México y la Globalización Enrique de la Madrid Pertenezco a un grupo de reflexión denominado Círculo de Estudios México que organiza mensualmente una comida-reunión a donde se invita como expositor a un personaje destacado. Estoy convencido de lo útil que sería que más gente tuviera acceso a dichas reuniones ya que por su calidad y contenido contribuirían a normar criterios sobre los principales problemas de la vida nacional. Me propongo destacar las más relevantes. Una de ellas fue la reciente exposición de Fernando Solana quien además de preparado y talentoso ha ocupado entre otros cargos los de Secretario de Educación Pública, Secretario de Industria y Comercio y Senador de la República por el D.F. Su exposición versó sobre “México en el Mundo Global: Retos y Oportunidades”. Para Solana la globalización ha tenido aspectos positivos: la preeminencia de los consumidores; el acceso a bienes de consumo internacional; acceso universal a la información; uso generalizado de tecnologías de punta; incremento mundial de la productividad; mayor integración (la Unión Europea integra ya a 25 países que antes no eran propiamente miembros de Europa) y crecimiento excepcional de los países Asiáticos. Como parte de los aspectos negativos de la globalización Solana destaca: globalización del crimen organizado; surgimiento del terrorismo; concentración económica cada vez más evidente; fortalecimiento de una sola potencia (Estados Unidos); ampliación de la brecha entre ricos y pobres y estancamiento de América Latina. ¿Qué ha representado para México la globalización? Según Solana México cuenta con 43 tratados internacionales, su comercio exterior ha crecido en los últimos 10 años a una tasa del 11% anual promedio y la inversión extranjera ha aumentado significativamente. Sin embargo, en el camino perdimos al sistema financiero que está en manos de extranjeros, la productividad en México es baja y su crecimiento ha venido disminuyendo y llevamos casi 22 años de estancamiento económico. Solana explicó que si observamos los índices de desarrollo humano tomando en cuenta alfabetización, escolaridad, y esperanza de vida, México está en el lugar 53 de 150 países. Para Solana esta situación se explica por la falta de inversión en infraestructura y en educación y la ausencia de una política industrial y agropecuaria y de una política integral del desarrollo económico. Señaló que se carece de regulación, se rompieron las cadenas productivas ya que no están integradas las grandes empresas con las pequeñas y no ha habido un aprovechamiento de los tratados internacionales. En su opinión, los errores consistieron en asumir que la sola estabilidad macroeconómica es suficiente para crecer, que el mercado externo y la inversión extranjera son suficientes para asegurar el crecimiento y la modernidad y que el libre comercio aumenta por sí mismo la productividad y la competitividad de los países. Nos recordó los retos que enfrenta el país: crecer al 5% anual promedio, mantener la estabilidad macroeconómica y modernizar la infraestructura. Para ello propone elevar la escolaridad de los 7 años actuales a 14. El reto más importante consiste en reducir la creciente desigualdad. Sin embargo existen áreas de oportunidad: una situación geográfica privilegiada, al lado de la economía más grande del mundo y una red de acuerdos comerciales envidiables. Contamos con un mercado potencial de 104 millones de consumidores. Tenemos la oportunidad pero lo que se requiere es un liderazgo renovado y darle prioridad al crecimiento económico con estabilidad. Tiene razón Solana. México tiene todo para salir adelante pero falta la visión y el liderazgo de sus mejores hombres para salir del letargo. Ojalá y lo encontremos antes de que sea demasiado tarde. www.delamadrid.org.mx Fue publicado en El Sol de México el 19 de febrero.