Jesús con un sabio de la ley y su respuesta a la pregunta: ¿quién es nuestro prójimo? Tal vez ahora es un buen tiempo para reflexionar más profundamente sobre la enseñanza de Jesús y sus implicaciones prácticas para nuestras vidas actualmente. Nosotros somos llamados a ser buenos corresponsables de nuestros hermanos, los seres humanos, hijos amados de Dios, a quienes nosotros encontramos en el camino de nuestra vida. En la historia del Evangelio Jesús afirma al doctor de la ley: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con todo tu espíritu y a tu prójimo como a ti mismo.” Pero el sabio de la ley preguntó: “¿Y quién es mi prójimo?” Esta es la pregunta que inspira a Jesús a ofrecer una historia que revela la inmensidad de la misericordia de Dios, y por supuesto, la expectativa de Jesús de sus seguidores. Es significativo que Jesús presente a un samaritano como modelo ideal de la misericordia de dios. Los judíos despreciaban a los samaritanos como una forma inferior de humanidad. Así que, por supuesto, esto provocó a su audiencia cuando Jesús dijo del sacerdote, y del levita, caminando de largo, pasando junto al hombre tirado al lado del camino, víctima de robo y despojado de su ropa. Es el tercer hombre, el samaritano, quien se detiene, venda sus heridas y paga generosamente por adelantado al administrador de un albergue, para que cuide de la víctima que había sido golpeado de manera brutal. La parábola de Jesús nos enseña que el prójimo es la persona que encontramos en nuestra vida diaria que está en grave necesidad de nuestra ayuda. Nosotros somos llamados a ser buenos corresponsables de nuestros hermanos, los seres humanos, hijos amados de Dios, a quienes nosotros encontramos en el camino de nuestra vida. Nuestro amor y misericordia no están limitados a nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo o compañeros feligreses. El “punto central” de la parábola es lo que Jesucristo espera de nosotros, sus seguidores,� extender su amor y su misericordia a otros, sin importar su raza, religión, género, cultura, etnia o posición social. Nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, usa la Parábola del Buen Samaritano para impulsarnos, no sólo a imitar la misericordia de Jesús en nuestra vida personal, sino también a tener el valor y la compasión para promover la cultura de la misericordia de Cristo en nuestra sociedad. Ser discípulos de Jesucristo nos obliga a amar y a mostrar misericordia a aquellos que no conocemos ni reconocemos como “uno de nosotros.” El samaritano en la historia de Jesús no ve a un extraño. Él simplemente vio a un ser humano que sufría y que necesitaba ayuda. Jesús pregunta: “¿Quién te parece el prójimo del hombre asaltado por los ladrones? El sabio de la ley respondió: “Aquel que le trató con misericordia.” Jesús dijo al sabio como nos diría a nosotros hoy: “Ve y procede de la misma manera.” Una Comunidad de Corresponsables Por Leisa Anslinger, autora y co-fundadora de Catholic Strengths and Engagement Community (CSEC). Hace algunos años, mi hija Carrie estaba iniciando la Universidad. La participación en orientación, fue con los padres de otros estudiantes que también ingresaban, escuchando acerca de la universidad y del programa en el cual ella se había enrolado. Los padres y los chicos se reconectaron después para la hora del lunch. Carrie estaba emocionada, como todos los estudiantes lo están en esos momentos de transición, y dijo algo que continúa poniendo una sonrisa en mi rostro: “¡Esto es como un campus completo de geeks como yo!” Carrie había encontrado un nuevo hogar, un lugar donde ella perteneció. Y su intuición acerca de la universidad fue un punto. Ella prosperó ahí porque supo que había otras chicas como ella que estaban comprometidas a aprender, crecer y madurar en ese momento crucial de sus vidas. ORACIÓN DE CORRESPONSABILIDAD Para el Mes de Julio Dios bondadoso, Tú enviaste a tu Hijo a proclamar las Buenas Nuevas, a inspirarnos en la fe y a mostrarnos el camino para ser buenos corresponsables de Tu misericordia. En este mes de julio dedicado a la Preciosísima Sangre de Jesús, concédenos la sabiduría para reconocer que a través de su don de la Eucaristía hay sólo un cáliz de alianza y comunión. Danos el valor para magnificar tu presencia en palabra y en obra. Y a través de tu Espíritu enséñanos a vivir, ya no para nosotros, sino en Cristo Jesús quien vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un Dios por los siglos de los siglos. Amén Como líderes corresponsables, nosotros llevamos la responsabilidad de acoger la cultura parroquial en la cual la corresponsabilidad está tejida en la tela de todo lo que nosotros somos y hacemos. Pienso ahora en esa experiencia, a la luz de la importancia de nuestras comunidades parroquiales de liderar a la gente a vivir como discípulos y corresponsables. ¿Puede nuestra gente mirar a su alrededor en nuestras parroquias y decir, “Esto es como una comunidad completa de corresponsables como yo? ”¿Reconoce nuestra gente la diferencia que hace el vivir como corresponsables, en sus vidas y en la vida de todo aquel a quien ellos tocan a través de dar su tiempo, oración, atención, recursos, talento y dones? El sondeo de la investigación del compromiso muestra la importancia de pertenecer profundamente dentro de una parroquia, y cómo tal pertenencia guía a la gente hacia un compromiso espiritual, vivido en la vida diaria. Entre las señales de tal pertenencia está el hecho de que la gente es inclinada a decir, “otros miembros (de mi parroquia) están comprometidos al crecimiento espiritual,” (Growing an Engaged Church, 82). Cuando yo aprendí por primera vez acerca de la investigación del Dr. Al Winseman, él explicó este elemento como, “Cuando veo a mi alrededor, ¿veo a otros que están en la misma jornada espiritual como yo estoy?” Como líderes corresponsables, nosotros llevamos la responsabilidad de acoger la cultura parroquial en la cual la corresponsabilidad está tejida en la tela de todo lo que nosotros somos y hacemos. Como resultado, las personas entenderán que ellas están “en esto juntas,” comprometidas a vivir y crecer como discípulos y corresponsables. Al caminar a la Misa del domingo, ¿puede decirse a usted mismo/a, “esta es una comunidad completa de corresponsables como yo?” Ejercitar la Buena Corresponsabilidad en el Mes de Julio Una revisión rápida al calendario del mes de julio, revela que es este mes en el que se celebran el día nacional del helado (16), el día nacional del hot dog (17) y el día nacional del libro de edición rústica (30). Estos y otros pintorescos días de fiesta sirven todos para subrayar el hecho de que el mes de julio es probablemente “zona cero” para aquellos “relajados, nebulosos, locos” días de verano. Si junio nos encuentra terminando las fiestas de graduación, agosto trae las ventas de regreso a la escuela. ¿Pero Julio? Julio es nadar, salir al campo, ir al lago o a la playa, y salir de vacaciones. Julio trae desfiles el 4 de julio, y autopistas y aeropuertos saturados de viajeros. ¿Cómo puede uno ejercitar las virtudes de la corresponsabilidad cristiana durante este ruidoso, bullicioso y soleado mes? 2016 Conferencia Internacional Únase con nosotros en New Orleans en la 54ª Conferencia Anual del International Catholic Stewardship Council Octubre 2-5, 2016 La hospitalidad es una gran parte de julio, y esencial para ejercitar la corresponsabilidad cristiana. Julio trae la clase de hospitalidad sencilla, informal, del jardín trasero de la casa. Considere compartir una parrillada en el patio con los vecinos que usted ha esperado conocer mejor, con el párroco de la parroquia que usted ve normalmente sólo el domingo, o con el miembro de la familia que tal vez esté solo/a este verano. Organice una fiesta en su cuadra. Invite a sus vecinos de al lado a pasar una tarde tranquila en el patio. Aun cuando julio tiene un sentido de “tiempo libre,” asegúrese de no extender ese sentimiento a la Misa del fin de semana. Si usted viaja, ahora es fácil localizar un templo católico y encontrar el horario de las misas. Es también instructiva la experiencia de la sagrada liturgia en el ambiente nuevo de una localidad diferente. Si usted permanece en casa, julio es tal vez el tiempo para visitar una parroquia vecina. Sólo recuerde que su parroquia necesita su apoyo financiero también durante los meses del verano. Si Julio le encuentra disponible para participar en más lecturas recreativas en una cómoda silla, hamaca o sobre una toalla en la playa, sea un buen corresponsable de su vida espiritual y complemente su lista de lectura con una lectura clásica espiritual. Y con el sol de la mañana temprano, tal vez se convierta en un contemplativo haciendo una caminata orando al amanecer, un hábito saludable y espiritualmente beneficioso durante el mes de julio. Numerosas organizaciones de caridad organizan “carreras” durante el verano. Pero aun si usted no corre 5K, las carreras son un buen recordatorio de que los grupos locales de caridad necesitan nuestro apoyo durante el mes de julio al igual que cada mes. Considere ofrecer una tarde libre a un banco de alimentos o a un refugio, especialmente, si usted puede, involucre a sus hijos y/o nietos. Permanezcamos también conscientes de que la gratitud es fundamental para la vida cristiana y hay mucho por lo cual estar agradecidos durante estos cálidos, soleados días de julio. Recuerde iniciar cada día con un corazón agradecido y resuelto a ser un buen corresponsable de los abundantes dones de Dios. Precio de Registro Anticipado Solamente para Miembros 499 $ hasta el 31 de julio !Visite catholicstewardship.com para registrarse HOY! SANTO DE LA CORRESPONSABILIDAD para el Mes de Julio Beato Carlos Manuel Cecilio Rodriguez Santiago En el tiempo en el que la Misa y otras liturgias eran celebradas en latín, él promovió la renovación litúrgica para que así la gente pudiera escuchar y responder a las oraciones de las liturgias en español. Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago nació en Caguas, Puerto Rico, en 1918, de devotos padres católicos. Después que el fuego destruyó la casa de la familia, él fue criado en la casa de su abuela, en la cual la fe continuó siendo un centro de la vida familiar. Él era el segundo de cinco hermanos. A la edad de 13 años, Carlos estuvo afligido por una colitis ulcerosa, la cual le traería considerable sufrimiento el resto de su vida. Aunque era un estudiante brillante, su enfermedad crónica dañaría sus estudios de preparatoria, abreviaría su educación universitaria, y le impediría entrar a la vida religiosa y al sacerdocio, lo cual deseaba verdaderamente. Se educó a sí mismo en las artes, la ciencia, la filosofía, la religión y la música. Él aprendió por sí mismo a tocar el piano y el órgano, de ese modo, pudo sumergirse en la música sacra que él tanto amaba. Carlos trabajó como empleado de oficina en Caguas, en la Estación Experimental Agrícola, parte de la Universidad de Puerto Rico. Él invirtió la mayor parte de su tiempo libre y su modesto salario, evangelizando y compartiendo el amor de Cristo. Escribió y publicó folletos sobre educación religiosa, de su propio bolsillo, organizó grupos católicos de estudio en varios pueblos de Puerto Rico y con prodigiosa energía motivó la participación de los laicos en la promoción de la fe católica. Él amaba la sagrada liturgia. Y en el tiempo en el que la Misa y otras liturgias eran celebradas en latín, él promovió la renovación litúrgica para que así la gente pudiera escuchar y responder a las oraciones de las liturgias en español. Trabajó fervorosamente por esta renovación entre obispos, clérigos y laicos por igual, y él tradujo textos litúrgicos del latín y del inglés al español para sus compañeros puertorriqueños. Carlos murió de cáncer en 1963, cuando tenía apenas 44 años de edad. Se dice que su vida estuvo marcada por una profunda alegría a pesar de sus sufrimientos físicos, y que él tuvo siempre una actitud positiva y alentadora. Él se preocupó muy poco de las posesiones y del dinero. Numerosas personas testificaron que él fue responsable de su crecimiento en la fe debido a sus esfuerzos de evangelización y a la manera en la él vivió su vida. Algunos incluso atestiguaron que el fervor de Carlos por Cristo despertó en ellos su vocación para la vida religiosa. Carlos fue beatificado por San Juan Pablo II en el año� 2001. Él es el primer laico caribeño que ha sido beatificado, y el primer puertorriqueño en ser declarado “Beato” por la Iglesia. Su fiesta es el día 13 de julio. ¡Llamado a Todas las Parroquias Miembros de ICSC! Información sobre Reconocimiento ICSC 2016 a la Corresponsabilidad Parroquial ¿Ha desarrollado su parroquia materiales de corresponsabilidad que podrían ayudar a otras parroquias? ¿Trabajó su comité arduamente en recursos por lo cual usted se siente orgulloso/a? Por favor considere aplicar solicitud para uno o más Reconocimientos Parroquiales ICSC en 2016. ¡Alentamos a las parroquias en todas las etapas del camino de la corresponsabilidad a que envíen solicitud! La admisión será evaluada por miembros del Comité de Educación y Servicios de Corresponsabilidad Parroquial de ICSC. La fecha límite para las solicitudes es el 30 de junio. Todos los solicitantes serán contactados para agosto 15. Para información adicional, lista de reconocimientos, y formas de admisión CLIC AQUÍ Corresponsabilidad del Tiempo Libre: Revitalizar Nuestro Espíritu En un ensayo reciente de un periódico, titulado In Defense of the Three-Week Vacation, el escritor puntualiza las razones para mayores aplazamientos en el trabajo de los americanos. Jynne Dilling argumenta en favor de los viajes que nos alejan de la cobertura del teléfono celular y de la internet, nuestra alma nos obliga a alejarnos de manera regular (vea Lucas 5:6). Como corresponsables cristianos, nosotros no sólo somos alentados, sino forzados a considerar cómo enfocamos nuestra corresponsabilidad del tiempo libre. Los corresponsables están conscientes de su necesidad de estar soñar despiertos, a imaginar, y a orar. Revitaliza nuestro espíritu. Actualmente, la conectividad se ha convertido casi en una obsesión. Las personas checan sus emails, sus mensajes y llamadas repetitivamente alarmante. Los accidentes al peatón y a los automóviles suceden porque la gente no puede dejar sus teléfonos celulares. Los empleadores esperan que sus trabajadores estén disponibles para emails nocturnos. Las líneas entre el trabajo y el tiempo libre son cada día más imprecisas, así como también lo son las líneas entre la soledad y el estar siempre presente “en línea.” Nosotros no podemos imaginar poner de lado las pantallas por dos semanas de vacaciones. Sin embargo, debemos darnos un tiempo para renovar y recargar, no solamente en las dos semanas de vacaciones del año, sino de cada día y de cada semana. El mes de Julio nos ofrece una oportunidad para reconectarnos con los ritmos de Dios y de la naturaleza. Necesitamos tomar un tiempo sin pantallas ni teléfonos, y practicar una atención indivisa a las cosas que están frente a nosotros. Cuando oramos, El tiempo libre es necesario para la plenitud humana. El tiempo libre nos reconecta a los misterios más amplios de nuestro mundo y a nuestro Dios. Nos ayuda a soñar despiertos, a imaginar, y a orar. Revitaliza nuestro espíritu. e impulsa el descanso que incluye caminatas de reflexión al amanecer y un tiempo para perderse en un hábitat exterior (New York Times, junio 9 de 2016). Muchos de nosotros no tenemos el tiempo ni los recursos para pasar una temporada en el extranjero, pero todos nosotros podemos vibrar con la necesidad de realmente “alejarnos” del trabajo, o de la rutina diaria, o de las constantes demandas de los medios sociales. La buena corresponsabilidad de nuestro cuerpo, nuestra mente y ocupados haciendo el trabajo de Dios, aunque con frecuencia olvidan que ese tiempo de inactividad es igualmente importante para el crecimiento espiritual. El tiempo libre, bien sea que este represente nuestras tardes, nuestros fines de semana, o nuestras vacaciones, provee una recarga espiritual, física, mental y emocional. El tiempo libre es necesario para la plenitud humana. El tiempo libre nos reconecta a los misterios más amplios de nuestro mundo y a nuestro Dios. Nos ayuda a nosotros comprometemos tiempo y silencio. Cuando nosotros disfrutamos tiempo con nuestros amigos y familia, nosotros practicamos el estar totalmente presentes. Cuando nos sentamos en el patio o en la playa, nosotros nos entregamos completamente al viento o a las olas. Seamos buenos corresponsables de nuestro cuerpo, mente y alma. No sobre-programe su tiempo libre. Escuche el tranquilo susurro de Dios alentándole a relajarse. UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD Décimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 2/3 de Julio de 2016 En el Evangelio de hoy, nosotros escuchamos a Jesús invitar a sus discípulos a ser evangelizadores. “La cosecha es mucha,” dice Jesús. Pero aquellos que están dispuestos a invitar a otros a una relación más profunda con el Señor, son pocos. Los buenos corresponsables, que están dispuestos a ser testigos de su fe católica para otros, saben que ellos son “como ovejas entre lobos.” Ellos están motivados a ser amables, pacientes y amorosos, sabiendo que pueden enfrentar rechazo y hasta una cruel oposición. El Año de la Misericordia nos invita a ser mejores corresponsables de nuestra fe, a dar un testimonio positivo, valiente y gozoso a otros, sobre todo a quienes se han alejado de su relación con el Señor. ¿Hay alguien a quien nosotros debemos acercarnos para dar testimonio esta semana? ´Décimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 9/10 de Julio de 2016 El Evangelio de hoy enfoca nuestra atención en una de las historias de Jesús más familiares, la Parábola del Buen Samaritano. Trata acerca de vivir como Dios planeó que viviéramos: de reconocer el divino amor y la compasión de Dios vertidos sobre nosotros, y de extender ese amor y compasión sobre otros, sin reserva. Nosotros podemos encontrar muchas razones para no detenernos a ayudar a alguien. Podemos disuadirnos a nosotros mismos de ser Buenos Samaritanos. Engañarnos pensando, los extraños no son nuestra responsabilidad, ¿o sí? Los buenos corresponsables comprenden que la compasión de Dios es un don que debe ser compartido, y que haciendo lo correcto, actuando hacia otros como Jesús lo haría, es la única vía de acción para quien vive de acuerdo a los mandatos del Evangelio. ¿Cómo podría usted ser un Buen Samaritano esta semana? Décimo Sexto Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 16/17 de Julio de 2016 Marta y María son el centro del Evangelio de este fin de semana, el cual abunda de espléndidos temas acerca de la hospitalidad, el servicio y el encuentro del balance correcto entre la acción y la atención fervorosa al Señor. Los cristianos que son buenos corresponsables de su vida de fe son conscientes de que si ellos están demasiado ocupados para International Catholic Stewardship Council disfrutar un tiempo tranquilo y privado con el Señor, entonces algo está fuera de balance en su espiritualidad. Si nosotros hacemos un tiempo para asistir a Misa, pero continuamos con nuestras ocupadas agendas sin oración, meditación ni reflexión, estamos perdiendo algo. Si nos encontramos ansiosos y hostigados por las rutinas de la vida, ¿podría ser este un signo de que algo en nuestra vida espiritual necesita de nuestra seria atención? Décimo Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 23/24 de 2016 La parábola del Evangelio de hoy habla de la generosidad. En lo profundo de la noche, un amigo somnoliento responde a la petición de su vecino de comida para un huésped inesperado. Jesús sugiere que sería inimaginable que un amigo pudiera rechazar a un amigo en necesidad. Un amigo indudablemente daría a su amigo lo que le pide y más. A través de esta historia, Jesús ilustra la generosidad de Dios. Los buenos corresponsables son conscientes del extraordinario amor y bondad con las que Dios nos ha colmado. Nosotros nunca necesitamos convencer a Dios de ser generoso. Dios, es ya ese generoso amigo. Su abundante amor nos baña de su bondad. Esta semana, reflexione piadosamente sobre la generosidad de Dios y sobre cuál debería ser nuestra respuesta a esa generosidad. � Décimo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario Fin de Semana del 30/31 de Julio de 2016 En el Evangelio de hoy, Jesús ofrece una advertencia a aquellos que persiguen la diversión y el placer como su meta en la vida sin preocuparse por los pobres y menos afortunados. Él narra la parábola del rico terrateniente quien, después del rendimiento de una cosecha excepcionalmente rentable un año, decide que vivirá el resto de sus días en descanso; para comer, beber y estar alegre. Dios llama al avaro un “tonto” y le deja saber que su codicia y autoindulgencia no le traerá la seguridad que él busca. Los buenos corresponsables reconocen que el dinero y las posesiones a ellos confiados son para ser usados en continuar la misión de Jesucristo. Reflexionemos esta semana acerca de nuestros hábitos de consumo diario. ¿Gastamos nosotros el dinero en artículos que nos hacen mejores embajadores de Cristo? ¿Nuestro estilo personal de vida lleva “las buenas nuevas al pobre”? (Lucas 4:18). ICSC@catholicstewardship.org (800) 352-3452 www.catholicstewardship.com