Ellacuría Coloquio internacional sobre el legado de Ignacio Ellacuría hoy Martin Maier SJ Del 8 hasta el 13 de agosto, dando seguimiento a un encuentro en Berkeley hace cuatro años nos reunimos en San Salvador trece estudiosos: de Europa (Jonas Hagedorn, Sebastian Pittl, Martin Maier), de Estados Unidos (Matthew Ashley, Kevin Burke, David Gandolfo, Bob Lassalle Klein, Michael Lee, Andrew Prevot) y de América Latina (Francisco de Aquino Junior, Rodolfo Cardenal, Suyapa Pérez Escapini, Martha Zechmeister) para reflexionar y compartir sobre el legado de Ignacio Ellacuría para el mundo de hoy. En Alemania ya salió un libro con textos teológicos de Ellacuría con el título “Una iglesia de los pobres. Para un cristianismo profético”, tema que tiene una nueva actualidad con el papa Francisco. Dijo que quiere una iglesia pobre y para los pobres. El padre Martin con doña Soledad, en la Comunidad Ignacio Ellacuría. Desde el inicio del encuentro dijimos que no queríamos ser los custodios de la tumba de Ellacuría, sino actualizar e historizar su pensamiento, mantener vivo su legado y ponerlo a producir. Estamos convencidos que su pensamiento todavía no ha dado todo de sí. El método fue un trabajo en base a textos, que la mayoría de los participantes habían preparado antes y que habían sido repartidos también antes de nuestro encuentro. Los textos trataban del método y de la epistemología de Ellacuría, de su teología, eclesiología y soteriología, de su visión de una civilización de la pobreza, de su concepción de la universidad y sus posibles consecuencias para las universidades de Estados Unidos. Esta amplia variedad de temas y enfoques refleja la amplitud del pensamiento de Ellacuría, quien, sin ninguna duda, fue uno de los intelectuales más importantes de América Latina, en la segunda mitad del siglo XX. El coloquio tuvo una proyección publica patrocinada por el Departamento de Teología y la Maestría en Teología Latinoamericana de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, con un panel en la capilla Jesucristo Liberador de la misma universidad. En él participaron Francisco de Aquino Junior de la Facultad Católica de Fortaleza (Brasil), Michael Lee de Fordham University (Nueva York), Rodolfo Cardenal (Nicaragua y El Salvador) y Martin Maier (Alemania y El Salvador), que hablaron sobre el legado de Ignacio Ellacuría. Un día muy especial y lleno de gracia fue el domingo 11 de agosto. Fuimos a visitar la comunidad Ignacio Ellacuría en Chalatenango que nos recibió de maravilla. Con ellos celebramos la eucaristía. Y compartieron con nosotros su historia de repobladores (octubre de 1989) y la tragedia de tres niños asesinados por un bombardeo aéreo en febrero de 1990. Nos emocionó mucho el relato de la madre de los niños y una cruz donde Monseñor Romero está en la parte superior, los mártires jesuitas y Elba y Celina en medio y fotografías de los niños masacrados al pie de la cruz. En el martirio todos ellos se han hecho iguales y se han unido ante Dios. La casa donde murieron los niños se conserva tal como 15 Ellacuría quedó como un lugar santo y de memoria sagrada. Dos ancianas nos recibieron en sus casas y nos contaron su historia. Ante ellas y su historia de sufrimiento nosotros, estudiosos de Ellacuría, nos sentimos pequeños, pero también descubrimos su inquebrantable esperanza y ánimo. Mucho nos impresionó la fuerza de las mujeres de la comunidad. Este encuentro con la iglesia martirial de El Salvador, que hace memoria de sus mártires, fue quizás la experiencia más profunda de estos días. Nos dimos cuenta que ese día los hermanos de la comunidad Ignacio Ellacuría fueron nuestros maestros. Aprendimos de ellos escuchando sus testimonios. Comprobamos que para hacer teología es necesario conocer y escuchar a los pobres. La última noche el padre Jon Sobrino nos habló de forma muy personal e impactante sobre Monseñor Romero y sobre la fe de Ignacio Ellacuría. Nos compartió una carta inédita de Ignacio Ellacuría a Monseñor Romero del 9 de abril 1977, donde Ellacuría confiesa “haber visto el dedo de Dios en la actuación de Monseñor Romero”, tras el asesinato de Rutilio Grande. El comportamiento de Monseñor superó todas sus expectativas y le produjo una profunda alegría. Este coloquio fue una oportunidad única para profundizar y actualizar el legado de Ignacio Ellacuría. Con Martha Zechmeister y Suyapa Pérez Escapini contamos con dos teólogas en nuestro grupo, pero echamos de menos más participación de mujeres. La presencia del padre Rodolfo Cardenal nos enriqueció de manera especial, ya que fue alumno y uno de los colaboradores y compañeros más cercanos de Ellacuría. El coloquio de San Salvador está en continuidad con el de Berkeley de hace cuatro años, pero la presencia de colegas nuevos y más jóvenes abrió nuevas perspectivas. En la evaluación final nos dimos cuenta de la importancia de la amistad existente entre nosotros, la cual ha crecido más en estos días. Queremos publicar los textos del coloquio en un libro en español y en inglés, para conmemorar los veinticinco años del martirio de Ignacio Ellacuría el próximo año. El título, que hará alusión a “La gramática del asentamiento” de John Henry Newman, podría ser “Una gramática de la justicia. El legado de Ignacio Ellacuría para hoy”. Estamos pensando crear una página Web que permita un intercambio más frecuente por Internet. La próxima reunión del grupo podría tener lugar dentro de algunos años, en la País Vasco, donde Ignacio Ellacuría nació hace 83 años. 16 Papa Francisco critica la “incoherencia” de la Iglesia y acelera la beatificación de Monseñor Romero Ante los jóvenes en Copacabana, Brasil. 7 de julio Ante cientos de miles de jóvenes reunidos en la playa de Copacabana para la celebración del Vía Crucis, el papa Francisco ha dicho que Jesús entiende a aquellos que, “hartos de la corrupción de los gobernantes y del caminar errático de la Iglesia, han perdido la confianza en la política y hasta la fe en Dios”. Tanto los discursos del papa como su participación en la Jornada Mundial de la Juventud -al mediodía se reunió con un grupo de muchachos presos- siguen teniendo un marcado carácter social. Concuerda con la noticia conocida hoy que desde, que se sentó en la silla de Pedro, el papa Francisco está haciendo todo lo posible por acelerar la canonización de “la voz de los sin voz”, el arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, asesinado el 24 de marzo de 1980 en San Salvador mientras oficiaba misa en la capilla del hospital oncológico de la Divina Providencia. “Con la cruz”, ha explicado el Papa a los jóvenes, “Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que no pueden ya gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos. Con ella, Jesús se une a las familias que