Guía para seguir y orientar por el camino de la ORACIÓN CRISTIANA PUEBLOS DE LA TIERRA, ¡BENDECID AL SEÑOR! PADRE DE TODOS LOS PUEBLOS IMÁGENES PARA ORAR EXPERIENCIA FESTIVA DE LA PALABRA EN LA PASCUA 262 Año 2016 3 En este fascículo han intervenido, además de los autores citados, el Equipo de la Revista dirigido por el P. Pedro Tomás Navajas, ocd. Dep. Leg. BU-213-1983 ISSN: 1336–1441 Dirección Pedro Tomás Navajas pedrotomas@montecarmelo.com Diseño y composición Germán Delgado estudio@germandelgado.es Edita Editorial MONTE CARMELO Tel. +34 947 25 60 61 · Fax. +34 947 25 60 62 PUEBLOS DE LA TIERRA, ¡BENDECID AL SEÑOR! Amigos y amigas de ORAR Feliz Pascua de Resurrección para cada uno de vosotros y vosotras. Cristo os bendice. Cristo resucitado es la más colmada bendición con que el Padre de la misericordia nos ha bendecido. En Cristo todos hemos recibido gracia tras gracia. Sería maravilloso que abriéramos, de par en par, nuestro corazón para acoger tanto amor. ¿Qué sentimos al sabernos bendecidos? ¿Nos sigue emocionando? La bendición se acoge en la interioridad, se manifiesta en la relación con el mundo exterior. ¡Qué afortunados somos! ‘Venid benditos de mi Padre’, nos dice Jesús. Como los pajarillos reciben el nuevo día cantando -ni el frío es capaz de helar su canto-, así queremos despertarnos cada mañana con un salmo de bendición en los labios. Desde el momento en que fuimos soñados por la ternura de Dios tenemos vocación de bendición y el mundo es una sinfonía de bendiciones. La bendición crea lazos de amistad con los pueblos de la tierra. Si el cuerpo vive gracias al torrente sanguíneo que lo recorre, también la humanidad está llamada a vivir de una manera maravillosa (Pascual) gracias al torrente de fraternidad que se nos regala al ser mirados con tanto amor por nuestro Padre Dios. página 2 Él siempre nos bendice, habla bien de nosotros. Como a Jesús, también a cada uno de nosotros nos dice: ‘Tú eres mi hijo amado, tú eres mi hija amada’. La historia de salvación que Dios está realizando en cada uno de nosotros es una apasionante historia de bendición, de amor, de ternura compasiva. Saber leer la vida así es un regalo que nos conceden el Espíritu y todas aquellas personas que saben sacar bienes hasta de los males. La bendición, como respuesta al amor único que Dios nos tiene, se nos asoma en la sonrisa, en la tarea diaria por la paz, en la solidaridad compasiva con los pobres. Cuando nos sabemos bendecidos, nos sabemos arropados por el corazón de Dios; cuando bendecimos, recreamos el mundo. Bendecir es la mejor manera de vivir. La bendición nos relaciona con la creación, con la humanidad, con las religiones; al bendecir levantamos un arco iris de paz sobre la humanidad. Aun en las noches más negras de la humanidad, aun cuando surjan los fundamentalismos que destruyen la comunión, aun cuando la tierra esté herida por el despilfarro insolidario de muchos, siempre tenemos oportunidad de imaginar un mundo bendecido y amado, y de dar los pasos para que sea realidad. Ningún ruido puede ahogar la melodía de bendición. La bendición es una gracia y una tarea para cada día. Cuanto más bendecimos más nos parecemos a Dios, más embellecemos el mundo. Los males los vencemos a fuerza de bendición. ¡Qué maravilloso sería aprender a hablar bien de todos!, aprender a mirar a los otros con una mirada limpia como la de Dios, aprender a bendecir pág. pág. 4 PUEBLOS DE LA TIERRA PADRE DE TODOS LOS PUEBLOS pág. 10 6 SALMO 46 PUEBLOS DE LA TIERRA ¡BENDECID A DIOS! 18 LA RELIGIOSIDAD EN INDIA ESTÁ EN TODOS LOS RINCONES pág. DIOS HACE MARAVILLAS EN TOGO ENCUENTROS DEL PAPA FRANCISCO CON LÍDERES RELIGIOSOS ZAMBIA DESDE LA NATURALIDAD Y SENCILLEZ DE VIDA CONVERTIRSE A LOS POBRES, TÁNGER IMÁGENES PARA ORAR pág. 24 DIÁLOGO INTERRELIGIOSO pág. 27 EXPERIENCIA FESTIVA DE LA PALABRA EN LA PASCUA TU PALABRA ME DA VIDA pág. 42 ORACIÓN CRISTINA CON LA CREACIÓN 44 pág. DIÁLOGO CON LOS LECTORES ¿QUÉ TE SUGIERE ESTA IMAGEN? queriendo todo el bien posible para las personas y para la humanidad y quererlo desde el fondo del corazón, con sinceridad. El día que descubramos que todo es bendición, lo bueno y lo que a primera vista parece menos bueno, habremos descubierto el cielo en la tierra y la noche se volverá mediodía y nuestro canto no cesará jamás. Jesús era un provocador de bendición. Cuando le oían hablar o cuando veían lo que hacía, las gentes bendecían a Dios. Seamos, con nuestra manera de vivir, provocadores de bendición en los demás. Que nadie nos robe la bendición de los labios, del corazón, de la mirada. “Me gusta pensar que un sinónimo que podríamos tener los cristianos sería: son hombres y mujeres que bendicen. El cristiano con su vida tiene que bendecir siempre, bendecir a Dios y a todos nosotros. Los cristianos son gente que sabe bendecir. ¡Qué linda vocación ésta!” Papa Francisco Unámonos a todos los pueblos, a toda la humanidad –nos pertenecemos unos a otros–, para generar espacios de bendición a nuestro alrededor. Bendecir juntos es una experiencia fascinante, una tarea urgente. La bendición es un proceso continuo, de cada día. Comencemos ahora. Si bendecimos, comprobaremos cómo la bendición nos renueva la vida. Os pedimos una bendición para los que leen y oran con la revista ORAR, especialmente para los que están enfermos o golpeados por momentos difíciles. Os bendigo a cada uno y a cada una de vosotros con la bendición que regaló Francisco de Asís al hermano León: El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su faz y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz. Pedro Tomás Navajas, Director de ORAR pedrotomas@montecarmelo.com página 3 PADRE DE TODOS LOS PUEBLOS PADRE DE TODOS LOS PUEBLOS PILAR CASADO SANTAMARÍA, SSCJ PADRE NUESTRO, de todos y de todo. Abbá es el nombre entrañable que tu Espíritu susurra en nuestros corazones. Tú sostienes la vida de todos, la acoges, la besas. Nos bendices. Eres nuestro, de todos los pueblos de la tierra. Con toda la creación te decimos, confiadamente: Abbá. página 4 QUE ESTÁS EN EL CIELO y acompañas, te compadeces y levantas al que lo necesita. La distancia tan grande que hay entre el cielo y la tierra la ha acortado tu amor. Te has hecho a nuestra medida. Con tu amor engrandeces nuestra nada. SANTIFICADO SEA TU NOMBRE; porque eres bueno, santo, misericordioso y justo. Te alabamos y te bendecimos, con toda la creación. Nos unimos a los pueblos para alabarte y bendecirte. Tu nombre nos sabe a bendición. Tu grandeza es nuestra grandeza, tu gloria la de todos. VENGA A NOSOTROS TU REINO; ese reino de paz, de justicia, de igualdad y de reconciliación que alcanza a todas las naciones y que será una realidad cumplida en el futuro. Hazlo ahora presente, en nuestra experiencia cotidiana. HÁGASE TU VOLUNTAD EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO. Tú quieres para nosotros y en nosotros lo mejor. Ojalá que reconozcamos al universo entero habitado por ti y contemplemos tu huella amorosa en cada persona, en la naturaleza, en cada circunstancia. Tu voluntad es nuestra alegría. Aquí nos tienes, como María, con la vida abierta y ofrecida, para que tu Espíritu continúe obrando las maravillas que hizo tu Hijo Jesús. PADRE DE TODOS LOS PUEBLOS DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA: el material y el espiritual. El que nos alimenta y el que nos hace colaborar contigo en la construcción de la nueva humanidad que Tú has soñado. Somos mendigos de tu pan. Y pedimos tu pan para hoy, solo para hoy, para no acumular los panes que Tú nos das para todos. Solo el pan nuestro y compartido es pan tuyo. PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Porque entendemos nuestra situación de pecadores, estamos dispuestos a perdonar a los demás. Porque solo cuando Tú nos curas con tu mirada de misericordia, podemos nosotros curar con la mirada. Enséñanos a minimizar agravios y a cultivar el espacio donde florece el perdón mutuo y la reconciliación entre los pueblos, culturas, religiones. NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, aquella que nos despersonaliza y nos aleja de nosotros mismos, de los demás y de Ti. Sabemos que llevamos el tesoro de tu amor en vasijas de barro. No permitas que nos quedemos en terreno de nadie, con un corazón vacío de presencias. Y LÍBRANOS DEL MAL, del Malo, que nos hace perder nuestra condición de hijos y de hermanos. Tú, Padre, conoces nuestra inclinación al mal, pero tu amor es más fuerte que todos los males. Contigo hay esperanza para nuestro mundo. ¿Quién nos podrá separar de tu amor? AMÉN. Nos abandonamos confiadamente en tus brazos, como un niño en el regazo de su mamá. Nuestro amén es el sí gozoso y constante que te decimos, en tu Hijo Jesús y en tu Espíritu, a ti, Padre, a tu proyecto de amor sobre todo lo creado. Amén. Aleluya. página 5