TOMQ-m. ==1836. 104. r Jueves S6 de Mayo. Se publica todos los jueves, y se suscribe en Madrid en el despacho de la Imprenta Real, y en las provincias en todas las Administraciones de correos de la Península é Islas adyacentes. El precio déla suscripción en Madrid será de 28 rs. por trimestre, y en las provincias, í'rancode portéj-34 rs. , La redacción se halla en el despacho de la Imprenta, Real, á donde se dirigirán iodos los'avisos, comniwcados y reclamaciones, teniendo entendido que no serán admitidos sino francos de porte. Como la redacción es responsable de cuanto publique, se hace necesario que los artículos comunicados vengan firmados ¿; aunque si se pide por el interesado no se publicará la firma; y que sean remitidos por el conducto de personas conocidas en esta Corte los que por su naturaleza exijan mayores garantías. , . ; ADVERTENCIA. Los señores cuya suscripción concluye en jin del presente mes, y gusten continuar favoreciéndonos, se. servirán renovarla desde luego para no experimentar retraso en el recibo de los números siguientes: teniendo entendido que, declarado este periódico órgano oficial de la Sociedad Médica general de socorros mutuos, por él sabrán oficialmente todas las noticias concernientes al gobierno y marcha de la Sociedad, y además las explicaciones y advertencias con que la Redacción procurará ponerles al corriente de cuanto pueda interesarlos en este importante asunto. RESUMEN. MEDICINA PRACTICA. Observaciones sobre las enfermedades del pericardio.=TEBAPÉüTicA. Del iodo en la curación de las escrófulas, y de la asociación del opio al iodo en las úlceras escrofulosas.=Sobre el uso de las aguas medicinales de Trillo '(manantial del Rey) en las heridas por armas de fuego y en sus efectos consecutivos, por el doctor don Mariano José González y Crespo, médico director de este Real establecimiento. = REORGANIZACIÓN MÉDICA. Dictamen de los doctores Merli, López, Flotats, Porta y Sauch, individuos de la comisión especial nombrada por la Real academia de Merlicina y Cirujía de Barcelona para proponer la contestación al interrogatorio de la comisión Regia encargada de reformar los reglamentos del arte de curar. Medicina práctica. Observaciones sobre las enfermedades del peri- cardio (1). OBSERVACIÓN I. 1 Reumatismo articular (1) AndraL Clinique medícale* agudo. Aparición repentina de un dolor dislacérante en la región del Corazón .- muerte muy pronta. Exhalación purulenta en la cara interna del pericardio¡ En el mes de agosto de 1822" entró en el hospital de la Caridad un panadero , de e3ad de treinta y un a'ñbs, el cual hacia quince dia's que estaba padeciendo, ya en unas articulaciones, ya en otras, dolores muy fuertes, que á la sazón ocupaban el codo' y muñeca izquierdos y la 'rodilla y pie derechos, éo'yas partes estaban además hinchadas y rojas."También había sufrido variad veces desde la i 11 vas ion ¿M mal grandes dolores de cabeza. Cuando entró' en él hospital tenia mucha calentura, la lengua estaba roja y algo seca, y el epigastrio-se resentía mucha al comprimirle. En las primeras veinte y cuatrij horas se le hicieron dos sangrías'de doce ffnzas cada una, y el coágulo de la sangré quedó en ambas cubierto de una costra gruesa. No habiéndole encontrado mejor al día siguiente, se le sangró otra vez, y la: sangre p'réseretó también epátra. . . . . . . ; . . . . . El dia 3.? ya no había dolor en la rodilla y pie derechos; pero en cambio se había hinchado la r o dilla izquierda. La muñeca y codo dé este lado és1taban algo deshinchados , sin dolor ninguno en el estado de quietud, pero muy dólbfiáós ibdáv/a al ejecutar el menor movimiento (cuarta 'sangría d"e doce onzas, tisanas emolientes, catatplásmas dé la misma especie , dieta absoluta); La sangre presento ! T todavía costra. -••• L El día 4. 0 á pesar dé las cuatro sanarías hedíais en los tres anteriores, la rodilla, la muñtica y iíl codo izquierdos estaban hinchados y muy doloridos. La lengua ya no estaba foja (veinte sanguijuelas at rededor de la rodilla). ' El dia 5.° habia disminuido muchísimo él dolor" de esta; pero había sido atacada la derecha. La muñeca y el codo izquierdos se hallaban en él mism6 estado, la calentura Continuaba (tisanas emolientes, Cataplasmas, dieta). El dia 6." no habia novedad, ni én bien ni en mal (quinta sangría de doce onzas, diez sanguijuelas al rededor de la rodilla derecha, otras diez en. la muñeca izquierda). Durante el dia huto una mejoría notable; las articulaciones' se deshincharon ,'se las podía poner en juego sin causar mucho dolor, y el enfermo mismo deeia que se encontraba mejor que nunca. A las ocho de la noche seguía perfectanienle; las articulaciones estaban casi buenas... A Jas diez le atacó repentinamente un poco por debajo y por dentro de la tetilla izquierda un dolor atroz, que continuó toda la noche. Él dia ,<" por la mañana se hallaba en el estado siguiente: articulaciones completamente "indolentes, dolor dislacerarile en el punto indicado ¿ que ]e ha-, cia dar gritos, y que 110 se aumentaba con la compresión ni con Ja los, ni con la inspiración ¿ ni con el cambio de posición, no teniendo pür lo mismo los caracteres de un dolor plcurítico, ni tampoco Io,s de un dolor reumático. No habia tosj el sonido del pecho era claro- eí ruido dtí la respiración puro, aunque mas fuerte que !o regular; los latidos del corazori muy frecuentes , tumultuosos, irregulares en -cuanto á su fuerza é intermitentes; el pulso presentaba, las mismas intermitencias, era.muy pequeño y aun de cuando en cuando imperceptible. La cara pálida, desencajada y expresando una;ansiedad grandísima; las extremidades frías. Este terrible, cuadro'fue mirado como efecto de una inflamación, del pericardio» A Mr. Lerminier le parecióotan débil el enfermo que no se atrevió á sangrarle mas; y le dispuso treinta sanguijuelas en la región precordial y sinapismos ambulantes en los miembros con el objeto de reproducir el reumatisinp, que por una especie de metástasis parecía ha, terse trasladado al pericardio* Durante el dia no hubo ningún alivio. La respiración, que por la mañana estaba todavía bastante libre, se puso cada vez nías penosa , y el enfermo murió en la noche siguien.te á las" veinte y ^ueve horas después de la invasión del dolor precordia!* La abertura rlelj cadáver comprobó la exactitud del diagnóstico. Toda la cara interna del pericardio ..estaba cubierta de una exhalación blanquizca, blandaij.memliraniforme y de un aspecto como areolar, .y levantada esla^ presentaba, un color rojo subido. En :rigor se puede decir que no había eri dicha bolsa líquido derramado^ pues cuando mas se extrajo de ,ella una onza de serosidad verdosa ( i ) . El parénquíma del corazón, iá superficie interna de sus cavidades y los grandes vasos,- tanto aliénales como' venosos, se hallaron en el eslado mas sano. En la pleura solo se encontraron antiguas adherencias celulosas,- y en el .pulmón una congestión (en^ouerneut) seroso-sariguiriolenta. La gran corvadura del estómago estaba algo roja ; en los demás órganos abdominales no habia nada de particular, ni tampoco en el encéfalo ni en sus membr;j|ias« He aquí una cíe las pericarditis mas agudas de que' hasta ahora se ha hecho mención.: solo duró veinte y nueve' horas. Su invasión sucedió inmediatamente á ,)a desaparición del reumatismo articular. Mas adelante veremos también inflamaciones de la pleura y del pulmón ,• cuya aparición ha coincidido con la desaparición repentina de los dolores articulares. Esta es la metástasis reumática de Jos antiguos.1 Nótese también cuan infructuosas fueron en este caso las evacuaciones sanguíneas abundantes y repetidas,, tanto para curar el reumatismo articular corno, para precaver la inflamación del pericardio. Todos los síntomas de esta , así como la muerte , fueron efecto de la irritación simpática del corazón. Entre estos síntomas los que la dieron á conocer fueron Jos locales,; á saber, el dolor precordial , los latidos lunmliuosos é irregulares del corazón , la gran frecuen(i) Por eso sin duda faltó en este enfermo el sonido oscuro de la región precordial , que se ha considerado como uno de los síntomas característicos de la pericarditis. cia del pulso y su irregularidad y extrema pequenez* Sin embargo^ aunque, los autores han señalado éste eslado particular del corazón y del pulso como característico de la pericarditis, en la observación siguiente se. verá una alteración del pericardio casi idéntica ¡ habiendo sido muy diferente el estado de los latidos del corazón y sobre lodo del pulsos GiiSfíUYACiON 2. Dolores articulares: desaparición de estos j aparición de otro en la parte inferior del esternón y e/2 la región cardiaca ¡ que se aumentó gradualmente • oscuridad de los latidos del corazón; pulso fuerte f regulan Falsas membranas en el pericardioLJn negro de diez y nueve años, sastre, tasiante débil, pero de una buena salud habitual ¿ comenzó á sentir el 19 de abril de 1822 unos dolores que.pasaban alternativamente Je una articulación á otra, pero cuyo asiento principal estaba en la muñeca derecha , en las dos rodillas y en la articulación tíbiotarsiana izquierda. En la tarde del dia a3 del mismo mes entró en el hospital de la Caridad, y en la visita del 24 por la mañana se hallaba en el estado siguiente: grande ansiedad genera] ¿ ojos pesados, pequeña tumefacción de la muñeca y rodilla derechas; los mas pequeños movimientos comunicados á estas portes producían eri ellas uti dolor tan fuerte que hacia dar gritos al enfermo; Ja rodilla izquierda y el contorno de los maleólos estaban íainbien doloridos , pero no hinchados; pulso frecuenté y desenvuelto j piel caliente y algo húmeda , lengua blanca, sed. regular, astricción de vientre (sangría de diez y seis onzas ¿ infusión de borraja y amapola^ julepe). Por lá tarde sudor copioso. Dia,2a : el mismo estado con corta diferencia. La sangre sacada el día anterior presentaba un coágulo ancho, poco consistente, sin costra. Atendiendo á que persistían los dolores y la reacción general era grande, Mr. Lerminier prescribió otra sangría de doce onzas* A poco de haberse' hecho ¿ presentó la sangre un coágulo- denso * pequeño , con bordes revueltos á la manera de ciertas setas ¿ cubierto de una costra gruesa y rodeado de mucha serosidad verdosa; de suerte que había una diferencia notable entre esta sangre, y la de Ja primera sangría,- aunque eti ambos casos se abrióla vena de un mismo modo. Por la tarde lomó el enfermo' doce granos de polvos dé Do•wer en dos veces j y sudó copiosamente gran parte de la noche. El día 26 ya se habían deshinchado ¡as articulaciones y apenas estaban doloridas ; pero el enfermo se quejó (por la primera vez) de dolores vagos en las paredes torácicas ¿ su respiración estaba acelerada y la calentura continuaba (tercera sangría). La sangre presentó los mismos caracteres que en la segunda. Todo el dia estuvo el enfermo quejándose mucho1; Jos dolores torácicos se concentraron en el epigastrio y eri la parte inlerior del esternón'. Por la noche grande agitación ¿ insomnio completo y ningún sudor* El 27 todos Jos síntomas se habían exasperado. Los movimientos inspiralorios eran cortos y frecuentes, yise efectuaban mediante la elevación de las costillas y la depresión del diafragma. El enfermo estaba eri un continuo quejido y sentia eri el epigastrio un dolor grande t que se aumentaba con la rijas leve compresión, y se extendía á la parte inferior del esternón y á la región precordial.- Los dolores de los miembros habían desaparecido enteramente. No tenia los¿ el pecho sonaba bien por todas paites, y por todas también era puro el ruido respiratorio, sí bien mas fuerte que de ordinario; el pulso era muy frecuente y muy duro, pero regular, al paso que los latidos del corazón, escuchados por medio del este- toscopio, se oían poco; auscultando la región del corazón sin estetoscopio se oia un ruido confuso sin poderse distinguir las pulsaciones de los ventrículos y las de las aurículas. Este conjunto de síntomas y la falta de señales de inflamación de las pleuras ó de los pulmones , nos hicieron sospechar que Ja enfermedad en cuestión era una pericarditis. (Cuarenta sanguijuelas en la región precordial, pocas horas después de aplicadas estas un vejigatorio en el epigastrio.) Durante el dia el enfermo se encontró muy aliviado; pero por la noche se empeoró otra vez: tenia una calentura terrible , mucha disnea, y parecía que iba á sufocarse. Se le hizo inmediatamente una sangría copiosa, y apenas comenzó á salir la sangre se puso mas libre la respiración. La sangre tenia el mismo aspecto que en las dos anteriores sangrías. En la mañana del 28 el estado del enfermo había vuelto á mejorar mucho; la respiración era mas tranquila; el pulso menos frecuente y su fuerza igual con corta diferencia á la ordinaria; el dolor del epigastrio y de la región precordial habia desaparecido. El 29 ia respiración se habia pucstootra vezmuy difícil y el pulso muy frecuente y duro; en la r e gión precordial se oia nn ruido tumultuoso indefinible , y la percusión daba un sonido mas oscuro que los días anteriores; el dolor de esta misma región y del epigastrio habia aparecido de nuevo. Como las evacuaciones sanguíneas habían producido siempre grande alivio, se mandó otra sangr/a de doce onzas y doce sanguijuelas en la región del corazón. Al vejigatorio del epigastrio , que ya estaba seco , se sustituyeron otros dos en las piernas. El dia 3o la respiración, aunque siempre acelerada , era sin embargo menos difícil que el dia anterior. El enfermo ya no sentía dolor; su semblante era muchísimo mas tranquilo y natural; el pulso todavía estaba fuerte; el aspecto de la sangre era parecido al de ¡as otras sangrías. (Quince sanguijuelas en la región del corazón.) Durante el dia el enfermo continuó lo mismo. A las ocho de la noche estaba tranquilo y sin alteración en la fisonomía , respiraba al parecer con bastante libertad, hablaba con facilidad, se sentaba sin mucho trabajo y no tenía ningún dolor. A las once murió repentinamente. Nueve horas después se hizo la abertura del cadáver. Ni el cerebx'o ni las meninges presentaron ninguna lesión apreciable. Cada uno de los ventrículos laterales contenia como una cucharada de serosidad trasparente. Los pulmones estaban pálidos, permeables, en una palabra sanos. En el pericardio habia como unas doce onzas, mas que menos, de serosidad turbia. Toda la membrana serosa , tanto la correspondiente al corazón como la que viste la hoja fibrosa del pericardio, estaba cubierta por una falsa membrana, que por sus muchas asperezas tenia un aspecto bastante análogo al del segundo estómago de los ruminantes, conocido con el nombre de buche. Corvisart y Laennec han hablado ya de esta especie de pseudo-membrana mamelonada , que solamente han encontrado en el pericardio. A lo largo del surco que señala el sitio de reunión de los dos ventrículos, y en la punta del corazón habia concreciones albuminosas, membranilormes, como las que se suelen encontrar en las membranas serosas inflamadas. Finalmente, en dos ó tres puntos cruzaban de una á otra porción de la membrana serosa bridas largas, blancas, muy blandas y que se rasgaban apenas se tiraba de ellas. El tejido del corazón estaba muy pálido : sus cavidades contenían coágulos fibrinosos _, privados en parte de materia colorante, los cuales se extendían por los vasos. Las visceras abdominales estaban sanas, excepto el bazo que era notable por su extrema blandura. En las articulaciones no se encontró ningún vestigio de flegmasía. En este caso, como en el precedente, la inflamación del pericardio se presentó al mismo tiempo que desapareció ¡a afección reumática de los miembros, El dolor que anunció su invasión fue primero vago y pequeño , y aun tal vez en el principio no fue' verdaderamente efecto de esta inflamación. Mas bien parece que el reuma atacó desde luego á las paredes torácicas, produciendo en ellas dolores vagos, que después se hicieron mas intensos, y fueron oeupandosucesivamenle el epigastrio, la parte interior de) esternón y la región precordial. Estos dolores, aunque muy fuertes, nunca lo fueron tanto como en el enfermo de la primera observación , en el cual ademas continuaron sin interrupción hasta la muerte, al paso que en este no fueron continuos, circunstancia que los asemejaba mas todavía á la afección reumática. Varias veces vimos desaparecer el dolor, la disnea y la ansiedad general, siendo muy digno de notarse que la muerte no ocurriese en medio de una exacerbación del dolor ó en un acceso de disnea r sino cuando ya habia una mejoría sensible y la enfermedad principiaba al parecer á resolverse. El pulso, bien diferente de! que tenia el enfermo de la primera observación, estuvo constantemente desenvuelto, duro y regular, y al mismo tiempo eran en extremo oscuros los latidos del corazón : precisamente lo contrario de lo que se observa en otras circunstancias, siendo idéntica sin embargo la lesión del pericardio; lo cual quiere decir que el corazón está irritado de otro modo, que el sistema nervioso recibe otra clase de influencia. Terapéutica. Del iodo en la curación de las escrófulas,'y de la asociación del opio al iodo en las úlceras escrofulosas. El iodo, en su calidad de medicamento enérgico, puede producir tan pronto milagros como accidentes funestos, y por lo tanto debe tener, como tiene, admiradores fanáticos, y detractores ó censores injustos y obstinados. Su suerte sin duda será la de experimentar como el emético y otros remedios enérgicos ó heroicos todas las vicisitudes de la fortuna ; pero tan superior el iodo á las exageraciones de sus partidarios fanáticos, como al desprecio de sus detractores, sobrevivirá (del mismo modo que el emético, la quina*&c.) al desprecio injusto de sus detractores, sobrevivirá á las pasiones del momento y á las futuras leonas, y se colocará en el formulario de Jos prácticos al lado de los remedios citados y de oíros varios de propiedades conocidas. Cuando el doctor Coindet tuvo la idea tan feliz como fecunda de aplicar este cuerpo, apenas conocido, á la curación de las escrófulas, y que se conocieron los buenos resultados de sus primeros en- (244) sayos, cada médico se propuso repetir los del médico de Ginebra. Muchos bocios é infartos glandulosos se curaron con este medicamento; pero también no pocas mujeres vieron disminuirse ó marchitarse sus pechos por su acción sobre ellos. Algunos jóvenes también compraron la resolución ó fundición de infartos cervicales á costa de la calentura, de dolores de estómago , de la pérdida de apetito, de diarreas abundantes, del enflaqtieciniiento y aun del marasmo. Estos no pudieron menos de llamar la atención de los médicos, y lo que era el resultado de la falta de experiencia ó de la impericia se atribuyó al medicamento mismo. De aquí nació la desconfianza de unos y la aversión de otros al iodo, cuyo medicamento no necesitaba para asegurar su triunfo sino el ser manejado por manos mas experimentadas. Las preparaciones indicadas por el doctor Coindet, y la tintura del iodo en particular eran infieles: por una parte la dosis de iodo administrada cada dia al enfermo era demasiado fuerte, y por otra se precipitaba el iodo en la mezcla que se hacia de la tintura con otros líquidos, y poniéndose en contacto inmediato con la membrana mucosa gastro-intestinal producia en ella una sobre-irritacion que, renovada y sostenida cada día con el medicamento, ocasionaba accidentes mas ó menos graves. El mismo doctor Coindet fue uno de los primeros que lo observaron, y fraccionó la dosis del iodo de modo que su acción fuese mas segura y menos peligrosa. Algunos ensayos aislados propendieron al mismo resultado, y el iodo conseguía en la práctica de algunos médicos resultados felices bien evidentes ; pero no por eso dejaba de ser para otros un objeto de desconfianza ó terror. Para disipar este estado de incertidúmbre se necesitaba que un hombre, apreciador justo de las virtudes de este medicamento, quisiese hacer de él el objeto especial de su estudio, y se encontrase ademas á la cabeza de un servicio de hospital, posición i n dispensable para esta clase de investigaciones ó ensayos. El doctor Lugol fue el que tomó á su cargo esta tarea, y sus trabajos, conocidos ya áe muchos médicos, han sido recompensados, aunque acaso demasiado pronto, no sin justicia. Las diferentes memorias publicadas por este médico han tenido ya por resultado el vencer la repugnancia de muchos prácticos y moderar la excesiva confianza de algunos otros; su p u blicación ha provocado ya, y aun ocasionará todavía , nuevas medidas que acabarán por dar al iodo toda la importancia que merece; pero lo que sobre todo es de desear es que s^ extienda ó generalice el hábito de manejar este medicamento con seguridad , y esta última consideración nos induce á reasumir en una serie de artículos especiales todo lo que se ha hecho en estos últimos tiempos ac«rca del uso del iodo , lo mas inmediatamente aplicable á la práctica. Nuestra i n - tención rio es la de hacer una monografía completa sobre el iodo y sus virtudes por no permitirlo la naturaleza de esta obra, y porque los trabajos hechos sobre esta materia exigirían un t r a tado ex professo. Ahora nos limitáremos á hacer conocer un trabajo nuevo sobre la asociación del opio al iodo en los casos de úlceras escrofulosas. El doctor Lemasson, que ha hecho en el hospital de sari Luis un estudio particular dé las afecciones escrofulosas, ha publicado uriá memoria llena de hechos y de consideraciones prácticas muy interesantes, cuyo objeto es probar: i.° Que el iodo, administrado como és debido , no es nocivo á la economía, como lo suponen algunos prácticos. 2. 0 Que el iodo es un medicamento mucho mas poderoso que todos los antiescrofulosos comunes , como lo ha probado el doctor Lugol dé un triodo perentorio , supuesto qae produce buen efecto y una modificación feliz en los casos ea que todos los demás modificadores no la han producido. 3.° Que para los casos de escrófulas ulceradas, la unión del opio con el iodo da á las preparaciones ioduradas una virtud que no tenían, sea porque entonces el opio obre por sus propie-r dades, tiempo hace conocidas, de disminuir las secreciones , ó sea porque la asociación de estos dos remedios heroicos exalte ademas sus cualidades. Dejando aparte las dos primeras proposiciones, nos limitaremos á exponer un resumen muy sucinto de las pruebas en que se apoya su autor. Ninguno de ¡os médicos que ha hecho uso del iodo pone en duda la propiedad que posee de ser un excitante muy enérgico dé nuestros tejidos , siendo tal que hay que suspender su uso muchas veces durante el método curativo de los escrofulosos, ya al interior ó ya al exterior como tópico , para contener los fenómenos i n flamatorios que ocasiona. El doctor Lemasson, que ha observado éstos fenómenos, há pensado que la asociación del opio al iodo podría , remediando estos accidentes locales ó precaviéndolos , hacer mas continuo y ventajoso el uso del iodo ; nada era mas fácil de prever; pero no solamente los efectos de esta mezcla usada coirió tópico correspondieron perfectamente á la idea que habia concebido este médico, sino que ademas le condujeron á hacer de esté remedio la base dé un método curativo. Nueve observaciones bien detalladas demuestran la eficacia de las preparaciones ioduro-opiadas, en los casos de úlceras escrofulosas, en enfermos que presentaban todos los caracteres de la diátesis escrofulosa mas arraigada. Así és qué el doctor Lemasson considera el método siguiente como preferible al que consiste en el uso del iodo solo ó sin el opio. Este método curativo nó se diferencia del que preconiza él doctor Lugol, de quien; ha r e cibido el doctor Lemasson las primeras nociones prácticas sobre las escrófulas, sino por la pomada ioduro-opiada, con la cual se cubre la superficie ulcerada, y por el modo de usar interiormente el iodo. 'En lugar de hacer uso del agua .mineral iod(irada, que consiste, como se sabe , en ana solución del iodo (de medio á un grano) en la libra de agua destilada, el doctor Lemasson prescribe una solución de iodo, cuya fórmula indicada mas abajo es la que prefiere: i.° porque es mucho mas fácil de trasportar: 2. 0 por ser de un precio mucho menor; y 3.° porque se presta mejor á las modificaciones en mas ó en menos que son muchas veces necesarias durante el método curativo. Por ío demás, él asocia al iodo usado de este modo los diferentes remedios a c cesorios que el doctor Lugol y otros prácticos emplean igualmente , según los casos, en la curación de las escrófulas , como los vinos ó los jarabes amargos, los baños sulfurosos, los purgantes suaves , el ejercicio &c. He aquí' las diferentes preparaciones indicadas por el doctor Lemasson: Pomada iodurada. Tfi. Iodo, quince granos; ioduro de potasio, una dracma; láudano de Rousseau, dos dracmas ; manteca fresca, dos onzas. Fórmese s. a. una pomada perfectamente h o mogénea. Con esta pomada se cubre bien una planchuela de hilas con Ja cual se cubre ¡a u l ceración. Si hay mucha irritación en la parte inmediata de la piel, se aplicará sobre las hilas una cataplasma emoliente. Solución iodurada. IJf. Iodo, un escrúpulo; ioduro de potasio, dos escrúpulos; agua destilada , una onza. Tritúrese en un morlero de v i drio el iodo y el ioduro, y añádase por partes el agua destilada. Esta solución contiene un grano de iodo por cada veinte y cuatro gotas. Se puede dar á un adulto primero tres gotas , después seis , y sucesivamente hasta ocho y aun diez; pero en general es raro que no se afecte el estómago y sobre todo la faringe de un modo incómodo cuando se llega á dar cinco cuartos de grano de iodo, lo cual exige con frecuencia la cesación momentánea del remedio. Es muy importante el extender ó menear bien la solución a n tes de tomarla. Se dividirá en dos ó tres dosis, que se tomarán en un vaso ó medio de agua azucarada cada vez , el número de gotas que se quiere administrar. Solución ruhefaciente iodurada. Bf. Iodo, dos dracmas; ioduro de potasio, cuatro dracmas; agua destilada , dos onzas. Esta última preparación es ligeramente caterética, y se la usa pasando ligeramente sobre las .partes enfermas \ un pincel de hilas impregnado en esta solución. Su. efecto es el de deprimir los mamelones carnosos, avivar la superficie de las ulceraciones fungosas, é imprimirlas un nuevo modo de vitalidad mas apropiado al trabajo de cicatrización. Como líquido, tiene ¡a facultad de ponerse en contacta con todos los puntos de la superficie ulcerada, mucho mejor que las pomadas, y no tiene como estas la desventaja de ponerse rancias. También se usa para dar á la cicatriz (siempre delgada^ inyectada, húmeda y desmoronable) que sucede á las ulceraciones escrofulosas , y que se halla sobre masas tuberculosas, la solidez y demás cualidades que se observa en las cicatrices de las demas soluciones de continuidad. Para esto basta, según el doctor Lemasson, tocarla cada dia , ó á lo menos cada dos dias , con un pincel de hilas cargado de solución rubefaciente. No tarda en verse la trama de la cicatriz apretarse, desaparecer la exudación con la inyección de ¡os nuevos capilares, resolverse los restos de los núcleos tuberculosos, esparcir ó comunicar las mallas de tejido celular su desarrollo natural , y dar á la cicatriz adherente al principio la movilidad del resto de la piel. Sobre el uso de las aguas medicinales de Trillo (manantial del Rey) en las heridas por armas de fuego y en sus efectos consecutivos, por el doctor don Mariano José González y Crespo, médico director de este real establecimiento. Se han obtenido tan felices resultados en el ano anterior con la aplicación de las aguas medicinales del manantial del Rey (1^) en Jas heridas por armas de fuego y en sus efectos consecutivos, que acercándose la presente temporada de baños, creería faltar á uno de mis primeros deberes sino publicase varias de las historias de esta naturaleza,recogidasen aquella época.La suerte de los beneméritos militares que á consecuencia de heridas gloriosamente recibidas en el campo del honor, han perdido el inapreciable don de la salud y arrastran una vida triste y desgraciada , exige se haga una resena de dichas historias para que estos valientes, y ¡os profesores que ejercen la Medicina, se impongan de la acción de un remedia (1) El abundante manantial del Rey, que surte cuatro grandes pilas, dos albercasyona hermosa fuente, brota en el centro del establecimiento á dos varas de distancia del edificio de baños, á 2586 (oriente) de la población y á 100 de la orilla izquierda del rio Tajo. El agua mineral tiene al nacer á3 grados sobre o del termómetro de Deiúc, arroja infinidad de burbujas gaseosas, es clara, muy diafana, delgada, dé menor gravedad específica que el agua destilada ¡ untuosa al tacto, sin olor ni sabor sensibles; en el na» cimiento ni en los cauces por donde corre no deposita ningún poso ó sedimento, disuelve mal el jabón, se calienta y enfría con prontitud, endurece las legumbres y sirve para la vejetacioji, como igualmente las aguas de las demás fuentes que nacen en este delicioso y pintoresco sitio. Mineralizan esta agua los gases oxígeno, ázoe y ácido carbónico, los carbonatos de cal y de hierro, los hidro-cloralos de cal y de magnesia y el sulfato de cal. (46) tado el servicio activo propio de su destino de eficaz que jnitiga ó hace desaparecer unos padecicomandante , y de haberse expuesto á las inclemientos las mas pertinaces y rebeldes, qae son los mencias del tiempo y á toda clase de fatigas en producidos por heridas causadas por cuerpos conuna difícil y peligrosa jornada que hizo en lo mas tundentes, en las que no solo se destrozan las rigoroso de la estación. partes blandas, sino también las duras, resulDon Juan de Dios de la Sala, comandante tando dolores vehementes, úlceras crónicas, sude infantería, natural de Alicante, edad cuarenpuraciones abundantes, la rotura y caries de los ta y cinco años, idiosincrasia gastro-hepática, huesos, la mortificación de los sitios afectados, soltero, de resultas de haber recibido en la guerla rigidez 'ó contracción dé los músculos y tenra de Navarra un balazo en la parte interna del dones, y la inutilidad ó pérdida de algún miemmuslo por cima y muy inmediato á la rodilla izbro. En tan lastimoso estado se hallaban consquierda, quedó esta articulación en un estado intituidos los enfermos siguientes: completo de anquilosis ; el enfermo andaba con El señor don Juan Villalonga, comandante macha dificultad , y sufria además en la parte del cuarto regimiento de granaderos de la Guarafecta fuertes dolores que se exacerbaban en las dia Real, natural de Mallorca, edad cuarenta y vicisitudes atmosféricas. Por esta causa vino á las « n a n o s , temperamento sanguíneo, idiosincrasia aguas medicinales de Trillo , que tomó en bebida liiliosa , constitución robusta y soltero. En Navary en baños parciales y generales con tan feliz éxira recibió un balazo en la parte superior del tercio to, que logró adquirir mas movimiento en la arinferior del musió derecho, quedando embutida la ticulación , y que casi desapareciesen los dolores, tala en el fémur, por manera que fue indispensable y así marchó del establecimiento cojeando muy extraerla por medio de una difícil y peligrosa opepoco, y andando sin mas apoyo que un bastón: ración. De resaltas de los enormes padecimientos después recuperó su salud, no obstante lo rigorode esta funesta herida se gangrenaron algunos punso del anterior invierno, sufriendo solo molestos de la exiremidad, estuvo el enfermo próximo á tias de muy poca consideración. perecer, y llegaron los músculos y tendones á enDon Luis Cornejo, subteniente del regimiencogerse en tales términos que ¡a pierna con el musto de la Reina, segundo de línea, natural de lo formaba un ángulo recto , cuyo vértice era la Ceuta, edad veinte y ocho años, temperamento rodilla. En esta deplorable situación le condubilioso , soltero. Hacia un año que habla recibijeron á las aguas minerales sulfurosas de Baréges do casi juntos dos balazos en el tercio superior en los Pirineos, y con los chorros y los baños geY parte anterior de la pierna derecha, resultannerales salieron muchas esquirlas huesosas por la do cuatro heridas y la fractura de la tibia. Desherida, cicatrizó esta después y se logró un alivio pués de haber sufrido una curación muy protan notable que el paciente pudo andar, aunque lija , de haber tenido una gran supuración y con mucha dificultad, con auxilio de una muleta. Mr. Balar , médico inspector de aquel estableci- 1 arrojado muchas esquirlas huesosas, le quedaron fuertes dolores en toda la extremidad con miento, que personalmente había reconocido y encogimiento de los músculos y tendones, muy analizado las aguas medicinales de Trillo , mahinchada la parte comprendida entre ¡a rodilla nifestó á este benemérito oficial que no obleny articulación del pie, y una úlcera que daba dria una curación radical si en tiempo oportuno bastante pus. En estos términos muy imposibino las usaba, cuyo consejo no pudo efectuarse litado , y tres dedos mas corta la pierna derehasta pasado un año. En todo este tiempo sufrió cha que la izquierda, vino á las aguas mediciel enfermo vehementes dolores con especialidad naies, y con su uso en bebida, los baños paren las variaciones atmosféricas, y continuando ciales á chorro y generales se alivió tanto este enla rigidez de los músculos y tendones , tenia ia fermo , que la úlcera cicatrizó, cesaron los dolopierna derecha cuatro ó cinco dedos mas corta res é igualmente la rigidez de la pierna; por maque la izquierda, por lo que andaba cojeando nera que antes de partir de los baños andaba con con mucha molestia : mas todos estos padecimienfacilidad , sus padecimientos habían disminuido tos desaparecieron con la aplicación de los bamucho, consiguiendo posteriormente una notaños parciales y generales ; siendo tan pronta y ble mejoría. manifiesta la mejoría que antes de concluir el uso del remedio mineral se había quitado el encoBenito Larra, granadero del tercer regimiengimiento de la pierna y andaba el enfermo con to de la G-uardia Real, aragonés, edad veinte soltura, debiendo notarse que desde entonces apey ires años, temperamento bilioso. Habia reci"lias sé ha resentido de su extremidad, á pesar bido un balazo, que le atravesó el muslo dere'de la crudeza del anterior invierno , en que la cho, entrando la bala por la parte media postemperatura por muchos dias descendió á g graterior, y saliendo por la anterior; pero sin ofendo? bajo o, los frios fueron extremadamente secos, der el fémur. En la herida que hizo la salida de sutiles y penetrantes, y los hielos tan perennes que la bala se formó un tumor que supuró y en seduraron por mas de un mes, y á pesir de haberse guida cicatrizóla úlcera, quedándole solamenie dado de alta en el regimiento, de haber presdolores en la ingle y rodilla que le hacian co_ jear, y se exacerbaban notablemente en las variaciones de la atmósfera. Los baños minerales generales y á chorro calmaron en gran manera los dolores, é hicieron que el enfermo pudiese andar con agilidad y sin ningún apoyo. Domingo Vázquez, granadero del tercer regimiento de la Guardia Real, gallego, edad veinte y un años , temperamento sanguíneo-linfálico. Hacia mas de un año le habían dado un balazo en la parte externa del muslo derecho por cima de la rodilla ; la bala quedó dentro de la herida, que cicatrizó después de extraído este cuerpo extraño ; mas desde aquella época le molestaron fuertes dolores que seguían la dirección de los músculos recto anterior y triceps-femoral, y cuando hacia un ejercicio algo violento se le adormecia la extremidad afecta. Con los baños medicinales desaparecieron los dolores, y este enfermo , que estaba bastante deteriorado y achacoso , se habia robustecido y presentaba el aspecto de la mejor salud antes de salir del pueblo. Ventura Alfaya, granadero del tercer regimiento de la Guardia Real, gallego, edad veinte y dos años, idiosincrasia gastro-hepática , de r e sultas de una bala que le entró por la parte superior posterior del muslo izquierdo, y salió por la anterior inmediato á la i,ngle, le quedaron vehementes dolores en los músculos sacro-femoral y fascialata , y no se habia conseguido hacer cicatrizar la herida por donde salió la bala. Este enfermo recobró su salud con los baños medicinales , pues los dolores desaparecieron, y la herida se cerró. Podrían citarse varios otros casos venturosos; pero como todos elíos son de igual naturaleza, creo suficientes los expuestos para comprobar la benéfica influencia de las aguas minerales del manantial del Rey en la curación de las heridas por armas de fuego y sus efectos consecutivos. Madrid 20 de mayo de 1836. = Director, Mariano José González y Crespo. Reorganización médica. Dictamen de los doctores Merli, López, Flotáis, Porta y Sauch, individuos de la comisión especial nombrada por la Real academia de Medicina y Cirnjia de Barcelona para proponer la contestación al interrogatorio de la comisión regia encargada de reformar los reglamentos del arte de curar. Preguntas relativas al ejercicio de la ciencia de curar. Primera serie. ¿Cuál ha sido el estado del ejercicio de la ciencia de curar en España desde 1790 hasta el dia? ¿Qué cambio ha sufrido durante todo este tiempo? ¿Qué efectos han producido estos cambios ? ¿De qué clase de mejoras son susceptibles las leyes, decretos , reglamentos ó Reales órdenes vigentes en el dia sobre aquel ejercicio? NOTA, Al responder á estas preguntas, des- pués de tomar en consideración el estado del ejer-> cicío de la ciencia de curar de un modo genera!, se deberá hablar particularmente: i.° del ejercicio libre de. la ciencia, ó bien con respecto á aquellos profesores que la ejercen sin hallarse contratados ó empleados: 2. 0 del ejercicio de ella en los destinos de la profesión, correspondientes á lo civil, comprendiendo á los empleados no solo en los hospitales, hospicios ó establecimientos de caridad de toda clase, sino también en los partidos y en las aguas minerales ; y 3.° del ejercicio de la profesión con respecto al ramo militar. Respuesta. El ejercicio de la ciencia de curar en España desde 1790 hasta el dia ha sido sumamente vario y desarreglado. El incansable prurito de los profesores de los tres ramos de entrometerse los unos en las facultades de los otros, y de querer los cirujanos ejercer la Medicina y los boticarios la Medicina y Cirujía , ha ido haciendo de aquel una ocupación precaria , apenas suficiente para atender á la subsistencia y decencia de cada uno de los individuos que profesan la ciencia curativa , siendo así que mientras no se salieron del camino trillado se mantuvo su crédito, con mas el decoro y lustre de la ciencia en todas sus partes. Que en virtud de las ordenan* zas del año 1 7 9 1 , el colegio de Grujía de Cádiz, con el pretexto de que sus alumnos destinados al servicio de la marina, para lo que estaba erigido, debían ejercer en ella la Medicina lo mismo que la Cirujía, los tituló cirujano—médicos, y no tardaron en ejercer ambas facultades públicamente, no solamente en los buques, sino que también ea las poblaciones y donde les daba la gana, sin i n tervención alguna del Proto-medicato que entonces dirigía el ejercicio de la Medicina, ni de las universidades en donde se enseñaba. Que otro tanto sucedió en el colegio de Cirujz'a de Barcelona por las ordenanzas de 1795 , en las que con e[ pretexto de formar facultalivos para el ejército se dieron á los graduados privilegios de ejercer la Medicina lo mismo que la Cirujía, titulándolos cirujano-médicos, y creando los doctores en Cirujía-médica. Que en 1799 se reunió la enseñanza de los tres ramos de la ciencia y el ejercicio de los dos de Medicina y Cirujía, aboliendo el Pro— to-medicato y sus leyes, y la enseñanza de la Medicina en las universidades. Que en 1 8 0 1 , en vista de los malos efectos que habia producido la tal reunión, tuvo que separarla elGobierno, quedando la Medicina bajo la dirección de una junta superior gubernativa, y volviendo 1a enseñanza á las universidades ; la Cirujía bajo la dirección de otra junta; la Farmacia igualmente bajo de otra-, pasando la enseñanza á los colegios particulares de cada una de ellas. La de Cirujía retuvo" la facultad de autorizar á los graduados en Grujía— médica , ó sea á los cirujano-médicos, para t r a tar en la práctica las enfermedades que llamaron mistas , y que en realidad son médicas sh bargo del estravagante y cómodo titulo que se les ha dado. Desde esta época hasta el año 1827, sé mantuvo el ejercicio de la ciencia de curar á poca diferencia separado del,mismo modo en los tres ramos : vino el dicho año de 1827 , y en él sufrió la ciencia, en especial de Medicina y G r u jía , el último y mas notable cambio en su ejercicio, viéndose en virtud del reglamento de aquel ano reunido por precisión el de entrambas en un mismo sugeto, dejando no obstante un simulacro de enseñanza de la Medicina en las universidades; pero inhabilitando en masa á los graduados en ella para todos los destinos públicos , y no dejando consideración alguna ni á los que se hallaban ya muchos años revalidados y doctores en Medicina , ni á los que se encontraban estudiándola en las universidades. ¿Podia hacerse mayor agravio á la honradez ¿inocencia de la honorable clase de médicos? ¿á su aptitud y merecimientos bien acreditados en España ? Anonadarlos, menoscabarlos arbitraria é injustamente con restricciones odiosas, postergarlos, mejorar Ja posición social de los médico-cirujanos, su bien estar, dándoles entre otras en privilegio las consideraciones y derechos legales defraudados á los médicos; tal es la virtud y tendencia del funesto reglamento de 1827. ¡El reglamento de 1827 .'ciertamente es oprobio del siglo el que sirva de regla en el gobierno de la facultad, toda vez que sobre estar en contradicción chocante con la fuerza misma de las cosas , tiene toques de muy señalada parcialidad. Su derogación debiera ser inmediata; y está necesidad comunmente reconocida, es una pbjecion nueva contra una sanción que, demostrados por la experiencia sus fatales resultados, ha inspirado una indignación general y casi unánime. Inundar las ciudades y poblaciones numerosas de medicastros , que por su número y escasos conocimientos han tenido que valerse de todos los medios bajos é indecentes para proveer á su subsisíencia , escasear sobremanera la clase de hábiles operadores, y abandonar la salud de los pueblos pequeños á ¡a caterva de los sangradores que no sabían de Medicina ni de Ciruji'a. Es de! caso observar que la necesidad de tocar este asunto y la fuerza de la convicción ha obligado á hablar en la conformidad, ñola malevolencia ni la sátira, ni Qtra ; pasión innoble. Es harto sabido que el desempeñar bien una profesión no es consecuencia .necesaria del título que se tenga para ejercerla, y inucho:;menos,dé que el profesor con uno ó mas tíluJps reúna el ejercicio legal de dos ó mas profesiones. ', Aboliendo todas las leyes que tiendan directa », indirectamente al público ejercicio de ambas facultades en un solo sugeto , vedando severajjjjente el graduarse simultáneamente en ellas; obligándose á todos el cursarlas y estudiarlas ri.giirosamente; y quitando absolutamente la clase ,<)& sangradores, y, demás , dejandá.soiamente la de ó cirujanos, iguales en consideración y respetos, sin pretensiones quiméricas relativamente á la preeminencia de uno de los dos ramos de la ciencia de curar sobre el otro. La promulgación de una ley única , redactada al tenor de las citadas bases, y que abrazara las condiciones del ejercicio de las partes de la ciencia de curar , sería de grande utilidad para derogar con ella la legislación actual que rige en el ramo, la cual á mas de ser difusa, embrollada y algunas veces contradictoria contiene ciertas disposiciones vejatorias, y otras que se dirigen á satisfacer ambiciones particulares bajo frivolos pretextos. NOTA. De las bases sentadas en las antecedentes respuestas y de las que se pondrán á continuación , se deducen claramente Jas que en general pueden satisfacer á las preguntas contenidas en la primera nota del interrogatorio. Segunda serie. Suponiendo que sea conveniente ó necesario variar el estado actual en que se encuentra el ejercicio de la ciencia de curar, ¿ cuáles son las causas de que las medidas tomadas por el Gobierno en diferentes épocas para mejorar ó arreglar la parte de la policía médica correspondiente" al ejercicio de la profesión no havan producido todo el efecto que se debia esperar de ellas? ¿Se podrá atribuir el mal estado del ejercicio de la profesión medica á la situación en que se ha hallado ó halla la Nación? ¿Han contribuido á producir aquel mal estado las preocupaciones populares? ¿Ha tenido alguna parle en ello la falta de leyes , reglamentos, decretos ú órdenes sobre cualquiera de los puntos que se comprenden bajo el nombre de policía médica? ¿La han tenido directa ó indirectamente las disposiciones dadas durante los últimos cuarenta años sobre la misma materia, ya sea por falta de cumplimiento de aquellas disposiciones, ó ya por efecto de las disposiciones mismas? Respuesta. Las facultadas que bajo diferentes pretextos se han concedido á los cirujanos de ejercer la Medicina; la ninguna ó poco menos que imposible demarcación de las atribuciones correspondientes al ejercicio de los dos ramos ; la existencia de una clase de cirujanos llamados romancistas con privilegios peculiares, y la introducción de los nuevos cirujanos sangradores, que si bien con facultades limitadas, pero no tanto que en la mayor parte de los casos no puedan ejercer la Medicina en todas sus partes, sin que apenas hayan aprendido los rudimentos, son las principales causas de la inutilidad de todas las mejoras y arreglos que el Gobierno ha pensado en diferentes épocas sobre la parte de la policía médica correspondiente al ejercicio de la profesión. Esto ha producido una tal. confusión en las disposiciones facultativas que se han adoptado, que las mismas autoridades encargadas de llevarlas á efecto se han hallado perplejas para poder decidir con justicia los innumerables altercados que entre profesores de tan diversa. índole y de encontrados privilegios se han continuamente suscitado en el ejercicio de su profesión , sin- que en ello hayan tenido parte ninguna las preocupaciones populares , pues que el pueblo lo que quiere son buenos facultativos en todas las partes de la ciencia, sean estas reunidas en un solo sugefo, si es dable que no lo es , ó sean separadas en diferentes. Tercera serie. Siendo absolutamente necesario que en España así como en todo país bien constituido se tenga la mayor vigilancia en cuanto se observen estrictamente las leyes sobre los diversos ramos que comprende I-a policía médica, por tener estos Una conexión íntima con cuanto pueda interesar directa ó indirectamente á la salud y moral públicas, ¿será necesario que se confie á cuerpos especiales la vigilancia en el cumplimiento de aquellas leyes, ó será bastante que se deje este cuidado á las autoridades civiles solamente ? ¿ Será preferible seguir en este importante asunto el ejemplo de Inglaterra y Francia, ó preferir el de Alemania ? Respuesta. Para tener una buena policía médica en todo el Reino, y hacer que se cumplan las leyes y reglamentos establecidos para el buen gobierno del ejercicio de la ciencia de curar, es necesario se cree un consejo médico en cada capital de provincia j compuesto de igual número de profesores en los tres ramos, con su presidenta bienal y secretario perpetuo, con una absoluta independencia de toda otra autoridad á excepción del ministerio de la Gobernación y de sus representantes los gobernadores civiles. Este consejo entenderá por sí ó por medio de comisiones ó sübdelegaciones en todos los asuntos concernien-1 tes al ejercicio de la ciencia en sus tres ramos; propondrá al Gobierno las mejoras de que sea susceptible ; señalará el número de facultativos q^úe puedan establecerse en las poblaciones de toda su provincia , consultando para ello únicamente el iriejor y mas pronto servicio de los pueblos y bien estar de los mismos facultativos; celará laconducta moral y científica de eslós; oirá suá; querellas y observaciones, y procurará por t o dos medios mantenerlos en paz y fraternidad, cortando con su autoridad sus rivalidades y disputas ; entenderá igualmente en las quejas que se lé hagan sobre el ejercer cualquiera dé los ramos de la ciencia los curanderos ó intrusos en la facultad, y previa la correspondiente información sumaria , la pasará con su voto al juez competente para la aplicación del castigo, seguíi las leyes vigentes, el cual no podrá denegarse á su ejecución, á menos de ver en la información una injusticia notoria. Cuarta serie. Siendo la gran mayoría de los profesores españoles facultativos contratados en partidos, conductas <Scc, ¿ cuál es la opinión dé la academia acerca de la influencia que han tenido ó tiensn ahora estas contratas en el realce de la profesión y en él bien estar de los profesores? ¿Qué defectos tienen los usos y costumbres vigentes acerca del modo de recibir ó despedir á los facultativos de partido? ¿Será conveniente ál bien público que un cuerpo facultativo tenga intervención en las admisiones ó exoneraciones de los fa*cultativos pagados de los fondos públicos, entendiéndose por tales caantos no procedan de contribuciones' directas pagadas- exclusivamente paira; sostener aquellos? En caso de que ¡a academia* creyese útil al bien "público que un cuerpo facultativo intervenga de un modo tí otro en lai admisión ó exoneración de los facultativos de partido , ¿qué clase de intervención cree la mas oportuna, teniendo presente el bien' estar de los profesores que han de ejercer en los pueblos cortos, y la libertad que se debe dejar en la elecciaa á sus habitantes ? En el< caso de que se conceda* á las autoridades municipales ó á otras autoridades , corporaciones ó personas nombrar facultativos titu-lares libremente y sin sujeción á consultar ningún cuerpo facultativo, ¿deberán tener también la facultad de despedirlos arbitrariamente , ó deberán manifestar los motivos aerándoles derecho1 para reclamar? ¿y sería necesario en el til timo caso que interviniese de un modo tí otro alguna corporación facultativa para decidir acertadamente acerca de la validez de aquellos mo»ti-: vos? ¿Contendría que los gobernadores civiles tuviesen facultades amplias para obligar á los» ayuntamientos á que cumpliesen las contratas hechas con [os facultativos por medio de províden— cías gubernativas ? Siendo un efecto inmediato? del estad» en que se ha hallado y halla la lía-*: cion el que tío puedan pagar los pueblos iá: sus; facultativos de los fondos municipales,! como pira-: pios, arbitrios &c. de que se har pagado y paga á un gran número de ellos, ¿conviene al realce de la profesión t al bien estar de los profesores y á la libertad que debe tener cada individuó de escoger su facultativo cuando le paga directamente, el que los ayuntamientos tengan I-a facultad de obligar á todos los vecinos á contribuir con su cuota para pagar al facultativo, titular? Y en el caso que no conviniese este medio por cualquiera, causa que sea , ¿qué medidas se podrán tomar para que no falte á los pobres Ja asistencia del facultativo en sus dolencias? ¿Coñvendria extenderá1 toda la Nación el sistema de hospitalidad domicilia*; ría ?' ¿Sería necesario plantearle inmediatamente en todas las poblaciones que no tuviesen facultativos titulares? Y en estos casos, ¿cuál setó el mejor medio d« plantearle con menos gravamen <Iel Estado? ¿Qué medidas se podrían tomar para excitar la caridad pública con tan importante objeto ? Respuesta. Si todos los pueblos de lá Monarquía española estuviesen provistos de suficientes: fondos para dotar y pagar competentemente á sus facultativos, no hay duda que este sería el mejor medio para el puntual servicio de los pueblos, bien estar de ios facultativos y mayor realce de (25o) la profesión; pero en una gran parte, y principalmente en los de la antigua corona de Aragón, como los pueblos carecen de fondos municipales, sus facultativos tienen que contratarse privadamente con sus habitantes. Para poder, pues, proceder con uniformidad y según todas las circunstancias, sería lo mejor: que el consejo médico señalase á cada pueblo de su provincia el número de facultativos de los tres ramos que podria tener, atendida su población , extensión de territorio y comodidad de los profesores ; estos podrían ser nombrados por los ayuntamientos ; pero siempre precedida la consulta ó informe del consejo médico, y nunca podrían ser despedidos ni exonerados sin formarles la correspondiere causa ante el mismo consejo. A los ayuntamientos les quedaría la libertad de contratar los facultativos señalados para los pueblos, de mancomún ó separadamente, según el estado de sus fondos ó arbitrios. En ano y otro caso estas corporaciones y demás autoridades locales deben estar provistas de suficientes facultades para hacer tener y valer las respectivas contratas sin demora ni escusa alguna. No conviniendo en el dia coartar á los habitantes á pagar cuotas ó contribuciones directas para el mantenimiento de sus facultativos titulares, y si' dejarles la entera ¡ibertad de contratarse con cualquiera de los que tengan señalados y se hallasen establecidos en la población ; se hace imposible por ahora el establecimiento de/a hospitalidad domiciliaria, y solamente podria suplirse por medio del de hospitales, fundados y mantenidos en cada pueblo del fondo de obras pias y limosnas, debiendo en estos casos ser asistidos y cuidados gratuitamente por los profesores del pueblo , qae serian siempre vocales natos de las administraciones ú otro cuerpo que los gobernase. Quinta serie. ¿ Conviene al bien público, á los adelantamientos y realce de la profesión, y al bien estar de los profesores, que los destinos de facultativos en los establecimientos civiles , tales como hospitales, hospicios, colegios públicos &c. se den por las juntas, patronos, administradores, directores &c. de estos establecimientos, sin concurso de ninguna clase y sin intervención de ningún cuerpo facultativo? ¿Sería conveniente dividir en clases estos destinos para que se pudiera establecer una escala de ascensos ? Respuesta. Siendo el consejo médico establecido en la capital de cada provincia el censor nato de todos los actos que se ejecuten en su distrito en el ejercicio de la facultad, deben sus vocales ser los censores de los concursos y oposiciones que acaso se celebren para Jas plazas de hospitales , hospicios, colegios públicos &c., proponiendoá los beneméritos por ternas á las juntas, patronos ó administradores de los establecimientos para su elección; y en las plazas ó destinos sin concursos deberá antes de su presentación ser consultado el consejo, el cual dará su parecer bien fundado y motivado en caso de negar su aprobación á la propuesta. Como las provisiones, tanto con concursos , como sin ellos , siempre deben recaer sobre las últimas plazas, parece inútil el establecer escala de ascensos; pues que estos se hallan naturalmente designados en el pase del inmediato sucesor al que vacase, como por ejemplo, de tres á dos, y de este á uno. Sexta serie. ¿ De qué mejoras es susceptible la actual organización del servicio médico de las aguas minerales naturales? ¿Seri'a conveniente dividir las plazas de estos establecimientos en clases? Y en este caso ¿cómo podrían dividirse las que haya en el distrito de esa academia? Respuesta. Las mejoras de que es susceptible el servicio médico de las aguas minerales naturales consisten en una sola, que es la absoluta abolición de semejantes establecimientos ; conocida perfectamente y analizada á cargo de la respectiva academia la naturaleza y cualidades de todos los manantiales de la provincia, publicada y enseñada á sus profesores, igualmente que los resultados que de su uso con el tiempo se han obtenido ; es inútil fijar en ellos un profesor con el título de director, que generalmente no tiene la confianza de los que van á tomarlas , y por mas que haga, no logrará variarles el método que los habrá prescrito su médico ordinario, ni apartarles de la instrucción, que este como mas conocedor de sus males y de su temperamento les habrá dado ; y por consiguiente nada adelantará en las observaciones que según reglamento debe hacer en los enfermos que van á tomarlas, sir-. viendo solo de una nueva carga á los pueblos, que de sus propios tienen que sufragar á so dotación. Encargúese este cuidado á los facultativos titulares de los pueblos en donde se hallen los manantiales, que con el lucro que les produciría la asistencia de los que tomando las aguas los necesiten , ó para su dirección en el uso de ellas ó para otros males que les sobrevengan , quedarán por él bastante retribuidos. Esta medida no deberá tener efecto retroactivo para con los directores actuales de los establecimientos de aguas y baños minerales existentes; pero sí que se les quite la privativa que en virtud del reglamento pretenden ejercer en la dirección del uso de las aguas, dejando á la libertad de los enfermos el que los dirijan los facultativos titulares ú otro de su agrado., Séptima serie. ¿ De qué mejoras es susceptible la actual organización del servicio de sanidad militar, tanto en tiempo de paz, como en el de guerra? Respuesta. Esto parece es objeto de otra comisión. Octava serie. ¿Será conveniente ó necesario; que cualquier facultativo que tenga título legímo pueda ejercer su profesión en todos los dominios de S. M . , removiendo los obstáculos que se oponen á ello? ¿Qué obligaciones sería preciso imponer á los facultativos que quisiesen establecerse en un pueblo para ejercer ailísu profesión? (aSi) ¿ Hay algún medio de fijar las relaciones que deban tener entre sí los profesores que ejercen en una misma población la ciencia de curar, de modo que se asegure su. bien estar y el realce de lá profesión? ¿Sería conveniente que en las poblaciones grandes se estableciesen colegios á que debería pertenecer todo facultativo que tuviese título legítimo y quisiera ejercer su facultad en ellas? ¿Qué forma se debería dar entonces á estos colegios, de modo que sé evitase cuidadosamente liasta la mas leve sombra de monopolio? Respuesta. Ya hemos dicho que convendría señalar á cada pueblo las plazas de facultativos de los ires ramos, que, según su población, extensión de territorio y comodidad de los facultativos, pudiera mantener, no permitiendo establecerse en aquel mayor número del señalado. En las capitales de provincia y en las poblaciones numerosas deberia organizarse un colegio de facultativos de la ciencia de curar, en el que habrian de ser por precisión inscritos todos los qué ejerzan algunos de los tres ramos en aqdclla poLlacion. Jin estos colegios tendría que señalarse,como en los pueblos cortos , el número de plazas que podrían mantenerse con toda decencia, sin poder nanea y con pretexto alguno excederse de él. Todos los facultativos aprobados legítima-; mente para ejercer cualquiera de los tres ramos de la ciencia en los dominios de S. M. ,• podrán libremente obtener las plazas que existan vacantes lanío en los colegios como en ías poblaciones,1 prefiriendo en igualdad dé circunstancias y méritos á los hijos de los facultativos fallecidos eri los pueblos, ó á aquellos qué por ser naturales del país sean mas á gusto1 del pueble», ó de mayor comodidad para los mismos aspirantes. Novena serien ¿Convendrá que haya solo una clase de profesores de lá ciencia de curar , de' modo que todos cuantos se reciban de ahora en adelante tengan que adquirir el correspondiente título para poder ejercer legítimamente los tres ramos en que está dividido el ejercicio déla ciencía de curar en todas las naciones ? En el caso de que no se creyese conveniente obligar á todos los que' en adelante hayan de ser profesores dé la ciencia dé curar, á qué antes de recibir el título sigan toda la carrera necesaria para hacerse capaces de ejercer bien las tres parles, y que de Consiguiente tenga que haber mas de una clase de profesores, ¿sería conveniente que hubiera solo dos clases, dejando á la Farmacia separada de las oirás y reuniendo la Medicina y Grujía ? NOTA, Al responder acerca de la última pregunta, sé ha de tener siempre presente que la teoría de la ciencia de curar es una , y que de consiguiente no hay enfermedades médicas y enfermedades quirúrgicas, debiéndose entender por Grujía la práctica de las operaciones con toda Iá Icoría de la ciencia En el caso' de creerse' conveniente no solo reunir el estudio de la Medicina y Grujía en todo ío relativo á la parte teórica^ sino también á la parte práctica ¿ disponiendo qué cuantos se reciban en adelante hayan de ser examinados y aprobados para poder ejercer la práctica de las operaciones con la de lo que se entiende por Medicina, ¿ convendría tomar las medidas para excitar á los profesores médico-cirujanos á que . se dedicasen con particularidad á uno de los dos ramos de la profesión ? ¿Sería útil seguir con este objeto el ejemplo de las demás naciones y tener plazas separadas para los médicos y cirujanos ? Suponiendo que no se permitiese desdé ahora eri adelante que se recibiese ningún médico ó cirujano puro,; ¿cómo deberia considerarse á los médicos y cirujano-médicos que existen en el dia? ¿.quedarían después gozando los privilegios y derechos que les concedían las leyes, bajo cuyo régimen principiaron á estudiar ó recibieron sus títulos, ó se les priváriá de una parle de ellos? ¿Es necesaria en el estado actual dé la Ñácion una clase subalterna dé profesores ? ¿ P o drían sin ella hallar Jos pueblos los suficientes facultativos para qué les socorriesen en sus dolencias ? Y en el caso de que se creyese necesaria una clase subalterna de profesores, ¿qué especié de instrucción deberia dárseles? Y ¿qué facultades se les habria dé conceder con respecto á lá práctica de la profesión ? Respuesta: En vista de los males qué han! producido las reuniones en el ejercicio de los ramos de lá ciencia dé curar qué eri diferentes épocas se han tanteado ¿ es bien claro que no deben absolutamente permitirse ¿ sino qué sea enteramente separada su práctica y nunca reunidat éri un solo' sugetd. Lá enseñanza de todos ellos debe ser reunida bajo un mismo techo j junto á grandes hospitales; las materias comunes á t o dos , como son las ciencias auxiliares ,- deben ser i aprendidas por los alumnos de los tres ramos; pero en pasando dé estas, los farmacéuticos deben separarse de los médicos y cirujanos para dedicarse exclusivamente al estudio y práctica dé su ramo. No así los médicos y cirujanos que, como mas enlazados eri los conocimientos dé sus respectivos ramos¿ deben cursar y aprender1 perfectamente todas las materias propias dé entrambos, inclusa la sangría y demás operaciones de lo que se llama Grujía menor? en todas las que anualmente j y hasta el mismo bachillerato j- d e berán ser examinados rigurosamente tinos y otros; Concluidos igualmente los cursos y aprobados por sus respectivos profesores hasta el bachillerato inclusive, qué se considerará corno el complemenlo dé su aprobación en todas las m a terias , tanto médicas como quirúrgicas:, se íes preguntará á cuál dé los dos ramos quieren d e dicar su práctica y ejercicio.- Indagada la inclinación dé cada' uno, sé íe sujetará á un riguroso examen de cinco censores, de los cuales tres deberán ser doctores del ramo de la ciencia que ha- (252) yaelegido, y todos individuos ó socios del consejo ó academia de provincia establecida en la misma ciudad , y ninguno catedrático en actual ejercicio de la escuela: aprobado este examen, se íé conferirá por la escuela el grado y título de licenciado en aquel ramo, con la facultad de ejercerle en todos los dominios de S. M. Los catedráticos ó profesores de la escuela serán socios de numero é individuos natos de la academia de la provincia; pero de modo que su número no exceda á la tercera parte del total de facultativos que deban componerla. La formación y atribuciones del consejo podrá ser objeto de una ley. Los médicos , cirujanos y farmacéuticos tendrán publicamente todas las consideraciones propias del respectivo ramo en que se hallan graduados con una perfecta igualdad , sin otra preeminencia, que la antigüedad de sus grados y el doctoramiento. Podrán igualmente pretender, y en su caso obtener, todas y cualesquiera plazas tí destinos designados y propios de su respectivo ranio, sin entrometerse en manera alguna en los otros. Los médicos en su práctica privada deberán ejercer la medicina interna en todas sus partes, padiendo también ejercer la cirnjía menor inclusa la sangri'a; pero no las operaciones y aféelos propios de la cirujía mayor, peculiares solamente de los cirujanos. Los cirujanos deberán ejercer la Cirujía en todas sus parles sin excepción alguna , pudieiido también tratar los afectos internos que sean concomitantes, síntoma, continuación ó consecuencia de una enfermedad reputaba quirúrgica. Esto se entiende solo en la práctica privada ó en el ejercicio libre de 3a facultad ; no así en los hospitales y demás establecimientos sedentarios, ni en los partidos, debiendo en todos estos destinos tanto el médico como el cirujano atenerse solamente á su especialidad; y en el caso de que en uno ó mas enfermos por sus circunstancias particulares ó por complicación del estado morboso en que se hallen sea conveniente echar mano de los auxilios del médico y al mismo tiempo del cirujano s entonces á juicio y petición del profesor que primitivamente haya tenido á su cargo el doliente ya constituido en la expresada situación se avisará al otro, para que los dos le socorran á la vez con los conocimientos prácticos de su respectivo rarno , debiendo continuar así mientras se juzgue necesario. Habiendo de ejercer los médico-cirujanos completamente la Medicina y Cirujía en todas sus parles y en todos los pueblos de su residencia, es inútil y aun perjudicial una ciase subalterna de profesores : solamente para comodidad y mayor lustre de los médicos y cirujanos podría concedérseles el qae instruyesen algunos stigetos en quienes observasen disposición en la práctica de la sangría y otras cosas triviales para valerse de ellos en cíase de enfermeros, y sin título alguno en los casos menos argentes j y que admitieran alguna demora. Los médicos y cirujanos laiinos existentes en el día se les considerará como á tales, cada uno en su respectivo ramo. A los médico-cirujanos según el reglamento del año 1827, si se juzga conveniente, deberá exigirseles á cuál de los dos ramos quieran pertenecer, y se les librará el correspondiente título del que hayan escogido; pero si hubiese de subsistir este título monstruoso, ridiculamente complexo, y desconocido en las naciones cultas, e¡ de médico-cirujano, con la facultad de ejercer en los dos ramos y otras ventajas en él designadas, no se prive á ¡os médicos á quienes acomode el podérsele procurar, mediante la sola formalidad de un examen de práctica quirúrgica anle el consejo médico; pues si los médico-cirujanos en los siete años de carrera facultativa que siguen en los colegios, no haciendo mas que salpicar, como quien dice, las instituciones en comparación del detenimiento con que previene la ley sean estudiadas por los médicos en las universidades, salen autorizados para ejercer la Medicina con la misma extensión que los médicos, y ademas la Cirujía, ¿por qué pues por una razón inversa no han de serlo estos para ejercer también la Cirujía, acreditando conocimientos en la práctica de las operaciones? Seis años de estudios en las universidades y tres á lo menos de ciencias subsidiarias , no solo equivale, sino que todavía es mas carrera que siete anos de colegio; pudiendo estudiar la filosofía y ciencias auxiliares copulativa y precipitadamente como se ha hecho á causa de no señalar el reglamento tiempo fijo para ello. Mas, con ciento cincuenta duros por todo gasto se recibe el medico-cirujano : los provincianos para hacerse del título de médico debían aprontar en la depositaría de la junta superior de Medicina ciento veinte y cinco duros, unos nueve ó diez en la subdelegacion , donde se recibían, y otros treinta al menos para el costo de un agente en Madrid, y cambio, formando el total de ciento sesenta y cinco duros. Véase, pues, si la equidad y justicia no están á favor de una providencia que en el caso de que se trata sería reparadora y servirla á los médicos de desagravio por la abyección irrazonable á que los ha tenido sumidos el reglamento de 1827. Se quitarán y abolirán las clases de romancistas y sangradores. A los actuales graduados en estas últimas clases su les concederá la opción á la de ciru« janos , mediante un examen ú operación á juicio del consejo medico; á los cursantes para sangradores se les aumentará algún año ó curso de Cirujía y se les concederá igual opción que á los graduados. Barcelona 20 de marzo de i836.=Ramon Merli.= Juan Lopez.=José Flotats.=Ignacio Porta.=Buenaventura Sauch. El encargado de la redacción MADRID. Imprenta que fue de Fuentenebro,