DOMINGO 1.° DE JULIO DE 1900 Un Por Un Ex año corresponsal semestre r..njero, un año 5 ptas. 5'¡0 > 3 » 10 » ? e pu')'ioa todos los domineros con las l l c e n ' i a i necesarias.— No PO admiten subscripciones por m e . no» de un s ' m e s t r e y previa pago adelantado. —No se devuelven los originalag. A d m i n i s t r a c i ó n : P l a z a de Santo Domlng-o, 14, • b a j c S I a d r i d . Número suelto, 10 céntimos. liOS p r o d u c t o s se d e d i c a n á la p r o p a g a n d a g r a t u i t a de bucnaiií lecturai'. ÓRGANO DEL APOSTOLADO DE LA PRENSA , W^ -*»Bts~«i»«í^«^:í;- V ^^ • - • ^ - • - . T I R R [^J A V CÍE L O (DIBUJO DE F , A IUAL.) Mi^ ¿ti .í»4_-íf4_j5(A í í í»í_.J»4_Jti._í»l__í»J_C 6 ó & Á 6 o CRÓMICA ije^H»ji»ffi-<H>A>ilHH>Aiil^»»AJHH>A>B-»»Jt ÜT»n«T""Ti?" ít¥ T t r ^ t t r ' í í T t f í t n ^ n f n ' t n f r o STXMI-AJRIO TEXTO Crónica semanal, por Máximo.—La suspensión de garantías, por Peáro.—Sección piadosa: Indicador religioso, Santo Evangelio, Consideración.—La Visitación de nuestra Señora á santa Isabel.—Sección de polémica: Fuego graneado, por Matraca.— El duelo, por Enrique Carbonell.—Noticias y comentarios.—Los dos muertos, por Teófilo Nitram. GRABADOS Tierra y cíeZo (alegoría), dibujo de Avrial.— Catedral de Amiens (Francia).—La visitación de nuestra Señora á santa Isabel, agua fuerte de Alberto Durero.—Los huérfanos.— Una lección de música.—A través del lago, cuadro de José Wopfner.— Granada: Galería delpatio de los leones, en la Alhambra.—Los dos muertos, ilustraciones de Alvarez Cañas. — Un testamento (continuación). STANDO suspendidas las garantías constitucionales (de cuyo efecto en la opinión tratamos en otro lugar de este número), ha decaído, liasta casi anularse, el interés de las cuestiones candentes, de las que, y principalmente de la cobranza de los tributos, no se lee en los periódicos, sino lo que el Gobierno autoriza. Puede creerse que este asunto está terminado, al menos por ahora. El Liberal publicó hace dos ó tres días una información política, de la que resulta que el ministerio está poco menos que en crisis, ó en vísperas de que se plantee. Según estas referencias, Villaverde, cansado de la labor que viene haciendo desde que se encargó del ministerio, quiere á todo trance dejar la cartera antes de que la corte salga para San Sebastián. Silvela se ha resistido muchísimo á complacerle; pero ahora accede por fln, porque trae entre manos la combinación de proclamar á su íntimo amigo y compañero de disidencia, inmediato sucesor en la jefatura del partido conservador. Para esto trata de llevarlo á la presidencia del Congreso, puesto que se considera en la jerarquía política como el segundo en importancia; esto es, el que la tiene mayor después de la presidencia del Consejo. Pero si Villaverde es presidente del Congreso ¿qué se hará de D. Alejandro Pidal? Silvela parece que quiere darle la embajada de Roma, pero no es seguro que D. Alejandro se resigne. Si se resignase, se hacía la crisis en estos días, ó en la primera decena de Julio; saldría Villaverde, y en Hacienda quizá entrase Sánchez de Toca; pero tampoco éste, todavía irritado por las resultas de la última crisis, parece dispuesto á dejarse con- vencer. No entrando Toca, al que Silvela quiere templar, porque comprende que es un elemento de fuerza dentro del partido conservador, se daría la cartera á cualquier personaje de segunda flla; el caso es que Villaverde quede en disposición de presidir la próxima legislatura. Hemos procurado informarnos de la exactitud de estas noticias, y no lo hemos conseguido; es cierto, sin embargo, que se habla mucho de ello en los círculos políticos, y que no son los conservadores los que menos zarandean tales referencias. Tampoco sabemos qué fundamento tenga la especie que corre por los mismos círculos con gran crédito, respecto de haber dicho Martínez Campos que no cree que caiga el Gobierno hasta Octubre, ó lo que es iguai, que para Octubre caerá el Gobierno, y ya se sabe que las profecías de esta clase del general Martínez Campos, suelen cumplirse. De aquí deducen los que estiman exacto el dicho de Martínez Campos, que para Octubre tendremos á Sagasta en el poder, ó quizá una concentración de tetuanistas y gamacistas; pero esto último nos parece muy poco probable. El ministro de Instrucción pública, Sr. García Alix, continúa en su tarea de destejer cuanto tejió su antecesor el marqués de Pidal. Ya le ha tocado el turno y el palo de ciego, y ¿cómo no?, á la segunda enseñanza. Todavía no ha salido el decreto con el nuevo plan, pero los periódicos lo anuncian como cosa inminente, y han publicado sus principales disposiciones. El bachillerato se reduce á seis años (en el plan de Pidal son siete); el latín vuelve á cursarse en dos años, que es lo mismo que no estudiarlo y para esto mejor sería suprimirlo del todo; se aumentan las asignaturas de inglés y alemán, y se da suma importancia á la Geografía, nada menos que tres cursos: uno de geografía política, otro de geografía física y otro de astronómica: perdemoscolonias, pero ganamos mapas. En cambio se suprime la religión como asignatura. ¡Los conservadores píos y católicos! Cuando el plan sea oficialmente conocido, será hora de examinarlo. Por lo pronto, séanos permitida una observación; los niños que empezaron á estudiar el bachillerato en Octubre de 1898, llevan dos cursos, y cada uno de ellos lo han seguido bajo un plan diferente, y ahora emprenderán el tercero con un tercer plan. Curso de 1898 á 1899: plan de Gamazo. Curso de 1899 á 1900: plan del marqués de Pidal. Y curso de 1900 á 1901: plan de García Alix. ¿Por qué plan estudiarán el curso de 1901 á 1902? Y véase lo que son las cosas: como por el plan de Gamazo, el primer año no se cursaba latín, sino gramática castellana, estos estudiantes no han seguido más curso de lengua latina que el que acaba de terminar, y que, según declaración oficial, vale por los dos primeros cursos del plan de Pidal. Pero viene ahora García Alix, y conforme á su plan, el latín se reduce á dos cursos, luego ya los tienen estudiados ambos, y resulta en definitiva que estos niños, de los que quiso hacer el marqués de Pidal unos Cicerones ú Horacios, quedan con ocho meses de latín, ó lo que es igual, con ocho meses absolutamente perdidos, porque ¿para qué han de aprovecharles jamás las nociones gramaticales aprendidas en ellos? Y á esto se llama en España legislar sobre Instrucción pública. No hay en el mundo país en esto ni más desgraciado ni más informal y voluble. Es un país de niños grandes. Los portugueses han estrenado ministerio, cosa que nos i m . LA LECTURA porta mucho menos que el caso sospechoso de peste bubónica registrado en Oporto. Esta enfermedad es muy traidora, y suele quedar agazapada en una localidad para luego hacer explosión repentinamente. Dios quiera que ahora no sea así. Las noticias de los Estados Unidos anuncian que muchos filipinos de los que estaban en armas, se han sometido á las autoridades yanquis; pero Agoncillo, agente de Aguinaldo en París, lo ha desmentido, afirmando, en cambio, que la mayoría de los filipinos está resuelta á luchar hasta que consiga la completa independencia del país. La cuestión de China se agrava considerablemente. Es indudable que los llamados boxers no son sino el grupo más avanzado del poderosísimo partido dirigido por la emperatriz, que aspira á emancipar á China de toda influencia europea, cosa que, desde el punto de vista chino, será quizá muy lógica, pero que, desde todos los puntos de vista, es imposible. China, queriéndose librar de Europa, sólo conseguirá hacer más apretadas las ligaduras que la sujetan, lo que no se opone á que también, para las naciones de Occidente, presente algunas dificultades la empresa de meter á los chinitos en cintura. Nada menos que á 360.000 hombres, 220 cañones Creuzot, 18 Krupp y 150 Maxin, dicen las agencias telegráficas que asciende el ejército chino, reunido cerca de Pekín, y al que tendrán que derrotar y dispersar los destacamentos europeos y americanos para imponerse y dictar la ley al celeste Imperio. Claro es que, si no miente la experiencia, 360.000 soldados chinos valen infinitamente menos que la sexta ó séptima parte de esa cifra de soldados de otras naciones y razas; los chinos suelen dejarse degollar como corderos, sin oponer la menor resistencia, pero, al fin y al cabo, son muchos millones, es de presumir que en ese ejército esté la flor de la China, ó sea lo menos malo, y tienen á su favor el polcar en su país y las dificultades geográficas y climatológicas del mismo país. Es lo cierto, que los destacamentos que hasta ahora han desembarcado, no pueden con ellos, y de uno de dichos destacamentos que avanzó demasiado, se dice que se halla muy comprometido. Se anuncia que los yanquis piensan enviar un ejército de 10.000 hombres, sacados de Filipinas, y mandado por el generalísimo Miles. También los ingleses hacen sus aprestos, y los rusos envían un verdadero ejército desde Port-Arthur. Se ha dicho que las potencias abrigaron el propósito de confiar al Japón el restablecimiento del orden en China; pero esto puede herir los recelos de Inglaterra y Alemania, pues el Japón, á pesar de lo de Port-Arthur, parece ahora suspeditado en todo á los rusos. Se observa que las potencias quieren resolver los asuntos de China en buena concordia y amistad, esto es, sin suscitar la cuestión del reparto; pero es difícil que lo consigan. Ha muerto en San Petesburgo el conde Mouravieff, ministro de negocios extranjeros y canciller del Imperio moscovista, dignidad allí equivalente á la de primer ministro. Hacía muchos años que el conde desempeñaba su destino, á pesar de ser relativamente joven, y disfrutaba de la onnímoda confianza del czar. En Francia ha sido muy sentida su muerte, porque Mouravieff era resuelto partidario de la alianza franco-rusa; los periódicos extranjeros dicen que tenía el difunto grandes condiciones de diplomático, que era un hombre trabajador, pacífico, partidario de reformas prudentes en el gobierno de su nación, muy culto y sincera y profundamente adicto á su soberano. Para Nicolás la muerte de este ministro es una pérdida considerable. DOMINICAL 403 LA SUSPENSIÓN DE GARANTÍAS STA vez, como todas las anteriores en que se han suspendido las llamadas garantías constitucionales, son muy de notar varios fenómenos que vamos á someter ligeramente á la consideración de nuestros lectores. En primer lugar, la eficacia de tal suspensión al efecto de r e s t a b l e c e r la tranquilidad pública. Recuérdese cuál era el aspecto de esta villa y corte antes de suspenderse las garantías, y véase cuál es ahora. Parecía que estábamos en vísperas de una terrible revolución. Las tiendas cerradas ó entreabiertas decían en un lenguaje mudo, pero elocuente, una de estas dos cosas: no queremos pagar la contribución, en cuyo caso su lenguaje silencioso significaba: este cierre es símbolo y anuncio del cierre definitivo de la patria; porque la patria, lo mismo que la familia, necesita de recursos materiales para subsistir, y cuando los que deben darle esos recursos se los niegan, se disuelve y perece, exactamente lo mismo que la familia cuando los que deben mantenerla, no lo hacen. O significaba en otros, quizá en la mayoría de los casos: estamos cerradas, porque tememos que las turbas nos rompan los cristales ó lemas de nuestros escaparates; lo que quería decir, que se temía la tiranía de la muchedumbre, y no se confiaba en la protección de las autoridades establecidas. Al mismo tiempo que las tiendas cerradas ó medio cerradas, parecían expresarse así, turbas de chiquillos y mozuelos surgían á lo mejor en una ó en otra calle, dando desaforados gritos, tirando piedras, corriendo en esta ó en aquella dirección, ó huyendo de los agentes de orden público, que les repartían sablazos cuando lograban atraparlos. Los que han leído un poco de historia, recordaban que todos los motines célebres, hasta las más espantosas revoluciones, han comenzado por estas algaradas de la chiquillería canallesca del arroyo. El granuja es el instrumento del agitador, y la vanguardia astrosa y desharrapada de las revoluciones. Mientras tanto, se sabía que en el Círculo de la Unión Mercantil funcionaba una especie de comité de salvación pública, un directorio, un verdadero gobierno de hecho que MÁXIMO. había levantado bandera contra el gobierno establecido. De aquel centro salían emisarios que llevaban á las tiendas las órdenes ó úkases del Directorio: que cierre usled la A muchos les perdono muchas cosas, pero á los ateos y á los puerta, cuidado con que la abra, que no vea yo abierto materialistas los detesto: porque, ¿qué puedo tener yo de común ni el postigo, suelte usted á la dependencia y vayase de con el que no cree en la existencia del alma y teniéndose por un montón de fango sostiene que yo también soy fango? — NAPO- paseo, déjate embargar, etc., etc. Y estos emisarios tomaLEÓN I. ban delante de los mostradores, al fulminar tales decre- 404 LA LECTURA tos, actitudes trágicas, ponían cara ferochc de comisarios de la Convención; traían á la memoria el semblante uraño de Cimourdín cuando mostraba ú su discípulo Gauv'n con el dedo rígido los peldaños de la guillotina. Esto era bufo, os verdad, pero la experiencia de un siglo do revolucionen demuestra que en este sangriento juego de los motines, lo bufo y lo espantoso van unidos. No es un reaccionario, es Valera, el que ha escrito que la revolución española se ha distinguido siempre por su carácter sainetesco; ha sido, en efecto, un sainetón lúgubre; los que degollaron al cura de Tamajón, los de la horrible degollina de 18IM', los cantonales, todos nuestros revolucionarios, en suma, han sido bárbaros ridículos; mataban y hacían reir al mismo tiempo. Y ¿los periódicos? ¡Ah! L^s periódicos habían adoptado ya el estilo sombrío, gárrulo, soez, amenazador, propio de la retórica revolucionaria. Venían todas las mañanas llenos de rótulos espeluznante?, de artículos aue parecían arengas á una turba sublevada. ¡Qué horror! Sí, la alarma había penetra 'o en los hogares y en los corazones. Se había vuelto á no hablar uiás que de política. Cuando en un pueblo no se habla más que del Gobierno, es señal infalible de que no hay gobierno, por la misma razón de que los pobres hablan más del dinero que los r i cos, y los enfermos de la salud, más que los sanos. Tal era la situación. Pero de repente se oye: «ya están suspendidas las garantías constitucionales.» Las gentes se miraban unas á otras, y se preguntaban: ¿qué garantías son esas (pie nos han suspendido? Nadie sabe contestar de un modo satisfactorio; porque entre las muchas cosas que el español ignora, se cuentan los ochenta y nueve artículos do la Constitución de la Monarquía. Pero los más avisados dicen á sus vecinos: «pues mire usted, eso de suspender las garantías quiere decir que el Gobierno puede ahora dar los palos que quiera, y donde duela.» — «¿Qué dice usted, hombre? ¿Qué se van á dar palos? F*ucs no mo parece mal; porque hace mucho tiempo que estoy pensando yo que lo que aquí conviene es que se den algunos palos.» Y todo el mundo se sonríe beatíficamente, con una sonrisa ([ue sale de lo más íntimo y profundo del alma. La perspectiva de que se van á dar palos, devuelve la tranquilidad á los semblantes y a los corazones. Una sola cosa amarga esta satisfacción indecible: el temor do (jue no se den muchos palos y de que no so den fuertes. Se oye decir: «¡No me fío, estos gobiernos, liberales al fin, no pegarán bien! ¡Oh, si me entregaran á mí la estaca, aunque sólo fuera por un ratito!» É inmediatamente que se anuncia que se va á pegar, lie aquí que Madrid recobra como por arte de mr'gia su aspecto ordinario. Las tiendas se abren, el comité de salvación pública instalado en el Círculo de la Unión Mercantil, se disuelve y desaparece; ya no hay chi([uil!os ([ue corran, alboroten y apedreen. Los periódicos adoptan un lenguaje relativamente moderado. Y todo el mundo so va de paseo, ó á sus ocupaciones y negocios, todo el mundo tan contento y tan sin garantías; tan gozoso de no tenerlas encima. DOMINICAL Tienen que oir los pocos liberales, conscientes de lo que son, que Iiay en Espnña. «Este pueblo español—dicen— está hecho para la servidumbre; ni aprecia, ni estima los preciosos derocncs que á costa de tantos sacrificios y de tanta sangre se les han conquistado, y que la Constitución consigna; se alegra cuando se los ciuitan, ó, por lo menos, cuando se los suspenden, y los toma y los disfruta como una carga insoportable, insufrible.» Y ¿(jué quieren ustedes, amigos? El pueblo entiende poco de filosofías; ni si([uiera sabe, aun([ue continúa llamándose cristiano, que esos derechos, en el concepto, sentido y amplitud con ([uo están consignados en la Constitución, y aún más qae en ésta, en la mente de los ([ue aplican la Constitución y defienden el régimen liberal, han sido calificados por quien puede y debe hacerlo de libertades de perdición; pero el pueblo sabe, en cambio, que de esas libertados ó garantías sólo se aprovechan los pillos, los agitadores, los revolucionarios, para perturbar y agitar más y más éste país, é impedir que las personas lionradas se puedan ir ganando la vida y la de los suyos; sabe que todos esos agita-lores no llevan otra mira (pie la de encumbrarse y hacerse señorones y personajes, á costa de los bobos que creen en sus palabras rimbombantes; sabe (fue por enérgico y hasta duro que sea un gobierno, sólo por excepción rarísima, es atropellado un hombre de bien, ni llevado á la cárcel, ni violado su domicilio, ni cohartado en su libertad de escribir y publicar cosas útiles, científicas, literarias ó artísticas, y (pie en cambio la tiranía de los revolucionarios, girantida por las libertades modernas, cae sobro todos, y es en ocasiones verdaderair.eite insoportable. I'or eso el pueblo, lejos de amar esas garantías, las aborrece; lejos de disfrutarlas, las sufre, y cuando las suspenden, sólo siente que la suspensión no sea completa y definitiva. PEDRO. v/:^ zcr. vx vy. c/« -/ya -//^ roz '•fr. 'Jr~ -xrj -yn tx.'//: 'JT. -//D vy. vy. vj^ 'jj: -jr^ -yy. -xr. tí/) Lh SEMAL BE LA CRUZ Sul)icron á un tren varias sonoras, penetrando en un vagón donde había entro otras personas, un militar que ostentaba en fiu pecho la cruz do san ¡''ornando. Al emprender su marcha el tren, las señoras hicieron la señal de la Cruz; acto que fu('^ acogido con desdeñosa sonrisa por el militar, quien volviéndose á sus compauercs de viaje, exclamó con tono zumbón: —Desdichado país, donde el fanatismo llega hasta el punto de hacer pública ostentación de BUS ridiculeces. Al oir estas palabras, una de las señoras interpeló resueltamente al militar, diciéndole con tono afable: —;,nace usted el favor de decirme que"; condecoración es la que usted lleva? —La cruz do san Fernando—repuso con orgullo el interpolado,—con que fui condecorado en el campo mismo de batalla. —¡Oh caballero!—repuso la dama,—cuánto le envidio á usted. Yo sólo do tiempo en tiempo, puedo hacer la señal de la Cruz, pero usted lleva incesante sobre su corazón esta cruz que es emblema del honor, porque es sínibítlo de Jesucristo. La profesión de fe qu3 hace usted constantemente, os pues, más pública y extensa. Si le causa á usted repugnancii, debo empezar arrancando de su pecho la ci'uz. Corrido y avergonzado no se atrevió á replicar el chasqueado burlón. Sk ©'•&«.-^ i; í^'ÍS^íí'í*© SECCIÓN IKBICADOR RELIGIOSO Día 1." de Julio. Domingo IV de Ponfe30stés.—La preciosísima sangre de nuestro Señor Jesucristo, y santos Casto y Secundino, obispos y mártires.—Jubileo en las religiosas Salesas.— Adoración nociurna, en el oratorio del Espíritu Santo, á las nueve de la noche: turno Cor Josu. Día 2. Lunes.—La Visitación de la santísima Virgen María á su prima santa Isabel, y san Otón, obispo.—Jubileo en las religiosas Salesas.—Adoración nocturna: turno Corpus Christi. Día 3. Martes.—Santos Anatolio y lleliodoro, obispos.—Jubileo en las religiosas Descalzas Reales. —Adoración nocturna: turno Sanguis Christi; solemne Te Deum á las diez en punto. Día 4. Miércoles. — San Laureano, arzobispo de Sevilla, mártir.—Jubileo en las religiosas Descalzas Ríalos.— \ Adoración nocturna: turno san Miguel de los Santos; solemne Te Deum á las diez en punto. Día 5. Jueves.—San Nunieriano, ob. y conf. Jubileo en l a s religiosas Descalzas Reales.— Adoración nocturna: turno Ánima Christi. Día 6. Viernos.~San Isaías, profeta.—Jubileo en la iglesia de san Fermín.—Adoración nocturna: turno san Isidro; por la intención de un adorador. Día 7. Sábado.—San Fjrmín, obispo y mártir.—Jubileo en la iglesia de san Fermín. — Adoración nocturna: turno san José. PIADOSA Subiendo, pues, en u n i d o ella."., la cual era de Simón, pidióle que la desviase un poco do tierra. Y sentándose dentro, predicaba desde la barca al numeroso concurso. Acabada la plática, dijo á Simón: (íuía mar adentro, y ecliad vuestras redes para pescar. Replicóle Simón: Maestro, toda la noclic hemos estado fatigándonos, y nada hemos cogido; no obstante, solare tu palabra echaré la red. Y liabiéndolo liecho, recogieron tan grande cantidad de peces, que la red so rompía. Por lo que hicieron señas á loa comi)añeros de la otra barca, que viniesen y los ayudasen. Vinieron luego; y llenaron tanto de peces las dos barcas, que poco faltó para que se hundiesen. Lo que viendo Simón Podro, se arrojó á los pies do Jesús, diciendo : Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador. Y es que " el asombro se liabía apoderado así de él como de todos los demás que con él estaban, á vista de la pesca que acababan de hacer. Lo mismo que sucedía á Santiago y á Juan, hijos do Zebedoo, compañeros de Simón. Entonces Jesús dijo á Simón: No tienes que temer: de hoy en adelante serán hombros los que has de pescar para darles la vida. Y ellos, sacando las barcas á tierra,dejadas todas las cosas, lo siguieron. SANTO E¥ANeiLIO El de esta dominica, es del capítulo V, versículos 1 al 11 según san Lucas. En aquel tiempo, hallándose Jesús junto al lago de Gonezarct, las gentes se agolpaban alrededor do él, ansiosas do oir la palabra do Dios. En esto vio dos barcas á la orilla del lago, cuyos pescadores habían bajado, y estaban lavando las redes. CATEDRAL DE AMIENS (FRANCIA) E l r e y <!<< U í U g i c a e n l a Catfirtrnl d«! A i u i e n s . — H a c e unos días, de paso por Amiens, y de riguroso incógnito, detúvose el rey de Bélgica unas horas en dicha población, cuya Catedral visitó detenidamente, oyendo Misa de ocho, después de la cual dirigióse al coro para examinar sus bellezas arlisticas; pero el suizo encargado de la vigilancia, le dijo que no podía pasar, porque no se permitía durante los divinos Oficios; envista de lo cual se retiró el rey con sus dos acompañantes. Cuando-el sa>zo se enteró de quién era el personaje ¡i quien había impedido la entrada en el coroC'Hijo: —¿Cómo podía yo imaginarme que era un rey una persona tan modestaríente vestida y que había respetado, sju darse á conocer, la orden de no entrar en el coro? CONSIDERACIÓN Místicamente — dice san Ambrosio comentando este pasaje del santo E v a n g e l i o la barca de Pedro que ilota, según san Slateo, y que según san Lucas, so llena de peces, figura la Iglesia liotanto en su origen y llena después hasta rebosar. No zozobra ésta que tiene á Pedro; pero fluctúa aíjuélla que tiene á Judas: en una y otra, so encuentra Pedro, pero el que permanece firme por sus virtudes, os perturbado por los extraños. Evitemos el trato con el traidor, no seatiue muc h o s vacilemos empujados por uno solo. Allí hay perturbación donde se halla poca fe; pero donde hay perfecto amor, reina gran seguridad. 406 LA LECTURA DOMINICAL LA YISITACIÓl^ DE ITUESTKA SEÑORA Á SAITIA ISABEL Agua fuerte de Alberto Durero. j^ESPUÉs de haber la santísima Virgen consagrado algunos días á contemplar el misterio de la Encarnación, que en la celestial Señora habíase obrado, dice el evangelista san Lucas que «por aquellos días partió María, y se fué apresuradamente á las montañas de Judea, á una ciudad da- la tribu de Judá. Y tabiendo entrado en la casa de Zacarías, saludó á Isabel. Lo mismo fué oir Isabel la salutación de María, que la criatura, ó el niño Juan, dio saltos de placer en su vientre, é Isabel se sintió llena del Espíritu Santo. Y exclamando en alta voz, dijo á María: Bendita tú eres entre todas las nmjeres; y bendito es el fruto de tu vientre. Y ¿de dónde á mí tanto bien, que venga la madre de mi Señor á visitarme? Pues lo mismo fué penetrar la voz LA LECTURA de tu salutación en mis oídos, que dar saltos de júbilo la criatura en mi vientre. ¡Olí, bienaventurada tú que has creído!, porque se cumplirán sin falta los cosas que se te han dicho de parte del Señor. > Entonces la santísima Virgen, dando expansión á los sentimientos de que estaba llena su alma inmaculada, entonó el cántico admirable que, según Gersón, profetizó el Salmista en estas palabras: Con un arpa de diez cuerdas entonaré un cántico. Las cuales diez cuerdas son los diez siguientes versículos que dijo ante su prima santa Isabel, nuestra Señora: «Mi alma glorifica al Señor: »Y mi espíritu está transportado de gozo en el Dios salvador mío: >Porque ha puesto los ojos en la bajeza de su esclava: por tanto, ya desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. < Porque lia hecho en mí cosas grandes aquel que es todo poderoso, cuyo nombre es Santo; »Y cuya misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen. «Hizo alarde del poder de su brazo: deshizo las miras del corazón de los soberbios. «Derribó del solio á los poderosos y ensalzó á los humildes. • Colmó de bienes á los hambrientos, y á los ricos los despidió sin nada. «Acordándose de su misericordia, acogió á Israel su siervo; •Según la promesa que hizo á nuestros padres, á Abraham y á su descendencia por los siglos de los siglos.» Detúvose María santísima con su prima santa Isabel cosa de tres meses, y después se volvió á su casa. Saludemos con frecuencia á la santísima Virgen, por cuya mediación debemos esperar toda salud, y júntese nuestro Magníficat con el que todos los siglos elevan á los cielos, repitiendo con júbilo las bendiciones al Señor, por las maravillas que realizó en la que todas las generaciones llaman Bienaventurada. -NS^SÍ^®(SÍ^*'2/~ ^E@©IÓN DE PODÉMI^A FUEGO GRANEADO ¡Chin! ¡Chin! ¡Boom! ¡Boom! ¡Que entró en la Academia D. Jacinto Picón! No me ha salido el verso muy malejo, si se tiene en cuenta á qué extremos ha llegado hoy la poesía, y con qué extremos escriben hoy algunos. Muchísimo peores son (por ejemplo) los versos de Clarín y pasan; con que... Además; que cuando se escribe fervente cálamo, suele salir el escrito algo incorrecto, siquier gane en inspiración, fuerza y entusiasmo lo que en corrección pierda; y eso le ha pasado á un servidor. Que ha sentido sus ó he sentido mis nervios saltar do entusiasmo al leer los calurosos aplausos en que ha estallado (¡lo que siento es que no estalle de otra manera!) toda la prensa liberal estos días para celebrar la entrada en la Academia Española de D. Jacinto Octavio Picón, redactor de Vida Nueva, autor de El Enemigo y otros excesos, y, sobre todo, académico de la lengua (que lo es ya), que no se sabe, como ha dicho un periódico, adonde irla á parar si se le obligara «á hablar, escribir, pensar y sentir en español.» Pero esto último cae por fuera y no se ve; lo que se ve ó se quiere ver únicamente es—que D. Jacinto Picón—es la viva encarnación (el entusiasmo no me deja hablar en prosa), de los principios liberales, ó del liberalismo, y por eso los diarios liborales á una, aplauden á rabiar su entrada en la Academia, mal que pese á la lengua castellana, al sentido común, y, sobre todo, al catolicismo, adonde, bien mirado, es donde en último término van á parar todos los tiros, como bien claro se ve en que el 407 DOMINICAL principal elogio que de Picón se hace por toda la prensa liberal, es, llamarle autor de El Enemigo. Y el enemigo para Picón, como para Gambetta, es el catolicismo, al que, para disimular, llaman clericalismo, lit)erales y librepensadores. Ya se sabe (y si alguno de nuestros lectores lo ignoraba, ahora puede saberlo), (jue El Enemigo, que como tal señala Picón en su obra de ese título, es el cloro, el clero católico. ¿Qué más méritos necesita para qne los diarios liberales aplaudan á rabiar su entrada en la Academia de la Lengua, cuyo cuerpo, relativamente sano, hasta hace poco, se encuentra ya hoy corroído por el ponzoñoso virus del liberalismo impío? * Uno de los diarios que más se han entusiasmado con la entrada de Picón en la Academia, ha sido El Imparcial, que grita en primera plana, bailando de gusto y cantándole «el trágalaal enemigo (de Picón y suyo): «Si hace algunos años se hubiese dicho que el autor de El Enemigo iba á entrar en la Academia Española, se hubiese tenido por cosa imposible, y el mismo Picón hubiese creído que se trataba de una broma. Pero los tiempos marchan, las cosas cambian, los exclusivismos y las iracundias de escuela se debilitan y apaciguan, y sobre las exageraciones del energúmeno, impera el espíritu de justicia. »Así, pues, Jacinto Octavio Picón, á pesar de su liberalismo radical y exaltado, á pesar de sus violentas campañas contra el clero, ha ido á ocupar un sitial entre los inmortales, sin que le fuese necesario dejar en la puerta de la Academia, ni sus libros, ni sus convicciones.» Dice bien El Imparcial: los tiempos marchan. •La masonería sirve para hacer marchar á la humanidad», decía entusiasmado un masón al recordar, sin duda, cómo corría su mujer cuando le pegaba las palizas... Los tiempos marchan y todo marcha y se marcha á... ¡vaya usted á saber dónde! La hacienda pública, la riqueza nacional, las creencias religiosas, la moralidad y la decencia, las buenas costumbres públicas y privadas (fundadas, como todo lo bueno, en las creencias religiosas); el honor, la vergüenza, y hasta la lengua castellana convertida hoy, por arte del diablo, en un galimatías, que el diablo que lo entienda. Los tiempos marchan, y con los tiempos se marcha de España todo lo bueno que quedaba en ella. Hoy, todo son marchas: la marcha de las colonias, la marcha de las riquezas, la marcha de la vergüenza... Todo se marcha hoy menos el liberalismo, que es el único que se queda para hacer marchar á lo poco bueno que queda en España (si queda algo). Y por eso, y nada más que por eso, entran hoy en la Academia los Pícowes sin dejar en la puerta, como dice JEÍ Imparcial, «ni sus libros, ni sus convicciones,» y toman asiento entre los Menéndez y Pelayos y los Peredas, que al fln tendrán que marcharse de allí, ó materialmente, ó moralmente, transformándose en Picones. l'orque ya recordarán nuestros lectores la fábula de aquella manzana podrida que colocaron entre otras sanas... La manzana podi'ida hizo pudrirse á las sanas. Como si dijéramos: les hizo marcharse del cesto. Y eso pasa con todo cesto de manzanas (hombres) sanas; en donde entra una podrida, todas se marchan, todas (todos) se pudren. ¡Cuánto pudiéramos decir si tuviéramos tiempo (porque mimbres tenemos de sobra), sobre esto de las marchas! Pero bastante hemos dicho. Sobre todo, para los buenos entendedores. * * • Mas mescolanzas: La Correspondencia de España quiere que sea un hecho la 40: LA LECTURA DOMINICAL LA cular prohibiendo en aquella provincia el lenguaje de los borrachos y los librepensadores. Es decir: la blasfemia. Enviamos nuestra entusiasta enhorabuena al Sr. Gobernador de Logroño, y al par un humildísimo ruego al de Madrid, suplicándole tome medidas severas para impedir en las calles y sitios públicos de la villa y corte el dicho lenguaje librepensador y borracho, que convierte á Madrid, á pesar del^isío progresista que nos damos (que se dan otros), en el pueblo de la inciiUnra y de la inávilizaáón. Porque realmente es una vergüenza eso de que salga uno por esas calles, y encuentre á cada instante y por todas partes seres que no hacen más que levantar contra el cielo lasi)atas de atrás, sin que nadie les ponga trabas. ¡Trabas, Sr. Gobernador, trabas para esa gente! ¿No prohiben nuestras leyes la blasfemia? ¿l'ucs de qué ó para qué sirven esos agentes do policía? ¿Para bigardear por las calles durante el día y por las noches echarle medios en las tabernas y conversar con las golfas en las esquinas? ¿Es por eso por lo que cobran el sueldo?... LECTURA 409 DOMINICAL ned por seguro que asiste por lo menos uno de osos catedi'áticos neos que no aprueban más que liases y jóvenes gazmoños.» ¡Es claro! ¡Cómo que en las iglesias en donde comulgan esos chicos son sacristanes ó monaguillos los catedráticos de la Universidad y del Instituto! ¡O le darán al fuelle del órgano! ¡Cualquiera cosa es capaz de afirmar El País, con tal de soltar una cuchuílota anticlerical! Y luego añade, como si pusiera una pica en Flandes: =En las clases de Barrio y Mier, en las de Orti y Lara, Iñif;",iez, Surroea, Vadillo j ' demás neos, es una garantía la comunión, el sor Luis ó pertenooer al círculo carlista.» ¡I\aluralmente! jY en las clases do Salmerón, Moi'ay.'.ta y otros por e! estilo, será una garantía sor impíos! ¡Com:) en las clases de El País, si El País diera clase, sería una garantía ser librepensador y blasfemo, y levantarle calumnias al clero, y burlarse de los frailes y las monjas, y hacer gala de c'iiisnio y otras cosillas por el estilo! ¡Qué tonterías hito dejir la ijasión ó la rabia anticlerical, señor País... del Abanico consabido, que usted tanto conoce por BUS... excesos. BlATRACA. El Pa/s, en fuerza de querer ser impío, ha degenerado (degeneró hace tiempo) en cursi y tonto. Se burla en uno de sus últimos números de los jóvenes que t¡3nen la piadosa costumbre de comulgar antes de examinarse y dice: «En la iglesia donde veáis gran número de esos chicos, teLOS HUÉRFANOS pronta vuelta á España do los comediantes Teresa Mariani, Zampieri y demás que han venido actuando en eí teatro de la calle del Príncipe. Nosotros no hemos podido apreciar, como La Corres, los méritos artísticos del Sr. Zampieri, do la señora Máriani y de su notable compañía, como dice el citado periódico, por la sencilla razón de que no hemos ido nunca á la Comedia, actuando en ese teatro la compañía de la Mariani; y no hemos ido á la Comedia, á pesar de los méritos artísticos de osa notable compañía-, porque casi todas las obras que representa esa notable compañía > son pornográficas ó indecentes; y aun la noche que ha roprc3e:itado alguna obra no pornográfica ó indecente, no hemos querido ir, atendiendo á que las demás, es decir, casi todas lo son, y no hemos querido contribuir (siquiera fuese en pequeña escala) al fomento de la pornografía ó ¡ndeíicncia; por eso no hemos podido apreciar, CDmo «la seña María Velasco, que á i¿á le hace asco >, los méritos artísticos de esa compañía. En un cafe: Se habla de Calixto y de Diego, dos íntimos amigos que pasan el tiempo hablando siempre mal el uno del otro. — ¡Es natural! -exclama un individuo que les conoce perfectamente—son dos amigos... mortales. UNA LECCIÓN DE MÚSICA Á TRAVÉS DEL L A G O '"^^dro de José W,»pfncr. EL DUELO AY algo más injusto que derramar la sangre humana por injurias particulares, y privar, con un mismo atentado, á la patria de un ciudadano, al rey de un subdito, á la Iglesia de un hijo, y á Dios de un alma que rescató con su sangre? Y sin embargo, desde que los hombros I)arnizaron de virtud esos actos sanguinarios, se ha hermanado en tal exceso con ellos el honor, que los anafenias de la Iglesia, las leyes severas de los príncipes, la justicia rigurosa de un Dios vengador, carecen de fuerza p.ira desarraigarle.- Tales son los conceptos del gran Bossuet, hablando del honor. El duelo es un crimen y un absurdo: un crimen, porque es un liomicidio, y digno, por tanto, de ser castigado como tal; un absurdo, porque rara vez lleva razón en él quien la tiene. A este propósito, he hallado en un autor francés, el tristemente famoso Juan Jacobo Rousseau, una página capaz de suplir á todo razonamiento. La traduzco casi íntegra: «Cuidad de no confundir el sagrado nombre del honor co:i esa feroz conjetura que pone todas las virtudes en la punía do una espada, muy apta para formar intrépidos facinerosos. > ¿En qué consiste esa conjetura? En la opinión más extravagante y bárbara á que haya jamás dado cabida la inteligencia humana; quiero decir, que todt)s los deberes de la sociedad están suplidos por el valor; que un hombre no es trapacei'o, bribón, calumniador; sino viril, humano, cortés, si sabe batirse; que la mentira es verdad, el robo legítimo, la perflcia honradez, la infidelidad digna de elogio, en cuanto esto se sostiene acero en mano; que ^jpiShaíí-: Pero, á posar de sus méritos artísticos (cosa muy disC'itiblc, entendiéndose la palabra arta en su verdadero sentido, pues aquéllos sólo merecen el iiombi'O de técnicos), nosotros no aplaudimos lo que la pastelera de La Corres aplaude, ni queremos lazos de afecto entre nuestro país y osos notables artistas italianos, ni dosoamos que su pronta vuelta á España sea un hecho. Al contrario: deseamos que tomen «la del humo,» que cuando se va no vuelve. Por una razón, también muy sencilla: porque para nosotros hay cosas quo están muy sobro los méritos artísticos y... sobre el 2'>^'^teleo que La Cirres «se trae> y que ella sabrá por qué (y n jsotros también). El Sr. Gobernador do Logroño lia publicado una cir- -^ 410 LA LECTURA una injuria queda siempre bien reparada con la espada, y que nunca se falta á la razón con un honil)ro si Se ie mata. »Jamás los honil)rcs más arrojados de la antigüedad pensaron vengar sus injurias personales en combatos particulares. Ni César ni Calón, ni Pompeyo ni Cesar, se pidieron razón do sus recíprocos insultos »No, esto honor no os variable, no dependo ni do tiempos, ni de lugares, ni de opiniones; no pasa, ni renace; radica en el corazón del hombro justo y en la regla inalterable do sus deberos. Si los pueblos más civilizados, más valerosos y virtuosos do la tierra no han conocido el duelo, digo que no es una ijistitución del honor, sino una moda execrable y bárbara, digna de su cruel origen. ¿No habéis notado que los más recolosos y dispuestos á provocar á los demás son, por lo general, consumados bribones, que, por temor de que alguien se atreva á mostrarles claramente el menosprecio que se les profesa, se esfuerzan en cubrir con algunos puntos de honor las infamias de toda su vida?» Nada es necesario añadir á estas reflexiones, para probar el absurdo del duelo. Hubo tiempos en que los gobiernos dictaron leyes contra los que lo practicasen; y si bien recuerdo, el gran Luis XIV de Francia, no vaciló en condenar al cadalso á uno do los más nobles y encumbrados personajes de su corte, por infracción de lo prescrito. Los antiguos eran más sensatos que muchos en nuestros días. Permítaseme, para terminar, narrar un hecho. Antes de la batalla de Salamina, Temístocles sostenía una opinión contraria á la de Turybates, jefe de los lacedemonios. Habiéndole ésto amenazado con un palo: «Da—lo dijo,—pero escucha.» Tomen lección aquellos á quien convenga, y recuerden que «la falsa idea del honor es un acatamiento que los bribones liacen á los hombros de bien, esclavos del honor verdadero.» ENRIQUE CARBONELL. Noticias y comentarios Honores á los católicos.—El gobierno francés acaba de conferir las palmas académicas á tres sabios franceses, profesores de la Universidad católica de Friburgo; el R. P. Mandonot, autor de una obra sobro Siqer de Brabante y el averroismo en el siglo XIII, y los Sres. Pablo Fietta, gran jurisperito, y Juan Brunhes, premiado con el de elocuencia por la Academia francesa, por un magnífico estudio acerca de Michelet. También el profesor del mismo centro, R. P. Berthuer, autor de numerosas obras cientíñcas muy estimadas, ha sido proclamado Doctor, honoris musa, de la Universidad de Cracovia; rarísima distinción y sólo á muy grandes sabios otorgada. La libertad religiosa en el Thibet.—El convenio firmado por los jefes de Bathang y los Lamas, parece que pone término á la persecución y da á la Religión cristiana la libertad de existencia y desenvolvimiento. Los mismos Lamas han derogado los edictos que condenaban en Bathang á muerte á todo tliibotano que declarase pertenecer á la Religión de Jesucristo. Todavía resta conseguir esta misma libertad para los tliibetanos que dependen del virrey de Yunnan; pero todo se espora del Señor, mediante la sangre beneficiosa de sus mártires. Misioneros y religiosas.—Corren gravísimos peligros en la actualidad por los sucesos de la China, los misioneros y religiosas que, de diferentes naciones, se hallan en el celeste imperio. Solamente de nacionalidad francesa hay allí más de 200 jesuítas, 180 lazaristas y 102 hermanas de la caridad, y, además de estos, en la Mandchouría, So Tchoan, Thibet, Yunnan, Kouy-TclieonKoang-Tong y Koang-Si, predican la divina Religión del Crucificado 310 misioneros. Por todos los ctiales debe aliora orar fervorosamente la cristiandad. El párroco de Eguihen.—Hace poco que anunciamos á nuestros DOMINICAL lectores que el abato Valiente, digno de esto nombre, se echó al mar para salvar á dos marineros, feligreses suyos, aunque estaba enfermo do infíuenzza, y era on el pasado invierno. —Y bien, preguntarán los que esto loan, ¿ha sido recompensado por el Concejo municipal do su pueblo?—Nada de eso; pero, en cambio, le lia suprimido dicha corporación los 150 francos que, desde tiempo inmomorial, daban á los párrocos de dicho pueblo. Justicia de sectarios en la República í'randesa. El gobernador de Logroño.—Considerando esta autoridad, según dice, como uno do sus primeros deberes, el atender con especial cuidado á los intereses morales de su provincia, porque faltando cultura, orden, instrucción y buenas costumbres, es como si á un hermoso edificio lo faltara base de sustentación, y estuvieran condenados sus moradores á vivir en él con la zozobra é intran(iuilidad constante do ser aplastados, y decidido á evitar que niños que van á los colegios oigan en la calle blasfemias y palabras obscenas, que sin entenderlas los aterran, hasta que acostumbrados á oirías, ellos mismos concluyen por usarlas en sus conversaciones y juegos infantiles; y que madres honradas que acompañan á sus hijos, oigan frases indecorosas que ofenden al pudor; y que sacerdotes y religiosas que van por la calle á fines de su instituto, oigan frases que hieren sus sentimientos, ha publicado una elocuente y hermosa circular en la que, usando de las facultades que le confiere el artículo 22 do la Ley provincial, ordena la represión y castigo de la blasfemia y obscenidad. Y on Madrid, Sr. Gobernador de esta provincia, ¿no se puede hacer uso del artículo 22 de dicha ley? Estatuas del divino Redentor.—El 23 del pasado, aprobó Su Santidad el modelo de las que han de erigirse en 19 montes de Italia, en homenaje á nuestro Señor; y también aprobó el bajo relieve de mármol que habrá de ser reproducido en el zócalo de cada estatua. Estandarte.—El Centro del Apostolado de la Oración de la parroquia de santa María, de Madrid, ha estrenado, en el solemne Triduo recientemente celebrado, un magnífico estandarte que, por su forma original y lo primoroso de sus ricos bordados, honra los talleres llamados de la Inmaculada Concepción, de donde procedo, fundados por una persona caritativa y amiga de las artes en Jabalí Viejo (Murcia). Estos talleres obtuvieron el primor premio on el concurso do labores, verificado en Murcia el pasado año, y además un premio extraordinario; y on la Exposición del pasado Abril, los dos primeros premios. Una buena obra.—El sacerdote Sr. Viñals, ha concebido el laudable proyecto de llevar la intervención de la Iglesia por el sacerdocio y por las Hijas de la Caridad á los Asilos de la noche, para lo cual realiza activas gestiones, con las que espera conseguir para los desgraciados que se recogen on dichos Asilos, tanto del Norte como del Sur, un bien espiritual, que hasta hoy no se ha logrado. Peregrinación belga.—Conducida en siete trenes especiales ha llegado á Lourdes una peregrinación belga, compuesta de 2.176 peregrinos, entre los que se contaban 220 enfermos, que iban en vagones-hospitales construidos al efecto. Durante su permanencia en Lourdes, lian hecho todos los Ejercicios espirituales, asistiendo al final á una Misa de Réquiem por los difuntos de la Asociación, Las escuelas laicas. —Decía el alemán Alba Stoiz en 1845: «Si yo fuese el diablo y el pueblo me eligiese diputado, sólo haría una proposición que llenaría de clientes el infierno. Propondría la separación completa de la i escuelas de la Iglesia.» Ahora bien; como el Parlamento francés ha votado esa ley. Satanás se ha salido con la suya. Así se explica que el tribunal del Sena haya consignado que entro 1.200 niños condenados á cárcel correccional, do cada 100 proceden 11 de escuelas católicas y 89 do laicas. Signos favorables.—So afirma con insistencia en los círculos del Vaticano la reapertura, en condiciones muy favorables, de las negociaciones para el establecimiento de una representación permanente de la Santa Sede en Berlín. Esta idea, cuyo logro tanto desea Su Santidad, no ha podido verso realizada por la oposición do algunos protestantes infiuyentos do Berlín; pero el vivo deseo del emperador Guillermo de crear una Uni- LA LECTURA versidad de Teología en Strasburgo y de que sean hechos cardenales uno ó dos prelados alemanes, se tiene como una excelente base para el establecimiento de la Nunciatura. Otra restitución.—Hace muchos años que se cometió un robo en la feria de Zamora por valor de más de 5.000 pesetas, que quedó sin descubrir y del que fué víctima un habitante de Cantaracillo, conocido por Cavila. Hace algunos días le fué devuel. ta en Aldeaseca de la Frontera dicha cantidad, por un padre Carmelita, á quien se la entregaron bajo secreto de confesión. Heroico sacerdote español.—Nos referimos al reverendo señor cura párroco de Gata, D. Juan Martínez, fallecido hace pocos meses en el Asilo benéfico de san J u a n de Dios, de Barcelona. Apenado este sacerdote por el abandono en que estaban los leprosos pobres de su feligresía, y con el caritativo propósito de atender á su desgracia y evitar la propagación del mal, hizo construir, en punto distante de la población, un modesto albergue, en el que fueron acogidos aquéllos y socorridos al mismo tiempo por tan virtuoso bienhechor. No obstante comprender este mártir de la caridad el peligro que le amenazaba por su abnegación en favor de los que llamaba sus «predilectos amigos», 411 DOMINICAL Fiesta de los religiosos de san Juan de Dios.—Los beneméritos religiosos de san J u a n de Dios han celebrado en todas sus casas, con gran solemnidad, el tercer centenario de la dichosa muerte de su insigne Hermano de hábito el Beato J u a n Grande, religioso profeso de dicha Orden y especial abogado de los apestados y dementes, á que ella consagra sus servicios. Nació el Beato J u a n Grande en Carmona (Sevilla), en 1546, y falleció en Jerez, en 1600. Ha sido dicho centenario en el pasado mes de Junio, y se celebró la fiesta principal el día 23, víspera de san Juan. Las escuelas laicas.—El Obrero Setabense, de Játiba, da la siguiente noticia, que descubre nuevamente el verdadero espíritu que anima á las escuelas laicas: «Hace muy pocos días, un niño de corta edad, alumno de la escuela laica, manifestaba á una persona amiga nuestra, con la sencillez é ingenuidad propia de los niños, que el maestro les enseña que, cuando vean á un sacerdote con el Viático, se vuelvan de espaldas.» Estas son las infames enseñanzas que se dan en las escuelas laicas. Obra de la primera Comunión y de la Perseverancia.—En la parroquia de Biza cerca de La Ferté (Alto Marne), hay un san- Granada: Galería del patio de los leones, en la Alhambra. lo llevó hasta el sacrificio. El continuo trato con los lazarinos le hizo adquirir la enfermedad. «Ejemplos como éste prueban hasta la evidencia que todavía existen almas generosas dispuestas á inmolarse en aras de la caridad, y que el escepticismo de la época no ha logrado extinguir el espíritu de ardiente caridad que llevaron los Apóstoles á todos los ámbitos del mundo con la predicación del Evangelio.» Así lo comenta un periódico liberal, y sólo añadiremos que la religión en que ñorecen las almas generosas de que habla es el catolicismo. En qué se funda la soberbia humana.—Según afirma el Dr. Peset, en la edad más lozana, nuestros 242 huesos pesan 4.400 gramos, los 501 músculos 30 kilogramos, el corazón 250 gramos y 1.200 el cerebro; pero el hígado, 2 kilogramos. Si en el mortero es machacado un hombre adulto, se encontrarán: 3 kilogramos de cenizas, 2 de materias grasas, 48 de agua simple, 36'5 de oxígeno, 18 de carbono, 6 de hidrógeno y 1'5 de nitrógeno y calcio además 650 gramos de fósforos, 137 de magnesio, 500 de cloro, 20 de flúor, 8 de azufre, 60 de potasio, 50 de sodio y 3 míseros gramos de hierro. Esto es el cuerpo, cuyo amor inconsiderado puede conducir al hombre á su condenación. tuario que es el centro de dicha piadosa institución internacional. Doce lámparas hay allí constantemente encendidas y se celebran misas todos los días por los 400.000 niños y jóvenes que anualmente se inscriben para obtener las gracias de una buena primera Comunión y de la Perseverancia. CHARADA EN ACCIÓN (La tolutíón en el número próxir. •) 412 LA LECTURA DOMINICAL la casa, tenga la bondad de mandar que continúe la música y el baile, ó sea de mandar á estos niños que se diviertan! ¡Y si alguno vuelve á caerse, que tonga paciencia si nos reimos á costa suya; y si se caen dos, mejor; y si tres, mejor todavía, porque cuantos más se caigan, más nos hemos de reir! ¡Si eso es inevitable en el primer momento! ¡Pues á fe que no resulta ridículo ver caer cuan largo es, y quedar en postura poco académica, á un caballero muy puesto de frac, con unos bigotes muy retorcidos, y muy gravo y estirado! Se entiende, cuando, como aquí sucede, no hay peligro en la caída, porque ya sabe usted, mi querida condesa, que, según nos explicaba la otra noche D. Anselmo, no puede llamarse ridículo aquello en lo que se da el dolor ó cual(juier otro daño equivalente. ¡Conque á bailar y á divertirse, y si alguno so cae, diremos lo que dijo en mi tierra, en Granada, cierta gitana, al ver caer y tenderse en mitad de la calle á un petimetre que iba presumiendo de guapo y elegante: ¡Apagar la luz, que se ha acostao ol señorito!» ."NBEDÓSE, al dar una vuelta rapidísima, la larga cola del traje do la condesa, que valsaba con Carlos Ansorena, en los pies de Pepe Luque, que valsaba á su vez con Pilar Téllez;Luque,por desenredarse los pies,comenzó á moverlos apresuradamente, y se los enredó más, haciéndose un lío y arrastrando hacia sí á la condesa; Carlos, que vio que ésfa se iba hacia allá perdiendo el equilibrio, trató de sostenerla, perdiéndolo él también; al mismo tiempo, Luque, dio un violento traspiés, arrastrando tras sí á la condesa y á Luisa; la condesa, á su vez, tiró de Carlos, y al suelo se fueron los cuatro en un abrir y cerrar de ojos, quedando tendidos sobre la alfombra cuan largos eran. El barullo que se armó entonces en el salón, fué indescriptible; cesó la música y el baile, y damas y caballeros, asustados en el primer momento, corrieron á levantar á las dos parejas; pero viendo que no se habían hecho ningún daño, comenzaron todos á reir al recordar la ridicula postura en que habían quedado los cuatro, tendidos sobre la alfombra; los mismos caídos terminaron al fin por echarse á reir con todas sus ganas, á pesar de la natural sofocación do la condesa y de Luisa, que estaban en los primeros momentos, segiin dijo luego en estilo metafórico poco elegante, un coronel bastante bruto que so hallaba presente, que «se les podían freír huevos on la cara.» —Pero... ¿cómo ha sido esto? —exclamó la condesa, cuando la risa la dejó hablar. —¡Hija, qué so yo!—contestó Pilar, con el rostro encendido todavía de bochorno. -¡Tu vestido, que se enredó en los pies do Luque! ¡Las picaras colas han tenido la culpa de todo! —¡No, no, Pilar!-- dijo entonces Luque.—¡La culpa la ha tenido Ansorena, que no supo sostener á la condesa! —¿Cómo que yo he tenido la culpa? saltó Ansorena sulfurándose. ¡Usted sí que la ha tenido! ¡Usted, que bailando con damas, no mira en dónde pone los píos! —¿Y cómo quiere usted que valsando mire nadie en dónde pone los pies? ¿Lo mira usted? —¡Sí, señor, que lo miro! —¡Usted qué ha do mirar! —¡Más que usted! —¿Más que yo? ¿más que yo?...— exclamó Luque echando fuego por los ojos, y dirigiéndose á Ansorena. —¡Sí, señor! ¡Más (juo usted! — replicó Ansorena en el mismo tono agresivo que había empleado Luque, y avanzando á su vez hacia éste. —Pero ¿quieren ustedes no ser niños?—prorrumpió con brío é interponiéndose un anciano de noble y marcial aspecto.— ¡Pues no faltaría más! ¡Darle importancia á una nadería semejante! ¡La cosa pasó porque pasó, y nadie tuvo culpa en ello ni pudo evitarlo! — ¡Pero, mi general, si es que me ha dicho que yo!...--insistió Luque. - ¡No hay general ni pero que valga!—le interrumpió el anciano con energía.—¡Ustedes son dos jóvenes muy sensatos y prudentes, y no es posible que, mirándolo bien, don importancia ninguna á tal bagatela! ¡Conque, se acabó esta cuestión, y nadie vuelva á hablar una palabra de esto! ¡Pues no faltaría más! ¡Ea, condesa - prosiguió chanceramente,-usted, como dueña de Una carcajada general saludó la ocurrencia del anciano Ídem, y continuaron la música y el baile, como si tal incidente hubiera ocurrido. Medía hora después penetraba Luque en la sala de tresillo, on donde se hallaba Ansorena con otros caballeros comentando el sucoso. —¡Nada, nada, caballeros!—exclamaba Ansorena en el momento preciso en que Luque aparecía en la puerta,—¡él y nadie más que él tuvo la culpa! —¡Le dije á usted antes y le repito ahora do una vez y para siempre—replicó Luque temblando de ira,—que quien la tuvo fué usted, porque no pudo... ó porque no supo sostener á la condesa! —¡Si usted hubiera mirado en dónde ponía los pies, ó mejor dicho-replicó Ansorena herido en su amor propio por aquel no supo,~-~si usted supiera lo que no sabe, y es, tratar con damas, no hubiera pasado lo que pasó! —¿Cómo que yo no sé tratar con damas?—gritó Luque perdiendo los estribos.—¿Acaso creo usted que yo me he criado entre salvajes y que no tengo educación? ¡Sé tratar á las damas í-fc ^ • como un caballero, y mejor, muchísimo mejor que usted, y le exijo al momento, pero al momento, ¿lo entiende usted? una cumplida satisfacción de sus pala' ' bras! —¡No tengo que dar á usted satisfacción ninguna! ¡Lo dicho, dicho está! —¡Perfectamente! ¡Pues nos entenderemos on otro terreno! ¡IJO ruego á usted que designo dos caballeros, amigos suyos, que esta misma noche esperen la visita de otros dos, amigos míos! —¡Esa os otra cuestión! ¡Los designaré! —¡Pero, hombro!... '¿ICstán ustedes locos?—exclamó mediando Luis Andrada, hombre de un natural pacífico y bondadoso. — ¡Por una bagatela! —¿Cómo bagatela?—dijo otro de los presentes, amigo íntimo de Luque.—¡Ansorena ha dicho á Luque, que no sabe tratar con damas, y oso no lo consiente ningún hombre que tenga dignidad! —¡Y Luque—intercaló un amigo de Ansorena—ha llamado á Ansorena á un terreno, al que no puede dejar de acudir ningún hombre de honor; de modo que el duelo es inevitable! - ¡Inevitable, inevitable! - prorumpicren casi todos con gran calor. En este instante apareció el general en la puerta de la sala de tresillo, y en un momento se impuso de todo lo que ocurría. —¿Conque la cosa es tan grave—preguntó-que todos ustedes creen que el duelo debe verificarse? LA LECTURA — ¡Indudablemente!—contestaron casi todos, incluso los mismos interesados, que tenían gran fama de consumados duelistas y de valientes. —¿No le parece á usted, mi general, que el caso no es para tanto?—preguntó Luis Andrada que sabía, como todo el mundo, que el general era enemigo acérrimo del duelo. —¡Eso mismo digo yo!—agregó el ayudante del general, que se hallaba presente, no jw?" casualidad, sino por liaber ido al baile. —¡Pues dicen ustedes muy mal!—contestó el general, después de pasear durante un instante la vista por la concurrencia, y dirigiéndose á su ayudante y á Andrada.—¡Hay casos y casos, y yo opino, como la generalidad, que esto no tiene más solución que el duelo; pero no un duelo cualquiera, no un ridículo simulacro de duelo, como suele hacerse en estas ocasiones, sino un verdadero duelo, un duelo propio de hombres de corazón, como son, por fortuna, en este caso, los dos interesados!.. ¡En fln, señores—concluyó con gran energía,—un duelo!... —¡A muerte!—rugieron á un tiempo como dos fieras Ansorena y Luque, acercándose al general y estrechando su mano con entusiasmo, como demostrando que sólo el general había comprendido allí el indomable brío y arrojo de sus corazones. —¡Bravo! ¡Son ustedes dos hombres de lionor y dos valientes' ¡A muerte, sí, señor, á muerte, y en condiciones!... ¡oh, eso de las condiciones déjenlo á mi cargo, porque yo apadrino á uno de ustedes, á Luque, al que se juzga ofendido! —¡Pero, mi general!—se atrevió á suplicar, lleno de asombro, Andrada. —¡No hay pero que valga, hombro! ¡Y lo advierto, amigo Andrada, que aunque su intención sea la mejor del mundo, su oposición resulta ofensiva para estos dos señores! —¡Oh! ¡Yo lo decía!... —¡Si se comprende, amigo Andrada, se comprende...!—interrumpió el general.—Y para que estos dos señores vean que ha estado muy lejos de su ánimo el dudar de su valor, usted mismo, con el Sr. González —dijo indicando á su ayudante, que se inclinó respetuosamente, — tendrá la amabilidad de apadrinar á Ansorena. El Sr. Peralta, y un servidor—dijo después do vacilar un instante, indicando á un coronel que debía grandes favores al general, y que se inclinó como el ayudante,—apadrinaremos á Luque; dentro de una hora estaremos el Sr. Peralta y un servidor en casa del Sr. Andrada, que tendrá la bondad de esperarnos en compañía del Sr. González. Y ahora salgamos de aquí y vamos al salón, para que nadie sospeche nada; conque hasta dentro de una hora, y ruego á todos los presentes mucha reserva. Pocos instantes después, el general sa acercaba rápidamente en el salón al oído de Andrada, sin que nadie lo advirtiera, y lo decía dos palabras que debieron de producir gran efecto en Andrada, á juzgar por el asombro que reveló su rostro. —¡Conformes!—dijo al general; y no hablaron más, separándose inmediatamente. II Al amanecer del día siguiente, divisábanse confusamente á la indecisa luz del crepúsculo, sobre el fondo claro de la cerca de cierta casa de campo, rodeada de corpulentos árboles, algunos bultos que so inclinaban, que so alzaban, y se movían lentamente en determinada dirección, inclinándose alguna vez hasta tocar al suelo, y alzándose luego; ya habrá adivinado el lector quiénes eran: Ansorena, Luque, los padrinos de ambos, el médico, >eldel botiquín» y algún que otro amigo íntimo. Igualmente se habrá figurado el lector lo que hacían: medían el terreno. Terrible había estado el general la noche anterior, al tratar de las condiciones del duelo: á diez pasos y avanzando, una pistola cargada con pólvora sola y otra con i)ala; y disparar los dos á un tiempo al oirse la señal, y cayera el que cayera. En vano trataron de oponerse, aunque respetuosamente. Peralta y González: el general se mantuvo en sus trece, apoyóle en todo Andrada, y fué preciso que todos aprobaran io que deseaba el general. —¡Nada de espadas!—dijo éste resumiendo,—ni de floretes, ni de pinturas, ni de tonterías: nada de mala fe, ó de destreza ó agilidad, si usteden quieren: me gusta más á la suerte: se carga una DOMINICAL 413 pistola con pólvora sola, otra con bala, se sortean, y al que le toque caer, que caiga: lo mismo se expone el uno que el otro: la ofensa es gravísima, como todos, excepto el Sr. Andrada y el señor González, reconocieron desde luego, y se trata, como todos sabemos, de dos iiombres de corazón, de dos valientes. Se midió el terreno, colocaron en sus puestos á Luque y Ansorena después de poner en las manos de cada uno la pistola que la suerte lo deparó; avanzaron, se oyó una palmada, luego dos detonaciones simultáneas, y «dos hombres mordieron el polvo», como dicen ciertos historiadores cursis. —Pero... ¿qué es esto?—exclamaron perplejos y llenos de asombro Peralta y González.—¡Los dos! —¡Sí! ¡Ya lo ven ustedes! ¡Los dos!—gritó con acento imponente y terrible el general, mientras Andrada bajaba la cabeza y se cubría el rostro, como si á él le alcanzara alguna responsabilidad en lo que acababa de ocurrir...—¡Las dos pistolas estaban cargadas igualmente! ¡Yo, yo mismo he substituido una, después de examinarlas ustedes! —¡Muertos, muertos los dos!—gritaron Peralta y González, precipitándose, para examinar las heridas y ver si había alguna esperanza, sobre Ansorena y Luque, que yacían tendidos, inmóviles, yertos, con los ojos cerrados, y densamente pálidos...; pero ni Ansorena ni Luque tenían absolutamente herida ninguna... —¡Pero... si no está herido!... ¿Qué es esto?—gritaron á un tiempo, y con nuevo asombro, González y Peralta. —¡Pues eso es —replicó el general acercándose,—que las pistolas estaban igualmente cargadas!... ¡Las dos con pólvora sola! —¿De modo os... que no estamos muertos?...—exclamaron casi al mismo tiempo los dos cadáveres. —¡Sí señor!—contestó el general, echándose á reir.—¡Los dos están ustedes muertos... de miedo! Los cadáveres so levantaron entonces con mucha agilidad, y se precipitaron sobre el general, abrazándole con gran efusión y exclamando: —¡Gracias, gracias, general! ¡Le debemos á usted la vida! —¡Pero... ¿y todos aquellos deseos de que el duelo fuera á muerte, y todo aquello del honor y la dignidad, etc.? —¡Filfa, mi general, pura filfa!—contestó Ansorena todavía temblando de miedo.—¡Yo lie pasado un susto terrible, créalo usted, y pensé que me moría de veras cuando sonaron los disparos! —¡A mí me pasó igual!—di jo Luque.—Yo, para mí, estaba herido y muerto de verdad, porque todo aquello del valor y del honor era hipocresía, miserable respeto humano, y miedo, mucho miedo en el fondo! ¡Filfa, mi general, pura filfa!—concluyó Luque haciendo pucheros, por la pena que le daba el pensar que podía haber muerto de -^'cras, si el general no llega á disponer las cosas tan á gusto de él y de Ansorena... Pues eso es en el fondo el lionor y el valor de todos los duelistas; miserable respeto humano, soberbia, miedo, hipocresía ó impiedad. ¡Una impía, estúpida y miserable comedia, cuya representación costará carísima en la eternidad al duelista que no salga del lance con tiempo para arrepentirse y lo aproveclie de veras! TEÓKILO NITRAM. 414 LA LECTURA DOMINICAL TJIST T E I S a ? ^ 3 N ^ E ¡ ] S r T O (CONTINUACIÓN) 13.—Hermán pudo mantenerse á flote como si estuviera en tierra firme. (Porque hay que consignar que ciertas tortugas parecen amaestradas.) 14.—A todo esto y navegando con prodigiosa rapidez después de haberse asegurado de que no había perdido el famoso testamentó... principió el mal tiempo. 15.—Y la tempestad rugía. Oíase el ruido de las rompientes olas, y Hermán debía de estar muy cerca de tierra. No la veía, pero presentía... 16.—Y aún diré mejor, la sentía, porque sin tiempo para darse cuenta, un golpe de mar lo lanzó sobre los escollos, ,^' L5 C*3 17.—Por mucho rato se dolió del golpe; pero al ñn estaba sobre tierra firme, lo que no es poco para el que ha estado á flote por casualidad. 18.—Pero aquel golpe fué lo de menos. Apenas pisaba la tierra, tuvo de qué arrepentirse el buen Hermán. ¡Vaya una lluvia de piedras! (Se continuará.) 415 LA LECTURA DOMINICAL SECCIÓN D E A N U N C I O S »-^ •4W Gran Balneario de Gavipia sah (aijipuzco^) Á XJ:NA HORA DE SAN SEBASTIAN^ a^2^oJ»^oTTo»^-'2^ ^ ;^ ^ '^ >^ "SU >^ >^ AGUAS SULFUROSAS) eficaces en las enfermedades de la garganta y pecho, herpetismo, etc. ^ AGUAS BICARBONATADO-FERHUGINOSAS, indicadas en la anemia, clorosis, neurastenia, etc. »KExcelente instalación balneoterápica. Fonda inmejorable (mesa de primera incluyendo habitación, J ^ 6,50 pesetas). Capilla. Recreo. g^ Viaje á Beasain en todos los trenes, desde cuyo punto, en treinta minutos, se llega al balneario en los a ^ coches del mismo. ^ El Médico-Director, Dr. O. COMPAIRED, de Madrid, tiene consulta en el establecimiento, desde el 15 ^ de Julio al 10 de Septiembre, de las enfermedades de la garganta, nariz y oídos. 9»' Q u i e n lo d e s e e , pida detaiies a l A d m i n i s t r a d o r del b a l n e a r i o . MEMORIAS DEL CAUTIVERIO ( P Á G I N A S D E LA BEVOLUOIÓN U SEGÜPA ENSEÑANZA EN ESPAÑA \ FUERA DE ESPAÑA FILIPINA) ALGUNAS CONSIDERACIONES POR EL P. G R A C I A N O MARTÍNEZ, S O B R E L O S Ú L T I M O S n E C E K T O S DKI, M I N I S T E E I O DE F O M E N T O Religioso agustino. Esta obra que acaba de salir á luz en Manila y que detalla los tormentos sufridos por una gran parte de religiosos agustinos y dominicos, se halla de venta en la Librería de san José, Arenal, 20, Madrid, y demás librerías religiosas de la corte, al precio de 4 pesetas ejemplar. Sólo se lian puesto á la venta cien ejemplares. D EBILIDAD, ANEMIA, DENTICIÓN D I F Í C I L , s e c a r a n ó alivian con el F o s f o - M A L T I N A de SUAÑA.—Frasco, 3 pesetas: Se vende: Farmacia Suafia, Escudillers, 8, Barcelona.—En Madrid: Sr. Gayoso, Arenal, 2 y en las principales farmacias. (Pídanse prospectos.) POR EL «APOSTOLAnO DE LA PRENSA!» Opúsculo de suma oportunidad y útilísimo d profesores y alumnos.—76 páginas, 0,80 pesetas I.os pedidos á esta Administración. LIBRITOS DE PROPAGANDA Á 20 CÉNTIMOS E l APOSTOLADO DE LA P R E N S A , inicia u n a nueva serie de libritos de propaganda muy á propósito para premios d e escuelas y catecismos y recuerdos de misiones. Se formará de tomitos de 120 páginas, al menos, tamaño de 1 5 X 9 centímetros, con bonita encuademación con plancha dorada. Se venderán al precio de 20 céntimos eiemplar, con los descuentos acostumbrados. VAN PUBLICADOS Bodegas y destilerías del Marqués de Benavites. ANÍS ESQU:VIAS (TOLEDO) QUIJOTE - ^ - COGNAC SUPERIOR VINOS TINTOS FINOS, DE MESA Y PASTO V I N O BLANCO P Ü B O , Q A B A N T I Z A D O P A B A MISAS Depósito en Madrid: 3, Fomento, 3, teléfono 849. I—Amor á J e s ú s , por el P . Vicente Agustt, S. J.—Preciase librito m u y propio para el mes del Sagrado Corazón. II—liOS diez d o m i n g o s d e s a n I g n a c i o . — Práctica m u y devota en honor de san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de J e s ú s , enriquecida y promovida c n muchas indulgencias, por el Papa Clemente X I I I . I I I — M e s d e s a n Ignacio,—O sea el mes de J u l i o consarado á san Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de esús, compuesto por el P . Dominga Edanislao Alberti, de la misma Compañía, y dedicado á los devotos del Santo. IV—Comunión y s a n t a M i s a ó M a n u a l del Cristiano, por el P . Francisco de P . Garzón, de la Compañía de Jesús, director f de continnadas curaeiones y de a n a aceptación general, no hay que esforzarse en demostrar que el L I C O R B E H E F I C O ps el remedio para combatir, por crónica y rebelde que sea, toda en- del APOSTOLADO D E LA P R E N S A . Quinta edición corregida y fermedad del estómago. De venta en las mejores farmacias. aumentada. E n este tomo no se alteran los precios de las anteDepósito general: farmacia de M. Secall. — Cornudella (Ta- riores ediciones de 15 céntimos ejemplar. Los pedidis, acompañados de su importe, al administrador rragona). de la Biblioteca del APOSTOLADO D E LA P B E N S A . — Plaza de santo Domingo, 14.—Madrid. iDesapareoel ' en el acto I con la HEMICRANINA COIHPUESTA del i^ Doctor M. CALDEIRO. I De venta en las prales. farmacias, y en la I del autor, A r e n a l , ie4.~CAJA, 8 pts. | P j r 3,60 se envia por correo. ESCULTURA Y PinTLK.4 RELI6IOIS4 ^ _ - _ Estudio de D. Agustín G. del Valle, caballero de la Real orden de Isabel la Católica y })remiado en la Exposición Intei-nacional de 1892 y en las Nacionales dfc 1897 y 1899, celebradas en Madrid. CARACAS, 23. HOTEL PLACAS DEL CORAZÓN DE JESÚS artísticamente ejecutadas en colores sobre metal y en r e lieve p a r a p u e r t a s d e c a s a s y habitaciones. Una placa, 1 pta.—Cien ídem, 85 id.—Mil id., 750 id.—Por pesetas 1,40 se remite por correo una placa de muestra, franca de porte y certificada. Los pedidos, acompañados de su importe, diríjanse á D. F é lix Romero y Sarachaga, Claudio Coello, 62, Madrid.—También se venden en todas las librarías católicas de España. REPASO ESPECIAL ^ ^ „ ^ ^^ De las Facultades de Derec h o . L e t r a s y Ciencias, Idiomas.—Director: D B . R O G E E I O S Á N C H E Z . C L A V E L , 6, M A D R I D V Ccro^^ 416 LA LECTURA DOMINICAL V* Vi ACREDITADO ESTUDIO TALLER DE ESCULTURA RELIGIOSA DB JOSÉ ROMERO TENA L a m e j o r garantía.—Nada más fácil para exhibir certincados de análisis que pregonen las f xcelencias del licor present do al Laboratorio, pero no á la venta. Mas nosotros, que tenemos por lema la verdad, preferimos invitar al públicj á que lleve al laboratorio que guste, ó haga por sí mismo el análisis Auxiliar de la Eicuela oficial de Bellat Arte» de Valencia. Se oonstruyen en madera -y decoran im&genes desde 60 pesetas en adelante; las mismas, para vestir, desde SO pesetas. Crucifiios con su peana ó monte desde 30 pesetaa.—Gran variedad en imigenea del Niño Jesús.—En la sección de talla se construyen y decoran andas con farolea ó tulipas, desde 80 pesetas; igualmente se hacen 4 precios m u y reducidos templetes, urnas, sagrarios, doseles, retablos, altares, etc. Para m¿s detalles, pídanse catálogos, proyectos y cuantos antecedentes se necesiten, con la seguridad de encontrar economía en los precios y arte en la ejecución de las obras. del A N Í S H A B I Ó L A , comprado por él en cualquier tienda, seguros, segurísimoa de que en todo tiempo é invariablemente ha de reconocerlo como superior á todos los demis anisados. Elaborado éste con alcoholes vínicos, esmeradamente refiüadog, y con hierbas aromático-medicinales de la célebre sierra de Mario'.a (término de Alcoy), constituye un anisado que, á la par de poseer un sabor exquisito, es altamente higiénico, tónico y digestivo. Los estímagoa más delicados lo rejiben sin d> fio alguno. 8 * raslauran iQda olaaa de lmáo*naSi Calla de Alboraya, núm. 6.—VALENCIA. 'S K E l A N Í S M A H I O L A ha obtenido tres medallas en las tres ACÁDEMIÁ-COLEaiO DE SiK JOSÉ Enseñanza y repaso de las as-ignaturas de Derecho; cursos preparatorios de Medicina y Farmacia, y Bachillerato.—Todo el prefesorado ostenta títulos de Doctor ó Licenciado en las respectivas facultades. —Alumnos internos y externes.—Pídanse detalles al Director. LLUÍA, 3 4 , 2.°, I I A D R I D ExpOBÍc:one3 á que h a concurrido; dos de oro. Puntos de venta: Argensola, 24.—Genova, 10.—Plaza de Santa Bárbara, 7.— H o r t a ' e z a , 81.—Barquillo, 12.—Mayor, 14.—Preciados, 64. Colón, 8.—San Bernardo, 57.— Serrano, 32.—Paseo de Recoletos, 21.—Arenal, 2 (bodega).— Infantas, 27.— Clavel, 1, duplicado.—Puencarral, 80.— Alcalá, 17, Economato Lavis.—Principe, 41.—Paencarral, 98.—Libertad, 16.—Travesía San Mateo, 11.—Colón, 13.—Princesa. 79.—Puencarral, 60.—Preciados, 8.—Carmen, 4.—Atocha, 24 y 26.—Atocha, 49, etc. R e p r e s e n t a n t e e n IBadrid, calle d e C h a m a r t i n , n ú m e r o 3 . I ANTIDOTO SOBEROO DE LAS ENFERMEDADES BILIOSAS E S EL, PTT R G A N T F ^^ '^^^^^^ ^ ""^^'^ ; 2,5O X. PESETAS VJ 1 . V N . A X J L . X 1 X J - J Farmacéutico premiado en Valencia. Corrige inmedintimente Inapetencias, Acideces, Náuseas, Indigestiones, Aíe.^ciones nerviosas. Irregularidades del menstruo. Vahídos, Vómitos, Estreñimientos, Dolores de cabeza y otros padecimientos de estómago. OBRA NECESARIA ATODjDS LOS SEÑORES SACERDOTES Se emplea también ccmo simple purgante por ser agradable al paladar, suave y rápido en sus efectos. PÍDASE EN LAS, LIBRERÍAS RELIGIOSAS De venta en Madrid: Arenal, 2; Serrano, 30; Luna, 6 y en las principales farmacias, á 2 pesetas cuja. Desde Valencia se manda cettifieado, enviando 2,2o pesetas. BILBAO l\/%/\^f%/*f%/%/K/\f%/%t^V^t^^%^^ >> IMPRENTA DC CARDENAL - \f-9i/%/^/%0^/%/%/\^ ^^^%f\^fm^^\r*/^\/%^/\^\/\/^ EL P. JUAN DE MAR1AN.\ Y LAS ESCUELAS LIBERALES ESTUDIO COMPARATIVO POB EL P. FRANCISCO EMMAIltlEL. Y SAWTIAGO Precios fijos.—Teléfono 3.142. Que es bueno i. los intereses de todo comprador visitar esta casa tan acreditada en elegancia y extremada baratura, está reconocido no sólo en esta villa y corte, aino fuera, para donde también se en vi an_ acondicionados adecuadamente cuantos muebles adquiere quien tiene más ó menos lejos su domicilio. Nuevas y espléndidas colecciones. E l capital de la casa se ha aumentado considerablemente para poder con toda facilidad ofrecsr las mayores ventajas posibles i quien nos favorezca. 37 — L E O A N I T O S —37 TlFUUEAKlA DE PAULA GARZÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS UEI. SikUKiOU Forma nu hermoso volumen de 664 páginas, y se da por 3 pesetas á los susrriptorea de nuestra Revista. Los pedidos, acompafindos de su Importe, al Administrador de la Biblioteca del Apoítolado de la Frensa, Plaza de Santo Domingo, 14, Sladrid. EL ARTE DE UTILIZAR NUESTRAS FALTAS SEGÚN LA DOCTRINA DE SAN FRANCISCO DE SALES OBHA ESCRITA POB EL E . P. JOSÉ TISSOT Superior general de loa misioneros de san FraucUco de Sales. Véndese á 1,25 pesetas en rústica y 1,75 e a tela en la librería de san José, Arenal, 20, Madrid. CUBAZÚN. — Cit.I.E DE LEaiNITOS, NÚU. D4, M A 0 £ 1 U ,