Año XIII Número 13 JuNIo 2013 Memoria de piedra y agua Santa Orosia en Sobrepuerto Fablo, regreso al pasado Yebra hace 300 años O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 2 Sumario Editorial..................................................................................................... 3 Fablo, regreso al pasado Adolfo Castán Sarasa................................................................................... 4 Yebra de Basa. Proyecto y realidad de "nuevas-viejas" carreteras Jesús Castiella Hernández.......................................................................... 10 Edita: Piedras Sagradas José Miguel Navarro López........................................................................ 14 Y a los de Yebra... En torno a la etimología de la voz "Gabacho" José Ángel Gracia Pardo............................................................................ 16 Memoria de piedra y agua. La pila de agua bendita del Puerto de Santa Orosia y Cosme Damián Villacampa Alejandro Gurría González........................................................................ 19 Pastorada Santa Orosia 2013................................................................... 30 Colabora: En recuerdo a Don Celestino, cestero de Osán José Garcés Romeo / Enrique Satué Oliván............................................... 34 Postales Jesús Castiella Hernández.......................................................................... 36 Nuevos datos sobre Santa Orosia y Yebra Alberto Gómez García............................................................................... 37 Santa Orosia en Sobrepuerto José María Satué Sanromán....................................................................... 44 La restauración de retablos. Retablo de Santa Orosia, ermita de San Roque. Calamocha, Teruel María Silvestre Adivinación....................................................................... 47 La sección femenina de Falange Española visita Ballibasa Óscar Latas Alegre..................................................................................... 51 Datos e imágenes nuevas de historias viejas: Santa Orosia en la Catedral de Tarragona Ricardo Mur Saura.................................................................................... 53 Yebra hace 300 años Graciano Lacasta Estaún............................................................................ 55 Noticia de una tabla de Santa Orosia en la Catedral de Tarragona Mariano Pujalá Torralba............................................................................ 60 Noticias de O Zoque.................................................................................. 62 Reseñas bibliográficas................................................................................ 63 O Zoque Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto C./Las Roseras, s/n • 22610 Yebra de Basa (Huesca) e-mail: ozoque@yahoo.es © O Zoque, Yebra de Basa (Huesca) 2013. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni total ni parcialmente, ni registrada en, o transmitida por, ninguna forma ni por ningún medio sin el permiso previo por escrito de la Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto O Zoque. O Zoque no se identifica necesariamente con las opiniones expresadas por sus colaboradores. D.L.: HU-506-2000 Diseño: UTM Desarrollos Foto de portada: Ermita de la Cruz (Yebra de Basa), tras la restauración realizada por los vecinos Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 3 La voluntad de la gente por delante l editorial de este año podría ser el mismo del pasado. Pocas cosas han cambiado y seguimos teniendo los mismos problemas a los que desde instancias superiores no han sabido encontrar solución y, en el peor de los casos, muchos de ellos se han visto agravados. Cada vez somos menos gente activa por la propia estructura poblacional del territorio envejecido y desarticulado, y las necesidades que requieren de nuestra atención vemos como van creciendo día a día. Sobrepuerto sigue abandonado en la altura y sigue sin aprobarse el Paisaje Protegido, que por lo menos amortiguaría un poco su caída. a voluntad de la gente va por delante de la dotación económica, así pues O Zoque junto con la Real Cofradía de Santa Orosia de Jaca estamos manteniendo una colaboración para el acondicionamiento del “Camino del Pastor”, que según la tradición fue recorrido por Guillén de Guasillo entre el Puerto de Santa Orosia y Jaca, y hemos sido los promotores de un acuerdo entre los ayuntamientos de Jaca, Sabiñánigo y Yebra de Basa, y las comarcas del Alto Gállego y Jacetania, para el encargo de la redacción del proyecto de la vía verde y su posterior materialización. stas necesidades deberían ser contempladas por la administración, que en algunos casos parece desentenderse con la excusa de la atención a otras prioridades. Algunas de ellas las compartimos, como las sociales y económicas, sin embargo, también es lícito preguntarse si se están atendiendo correctamente y si con esa excusa no se están dejando caer otros campos como el cultural, en el que parece no apreciarse un rendimiento económico inmediato y por ello queda relegado a un segundo plano. tro de estos ejemplos de voluntad personal por delante de la administración nos lo ofreció Angelines Villacampa, que hasta sus últimos momentos intentó levantar a Susín de su ruina pese a todo y contra todo. Ella sola abrió su casa y su pueblo a todo aquél que quisiera ayudar a construir. Y aunque ella no está ya físicamente, sí está en la memoria de todos los voluntarios que van los últimos sábados de cada mes a trabajar a Susín para mantener de alguna manera su legado. a excusa para muchas administraciones sería fácil y quitarse de encima el lastre de la ayuda a asociaciones como la nuestra se vería incluso entendible por algunos sectores de la sociedad, por eso este editorial quiere servir de agradecimiento a las instituciones que siguen apoyando a entidades como O Zoque, que no buscamos el lucro económico personal, pero que sí alimentamos nuestro orgullo con los logros culturales y la conservación medioambiental. or ello queremos hacer una mención especial a la Diputación Provincial de Huesca, que nos mantiene su soporte económico incluso en estos momentos de precariedad, y también al área de cultura de la Comarca Alto Gállego, que subvenciona la realización de esta revista, que este año ha batido su marca en número de artículos y extensión. Solo podemos decir que agradecemos su confianza y que esperamos responder a sus expectativas, como hemos venido haciendo hasta ahora con todas nuestras actuaciones. Con su soporte, estas administraciones están escuchando a la gente de este territorio, que en muchas ocasiones camina por delante gracias a su inconformismo, al aporte personal de horas de su trabajo, su conocimiento y su solidaridad. En los peores momentos es donde se redoblan los esfuerzos, se ponen más objetivos en común y saben mejor los logros que se obtienen. l último ejemplo de solidaridad que no podemos olvidar es el que encarnan los vecinos de Yebra, que no se conforman con la inacción de la administración (tanto política como eclesiástica), denunciando el estado de su iglesia, cuyas grietas en la torre y en los graneros son evidentes y la situación comienza a ser crítica. El pasado año, gracias al esfuerzo de voluntarios, se arreglaron las goteras del tejado, la sacristía y la lonja de la portada norte. Y este año, quizá el más duro de la crisis, se ha realizado una cuestación popular para la continuidad de las obras. Con esta aportación económica, durante todas las tardes del invierno, los hombres y mujeres de la población han restaurado el mobiliario de la iglesia y aún han restado fuerzas esta primavera para el acondicionado de la Ermita de la Cruz, antesala de la población en donde se ofrece el recibimiento a los romeros del Campo de Jaca el Domingo de la Trinidad. Ahora se pretende continuar con las obras en la lonja sur de la iglesia, los graneros y la torre, y solo será posible gracias al inconformismo y la solidaridad entre los vecinos que no aceptan resignados la inacción institucional. Otro motivo más para sentirnos orgullosos de lo que somos. O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 4 Fablo: regreso al pasado Adolfo Castán Sarasa Eras y bordas en 1980 ugar despoblado integrado en el municipio de Sabiñánigo. Su término sigue siendo propiedad de los antiguos vecinos que con profundo dolor y sin billete de retorno no tuvieron más opción que ponerse en camino. A los que se fueron en verano el sol les daba frío y los que dieron la espalda a su hogar en el último invierno sintieron que los copos del cielo quemaban la piel, pero en aquellos momentos el futuro eran las ciudades donde la vida parecía más llevadera y servicios básicos como la sanidad y educación estaban a la vuelta de la esquina. Chimenea tradicional desaparecida. Fotografía año 1980 Dos alternativas se ofrecen al viajero que conscientemente desea perderse entre los despojos de otro naufragio rural acontecido en los años mediales del siglo XX. La primera arranca en las cercanías de Sabiñánigo y sigue palmo a palmo las aguas mansas del río Basa. A la entrada de Orús se toma una pista, está en bastante mal estado y solo es transitable para todoterreno, que pasa por encima de la localidad de Espín, cuello de Fablo y continúa hasta Gillué. Desde el collado de Fablo caminaremos por un sendero que en diez minutos -200 m.- nos deja entre sus ruinas. Habremos pasado por un desmotivado crucero con caña de piedra e inclinada cruz de hierro. La segunda opción implica recorrer la carretera del Guarga para acceder a Gillué y a continuación rodar la pista que cruza el barranco de Gillué por un sugestivo puente. Enseguida veremos una caseta con jardincillo triangular y encima la pista transversal procedente de Espín y valle del río Basa. Seguiremos esta en dirección oeste durante unos 400 m. para coger a mano derecha el antiguo camino de herradura que zigzaguea por la vertiente solana del cerro elegido por gentes del medievo profundo para construir unas casas y aclimatarse a una tierra recelosa, pobre y aislada que lentamente se transformó en aliada y después amiga. Los datos históricos on escasísimos y hablan poco. La primera mención es del S. XIII, informándonos de que su iglesia parroquial ostentaba el rango de rectoría.1 En la montaña es impensable una fundación de esa centuria, pues la conquista de Huesca provocó el vaciado de numerosas poblaciones a lo largo del S. XII. De aquí emigraron los habitantes que alzaron la ermita románica de Fragén, a un paso de Fablo, y los que vivieron junto a la ermita de Urbán, en el monte de Gillué, pero desconocemos el nombre de ambos asentamientos porque aparentemente jamás se documentaron. En Urbán, nada menos que a 1.500 m. de altura, resisten los despojos de varias casas y detectamos algunos fragmentos de cerámica clara atribuibles a los Ss. X/XI. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 5 En Fragén la tierra y el pasado se esconden bajo la hierba que lo tapa todo pero la ladera desforestada y aterrazada tardará en disimular su humanización. Un grumo de escoria ferruginosa superficial le pone en la onda de los despoblados medievales sobrarbenses. Fablo fue desde el comienzo un pueblo pequeño con censos que varían entre 4/13 hogares en el S. XVII, 6 fuegos y 50 almas según Madoz,³ 98 habitantes en 1857, 91 habitantes en 1900 y 33 vecinos en el año 1950. Es un pueblo suelto, un hábitat de altura -1.216 m.- alineado sobre el espinazo de una delgada loma orientada en sentido noroeste. El centro de este pedestal se llenó de casas y en los extremos se arreglaron eras y bellísimas bordas. Hacia el norte una suave vaguada era la güega del bosque y a mediodía el terraplén caía tan deprisa que solamente permitió el culebreo de la senda que buscaba el puente del Mesón. Desde este privilegiado balcón miraba con respeto a la colosal barrera septentrional de Canciás, cercana pero poco accesible, que con sus cambios de humor controlaba el ritmo de las estaciones. Al este se hundía la grieta profunda de la barranquera de Las Tratus que arrastraba agua a los huertos del Mesón y al sur un valle hondo y arbolado con buenos campos de tierra fértil que además canalizaba el gran camino histórico entre la Jacetania y Sobrarbe. Toda su arquitectura era de piedra, apoyada sobre cimientos naturales de arenisca y según modelo habitual en la depresión intramontana, bloques rectangulares de tres plantas con las piedras al aire o bien enfoscadas, algunos vanos de calidad y soberbias chimeneas tradicionales como signo de vida e invitación a la esperanza. Unas casas se colocaron en la cresta y otras se incrustaron como pudieron en el primer peldaño solano, a continuación de la iglesia. Fachadas al calor del mediodía en el invierno de 2013 No queda nada, solo edificios rotos enmarcados por una espesa pantalla de espinos que casi impide el tránsito por unas vías que nunca fueron calles. Pero son ruinas que retienen recuerdos y el viajero paciente y observador puede llegar a captar sentimientos e ilusiones consumidas por el tiempo. Inscripciones, fechas, marcas son indicadores de formas sociales, de sueños y deseos, de vida compartida en el seno de la casa. La portada de mayor antigüedad y refinamiento llevaba fecha de 1700 y seguramente era un reaprovechamiento de otro inmueble pues las dovelas mostraban roturas, deficiente ensamblaje con las jambas y groseramente trabada con la fachada. Desplegaba arco de medio punto con la arista biselada y arquillo conopial esculpido en el centro. Sobre el pico del arquillo, escudito rehundido con cruz patriarcal. Sobre el escudo, las iniciales M P S. Otra portada interesante y bastante repetida en la guarguera era la de casa Oncins, con pesado dintel monolítico delicadamente ornamentado y arista atiborrada de molduras. En el cabecero, tallos con rosetas de seis pétalos en las puntas y medallón acorazonado con inscripción piadosa: "Ave María Purísima. Año D 1849". Estas entradas han desaparecido. Perduran un par de dinteles con fechas del S. XIX -1861/1877- que coinciden con la época de mayor censo, otro cabecero con una cruz y una puerta de madera con garras de tejón clavadas, tal vez para impedir el paso de las malas intenciones. Detalle de una portada de 1700 que ha desaparecido. Fotografía año 1980 O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 6 bóveda de medio cañón. El ábside recto fue realzado con una arcada semicircular embebida en el muro que acogía el altar mayor. La puerta de ingreso estaba al este de la nave, al fondo del atrio techado con bóveda de medio cañón. Si algo queda de ella está sepultado por el desplome de la torre. El atrio abría únicamente al frente este, con arcada semicircular de buena cantería apoyada en capitel imposta. Patas de tejón clavadas en una puerta. Año 2013 Lo mejor conservado son las bordas, varias inclusive mantienen el techo de losa. Las hay con fachadas lisas, con los paños laterales sobrepasando el paramento de la puerta que implica alero de gran vuelo, entradas en arco de medio punto o con cabezales de madera, trapas o vanos a ras de suelo para echar la paja desde la era directamente al piso inferior, ventanas de aireación en el piso superior. En uno de estos edificios auxiliares una placa recuerda que: "Me izo acer don Jorje Billacampa el año 1862". En otras bordas: "Año de 1856" y "1877". La iglesia parroquial ue engastada en una terracita de la punta occidental del pueblo, al pie de la era donde Jorge Villacampa mandó construir una magnífica borda. Se ha desmoronado el campanario, el techo de la nave, el cielo de la sacristía y los escombros rellenan pórtico y nave. Es obra de baja calidad y ejecución tardía, levantada con mampostería y cantoneras de sillería, mayores y mejor tratadas en la torre. La componía una sala rectangular con la cabecera plana orientada a poniente y campanario en los pies montado sobre el atrio. Iglesia. Croquis aproximado de su planta La torre porticada, de planta cuadrada, se adosó en los pies del templo, era de un cuerpo y en los años 1980 mantenía dos vanos con arco de medio punto para campana en el paño oriental. La dividían tres pisos soportados por rollizos de madera y en el paramento que mira a naciente mantiene dos vanos, un óculo de arista biselada perforado enteramente en un bloque de piedra a la altura del segundo piso y una ventana incompleta en la primera planta con tosquísimo arco interior de lajas sin desbastar. La iglesia es producción popular del S. XVIII. La torre probablemente de mediado el S. XIX pues en una placa grabada en el muro este se lee: "AÑO 1855". También por estas fechas se arrimó la sacristía al frente absidal -oeste-, comunicada con la primera capilla del lado del evangelio mediante una puerta adintelada. No es la iglesia originaria del Fablo medieval, tampoco un monumento de mediano interés pero es importante conservarla al menos en la memoria de unas cuantas fotografías para cuando no quede ni un solo bloque en su sitio y la envuelvan las zarzas. Por sus piedras res- La nave tenía tres capillas/altar de escaso fondo a cada lado cobijadas entre contrafuertes interiores, separadas por arcos transversales y techadas con bóveda de medio cañón. Los dos tramos de la nave próximos a los pies se cubrieron con bóveda de lunetos armada con piedra tosca. Bajo los lunetos, al menos en el paramento del evangelio, se dispusieron amplias ventanas de iluminación tocadas con arco muy rebajado -casi plano- al interior, y con dintel enterizo de piedra por fuera. Los arcos fajones que separaban los intervalos de la nave eran semicirculares, apeados en pilastras que despegan del pavimento. Las capillas del tramo inmediato a la cabecera hacen de crucero bajo, cubriéndolo todo Torre de la iglesia en 2013 Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 7 balaron lloros de bautizados, cantos del último adiós, silenciosos gritos de ayuda para seguir viviendo. Ahora las piedras se han caído pero tal vez guarden un pellizco de ilusión, esperanza, tristeza o dolor de las gentes que a lo largo de un milenio les tocó vivir aquí. Ermita de Fragén vista por el sur. Año 1980 La ermita de Fragén ara ir a la ermita de Fragén, tenemos en la entrada de Fablo -oeste- una senda que sale hacia el norte. Como referencia pasaremos enseguida junto a un abrevadero, continuamos en dirección este y después noreste. En algún tramo el camino es difuso pero con el encanto del paisaje poco tocado. El recorrido cuesta poco más de media hora. También se puede llegar por la pista que arranca de la caseta con jardincillo reseñada en los accesos a la población. Esta mala pista sube paralela al barranco de Las Tratus y lleva hacia la ermita tras unos 2 km. de recorrido, pero es necesario tener sentido de la orientación y conocer la posición exacta porque en la aproximación se pierde de vista. No es una ermita convencional como las erigidas entre los Ss. XVI/XVIII en numerosas localidades oscenses, Fragén fue iglesia parroquial de un pueblo medieval desconocido que tenía actividad en el S. X. En nuestra visita observamos restos de fundición de hierro, necesario para fabricar utensilios agrarios, armas, clavos... Son iguales a los que afloran en Almazorre, Castellar de San Juan -Matidero-, Surta, Sarsa de Surta, Silves, Morcat y San Chil -Rodellar-. Es templo característico del románico rural que debió de alzarse en el S. XII según pauta habitual: alargada nave rectangular, seguida de breve presbiterio señalado con retranqueos al interior y exterior y terminada con ábside semicircular. La nave se cubría con tejadillo de madera a dos vertientes, el presbiterio tal vez se abovedó y la cabecera se techó con el típico cuarto de esfera. Su fábrica está muy reformada pero mantiene la esencia originaria en cuanto a la forma general y dimensiones de la planta. Las hiladas inferiores de los paramentos son las primigenias y el cilindro absidal parece bastante completo. Ábside de la ermita de Fragén Los muros románicos se armaron con sillarejo variado trabajado a maza y apilado por tongadas que buscan la homogeneidad pero no siempre se consigue pues hay piezas de gran longitud, atizonamientos, algunos sillares cuadrados o rectangulares, lajas de enrase. El resultado no es brillante pero tampoco de baja calidad, percibiéndose el uso de puntero de tanto en tanto. Algunas manchas de empaste revelan que los muros fueron enfoscados con argamasa por dentro y por fuera. El ábside carece de ventana, seguramente porque ese trozo de cabecera está renovado, y podría ser de la época la ventanita oriental abierta en el paño de la epístola. Es adintelada y con leve derrame de las jambas hacia el interior. Otra ventana cercana a los pies y en el mismo paramento es fruto de la reconstrucción efectuada entre los Ss. XVII-XVIII, al igual que la puerta, adintelada y sobresaliendo un poquito del horizonte de la pared. Decorativamente es de absoluta sobriedad con el único detalle de una rudimentaria imposta de perfil rectangular recorriendo presbiterio y ábside. Puente del mesón de Fablo e le conoce como puente del Mesón porque hubo uno de estos hogares de tránsito colocado estratégicamente al servicio de los habitantes de poblaciones del norte que bajaban hacia el somontano en busca de vino y aceite o a la capital de la provincia por motivos de administración. Estaba en la orilla occidental del camino de Gillué y se arruinó antes de la guerra civil. En el lugar quedó una caseta y cuadra. En los años 1980 al otro lado del camino se construyó una nave ganadera. O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 8 Fablo. Puente del Mesón (visto desde aguas abajo) La pista que une Gillué con el valle de Basa pasa por el lomo del puente cuando cruza el riachuelo. Ante la embocadura norte del paso confluyen las torrenteras de Las Tratus y Bosque de Cabas. A partir del puente, ya unidas ambas corrientes, el avenamiento pasa a denominarse barranco de Gillué, subsidiario del Guarga. El puente del Mesón fue importante para las comunicaciones transversales de las comarcas pirenaicas, pues enlazaba con El Puente de Sabiñánigo poniendo en contacto el Campo de Jaca y ribera del Gállego con el territorio sobrarbense, a través del pasillo creado por las aguas del río Basa. Era un magnífico camino natural que desde El Puente de Sabiñánigo conducía a Gillué, Matidero, Pardina de San Juan y Boltaña. En las cartas geográficas del S. XVII aparece reiteradamente el paso del río Gállego por El Puente de Sabiñánigo, encaminando siempre la salida hacia el valle del río Basa. También confluían en el puente del Mesón los caminos de herradura que procedentes de la ribera de Fiscal y Bergua se unían en la pardina Fenés, pasando después por la población de Fablo. Este sendero se dibujó en algunos mapas de los Ss. XVII-XVIII. El cauce del barranco de Gillué es discreto y bastó un arco asentado sobre flancos de conglomerado para dominarlo. No suele llevar mucha corriente, pues nace cerca, en los aledaños del peñasco de Canciás -1.929 m.-. Para dar mayor seguridad y porque la topografía era propicia, los estribos se plantaron entre 1,90/2,50 m. por encima del lecho, esquivando así los empujes violentos de las posibles avenidas. El arco, de trayectoria muy abierta, es marcadamente apuntado. Posee 9,30 m. de luz, sus menudas dovelas se mueven entre 10/20 cm. de grosor y 40/50 cm. de longitud y por lo que se puede observar, el trasdós de la rosca sigue una línea bastante regular. La cimbra de madera se armó a 1,70 m. de la base del estribo en la orilla derecha y a 1 m. en la izquierda, por tanto los aros de las cantoneras despegan en altura. Son testimonio dos series de mechinales rectangulares simétricos muy rudimentarios en ambos paños de la bóveda, alguno con fragmentos de madera residual no eliminada en el descimbrado. El sector bajo de los estribos se aparejó con sillarejo, alguna pieza de mayor tamaño, posado en hiladas de altura equilibrada. Cuando fue preciso, los albañiles colocaron calces para mantener el nivel de las tongadas y retajos entre las piezas. Estos materiales se escuadraron y quizá fue esmerado el tratamiento de las caras externas, pero la erosión las ha castigado intensamente. En el tramo medio del tímpano el sillarejo es más homogéneo, hasta contactar con módulos alargados y estrechos que parecen consecuencia de obra diferente, siempre cohesionada con argamasa de cal. Cronología omo de costumbre las aportaciones de rasgos en el diseño son lo único que puede orientar para intentar datar estas construcciones tan semejantes en lo esencial pero a veces distantes en el tiempo. Nuestra impresión es que el puente del Mesón de Fablo concentra dos etapas constructivas, una antigua que pudo ser efectiva en el S. XIV, conectando Sobrarbe y Jacetania a través de El Puente de Sabiñánigo que se documenta en esta centuria, y otra acontecida en el S. XVI que supuso la ampliación del tablero. A la fase originaria le correspondería todo lo descrito en las líneas anteriores, es decir, los estribos, arcada apuntada y zona baja de los tímpanos. En la cuenca del Gállego no hay arcos apuntados como éste del Mesón. Lo incluyen el puente del Paco, en Sallent de Gálle- Detalle de la rosca y recrecimiento del tablero apoyado en ménsulas salientes Puente de Fablo en 1980 Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 9 go, que fue levantado en 1696, y una de las roscas del puente de Lasieso –Biescas-, alzado en 1544. En los dos casos el apuntamiento es tan tímido que casi no se nota, pero en El Mesón se quiso hacer así y por tanto conlleva otro concepto. Otro apunte que suma es la fuerte erosión que ha castigado las juntas, redondeando las aristas del sillarejo y enmascarando la separación entre las dovelas de la rosca que en algunos tramos parecen fundidas. Este tremendo desgaste, sin parangón en las fábricas que venimos estudiando, significa que las piedras llevan allí mucho tiempo. Un tercer detalle que creemos trascendental es que el puente del Mesón fue ampliado en el S. XVI. Todavía no hemos comentado que la anchura originaria del puente, medida en los estribos, era de 2,23 m. Observando el aparejo del machón derecho parece evidente que algo más de la mitad del tramo bajo es de una mano y el resto recrecido. Este estiramiento, efectuado con piedra alargada y poco gruesa, tiene las hiladas inclinadas solidariamente con el tablero y culmina con toscas ménsulas que permitieron sacar la vertical del muro para dar más anchura al paso. Algunas ménsulas son simples pedruscos casi sin retocar, otras en cambio presentan perfil abocelado. Son más pequeñas en dirección a las embocaduras y mucho más voluminosas conforme se acercan al espinazo del arco, propiciando que el vuelo de los pretiles sea mayor en el centro del tablero. El ensanchamiento viario fue sustancial, pasando de 2,23 m. en los estribos, a medir 3,05 m. en el eje central que marca el inicio de la doble caída. La solución para agrandar la vía es tan extraordinaria que no se va a repetir en ningún otro puente de la provincia, pero tiene paralelos en algunas torres señoriales del S. XVI y en campanarios defensivos de la ribera del Ara. En Asín de Broto hay una casa fuerte –S. XVI- que las utiliza, lo mismo que los campanarios de las parroquiales de Asín de Broto –S. XVI-, Borrastre –S. XVIy Broto -1578-.⁴ En estos casos, la función de las mensulitas alineadas es sacar la pared ligeramente, creando un pequeño vuelo del paño cerca del apeo del tejado, es posible que buscando un efecto más decorativo que de aumento superficial. Pero el recurso, decorativo o funcional, es característico del S. XVI. Bibliografía (1) Durán Gudiol, Antonio: Geografía medieval de los obispados de Jaca y Huesca. Revista Argensola del Instituto de Estudios Oscenses, nº 45/46, Huesca, 1961, pág. 89. (2) Ubieto Arteta, Antonio: Historia de Aragón, Los pueblos y los despoblados, II. Zaragoza, 1985, p. 538. En la terminación de los paramentos laterales y antepechos se utilizó mampostería variada, quedando la calzada con doble pendiente, pero retoques postreros modernos modificaron la inclinación del tablero, dejándolo plano. En el año 1984 fueron sustituidos parcialmente los pretiles por bloques prefabricados de cemento, se tendió un emparrillado de hierro sobre el trasdós de la bóveda y encima se echó una capa de hormigón. La longitud total del puente es de 17,85 m. y la distancia entre el vértice de los antepechos y el fondo del cauce es de 9,50 m. Cuando lo visitamos en el año 1992, el estado de conservación era precario, diríamos que alarmante por la trascendencia de su arquitectura. Nada pudimos observar del costado norte del puente, oculto por vegetación espesa, y casi nada del estribo izquierdo, tapado por árboles, hiedra y zarzas. Era general la degradación de las juntas por disgregación de la argamasa y lo más grave, una grieta vertical en el frente y bóveda del estribo izquierdo que amenazaba la integridad de la rosca meridional. Lo demás era casi normal: filtraciones, abombamientos en los pretiles, pérdida de alguna pieza, penetración de vegetación por las juntas, enraizamiento de arbustos en los muros... Treinta años después nada se ha reparado y la situación es más grave, especialmente en el tramo medio de la rosca oriental que en cualquier momento puede reventar. (3) Madoz, Pascual: Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de Aragón, Huesca. Edición facsímil, Ámbito Ediciones S. A., Valladolid, 1986, pág. 160. (4) Castán, Adolfo: Torres y castillos de Altoaragón. Publicaciones y Ediciones del Alto Aragón, S. A., Huesca, 2004. Puente de Fablo visto desde aguas abajo. Invierno de 2013 O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 10 Yebra de Basa. Proyecto y realidad de "nuevas-viejas" carreteras Jesús Castiella Hernández as hemerotecas son fuente inagotable de memoria donde se custodia aquello que en cierto momento se dijo de un lugar o se interpretó de una idea. Con el paso del tiempo algunos protagonistas que renegaron de lo afirmado, por haber quedado su propuesta en fiasco, al releerlo quedan en evidencia. Ahí radica su verdadero valor: ser espejo fiel para sacar a la luz las miserias del protagonista. Ejemplos salen a nuestro paso cada día. La intención del presente artículo es, acudiendo a la hemeroteca y archivos oficiales, recordar propuestas de carreteras que se plantearon a finales del siglo XIX y comienzos del XX en los valles que circundan Yebra de Basa: Guarga, Ara, Basa y Gállego. El que suscribe ya refirió en esta misma publicación, bajo el título de Yebra de Basa y la carretera que le une al mundo (O Zoque, 8), todo lo relacionado con la HU-321, que hemos transitado durante años y hoy felizmente integrada en la N-260 como “Eje Pirenaico”. Las siguientes líneas pretenden ser, pues, un homenaje a alguna de aquellas propuestas “utópicas” que quedaron varadas en el tiempo, como nave a la deriva en medio de una tormenta. Se dice que el papel lo soporta todo. Las páginas del periódico oscense EL DIARIO DE HUESCA, custodiado en el Instituto de Estudios Altoaragoneses, se han convertido en fuente inagotable de consulta por el valor que atesora; a él debe acudir todo el que se precie en rastrear el tiempo oscense que abarcó su periplo existencial. Hechas las observaciones, recuperemos las referencias que aparecieron en sus páginas y cuyo motivo central eran proponer soluciones técnicas para comunicar la zona norte con la parte baja provincial. En las líneas siguientes trataremos de propuestas y realidades, pues aunque algún proyecto se llevó a cabo, otros quedaron en idea y nunca más se supo. Una de las primeras referencias corresponde a una carta firmada por J. V. (quizá el diputado provincial José Villacampa), publicada el 6 de noviembre de 1879 y remitida desde Laguarta decía: Un asunto de grande interés, común a mas de cien pueblos de que se componen los valles de Serrablo, Nocito, Broto, Basa, Sobrepuerto, Vio, Solana, Rivera de Fiscal y Rivera de Guarga, dándole cuenta de una reunión habida en Boltaña el día 19 del actual octubre, con motivo de la feria de aquella villa, (…) tuvo por objeto tratar de gestionar cerca de la Diputación Provincial la construcción de un camino vecinal, proyectado, aprobado y estudiado por la misma corporación hace once años, (…) el cual partiendo desde el Estrecho de Quinto y pasando por entre los pueblos de Castilsabás y Santa Eulalia, siguiendo la corriente del Guatizalema hasta Nocito, evitándose en ello desde aquel punto atravesar la sierra de Santa Eulalia, como hoy sucede con el actual camino, economizándose quince kilómetros. (…) estos montañeses verían con gusto que por esa redacción se estimulara a la superioridad a fin de que se concediera lo que tan justamente se pide. Hace unos cuarenta años que los vecinos de estos valles, en unión con los de los pueblos del Abadiado y parte de los del Somontano de Huesca, concibieron esa idea de construir un camino de herradura, (…). Si el terreno se hubiera presentado fácil para su construcción, se hubiera hecho por medio de prestaciones vecinales, pero se tropezó con la dificultad de que en la garganta o cortadura que divide la montaña de San Cosme y Santa Eulalia hay un trozo como de cinco kilómetros, imponente por lo accidentado de aquel terreno, (…) pero poco a poco se abandonó su iniciativa por tropezar con dificultades económicas. En 1869, siendo diputado provincial José Villacampa, en unión de su compañero Antonio Valles, aquel hizo presente a la corporación la importancia de abrir la indicada vía, por ser la mas directa desde los pueblos de todos estos valles a la capital. La Diputación tomó en consideración aquella proposición, acordando la construcción de aquel camino, y que desde luego y con preferencia a otros entrara a formar parte en el plan de caminos vecinales, ordenando al mismo tiempo, que por el arquitecto provincial, señor Beil, acompañado de los ayudantes Bernal y Villanúa, se procediese a practicar sus estudios. Después nadie ha pensado más en esta obra, (…) (…) Aquí, donde se vive con toda clase de privaciones, donde las gentes carecen hasta de lo mas indispensable para la vida, se contentarían con que se subviniera a la necesidad pública de la apertura del camino de que me ocupo, en el que podrá darse trabajo a multitud de montañeses, que tendrán que emigrar muy pronto a la hospitalaria vecina República, (…) Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 11 Su antecedente fue una cita en el DIARIO DE AVISOS de Zaragoza dos meses antes, de la cual se hizo eco el diario oscense el 17 de septiembre. En ella se daban cifras y se aludía a connivencias de la Diputación con poblaciones relevantes, diciendo: (…) el asunto que más preocupa a los vecinos de estos valles es el proyectado camino que, partiendo de Boltaña, atraviese la sierra de Guara por el barranco de Nocito y facilite la comunicación con el otro lado de la montaña y con la capital (…) ¿cree Vd., amigo mío, que la Diputación ha hecho entrar el proyecto en perspectiva de ejecución? Pues nada de eso. (…) los pueblos de esta comarca se conformarían, según tengo entendido, con la insignificante suma de 15.000 pesetas, cantidad indispensable para llevar a cabo la cortada de Nocito, comprometiéndose a realizar por sí propios las restantes obras, entre tanto la Diputación, que se excusa en la falta de recursos, consiente a la ciudad de Fraga, cuyo partido lo cruzan una carretera general y otros caminos provinciales, que adeude a los fondos comunes de la provincia la suma de 58.439 pts, y al partido 10.329 pts, es decir, lo necesario para seis caminos como el que este distrito judicial necesita. (…) tolera a la ciudad de Barbastro —ciudad próspera y floreciente, que cruza sus término una carretera general, un ramal de vía férrea a punto de terminarse y otros caminos de importancia—, que adeude por el mismo concepto 56.258 pts, y envía comisiones al distrito de Boltaña, que en junto adeuda, según los últimos datos oficiales que se han hecho públicos, 6.000 pts. (…) (…) esos descubiertos, que ascienden en toda la provincia a millón y medio, que obrando en justicia debieran estar ingresos en las arcas provinciales, no pudieran ser parte a dar impulso a la red de caminos tantos años hace en proyecto. Siquiera para premiar de algún modo la religiosidad con que estos montañeses cumplen sus deberes y satisfacen sus cargas provinciales; (…) bien merece el caso que la Diputación tome en cuenta y auxilie a los injustamente olvidados montañeses. Hubo que esperar hasta el 20 de junio de 1887 (también se hizo eco el diario jacetano El Pirineo Aragonés de 25 de junio), cuando bajo el epígrafe de “Iniciativas plausibles” dio cuenta del toque de atención dado al Gobierno por dos diputados oscenses, Juan Alvarado del Saz (por Sariñena) y Manuel Gavín Estaún (por Jaca), en defensa de una proposición de ley que incluyera en el Plan General de Carreteras las siguientes: de Gésera al monasterio de San Juan de la Peña, de San Julián de Bara a la carretera de Jaca a Panticosa, y de la carretera de Zaragoza a Francia a Castiello de Jaca. Gavín hizo uso de la palabra en el hemiciclo en el siguiente tono, utilizando argumentos economicistas: «(…), la proposición de ley cuya lectura acabáis de oír, tiende a favorecer las tres zonas del distrito que tengo el honor de representar (…). En los largos inviernos, que duran ocho y nueve meses en aquellas zonas, es imposible transitar, y por otra parte los pocos cereales que aquellos pueblos producen al ser trasportados a lomo a la capital ocasionan un gasto de 6 y 8 pts. cahíz, (…); al paso que los pueblos que se hallan situados en la carretera general de Francia por Jaca, el transporte desde esta ciudad cuya distancia es mayor, no cuesta más que 2 ó 3 pts.; de suerte, que por esta sola razón hay una diferencia por lo menos de 6 pts. el cahíz. Además, (…), he de llamar la atención del Congreso sobre la penuria que están pasando, y que llega al punto de que aquellos habitantes tendrán que emigrar por completo, pues ya en el día hay pueblos de los nombrados que lo menos las tres cuartas partes de sus habitantes están ausentes del país, (…). (…) el cuadro es tan triste que hago punto, porque los delegados del Gobierno están en el deber de enterarle de la situación de sus administrados. Hay una carretera, la de Ansó, donde hace más de treinta años que comenzaron las obras; y otra hace trece años, que aunque más adelantada, faltan pocos kilómetros y para acabarlos todos son obstáculos. Cuarenta y siete pueblos están situados entre las carreteras, que propongo, en las mismas líneas y a una distancia de 200 a 2.000 metros, y hasta 100 pueblos próximamente de 2.000 a 5.000 metros (…)» Al día siguiente el diario recogió la proposición como ley: «Artículo 1° - Se incluyen en el Plan General de Carreteras del Estado, entre las de tercer orden, las siguientes: 1) Una que partiendo desde el pueblo de Gésera por el Monte de Arraso, bajando por la derecha al pueblo de Lanabe, dejando a uno y otro lado a los pueblos de Solanilla, Lasaosa, San Esteban, Grasa, Yespola, Belarra, Alavés, Arraso, Arruaba, Artosilla, Sandiás, Villovas, Castiello y Ordovés, continuando desde Lanabe a las inmediaciones del Molino de Ipiés, Javarrella, Lerés, al puente de Caldarenas, quedando además a derecha e izquierda de los pueblos citados los de Lasieso, Abenilla, Atós, Ipiés, Layes, Escusagua, Serué, San Vicente, Aquilué y Caldarenas, cruza el río Gallego, siguiendo por el monte del pueblo de Latre y por el pueblo de Javierrelatre a Riomoro, Monte de Bataragua, y cruzando la carretera de Zaragoza a Francia, por Altasobre entre los pueblos de Centenero y Osia por el de Ena, Barranco de Miguel de Ena, Cerzun por cerca del pueblo de Botaya, termine en el histórico y antiguo monasterio de San Juan de la Peña. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 12 2)Otra desde el pueblo de San Julián de Basa, pasando por la villa de Yebra y por las inmediaciones de los pueblos de Sardas, Osan y Latas, a las pilas del antiguo puente sobre el río Gallego, al poste 21 de la carretera de Jaca a Panticosa, Francia y el Grado. Se hallan en la distancia de uno a dos kilómetros de este proyecto, los pueblos de Orús, Fanlillo, Sobás, San Román, Isún, Allué, Javierre del Obispo, Larrede, Casbás, Susín, Oliván, Senegué y Sorripas y otros. 3)Otra desde la carretera de Zaragoza a Francia a un kilómetro del pueblo de Castiello de Jaca, cruzando el río Aragón al pueblo de Acín, pasando por el de Bescós, y dejando a poca distancia a los pueblos de Bergosa, Yosa, Villanovilla y Larrosa. Art. 2° - Para la ejecución de esta ley se tendrá en cuenta lo establecido en el Real Decreto de 3 de Diciembre de 1886 dictando reglas para la construcción de obras públicas. Palacio del Congreso 4 de Junio de 1887 - Manuel Gavín. La proposición dio lugar a un dictamen fechado el 25 de junio de 1887, firmado por Santiago de Ángulo (presidente), Manuel Gavín (secretario), y Lorenzo Álvarez Capra, Joaquín Gil Berges, José Moncasi, Tomás Castellano y Juan José Gasca como diputados. El 8 de mayo de 1888 la GACETA DE MADRID recogió la proposición como Ley, incluyéndolas; con ello se renovó la esperanza entre los habitantes de estos valles, aunque su aparición no certificaba la certeza de llevarse a cabo, y menos en su totalidad. Todo lo dicho se solapó en 1893 con los planteamientos de un posible ferrocarril de vía estrecha por el Valle del Basa, que fue motivo de un artículo del que suscribe en esta publicación en 2011 bajo el título de Yebra de Basa y el ferrocarril. Ese mismo año, el 23 de agosto, se decía, aludiendo a la compañía explotadora de la nueva vía que planteaba el Canfranc, que debía considerarse la construcción de un trozo de carretera que partiendo de la Estación de Sabiñánigo, atravesando el Gállego, y subiendo por Yebra y todo el valle de Basa y Fenés, terminara en Fiscal, que sí fue estudiada topográficamente con profundidad en 1912 por el ingeniero Emilio Monterde y construida parcialmente como Itinerario 61, cuya liquidación fue efectuada por el ingeniero Alberto Méndez Romero el 20 de agosto de 1929. El diario volvió a referirse el 16 de abril de 1901 a que habían comenzado estudios de campo para redactar el proyecto de carretera de la E. F. de Orna a Jánovas por Laguarta, bajo la dirección del ingeniero José Sans Soler. El 29 de agosto de 1902 se mencionaba que, por Real Orden de 22 de agosto, se había aprobado técnicamente por el Ministerio de Agricultura y Obras Públicas el proyecto de la sección de Orna a Laguarta de la carretera de Orna a Jánovas, con un presupuesto de 1.931.767,33 pesetas. Años después, el 11 de junio de 1915, aún se aludía a una red de carreteras trazada por la Sección transpirenaica de la provincia de Huesca, donde se seguían incluyendo, entre otras: una de la estación de Sabiñánigo a Fiscal, por Yebra y el Puerto de Fenés y otra desde la estación de Orna a Jánovas, por Secorún. Pero, no paró ahí la cosa, pues el 2 de marzo de 1929, refiriéndose a una carretera de “gran interés para la provincia”, se decía: Entre los decretos del Ministerio de Fomento, firmados hoy por el Monarca, figura el siguiente, de gran interés para la provincia de Huesca. Incluyendo en el Plan General de Carreteras, con carácter urgente, la carretera de Sabiñánigo a Fiscal, modificando la denominación que será de Sabíñánigo por Yebra y Collado de Fablo a empalmar con la de Orna a Jánovas por Secorún y Laguarta. No acabarían hay las propuestas, pues el 1 de marzo de 1933 se reivindica, bajo el título de Ecos de la Montaña, la voz de unos pueblos que quedaban aislados del centro de las comunicaciones, esperando redimirse con una carretera; los pueblos citados eran Cortillas, Cillas, Sasa, Bergua, Basarán, Escartín y Otal, así como la ribera del Ara. En esa fecha ya se menciona que hacia 1928 una Real Orden del Ministerio de Fomento cambió el itinerario desde Yebra, Orús, Collado de Fablo a Laguarta, lo que hizo perder la esperanza de ver plasmado su anhelo. Dejemos por un momento la prensa y volvamos nuestra mirada a los archivos oficiales custodiados en la Subdirección Provincial de Carreteras en Huesca. En ellos se encuentran legajos de proyectos y liquidaciones con motivo de la construcción del itinerario 68, carretera de tercer orden de Orna a Jánovas, actual A-1604 “de la Guarguera”, que fue la única que vio la luz. Tenía por objeto unir los valles del Gállego, Cinca y Ara, realizándose su construcción de forma parcial y “con explanaciones incompletas debido a escasez de crédito”, lo que motivó que su trazado se completara en dos secciones, con más de cuarenta años de demora: Orna a Laguarta y Laguarta a Jánovas. De la primera sección, Orna a Laguarta, casi veinte años después, en mayo de 1920 se liquidó el 1º trozo, E.F. de Orna al Barranco de Atos, siendo contratista adjudicatario Antonio Trell Ladrid y el ingeniero encargado de liquidarla Joaquín Cajal Lasala. En enero de 1927 fue el turno del 2º trozo, hasta el Molino de Villobas, siendo el contratista adjudicatario Mariano Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 13 Palaín Jaime, que se comprometió a realizarla en un plazo de cinco años, siendo encargado de liquidarla el mismo ingeniero anterior, Cajal Lasala. En marzo de 1930, se hará la recepción provisional del 3º trozo, hasta Secorún, ante los ingenieros Sebastián Gómez de Velasco, como Jefe de Obras Públicas de Huesca, Enrique de las Cuevas, como jefe del Distrito Forestal, y Alberto Méndez, como ingeniero encargado de la dirección de obra, siendo contratista Heliodoro Sánchez Álvarez. La liquidación del 4º trozo, del barranco de Gillué a Laguarta, se realizó en septiembre de 1933 ante el mismo contratista anterior y los ingenieros Ramón Martínez de Velasco, como Jefe de Obras Públicas de Huesca, Ignacio Claver, como jefe del Distrito Forestal, José García López, como ingeniero encargado de la dirección de obra y Enrique Alarcón y López Casero, como Ayudante. Hasta 1946 se fueron practicando liquidaciones de modificados, debidas en gran parte a las afecciones ocasionadas por el río Guarga, siendo una de las más graves la que hizo desaparecer parte del terreno previsto por el proyecto. La segunda sección, de Laguarta a Jánovas, se realizó en tres trozos, siendo contratista de ellos Antonio Barbany Borell, cuyas liquidaciones correspondieron: El trozo 1º, de Laguarta al Barranco de Fartué, en enero de 1936, ante Sebastián Gómez de Velasco, como ingeniero jefe, y León García Merino como autor, además de Albero Méndez Méndez Romero y Antonio Lacasa Lalueza, como ingenieros de vigilancia y ayudante de la misma, con un plazo de ejecución de veintisiete meses, sin prórrogas; el trozo 2º, hasta Campodarve, en mayo de 1942 ante Diego Tejera López, como ingeniero jefe, y Mariano Aisa Dea, como ingeniero autor, con un plazo de ejecución de veintisiete meses, concediéndosele una prórroga; el trozo 3º, hasta el cruce de Boltaña, en enero de 1944 por los mismos protagonistas que el anterior, disponiéndose un plazo de ejecución de catorce meses y concediéndose cinco prórrogas, adicional de veintiséis meses más. Hay que referir que este último trozo, debido a informes emitidos por una comisión formada por ingenieros civiles y militares del Ramo de Guerra, varió su final; así, mediante Real Orden de Fomento de 26 de junio de 1920, en lugar de finalizar en Jánovas, éste se situó en el cruce próximo a Boltaña con la de Jaca a El Grado, km 21, desistiéndose del objetivo inicial. Con lo antedicho hemos podido comprobar como el papel soporta todo, y los planes diseñados en él no siempre se convierten en realidad, sino que sirven sólo como asidero de socorro para calmar ánimos exaltados de potenciales reclamantes, y como recurso maquiavélico para “ganar tiempo” ante el electorado. Desgraciadamente aún funciona el mismo criterio; en estas montañas, sus habitantes sabemos demasiado de maquinaciones… Zonas denominadas eufemísticamente como de “alto interés turístico estratégico” reciben fondos a espuertas, mientras otras son condenadas a la emigración desde el más absoluto abandono y ostracismo. En esta segunda clasificación pueden incluirse las zonas tratadas, comprobando como hace más de un siglo quedaron alejadas de parámetros que las hicieran susceptibles de ser consideradas aceptables, para poder entrar en planes rentables a corto plazo; y ahí seguimos… Detalle del plano de situación del itinerario 68, Guarguera, donde se reflejan dos secciones del trazado, la 1ª con proyecto aprobado y la 2ª sólo en proyecto. Memoria de un proyecto de 1917 O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 14 Piedras Sagradas José Miguel Navarro López ualquiera que haya leído los numerosos trabajos que se han publicado en estas últimas décadas sobre antropología y etnología en el Pirineo, se habrá dado cuenta de la importancia de los elementos naturales dentro de las creencias, modos de vida e incluso la religiosidad popular de los habitantes de hace apenas una generación de nuestros valles y montañas. De esos elementos, tres son los fundamentales; las rocas, el agua y la vegetación. Mircea Eliade, en su Tratado de Historia de las Religiones, habla de ellos como “La trilogía hierofánica”, es decir, los tres elementos por los que, juntos o por separado, el hombre toma consciencia de la existencia de lo sagrado, fundamentalmente y en nuestro territorio, en el ámbito de las religiones precristianas. Ejemplos hay más que notables, muy cerca de nosotros, de lugares donde estos elementos se enlazan hasta dotarle de una importante carga hierofánica. Solo hay que pensar en el camino de Yebra al Puerto, especialmente en el entorno de las cuevas, o la Iglesieta de los Moros en Bergua. En estos lugares se conjugan a la perfección los tres elementos aludidos hasta crear un espacio evocador, sacralizado hace cientos, quizá Ermita d`as Arrodillas miles de años y que el cristianismo vino a hacer suyos mediante procesos sincréticos que durarían muchas generaciones. Hoy, sin embargo, me centraré en un elemento aislado de esa trilogía y de ese camino. Me refiero a la conocida como Piedra de las Arrodillas. Para algún caminante ajeno al fenómeno antropológico de Sta. Orosia, se trata simple y llanamente de un bolo de arenisca donde podemos ver dos concavidades talladas entre unas profundas estrías longitudinales y una cruz en el centro. Cubriéndolo parcialmente se construyó una diminuta capilla con una hornacina en la que, durante muchos años, hubo una figurita de Sta. Orosia de madera. Hace unos años, la figurita fue sustraída. Posteriormente, se repuso una copia en arcilla que ya está rota. A poco que indague, le contarán la leyenda, sabida por todos los que alguna vez hemos subido por ese camino que, Santa Orosia, huyendo de sus perseguidores y sabedora de su inminente martirio, hincó sus rodillas en esa roca mientras rezaba por su Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 15 Foto izquierda: Cazoletas en Castillo de Bayuela, Toledo Foto derecha: Hornacina con la talla y la zarza alma y la de sus acompañantes. Al rato, el reyezuelo moro que los perseguía, viendo las marcas de sus rodillas en la piedra y frustrado por no alcanzarles golpeó la roca con su alfanje dejando las estrías que se ven. También le contarán que era sabido la que de la pequeña hornacina nacía una zarza que siempre estaba igual, ni crecía ni moría. Esta zarza, en la actualidad, ha desaparecido. Un geólogo le explicará que es un gran bloque de arenisca calcárea del eoceno (40 millones de años día arriba, día abajo) desgajado de los estratos situados ladera arriba pero un antropólogo o un arqueólogo el dirán que esa piedra es mucho más que un bloque lítico trabajado por la mano del hombre a orillas de un camino. Cuando alguien, probablemente hace milenios, talló esas oquedades, esa piedra, desde la mentalidad humana, dejó de ser tal para entrar en otra esfera. Es lo que se conoce como litolatría o culto a las piedras. Parafraseando nuevamente a Mircea Eliade, no todas las piedras son objeto de culto, si no que las piedras sagradas son veneradas tan solo en la medida en que ya no son simples piedras si no hierofanías, es decir algo distinto de su condición normal de objetos inanimados. Lo curioso del caso es que, a esas concavidades, los arqueólogos les dan el nombre de “cazoletas”, y son uno de los elementos más recurrentes en grabados rupestres pudiéndolas encontrar en multitud de ubicaciones, algunas tan dispares como megalitos de Ibiza, petroglifos gallegos y portugueses, piedras exentas en el piedemonte de los Alpes, tanto en Italia como en Suiza… incluso en yacimientos ahora sumergidos por el aumento del nivel del mar en Israel. Su datación abarca un dilatado periodo. Algunos hablan desde el Paleolítico Medio (150.000-35.000 a. C.) hasta la Edad del Hierro (1100 a.C.). No se sabe, a ciencia cierta, su funcionalidad. Mientras que para unos se trataría de meros recipientes de ofrendas o receptáculos para sacrificios, para otros son símbolos sexuales femeninos encaminados a propiciar la fecundidad. No falta quien ha visto en ellas mapas celestes (cada cazoleta representaría una estrella y el diámetro vendría dado por la magnitud del brillo al igual que los conjuntos de crómlech pirenaicos) o indicadores de espacios sagrados, caminos migratorios y lugares de alto valor mágico o propiciatorio. Sea como fuere, esa piedra no es una piedra corriente. Se trata de una piedra sagrada mucho antes de la Edad Media cuando, casi con seguridad, surge la leyenda y la figura de Sta. Orosia. Una vez perdido y olvidado el uso primigenio, el cristianismo vincula esa roca y las marcas allí talladas, como no podía ser de otra forma, a Sta. Orosia de forma que, como bien dice E. Satué en su libro Religiosidad Popular y Romerías en el Pirineo, vienen a constituir lo que él llama “huellas de santos”, una prolongación del Santuario motivado tanto por el sentimiento de propiedad del santo o mártir en cuestión por parte de los montañeses, como por la necesidad, por parte de la Iglesia, de crear un mecanismo pedagógico para que la mentalidad popular cobrase motivación ante algo tan vivo, directo y tangible como la huella, en este caso de la mártir bohemia. Nada más, y nada menos. Quizá nunca sepa el caminante el verdadero origen y la intencionalidad de esas concavidades talladas en arenisca pero, la próxima vez que suba al puerto, pase la mano por ellas y se santigüe, ritual visto y aprendido durante generaciones, debería pensar en el extraordinario legado del que todos somos depositarios. Legado que, por otra parte debería ser divulgado y protegido. Lo primero está garantizado mientras haya asociaciones como O Zoque, lo segundo, debido a la incultura, la ignorancia, la avaricia y la mala fe de unos pocos, desgraciadamente no. O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 16 Y a los de Yebra... En torno a la etimología de la voz "Gabacho" José Ángel Gracia Pardo decir, de 300 habitantes aproximadamente, entorno a 60 eran gabachos. Pero no sólo los habitantes de Yebra son conocidos como gabachos. Bailo, Biniés, Rasal, Lascuarre, Adahuesca y Fuencalderas, entre otros, también son conocidos con este apodo, poblaciones que en tiempos pasados contaron también con una importante afluencia de inmigrantes franceses. Diccionario de Covarrubias a voz Gabacho se utiliza frecuentemente para denominar a una persona con bajas cualidades morales, falso, miedoso, cobarde, falto de espíritu, que no sabe afrontar los problemas con gallardía y entereza. De igual manera se conoce por gabachos a los nativos de Francia en general, aunque en estos pagos se refiere más a nuestros vecinos bearneses, bien por ser tierra de acogida para multitud de compatriotas en tiempos pretéritos, bien por ser zona de partida de gentes hacia nuestro territorio. Una vez expuestas las dos acepciones de la palabra debemos aclarar que, cuando menos para la gente del país, no es insulto tan calumnioso como algún autor veremos que ha querido insinuar, estando más cerca del apelativo cariñoso que del insulto ofensivo. En mi opinión el apelativo gabacho con el que se conoce tradicionalmente a los habitantes de Yebra, se debe a la fuerte inmigración de franceses (bearneses mayoritariamente), que dicha localidad soportó durante los siglos XVI y XVII. En los momentos de mayor presencia llegó a suponer el 20% de la población, es Según José Damián Dieste Arbués en Revista Serrablo nº 125, los habitantes de Yebra de Basa tienen el sobrenombre de gabachos como altamente infamante. La explicación que los propios vecinos de Yebra daban para justificar el apelativo era que “en tiempos el vecindario cometió una gabachada, o lo que es lo mismo que actuaron con poca gallardía. Dicen que venían las reliquias de San Lorenzo desde tierras francas hasta Huesca capital y que hicieron noche los que las trasladaban en la localidad de Yebra, traicioneramente, se quedaron con un dedo de las reliquias, en lugar de reclamar sus derechos con franqueza”. La explicación resume a la perfección el significado del apelativo. Veamos a continuación la explicación etimológica que han dado los principales autores a lo largo de la historia. Según Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana, primer diccionario en español publicado en 1610, nos dice lo siguiente en relación con la palabra gabacho: “Ay unos Pueblos en Francia que confinan con la provincia de Narbona. Strabon y Plinio los llaman Gabales, Caesar Gabalos. A estos llama Belteforestio Gabachus y nosotros Gabachos… Esta tierra debe ser mísera, porque muchos destos gavachos se vienen a España, y se ocupan en servicios baxos, y viles, y se afrentan cuando los llamen gavachos. Con todo esso vuelven a su tierra con muchos dineros, y para ellos son buenas Indias los Reynos de España.” Según Covarrubias se trata de una comunidad de gente habitante cerca de la provincia de Narbona, en el departamento de Aude, en la región del LanguedocRousillon. Según el mismo autor también se les llamó Cagots¹. (1) En castellano Agotes. Grupo social marginado que vivió desde la Edad Media hasta el siglo XX en Navarra, montañas de Jaca y sur de Francia. Su origen incierto, la endogamia y las actividades a las que se dedicaron dieron pie a una brutal marginación. Fueron segregados de una sociedad inculta y supersticiosa que aborrecía todo lo que sonase a diferente, extraño y extranjero, haciéndolos responsables de cuantas desgracias asolaban a sus desdichadas existencias. Eran objeto también de mofas y escarnios, atestiguando a menudo cosas tan absurdas como que poseían un elegante rabo, que mantenían relaciones con el diablo y que eran portadores de terribles enfermedades. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 17 Para Mª del Carmen Aguirre Delclaux en Agotes, el final de una maldición, la palabra gafo,² de la que gaffet o gahet no son más que variedades, es la contracción de gabacho. Sin embargo, la palabra gafo existía muchos años antes, la hemos visto citada en los fueros más antiguos de España. El femenino gavassa significa mujer pública. "Voz corrompida de Cavasa, quiere decir casuchas en las que vivían éstos, fuera de los muros de la ciudad”. Como curiosidad señalaremos que los gavots son en Francia el sobrenombre por el que se conocen a los "Compañeros Carpinteros del Deber de la Libertad", una hermandad corporativa a la que pertenecieron muchos cátaros inculpados por la Inquisición³. Según el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de J. Corominas y J.A. Pascual, gabacho es un término despectivo que se aplica a los franceses. Proviene del occitano gavach, "montañés rústico", "persona que procede de una región septentrional y que habla mal el lenguaje del país". El sentido propio del vocablo es "buche de ave" (siglo XIII) y "bocio", aplicado a los montañeses de las zonas occitanas septentrionales, por la frecuencia de esa enfermedad entre los mismos. Las aguas de los pirenaicos son purísimas, sin sales, sobre todo sin yodo. Y ésta es la causa de que el bocio haya sido endémico en estas regiones desde tiempo inmemorial. El abultamiento de la garganta causado por este mal, ocasionó que el término prerromano gaba (garganta, buche de ave) derivara en la despectiva voz gavag, para referirse a ellos. La expresión sería, en realidad, patognomónica: cuando los bearneses dejaban las montañas y bajaban a los pueblos vecinos se distinguían del resto de la gente de tal manera que se les conocía como gavaches. Y lo que llamaba la atención en ellos era que la mayoría tenía un bulto llamativo en el cuello: tenían bocio. Otra posibilidad es que derive de Gave, nombre que se da a los cursos de agua en Bearn y Bigorre. La Gave de Pau, también llamada Gran Gave, las recoge casi todas y es el principal afluente del Adur. La Enciclopedia de Diderot y d'Alembert da la siguiente definición: "Gave, (Le) Géog. Su nombre es común en multitud de ríos de Béarn, que todos ellos nacen en los Pirineos, en los confines de Aragón: éstos son la gave d'Aspe, la gave d'Ossau, la gave d'Oloron y la gave de Pau. La rapidez de estas gaves provoca que no sean aptas para la navegación; pero son abundantes en peces". Según Le Petit Larousse, escrito por Claude Augé en 1905, esta palabra, gave, buche de ave, derivaría del nódulo similar al bocio que desarrollan las ocas y patos cuando se los empapuza para la producción del foie gras (por gavage). Pero la historia nos dice que la cultura del foie gras se desarrolla en Francia a partir del siglo XVI, fecha bastante posterior a la de los tiempos primitivos (prerromanos) en los que los arroyos pirenaicos ya eran deficitarios en yodo. Según la Real Academia de la Lengua Española la palabra proviene de gavach. En el año 1825 Cerdaña estaba dividida entre Francia y España. En el mes de julio aldeanos de ambas nacionalidades se concentraron en Puigcerdá para celebrar festejos, en un día que acabó en una matanza provocada por los españoles, que apalearon a los franceses mientras gritaban "¡mateu los gavach, han governado España demasiado tiempo!" (En catalán "matad a los gabachos"). La palabra gabatxo significaba extranjero en catalán y era utilizado de manera peyorativa en Cerdeña, especialmente en contra de los franceses. A su vez gabacho proviene, según algunos estudiosos, de Gévaudan llamada Gabaña en latín, y Gabalum Pagus en la Edad Media, región histórica francesa actual Lozére que aportó muchos inmigrantes a España a comienzos de la Edad Moderna, aunque hay opiniones encontradas al respecto. Para Francisque Michel en Historie des races maudites de la France et de l’Espagne y más tarde Florencio Idoate, opinan que los gabachos son los antiguos colonos de Saintonge⁴, provenientes de Poitou y Angoumois, que Enrique II de Navarra, rey de la dinastía de los Albret residente en Pau, llamó para poblar las márgenes (2) Uno de los muchos nombres con los que fueron conocidos los Agotes. Fueron acusados de transmitir la lepra, en aquella época llamada “gafedad”. De allí el nombre de Gafos, del que deriva la palabra “gafe”, el que trae mala suerte. (3) Según recientes investigaciones, los agotes son descendientes de los últimos cátaros, supervivientes de la quema de Montsegur, que lograron escapar y refugiarse en las montañas a ambos lados de la frontera. (4) Pequeña región en la costa Atalántica de Francia en el departamento de Charente-Marítime, en la región administrativa de Poitou-Charentes. Departamento de Lozére, antiguo Gevaudan O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 18 del Drot (pequeño afluente del Garona, más debajo de La Reole), cuya población quedó diezmada por la peste en 1524-25. Conservaron su lenguaje, el “patoise”, y sus costumbres, empezando a darles sus vecinos el nombre de gabachos. Aún hoy se hablan estas variantes del gascón: el saintogeois y angoumoisien. En España, y sobre todo en el Pirineo, gabacho ha sido un término siempre despectivo para referirse a los franceses, y, hablar en gabacho vale por “hablar en francés”. En Poesías completas que Fernández de Moratín escribió en 1778 se lee: Región de Saintonge Admiróse un portugués de ver que, en su tierna infancia, todos los niños en Francia supiesen hablar francés. Arte diabólico es -dijo torciendo el mostachoque para hablar en gabacho un fidalgo en Portugal, llega a viejo y lo habla mal, y aquí lo parla un muchacho. Según un documento desempolvado por Florencio Idoate en Agotes y grupos afines en Navarra, existe un proceso fechado en 1610, encausado por Graciana de Labayen, contra Isac Estandau, francés. El origen fue las injurias que recibió de boca del dicho Isac. «Si él soltó lo suyo, ella no debió quedarse atrás, llamándole gabacho. Con tal motivo, el testigo Pedro de Lazcano declaró que nunca había tenido por gabacho al acusado, sino por hidalgo francés. Y agrega: “porque los gabachos son mucho más abatidos que los agotes y villanos en aquella tierra”...» Los piropos fueron pues mutuos; si el uno era “gabacho”, la otra era “borracha y puerca”. Queda claro que en siglos anteriores y fuera de nuestra zona, gabacho sí era un insulto grave, pues hacía referencia a un grupo social tratado como auténticos parias, en el último escalafón de la jerarquía social. En la misma línea de discriminación atroz, escribe en 1818 Juan Antonio de Zamacola en Historia de las naciones vascas: «…Piensa hoy todavía con equivocación el vulgo del Bearne y del valle de Baztán, que son imbéciles, barbilampiños y de raza degenerada, de aquí resultó que los vascos del pirineo y los españoles de la otra parte mirasen con desprecio a los franceses que pasaban, creyendo fuesen todos de la raza de los agotes, y con este motivo empezaron a llamarlos gabachos, que quiere decir “hombrecillos de los Gaves”» Para finalizar y para afianzarnos en la idea de que aquí la acepción fue distinta a la de otras partes del Pirineo, veamos lo que dicen dos personas que conocieron muy bien la realidad del mundo tradicional, que trataron y a la vez estudiaron las palabras que emanaban de la boca de nuestros ancestros, aquí, en Serrablo. Uno es Alfonso de Urquijo y Landecho, escritor que recorrió nuestra geografía al acabar la contienda civil y que recogió gran cantidad de palabras usadas por la gente del país. Decía en su libro El Pirineo y los sarrios (1967), en relación a la voz gabacho: “El adjetivo de gabachos con que por aquí se designa a los franceses no es despectivo, sino sencillamente un apodo, siendo costumbre corriente entre las gentes pirenaicas la utilización de motes colectivos. Así, por ejemplo, en el valle de Tena llaman bufarrios a los de Hoz de Jaca, lapayones a los del Pueyo, capezutos a los de Lanuza, pelaires a los de Biescas y partacueses a los de varios pueblecillos que forman una comunidad de pastos. La misma costumbre existe en otros valles”. Por último y a modo de conclusión, pues creemos que es la idea más aproximada que tradicionalmente se ha tenido entorno al vocablo, veamos lo que dice Mosen José Pardo Asso, cura nacido en Santa Cilia de Jaca en 1880 y que recorrió nuestra geografía en el cumplimiento de su oficio. Realizó en la década de los años 30 un completo diccionario de voces aragonesas, escribiendo a propósito de la palabra gabacho: “Falso, cobarde. El significado que se le da en el Diccionario de la Academia, como natural de algunos pueblos de las faldas de los Pirineos, o pertenecientes a estos pueblos, no tiene fundamento en la realidad pues únicamente se usa como apodo de algún pueblo nada más. Generalmente en las montañas pirenaicas, a casi todos los pueblos se les denomina con un sobrenombre, significando lo especial de él o algo peculiar que le distingue de los demás en su manera de ser, en lo que produce, etc.” En entrevistas mantenidas con gente del país a la hora de escribir el presente artículo, este ha sido el sentir general, claro y conciso. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 19 Memoria de piedra y agua. La pila de agua bendita del Puerto de Santa Orosia y Cosme Damián Villacampa Alejandro Gurría González Mi agradecimiento a Isabel y Gabi, actuales moradores de Casa El Señor de Laguarta La pila de la iglesia del Puerto odavía está muy presente en la memoria de una sociedad tradicional como la pirenaica la profunda cicatriz producida por la abominable guerra civil española del siglo XX, que supuso un punto de inflexión en aquella sociedad que comenzaría a quebrar sus viejas estructuras a partir de aquel momento. En la mayoría de los lugares de Aragón se narra algún episodio que poco tiene que ver con lo heroico, más bien la mayoría de historias tienen como denominador común el odio y la irracionalidad. Una de las nefastas consecuencias de la guerra fue la destrucción de un importantísimo patrimonio artístico. En el caso de Yebra, las principales pérdidas se concentraron en las obras que ornamentaban las ermitas de las Cuevas y la iglesia del Puerto, que quedaron despojadas de todo el arte mueble y reliquias depositadas allí durante siglos gracias a la fe y el esfuerzo de los montañeses, y su deseo de tener un templo acorde a la importancia de su patrona. Todo fue quemado y asolado por la brutal incultura. Solo los edificios sobrevivieron porque tuvieron uso militar durante la guerra y, por fortuna, una pequeña joya que a menudo pasa desapercibida: la pila de agua bendita, situada junto a la portada meridional, a los pies de la nave principal. El único bien mueble que resistió a los vándalos destructores, que solo consiguieron partirla y hacer que desapareciera una parte. Desde luego, la pila no pasó desapercibida para los mayores estudiosos del fenómeno orosiano: Enrique Satué le dedica un espacio en su magna obra Las Romerías de Santa Orosia1 y especialmente Graciano Lacasta, quien hasta la fecha ha realizado la aproximación más extensa y acertada sobre esta pieza artística en El Camino de las Ermitas.2 La pieza se compone de cuatro cuerpos diferenciados de forma fundamentalmente prismática, labrados en piedra a excepción del superior, que no corresponde (1) Satué Oliván, Enrique: Las romerías de Santa Orosia, Ed. Diputación General de Aragón, p. 132, 1988. (2) Lacasta Estaún, Graciano: El camino de las ermitas. Aproximación a la historia y simbolismo de las ermitas de Santa Orosia, Ed. O Zoque, p. 126, 2008. al original y fue repuesto en la década de los sesenta en cemento. Los dos prismas inferiores tienen las aristas achaflanadas y hacen de base de la pila; el tercero sirve de pilar que sostiene el prisma superior, que es el recipiente que contiene el agua bendita. En el intento de destrucción de la pila, ésta fue partida por su parte débil, el pilar, y en la citada restauración se unieron las partes quebradas, siendo imposible recuperar el recipiente. Esta pila poco tendría de particular si no fuera por la extensa inscripción epigrafiada en todas sus caras y aristas, que nos proporciona una información fundamental para el conocimiento de la iglesia: sus fechas de construcción, su modo de financiación y sus patrocinadores. La inscripción del pilar: memoria de agua omenzaremos la lectura de la inscripción de la pila por el pilar que sujeta el recipiente superior. Vemos como en sus partes extremas se pasa del cuadrado al octógono suavizado por la representación de unas figuras que ornamentan la obra, unos querubines en las esquinas superiores y una especie de puntas de lanza en las inferiores. Pese a que es la parte más deteriorada todavía son legibles los grabados de todas las caras excepto en una, iniciándose de arriba hacia abajo con ORATE // PRO NO//BIS (Orad por nosotros) (la doble barra indica el cambio de cara). A continuación en las caras laterales aparecen en vertical SÂTA OROSIA // SÂ CORNELIO // SÂ ACISCLO // SÂ LORENÇO. Éstos son todos los santos venerados en Yebra de los que se conservaban reliquias. Las de Santa Orosia y San Lorenzo se custodian en la parroquial, mientras que las de los santos familiares de Orosia se mantuvieron en la ermita de San Cornelio, que ejercía como cripta de la iglesia de las Cuevas, hasta que fueron profanadas en la Guerra Civil. En las caras achaflanadas de las esquinas aparecen los cuatro evangelistas: SÂ MARCO // SÂ MATHEO // S(â Luc)AS // SÂ IVAN (la cara de San Lucas es la más deteriorada siendo ilegible su nombre en la parte c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 20 central). Los nombres de los evangelistas han de ponerse en relación con el tetramorfos representado toscamente en las esquinas del basamento, aunque en realidad no corresponde la disposición de las cabezas de animales con la de los evangelistas. En Yebra la relación es la siguiente: Toro – San Juan Águila – San Marcos León – San Mateo Ángel – San Lucas Sin embargo debería ser: Toro – San Lucas Águila – San Juan León – San Marcos Ángel – San Mateo Se puede observar que la correspondencia está movida en una cara correlativamente, lo cual nos lleva a pensar que se produjo un error al montar las piezas de la pila en la restauración de la década de los sesenta del siglo XX y el criterio seguido para la actual disposición fue el de colocar las caras en mejor estado más visibles, ya que la de San Lucas queda oculta en buena parte por las escaleras de acceso al coro. Completando la lectura de la inscripción del pilar, en las cuatro caras del cuadrado inferior se puede leer VIDI AQV//AM EGRE//DIENTEM // DE TEMPLO haciendo referencia al canto litúrgico de pascua Vidi Aquam cuya letra y traducción transcribimos a continuación: Vidi aquam egredientem de templo, a latere dextro, alleluia. Et omnes, ad quos pervenit aqua ista, salvi facti sunt, et dicent, /alleluia, alleluia. Confitemini Domino quoniam bonus quoniam in sæculum misericordia eius. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto, sicut erat in principio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculorum. Amen. Yo vi un agua que salía del templo, del lado derecho, aleluya. Y todos aquellos a quienes alcanzó esta agua, se han salvado, y exclaman: /aleluya, aleluya. Alabad al Señor, porque es bueno porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. La entonación de esta antífona se reserva para el tiempo pascual y está relacionada con la aspersión del agua bendita realizada sobre los fieles al comienzo de las ceremonias litúrgicas, rememorando el bautismo. Este canto litúrgico está basado en el Libro de Ezequiel, en donde el profeta hace una descripción del templo de la Jerusalén Celeste. En el capítulo 47 se dice que debajo del templo, hacia su derecha brotan las aguas de un río que fluye en dirección sur, a mediodía del altar, y que quien se sumerja en ellas obtendrá la salvación. Casi desde la posición donde está ubicada la pila, si dirigimos nuestra mirada desde la portada del templo de Santa Orosia hacia la derecha, la visión que tendremos es la que describe el Libro de Ezequiel: la del agua que brota bajo la misma iglesia a su lado derecho y que discurre hacia el sur. Además no olvidemos que la orientación de la iglesia del Puerto no es la canónica y se orienta hacia el norte, por tanto las aguas discurrirían hacia mediodía del altar. Esta interpretación no deja de ser una curiosidad que con toda seguridad no fue tenida en cuenta por quien encargó y quien realizó esta pila, sin embargo no deja de ser muy sugerente y una razón más para valorar la interrelación entre la fuente de Santa Orosia, su templo y la montaña.3 (3) Medrano Marqués, Manuel María: Santa Orosia en Yebra de Basa: Reflexiones sobre un culto con raíces precristianas. Revista Salduie, 2, p. 283, 2001-2002. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 21 La inscripción del basamento: memoria de piedra a parte principal del texto la encontramos en los dos prismas inferiores que hacen de basamento de la pila. Su lectura se iniciaría en la arista achaflanada de la basa superior, en la cara que confronta a la portada de la iglesia, desde allí continuaría descendiendo por las caras laterales. La transcribimos a continuación: ESTA,YGLESIA,SE,PRINCI//PIO,A 3,DE,JVNIO,DE,I665 // EL,DE,I669,A I0,DE,SÊBRE,SE // BÊDIZIO, I SE DIXO, LA.I.MISA En el lateral de la basa media aparece: HIZOLA,DE,LIMOSNA,LA,VILLA // DE,YEBRA,Y OTROS,LVGARES // I PERSONAS,PARTICVLARES SVS COMARCANOS COSTO.III5.LAS En la arista achaflanada de la basa inferior: SIENDO RECTOR EL D. MIGVEL TH//OLOSANA En la superficie de la basa superior: EN.AGVATA.FECIT.// D.C.D.V.S.D.F.//A.C.Y P.DE P.A SV // COSTA.I67I. Las fechas de construcción sí pues, siguiendo el orden propuesto, la primera inscripción indica las fechas de construcción del templo entre el 3 de junio de 1665 y el 10 de septiembre de 1669. Sabemos por el libro de cuentas de la parroquia de Yebra que los encargados de las obras fueron unos hermanos de procedencia francesa apellidados Jordán, que estuvieron cobrando censos por los trabajos realizados hasta 1680.4 Parecían superados los odios a todo lo francés producidos principalmente por motivaciones políticas, con una guerra que había durado tres décadas, y Yebra se convierte a lo largo del siglo XVII en un lugar de atracción de emigrantes del otro lado del Pirineo,5 (4) Lacasta Estaún, Graciano: El camino de las ermitas. Aproximación a la historia y simbolismo de las ermitas de Santa Orosia, Ed. O Zoque, p. 119, 2008. (5) Lacasta Estaún, Graciano: Emigración francesa a Yebra en el siglo XVII. Revista O Zoque, 4, p. 19, 2004. superando los cierres de fronteras provocados por las guerras e incluso las trabas interpuestas por las Cortes aragonesas de 1646, que prohibían a franceses y sus descendientes, aunque hubieran nacido en el reino, “obtener beneficios, dignidades ni otros empleos de Justicia, y de Gobierno”. Esto lo constata el ilustrado Ignacio Jordán de Asso en su Historia de la economía política de Aragón, continuaba diciendo que “... esta lei, dictada más por el odio que por la razón, contribuyó, no poco en la experiencia de treinta años a la despoblación, estorvando, que muchos Franceses hiciesen casas, y establecimientos en este Reino, por lo que fue derogada en las Cortes de 1678.”6 Además de la datación para la finalización de las obras se informa de que el día 10 de septiembre de 1669 se bendijo la iglesia y se dijo la primera misa, que como indica Enrique Satué7 se hizo coincidir con la culminación de una gran sequía y plaga de langosta que afectó especialmente a las localidades de Isún y Sardas. Esa es la razón por la que anualmente ambos lugares conmemoran esa fecha renovando su voto a Santa Orosia, haciendo una peregrinación hasta esta iglesia y celebrando allí una misa. El piadoso modo de financiación n la segunda línea de la inscripción se cuenta cómo se financia la obra a base de limosnas por parte de los habitantes de la villa de Yebra, otros lugares y personas particulares de la comarca. En este sentido es necesario reseñar el artículo de Graciano Lacasta8 donde se detallan algunas de las abundantes limosnas consignadas en el Libro de la Primicia desde 1664. Sabemos que la característica general del siglo XVII es la época continuada de crisis producida por las mismas estructuras arcaicas apegadas a la tierra, de un reino más cercano al feudalismo medieval que a la Edad Moderna, cerrado por completo a las nuevas corrientes mercantiles y preindustriales que estaban poniéndose en práctica en otros países europeos. A esta crisis contribuyeron en gran medida las guerras que desangraron la corona hispánica de los Austrias y a los súbditos de los distintos reinos que debían mantener económicamente a los ejércitos, llegando a provocar varias bancarrotas a lo largo del siglo (las más cercanas se producen en 1662 y 1666, pese a que ya se había firmado la Paz de los Pirineos). (6) Asso y del Río, Ignacio Jordán de: Historia de la economía política de Aragón, p. 340, 1798. (7) Satué Oliván, Enrique: Las romerías de Santa Orosia, Ed. Diputación General de Aragón, p. 132, 1988. (8) Lacasta Estaún, Graciano: La limosna a Santa Orosia, Revista O Zoque, 12, p.12, 2012. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 22 Además hay que tener en cuenta las hambrunas cíclicas producidas por la pérdida de cosechas en un periodo en el que ni siquiera el clima ayudaba, conocido como la Pequeña Edad de Hielo. Sirvan para ejemplificar gráficamente esta etapa de frío las inscripciones en la portada de la iglesia de San Pedro de Alforque, localidad de la Ribera Baja del Ebro, en donde se indica que el río llegó a helarse en los inviernos de 1658 y 1694. Para culminar la etapa de terror hay que citar la llegada de la peste que se ceba en el Pirineo en 1652, permaneciendo durante dos años más. Yebra no es ajena a esta epidemia y en el “Libro de los muertos” de la parroquia se contabilizan un total de 35 fallecidos por esta causa en una población de unos 270 habitantes;9 sin embargo, pese a la gravedad de la cifra, no es comparable a la mortandad en ciudades como Jaca, donde desaparecieron más del 40% de sus habitantes. Según el estudio de Jesús Maiso,10 en conjunto, Aragón debió de perder de una cuarta a una quinta parte de su población. Por eso no es de extrañar que en esta etapa de grandes dificultades, en la que la supervivencia resultaba tan frágil, sometida a todo tipo de vaivenes incontrolables por el común de los hombres, éstos se aferrasen a una profunda religiosidad, sacrificando su propio sustento terrenal a cambio de asegurárselo en la otra vida. Así pues se darán las condiciones idóneas para una explosión piadosa canalizada perfectamente por el estamento religioso. Y es aquí donde hay que enmarcar la extensión del fenómeno orosiano y, como consecuencia, la construcción y embellecimiento de buena parte de sus templos principales a base de limosnas. En la misma línea de la inscripción no puede pasar desapercibido el lugar preeminente en el que se coloca a la villa de Yebra en esta concesión de limosnas para la construcción del templo, destacada sobre los otros lugares y personas particulares de la comarca que no se detallan. La razón es clara, ya que sus habitantes son los primeros beneficiados por la llegada abundante de comitivas procedentes de lejanos lugares buscando la intercesión de la santa ante los excesivos males del siglo. Esos beneficios se trasladan incluso a la misma condición jurídica de la población que es declarada como villa de realengo a inicios del siglo XVII, o por (9) Lacasta Estaún, Graciano: Últimas noticias. Ballibasa hace 400 años. Revista O Zoque, 1, p.7, 2001. (10) Maiso González, Jesús: La peste aragonesa de 1648 a 1654, Departamento de Historia Moderna. Universidad de Zaragoza, 1982. lo menos en una fecha anterior a agosto de 1617, en la que aparece por primera vez esta mención de villa con la llegada de Pedro de Orante, visitador de la diócesis de Jaca.11 Este trasiego de gente contribuirá a que Yebra se convierta en centro proveedor de servicios para las poblaciones más cercanas con oficios diversos como notarios, cirujanos, ferreros, sastres, tejedores, barberos, zapateros o pelaires. Esta vitalidad en la villa también es consecuencia de la mayor libertad personal de sus habitantes por la pertenencia a un señorío de realengo, con una menor presión general al encontrarse bajo el dominio temporal de los reyes de Aragón, con un estatuto jurídico, administrativo y económico distinto del de los otros señoríos seglares o laicos. Ese menoscabo de las libertades de los habitantes de estos últimos señoríos se recoge en los Fueros de Aragón cuando dice: "Según la costumbre del Reino, los nobles de Aragón y las otras personas señores de lugares que no pertenezcan a la Iglesia, pueden tratar bien o mal a sus vasallos, según su libre voluntad, y quitarles sus bienes, sin que éstos puedan apelar en forma alguna, y el señor Rey no puede entrometerse en ninguna de estas cosas."12 Un ejemplo valiosísimo de los poderes que le eran otorgados a un señor temporal sobre sus vasallos, en contraposición a la mayor libertad que tenían los habitantes de una villa de realengo, nos lo ofrece Manuel Gómez de Valenzuela en su artículo Dos temas de posesión del señorío de Arruaba, en el Serrablo (1630 y 1658),13 donde describe la toma de posesión de este pequeño señorío por parte en primer lugar de D. Pedro Pérez, rector de la parroquia de Yebra, y una vez fallecido éste, por D. Martín López de Fanlo, marido de Orosia Pérez y heredera del citado mosen Pedro. En la toma de posesión de este señorío se describen simbólicamente todos los poderes que les son otorgados a estos señores, convertidos en beneficiarios de absolutamente todo lo que se encuentre dentro del señorío, con la facultad de impartir justicia y nombrar cargos, e incluso de disponer de las vidas de sus vasallos. El coste de la obra ara acabar las consideraciones de esta segunda línea de la inscripción se informa de que la obra del templo costó 1115 libras. Para que nos hagamos mejor una idea de la cantidad, una libra equivalía a (11) Lacasta Estaún, Graciano: Últimas noticias. Ballibasa hace 400 años, Revista O Zoque, 1, p. 6, 2001. (12) Savall P. y Penén S.: Fueros, Observancias y Actos de Cortes del Reino de Aragón, Zaragoza, tomo II, p. 68, 1866. (13) Gómez de Valenzuela, Manuel: Dos temas de posesión del señorío de Arruaba, en el Serrablo (1630 y 1658), Revista Argensola, 99, p. 17, 1985. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 23 Aunque hoy parece un vulgarismo la posición inicial del artículo, en realidad no lo era entonces, ya que antecede a la abreviatura de Domine (Señor), así que está citando a “el Señor Miguel Tolosana”, quien fue rector de la parroquia de Yebra entre 1658 y 1675. veinte sueldos y, grosso modo, el jornal diario de un profesional (albañil, carpintero, herrero) suponía entre 6 y 7 sueldos, mientras que el de un peón, entre 3 y 5.14 También nos podemos hacer una idea de la justicia de lo pagado consultando el contrato firmado el 14 de noviembre de 1642 por el cual el rector, jurados y primiciero, representantes de la villa de Yebra, concertaban con el cantero jacetano Antonio Tornes la edificación de la nueva iglesia parroquial con columnas y bóvedas de crucería, conservando la torre edificada en 1571. Los de Yebra se comprometían a pagar 38.000 sueldos jaqueses (1.900 libras) y proporcionarle casa para él y sus criados en la villa. Este contrato venía a sustituir a otro firmado el mes de marzo del mismo año, por el que simplemente se pretendía ampliar la iglesia anterior con una nave más a cambio de 600 escudos jaqueses (los escudos equivalían a la libra). A pesar de quedar inacabados, Tornes cobró 3.000 sueldos (150 libras) por los trabajos realizados del primer contrato, que vendrían a sumarse a lo pactado en el nuevo y definitivo contrato pactado el mes de noviembre.15,16 Así pues, se debieron pagar un total de 2.050 libras por la factura de la nueva parroquial, a lo que habría que sumar los 10.300 sueldos (515 libras) en que fue tasada la torre de 1571. Por tanto si comparamos el precio de la parroquial con las 1.115 libras que costó la iglesia del puerto no parece caro en absoluto, aunque su calidad artística sea muy inferior. El impulsor del templo ambiando de línea de inscripción, en la arista achaflanada de la basa inferior se lee: SIENDO RECTOR EL D. MIGVEL TH//OLOSANA. (14) Lacasta Estaún, Graciano: Rogativas y veneraciones a Santa Orosia en Yebra de Basa: siglos XVII y XVIII, Revista O Zoque, 8, p. 27, 2008. (15) Gómez de Valenzuela, Manuel: Arte y trabajo en el Alto Aragón (1434-1750), Institución Fernando el Católico, p. 391, 2006. (16) Ortego Capapé, Luis Miguel: El camino de las ermitas. Evolución arquitectónica en la iglesia parroquial de Yebra de Basa, Ed. O Zoque, p.11, 2008. Éste es un personaje fundamental para la extensión del culto orosiano, una de las personas más notables y mejor consideradas entre sus contemporáneos por su actividad y generosidad. Debió ser fundamental su capacidad de movilización para la gente de la villa y de la comarca, consiguiéndolos embarcar en el ambicioso proyecto de la construcción de la iglesia del puerto. Por eso tiene su lugar destacado en esta inscripción, obteniendo el reconocimiento al ser la única persona destacada en la pila, sin que se citen a los jurados u otros cargos civiles, ni siquiera al capellán de Santa Orosia, que en aquel momento era Mosen Thomás Cañardo.17 El capellán tenía como función asistir al rector de la parroquia de Yebra en las labores de atención a los frecuentes colectivos de devotos que acuden a venerar la reliquia de la santa en distintas rogativas, veneraciones, votos, romerías o vigilias, siendo además el encargado de la celebración de misas por los difuntos tanto en las dos iglesias del Puerto como en la capilla de Santa Orosia de Yebra. Este reconocimiento a la actividad de Tolosana parece corroborarlo el Visitador General de la Diócesis cuando en 1673 informa de que además de la promoción de las obras del Puerto, amplió la antigua abadía de Yebra a su propia costa; por eso, en agradecimiento, tras su muerte se ordena que los rectores que le sucedan en el cargo deberán decir una misa mensual en su memoria por la salvación de su alma.18 Las enigmáticas iniciales ara acabar con la inscripción del basamento volvemos la mirada hacia la superficie horizontal de la piedra, en donde se lee el fragmento más enigmático y dificultoso en cuanto a su correcta interpretación: EN.AGVATA.FECIT.// D.C.D.V.S.D.F.//A.C.Y P.DE P.A SV // COSTA.I67I.. Se trata de una serie de abreviaturas e iniciales que hasta ahora permanecían sin descifrar. Se había conjeturado que EN AGVATA debían ser las iniciales y el apellido del maestro de la obra, ya que seguidamente encontramos la forma latina FECIT (hizo), usada bien por el encargante o bien por el artífice, mientras que (17) Lacasta Estaún, Graciano: El camino de las ermitas. Aproximación a la historia y simbolismo de las ermitas de Santa Orosia, Ed. O Zoque, p.134, 2008. (18) Lacasta Estaún, Graciano: El camino de las ermitas. Ed. O Zoque, p.118, 2008. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 24 las demás iniciales podían ser de otros operarios. Una fórmula similar la encontramos en la corona de Santa Orosia realizada pocos años antes, en la que puede leerse Pedro Panzano fezit 1655.19 Sin embargo esta hipótesis no concordaba con los censos abonados a los Jordanes por la realización de las obras. Así pues, había que mirar hacia otro lado. ¿Y por qué no volver la vista hacia un lugar cercano, en el que abundan unas inscripciones similares a las que encontramos en la pila de la iglesia del Puerto? ¿Por qué no hacerlo hacia un lugar de nombre parecido al que se lee en la inscripción? Ese lugar es Laguarta y así cobraría sentido el inicio de la inscripción, ya que en la documentación de la época la encontramos citada como Aguarta, en su forma aragonesa. La omisión de la r se debería a un error ortográfico del grabador. Un error venial que apenas sería tenido en cuenta por sus contemporáneos, mayoritariamente analfabetos. Casa El Señor, de Laguarta su casa a lo largo del siglo XVII, así como el de la reedificación de la iglesia, que servirá de panteón para los miembros de esta familia. Esta ampliación del casal se inicia en 1616 finalizando antes de 1658, fecha inscrita en las dovelas del arco de la portada que está presidida por las armas de los Villacampa, un escudo de gules, orlado de plata, y en su campo un castillo almenado de plata con dos torres a los lados y en la puerta un guerrero con la rodela embrazada y en la mano derecha una espada desenvainada. Originalmente tenía muralla en el centro de la que sube una escalerilla que lleva a las aguas de una laguna sobre la que campea el castillo, sin embargo en Laguarta la laguna se sustituyó por un ángel alado. En la orla y con letras de oro va el lema IN DEO MEO TRANSGREDIAR MVRVM, que aparece en el Libro de los Salmos y se traduce por: “Con mi Dios traspasaré la muralla”. n Laguarta encontramos la Casa El Señor, solar de los Villacampa, un linaje perteneciente a la Baja Nobleza aragonesa del cual tenemos conocimiento desde el siglo XI. Este linaje fue expandiéndose en sus distintas ramas familiares desde el lugar que da nombre a su apellido por todo el Serrablo, en los valles anexos a la cabecera del Guarga, llegando a Laguarta a finales del siglo XV con D. Beltrán Villacampa. La mayoría de datos para el estudio de este linaje y su casa los extraigo de los trabajos realizados por García Ciprés en la revista Linajes de Aragón20 y por Gómez de Valenzuela en Argensola.21 Es muy recomendable su lectura para conocer el devenir de esta familia y su situación en su mayor momento de esplendor, coincidente con la ampliación y embellecimiento de (19) Satué Oliván, Enrique: Las romerías de Santa Orosia, Ed. Diputación General de Aragón, p.127, 1988. (20) García Ciprés, Gregorio: Los Villacampa. Revista Linajes de Aragón, 3, pp. 169-177; 197-217 y 237-239, 1912. (21) Gómez de Valenzuela, Manuel: La casa solariega de Villacampa en Laguarta (Valle del Serrablo). Revista Argensola, 96, p. 337, 1983. Este blasón se llega a representar hasta en seis ocasiones a lo largo de la fachada de la casa, mostrando así sus moradores el orgullo que tenían por su linaje, que había conseguido la ejecutoria de infanzonía en 1595, siendo confirmada en 1629. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 25 Además de los escudos de armas, se representan un buen número de inscripciones parecidas a las de la pila de agua bendita de Yebra, con el mismo estilo abigarrado en el que destaca el uso de abreviaturas. No obstante hay que decir que este estilo es consecuencia de la dificultad técnica de grabar en la piedra y de las limitaciones de espacio por el material usado como soporte, caro ya de por sí. Para acabar con las conexiones estilísticas encontramos un pequeño detalle decorativo vegetal muy estilizado presente en algunas inscripciones de Laguarta y usado para separar palabras o frases, de la misma manera que lo encontramos en la pila. Hay dos etapas para la realización de las inscripciones de Casa El Señor de Laguarta. En la primera las encontramos fechadas entre 1658 y 1680, y tienen a un personaje como denominador común: Cosme Damián Villacampa, hermano de Pedro, el heredero de la casa que obtuvo la confirmación de infanzonía de 1629. La última etapa de inscripciones se dará entre 1685 y 1694, y el protagonista es Jerónimo Villacampa y Maza de Lizana, quien amplió considerablemente el patrimonio de la casa. Las inscripciones que nos interesan para la redacción del artículo son las de la primera etapa, con Cosme Damián Villacampa como personaje destacado. Entre todas ellas destaca una en la fachada principal, en torno a los distintos escudos con los que entroncó por enlaces matrimoniales la casa de los Villacampa, ya que aparecen todos los personajes principales de la rama de Laguarta durante el siglo XVII. Se citan por orden de antigüedad a Pedro y Gerónima Villacampa, primeros señores de Artosilla, que fueron quienes iniciaron la ampliación de la casa en 1616, siendo acabada por su hijo primogénito Pedro. Éste es hermano de Gerónimo Villacampa, rector de Aineto y Comisario del Santo Oficio, por eso se representa también el escudo de la Inquisición. Además se sitúa en lugar preferente a Cosme Damián intitulado como señor de Fanlillo, Ardiles, Caxigossa y Puerto de Planas, apareciendo como el artífice de la inscripción en 1675. Finalmente el último personaje citado es Úrbez Villacampa, hijo de Pedro y heredero de la casa tras su muerte, y de los señoríos de Artosilla, Borrastre, San Juste y Ligüerre. En esta interesantísima inscripción se están estableciendo los lazos familiares que han hecho grande a la casa. Se honra a los padres Pedro y Gerónima como iniciadores de las obras de ampliación, y además se nombran a los tres hermanos tenidos por este matrimonio con sus funciones arquetípicas como miembros pertenecientes a una casa de la baja nobleza pirenaica: el primer hijo varón (Pedro) como el heredero de la casa y transmisor de su herencia, mientras que de los otros dos, uno quedará soltero (Cosme Damián) para ayudar a conservar e incrementar el patrimonio de la casa y el otro se entrega al orden sacerdotal (Gerónimo). Además, como continuador de la saga familiar asegurando la supervivencia del linaje, se cita a Úrbez que además mediante lazos matrimoniales pudo ampliar sus heredades en el valle del Ara. Bajo esta inscripción, la más espectacular de toda la casa por su variedad, encontramos un pequeño óculo flanqueado por las iniciales CDVF – 1675 (Cosme Damián Villacampa fecit - 1675), corroborando la autoría del patronazgo del relieve escultórico. No es éste el único conjunto de epigrafías en las que aparece Cosme Damián como mecenas. También encontramos otro fundamental para este estudio en el dintel del portón que daba al jardín de la casa, donde se lee una lacónica inscripción realizada por alguien que cree enfrentarse a los últimos años de su vida, justificando sus actitudes y quizá mostrando cierto arrepentimiento: QVANTO EN MI VIDA OBRE NVNCA ME VINO A FALTAR EL DESEO DE ACERTAR. C.D.V.S.D.F.F. 1668. Las iniciales han de interpretarse por “Cosme Damián Villacampa, Señor de Fanlillo fecit. 1668”. Estas iniciales nos han de dar la pista definitiva para la correcta interpretación de la pila de agua bendita de Yebra, ya que después de EN AGVATA FECIT se lee D.C.D.V.S.D.F.A.C.Y P.DE P.A SV COSTA I67I. Vemos que las iniciales en negrita son coincidentes con las de la inscripción del dintel de Laguarta, mientras que c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 26 las iniciales que siguen se ajustan a su vez a los demás títulos de Cosme Damián, detallados anteriormente. Así pues, el significado de las iniciales de la basa de la pila deberá interpretarse como “En Laguarta hizo Don Cosme Damián Villacampa, Señor De Fanlillo, Ardiles, Caxigossa Y Puerto DE Planas. A su costa 1671”. Con esto queda claro quién es el personaje que costea la pila de agua bendita y la fecha en que se labra. Cosme Damián Villacampa ero ¿qué lleva a este hombre a sufragar el gasto de esta obra artística? Para responder a esta pregunta hay que considerar previamente que la tradición familiar, por la cercanía de sus señoríos y casales, hacía que sus actos piadosos y devocionales fueran encaminados a buscar la protección de San Úrbez de Nocito y el engrandecimiento de su patrimonio, muy por encima del de Santa Orosia. Así aparecen citados en 1632 Francisco Villacampa, Lugarteniente de Justicia de las Valles de Serrablo y Basa; Pedro Villacampa (hermano de Cosme Damián), Infanzón y Señor del lugar de Artosilla, ambos síndicos y vecinos del lugar de Laguarta; y Pedro Villacampa, Señor de Fanlillo y vecino de Villacampa. Todos ellos firman como testigos en la recepción de un arca donada por la ciudad de Huesca para depositar los restos de San Úrbez.22 Conozcamos algún dato sobre esta familia y el papel de Cosme Damián dentro de ella para poder desentrañar las motivaciones de este patrocinio. Según el árbol genealógico elaborado por García Ciprés, del matrimonio formado por Pedro Villacampa y Maza, primer señor de Artosilla, y Jerónima Villacampa, natural de Gillué, donde otra rama de la familia poseía una torre fortaleza, nacieron cuatro hijos: Pedro, Cosme Damián, Jerónimo y Jerónima. Ya hemos dicho de aquel matrimonio que fueron los que iniciaron la ampliación de la casa, siendo finalizada por sus hijos en 1658. Esto nos habla de la buena situación económica de la familia cuya riqueza les provenía de su pasado militar, de sus exenciones fiscales por su condición de infanzones y de las rentas producidas por su patrimonio, que comenzaba a ampliarse con la adquisición del señorío de Artosilla. Según José María Establés23 la principal fuente de riqueza de los infanzones del Pirineo a partir del siglo XVI no les provendrá de “los menguados rebaños y (22) Broto Aparicio, Santiago: Huesca: donación de un arca para San Úrbez. Revista Serrablo, 126, p.20, 2002. (23) Establés Elduque, José María: Mil años de historia de los valles de Serrablo y Fanlo (958-1958). Revista Serrablo, 112, 1999. las pobres tierras de los lugares de señorío”, sino del préstamo de dinero a los habitantes y concejos de estos valles acuciados por la necesidad. Y aún añade: “mostrando para ello una manifiesta habilidad, y en muchas ocasiones una absoluta falta de escrúpulos morales”, ya que la devolución de los préstamos se debía hacer mediante censos pagados año a año y habitualmente era a perpetuidad, siendo transmisible por herencia (tanto para los deudores como para los censalistas). En estas condiciones solo era posible la cancelación de la deuda mediante una amortización con unos ventajosos intereses pactados en una carta de gracia o mediante la donación de todo el patrimonio, de la tierra e incluso de las personas que la habitaban, perdiendo su libertad personal para pasar formar parte de un nuevo señorío bajo el dominio del prestamista reconvertido en un nuevo señor.24 El negocio resultaba perfecto, ya que el censalista se aseguraba una cantidad económica fija anual o en caso de que no pudiera ser devuelta, se aseguraba el acceso a las rentas del patrimonio de su nuevo señorío, que además daba lustre a su consideración social por la obtención de un título. Éstas debían ser las principales ocupaciones de estos Villacampa, infanzones de Laguarta. ¿Pero cuál es el papel desarrollado por Cosme Damián en la casa? Ya hemos dicho anteriormente al hablar de las relaciones de parentesco en una de las inscripciones que Pedro, como hijo mayor, es el heredero y transmisor íntegro del patrimonio en Laguarta y sus señoríos. Pero muy cerca de él permanece Cosme Damián, el segundo hijo que debía quedar soltero para ayudar a la supervivencia de la casa; el tión que debía sacrificarse para ayudar a conservar e incrementar en la medida de lo posible el patrimonio familiar. Según Satué25 “el tión, aun en un contexto jerárquico, podía desarrollar cierta autonomía y en muchos casos mostraba por la hacienda igual o mayor interés que su hermano heredero, consciente de la necesidad del sistema establecido por sus antepasados”. Éste parece ser el caso de Cosme Damián, preocupado por el progreso y el embellecimiento de su casa (aunque la haya heredado su hermano) con la talla de los escudos de armas con los que había entroncado su linaje y con multitud de inscripciones firmadas por él mismo. Y pese a que es consciente del papel dominante del primogénito en la casa, aparece en algunas de ellas de igual a igual: Pedro Villacampa, (24) Lacarra de Miguel, José María: Aragón en el pasado. Ed. Espasa-Calpe, Col. Austral, 1435, p.164, 1972. (25) Satué Oliván, Enrique: Relaciones humanas y modelo social en el Serrablo tradicional. Revista Serrablo, 96, p. 17, 1995. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 27 señor de Artosilla, y Cosme Damián Villacampa, hermanos. Año 1659. Parece aceptar satisfecho el papel que le ha tocado desempeñar en su casa y, en especial, demuestra su orgullo por la posición de su linaje. Según estas inscripciones, también parece tener un papel fundamental como nexo de unión intergeneracional y elemento cohesionador familiar con sus sobrinos, nuevos señores del solar de los Villacampa de Laguarta. Así pues Cosme Damián aparece firmando inscripciones y escudos de armas junto a su sobrino Úrbez, que heredará la casa de Laguarta y el señorío de Artosilla tras la muerte de su padre, y por vía matrimonial será también señor de Borrastre, San Juste y Ligüerre. Pero no es ésta la última generación que Cosme Damián logra ver en vida, ya que en las últimas inscripciones con su nombre aparecerá también junto a Gerónimo, hijo de Úrbez, en dos pilas para almacenar líquidos (probablemente de aceite) situadas una en el interior de la casa y otra anexa a la iglesia, en donde se lee “ESTA P(ila) HIZIERON HAZER COSME DA(mián) VILLACAMPA Y URBEZ VILLACAMPA S(eñor) DE ARTOSILLA Y G(eronimo) V(illacampa) S(eñor) D(e) B(illobas). 1680”. Con Gerónimo está asegurada la supervivencia del linaje, pero no sólo eso, ya que continuará la labor epigráfica en la casa iniciada por su tío abuelo Cosme Damián y, por encima de todo, es la persona con quien se llegará a la máxima extensión en cuanto a dominios señoriales. Según consta en su panteón, Jerónimo Villacampa y Maza de Lizana llego a ser señor de Artosilla, Villobas, Borrastre, San Juste, Yéspola y Ligüerre, además de distintas pardinas como las de Fraya, Villanab(?), Bailans, Espatiella, Gavarre, Latarruas, Larras, Labella, Torrellola, Las Irualas y Yardo, así como de los puertos de Canciás y Galardón, y también Mayez, La Fraguala, Salillas, La Esperilla y las Siete Villas. El señorío de Fanlillo n relación al grado de autonomía que obtuvo Cosme Damián con respecto a su casa hay que considerar especialmente la adquisición del Señorío de Fanlillo, Ardiles, Caxigossa y Puerto de Planas. Este señorío ya estaba adscrito a la rama de parientes que procedía del lugar de Villacampa cuando se les concede la ejecutoria de infanzonía de 1595, y a mediados de siglo XVII se encontraba bajo el dominio del infanzón Pedro Villacampa, residente en Villacampa, detentando la jurisdicción civil y criminal, mero y mixto imperio con todos los derechos y emolumentos como correspondía a señores de vasallos y derechos de dominicatura pertenecientes a los señores temporales sobre su señorío.26 En cuanto a la ubicación de los lugares que componían el señorío: Fanlillo confronta con términos del lugar de Sobás, Orús y Espín; la Pardina de Ardiles confronta con el lugar de Fanlillo, Sobás, la Pardina de Arbisa y con el Puerto de Planas; y éste último establece sus límites con el puerto de Fenés, Sobás, Pardina de Arbisa y la citada Pardina de Ardiles. No se conocía con seguridad la situación de Caxigossa, sin embargo consultando la Toponimia en Ballibasa27 encontramos registrado el topónimo Cagicosa en el término de Fanlillo. (26) Fuertes Casaus, Pilar: Fanlillo y sus Señores. Revista Serrablo, 144, 2007. (27) González, J. A. y Navarro, J. M.: Toponimia en Ballibasa. Ed. Comarca Alto Gállego, Col. Yalliq, 7, p.58, 2005. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 28 El devenir del siglo fue complicado para este señorío. La crisis económica no entendía de estamentos y consideraciones sociales, y el infanzón Pedro Villacampa se vio obligado a pedir distintos censos en reiteradas ocasiones a otro infanzón, Pedro Rodrigo, que aunque residía en Bierge, era señor de los lugares de Bescós, Rapún, y el mencionado lugar de Villacampa. Al no poder hacer frente a las deudas contraídas tuvo que desprenderse de la mitad del señorío, que pasó a manos del citado Pedro Rodrigo. Así pues se producirá un extraño caso, puesto que el señorío tendrá dos señores al mismo tiempo por una sentencia firmada en 1649, quedando así condonada la deuda que había ascendido ya a 36.300 sueldos. La situación continuó igual hasta los inicios de la década de los sesenta, cuando un nuevo personaje entra en escena: Cosme Damián Villacampa, que sustituye a Pedro Rodrigo en este extraño duunvirato de los señores de Fanlillo. No he tenido acceso al documento de adquisición del señorío, así que de momento no es posible saber por cuanto se hace con él. Sin embargo sabemos según la documentación que Cosme Damián ya firma como Señor de Fanlillo y “de sus habientes” por lo menos desde 1664, momento en que cancela un censal contraído con la catedral de Jaca.28 También lo corroboran algunas inscripciones en piedra de Laguarta tanto en la casa como en la iglesia, destacando la que firma en la basa de la Virgen del Pilar, copia de la que (28) Gualtier-Martí Jiménez, Ricardo: El Señorío de Fanlillo, en el siglo XVII. Revista Raíces del Alto Aragón, vol.1, p. 239, 2005. hubo en su día en el arco ciego de la torre, además de la que hoy traemos a colación de la pila de agua bendita de Yebra, así como un escudo de armas de los Villacampa hallado en un lugar indeterminado de Fanlillo, junto a una inscripción incompleta de lo que podría ser quizá una cruz de término. En la inscripción se lee (est)A CRUZ HIZO D. COSME DAMIÂ VILLACAMPA, S(eñor) D(e) (Fa)NLILLO. A SU CO(sta). (?) AGUARTA. Una explicación para el mecenazgo de la pila de Yebra o sabemos la fecha de la talla de Fanlillo pero es evidente quien la costea y una cosa parece clara: igual que en su casa, Cosme Damián quería dejar su huella y constancia de su paso por este señorío. Y lo iba a hacer con su labor de mecenazgo de obras artísticas tanto dentro de él como en el centro de atracción religioso más cercano y que en aquel momento se encontraba en plena ebullición, el templo del puerto de Santa Orosia. Un lugar al que acudía gente de muchas procedencias y que a partir de entonces tendrían conocimiento de que los piadosos Villacampa de Laguarta habían colaborado en el embellecimiento de la nueva iglesia. ¿Pero cómo iban a saber los que viesen aquella pila quién había sido su patrocinador? La mayoría de ellos no sabían leer y quizá los que sí supieran no podrían entender aquellas iniciales. Desde luego que no sería por la supuesta modestia de Cosme Damián el que no figurase meridianamente claro su nombre como mecenas en aquella obra. Entonces ¿cómo se conseguía que todo el mundo reconociese quién la había pagado? La respuesta está en el uso de la heráldica y la representación de las armas de los Villacampa, de sobras conocidas por todos sus contemporáneos. El problema es que no ha llegado a nosotros tal escudo de armas en la pila, que debía estar en la parte superior que ejercía de recipiente y que desapareció en Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 29 la Guerra Civil. Para hacernos una idea de cómo podría ser nos dirigimos a la iglesia parroquial de Laguarta, que también se estaba reedificando en aquellos años para servir de digno panteón de los Villacampa. Allí encontramos también una pila de agua bendita pero sin el basamento ni el pilar. Podría decirse que es la pieza complementaria que le falta a la pila de Yebra, ya que en Laguarta solo se conserva el recipiente para el agua, que se halla encastrado en la pared. Su forma es de media esfera y allí se representa un querubín, a cuyos lados se encuentran las armas de los Villacampa. En la parte adosada a la pared es imposible saber qué fue esculpido (supuestamente otro querubín), así como el significado de la inscripción que circundaba la pila y en la que hoy solo se identifica la palabra GENITRIX, que quizá hace referencia al Virgo Dei genitrix, himno dedicado a la Virgen María. Así pues, parece claro que el nexo de unión entre Cosme Damián Villacampa y el nuevo templo del Puerto dedicado a Santa Orosia es por la adquisición de su señorío en Fanlillo pocos años antes. Sin embargo posiblemente no fue éste el único lazo, ya que también debió tener gran peso en la decisión del patronazgo de la pila Miguel Tolosana, el rector parroquial de Yebra, explicándose así el lugar destacado que ocupa su nombre en ella, que es el único grabado, como se ha dicho anteriormente. Los dos personajes se conocían y es probable que entre ellos existiera una relación de amistad, ya que ambos aparecen como influyentes miembros en la cofradía de Nuestra Señora Blanca.29 Ésta era una cofradía de las llamadas clasistas o específicas, en la que sus miembros solo podían pertenecer exclusivamente a los estamentos clerical y nobiliar. La cofradía estaba “instituyda en las valles de Serrablo y Bassa y valle de Nocito” y su motivación principal era corporativa, celebrando anualmente el día de la de la cofradía en un lugar distinto de las tres zonas geográficas señaladas. Allí acudían los señores, infanzones y los rectores parroquiales para estrechar sus vínculos ante una frugal comida, celebrar sus juntas y gestionar las finanzas. Los últimos años de Cosme Damián y su señorío eniendo en cuenta que la pila de Yebra se fecha en 1671, pocos años mantuvo Cosme Damián su señorío de Fanlillo junto a Pedro Villacampa. No debía resultar un negocio excesivamente provechoso y en 1675 optan por desprenderse de él vendiéndolo a Juan de Ascaso (29) Satué Oliván, Enrique: Cofradías específicas o clasistas. Revista Serrablo, 126, p.29, 2002. Lasaosa, infanzón procedente de Arguis y con sus principales posesiones en el castillo de Otura en el somontano oscense.30 Cabe la posibilidad de la necesidad económica inmediata de los Villacampa, ya que en aquel momento se estaba reedificando la iglesia de Laguarta, sin embargo hay que reseñar que la inscripción más ostentosa de la casa se hace en 1675 y aún se intitula a Cosme Damián como Señor de Fanlillo, por tanto queda invalidada esta premisa. Quizá sea más probable que Cosme Damián se sintiera ya cansado dada su avanzada edad y simplemente quisiera retirarse a su casal de Laguarta a pasar sus últimos años. Hay que recordar que su padre Pedro Villacampa, fallece en 1616, el mismo año que inicia la ampliación de su casa, así que cuando Cosme Damián vende el señorío tiene alguno más de sesenta años y ya no viven ninguno de sus hermanos. El negocio que hacen con la venta del señorío puede decirse que es ventajoso, ya que existen dos documentos. En el primero de los cuales Juan de Ascaso lo adquiere por 80.000 sueldos con una cláusula en la que los antiguos señores podían recomprarlo. Sin embargo unos meses más tarde, en marzo de 1675, se reconoce una deuda de Ascaso con éstos de 120.000 sueldos, aumentando por tanto el precio de venta por razones que no alcanzamos a conocer. Decimos que es un negocio ventajoso porque pocos años más tarde los Ascaso también se desprenderán del señorío por un precio muy inferior al que lo adquirieron, pasando a manos de Joseph de Cascaro y Ferriz por 40.000 sueldos, tres veces menos, aunque también debe hacerse cargo de las deudas (entre ellas, una contraída a medias con el concejo y universidad de Sobás de 320 sueldos anuales), por eso quizá es un precio tan bajo. Cosme Damián fallecerá después de 1680, fecha que aparece inscrita en las dos pilas citadas anteriormente. Lamentablemente no conocemos exactamente el año, ya que en el epitafio de su panteón no puede leerse, al estar partida e incompleta su lápida. Con él acaba la relación del Señorío de Fanlillo y los Villacampa de Laguarta, además de sus vínculos con la iglesia del Puerto de Santa Orosia. Sirvan estas líneas para rendir homenaje al protagonista de esta pequeña historia, Cosme Damián Villacampa, un personaje orgulloso de su linaje y trabajador incansable en pro de su casa, ejerciendo de mecenas y erigiendo a Laguarta como un foco difusor artístico. (30) Gualtier-Martí Jiménez, Ricardo: El Señorío de Fanlillo, en el siglo XVII. Revista Raíces del Alto Aragón, vol.1, p. 239, 2005. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 30 Pastorada de Santa Orosia 2013 Mayoral Cantas 1. Si yo tenese parabras pa espresar o que astí siento! Tanta chen d’a redolada que eis puyau enta iste Puerto! 12. ¡Ixe beso que se dan cruzes, palos y banderas ye un beso d’amistá entre as chens d’a nuestra tierra! 2. Fiels ta ista tradición que os nuestros pais nos amostrón. Astí semos otra añada n’ista Montaña Sagrada. 13. ¡A nuestra Santa rodiamos con o millor que tenemos, chuflo, salterio, lanzantes, cruzes, banderas, romeros! 3. Oi astí femos memoria d’as muitas chenerazions, qu’en tantos sieglos d’istoria n’ista fiesta s’achuntón. Repatán 4. Combocaus por Santa Orosia ande o martirio sufrió, tornándose dende antonzes d’istas tierras protezión. 5. Con qué fe nos alcompañan as cruzes d’a Ballibasa, igual que as de Sobrepuerto y redolanza d’Auturía!. 6. Qué alegría de bier a os romeros que de tantos lugars eis plegau con o ropón y o palo como tantos antepasaus!. 14. ¡Cómo canta ista zagala! que pai una cardelina ¡Tenebaz que ascuitar-me a yo! que canto igual que una gralla. 15. Que yo no canto, esberreco. Me bierán chilar desaforau cuan dondío por iste Puerto con as mías güellas y crabas de tanta felizidá que siento. 16. Por estar zerca de Santa Orosia, o mío corazón y aliento, por respirar o aire más puro y fer o que yo más quiero! 7. Qué zereños banderistas presidindo a nuestra fiesta! Por o buestro almirable esfuerzo o nuestro agradezimiento. 17. Alcompañau d’o can mío fustiando cañablas y chiflos, comiendo migas y queso, y bella bez un trago e bino. (Bebe) 8. Os lanzantes azerrinos que no paran en to ro día, chiflo, salterio y musico d’a nuestra fiesta, alegría 18.Ta iste mon no ha plegau a crisis. T’aquí no’n bienen de banqueros, no se azercan por ista demba porque no’n queda ni una perra. 9. Os portadors d’a peaina os que abandían as campanas mosens, cantors y debotos amantes d’a nuestra fiesta! 19. Aquí ya no’n hai desauzios porque en Sobrepuerto ya fa añadas espachón a ra chen de as casas y agora están espaldadas. 10. A toz busotros saludo con ixe beso de paz que debán d’armita d’o Zoque as nuestras cruzes se dan. 20. Entrampaus asta as orellas ya lebamos barias añadas que la economía ye en mingua y no se adube en casa nuestra! 11. Ixe beso de concordia d’os romeros y as banderas, siñal de unión y amistá entre as chens d’a nuestra tierra. ¡Punto! 21. Ya ni sisquiera s’encuba, ni os árbols s’escamalan, ni nos curtamos as uñas y muito menos a tufa parando cuenta d’a luna. 22. A luna no quiere mober y se ha quedau contino en mingua. A politicos y banqueros cal echar-les as culpas por to ro que nos furtan. 23. Y si no los engarcholan les podébamos cambear a corbata por un cuartizo, que en a falsa de casa mía en hai uno bien gran. ¡Punto! Mayoral 24.Comparo a os politicos con una capaza e manzanas. Ixo rai que sían reinetas, u d’ixas berdas u coloradas. 25. Si paras un poco e cuenta os mitades están tacadas y os otros mitades, macadas y esustanziadas. 26. Y si te las miras millor en tendrás pro de cucadas y en zagueras toas pudridas y ya puez tirar a capaza. 27. Y no’n demandes dimisions Aquí a denguno espachan. Y o unico que marcha ye ro santismo Papa. 28. No sé cuala ye a razón para un zese tan importante… Pero igual tiene que bier que no le fizon miaja e caso pa que tornasen enta Aragón os biens de ra Francha. 29. Tanto amor les teneban os catalans a ixos biens que les ne lebón ta casa suya y aun siguen con o catén. 30. Se han acarrazau t’as costodias igual como una caparra y no las quien soltar ni anque les ne mande o mesmo Papa, u les malle l’obispo e Balbastro con o baculo en o tozuelo. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 31 31. ¿No las querrán bender como ferralla ta a quincallería igual que fizon os mindans que nos furtón os filos de cobre de ro alumbrau d’a dentrada o lugar? 32. Si se quié salir d’a crisis ixas no son as trazas que copien o que femos en Yebra que toz chuntos a bezinal sacamos t’adebán as fainas. 33. Ombres y mullers toas as tardes embede coscar-se en a siesta han marchau ent’as Escuelas a apañar o mobiliario d’a ilesia. 34. ¡Cómo brilan ixos bancos sin quera en a madera! ¡Qué gusto dan ixas cadieras que agora cuasi esluzernan! 35. Tamién ye d’agradezer a boluntá perén-perén d’os bezinos de ra billa que ejón bien escoscada a lonja e San Martín con a piedra toa bistera. 36. ¡Que bondá a de toz busotros os que ez dau bella perra pa que continen as obras de restaurazión d’a ilesia! ¡Punto! Repatán 37. Cuan charras de perras y no te miras ta yo… Mal asunto, repatán! 38. Se dize que sobre gustos no se pue escribir cosa. O malo ye que agora Nomas s’escriben que de isgustos. 39. No charremos d’as esgrazias que faremos plorar a ra concurrenzia y nos mandarán a escaparrar, que alguno ya se espazenzia. Charra-me de cosas güenas ¿En hai algo millor que as fiestas? 40.Yo tos contaré en un rato d’as que femos en o lugar a lo largo de to’l año que a ra chen fan alegrar. 41. Una bez que aigaz baxau de ro Puerto enta Yebra encara podrez bailar si aun tos quedan fuerzas. 51. Pocos días dimpués en a fiesta Santa Agueda tienen o mando as mullers, como de cutiano en casa mía. 42. Pa Santa Orosieta antes más se diziba atra bez a pastorada mañana si quiers alcontrar a o mayoral ya puez ir a uscar-lo enta a cama. 52. En plegaus ta carnabal to o lugar se mascaraba. Pero ixo yera antes más y aun con os zebils cosirando más de uno s’esbarraba.. 43.Que por lo que he bisto… cuan puyaba ta Puerto traíba a bota farteta y cuan baxe enta Yebra me pai que plegará laseta! 44.Plegamos a agosto ascape con os trigos cosechaus y lo zilebramos en San Lorenzo con to o lugar acaramullau. 45. Saldrá en prozesión o danze chusto n’a meyodiada Malas oras pa bel lanzante que estió de borina de mañanada Poco truco con os palos y masiaus en o tozuelo. 46.Poquetes días dispués en a fiesta e Santa María ta o cobalto d’o lugar puyamos en romería 47. Pero o día d’antes güena chenta n’o lugar y anque’n aiga crisis nos llegará p’a sopambina que izen que no emborracha, pero alegra a ra mesacha ¡Punto! Mayoral 48.Nomas piensas que en lifaras Si tendrás poca sustanzia? Empezipias a charrar de fiestas y aun te’n ejas unas cuantas. 49.Se pasa o cabo d’año y nos calentamos en una chera o día de San Fabián ambute de chulla y panzeta. 50. Iste año que imos pasau con a sincusa d’a niebe nos quedemos sin colazión. Ya mincharemos l’año que biene! 53. Oi no se zilebra tanto porque biendo como ba to pai que ye carnabal to l’año. 54. Pasada Semana Santa ye o tiempo de as romerías: puyamos ta as Escoronillas y o Domingo d’a Trenidá bienen os romeros de Chaca. 55. Antonzes ya no queda cosa pa que llegue Santa Orosia. Pa yo no’n hai día más gran ni fiesta más preziosa. ¡Punto! Canta 56. En do Aragón besa o zielo se alza Yebra, ye mi pueblo. Qué argüello estar pirinenca! y lo canto en l’alto o Puerto. Mayoral 57. Y pa poder rematar a chanzoneta y os dichos yo tos encargo y suplico: si algo tos ha molestau, que lo ejéis en l’olbido 58. ¡Pos yo en nombre de toz, Orosia, lizenzia tos pido pa poder esplicar con tu grazia y con tu ausilio, 59. a iste auditorio que está asabelo qué atento y benigno, con conzieto d’ascuitar a tuya bida y prodigios! ¡Punto! MARTIRIO DE SANTA OROSIA 1er. LANZANTE: Yo tos charraré d’a benida d’Orosia dende Bohemia enta istas montañas: O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 32 60. ¡De Bohemia yera Orosia y d’Igipto natural, pa onra d’ist’Alto Aragón, ta Yebra se’n bino a coronar! 70. Con l’animo acongojau por ista persecuzión, Orosia s’iba amagau en l’ondo d’un cobachón. 81. Mas n’iste Puerto tan gran nomas un pastor abeba. D’o zielo se’n bino un ánchel pa rezibir aquella alma. 61. Llegó t’o monte de Yebra y bido á un mesache sembrar: - ¡Labrador, güen labrador! ¿me dirá qué ye o que sembra? - ¡Trigo sembro, mi señora, pos ye o propio d’ista demba! 71. ¡Asta as mesmismas arañas á efendé-la se’n binon! ¡Pa qu’Orosia s’ocultase un gran enrejau le fizon! 80. L’anchel le ijo á o pastor: -¡Abrás de baxar ta Yebra, dimpués te’n irás ta Chaca! mas o pastor s’escusaba: 3er. LANZANTE 82. -¡Ya fa un rabaño e diyas qu’o mío ganau no s’abreba, astí no’n hay gota d’agua! -¡Yo t’abrebaré o ganau, y á tú no te faltará cosa! 62. Antonzes contesta Orosia, biyendo benir o martirio: -¡Mañana á punto e día podrá usté segar o trigo! 63. O mesache se’n fue ta casa y d’ixo no’n fizo miaja e caso. ¡Ya marchón n’a mañanada os pastors con os ganaus! 64.¡Ya ascape astí s’alcontrón con que o trigo d’ixa demba yera un sementero granau, perfeuto pa ser segau! 65. ¡Escopetiau se’n golbió un pastor y ascape le’n dijo á l’amo! ¡Deseguida buscón peons! ¡Ascape subión a segar-lo! 2º LANZANTE: Yo tos charraré d’a persecuzión qu’os moros le fizon á ra debina Orosia: 66. ¡Ya a pionada s’enzamarraba, ya bidon pasar cozcoz muita chen qu’en son de guerra por Orosia preguntón! 67. -¿Por bel casual ha pasau bella siñora puyando, con donzellas y criaus que l’iban acompañando? 68. -O diya que sembré ista demba me pai que po astí pasón. O rei moro enzenegau, á esgrituziar emprendió: 69. -¡Empentaremos ta l’alto, feremos güen resacau, qu’ascape l’alcontraremos t’andequiera aiga pegau! Yo tos charraré d’o martirio d’Orosia y d’os suyos acompañantes: 72. Mandó o rei formar as tropas, comenzipión a escalada. En llegaus ta Cruz d’a Gualda, luego bidon ande estaba. 73. ¡O rei moro con a espata esfilorchó as telarainas, salió a joya guapisma, d’espanto quedó chelada! 83. -¡Alza ixa losa, pastor! Y astí no salió cosa. -¡Alza ixa losa, pastor! Y brotó una fuen de sangre. -¡Alza ixa losa, pastor! Y brincó una fuen d’agua. 74. O monarca fue escarau, qu’asinas l’entró a charrar: - ¡A muerte yo te perdono, si con yo te quiés casar! 5º LANZANTE: 75. Orosia con boz zereña ascape le respondeba: -¡Zien mil bezes yo quió ser, zien mil bezes egollada, antes que con bel rei moro aiga de ser yo casada! 84.Os Restos de Santa Orosia Los guardó n’a suya mochila. -¡A Capeza ejá-la en Yebra y porta ro Cuerpo ta Chaca! ¡Enfilas o camín d’O Puente, drecho por a Bal Estrecha, asta llegar enta Guasa! 76. Antonzes aquel salbache, con muita rasmia y angluzia, á l’umilde Santa Orosia lastimosos golpes daba. 77. Le matón á os suyos ermanos, San Cornelio y San Azisclo, pa bier si s’acotolaba, y asinas palabra daba. 78. Dimpués le cortón os pechos con ixa espantosa espata. Ya le cortan a capeza, por tres bezes espadata. 4º LANZANTE: Yo tos charraré de cómo o pastor alcontró os restos de Santa Orosia: 80. O Cuerpo d’Orosia esbrusau y os d’os suyos acompañantes astí quedón n’iste mon, pa qu’as fieras los minchasen. Yo tos charraré d’o traslau d’os Restos d’Orosia enta Yebra y enta Chaca: 85. ¡As campanas d’as ilesias d’os lugars por ande pasaba, en biyendo tan gran miragro, por sí solas s’abandiaban! 86. Elante O Portal d’as Monjas, cantando as suyas grandezas, o Cabildo y o Conzello á nuestra Santa aguardaban. 87. Dende astí ent’a Catedral marchón toz en prozesión y en a izquierda d’o Sagrario o Cuerpo d’Orosia ejón. 88. O bentizinco e chunio Se zelebra a suya fiesta, s’enseñan as suyas reliquias y Orosia a suya palabra da, con os anchels. ¡Amen! Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 33 CULMINAZION D’OS ELOGIOS Mayoral 89. ¡Qué tos pai, oyentes míos, qué bida tan miragrosa, qué inozenzia, qué birtús, y qué muerte tan dichosa! 90. ¡Ánchels se’n bajón d’o zielo que le trajon a corona, y en a palma la subión ellos mesmos enta a Gloria! 91. ¡A Suprema Trenidá, por a suya gran fortaleza, le otorgó muitas grazias y muchismas preferenzias! 92. ¡En ixas tronadas fieras nos efiende de ra piedra, d’ixas brutas abenidas, d’os rayos y d’as zentellas! 93. ¡En os partos perigrosos ye asaber qué medianera, y por ella merezemos o benefizio de l’agua! 94.¡Ella cura endemoniaus, ella á ros enfermos sana, ella asiste á ro afligido y á ro que con ferbor la clama! ROMEROS Galliguera: Casa Satué de Arto Arasilla Arto El Puente Estallo Fanlo Ibort Jabarrella Lasieso Latrás Latre Orna Puente Sardas Rapún Senegüé/Sorripas Guarguera: Casa Blasco de Sandiás Abenilla Alabés Arraso Artosilla Belarra Bescós Ceresola Fenillosa Gésera Lanave Lasaosa Ordovés San Esteban Villacampa Villobas Yéspola Cantas 95. Te conozié n’iste Puerto me prendé de tú y d’a Santa dende antonzes siempre biengo porque si no, algo me falta. 96. Asinas yo tos espido plantar fuerte y no reblar, que otra añada n’ista fiesta nos golbamos a alcontrar. Mayoral 96. Prenzipiaré á espedir-me por ixe Templo sagrau, ixa fuen tan eliziosa y por iste florido prau! 97. ¡Adiós á Cueba d’Orosia, lugar d’o suyo martirio, adiós á ixa Ilesia que fue d’as suyas reliquias sagrario! 98. ¡Adiós á o siñor Retor, mui querido Mosen José, y á o siñor Pedricador, con clero y autoridades! Valle Mangueta: San Vicente La Sotonera: Alerre Bohemia Bergua Cortillas 99. ¡Pa rematar, Santa mía, recordanza imos de fer de toz os debotos tuyos qu’en ista zaguer añada ta la otro mundo se’n fuen! 100.¡Asinas tamién quisiera grazias dar á tanta chen, que con tan grandisma fe partizipó n’ista Fiesta! 101.¡Orosia, Santa mía! ¡Mira-te ta tanta chen, que de tan lejos binon, agradeze-les a suya fe y o gran esfuerzo que fizon! 102.Os que escribimos y charramos podébamos fer-lo millor pero no tos quede a duda que se fa con güena intenzión. 103.¡Grazias por a buestra atenzión, de toz busotros yo m’espido! ¡Dios nos dé a Gloria Eterna por os siglos de ros siglos!. CRUCES Espín Orús Fandiello San julián Yebra Sobás San Román Isún Sardas Allué Osán Satué Latas Jabierre Larrede Olibán Susín Casbas Bergusa Ainielle Otal Bergua Cortillas Gavín Yésero Biescas Puente Sardas Sabiñánigo Ceresola Estallo Lasieso Fiscal Chimillas BANDERAS Cortillas, Cillas y Sasa Sobás San Julián El Puente Escartín Gavín Bergua Yebra (grande, pequeña y de los niños) O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 34 En recuerdo a Don Celestino, cestero de Osán José Garcés Romeo / Enrique Satué Oliván reinta años después de la aparición de Artesanía de Serrablo, se reedita esta obra por iniciativa del Museo etnológico de Sabiñánigo y, de modo especial, de su actual director, Javier Lacasta. Se trata de una obra cargada de ilusión y ganas de saber. Surgió a la par de la creación del museo etnológico y pretendía dotar de contenido teórico a éste. Fueron sus autores Julio Gavín (dibujos) y José Garcés y Enrique Satué (textos). En aquellos tiempos no sólo se recogían piezas sino que se entraba en contacto con artesanos de la zona y estudiosos de un lado y otro del Pirineo. El museo se inauguró en el año 1979 y, con el tiempo, el dance de Yebra, en honor a Santa Orosia, también quedó representado en él. De aquel tiempo y de las andanzas de los autores del libro por Valle Basa queda una fotografía tomada en la abadía de Yebra junto al párroco José Luis Bueno Cortés, aquel mosen que se empeñó en arreglar las ermitas de la romería de Santa Orosia. En ella podemos ver al tristemente fallecido Julio Gavín, a los otros dos autores y al párroco, José Luis. El libro contiene varios apartados. Los principales se ocupan de la madera, la cestería, la cerámica, el cuero y el metal. Curiosamente, las primeras investigaciones sobre la cestería las inició el trío en Osán, de la mano del señor don Celestino Tesa, conocido popularmente por el “cestero de Osán”. Recordemos un entrecomillado de notas relacionadas con su quehacer y observemos una imagen tomada en la plaza del pueblo, en la que el cestero inicia el fondo de un capazo, con casa Capablo y Santa Orosia a sus espaldas. “Raro era el pueblo pirenaico que no tenía un cestero o, en su defecto, alguno entendido en la materia. Y, de modo complementario, allí estaban los gitanos que, con su constante trasiego, ofrecían sus piezas por los pueblos que atravesaban. Hoy resulta difícil encontrar un cestero auténtico, de toda la vida. En Osán de Basa, pueblo cercano a Sabiñánigo, todavía trabaja don Celestino Tesa, de setenta y nueve años de edad. Según dice, a él le enseñó su padre, pero su hijo ya no ha aprendido el oficio... Como en tantos otros casos, el eslabón se rompe: dos sociedades opuestas chocan. Don Celestino se lamenta de que la mecanización del campo ha dejado de lado toda una serie de piezas que antes se necesitaban para el trabajo agrícola: capazos, cestas, escárceles, roscaderos, etc. Ahora se limita a hacer algún trabajo de encargo: alguna que otra caracolera, forrar garrafas y poco más. Incluso hace de colchonero, con lo que establece una actividad complementaria de la otra (…). La producción de cestería realizada por estos artesanos rurales tenía como mercado a los agricultores de los pueblos del contorno. Los cesteros iban a trabajar por diferentes lugares, haciendo un recorrido similar todos los años. Permanecían en un pueblo mientras tenían trabajo. Los mimbres, también denominados verdiascos o verducos, los tenían en las mismas casas donde trabajaban. En la mayoría de los casos, esta actividad del cestero era suplementaria del trabajo en el campo, ya que lo que sacaban de la tierra no les era suficiente para vivir porque contaban con muy poca superficie para cultivar. En el invierno, muchos tiones aprovechaban el tiempo para hacer algún cesto, siempre y cuando no requiriera mucha habilidad, pues si ello era así había que buscar al cestero de profesión. Los gitanos han trabajado siempre en la cestería. Generalmente, eran las mujeres las que hacían las piezas, mientras que los hombres se limitaban a cortar los mimbres (salceras) en las gleras de los ríos. Marcel Mauss nos señala, al respecto, que en Francia «los más acreditados artesanos en esta materia son precisamente los gitanos». Pero, en boca de los cesteros, los gitanos trabajan «muy flojo». Y, a decir verdad, tienen algo de razón pues realizaban el trabajo muy deprisa y no ponían los suficientes mimbres para hacer la pieza más resistente. Aunque lo que perdían en consistencia Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 35 lo ganaban en lo decorativo donde lograban bonitos entrelazos o trenzados. Como regla general, los cesteros trabajaban casi siempre con el mimbre sin pelar. Por el contrario, los gitanos casi siempre lo pelaban. Lógicamente, hay que tener en cuenta que las piezas que hacían unos y otros tenían diferente finalidad. Los primeros se dedicaban a hacer piezas para labores agrícolas que requieren que estén hechas «a conciencia». Los segundos hacían una variedad de piezas para usos domésticos. Los materiales que encontramos en la cestería de nuestro Pirineo son: la paja complementada con corteza de zarza, la caña y, sobre todo, el mimbre. Este último ofrece varias matizaciones de colores según esté pelado o no, y también por la calidad del mimbre. Podemos apreciar desde un negro, pasando por una rica gama de marrones, hasta los colores blanquecinos y amarillos del mimbre pelado. Además, el mimbre y la caña se nos pueden presentar enteros o partidos, según la técnica utilizada o el fin que se le quiera dar a la pieza. La recolección del mimbre se lleva a cabo durante el mes de febrero. Una vez se han cortado, se ponen a retiro para proceder a su secado. Cuando el mimbre se ha secado, puede estar sin ser utilizado meses, años; por eso no se estropea. Cuando se quiere trabajar con ellos, entonces hay que ponerlos en agua por espacio de treinta días seguidos. El lugar adecuado para ponerlos a remojo será una balsa, pero igualmente pueden ponerse en un barranco o río lo suficientemente amarrados para que la corriente no se los pueda llevar. El pelado del mimbre se lleva a cabo en el mes de agosto, y más concretamente hasta el día 24, festividad de San Bartolomé. Los cesteros aseguran que «en que la madera deja de sudar ya no se puede seguir pelando». Los mimbres se plantan en sitios húmedos, tal como en las márgenes de los huertos, junto a los manantiales, etc. Esto es, desde luego, indispensable, ya que el mimbre requiere humedad en abundancia. La época de su plantación es también el mes de febrero, inmediatamente después de la recolección. Del mismo corte se pueden sacar los tallos para plantar. Hay que tener la precaución de podarlos cada año. Si esto no se hace, el mimbre llega a hacerse excesivamente grueso y ya no sirve. Cuanto más grosor adquiere menos flexibilidad tiene para trabajarlo. Para un óptimo rendimiento interesa que la mimbrera de cultivo no se desarrolle en forma de árbol, sino que permanezca baja a modo de cepa. como salz o salcera y es el que utilizan los gitanos. El mimbre de huerto se «quera» (se estropea, se resquebraja) antes que el de río debido a que la madera de este último es más amarga. Junto a este mimbre «de huerto» que acabamos de ver, tenemos el mimbre «de río» que nace espontáneamente en las gleras de los ríos. Es el mimbre conocido Pero lo que más cuenta en todo el proceso de realización de la pieza de cestería son las manos del artífice, que tiene que tener una enorme habilidad. El cestero La caña aparece abundante en lugares húmedos, junto a manantiales. Una vez cortada hay que dejarla secar para después pelarla. Se utiliza mezclada con el mimbre por resultar así la pieza más económica. Inconscientemente, se logra una decoración sencilla. Lógicamente, la caña se pone en la parte de la pieza donde no va a tener que resistir mucha fuerza. La paja se obtiene cuando se hace la recolección del cereal. Su utilización es mucho más reducida que el mimbre y la caña. Desde hace un tiempo el centeno ha ido retrocediendo debido a la introducción de mejoras del suelo y de trigos más resistentes. Por ello el trabajo artesanal de la paja se ha perdido antes que el del mimbre y la caña. Una vez vistos los materiales utilizados, conviene pasar a analizar las técnicas de realización de la pieza de cestería. Marcel Mauss cita tres tipos de técnicas: en espiral, por entrecruzamiento y por torsión. Las tres las encontramos desarrolladas en el Pirineo; sobre todo, las dos últimas (…) c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 36 Edición de 1983 del libro Artesanía de Serrablo. no necesita hacer una composición de cómo va a llevar a cabo tal o cual pieza. Va trabajando con sus manos intuitivamente según le va «dictando» su cerebro. A la habilidad de sus manos, el cestero agrega unos pequeños utensilios que le facilitan un poco su labor. Son una navaja y una pieza de madera de «bucho» (boj) que le sirve para «apretar» los mimbres. Tiene unos 30 cm. de largo por 5 cm. de grosor en su base que va disminuyendo hasta acabar en punta en el otro extremo. — Otra pieza, también de madera de bucho, un poco más pequeña que utiliza para «pasar los cordones». Viene a ser como la aguja de coser, en tanto a su finalidad. Además, para cortar los mimbres tienen una tijera. Para pelarlos, los cesteros utilizan un palo de salcera al que llaman mordaza. Lo doblan por la mitad y lo sujetan con la mano. El tiempo de realización de una pieza varía según el tamaño que ésta tenga, pues, obviamente, no costará lo mismo hacer un roscadero, pongamos por caso, que una pequeña cesta. Por ejemplo, un capazo para fiemo (estiércol) le cuesta a un cestero una hora el hacerlo. El trabajo lo empieza por el fondo, que lo forma con dos cruces de mimbres (cada brazo está compuesto por siete u ocho mimbres) sobre las cuales entrecruza los demás. Todo este trabajo del fondo lo tiene que hacer sujetando todos los mimbres con los pies sobre el suelo. Luego pasa a hacer el lado (o cuerpo) que está unido al fondo por medio de una trena o cordón. De los brazos de las cruces ha dejado dos o tres mimbres más alargados que los demás que van a formar el esqueleto del cuerpo del capazo. Este cuerpo lo remata con un «cordón» del que hace desprender las dos asas. Casi todas las piezas tienen el mismo proceso de realización: se hace el fondo y luego el cuerpo, dándole la forma que se quiera. El fondo del cesto es, desde luego, la parte más difícil. Lo más emocionante del trabajo del cestero es verle empezar y acabar la pieza. Hace falta una destreza poco común”. Efectivamente, teníamos razón. Hoy recordamos a don Celestino en aquella “milagrosa” labor. Postales Jesús Castiella Hernández Iglesia parroquial de San Julián de Escartín. Origen Románico con modificaciones posteriores Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 37 Nuevos datos sobre Santa Orosia y Yebra Alberto Gómez García Con motivo de la reciente publicación del libro “Santa Orosia, reliquias y mantos”, que analiza la historia de la Patrona de la Montaña y diferentes aspectos del culto a ella tributado, traemos a estas páginas una compilación de ciertos datos extraídos de él (y de otros inéditos), que aportan informaciones novedosas o poco conocidas al respecto, en el entorno de Yebra. Frente a los datos que ofrecen las obras de Alavés (1702) y del Padre Huesca (1802), más estudiados y divulgados, incidimos aquí en los obtenidos de otras publicaciones más antiguas y apenas analizadas hasta hoy, pertenecientes a autores como Basurto (1542), Blasco de Lanuza (1622) y fray Pedro de Santiago (1627), que muchas veces fueron copiados o sirvieron de inspiración a los primeros. SOBRE SU VIDA os muy escasos –y muy escuetos- textos medievales que hablan sobre la vida de Orosia, relatan que era una mujer hispana, nacida y criada en la Montaña; que, contrariando el deseo paterno, profesó como “virgen consagrada” (lo que en aquella época y contexto, hay que traducir necesariamente como “eremita rupestre” solitaria). Y que padeció martirio en una cueva del Pirineo (de las que integraron el eremitorio de la montaña sagrada de Yebra), muriendo por su fe a manos musulmanas e incluyéndose entre las muchas víctimas de la brutalidad bélica de su época. Hacia 1499, su biografía fue reinventada, otorgándole una cuna regia y bohemia. Desde entonces y hasta hoy, una legión de autores fue engrosando una nueva leyenda, que en nada se parecía a la aceptada en los siglos anteriores. La corrigieron y aumentaron de forma tan extrema que resultó históricamente insostenible y canónicamente inaceptable. Tanto, que Roma rechazó oficializar su culto varias veces, hasta 1902, por las graves dudas que provocaba su ingente y fabulosa historia. Como ya se demostró en el siglo XVII y ampliamos en nuestro trabajo, Sª Orosia ni fue princesa, ni fue bohemia, ni aquitana, ni extranjera de ningún lugar. El relato primigenio apunta a su cuna lugareña, no lejana al eremitorio de Yebra donde se retiró y donde finalmente halló la muerte. Y todo lo demás son fantasiosas tesis basadas en documentos falsificados muy burda y tardíamente (800 años después de su martirio). Pese a todo, ello no resta ningún valor al gran acervo de leyendas populares y eruditas que se entretejieron con la historia de Orosia. Por el contrario, son parte muy valiosa y relevante del patrimonio histórico, oral y escrito, legado por nuestros antepasados. Tal sería el caso de las relacionadas con Acisclo, Cornelio y sus acompañantes. Su parentesco con la santa serrablesa no se inventó hasta 1542, añadido por el glosador orosiano Fernando de Basurto, soldado jaqués y poeta. Sus respectivas historias se entretejieron de tal forma que los primeros fueron reconvertidos en cortesanos de Bohemia, que integraban el séquito de la princesa para proteger -y certificar- su virtud, durante el peligroso largo viaje. De lo anterior se deduce que aquellos personajes formaban parte de una leyenda independiente de la orosiana, originaria también de Yebra y tomada como préstamo legendario en época muy tardía. Un breviario de 1523 señala que en Yebra “creían” que eran nueve los anónimos integrantes de este grupo. Dato muy creíble, porque les sería fácil contar los esqueletos del depósito de reliquias custodiado en el santuario de las cuevas. Entre ellos, los de los santos Acisclo y Cornelio, cuyos restos mezclados no podían diferenciarse de los otros siete mártires. Y no sería extraño que, como sucede en leyendas e La eremita rupestre Sª María Egipciaca recibiendo un manto de san Zósimo (Giotto, h. 1320, frescos de la basílica inferior de Asís) O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 38 Sin embargo, en la visita pastoral a la Diócesis de 1499, tan sólo se documenta en Sabiñánigo, donde luego habría sido sustituido por el homónimo San Acisclo, mártir cordobés, a falta de una canonización oficial del santo rupestre. Y en Bagüés, entre 10751096, se incluyó un huesecillo de uno de ellos en su lipsanoteca fundacional, que atribuimos al Acisclo serrablés por la coincidencia de la fecha con la del traslado a Jaca del cuerpo de Sª Orosia. SOBRE LOS ESCENARIOS OROSIANOS Los ángeles dando sepultura al cuerpo de Sª Orosia, uno de los añadidos legendarios modernos (fresco, capilla de Sª Orosia de la catedral de Jaca, h. 1694; foto: Miguel Ángel Muñoz) historias antiguas, el paso de los siglos deformara sus nombres o incluso otorgara dos nombres ficticios a unos personajes o mártires anónimos. En suma, todo ello obliga a retomar la leyenda de un grupo de mozárabes huidos de Huesca con valiosas reliquias (Santo Grial y pie de San Lorenzo), encabezados por un obispo cuyo nombre no tuvo por qué ser Acisclo (que no aparece en la nómina del episcopologio oscense). Refugiados en unas cuevas pirenaicas, acabarían hallando el martirio, tiempo antes o después que Sª Orosia. Aquellos y ésta comenzarían a ser venerados por los eremitas diseminados por su montaña y por los vecinos del valle, a causa de su ostensible martirio por la fe de Cristo. Los Bolandistas (sabios jesuitas dedicados al análisis crítico de la vida de los santos) ya acertaron a separar las dos leyendas, planteando que se trataría de un grupo de mozárabes, comitiva de un obispo oscense, refugiados y martirizados en el mismo entorno rupestre. Y sin más relación con nuestra santa. Así lo entendieron también otros autores posteriores, apoyados en la noticia documentada de que muchos obispos huyeron con sus reliquias de sus sedes mozárabes, refugiándose en las montañas cántabras y pirenaicas. Y en el pie calcinado de San Lorenzo que se veneraba en la parroquial de Yebra. Novedosamente, Vicente Blasco de Lanuza (1622, 314), canónigo de la catedral de Jaca, cita el culto a los santos Acisclo y Cornelio, afirmando que tienen iglesias y capillas dedicadas en algunos pueblos de la diócesis de Jaca; y que celebran su fiesta el 25 ó 26 de junio, con oficio principal de patrones. a enorme variedad de historias y leyendas orosianas generadas en los últimos 500 años hace que los escenarios y datos sobre su vida, el lugar exacto del martirio y otros detalles sean igualmente dispares. Por lo que siempre podemos encontrar versiones para apoyar cualquier hipótesis por la que nos inclinemos. En cualquier caso, parece más razonable que la mártir hallara la muerte en algún lugar del entorno de las Cuevas (residencia de eremitas y refugio de guerra habitual) y que, posteriormente, la leyenda trasladara la ejecución a la Fuente milagrosa para sacralizar este elemento, claramente vinculado con la religiosidad popular precristiana. Al igual que se constataría en ciertos santuarios milenarios de Jaca y de la balconada prepirenaica sobre la llanada de Huesca, nuestros ancestros protohistóricos ibero-celtas acudirían a venerar los nacimientos de sus ríos y barrancos, para asegurarse la provisión de aguas y para ejecutar las primigenias rogativas en tiempos de sequía. Así nacerían muchos de los centros religiosos más relevantes de estas comarcas, reconvertidos en época altomedieval en eremitorios rupestres y santuarios montaraces. De hecho, junto a la fuente y santuario portuario de Sª Orosia nace el barranco homónimo que irriga los campos y surte la villa de Yebra. Población que los textos medievales denominan Ebora, lo que puede ponerse en relación con la huella de la presencia en la zona de las gentes denominadas Eburones, uno de los grupos celtas instalados en la Península. Y algo parecido diremos de la santa momia decapitada. Desestimando que pudiera permanecer a la intemperie durante los siglos trascurridos hasta su traslado o incluso su entierro por ángeles en el puerto, lo más razonable es que su consideración de mártir por los eremitas lugareños la hubiera llevado a ser venerada y conservada en el interior del santuario rupestre del que es titular. Y allí habría permanecido hasta el traslado de sus restos a Jaca y a Yebra. La cascada que salta junto al templo pertenece al mismo curso cuyo manantial portuario Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 39 Cabecera del santuario rupestre de Santa Orosia. Al otro lado del altar y engastado en la roca, el habitáculo con ventanuco que hubo de contener reliquias (foto: David Usieto). recibiría la ancestral devoción prerromana. Lo que, sumado a la presencia de las propias cuevas, haría de este lugar otro santuario natural desde tiempos muy antiguos, conservando fosilizada hasta la Alta Edad Media y la actualidad su jerarquía sobre las demás ermitas de esta montaña sacra. Orosia, siguiendo ciertos paralelos paleocristianos. En este sentido y entre las dispares versiones sobre su “tumba primigenia”, los Breviarios tarraconense y oscense (1523 y 1547) refieren que el hallazgo de las reliquias por el pastor se produjo en la cueva de Yebra, frente a otras que lo ubican en el puerto. Seguramente en época tardomedieval, consolidado el culto diocesano y las peregrinaciones a Yebra y Jaca, debió de construirse el Adoratorio del puerto o capilla de las Veneraciones (destruida en 1936), junto a la fuente ya cristianizada, a fin de dignificar la veneración de las reliquias en su festividad. Graciano Lacasta (2008, 117-132) documenta en 1665-1669 la construcción de la actual Iglesia del puerto y, en 1568, una primera cita que parece atribuible a aquel Adoratorio. Por su parte, la fuente milagrosa habría sido desplazada a su actual emplazamiento en 1860. Por fin, en 1622, Blasco de Lanuza describe el santuario de las Cuevas, con su depósito de reliquias, y la ermita del puerto, que identificamos con el desaparecido Adoratorio, junto a la fuente antigua, que era “muy grande”: En efecto, varias noticias novedosas adelantan la fecha de algunas primeras citas. Sabemos que el rezo medieval de la santa, la General Estoria de Alfonso X el Sabio (h. 1284) y el Martirologio de Auch (siglos XIII-XV) ya aludían a la cueva del martirio. Y un texto jaqués de 1460 ofrece la más antigua mención, hasta hoy hallada, nombrándola como templo (la hermita de Yevra) y como santuario orosiano principal; mantenido con limosnas llegadas de todo su entorno territorial y siendo así desde tiempo inmemorial. De hecho, planteamos que el habitáculo con ventanuco situado junto al altar de la cueva principal, hubo de servir de depósito primitivo para la momia de Sª “El monte de Santa Eurosia (…) tiene en la cumbre el lugar, heremitorio y fuente donde fue martirizada la santa virgen y, antes de llegar a la cumbre, baxo una peña, otra iglesia harto capaz y grande donde están las sepulturas de San Acisclo y Cornelio con las de los de su compañía indistinctas, sin que jamás se aya tenido noticia quales son de los unos o quales de los otros”. Además, el autor, observando la presencia de fósiles en su entorno y desconociendo su verdadero origen, interpreta –desde la lógica de la época- que es otro signo de la sacralidad de la montaña, que contagia sus prodigios al medio natural. Entiende que la Naturaleza reserva espacios exclusivos, sin vegetación, donde “críanse estas piedras” por generación espontánea, produciendo de forma portentosa una amplia tipología de formas. Por lo que allí “hizo la naturaleza y produce cada día (por mostrar su poder y raro artificio) unas prodigiosas piedras en la materia toscas pero en las labores extrañas”. O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 40 Antigua fotografía del desaparecido Adoratorio del Puerto o Capilla de las Veneraciones Pocos años después, en 1624-1626, el agustino jaqués fray Pedro de Santiago acometió su concienzudo estudio sobre la vida y culto de Sª Orosia, publicado bajo el seudónimo de fray Martín de la Cruz (1627). Y se conserva la correspondencia habida con el Concejo de Jaca –que patrocinó su obra- sobre la necesidad de inspeccionar las reliquias, sitiales y escenarios principales de su culto, incluyendo las “quebas de Iebra”, en busca de nueva información. En esta tesitura, en marzo de 1625, los Jurados jaqueses escriben a los de Yebra rogándoles que faciliten a los portadores de su carta (fray Pedro, un delegado municipal y el secretario de la ciudad) los trabajos que se están haciendo para concluir tal estudio. En concreto, que les informen de sus milagros y grandezas; y les enseñen la Cabeza, su sitial y su capilla; la capilla y “donde están los huesos de los mártires”; y las memorias escritas que pudiera haber al respecto. Los datos recabados aparecen plasmados a lo largo de su libro, en varios pasajes. En cuanto a los escenarios de su pasión y culto, dice que la fuente se halla “al lado de una hermita, que la devoción de los fieles fabricó, en el lugar donde padeció el martirio”. Sobre la fuente de la santa, relata que se producen tres milagros. El primero es que sus aguas cristalinas nunca se enturbian. El segundo, que al entrar la primavera suele secarse y que, invariablemente cada año, uno o dos días antes del 25 de junio, reaparece su caudal. Y, el tercero, que cayendo sus aguas en cascada desde lo alto de la peña donde está el templo rupestre, en vez de destruirlo, le hace de bellísimo pabellón entoldado donde el sol refleja mil destellos. Además, habla de “la parte de la cueva a donde la santa estuvo escondida y martiriçaron a su hermano, tío y compañeros, en la qual ay agora una Iglesia con las reliquias de todos”. También nombra, por vez primera, la ermita de las Arrodillas, con las huellas de la santa sobre la piedra, imitando la milagrosa estampación de los pies de Jesucristo sobre una roca del Monte de los Olivos, en la Ascensión: “(...) una piedra que enseñan a la subida del monte de Yebra, en la qual con ser duríssima, están señaladas dos rudillas harto socavadas: y dizen los naturales, que las dexó estampadas la gloriosa Santa Orosia; la qual rudillándose ahí se enterneció la piedra, y ablandó su dureza”. SOBRE SUS RELIQUIAS asurto (1542) fue el primero en publicar el famoso milagro del obispo Juan de Aragón (14841526), hijo del Príncipe de Viana. En su visita a Yebra, quiso llevarse un fragmento de la Cabeza, cortando un poco de cuero cabelludo. Y empapó en algodones la sangre fresca brotada de forma prodigiosa. Pero, en su camino de vuelta, una brutal granizada que no afectaba a los campos del entorno, estuvo a punto de acabar con su comitiva, lo que le hizo reflexionar y devolver las reliquias sisadas. Tiempo después, sucedió un milagro subsidiario: la sangre recogida había multiplicado su cantidad. Los detalles que aquí nos interesan son bien creíbles, por el escaso tiempo transcurrido y por hallarlo el autor junto al testimonio oral de un notario presente. En concreto, señala que la testa estaba dotada de rubios cabellos y que la halló envuelta en “paños de oro”. Desconocemos si pudo producirse una decoloración del cabello achacable al proceso de momificación o si, realmente, correspondería a su tono natural. Pero el segundo dato es muy interesante. Blasco de Lanuza insiste en este tema, confirmando lo que hace sospechar el texto de Basurto: que, antes Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 41 de obrarse el casco-relicario (1617-1622), la reliquia se envolvía con varias telas nobles (paños de oro, es decir, valiosas sedas labradas en oro y plata). Como los precedentes de los mantos orosianos de Jaca, seguirían la pauta de otras reliquias, dignificadas con estos ricos exvotos, periódicamente sustituidos y revertidos a ciertos devotos como reliquias contactadas. De hecho, sabemos que lo primero que hicieron los de Jaca al recibir el Cuerpo de la santa (siglo XI), fue envolverlo en riquísimos “paños de oro”, costumbre que se perpetuó y acabó generando los actuales mantos intercambiables. Y que muchos elementos litúrgicos del culto en Yebra calcaban los usados en Jaca, siguiendo las instrucciones de las periódicas visitas pastorales. Por ello, lo más probable es que esta costumbre de envolver la Cabeza con las sedas más exóticas y valiosas fuera mucho más antigua, reduciéndose en número al obrarse el busto-relicario (de capacidad limitada); y, por fin, al obrarse el casco de plata, limitándose a un único tejido envolvente, como el que hoy se usa (saco de brocado de seda roja bordado de oro). Siguiendo con el tema de las reliquias por contacto (que adquirían tal carácter por envolver o tocar una reliquia principal), Pedro de Santiago declaró que el motivo para ofrecer su obra como exvoto a la santa fue su curación, con sólo ponerse un bonete sanador “que avía estado en su santa Cabeza” y que tenían en Yebra. Este gorro, de raso carmesí, corresponde sin duda a la pauta antigua, repetida con muchos otros santos, de usar reliquias contactadas en el propio santuario o en los pueblos de su entorno devocional (portada por los colectores de limosnas) para que los enfermos pudieran tocarlas o ponérselas, buscando la intercesión y el milagro curativo. Al igual que se hacía con los paños de oro y mantos de Jaca, y se repetiría con los paños de oro de Yebra. También ofrece la primera descripción del casco de plata, del busto relicario y del sitial de la santa en la parroquial de Yebra, que no reproducimos por coincidir con el actual y con sus detalles. Tan sólo hallamos como novedad la cita de un tafetán (tejido de seda muy tupido) que, como cortinilla exterior o entoldado, ennoblecía el armario-relicario. Y de las cinco llaves que protegían celosamente la reliquia: tres en su casco y busto, y otras dos en su armario. Además, entre los muchos autores que relatan el milagro del obispo Juan y el posterior traslado (1576) de parte de esas reliquias a Burbáguena (Teruel), es el único que detalla los fragmentos extraídos. Puesto que los de Jaca y Yebra, celosos de su tesoro, denegaban las contantes peticiones de reliquias hechas por personajes y poblaciones devotas, los de Burbágena usarían todo su dinero y poder para llegar al rey Felipe II. Y éste obtuvo un breve papal de Gregorio XIII, que había visitado el cuerpo de Sª Orosia siendo cardenal. El obispo de Jaca, obligado así a darles algún fragmento, conocía la costumbre del pueblo jaqués de amotinarse cada vez que intuía una nueva merma de su reliquia. Y, entre la espada y la pared, resolvió enviarlos a Yebra, donde la oposición vecinal era más manejable y donde aún conservaban los fragmentos que separó el obispo Juan. De este modo, los delegados turolenses obtuvieron: La reliquia de la Cabeza de Sª Orosia, protegida por un saco de brocado en seda roja y oro, y bordada en oro (foto: Javier Lacasta, 2012) “dos pedazillos de huesos de la nariz, y otros dos del cuero [cabelludo] y carne que tenía la cabeza, y una Los mártires de Yebra representados en los murales de la capilla de Sª Orosia de la catedral de Jaca (h. 1694) O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 42 parte de los algodones en que se recogió la sangre de la reliquia; y otros dos huesezitos, el uno de San Cornelio, hermano de la santa, y otro de San Acisclo obispo, tío suyo”, que trasladaron hasta su villa, acompañados un trecho del camino por los vecinos de Yebra en procesión. Y todavía quedó en Yebra algún otro resto (seguramente algodones impregnados y alguna otra astilla craneal o más huesos de los santos mártires), puestos en un cofrecillo de plata que se conservaba en el armario relicario de la santa. Ricardo Mur, que nos acaba de notificar la localización del extraviado relicario orosiano de Burbáguena, averiguó que en él sólo había huesos de la nariz, a los que hay que sumar los algodones con sangre y cabellos enviados a Las Cuerlas y Calamocha. Así, a la espera de que se confirme su contenido, parece ser que varios fragmentos salidos de Yebra no llegaron a su destino. Sin duda, la afanosa intervención de Felipe II, movilizando a su embajador en Roma y al mismo Pontífice, tuviera otro motivo: proveer de reliquias de los tres santos pirenaicos su descomunal colección (7.000 ejemplares), que dotó a la obra de El Escorial, buscando la protección de su linaje y su panteón familiar. Otro ejemplo bien documentado de estas extracciones, que se sucedieron a lo largo de los siglos, es la muela de Sádaba. Como relata el Padre Huesca (1802, 249), fray Malaquías de Asso, obispo de Jaca (1595-1606), anhelaba poseer una reliquia orosiana, así que aprovechó la inspección de la Cabeza durante una visita pastoral para extraerla, consintiéndolo el párroco de Yebra. El resto de sus días, la portó siempre en una bolsita colgada al pecho con la inscripción: “Esta muela es de Santa Eurosia”. Y, a su muerte, la legó a un clérigo de Jaca amigo suyo, quien la donó a los de Sádaba en 1614, por la gran devoción que tenían, a condición de custodiarla en su convento carmelita. SOBRE SU CULTO n texto del Archivo Municipal de Jaca, de 1460, describe por vez primera la tradicional estructuración de los territorios en los que los colectores de limosnas para el mantenimiento de los santuarios orosianos de Yebra y Jaca podían ejercer su función, teniendo como límite el río Gállego. Y, además, se cita como costumbre que ya era inmemorial. Así se conservó hasta mediados del siglo XX, portando estos cuestadores, en su recorrido pueblo por pueblo, alguna reliquia de la santa (huesecillo, medallón relicario) o reliquia contactada (mantos, paños de oro, ¿bonete?), para que los donantes de limosnas pudieran beneficiarse de sus influjos curativos. Otro documento catedralicio más antiguo, datado en 1337, ya habla de los colectores de limosnas para mantener su culto en Jaca, llevando el vestido o “paño que la beata Orosia portaba en el tiempo del martirio y con el que muchos enfermos sanaban”. Y documenta esta primigenia reliquia por contacto y su uso como objeto curativo en los pueblos devotos sometidos a las periódicas colectas. Este texto es una credencial para que los cuestadores pudieran recorrer todos los pueblos de la diócesis de Jaca-Huesca sin los impedimentos que solían producirse por colisión de intereses entre santuarios. Y nos hace dudar si todavía no se había regulado la citada estructuración, comenzando a darse los primeros pasos; o si era una cuestación extraordinaria, sobrepuesta a la de Yebra, que no aparece citada. Otra aportación relevante, a cargo de fray Martín de la Cruz, es una nueva relación de los pueblos y cruces que acuden a la festividad de Sª Orosia en Yebra, y que se suma a las rescatadas por Lacasta (2008) para los años 1596 (26 cruces) y 1681 (34 cruces). En ese año de 1627, concurrían a la veneración cruceros de 117 lugares de la comarca: 78 cruces a Jaca (donde comienzan a citarse en 1445, como uso antiguo) y unas 39 cruces a Yebra, incluyendo las de las anexas (iglesias de menor entidad dependientes de una parroquial vecina). Estas anexas, que el autor no especifica y que añadimos entre corchetes, constan por la documentación coetánea (Durán Gudiol, 1961). Valle del Basa: Yebra, Osán, Allué, Isún, San Román, Sobás, San Julián, Orús y su anexa [Fanlillo], y Espín. Sobrepuerto y Ribera de Fiscal: Cortillas y sus anexas [¿Cillas, Sasa, Cuerlas?], Escartín, Besarán y su anexa [¿...?], Bergua y sus anexas [¿San Jaime?]. Tierra de Biescas: Casbas y su anexa [¿Susín?], Berbusa y su anexa [¿Ainielle?], Larrede con su anexa [¿Ipe, Busa?], Barbenuta y su anexa [¿Espierre?]. Valle de Gavín: Gavin y sus anexas [¿Astés, San Pelai, San Bartolomé?], y Yesero. Campo de Sabiñánigo: Sardas, Latas, Satué y Javierre del Obispo. Galleguera: Ipiés con sus anexas [¿Hostal, Lanave, Layés, Castillo de Lerés?], y Lasieso. Guarguera: ninguna. Otro aspecto muy relevante del culto orosiano es el de las espiritadas. Y, aunque mucho se ha escrito sobre él, hemos creído obligado afinar la interpretación del fenómeno, atávico y antaño generalizado, todavía salpicado por lecturas reduccionistas. El Padre Faci, Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 43 Representación del milagro acaecido al obispo Juan de Aragón y de Navarra (14841536), al cortar el trozo de cuero cabelludo, manando sangre (izda.); y cuando la tormenta y el granizo atenazan a la comitiva episcopal (dcha.) (capilla de Sª Orosia, catedral de Jaca, 1694; foto: Miguel Ángel Muñoz) en 1739, es el primero en nombrar su presencia en Yebra, incluyéndolo en la nómina de centros de peregrinación de la provincia donde se practicaban exorcismos colectivos desde antiguo. Y más detalles sobre ellos obtenemos de autores como Clemente Salazar (1900), Gonzalo de Quirós (1908), Silvio Kossti (1910) o Viu y Solanés (1923). Y ALGÚN NUEVO MILAGRO as publicaciones orosianas modernas han ofrecido las compilaciones de milagros hechas por los autores más estudiados: Alavés (1702) y el Padre Huesca (1802). Pero hay que analizar textos más antiguos, que ellos mismos copiaron, para hallar las versiones más cercanas o coetáneas a los hechos y, por tanto, con detalles más fiables y desprovistas de aportaciones añadidas. En este sentido, Martín de la Cruz, copia los milagros inventariados por el rezo litúrgico y por Basurto, y aporta su actualización de los sucedidos entre la publicación de éste y la suya (1542-1627). BIBLIOGRAFÍA BASURTO, Fernando: Vida y milagros de Santa Orosia, virgen y mártir, patrona de la ciudad de Jaca y de las montañas de Aragón. Zaragoza, 1542. BLASCO DE LANUZA, Vicente: Historias eclesiásticas y seculares de Aragón…, tomo 1. Imprenta de Juan de Lanaja. Zaragoza, 1622. BOLANDUS, P. Ioannes: Acta Sanctorum. Tomo V (“De Sancta Orosia, virgine et martyre Jacce in Hispania Tarraconensi, Sylloge Historica”). 1709, 88-91. CRUZ, fray Martín de la [seudónimo de fray Pedro de SANTIAGO]: España restaurada en Aragón por el valor de las mugeres de Jaca y sangre de Santa Orosia. Imprenta de Pedro Cabarte. Zaragoza, 1627. Aunque han sido publicados en las versiones dadas por autores posteriores, es importante rescatarlos, por ser de primera mano y coetáneos. Los prodigios obrados en Yebra incluyen el acaecido durante la invasión hugonote del valle de Tena (1592) y la ocultación de la cabeza de Sª Orosia en una de sus cuevas, con la testa iluminando el camino a su refugio, en la noche oscura. Así como la atribuida frustración de dicha invasión luterana. O el escarmiento a la negligencia devocional de sus feligreses (1616), con unos prodigiosos cabezazos en el armario-relicario, reprendiendo la desidia a la que se había entregado su antigua cofradía. Por último, Blasco de Lanuza relata el milagro ocurrido en 1606 a Diego de Monreal, obispo de Huesca (1594-1607) y, antes, de Jaca (1592-1594). Curó de una grave enfermedad urinaria tras encargar una rogativa en Yebra, en la que participó todo el vecindario. Tras su inmediata sanación, publicitó el milagro y lo agradeció con un cáliz de plata sobredorada, un terno, etc. DURÁN GUDIOL, A.: “Geografía medieval de los Obispados de Jaca y Huesca”, en “Argensola”, núm.45-46 (tomo XII, Huesca, 1961), 1-103. LACASTA, Graciano; y otros: El Camino de las Ermitas. (De Yebra de Basa al Puerto de Santa Orosia). Ed. “O Zoque”, Yebra de Basa, 2008. Y para las referencias documentales, las demás referencias bibliográficas y el desarrollo de lo expuesto en este artículo, nos remitimos al libro aquí extractado: GÓMEZ GARCÍA, ALBERTO: Santa Orosia, reliquias y mantos. Ed. Cofradía de Sª Orosia de Jaca. Zaragoza, 2012. O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 44 Santa Orosia en Sobrepuerto José María Satué Sanromán n el Sobrepuerto ancestral había tres fechas en el año con un hondo significado sociológico, además de religioso, y sus gentes las tenían bien grabadas en su mente. La más importante de todas era el día de Santa Orosia, 25 de junio, de la que trataremos a continuación. La segunda era el 3 de mayo, día de Santa Cruz: en todos los lugares se bendecían los términos, una ceremonia religiosa para implorar la protección de los espíritus ante posibles circunstancias adversas, que abría la esperanza de buenas cosechas, auspiciadas por un tiempo favorable. Y la tercera sería el día de San Miguel, fecha en la que se resolvían los contratos de los criados (personas que trabajaban en casa ajena a cambio de un salario). El principal exponente de la celebración era la romería a la ermita, a la que debía asistir al menos un miembro de cada familia. Los caminos de Sobrepuerto se convertían por un día en un hervidero de personas, agrupados por pueblos, todos con su Cruz parroquial, algunos con su bandera, andando hacia el Puerto. La llamada Cruz de Cortillas1 (Cruz de Galindo para los de la localidad), peirón o barrón cilíndrico poco trabajado, situado en un lugar estratégico del trayecto, era el punto de confluencia de todos ellos, que ya les conducía por un camino común hasta el santuario. Tradicionalmente el día de Santa Orosia era la fiesta más grande en todos los pueblos de Sobrepuerto, un fiel reflejo de la religiosidad popular, a la que se honraba como protectora de sus gentes y de sus cosechas. Era una fecha muy significativa en el calendario, que no pasaba desapercibida para nadie. Atrás quedaba el letargo invernal (la primavera era inapreciable) y comenzaba el período estival, con la máxima actividad en la montaña, con la siega (de la hierba y de los cereales) y la trilla. Era una fiesta religiosa, con un fuerte componente social, se mezclaban las plegarias con los actos profanos, igual se recitaba el romance de la Santa, que se inciaba un noviazgo, se acordaba una boda, se pactaban unos ajustes (capitulaciones) o se contrataba un criado. Era, sobre todo, un día de convivencia, de encuentro entre parientes, vecinos y paisanos, de ilusiones para los jóvenes (mozos y mozas), de esperanzas y proyectos para estas tierras. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 45 En todos los pueblos se festejaba con actos similares, si bien las ceremonias religiosas tenían más incidencia donde había cura residente, como Cortillas, Bergua y Escartín (hasta 1918). A modo de ejemplo vamos a comentar la forma en que celebraba el día de Santa Orosia en Escartín. El 24 de junio, día de San Juan, se preparaban todos los elementos necesarios para partir a la mañana siguiente en dirección al Puerto. Los hombres se encargaban de limpiar los machos con las almazas (cepillos metálicos), recortar sus crines y preparar las monturas, sacando brillo a los adornos claveteados de aparejos y cabezanas. Las mujeres preparaban una suculenta merienda y las decorativas alforjas de lana. El menú consistía generalmente en carne asada, conejo o pollo guisados, ensalada de huevos duros, longaniza, salchichón, crespillos, vino rancio y café. También se sacaba a ventilar la manta ‘colorada’ que cubría a las caballerías. Se acordaba la hora de salida para partir todos juntos. Uno de los vecinos, a redolín (por turno), se encargaría de portar la cruz parroquial al hombro (no se podía llevar en caballería) y los mozos llevaban el asta de la bandera. Al atardecer los mozos bandeaban las campanas, aunciando la festividad a todos los vecinos. Al amanecer del día 25 (sobre las 5:30 horas), se salía en procesión, encabezada por la cruz y la bandera, desde la iglesia hasta la Cruceta2 (peirón situado en la parte baja del pueblo). Allí se organizaba la marcha en grupo hacia el Puerto, lo mismo que al regreso. Unos doscientos metros antes de llegar a la ermita, en el fondo de la pradera, se agrupaban todos los romeros de Sobrepuerto (por lo menos uno de cada casa) y se realizaba una procesión común con las cruces y banderas, presidida por el cura de Bergua o de Cortillas, hasta la ermita, donde se cantaba una salve. A continuación se almorzaba en las proximidades, alrededor de las matas de boj. Seguidamente marchaban hacia la ermita de la Cruz o del Zoque, donde se concentraban los fieles llegados de todos los pueblos. Los de Yebra subían con la peana que portaba el cráneo de la Santa, acompañados de los danzantes. Una vez reunidos todos en la explanada de la Cruz, los de Yebra colocaban su cruz y su bandera en lugar destacado: ante ellas rendían pleitesía todas las de los demás pueblos (besacruces). Posteriormente se agrupaban en dos hileras y todos pasaban a venerar los restos de la Santa. Enseguida se formaba la procesión: primero iban las banderas (en cabeza la de Yebra), seguían las cruces en dos hileras, la peana de Santa Orosia a hombros, los danzantes y, detrás, todos los asistentes. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 46 Al llegar a la ermita, depositaban a la Santa en el altar mayor, escoltada por todas las cruces, y las banderas apoyadas en el coro. Se celebraba una misa concelebrada por todos los curas de los pueblos. Al final se trasladaban los restos de la Santa a un altar situado en la explanada, donde eran venerados por todo el vecindario. Los mozos bandeaban las banderas sobre la gente, haciendo alarde de su fuerza y maestría. Terminadas estas ceremonias, todos se disponían a comer. Tradicionalmente cada pueblo tenía un lugar fijo para ello, junto a una mata de boj. Uno de los vecinos cuidaba las viandas desde por la mañana, por turno anual. Mientras las mujeres preparaban la comida, los hombres iban a darles un pienso a los machos. Allí se saciaba cumplidamente el apetito, en medio del jolgorio popular. Después de comer, se situaban los danzantes en el pequeño plano, sobre la fuente, y toda la gente alrededor. Se iniciaban los dances con sus típicos brindis (la célebre Pastorada). Para animar a los presentes, dedicaban los primeros a los de Yebra (al alcalde, al cura, etc.). El mayoral recogía los brindis, apuntaba los nombres y recibía las propinas (antes de la guerra, de dos a cinco pesetas). El brindis era de la forma siguiente: “Ésta va en favor de fulano de tal, cura de Yebra, y viva muchos años” “Ésta va en favor de fulano y su prometida, soltero y natural del pueblo de Escartín, banderista de esta santa y solemne fiesta y viva muchos años”. Los mozos y mozas de los pueblos iban de picadillo y daban a escondidas sus dedicatorias al mayoral. En cierta ocasión se oyó la siguiente: “Si no por a sericueta, o requesón, y o preto, no’n habría chent viva en tot lo Sobrepuerto”. Un tión de una casa de Sobrepuerto les contestó: “A pesar d’os de Yebra y tot lo Vallibasa, anque vienga un anyo malo, entavía tenemos trigo en casa y deixaremos pasiar a Pedro por tot lo Vallibasa”. Más tarde se hacían unas ceremonias de despedida en la iglesia y cada cual regresaba a su pueblo de residencia. Lo mismo que a la ida, volvían todos juntos por aquellos serpenteantes caminos. Los que no habían ido al Puerto esperaban a los romeros a la entrada del pueblo, en la Cruceta. Allí se organizaba una procesión, acompañados por el volteo general de campanas, hasta la iglesia, donde se rezaba el rosario en honor de Santa Orosia. A la noche, ya cada cual en su casa, los que no habían ido a la romería preguntaban cómo había transcurrido el día, con quiénes se habían encontrado, si habían ‘descubierto’ algún noviazgo, en fin, detalles de todo tipo, que les permitía compartir ese día de fiesta. Los niños estábamos muy ilusionados pensando en cualquier recuerdo que nos pudiesen traer, como un simple silbato, una navalleta (navaja) o el famoso tringolín, regalo indeterminado que nunca supimos lo que era… Hasta la década de los treinta (siglo XX), la fiesta se hallaba en todo su auge: la gente estaba animada con esta celebración, acudían desde los lugares más alejados y era un espectáculo impresionante, multicolor, por aquellas praderas del Puerto. Se mezclaba el espíritu religioso con la convivencia espontánea y hasta interesada entre vecinos de distintos pueblos: allí cabía desde una petición a la Santa, una acción de gracias o un contrato de criados, hasta acordar un noviazgo... La guerra civil supuso un cambio motivado por las circunstancias y, aunque se rehízo, fue decayendo a consecuencia de la emigración y despoblación de muchos pueblos. Hoy ya no llega nadie desde Sobrepuerto, porque hace más de cuarenta años que los lugares están deshabitados, en silencio, y los caminos desiertos. Pero para los antiguos vecinos sigue vigente la festividad, unos la celebran en la distancia, otros acuden por la pista de Yebra. Y todos alimentan la nostalgia de tiempos pasados con otros vecinos, mezclados con los descendientes y simpatizantes, que siguen asistiendo desde otros lares. En la actualidad la festividad de Santa Orosia pervive como una fiesta religiosa, turística y de añoranza para los supervivientes y descendientes de los romeros de antaño. Notas (1) La Cruz de Cortillas fue rehabilitada hace dos años por la Asociación Cultural Ballibasa y Sobrepuerto “O Zoque”. Lamentablemente, poco después, apareció partida a un tercio de su base, habiendo sido sustraído el trozo desprendido. (2) La Cruceta de Escartín era un crucero cuadrangular con las aristas rebajadas, bien trabajado, con las bolas jaquesas en su base, colocado sobre un bloque cúbico de piedra. En 1980 fue literalmente arrasado por una pala excavadora de la empresa que realizaba las prospecciones de gas por la zona. ¡No había más espacio en Escartín para trazar la pista! El cubo está unos m. más abajo, pero del crucero no quedó rastro alguno. Suponemos que fue expoliado por las mismas personas que sustrajeron la pila bautismal. Debido a la dispersión de los vecinos no formulamos la denuncia a su tiempo, pero a quien lo hiciese tendría que remorderle la conciencia. Han manchado la memoria de los vecinos, impidiendo la contemplación de estas valiosas piezas a todos. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 47 La restauración de retablos. Retablo de Santa Orosia, ermita de San Roque. Calamocha, Teruel María Silvestre Adivinación I esde su creación en 1996 la Fundación Santa María de Albarracín se ha dedicado a la restauración, conservación y gestión del patrimonio cultural, dinamizando y dando proyección al legado cultural e histórico. Surge la necesidad de crear un espacio en el que poder tratar todas las obras que el paso del tiempo ha ido deteriorando, se inaugura el Centro de Restauración de la Fundación Santa María situado en Albarracín. En él se tratan todo tipo de piezas; metales arqueológicos, lienzos, tallas, textiles, retablos, cerámicas, etc. El Centro esta dotado de espacio para la restauración de obras de gran tamaño como es el caso de los retablos, cuenta con instrumental especializado y con una gran variedad de productos específicos para los diferentes tratamientos de restauración. Desde aquí el equipo de restauradores titulados en Restauración y Conservación de Bienes Culturales trabajan en la conservación y restauración del patrimonio, intentando devolver a las obras, en la medida de lo posible, a su estado original. Fundación Santa María de Albarracín En el Centro de Restauración se han tratado gran cantidad de retablos, entre ellos el dedicado a Santa Orosia, procedente de la ermita de San Roque de Calamocha. La palabra retablo procede de retro: detrás y tabula: mesa. El retablo es un conjunto o colección de obras (pinturas, tablas o lienzos, relieves, esculturas, etc.) que representan la serie de una historia o suceso siempre de carácter religioso. Son obras hechas en piedra, madera u otra materia. Y compone la decoración de un altar, generalmente situados detrás de éste. La labor de catequesis, desarrollada mediante un conjunto de ilustraciones, había tenido a lo largo de la historia de la Iglesia otros soportes físicos, como es el caso de las pinturas murales en las paredes de los templos. El uso del retablo permitió agrupar ordenadamente los hechos en un lugar, para poder centrar la atención del espectador. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 48 Además de servir para la enseñanza de la fe, el retablo puede tener también varias funciones litúrgicas, básicamente asociadas a la de contener el sagrario, reliquias, etc. Los primeros altares cristianos fueron aras con una tapa de mármol o también un sepulcro rematado con un cimborrio o tosco baldaquino; encima de estas aras se colocaban arquetas con reliquias, candelabros, cruces, etc. Se presupone que esto dio origen al retablo que tuvo su aparición como tal en el siglo X. Poco a poco los retablos van aumentando de tamaño. En cuanto a la construcción, la mayoría de las estructuras estaban hechas de madera, con sus partes machihembradas y encoladas, que posteriormente eran doradas y pintadas. Desarrollada brevemente la historia del retablo nos centramos ahora en la labor de restauración que se llevó a cabo para la recuperación del retablo dedicado a Santa Orosia. Antes de toda restauración, se hace necesaria una mínima familiarización con la obra que se trata de intervenir. Sólo desde el conocimiento de la pieza es posible comprender y valorar las necesidades de su restauración. La restauración es una disciplina que depende de la meticulosa pericia técnica de los restauradores para lograr un resultado de calidad, pero cuya eficacia viene determinada por el nivel y características de la intervención. Determinar cuales son las necesidades de la obra, atendiendo tanto a la conservación de los materiales de constitución como a los métodos más idóneos para la restauración de sus acabados, constituye el proceso inicial con el que comienza el trabajo de los restauradores. Así que el primer paso fue la visita al emplazamiento actual de la obra para la realización de una primera toma de datos. Se tomaron fotografías, medidas y se realizó un breve informe del estado de conservación actual del retablo. Con esos datos se preparó un proyecto de restauración en el que se recogía; una memoria descriptiva de la obra, el estado de conservación, las causas de alteración, los criterios de restauración a seguir, los tratamientos de restauración más adecuados para este tipo de obra y las recomendaciones de conservación. La principal problemática del retablo era su avanzado deterioro. No solo el paso del tiempo y el deterioro natural de los materiales que componen el retablo fueron las causas del estado en el que se encontraba la obra. Sino también la mala conservación, los daños sufridos durante el desmontaje, los cambios de temperatura, la Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 49 humedad, el movimiento y el almacenado. Todo esto hizo que el propio proceso de deterioro y envejecimiento de la obra se acelerara ocasionando grandes daños. El mayor deterioro del soporte nos lo desvela el examen de la madera, nos muestra que sufre un ataque de xilófagos grave que ha hecho que se debilite la estructura interna considerablemente. Se trataba de carcoma común (Anobium Punctatum). En las capas de policromía aparecían cambios y síntomas de vejez, que han sido condicionados por el soporte, la preparación, los aglutinantes, los pigmentos, grosor y disposición de las capas de policromía y, por los barnices y repintes aplicados en épocas sucesivas. Analizados los principales deterioros que sufría el retablo se desarrollaron los criterios en los que se basaría el tratamiento. Este punto del proceso de la restauración es uno de los más importantes ya que la intervención directa sobre la obra implica una gran responsabilidad, se deben respetar tanto los valores materiales como culturales del objeto. Asimismo, renunciar a toda participación creadora, con el consiguiente respeto a lo que el autor ejecutó y quiso transmitir, y al paso de la historia. Los criterios que se consideraron más adecuados para este tipo de obra fueron; una intervención mínima y respetuosa con la pieza original, garantizar la conservación del original por encima de otras consideraciones estéticas o funcionales, realizar la reconstrucción o reintegración de los elementos perdidos con materiales de reconocida calidad, reversibilidad y reconocimiento como no pertenecientes a la integridad original de la obra, armonizando con lo original, y por último, todos los tratamientos de restauración se deberán llevar a cabo con medios y procedimientos inocuos y reversibles. Durante toda la intervención se efectuó una completa documentación fotográfica de la obra, desde sus aspectos formales y estilísticos, así como de la restauración y procesos que se llevan a cabo, de tal forma que queden perfectamente documentados. Una vez realizado el estudio de la pieza y determinados los criterios a seguir comenzamos con los tratamientos de restauración. Aprovechando que el retablo se había desmontado durante las actuaciones de rehabilitación de la ermita se trasladaron todas las piezas al Centro de Restauración. En primer lugar se realizó una limpieza superficial para la eliminación de suciedad poco fijada a la superficie. Esta limpieza previa nos permitió que la suciedad no se adhiriera a la policromía original durante el tratamiento de consolidación. En algunas zonas en las que la policromía sufría daños se realizó una consolidación puntual, para asegurar la adhesión de estratos al soporte. c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 50 Tras la limpieza superficial y la consolidación se aplicó un tratamiento curativo y preventivo anti xilófagos por toda la superficie de la obra. Para que la policromía perdure en el tiempo y se conserve con sus características originales es necesario que el soporte siga cumpliendo su función sustentante. Por ello se le realizó un tratamiento de consolidación mediante varias aplicaciones de resina acrílica. El ataque de insectos xilófagos, el desmontaje y los movimientos ejercidos en el retablo debilitaron gravemente su estructura. Fue necesario realizar un refuerzo por el anverso del retablo de todas las piezas. Este refuerzo se llevó a cabo mediante piezas de madera, espigas y pletinas de acero inoxidable. Fortalecida la estructura del retablo nos centramos en la limpieza de la policromía. Se realizan varias pruebas de limpieza con diferentes métodos hasta encontrar el que mejor se adapte a este tipo de obra y suciedad. Se sellaron todas las grietas y fisuras de la estructura devolviendo así la consistencia estructural a la pieza, evitando que estas grietas y fisuras sigan abriéndose y debilitando la obra. También evitaremos la acumulación de suciedad en las grietas y por ello la aparición y el ataque de insectos xilófagos. Las diferentes piezas que conforman el retablo fueron reintegradas cromáticamente. La reintegración cromática consiste en completar las pérdidas de color de la capa pictórica o lagunas consiguiendo integrar estéticamente la obra. Siguiendo los criterios de restauración planteados anteriormente, la reintegración se limitó exclusivamente a los faltantes existentes en la pieza, realizándose con un material inocuo, reversible y reconocible con el original. Para finalizar el proceso de restauración se llevó a cabo el montaje del retablo en una de las capillas laterales de la ermita. Se construyó una nueva mesa de altar en madera de pino teñida y tratada. La antigua mesa de altar era de obra y fue eliminada de la capilla durante las obras de rehabilitación de la ermita. El montaje del retablo se realizó mediante escuadras y piezas metálicas de acero inoxidable para su correcta sujeción al muro. Se volvieron a encajar todas las piezas con su sistema original de cajas y espigas colocando el retablo separado del muro unos centímetros para evitar problemas de humedad y desprendimientos. Una vez concluido el trabajo se realizó un informe en el que quedan reflejados todos los tratamientos de restauración realizados en la obra, se incluye la documentación fotográfica, el estudio histórico, la evaluación de los deterioros y sus causas, los criterios que se han seguido en la intervención y las recomendaciones de conservación. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 51 La sección femenina de Falange Española visita Ballibasa Óscar Latas Alegre a Sección Femenina de Huesca es la responsable de que en 1956 comenzara a operar en dicha provincia una “Cátedra Ambulante”, cuyo precedente fueron las denominadas “Cátedras Ambulantes Francisco Franco”, de las que hay noticias desde 1942, pero de las que no se ha documentado su realización hasta 1946. Eran éstas unas escuelas itinerantes rurales, formadas por un equipo fijo de unas cinco personas especializadas en diversas enseñanzas, que se orientaban hacia la formación cultural y práctica de los habitantes de los pueblos, y a la asistencia social de menos habitantes, con el fin de capacitar personas, especialmente mujeres, que pudieran dar continuidad a la labor regeneradora del régimen franquista, como comenta Sescún Marías en su estudio Por España y por el campo. La Sección Femenina en el medio rural oscense (1939-1977), (Huesca, 2011, Instituto de Estudios Altoaragoneses). Precisamente la Cátedra Ambulante de la Sección Femenina de Huesca fue a Yebra de Basa a impartir sus cursos durante casi tres meses, desde el 1 de diciembre de 1974 al 28 de febrero de 1975. En el Archivo Histórico Provincial de Huesca, inventariados bajo la signatura AHPHU/S.F./M-13, se hallan unos documentos (un cuestionario y un informe), redactados en Yebra de Basa por la Jefe de la Cátedra de la Sección Femenina en Huesca, Carmen Ciprián, y que fueron enviados en abril de 1975 a la Directora del Departamento Nacional de Promoción en Madrid, como memoria de dicha Cátedra y en los que se remitía información sobre los cursos celebrados en este municipio. En el informe enviado consta que se llevó a cabo la Cátedra en cinco pueblos del municipio de Yebra de Basa: Yebra de Basa, Orús, Fanlillo, Sobás y San Julián de Basa. Comienza con una descripción del municipio, cuya población entonces era de 200 habitantes en Yebra y no llegaba a 50 en el resto de pueblos: “Sus gentes han emigrado por falta de recursos económicos y por el cambio del trabajo agrícola por el industrial […]. Al tener medios de producción a su alcance, todavía permanecen en ellos aquellas familias que compaginan el trabajo agrícola y el industrial, aumentando de esta forma sus ingresos […]. Las tierras de esta comarca se encuentran divididas en minifundio […]. El monte es propiedad de los vecinos y del municipio. Por tal motivo estos municipios tienen mayores posibilidades económicas que otros y hacen posible cualquier mejora local”. Se destaca en dicho Informe en el apartado cultural el alto grado de alfabetización de la población y el interés de ésta por la conservación de las tradiciones: “Culturalmente la población es alta. No se encuentra ningún analfabeto. Los mayores conservan su espíritu de superación y la juventud c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 52 está influenciada por movimientos culturales de la Jacetania […]. Como tradición todavía conserva este pueblo la danza típica de Yebra de Basa con sus danzantes, populares en la provincia. Festejan a su patrona Santa Orosia en el día de la fiesta. Estas danzas las van transmitiendo de padres a hijos. Encontramos poca población infantil. Existe una escuela unitaria pudiendo cursar sus estudios hasta 4.º de EGB. El resto tienen que salir a completarlos”. sobre “Iniciación al teatro”, “Religión actual”, “Primeros auxilios” y “Seguridad social agraria”. Asimismo, se señala que realizaron el Servicio Social seis jóvenes y que se consiguieron nuevas suscripciones a la revista Hogar. Entre los logros conseguidos por esta Cátedra de Yebra de Basa, el cuestionario destacaba la impartición de un curso del P.P.O. (Promoción Profesional Obrera), en la modalidad de electricidad y el proyecto de una carretera hasta el puerto. Aunque se colaboró con Ordenación Rural y se dieron charlas sobre la “Concentración Parcelaria”, no se llegó a un acuerdo sobre este tema. El diario oscense Nueva España, de fecha 23 de febrero de 1975, se hacía eco de la clausura de la Cátedra en un artículo que, bajo el título “En Yebra de Basa. Clausura de una Cátedra de la Sección Femenina”, aludía a los intervinientes y a la buena acogida que había tenido: “En la noche del viernes, se celebró en la villa de Yebra de Basa la clausura de la cátedra de la Sección Femenina. Desde Huesca se trasladaron para presidir los actos el subjefe provincial del Movimiento, don Gorgonio Tobar Pardo; delegada de la Sección Femenina, doña Pilar Fatás; secretario del Consejo Provincial, don Santiago Broto, y otros mandos de la Sección Femenina. En el cuestionario realizado también se insiste en la idea de la transmisión generacional de la tradición, en especial, del dance: “la danza típica de Yebra de Basa se trasmite de generación en generación, la bailan todos los jóvenes del pueblo, han tomado parte en algunos festivales. Se quedó un grupo de danzas con los niños del pueblo”. Volviendo al informe, a continuación, expone los contenidos desarrollados por la Cátedra, que tuvo una doble finalidad, formativa y social. La labor formativa se dirigió principalmente a las mujeres, cuya asistencia media a las clases fue de veinticinco, a los jóvenes, entre los que se pretendió fomentar el sentimiento de unión, cultura y compañerismo, y a los niños, a los que se formó en educación física, bailes regionales o teatro infantil. En cuanto a la labor social, se indica que se llevaron a cabo charlas En el pueblo, fueron recibidos por el alcalde, don Vicente Avellana, y el secretario de la Corporación, don Tomás Pascual. En un aula del grupo escolar, tuvo lugar el acto de clausura de la cátedra, que ha sido financiada por el IRYDA. La jefe de la cátedra, María del Carmen Ciprián, expuso los motivos y realizaciones que a lo largo de dos meses les ha llevado a convivir con las gentes de la localidad, por medio de esta cátedra. Tras sus palabras, se escenificó un cuento de los hermanos Grimm, actuó un cuadro de jota y, a continuación, se procedió a la entrega de certificados de aplicación, distintas materias de convivencia humana. Autoridades y vecindario recorrieron una exposición de trabajos manuales”. Termina la crónica periodística con la referencia a la actuación de los danzantes de Santa Orosia en dicha clausura: “al final, en el patio de recreo, actuaron los danzantes de Yebra, tantas veces galardonados en concursos provinciales y de ámbito nacional”. Quede, al menos, para el recuerdo el paso de esta Cátedra formativa de la Sección Femenina por Ballibasa. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 53 Datos e imágenes nuevas de historias viejas: Santa Orosia en Calamocha Ricardo Mur Saura En 2008 dimos a conocer, desde estas mismas líneas, lo que fue de la ermita de Santa Orosia de Calamocha, así como el nuevo monumento erigido en honor a la santa en la rotonda situada junto al antiguo solar de la misma. La verdad es que, desde aquel año, la devoción a la Santa Orosia, que estuvo a punto de desaparecer en aquel lugar, no sólo se ha recuperado sino que se ha revitalizado con una fuerza digna de encomio. Ofrecemos en este trabajo, no sólo los nuevos datos que hemos podido recabar acerca de la antigua ermita, sino una serie de fotografías de la misma, así como del nuevo peirón de la santa, que vieron la luz el pasado 2012 en una exposición al efecto, organizada en Calamocha. Agradezco personalmente a la familia Baratech-Ibáñez (especialmente a Mari Carmen) todas las informaciones y materiales gráficos aportados para la elaboración y publicación de este trabajo-. Llegada y avatares de Santa Orosia en Calamocha omo es sabido, y en su día narramos, tras la pertinente petición cursada en 1806 por el Clero y Ayuntamiento de Calamocha, el 7 de febrero de 1807, del relicario de Santa Orosia que poseía la parroquia de Burbáguena se desgajaron algunas reliquias en beneficio de los solicitantes, eso sí, con la condición de que fuesen depositadas en la iglesia parroquial. Como líneas abajo referimos, el 23 de marzo de 1807, el escribano Diego José Beltrán, dejó constancia escrita de la entrega de las reliquias, al toque de campanas, en procesión hasta el altar mayor, cantando la Salve y la veneración de la feligresía hasta su depósito en la sacristía del templo. A la par, se erigía canónicamente en Calamocha la Hermandad o Cofradía de Santa Orosia, fundada por D. Agustín Valero en la ermita levantada por él en la Huerta de san Antonio en 1801. También publicamos en su día sus Ordinaciones o Estatutos. Tras la Francesada, hubo que reconstruir la ermita, siendo de nuevo bendecida, por mosen Miguel Esteban en 1813. En 1907 y en 1914, sus entonces propietarios, la familia Fuertes de Gilbert, acometieron obras de restauración. Y, aunque en 1974 fuese trasladado su culto a un oratorio privado junto a casa de los Fuertes, en 1981, tras la cesión de la Huerta de San Antonio al Ayuntamiento de Calamocha para equipamiento escolar y deportivo, la ermita fue derribada en 1990. En 2008, como ya publicamos, siendo alcalde de Calamocha don Joaquín Peribáñez, fue erigido un peirón coronado con el busto de la Cabeza de Santa Orosia, en la rotonda situada junto a la antigua Huerta de San Antonio, frente al Instituto de Secundaria y Bachillerato y a la salida de Luco de Jiloca. También hemos sabido que en la iglesia del Convento franciscano de San Roque, hasta tiempos relativamente recientes, hubo una imagen de Santa Orosia en el lado de la epístola, junto a la puerta de la sacristía, sobre el altar de la Madre del Amor Hermoso. Acta de la entrega de la reliquia de Santa Orosia a Calamocha “Diego Joseph Beltrán, escribano del Rey Nuestro Señor, Público y Real por sus dominios, vecino del lugar de Calamocha, del Partido de Daroca, certifico: Como en este día de la fecha he salido del sobredicho pueblo, de mi domicilio, en compañía de D. Francisco Mainar, Presbítero Beneficiado de la Iglesia parroquial del mismo y de D. Manuel Vicente de Espexo, Diputado del Común de la dicha vecindad, y transferidos al lugar de Burbáguena, en cuya Iglesia Parroquial y su sacristía nos habemos constituido, acompañados de D. Joseph Navarro, Presbítero, Racionero decano de dicha parroquial Iglesia, de D. Valero Berbegal, Alcalde Primero del Sobredicho pueblo de Burbáguena y de otros sus individuos de justicia, a donde se congregaron el licenciado D. Joseph Moreno, Presbítero Vicario de la misma iglesia, con todos los demás sus capitulares, y así congregados en dicha sacristía el expresado D. Joseph Moreno cogió por su propia mano un relicario que, con otros diferentes, existía en un armario dentro de la misma sacristía, el cual abrió a presencia de mí, el Escribano y de todos los congregados, y extrajo de aquel una porcioncita de algodones teñidos con la misma sangre de la Gloriosa Virgen y Mártir Santa Orosia, cuya porcioncita de reliquia la pasó y colocó el citado D. Joseph Moreno en otro relicario, que para dicho efecto llevaba consigo el mencionado D. Francisco Mainar, a quien lo entregó D. Joseph Mainar. Y practicado así, lo condujo el relacionado D. Francisco Mainar en mi compañía y la del expresado c u l t u r a l O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 54 José Marco llamando a misa en las Fiestas de Santa Orosia, en la ermita antigua Fiestas de Santa Orosia en la ermita antigua D. Manuel Vicente de Espexo al sebredicho pueblo de Calamocha, en cuya iglesia, y para el recibo de tan apreciable tesoro, se hallaba el licenciado D. Manuel Gil de Aznar, cura párroco de la misma, vestido de capa con los demás capitulares de dicha parroquial Iglesia, y un sin número de almas que habían concurrido; cuyo relicario con su reliquia introdujo el citado D. Francisco Mainar en mi compañía y la del mencionado D. Manuel Vicente de Espexo, Diputado, en la referida Iglesia a toque de las campanas de la misma, y las de las comunidades de Religiosos y Religiosas del sobredicho pueblo, y la entregó al expresado D. Miguel Gil de Aznar, vicario, quien después de hechas aquellas ceremonias correspondientes por dicho vicario y capitulares en la entrada de dicha Iglesia, lugar de su recibo, la condujo en procesión al altar mayor a donde se cantó la salve con la solemnidad debida, y concluida ésta, el mimo D. Miguel Gil Aznar, vicario, por su propia mano, diera a adorar dicha Reliquia a todos los concurrentes, y la introdujo a la Sacristía de dicha Iglesia, y puso y colocó en el armario de la misma con las demás que existían en él para exponerla al culto público de los fieles en su día. Y para que así conste, doy el presente testimonio, que signo y firmo en Calamocha a veinte y tres días del mes de marzo el año de mil ochocientos y siete. En testimonio de verdad, Diego Joseph Beltrán. Rubricado." Altar antiguo de la ermita de Santa Orosia Calamocha: Detalle de la Cabeza de Santa Orosia Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 55 Yebra hace 300 años Graciano Lacasta Estaún En memoria y agradecimiento a cuantos nos han precedido. Ellos desbrozaron el sendero por donde hoy nosotros caminamos. l propósito de estas líneas es ofrecer unas pinceladas que nos acerquen a lo que pudo ser la realidad de nuestro pueblo hace tres siglos. Entrelazando los datos aquí recogidos, el lector podrá reconstruir una aproximación al cuadro real. Revestirá de carne y vida lo que aquí son meros números y frías cifras. Abrir una ventana hacia nuestro pasado nos ayuda a iluminar el presente y nos interpela sobre nuestra responsabilidad hacia el futuro: ¿cuál es nuestra aportación, nuestro legado a las generaciones futuras? Lo que aquí se descubre sobre un pueblo concreto, bien podría ser válido también para otros muchos lugares de nuestro entorno. El período analizado abarca los 25 años comprendidos entre 1700 y 1725. Así el horizonte se hace más amplio y fiable. La información proviene de documentos parroquiales y escrituras particulares. Para facilitar la lectura, prescindimos de dar en cada caso la cita exacta. El material extraído de los documentos se transcribe en cursiva. 1. Estadística de población por quinquenios: AÑO Nº casas Adultos Adolescentes Párvulos Total 1700 40 162 19 56 237 1705 42 167 21 59 247 1710 38 167 29 41 237 1715 37 173 20 59 252 1720 37 172 12 55 239 1725 42 187 19 58 264 Se entiende por 'adultos' a los 'confesados y comulgados', es decir, los mayores de 15 años. 'Adolescentes': los 'De sola confesión', con edades entre 10 y 15 años. La 1ª comunión se hacía más tarde que en nuestros días. ´Párvulos': los menores de 10 años. 2. Natalidad, matrimonios e índice de mortalidad Nacimientos entre 1700 y 1725 = 265 1700 1701 2 1 1709 1710 14 4 1718 1719 17 19 1702 1703 1704 1705 1706 1707 1708 8 3 5 3 7 14 11 1711 1712 1713 1714 1715 1716 1717 10 7 8 5 4 4 4 1720 1721 1722 1723 1724 1725 6 6 9 7 10 7 Vista general del pueblo de Yebra en la actualidad La parroquia era la única instancia que registraba los nacidos, casados y fallecidos. De los 70 matrimonios consignados como padres de recién nacidos, 20 de ellos tienen entre 7 y 14 hijos cada uno. Las bodas celebradas en la parroquia durante este período son 52, de las que 31 corresponden a parejas que van a residir en el pueblo. Llama la atención que 22 de los contrayentes sean viudos, prueba de la elevada mortalidad también entre adultos. La mayoría de los 104 contrayentes proceden del pueblo, solo 26 son foráneos. En caso de enviudar, la pérdida se suele rehacer pronto con un nuevo matrimonio. Urge asegurar una descendencia abundante. Así, el médico don Domingo Lapuente contrae nuevo matrimonio a solo cuatro meses de quedar viudo. De su primera esposa nacen seis hijos, de la segunda, cuatro. Fallecimientos entre 1700 y 1725 = 195 1700 1701 2 1 1709 1710 14 4 1718 1719 17 19 1702 1703 1704 1705 1706 1707 1708 8 3 5 3 7 14 11 1711 1712 1713 1714 1715 1716 1717 10 7 8 5 4 4 4 1720 1721 1722 1723 1724 1725 6 6 9 7 10 7 De los 195 fallecidos, 77 son párvulos o menores de edad, es decir casi el 40%. Los años de mayor mortalidad coinciden con epidemias infantiles: solo en 1718 y 1719 fallecen 27 niños. Entre las causas de muerte aducidas para los adultos se citan: accidente impensado; hallarlo muerto en el monte; Pascual y Joaquín Ladomega ahogados en el Rio Gállego; hallemos camino de San Julián un hombre muerto que se llamaba Pedro Aznar del lugar de Yossa del Valle de Broto; Jusepe Jordán, Lucas Pérez y Miguel Espierre murieron a 7 de enero de 1707 en el choque (bélico) del Puente de Sabiñánigo... O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 56 El rito funerario queda fijado en la mayoría de los casos por la expresión: a uso y costumbre de la Parroquia de Yebra, consistente en: que a su entierro y cabo de año le fueran llamados cada vez ocho sacerdotes y se diera a cada uno a real, bela o antorcha y de comer, Novena (de misas) y añal (aniversario). Hay casos excepcionales en los que: no dio de comer por ser pobre la casa; se enterró como pobre de solemnidad. O todo lo contrario: Juan de Saras (Casa Arilla) murió a 2 de octubre de 1708, dispuso fueran llamados bente sacerdotes... y que durante el año le fuera celebrado un aniversario de quatro sacerdotes cada mes, y mas le fueran celebradas mil misas... El lugar de enterramiento más frecuente era el interior de la iglesia, donde la mayoría de las familias disponía de una o varias sepulturas. 3. Habitantes de origen francés n el nº 4 de esta revista se analizó la intensa inmigración ultrapirenaica a Yebra en el siglo XVII. Recogemos a continuación testimonios del mismo fenómeno a comienzos del siglo siguiente: Jaime Brunet, hijo de Francia, último en la lista de confirmados en 1697, sin anotar el nombre de sus padres, como era preceptivo. Marco Supervía, françes del Valle de Ossau murió á 21 de Marzo de 1702. Juan Barrera Frances, reside en casa Juan d'Allué (1706). Bernat, criado del albañil Marco Supervía. Esteban Frances, vive en casa Pérez (1706). Pedro e Hilario Escat, sirvientes del cirujano Juan de Lorau. María Escat, criada del herrero Felipe Grasa (1709). Luis Francés, sirviente del boticario Manuel Laplana (1723). Recordemos que para estas fechas ya eran varias las familias del pueblo con miembros provenientes de Francia: 1. La de Lorenço de la Finestra, frances, çapatero, fundador de casa Mariamaza. 2. La de Juan de Lorau, françes, que funda casa del Boticario Viejo (casa Lardiés). 3. La de Marco Supervía del lugar de Sabiñac, del Principado de Bearne, que habita en casa el Hojalatero. 4. Años más tarde, en 1769, Pedro Bergeras, natural del lugar de Meirac, obispado de Olorón, Provincia de Biarne en el Reyno de Francia, fundará casa Pascual. Puerta de casa del Boticario Viejo, (hoy llamada casa Lardiés), fundada por Juan de Lorau, originario de Francia. Vista general y detalle en la piedra clave del arco 4. Estructura urbana en relación con una época más reciente (1975) CASAS Año 1975 Nombre 1. Pérez Año 1700 Año 1726 Matrimonio Matrimonio Agustín Pérez ∞ Gracia Pedro José Pérez ∞ López Bárbara Oliván (13) 2. Campo (1703) Jusepe Campo ∞ Anastasia Agustín de Campo ∞ Viscasillas Gerónima Sánchez (7) 3. Carrera Miguel Periel ∞ María Felipe Laplana ∞ Teresa Carrera Bargas (3) 4. Valentín Mathias Gil ∞ Ysabel Sesse Mathias Gil ∞ Ysabel Sesse (6) 5. Isá (1709) Pedro Isaac Lafragüeta ∞ Pedro M. Lafragüeta ∞ María Pérez Mª Theresa Jordán (6) 6. Juan d'Allué Juan de Allué ∞ María Juan Antº. Allué ∞ Ana Castán Orosia Villacampa (8) 7. Lacasa Juan de Lacasa ∞ Orosia Juan de Lacasa ∞ Orosia Espierre Espierre (5) 8. Eusebio Batholomé Escuer ∞ Ana Mª Eusebio Escuer ∞ María Casbas Escartín (9) 9. Antón Martín Sanromán ∞ Águeda Pedro J. Carrera / María de Allué Blasco (8) 10. Jalle(1) Felipe Grassa ∞ Orosia LópezFelipe Grassa ∞ Damiana Grassa (6) Jalle(2) Pedro Isaac Lafragüeta ∞ María Pérez 11. Polita 12. Balera 13. Laplaza(¿) Pedro Ferrer ∞ Ana de Casbas (8) 14. Majo Pedro Escuer ∞ María Pedro Miguel Escuer ∞ Bergua Orosia Otin (6) 15 Arilla Juan de Saras ∞ Mª Orosia Ambrosio Arilla ∞ Isabel de Allué de Saras (11) 16. Chaqués 17. Pascual 18. Baldomero Juan Jordán ∞ Felipa Sorbet Miguel de Fanlo ∞ Ana Orosia Jordán (9) 19. Pepa Domingo Ferrer ∞ Lena Miguel Ferrer ∞ Isabel Jordán Blasco (8) 20. Leal 21. Gerardo 22. Lafuerza Juan Escartín ∞ Josefa Pedro M. Jordán ∞ Mª Villacampa Orosia Escartín (8) 23. Benita 24. Mariamaza(1) Pasqual Fenestra ∞ María Pascual Fenestra ∞ Maza Petronila Blasco (6) Mariamaza(2) Martín Fenestra Mosen Hermenegildo 'Ermitaño'(?) Escuer (2) Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 57 25. Maestro/Nati 26. Escagüés 27. Escuela 28. Pabla Casas del Pueblo (Ayuntamiento) Mathías Jordán ∞ Ana Mª Lacasta Casas del Pueblo (Ayuntamiento) Mathías Jordán ∞ Ana Mª Lacasta (6) 29. Anglada 30. General 31. Pujalá 32. Cuartel/Sastre Juan F. Fanlo ∞ Francisca Pascual Abadías ∞ Mª Alto: Escuer Francisca Fanlo (12) 33. Señor Domingo de Allué ∞ María Cosme de Allué ∞ Josefa Piedrafita López (7) Señor(2) Pedro Lardiés ∞ María de Josef Sánchez ∞ Casbas Magdalena Lardiés (6) 34. Capellán(1) Marco Casbas ∞ Mª Elena Agustín de Casbas ∞ Mª de Saras Ana Grasa (9) Capellán(2) Domingo Lapuente ∞ Ana Domingo Lapuente ∞ Mª Olibán Ana Mª Cavero (7) 35. Arnalda Lorenzo Arnalda ∞ Juan Miguel López ∞ Gerónima Espiérrez Francisca Saras (8) 36. Morel Thomás Morel ∞ Ana Thomás Morel ∞ Ana Abadías Abadías (6) 37. Malón Jusepe Jordán ∞ Orosia de Jusepe Jordán y Latas ∞ Latas Mª Fenestra (6) 38. Matón (?) Miguel Oncins ∞ María Francisco Arnalda ∞ Ana Cañardo Mª Allué(5) 39. Lafragüeta 40. Hojalatero Marco Supervia ∞ Mariana Marco Supervía ∞ Mª Jordán Josefa Pérez (8) 41. Lardiés Manuel Laplana ∞ María Francisco Laplana ∞ Lorau Lucía González (10) 42. Correo Miguel Espierre ∞ Bárbara Pedro Bandrés ∞ Benita Arnal Pérez (9) 43. Polonia (?) Miguel Fanlo ∞ Polonia Orosia Oncins / Orosia de Clavería Fanlo (2) 44. Herrero Baltasar Fenestra ∞ Petronila Martín Baleta ∞ Teresa Oncins Oncins (4) 45. Madrileño Domingo Jordán ∞ Orosia Juan Francisco Sánchez ∞ Olibán Mª Ana Jordán (9) 46. Boticario 47. Pelaire Pedro Cañardo ∞ Teresa Pedro Cañardo ∞ Mª Pérez Josefa Javierre (13) 48. Rosa 49. Casona 50. Sacristán 51. Carpintero Juan Baleta ∞ Ana de Pascual Baleta ∞ María Casbas Especiello (7) 52. Albeita Silvestre Laguardat ∞ Jossef Malo ∞ María Ventura Lorau Laguardat (9) 53. Abadía Mossen Orencio Bergua Dr. Mosen Antonio de Hena (4) 5. Aclaraciones al cuadro anterior - Para el orden de las casas nos regimos por el más utilizado en las listas de confesión y comunión, elaboradas cada año por los párrocos, aunque siempre hay variaciones que dificultan la precisión. - Cuando no hay seguridad sobre la casa exacta en la que reside una familia, se señala con un signo de interrogación (?). - Tomamos como segunda referencia temporal el año 1726 porque éste nos aporta el número de residentes en cada casa, dato que en el cuadro se indica entre paréntesis detrás de cada matrimonio. - Las casas con los números (1) y (2) significan que lo que hoy es un único edificio, entonces constituían dos viviendas separadas, más tarde unificadas. - Subrayamos los nombres o apellidos de la época estudiada que dieron origen a nombres de casas que perduran hasta hoy. Otros nombres tienen origen más antiguo: Pérez, Carrera, Juan d'Allué... - En ciertas viviendas no habitaba siempre una misma familia, sino que a veces están vacías u ocupadas temporalmente por diferentes familias. Otras han desaparecido, como la situada entre las casas Arilla y Majo, donde en 1726 residían moss. Juan López, Moss. Josef López y Ana Mª López. Las dimensiones de los edificios serían, en general, más reducidas que en la actualidad. 6. Casas que toman su nombre en esta época Casa Campo: La actual familia Campo figura por vez primera en el registro parroquial el año 1703, procede del Mesón de Gillué. Compran casa y huerto al escultor francés, Juan de Campo. Casa Isá: Pedro Lafragüeta e Isac Lafragüeta se nombran por primera vez, como residentes en Yebra, en 1695. Es probable que ambos ampliaran la actual casa Isá, donde comienzan a vivir en 1709. Allí nacerá un año después Juan Thomas Isac Lafragüeta. Casa Eusebio: El año 1719, en pleno Concello se dió entrada a Eusebio Escuer, Regidor de dicho lugar de Yebra. Hasta 1767 se le menciona con frecuencia como Eusebio Escuer Alcalde del lugar. La casa existía desde mucho antes, pero fue este Eusebio, quien por su valía le dio el nombre actual. Casa Arilla: En 1724 entró el apellido Arilla en esta casa, al casar Isabel Saras con Ambrosio Arilla, del lugar de Secorún. Casa Mariamaza: María Maza, esposa de Pedro Fenestra, quedó viuda y contrajo segundas nupcias con Pascual Fenestra. Tuvo ocho hijos y falleció el 7 de octubre de 1719. Casa Capellán: El origen de su nombre proviene de haber sido residencia del Capellán de Santa Orosia, Mosen Francisco Lapuente, durante 58 años, desde 1726 hasta 1784. Casa Arnalda: Lorenzo Arnalda, originario de Abenilla, introduce este apellido en la casa, hoy desescombrada, que durante más de tres siglos llevó este nombre. Casa Polonia (solar junto a Casa Pabla): Allí reside en 1700 Polonia Clavería. Ventana perteneciente a la parte porterior (Torre) de casa Capellán que en otro tiempo constituyó una vivienda separada O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 58 7. Profesiones y oficios esistimos de dar los nombres de los numerosos profesionales que residen en el pueblo por esta época. Nombramos tan solo las profesiones u oficios que acompañan al nombre de ciertas personas: estudiante, maestro, notario, médico, boticario, cirujano, barbero, albeitar, organista, labrador, herrero, pelaire, fustero, piquero, mercader, zapatero, tejedor, batanero, fabricante de lanas, sastre, molinero, soldado, sirviente, calderero, criada, partera, arriero, pastor, cedacero, sacristán, escolano, casera, ermitaño, capellán, licenciado, rector... Tan elevado número de profesionales y artesanos muestra el alto grado de autonomía que por entonces tuvo el pueblo. Triple asiento del Altar Mayor restaurado en 2012 Puerta antigua de Casa Arilla 8. Clérigos a llamativa presencia de clérigos en la Villa de Yebra obliga a dar más detalles de esta profesión. En 1715 son ocho los sacerdotes que residen en distintas casas. Unos viven solos, como mosen Juan López o mosen Pedro Lacasa. Otros alojados en su casa nativa, como mosen Miguel Casbas (casa Capellán), mosen Francisco Saras (casa Arnalda), mosen Juan Lorau (casa el Boticario Viejo), mosen Pascual Cañardo y mosen Josef Cañardo (casa Cañardo). El párroco, Rector Mosen Juan Grassa, nacido en casa Jalle, reside en la Abadía. Así se entiende que: Al entierro de Juan de Bergua acuden siete sacerdotes, sin darles vela ni de comer, porque todos eran del lugar. Poco después se suma a los anteriores Fray Juan Especiello, que en 1717 y 1723/24 ejerce de Hermitaño. Los cuatro párrocos de este período son: mossen Orencio Bergua (16941709), el Licenciado Don Juan José Bergossa (1709-1714), mossen Juan Grasa (1714-1724) y el Doctor Don Antonio de Hena (1725-1739). Hay capellanes de Santa Orosia, de la Virgen del Pilar, de San Lorenzo y de la Virgen del Rosario. Son numerosos también los clérigos originarios de Yebra que prestan su ministerio en otros lugares. Mencionamos tan solo los nacidos en casa Eusebio: Josef Escuer, vicario de Fablo (1707) y Retor de Allué (1717), Pasqual Escuer, Retor de Xillué (1712), Juan Escuer, Retor de Guassa y Domingo Escuer, vicario de Abenilla (1722). 9. Cargos públicos - Concejo General de la Villa de Yebra - Derecho de vecindad os cargos públicos más repetidos son: Teniente de Bassa y Sarrablo (con funciones militares), Justicia del Valle de Basa (administrador de justicia en Ballibasa), Infanzón, Justicia de Yebra, Notario Real, Regidor (mayor y menor)/Alcalde, Jurados, Primiciero (responsable junto al párroco de los bienes de la Primicia), Meseguero (guarda), bedalero (alguacil). Como órgano colegiado principal a la hora de tomar decisiones importantes está el Concejo General de la Villa de Yebra. Es el que, por ejemplo, constituido por 23 vecinos, otorga 'derecho de vecindad' a Josef de Campo, mercader y fabricante de lanas, previo pago de 60 libras jaquesas y cerciorados de su cristiandad y loables costumbres... Este derecho, adquirido mediante escritura pública, y fundado en escrituras antiguas, y práctica inmemorial... de admitir vecinos a los merecedores, por lo que importa a las Regalías del Rey su aumento de vasallos..., faculta al nuevo vecino a: aguar y leñar en los montes comunes de dicho lugar, a tener tres cabalgaduras como las de los demás vecinos... a que pueda tener los lechones y gallinas que hubiere menester sin pagar cosa alguna de erbaje. Con condición de que hubiese de asistir a los jornales de Caminos, Pozo, Molino y Yglesia. Teniendo en cuenta que en el pueblo residían unas 40 familias, parece que no todas ellas participaban en dicho estamento. Este mismo Consexo General, integrado por los dos Regidores y 14 vecinos decidirá en 1717 la venta del Batán de Yebra, hasta entonces propiedad del pueblo, a cuatro de sus vecinos por precio de 200 sueldos jaqueses. 10. La Guerra de Sucesión (1707-1714) y su repercusión en Yebra odos los historiadores coinciden en que el reino de Aragón se vio obligado, a partir de 1707 y hasta 1714, a pagar un fuerte tributo de carácter militar que terminó esquilmando al Reino. Tal afirmación se hizo tristemente realidad también en nuestro pueblo. Sin entrar en detalles de lo que en dicha guerra estaba en juego, lo que sí es un hecho, generalmente no citado en los libros de Historia, es que las tropas de su Magestad establecieron en Yebra El Cuartel General de Ybierno de este presente año de 1714. La presencia del ejército regular en un pueblo exigía que sus vecinos tuvieran que correr con los gastos de su alojamiento y manutención, debiendo pagar tributos en especie (mayormente, cereal). A ello se añadían los desórdenes y saqueos que tal situación provocaba. Veámos algunos testimonios que reflejan el ambiente bélico en que vivió el pueblo: - El 6 y 7 de Enero de 1707 murieron Úrbez Gil, Jusepe Jordán, Lucas Pérez y Miguel Espierre en el choque Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 59 - - - - - - - (bélico) del Puente de Sabiñánigo ... la confusión y congoxa de este lamentable suceso... Jusepe de Campo y toda su familia están en Xillue y uno en campaña. Son 6 María Orosia de Fanlo, hija de Miguel y Orosia Oncins, que por ocasión de las guerras nació en Fablo en el mes de Marzo de 1707. El 13 de Enero de 1708: El lugar debe 1 cahiz y 12 cuartales de cebada a la Primicia que tomó para los soldados. El 27 de Abril de 1708 murió el Soldado San Germán. El 8 de Junio de 1711 murió un soldado en Yebra de un carabinazo. 1713: Se ha de advertir que han hurtado de la Torre de la Yglesia de los granos de la Primicia: mestura 4 cuartales; cebada 1 cahiz, 3 cuartales, 2 almudes. En 28 de Febrero y 15 de Marzo de 1714 la Primicia ha vendido al Lugar para pagar la Contribución: trigo 4 cahices 12 cuartales a 60 sueldos: 27 libras. 11. El pueblo obligado a pedir un préstamo, empeñando todos sus bienes y personas os vecinos de Yebra, incapaces de sufragar los gastos originados por la presencia en el pueblo del Cuartel General de Ybierno de las tropas de su Magestad, se reunen el 18 de enero de 1714, en presencia del Notario Josef Sauseras y deciden solicitar un préstamo de 4.400 sueldos jaqueses, avalado por todas sus propiedades y sus propias personas. (Recordemos que el jornal diario de un artesano era de 6/7 sueldos). En el Concejo General, convocado por el vedalero Domingo de Allué, nos hallamos presentes los siguientes: Primeramente Juan Francisco de Fanlo y Francisco Carrera, Regidores, Agustín Pérez, Agustín de Campo, Juan de Allué, Juan de Lacasa, Bartholomé Escuer, Phelipe Grassa, Martín Sanromán, Pedro Escuer, Juan de Saras, Juan Jordán, Pedro Miguel Jordán, Pascual Fenestra, Domingo Lapuente, médico, Lorenzo Arnalda, Thomás Morel, Jusepe Jordán, Marco Supervía, Juan de Lorau, Juan Pérez, Mathias Jordán, Pedro Cañardo, Silvestre Laguardad y Pascual Valeta... Attendientes tener y que tenemos una urgente y precisa necesidad para pagar a las tropas de su Magestad El Cuartel General de Ybierno de este presente año de 1714 y no haber hallado otro medio que el otorgamiento del presente Censal (préstamo)... Conceden el préstamo los pueblos de Latas y Javierre, actuando de mediador su Párroco, Moss. Juan Francisco Grasa, originario de Yebra. Deberá ser devuelto a razón de 220 sueldos anuales. Los presentes, en nombre suyo y de todos los vecinos del pueblo, obligamos nuestras personas y todos nuestros bienes..., el dicho lugar de Yebra con todas sus Cassas, Campos, Guertos, Yerbas, Ganados, gruesos y menudos, Montes, Leñas, Aguas, Pastos... Y aun más: hipotecamos para la paga de dicha anua pensión de 220 sueldos El Molino Arinero que nosotros tenemos y poseemos... Y queremos se proceda a la detención de nuestras personas, y presos nos lleven a la carzel, en donde estemos detenidos hasta que cumplamos lo contenido de parte de arriba... Hay datos suficientes que muestran lo difícil que le resultó al pueblo cancelar esta deuda. Durante años la Primicia registra el pago anual del Censal de Latas y Javierre. Pero esto suponía contraer nuevas deudas con la Primicia. Deudas que, por fin, fueron saldadas en 1725 de la forma siguiente: Las deudas que tiene contraídas el lugar de Yebra con la Primicia quedan saldadas con 40 jornales y 30 cargas de leña para la fábrica de las campanas y con dos hornos de cal de 700 cahíces para cubrir las bóvedas de la iglesia del Puerto, hacer la Sala de la Cueva y la lonja de la Puerta (sur) del Cementerio de la iglesia parroquial y con los muchos jornales que serán menester para la maniobra de dichas fábricas. Y así quedan descargadas dichas entiquísimas deudas. Otra consecuencia fue perder la propiedad del Molino harinero que dejó de pertenecer al pueblo por estar hipotecado. Reconocimiento final uedarían por tratar otros aspectos importantes de nuestra Historia en esa época, como el continuo incremento del culto a Santa Orosia, el funcionamiento de la Primicia, y otras noticias curiosas, pero ello desbordaría los límites de este artículo. Para concluir, queremos dedicar un modesto homenaje de gratitud a quienes con sus donativos, su entusiasmo y el arduo trabajo de sus manos nos están ofreciendo un ejemplo admirable de generosidad, colaborando en las labores de la tan necesaria restauración de nuestro templo parroquial. Estimulados por su entrega y amor hacia la herencia recibida, enumeramos algunos de los objetos y elementos de nuestra iglesia que también tienen su origen hace 300 años. Recordemos que las obras del templo que hoy contemplamos se habían concluido poco antes, y se vivía en pleno proceso de decoración y adquisición de nuevo mobiliario. Entre 1700 y 1725 se adquiere: El atril del Coro y sus cadieras, la veleta de la torre, los dos Confesionarios, una Cruz grande de madera, el triple asiento del Presbiterio, un terno de damasco, un 'templador' pone a punto el Órgano, se hace y dora un marco para el Altar Mayor y otro para el de Sta. Orosia, fundición de dos nuevas campanas, se traen de Zaragoza las claraboyas para las ventanas, se abren nuevas sepulturas dentro de la iglesia... Y de esta época data (año 1711) la fundación de la Cofradía de la Purificación, conservada hasta nuestros días, que toma parte activa en el Lavatorio de Pies durante la liturgia de Jueves Santo. 1ª página del Libro de los Estatutos de la Cofradía de la Purificación fundada el año 1711 O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 60 Noticia de una tabla de Santa Orosia en la Catedral de Tarragona Mariano Pujalá Torralba Claustro de la Catedral de Tarragona Figura 1. Atribuido a Francesc Olives. Santa Eurosia (Catedral de Tarragona) ntre las más hermosas representaciones de Santa Orosia se encuentra una tabla custodiada en el Museo Diocesano de la Catedral de Tarragona, atribuida a Francesc Olives y que da testimonio de un tiempo en el que su culto se extendía también por algunas zonas de Cataluña (figura 1). En el caso de Tarragona, como en el de tantos sitios alrededor del mundo, fue un montañés quien llevó consigo la devoción por su patrona: Juan Ximénez de Aragüés. Este doctor en Derecho, natural de Jaca, fue nombrado Canónigo Prior el año 1525, poco después de la edición del Breviario Tarraconense (1523), que contiene el oficio de Santa Orosia con algunas variantes sobre el Jaqués. Probablemente con intención de dedicar un altar encargó el cuadro que nos ocupa, en el que aparece arrodillado junto a la santa en actitud de oración (figura 2). La voluntad de dar el adecuado realce a su fundación la confirma el hecho de que tras su muerte en 1535 sus albaceas testamentarios solicitaron una reliquia a la catedral de Jaca, solicitud que fue denegada.1 Con todo, la festividad de Santa Orosia quedó fijada por aquellos años, como se recoge en el Directorium Festorum de la catedral, calendario de las fiestas allí solemnizadas. La referencia a la Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n c u l t u r a l 61 santa de la montaña (Festum sancte eurosie virginis et martiris in quo datur distributio singulis horis ultra quotidianam et fit processio ad capellam sancti Augustini in utrisque vesperis ex institutione domini Ioannis ximenez canonici et prioris huius ecclesie) se añadió con posterioridad a la redacción original de Juan Mingarro, en 1506.2 Según Angulo,3 el artista que recibió el encargo de Ximénez de Aragüés pudo ser Francesc Olives, pintor nacido en Reus en el año 1502 y activo todavía en 1577. Olives fue el pintor más importante de Tarragona a principios del siglo XVI y determinante en la asimilación de los nuevos lenguajes pictóricos del Renacimiento italiano. La obra, uno de los primeros encargos del pintor, es también interesante por ser una de las más antiguas que se conserva. Habría que datarla en torno al nombramiento del comitente como prior, es decir, 1525. obra,5 todavía no se había producido la “plasmación visual de la tesis bohemia”, a pesar de que en los Breviarios Jaqués (1499-1504) y Oscense (1505) se la declara “bohema de nación, hija de ínclito rey”. También en tierras tarraconenses tenemos noticia de otra representación de nuestra patrona, desgraciadamente no conservada. El retablo de la Visitación de la Madre de Dios, en la catedral de Tortosa, encargado a los pintores Godofredo d´Esteminola y Joan Desi en 1559, contenía en su parte central una tabla de Santa Orosia, a la derecha de la obra principal de la Visitación. Por las similitudes iconográficas es interesante compararla con la tabla gótica de la iglesia de San Nicolás de Bari, en Puendeluna, la representación de Santa Orosia más antigua conocida, fechable entre mediados y finales del siglo XV (figura 3). Ambas tablas se ajustan a la iconografía inicial en que la Santa todavía no se representaba con los atributos de la realeza, ni aparece el verdugo con la cimitarra en el momento del martirio. Tampoco se hace referencia a ningún milagro en particular. En una postura hierática, Santa Orosia porta la palma del martirio en una mano, y en la otra un cuchillo en referencia al instrumento de su muerte (figura 4). En el caso de Puendeluna, reposa la mano izquierda sobre un libro, elemento que no aparece en el cuadro de Olives. En cambio, en éste aparece el donante y en segundo plano una ciudad idealizada (seguramente Jaca) y un paisaje lejano, recursos pictóricos arcaizantes en contraposición al acercamiento a las nuevas corrientes renacentistas que revela el tratamiento de los rostros.4 Más allá de lo puramente formal, en cuanto a la iconografía, como señala Alberto Gómez García en su reciente 1. MATA DE LA CRUZ, Sofía: La pintura del cinc-cents a la Diòcesi de Tarragona (1495-1620), Diputació de Tarragona, Tarragona, 2005 2. RAMÓN VINYES, Salvador: El Directorium Festorum de la Catedral de Tarragona, en Quaderns d´Historia Tarraconense, 1977, págs. 113-128 3. ANGULO, Diego: Pintura del siglo XVI (Ars Hispaniae XII), Plus Ultra, Madrid, 1954 4. MATA DE LA CRUZ, Sofía: op. cit. 5. GÓMEZ GARCÍA, Alberto: Santa Orosia, reliquias y mantos, Real Cofradía de Santa Orosia, Jaca, 2012 6. MUÑOZ I SEBASTIÀ, Joan-Hilari: Godofred d´Esteminola, un pintor flamenco a la Tortosa del Renaixement, en Recerca, nº 8, 2005 Figura 2 (izquierda). Juan Ximénez de Aragüés Figura 3 (derecha) Santa Orosia. Retablo gótico de Puendeluna Figura 4 Santa Eurosia. Detalle O Zoque a s o c i a c i ó n Junio 2013 • número 13 c u l t u r a l 62 Noticias de O Zoque Nueva bandera del cuerpo de bomberos de Zaragoza El cuerpo de bomberos de Zaragoza, con motivo de la celebración de su 150 Aniversario: 1863-2013, y aprovechando los lazos que nos unen al contar con miembros del cuerpo de bomberos como socios de la asociación, nos solicitaron apoyo para confeccionar una bandera en conmemoración de este aniversario. Ni que decir tiene que gustosamente se colaboró con ellos y pudimos ver la bandera en el desfile de celebración del Patrón de Bomberos en Zaragoza. Esta bandera, se guardará en el museo del fuego de Zaragoza. Firma del convenio para El Camino del Pastor A lo largo de este mes de junio se hará efectiva la firma del convenio de colaboración entre la Asociación O Zoque, la Real Cofradía de Santa Orosia de Jaca y los Ayuntamientos de Jaca, Sabiñánigo y Yebra de basa, así como las Comarcas del Alto Gállego y de la Jacetania por la que estas instituciones se comprometen a colaborar económicamente en la redacción de un proyecto que recoja las obras necesarias para recuperar el Camino del Pastor desde Jaca hasta Yebra de Basa pasando por El Puente de Sabiñánigo y a iniciar las actuaciones de señalización del mismo. Este año, miembros de la asociación y de la Real Cofradía realizaron los primeros trabajos de limpieza en varios tramos del camino. Restauración de muebles de la iglesia de Yebra y de la ermita de la Cuz Durante todo el invierno varios vecinos de Yebra han estado haciendo un curso de restauración a través de la Comarca Alto Gállego y la empresa JOBEL para restaurar los bancos y diversos muebles de la iglesia de Yebra de Basa. También se ha restaurado la ermita de la Cruz, que ahora, después de repicar todas las paredes, colocar una cubierta de loza y pintarla por dentro, presenta un aspecto completamente nuevo. Desde la Asociación, nos gustaría agradecer a todos los vecinos que han pasado muchas de sus tardes lijando, fregando, barnizando… GRACIAS A TODOS. Junio 2013 • número 13 O Zoque a s o c i a c i ó n 63 I Encuentro Amigos de Sobrepuerto El pasado día 4 de mayo se organizó el I encuentro de Amigos de Sobrepuerto en el Puerto de Santa Orosia. Las actividades realizadas consistieron en una caminata por la mañana amenizada por las anécdotas de José María Satué, una comida de alforja en la tasca del puerto y, por la tarde, tras regresar a Yebra de Basa, Satué impartió una charla sobre el patrimonio pasado y actual que todavía podemos disfrutar en Sobrepuerto. Paisaje protegido de Santa Orosia y Sobrepuerto El pasado mes de abril, las Cortes de Aragón volvieron a solicitar al Gobierno de Aragón la Declaración del Paisaje Protegido de Santa Orosia y Sobrepuerto y que se haga efectivo este presente año 2013. Una gran noticia si realmente se realiza la declaración. Este acontecimiento ha pasado de ocupar la editorial y artículos relevantes de esta revista, a ser citado en las noticias breves. Y no es porque nos parezca ahora menos importante que en años anteriores, simplemente es que no tenemos toda la certeza de que haya voluntad política de sacar el proyecto adelante y ya estamos escarmentados de que se quieran aprovechar políticamente del trabajo de todos sin hacer nada a cambio por el territorio. Ojalá nos equivoquemos pero si se confirmase nuestra percepción, tened la seguridad de que esta Asociación, seguirá trabajando para que el Paisaje Protegido de Santa Orosia y Sobrepuerto sea una realidad cuanto antes. Reseñas bibliográficas Alberto Gómez García Santa Orosia, reliquias y mantos. Ed. Real Cofradía de Santa Orosia de Jaca 2012 Ricardo Mur Saura Nuebo Testamén n`aragonés. Ed. Sociedad Bíblica. 2013 Óscar Latas Alegre Chuegos florals. Repuis d’asperanza y malinconía. Gobierno de Aragón. 2012 Javier Arruga Oleaga Primavera en la Guarguera. Ed. Mira editores Col. Sueños de tinta, 28 2012 c u l t u r a l