ACCIÓN INTERNACIONAL POR LA SALUD BOLETÍN N° 41 JULIO 2009 Uso irracional de medicamentos Una práctica que limita beneficios, aumenta riesgos y malgasta recursos Tomado y adaptado de “Con los medicamentos no se juega” de AIS Perú. 2009. Los medicamentos, utilizados en base a criterios científicos y técnicos, ofrecen importantes beneficios. Pero cuando se usan de forma inapropiada, se convierten en una amenaza para la salud individual y colectiva, llegando a producir efectos catastróficos. La pérdida de la efectividad de un antibiótico por su mal uso puede llevar a pérdida de vidas, discapacidad, y significar gastos elevados en terapias alternativas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “en el mundo, más de la mitad de todos los medicamentos se prescriben, se dispensan o se venden indebidamente, y la mitad de todos los personas no los toman correctamente”, lo que revela que el uso racional de medicamentos (URM) se convierte en una estrategia de grandes y positivas consecuencias, y permite enfrentar la enfermedad de forma efectiva y eficiente. Poca inversión de los países y de la OMS en la promoción del URM Desde que la OMS reconoció la necesidad de fomentar el URM, diseñando estrategias y formulando recomendaciones a los países, estos han hecho muy poco para promoverlo; menos aún, integrarlo en sus sistemas de salud, en la formación de sus profesionales y en la educación al público en general. Esta situación se evi- El URM significa que las personas reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado, y al menor costo posible para ellas y para la comunidad. Consecuentemente, el URM debe interpretarse como la forma efectiva de aprovechar las bondades de los medicamentos disponibles. dencia en el grado de cumplimiento de los indicadores descritos en el gráfico de esta página. Los países y la OMS han invertido pocos recursos para promover el URM. Por ejemplo, en el período 2002 – 2003 el gasto mundial de la OMS fue de más de 30 mil millones de dólares; de esto se destinó a gastos de promoción del URM sólo el 0.2 %. LEA EN ESTE BOLETÍN Crisis aguda de asma en niños: nuevas evidencias sobre eficacia de esquemas cortos de corticoides . p. 6 Síndrome de ovario poliquístico: la metformina estimula la ovulación.........................p. 7 Enfermedad Inflamatoria Pélvica: tratamiento temprano reduce el riesgo de complicaciones..............p. 8 Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano...........................................p. 10 Boletín AIS-COIME Nº 41 p 1 El uso irracional de medicamentos es un problema generalizado en los países Diferentes estudios realizados en 1990 y recopilados por la OMS demostraron que en los servicios de atención primaria en África, Asia y Latinoamérica, sólo un 40% de los pacientes recibieron un tratamiento acorde con las directrices clínicas existentes. También mostraron que menos de la mitad de los pacientes con diarrea aguda fueron tratados con sales de rehidratación oral; en cambio, a más de la mitad se le administró antibióticos. En Nicaragua, en una investigación realizada en el SILAIS Chontales en 1994, se encontró que 69 % de las personas atendidas por algún tipo de infección respiratoria aguda recibía antibióticos, porcentaje muy por encima de lo esperado si se aplicarían las guías terapéuticas del Ministerio de Salud (<30%). Prácticas frecuentes de uso irracional del medicamento Otra expresión de prescripción incorrecta es el uso injustificado de inyectables cuando existen formulaciones de menor costo, de más fácil administración, y más seguras, como las formas orales. Son pocos los medicamentos que en atención primaria se precisan usar en sus formas inyectables. Sin embargo su uso es muy extendido basándose en la creencia de la población y del personal de salud que un medicamento administrado por vía parenteral es más efectivo que por la vía oral. Este tipo de prescripciones trae consecuencias negativas, como el fracaso terapéutico, deterioro de la calidad de vida y efectos sobre la economía de las personas y el sistema de salud. Prescripciones incorrectas Esta es, probablemente, la forma más común de prescripción irracional, y una de las causas para el desarrollo de la resistencia a los antimicrobianos. Puede darse cuando el medicamento prescrito es ineficaz o de dudosa eficacia para la afección que se trate, o aún cuando ha demostrado utilidad terapéutica, se administra en condiciones no indicadas. Un ejemplo de prescripción incorrecta es el tratamiento de la faringitis estreptocócica con tetraciclinas en una niña, cuando la forma correcta de tratarla es con una penicilina de espectro reducido. En una encuesta realizada en 2008 y 2009 con 300 médicos de atención primaria en Nicaragua, se encontró que el 20 % refiere que utilizaría penicilina para tratar la gonorrea, un medicamento que el MINSA ya no recomienda desde 1997 por altos niveles de resistencia. Según datos del IMS, los medicamentos más vendidos en 2003 en Nicaragua incluyeron Dolo-Neurobión® (multivitaBoletín AIS-COIME Nº 41 p mínico), Neurobión® (multivitamínico), Sil-Norboral® (glibenclamida + metformina), Dolovitalgia® (multivitamínico), Andivagil Nistatina® (nistatina), Geriatric Pharmaton® (multivitamínico), Lanzopral® (lanzoprazol), Tafil® (alprazolam) y Daflon® (diosmina). Estos datos evidencian la prescripción y oferta de algunos medicamentos de escaso valor terapéutico (por ejemplo las multivitaminas). 2 Uso de medicamentos en dosificación y periodos sub óptimos La indicación de usar un medicamento debe ajustarse a cada persona en: dosis, frecuencia y periodo de tratamiento; además de las condiciones y características de la persona. Cuando dichos ajustes fallan, se producen fracasos terapéuticos con efectos negativos en la calidad de vida y la economía de los hogares y/o sistemas de salud. Cuando los antimicrobianos están involucrados, este mal uso contribuye a generar resistencia bacteriana con los perjuicios a la salud colectiva y la economía de las personas, quienes tienen que usar antibióticos más caros (si están disponibles). Un estudio realizado en diez países de ingresos medios, sobre pacientes con infarto de miocardio y accidentes cerebro vasculares, ha demostrado que menos del 20% recibían un tratamiento farmacológico óptimo. En una investigación sobre manejo de la gonorrea realizada en tres departamentos de Nicaragua en 2006, se encontró que 78 % de los médicos entrevistados refirieron dar un tratamiento inapropiado debido a la elección de un medicamento, dosis y/o duración erróneos. Uso innecesario de muchos medicamentos La prescripción excesiva de medicamentos eleva el riesgo de intoxicaciones y de reacciones adversas, muchas veces por tratamientos injustificados. Un estudio comparativo realizado en EE.UU. en los pacientes hospitalizados, mostró que estos reciben el doble de medicamento que los pacientes hospitalizados en Escocia. Otro estudio ha mostrado que, mientras el número de medicamentos prescritos en Suiza es de dos, en los hospitales del sur del Brasil es de 8. Uso de medicamentos sin eficacia comprobada o con efectos secundarios graves Muchos medicamentos presentes en el mercado farmacéutico son inútiles o su eficacia no ha sido demostrada, como en el caso de los llamados “tónicos cerebrales”, “protectores hepáticos”, “revitalizadores”. Otros medicamentos son inaceptables debido a que las probabilidades de producir reacciones adversas, y su gravedad potencial, pesan más que sus beneficios. Un ejemplo ha sido el antiinflamatorio rofecoxib (Vioxx®), prescrito entre 1999 y el 2004 a más de 80 millones de personas, y que a pesar de los resultados del estudio “VIGOR” en el 2000, donde se afirmaba que este medicamento no era mejor que los antiinflamatorios existentes, además de incrementar entre 4 a 5 veces el riesgo de infarto de miocardio (IM), su prescripción continuó hasta el año 2004 en que fue retirado del mercado. Se estima que este medicamento ocasionó entre 88 mil a 140 mil IM adicionales en los EE.UU., de los cuales, el 40% podían haber sido mortales. Continua en la página 4 Editorial Participaron en la realización de este boletín: Benito Marchand , Carlos Fuentes, Federico Mairena, Lester Narváez. Con la colaboración de: Maria Jesús Ara, Ana Ara (CMM), Carlos Berrios (Farmamundi), Orlando Rizo, Roberto Calderón, Edgar Narváez, Maritza Narváez (GRUNAMEB), Denis Pigot (AIS - Guatemala), Tania Fonseca (HEODRA), Claudia Vacca, Johana Aponte (AIS Colombia). La impresión de este boletín esta financiada por el Colectivo de Mujeres de Matagalpa a través del proyecto FARMAMUNDI/ Junta Castilla - La Mancha AIS Nicaragua es una ONG nacional que agrupa a personas de diversas instituciones y regiones del país con posibilidades y deseos de promover el uso apropiado de medicamentos y mejorar el acceso de toda la población a los medicamentos esenciales. Es parte de la Red Internacional AIS, conocida en inglés como HAI y del Grupo Nacional de Promoción de la Medicina basada en evidencia (GRUNAMEB) La COIME (Coordinación Interinstitucional de Medicamentos Esenciales) tiene como objetivo el fortalecimiento mutuo de los proyectos de medicamentos esenciales en el país y está coordinada por las organizaciones siguientes: Instituto Juan XXIII, Acción Médica Cristiana (AMC), AIS-Nicaragua, PROSALUD-Darío, Colectivo de Mujeres de Matagalpa, Farmacéuticos Mundi (FARMA MUNDI), quienes agrupan alrededor de 150 proyectos en todo el país. Existen 3 ejes de trabajo: Abastecimiento, Aspectos legales y Promoción del uso apropiado. Este boletín es un espacio de comunicación abierto a todas las personas interesadas en el uso apropiado de los medicamentos. Les invitamos a mandarnos informaciones o experiencias de interés para publicarlas en este boletín. Para mayor información sobre la COIME y AIS Nicaragua contactar a Carlos Fuentes Tel/fax 2772-7356, Celular: 84953048 coordinacion@aisnicaragua.org Correo postal: AIS Nicaragua Apdo. 184, Matagalpa La promoción del uso racional de medicamentos nos involucra a todos En la recuperación de la salud, los medicamentos se convierten en verdaderos aliados solamente si las personas los usan cuando realmente los necesitan, a las dosis correspondientes, durante un período de tiempo adecuado, y al menor costo posible. En caso contrario, pueden convertirse en una amenaza para la persona y para la comunidad. Existen múltiples ejemplos y estudios que documentan a nivel nacional e internacional que el uso inapropiado de los medicamentos es una práctica que limita beneficios, aumenta riesgos y malgasta recursos, tal como se amplía en el artículo principal de este boletín. En el uso de los medicamentos estamos involucrados todos los sectores sociales: • las autoridades sanitarias, quienes seleccionan los medicamentos a incorporar en el sector público y seguro social, autorizan los medicamentos a comercializarse en el sector privado y definen las guías terapéuticas, • las instituciones formadoras, quienes forman el conjunto de conocimientos técnicos de los profesionales de la salud, • el personal de salud, quien a diario decide la estrategia terapéutica para cada persona enferma, • el personal dispensador, quien debe brindar la información complementaria para usar correctamente los medicamentos, y por supuesto, • la población en general, quien finalmente cumple o no las indicaciones dadas por el personal de salud y quien en muchas ocasiones decide automedicarse. En consecuencia, cualquier estrategia efectiva de mejoramiento del uso de los medicamentos, debe involucrar a estos y otros actores. Consciente que los Estados no han hecho lo suficiente para mejorar el uso de medicamentos, en 2007 la Asamblea Mundial de la Salud emitió la resolución AMS60 sobre promoción del uso racional de medicamentos (URM), instando a los gobiernos, los profesionales de la salud, la sociedad civil, el sector privado y la comunidad internacional a comprometerse seriamente con el URM. Este compromiso firmado por el estado nicaragüense es una nueva oportunidad para trabajar juntos en la elaboración e implementación de una estrategia nacional bien estructurada de promoción del URM en la cual todos los sectores involucrados asumamos nuestro papel. Boletín AIS-COIME Nº 41 p 3 La automedicación desinformada La automedicación puede darse como un ejercicio legítimo con medicamentos de libre venta (sin receta), sobre los cuales los usuarios deben contar con la información que garantice su buen uso. Lamentablemente, las personas utilizan con frecuencia medicamentos que requieren de prescripción, sin considerar los riesgos al que se exponen, y que puede ir, desde una simple reacción cutánea, hasta el shock anafiláctico que puede causar la muerte. Entre los factores causantes de la automedicación se mencionan: el difícil acceso a los servicios de salud o su alto costo, ineficiente regulación farmacéutica, publicidad indiscriminada de medicamentos, falta de información al público sobre uso de medicamentos, facilidad con que se encuentran disponibles en el mercado, incumplimiento de las normas de dispensación, el entorno social, entre otros. Uso de medicamentos en poblaciones que no lo requieren Con frecuencia, la industria farmacéutica utiliza como estrategia la ampliación de la incidencia de una determinada dolencia o síntoma, con el fin de incrementar la demanda. Este es el caso de la osteoporosis, donde la pertinencia de la prueba densitométrica, y las intervenciones terapéuticas cuando correspondan, son referidas a mujeres mayores de 65 años, o a mujeres mayores de 60 años siempre que además hayan presentado, de tres a más factores de riesgo establecidos en protocolos calificados. A pesar que los estudios sobre osteoporosis se han realizado en mujeres con una edad media de 65 a 70 años, los resultados son extrapolados a poblaciones sanas de mujeres perimenopáusicas (50-55 años), en quienes el riesgo de fractura es mucho menor, además de no haberse demostrado los beneficios de la medicación. Esta misma estrategia se viene aplicando para los “altos niveles de colesterol” que están incluidos en situaciones normales y que son exagerados para darle la categoría Boletín AIS-COIME Nº 41 p 4 de enfermedad, y por lo tanto, objeto de alguna intervención farmacológica. Uso de medicamentos injustificadamente caros El precio es uno de los principales limitantes del acceso a medicamentos; por ello, debe asegurarse el uso de medicamentos eficaces y económicamente accesibles. Lamentablemente, medicamentos novedosos y de reciente introducción al mercado, o medicamentos que forman parte de la segunda o tercera línea de tratamiento, frecuentemente “más costosos”, son injustificadamente utilizados, dejando de lado los medicamentos conocidos o de primera línea de tratamiento, que han demostrado eficacia, efectividad y seguridad; y que, adicionalmente, son más asequibles. Por ejemplo, en Nicaragua es frecuente observar que el personal de salud prescribe quinolonas para una infección de vías urinarias no complicada (cistitis) en lugar de nitrofurantoína. Las quinolonas son medicamentos caros, con un potencial de desarrollar rápidamente resistencia y representan armas terapéuticas de reserva para tratar patologías que no responden al tratamiento convencional. Medicamentos promocionados para usos no aprobados La promoción de medicamentos para usos no autorizados es una práctica ilegal, pero al parecer rentable. Algunos casos recientes son: Zyprexa® (olanzapina) de Eli Lily, aprobado por la FDA para tratamiento de esquizofrenia, desorden bipolar, agitación asociada con esquizofrenia y desorden bipolar y manía, fue promocionado adicionalmente para su uso en niños con problemas de comportamiento y en ancianos con “comportamientos rebeldes.” Nortripar® (nitazoxanida) de Teramed, fue registrado en Nicaragua para dos indicaciones (diarrea por Criptosporidium Parvum y por Giardia Lamblia), sin embargo durante 2003 fue promocionado para 11 indicaciones que incluía una gama de helmintos. Factores que condicionan la calidad del uso de medicamentos Falta de políticas públicas que promuevan el URM Un enfoque integral de los medicamentos y su rol en los sistemas de salud exige que los países vinculen en sus planes y programas el uso racional y acceso a medicamentos. Las políticas farmacéuticas deben establecer lineamientos que permitan el uso adecuado de los medicamentos, integrándolo en el sistema de salud, la formación de los profesionales, la educación de la población, entre otros. Así mismo, debe facultar la implementación del listado de medicamentos esenciales, comités farmacológicos y guías terapéuticas, centros de información de medicamentos, etc. Además deben proveer las condiciones para la formación de sólidos órganos reguladores que ejerzan su actividad con autonomía y con el nivel de exigencia que aseguren medicamentos, ajustados a las necesidades terapéuticas de la población. La promoción no ética de medicamentos La promoción farmacéutica suele tener efectos negativos en los hábitos de prescripción, dispensación y uso de medicamentos. A pesar de ello, menos de la mitad de los países (46%) miembros de la OMS tienen mecanismos de regulación gubernamental. Por otro lado, en los países que cuentan con alguna regulación, esta es con frecuencia muy condescendiente en sus mecanismos de sanción. Debe tenerse presente que la racionalidad de una empresa con fines lucrativos está orientada a optimizar las utilidades; para ello, utilizará todas las vías posibles con el objetivo de incrementar sus ventas. Las actividades promocionales de las empresas farmacéuticas no se circunscriben a la información (con frecuencia incompleta que distribuye entre profesionales de la salud y público en general), sino también interviene en la formación profesional, invadiendo los recintos universitarios. Deficiente formación académica El URM no es asumido como un tema transversal en la currícula de estudio para la formación de los profesionales de la salud. En general, la formación farmacoterapéutica basada en evidencias, muchas veces se limita a pocas horas, lo cual hace al estudiante y al profesional vulnerables a la influencia de hábitos de prescripción sin justificación científica. Las acciones de educación continua, están mayormente restringidas a congresos, conferencias, y simposios, que tienen con frecuencia, una fuerte influencia comercial. Por tanto, es necesario fortalecer las pocas iniciativas independientes orientadas a mejorar el uso de los medicamentos. Deficiente comunicación entre profesionales y usuarios La falta de información, o deficiente comprensión de la información por parte de los usuarios, lleva a que los medicamentos sean utilizados inapropiadamente. Es poca la información que los profesionales ofrecen a los usuarios, debido a que no se da importancia a este aspecto, o a que no hay el tiempo disponible para proveer de la información esencial. Por otro lado, existen aspectos culturales que han llevado a pensar en los medicamentos como los componentes centrales para mantener la salud, lo que aumenta su consumo, muchas veces indiscriminado, fenómeno en el que intervienen, no sólo los usuarios, sino los profesionales de los sistemas de salud, productores y distribuidores de medicamentos. La falta de acceso a fuentes de información de calidad La utilización adecuada de medicamentos requiere de información completa, que provenga de fuentes confiables, basada en evidencias científicas. En muchos países no es tan fácil tener acceso a esa información, dejando espacio a que los productores y distribuidores de medicamentos suministren información a los profesionales y público en general; así, la información llega de una fuente cuyo interés predominante es comercial y no sanitario. Una de las estrategias imple- mentadas por los países sobre este aspecto son los Centros de Información de Medicamentos (CIM), cuyo éxito requiere de la voluntad política, la capacidad de sus profesionales y la actitud proactiva para llevar la información a los profesionales de la salud y a la población. Promover el URM: una responsabilidad de gobiernos, sociedad civil y OMS/OPS Debe definirse un programa nacional integral para promover el URM Los gobiernos tienen una seria responsabilidad en la implementación de la resolución y las recomendaciones que de ella derivan. Si no hay decisión de los gobiernos, es muy poco lo que se puede hacer para obtener resultados significativos en este campo. Está demostrado que las intervenciones aisladas, referidas a uno o pocos factores influyentes específicos son poco eficaces para promover el URM. Las organizaciones de la sociedad civil deben asumir su papel de apoyar los esfuerzos de los gobiernos en la formulación y ejecución de planes y programas para promover el URM. Los países deben abordar de manera integral el problema, diseñando políticas que involucren a todos los factores y actores que participan en el proceso que da como resultado el uso de los medicamentos, desde la configuración de la oferta, hasta el consumo y su posterior vigilancia. En esa perspectiva, la 60va. Asamblea Mundial de la Salud, aprobó la resolución AMS60, para que los gobiernos, los profesionales de la salud, la sociedad civil, el sector privado y la comunidad internacional, se comprometan a fomentar el URM, en particular con un volumen suficiente de recursos (ver boletín AIS # 35). La resolución compromete a los gobiernos a establecer y/o reforzar un programa nacional con participación multisectorial, incluyendo a la sociedad civil y los órganos profesionales, con el fin de promover y supervisar el uso de los medicamentos. La OMS debe reforzar la función de coordinación y promoción científicamente fundamentada que ejerce para fomentar el URM, fortalecer el apoyo técnico a los Estados miembros en colaboración con la sociedad civil y los gobiernos para establecer organismos multidisciplinarios y planes sobre URM, reforzar la coordinación del apoyo financiero y fomentar la investigación para identificar intervenciones sostenibles en el sector público y privado. Asimismo, debe fomentar el debate entre todas las partes involucradas en la calidad del uso de los medicamentos, ya que los medicamentos podrían causar más daño que beneficio si se usan inapropiadamente. Este programa incluye diferentes acciones como el impulso de una lista de medicamentos esenciales basada en tratamientos de elección en el MINSA y el seguro social, el desarrollo de programas de formación sobre el uso racional de los medicamentos en las unidades formadoras y durante la educación continua, la promoción de programas de educación pública sobre URM, la promulgación de legislaciones que prohíban la promoción no ética de medicamentos, la producción de información independiente y la formulación de guías de tratamiento entre otras. Boletín AIS-COIME Nº 41 p 5