LA REFLORACION DE ALGUNAS PLANTAS ORNAMENTALES Algunas plantas ornamentales vivaces o anuales, mantienen sus flores durante una larga temporada: desde que empieza la floración hasta el otoño, cuando llegan las primeras heladas. Sin embargo, en otras la duración de las flores es más corta. Ahora bien, algunas plantas de este último grupo pueden producir una nueva floración si se les fuerza .convenientemente. Para ello, es necesario en primer lugar que la primera floración tenga lugar en primavera y sea muy temprana. Después, es necesario que tras su floración normal se deje reposar la planta durante un cierto tiempo para que pueda acumular reservas y efectuar la segunda floración que deseamos y que puede presentarse en septiembre-octubre. Para que este período de reposo de la planta sea más efectivo conviene proporcionarle ciertas operaciones particulares. ESPUELA DE CABALLERO (DELPHINIUM) La espuela de caballero es una planta vivaz, muy decorativa y que se presta muy bien para la decoración de jardines formando grupos en los macizos o como plantas aisladas. Es una planta herbácea que puede producir tallos de 1 a 2 metros de altura. Las hojas, de forma palmeada, se encuentran dispuestas alternativamente en los tallos. Las flores son muy grandes y se caracterizan por llevar un largo espolón en su parte posterior. El efecto decorativo se encuentra en la inflorescencia en forma de espiga o racimo que se desarrolla al final de los tallos y que puede alcanzar de 30 a 40 cm. de largo. El color de las flores puede ser azul, violeta, blanco, rosa, rojo, etc., y aún en algunas variedades las flores no presentan un color uniforme sino manchadas de blanco y negro. Aunque los delfinios no son muy exigentes en terreno, para conseguir un desarrollo ópti- co es necesario que aquél sea rico en materia orgánica y permeable. Por otra parte, requieren una exposición soleada en las zonas montañosas y semisombreada en lugares de mucho calor y secos. Su multiplicación puede hacerse por semillas que se siembran durante el mes de marzo en invernadero o cama caliente. También pueden obtenerse nuevas plantas mediante la división de mata, efectuada en primavera o en verano después de la primera floración. Existen muchas especies cada cual más bonita y decorativa. Para que produzcan la segunda floración de que hemos hablado es necesario cortar los tallos de la planta después de la primera floración. Para ello, hay que esperar a que las primeras flores de la espiga comiencen a marchitarse y que las hojas de la planta también hagan lo mismo, aunque éstas irán amarilleando progresivamente desde el ápice de tallo hasta la base. Al llegar el momento del marchitamiento de las flores puede optarse por dos posibilidades. La primera consiste en cortar toda la planta al ras del suelo, cuando todas las flores se hayan pasado y antes de que toda la parte verde de la planta amarillee. La otra posibilidad, que es más recomendable, consiste en ir cortando los tallos y hojas marchitas, poco a poco, y a medida que se vayan secando y dejando las partes aún verdes. De esta manera la planta sigue vegetando y no hay impedimento para que al pie de la misma nazcan los nuevos tallos que han de producir la segunda floración. Hay que destacar que esta segunda floración, a pesar de ser muy decorativa y vistosa, no lo será tanto como la primera. Ahora bien, no es suficiente cortar los tallos marchitos para que se produzca una nueva floración, sino que se hace preciso estimular el crecimiento de los nuevos brotes que se producen. Para ello, en primer lugar, f Para el cultivo de estas especies se requiere una exposición soleada o de media sombra. El terreno es el normal de jardín. La multiplicación de estas plantas se efectúa por división de mata en primavera. Para que produzca una nueva floración tardía hay que tener cuidado y cortar las flores una vez que se han marchitado y antes de que formen la semilla. De esta manera se fuerza a la planta para que se ramifique y crezca de nuevo, y en estos nuevos tallos aparecerán las nuevas flores, tan abundantes y decorativas como las primeras. AMAPOLA DE LEVANTE O AMAPOLA DE TOURNEFORT (PAPAVER ORIENTALE) hay que binar el suelo, alrededor de la planta, para eliminar las malas hierbas y aportar algún abonado de fácil asimilación sin olvidarse de regar con frecuencia para que al joven brote no le falte humedad. No hay que olvidar que todas las plantas de la familia de las ranunculáceas, a las que pertenece la espuela de caballero, requieren mucha humedad, aunque no agua estancada. CAMPANULA DE LOS CARPATOS (CAM PAN U LA CARPATI CA) También esta planta vivaz puede reflorecer, después de su época normal de floración en junio-julio. Esta planta herbácea, originaria de los Cárpatos, puede alcanzar los 30 cm. de altura. Se pueden utilizar para borduras, rocallas e incluso para ser cultivadas en tiesto. Sus hojas, muy lisas, tienen forma acorazonada y son de un bello color verde claro. Las flores, que tienen forma de campanillas, son bastante grandes y de color azul purpúreo. La subespecie turbinata, también conocida por Campanula turbinata es algo más pequeña, pues, sólo alcanza los 10-20 cm. Sus hojas, también lisas, se encuentran cubiertas por una ligera vellosidad blancuzca. Sus flores, también acampanadas, son de color azul violeta oscuro, malva azulado e incluso blancas. Es una especie vivaz de las que únicamente se cultivan, para fines ornamentales, los híbridos o selecciones. Sus hojas se encuentran cubiertas por cierta vellosidad y son de un color verde vivo. Son hojas sin tallo que forman una macolla de cuyo centro sale un largo tallo que soporta la flor. Las flores son muy grandes, pues pueden alcanzar hasta 15 cm. de diámetro. En ellas predomina el color rojo ladrillo, aunque existen variedades de color naranja, salmón o rosa. Los pétalos pueden ser sencillos o dobles. Florecen normalmente en mayo-junio, pero puede hacérsele florecer de nuevo en otoño antes de las heladas si se hacen algunas sencillas operaciones. Para su cultivo necesitan una exposición soleada o semisoleada. Se multiplica por división de mata o separación de renuevos. Para obtener una nueva floración con esta Campánula. 171 planta también hay que esperar que se pase la primera floración, aunque en este caso, al morirse las flores también se «muere» la planta, pero pasado un cierto tiempo de reposo que proporciona a la planta un aspecto invernal se produce una nueva vegetación que puede acabar por producir flores o no florecer. Ahora bien si deseamos que se produzcan flores hay que dejar las plantas secas y en reposo durante unos diez días. A continuación se le abono un poco, se le recava y se riega con frecuencia para mantener el suelo fresco. De esta manera las amapolas iniciarán su nueva vegetación más temprano y florecerán con abundancia antes de la llegada del invierno. Lobelias. Amapola de Levante. LOBELIAS (LOBELIA ERINUS) Esta planta es originaria del Sur de Africa y puede cultivarse como anual. Sus hojas son sencillas, pequeñas y de color verde oscuro, presentándose en forma alterna en los tallos. 172 Las flores, casi siempre solitarias, son muy decorativas y tienen colores variados, por lo que podemos encontrarlas azules, rojas, amarillas y blancas. Su floración es muy corta, sobre todo si el verano es muy seco, por lo que es muy interesante poder conseguir otra segunda floración. En este caso, para que produzca una nueva floración hay que actuar de la siguiente manera. Cuando la primera floración llegue a su término, se cortan todos los tallos, pero sin esperar que las flores se marchiten demasiado. Los tallos de las flores marchitas se cortarán a unos 2 cm. del suelo. Como consecuencia de esta poda se producirá un nuevo rebrote de la planta y, por tanto, una nueva y abundante floración, que será aún mejor y más abundante si se aporta a la planta algo de abono. Naturalmente no dejará de regarse la planta como si estuviese en plena vegetación. Para su cultivo necesita una exposición semisombría o pleno sol y un suelo rico, ligero y bien drenado. Puede reproducirse por semilla o por estaquillado. Otras muchas plantas también pueden florecer, teniendo la precaución de cortar los tallos de las flores o más, según los casos, una vez que éstas se han marchitado. José Salmerón de Diego