ILUSTRACIÓN D E C E N A L INFANTIL. AÑO II. II MADRID 30 DE JUNIO DE 1888. || U n delantero de la plaza de Oriente. NUMERO 18. EL MUNDO DE LOS NlROS. 274 SUMARIO. TKXTO: Conversación familiar, por D. Manuel Ossorio y Bernard. — Explicación de los cromos.—Explicación del grabado.—El Globo, por D. Sinesio Delgado.—De Barcelona á Bíanila, por D. Ezequiel Lorza.—El,jazmín, la malva y la ortiga, por D. Kamiro Blanco.— Graduandos de melón, por D. Alfonso Pérez Meva.— Romances infantiles, por D. M. Ossorio y Bernard.^ Buscando nidos, por D. S. Rueda.—El halcón, por don Mariano del Todo y Herrero.—Mosaico.—.Juegos de imaginación.—2\uevos problemas.—Anuncio. CROMOS: L'n delantero de la Plaza de Oriente.—L'n concierto casero.—La Garduña. GRABADO : El hombre del or-ranillo. CONVERSACIÓN FAMILIAR N o habéis estado nunca, queridos lectores, en t i Colegio Nacional de s o r d o - m u d o s y de ciegos? En caso negativo, os recomiendo m u y de veras que vayáis, para haceros córgo de los prodigiosos resultados que logra la enseñanza, aun cuando ésta se de á los desdichados seres que carecen de órganos tan esenciales como la vista y el oído. Allí veréis á pobres ciegos ó mudos que leen y escriben, conocen la Gramática y la Aritmética, la Higiene, la Religión y la Historia Sagrada; nota réis que saben bastante d e Agricultura, de Industria, de Historia, Geografía, Física é Historia Natural; veréis que los h a y m u y aplicados en Dibujo y Pintura; que conocen el solfeo, el piano, el órgano, el acordeón, la guitarra; que trabajan en modelado y talla; que hacen flores y bordan; que trabajan en la Imprenta, e n c u a d e m a c i ó n , carpintería, zapatería, sastrería y cerrajería.... Parece que los desdichados seres suplen con su aplicación y con el desarrollo de su facultades la deficencia de sus sentidos, haciendo g r a t a la trabajosa misión del celoso profesorado de dicha escuela. Durante el curso que ha t e r m i n a d o , los alumnos del mismo fueron 112 internos y 63 externos. Pues bien; han obtenido premios ordinarios 23 sordo-mudas; 53 sordo-mudos; 16 ciegas; 22 ciegos y un sordo-mudo y ciego, el prodigioso joven Martín d e Martín, conocido en E s p a ñ a y fuera de E s p a ñ a , y del que no renuncio á hablaros extensamente algtin día. Obtuvieron premios extraordinarios, 3 sordo-mudas, 4 sordo mudos, 3 ciegas y 2 ciegos, y premios especiales dos alumnos de cada una de las clasificaciones mencionadas. L o triste es que nuestra patria, á la que se debe el origen de esta enseñanza, cultivada y a en el siglo XVI por el fraile Benedictino, F r a y Pedro Ponce, y muchos de los grandes desarrollos que ha tenido después, dé hoy tan poca importancia á la misma, que permita que el Colegio ocupe un caserón ruinoso y anti-higiénico, y que h a y a h o y 164 individuos que aspiran á lograr plaza en el mismo. Hace años se formuló un proyecto p a r a construcción de nuevo edificio, acomodado á las necesidades m o d e r n a s , y con elementos de higiene y condiciones para nuevas enseñanzas; pero el proyecto duerme en el Ministerio de F o m e n t o , cubierto, sin duda, por numerosas capas de polvo. El día en que se ponga al despacho y se- resuelva, y los padres de la patria concedan algunos miles de pesetas para que se realice el noble pensamiento, mis nietos se encargarán de aplaudir á los gobiernos del siglo XX, y muchisimos desgraciados encontrarán en el futuro Colegio el alimento del espíritu á que hoy aspiran en vano. V a m o s ahora á otro asunto igualmente serio. L a comisión de reformas sociales, ha termina do el proyecto de ley, reglamentando el trabajo de los niños. L a s primeras bases del dictamen, diden así: I.» Los niños de ambos sexos menores de nueve años no serán admitidos al trabajo en ninguna fábrica, taller fundición ó mina. Cuando el hijo trabaje en el taller de su padre, tutor, ó persona encargada á su guarda, ó en su propia casa, queda sometido á las reglas de derecho común. 2.-' Los menores de ambos sexos de nueve á trece años, cualquiera que sea la clase de trabajo en que se les ocupe, no emplearán en él como máximun más que cinco horas (nunca de noche), y los de trece á diecisiete ocho horas, sin que el trabajo consecutivo exc ;da de cuatro. Los comprendidos dentro de esta edad no podrán en ningún caso prestir sus servicios: I." En minas y canteras si fuese subterráneo el trabajo. 2." En establecimientos destinados á la elaboración ó manipulación de materias inflamables, intoxicantes ó insalubres. 3.° En recintos donde la máquina funcione por acción independiente de la del trabajador. 4.0 En la limpieza de motares y piezas de trasmisión mientras estén funcionando las máquinas. 3.^ Quedará prohibido el trabajo de noche en domingos y días feriados á los menores de trece años. Aquellos que tengan de trece á diecisiete, podrán ocuparse en los trabajos indispensables en establecimientos industriales de fuego continuo, durante la noche y días festivos, siempre que se les deje tiempo suficiente para cumplir sus deberes religiosos, y la información • para conseguirlo se haga por la autoridad competente; también se permitirá el trabajo en las primeras horas de los días festivos á los niños de trece á. deciséis años, cuando las necesidades de su industria lo exijan. 4." No podrán emplear en sus trabajos los establecimieotos industriales á los niños que no presenten EL MUNDO DE LOS NIÍÍOS. certificación de ectar vacunados, de no padecer ninguna enfermedad orgánica o contagiosa, y de asistencia de tres horas por día ó dieciocho por semana á la escuela, cuando el local de ésta se halle situado á menos de tres kilómetros de distancia. 5." Ínterin la iniciativa individual no asocie la escuela al taller, será obligatorio para todo establecimiento fabril distante más de tres kilómeiios de la escuela, y que ocupe permanentemente en sus trabajos más de veinte niños, el sostenimiento de una de éstas, pudiéndose deducir de su salario la parte necesaria para atender á sus gastos. 6." Independientemente de la acción del Estado las sociedades protectoras de los niños podrán estudiar y proponer por su parte cuantas reformas consideren convenientes respecto á la higiene de los establecimientos y á la organización de la escuela. 7.-' Queda prohibido en absoluto todo trabajo funambólico, ejercido como oficio y espectáculo á los menores de dieciséis años. Los autores ó directores de compañía, contratistas, padres ó tutores de los niños ([ue contravengan este artículo, serán penados conforme al i ° de la ley sobre «Protección á los niños» de i." de Julio de 187S. l.as demás bases, coiiio se refieren á la inspección del E s t a d o para que se cumplan los precedentes, no os interesati tanto, y creo que las p u e d o omitir. Diréis que esta conversación resulta muy seria, y tenéis justo motivo para decirlo; pero para eso van en este ni^imero otros trabajos mas autorizados y ae;radables. D e todas maneras, posible es q u e , andando el tiempo, si vuelve a caer en vuestras manos este n ú m e r o de E L M L ' N D O D E L O S N I Ñ O S , os fijéis, m a s que en sus cuentecitos y fabullillas, en los tem a s d e esta revista, que entrañan verdadera graved a d é importancia. MANUEL OSSORIO Y BERNARD. -^•%/w^m>vv>v~- EXPLICACIÓN DE LOS CROMOS, UN DELANTERO DE ík PLAZA DE ORIENTE, En los primeros años de la vida suelen empezar á mostrarse las aficiones que más tarde han de constituir carácter. Nada, por ejemplo, más general que la afición de las mujeres á los coches: puts bien, esas mujeres, debieron ser, cuando niñas, muy aficionadas á dar vueltas en los cochecitos tirados por borregos ó borriquillos. Nada más general que la afición del hombre á los caballos: pues bien, esa afición ha nacido y se ha fomentado indudabltmtnte, al montar como delanteros en los borriquillos de ¡os co;hes citados, como lo hace el joven retratado por el dibujante en nuestra lámina. La vocación, queridos míos; la vocación!... iSbrad, hace algunos años conocí yo en mi calle al chiquillo de una poitera, que todos los días hacía novillos á clase, SiS y que se pasaba las horas muertas en una fuente de vecindad colocando la mano en el chorro, para que desviándose éste, pusiese perdidos de agua á los transeúntes... Puts—para que se note lo que es la vocación,— hoy le he visto, hombre ya, actuando de manguero de la Villa. UN CONCIERTO CASERO. Muy bonita la música, muy bonita... sobre todo cuando se ejecuta bien. Lo malo, para el que ejecuta como para el que oye, son los principios; pero las dificultades de estos pueden vencerse... empezando por los fines. Los principiantes músicos me gustan mucho, por el estilo de los que hoy aparecen en este número: pintados. LA GARDUÑA. Con el nombre de garduña se conoce en casi toda España á la Fuina, que tiene la fisonomía blanquísima, la mirada viva, el salto ligero, los miembros flexibles y todos sus movimientos rapidísimos; salta y da brincos en vez de caminar; trepa con facilidad por las paredes ciue no estén muy lisas; entra en los palomares, gallineros, etc., matando á veces gran número de aves para llevárselas á sus hijuelos; caza también las ratas y ratones, topos y los pájaros en sus nidos. Las fuinas viven de 8 á 10 años, y despiden un olor semejante al de almizcle adulterado, y su carne no , es gustosa, ni la piel es muy estimada. EXPLICACIÓN DEL GRABADO. E L HOMBRE D E l , ORGANILLO. Dignísimas son seguramente de compasión las pobres mujeres que, perdiendo á sus esposos, se encuentran frente á frente de todas las luchas de la vida, y obligadas á velar por sus hijos huérfanos; pero acaso es más digno de couipasión el hombre que en análogas circunstancias se encuentra. Y es más d'gno de compasión, porque la pobre viuda motiva mayores sentimientos de caridad, en tanto que al hombre, per el mero hecho de ser más fuerte, se le sentencia sin apelación á que trabaje. Y, sin embargo, cuántos casos existirán en que un pobre viudo sea doblemente digno de lástiaia! Todos habéis visto al hombre del organillo, que figura en nuestra lámina de hoy. Pues bien; ese hombre que era un excelent; trabajador tuvo la desgracia de que se le muriera su esposa, dejándole una niña de poquísimos meses; y el pobre, no queriendo apartarla de su lado, acabó de criarla artificialmente, aprendió prácticamente los deberes maternos para con los hijos, vistió, limpió á su niña, y no pudiendo abandonarla durante las largas horas de su trabajo, dejó su oficio, se hizo músico ambulante, y convirtió su organillo en silla y cuna de la tierna criatura. V así ha ido creciendo ésta, formando padre, hija y caja de música, un conjunto cuya separación no se comprende. .^í^-^.es- -H A -/^;:r:^^-r'^. Concierte > casero. E L MUNDO DE LOS NIÍ?08. 278 EL_ GLOBO, henchido y orondo, De niño chiquito y... yo no lo he visto compráronme un globo ni nadie tampoco. muy lindo, mny grande, i¿ué rabia tan grande! teñido de rojo. Recuerdo que al P r a d o (2ué horrible trastorno! ^le dio calentura, salía orgulloso, maldije al gracioso, porque era el juguete y puse en mi casa mayor que los otros, muy malos á todos. y al cielo subía más alto y más pronto. Después, siendo un hombre Sería imposible de pelo en el rostro, pintaros mi gozo, cien veces, á solas, cuando en el globito, me acuerdo del globo. clavados los ojos, ()ue apenas, iluso, veíale alzarse mirando en mi torno repleto y orondo, los muchos placeres creyéndose libre, que anhelo y adoro, creyéndose solo, desprecio el silencio y luego obediente y al mundo me arrojo del hilo al antojo, sediento de goces tornar á mis manos tranquilos ó loco.», t a n hueco y tan gordo. doradas quimeras Con cuánta alegría y sueños me forjo, mezclada de asombro y salgo... como antes veía yo al pobre luciendo mi globo, que, atado muy corto, salía á paseo pugnai'a por irse vestido de corto! del \iento á los soplos! Pero, ay! que no faltan granujas ó tontos, U n día, de un grupo y sobran tijeras de niños ó mozos, que ofrece el demonio... salió el más infame Por eso la dicha y el más revoltoso, se escapa m á s pronto y h a c i e r d o una gracia que el globo de m a r r a s que no le perdono, teñido de rojo, cortóme la cuerda y... yo no la lie visto de un golpe, y el globo ni nadie tampoco. 66 fué por los aires SlNESIO DF,Lr;AI)0. *offio« DE BARCELONA Á MANILA. CVIAf E , REDOtlLZ.) TRAB.AJO QUE OBTliVO EL PREMIO EN EL TE-\H CUARTO DEL CERTAMEN ÚLTIMAMENTE ABIERTO POR ' E L M U N D O DE LOS N J Ñ O S ' , ORIGINAL DE EZEQUIEL LORZA. Barcelona 22 de Abril de 1888. OutRiDO AMIGO P E P E : Aunque hace mucho tie:i)po que no te he escrito, no creas que te haya olvidado, pero tan pronto como nos separamos y llegamos á Barceh II.', se reunieron unos cuántos jóvenes ricos y pcriAlarios de la instrucción, y determinaron hacer un viaje desde Barcelona á Manila, pasando por el Canal de Suez, y volviendo al primer punto por el Estrecho de Magallanes. Como dichos señores eran muy amigos de mi papá ) sí.bian que éste era un excelente capitán de bar- co, le suplicaron que se encargase de la dirección del que los había de conducir en el viaje de instrucción y recreo que proyectaban. Mi papá, que se entusiasma con todas las cosas de mar, accedió á sus deseos, y como no tiene más hijo que yo, noquiso perder tan buena ocasión para instruirme, y para que pudiera aprender con aprovechamiento la carrera de marino que pensaba darme. Ksta ha sido la causa, querido Pepe, de que no hayas tenido noticias mías en tanto tiempo, y para que veas lo mucho que te aprecio, voy á referirte las mil y mil cosas que he visto en tin dilatado viaje, porque estoy seguro de que pasarás un buen rato, ya que tú no has podido disfrutar de tantas grandezas. Salimos de Barcelona á bordo del vapor Vallín, y nos dirigimos a Marsella, donde desembarcjamos para ver lo más notable de la población. Marsella es una ciudad de Francia que tiene más de 12o.oca habitantes, sita en el departamento de las Bocasdcl-Ródano á 130 leguas de París, y junto al Mediterráneo. Es Sede Episcopal, y forma por si sola su diócesis. Tiene más de media legua de largo, y está dividida en nueva y vieja, siendo aquélla de buen aspecto. Tiene tribunales, arsenal, casas de moneda y establecimientos de Beneficencia; varios teatros y observatorio, que son edificios notables, academias y bibliotecas con más de 60 000 volúmenes. Es célebre por sus fabricas de jabón, aceite, licores, etc , y su industria comprende multitud de artículos. Su comercio marítimo es floreciente. Fué fundada 600 años antes de J. C. y ha sufrido muchas vicisitudes. En 1792, gran número de sus habitantes se dirigió á París á dar impulso á la revolución, y al siguiente año, abrazó el partido de los Girondinos, representando siempre un papel principal en aquellos acontecimientos, y su memoria ha quedado popularizada en la canción conocida por la Marsellesa, que tantas veces hemos cantado juntos; es patria del poeta Petionio, de Dumkrsais y de Mascarón. Enterados ya de todo lo que contenía Marsella, no.s volvimos á embarcar, y atravesando el Mediterráneo, pasamos por el Estrecho ó Bocade-Bonifacio, entre las islas de Córcega y Cerdeña, y fuimos á parar á Ñapóles, p?ra hacer lo mismo que en Marsella. Ñapóles es la capital del país de su nombre, y de las dos Sicilias, con cerca de 400.000 habitadles, sita ¿ 3 2 leguas de Roma y á Oiillas del golfo de su nombre. Su aspecto, desde el mar, es hermosísimo; sus calles, sin embargo, son estrechas, excepto la de Toledo, que es de las mejores de Europa Tiene un magnifico palacio real, varias fortalezas que la hacen plaza de guerra de primera clase, aunque una de ellas más parece destinada á dominarla que á defenderla. Universidad , biblioteca enriquecida con los manuscritos halladüs en Herculano, academias, varios teatros y muchos establecimientos de caridad. La industria y el comercio son medianos; se EL MUXDO DE LOS NIÑOS. •celebran no obstante sus tejidos de seda y sus ins" trunientos de cuerda, especialmente violines; las •cercanías son fértiles, y en ellas se ven curiosas grutas, las ruinas de Herculano y Pompeya, el sepulcro de Virgilio, las catacumbas y otras antigijedades, así como algunas fuentes de aguas minerales. Esta ciudad fue célebre por las ciencias y las letras; es patria de Patérculo, de Saunazaro, de Salvator Rosa, de Filangieri y otros hombres celebres. Su origen se atribuye á los griegos, y fué colonia Romana en tiempo de los emperadores; también la dominaron los franceses, y hoy pertenece á la corona de Italia. En una de las ramificaciones de los Apeninos, se encuentra el célebre Vesubio, volcán de que tantas veces hemos hablado. Como en Ñapóles no teníamos ya nada que ver, nos embarcamos de nuevo para seguir nuestro viaje, pasando por el e:.trecho ó faro de Messina, que separa la Sicilia de Italia, dejando después á un lado á Candía, isla del archipiélago griego, para hacer escala en Suez. Esta es una pequeña ciudad de Egipto, á orillas del mar Rojo, que hasta que se abrió el istmo de su nombre, sólo contaba con unos Goo habitantes; es célebre por el istmo convertido hoy en estrecho por el eminente ingeniero francés Fernando Lesseps, que hoy está realizando la misma obra en el istmo de Panamá. Suez es un considerable depósito del comercio entre Egipto y la Arabia. Baques de vapor ingleses hacen un servicio regular y periódico desde Suez á Bombay y á Calcuta. Llamábase en lo antiguo Arsinoe. Ya sabes, por la Geografía, que el Canal de Suez pone el Mediterráneo en comunicación coa el mar Rojo, y que separa el África del Asia. Salimos de Suez para el Cairo, que creímos conveniente visitar por hallarse cerca y ser capital de Egipto. Tiene unos 300 OOD habitantes; sita, en la •margen derecha del Nilo; es la ciudad más importante del Imperio Otomano después de Constantinopla, por su extensión, comercio, industria y monumentos; sU clima varía mucho, y el invierno es, según dicen, apenas sensible; la enfermedad común que allí se padece es la oftalmía, atribuyénse a la extraordinaria diferencia de temperatura desde medio día hasta media noche. Bonaparte estableció en ella la residencia del gobierno militar durante la célebre expedición de Egipto. Visto el Cairo, continuamos nuestro viaje por el mar Rojo, y nos detuvimos en Perini, pequeña isla del estrecho de Bab el-Mandeb, á una legua de la costa del Yemen. Tiene dos leguas de largo y buen puerto, pero como carece de agua dulce y no había nada de particular en esta isla, nos detuvimos muy poco para surcar el mar de las Indias, y llegamos á Ceilan Esta es una isla del Occéano Indico, sita á la entrada del golfo de Bengala; tiene 76 leguas de largo y 40 en su anchura media; produce canelas, arroz, cáñamo, algodón y muchas frutas. En sus espesos bosques crecen el ébano, la madera de hierro y otros árboles propios para la 279 ebanistería. La masa de las montañas pertenece á los terrenos primitivos, y en ellas se encuentran cristal de roca, calcedonias, granates, topacios, jacintos, rubíes, záfiros, herbalina, amatistas, plomo , estaño, hierro, manganeso y mercurio. Su comercio consiste en la canela, la pesca de perlas y la venta de elefantes. Sus habitantes se dividen en cuatro castas, como los indios; la mayor parte de los hombres saben leer y escribir, y cultivan mucho la poesía. Hoy pertenece á la Gran Bretaña, y su población asciende á dos millones de habitantes. Continuamos hacia Nicobar, que es un grupo de islas del golfo de Bengala y se compone de siete grandes y doce pequeñas, donde abundan los cocos y otros árboles frutales y aromáticos. Sus habitantes son cobrizos, industriosos y fabrican sus casas de bambúes. Los Daneses formaron allí un establecimiento en 1756, pero la insalubridad del clima acabó con ellos en 15 años. Pasamos por el estrecho de Malaca, é hicimos escala en Singapore. Esta es una pequeña isla de Asia, en las Indias Orientales, sita muy cerca de la punta meridional de la Península de Malaca por donde pasan todos los buques que se dirigen á la China. Tiene unos 22.000 habitantes, de los cuales algunos viven en barcas sobre el agua. Fué cedida á la compañía de las Indias Inglesas. Cruzamos el mar de la China y llegamos á Conchinchina. Esta es una región del Asia Oriental, en el imperio de Anam, con dos millones de habitantes. Linda al N. con el Tonkin, y al S y al E. con el mar de la China, y al O con el Camboge y el golfo de Siam. Tiene de superficie 5.040 leguas. Su terreno es bastante fértil, y en él se encuentran todas las producciones de los Trópicos, estando poblados sus bosques de maderas aromáticas; el comercio de este país se hace particularmente coa la China. Desde Singapore podíamos habernos dirigido hasta Manila, pero antes preferimos visitar á Cantón, que es una ciudad y puerto marítimo del imperio Chino, capital de la provincia del mismo nombre, con 800.000 habitantes. Los americanos y los ingleses hacen allí un gran comercio. Ya te contaré cuando nos veamos, las muchas co-^as raras que vimos en esta ciudad, porque se necesitaría un libro para describirlas. Por último, llegamos á Manila, término de nuestro viaje, concluyendo con esto la primera parte de nuestra expedición. Manila es la capital de la isla de Luzón, y de las provincias españolas en Filipinas con 140000 habitantes; sita en la costa occidental de la isla, y en el fondo de li bahía de su nombre. Tiene tres cuartos de legua de circuito y doce arrabales, comunicando con varios de ellos por medio de puentes. (Se conc'uirá.) La garduña. EL JAZMÍN, LA MALVA Y LA ORTIGA. ( FÁBULA.) Va de cuento, lector: En nna huerta de cierto pueblecillo de la Mancha, se pusieron á hablar de varias cosas un jazmín, nna ortiga y una malva. El jazmín se expresaba de este modo: —He nacido con suerte, enmaradas; Boy una flor bonita, tengo aroma y de mí se enamoran las muchachas. —Valgo yo más que tú—dijo en seguida contestando al jazmín la flor de malva: — p u e s si eres tú bonita, yo soy útil; la medicina mi virtud proclama. —Pues yo—dijo la ortiga... —Fueral Fuera! Malva y jazmín gritaron destempladas. —Tienes tú acaso méritos?... Responde, —Oidme, por favor. —Ni una palabra. —Eres—dijo el jaemin—inculta y fea. —Eres perjudicial—gritó la malva. —Mala hierba es tn nombre. Qué pretended? —Hieres sin coiopasióri ¡i quien te trata„. Un hortelano entonces se presenta y con imas enormes tijerazas, malva y jazmín separa de sus tallos y ambas flores se lleva hacia su casa. Sirvió el jazmín para formar un ramo, en unión de otiaj (lores desgraciadas; •y la malva, á su vez, con agua hirviendo halló su seixiltura en nna taza. C!ontó después un zángano á la ortiga, míentra.s no se qué jugos la chupaba, el fin de Isis dos flores, y al oírle así se dijo la dañina planta: —El mérifo en el mundo suele á veces de desastres ñn cuento ser la caiua. Nada valgo... mejor I Hasta mi muerte quiero vivir oscura y olvidada. RAMIRO BLANCO. EL ]\IUXDO DE LOS NlSOS. EL HOMBRE DEL ORGANILLO. 281 282 EL MUNDO DE LOS NlSOS. GRADUANDOS DE MELÓN. 2 (Jeíhtnhrc—Xo, Juanito, no, este año no te acontecerá, a Dios f^racias, lo que el antcrio". La experiencia es la maestra de la vida, miigister vitcc, que decimos nosotros los eruditos en estado de canuto; el curso actual tienes las clases seguiditas, y te es posible asistir a todas. Bien es verdad, que yo no soy un Catón, y me acuso de faltas que no me serían imputables á ser mejor depuradas. Vamos á ver: Qué culpa me c^be á mí de que las asignaturas que el curso pasado estudié, ó más puramente pensé estudiar, se explicasen á una misma hora? Ninguna; y si hice novillos, que n-i niego que los hiciera, no fué por marcharme á la parada, sino porque las cátedras eran incompatibles, porque los catedráticos son unos tales que no miran más que su comodidad, ni atienden mas que su provecho. . Sin embargo, como yo tenía asignaturas rehabilitadas, cualquiera las coordinal .. Vaya! Pelillos á la mar! Desde este curso, vida nueva, y á reparar lo perdido, que no soy >'o el único mortal que tira por la senda en vez de ir por la carretera Ea! Empezaremos hoy las buenas obras: sea este día 2 el primero de mi regeneración; hoy asisto á Cátedra. l'ues, señor, no he entrado en clase; sin duda mi reloj andaba mal, y acorde con la esquina de la Puerta del Sol; y por no penetrar en el aula comenzada )'a la explicación . Pero mañana... lo que es mañana, no me retrasaré; quince minutos antes de la hora, estoy hablando con el bedel en la galería. 2f) de Octubre.—Parece mentira! En todo Madrid no se encuentra un libro de tex'o de los que yo necesito. Y cuidado que no fui de los más mo rosos en buscarlos, y llevo no sé cuántas semanas de escarceos; las ediciones de nuevo, agotadas; las de lance, no digimos. Lo peor es que no he pisado el aula en todo el mes. Después de todo, para que? Para estar allí de comparsa? Que hubiera aJelant ido con asistir sin poder estudiar? Exponerme á «tirarme una plancha. si me preguntaban la lección. En fin, ya habrá algún compañero compasivo que me preste los apuntes; ya poco pueden tardar los ejemplares que necesito, y en cuanto los compre voy á ser más asiduo á clase que los de la orquesta, los que se sientan en el estrado junto al catedrático, para adularle y ganar su voluntad. . 14 de noviembre. — Parece mentira; pero aún no he tenido tiempo de abrir los libros que adquirí la semana pasada .. Mañana i 5, sin excusa alguna, comienzo á asistir á clase. lo de noviembre.—No, pues hoy no voy á clase; hoy es San Eugenio, y sobre que no entrarán en aula, y me expongo á pasearme en valde, hace un sol magnífico, y el Pardo me reclama. Por un día! .. Empezaremos á ser personas decentes el diez y seis; pero hoy, rindamos parias á las bellotas! Id de yorienihre.—Conque se ha puesto malo el Profesor? Ho)' que pensaba yo empezar a í'sistir á clase... Tendré desgracia! Preguntaré al bedel. Qué tiene el Sr Pelaez? Cuestión de ocho (iias, eh? Bueno, pongámosle quince; no vuelvo hasta primeros de Diciembre: con eso repasaré en casa. Ah! Viene el Auxiliar! Pues que venga! 1." (fe IJirie»ihre.—y¡ernesl Vaya, lo dejaré para el lunes; qué voy á adelantar en un día? pasado mañana es ya domingo... 3 de Diciembre,—Me fastidian las semanas truncadas; el 8 es fiesta, y no empiezo á concurrir á Cátedra hasta el 9. fj de Diciembre. — Qué atrocidad! Vaya un escándalo! No, pues si el acuerdo es general, yo no falto al compañerismo ni soy un »cochinos; no entro en clase. Un poco pronto me parece para pedir punto, aunque á la verdad, me voy convenciendo de que, el que estudia en su casa... la asistencia a Cátedra es una filfa! Aprieta, dos ilumnos á la Dirección Pues señor, esto se pone malo; lo mas prudente es largarse y no volver al Instituto hasta el año que viene; año nuevo, vida nueva; desde primero del año no dejo de entrar en clase un solo día; entonces es la mejor ocasión, porque comenzara el primer repaso. 2!) de Enero.— El hombre propone y Dios dispone; y lo que es firmísimís, sí que lo eran mis intenciones de no faltar á clase desde primero de año Aunque á la verdad, no he perdido mucho, porque entre domingos, días festivos, el mío y el del Catedrático, y esto á partir de Reyes, no me resultan más que unos cuantos aprovechables; nada, media docena de lecciones que me las echo ) o al coleto cuando quiera Y el caso es que hoy estamos á 29. y para lo que resta .. ]5ah! Hasta después de Carnaval no parezco por clase. 1.'^ de Febrero.—.Adiós mis libros, vírgenes de mis curiosas miradas; bosque de ignorada ciencia que o.s vais á los puestos de viejo. Vuestro producto se.'a la base de mi felicidad! Menudo capuchón de raso me voy á alquilar para bajar con esos al Prado los cuatro días! Ahora sí que es indispensable mi entrada en Cátedra, porque sin libros, mis únicos recursos son la explicación y los apuntes... 20 de Febrero. — Vaya un disparatel A quién se le ocurre poner la cla.se á las ocho de la mañana! Y á qué obedecerá tal mudanza? Lo que es por la temperatura!. . Valiente frío hace! Ea, yo no paso por el capricho; á mí nadie me fastidia Hasta que no mejore el tiempo, no me ven el pelo por aquí Lo dejaremos para después de Semana Santa; entonces me dedicaré también á estudiar, porque entregarse á los libros con intermitencias, ni aprovecha ni luce. EL MUNDO DE LOS KINOS. —IH (le Abril.—Pascua de Resurrección! La verdad es que no creí que se prolongaría tanto nuestra estancia en Toledo. En fin, qué le vamos á hacer Kii i." de Mayo será otra cosa!... 1." de Mai/O.—Servidor!... l'ues si no me llega á advertir mi compañero que los que no contestaran al pasar la lista de hoy quedaban para Septiembre, me luzco! ..Msto se me echa encima; yo no he nacido para asistir á clase; la clase es la rutina, lafciula, la palmeta, la esclavitud déla enseñanza, coin > el programa es la esclavitud del pensamiento... Mo vuelvo á clase... pero... y si pierdo curso?... ¿{ (le Mayo.—Decididamente dedicare todo el mes á estudiar en casa; el curso que \icne empezaré á asistir á Cátedra, sin excusa de ningún género... ^JO (le Junio.— Yo creo que he hecho mal en dejar pasar mi turno; los que se examinan en esta segunda vuelta, parece como que descubren el flaco.—Fuego! Me llegó la vez! .. Hl nombre técnico del murciélago, según Cuvier? Murciélagus.. Y se ríe el tribunal Claro!... Ya me lo figuraba yo! .. Suspenso! .. Si e.se tío no me puede ver!.. Como yo no so\' de los aduladores que asistían á clase! Rióme ) o de imparcialidades y justicias. Está visto que para salir bien, es precise» sentarse en la orquesta... Me dan ganas de saltarle un ojo al profesor! .. Y todo por no entrar en Cátedra; que lo que es como contestar, he contestado para sacarme siquiera un aprobadete! Así decían dos ó tres hojas gurrapateadas, unas con tinta, y escritas otras con lápiz, y todas parte sin duda de algún cuaderno de Memorias, que arrugadas con una papeleta de suspenso , y una inscripción de matrícula de Historia Natural^ me encontré días atrás en el portal del Instituto, ALI'ON.SO P É R E Z NIE\-A. ROMANCES DESFILE INFANTILES. DE MAESTROS. Ya salieron de la escuela; ya están en Latín los chicos, unos en el Noviciado, los otros en San Isidro. Nuevas amistades traban, procúranse nuevos libros, con secretos de las ciencias para ellos desconocidos. Ya no les llevan de casa á la clase; van solitos, y discurren por los claustros con mayor ó menor juicio. 2S3 Unos dicen que estudiaron en la calle del Olivo, otros que en Puerta de Moros () subiendo hacia el Retiro, en la Plaza del Progreso, ó calle de Leganitos. Y en sus mutuas confidencias, recuerdos de un mundo antiguo (pues hay quien tiene diez años y habla de cuando era niño), exhiben irrespetuosos, a sus maestros respectivos, en cuadros exajerados, no faltos de parecido; pero con toques malévolos y comentarios festivos. —Yo he estudiado con Don líruno, que nació en Vitigudino }• ha corrido treinta pueblos entre medianos y chicos. Gasta levitón verdoso que le llega a los tobillos; gorro de algodón en punta que parece un gorro frigio; peluca de tres colores con persianas y flequillo y narices trasparentes y ojos que van escondidis tras de cristales ahumados por no asustar á los chicos. Siempre encima de su mesa tiene para casos críticos cuerdas, palmetas, correas, disciphnas, cuadradillos, y hasta otros improvisados instrumentos de suplicio. «La letra con sangre entra > es su refrán favorito, y tanto quiere enseñarnos que nos deshace á pellizcos. —Pues el mió, Don Serapio, no pegaba y era ríjiílo; bastantes de su y\cademia éramos medio pupilos y llevábamos almuerzo; pero al más leve descuido, «Sin comer hoy—exclamab.i,— Clemente, Juan y l'erico—.» y con los almuerzos de éstos se daba él un trato opíparo. Dos años fui á su escuela y averiguar no he podido si su rigor en los sábados, castigando á dobles niños, era cuestión de enseñanza ó por comer los domingos. —El mío era un gran maestro, muy bondadoso, un bendito; no nos castigaba nunca au EL MUNDO DE LOS N T S O S . y hasta cuando le decíamos que Marruecos es un golfo ó que es un mar el Egipto, que el rey Don Pedro primero fué muerto por Leovigildo, ó que el verbo y el adverbio son para el caso lo mismo, encojiéndose de hombros, sólo decía: «Estos chicos!^ y aún añadía en voz baja, aunque nosotros la oíamos: «•Y por remate de cuentas, tal vez dirá bien Juanito: quién sabe en estas alturas si la historia no es un mito?» Si por estar bueno el día nos íbamos de novillos, decía: «Este sol de España es cómplice de los niños.» Si jugábamos en clase: «Muchachos más intranquilos!» Si la tinta derramábamos ennegreciendo lo3 libros: f En salsa de calamares quién aprende participios? » Y siguiendo este sistema, y siempre por este estilo, en su ciase no se oían regaños, llantos ni gritos. Recuerdo que una mañana el tunante de Elasillo le tiró con un canuto de majuelas un granito, y que él dijo solamente: ^Pues, señor, valiente tino! Me ha dado entre los dos ojos: si tuerce un poco me avío!» ^ P u e s Don Lucas, mi maestro de primaria, era distinto: el Señor Prosopopeya le llamábamos los chicos. Se sentaba allá en su cátedra, solemne como un ministro y largaba unas «soflamas > de padre y muy señor mío. Siempre empezaba: «Señores.,, Hay momentos decisivos, en nuestra vida, que valen por meses, años y siglos... Señores...—y aquí estiraba los puños dando un suspiro,—' Señores, las circunstancias... la atmósfera en que vivimos, la actividad que nos mueve, el afán de los sentidos, el vértigo de los pueblos, la marcha de los políticos .. todo nos dice adelante!» Y el Cosmos con sus prodigios, la nebulosa y el ente objetivo y subjetivo á colación los sacaba, casi siempre sin sentido. ' Ah! señores—exclamaba— los hombres somos finitos y la ciencia nos opone valladares y peligros... Ah! señores.. I'^l progreso, ufano, inmutable, activo, nos está llamando á voces .. como le llama al proscripto la patria tierra en que yacen con el polvo confundidos restos de generaciones c inorgánicos dctr/tus. .?Y cuando de hablar cesaba preguntábamos: Qué ha dicho?... —Pues el mío nos tomaba la lección mirando al libro, y en alterando un sílaba se perdía y nos perdíamos. —El mío era presidente de no se qué centro ó círculo y hablaba contra el gobierno a quien le debe el destino. —El mío nos enseñaba á rezar pegando gritos y de los libros de texto solo daba el catecismo. — El mío era muy prudente, muy metódico, muy rígido; dudo que en el magisterio pueda haber hombre más digno; pero ganaba muy poco que está bien malo el oficio, y el explicar en ayunas no carece de peligros. ^ Y así charlando los jóvenes, en vez de coger los libros, evocan de sus maestros los nombres en desprestigio. Pobres maestros! Sin ellos, que cogen al tierno niño y á la ciencia le dirigen por diferentes caminos; sin ellos, pobres cimientos del admirable edificio de la ilustración del mundo y del progreso del siglo, qué fuera del que se lanza al golfo siempre intranquilo del saber, con torpe paso y ánimo desfallecido? Ellos, después de los padres, reclaman del tierno niño veneración y respeto, EL MUNDO DE LOS NIÍÍOS. protección y sacrificios. Cuando adelantéis en años y ocupéis altos destinos no á la ingratitud infame deis en vuestro pecho asilo, y recordad al maestro que en su modesto retiro, os enseñó la Gramática y os explicó el Catecismo. M. OssoRin V BKRXARD. B U S C A N D O NIDOS. A'iendo la hermosa tarde (jue hacía, Luis y Pedro, como dos buenos camaradas, resolvieron no ir á ocupar sus respectivos bancos á la escuela, y sí fué mutuo acuerdo de ambos meterse los libros debajo del brazo y salirse al campo, nada menos que con la idea de encontrar cada cual su nido coirespondiente, mucho mejor si era lleno de pajarillos. Pedro distinguíase de sus demás compañeros por su habitual indiferencia hacia toJas las cosas; su cara de un feo nada comvin, y el mal aspecto de sus vestidos, cuya dadosa pulcritud se comunicaba á su rostro m i s de lo conveniente. Luis era, por el contrario , un chicuelo de ojos llenos de malicia, un tanto grandes, que se hallaban dotados de un brillo singular. Kn el cuerpo del muchacho, en sus actitudes, en sus jialabras mezcladas de una sonrisa especial, en todo lo que á él se refería, ob servábase la vivacidad más canallesca, unida al más refinado aire de malicia. Era el chiquillo como un raro compuesto de pájaro y niño, más si cabe de lo primero que de lo segundo. De tal modo era su sensibilidad, (jue bastaba á arrancar una vibración á su sistema nervioso, el zumbido de un insecto, el brillar de un rayo de luz, ó la más insignificante palabra de un catnarada. Con su roto y desl ,cido pantalón á media pierna, su tirante atravesado sobre uno de los homljros, su chaqueta cribada de agujeros y el mordisco que enseñaba en una oreja, que daba mayor aire de malicia á su cara, Luis parecía un charranzuelo de los que se crían entre barcas en las playas de Málaga. Poco músculo, ciertos movimientos de gato, mucha luz en las palabras, y un chisporroteo de inteligencia en los ojos. Cualquiera creerá <[ue el cuerpo del chiquillo pensaba y discurría, y que sus carnes y sus vestidos reían y hacían muecas, bien que todas ellas picarescas. Descalzos ambos muchachos, llenos de pinceladas los rostros, uno con un alpargate en una mano, y otro con el lil)ro de versos de la escuela debajo del brazo, descendieron por una vereda cerca del pueblo hasta llegar á la orilla del río, donde una larga línea de álamos se extendía y adelantaba campo adelante en medio de valles frondosos, lomas tapizadas de verdura, y montes donde horadaban al suelo de bronce las encinas. — Sabes Pedro—dijo de pronto Luis —que el maestro nos va á zurrar bien la badana? —Y á mi qué!—repuso Pedro registrando los árboles con los ojos á ver si encontraba nido. 285 ^ P u e s na! Kn cuanto mañana nos presentemos en la escuela, vas á ver lo que es bueno. Digo! y si no sabemos la lección... ten ahí mi libro á ver si la se. —Vo soy el maestro. •—Bien te se conoce, mecache; pero con el libro abierto, me parece que podrás saber lo que dice. -—l'iueno, trae, pero no me hagas burla, canastos, porque si me disgusto, ya sabes á lo que saben mis uñas. —Corriente, ten por esa hoja del libro. —Ya está, cscoiiiiniza. Y Luis dio principio á la lección, diciendo: Yo vi sobre un tomillo quejarse un pajarillo viendo su nido amado... De pronto, paróse al pie de un álamo que ponía su remate al nivel del lejano campanario de la io-lesia y exclamó, agachando el cuerpo y bajando mucho la voz: —Che! mira, Pedro: no ves allá arribar — Allá arriba? — Sí, hombre, en la punta del álumo. — Pues no veo ná. —Sí, en el cojollo... es un nido! — A ver, á ver? Si, pus es verdá! pero mira, sube por él. —Muy alto está, Pedro. —(¿uel lo alcanzas en seguida. — Diablol y tú, por qué no subes? — Yo no; quita! — Vo no; yo no! ¡¡areces tonto! —Anda lú si quieres —Pos ya se vé que quiero! —No eres capaz, eh ... —Que no soy capaz? ten ahí el libro—dijo tocado en su amor propio L u i s - p e r o mira, si viene alguien no mires/a'-/77ia,no me vean y se lo cuenten al maestro. Anda, no viene naid¿. Abrazóse al tronco Luis, y apenas hubo dado dos arremetidas hacia arriba subiendo primero las manos y luego encogiendo las piernas, cuando debió ocurrírsele alguna idea luminosa, porque se deslizó hasti dar con lo-, pies en el suelo, y dijo: — Mecache! y de qué será el nido? -—De jilguero será—respondió Pedro. —(J de chamarís, no erdá? —También. —Pero te digo una cosa. —Qué? —Que si alcanzo el nido es pa mí. -—Y pa mí no? —Pos sube tú por él, mecache. —Bueno, es pa tí, pero me darás un !:::(rripaio. •—Kso, y si tiene huevos, uno, no erda? — Sí; pero sube. '^' Luis volvió á abrazarse nuevamente al tronco del álamo, y empezó á dar peiiueñas arremetidas á rasO-<!/'arri,í;<7, auxiliándose de pies y manos. Kra de ver al chiquillo subir y darse maña para no caer; hincaba los pies en las cortezas, clavaba las uñas en las grietas, y cogíase con los dientes á algún tallo, quedando casi suspenso en los aires. — Anda, valiente!—^decía Pedro desde abajo. — Viene alguien?—preguntaba Luis, volvietido la cara con las mejillas completamente rojas. EL MUNDU DE EOS íilÑOS. 286 —No viene naide; anda; poco te falta. Agárrate á ese tallo... échate ahora al lado... upa... así; ya estás en la cruz! —Eh! Eh!—gritó Luis esparrancado en las grandes divisiones del álamo. Chel qué bien se vé, digo! la casa del tío Lucas, la huerta de Hipólito, la igresia... no la ves tú ende ahí? —Yo no. —Y el río, no lo ves? — Tampoco. —Digo! qué largo! —Pero anda, sube. —Allá voy—dijo Luis—y empezó á erguir el cuerpo sobre el tronco abrazándose á. el. Al emprender de nuevo la ascensión, el muchacho trepaba por las ramas con la misma agilidad que un pájaro. A tanta altura llegó á verse, que apenas si desde abajo se le distinguía pegado al tronco del árbol. Los tallos, cada vez más espesos, salíanle al encuentro; las ramas hacíanle rasguños en la cara, y las hojas le daban de bofetadas, como si defendieran el nido ya cerca del muchacho. —Upa, valiente!—decía sin cesar Pedro desde abajo. —Estoy muy alto?--preguntaba Luis con voz que ya apenas se le oía. — L'^y! cuanto! —Mira, mira, ya lo toco. Así er.i, en efecto. Luis alcanzó el nido, y diriendo ron indecible alegría "tiene pájaros,;/ se lo metió cuidadosamente en el pecho, encorvándose para no hacerles daño. — Que viento! — decía desde arriba Luis, casi sin oírsele. — Eh? —Que... ce... ucho... ento. •—No te entiendo. —Me... rece . que... voy... raer. El aire sopló en aquel instante con tal fuerza, que el álamo se balanceó de una manera formidable. Terrible era el momento. Con la color completamente pálida, Luis empezó á temblar entre las ramas, y á querer agarrarse para descender. Esfuerzo inútil. Un hálito de tromba imponente arrancó algunas ramas en torno del niño, hizo besar el polvo al álamo con la punta, y el muchacho atravesó los aires dando vueltas vertiginosas, yendo á dar en Una enorme piedra colocada á la orilla del río, Una exclamación de dolor exhalada por el otro compañero, y el rumor de un cuerpo que se desgarra, fueron los ecos que se oyeron entre el zumbido del viento. Luis quedó completamente destrozado sobre la piedra. Cerca del haz de músculos y sangre, pudo verse un pequeño nido con algunos pajarillos sin vida. Sobre ellos volaba dando gemidos de dolor, un breve y azafranado chamarís. S. RUEDA. E n los arbustos, cuyo follaje cubre los hierros de mi balcón, las mariposas liban las flores, que son su amor. E n una estancia que el sol alegra, entrando expléndido por el balcón, tiene su cuna mis tiernos hijos, que son mi amor. Por eso paso las horas muertas en la cancela de mi balcón; que entre mis hijos, flores y pájaros, todo es amor. MARIANO DEL TODO Y HERKEKO. El día 29, á las cuatro y media de la tarde, se efectuó en las Escuelas Pías de San Fernando, el reparto de premios á los niños pobres que más se han distinguido en ellas por su aplicación y virtud. Los premios consistieron en trajes enteros, prendas de vestir, zapatos, medallas, etc. Presidió el acto el señor Arzobispo electo de Santiago de Galicia; dos niños recitaron composiciones poéticas; hizo su debut una gran orquesta de guitarras y bandurrias y un orfeón, cuyos individuos son niños de siete á doce años, todos de las Escuelas Pías. * * * Se han verificado con gran brillantez los exámenes anuales en el Colegio Nacional de Sordos-mudos y de ciegos. El día 24 se verificó en el mismo la solemne distribución de premios, y el 29 y 30, de cuatro á seis de la tarde, la exposición de trabajos_^de los alumnos. * Recomendación de un rrédico de la República argentina á aquel Gobierno, sobre la higiene escolar: — "Es urgente la creac ón del Medico escolar, bien reglamentado, con la obligación de visitar periódicamente las Escuelas; aconsejar y decidir en cada caso los avisos y denuncias que se le hagan á los Maestros y Consejo. El crecido número de niños enfermos de la vista y con erupciones contagiosas, hacen indispensables las funciones del Médico escolar.» Cosas que también quiere y recomienda: '<Prestar mayor atención á la enseñanza de la gimnasia, agregando algunos ejercicios, perfeccionando la marcha, el salto y las formaciones, para efectuar con soltura las diferentes posiciones y actitudes. »Modificar la posición del cuaderno de escritura en relación al eje d 1 cuerpo, para evitar las desviaciones del raquis y de la vista.» EIv B A L C Ó N . Rima. Bajo el alero de mi tejado; casi tocando con mi balcón las golondrinas cuelgan sus nidos, que son su amor. D. Alberto de la Cantolla ha regalado un ed'ficio de su propiedad, sito en el pueblo de Liérganes (San tander), con destino á escuelas públicas de niños. Ejemplo noble y digno de imitación! * * 287 EL MUNDO DE LOS NlSOS. El día 29, á las cuatro, salieron procesionalmente de la parroquia de San Andrés, los niños pertenecientes á las escuelas catequistas, con motivo de terminarse el curso del presente período. La comitiva pasó entonando canciones alusivas al acto, por diferentes calles de la feligresía. Lo miisica de las canciones estuvo dirigida por el maestro Sembi y Roselló. Han remitido las soluciones, los suscriptores sig-uientes: Luis Irumberri, Arturo González, Eduardo Accino, María O. Salazar y Gutiérrez, Fernando y Paula Cid, Enrique López Raura, Salvador Viada y Rauret, María Llórente y Zúñiga, Arturo González, Andrés üellogín García, Antonio Salvador, |o-é Martínez ¡''ernández, CJahriel Pastor, Mariano Cáceres Gclmez, Marfjarita Hsorleffui y Oyarefjui, Luisa Montes y J o vellar y Carmen Fernández Bertrán. -! Por acuerdo del ministerio de Fomento, se ha resuelto q'ie las Granjas escuelas proyectadas, se establezcan, á más de los puntos (lue ya las tienen, en Córdoba, Jerez, Cáceres, Valladolid, Tarragona y Coruña. -gD^^á^Kigg. NUEVOS !- PROBLEMAS. CXIX.—Rombo. (Remitido por Andrés Bellogín.) Nuestro querido amigo, 1). í^nrique Pérez Escrich, bn tenido el inmenso dolor de ver morir á su nieto Manuel, precioso niño de ocho años de edad, y que era alegría y consuelo del distinguido literato. Enviamos al Sr. Escrich la expresión de nuestro sentido pésame. Sustituir los puntas con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea: J U E G O S DE IMAGINACIÓN. SOLUCIONES Á LOS DEL NtJMEliO 1 7 . CXI. —Acróstico. Consonante. Nombre geográfico. Un buen amigo. Un metal precioso. Vocal. BAILEN. CXX. —Charada. (Remitida por María Llórente y Zúñiga.) Cordero — Pantera — Ciervo. Trima-scgiinda te vi CXlI.—Poligrafía. CXIII.—Fuga de consonantes. Todo es segtin el color del cristal con que se mira. CXIV.—Semblanza histórica. VIRIATO. CXV.—Cuadrado de puntos. P A P A A B E L P E RR O A L E C^^í-—Logogrifo O numérico. SALAMINA. CXVII.—Problema. con despecho deshojar, y á la tercera arrojar lo que fuera adorno en tí: esto, todo, esdespreciar á quien se muere por tí. CXXI —.Acróstico. (Remitido por Antonio Ochoa,) Liiculo Alfonso el sabio Alejandro Magno Isabel la Católica Ataúlfo Marco Bruto Nerón Sigerico Formar con la iniciales de los nombres que anteceden, el de una batalla célebre. CXXII. Fuga de consonantes. (Remitida por Francisco Martínez) C X V I I I . - A c e r ijo. Se forma una estrella de seis puntas con dos triángulos equiláteros, superpuestos y cruzados el uno al otro; se pone una moneda en cada punto y en cada ángulo, y queda resuelto el problema. .i.i.u.a.o .ee.o .e. a..a e. e. a.o. ..o ¡o .e.o .0 .i..o .ue .e o.io e. .ie..a. .o.i e. .ue.a EL MUNDO DE I-OS NlSOS. 2RS CXXIII. — Poligrafía. (Remitida por Julio Cuaresma ) Sustituir los i)untos con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea: ¿AAAAAABBGEEEEEEFGIILMKNNNOOOOORRSSSSTUUUU Una flor. Combínense estas letras de manera que resulte un antiguo refrán de doce palabras. Un verbo. CXXIV.—Cuadrado de puntos. (Remitido pnr Luisa A. de Estrada.) Otro verbo. Un artículo, Vi.cál. CXXVII—Problema matemático. (Remitido por Josefa Mañozo.) Sustituir los puntos con letras, de modo que horizontal y verticalmente se lea: Un santo. Fenómeno atmobférico. Una sensación. Moneda antigua. Nombre de un tirano. Una persona recibió 1440 reales en ochenta monedas entre duros y pesetas. Cuáutas habrá de cada clase: CXXVIII.-Estrella de punto-í. I A . O CXXV. - Problema Aritmético. (Remitido por Fernando Cid.) —Qué edad tiene el niño:—Preguntan á un padre y éste respondió: H á tres años mi Juan.to tenía, segiin mis cuentas, cuatro años, con más el cpiinto y el tercio de los que hoy cuenta. Se desea saber la edad de Juanito. ü CXXYI —Triángulo. •Remitido por Caries Torres de Navarra.) Completar los puntos con letras, para que resultan dos nombres de mujer y otros dos de hombre. Iiiip. y Lit. de J. Palacius. Arenal, 27.—Madrid. EL MUNDO DE LOS MÑOS CUENTOS ILUSIRADOS CON CROMOS ILUSTRACIÓN DECENAL INFANTIL. KL N4UNDO O P : L O S NIÑOS. DIRECTOU DON MANUEL OSSORIO Y BERNARD. Se publica los días 10, 20 y 30 de cada mes, 2." Y CONTIENE 16 PÁGINAS DE TEXTO, CROMOS Y CRAlíAUOS. 70 SUSCRIPCIONES. Semestre Año Peseta.s. > 4'.'Sü 8'50 Número suelto: 25 céntimos. ADMINISTRACIÓN. JULIÁK PALACIOS.—IREHAL, 2 7 . MADRID. 4." b." 8." 10. n. 12. SI: HAX PUBLICADO LOS SKJUIEMES: LA CRUELDAD C O \ LOS ANIMALES. LA AMJilCKJX. LA MUÑECA DE ELENITA. CAUECITA DE AJO. TEATRO GÜIGNÜL. LOS NIÑOS NÁUFRAGOS. EL PRÍNCIPE RODOLFO. LAS DOS CIEGUECITAS. POR UN PERRO. II.—LA CRUELDAD CON LOS ANIMALES LOS REGALOS DEL ABUELO. LOS CELOS DEL SULTÁN. Precio de cada cuento: 75 céntimos. 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