Ficha técnica: Diabetes insulino-dependiente Acerca de la diabetes: La diabetes es una enfermedad en la que el organismo no produce o no puede usar la insulina, hormona que segregan unas células especiales (llamadas células beta) en el páncreas. El organismo necesita insulina para permitir que la glucemia (glucosa) ingrese a las células del organismo y se metabolicen en energía. Cuando la glucosa no puede ingresar a las células del organismo, los niveles de glucemia aumentan. En última instancia, los niveles elevados de glucemia pueden causar un importante daño crónico a los tejidos, en especial a los ojos, los nervios y los riñones. Además, aumentan los riesgos de tener problemas de circulación, de presión arterial alta y de enfermedades cardíacas. Aún se desconocen las causas de la diabetes, aunque se sabe que tanto los factores genéticos como ambientales pueden ser determinantes. Entre los factores ambientales, se incluyen la dieta, la obesidad y la falta de ejercicio. Aproximadamente el 8% de la población tiene diabetes; desafortunadamente, el 25% de esas personas no sabe que padece la enfermedad. Existen dos grandes tipos de diabetes. La diabetes de tipo 1 se produce porque el páncreas no produce insulina. o En general, el tipo 1 comienza durante la infancia y se la denomina diabetes juvenil. Este tipo de diabetes representa sólo entre el 5% y el 10% de los casos de diabetes. o En la diabetes de tipo 1, siempre se necesita insulina para controlar la enfermedad. La diabetes de tipo 2, que representa más del 90% de los casos, se produce por una resistencia a la insulina, donde las células del organismo no reaccionan correctamente a la insulina, y por lo tanto, es más difícil que la glucosa ingrese a las células y se convierta en energía. Al principio, las células beta del organismo trabajan más para producir cada vez más insulina, pero finalmente, se agotan y se produce una deficiencia relativa de insulina. o La diabetes de tipo 2 se asocia con la obesidad y, con frecuencia, es posible curarla o controlarla si la persona recupera un peso normal. o En ocasiones, las mujeres embarazadas desarrollan una forma de diabetes temporaria, llamada diabetes gestacional. Hasta el 10% de las mujeres con diabetes gestacional desarrollarán diabetes de tipo 2 después de dar a luz. o En muchos casos de diabetes de tipo 2, los medicamentos por vía oral, que ayudan a que el organismo utilice la insulina o que estimulan la secreción de insulina, pueden ser suficientes para tratar la enfermedad. Sin embargo, una vez que las células beta se agotan, es necesario tratar la diabetes de tipo 2 con insulina. Ficha técnica: Diabetes Página 1 de 2 La pre diabetes se origina cuando los niveles de glucosa en sangre de una persona son mayores que los normales, pero no tan altos como para diagnosticar diabetes de tipo 2. o Hasta el 20% de la población adulta tiene pre diabetes. o Es importante detectar la pre diabetes, ya que los cambios en la dieta, la práctica de ejercicio y la pérdida de peso pueden prevenir o retrasar la diabetes de tipo 2. Estudios para diagnosticar la diabetes: Se utilizan principalmente dos estudios para diagnosticar la diabetes. En el examen de glucemia en ayunas, los niveles de glucosa deben ser inferiores a 100; en la prueba de tolerancia a la glucosa oral, la persona ingiere una solución de glucosa y, dos horas más tarde, se mide la glucosa en sangre. Complicaciones: Las complicaciones de diabetes de tipo 1 y de tipo 2 son muy parecidas. Sin embargo, la diabetes de tipo 1 suele desarrollarse mucho antes y con mayor gravedad. La complicación a corto plazo más seria es el riesgo de padecer hipoglucemia o nivel bajo de azúcar en sangre. Esto ocurre cuando las pastillas por vía oral contra la diabetes o las inyecciones de insulina generan demasiada insulina en el torrente sanguíneo del paciente, en relación con el nivel de glucemia debido a los alimentos o al ejercicio. La hipoglucemia puede causar confusión, desmayos, convulsiones y, si se prolonga, daño cerebral permanente. Se debe reconocer y tratar de inmediato mediante la ingesta de azúcar por vía oral o, en casos graves, por vía intravenosa. Entre las complicaciones crónicas, se incluye retinopatía diabética, en la que los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo comienzan a gotear o a sangrar y dañan la retina. Además, pueden producirse daños en otros vasos sanguíneos, que causan problemas en los riñones, la circulación y el corazón. Los nervios sensoriales, en especial los de los pies, comienzan a fallar y causan entumecimiento y dolor. Por lo tanto, es posible que no se vean ni se traten las lesiones e infecciones de los pies, lo que deriva en gangrena o amputación. Control: Las personas diabéticas deben estar siempre controladas para evitar complicaciones. Deben someterse a exámenes médicos cada tres meses, a exámenes oculares al menos una vez por año y a análisis de laboratorios regulares para medir la función renal. Las personas diabéticas deben estar siempre controladas para tener un registro completo de los niveles de glucemia y, al mismo tiempo, evitar la hipoglucemia o la hiperglucemia (nivel alto de azúcar en sangre). El control consiste en medir con frecuencia la glucosa en sangre con un medidor de glucosa para el hogar y medir periódicamente un químico llamado A1C, que indica el nivel promedio general de glucosa en sangre de los últimos tres meses. El control diario adecuado de glucosa en sangre es la clave para evitar o para retrasar la mayoría de las complicaciones diabéticas crónicas. 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