INCIDENCIA DEL ENFOQUE DE RSU EN LOS PROCESOS DE FORMACIÓN Y GESTIÓN INTERNA DE LAS UNIVERSIDADES DE AUSJAL Vera Amanda Solís Coordinadora de la Subcomisión P8-1 A partir de los acuerdos tomados durante el último encuentro presencial de la Red de Homólogos de RSU, realizado en UNISINOS Brasil, se ha venido trabajando intensamente a nivel de los Homólogos de la Red para dar forma a las prioridades identificadas en ese encuentro. Una de las prioridades se refiere al fortalecimiento de la inserción del enfoque de RSU en los procesos de formación y de gestión académica. Para concretizar y operativizar el trabajo se conformó una subcomisión coordinada por la UCA de Nicaragua y co- coordinada por UIA-México. El subcomponente P8-1 (así nombrado) persigue como objetivo general “Fortalecer la sensibilización y la inserción del enfoque de RSU a través de la formación docente y de directivos, así como la incorporación de dicho enfoque en la gestión académica de las universidades de la RED. Para lograr este objetivo se realizaran dos grandes acciones que se traducen en los siguientes objetivos específicos: Relevar, estudiar, sistematizar y analizarlas experiencias docentes, de inserción curricular y de gestión académica vinculadas a las estrategias de inclusión del enfoque RSU en dichos procesos y Construir un Plan de Formación y Sensibilización para académicos y directivos de las universidades de la Red, como elemento de producción y divulgación de conocimientos sobre el enfoque RSU. Las estrategias identificadas se fundamentan en consensuar acuerdos sobre la metodología y los criterios de sistematización de buenas prácticas, en articulación con los expertos de la Red de Educación. Además, como un producto de la formación de los académicos y directivos, los participantes elaborarán materiales didácticos que formarán un repositorio de herramientas metodológicas, el cual será alimentado a su vez, por las buenas prácticas Este escrito refleja lo que se ha avanzado en lo referido a la sistematización de buenas prácticas, tanto a nivel del currículo como en la gestión institucional relacionada directamente con los impactos en la formación de los estudiantes. Con respecto al segundo objetivo vinculado a la construcción del Programa de Formación de Docente y sensibilización de Directivos, la Red ha acordado que se elaborará a partir de la sistematización y categorizaciones de las Buenas Prácticas inventariadas y validadas. Productos Comprometidos: Los productos comprometidos son, en primer lugar un manual de buenas prácticas de inclusión curricular y de gestión académica que pueda ser utilizado como material de sensibilización y formación; además un compendio de herramientas metodológicas y estrategias para la inclusión de la RSU en los procesos de enseñanza aprendizaje y de gestión. El primer desafío enfrentado fue acordar una definición de Buena Práctica en RSU Ausjal. Con la activa colaboración de la UCU-Uruguay se construyeron criterios mínimos que tendría que reunir una Buena Práctica en clave RSU, tanto al nivel curricular como el de gestión. Posteriormente se estructuró y validó un instrumento de recolección de la información, basado en los criterios consensuados, para conocer en términos generales el universo de trabajo. Se recepcionaron 188 experiencias presentadas por 10 universidades; 144 corresponden a prácticas de inserción curricular (presencia en el plan de estudios y programas como cursos obligatorios o electivos) y 40 a prácticas de gestión institucional (gestión, evaluación académica). Con esta información y con la incorporación y colaboración de la Red de Educación se ha procedido a validar las experiencias de buenas prácticas de las 1 universidades. Para ello se han propuesto criterios o requisitos que debe cumplir una práctica para ser clasificada como “Buena Práctica” así como los criterios para la clasificación de Buenas prácticas de RSU y criterios para la clasificación de Buenas Prácticas en Pedagogía Ignaciana. Ambas redes están siendo apoyadas por expertos, tanto en sistematización como en Pedagogía Ignaciana. La coordinación con la Red de Homólogos de Educación ha sido enriquecedor y un plus para el trabajo de la subcomisión. La relación de trabajo colaborativo se establece dado que dicha Red también ha definido entre sus objetivos, la producción de recursos que contribuyan a la formación de docentes en el desarrollo de estrategias de inserción de la Pedagogía Ignacia en sus materias. En el esquema que se presenta a continuación se muestra la conceptualización del trabajo que se está realizando. Se tiene previsto publicar el Manual de Buenas Prácticas para mediados del año 2014 y el compendio de herramientas para septiembre del mismo año. Se espera que los productos finales de este subcomponente vengan a fortalecer la gestión socialmente responsable de la formación académica y la pedagogía, en nuestras Universidades. Incidencia del Enfoque de RSU en los Procesos de Formación y Gestión Interna de la Universidad – Esquema de Funcionamiento – Cooordinación con la Red de EDUCACIÓN Acordar criterios para la selección y recolección de BP Recopilación y revisión de la Información Selección de Consultor/a para la sistematización y compendio Formación de Docentes -Aprobación de la Propuesta - Acordar modalidad, duración, acreditación - Diseño del Plan de Formación -Aprobación del Plan -Ejecución Formación/sensibilización de Directivos -Revisión de trabajo en el Proy. de Formac. de Directivos AUSJAL -Acordar modalidad, duración, acreditación -Presentación a las Universidades -Aprobación del Plan -Ejecución 2 Edición y Publicación Manual de Buenas Prácticas Compendio de Herramientas Metodológicas y de Gestión Académica para la Inclusión de la RSU El Manual de BP alimenta el Plan de Formación y el Compendio de Herramientas es construido durante el Plan de Formación ¿QUÉ LE DICE LA PEDAGOGÍA IGNACIANA A LA FORMACIÓN EN EL ENFOQUE DE RESPONSABILIDAD SOCIAL UNIVERSITARIA? Esteban Ocampo Especialista en Pedagogía Ignaciana Asistente P8-1 “La responsabilidad social… es un imperativo ético de coherencia…” Política de RS de la Pontificia Universidad Javeriana Ante el riesgo de que, como en tantas otras oportunidades, la Responsabilidad Social (proveniente del mea culpa de las empresas, de su estrategia para la mitigación de impuestos o del deseo sincero de “compartir” parte de sus ganancias) al llegar a las Instituciones de Educación Superior, se convierta en otra moda, o simplemente en palabras para renombrar lo que siempre han realizado, las universidades desarrollan una reflexión que les permita significar la nueva cara de la universalización de la solidaridad, en un compromiso decidido por poner al servicio de la sociedad los productos de su actividad académica: los profesionales a quienes acompaña en su formación y el conocimiento derivado de la investigación, la reflexión y la experiencia. En este contexto de comprensión, se entiende entonces que la Responsabilidad Social en el ámbito Universitario (RSU), no es, ni puede ser una acción o un proyecto más para la institución, sino que debe estar en su centro, en el core mismo de toda su actividad formadora, investigativa y de extensión. Implica que la universidad pone su énfasis en aprender a dialogar con la sociedad, a interrogar e interrogarse, a enseñar y dejarse enseñar de “lo otro” y de “los otros”, renunciando a la actitud arrogante de que sólo ella sabe “mirar” y sabe como “obrar”. Esto indica que la RSU le imprime una dinámica dialogal a la comunidad universitaria, a partir de la cual ambas, sociedad y universidad, se enriquecen. Ahora bien. ¿Qué hay de la Responsabilidad Social Universitaria, que puede hacer cualquier universidad no confesional, a una que esté inspirada en valores cristianos? La consideración que se propone es que existen algunas diferencias que deberían ser explícitas. Una sencilla y fundamental es que las acciones de RSU en una institución de inspiración cristiana, deben trascender el mandato que dan las legislaciones en los distintos países con respecto a la inversión de los recursos y la socialización de los saberes propios de la institución universitaria. Un ejemplo puede ser la cantidad de dinero que los estados obligan invertir a las instituciones en el desarrollo de programas de intervención en comunidades vulnerables (para mayor acceso a la educación con becas, o mediante la transferencia de tecnologías). Otro ejemplo es el “Servicio Social Obligatorio”, que debe ser realizado por los estudiantes, como uno de sus requisitos curriculares. Las instituciones de inspiración cristiana, además de lo estipulado, deberían, derivar parte de sus excedentes al apoyo de iniciativas que promuevan la dignidad de grupos o personas con aportes especiales. Un ejemplo es el “Convocatoria de Proyectos de Presupuesto Social San Francisco Javier” de la Universidad Javeriana de Bogotá, por medio del cual se apoyan iniciativas de académicos que promuevan el desarrollo de comunidades en condición de marginación. También las “Prácticas Sociales”, desarrolladas por estudiantes en algunas universidades, con independencia de otras prácticas de carácter profesional. Las segundas buscan que el estudiante ponga al servicio de la sociedad las experticias logradas en su área de formación y las primeras, son aquellas que, además de involucrar el conocimiento derivado de su formación, aportan otro tipo de acciones, tal como puede suceder con un ingeniero que alfabetiza en comunidades pobres, a la vez que ofrece elementos para hacer construcciones más seguras y eficientes. 3 Y esto, ¿cómo puede ser enriquecido en una Universidad Jesuita? Una posibilidad es que en las acciones de RSU, sean consideradas las oportunidades que le ofrece la Pedagogía Ignaciana (PI). Entre ellas (pues son muchas más) están: 1. En tanto pedagogía su orientación es hacia la formación. De allí que sea medio propicio para la educación universitaria en el enfoque de RSU definido por AUSJAL. 2. La PI, inspira una “visión positiva del mundo”, por lo que abre la perspectiva de que siempre hay algo bueno por hacer y que todas las personas, las de la Universidad y las de la Comunidad, tienen el potencial para obrar en orden a lograrlo. 3. La PI invita a que las personas desarrollen procesos de contextualización, que enriquecen con su experiencia; que piensen y discutan críticamente acerca de ello y desarrollen acciones que generen calidad de vida y dignidad para las personas. 4. Pone a la persona como centro. El desarrollo de toda actividad, tendrá como eje a los sujetos (y no sólo a los problemas, o las técnicas), sus vivencias, experiencias y conocimientos, y esto los compromete afectivamente, favorece la transformación tanto de las personas y como de sus contextos y les hace autónomos para seguir desarrollando el proceso iniciado. Si bien la PI, no es una panacea para el logro de la formación en RSU, si es un medio que facilita, en nuestras instituciones su logro conforme al espíritu universitario jesuita. LAS BUENAS PRÁCTICAS COMO HERRAMIENTAS PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UN PLAN DE FORMACIÓN Gloria Yadira González Valdivia Especialista Contratada para la Sistematización de Buenas Prácticas P8-1 En palabras de Kolvenbach sj. (2000) las sociedades latinoamericanas no cambiarán sin que se produzcan grandes transformaciones en sus universidades, que efectivamente busquen formar y promover a las nuevas generaciones con la sensibilidad y los conocimientos para enfrentar los nuevos desafíos, hacia una mayor justicia y humanidad. (AUSJAL, 2009:11) La Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) se ha comprometido en la incorporación del enfoque de Responsabilidad Social Universitaria, es decir la habilidad y efectividad de la universidad para responder a las necesidades de transformación de la sociedad donde está inmersa, mediante el ejercicio de sus funciones sustantivas tales como la docencia, investigación, extensión y gestión interna. (AUSJAL, 2009) En el año 2009 se logra la definición de políticas y un sistema de autoevaluación y gestión de la Responsabilidad Universitaria de AUSJAL. Los procesos de autoevaluación han evidenciado avances de las universidades en la incorporación del enfoque de RSU en el ejercicio de sus funciones sustantivas. En aras de consolidar este esfuerzo se ha planteado la necesidad de sistematizar buenas prácticas de RSU en inserción curricular y gestión académica que sirvan como herramientas formativas para los planes de formación docente de las universidades de AUSJAL. El principio orientador de la sistematización es la construcción colectiva de conocimiento a partir de la experiencia. Los actores de las diferentes universidades, en un esfuerzo crítico e inter subjetivo, identifican las 4 buenas prácticas que pueden ser replicadas por sus homólogos en otros contextos. Esta reflexión crítica para compartir sus aprendizajes es esencialmente formativa. El concepto de buenas prácticas se utiliza en diferentes contextos para referirse a las formas óptimas de ejecutar un proceso, que pueden servir de modelo para otras organizaciones. Las buenas prácticas de inserción curricular y gestión académica, al ser sistematizadas bajo criterios consensuados colectivamente, permiten aprender de las experiencias y aprendizajes de otros. Las prácticas bajo el enfoque de Responsabilidad Universitaria implementadas en las universidades de AUSJAL deben promover aprendizajes vivenciales y significativos en los procesos de transformación de la realidad en la que viven poblaciones pobres y vulnerables, permitiendo la formación de profesionales universitarios comprometidos. Las buenas prácticas de inserción curricular y gestión académica se definen como aquellas acciones o conjunto de acciones realizadas por actores universitarios, de manera individual o colectiva, cuyos resultados promueven aprendizajes vivenciales y significativos, sustentados en el enfoque de RSU, capaces de modificar el contexto en que se desarrollan y que, como prácticas contextualizadas pueden orientar/facilitar herramientas y estrategias de aplicación en otras universidades Para postular una buena práctica de inserción curricular y gestión académica los requisitos mínimos son: 1. Que se continúe desarrollando y tenga una antigüedad de un año como mínimo. 2. La buena práctica tenga resultados que puedan ser soportados y sustentados con evidencia. 3. Los docentes responsables de la práctica fundamentan porque consideran que esta es una buena práctica y posibilidad de ser replicada. 4. Esta buena práctica implica una novedad o innovación en las prácticas formativas y docentes. El enfoque de Buenas Prácticas está basado en la idea de replicar las experiencias que han demostrado ser pertinentes, innovadoras, eficaces, eficientes y sostenibles en otros contextos o territorios, para obtener resultados similares. Para replicar una experiencia hace falta un proceso de reflexión y análisis de lo que se hace o se hizo, para identificar claramente qué se hizo, cómo se hizo y por qué fue exitoso. Este proceso de sistematización dará como resultado un modelo de la experiencia que tiene potencial para ser difundido, transferido y replicado. Las buenas prácticas tienen que poder demostrarse; es necesario que las universidades reúnan la información en formatos adecuados, comparables y transferibles de manera que facilite su replicabilidad. De ahí se deriva la preocupación por establecer criterios comunes para la detección y selección de buenas prácticas, así como también de homologar los formatos de presentación de las experiencias que se quiere compartir. La transferencia de una buena práctica requiere de una presentación clara y pedagógica de los procesos de la experiencia, señalando objetivos, enfoques, estrategias, recursos y costos. Las condiciones para replicabilidad de la iniciativa implican la disponibilidad de documentos: informes de seguimiento, registro de observaciones, memorias, informes de evaluación, etc. Así mismo, la transferencia, exige la capacidad de trasmisión de conocimientos y experiencias por parte de los actores involucrados. Las buenas prácticas al ser validadas por el equipo asesor de la sistematización, en un esfuerzo de aprendizaje colectivo, serán difundidas e incorporadas para ser utilizadas como herramientas de los procesos de formación docente en Responsabilidad Universitaria en las universidades de AUSJAL. Lista de Referencias: Asociación de las Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina. (AUSJAL, 2009). Políticas y Sistema de Autoevaluación y gestión de la Responsabilidad Social Universitaria en AUSJAL. (p. 11) 5 UNIVERSIDADES QUE PARTICIPAN DE LA CONSTRUCCIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS Mariana Marturet y Marianela Fernández Colaboradoras en la Sistematización de Buenas Prácticas P8-1 La sub Comisión P8-1 se encuentra trabajando fuertemente en la generación de insumos que permitan la construcción de un Plan de Formación y Sensibilización en clave RSU para académicos y directivos de las Universidades de la Red. En este marco, y como primer producto se elaboró un inventario o registro de Buenas Prácticas de Inserción curricular y de gestión académica vinculada a la RSU, que sirve como insumo fundamental para el Manual de Buenas Prácticas que se encuentra actualmente en etapa de elaboración. A continuación, se resaltan los principales resultados obtenidos a partir de la aplicación del instrumento para el registro de Buenas Prácticas en las Universidades participantes. En total 10 Universidades de la Red respondieron a la consulta, relevándose un total de 194 prácticas de las cuales 151 corresponden a buenas prácticas de inserción curricular de la RSU y 43 corresponden a buenas prácticas de gestión académica. Descripción del tipo de práctica presentada Si se analiza el total de las prácticas de inserción curricular, casi 6 de cada 10 (58%) corresponden a materias en donde se combina un abordaje teórico y práctico. El 24% lo componen materias de tipo teórico y 15% corresponden a abordajes prácticos. En lo que respecta a las prácticas de gestión académica relevadas, el 40% se relacionan con políticas de apoyo al proceso pedagógico. En menor medida aparecen representadas las prácticas vinculadas a los procesos de reforma del Plan de Estudios y aquellas relacionadas a los procesos de evaluación y selección docente (7% respectivamente). Con un porcentaje de 44% se presentan prácticas de otro tipo, como políticas de fortalecimiento de la identidad institucional, o prácticas específicas dirigidas a direcciones y coordinadores de curso, adscriptos, académicos y otras hacia toda la comunidad académica. Cuadro 1: Distribución de las Prácticas de Gestión Institucional e Inserción Curricular según tipo de práctica presentada. Total de Universidades consultadas. Mayo 2013. 6 Duración de las prácticas Respecto a la duración de las prácticas de Inserción Curricular, la mayoría de las presentadas por las diferentes Universidades (49%) tienen una duración de un semestre en el año, el 31% de las prácticas presentadas duran dos semestres, el 13% tienen una duración de dos cuatrimestres en el año y un 6% duran un cuatrimestre. Población destinataria La población destinataria de las prácticas es otra de las dimensiones analizadas a partir de la información presentada por las Universidades. Dentro de las prácticas de Gestión Institucional, el 33% de ellas están destinadas a docentes, otro 33% están dirigidas a estudiantes, y un restante 35% están enfocadas en otros públicos (como funcionarios, personal técnico, etc). En cuanto a los públicos destinatarios de las prácticas de Inserción Curricular, un 26% de las prácticas enviadas por las distintas Universidades están enfocadas al público adulto, un 20% se dirigen a niños y niñas y un 19% a adolescentes. En menor medida aparecen representadas las prácticas dirigidas a la tercera edad (6%) y un 28% están dirigidas a otros públicos. Si se realiza un análisis de esta última categoría (“Otros Públicos”), se encuentran representados actores tales como: instituciones y comunidades urbanas o rurales, microempresas o micro-negocios familiares (como sector vulnerable de la economía nacional), organizaciones de la sociedad civil, organizaciones gremiales, civiles o religiosas, sin fines de lucro, familias, comunidades vecinales/barriales, grupos de mujeres, grupos de diabéticos, entre otros actores. Cuadro 2: Distribución de las Prácticas de Gestión Institucional e Inserción Curricular según población destinataria de las prácticas. Total de Universidades consultadas. Mayo 2013. Si bien esta sistematización no tiene carácter representativo alguno respecto a la diversidad de prácticas existentes en nuestras Universidades, sí conforma un interesante conjunto de análisis, donde se observan algunas concordancias en nuestros abordajes y algunas preocupaciones comunes como instituciones educativas. A partir de este primer análisis, la Comisión que aborda este sub proyecto trabajará en profundizar sobre la información enviada por las Universidades, de manera de avanzar en la definición y redacción de un Manual de Buenas Prácticas que permita, como insumo, aportar al desarrollo y fortalecimiento de la RSU en nuestras instituciones. En palabras de Kolvenbach sj (2000) las sociedades latinoamericanas no cambiarán sin que se produzcan grandes transformaciones en sus universidades, que efectivamente busquen formar y promover a las nuevas generaciones con la sensibilidad y los conocimientos para enfrentar los nuevos desafíos, hacia una mayor justicia y humanidad. (AUSJAL, 2009:11) 7 La Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL) se ha comprometido en la incorporación del enfoque de Responsabilidad Social Universitaria, es decir la habilidad y efectividad de la universidad para responder a las necesidades de transformación de la sociedad donde está inmersa, mediante el ejercicio de sus funciones sustantivas tales como la docencia, investigación, extensión y gestión interna. (AUSJAL, 2009) Links – Sitios Recomendados http://www.ausjal.org/sitios/rsu/ http://www.ucc.edu.ar/portalucc/seccion.php?sec=6&pag=1085 8