FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión CATEDRA CLORIVIÈRE – CICÉ PROYECTO DE VIDA EN LA EXPERIENCIA DE LOS FUNDADORES: UNA MANERA CONCRETA DE DAR SENTIDO A LA PROPIA VIDA Y DE AYUDAR A OTROS A CONSTRUIR HORIZONTES DE SENTIDO “La parte más triste de la vida no está en el acto de morir sino en fracasar a la hora de vivir realmente cuando estamos vivos”. Robin S. Sharma. Esta es una afirmación profundamente humana, actual y retadora, puesto que los seres humanos pueden pasar la vida sin vivir realmente, sin desarrollarse ni realizarse como personas en su integridad y singularidad. La persona por naturaleza lleva en lo más íntimo de su ser un sentido de trascendencia, de superación de su finitud, de búsqueda de algo superior que lo lleva a la autorrealización, al desarrollo de todo su potencial para “llegar a ser verdaderamente lo que uno es capaz de llegar a ser”. (González y Carvajo (2005. p. 29). Pero para alcanzar esa plenitud anhelada necesita vivir realmente, es decir saber quien es, para qué existe y qué lo mueve a obrar. En otras palabras, ser como el roble, que tiene fuertes y profundas raíces que lo anclan en el presente y a la vez, ser tan flexible que le permita recoger en su pasado, en su historia toda su riqueza personal, familiar y cultural y al mismo tiempo, proyectarse al futuro, vislumbrando un horizonte de realización y plenitud, que le ayuden a configurar su propia identidad y a encontrar su sentido de vida, su razón de ser y de actuar. 1 Proyecto de Vida He ahí el punto medular: para vivir realmente se necesita tener un motivo para hacerlo; es decir un sentido de vida, una razón, un ideal por el cual vivir, luchar, esforzarse, superar dificultades; proponerse metas, asumir riesgos. Algo que dé respuesta a los interrogantes más hondos de su ser personal. Lamentablemente, en nuestra sociedad actual, marcada por la violencia, la corrupción, el consumismo, el hedonismo, el individualismo y la sed de poder y de riqueza, muchas personas pasan la vida sin vivir realmente, sin dejar huella, sin propósitos claros, sin ideales ni futuro; es una existencia marcada por la inestabilidad, la inconsistencia, la incongruencia y la inconstancia. Todo esto, porque para ellas lo que cuenta es el hoy, desconectado del pasado y sin una proyección al futuro; en una palabra, desconectado de la vida. Por esto muchos jóvenes viven sedientos de placeres de todo tipo, sin compromisos, sin exigencias, encerrados en su propio mundo o centrados en un comunitarismo gregario, sin entrega, sin donación; es un vacío existencial que genera desesperanza y muchas veces desesperación. En este contexto es muy difícil encontrar una razón para vivir, un sentido a la propia existencia. Pero no todo es negativo, en el fondo de todas estas personas hay un grito de plenitud, una sed de verdad, de autenticidad, una búsqueda, muchas veces errada, pero búsqueda sincera de sentido, de un porqué y para qué vivir, de un camino de felicidad; solo hace falta encontrar los medios para hacer brotar y florecer ese océano infinito de posibilidades que es cada persona. Según Arango y Meza (2005), el sentido de vida “es la razón que nos motiva y nos impulsa a vivir, haciendo que las circunstancias sean abordadas con ímpetu y entereza”. (p. 6). 2 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión Para que esto sea posible, es preciso encontrar una ilusión en la vida, una razón de ser y de existir, aquella motivación honda que le dé unidad y coherencia a su vida y que se convierta en su camino de felicidad y realización plena, esto es, su proyecto de vida. Un proyecto de vida que nazca del yo profundo de cada persona, de su interior, transformando su vida desde dentro y creando un estilo de vida, una manera nueva de pensar, sentir y actuar, frente a sí mismo, frente a los otros y frente al mundo que le rodea. El proyecto de vida es definido por Arango y Meza (2005) como “el núcleo central de la persona formado por valores, en torno a los cuales va estructurando su identidad” (p. 21). Es el conjunto de sueños, valores, ideales que le proporcionan ilusión e impulso para vivir plenamente, dándole unidad y coherencia a toda su vida. Es el camino para encontrar las respuestas a los interrogantes más profundos de la humanidad y de cada persona en concreto, porque el proyecto de vida no es algo etéreo, está anclado en la vida de cada persona, en su historia, en sus luchas y esperanzas y exige de cada uno su máximo esfuerzo, su constancia y su generosidad. No se puede olvidar que el proyecto de vida implica el ser y el hacer, por lo cual está íntimamente relacionado con la vocación, el llamado personal, la misión que cada persona tiene en la vida y cuyo ejercicio le otorga sentido y plenitud, en una manera específica de ser y de estar en el mundo, gracias a su singularidad, que lo hace único e irrepetible. Cada persona como ser íntegro y singular, está dotada de inteligencia, voluntad y afecto, 3 Proyecto de Vida facultades que le permiten obrar con autonomía y libertad ante las distintas circunstancias que la vida le presenta, en un ejercicio de discernimiento que lo lleva a optar por lo que más le conviene para su crecimiento personal y, en consecuencia, tomar las decisiones correctas, asumiendo responsablemente las consecuencias de sus actos. En este sentido, un proyecto de vida claro y definido, es fundamental para las decisiones vitales de la persona, convirtiéndose en su faro, en su guía de discernimiento y de búsqueda, que orienta cada decisión y cada acción hacia el ejercicio de su vocación personal, colmando de sentido y de ilusión todo lo que piensa, siente, sueña y vive. En este proceso es de gran utilidad el acompañamiento personal que le ayude a confrontarse y a obrar en coherencia con su ideal de vida. Lo anterior significa, que un proyecto de vida claramente concebido genera creatividad; es decir, despliegue del potencial creador de la persona en todas las dimensiones de su existencia, planteándole cada día nuevos retos e impulsándola a tomar riesgos, a esforzarse, a salir de sí para entregar su vida por una causa que le otorga sentido y plenitud. Tener claro el proyecto de vida, también genera ilusión, entendida ésta como anticipación del gozo que se espera, como fruto de la realización del proyecto deseado, o en palabras de González y Carbajo (2005) “de un proyecto que es posible al unir riqueza interior y creatividad, fruto de esa capacidad proyectiva del ser humano, que le permite el gozo y la alegría anticipadas por algo que se espera ver realizado” (p. 85). Por otra parte, Arango y Meza (2005) ponen de manifiesto que un proyecto personal con unidad y solidez ha de contemplar todas las dimensiones de la persona, clasificadas a partir 4 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión de los distintos tipos de relación que todo ser humano establece. A continuación voy a referirme a algunas de ellas: La dimensión afectiva: surge de la relación con el otro y genera lazos de amistad, amor, fraternidad, en cuya base está el amor a la propia vida y a la de los demás. La dimensión sociopolítica: hunde sus raíces en la relación con los otros, en la cual se desarrolla la capacidad de socialización, que implica dar y recibir a partir de la pertenencia a distintos grupos y desde los valores del servicio y la solidaridad, valores que le permiten a la persona salir de sí misma en la búsqueda del bien común. La dimensión profesional: implica relación con lo otro, con el mundo, la naturaleza, el cosmos, favoreciendo el desarrollo de todo su potencial transformador y creador desde un saber, una profesión, un trabajo específico, gracias a su capacidad creativa y de producción. La dimensión trascendente: Parte de la relación con el Otro, con un ser superior en quien se cree y al cual, por naturaleza, la persona tiende desde la esencia misma de su ser. Si la persona vive su proyecto de vida desde estas dimensiones, permanece centrada en su objetivo; busca los caminos y medios adecuados para alcanzar su sueño, sabe tomar decisiones a partir del discernimiento, acoge y vive su vida en plenitud, con responsabilidad y autonomía, sin permitir que otros decidan por ella. Por todo esto, su vida es un continuo desafío que centra su interés y le permite desarrollar al máximo sus potencialidades, conduciéndola a vivir el MAGIS Ignaciano, que está en la esencia misma de la persona y la 5 Proyecto de Vida salvaguarda de la rutina, el pesimismo y el agotamiento, características típicas de las personas carentes de un sentido de vida. Un ejemplo concreto de personas con un sólido sentido de la vida y por tanto, con un claro proyecto personal, lo encontramos en Pedro José de Clorivière y Adelaida de Cicé, fundadores de la comunidad Religiosa Hijas del Corazón de María. Ellos, desde muy jóvenes, por sus cualidades naturales, por el ambiente familiar y social en donde crecieron y por la gracia especial del Señor, tuvieron claridad para saber qué hacer con sus vidas; aunque la manera de hacerlo, la fueron descubriendo poco a poco, por el ejercicio permanente del discernimiento y por el acompañamiento de un guía espiritual que les iba ayudando a dilucidar el camino y tomar las decisiones más acertadas, de cara a su ideal de vida, a su sueño fundamental. El joven Clorivière, bretón, inquieto y buscador de altos ideales, descubre desde muy joven su vocación de sacerdote jesuita; después de haber probado en la marina y en el comercio, siguiendo la tradición familiar, se arriesga a seguir su corazón, pues intuye un camino distinto y plenificante para él. “No sabiendo lo que haría, a los 19 años partí para París con la cabeza llena de diversos proyectos. Es allí donde Dios me esperaba (Dios prepara, p. 7) afirma Pedro de Clorivière. Al descubrir su vocación, el joven Clorivière encuentra su razón de ser y de existir, su ideal por el cual luchar y hacia el cual orientar en adelante todas sus decisiones. Durante un retiro dirigido por su guía espiritual, afirma él “tuve la impresión, dulce y fuerte a la vez, y la 6 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión convicción muy clara de que Dios me llamaba al sacerdocio. Experimenté por eso una inmensa alegría” (Dios prepara, p. 7). Teniendo ya claro su horizonte, se dedica a buscar los medios adecuados para hacer realidad su sueño. Entra al noviciado de la Compañía de Jesús, abandonando todo lo que hasta el momento venía realizando, ahora todo estaba orientado a la realización de su proyecto de vida: Ser sacerdote Jesuita. En este proceso tiene que luchar contra sus limitaciones personales. “Poco después de mis primeros votos fui asaltado por tentaciones de toda clase: mi tartamudez se acrecentó” (Dios prepara, p. 8) y superar muchas dificultades, incluso hacer grandes renuncias “Estaba decidido a quedarme como coadjutor antes que abandonar la Compañía” (Notas íntimas, p. 12) pues su dificultad de hablar le hacía imposible todo apostolado. Es evidente que cualquier empresa grande, exige sacrificios y el despliegue de todos los potenciales humanos, y él lo sabía muy bien porque tenía inscrito en su corazón el MAGIS, como lema de vida: Dar siempre lo mejor de sí, entregarse al máximo por la causa que ha abrazado; en su caso, Dios y su causa. Por su parte, Adelaida de Cicé, duodécima hija de una noble familia de Rennes, descubre desde niña en su interior, dos grandes ideales que se convierten en su pasión: El amor a Dios y el servicio a los pobres. Poco a poco Dios y los pobres se convierten en el motor de su vida, en su razón de ser y de existir. Ella afirmaba con frecuencia “Amemos a Jesucristo y a los pobres” (Adelaida cofundadora, p. 5). 7 Proyecto de Vida Desde entonces, nunca pierde de vista estos ideales, más bien, ellos se convierten en el faro que guía e ilumina todas sus opciones hasta encontrar la manera de hacer realidad su sueño, su vocación personal. Siendo muy joven, (15 años) esboza un pequeño reglamento con sus resoluciones más importantes que incluye actitudes y acciones concretas. Así se encuentra en su diario: “ observar exactamente todas las cosas que quiero hacer, amar a Dios tanto como me sea posible, evitar el orgullo, agradecer a todas las personas que tengan a bien reprenderme por mis defectos, no dejarme llevar por el mal humor. Levantarme sin vacilar, asistir a misa, hacer un cuarto de hora de oración, leer, trabajar, obedecer en todo a mi madre, en adelante quiero vivir y morir en estas resoluciones”. (Adelaida de Cicé p.14) Ella sabe y siente en el fondo de su corazón cuál es su llamado, pero no ve clara la manera de hacerlo realidad; es más, eso que ella sueña, vivir una vida religiosa en un convento como contemplativa (consagración) y al mismo tiempo un trabajo efectivo con los pobres, no era posible, puesto que no existía entonces en la iglesia y no parecía haber posibilidad de hacerlo realidad. Consagración total a Dios por los votos y misión en medio del mundo es lo que desea la joven Adelaida, como bien se lo anticipó su director espiritual: “Me dijo de tu parte Dios mío que yo estaba destinada a ser una madre de los pobres y una esposa de Jesucristo” (Dios prepara, p. 24). Pero aunque su sueño parece imposible, ella emprende una larga búsqueda, en un paciente y lento proceso de discernimiento, marcado por muchas pruebas y obstáculos. Sin embargo, gracias al continuo acompañamiento de su guía espiritual que le ayuda a tomar decisiones sin perder de vista su horizonte, finalmente encuentra el camino. 8 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión Entre tanto, Pedro de Clorivière, ya sacerdote, realiza su proyecto de vida al entregar su tiempo, sus esfuerzos, sus talentos, toda su vida al anuncio del Evangelio, en distintas misiones que asume en obediencia (párroco, director espiritual, rector de un colegio diocesano, formador de novicios, capellán de religiosas, superior en Dinán). Desde el descubrimiento de su llamado a la vida religiosa en la Compañía de Jesús, Clorivière centra toda su vida en Jesús y su evangelio, de modo que Dios se convierte en su pasión, su absoluto y su razón de ser y de obrar. Es así como su opción vocacional se convierte en cauce de todas sus relaciones y de todas sus acciones, consolidando un auténtico proyecto personal que abarca todas las dimensiones de su ser, centra su vida y la dota de unidad y coherencia. Veamos, pues, su relación con el otro: (su dimensión afectiva): Clorivière crea fuertes lazos de amistad, centrada en el Señor. Su absoluto, el centro de su vida, su gran amor es Jesús y su causa; de modo que sus amistades, sus amores, su familia, toda su vida son entendidas y vividas desde el Señor: Su gran amigo fue el P. Fleury, con quien hizo un compromiso para animarse mutuamente en la fidelidad a su vocación. También Adelaida de Cicé se convirtió en su amiga del alma, estando muy unidos por sus sueños personales que desembocaron en un proyecto común. Dios era el centro de sus vidas y desde ahí se consolidó su amistad. En una de sus cartas se encuentran estas palabras: “Considéreme siempre, señorita y querida hija en Nuestro Señor, muy unido a usted en su 9 Proyecto de Vida divino corazón”. (Cartas de Clorivière I (p. 44).) En cuanto a su relación con los otros: (Dimensión sociopolítica) el Padre de Clorivière pertenece, con identidad profunda a la Compañía de Jesús; la ama desde lo más hondo de su ser, tanto que decide hacer sus votos, a pesar de que la Compañía está en riesgo de ser suprimida en esos días a causa de los graves problemas políticos del momento; él se siente jesuita desde las entrañas y así se lo expresa al padre de La Croix: “…de usted se sirvió el Señor para inspirarme sentimientos de afecto filial por la Compañía de Jesús”. (Notas íntimas, p. 22). Su otro amor, a ejemplo de San Ignacio es la Iglesia, la ama y la respeta, aún con sus fallas y debilidades y a ella promete obediencia. También ama la vida religiosa, a la cual pertenece, por eso se compromete con ella, la defiende públicamente en medio del terror de la revolución francesa, sin importar los riesgos. En lo que respecta a su relación con lo otro, (dimensión profesional) el P. de Clorivière se preocupa por su entorno y dedica todo su trabajo y su saber para defender la vida y la verdad, la justicia y la libertad. Escribe; predica, acompaña, aconseja, sirve, consuela y conforta a todo el que puede. Clorivière ama su pueblo, la sociedad francesa y sufre con ella el dolor y el sinsentido de la revolución, de la guerra; su amor se transforma en acción, entregando su vida a favor de los inocentes; de los pobres y perseguidos, con ellos se hace solidario y les presta su servicio incondicional; por ellos se arriesga, se compromete, sin importar que sea llevado preso o incluso guillotinado. El se olvida de sí en función del bien 10 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión de los demás. Por esto fue arrestado y llevado a prisión durante cinco años, donde trabajó incansablemente por la conversión de los presos. En cuanto a su relación con el Otro, su (dimensión trascendente), es la que da sentido a su vida y orienta todo su actuar. Dios Trinidad es el absoluto de su vida y desde ahí, toda su existencia encuentra unidad y cohesión. Por eso escribe “Todas mis resoluciones se reducen a este punto: conformarme lo más posible a nuestro divino modelo: Jesucristo”. El P. de Clorivière es una persona íntegra y coherente porque Dios está en el centro de su existencia: La Palabra del Señor orienta y guía su actuar, hasta la entrega sin límites, guiado por la oración permanente, por el discernimiento y la continua adoración a Jesús sacramentado y por supuesto orientado por la Virgen María, a quien ama entrañablemente como a su madre y guía. Y así fue llamado “el religioso de lo esencial”. Lo anterior es un claro ejemplo de cómo un ideal de vida se convierte en el gran proyecto personal desde el cual se articulan todas las dimensiones de la persona en una perfecta armonía que da sentido y unidad a la existencia, convirtiéndose en su camino de realización plena de felicidad. Por su parte Adelaida, guiada por su director concretiza el novedoso proyecto de vida religiosa que sueña, “Vida consagrada fuera del claustro, vida en común, votos por un año renovables, profunda vida de oración y vida eucarística intensa. Vida sencilla al servicio del prójimo, especialmente de los más pobres. El voto de pobreza no impide gozar del patrimonio. Uso de los bienes mediado por la obediencia, vida de ofrenda a Jesús por 11 Proyecto de Vida María”(Adelaida de Cicé p.20-21) Ella hace pruebas en distintos conventos, tratando de encontrar una manera de conciliar consagración total a Dios y servicio a los hermanos en medio del mundo, pero no encuentra una respuesta a sus búsquedas, puesto que esta forma de vida religiosa que ella sueña aún no existe en la Iglesia. Debido a sus problemas de salud, la providencia la conduce a Dinán para una cura en aguas termales. Estando allí conoce al Padre de Clorivière con quien continúa su proceso de búsqueda de la voluntad de Dios a través del discernimiento, la oración, el ayuno y el examen cotidiano. Es un encuentro providencial fruto de las búsquedas de cada uno, ya que en fidelidad a su proyecto de vida el P. de Clorivière permanecía atento a los signos que el Señor le brindaba a través de las personas y de las circunstancias. Gracias a esta disposición interior y a su misión de director espiritual en Dinan es como conoce a Adelaida de Cicé, y se convierte en su director espiritual. En poco tiempo él comprende la búsqueda que ella está haciendo y la orienta en su caminar hasta que encuentran que sus sueños personales se unen y los une a ellos en una aventura nueva y retadora, en un proyecto común: la fundación de dos nuevas comunidades religiosas. Ahora bien, desde que Adelaida, descubre su vocación, ésta orienta toda su existencia, dándole un sentido y una manera especial de ver y vivir la vida y todas sus relaciones. Detengámonos un momento para ver cómo su proyecto de vida abarcó y dio unidad a todas las dimensiones de su ser: 12 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión Dimensión afectiva: su gran amor, el centro de su vida es desde siempre el Señor y a partir de él sus afectos familiares y sus amistades cobran una nueva dimensión. De niña se preocupaba por el estudio de las niñas pobres y trataba de ayudarlas con sus pequeños ahorros. Ella expresaba con frecuencia:“No puedo encontrar un infortunio sin tratar de aliviarlo (A. de C. p. 12). Adelaida ama profundamente a su madre, y en fidelidad a su vocación promete obedecerle como a su superiora “He prometido a Dios obedecer a mi madre como una religiosa a su superiora, someterme a ella en todo” (A. de C. p. 17). A su empleada la trata con cariño y consideración, como a una amiga “Se la verá más tarde poner la cama de su camarera al lado de la suya para cuidarla mejor cuando está enferma.(A. de Cicé, p. 12). Con sus directores espirituales entabla una relación profunda desde la fe y la obediencia. El P. de Clorivière pasa de ser su director espiritual a ser su amigo del alma en el Señor. En cuanto a la dimensión política: Adelaida centra su vida en el servicio a los más pobres y necesitados, por algo es llamada “la madre de los pobres”. Ella no solo daba cosas, se daba a sí misma” (A. de C. p. 12). Desde la corte, a la cual pertenece, ella busca entre sus amistades recursos para los pobres y genera compromiso de parte de ellas frente a la realidad que se vive. Se hace solidaria con el que sufre y se preocupa por servirlo hasta el sacrificio; para estar más cerca de los pobres, decide vestirse como ellos, se acuesta en un jergón, ayuna tres 13 Proyecto de Vida veces a la semana… No se contenta con servir, ella entrega su tiempo y su amistad. En relación con la dimensión profesional: Adelaida de Cicé supo comprometerse con su realidad, la cual conocía perfectamente. Su trabajo, sus talentos, su capacidad y su visión proyectiva, los orientó siempre al servicio de quienes la necesitaban: Los pobres en primer lugar, luego su madre, los perseguidos por la guerra, las Hijas del Corazón de María y los sacerdotes del Corazón de Jesús. “En París, al mismo tiempo que cumple su rol de superiora general y de cofundadora, Adelaida se entrega incondicionalmente al servicio de los pobres, sin tener en cuenta las opiniones políticas” (A. de Cicé, p. 43). El compromiso con su realidad la lleva hasta arriesgar su vida; por esto es llevada a prisión y aún allí sigue sirviendo a las reclusas a quienes les enseña a ver su vida de distinta manera, logrando su conversión. Finalmente, la dimensión trascendente: su relación con el Otro, con Dios y con la Virgen María ocupa el centro de la vida de Adelaida. Jesús se convierte en su absoluto, su razón de ser y de existir, por lo cual se compromete con la misma causa de Jesús: los pobres, a quienes ama y sirve porque en ellos ve al Señor (miembros sufrientes de Cristo). Desde esta unión profunda y vital con Dios, la madre de Cicé da unidad y coherencia a su vida; todo su pensar su sentir y su actuar están centrados en Dios y su único deseo es encontrar y hacer siempre su voluntad, consagrando enteramente su vida a su amado Jesús y al servicio de los pobres. “Renuevo de todo corazón la consagración que he hecho a mi divino esposo de toda mi persona”. Se lee en sus Papeles íntimos ( p. 4). 14 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión Volvamos ahora al encuentro entre Adelaida y Clorivière: Cuando Dios permite el encuentro entre el P. de Clorivière y la madre de Cicé, los dos proyectos se unen en uno solo, puesto que tienen un fin común: Vivir conforme a la voluntad de Dios, en unión profunda con él y en servicio concreto a los hermanos, con predilección por los más pobres. Adelaida tenía muy clara su vocación, pero no había encontrado el camino para darle cumplimiento hasta que conoció al P. de Clorivière y vislumbró que El sería el guía que le ayudaría a hacer realidad su sueño. Tardó un poco esta respuesta pues aunque el Padre conocía y valoraba el proyecto y la acompañó varios años en su búsqueda, no encontraba cómo hacerlo realidad, hasta que por fin en un abrir y cerrar de ojos recibe la inspiración del Señor para fundar una congregación religiosa adaptada a las circunstancias del momento, que sería muy útil a la Iglesia (Memorias de Adelaida, p. 17). A partir de ahí comprende que su inspiración encaja en el proyecto de Adelaida y que es preciso unirse y empezar a buscar los caminos para concretizarlo: “Una congregación religiosa de forma totalmente nueva a ejemplo de los primeros cristianos, sin ningún signo distintivo, que abarque las diversas obras de misericordia y dé un lugar esencial a la oración, que se pueda vivir en comunidad o en familia, en el ejercicio de su profesión y donde la obediencia abarque toda la existencia” (María Adelaida, Cofundadora. P.38-39) Todos los dones y energías de los fundadores fueron enfocados al logro de este proyecto, sin importar esfuerzos, sacrificios, riesgos e incluso prisión y peligro de muerte. “Me parece que es en París donde una y otra sociedad debe empezar. De allí viene el mal, de allí debe venir el remedio” (Cofundadora, p. 49); y efectivamente, a dicho proyecto entregaron 15 Proyecto de Vida todos sus dones, su trabajo, sus luchas, toda su vida hasta el último aliento. En su proyecto encontraron sentido a su vida y razón para donarla, alcanzando plenitud y gozo en su realización. De esta manera nace un nuevo estilo de vida religiosa, un sueño audaz y futurista, fruto de la visión de una mujer idealista y soñadora de imposibles y de un hombre orante y visionario, sereno y a la vez audaz. Un sueño que se consolida y se convierte en proyecto de vida para muchas mujeres a través de la historia de más de 200 años y en diversos países del mundo entero. Ellos son un testimonio vivo de un sueño hecho realidad, de una vocación convertida en proyecto que guía y conduce toda la existencia hacia la plenitud y la felicidad, en una vida plena de sentido, de ilusión y de compromiso solidario, en un derroche de creatividad y audacia que hace posible la transformación de su entorno. 16 Septiembre 2009 Rosa Varela Hija del Corazón de María 16 FUM. – Cátedra Internacional Cloriviére-Cicé – XII Sesión REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS - ALZATE, Oscar Albeiro y MEZA, José Luis (2005). El discernimiento y el proyecto de vida. Dinamismo para la construcción de sentido. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. - GANUZA, Juan Miguel s.j. (1985). Del corazón de Cristo al corazón del mundo. Vida del Siervo de Dios, Pedro José de Clorivière. - DU ROSTU, Marie y ANCEL, Jeanne, Dios prepara. Sociedad de las Hijas del Corazón de María. - Sociedad Hijas del Corazón de María (1994). Pedro José de Clorivière, según sus notas íntimas. - POLET, Noela (1990). Memorias de Adelaida. Un relato de amor y de ternura. - DE CHAIGNON, Marielle (1990). Adelaida de Cicé. París. 17