Moscú,una gran urbe contemporánea

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Nuevo Día
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Especial
Falcón, domingo 2 de septiembre de 2012
Moscú, una gran
urbe contemporánea
E
l primer equipo expedicionario de Nuevo Día vuelve a la capital rusa para poder
llevar a los lectores falconianos más elementos que ayuden a descubrir a Rusia.
En este retornar a la capital mostramos gráficas de la cotidianidad de una urbe cosmopolita.
Caminar por las calles, bulevares, compartir en los restaurantes, viajar en el Metro y
apreciar el arte de un pintor moscovita es de alguna forma internarnos en el día tras día
de una sociedad que, a pesar de las difíciles situaciones que ha vivido, en su historia se
erige como uno de los centros culturales del planeta.
Moscú es toda una urbe con sus grandes edificios y su muchedumbre por todas sus
calles. Además, con sus antiguos edificios, tiene una rica cultura e historia.
Foto/ José Vicente Rojas
Especial
Punto Fijo - Coro, domingo 2 de septiembre de 2012
Moscú: una metró
Ciro Zuleta
Gregorio González
En Moscú, una sociedad
euro-asiática, residen 11 millones de habitantes, quienes
ejercen funciones productivas en distintos órdenes,
para tal fin tienen que organizar, planificar su quehacer
cotidiano; de lo contrario, no
podrán alcanzar la meta deseada.
La capital de Rusia es encantadora. Su infraestructura
registra un sobrio y marcado
estilo, iniciado por los emperadores llamados Zares, donde se conjuga, entre otros, el
género griego bizantino, barroco moscovita, barroco occidental y romántico gótico.
Ya en el siglo XIX y a
finales del XX, cuando se
inicia y culmina la era de revolución comunista gestada
por Lenin, Stalin y Kuschev
en la ciudad capital, el estado
soviético con sus arquitectos
nacionalistas construye una
infraestructura de grandes
proporciones y dimensiones
El Metro de Moscú, una joya arquitectónica
marcada en el estilo de la modernidad. En esa época de la
Unión Soviética se eliminan
los señoriales templos de la
religión cristiana ortodoxa y
se construyen, entre otras cosas, los siete rascacielos estalinianos, además de la Plaza
Roja y el Metro de Moscú.
Al caer la Unión Soviética
y producirse el cambio ideológico-político, basado en la
Perestroika, liderada por Mijael Gorvachov, el pueblo so-
viético y, en especial, el moscovita, con ese nuevo modelo
y el concepto soberano de la
República Federativa Rusa,
comienzan de manera acelerada la gesta y consolidación
de la economía y el consumo
occidentalizado en la sociedad rusa.
Hoy por hoy vemos un
Moscú cosmopolita, donde
cientos de miles de vehículos livianos y pesados, últimos modelos y de diferentes marcas, toman las calles
y sus amplias avenidas, lo
que provoca enormes colas y
trancas en la ciudad, aunque
esa situación se ha hecho
costumbre genera un diario
estrés en sus residentes y en
el visitante.
Pero como medida alternativa y salvadora para los
moscovitas, de sus 11 millones de habitantes 7 utilizan
como medio de transporte el
Metro de Moscú. Una majestuosa obra que se encaja en el
estilo de la modernidad y es
un verdadero orgullo para los
moscovitas.
El Arco de la Victoria sobre Napoleón
Moscú, una de las ciudades más bellas de Europa
Hotel de la Cadena Radisson
Una vez que finaliza sus
faenas laborales, que comienzan a las nueve de la mañana y culminan a las siete de
la noche, con un intervalo de
descanso de dos horas (de
12: m a 2: p. m.), la gente de
Moscú en esta época de verano, antes de llegar a su casa,
comúnmente frecuenta los
modernos centros comerciales o simplemente caminan
por las calles y avenidas de la
ciudad. Otros se dirigen a las
plazas o a los restaurantescafés a comer o simplemente
a departir una amena conversación con familiares, compañeros u amigos; eso sí, casi
siempre acompañado por un
cigarrillo, una cerveza o un
vodka, su bebida tradicional.
Algo que no dejan de visitar los moscovitas son sus
centros culturales, donde la
gran mayoría están activados
en la danza, en el teatro, en el
ballet, en la ópera, o simplemente esperan la función programada de la semana para
deleitarse de los afamados
espectáculos realizados en
Plazas y parques son centros de recreación para el moscovita
Especial
Punto Fijo - Coro, domingo 2 de septiembre de 2012
ópolis cosmopolita
La mujer de Moscú acostumbra a casarse en la época de verano
propias, las damas de Moscú
dan luz propia y una belleza
única a la ciudad tanto en su
espacio como en el tiempo.
En la estación de verano, la
mujer programa casarse y lo
hace público al caminar junto
con su pareja por las calles y
avenidas de la ciudad.
En Moscú, capital de la
República Federativa Rusa,
prevalece una cotidianidad
cosmopolita que la ubica en
una de las ciudades más bellas de Europa y la convierte
en la quinta urbe más costosa
del mundo.
Iglesia de Paraskeva Piátnitsa
Moscú inmenso desde el principio
los grandes escenarios culturales de Moscú.
También hay que resaltar
El Estanque de la Reverencia
que la mujer moscovita, por
su misma condición natural
nórdica, es de piel blanca,
alta, hermosa y con una elegancia europea muy especial. Con esas características
A principios del siglo XIII, Moscú se convirtió en la capital del principado de Moscú y adquirió importancia, así lo demuestran las crónicas de aquella época que hablan de iglesias y monasterios en la
zona. Sin embargo, la conquista mongola de Rusia, que hizo del
país una “colonia” de este imperio centroasiático hasta el siglo XV,
devastó la ciudad y la incendió.
Por otro lado, su futuro estatus de capital del imperio ruso empezó a forjarse precisamente durante este período. El príncipe de
Moscú fue el primero que recibió una autorización oficial de los
conquistadores para gobernar todo el país, dividido en aquel entonces en varias provincias. También se le concedió el derecho de
recaudar tributos de todo el territorio ruso para entregarlos después a los mongoles.
Moscú empezó a enriquecerse y se inició la construcción en piedra. El metropolita ruso trasladó su residencia a la ciudad, y la urbe
se convirtió en uno de los centros del cristianismo ortodoxo.
Después de la conquista de Constantinopla por el imperio otomano en 1453, que supuso que la ciudad perdiera su “título” de capital
religiosa del mundo ortodoxo, Moscú se convirtió en el centro del
cristianismo ortodoxo más importante a escala mundial. En el siglo
XV finalizó el proceso de unificación de los territorios divididos del
país alrededor de Moscú.
Moscú fue la capital de la Rusia unida hasta el año 1712 cuando
Pedro el Grande trasladó el centro político del Estado al recién
construido San Petersburgo. Sin embargo, Moscú siguió siendo el
lugar de coronación de los emperadores.
La ciudad volvió a adquirir su estatus de capital tras la Revolución
Bolchevique de 1917. El nuevo gobierno comunista se trasladó a
Moscú desde San Petersburgo en 1918 y la urbe recibió el título
de capital soviética en 1922 después de la fundación de la URSS.
Entonces comenzó la etapa de desarrollo arquitectónico soviético
de la ciudad. Se inició la construcción a gran escala.
Especial
Punto Fijo - Coro, domingo 2 de septiembre de 2012
Valery Vrady:
la otra cara del Kremlin
Raquel Chirinos
Fotos/ Gregorio González
y José Vicente Rojas
Justo en el centro de Moscú,
en el anillo de los jardines, una
de las zonas más privilegiadas de
esta gran ciudad, y luego de atravesar a pie la calle de los mercaderes y artesanos, al otro lado
del río Moscoba, vive el célebre
pintor Valery Vrady, un artista
que recrea personas y paisajes en
gran formato y convierte desechos en arte.
El taller del pintor parece un
bunker y desde ahí se ve con claridad el Kremlin, justo al frente,
pero del otro lado del afluente
que separa el norte del sur. Y
es que las obras de Vrady, tal y
como él lo confiesa, son la otra
cara de la fortaleza del poder
ruso.
De la misma manera ve y
hace ver a otros la mejor faz de
las cosas que para algunos ya no
sirven o perdieron la belleza, y es
que este hombre que ya cuenta
70 años, de los cuales ha dedicado 47 al arte pictórico, piensa
que si lo rodean cosas bonitas los
cuadros también saldrán bonitos.
Es un convencido de “que todas
las cosas bellas fueron antes que
nosotros”.
Actualmente le preocupa que
la gente se haya vuelto egoísta e
individualista, esto hace que se
pierda la conexión con el otro, la
capacidad de observar, que considera fundamental en un pintor,
al igual que pondera básico en
este oficio el trabajo continuo,
dedicarse de lleno a crear, abandonar algunas distracciones humanas para asumir el arte como
una misión, “si se quiere brillar
en esto”.
Al preguntársele si visualiza
a un destacado retratista o pai-
Título de la obra Réquiem: Jesús abandonó la tierra, los apóstoles están orando y Judas pilotea el avión que estrellará contra ellos.
Esta pintura la hizo Vrady en conmemoración de los hechos del 11 de septiembre de 2011 acaecidos en Nueva York
sajista en la nueva generación
de artistas en Rusia y el resto de
Europa, responde contundentemente que no, y pronostica que
pasarán unos veinte años para
que se consolide uno. Reprocha
que hoy en día en su Rusia amada esté imperando el arte americano con una marcada influencia
de los sistemas gráficos a través
de la Internet.
Soledad que eleva
Valery ingresó en el año
1978 a la Unión de Artistas de la
Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas y a la Fundación Internacional de Artistas. Es un fiel
exponente del realismo social,
que, de acuerdo con lo que él explica, dibuja, pinta, refleja todas
las clases sociales, no solo a los
líderes y caudillos, sino al pueblo, a lo más humildes, sus rostros y oficios. Esta expresión del
arte tiene correspondencia con su
aversión al capitalismo.
Quizás por la tendencia al
individualismo y en muchas formas al sistema capitalista que
sobresalen en Moscú, se resguarda en su ático, acompañado
por su genialidad, la musa y una
perra guardiana a la que nombra
Timosha, de raza noruega, que
luce como una loba e intimida y
parece advertir que está ahí para
evitar que alguien haga daño a su
mejor amigo, el hombre que la
rescató de la calle hace 14 años.
Y es que Vrady, al menos en
el discurso, disfruta la soledad; es
más, sostiene que es una alegría
enorme porque nadie lo molesta.
Hay cosas que el ser humano tiene que jurarse a solas, sentencia
en su acento ruso cerrado y tono
reflexivo. “Hay que merecer la
soledad”. Explica que no habla
de la soledad, de la vejez, cuando todos se van, sino esa que el
ser humano busca, que se gana,
/ Las obras de Valery Vrady pueden hallarse en Rusia y en los museos de Europa
que permite llegar al nivel máximo de creación, de producción.
“Cuanto más uno va por la vida
se da cuenta que solo es la única
manera de hacer algo superior”.
Ahí, en ese perenne encuentro con su yo, él pinta en gran
formato en lienzo y desde hace
ocho años por el reverso del cristal, como una nueva manera de
ver la realidad desde el otro lado,
así lo que la gente ve es justo un
reflejo. En la realización de cada
obra puede tardar entre un día y
un mes, depende de la técnica y
la inspiración.
Una vida dedicada al arte lo
ha llevado a exponer sus producciones en museos de Moscú,
Austria, París y Alemania, y en
galerías privadas de Austria,
Francia, Suiza, Suecia, Italia, España y Estados Unidos. Hace la
salvedad que nunca ha estado en
América, aunque sí conoce sobre
el muralista Diego Rivera, mexicano, famoso por plasmar obras
de alto contenido
social. Está interesado en llevar
su arte a Venezuela, a pesar del
largo viaje que esta naciente inquietud implica, pero en fin ¿qué
es la vida si no una corta travesía para unos y prolongada para
otros?
La frase
“No hay otra cosa más viva que
un ser vivo”
Mandamientos de pintor
-Observación
-Filosofía
-Amor por los humanos
Creación a mil
4.000 obras
3.500 retratos
Cuatro destacadas
“Réquiem”
“El otoño”
“La soledad”
“La sagrada familia”
El valor de un Vrady
En promedio, sus obras cuestan
entre 10.000 a 20.000 euros
¿Quién es?
Nacimiento: 17 de marzo de 1942
en Novorossiysk (al sur de Rusia),
durante el bombardeo nazi
Estudió en el Instituto de
Poligrafía de Moscú en 1969
El autor vive acompañado de sus musas y sus obras
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