! ! Tema%14.1.1:%Panorama%general%del%reinado%de%Alfonso% XIII.%Intentos%de%modernización.%El%Regeneracionismo.% Crisis%y%quiebra%del%sistema%de%la%Restauración.%La%Guerra% de%Marruecos.% % España entra en el siglo XX inmersa en un sensible conjunto de cambios generales. A partir de 1900 se pondrá de manifiesto que la realidad social española desborda ampliamente los límites marcados por el sistema Canovista. La “España real” irrumpe decididamente en el razonamiento político. En 1902 comenzó el reinado de Alfonso XIII, mientras España vive en una situación de permanente crisis política. La muerte de Cánovas (1897) y de Sagasta (1903) llevó a los partidos del turno a una lucha interna por el liderazgo que debilitó su posición, abriendo camino a los partidos ajenos al turnismo como los socialistas, los republicanos y los nacionalistas, lo que llevó al agotamiento del sistema canovista. El Regeneracionismo fue una corriente política que se extendió a raíz de la crisis de 1898, como respuesta alternativa al sistema político de la Restauración. Desde un punto de vista social, el regeneracionismo representaba la opinión de amplios sectores de las clases medias y de la pequeña y mediana burguesía, que no se identificaban con un sistema político basado en la hegemonía de un reducido grupo oligárquico, integrado por la alta burguesía y los grandes terratenientes. En general, manifestaban el aislamiento de los políticos respecto al cuerpo electoral, la descomposición de los partidos y del sistema de la Restauración y el atraso económico. Sus propuestas fueron: la limpieza del sistema electoral, una nueva vida parlamentaria, una profunda reforma educativa, inversión en obras públicas, etc. Este planteamiento ante la sociedad se puede agrupar en dos grandes categorías: -Un regeneracionismo crítico: representado por Silvela o Maura, ministros del Partido Conservador que, limitaban su crítica solo a los aspectos más negativos del sistema, pero aceptaban su validez general. -Un regeneracionismo al margen del sistema: con figuras como Joaquín Costa, Santiago Alba o Basilio Paraíso, que criticaban al sistema político de la Restauración en su totalidad, como ‘organismo enfermo’ y ‘degenerado’ Entre 1902 y 1909 se producen los primeros intentos de revisionismo político, se trataba de cambiar el sistema desde arriba. El asesinato de Cánovas dejó a Francisco Silvela, como líder del 1! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid! ! ! partido conservador. Silvela formó varios gobiernos que intentaron acabar con la corrupción del sistema pero fracasó al chocar contra muchos intereses, y abandonó la política en 1903 dejando paso a, Antonio Maura, que también fracasó. El estallido de la Semana Trágica en Barcelona 1909 aceleró la crisis. Desde la conferencia de Algeciras en 1906, España tenía una colonia en el Norte de Marruecos. En 1909 miembros de algunas Cabilas (tribus) atacaron a los trabajadores de compañías españolas y Maura decidió enviar tropas. Pero en vez de mandar a las de Andalucía ensayó un plan de movilización de reservistas para incorporarlos en Madrid y Barcelona. Ante esta situación los socialistas y republicanos promueven una acción conjunta contra la llamada de reservistas para la campaña de Marruecos. Las protestas no fueron atendidas por el gobierno de Maura y cuando las tropas embarcaban en Barcelona comenzaron los incidentes. Por otro lado en Barcelona la organización Solidaridad Obrera hizo un llamamiento a la huelga general para el 26 de julio a la que se sumó la UGT. La mala organización hizo que la huelga solo fuera seguida en Barcelona. El gobernador civil decretó el estado de guerra y la situación de violencia se descontroló ante los organizadores de ésta al llegar las noticias del desastre del Barranco del Lobo. Durante tres días en la ciudad se prolongaron las luchas en las calles hasta que poco a poco la situación volvió a la normalidad, provocando como consecuencia la dimisión de Maura. Entre 1909 y 1917 la crisis se mantiene ante la incapacidad de los partidos tradicionales para atajarla. A Maura le sucede el liberal Canalejas, también regeneracionista, pero su asesinato por un anarquista en 1912 deja a los liberales sin su principal dirigente. El rey llamó al conservador Eduardo Dato, pero un sector de los conservadores no aceptó este liderazgo, y encabezados por Maura, forman el partido mauristas, lo que divide a los conservadores. El estallido definitivo de la crisis se produjo en 1917, cuando una parte del ejercito, los catalanes de la Liga de Cambó, los republicanos de Melquiades Álvarez y de Lerroux y algunos grupos obreros (PSOE) se unieron para exigir una reforma política total, y como primera medida pedían la convocatoria de una asamblea constituyente. Como respuesta Dato cerró las Cortes. El movimiento se fue haciendo más nacionalista radical. La UGT y CNT convocaron una huelga general que fracasó. Finalmente, Alfonso XIII da paso a un gobierno de colaboración con la presencia de asambleístas como Cambó y Maura. Este gobierno fue incapaz de dar una solución. El problema de la crisis política se veía agravado por una situación social cada día más tensa: obreros y campesinos pedían reformas laborales y cambios en la estructura de la propiedad que los patronos no estaban dispuestos a conceder. La violencia de los obreros fue contestada con violencia, lo que desembocó en una guerra abierta en Barcelona. 2! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid! ! ! A ello se sumaba la cuestión de Marruecos, en la que España trató de participar en el reparto de África. Tras la Conferencia de Algeciras (1906) España obtuvo el reconocimiento definitivo de sus derechos sobre el norte del territorio. La población rifeña estaba dividida en tribus o cabilas reacias a renunciar a su independencia. Las cabilas rebeldes seguían al líder Abd-el-Krim, organizador de una ofensiva de guerrillas contra los españoles. El general Silvestre en 1921, sin contar con el Alto Comisario en Marruecos, General Berenguer, decidió atacar a Abd-el-Krim con una terrible derrota, donde todos sus hombres fueron masacrados por los rifeños. Después de esto sonó el nombre del rey, pues algunos consideraban que Silvestre, amigo personal del monarca, actuó en contacto con Alfonso XIII saltándose el orden. Esto provocó causaron un malestar. En esa situación, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, proclamó el estado de guerra en 1923. El rey se negó a destituir a los rebeldes y el gobierno dimitió. Alfonso XIII entrego el poder a Primo de Rivera realizándose el golpe de estado. La constitución de 1876 se anuló y se abría un abismo entre la monarquía y la clase política que la había unido. 3! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid!