IMágEnEs dE VAllAdolId-MoRElIA A pARTIR dE fUEnTEs lITERARIAs IlIA AlVARAdo sIzzo Resumen Esta revisión forma parte de un estudio más amplio sobre la imagen de la ciudad de Morelia, en el cual uno de los puntos de interés es el análisis de las percepciones sobre la ciudad que han plasmado distintos autores a lo largo de diversas épocas. En este caso, las fuentes literarias, como relatos de viajeros, cartas personales y algunas referencias de escritores y novelistas sobre la ciudad, nos aportan valiosa información sobre el pasado, el paisaje, el ambiente y la población en diferentes momentos de la historia. Abstract This review forms a part of a more wide study on the image of Morelia's city, in which one of the points of interest is the analysis of the perceptions on the city that different authors have formed throughout diverse epochs. In this case, the literary sources, as travelers' statements, personal letters and some references of writers and novelists on the city, us contribute valuable information about the past, the landscape, the environment and the population in different moments of the history. E sta revisión forma parte de un estudio más amplio sobre la imagen de la ciudad de Morelia, en el cual uno de los puntos de interés es el análisis de las percepciones sobre la ciudad que han plasmado distintos autores a lo largo de diversas épocas. En este caso, las fuentes literarias, como relatos de viajeros, cartas personales y algunas referencias de escritores y novelistas sobre la ciudad, nos aportan valiosa información sobre el pasado, el paisaje, el ambiente y la población en diferentes momentos de la historia. Una de las ventajas que nos aporta hacer un estudio de fuentes literarias en el estudio de la historia y la geografía urbana de Morelia, es que nos permitirá contar con una “base de datos” a partir de la cual podamos hacer comparaciones con algunos aspectos del estudio sobre la imagen actual —obtenida a través de la aplicación de encuestas a los residentes—. Con el análisis diacrónico tendremos la posibilidad de determinar las pervivencias de valoraciones y opiniones sobre el carácter de la ciudad e incluso sobre el espacio urbano concreto, ejemplificados en edificios, monumentos, plazas o barrios que se han configurado a lo largo del tiempo como símbolos de Morelia. 11 En nuestro análisis hemos empleado un corpus de 32 textos, en los que los autores hacen referencia directa a la ciudad de Morelia. El más antiguo de estos comentarios fue escrito en 1629, algunos otros datan de los siglos xVIII y xIx, pero la mayoría fueron escritos en el siglo xx. Entre los autores encontramos desde misioneros españoles como los frailes Antonio Vázquez de Espinoza e Isidoro de la Asunción, hasta célebres escritores nacionales, por ejemplo: Juan José Tablada (1928) y Manuel gutiérrez nájera (1992) y extranjeros como Emil ludwig (1990), Julían Marías (1986) y simone de Beauvoir (1988); pasando por personajes relacionados con la vida política del país como Maximiliano de Habsburgo (1990) y José Vasconcelos (1939); o pintores como el dr. Atl Murillo (1991) y diego Rivera (1987); historiadores como daniel Cosío (1922) y fco. xavier Clavijero (1944) o viajeros famosos como la Marquesa Calderón de la Barca (1997), fanny Chambers gooch(1993) y el inglés Robert W.H. Wardy (1997). Reconocidos geógrafos como Eugène de Cotambert (2010) y Jules leclercq (2010) y los periodistas león Bataille (2010) y Alberto de Cardona (2010) también han dejado sus opiniones sobre Morelia. El abanico de impresiones aportado por las descripciones de estos personajes nos permite acercarnos a lo que Boira Maiques (1992:55) describe como “un testimonio vivo y de primera mano del mundo vivido, del espacio recreado y sometido al filtro de los condicionantes del ser humano y de sus circunstancias”. Algunos de los autores visitaron Morelia sólo por unos días, y algunos otros, por diferentes circunstancias, fueron residentes temporales. En todo caso, para obtener impresiones externas sobre la imagen de la ciudad, hemos seleccionado textos de autores que no fuesen originarios de Morelia. la compilación de este corpus no hubiese sido posible sin las pistas aportadas por el libro Morelia: Hornacina de Recuerdos, de Rogelio Morales garcía (1990), el cual reúne una colección de artículos, fotografías, pinturas y textos históricos sobre Morelia. El trabajo de José n. Iturriaga (2010), Viajeros Extranjeros en Michoacán, también una valiosa fuente de información para este estudio. A fin de facilitar la revisión de los textos, organizaremos los comentarios bajo los siguientes ejes temáticos: 1.-Descripciones sobre el conjunto urbano, aspecto morfológico y carácter de la ciudad. 2.-Los elementos espaciales (calles, edificios, plazas, barrios, monumentos) que los autores mencionan directamente. 3.-Impresiones sobre el carácter de los habitantes de la ciudad. Una vez analizados estos tres aspectos podremos llegar a conclusiones generales sobre la imagen de Morelia a lo largo de la historia, además en el desarrollo de estos conceptos podremos disfrutar de la riqueza literaria y descriptiva de los textos citados. Antes de entrar en el análisis de los textos, es pertinente hacer una presentación de la ciudad de Morelia para contextualizar el objeto de estudio. la capital michoacana es famosa, entre otras cosas, porque su Centro Histórico se encuentra inscrito desde 1991 en la prestigiosa lista del patrimonio Mundial de la UnEsCo, en el rubro de bienes culturales. sobre su historia –y ya que 12 se trata de una revisión de fuentes literarias- el viajero estadounidense Thomas Terry nos ha dejado una rápida semblanza del devenir de la ciudad en los siglos xVI al xIx: ...fue fundada el 18 de mayo de 1541 por el virrey don Antonio de Mendoza y bautizada Valladolid en honor a la ciudad española homónima, la morisca Belad Wali o “tierra del gobernador”. para diferenciarla de otras Valladolides en la nueva España, se le llamó Valladolid de Michoacán. los indígenas que ahí vivían conocían el lugar en el cual se fundó la ciudad como el valle de guayangareo. la ciudad es célebre en la historia mexicana por haber sido la cuna del patriota revolucionario José María Morelos y pavón, en cuya memoria un decreto legislativo del 12 de septiembre de 1828 estableció el nombre actual (Terry, 2010: 147-148). de lo sucedido antes de la fecha de fundación de la ciudad se conoce poco: en 1531 los franciscanos fray Juan de san Miguel y fray Antonio de lisboa organizaron un poblado en el valle de guayangareo,1 desde donde llevaron a cabo su labor evangelizadora y de aculturación entre los indígenas que se encontraban dispersos por la región. Acerca de esa aldea inicial,2 sabemos que se trazó a partir de una calle principal orientada de este a oeste (Ramírez Romero, 1985: 9). por sus condiciones geográficas, el sitio elegido por los franciscanos reunía las características idóneas para ser la sede —que por entonces estaba en pátzcuaro— de los poderes eclesiásticos y civiles de la provincia de Michoacán. las capitales novohispanas como señala gonzález galván, son: las ciudades de gobierno en las que el comercio y la industria encuentran propicio desarrollo y la agricultura, permanente consumo e incremento al abastecerlas. son ciudades óptimas en las que su emplazamiento fue escogido premeditadamente por sus ciudadanos...ciudades que señorean amplios valles...se levantan sobre suaves lomas, para preservarse de las inundaciones. se apoyan en una cuadrícula de traza rectilínea... (gonzález galván, 1968: 65). Ramírez Romero (1985: 19) señala que el alarife Juan ponce diseñó la ciudad en 1543, eligiendo la cresta más alta de loma elegida para fundar Valladolid y marcó allí un gran espacio abierto, en el que posteriormente se edificaría la catedral. A partir de ese punto comenzó a trazar la cuadrícula urbana, con la calle principal corriendo en dirección este-oeste y adaptada al declive natural de la suave colina sobre la que se trazó el tablero de ajedrez característico del urbanismo renacentista. Ese trazado, que mantiene hasta el día de hoy el Centro Histórico, es uno de los valores tomados en cuenta para que Morelia fuese declarada patrimonio Cultural de la Humanidad por la UnEsCo. 1 El asentamiento fundado por los franciscanos se encontraba en el límite sur del actual Centro Histórico de la ciudad, cerca de donde ahora se ubica el templo de Capuchinas, (Cf. Ramírez Romero, 1985:9). 2 según la información con que se cuenta hasta ahora, el sitio preciso elegido por los franciscanos para establecer la aldea no contaba con asentamientos urbanos previos. En los alrededores del valle de guayangareo se han localizado vestigios arqueológicos en los que la existencia de elementos como el talud, el tablero y el patio indican una relación con la cultura Teotihuacana. 13 Valladolid no se convirtió en la capital de Michoacán hasta 36 años después de su fundación, situación provocada por la oposición del primer obispo de Michoacán, don Vasco de Quiroga, quien defendía que la capital se mantuviese en pátzcuaro por ser la heredera de la tradición de ciudad prehispánica. Así, que entre 1577 y 1580, prácticamente se lleva a cabo una refundación de la ciudad (paredes Martínez, 2001: 17-18). El tejido urbano que nació en la plaza mayor, se extendió hacia los cuatro puntos cardinales definiéndose perfectamente la retícula rectangular adaptada a la topografía del terreno. En el siglo xVII, la urbe se fue desarrollando en torno a los diversos conjuntos religiosos, tanto los ya existentes como los que se encontraban en ciernes. Con la construcción de la actual catedral se define el centro urbano a partir de un gran espacio abierto en medio del cual se sitúa ésta, construida entre 1660 y 1744 (Azevedo salomao, 2001: 46). Entre los siglos xVII y xVIII, se construyen la mayor parte de los edificios representativos del Centro Histórico de Morelia. san francisco y san Agustín son los primeros conjuntos de la naciente ciudad, en estilos plateresco y renacentista respectivamente, ambos de finales del siglo xVII. la forma manierista no pasó de largo por Valladolid y dejó algunos ejemplos en los templos de la Merced y el Carmen, construidos a lo largo del siglo xVII y los primeros años del xVIII. El manierismo marca la transición hacia el nuevo siglo y también hacia el que sería el estilo predominante en el casco histórico de Morelia, así, “Cuando el siglo xViii el barroco vigorosamente se impuso en todas partes, Morelia le abrió sus puertas pero sin olvidar el equilibrio formal y la discreción renacentista que antecedía...” (gonzález galván, 1967: 37). la portada del santuario de guadalupe, construido entre 1708 y 1716, “de sobrios rasgos, con un marcado sentido de verticalidad y un juego de luces y sombras derivado del relieve y proyección de sus elementos, quiebres de cornisas y ornamentos de fino detalle...” (silva Mandujano, 2001: 48) es la obra que introduce el estilo barroco en Valladolid. A lo largo de las décadas siguientes surgen nuevos ejemplos que consolidan la estética barroca de la ciudad, como los conjuntos conventuales de las monjas capuchinas y de la orden dominica de santa Catalina de sena, hasta llegar al edificio que marcó la pauta arquitectónica a seguir: la catedral, obra cumbre del barroco moreliano. El protagonismo del edificio en el panorama urbano y social de la ciudad, hecho que veremos a lo largo de nuestro estudio; se debe en gran parte por al carácter de su arquitectura, como explica silva Mandujano: (2001:50) En 1744 estaba totalmente terminado, incluidas las portadas y las torres en un estilo barroco muy uniforme...de planta basilical de tres naves...Torres y portadas tienen una unidad estilística admirable...Muestran un barroco sobrio, de reminiscencias manieristas, que utiliza la pilastra como único elemento básico y ornamentos geométricos como el tablero y la guardamalleta. Relieves y esculturas, labrados en cantera blanca, contrastan armoniosamente con la cantera rosa y viólacea empleada en el edificio. la catedral impacta visualmente, además de por su monumentalidad, sus torres en especial que se distinguen con personalidad propia entre las catedrales del continente” (silva Mandujano, 2001: 50). 14 En este punto vale la pena recordar las observaciones hechas por Bolívar Echeverría (2006:159) respecto a la corriente barroca, cuyas manifestaciones “...son obras cuyo efecto sobre el receptor debe imponerse a través de una conmoción inmediata y fugaz, a través de un shock psíquico...el carácter absoluto de lo ornamental, teatral...se vuelve manifiesto en esta perturbación inicial...”. En el caso de las ciudades novohispanas, el ethos de la arquitectura barroca responde también a la necesidad de sus habitantes indígenas de teatralizar su propia pérdida de identidad: ...son indios que representan el papel de no indios, de europeos...y que ya no están en la capacidad de ser indios en la manera en que lo fueron antes de la Conquista, porque esa manera fue anulada y no puede volver a tener vigencia histórica...para europeizar la antigua América, la civilización europea debió americanizarse, debió reconstruirse desde sus bases a la manera americana...el principio formal barroco fue re-descubierto y re-fundado en la sociedad indígena española de México a partir del siglo xVII...(Bolívar Echeverría, 2006: 164-165) Queda mucho por decir sobre la historia de Morelia, sus monumentos, su valor arquitectónico... pero es momento de ver la ciudad a través de los textos que nos han dejado algunos ilustres visitantes. 1. dEsCRIpCIonEs dE lA CIUdAd 1.1 lA IMAgEn ConJUnTA dE lA CIUdAd Entre las características que destacan los diferentes autores que han escrito sobre Morelia, prevalecen los aspectos positivos como la belleza y la tranquilidad. la belleza de Morelia es señalada por la mayoría de los autores como el rasgo definitorio de la ciudad. Ahora bien, ¿qué características hacen que los visitantes perciban a la ciudad como bella? En los textos más antiguos, la belleza se asocia al entorno natural de la urbe; el misionero carmelita Antonio Vázquez de Espinoza escribió alrededor de 1630: “Está fundadaValladolid en un valle fértil y ameno a la ribera de un río de maravilloso temple de primavera, de alegre cielo y sanos aires...” (Vázquez Espinoza, 2010: 47). En siglos posteriores, una vez concreIlustración 1: Vista frontal de la Catedral de Morelia (foto: www.venamorelia.com) tada la Independencia de México, la belleza 15 de Morelia se asocia al pasado colonial, de forma melancólica en algunos casos -como se transluce en el texto de Julián Marías (1986: 133): “Todo era actual pero venía de lejos. Era Morelia, pero había sido antes, durante doscientos ochenta y siete años, desde que en 1541 la fundó el virrey Antonio de Mendoza, Valladolid”- y romántica en otros -la Marquesa Calderón de la Barca señala: “Debe uno visitar estas ciudades apartadas y ver estos grandes establecimientos para darse perfecta cuenta de todo cuanto llevaron a cabo los españoles en sus colonias” (Erskine Inglis, 1997: 47)-, siempre evocando el período virreinal. En opinión de muchos de los autores el encanto de Morelia consiste en mantener casi intacta su apariencia de ciudad colonial. para ejemplificar esa percepción, citamos un fragmento de las cartas escritas por la Marquesa Calderón de la Barca, en las que describe el viaje que hizo a Morelia en el año de 1841. su primera impresión de la ciudad es la de “...entrar a una hermosa ciudad como Morelia, que parece levantada por arte de magia en medio del desierto y la que, sin embargo, ostenta todas las señales de su vetusta nobleza” (Erskine Inglis, 1997: 44). otras opiniones escritas en el siglo siguiente son muy similares a la expresada por la Marquesa, por ejemplo, la del poeta Juan José Tablada (1928: 147): “antañona belleza, por la atmósfera de leyenda que baña sus piedras coloniales, y hasta por su esquivo recogimiento hecho como de siglo claustral y de persistente romanticismo...”. En la misma línea, pero ya en la segunda mitad del siglo xx, Julián Marías dice sobre Morelia: ...los viejos edificios virreinales; las tapias que cierran sus huertos y jardines; todo ello me hacía sentirme en un mundo pasado pero que todavía duraba, que no se había extinguido, que tenía espesor temporal y poco humano (Marías, 1986: 133). El poeta Bernardo ortiz de Montellano también destaca el pasado virreinal de Morelia, a la cual percibe como “una ciudad castellana.Trazo, casas, palacios, jardines...todo acusa aquí la influencia de la España meridional” (ortiz de Montellano, 1990: 324). El poeta Manuel gutiérrez nájera (1992: 47), pondera “sus viejos templos de fábrica española...” Alrededor de 1940, el exiliado español José Moreno Villa (1976: 141) describió que Morelia “tiene rincones de ambiente romántico y una dulce melancolía dispersa que han sabido recoger escritores...” Juan B. Buitrón (1948: 45) también señala ese aire de antaño en la ciudad del siglo xx: “Con excepción de su calle principal, tiene todavía la ciudad el encanto de un poblado viejo e inmutable que ha resistido valerosamente las arremetidas de un cosmopolitismo devastador”. la descripción de simone de Beauvoir va en la mismo sentido: “...yo iba sola, alegremente a través de las calles y plazas de la vieja ciudad española...” (Beauvoir, 2010: 210). En el aspecto material, la estética y calidad de las edificaciones de Morelia son elementos recurrentes en las apreciaciones de la ciudad “bellos edificios públicos... hermosa plaza... buenas casas” (Erskine Inglis, 1997: 44) como lo describe la Marquesa Calderón de la Barca. Maximiliano de Habsburgo refiere los “ricos palacios construidos con sillería...” (Habsburgo, 1990: 57). Jules leclercq (2010:133), destaca: “La ciudad está bien construida...”, casi la misma opinión emite la geógrafa estadounidense Marie Robinson Wright (2010:119), quien visitó la ciudad en los primeros años del siglo xx y señala que “Las casas están construidas muy sólidamente...”. la luz y los colores de Morelia, son otros de los elementos que contribuyen a la percepción de belleza de la ciudad. En algunos casos se destacan los colores de la piedra empleada en las 16 construcciones, de la que se pone de relieve los colores característicos, el dorado y el rosa. El escritor Alfredo Malleifert relata: ...la cantería a través de las cortinas de la lluvia y la cantería caliente, dorada bajo el sol... Todas las fachadas de las casas, ya sea que tengan sus piedras pulidas, descubiertas o con revoque de cal verde, rosa, azul, amarillento, están también hechos de cantera... (Maillefert Vidales, 1937: 112). otros autores como José Alvarado -“Esa luz que se ciñe a la cantera rosada” (1976: 139)- y el pintor diego Rivera -“columnas de cantera rosa” (1990:187)- igualmente hacen alusión al color rosa de las construcciones. domingo Rex (2010: 234) habla del encanto virreinal de Morelia: “con sus hermosos palacios y templos construidos en cantera rosada... es una estampa de tonalidad rosada”. Estas caracterizaciones refuerzan la imagen de Morelia, que se ha denominado muchas veces como “la ciudad de la cantera rosa”. Cabe señalar que esta impresión corresponde en todos los casos a descripciones hechas en la segunda mitad del siglo xx, por lo tanto es una apreciación relativamente reciente. En el siglo xIx, la Marquesa Calderón de la Barca ensalza el cielo de Morelia, destacando la gama de tonalidades que se pueden apreciar en el ocaso: lila, dorado, rojo, rosa, violeta, plata, gris, según la autora. Además, es de notar que en su relato la Marquesa señala referencias previas a esta peculiaridad de Morelia, sobre la que dice que “es muy alabada por la pureza de su atmósfera y la excesiva belleza de su cielo” (Erskine Inglis, 1997: 44).Ya desde principios del siglo xVII, las crónicas de la ciudad hacían alusión a su “alegre cielo y sanos aires” (Vázquez Espinoza, 1994: 147). Maillefert (1937: 115), también habla del cielo “azul... de un intenso azul en los meses del invierno y de un nublado especial, gris, amoratado, amarillento, desde junio hasta septiembre”. En una guía turística publicada en 1909, el autor estadounidense Thomas p. Terry (2010: 148) enmarca a la ciudad “...bajo el arco de su hermoso cielo azul...”. Ilustración 2: Vista del atardecer desde la Av. Madero, al fondo a la izquierda, las torres de la catedral. (foto: Ilia Alvarado) 17 A propósito de la riqueza visual de la ciudad, son muy interesantes las impresiones de los pintores gerardo Murillo —conocido como dr. Atl— y diego Rivera, sobre la riqueza visual de la ciudad a la que definen como un lugar inspirador. para Murillo (1990: 87) es una “ciudad para poetas y filósofos”; mientras que para diego Rivera (1990: 187), Morelia “es para todo tipo de artista, un receptáculo permanente de inspiración para imprimirla en óleos, frescos, acuarelas o simplemente, dibujarla a lápiz”. Al mencionar la “pureza del cielo” moreliano, algunos autores aluden además al clima agradable del lugar, que aunque no es atributo visual, si contribuye a la sensación de bienestar y enriquece la imagen positiva de la ciudad. Vázquez de Espinoza (2010:47) se refiere al “maravilloso temple de primavera...y sanos aires...”; leclercq (2010: 132) se muestra fascinado por la benevolencia del clima “... ¡que temperatura ideal! En México3 no me atrevía a salir en la tarde sin envolverme en un abrigo ligero, aquí, al final del otoño, uno se pasea a las diez de la noche en ropa de verano”. Terry (2010:148) nos cuenta sobre “...el delicioso clima que goza...” y añade “... el clima es seco, sin grandes cambios y totalmente delicioso”. según Bataille (2010:161) “...el clima es agradable, aunque un poco caliente”. pureza de cielo, de aire y un clima ideal, son características ambientales que los autores perciben en Morelia, y por lo tanto, relacionan la ciudad con salud y bienestar. En este punto, es imperdible la anotación hecha por Thomas Terry al respecto: “la ciudad es excepcionalmente saludable pues en 1908 uno de sus habitantes murió a la avanzada edad de 115 años. Vivía en la calle de las Carreras, que curiosamente es considerada aún como la calle más sana del lugar. Muchas personas que viven ahí tienen entre 80 y 90 años. durante las epidemias de cólera en 1833 y 1850 la gente se congregaba en esta calle, creyendo que allí estaría a salvo de cualquier contagio” (Terry, 2010: 148). las referencias a la limpieza de Morelia son también recurrentes en los textos que hemos revisado y contribuyen a enfatizar la percepción de belleza de la ciudad. Algunos autores señalan la limpieza de algún lugar en concreto, o de sus jardines, o simplemente la pureza del ambiente. El geógrafo francés Jules leclerq (2010: 133) señala que es una ciudad “muy limpia”. Bernardo ortiz de Montellano (1990:325) menciona las “iglesias limpiecitas...” de la ciudad. gerardo Murillo (dr. Atl) apunta a esta característica como la más notable de la ciudad “limpia... muy limpia es esta su Morelia” (Murillo, op. cit.: 87). Al igual que la belleza, la tranquilidad es uno de los atributos que más aparecen en las referencias de Morelia. En gran parte de los textos consultados, los autores perciben una gran calidad de vida en la ciudad, gracias al ambiente pacífico que se respira, como apunta Jules leclercq: pasé una docena de días en la capital de Michoacán, y de todas las ciudades de México, es de la que guardo el recuerdo más agradable. Reina tal aire de quietud y de bienestar que muestra que los habitantes, desde hace tiempo separados del mundo, se han ocupado poco hasta ahora de las grandes empresas... (leclercq, 2010:133). 3 El autor se refiere a la Ciudad de México 18 En una de sus cartas, el sociólogo argentino Aníbal ponce (1990: 85) cuenta a su hermana: “Sigo aquí en esta tranquilísima Morelia, trabajando bastante pero con gusto. Es una ciudad chiquita pero hermosa...” Emil ludwig (1990: 183) también destaca ese aspecto “...me pareció una ciudad tranquila”. José Alvarado (1976:140) describe, “En los Portales corre, como río tranquilo que se sabe capaz de ásperas violencias, la vida de Morelia, nadie camina inútilmente aprisa ¿Para qué?”. la vida religiosa de Morelia, es uno de los aspectos que se asocian con la tranquilidad del lugar. El poeta modernista Manuel gutiérrez nájera, se refiere en más de una ocasión al ambiente clerical de la ciudad; lo mismo que el también modernista José Juan Tablada, quien habla de una sensación de “recogimiento claustral” al recorrer las calles de Morelia. En sus Apuntes para servir a la historia del arzobispado de Morelia, el clérigo Juan B. Buitrón (1948: 44), describe una ciudad fundada como lugar de descanso “Y así ha sido Valladolid durante sus cuatro siglos de existencia: una ciudad de dulzura y de paz”; lo mismo sucede con la percepción de Bernardo ortiz Montellano (1990: 325), quien hace hincapié en sus “Calles empedradas, tranquilas, románticas”. El escritor italiano, pino Cacucci (2010: 244) nos dice: “La capital Morelia, es una ciudad colonial de atmósfera apacible y serena; de tranquilo bienestar que induce a disminuir cualquier ritmo”. la percepción de un ambiente estudiantil en Morelia está muy relacionada con la sensación de tranquilidad que se respira en la ciudad. Estrechamente ligada a esa particularidad, surge una de las caracterizaciones más persistentes de la antigua Valladolid: el ser una ciudad con una vida académica e intelectual muy intensa, en la que vivieron y estudiaron algunos destacados personajes de la vida nacional, por ejemplo, Miguel Hidalgo y José María Morelos. Esta asociación remite entonces a una cadena de causa-consecuencia, es decir: Morelia es idónea para el estudio, lo cual propicia que en ella florezca una gran vida académica y que entre sus intelectuales hayan surgido algunos de los nombres más significativos en el devenir histórico del país, y todo lo anterior condiciona a que sea percibida como un lugar tranquilo. lo anterior es lo que se puede inferir de las impresiones generales sobre la ciudad de los autores que revisamos, los cuales destacan las instituciones educativas como el Colegio de san nicolás y el seminario Tridentino, e igualmente ponen de relieve los nombres de personajes que pasaron por sus aulas, ya fuese en calidad de alumnos o de profesores. sobre ese tema, José gonzález señala: Hay un rincón de México, que bien podría llamársele el santuario de la patria.Y en ese girón de la patria hay mil lugares que deberíamos consagrar como los altares de ese santuario, porque en sus aras oficiaron los patricios y porque de esos santos lugares en medio de la ofrenda, brotaron las primeras luces que, convertidas en astros, nos afirmaron la vida de país independiente” (gonzález M, 1990: 85). Juan B. Buitrón comparte la misma opinión sobre el ambiente estudiantil de Morelia y su vocación de “incubadora de intelectuales”: 19 de ambiente sosegado se presta de maravilla para la meditación y el estudio, y no parece que fuera predestinada desde su fundación para ser ciudad de estudiantes... en sus grandes colegios la resignada tristeza de sus glorias idas... los ojos de la imaginación miran en el de la Compañía las sombras venerables de los Clavijeros y Ramírez...; y en los espaciosos corredores del pontificio seminario del señor san pedro Apostol... a los labastidas, y a los Mungías, y a los Arcigas y a tantos otros que de allí salieron...; y en el Colegio de san nicolás obispo, fundado por don Vasco de Quiroga, del que salieron también en otros tiempos tantos preclaros varones... (Buitrón, 1948: 20). En este tema coinciden nuevamente en sus percepciones los dos poetas modernistas que han escrito sobre Morelia, ya que ambos hacen referencia a personajes célebres. José Juan Tablada escribió: ...el venerable Colegio de san nicolás, el acueducto, viéronme peregrino absorto, ante sus torres, muros y sillares, mientras a la sombra de ellos imaginaba yo vislumbrar a don Vasco de Quiroga, a fray Margil de Jesús, al cura Morelos, a ocampo... (Romero flores,1928: 10) por su parte, Manuel gutiérrez nájera apunta: En todo el espacio que separa a Morelia de santa María4 falta la inmensa sombra, la sombra luminosa, porque el héroe hasta a su sombra comunica luz, del gran Morelos. En la ciudad está ocampo, aquí planea Morelos... (gutiérrez nájera,1992:147). El pintor gerardo Murillo habla también sobre el ambiente intelectual de Morelia: Aquí sólo el más bruto no estudia y sólo el más asno no aprende, porque todo está dado para el estudio y la reflexión. ¡Con razón aquí se dieron esos egregios varones que llenan de luz, de fuerza y de bellas lecciones las páginas de la historia de México (Murillo, 1990: 87). Anibal ponce basa sus expectativas sobre la ciudad justamente en esa facilidad para el estudio señalada por los otros autores: “...en la universidad de Morelia y hacía allá me voy. Morelia es una ciudad universitaria como Córdoba, con su ambiente liberal que me seduce. Creo que allá podre estudiar, enseñar y escribir mucho mejor...” (ponce, 1990: 173). Ilustración 3: patio del primitivo Colegio de san nicolás de Hidalgo (foto: Ilia Alvarado) 4 El pueblo de santa María se ubica al sur de la ciudad, sobre la ladera que lleva el mismo nombre y desde donde se puede apreciar la panorámica de la ciudad. 20 El filósofo español Julián Marías (1986:134), cita la antigua universidad entre las glorias de la ciudad: “...conventos, mercados; casas recoletas y tranquilas, el viejísimo colegio que fundóVasco de Quiroga antes que esas universidades que son las más antiguas de América (casi un siglo antes que Harvard)”. En su descripción del entorno de la ciudad, José Alvarado se muestra fascinado por la presencia y disciplina de los estudiantes morelianos, no hay, en Morelia, un sitio sin estudiantes. Camina el transeúnte por la Calzada de guadalupe y encuentra, sentados en las largas bancas de piedra, grupos de muchachos leyendo sus textos de historia, de química o de lengua castellana... porque los estudiantes de Morelia son mozos polémicos que lo discuten todo.Y en todo ponen pasión y sensibilidad, junto con el discreto orgullo de sentirse nicolaitas, hijos del mismo colegio donde estudió Hidalgo, el joven zorro que leía a escondidas a Voltaire...Morelia es una ciudad de estudiantes. Y ello es acaso, lo que le da a la ciudad un aire de juventud inextinguible, ese aire sereno y claro... (Alvarado, 1976: 142). Con la revisión de estos fragmentos, podemos inferir que la visión generalizada de Morelia debe muchísimo al antiguo Colegio de san nicolás obispo, institución fundada por don Vasco de Quiroga en 1540 en pátzcuaro y trasladada a Valladolid en 1580 al lugar que ocupa hasta el día de hoy (Ramírez Romero, 1981: 225). siendo el punto de partida para la vida académica de la ciudad —amén de haber albergado en sus aulas a notables personajes como los que mencionábamos anteriormente. Una última observación: salvo el testimonio de José Vasconcelos —que veremos más adelante—, el resto de las crónicas y relatos presentan una percepción muy favorable de Morelia; la única “queja” más o menos recurrente que hemos encontrado a lo largo de los textos, es la de que en la ciudad “abundan con exceso las pulgas”, como señala Clavijero en su breve descripción de la Valladolid del siglo xVIII. otros testimonios del siglo xIx y principios del xx, también documentan la presencia de los molestos insectos en la ciudad: El sitio tiene la mala suerte de estar plagado de pulgas; el clima parece estimular su desarrollo vigoroso y están allí, esperando la llegada del viajero con un apetito que pone en duda el buen sabor de los morelianos (Terry, 2010: 148). no podría yo, al hablar de las producciones naturales de Valladolid, dejar de mencionar a sus famosas pulgas. Ya nos habían alarmado con las pasmosas historias relacionadas con estos vivaces animales, y nos alegramos de hallarnos en una casa en la que se empeñaron con diligencia en desterrarlas. pero dicen que en las posadas y en las casa de más o menos, constituyen una verdadera plaga y que se ha dado el caso de que se han llevado un pedazo de estera al suelo, y que cubren las paredes a millones. nos han dicho que las monjas tenían, o tienen, la curiosidad de uncirlas a unos minúsculos carruajes y las enseñan en estas y otras habilidades (Erskine Inlgis, 1997: 52). 21 1.2 MoRfologíA dE lA CIUdAd de acuerdo a las descripciones encontradas en los textos que estamos revisando, en el paisaje urbano de Morelia se destacan varios elementos: el trazado de sus calles, el protagonismo de la catedral, la magnificencia de sus edificios y la cantidad de iglesias y torres que aparecen en la panorámica de la ciudad. En las primeras décadas del siglo xVII, el misionero español Antonio Vázquez de Espinoza (1944:47) dice sobre la entonces llamada Valladolid de Michoacán: “Hay en esta ciudad muy buenos conventos de San Francisco, San Agustín y de la Orden de Nuestra Señora del Carmen...tres monasterios de monjas y otras iglesias, ermitas y hospitales muy buenos...”. En 1767, el jesuita fco. xavier Clavijero (1994: 346) menciona que la Catedral de Valladolid “tiene dos torres elevadísimas que miradas por sí solas son una obra maestra". Casi un siglo después, la marquesa Calderón de la Barca (Erskine Inglis, 1997: 45) admiraría “las anchurosas y aireadas calles, sus muy buenas casas, los bellos edificios públicos, pero de preferencia, la Catedral, el Colegio y las iglesias...”. sólo unos años después, Maximiliano de Habsburgo (1990:57) se muestra sorprendido por “...una maravillosa Catedral...con dos altas torres...” . En la primera mitad del siglo xx, el pintor gerardo Murillo describe una ciudad “lineal en el trazo de sus calles, esbelta en sus casas, airosa en sus edificios, ...ordenada en su crecimiento urbano...” (Murillo, 1990: 87). Tal percepción es compartida por diego Rivera, quien expresa: Morelia es sin duda alguna, una gran ciudad; no un pueblo grande, sino una verdadera ciudad trazada con inteligencia y levantada con amor. de ahí proviene su señorío, su galanura, su prestancia elegante de provinciana distinguida (Rivera, 1990: 32). El periodista franco-ruso león Bataille estuvo en la ciudad en 1939, y sobre esa visita dice: ...Y me encantaron las antiguas casas, calles e iglesias y, sobre todo, la catedral que erguía en el cielo mediterráneo, azul y límpido, sus torres que hacían pensar en un encaje esculpido por artistas enamorados del dios al que rendían homenaje (Bataille, 1988:162). En la misma tónica, Jose Moreno Villa alaba el trazado de la ciudad: llegar a Morelia es, pues, salir del misterio y entrar en la claridad urbana. Morelia tiene, además de la claridad que el trazado rectilíneo y los edificios bajos de las ciudades coloniales otorga a todas ellas...Morelia es clara en la calle y en los interiores. sus casas tienen patios anchurosos, de arcos y finas columnas, como en la España meridional... (Moreno Villa, 1976: 65). 22 Al contemplar la panorámica de Morelia desde la loma de santa María, Manuel gutiérrez nájera describe: se ve larga como acostada y dormida en una suave colina. las torres de la Catedral son muy esbeltas y pocos metros menos altas que las torres de la nuestra. Muchas otras torrecillas y cúpulas de capillitas empínanse como asomadas a las espaciosas azoteas de las casas (gutiérrez nájera, 1992:146 ). Entre los autores que dan protagonismo a las iglesias en la morfología de la ciudad citamos a Julían Marías (1986:134): “iglesias, más iglesias, conventos, mercados; casas recoletas y tranquilas”; Aníbal ponce (1991: 174): “Es una ciudad chiquita pero hermosa, con algunos edificios –sobretodo iglesias- maravillosos. La conozco ya casi en todos sus rincones, pero siempre descubro algo nuevo”. El escritor venezolano Rómulo gallegos, que vivió en Morelia en la década de 1950, describe a la ciudad como “La rosada Morelia graciosa y serena, que pule sus torres al brillo sesgado del sol” (gallegos, 1990: 14). Bernardo ortiz de Montellano hace énfasis en la arquitectura moreliana, a la que considera congruente con el nivel económico de sus habitantes durante la época colonial: las casonas morelianas acusan la importancia de sus moradores de otro tiempo; del cuidado puesto en construirlas y del esmero de quienes las hicieron posible. Mansiones levantadas con sillería magníficas, herrajes de una forja increíble. puertas de madera labrada con amor y arte; patios soleados con arquerías esbeltas, en armónica proporción con el grueso de sus columnas rematadas con capiteles labrados con cuidados de especialistas que seguramente conocían las exigencias estéticas de quienes habitarían aquellas residencias (ortiz de Montellano, 1990: 225). En su libro Un español en México. Confesiones de un transterrado, domingo Rex recuerda de Morelia: “Entre todos sus templos se descuella con perfiles majestuosos su Catedral. Es un espléndido edificio de factura barroca, aunque también asoma la sobriedad del estilo renacentista en su solemne fachada y sus elegantes torres” (Rex, 2010: 234). Ilustraciones 4 y 5: santuario de guadalupe (principios del s. xVIII), Templo de las monjas dominicas de santa Catalina de sena (mediados del s. xVIII). fotografías: Ilia Alvarado sizzo. 23 Ilustraciones 6 a 10:Templo conventual de santa Rosa de lima (mediados del siglo xVIII), iglesia conventual de Capuchinas (principios del s. xVIII), Iglesia de san José, perteneciente al clero secular (finales del s. xVIII), Templo de san Agustín (finales del s. xVI) y Templo de san francisco (finales del s. xVI). fotografías: Ilia Alvarado sizzo. 24 1.3 CoMpARACIonEs Con oTRAs CIUdAdEs Es una tendencia natural al hacer descripciones de cualquier índole, el poner como referencia elementos ya conocidos para acercar la naturaleza del nuevo objeto a un ámbito familiar; de la misma forma, la comparación con otros lugares es un recurso muy utilizado para describir los sitios que se visitan. En los escritos que estamos revisando las comparaciones entre Morelia y otros lugares son comunes, aunque se le equipara con varias ciudades distintas, más de una vez es comparada con la Ciudad de México en distintos aspectos; pero en esos balances Morelia siempre recibe una evaluación superior a la capital mexicana, según la impresión de leclercq (2010:132): “Las estrellas me han parecido más admirables en Morelia que en México, el aire más puro, aún más diáfano...”. Algunas veces, las comparaciones entre Morelia y otras ciudades son lógicas, ya sea que los espacios citados comparten características arquitectónicas o paisajísticas, o en otros casos las comparaciones remiten al clima o al ambiente social de la ciudad. la primera impresión que se lleva la marquesa Calderón de la Barca sobre Morelia, es la de ser una ciudad similar a la capital mexicana por la similitud morfológica de ambas, “A la luz de la luna parece un panorama de la Ciudad de México; con su hermosa plaza, los portales, la Catedral y las anchas calles y buenas casas” (Erskine Inglis, 1997: 45). por el tipo de arquitectura y el trazado de la ciudad, José Moreno Villa compara a Morelia con Alcalá de Henares en España. pero no es la única ciudad española con la que este autor compara a Morelia, también señala: sus patios, sus pisos, sus escaleras, sus miradores, sus balaustradas, las vigas de sus techos, sus puertas de medio punto, sus alacenas y hasta sus muebles me parecen de una claridad neocastellana que lo mismo puede ser de álcala que de Toledo (Moreno Villa, 1976: 65). En ambos casos, las comparaciones parten de la similitud entre los elementos arquitectónicos de las ciudades. Al igual que Moreno Villa, José Juan Tablada también equipara a Morelia con la castellana ciudad de Toledo, aunque en este caso no es el aspecto arquitectónico el que motiva la comparación, sino los dulces, elemento tan representativo de ambas ciudades. la forma en que Tablada hace la comparación es en sí misma original y curiosa, citando un fragmento de un poema de Alfonso Reyes5 dedicado a Toledo, y posteriormente agrega “...la ‘almendra amarga’ de este lindo poema, está en que haya sido dedicado a Toledo y no a Morelia, debe pensar, resentida, viendo de reojo al poeta, la ciudad de los tres reyes y las manos de azúcar” (Romero flores, 1928: 14). 5 El poema de Alfonso Reyes al que alude Tablada se titula “El mal confitero” y el fragmento citado es el siguiente: “Y monja sé yo que es toda de azúcar/...Y sabe hacer unos letuarios de nueces/ Y el diacitrón, codonate y roseta/ Y la cominada de Alejandría/Y otras tantas que no acabaría”. 25 Tanto por la arquitectura de la ciudad como por el ambiente tranquilo que en ella se respira, el biógrafo alemán Emil ludwig encuentra cierto parecido entre Morelia y su natal Breslau (Wroclaw, polonia). Como vemos en el fragmento citado a continuación, la percepción de ludwig parte de una visión nostálgica y romántica: Morelia me sedujo ¡Una linda ciudad que en sus atardeceres me traía a la memoria a mi lejana Breslau con sus iglesias, su quietud aquella en el ocaso, poblada de recuerdos infantiles irrepetibles!... Existe alguna similitud entre donde yo nací y ese (Morelia y esa provincia michoacana; que por lo poco que me dejó ver el tren los villorios y pueblecillos por donde pasábamos, me traían un lejano pero fresco recuerdo de Breslau. Un mucho por su arquitectura religiosa y sus gentes buenas y nobles... (ludwig, 1990: 184). Entre todas las comparaciones citadas, la de ludwig es la que resulta más inesperada, considerando la lejanía geográfica y cultural de ambas ciudades. no obstante, con este ejemplo podemos ver claramente la subjetividad de la percepción geográfica, proceso en el que la experiencia vital del individuo es fundamental. diego Rivera, al describir a Morelia, habla de su carácter único y peculiar; pero aun así, insinúa alguna semejanza con otras ciudades coloniales mexicanas, sin atreverse a afirmarlo del todo, ...tiene un sello muy característico, muy de Morelia que no he visto en ninguna ciudad de México; ni en Querétaro o san luis, que pudieran ser las urbes que más se le parecen. sin embargo, Morelia es distinta (Rivera, 1990: 32). El ambiente estudiantil que tanto caracteriza a Morelia, es para Aníbal ponce el punto en común que enlaza a la capital michoacana con la ciudad de Córdoba en su natal Argentina. su descripción de dicha similitud no podría ser más clara: “Morelia es una ciudad universitaria como Córdoba” (ponce, 1990: 173). para el estadounidense Thomas p. Terry (2010:148), Morelia “Se asemeja a los estados de Masachusetts yVirgina en los Estados Unidos, donde muchos notables decidieron establecer su hogar en el nuevo mundo”, comparación hecha en razón del clima templado que comparten los tres sitios. Indicando más una diferencia que una similitud, domingo Rex (2010: 234) apunta: “Si Oaxaca es una ciudad verde, Morelia es una estampa de tonalidad rosada”. 26 2. los ElEMEnTos EspACIAlEs QUE ConfoRMAn lA IMAgEn HIsTóRICA dE MoRElIA los textos incluidos en este estudio abarcan cerca de cuatro siglos de historia, en ese tiempo, los diversos viajeros, escritores, periodistas y artistas que visitaron Morelia y plasmaron sus impresiones por escrito, señalan en sus textos algunos edificios y lugares concretos de la ciudad que llamaron su atención. Revisando las recreaciones de la ciudad, podemos acercarnos a los monumentos, calles o plazas que han actuado como símbolo de Morelia y actualmente continúan siendo parte de su imagen urbana. Hemos hecho un conteo de los elementos espaciales que se mencionan en los escritos analizados, encontrando que se citan alrededor de 40 componentes distintos, los elementos que más se repiten aparecen en el cuadro 1. Cuadro 1: Elementos espaciales referidos en los textos sobre Morelia si estos elementos los clasificamos usando la terminología empleada por Kevin lynch (1994) para analizar la imagen de la ciudad, encontramos que las descripciones de Morelia que hacen los diferentes autores, se apoyan principalmente en lo que lynch denomina “hitos”; este término se refiere a los edificios singulares o monumentos claramente identificables en el conjunto urbano, en nuestro caso el 48% de los elementos citados entran en esta categoría. El otro grupo de elementos que predomina en las recreaciones literarias son los “nodos”, es decir puntos estratégicos de la ciudad con los que el observador puede estar en contacto, en este caso, plazas y jardines que representan el 42% de los lugares mencionados. finalmente, en un porcentaje muy inferior, las “sendas” (calles, vialidades) ocupan solamente el 10%. Atendiendo a su función, podemos hacer una subclasificación de los hitos mencionados, teniendo en cuenta la función original de los edificios. El protagonismo de los edificios religiosos salta a la vista: el 50% corresponde a esta categoría; las construcciones de carácter civil (acueducto, alhóndiga) ocupan el segundo lugar en menciones, con el 15%; el 14% corresponde a 27 usos hosteleros al igual que las residencias privadas que obtienen el mismo porcentaje, y por último la función educativa conforma el 7% de los hitos. la primacía de los edificios religiosos explica el hecho de que muchos de los relatos hagan referencia al ambiente religioso que se percibe en Morelia, destacando sus múltiples conventos, iglesias y seminarios. En su recreación de la ciudad, Manuel gutiérrez nájera describe maravillosamente su impresión sobre este aspecto: Todo en Morelia, y a pesar de la estatua de ocampo, es clerical. Y allí, sin duda, el clero fue muy rico y aún conserva restos de su opulencia. lo dicen los treinta templos –entre templos propiamente dichos y capillas- que existen todavía, amén de los extinguidos; lo dicen las ruinas de esos conventos, tan grandes como las del Carmen; y las suntuosas fábricas levantadas allí por jesuitas o por frailes. lo que es ahora Escuela de Artes –y, por cierto, hermosísimo edificio- fue antaño colegio de jesuitas. lo que es ahora palacio de gobierno fue seminario y en él se educó ocampo...otros grandes conventos como el de san francisco... (gutiérrez nájera, 1992: 152) fanny Chambers good, quien visitó Morelia a finales del siglo xIx, se muestra sorprendida por los conventos morelianos, de los que dice: ...En ninguna ciudad me han parecido más interesantes esos establecimientos que en Morelia, de los que El Carmen, antiguo convento de los carmelitas viene a ser de los más amplios...Visitamos muchos otros, deseosas de ir conociendo mejor estas reminiscencias del pasado. Entre ellas se contaron los de san Juan de dios, la Merced y san diego... (Chambers, 2010: 125). Todos los elementos citados se encuentran dentro del perímetro declarado zona de Monumentos Históricos de Morelia, que es el mismo que fue reconocido por la UnEsCo en 1991 como parte de la lista del patrimonio Mundial por su valor como bien cultural. Este perímetro también llamado Centro Histórico de Morelia, corresponde a la parte antigua de la ciudad, que es la que en su momento visitaron y describen los diversos viajeros (ver figura 1). figura 1: plano con la localización de los elementos espaciales citados en los textos sobre Morelia (fuente elaboración propia sobre plano InEgI, 2005). 28 Como se puede apreciar en el Cuadro 1, los lugares que son citados un mayor número de veces en los textos consultados son: la Catedral (30 menciones), el Colegio de san nicolás (19), el acueducto (13), la calzada fray Antonio de san Miguel (12), los portales, el jardín Villalongín (7 referencias cada uno), la avenida Madero, el conjunto conventual del Carmen y el jardín de las Rosas (cada uno 9 menciones) y el actual palacio de gobierno (6). En base a estos datos, la Catedral, el Colegio de san nicolás, el acueducto y la calzada fray Antonio de san Miguel se presentan como los elementos más representativos de la ciudad, aquellos que se configuran como símbolos de la ciudad y cuya imagen revisaremos en las siguientes líneas. por el número de referencias en los textos, la catedral aparece como el edificio más representativo de la ciudad. las menciones que se hacen sobre ella son siempre en tono de alabanza a sus grandes dimensiones y su belleza arquitectónica. sin lugar a dudas, se puede decir que la catedral es el principal símbolo de la ciudad. la descripción que hace la Marquesa Calderón de la Barca, refuerza nuestra afirmación anterior sobre la primacía y magnificencia de la catedral; cabe mencionar que la crónica hecha por esta autora es particularmente interesante por la exhaustiva descripción del interior del edificio, así como de las riquezas que en esa época todavía existían como parte del patrimonio catedralicio, deslumbra el oro y la plata de su altar mayor; la balaustrada que le une con el coro y las columnas que la sostienen son de plata pura; se cubren de plata los dos púlpitos y sus escaleras; y si todos los ornamentos que conservan muy pulcros, son numerosos y riquísimos, no parecen ni recargados ni de oropel en su conjunto, por el buen gusto en que disponen de ellos. El coro mismo es de una extraordinaria belleza, lo es también su reja de madera tallada, y una de las puertas es de plata maciza, mientras que otra es un primor de escultura en madera. la enorme pila bautismal es toda de plata, y de plata son las soberbias lámparas. Admiramos, en particular, algunas bellas pinturas, casi en su mayoría de Cabrera... se dice que cuatro de estas pinturas fueron enviadas aquí por felipe II. son de un tamaño colosal y pintadas de mano maestra... la custodia en donde se expone el santísimo, costó treinta y dos mil pesos, el más rico de los paramentos, ocho mil. Hay un cordero hecho de una sola perla, con la cabeza y el vellón de plata, la perla es de gran tamaño y valor... (Erkinse Inglis, 1997: 47) gutiérrez nájera describe el edificio y además hace referencia a un aspecto que en la actualidad es de los más atractivos para los visitantes de Morelia: la iluminación del exterior de la Catedral y como podemos comprobar en esta recreación, ya era una atracción a finales del siglo xIx: la Catedral es hermosa; la rodea un buen enverjado de hierro; y el interior del templo, de orden dórico, está dividido en tres naves majestuosas. ¡Hubierais visto sus torres, como yo las vi, iluminadas por millares de candilejas a guisa de festones luminosos enredados en ellas! (gutiérrez nájera, 1992: 148). 29 Ilustración 11: Acueducto de Morelia, construido por orden del obispo Antonio de san Miguel entre los años 1728 y 1739. de la misma época es la descripción de Jules leclercq, el geógrafo belga hace una bella caracterización de la catedral moreliana, la que a su parecer “...rivaliza con las de México y Puebla: es la obra maestra del más puro renacimiento español; las dos torres que coronan tan majestuosamente la fachada son admirables en la simplicidad y la corrección de sus líneas arquitectónicas” (Leclercq, 2010:132). Aunque hay muchas más referencias a la catedral, las tres que hemos citado son las que nos ofrecen mayor riqueza en las descripciones del edificio. otros autores son mucho más concretos en sus recreaciones. El humanista fco. xavier Clavijero en una crónica que data de 1767 (1944: 346) admira “las altas torres de la catedral”.Ya en pleno siglo xx, José Alvarado (1976: 140) señala: “La catedral preside la arquitectura de la ciudad con sus torres esbeltas y ligeras y su reloj enfático...”. de otro de los edificios con más presencia en las crónicas sobre Morelia, el Colegio de san nicolás, la Marquesa Calderón de la Barca nos ha dejado una detallada descripción de su visita: Ayer visitamos el seminario, o Colegio, un magnífico edificio muy capaz y que se conserva en muy buen estado... nos condujo el rector por todo el establecimiento. posee una pequeña biblioteca con libros escogidos, obras clásicas en español, alemán, francés e inglés, y una segunda biblioteca más grande conteniendo los autores griegos y latinos, obras teológicas, etc.; un gran salón con un gabinete de química y otros aparatos científicos, y una capilla muy reducida (Erkinse Inglis, 1997: 48). Curiosamente, otra mujer, la estadounidense Marie Robinson Wright, también hace una semblanza de la famosa institución educativa, “El colegio de San Nicolás que fue construido en el siglo xVi y remodelado en 1868 es uno de los mejores edificios en la República de México...” (Robinson Wright, 2010: 149). En sus Miniaturas mexicanas, daniel gonzález Cosío (1922: 80) habla brevemente sobre el famoso Colegio, “En el patio del Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás, en el centro del patio el Cura Hidalgo, el elán patriótico, está a punto de caerse del pedestal. En el fondo hay una araucaria...”. El “gracioso acueducto del siglo xVIII” como lo describiera Julián Marías, es el tercer elemento más mencionado, seguido muy de cerca por la Calzada fray Antonio de san Miguel -que en una 30 época fue conocida como la Alameda, según lo atestiguan algunas de las descripciones de la ciudad.Tanto el acueducto como la calzada forman parte de la zona de recreo conformada alrededor del Bosque Cuauhtémoc, por lo tanto es común encontrar juntas las referencias a estos sitios. En este caso, las impresiones sobre el lugar se asocian con un ambiente de descanso y una atmósfera relajada, debida principalmente a la función de veraneo que cumplía antiguamente el arbolado paseo que conectaba la ciudad con las casas de verano de las familias acomodadas de Morelia. las recreaciones que a continuación transcribimos nos permiten acercarnos a la imagen romántica de una de las pocas vías peatonales que existen en el Centro Histórico, así como a la importante presencia del acueducto, uno de los monumentos más simbólicos de la ciudad. fuimos una de estas tardes a la Alameda, que es una ancha calzada muy recta, empedrado con losas muy lisas, sombreada de hermosos árboles y cerrada con un pasamanos de cantería de poca altura. Cruza la Alameda un hermoso acueducto de sólidos sillares, con gráciles y elegantes arcos. Asistimos al paseo, muy amplio y también con mucha sombra... (Calderón de la Barca, 1997: 49). saliendo del bosque de san pedro, se entra a lo que llaman la Calzada. Más de quinientos metros tiene esta Calzada, que es una larga calle de fresnos. A ambos lados tiene hileras de bancos o lunetas de piedra. Atrás de esas bancas, y a poca distancia de ellas están las casas donde van a veranear las familias acomodadas de Morelia. (gutiérrez nájera, 1992: 150). ...la luna que cae sobre las lozas de la Calzada de guadalupe, en Morelia, conserva todavía el valor que retórico exuberantes y deliberadamente sentimentales falsificaron...sobre la hermosa vía moreliana...Allí, las sombras de los árboles, que bordean el camino y amparan los diálogos secretos de las bancas...fresnos y laureles; el santuario al fondo, ruido de hojas en el viento; una guitarra lejanísima, casi imaginaria y el ruido de los grillos y de toda la misteriosa y pequeña fauna nocturna.Y el gran silencio musical de las noches michoacanas... (Alvarado, 1976: 143). Mientras algunos autores profundizan en sus descripciones de los monumentos representativos de la ciudad, otros son más concretos en sus recreaciones y se limitan a mencionar puntos de interés para visitar. Así sucede con José Juan Tablada, quien señala como atractivos de la ciudad: “La Catedral, los conventos, la alhóndiga, el venerable Colegio de San Nicolás, el acueducto...” (Tablada, 1928: 14). Bernando ortiz de Montellano en un texto de 1932 cita algunos puntos de interés de la ciudad, que coinciden en gran medida con los que actualmente aparecen recomendados en las guías turísticas de la ciudad. los sillares pulidos de la Catedral, las gárgolas del Colegio Jesuíta, hoy Escuela de Artes y oficios; los retablos de sus templos como el de santa Rosa de lima o Capuchinas, la sobriedad del palacio de gobierno, los arabesco de las molduras labradas en piedra de dos edificios confiscados por los gobiernos de la Revolución: el antiguo Colegio Teresiano de sta. María de guadalupe, y el edificio construido para seminario, al lado oriente del templo de san José...(Morales garcía, 1990: 224) 31 En 1950, José Alvarado en sus Estampas de Morelia hace un minucioso itinerario por los lugares más interesantes y atractivos del Centro Histórico, el cual incluye tanto monumentos, como calles, plazas y jardines. Calzada de guadalupe... la catedral... y, en frente, el palacio de gobierno alberga la autoridad civil bajo el símbolo muerto de una corona arzobispal de piedra; pero por la vieja Calle Real.... caminan estudiantes rumbo a san nicolás y el conjunto de los edificios universitarios forman el verdadero corazón de la ciudad...Enfrente queda la Biblioteca con un breve jardín romántico, desde cuyas sombras húmedas y brillantes se ven las estanterías de los libros. Atrás la Rectoría de la Universidad y, por la misma Calle Real, la facultad de derecho. En un extremo de la ciudad la facultad de Medicina y por el rumbo opuesto, como quien va para Villalongín, cerca de la esquina de El Moro, la de Ingeniería. Al otro lado de la plaza hay unos cuantos pasos para llegar a la puerta del Museo...la plaza de Armas, en el Jardín de don Melchor ocampo, en el de Villalongín, frente al Acueducto o en el de los niños Héroes, convocan a la meditación...los portales...en las Rosas, don Miguel de Cervantes frente a Juan Ruiz de Alarcón... En el Carmen, frente al templo cuyo atrio aparece poblado por árboles huraños... jardín ocampo... (Alvarado, 1976:140) El escritor Alfredo Maillefert (1976) refiere elementos como: “Acueducto de Fray Antonio de San Miguel, sobre cuyas toscas piedras se deslizó durante largos años el agua de la ciudad. Convento de San Agustín, o de San Francisco, o del Carmen...”. similar es el itinerario citado por Julían Marías: Catedral del siglo xVII al xVIII, el Carmen, la Merced... los viejos edificios virreinales... árboles, huertas, un gracioso acueducto del siglo xVIII –¡siempre el admirable siglo xVIII, en España y en América-... la iglesia de san francisco...(Marías, 1986: 134). Comparando los sitios mencionados en estos recorridos con los que se presentan en las actuales guías turísticas de Morelia, podemos ver un gran número de concordancias entre unos y otros. Tomando en cuenta estas fuentes, podemos decir que la imagen de Morelia se configura a través de sus monumentos -especialmente edificios religiosos- de la época colonial. 32 3. IMpREsIonEs soBRE El CARáCTER dE los HABITAnTEs dE MoRElIA las impresiones sobre la gente que vive en una ciudad es un elemento crucial para la definición de la misma. de hecho, en los textos revisados, encontramos que algunos autores prácticamente definen su percepción de la ciudad a través de su interacción con los habitantes. destaca que desde el siglo xVI comienza a describirse a los morelianos en términos de ser una sociedad conservadora y muy católica, estereotipo generalizado que permanece hasta el día de hoy. El carácter conservador que presentaba la población local es reafirmado por las cartas de Maximiliano de Habsburgo, donde relata el caluroso recibimiento del que fue objeto en Morelia durante su visita en el año de 1864, sobre ello escribió a su primo el Archiduque Carlos luis de Austria, En Morelia, la ciudad más peligrosa y políticamente más difícil del Imperio fui recibido con entusiasmo que todavía no había visto nunca en mi vida: apenas si podía avanzar con mi caballo cuando me apee, la multitud casi me ahogaba. Es un pueblo inflamable y por eso, también peligroso...(Morales garcía, 1990: 57) En otra misiva, el dirigente del segundo imperio mexicano, cuenta a su esposa Carlota Amalia sobre su llegada a Morelia, nunca había experimentado en toda mi vida algo semejante al recibimiento , ya no se trataba del entusiasmo, era algo más, la gente ya no gritaba sino que vociferaba, quería llevarme en hombros, fue una aglomeración peor que en la guadalupe, sudábamos como en un baño caliente. El entusiasmo de nuestro recibimiento en puebla no es nada en comparación con éste...(Habsburgo, 2010: 120). las impresiones narradas por daniel Cosío Villegas en 1922 siguen la misma línea, reafirmando la imagen de conservadurismo atribuido a los habitantes de Morelia, se dice que Morelia es una de las ciudades más católicas, más mochas.6 no me consta y menos si lo es tanto como puebla o como Querétaro; pero observo que, a medida que nos acercamos a ella, van quedando en el tren pasajeros que visten con mal gusto, de negro, y que tienen la cara picada de viruelas...los católicos y los protestantes, los extremistas, se parecen en que visten con mal gusto y de negro (Cosío Villegas, 1992: 71). 6 “Mocho-a” es un término coloquial usado en México, equivale a “santurrón” o “mojigato” (vd.Real Academia Española (2006): Diccionario esencial de la lengua española, España: Espasa-Calpe, p. 985 33 sobre el ambiente político de la ciudad es muy interesante la narración de José Vasconcelos, donde describe la visita que hizo a la ciudad durante su campaña como candidato a la presidencia de la República en 1929. Cabe mencionar que en las elecciones de ese año resultó triunfador el candidato pascual ortiz Rubio, quien era apoyado por plutarco Elías Calles, a este último hace referencia Vasconcelos en su crónica: Ambiente hipócrita. garantías a medias. palabras melosas de tolerancias y, por debajo, presión implacable para dominar la votación por el terror. salvador Azuela se sobrepasó, como los Anguianos y otros que no recuerdo, pero nos dio trabajo hallar quien quisiera hacerse cargo del club permanentemente. En confianza se nos decía –“no se crea. Aquí impera el terror, lo mismo que en todas partes”. El general Cárdenas, hombre taciturno, venera a Calles como a un dios. lo cree un estadista, le debe favores de padre.Y en silencio, ejercen un poder absoluto. la recepción misma había sido escasa y aun así, los brazos fuertes de mi estado mayor habían tenido que amenazar con los puños a unos tipos valentones, que quisieron interrumpir a los oradores; eran gente oficial disimulada. Un grupo de intelectuales sostenía una peña o círculo de café. no se daban ellos cuenta pero vivían aplastados. Elogiaban unánimes la prudencia del gobernador. luego prevenían: -“En sí, no hay que tocarle a Calles”. Y se hacía el silencio...aquello pasaba por centro literario. las familias generosas, a estilo de la costa, ¿dónde estaban? si existían, no asomaron; el pueblo nos miraba con azoro y los mismos manifestantes del día de la llegada ya no se hacían presentes (Vasconcelos, 1939:125). por el contrario, el viajero inglés Robert W.H. Hardy, que visita la ciudad en la segunda década del siglo xIx en vísperas del día de la Virgen de guadalupe —12 de diciembre, la fiesta religiosa más importante de México—, se lleva la impresión de que los residentes son más alegres que conservadores, Este es un período de celebraciones y toda Valladolid parece no pensar más que en fiestas. Atormentar toros, bailar, festejar, son la única ocupación de la gente; tuvimos la suerte de llegar en esta época porque en ningún otro momento hubiéramos tenido la oportunidad de presenciar tanta animación y fiestas completamente nuevas para mí. El mesón estaba casi lleno y la plaza grande resonaba en voces, acompañadas de guitarras que le cantaban a la belleza de las bailarinas... (Hardy, 2010: 100) A diferencia de la descripción de Hardy —que parece escandalizado por el carácter demasiado festivo de los morelianos—, león Bataille describe ese rasgo en términos más positivos: sonia me había contado maravillas de Morelia y de los morelianos, a los que me pintó como la gente más amable y hospitalaria del mundo y muy dada a la música... Adoro Morelia y su nombre tiene algo de íntimo y alegre como la sonrisa llena de promesas de amistad o de amor de una persona recién conocida. Aunque me la habías descrito en términos ditirámbicos como bellísima y de una gran suavidad, no me decepcionó en nada (Bataille, 2010: 162). 34 otros autores al hablar del carácter de la población, atribuyen a las mujeres un temple también conservador, aunque ese rasgo es puesto más bien como una virtud que como un defecto. A finales del siglo xVIII, Clavijero ya hablaba de ese talante reservado de las morelianas, “...las señoras vallisoletanas son honestas, muy de su casa, se visitan poco y se guardan con mucho rigor...” (Clavijero, 1944: 346). la belleza de las mujeres es un aspecto que no puede faltar en las crónicas de viaje, y por supuesto, las mujeres morelianas son objeto de halago por parte de algunos de los ilustres viajeros de los que tenemos referencia. El malogrado emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, cuenta a su esposa, la entonces emperatriz Carlota: ...por la noche hubo gallo de señoras, más de 500 damas, entre ellas algunas muy bellas, inundaron mi salón y me vociferaron durante un cuarto de hora... Hay aquí otras damas que resultan perfectamente apropiadas para damas de palacio, como en general en las ciudades del interior todo es más noble y elegante que en la capital... (Habsburgo, 2010:120). Cuando el belga Jules leclercq visita la plaza de Armas de la ciudad, tiene la impresión de que: “...las morenas morelianas que vienen aquí a tomar el aire de la tarde y escuchar la música militar parecen llenas de seducción...” (leclercq, 2010: 133). El periodista Thomas Terry refiere “La fama de la belleza de las mujeres criollas...” (Terry, 2010: 148) como si se tratase de un atractivo más de la ciudad. El escritor Bernardo ortiz de Montellano en 1932, dice sobre las mujeres morelianas “Aquí las mujeres son altivas, serenas, guapas; con un mestizaje en la piel, pero con un espíritu más español que en otras partes” (Morales garcía 1990: 324). En otros aspectos sobre los habitantes de la ciudad, la Marquesa Calderón de la Barca nos habla un poco de la estructura social de la ciudad a mediados del siglo xIx, si la Ciudad de México se enorgullece de una sociedad muy reducida, no hay que esperar que en una capital de provincia haya muchos más; por otra parte, esta ciudad tiene la pretensión de dividirse en cliques, y hay “gentes principales” y de “segunda clase” y “familias de nuestra misma clase” y así sucesivamente, por lo tanto, como algunas de las señoras son aficionadas a la música, una de las clases organiza un concierto que tiene como resultado que el bando contrario dé otro para no ser menos, y como no hay demasiadas personas con talento musical para dos conciertos, ambos acaban por fracasar... (Erskine Inglis:48). El resto de las referencias que encontramos sobre los habitantes de Morelia son positivas y hacen referencia a la hospitalidad, la tranquilidad de carácter así como a la nobleza y generosidad de los residentes de la ciudad. Tal como lo expresa Emil ludwig cuando habla de “sus gentes nobles y buenas”, o Rómulo gallegos al señalar a los “hombres generosos y buenos” de la ciudad y Eugene de Cotambert que caracteriza a los morelianos como “habitantes muy industriosos”. para cerrar este apartado, citaremos a José Alvarado, quien nos regala con una magnífica estampa de la animada vida de la ciudad a mediados del siglo xx, 35 ...en la mañana, una fresca luz de plata cubre la calzada. pasan colegialas con sus uniformes azul marino y el mundo organizado en las pupilas; jóvenes en bicicletas; sastres con los pantalones rodilludos y las bolsas del saco llenos de objetos; músicos con el tórax lleno de bondad y callejeros comunes y corrientes. los estudiantes en parejas o grupos de tres y cuatro repasan las peripecias de las carabelas.... (Alvarado, 1976:142). ConsIdERACIonEs fInAlEs Con esta revisión de fuentes literarias, podemos observar cómo la imagen percibida de Morelia está basada en su patrimonio histórico, principalmente en los monumentos, pero sin dejar de lado valores como los personajes históricos y la hospitalidad de sus residentes. sobre la caracterización de la ciudad, destaca la asociación entre su belleza y el pasado colonial que es percibido en los monumentos más relevantes de la ciudad. Entre los monumentos, la catedral se convierte en el símbolo indiscutible de la ciudad, es un elemento clave que se menciona constantemente y son muy pocos los textos que no se refieren a ella. por regla general, los autores expresan su admiración hacia el edificio, tanto por sus grandes dimensiones como por su belleza arquitectónica. la relevancia de la Catedral no es algo privativo de las fuentes históricas, es un hecho que pervive en la actualidad, como se puede comprobar al revisar las guías de turistas o las páginas de internet que informan sobre la ciudad. la mayoría de los textos con que contamos para este estudio corresponden al siglo xx, aún así podemos ver como la imagen que se ha transmitido a lo largo de los siglos xVII al xx se ha mantenido unánime en cuanto a los elementos y rasgos de carácter de la ciudad y sus habitantes que señalan los diversos autores. de ser posible localizar una mayor cantidad de textos, se podrían enriquecer y consolidar los resultados de este análisis. 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