Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 PAGO DE INTERESES Boletín 7241-03 I. DESCRIPCIÓN REFERENCIA : Modifica la ley Nº 18.010, prohibiendo el cobro de intereses sobre intereses INICIATIVA : Moción de los diputados Sras. Girardi y Sepúlveda y Sres. Chaín, De Urresti, Díaz (Marcelo), Montes, Schilling y Tuma ORIGEN : Cámara de Diputados COMISIÓN : De Economía, Fomento y Desarrollo INGRESO : 30 de septiembre de 2010 ARTICULADO : Artículo único, que sustituye el artículo 9º de la ley 18.010 II. OPINIÓN EJECUTIVA DE LyD 1.- El anatocismo (o cobro de intereses sobre intereses o capitalización de intereses) es una forma habitual, internacionalmente, de proveer una solución al caso en que el deudor no está en condiciones de pagar todo o parte del crédito, que consiste en agregar al capital los intereses impagos. Si se prohíbe el anatocismo, entonces el deudor que no está en condiciones de pagar, deberá buscar otro préstamo para hacer frente a su deuda, lo que le resultará más caro y complejo. 2.- En general, estas regulaciones limitantes del mercado de capitales sueles producir distorsiones que terminan perjudicando tanto al deudor como al acreedor, pues 1 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 cuando se aumenta el riesgo del acreedor, éste de defiende aumentando la tasa de interés, perjudicando a quien se pretendía proteger. 3.- La regulación que el proyecto propone para la aplicación de la cláusula de aceleración (pago del total de la deuda cuando se deja se servir regularmente el crédito) es una materia que está y debe estar dentro de la libertad contractual de las partes. Limitar esta libertad es otra forma de introducir mayores riesgos por prestar dinero, lo que se refleja, necesariamente, en un alza del interés, lo que perjudica directamente al deudor. III. CONTENIDO DEL PROYECTO DE LEY Anatocismo. Prohibición. Previamente, cabe señalar que la capitalización de intereses consiste en sumar al capital adeudado, los intereses no pagados oportunamente; de esta manera, los intereses capitalizados dan lugar a la aplicación del interés pactado, sobre el capital aumentado por los intereses no pagados en el plazo previsto. Al respecto, el proyecto de ley hace dos cosas: 1.- Prohíbe la capitalización de intereses, y sanciona con la nulidad absoluta el pacto que contraviniere la prohibición, y Cláusula de aceleración. 2.- Da normas específicas para el caso en que se aplique la cláusula de aceleración, esto es, que el no pago de una cuota del servicio de la deuda, da derecho a cobrar de inmediato el total adeudado. Las reglas especiales que da son las siguientes: a) Para operaciones no reajustables (que solo ganan intereses) permite cobrar el capital no amortizado y los intereses recalculados hasta la fecha del pago efectivo, más los intereses moratorios y una comisión equivalente a un máximo de dos meses de intereses sobre el capital no amortizado, b) Para operaciones reajustables, permite el mismo cobro señalado para las operaciones no reajustables, con la diferencia de que la comisión equivale a un máximo de un mes de intereses sobre el capital no amortizado. Véase el proyecto de ley en el Anexo 2 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 IV. COMENTARIOS DE MÉRITO 1.- Apreciación general. La capitalización de intereses es una práctica habitual en los mercados financieros desarrollados, a nivel internacional, pues ello beneficia tanto a los acreedores como a los deudores, al otorgar mayores opciones a ambas partes. A modo de ejemplo, la no capitalización de intereses obligaría a los ahorrantes a incurrir en costos innecesarios para reinvertir los intereses ganados en un determinado período, puesto que no los pueden capitalizar respecto del mismo deudor. Lo anterior, además de constituir un obstáculo al ahorro, tiende a discriminar en mayor proporción contra los pequeños ahorrantes, en la medida en que el costo de los contratos sea independiente del monto del dinero depositado en instrumentos de ahorro. Por otra parte y desde el punto de vista de los deudores, la norma propuesta solo tiende a perjudicarlos, pues al no permitirles la capitalización de intereses, —lo que no representa más que una forma de obtener préstamos diferidos en el tiempo, sin que sea necesario celebrar expresamente nuevos contratos,— solo está limitando las opciones de un potencial deudor. De hecho, prohibiciones de esta naturaleza tienden a excluir del crédito a las personas de ingresos relativamente menores. En la medida en que aumenta el número de personas que no tiene acceso al crédito (porque el sistema no les permite repactar cuando sufren un imprevisto que disminuye su capacidad de pago), se genera una presión social que conduce a legislar nuevamente con la finalidad de establecer líneas de crédito privilegiadas y dirigidas hacia ciertos sectores, las que presentan dos graves inconvenientes: por una parte, se trata de créditos subsidiados con el dinero de todos los contribuyentes, lo que supone distorsionar la oferta de dinero, y por otra, son manejados con criterio político y no comercial, lo que aumenta la ineficacia del sistema. En el pasado hubo suficientes ejemplos de ello, lo que obligó precisamente a "limpiar" la legislación sobre operaciones de crédito de dinero. Desde el punto de vista de los deudores, si el objeto de la norma propuesta es evitar que se paguen intereses sobre deudas provenientes de intereses morosos impagos, lo único que cabría esperar es el aumento de la tasa de interés sobre los créditos iniciales (para precaver la no capitalización cuando el deudor incurra en atraso), además de inducir innecesarios conflictos entre deudores y acreedores —que pueden tener un alto costo,— afectando negativamente el funcionamiento del mercado de capitales. Finalmente, cabe observar que si se impide al banco cobrar intereses sobre intereses, y a su vez el banco sigue pagando a los depositantes intereses sobre intereses, el banco deberá subir las tasas de interés de los créditos, con lo que se perjudicarán todos los deudores, morosos o no. La medida, en 3 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 definitiva, sería pagada por los deudores que cumplen a tiempo sus compromisos. 2.- Algo de historia. El anatocismo suele mirarse como una forma de usura (pero que no llega a constituir delito si los intereses no exceden en más de un 50% el interés corriente). Este término viene de la Antigüedad; los romanos llamaban “usura” al uso del dinero, esto es, al interés que se paga por ese uso. Sin embargo, dada la situación económica aflictiva que caracterizó el término del imperio, el interés por el uso del dinero generó tasas extremadamente altas, lo que, mirado desde el punto de vista de un cristianismo incipiente, mereció un juicio de reproche sobre esa “usura”, es decir, sobre un interés elevado, de donde se relacionó desde entonces este término con una conducta ilícita. El anatocismo es también conocido desde antiguo, si bien tuvo una apreciación negativa, cercana a la usura, en épocas posteriores. En la Edad Media, por el desarrollo restringido e incipiente de los mercados, -debido a su vez a la falta de protección a los derechos de dominio, falta de comunicaciones, delincuencia, regulaciones feudales arbitrarias, etc.- las personas que disponían de dinero para prestarlo a interés gozaban probablemente de una posición dominante o tal vez monopólica. Y ello explicaría la prevención contra la usura que registran los textos de la época. 3.- Regulaciones erradas. Para ilustrar las negativas consecuencias que puede tener una inconveniente regulación sobre el crédito, puede recordarse la situación del “mercado financiero” durante la Edad Media. Algunos Sumos Pontífices, ejerciendo poder civil, que la sociedad entonces les reconocía casi sin contrapeso, prohibieron, apoyándose en algún pasaje bíblico, el cobro de intereses en el mutuo; no prohibieron prestar dinero, solamente prohibieron el cobro de intereses por el uso de dinero ajeno. Ello fue un elemento decisivo para explicar el empobrecimiento de varios siglos de la Europa medieval, hasta que nuevos vientos soplaron en las concepciones éticas de quienes eran responsables de las decisiones en materias de interés público. El Papa Urbano III (1185–1187) respondiendo una consulta de un clérigo, señala que debe ser juzgado como usurero el que no está dispuesto a prestar plata de otra forma que a crédito, con la intención de recibir más capital. En parte de su respuesta el Papa señala un hecho pertinente a nuestro análisis, cuando señala que “ha de condenarse con pena semejante —alude al parecer a la excomunión— al mercader que da sus géneros a un precio mucho mayor, si se le pide un plazo bastante largo para el pago, que si se le paga al contado”1. 1 Denzinger, Enrique: “El Magisterio de la Iglesia, Editorial Herder, Barcelona, 1963, página 143 (N°403). 4 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 El fundamento del Papa no deja de ser plausible, para una época en que no existía conciencia ni comprensión de un mercado financiero. El Papa cita el Evangelio de Lucas (6, 35) cuando dice “Dad prestado, sin esperar nada de ello”, actitud moral óptima entre hermanos, parientes, o miembros de la misma tribu, que ante una necesidad apremiante del próximo, no debían aprovechar la ocasión de discutir la tasa de interés antes de prestar el dinero. Cosa distinta es el mercado financiero, sin el cual una sociedad no se desarrolla ni crece por falta de recursos para emprender actividades productivas 2. La prohibición papal de cobrar interés en los préstamos de dinero, generó distorsiones importantes en su época. Por lo menos dos, bastante graves. Una fue el “préstamo pignoraticio”, en que el deudor daba en prenda una propiedad, como un molino, una viña, un campo; pero no se le exigía interés alguno por el dinero que se prestaba. El acreedor, por su parte, tenía derecho a hacerse dueño de los frutos del molino, viña, campo o lo que fuera. Si el dinero recibido no se devolvía dentro de plazo, el acreedor se hacía dueño del bien dado en prenda. Era, como se ve una enorme distorsión, porque el interés disimulado en la transacción no tenía relación alguna con el monto del crédito; y podía pasar inadvertido a los ojos de las autoridades que toleraban esta forma de operar3. Por cierto, quienes no tuvieran un bien para dar en prenda, carecían absolutamente de esta forma de crédito. La otra distorsión consistió en entregar el monopolio del préstamo a interés a quienes no se sentían obligados por las prescripciones eclesiásticas, lo que dio origen a muchas situaciones que derivaron en graves conflictos. En síntesis, lo que se ha querido ejemplificar, es que una norma que interfiera en la relación de crédito puede tener graves consecuencias, a menos que sea mesurada y no interfiera en aspectos esenciales del préstamo de dinero, como la confianza en el deudor o, como en el caso recién reseñado, la libertad de cobrar un interés, sea sobre el capital, sea sobre el capital incrementado con intereses impagos. 4.- La cláusula de aceleración. Es común pactar en los contratos de mutuo que el no pago de una o más cuotas del servicio de la deuda, da derecho al acreedor a demandar judicialmente el total adeudado (saldo de capital e intereses impagos). Esta forma de pactar un mutuo, que depende de la capacidad de negociación de las partes, tiene ventajas para el acreedor, porque le será menos oneroso el cobro en caso de no pago (lo que significa un menor riesgo), así como para el deudor, precisamente, porque de lo contrario la tasa de interés sería mayor. 2 Para le época del V Concilio de Letrán (1513-1521), sin embargo, este criterio había comenzado a cambiar y se permite, en ciertos casos, el cobro de un interés moderado (Denzinger, Op.cit. pág. 217, Nº739). 3 Cfr. Guy LIcoppe, en Revista MELISSA, editada bajo el auspicio del Museo de Erasmo y la Fundación Melissa, Bruselas, N°112, año 2003, Pág. 2 y siguientes. 5 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 La fórmula propuesta por el proyecto consiste en que, en tales casos, se cobra el capital no amortizado, los intereses recalculados hasta la fecha del pago efectivo, los intereses moratorios y una comisión equivalente a dos meses de intereses sobre el capital no amortizado si se tratare de un crédito no reajustable, o de solo un mes, si se tratare de un crédito reajustable. Manifiestamente, la intención de la proposición es evitar que si se hubieren capitalizado intereses, se mantenga nominalmente el capital no pagado sin que se le puedan agregar dichos intereses impagos, es decir, que si hubiere una cláusula de aceleración que deba ejecutarse y si hubieren capitalizado intereses, no se podría considerar dicha capitalización en la liquidación del crédito. La crítica a este proposición es la misma que para la prohibición del anatocismo, que ya se formuló; con la agravante de que ahora, además, se estaría modificando por ley un contrato legalmente celebrado entre las partes, en el cual se hubiere pactado aceleración en caso de no pago. Ello podría objetarse incluso constitucionalmente, en la medida que el legislador estaría desconociendo derechos legítimos adquiridos por las partes en virtud del contrato, cuya privación no puede ser impuesta por ley, sino en los casos en que la Constitución autoriza la expropiación por causa de utilidad pública o interés nacional, situaciones totalmente ausentes en estos casos. En la práctica, estas cláusulas consideran en no pago de una o más cuotas de servicio de la deuda, según lo que hubieren pactado las partes, pues nada obsta a que, dependiendo de las características de cada operación crediticia, acuerden las partes, sea antes de celebrar el contrato, o una vez que se hubiere producido la mora en el servicio de la deuda. La intervención de legislador en esta materia no va a constituir una solución, sino una distorsión de las operaciones de crédito, que a nadie beneficia. 6 Reseña Legislativa 977 12 de noviembre de 2010 V. ANEXO: PROYECTO DE LEY ARTÍCULO ÚNICO. Sustitúyese el artículo 9º4 de la ley Nº 18.010 sobre operaciones de crédito de dinero y otras operaciones en dinero, por el siguiente: 1°. Tratándose de operaciones no reajustables, el capital no amortizado y los intereses recalculados hasta la fecha de pago efectivo, más intereses moratorios y una comisión que no podrá exceder el valor de dos meses de intereses sobre el capital no amortizado. “Artículo 9°. No podrá estipularse el pago de intereses sobre intereses. En caso de infracción a este precepto la sanción será la nulidad absoluta de la estipulación respectiva. 2°. Tratándose de operaciones reajustables, el capital no amortizado y los intereses recalculados hasta la fecha de pago efectivo, más intereses moratorios y una comisión que no podrá exceder el valor de un mes de intereses sobre el capital no amortizado.". En los casos que se hubiese estipulado la caducidad del plazo y la exigibilidad del total de la deuda para el evento de retardo o no pago de una de las cuotas en que se divide la operación de crédito de dinero, sólo podrá cobrarse: 4 Norma vigente: Artículo 9° Podrá estipularse el pago de intereses sobre intereses, capitalizándolos en cada vencimiento o renovación. En ningún caso la capitalización podrá hacerse por períodos inferiores a treinta días. Los intereses capitalizados con infracción de lo dispuesto en el inciso anterior se considerarán interés para todos los efectos legales y especialmente para la aplicación del artículo precedente. Los intereses correspondientes a una operación vencida que no hubiesen sido pagados se incorporarán a ella, a menos que se establezca expresamente lo contrario. 7