232 ANALES DE HISTORIA N A T Ü E A L . (12) De todas las particularidades que acabo de reseñar, esta es la que se presenta con más generalidad, pues no hay animal marino alguno sometido al agua dulce en que no se observe. La presencia del dérmato-esqueleto, ó la existencia de u n a piel dura y resistente, pueden velar al exterior el aumento sufrido por los órganos internos, pero este existirá siempre si se comprueba por un examen atento ó por la disección. Tal sucede con los peces en los que su envoltura tegumentaria presenta estas condiciones y está además cubierta de u n revestimiento de escamas que opone un gran obstáculo á la absorción; pero aun en estos, la distensión que adquiere la piel, la macidez muscular y el abultamiento de los ojos demuestran claramente que no escapan á la regla general. Pero donde el caso adquiere proporciones, que no dudo en calificar de excepcionales, es en los llamados animales b l a n dos. Siendo este un efecto de la penetración de agua en los tejidos, como veremos más adelante, siempre que estos reúnan condiciones favorables para esta penetración, el aumento de volumen será más rápido y mayor, es decir, que el aumento estará en relación directa con la facilidad de imbibición. Así puede observarse que en los moluscos, al poco tiempo de sumergidos en agua dulce, presentan el manto notablemente más grueso que de ordinario, el pie distendido y engrosado y todo el resto del animal hinchado hasta el punto de que le es imposible ocultarse por completo en la cavidad de la concha, que ha resultado pequeña para el tamaño del animal. Un hecho parecido ocasiona á mi modo de ver el que muchos gusanos tubícolas abandonen sus estuches protectores á los pocos minutos de introducidos en el agua dulce. Estos y otros gusanos llegan á duplicar y aun á triplicar en poco tiempo su volumen, correspondiendo los casos extremos que he tenido ocasión de observar al Chmtopterus variopedatus y al Thysanozoon Brocchii. En la Fiibiilaria, laryncc los largos pedúnculos que sostienen la corona de tentáculos se hinchan y se distienden de tal modo, que las porciones de menor resistencia se hacen vesiculosas, formando grandes abultamientos á lo largo del pedúnculo, y este, insuficiente para sostener el peso de la porción superior, muy abultada, se dobla, invirtiendo la posición del pólipo, y hasta se rompe al menor movimiento del líquido ó bajo la acción de su propio peso. Asimismo se