Publicado en Alma Mater (http://www.almamater.cu) Inicio > ALABAUSIMISANTO, ¿todo eso proviene de la religión? Imagen de: Carralero Image not found http://www.almamater.cu/sites/default/files/styles/thumbnail/public/imagen_carralero_para_el_trabajo_de_bubuto0_copia_0.jpg?itok=TZJ98YAE Diversas expresiones religiosas forman parte de la identidad de los jóvenes cubanos y, como componente sociocultural activo, nutren muchas áreas, dentro de ellas el lenguaje. Diversas expresiones religiosas forman parte de la identidad de los jóvenes cubanos y, como componente sociocultural activo, nutren muchas áreas, dentro de ellas el lenguaje. Si algo extraño, curioso o alarmante le sucede al pinareño, la expresión «alabao» aflora en primera instancia; para el centro del país, las locuciones mutan, aunque en objetivos similares. «Ave María», «sea», «Dios Mío», «si Dios quiere», «asere», «ñampiarse», «chivo que rompe tambor con su pellejo paga», «fula», «un palo no hace monte», entre otras frases más o menos conocidas, muestran una idiosincrasia reflejo de la diversidad socioreligiosa presente en lenguaje de muchos jóvenes en el país. Disímiles vertientes de credos nutren la cultura cubana que, como la de cualquier nación ?y así lo recalca el reverendo Raúl Suárez, director del centro macroecuménico Dr. Martin Luther King Junior?, se explica integralmente al tener en cuenta el papel de la religión, o más bien del conjunto de estas formas intervinientes, entre las institucionalmente organizadas y aquellas que el pueblo produce de forma espontánea. En este sentido, la utilización de terminologías religiosas resulta familiar, no solo entre practicantes, sino que traspasa las fronteras de las creencias, la edad y el nivel educacional. Su uso es tan habitual en el léxico común, que a veces conviven sin que los interlocutores conozcan su origen y significado. Un palo sí hace monte Un primer acercamiento al tema lo brinda Ofelia Pérez, máster en Ciencias de las Religiones, para quien el fenómeno deviene «una manera de exteriorizarse la religión en el pueblo, asociada a la vida cotidiana y a la inmediatez, con un carácter predominantemente utilitario: donde pido, me encomiendo y agradezco porque necesito resolver situaciones. Por tanto, emerge bajo formas sincréticas, espontáneas y asistemáticas. Hoy día resulta habitual que una persona participe en una misa católica y horas después se consulte con el babalao». En un contexto actual favorable a la coexistencia de distintos cultos, comprende un hecho interesante el empleo de vocablos de procedencia espiritual en el lenguaje cotidiano del joven. Como enfatiza, Suárez, el hecho está presente en la simple nominación de objetos, lugares y nombres propios, así como en dicharachos, proverbios y piropos habituales en el argot popular. Hoy día es frecuente ver en televisión a un pelotero persignándose o a un conductor despidiendo hasta la próxima emisión «si Dios quiere». Más allá de ello, el habla común resulta de mayor enjundia, pues en la cotidianidad concurren otras expresiones vinculadas a la religión, en tanto algunas de ellas adquieren nuevos significados y connotaciones, que evidencian la interrelación entre esta y la sociedad. Del «usimi santo» al «alabao» Aunque existen estudios sobre el tema y algunas propuestas de diccionarios, constituye tarea difícil conocer a plenitud todos los vocablos del habla popular provenientes de las religiones. Algunos expertos enuncian ejemplos. Natalia Bolívar, investigadora y practicante de la Regla de Osha y de Palo Monte, afirma que en la cotidianidad se conocen voces abakuá como «asere», «ñampiarse» y «chivo que rompe tambor con su pellejo paga». Asimismo explica que «fula», «mayimbe», «un palo no hace monte», «cambiar de palo pa´ rumba», y otros, provienen de vertientes de la religión del Palo. Sin lugar a dudas en el lenguaje diario emergen palabras de origen o ascendencia bantú: «chicherekú/chichirikú», «murumba/burumba», «nganga/ganga», «talanquera», «timba», «yaya», «taita», «yute» (...) En tanto, están presentes otros términos abakuá: «ñáñara», «ñanga», «ecobio», «monina». Igualmente hallan espacio con asiduidad dentro del argot popular algunos vocablos y dichos relacionados con los credos de origen afro, y cuya procedencia desconocen muchos de los interlocutores: «clavo saca clavo o se quedan los dos dentro»; «hay muchas formas de sacar al cimarrón del monte»; «quien da comida a perro ajeno, pierde la comida y pierde al perro»; «el mal que haces vuelve a ti»; «el pez grande se come al chico»; «hoy es hoy, mañana será mañana»; «cuando suena el río, algo trae»; «la avaricia rompe el saco» y «no van lejos los de alante, si los de atrás corren bien». Desde otra perspectiva, Bárbaro Marrero, máster en Teología, comenta de la existencia de términos con un gran valor cristiano, en el lenguaje cotidiano. «Escuchamos dichos y frases que se encuentran en la Biblia, por ejemplo: ?todo tiene su tiempo?, ?el hombre propone y Dios dispone?, ?de la abundancia del corazón habla la boca?, entre otras frases que encuentran equivalente en proverbios bíblicos» Otras de las expresiones que mantienen nexo con la religión ?cristiana? y que hayan cobertura en el empleo popular para explicar situaciones sociales de diversa índole, son: «Al César, lo que es del César y a Dios, lo que es de Dios«; «el beso de Judas»; «lavarse las manos como Poncio Pilato»; «Quien tiene padrino se bautiza, quien no, se queda judío»; «está hecho/a una magdalena»; «ese es el pan nuestro de cada día»; «mejor es que digan: aquí huyó, que aquí murió»; y «y pa´ adivino Dios y pa´ sabio Salomón». Encuesta realizada a más de cien jóvenes arrojó igualmente que resultan comunes, siempre en dependencia de las regiones de procedencia: «¡Ay Dios mío!»; «si Dios quiere»; «Ave María»; «te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena»; «te echaron bilongo»; «hazte un despojo»; «vete al babalao»; «se formó un bembé»; «estoy osogbo»; «estoy iré»; «ashé pa ti»; «dime ecobio»; «asere qué bolá», entre otras. Con menor frecuencia, dentro de estos recursos lingüísticos coexisten los populares piropos: «Mami, eres una diosa»; «niña, estás como tú quieres y no como Dios manda»; «que Dios te bendiga y malos ojos no te vean»; «Oye, si San Lázaro te ve, bota las muletas y se manda a correr». Ser santo o hacerse el santo Dentro del empleo frecuente, por parte de jóvenes, de estas frases de origen sociorreligioso, la polisemia, como fenómeno lingüístico, hace lo suyo. Hoy día no se sabe si un ángel es un ser divino o una persona que siempre nos ayuda; por «bilongo» se conoce a una práctica de hechicería al estilo africano, pero también nomina un tipo de alfiler. En este misma línea, «fula» no solo es un término del Palo Monte que significa pólvora, también designa al dinero extranjero, sobretodo el dólar americano, y el mal carácter de una persona. En tanto, la frase «no hay santo que ruegue si Dios no quiere» refiere a la supremacía de Dios sobre las demás divinidades, y en la cotidianidad, al poder de los superiores. En la misma cuerda «cambiar de Palo pa´ rumba» denomina tanto al cambio de la religión del Palo Monte por otra creencia, como a la conducta variable de una persona. El fenómeno es bien complejo. Cierta vez un pastor predicó en su iglesia sobre la santidad, y concluyó que el único requisito para ser santo era creer, verdaderamente, en el sacrificio de Jesucristo en la cruz, pues esta fe generaría en la persona cambios que lo harían diferente a los demás. Tiempo después, en otra prédica, el pastor lanzó una pregunta a la congregación: «Bueno, ¿cuántos de ustedes son santos?», a lo que un joven recién iniciado en la fe respondió: «Pastor, ¿no son santos los de la iglesia católica y los batiblancos de la religión afro? ¿A quién le creo?». De manera que, cohabita un término con múltiples acepciones (significados) en dependencia de cada credo, a la vez que extrapola a la sociedad expresiones tan diferentes como: «mi santo, ¿podrías decirme la hora?»; «ese hombre es un santo», «de santo no tienes ni un pelo» y «se le subió el santo». Frente a este proceso de nuevos significados, Luis Pérez, máster en Filología plantea que «es muy peligroso hablar de empobrecimiento del lenguaje, mejor decir que son realizaciones idiomáticas adecuadas a determinadas etapas. Desde una perspectiva generacional los usos varían y no por ello vamos a hablar de decadencia lexical». Desde una mirada sociológica, Ofelia Pérez, plantea que la presencia de estos términos y sus recientes usos en la cotidianidad del joven cubano constituyen un fenómeno general. «Todos somos parte de esa construcción social, como receptores y como garantes a mantener tradiciones. El proceso forma parte de un enriquecimiento cultural: dichas frases de origen religioso conforman el lenguaje popular y lo han conseguido porque, justamente, representan un sentido, y la gente las recepcionan y trasmiten. Cuando pierdan esa utilidad y valor dejarán de existir y serán sustituidas por otras frases». ¿Identidad, creencia, comunicación o moda? ¿Una sola, o todas a la vez? Hoy, en pleno siglo XXI, aventurarse a dar conclusiones sería bien engorroso. Aunque, para muchos estudiosos, todo apunta a la perdurabilidad de las terminologías religiosas en el habla popular. No por gusto, la UNESCO le da miles de años de antigüedad al patrimonio oral de Ifá y a la imprenta de la Biblia. En este mejunje de costumbres, tradiciones y fe, el joven cubano es un ser peculiar. Bajo esta diversidad, la mayoría «profesa a su manera». La vida cotidiana los hace partícipes, conscientes o no, de dogmas espontáneos imperantes en la sociedad. Algunos dicen «no creer en nadie», pero exclaman «¡ay Dios mío!». Otros son cristianos, pero llaman «asere» al hermano y le desean «ashé». Están aquellos que van a misa, se confiesan con el padre y después «consultan al babalao». Y no faltan tampoco los que aconsejan «hacerse despojos», en tanto se persignan y llaman a Dios, aunque no crean en Él. Nota: Este trabajo forma parte de un conjunto de reportajes de la Tesis para la producción Alabao. Terminologías religiosas en el habla popular en jóvenes. Algunas terminologías utilizadas en el lenguaje popular Terminología religiosa o equivalente Uso popular Origen/Significado Fula Rompimiento Dinero convertible/ Estado negativo de algo o alguien Término que significa Lanzamiento del pitcher en el beisbol Término que se refiere pólvora en la religión del Palo a un ritual en la Regla de Osha Saludo o expresión Asere Término abakuá que coloquial entre significa saludo compañeros Un palo no hace monte Expresión que refleja la incapacidad de una persona ante Refrán palero determinado problema cuando no tiene aliados En la tierra de los Refrán que expresa la ventaja de Refrán santero ciegos el que tiene un quienes tienen algo con respecto a ojo es rey los que no tienen nada Amén Amén de que así sea? Expresión bíblica que significa «así sea» Hallar gracia Caerle en gracia a alguien Expresión bíblica Génesis 39: 4 y Ester 5: 2 Las malas conversaciones Proverbio bíblico Dime con quién 1 Corintios 15: 33 corrompen las buenas andas y te diré quién eres costumbres. El que siembra escasamente, Proverbio bíblico Uno recoge lo que siembra 2 Corintios 9: 6 también segará escasamente (?)