Ni a Palos

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A PALOS
SUPLEMENTO JOVEN DE
TIEMPO ARGENTINO
Domingo 11 de enero de 2015
Buenos Aires, Argentina
Año 5 Nº300
LA PRETEMPORADA: EL KILÓMETRO CERO DE LA GLORIA | ECONOMÍA CALLEJERA | APUNTES TARDÍOS SOBRE EL ESTUDIANTE |
SO ABRA | CELCIT | EL CIERRE DE GRÁFICA VULCANO | MANUELA MALASAÑA | ESTEREOTIPOS | VERANIZACIÓN
año 5 | nº300 | 11 de enero de 2015
2
FUTBOL PARA EXTRATERRESTRES
El kilómetro cero de la gloria
Por Zambayonny
Ilustración: Daniel Caporaletti
Cada vez que comienza una pretemporada la ilusión futbolera se manifiesta de diferentes maneras sin importarle
presupuestos, historia o sentido común. Ese es el corazón
de un andamiaje infernal.
Los planteles vuelven a juntarse perezosamente con el sabor de la sidra tibia todavía en los labios y la consistencia
abstracta de los turrones blandos repugnando jodidos en la
memoria. Los jugadores se saludan como en el primer día
de clases tras un largo verano donde se extrañaron más de
lo que es conveniente confesar. Algunos están más flacos y
otros mas gordos pero todos pasaron de grado. También hay
algunos nuevos que tímidamente se suman a la ronda de
mate para que les conozcan la voz.
Las piernas pesan como puntos perdidos de local, el sol pega
como un 6 que se retira mañana, las tribunas vacías hierven
más que cuando están llenas y la pelota es un indomable
objeto desinflado con aire del año pasado. Los primeros trotes alrededor de la cancha son la muerte, la extremaunción
la apura el Profe cuando anuncia la primera serie de ejercicios. El cuerpo parece haberse olvidado de todo y las viejas
lesiones reaparecen como una señal indiscutible de que no
hubo vacaciones.
Sin embargo, mientras corren, se ríen.
El aire de pronto les sobra para contar anécdotas, hacerse
bromas y hasta cantar.
El kilómetro 0 de la gloria es ahí.
Todo el mundo sabe cuándo se corta una racha, pero nadie
sabe cuándo está por comenzar.
Ellos sí. Se tienen fe. Saben que este puede ser el inicio de
un año inolvidable en el que acaben consiguiendo logros
impensados. Una temporada de victorias y de reconocimientos que quizás se corone con un pase millonario.
Se convencen. En la concentración revisan el fixture con
confianza y recrean los partidos que vendrán como capítulos de un libro fácil todavía en blanco que depende de ellos
cómo se escriba.
Por fin cierran los ojos al final del doble turno y de la cena
agotados en sus pequeñas camas bajo el ventilador que
tiembla más de lo que gira. El último pensamiento antes
de dormirse está bañado por la sensación liberadora de que
todo este esfuerzo va a valer la pena.
En otra habitación el Director Técnico está anotando y tachando refuerzos, imaginando mediocampos con jugadores
que aún están en otros equipos y revisando videos de futbolistas ignotos o baratos que si los trae y acierta pueden
llegar a convertirse en la revelación del campeonato, pero
que si se equivoca le van a costar el puesto y la acusación de
haber traído una manga de muertos de los que se lleva un
porcentaje en caso de venta. Se siente como Dios abriendo
la guía al azar. Se comunica con los dirigentes mil veces por
día y estos le informan cómo van las negociaciones con los
Veranización
WHISKYPEDIA
Contenido [ocultar]
1. Definición
2. Principio teórico
3. Efectos
4. Influencia en la Información
La veranización es una teoría de la comunicación que sostiene que, durante los
períodos en los cuales aumenta la temperatura, el coeficiente intelectual de los seres humanos desciende catastróficamente
a niveles insospechados durante el resto
del año. Debido a que estas temperaturas suelen registrarse durante la estación
denominada verano, el nombre que se le
ha dado a este fenómeno es el de veranización.
Principio teórico
Si bien la veranización es un fenómeno
que se establece desde las ciencias sociales, específicamente desde la comunicación, tiene algunos de sus fundamentos en
la biología. Según los teóricos de la veranización, el origen de este fenómeno se debe
a que las condiciones climáticas provocan
la lentitud de las conexiones cerebrales, la
dificultad en los desplazamientos físicos,
nombres que dejó anotados antes de irse de vacaciones. Le
dicen que ninguno de esos va a poder venir porque piden
una fortuna. Hay que pasar a la segunda lista que dejó por
las dudas. De esa tampoco. Tercera y última lista. De esa
tal vez uno o dos que se disputan varios clubes. Cambio de
planes. “Hay que ser más inteligentes y menos obvios para
sacar ventaja“, le dice a su ayudante de campo y lo excita. Se
pone a revisar entre los tapados con apellidos demasiado comunes que todavía no explotaron. “Un equipo de González
que no diga nada pero que después la rompan“, le explicó
a su mujer en la cola del supermercado el día anterior a
Año Nuevo mientras ella no lo escuchaba. Se entusiasma. La
idea de encontrar oro en el barro le da manija. Siempre se
creyó con buen ojo. Busca exhaustivamente entre hombres
del ascenso que podrían funcionar, llama a veteranos con
contactos y les pide datos como un burrero con poco viento
y mucha suerte. Abre diarios viejos y aprovecha que le está
agarrando la mano a Internet con la ayuda de su hijo para
rastrear delanteros que juegan hace años en el exterior y
que ya nadie los recuerda. Pregunta donde queda Turquía
y manda a averiguar la característica para llamar. Se pone
a leer informes de los pibes de las inferiores que tienen potencial; hay de todo, alguno medio crack pero muy chico, 14
años, cumple 15 en la 3 fecha, podría ser y además no quiere que el muchacho llegue a Primera con otro técnico que se
quede con el mérito de haberlo descubierto. También intenta convencer a algún retirado reciente y a otro que lo jubiló
el chupi le promete impunidad. Indaga en ligas sudamericanas, nombres raros, no sabe si es el apellido o el apodo, casi
todos negros. Sabe que tardan en adaptarse “¿Pero quién te
dice que alguno no termina siendo Pelé?“, le pregunta al
utilero que sabe que no pero dice que sí. Mientras tanto decenas de representantes llaman ofreciendo pescado podrido
colado en lavandina a precio razonable y combos de 3 o 4
jugadores que van a todos lados juntos y nadie sabe por qué.
Al final de la jornada se duerme frente a las pantallas de
la computadora y del televisor entre teléfonos descargados,
papeles y cigarrillos. Sueña que un pibe que vio por la calle
y lo llevó a probar se convierte en el goleador del torneo,
salen campeones, lo venden en 50 millones de dólares y él
agarra la Selección Nacional.
Es la esperanza, ese motor invisible que empuja como loco.x
la necesidad constante de ingesta de líquidos y toda otra serie de conductas y procesos que provocan cierto retrasamiento en
la capacidad intelectual de las personas en
situación de verano.
Efectos
Ese proceso de veranización provoca que
tempranamente los seres humanos, desde
el punto de vista de esta teoría, prefieran
los mensajes más bien sencillos y escasos
de profundidad analítica. Según los teóricos del veranismo, con la llegada de la
temporada veraniega los encargados de
producir y distribuir la información entre
los pobladores de un país deben adaptarse a las condiciones biológicas provocadas
por lo que académicamente se denomina
como la calor.
Influencia en la Información
Bajo la premisa teórica de que el ser humano se vuelve menso durante el verano,
los emisores de mensajes informativos se
adaptan darwinianamente a la situación
reduciendo al mínimo la complejidad de
sus mensajes. Allí donde durante el año se
intentó la construcción de una noticia, por
ejemplo, los canales de televisión mudan
su programación a movileros que recorren
restaurantes y playas para preguntarle
a los veraneantes en qué andan, qué alimentos ingieren y en qué consiste su día,
situación que se repite -tanto en preguntas
como en respuestas- año a año y que incluso lleva a pensar si en verdad los canales
de televisión no cierran de diciembre a
marzo y reponen viejas notas sobre vacaciones anteriores. Una situación similar se
produce, también, con la veranización de
la literatura, donde los libros que durante el año se proponían pensar sobre algún
hecho o circunstancia en particular dejan
lugar a aquellos de menor consistencia,
debido a la premisa jamás comprobada
que el lector, con algo más de tiempo que
durante su período laboral, pretende menos complejidad que más.
11 de enero de 2015 | año 5 | nº 300
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ESTEREOTIPOS
HOY: El o la que dice que está en
contra de Facebook, en Facebook
»»Estuvo muy activo combatiendo las nuevas
políticas de privacidad.
En Facebook.
»»No le dice “Facebook”
sino “Facebutt”, “Feisbuk” o “Caralibro”.
»»Cada tanto sube algún
pasaje de 1984 a Facebutt.
»»Es de acusar mucho
de “cínico” a todo el
mundo.
»»Igual tiene una idea un
poco distorsionada de
qué es el cinismo.
»»Está esperando el post
2015 para volver a votar
a Patricio Etchegaray.
»»Es adicto a documentales berretas conspiranoicos que siempre
comparte para concientizar.
re ser un esclavo de las
corporaciones”.
»»“Y vos quién sos para
decidir cómo fue mi año,
Mark Zuckerberg!!!”,
escribió en el post donde compartía “su año en
Facebook”.
»»Comparte la contraseña
con su esposa/o porque
dice que "no tiene nada
que ocultar".
»»No sabe bien por qué
pero suele decir que
antes los chicos podían
jugar en la vereda.
»»Película nacional favorita: Luna de Avellaneda.
»»No tiene whatsapp
porque dice que es una
nueva herramienta de
control.
»»Sigue jugando a la viborita del Nokia 1100.
»»Es vegetariano salvo de
»»Una vez a la semana,
empanadas.
por lo menos, sube algo
en contra de los medios. »»Usa toppers negras de
cuero y pantalón cargo
»»Escribe mucho en maverde.
yúscula.
»»En algún momento
puso “Estudió en: Universidad de la Calle”.
»»Ayer a las 11:21: “Basta
de decirle “selfie” a la
autofoto, manga de
cínicos colonizados!!!”
»»Ahora Mark Zuckerberg
sabe que no le gusta la
palabra “selfie”.
»»Igual escribe “selfi”.
»»Tiene alguna prenda
Sergio Tacchini.
»»Si va a Twitter es sólo
para hablar más de los
tuiteros.
»»Ve C5N pero no le gusta.
»»Sigue curtiendo mate e
imitador de Silvio Rodriguez en Plaza Francia.
»»No se bajó la aplicación
de Facebook para el
celular “porque no quie-
»»Se jacta de escuchar
AM.
»»Es sufrido en el amor y
cada tanto va a la milonga y no le gusta el tango
moderno.
»»Es de coger mas bien
poco.
»»Fumó armados bastante tiempo y siempre
repite que antes fumaba Parissienes pero es
mentira y a los Parissiens les dice "paruchos"
»»Tiene un backup de
contactos en una agenda de papel.
ESTEREOTIPO QUE VIENE
«El fanático/a de los casos policiales»
Si se te ocurre cómo describirlo, mandá tus ideas a
contacto@niapalos.org o vía Twitter a @niapalos así
lo publicamos.
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contacto@niapalos.org
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Ayer y hoy
Por Ni a Palos
En abril de 2009, Ni a Palos -que hoy
festeja su número 300- salía a la
calle por primera vez. Aquel debut
incluía también la primera entrega
de una serie de columnas económicas que Iván Heyn publicaría,
de forma semanal, hasta mayo de
2011. La sección se llamaba simplemente “Economía” pero rezumaba
aquel adjetivo que Iván le agregó
siempre a esa “ciencia maldita”
que tanto lo apasionaba: “callejera”. ¿Qué era la “economía callejera” para Iván Heyn? Básicamente,
la decisión política de abordar los
sucesos económicos con una gramática transparente y romper el
cerco de una economía ortodoxa
que, como alguna vez dijo en estas mismas páginas, “ha logrado
imponer en la opinión pública (...)
la certeza de que es la única rama
que estudia con seriedad la problemática económica y el funcionamiento de la sociedad.” En otras
palabras, llevar la economía al ring
embarrado de la sociedad, frente a
las pretensiones de aquellos que la
presentan como una ciencia oculta
en favor de sus intereses.
@niapalos
niapalos
Esas más de cien columnas acaban
de ser compiladas ahora en Economía callejera (Peña Lillo / Ediciones
Continente). El libro es tanto una
semblanza de Iván -de quien el 20
de diciembre pasado se cumplieron tres años de su fallecimientocomo un aporte en tiempo presente. Pese a que algunos textos tienen
ya cinco años -y un lustro es una
eternidad para un país mutante
como la Argentina-, no son pocos
los artículos que destilan, todavía,
una nada desdeñable actualidad.
Las columnas donde Iván explica y
desmenuza la política de endeudamiento del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires no sólo es fresca
sino que también recuerda la ausencia de ciertas voces que puedan
contar determinados temas de la
política y la economía cotidiana.
Inflación, deuda, política monetaria, el funcionamiento de los
bancos y los créditos hipotecarios
son debates sin tiempo que Iván
lograba sintetizar con destreza. Algunos textos, por su parte, se contemplan hoy como un registro de
una época particularísima, como
sus columnas sobre la crisis financiera internacional -con el fraude
Lehman Brothers todavía calienteo las tensiones y pulseadas del país
post 125.
Economía callejera, en definitiva, es
un libro de economía que escapa al
lenguaje técnico -y se acerca más a
cierto idioma llano y político-, pero
sin hacer tampoco de la simpleza
una trampa. No es, tampoco, un
libro de “recetas”: si hay un estereotipo del economista que Iván
combatía con especial fruición, es
el del “economista gurú”. Aporte,
homenaje, retrato de época, este
libro es también, y principalmente, la compilación de los textos de
una persona que decidió formarse
y hacer política, y que todas las semanas se sentaba a escribir sin otra
pretensión que la de lograr que sus
textos generen algo; respuestas, debates, que cada vez más personas
hablen de política y de economía
en la Argentina. ×
FALSA ESCUADRA
Con V de Vulcano
»»Es socio del Club Amigos del Ferrocarril San
Martín.
»»También escribe “Tuiter”. »»Puede ser el sub30 que
usa boina.
»»Su contraparte: el que
habla mal de Twitter en
Facebook.
RUIDO DE FONDO | Economía callejera, de Iván Heyn
Por Romina Sánchez
Una bandera blanca y la leyenda en
negro: “Esto: Gráfica Vulcano. Dueño: Fernando A. Blanco. Paganos
los sueldos. Traé las máquinas que
robaste garca”. Tal es la postal que
presenta la cortina metálica de la
vieja construcción de Virrey Liniers
1437, en Boedo. Sus paredes lindantes y la voz de los trabajadores que
ven peligrar su fuente laboral coinciden en el contenido de la consigna. Y
en el espíritu.
El conflicto en la imprenta tiene varios meses. Pero antes de las fiestas
sumó un capítulo quizás definitorio.
“Fernando Blanco, el dueño, ingresó
a la empresa en la noche del 23 para
llevarse las máquinas. Pero vio frustrada su intención porque fuimos
alertados por los vecinos, quienes
se acercaron a la gráfica y lograron
frenar el vaciamiento hasta que
pudimos llegar nosotros”, cuenta el
delegado Daniel López. Entonces, lo
que siguió fue el acampe: carpas y
carpas por toda la vereda en reclamo de la atención de la justicia.
Según explican los propios trabajadores, la empresa ya se encontraba
en convocatoria de acreedores y, luego de las reiteradas denuncias por
el intento de vaciamiento, el juzgado civil y comercial número 19, que
intervino también en la causa por
la quiebra de la imprenta Donnelley
Argentina, ordenó una guardia legal: la empresa no puede, de ahora
en más, disponer de los bienes sin
autorización previa de la justicia. De
esa forma, el juez a cargo, Gerardo
Santicchia, designó un interventor
coadministrador en la imprenta y
decidió que en Virrey Liniers 1437
permanezca, por lo menos hasta
principios de febrero, cuando se supone que se resolverá la situación
de la empresa, una consigna policial.
Vulcano S.A. contaba, en sus buenos tiempos, con 60 trabajadores.
Pero tras los numerosos despidos y
los dos meses de atraso en el pago
salarial, solo queda resistiendo una
veintena. En tal sentido, el jueves
al mediodía se convocó a una conferencia de prensa, en las puertas
de la gráfica, en la que se informó
sobre la situación de la causa que
tramita en el juzgado civil y comercial número 19. Y, además, sobre
los posibles pasos a seguir.
“El 24 fue terrible: fuimos a trabajar
y estaba la cerradura cambiada. Y
cuando pudimos entrar, nos dimos
cuenta que faltaban muchos insumos y maquinarias. El 23, entre
las diez de la noche y la una de la
madrugada, el dueño, Fernando
Blanco, junto a su socio minoritario,
Lorenzo Berriex (que después se
terminó descompensando), y el encargado Marcelo Gómez, entraron
a vaciar. Por suerte los vecinos se
vienen portando 20 puntos: los insultaron y les sacaron fotos”, relata
Daniel López.
Y continúa: “Entre 2012, 2013 y
2014, la deuda que la empresa
acumuló asciende a 400 mil pesos.
Hasta noviembre, cobramos las
quincenas más o menos en tiempo y forma, pero en realidad, nos
deben más de dos meses. Acá hay
20 familias en juego, de Capital y la
mayoría de zona sur y oeste del Conurbano. Los vecinos nos alcanzan
comida, termos con agua, y el 31
nos trajeron dinero, ya que hay muchos trabajadores que corren serio
riesgo de quedar en la calle: ya no
los pueden bancar más con el alquiler. El 18 de noviembre los dueños presentaron una propuesta de
pago que fue y está siendo evaluada por los acreedores. Pero recién
el plazo legal para definir nuestra
situación –si la empresa quiebra o
no– vence a comienzos de febrero”.
“Aceptamos ayuda de todo tipo,
pero acá tiene que quedar claro que
la única bandera que colgará de la
imprenta Vulcano será la argentina,
de la Federación Gráfica, y la que
los propios trabajadores colgamos
para dar a conocer nuestra situación”, suelta Ricardo Sarmiento,
otro de los delegados, y mira, como
el único destino probable, esa inscripción desafiante de Virrey Liniers
1437.×
año 5 | nº300 | 11 de enero de 2015
4
Nota
Chile es pop
En paralelo al crecimiento y consagración de un nuevo rock indie en la Argentina, 2014 fue también el año que terminó de fortalecer
un proceso único al otro lado de la cordillera: la emergencia de un nuevo pop en Chile. Movimiento híbrido y desprejuiciado que
atraviesa las tradiciones cancioneras del país de Violeta Parra y las mezcla con las posibilidades digitales, la cuestión social y
la herencia rítmica del pinochettismo, el pop chileno ofrece hoy un catálogo interesantísimo: Javiera Mena, Gepe, Dënver, Astro,
Anita Tijoux, Ases Falsos y más. Radiografía del “CH Pop” que ya suena en la Argentina y que hoy dibuja una de las escenas más
ascendentes de la región.
Por Romina Zanellato
La Cordillera de los Andes nos separa, son 5.308 km de frontera entre Argentina y Chile, pero no es
nada para Internet. De aquel lado
está pasando algo con la canción y
la escena independiente, algo que
está sonando de este otro lado: es
pop.
Tal vez los responsables sean Javiera Mena y Gepe, las grandes estrellas pop que en la segunda parte
de la década del 2000 aparecieron
con sus discos revolucionarios: Esquemas juveniles y Gepinto. El sonido
fresco de esos discos, el juego del
lenguaje visual, la atractiva novedad formaron ingredientes que al
pasar los años se consolidaron en
una identidad generacional.
Dënver, Astro, Fakuta, Anita Tijoux, The Ganjas, Ases Falsos, Pedropiedra, Fármacos, son los herederos de una escena que crece al
interior de Chile y que se expande,
se exporta, y llegó a Argentina.
Son ellos, también, los que están
estirando como chicle el género,
haciendo de su canción un experimento que a veces es rock, otras
veces tiene una sensación de ensueño psicodélico y también una
raíz cancionera folclórica innegable.
Los 6.960 metros del Aconcagua,
el pico más alto que nos separa,
no es la mayor dificultad para sortear cuando se piensa en un posible puente entre la escena independiente argentina y la chilena.
Es el cambio lo que dificulta el
cruce de los Andes.
Sin embargo, los lazos empezaron
a concretarse este año: Astro cerró
el festival Ciudad Emergente en el
CC Recoleta con un show impecable, con gran asistencia de público. Y lo repitieron meses después
en el Music Wins. The Ganjas –tal
vez el menos pop entre todos- cruzó la cordillera para tocar con Nairobi en Matienzo y con Poseidótica
en Club V. Anita Tijoux pasó por
Niceto Club a fin de año. Cristobal
Briceño, el líder de Ases Falsos,
banda que sacó su segundo disco
Conducción, bajo el sello Quemasucabeza –quienes este año editaron a los argentinos Diosque y
Coiffeur-, lanzó uno de sus discos
solistas Deja un rato piola con Fuego
Amigo Discos (Buenos Aires) y Polvo Bureau (Rosario). Además, Ases
Falsos tocará en febrero en un festival en San Martín de los Andes
(Neuquén). La conexión parece
que es un hecho.
Raíz
Lo que las dictaduras dejaron a cada
lado de la cordillera tuvo la misma
raíz cancionera. La generación que
nació en democracia, que se formó
en la segunda etapa del 2000, creó
su identidad con el mismo carácter
autogestivo. Si se puede comparar,
de una forma caprichosa, el año
que acaba de pasar fue el de consagración para esos músicos punta
de lanza de la escena independiente. En Argentina, Él Mató tocó su
primer Vorterix en julio de 2014
(y luego repitió), llenó un primer
Groove (que luego repitió) y tuvo
éxitos internacionales varios. A la
par, Gepe, después de una carrera
de una década, en octubre hizo su
primer Teatro Caupolicán en Santiago de Chile, comparable a un
Luna Park, y tocó por primera vez
en el festival de Viña del Mar. Son
los primeros pasos de los músicos
independientes en los escenarios
mainstreams.
“Este boom se ha mantenido porque la forma en la que se montó
es diferente a lo que ocurría antes,
que se esperaba que grandes discográficas te compraran el álbum y te
llevaran de gira. Toda esta gente se
formó en la autogestión. El desarrollo es muy lento y se mantiene en
el tiempo, nada fue de un día para
el otro”, explica Cristian Araya, director de Super 45, web musical de
referencia en Chile.
Tal como ocurre en la escena argentina, parida en el sonido de La
Plata, la música chilena que empezamos a escuchar tiene su raíz en la
independencia y una más profunda
en su época: internet, las distancias
territoriales muertas a un click de
distancia, la información y las herramientas para poder hacer todo
desde casa.
Octavio Cavieres, baterista de Astro, señala en un mail que la cantidad de gente que está haciendo
música en Chile es cada vez mayor
y que eso genera oportunidades y
recursos para seguir llevándolo a
cabo. “Se ha generado una industria independiente de productoras
y sellos que mueven a las bandas y
mantienen viva la escena. El públi-
co también ha crecido y en los medios se toca cada vez más música
chilena. Nos sentimos muy cómodos trabajando en Chile y haciendo
crecer la escena desde acá hacia el
exterior.”
Desde la percusión de Astro, Caviares sostiene que la inclinación
popera de Chile tiene que ver con
la dictadura, “que cortó de raíz la
industria cultural del país justo
en los años en que el rock pegaba
más fuerte en Argentina y el mundo. Después de toda esa tensión la
gente quería algo liviano y fácil de
escuchar.”
Sonido
La canción chilena post dictadura
se animó a manipular sonidos populares, a mezclar la sensibilidad
que tenía figuras del pasado como
Violeta Parra con eso que veía en
"Tal como ocurre en la escena argentina, parida en el
sonido de La Plata, la música chilena que empezamos
a escuchar tiene su raíz en la independencia y una
más profunda en su época: internet, las distancias
territoriales muertas a un click de distancia, la
información y las herramientas para poder hacer todo
desde casa."
11 de enero de 2015 | año 5 | nº 300
5
"La canción chilena post
dictadura se animó
a manipular sonidos
populares, a mezclar la
sensibilidad que tenía
figuras del pasado como
Violeta Parra con eso
que veía en MTV, con la
tecnología electrónica
a la que accedió y, por
sobre todas las cosas, a
un espacio natural único."
MTV, con la tecnología electrónica
a la que accedió y, por sobre todas
las cosas, a un espacio natural único.
Araya, periodista y director de Super 45 lo denomina como una forma desprejuiciada de acercarse a la
música. “Ellos (los músicos, las bandas) tienen una forma muy diferente de acercamiento a la generación
de Violeta Parra, tienen otro punto
de vista, eso les da un sentido de
identidad diferente. Los primeros
discos de Gepe o de Javiera Mena
tenían una raíz folclórica pero muy
orgánica, desde otro lugar, muy intuitivo.”
El desprejuicio hacia el pop les
permitió transformarlo, manipularlo y experimentar con sonidos
frescos hasta crear algo nuevo. Javiera Mena no es Britney Spears ni
pretende serlo, es otra experiencia
sonora, tal vez más cercana a una
posible electrónica europea, a zapatillas de baile y brillantina, a letras sensuales y ruiditos intergalácticos. Con Javiera se baila, al igual
que con Gepe.
“La escena de rock en Chile siempre existió pero no es tan ‘internacionable’ como el pop. Una escena
hardcore o punk se mueve en circuitos muy cerrados. Son más fáci-
les de ligar a un sonido anglosajón,
pero estas bandas de pop, estos músicos, suenan como ellos mismos”,
explica Araya.
El trabajo en su propia identidad
fue de la mano con el sello Quemasucabeza, de Gepe y Rodrigo Santis,
de la banda Congelador. Ellos editaron Esquemas Juveniles, el disco que
impulsó a Javiera Mena y creció
junto a ella y a las necesidades de
Gepe. Esa estructura, tocar y fortalecer su identidad sonora les permitió llegar a España y a México. El
circuito de festivales dejó afuera a
Argentina por su crisis del 2001 y
la diferencia en el cambio. Recién
hace poco tiempo se retomó el vínculo trasandino y los paralelismos
entre las escenas son notables.
En la estética de estas bandas hay
una fuerte presencia de la naturaleza, de los ancestros y de las tradiciones. Tal vez, Cristobal Briceño
sea quien más enfrente las clasificaciones de la música, sin darle relevancia a su posible función de explicación, porque la obra habla sola.
En su caso, los videos de los Fother
Muckers, banda que lideró, son hendijas perfectas para espiar cómo es
el Chile suburbano. Lo mismo hace
con Ases Falsos y su poesía cruda,
simple, popular.
“A mí lo que me importa es la canción, se apellide como se apellide.
Ese mecanismo compacto, dominante y mágico”, dice por mail.
¿Qué es el pop para él? Nada, una
etiqueta inútil, pero lo que sí le interesa es el bagaje que cada uno trae
y con el cual construye. “Me formé
escuchando Fito Páez, Calamaro, o
Divididos cuando era niño, muchísimo Charly García en mi adolescencia (y hasta que me muera, espero)
y la lista continúa”, dice, y reniega
de la palabra rock, de la etiqueta
que liga a Argentina a cierto género
y a Chile con otro. “Para mí el rock
es un cuento cerrado. Juguetes de
infancia. Hoy, como ya te dije, me
interesa la canción. Cuando emergió el rock en Chile, el país pasaba
por una etapa muy ideologizada,
y el rockero era visto básicamente
como un lacayo del colonialismo,
un perro faldero del extranjero. Y
se potenció mucho la canción "de
raíz", lo que es una idea débil, pues
de todos modos era cantada en español, con guitarras españolas y métricas europeas pero en fin, música
muy linda que se propuso generar
identidad”. Pero es él mismo quien
rescata las mixtura, el tamiz que da
la experimentación. “Mi formación
como compositor y como oyente,
mi pasaporte musical y mi sensibilidad melódica no tiene relación con
mi nacionalidad”, concluye.
Si pasamos por alto la etiqueta de
pop y prestamos atención a lo popular, Anita Tijoux es otra abanderada
chilena. Si bien rapea, su show en
Niceto Club en noviembre pasado
demostró que su banda es muy rockera y su talento en las rimas -algunas tan pegajosas como una buena
canción de pop- se iguala a su faceta
más soul. Con su segundo disco solista, 1977, llegó a los Grammys con
cuatro nominaciones y a girar por
todo el mundo. Su lírica está muy
ligada a los problemas sociales de
su país.
Anita Tijoux, Dënver, Gepe, Astro
giran por el circuito latinoamericano y europeo de festivales. Ahora,
de a poco, también llegan a Argentina. Queda el puente para que las
escenas independientes se unan y
puedan generar una relación más
fluida entre los países.
Como dice Cristobal Briceño de
Ases Falsos: “Viajar tocando es uno
de los aspectos más gratificante de
este trabajo”, y contó que recibieron
una invitación del Vive Latino mexicano que los pone muy contentos.
“Me encantaría ir a Buenos Aires,
a La Plata, a Rosario, a Neuquén,
a Tokio, en fin, recorrer el mundo
cantando canciones. Pero las cosas
pasan cuando pasan, y eso ya lo entendí. Esta todavía no pasa”.X
"Anita Tijoux, Dënver, Gepe, Astro giran por el circuito
latinoamericano y europeo de festivales. Ahora, de
a poco, también llegan a Argentina. Queda el puente
para que las escenas independientes se unan y puedan
generar una relación más fluida entre los países."
6
año 5 | nº300 | 11 de enero de 2015
«[A la canción histórica] la absorbo mucho.
La estudio, la disfruto
y trato de rescatar cada una de las esencias
que dejaron para nosotros. No me acuerdo
escuchar nunca a Víctor
[Jara] o a Violeta [Parra]
antes de los 18 años. En
casa sonaban los Who,
Santana, Buena Vista
Social Club.»
como Chinoy, Nano Stern, Camila Moreno, Ana Tijoux?
Con ellos tengo menos onda
musical. Los conozco y pienso que
son lindas personas pero yo tengo
más onda con Javiera Mena y todo
lo que mencionaba antes. Creo que
ellos van por otro camino. Somos
como burbujas, cada uno hace las
canciones que les gustan y eso
genera distintos caminos. Aunque
nos juntemos y nos llevemos muy
bien. No hay una escuela de sonido.
Alex y Javiera me llaman todo el
tiempo, implícitamente, con sus
canciones.
GEPE
«EL POP TIENE QUE VER MÁS
CON SENSACIONES QUE CON
PROGRESIONES DE COSAS»
Gepe es uno de los exponentes más interesantes del nuevo firmamento del pop chileno. Su último
disco, GP, marcó un quiebre y llevó la canción hacia nuevos destinos, entre ellos, Argentina, Estados
Unidos y México, amén de su propio país, donde del under pasó a reventar los teatros de las ciudades
más grandes de Chile. Diseñador, hombre visual, cruce fundamental entre el pop y la música andina,
según lo describe Julieta Venegas, charlamos con Gepe acerca de la canción, el cruce de Violeta Parra
con internet, el legado de Cerati y Soda Stereo, y el presente de la música pop en Chile
Por Facundo Arroyo
Cuando era chico, Gepe no
escuchaba a Violeta Parra ni a
Víctor Jara. “Ahora las últimas
composiciones de la Violeta me
encantan”, dice. Estudió Artes
visuales antes que música: “En el
pop es casi tan importante como
un arpegio de guitarra”, cuenta.
Su inicio como solista lo sostuvo
en un hilo conductor introspectivo
y folk, bastante freak, en los que
derivaron sus primeros LP Gepinto
(2005), Hungría (2007) y Audiovisión
(2010). Hasta que llegó GP (2012) y
su carrera dio un vuelco. “Fue como
volver a empezar” asegura. Gepe
está decidido a llevar a su canción
a otros lugares, y durante su última
visita a la Argentina, plantado
en el escenario Alternativo del
Festival del Bosque, lo demostró:
Daniel Riveros (así su nombre real)
revienta teatros en las ciudades
más grandes de Chile y acaba de
establecerse en suelo americano
con su última gira que lo llevó
por Estados Unidos y México. En
contacto con Ni a Palos desde el DF,
Julieta Venegas lo resume: “Es la
parte fundamental entre el pop y
la música andina que nace desde
Chile”.
Por eso, y antes de hablar de sus
canciones, Gepe desmenuza junto a
nosotros el contexto para entender
la mezcla que está desarrollando
hace dos años. Canciones pop
mixturadas con música folklórica,
el hip hop y los ritmos más
bailables de Centroamérica.
¿Cómo convive tu música con el
contexto chileno y cómo escuchás a tus pares?
Yo creo que bastante bien. Hace 5
años, los que venimos haciendo
música hace 10 o 15, hemos
ido madurando y los discos han
sido cada vez más profesionales.
Las propuestas han sido más
claras, mejores resueltas y por
eso también el público se ha ido
interesando un poco más. Ahora
podemos llenar lugares de varios
miles de personas, ¿cachai? Ha
resultado increíblemente bien.
Los chicos hacen discos desde el
desconocimiento y súper naturales.
Me refiero a Javiera Mena, Dënver,
Pedro Piedra, Alex & Daniel, Astro,
son como más seguros. Yo sé
adónde quiero llegar, qué canción
tocar. Antes uno tiraba toda la
carne a la parrilla y ahora es como
que los movimientos tienen más
conciencia.
¿Encontrás vinculaciones con
los referentes más de la canción
¿Y con la canción histórica como
Víctor Jara y Violeta Parra?
La absorbo mucho. La estudio, la
disfruto y trato de rescatar cada una
de las esencias que dejaron para
nosotros. No me acuerdo escuchar
nunca a Víctor o a la Violeta antes
de los 18 años. En casa sonaban los
Who, Santana, Buena Vista Social
Club.
¿Cómo tratás en tu carrera la
construcción del pop?
Yo creo que ya los cimientos se
pueden ver. Ahora mi tarea es
mejorar la canción. Me ha pasado,
desde el principio, que cada vez
paro más de intentar mostrar lo
que uno es por dentro, no sé si
es un personaje, pero es como el
oficio que uno va perfeccionando.
No exponerme tanto como persona
sino como artista. Yo creo que eso
pasa y juega a favor.
Poder hacer un trabajo con cierta
distancia es poder hacerlo mejor.
Porque lo podés medir más,
analizarlo de manera más fría.
Como que el trabajo no te consume
a vos como persona. Yo me pongo
pause y me dedico a lo que Gepe
necesita. Cierta estética con la
letra, cierta estética con lo visual.
Vos decís que el pop es más diseño que música, ¿cómo es eso?
Para hacer música pop no es
necesario saber de música. Es más
necesario tener una imagen, o
un ideal o un imaginario general
hacia lo cual quieras llegar. No
quiere decir que sea más o menos
profundo que el jazz o la música
clásica, sino que es un lenguaje más
visual. Y ahora más multimedial.
Tiene que ver con los recuerdos,
11 de enero de 2015 | año 5 | nº 300
con la nostalgia, con el futuro,
con la imagen visual. Tiene que
ver más con sensaciones que con
progresiones de cosas.
Sos diseñador y en tu música está
cada vez más presente, ¿cómo lo
conjugás?
Creo que tiene que ver cada vez
más el diseño en mi música. Se
ocupa de los espacios, la imagen,
las visuales, lo estético. Me siento
más diseñador que músico. Porque
ya hay una idea: alimentar un
sonido y una estética con una
imagen en particular. Estoy en ese
camino como de perfeccionar el
lenguaje.
Sin embargo, esto también es
muy poético, por más que vos
digas que la canción se aleja de
la poesía…
En realidad yo creo que es un
género en sí mismo. Me refiero a
las letras de las canciones pop. O
de rock. Debería haber un género
literario que sea “letra-canción”.
No creo mucho en la mezcla de
poesía con música. Esa poesía dura,
digamos, la que uno lee en un libro.
Pero hay un tratamiento narrativo que viene dentro del género
en tu caso.
Ah sí, claro. Pero que está unido al
fenómeno físico de la música, esa
narración está acompañada por
los sonidos del pop en este caso.
Sin embargo no tengo ninguna
adicción literaria en este momento.
Escucho más música que otra cosa.
Ahora estoy copado con Calamaro.
Hay un rapero chileno que se
llama Portavoz que es genial. O
Broncoyote, otro rapero chileno.
¿Cómo te manejás con esta música en relación a la era de la información?
Sé que no es fácil, pero me parece
algo natural. Que la música esté
disponible, que se pueda acceder a
7
lugar más anónimo.
«Me ha dado por más natural hacer música que tiene
como cierta nostalgia. Yo creo que tiene que ver como con el folklore en Chile. Siempre está relacionado
con la pérdida de algo.»
toda la información que uno desea.
Es parte del modo de hacer de todo
el mundo. Uno, igual, debe generar
una jerarquía de información
personal. Particularmente yo estoy
abierto a todo, pero lógicamente
escucho más algunas cosas que
otras. Hay que intentar ordenarlo y
no marearse.
Fruta y té
En tus discos hay cada vez más
referencias al rap. ¿Estás prestando realmente atención a ese
género?
Hay una cosa así como “sonido
urbano”
que
me
interesa
mucho. Tienen que ver con
Latinoamérica pero con el lado
más centroamericano. Yo creo que
me interesa más por sonoridades
que como letras. Aunque las letras
también, son así como verborreas.
Decir mil verdades en tres minutos.
Es como la historia del payador
pero 60 años pa´ tras.
Vos pensás en Centroamérica y
eso, imagino, está bien relacionado con el reguetón
Seguro. El reguetón es una cosa así
como lo que pasó con la salsa hace
como 30 o 40 años. Mezclar un
ritmo latino pasado por un filtro
del primer mundo. Eso me resulta
interesante.
Es el típico desarrollo de una
música que llega de otro lado
pero a la que se le impregnan
aromas del lugar, o de la región…
Claro, por ejemplo, y ya que
estamos acá, con el hip hop. En
Chile es demasiado grande el
movimiento.
Yendo a GP, es un disco supuestamente más alegre
pero también se siente una
ruptura o cierta melancolía.
Eso es inevitable. Me ha dado
por más natural hacer música
que tiene como cierta nostalgia.
Yo creo que tiene que ver como
con el folklore en Chile. Siempre
está relacionado con la pérdida
de algo. En términos de imagen
eso
también
siempre
está
presente. Siempre uno añora
algo que quisiera o algo que
perdió. Creo que eso lo saqué
bastante del folklore, tanto del
Sur como del Norte.
¿Ahí entonces encontramos
tu rasgo andino en las últimas canciones?
Muy cierto. La música andina
me llegó hace bastante poco.
Digamos, las ganas de hacerla.
No tanto con la guitarra acústica
sino con todo lo que venimos
a proponer en GP, sobre todo
con los bronces (vientos). Lo
encuentro muy enriquecedor.
Se te nota más suelto arriba
del escenario, ¿lo estás disfrutando más?
Sí, claro. Creo que tiene que
ver más con los proyectos
personales. Antes me sentía más
cómodo con la guitarra o con
la tonada. Y ahora no: vamos
con la música más bailable,
más andina, más colectiva que
le digo yo. Más masa, desde un
¿Sentís que saliste del aura indie para apostar a otros lugares?
Yo diría que fue natural, pero
también está eso del fervor de la
gente, de la masa, y la adicción a
ese espacio. Esa retroalimentación
constante
me
fascina.
Pasa
que
en
los
recitales,
mis
canciones anteriores sirven para
descomprimir y presentar una
calma. Pero es eso, con GP la gente
se conecta mucho. A este disco ya
no lo puedo tocar solo. No tiene
sentido. Mi formación base es de
trío, y ahora también las bailarinas
salen de gira con nosotros.
¿Cómo te manejás con esas
canciones de tus discos anteriores en donde te encuentran
en un estado más de introspección?
La línea que llevo con mi vida
personal y la de mi música está
mucho más difusa. Eso me gusta
y me hace sentir más cómodo. Lo
de ahora es un mundo creado, claro
que desde la realidad, pero más
separado de mi vida personal. Eso
hace que esté más dispuesto y más
liberado. Lo que pasa en vivo forma
parte de las canciones, antes estaba
todo muy conectado.
De Audiovisión a GP hay un quiebre. No hay conexión posible.
Cero. Hay una desconexión sideral.
Es una despedida a mi primera
etapa. El GP es como empezar
de nuevo. De verdad que siento
esa total desconexión, hasta en
términos personales. En Audiovisión
todo era distinto. Seguramente me
haya llenado de otro aire.
¿Tenés discos que para Gepe son
referencia?
Pucha, muchos. Hay uno de un
gringo que se llama Disintegration
loops, de William Basinski que es
un discazo. De Chile una banda que
se llama Alcayota, tiene un trabajo
de nombre OMI que despierta mi
atención. Las últimas composiciones
de Violeta Parra y el Washing Machine
de Sonic Youth. Ahí tendríamos algo
básico para Gepe.
¿Qué disco tenés ganas de hacer?
El que estoy haciendo ahora, hace
apenas dos semanas comenzamos
ese trabajo. Estoy pre-produciendo,
será algo bien urbano. Te decía, estoy
en esa, con ese concepto que no está
del todo claro. Tienen que ver con
el hip hop, con la música andina,
con las raíces centroamericanas
sobre todo y varias canciones más
bailables. Está conectado con GP
pero también va hacia otros lados
como por ejemplo el flamenco. Esto
viene a ser nuevo. Muy nuevo, aquí
vuelve mucho la guitarra acústica.
Estado de vista
¿Cómo fue tu relación con Cerati
y Soda Stereo? (Tiene la Edición
de Rolling Stone Homenaje sobre la mesa).
De chico, en Chile, escuché mucho
Soda Stereo porque todo el mundo
lo escuchaba. Cuando fueron a
Viña del Mar las primeras veces
fue muy emocionante. En vivo lo
vi a Cerati solista. Bocanada y Amor
amarillo son dos grandes discos en
mi vida. Bocanada sobre todo. Fui
a la despedida de Soda. Año 1997
en el Estadio Nacional. Fue muy
lindo, todo bacán. Tengo un buen
recuerdo, él es un grande.
Imagino que de Bocanada sacaste bocha de información…
Sí, de todo. Porque encima es un
disco re largo. Es electrónica de
verdad, muy abstracto, el espíritu
de libertad que tiene es imparable.
¿Cómo se dio el vínculo con Julieta Venegas?
Una vez me escribió para cantar
juntos en Chile. Además de ser una
referente internacional que escucha
música nueva, a ella le gusta estar
en contacto con esa música. Y eso
es súper valorable. Y conmigo ha
hecho eso, hablamos bastante y
cada vez que alguno anda por su
país nos juntamos.
Vos hace poco dijiste “No quiero
ser Leonard Cohen ni cagando”,
¿eso tiene que ver con lo genuino
de cada artista?
Claro. Cada uno puede ser el que
quiera, para qué andar copiando.
Da lo mismo mientras uno pueda
sentirse auténtico con su obra. Ahí
quizás, en esa sinceridad sí salga
una mezcla de Leonard Cohen,
Juan Luis Guerra y el viejo de la
esquina. Querer ser otra persona
está medio obsoleto. Creo que con
la información que manejás hoy
día es imposible copiar a alguien.
Todos mis respetos para Leonard
Cohen pero me da lo mismo. No me
interesa.
¿Entonces a eso le decís Ni a
palos?
Así estaría bien bacán, ¿cachai? X
año 5 | nº300 | 11 de enero de 2015
8
Apunte tardío sobre El
estudiante, de Santiago Mitre
La salidera
Eventos, lanzamientos, recomendaciones
So Abra
Por Martín Rodríguez
Principio: alguien filmó el ecosistema cerrado y microclimático de la
militancia y la política universitaria
de la Facultad de Ciencias Sociales
de la UBA. Un mundo tan familiar y
tapado que a cualquiera de los que
lo habitamos nos podría parecer
irrepresentable, no porque no fuera fácil hacerlo sino por la utilidad
de hacerlo. Una universidad escuela de jóvenes de las pequeñas burguesías con tristeza que serán allí
sobre-educados y vivirán después
sub-empleados. Me hablaron de
El estudiante (este film, que tuvo su
apogeo hace unos años) varios amigos en los que confío y en cuyos elogios deduje equivocadamente dos
presencias que me desestimaban a
verla: el cinismo (las obvias ironías
sobre la militancia universitaria en
sus variantes) y el costumbrismo
(mostrar ese extraño mundo como
un museo de la lengua y la práctica
política detenida en el tiempo).
Digamos que mofarse de la vida política universitaria puede ser parte
de un blog (como el que escribía
lúcidamente Tomás Aguerre, “Una
excursión a los Indios Sociales”)
o algún personaje capusottiano,
pero en todo caso es una tarea fácil
condimentada desde adentro: porque la mirada ácida sobre la militancia nace en la propia militancia,
en ese folclore donde los nac and
pop gastan a los troscos, los troscos a los bolches, los radicales a los
ex frepasistas, y así. Pero nada de
todo esto hay en El estudiante. Del
pintoresquismo militante sólo los
detalles precisos que permiten pintar la aldea rápido para sumergirnos en un film político a secas, que
muestra una lucha intestina en
un episodio que, para quienes conocen la experiencia militante, es
absolutamente verosímil: una operación de asalto al poder académico que incluye “usos” de la militancia, negociaciones con ministerios
y la traición. El árbol primaveral de
la militancia estudiantil no puede
esconder que efectivamente en las
universidades hay poder, dinero,
negocios, claustros, en los que toda
militancia interviene, disputa, usufructúa, depende.
Entonces: El estudiante no es un
film costumbrista, no es cínico,
ni se consagra al boludeo doliniano
de que “se milita por las minas”.
El traje romántico farragoso de la
militancia no esconde que se lucha
por un poder, a la vez, la lucha por
un poder no exime la existencia de
romanticismo, ropa salvada en el
final.
Pero hay más. La historia muestra
a su protagonista (Roque, un chico
de un pueblo del interior agrario)
en una politización acelerada hasta mostrar su habilidad por identificar la lucha de poder entre ese
ruido. Roque revela su animal político árido en una fauna barroca.
Porque El estudiante también es una
historia del choque de culturas políticas (interior vs porteños) en el
teatro de la militancia universitaria: el “chico del interior” retratado trae una visión conservadora de
la ideología en su mochila municipal pero también, en esa misma
mochila, una rapidez brutal para
entender la disputa de poder. El
choque de culturas políticas que
se da entre la militancia urbana
híper ideologizada y la cultura política que muchos estudiantes del
interior traen en sordina, es una
de las tramas profundas. Roque
empieza la historia mudo y fisgón,
“la ñata contra el vidrio” del teatro
militante, y por amor, erotismo,
conveniencia y convicción, todo
eso junto, deviene en un guarro
de la lucha de poder. El “municipalismo” (esa política picante y desolada de radicales y peronistas) de
Roque tarda en aflorar hasta que
quiebra su eclipse con la Ideología
que le enseñan, pierde el respeto
sagrado por esas chicas y chicos de
retórica frugal en asambleas, y entiende que tiene algo para dar. De
hecho, las pocas discusiones políticas de sobremesa que protagoniza
Roque no lo muestran a la derecha
o izquierda de nadie, sino parado
en el reformismo del que “hace”.
Roque se integra a una agrupación
de izquierda moderada que asocia
a la palabra “gestión” contra el
maximalismo trotskista. Para él, la
política es hacer.
Leí “críticas” donde le reclamaron
a Santiago Mitre no acentuar el
amanecer militante. El impacto de
El estudiante la sobreexpuso ante el
deber de dar La versión de la época, de lo que “cambió”. Mitre da
su versión de lo conservador, de
lo conservado, de lo que la política
aún también es. Y, contrario a lo
que algunos le achacaron, no reivindica el pragmatismo ni rechaza
moralmente la política, sino que
incluye esas tensiones en su visión.
Si El estudiante resulta una disección
del mito militante desde adentro,
no se consagra a su derrumbe, ni
niega su vitalidad transformadora.
Sabemos que muchas cosas contradictorias pueden convivir en
política sin matarse. Oscuridad y
luz. Ideologías y “15 por cientos”.
Etcéteras.
Casi simultáneo al boom argentino
de House of Cards (donde la política
es una espectáculo maquiavélico
para consumo), El estudiante da su
versión verosímil de una parte de
la política sin estilizar el bien, sin
estilizar el mal.X
So Abra es un grupo porteño que hace canciones de
diversos géneros. Mezcla de interior y puerto, logra
imprimir frescura a los múltiples ritmos del folclore
argentino y latinoamericano, sin traicionar estilos ni
esencias. Jóvenes músicos, instrumentación cálida
y matices varios, eso es So Abra y eso plasma en sus
trabajos editados de manera independiente. Luego de
algunos cambios en su formación inicial, el grupo se
reinventó durante 2014 sin perder su identidad, basada en voces armonizadas e instrumentos empastados
en un sonido que logra conseguir tanto en vivo como en
estudio. Por todo esto recomendamos escucharlos en
soabra.bandcamp.com. Si podés, además, comprate su,
hasta el momento, único álbum, porque es uno de esos
discos fetiche con un gran diseño que complementa
más que bien su música. Este año se viene el segundo.
Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral
(CELCIT)
Manuela Malasaña
En el marco de su 40° aniversario, el Centro
Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral
(CELCIT) propone una amplia programación para el
2015, incluyendo grandes figuras de la dramaturgia
latinoamericana como Marco Antonio de la Parra,
Eduardo Rovner, Román Podolsky, Mariela Asensio,
Arístides Vargas o Sanchis Sinisterra. Desde el año 2000
el CELCIT viene realizando una intensa tarea de difusión
y promoción del teatro argentino e iberoamericano
a través de Internet, tanto a partir de su sitio www.
celcit.org.ar, como a través de las redes sociales.
En esta web podés acceder a una gran cantidad de
publicaciones de manera gratuita, cursos a distancia
y, desde 2012, una nueva iniciativa: el CELCIT TV una
serie de micro-documentales y ediciones en video
que abordan distintos aspectos de la actividad teatral
iberoamericana. Interesante explorar este sitio para los
amantes del teatro latinoamericano y darle una mirada,
además, a la programación para este año.
Staff
Director
Federico Scigliano
Editor
Diego Sanchez
Redactores
Pablo Móbili
Martín Rodríguez
Emiliano Flores
Franco Dorio
Julián Eyzaguirre
Romina Sánchez
Diseño original
Nizo Mauas
Arte
Diego Paladino
Fotografía
Patrick Haar
Casi en la esquina de Costa Rica y Borges, en el barrio
de Palermo, se erige un monumento al buen comer.
Manuela Malasaña es un bar o "tasca" como le dicen
en España, en donde la comida de este país europeo es
representada de una manera gloriosa y a buen precio.
En Malasaña se comen pinchos, o sea, platos pequeños
y muy ricos, en este caso. El comensal tiene una gran
variedad para elegir, desde minihamburguesas
caseras con cebolla caramelizada hasta salmón o
croquetas de papa. Todo hecho con mucha prolijidad
y gusto casero, a contramano de tantos lugares por
ese barrio porteño en donde los grandes precios son
directamente proporcionales a las grandes desilusiones
de tan pequeños e insulsos platos. También podés pedir
ricas cervezas y algunos tragos. En este último punto,
recomendamos el mojito que está muy bien logrado. No
podés dejar de ir y, si vas, es una obligación pedirte una
porción de papas alioli. Son la gloria. Si van 2 personas,
comés muy bien por menos de $250 en total. Además las
2 mozas tienen mucha onda y te atienden de diez.
Redacción:
Amenabar 23 (C1426AYB)
Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
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