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V I DA
E L NORT E - Domingo 8 de Mayo del 2011
perfIlesehIstorIAs
Editora: Rosa Linda González
C
orrían los 60. Era
un Monterrey hoy
ya desconocido, con
la gente durmiendo
en casas de puertas
abiertas, charlando tranquilamente por las noches en la acera, los
jóvenes en las heladerías. Todo
por hacer.
Y en la radio: The Beatles, el
grupo inglés que en tan sólo una
década revolucionó al mundo.
Jorge Alberto Vallejo era un
chiquillo de primaria que se la pasaba corriendo por la Colonia Martínez, cuando su hermano Óscar lo
invitó a una tienda del barrio donde
vendían y alquilaban revistas, y preparaban unos yukis inolvidables.
“¿No conoces a Los Beatles?”,
le preguntó el muchacho, más
grande que él, ya fallecido.
“¿Son payasos?”, dijo el niño,
extrañado ante el nombre que le
sonó chistoso.
“Nombre, qué van a ser”, le dijo y le puso el lado B del sencillo
“Love me do”: “P.S. I love you”.
“¿Cuántas veces la habré oído
esa tarde?”, se pregunta ahora Jorge.
“¿Treinta, 40 veces? No me despegué del tocadiscos. Me enamoré.
“De ahí en adelante no me interesaba más que escuchar esa
canción, una y otra vez, y todavía
hoy me preguntan si no me aburre Beatles y sigo contestando lo
mismo: me encantan”.
Hoy, aquel chico que como
sus cinco hermanos nació en la
Maternidad María Josefa dado
que su padre fue trabajador de
Fundidora, es un hombre alto de
54 años, de cabello largo, barba
de candado y de muy buen humor, que describe la historia de
un grupo del que mucho se supo
durante décadas: El Amor.
De hecho, es el único integrante original de esta banda formada hace más de 40 años y cuya mayor característica es interpretar e incluso vestir igual que
los integrantes de la banda más
popular del planeta.
E
nunca muere
Hace más de 40 años este grupo regiomontano
de rock and roll alcanzó la fama internacional
por sus composiciones,
pero también por interpretar a The Beatles
L
8
l Amor, ya con otros integrantes, suele reunirse en la
casa de Jorge, en la misma
donde él vivió y ensayó sus primeros
golpes de batería desde los 9 años.
“Aquí en la casa todos fuimos
músicos. Primero mis hermanos
con el grupo Los Hermanos Vallejo y luego en Vallejo y Compañía. Desde las ocho de la mañana
hasta las ocho de la noche ellos
se la pasaban en la consola, ensayando, uno escuchando música y
el otro viendo”, recuerda Jorge
en tanto aguarda la llegada de sus
compañeros de El Amor.
Jorge se integraría con la batería a la banda formada por su
hermano Óscar, Rogelio González
y Miguel Cárdenas, con mayor experiencia y grupos en su haber.
Homero González, promotor
musical de la ciudad, los conoció y
les puso por nombre Voces Frescas, en alusión a su edad y jovialidad. La agrupación tuvo una sola producción discográfica en la
empresa Tambora Falcón llamada “Nunca mi amor”.
Homero dio con ellos luego
de que una vez al ensayar en el
porche de su casa pasó una camioneta de una radiodifusora y
Rómulo Lozano empezó a transmitir las canciones de aquellos niños, entre ellos “Gallinita y remolino”, de Los Venturosos.
“Yo estaba bien chiquillo, pero como quiera me aventé unos
solos que gustaron mucho. Tocá-
me fui a tocar varios años música
tropical, pero luego volvió a faltar
chamba y entré a un grupo, Magia negra, del cual me jalaron acá
a El Amor.
“Ha sido una gran experiencia estar aquí, porque no interfiere con mi trabajo. Trabajo en oficinas de ocho de la mañana a las
tres de la tarde, de lunes a viernes,
y cuando hay necesidad pido permisos para salir”.
Otra ventaja laboral, confiesa
con humor, es que puede traer el
pelo largo, algo que mantiene desde la secundaria.
“Nunca me lo voy a cortar”,
afirma sonriente.
Juan Antonio Sosa
Daniel de la Fuente
d Jorge Coronado Chávez (izq. a der.), Jorge Vallejo, Luis Roberto García y César Lizcano Flores integran actualmente el grupo El Amor.
dos sacaron canciones de Chicago
bamos entonces Beatles, Rolling
y Santana y nosotros empezamos
Stones, entre otros”.
Homero, leyenda de la his- tranquilos, nos empezaron a silbar,
toria del rock and roll en la Ciu- pero en cuanto agarramos fuerza el
dad al producir el célebre progra- público se quedó callado y nos pidieron de nuevo ‘El ángel azul’. Fue
ma “Muévanse todos”, recuerda a
increíble”, recuerda entusiasta.
aquellos niños.
Ganaron el 13 de marzo de
“Pese a su edad, eran unos niños. Tenían una madurez musi- 1970, ya con el nombre de El
cal extraordinaria y un poder pa- Amor, impuesto por el mismo
ra actualizar canciones realmen- Homero en alusión al movimiento hippie de entonces. En 1971 los
te impresionante. Pocas veces vi
llamaron para grabar su primer
en grupos un talento como el de
disco en la Ciudad de México en
aquellos chiquillos, talento que
EMI Capitol: “Te amo más”, con
aún mantienen”, evoca.
canciones originales y
Más tarde, HomeVIDEO
sólo una de Lennon y
ro los invitaría a un conelNorte.CoM
McCartney traducida al
curso de bandas de rock
español: “Si me dejaras”.
and roll que organizaba la
En el primer disco participarían
CNOP en la Arena Coliseo. Cuenta
Jorge que el único requisito que pe- sólo Miguel, Rogelio y Jorge, en
dían a los músicos era la cartilla mi- tanto Óscar, concentrado en Los
Vallejo, se integraría hasta el selitar, pero él fue la excepción ya que
gundo LP.
apenas contaba con 14 años.
“Hicimos la prueba en no“Homero nos habló para deviembre y en febrero de 1971 ya
cirnos que ya era tiempo de que
estábamos terminando, por lo que
nos oyeran más allá de la localidad.
en mayo sacamos nuestro primer
Tuvo buen tino porque de muchas
bandas llegamos a la final y gana- disco. Era un sueño”.
Se presentaron en el programos con canciones como ‘Maybe
tomorrow’, de Badfinger, y una can- ma “Siempre en Domingo”, donde
ción italiana llamada ‘El ángel azul’. los rasgos delicados y el cabello lar“En ese concurso, donde par- go de Jorge llamaron la atención al
ticiparon bandas como Quo Va- grado de que empezaron a llover las
llamadas preguntando si el baterista
dis, Spectrum 2000, Cactus, Las
Hormigas y Los Clicks, como to- era una niña. Raúl Velasco se lo pre-
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guntó y el joven músico debió confesar que por su imagen le decían socarronamente “La muñeca”, apodo
que desde entonces lo identifica.
Después de su aparición en el
popular programa, El Amor fue invitado al célebre festival de Avándaro, en septiembre de 1971, donde alternaron con bandas de entonces
como Dug Dug’s, La División del
Norte y Three Souls in my Mind,
antecedente de El TRI. Jorge cuenta que su participación, la única de
un grupo musical regiomontano,
fue todo un éxito, sobre todo por la
versión al inglés de “Te amo más”.
“Quien diga que aquello fue un
relajo, miente, porque en realidad
lo que sucedió fue que el evento se
planeó para 5 mil personas, pero
llegaron 300 mil”, afirma.
“No hubo disturbios, una que
otra encuerada nada más, pero el
evento fue hermoso porque estaba toda la onda del amor y la paz.
No podías ver más allá: eran miles y miles de personas”.
Vendrían los movimientos estudiantiles y la bota del Estado sobre aquellos aires libertarios. El
rock and roll mexicano la pagaría,
por lo que sus canciones fueron sacadas de la radio. El Amor, entonces, debió reinventarse, bajarle al
ecualizador, e interpretar casi por
completo música de The Beatles.
“Nos empezaron a atacar muy
feo a los grupos de rock, por lo
que nos refugiamos en la música de The Beatles para sobrevivir
y nos metimos en hoteles de cinco estrellas y teatros. Afortunadamente funcionó”.
The Beatles, como tal, ya no
existían, pero al grupo esto lo benefició pues la gente quería seguir
escuchando aquella música revolucionaria. De acuerdo a la crítica
especializada, las décadas de los 70
y 80 colocarían a la banda no sólo
como un grupo exitoso que hizo
giras por diversos países y fue pionera en el reconocimiento internacional a una agrupación regiomontana, sino como una de las pocas
que interpretaría de manera destacada al cuarteto de Liverpool.
L
8
os años, la separación de
sus integrantes originales,
la entrada y salida de otros,
así como la muerte de Óscar en el
2003, poco a poco fueron haciendo mella en su trayectoria, por lo
que El Amor se refugió en un público fiel que los seguiría a donde
se presentasen. Los buenos tiempos, sin embargo, se habían ido.
Llegan al ensayo César Lizcano Flores y Luis Roberto García.
El primero, de 42 años, es el guitarrista, en tanto el segundo, de 44,
es el bajista de El Amor. Cuando la
banda se presenta suelen acompañarles en los teclados Mario Chapa,
con amplísima experiencia musical,
o Jorge Israel Coronado Chávez,
quien también forma parte del grupo The Yellow Submarine.
El guitarrista, vecino del centro de Monterrey, entró al mundo beatle cuando de niño escuchó
por la radio que estaba por formarse un club de fans del grupo inglés.
De ahí pasó a una banda en la que
sólo tocaban canciones de aquel
grupo hasta que un día de hace 13
años le mandaron preguntar si le
interesaría tocar en El Amor.
“Me interesó desde siempre.
Yo los veía tocar en la tele, y cuando se dio la oportunidad no lo dudé: la banda tiene buen cartel y
presencia”, cuenta César, a quien
le dicen “El zurdo”, dedicado por
completo a la música.
De estatura baja como César, sonriente, Luis es vecino de la
Colonia Industrial y lleva 24 años
dando mantenimiento a equipos y
sistemas computacionales en Telégrafos, sin embargo, desde los 17
años empezó en la música con un
grupo que tocaba en bares.
“Después escaseó el trabajo y
8
os tres formaron a sus respectivas familias: Jorge y
César tienen tres hijos cada
uno de parejas distintas, en tanto
Luis tiene dos hijos de una sola.
César habla del momento
más difícil que ha atravesado en
el grupo: la muerte de Óscar, hermano de “La muñeca”.
“El fallecimiento de Óscar nos
dolió mucho, porque teníamos
planes de hacer un disco con puros originales”, reconoce.
En lo que respecta a Jorge, comenta, es un líder natural porque
tiene mucho carisma con la gente.
“Nosotros sabemos que Jorge
en un momento se engancha a la
gente. Luis y yo somos muy serios,
en tanto Mario (el tecladista más
frecuente) es excelente músico, pero a Jorge tú lo podías ver cuando se dio aquí el concierto de Rolling Stones y se la pasaba saludando gente. Muchos lo reconocen”.
Dice que pese a que algunos
suponen que Beatles es algo sencillo de tocar, se equivocan.
“Muchas de sus canciones tienen una complejidad musical y
vocal muy alta. Eso lo tuve claro
desde que entré a El Amor, porque al grupo se le considera como
el mejor intérprete de Los Beatles,
no imitador, pues cada canción
tiene un toque de nosotros”.
Él habrá escuchado por primera vez del grupo inglés “She
loves you”, en tanto Luis no acaba de enumerar las piezas que
le agradan cuando ya advierte la
magia de aquellos músicos.
“Llegas a la presentación y la
gente te mira como diciendo ‘ah,
ahí van los músicos, pero cuando
tocas Beatles todo cambia: brincan
en sus asientos, cantan. Es como si
fuera una energía que transmitimos
y recibimos de la misma gente”.
De todo han vivido: desde conciertos de los que debían salir a toda prisa porque cientos de personas los perseguían vestidos ellos
de acuerdo a la portada de “Sgt.
Pepper’s Lonely Hearts”, en busca de fotos y autógrafos, hasta ponchaduras de llantas en carretera.
“Y cómo olvidar cuando conocí al único Beatle en mi vida: Ringo Starr, durante unas vacaciones
en Cozumel”, comenta Jorge entusiasmado. “Hablamos poco, porque traía mucha seguridad, pero
fue un momento inolvidable”.
Lo mismo cuando mataron a
Lennon, suceso triste, igual que la
partida de Harrison.
“Sentí mucho lo de Lennon, la
verdad”, agrega el baterista, “porque ellos fueron mi religión. Recuerdo que cuando lo asesinaron
me llamaban de todas partes para conocer qué pensaba”.
Homero los recuerda no sólo
interpretando canciones de su autoría como “Campo de 5 de Mayo”, “Tesoro de Tenochtitlán”,
“Escuadrón 201” y “Fusilamiento de Maximiliano”, enseguida
del festival de Avándaro, sino por
su compromiso con la música de
Los Beatles.
“Creyeron en lo que hacían
y le han sacado provecho. Pienso
que grupos así deben ser recordados permanentemente, no olvidarlos nunca”, afirma.
Beatriz Salinas, devota de El
Amor, confiesa tener los 12 discos
producidos por el grupo y haber
intentado estar presente en todos
sus conciertos.
“En un evento en el que tocaron en el Club de Leones conocí al que hoy es mi marido y por
ellos me apasionan The Beatles.
Nadie tiene mejor oído para interpretarlos que El Amor. Son parte
de mi vida”.
Hoy, el grupo se mantiene
ilusionado no sólo porque ha impuesto en el Café Nuevo Brasil tardeadas sabatinas que han logrado
reunir a sus seguidores, y que continuarán en cuanto pasen los partidos de la Liguilla, sino porque están en vísperas de concluir su disco 13, con canciones originales.
Jorge, líder natural y el último
de los originales, no visualiza en
fechas próximas el fin de la banda.
El Amor nunca muere, afirma.
“Créeme: por puro amor, El
Amor sigue en esto”, sentencia.