EL NUEVO RÉGIMEN SEMANARIO XJ.^^ SS1V£U£I.^T.^ Revuelta anduvo esta semana la política. Fatídicos rumores han preocupado asi á, la nación como á su gobierno. El asunto del Maine ha sido lo que principalmente nos ha puesto en alarma. Al decirse que los peritos norteamericanos distan de considerar fortuita la voladura, han creído muchas gentes que teníamos ya encima la guerra. No contribuyen poco ciertos periódicos á. que tal suceda. El temor ha ido cundiendo, sobre todo ayer en que, á pesar de ser día fescivo, acudieron los Ministros á Palacio y habló Woodford con el Ministro de Estado, y aun se dice que tuvo una conferencia con la Regente el embajador de Rusia. Anda atortelado el Gobierno, y estd aumenta el pánico. Como en otro lugar del periódico decimos, no creemos que sea aún de temer una guerra con los Estados Uuidos; lo que si oreemos es que los Estados U n i dos no tardarán en intervenir en la cuestión de í^uba. Todo lo indica, no sólo en aquella República, sino también en las naciones de Europa. En tendemos nosotros que ahora conviene más que nunca la previsión y la prudencia que, desgraciadamente, no se ha tenido cuando cabia resolver el problema, sin menoscabo del decoro de la Patria. Como es de suponer, anda apurado el Tesoro, máxime empeñándonos en comprar nuevos buques de guerra, cuando los que tenemos de nada hasta '•qui nos han servido. Según hemos leído en nuestros colegas , ha logrado del Banco de España el Ministro de Hacieuda un nuevo anticipo de 200 millones á cambio de nuevas delegaciones del Tesoro, ^on esta suma, segiin parece, no se prome'e el Ministro cubrir sino hasta la reunión de las Cortes los gastos de la guerra, fáciles de cubrir no pagando como no s j paga á nuestros infelices soldados. En abriéndose el Parlamento ya se sabe por dónde habrá de empezar sus tareas: por autorizar nuevas emisiones para atender á los gastos venideros. Veremos qué renta del Estado se podrá ahora empeñar para garantirlas cuando y a tenemos totalmente absorbida la de Aduanas por los intereses y la amortización de los últimos empréstitos. Serán cada día mayores los apuros, como no se punga prontofiná la guerra; y alfinllegará día en que, rompiéndose la cuerda entre el Tesoro y el Banco, v é n g a n l a s ^grandes catástrofes la de que sufraa descuento los billetes y no se pueda pagar el cupón de la Deuda. Y ¡hay todavía quien nos empuje á una guerra internacional, para la que no sabemos de dónde se puede ya sacar ni los soldados ni los recursos! Dioese ahora que se aprovechará la fiesta del Dos de Mayo para iniciar una suscripción nacional que permita hacer otro crucero con tan memorable feoha por nombre. En esas locuras pensamos cuando tan grandes son nuestros agobios, ein ver siquiera que se escoge para abrir la suacrición una fiesta que varias veces se ha intentado borrar del calen''ario, áfinde no recordar contra Francia antiguos agravios. t>ioese también si en vista de la critica situación por que pasamos, trata el Gobierno de ade*ntar la reunión de las Cortes. De pocos días po*'"ia adelantarla, ya que es mañana el día de las ^^ecciones, y hay que hacer los convenientes es ^otinios, y es más tardía aún que la de los 'pitados la elección de los Senadores. Para to*'• prontas y euórgicas medidas, oreemos, lo deci**8 con sinceridad, de poca ó de ninguna eficacia ^ Cortes, ya que aquí tardan en constituirse, pierden mucho tiempo en cuestiones abstractas, y hora Vendrán, como siempre, los representantes "^^l pueblo, sin criterio fijo y sin la preparación lUe aconsejaba lo grave de las circunstancias. Es muy de temer que buscando las Cortes en el Golerno, y el Gobierno en las Cortes, la resolución <*a los problemas pendientes, se pasen sesiones y Sesiones sin que nada se resuelva; pues de otrama'^era ya en este período electoral se habría djjado '^«r el pensamiento de las futuras Cámaras. Las ^lecciones es de presumir que adolezcan de los v i cios de que han adolecido todas: no hemos visto en *' Gobierno la menor idea de corregirlas. ÍJO doloroso es que tantos males se vienen a ñ a diendo al hambre sin que la ataje la rebaja de los derechos sobre los trigos, que ya en otro número Calificamos do insuficiente. Crece el hambre, y para •^ayor desdicha ocurren desastres, como el de las minas de Belmez, donde por una explosión del fueso grisú han perecido 53 mineros. Piden los que Hiedan aumento de jornal, y á la verdad, que si abajadores haj' dignos de que se les remunere y ^ les atienda, son los de las minas de hulla, donde n rrecuentemente ocurren esas terribles explosiones. ^ o ganamos verdaderamente para sustos. EL "MAINE,, Grande alarma ha producido la simple noticia haber atribuido los ingeniero i norteamerioas á u n hecho exterior la voladura del Maine. ParS, muchos os la precursora de una declaración de guerra. No lo entendemos así nosotros. Supongamos por un momento que la voladura haya sido, no fortuita, sino intencionada. ¿Cabe de esto concluir que la haya provocado ni la nación ni su Gobierno? ¿No puede haberla promovido cualquiera, bien por odio á los Estados Unidos, bien por el des JO de atraer á España nuevos conflictos y favorecer la causa de los insurrectos? Palta saber en qué ha consistido esa acción externa, qué agentes de destrucción se ha empleado para ejercerla. Sólo de la naturaleza de esos agentes •abe inferir si hubo de ser una nación, ó pudo ser una empresa, ó un solo individuo el autor del i n cendio. Nosotros estamos decididamente por que la voladura fué fortuita. Lo han afirmado nuestros peritos, y lo creemos. Valen éstos tanto como los de la América del Norte, y si entre unos y otros hay discordancia, lo más que se puede permitir ea la duda. La duda, ¿quién lá ha de resolver sino un tercero en discordia? Lo que aquí se impondría en todo caso seria el arbitraje, nunca la guerra. La guerra, podemos engañarnos, no es hoy por hoy probable. Ni puede quererla Esj'aña, ni creemos que la quieran los Estados Unidos. ¿Qué ventajas les traería? ¿Qué ganarían con vencernos? Lo que si tememos es, que como la guerra se prolongue, intervengan los Estados Unidos con las armas en la cuestión de Cuba. No son ya para sufridos por mucho más tiempo los perjuicios que la lucha por la independencia les ocasiona. Mayores son los nuestros; mas nosotros los sufrimos por empuñarnos en mantener bajo nuestro dominio una colonia que lleva medio siglo de conspiraciones y combates por sacudirlo. Peleamos por terquedad, y justo es que lo paguemos; los Estados Unidos ni pelean ni han peleado nun^ja por arrebatarnos la isla. Tendrán más ó menos simpatías por los insurrectos, desearán probablementearrojarnosdeCuba con elfinde ir realizando el ideal de uAmérica para los americanos»; pero como nación, nada hacen para que nuestros enemigos venzan. Sus perjuicios comerciales son verdaderamente de importancia. Los sufren en mayor ó menor escala otras naciones, y posible es que las ganen & sa causa el día en que se decidan á la intervención armada. Que esas naciones no estarán entonces con nosotros,. ¿oónu> dadarlo? Afinde ponerlas de nuest r a parte hay aquí qnien quisiera meternos en la alianza franco-rusa. Medio más eficaz de precipitarnos á la ruina, difícilmente cabria imaginarlo. Nos llevarla al aumento de fuerzas de mar y tierra, á la exageración de gastos inútiles, á la preponderancia del militarismo, tal vez á grandes y desastrosas guerras. Y, téngase en cuenta, no nos salvaría de la intervención en Cuba. Por nosotros, por una mera cuestión colonial, no querrían jamás ni Rusia ni Francia aventurar contra los Estados Unidos la suerte de sus armas. FEDERAL vos conflictos, deslindado las deudas entre la colonia y la metrópoli, asegurado por mucho tiempo las buenas relaciones comerciales entre España y Cuba. Se ha ido por lo contrario á tratar con los pacíficos, con aquellos hombres que, no aspirando sino á una limitada autonomía en la colonia, habían de aceptar con amor la que se les concediese; y nada se ha adelantado en el intento de acabar la guerra. Como que esos autonomistas, por lo tibios en defender la causa que en los combates se ventilaba, eran generalmente objeto del odio de los rebeldes. Aun después de haberse patentizado la ineficacia de la reforma ha persistido el Gobierno en su pri • mitiva conducta. Ha tenido á menos tratar con los insurrectos, cuando con ellos se trató el año 1878, y aquí el año 1839 batimos palmas al saber que había suscrito Espartero con Maroto, general de D. Carlos, la paz de Vergara. La intervención, ¡sí la ha anunciado veces la República de Washington! Como si no lo oyéramos. Lejos de activar la guerra, no parece sino que la hayamos suspendido. Los insurrectos hacen materialmente burla de nuestros generales. Ellos tienen el hecho de armas de Guisa; nosotros la gloriosa muerte de Aranguren. Para colmo de mal se sigu-j con los Estados Unidos una conducta contradictoria. Reconcentra Weyler á los campesinos y provoca una verdadera catástrofe: la muerte por hambre de millares de familias. Quieren acudir los Estados Unidos en socorro de los concentrados que aún viven, y se deja que lo hagan sin decirles, como se debía: mal que nosotros hemos producido, á nosotros y no á vosotros toca repararlo. ¿Con qué razón nos quejamos ahora de que sin intervención de nuestras autoridades quieran repartir los socorros? Aún es tiempo, aún es tiempo de enmendar nuestra conducta. Los insurrectos, que no quieren á los Estados Unidos como aquí se cree, verían con gusto que nos adelantáramos á sus propósitos, y tratarían con nosotros mejor que con elies. Desgraciadamente machacamos en hierro frío. LAS ELECCIONES Xia fusión repablioana ae qneja da qns loa federales no la apoyemos en las presentes elecciones. Se queja injustamente. No ha pretendido coalición alguna con nosotros. Ella, tan amiga de uniones permanentes, no ha querido hoy con nosotros una pasajera alianza. En Tarragona y en Valencia hasta se ha negado á incluir un federal en sus candidaturas. ¿A título de qué habríamos de apoyarla? Los federales que con ella están no son ya federales. Se han obligado á no defender ni mentar nuestros principios ínterin no caiga la monarquía; y soldado que abandoLo preguntamos ya en otro número: ¿cuándo ne el campo del combate no es sino un desertor del por salvar la colonia de una nación se han movido ejército. las demás naciones? Si ahora Rusia interviniera No después del triunfo de la república, sino anen la rebelión de la India, ¿qué nación se levanta- tes, necesitábamos de sus esfuerzos. En la oposición ría contra Rusia como no fuese la misma Inglate- es cuando más se debe propagar las ideas y no perrra? Los Estados Unidos, tendrían contra las n a - donar medio de difundirlas y realizarlas. Lo saben ciones de Europa un arma formidable: la interven- ellos tan bien como nosotros: son apóstatas vergonción que todas se han arrogado en cuestiones aje- zantes. nas, la que hoy mismo se está ejerciendo en Creta. No los queremos, no queremos contribuir á que No sueñe España, no sueñen sus hombres de sus candidaturas triunfen. Sería esto premiar la Estado. Estamos y estaremas solos en la cuestión apostasía, y no entra en nuestros principios. de Cuba, y lo que nos conviene es que sin demora En los graves conflictos por que la nación pasa, negociemos con los rebeldes sobre la base de la i n - ¿deque pueden servir además en las Cortos políticos dependencia. Si lo demoramos, además de correr incoloros como los fusionistas, tan vacilantes en grandes peligros, seguir sacrificando nuestra j u todas las cuestiones como los que nos gobiernan; ventud en ana guerra estéril y acelerar la ruina hombres que hablan aun de conservar cuando todo de nuestro Tesoro, viviremos sin cesar en la i n exige el radical cambio de instituciones y leyes; quietud y la zozobra en que hace tiempo vivimos, hombres que sueñan aún con una república como inquietud y zozobra que paralizan el desarrollo de la de Francia, escándalo de las repúblicas? nuestra industria. Por bien de la nación debemos El mundo marcha rápidamente: ideas que ayer desear que Cuba sea independiente. pasaron por radicallsimas, hoy van pareciendo, de puro atrasadas, conservadoras; y esos republicanos, en Vez de avanzar retroceden. ¿Qué confianza ni qué entusiasmo han de producirnos? Los que defienden incesantemente nuestro programa, estén ó no con nosotros, esos son nuestros Después de escrito el anterior articulo, leemos amigos; los que lo callan, aun cuando por un ¡resto que Mac-Kinley está resuelto á poner á la delibede pudor sigan llamándose federales, esos son ración del Senado la cuestión de Cuba para que denuestros enemigos, cien veces más enemigos que termine la conducta que haya de seguirse. Si esto los progresistas y los centralistas. es verdad, la intervención se avecina. ¿A quién po¿Es que nos habría de faltar la vergüenza? drá el Gobierno inculpar sino á sí mismo? Aconsejaba la política que, ya que se estaba dispuesto á transigir, se entablara negociaciones con los insurrectos, y se fuera de concesión en concesión hasta donde el decoro de la nación lo permitiera. ¿No bastaba la autonomía que Moret había conceDicen que el general Blanco pide otros 15.000 bido y formulado? Habría debido ampliársela, to mando por modelo la del Canadá, ó aceptando la hombres. ¡Quince mil hombres! ¿Cuándo se cansaque nosotros los federales defendemos. ¿No bastaba rán esos ilustres generales nuestros de pedir soltampoco? Se habria debido negociar tomando por dados? ¿Es que no saben pelear ni siquiera con 100 base la independencia, sobre todo si se estaba oon- contra 20? ¿Dénde están su táctica, au estrategia, vencido de que no oabia, sin gran detrimento de la su indomable valor, sus portentosas hazañas? ¡Si nación, prolongar la guerra. para que venzan habremos de mandarles todos los Re habria con esto evitado toda intervención, mozos que pueden manejar las armas! Ser . tal vez restituido la paz al Reino, cerrado la puerta á nue- mejor que nos traslademos allí todos los españoles, UROHMTE OTROS QUINC_yfllL HOMBRES y ocupemos materialmente la isla. Aun así, puede que les faltara gente. Mandará, por de contado, el Gobierno los 15.000 hombres si realmente se los piden. ¡Como no ha ds mandar coa ellos ni á sus hijos, ni á sus nietos, ni á sus hermanos ni á ninguno que disponga de 1.500 pesetas, sin que vayan con estrellas en las mangas ó entorchados en las boca-mangas! Los pobres diablos de los trabajadores, ¿qué importa que se los sacrifique en aras de la peste ó de la guerra? ¡Si van, si acuden como ovejas al llamamiento! Gritan, llorique£.n, se arrancan con dificultad de los brazos de sus madres y sus novias; pero parten, se dejan trasquilar, se despojan de sus raídos t r a jes por vestir el uniforme, se embarcan, toman en Cuba el camino del campo ó la manigua, y perecen, unos estruendosamente en el fragor de una batalla, otros silenciosa y tristemente en el hospital, y todos sin que nadie se conduela de su muerte, como no sean aquellos de cuyos brazos les costó a r r a n carse. ¿Por qué han muerto? Por nada; por un nombre tan sonoro como vacio, por la patria. Muertos, no hace de ellos la patria más caso ni conserva más recuerdo que de lo3 caballos en que tal vez iban montados y de las muías que tiraban de los armones y las piezas de artillería. Allí yacen en ignoradas fosas, donde no ha caído ni una flor ni una lágrimaSu muerte ha sido completamente estéril: habrá cuando más servido para que sus oficiales asciendan á jefes y sus jefes á generales. De ella no ha recibido lo que llamamos la patria el menor beneficio. En pie encontraron la insurrección , y en píe la dejan. En cambio, con su muerte han llamado esos i n felices al sacrificio nuevas víctimas. Hay que cubrir las bajas. ¡La patria! Nombre más funesto no se ha in ventado nunca. Ved allí en Cuba ejércitos contra ejércitos luchando todos por la patria. ¿Por la patria decimos? Por una misma patria. ¿No tienen acaso por su patria á Cuba lo mismo los leales que los rebeldes? Tal vaguedad tiene ese nombre aciago, que extendemos ya la patria, no sólo & territorios contiguos, sino también á territorios distantes de nosotros 1.000 y 2.0)0 leguas, separados por mares turbulentos. ¿Pueden llegar á más la ficción y la mentira? Preparaos, jóvenes todos, los que sois pobres y aptos para la guerra. Os llamarán pronto á que vayáis por la patria á luchar contra la patria. ¿Habéis oído de un dios de los aztecas que se decía sediento de sangre en cuanto los reyes sus adoradores colgaban de las paredes de sus palacios sus vence • doras armas? La patria es ese dios Ituitzilopoohtli; está casi siempre sedienta de sangre. ¿Cuando cesarán los holocaustos? Solamente cuando vosotros los pobres os levantéis airados y digáis á Gobiernos sin entrañas: u¡ea! basta de sangre; si 03 la pide vuestro dios, dadle la vuestra.» m m CUBA ¿Es aún España la nación caballerosa que tanto encarecemos? Con oro sobornamos á los rebeldes de Goeania; con oro intentamos hoy sobornar á los de Cuba. Se habla públicamente de que Blanco ha pedido al efecto millones de duros, y ha ofrecido 4 Máximo Gómez un vapor en que salir de la isla y cuantos recursos necesite para vivir con su familia en la nación que le plazca. Si esto es exacto, ¿cabe mayor vileza? Por la Habana toda ha circulado, según escriben, la contestación de Gómez: "Me impresionó tanto la proposición, dice el general insurrecto, que dudé por algunos instantes si era una realidad ó un sueño. Trece años llevo luchando por la independencia de Cuba, y hace más de treinta y nueve que acaricio ese ideal como el más grande de mi vida; ¿habré llegado á la edad que cuento para que vos, ni otro cualquiera, me creáis capaz de cubrirme de ignominia abandonando por una recompensa en oro á mis soldados? ¿Estáis en vuestro juicio, general Blanco? uNo estoy yo en situación que me obligue á buscar vapor en que salir de Cuba; lo necesitáis vos más que yo, y haríais bien en preparároslo. Yo represento una revolución, que después de tres años de guerra es más fuerte que nunca, y vos "una n a ción hoy más que nunca débil. Yo, sobre mi, no tengo presión exterior alguna; veo en mi porvenir no amenazas, sino esperanzas. Mientras la causa que vos detendéis no tiene más apoyo que la preocupación y la perfidia, la de Cuba halla simpatías en todos los amantes de la libertad y Injusticia.» Son aún más duros los términos en que se dice que Gómez se expresa. Por duros que sean, ¿no los merece acaso proposición tan atrevida y bochornosa? ¡Cómo! ¿Asi se ofende á un enemigo, que además de sus hechos en la pasada guerra, ha burlado en la iiresBute á nuoátr04 niojores generales, y llevó un día sus tropas del extremo Oriente al extremo EL NUEVO RÉGIMEN Occidente, pasando casi incólume entre nuestras columnas y fortalezas? A un enemigo que tanto vale y goza hoy de general renombre, se le hostiga y se le bate, no se le deshonra. ¿Por dónde ha de poder confundirse á un Máximo Gómez con un Aguinaldo ni con un Llanera? Está, en todo corazón hidalgo respetar al enemigo, y en todo enemigo leal á su bandera, no plegarla, sino vencedor ó vencido. Pueden amigo y enemigo entrar en transacciones, aoopiodáindolas á los trances de la guerra, nunca en mengua del personal decoro. El dinero, en estas como en otras muchas cuestiones, tanto envilece al que lo d i como al que lo recibe. Si de caballerosos queremos aún blasonar, preciso es que renunciemos k tan bajos raedios. Si ni con las armas ni con refo;:mas conseguimos desarmar á los rebeldes, ¿qué razón hay para que no negociemos la paz sobre otas bases? No hay nada que legitime ni por lo más remoto cohoneste que se siga imponiendo á la nación sacriñcios que se repute estériles. Imponerlos es 4 nuestros ojos un verdadero crimen. Hoy es aún hora de negociar; no la perdamos. LAS MANIFESTACIONES Orando es nuestra satisfacción al ver que en Madrid y en provincias se pide con empeño que se suprima las redenciones dal servicio militar k metálico y se revise el proceso de los anarquistas. Significa esto que hay aún en la nación el sentimiento de la igualdad y la justicia, cosa que habíamos empezado á poner en duda viendo lo abatidos que tetaban en todas partes los ánimos y lo general que era el silencio aun cuando se cometía loa mayores desafueros. De lo que ahora dudamos es del éxito de esas manifestaciones, con ser tan repetidas y numerosas. El Gobierno, en nuestra opinión, está, decidido i, no tomarlas en cuenta y dejar las cosas como están, á pesar de reconocer cuan injusto es el privilegio de las redenciones y cuan inhumano tener en presidio á hombres que ningún delit» cometieron. Nos lo hace dudar, por una parte, el ningún '"eparo que ha tenido en mandar á Uuba otros 15.Ü00 pobres, dejando en paz al que algo tiene, y la terquedad con que mantiene á la cabeza, de la policía de Barcelona á los que la opinión designa como los atormentadores de los presos de Moutjnich y, por lo tanto, como los que falsificaron las declaraciones en que descansan las sentencias de los consejos de guerra. ¿Se habla aqui ya de aquella anómala investigación judicial que se abrió sobre los tormentos? Se la abrió indudablemente, no con el fia de descubrirlos ni saber quiénes loa aplicaron, sino con el de hallar motivos para decir falsas y sin fundamento las denuncias. Se vio que se aducía y se proponía pruebas que los demostraban, y se dio de mano á las investigaciones. Como que el Gobierno las teme. ¿Ignora acaso las amenazas del jef J de los verdugos? Grandes revelaciones ha prometido hacer si se le prende ó se le procesa; y grandes entendemos nosotros que puede ha_ cerlas, que no hay quien de la cabeza nos quite que personas que ocupan ú ocuparon altos puestos le autorizaron á que sajara y cortara por dondo mejor le pareciera. El, hombre sin corazón y sin conciencia, con sangre de Arbuós en sus entrañas, fué gozando.en los sufrimientos de sus victimas, y llevó tal vez las torturas más aiU de lo que la autorización le permitía; pero que la tuvo, ¿cómo ponerlo en duda? Lo raro ea que tema esas rebelaciones el actual Gobierno, cuando de hacérselas, no en sus hom-. bres, sino en sus adversarios, habrían de recaer forzosamente. Acaso diga que las teme, porque recayendo en altas autoridades, no pueden menos de redundar en desdoro de España; mas ni una nación se mancilla por las infamias de los que un dí^ la rigieron, ni son el silencio y la impunidad medios de evitar el desdoro. Los tormentos de Montjuich, ¿en qué nación han dejado ya de ser públicos? De un extremo al otro de Europa y América son aún hoy objeto de los más acres comentarios. La única manera de salvar la honra do la nación, seria que el Gobierno se encargara en serio de hacer perseguir y castigar rudamente á los atormentadores. Yeiíase entonces que no eran ni la nación ni la monarquía los capaces de reavivar las hogueras del banto Oñoio, sino ciertos y determinados hombres á quienes España aborrece y odia. La supresión de las redenciones no hay tampoco grandes esperanzas de que se la coU'iiga. Dudamos hasta de que el Gobieruo la proponga á las Cortes; si la propone es casi seguro que no la dejará llegar á la aprobación definitiva. Hoy, ¿por qué puede llevar miles y miles de hombrea al matadero de Cuba? Porque no han de ir con ellos á arrostrar la muerta los que gozan de influjo en la marcha de los Gobiernos, y es fácil ahogar las protestas de los que nada valen ni nada significan. Por lo meaos, mientras dure la guerra subsistirán las redenciones. Subsistirán, á nuestro juicio, aun después, cumo los ciudadanos no empleen procedimientos más enérgicos. Manda la clase media, y declina en la baja la pesadumbre de las mayores cargas. CONTRA LA GUERRA Eu vista de los peligros que nos amenazan, periódicos insensatos empujan al Gobierno á la gue- rra. Los combatiremos sin tregua ni descanso. No podemos con un puñado de hombres en la isla de Cuba, ¿y habíamos ahora de medirnos con los cubanos y con una de las más poderosas naciones del miindu? Carecemos de recursos, vivimos recibiendo papel del Banco de España á cambio de delegaciones del Tesoro, bajan en todas partes nuestros valores, suben desmesuradamente los cambios, é indica todo que estamos al borde de la ruina, ¿y habríamos de provocar otra guerra? ¿De dónde hemos de sacar ya ni los soldados? ¿Es que las clases trabajadoras, de las que exclusivamente se los saca, no han de agotar un día la paciencia viendo cómo se las sangra y desangra, y acabar con los Gobiernos que se comprometan en otras luchas? Es ya de extrañar que no lo hayan hecho y no hayan concluido con sus inhumanos recogedores. De nuestra terquedad nace todo lo que ocurie y todo lo que nos amenaza. Contra un pueblo decidido á luchar hasta la muerte por su emancipación y no vencido ni aun por las mayores fuerzas que contra ól ha podido enviar España, la prolongación de la guerra no puede producir sino desastres. Poner fin á la lucha negociando sobre la base do la independencia, es lo que aconsejan de conseno el interés y el patriotismo. Yerran los que dicen que este pueblo es aún el pueblo batallador de los tiempos de Carlos V. Los hechos desmienten á esos ilusos de la peor especie. A la fuerza van hoy los españoles á la guerra. ¿Dónde están ahora los que voluntariamente y por sus instintos belicosos corren á alis tarse en las filas del ejiroito?En los tiempos de Carlos V, hombres que fueron eminentes en las letras y aun en la religión habían peleado, quién en África, quién en Alemania, quién en Italia. De simples soldados habían i Jo á la guerra. De simple soldado no va hoy nadie que algo valga Si alguno va, acosado va por el hambre y la desdicha. ¡Basta de guerra! La paz á todo trance. Dicen esos baladrones al Gobierno que una paz sobre la base de la independencia producirla aquí levantamientos. Hable el Gobierno, tenga el valor de decir francamente la situación del reino y demuestre lo perjudicial que nos es la guerra y la necesidad de que por la paz pongamos fin á nuestros males. ¿Es esta nación una nación de locos para que no se oiga á la razón y al buen sentido? No por las Cortes, sino por un plebiscito podría resolver pronto la dificultad y despejar una situación cada vez más tenebrosa. Falta al Gobierno valor: de aquí todos nuestros males. 1 sos que piden la guerra no son patriotas, sino los máa peligrosos enemigos de la patria. LAS ELECCIONES EN LAS COLONIAS Está visto que á nosotros los españoles nada ni nadie pueden sacarnos de nuestro modo de andar. Sabe aquí todo el mundo la intervención directa que se arroga el Gobierno en las elecciones. Que manden los conservadores, que manden los liberales, imponen los ministros sus candidatos á todos los distritos donde no está muy despierta la opinión y no hay en los electores grande energía. Aun en las grandes poblaciones, aun en Madrid, como se empeñen en vencer á sus adversarios, los vencen, si no en buena lid, á fuerza de fraudes y violencias. Esto aqui es cosa ya por demás sabida. Lo revelan claramente las discusiones de las actas, discusiones en cada una de las cuales salen á la superficie nuevos actos de perfidia y nuevos escándalos. No de otra manera se daría el de que todos los gobiernos viniesen alcanzando abrumadoras mayorías, y ninguno saliese derrotado en los comicios. Ha acontecido esto ahora, no sólo en la Península, sino también en las colonias que tienen representación en Cortes. En gsas colonias cualquiera habría dicho que después de habérseles concedido la autonomía, no era ni de presumir que el Gobierno tratase de ejercer en las elecciones la presión que antes. La continúa ejerciendo y llevando allí los candidatos á que aqui no puede dar un distrito. Entre los candidatos de las Antillas figuran hoy más peninsulares que nunca, y entre ellos personas que ni lo hablan sido nunca, ni se han distinguido en las cuestiones ultramarinas. Públicamente se dice hoy en los periódicos: se ha llevado á Cuba á Fulano, porque tenía aquí comprometida su candidatura; á Zutano porque no puede ó no quiere sufragar los gastos que aquí las elecciones cuestan; á Mengano por que no tiene aún distrito que le proclame. Presentábase Perengano en tal punto, pero se le ha encontrado o»bida en la candidadura senatorial de Cuba ó Puerto Rico. ¿Cabe más desastrosa política? Lo que hizo Weyler en las pasadas elecciones, eso está haciendo hoy Blanco. Reparte entre los amigos y los paniaguados del Gobierno los distritos, principalmente los ocupados por los insurrectos, de quienes sabe que no han de protestar las actas. ¡Qué ejemplo tan edificante para los rebeldes! "Ahí tenéis dirán, lo que es la autonomía otorgada por vuestra generosa metrópoli. No ha esperado el Gobierno C é n t r a l a que nosotros depongámoslos fusiles para demostrarnos que la autonomía no le habrá de impedir nunca continuar en el ejercicio de BUS malas artes. Si esto hace ahora, ¿qué no baria si se viera ya libre de nuestras armas? ¿No 08 lo declames? Este ministerio insular no es sino una pantalla con que se intenta decorar los inveterados abusos de los gobernadores, Meras.figuras de paramento son esos que se llama hoy secretarios del despacho, como antes se llamaba en Castilla á los ministr03.il Imposible nos parece á nosotros esta conducta; tan contraria es á la que las circunstancias y nuestros intereses aconsejan. No, no hay esperanza de que nos corrijamos. Es mal antiguo. POR LA PAZ La imprevisión por bandera, el despilfarro por hábito y la inmoralidad por régimen, arrastran la nación á la catástrofe. Ya no hay dinero para España en los mercados del mundo. La subida de los cambios amenaza expulsar la plata en pos del oro. La deuda ha bajado 10 enteros, 20 las acciones del Banco de España, solidario de la Hacienda pública, 30 los de la Sociedad arrendataria del tabaco, nuestra renta más saneada. La tendencia á bajar persiste. Claramente demuestran estos hechos el fracaso de la política de la regencia en el interior y en el exterior; sobre t o l o , en la gravísima y palpitante cuestión de Cuba. Errores diplomitioos, torpezas inconcebibles, falta de tacto, han creado una situación de tal t i rantez con el Gabinete de Washington, que el espectro do la guerra se muestra amenazador. Hay quien presenta como obra hacedera y facilísima la victoria contra la gran República, sin recordar que no sostuvimos el empuje de las kabilas del Rif, ni por la fuerza domamos la insurrección filipina, ni hemos podido terminar la de Cuba. No manda el patriotismo espolear las pasiones inferiores que empujan á la guerra, ni ayudar los bastardos intereses que la provocan , sino que, por el contrario, impone el empleo de la razón serena para resolver el tremendo conflicto. Si la guerra fuera exoepcionalmente útil, la prudencia aconsejaría dilatarla hasta que estuviésemos debidamente preparados. No es, por fortuna, precisa ni conveniente la guerra á uno ni otro pueblo; lo indispensable y urgente es evitarla y hacer la paz con los cubanos armados. Arrecia la tempestad y falta aqui un piloto que en medio de la deshecha borrasca lleve la nave por entre los escollos á seguro puerto. Son inútiles para empresa tan ardua las vulgares artes de la audacia y de la intriga, se necesitan cualidades superiores, gran reputación, influencia y autoridad en los pueblos y en los Gobiernos de América, y una orientación fija en el pensamiento, que no se improvisan las ideas en las horas decisivas de la historia. Aiin no se ha repuesto del desastre de 1870 la culta y poderosa Francia con no haber visto descender su deuda ni aun después de la capitulación de París, como liemos visto ahora descender la nuestra. De ahí podemos colegir lo que sucedería si fuésemos vencidos. Si el patriotismo, siempre en los labios, está en el corazón, no cabe dudar. Mañana será tarde. Hay que asegurar prontamente la paz, y con la paz el honor de la Patria. No la pueden lograr los liberales ni los conservadores, únicos partidos de la monarquía restaurada; se impone un nuevo régimen. Los que son obstáculo para tan patriótica empresa tienen que cumplir el deber sagrado de abandonar esta nación triste y agotada, que no pueden salvar, dan do con esta conducta respetuoso homenaje de la justicia. quejarse de que los federales no los apoyan? Pirm an el manifiesto : Juan J. Soriano Pradas.—Juan Feliú.—Jaime Miralles.—-Salvador Bort.—Vicente Albors.—Diego Arlandis.—Vicente Rosell.—Gaspar Cardona.— Rafael Peiró.—Vicente Camps.—José Saura.— Ignacio Belert.—Matías Romero.—Ignacio Pérez Grajales.—Francisco ColL—Juan Bautista Coscollá.—Pascual Nogués Asensi.—Vicente Zaragoza. Vicente Tomás.—Matías Galomarde.—José García. Felipe Brú.—José Palomares.—Vicente Ramón.— Manuel Barbera.—Luis Sanfólix.—Gregorio Sirera.—José Domenech.—Feliciano Fernández.—Fé • lix Blasques.—Juan Bautista Ferrer. — Miguel Crespo.—Manuel Caries.—Vicente Cabrera.—Tomás Garda.— Delfín Llurba.—Manuel David.— Joaquín Barbera.—Roque Asencio.—Bartolomé Montañés.—Federico Royo. El día 19 se reunió en la ciudad de Figueras la Asamblea federal de la región catalana. En ella estuvieron representadas todas las comarcas. Abrió la sesión D. Juan María Bofill, presidente del Comité regional. En una sola sesión, eu la primera, se constituyó la mesa provisional y la definitiva, se aprobó un reglamento, se leyeron varias cartas y telegramas, y se pronunciaron calurosos discursos. Para la mesa definitiva presentó el Sr. Bofill, y fué unánimemente aprobada, la candidatura siguiente: D. Emilio Monturiol, presidente; Don J. Lluhi Rissech y D. Camilo Castells, vicepresidentes, y D. Alfonso Fabregat, D. J u a n B. Noet, D. Amadeo Hurtado y D. Carlos Ventura, secre tarios. Reinó grande entusiasmo, así en aquella sesión como en las sucesivas. Desconocemos aún las reso luciónos. El Sr. Pl y Margall recibió el primer día el siguiente telegrama: uConstitulda la Asamblea federal catalana con la mayor armonía y grande entusiasmo, saluda afectuosamente al ilustre maestro presidente.—E. Monturiol.n El tercer día recibió el Sr. Pí otro telegrama concebido en los siguientes términos: "Al terminar sus tareas, la Asamblea acuerda por unanimidad deciros: " 1 . " que os reitera la adhesión sincera y os renueva el saludo que al empezar sus sesiones os dirigieron; 2.°, que los representantes todos estiman ya restablecida la unidad del partido federal por lo que á Cataluña se refiere.—Monturiol.» Inútil sería decir cuan satisfactoria nos ha sido esta noticia. A la Asamblea de que en el suelto anterior se trata han dirigido los federales de Reus la siguiente comunicación: A la Asamblea federal de Figueras. "Los federales que al pie firman, habitantes todos en la ciudad de Reus, animados por el amor profundo que á los principios federalistas profesan, tienen el honor de dirigirse á sse cuerpo representativo para hacer constar lo siguiente: Que han visto con viva satisfacción que la democracia federal catalana haya convocado esa Asamblea con la finalidad de establecer una sólida cohesión entre todas las fuerzas con que cuenta nuestro partido en Cataluña; Que les ha causado gratísima impresión saber que los dos Comités locales de la capital catalaníi bien impuestos de la imperiosa necesidad de restablecer la integridad del partido federal, que nunca debiera haberse quebrantado, hayan llegado á un acuerdo para elegir en comunidad los reprofentan tes para esa Asamblea, presentándose de oste modo JERÓNIMO PALMA, unido en ella el partido federal de Barcelona; Que no menos gratisimamente han celebrado la noticia de que los dos indicados Comités, verificada que esté esa Asamblea, llamarán al partido para hacer la renuncia de sus cargos, efectuar la refundición de las dos agrupaciones federales de BarcePor la circunscripción de Zaragoza—Borja, han lona y nombrar, en consecuencia, un solo Comité proclamado los federales candidato á D. Serafín municipal. Asensio. En el manifiesto que con este motivo ha Que no vacilan en creer que el mismo espíripublicado el Comité de Zaragoza, se leen los situ noble que ha inspirado la conducta de los dos guientes párrafos. Comités de Barcelona informará todos los acuerdos «No aspiran los federales á un inposible triunfo, que tomará esa importante Asamblea, á fin de que, teniendo enfrente los elementos de que dispone el ' en su mismo seno, pueia quedar consagrada la Gobierno, y tomando en cuenta la posibilidad de que se explote la miseria, dada la angustiosa si- unión del partido federal catalán. Dividido y minado por luchas personalistas, tuación que atraviesan las clases populares. téngase bien en cuenta, el partido federal no in"Mas si los electores quisieran demostrar su independencia y mantener la pureza del sufragio vo- fluiría, como debiera, en los acontecimientos de que tando la candidatura que presentamos, bueno es que España ha de ser indudablemente teatro en breve sepan que en las Cortes había de abogar el señor plazo; unido y disciplinado nuestro partido, consAsensio por la pronta terminación de la guerra de tituirá una gran fuerza y será en ^1 día de mañana Cuba, y por el servicio militar obligatorio con la una realidad hermosa en bien de la libertad y de abolioióu de las redenciones, si aquélla, desgracia- la patria. Recibid, ciudadanos representantes, la expredamente, hubiese de continuar. "Para Filipinas había de procurar, que evitando sión de nuestra simpatía y de nuestro respeto. Reus 17 de Marzo de 1898.—J. Meroadé y Marnuevas calamidades, se hiciese desde luego extensití.—Antonio Borrell.—Arturo Rovira.—Mateo Tova al Archipiélago la Constitución de la Península rrebadell Llorens.—Emilio Rivas.—José Ortoney tuviesen representación en Cortes. "También pondría el mayer interés en que se da.—GregorioSabaté.—Pablo Girones.—Juan Merhiciese perfecta luz sobre las denuncias del crimen oadé.—M. Solé.—E. Fábregas.—Orsini Vidal. — de la calle de Cambios Nuevos ds Barcelona, para G. Bartulí Roca.—Juan Vilalta.—Andrés Rovira. que se castigase á los autores y ejecutores de los tormentos, si se comprobase su certeza, y, en cuanAnoche recibimos de Barcelona el siguiente teto hubiese lugar, se revisase el proceso," legrama: u E n meeting concurridísimo, el pueblo Los federales de Valencia han publicado un ma- aprobó y aclamó la condinatura revisionista. Triunnifiosfo electoral recomendando calurosamente la fo seguro.—Mas^ó.ii NÜESTROJARTIDO candidatura del Sr. Pí. Al pie han hecho constar que propusieron la inclusión del Sr. P í e n la candidatura de los demás republicanos, y se rechazó la proposición. Nos ha parecido muy bien que se haya consignado este hecho, ¿Podrán esos republicanos Ayer recibimos también un manifiesto electoral de los federales de Cartagena que proponen como candidatos al Sr. Pí y á D. Jerónimo Palma. El Sr. Palma luchará ademas en Montilla. EL NUEVO RÉGIMEN Galería de escritores célebres. GA.RGI ORDOSTEZ DE MONTALVO Se sabe que escribió á fines del siglo XV y á principios del XVI. Añádese que fué soldado y regidor de Medina del Campo. Se hizo célebre refundiendo y continuando la historia caballeresca de Amadís de Gaula, atribuida por la mayor parte de los críticos al portugués Vasco de Lobeira, hidalgo, natural de Oporto, que vivió en el siglo XIV y fué armado caballero por Don Juan I de Portugal poco antes de la famosa batallada Aljabarrota. Tuvo Cervantes el Amadís de Gaula por el mejor de los libros de caballería que tan acertadamente combatió y ridiculizó en su Don Quijote; y el autor de el Diálogo de las lenguas, lo presentó como espejo de la Gramática española y modelo del bien decir. Reproducimos aquí uno de los capítulos de este libro, tanto por lo bien escrito, como porque el lector forme idea de lo que eran aquellos libros, hoy completamente olvidados, como no sea de la gente docta. AMADÍS DE GAULA LIBRO I . — C A P Í T U L O XVI Agráges, vuelto de la guerra de Gaula al tiempo que Amadís habiendo en batalla muerto, el Rey Abies de Irlanda, é haberse conocido con sa padre é madre, como se os ha contado; teniendo aparejado para en Nuruega pasar, donde su señora Olinda era, fué un día á correr monte, é seyendo en la r i vera de la mar encima de una peña, súpitamente Un granizo con grandísimo viento sobrevino, de lúe la mar en desigualada manera embravecer hizo; por lo cual una nao revuelta muchas veces con la fuerza de las ondas en peligro de ser anegada vio. •^ gran piedad él movido, la noche viniendo, grandes fuegos fizo encender, porque la señal dellos Cansa de la salvación de la gente de la nao fueseatendiendo él allí la fin que de aquel peligro redundase. Finalmente, la fuerza de los vientos, la sabiduría de Iss mareantes, ó sobre todo, la misericordia del verdadero Señor, aquella fusta que machas veces por perdida se tuvo, al puerto, siendo salva, ficieron arribar, de donde sacadas unas doncellas con gran turbación del presente peligro ^ Agrájes, que encima de las peñas estaba dando Vices á sus monteros que con gran diligencia los ayudasen, fueron entregadas; el cual las envió á Unas caserías cerca, donde su albergue tenia. Pues salida la gente de la nao, é aposentados en aquellas casas, después de haber cenado al derredor de loa grandes fuegos que Agrájes les mandara facer, muy fieramente dormian. En este medio tiempo aposentadas las doncellas por su mando eu la sn misma cámara, porque mas honra é servicio reoibiejen, aun por él no eran vistas; mas seyendo 3 a la gente asosegada, como caballero mancebo, deseoso de ver mujeres, mas para las servir ó honíar que para facer au corazón sujeto en otra parte que ante estaba, quiso por entre las puertas de U cámara ver lo que facían; é viéndolas seer á derredor de un fuego fablando con mucho placer en el remedio del peligro pasado, conoció entre ellas á aquella fermosa infanta Olinda, su se «ora, fija del rey de Nuruega, por quien él, asi 6u el reino de su padre como en el suyo della, y en otras partes, muchas cosas en armas había fecho; aquella que su corazón, seyendo libre, oon tanta tuerza cativado é sojuzgado tenia, que atormentado de grandes congojas é cuidados, machas de sus iierzas quebradas eran, atrayendo á sus ojos infinitas lágrimas. Pues alterado con tal vista, oouíriéndole en la memoria en el gran peligro que la '•era, é la parte donde sin él la veía, como fuera *'Sentido, dijo: «¡Ay santa María! vaime, que esta ** la señora de mi corazón.n Lo cual por ella oido, ^^ sospechando lo que era, á una su doncella man • "" Saber qué fuese aquello. Esta pnes, abriendo la Pieria, allí á Agrájes como trasportado vio estar; ®' ODal faciéndosele conocer, y ella diciéndolo á su Señora, no menos alegre se faciendo que él estaba, 9 toando allí entrar; donde, después de muchos ac08 amorosos entre ellos pasados, dando fia á sus Standes deseos, aquella noche oon gran placer ó gran gozo de sus ánimos pasaron, y estuvo allí aquella compaña en mucho descanso seis días, en *nto que la mar amansada fuese; ó todos ellos tuvo •*8ráj6s con su señora, sin que persona de los unos ''i otros lo sintiesen, sino sus doncellas. Pues entonces supo él cómo Olinda pasaba á la Gran Bret*fta por vivir en la casa del rey Lisuarte con la íeiüa Brisena, donde au padre la enviaba, y él le '''Jo (ómo estaba aparejado para pasar en Nuruega, donde ella era; é que pues Dios le habia dado tal "•oba, que su viaje se volverla donde el suyo era Por la servir, é ver á su cohermano Amadís, que él ^ " ' Pensaba fallar. Olinda gelo agradeció mucho, é ^ rogó é mandó que asi lo fioiese. Esto concertado en cabo de aquellos seis días, ''yendo 1» mar en tanta bonanza que sin ningún pegro por ella navegar podrían,aoogóronse todosá la ^*r, despidiéndose de Agrájes, fueron su vía, ésin entrévalo alguno que estorbo les diese, llegaron , '*Gran Bretaña, donde de l á m a r salidos, ó á la " a de Vi.-.dilisora llegados, donde el rey Lisuarte ''*( asi del, como de la Beiua é de su hija, é de to*s las otras dueñas é doncellas, Oiinda muy bien esoebida fué, considerando ser de tan alto lugar é obrada fermosura. Agrájes, que en la ribera del ^*r quedara mirando aquella nao en que aquella ^'^touy amada señora iba, cuando la hubo perdido '^^ vista tornóse á Briántes, aquella villa donde el rey Languínes, su padre, era; é fallando allí á Don Galvánes Sin-tierra, su tio, habló que seria bueno irse á la corte del rey Lisuarte, donde tantos caballeros buonos vivían, por [ue allí mas que en otra parte honra ó fama podrían ganar, lo cual se perdía todo en aquella tierra, donda no podían ejercitar sus corazones sino con gentes de poco prez de armas. Don Galvánes, que buen caballero era, deseoso de ganar honra, no le empidiendo ningiin señorío que de gobernar hobiese, porque él no poseia sino solamente un castillo, tomó por bien de facer aquel camino que Agrájes, su sobrino, le dijera; é despedidos del rey Languínes, entrando en la mar, solamente consigo llevando sus armas é caballos é sendos escuderos, el tiempo enderezado que facía los arribó en en poco espacio de tiempo en la Gran Bretaña en una villaque habia nombre Brístoya, é de allí partiendo, é caminando por una floresta, á la salida della encontraron una doncella, la cual les preguntó si sabían que aquel camino no fuese á la peña de Galtáres.—No, dijeron ellos; mas ¿por qué lo preguntáis? dijo Agrájes.—Por saber, dijo ella, si fallaré ahí un buen caballero que me porná remedio á una gran cuita que comigo traigo.— Errada is,dijo Agrájes; que en esa peña que vos de cisno fallaréis otro caballero sino aquel bravo gigante Albadan, que si vos c\nta lleváis, según sus malas obras, él la doblará. Si vos supiésedes lo que yo, no lo teníades, dijo ella, por yerro; que el caballero que yo demando se combatió con ese gigante, ó lo mató en batalla de uno por otro.—Cierto, doncella, dijo Galvánes, maravillas nos decís; que ningún caballero con ningún gigante se tomase, ende mas con aquel, que es el mas bravo y esquivo que hay en todas las ínsulas del mar; sí no fué el rey Abies de Irlanda, que se combatió con uno, él armado y el gigante desarmado, é lo mató, é aun asi lo tuvieron á la mayor locura del mundo.—Señores, dijo la doncella, mas á guisa de buen caballero lo fizo este otro que yo digo, n Entonces les contó cómo fuera la batalla, é ellos fueron maravillados; é Agrájes preguntó á la doncella si sabia el nombre del caballero que tal esfuerzo acometiera.—Sé, dijo ella.—Pues ruógovos mucho, dijo Agrájes, por cortesía, que nos lo digáis.—Dígovos, dijo ella, que ha nombre de Don Galaor, y es fijo del rey de Gaula." Agrájes se estremeció todo é dijo: "¡Ay doncella! cómo me decís las nuevas del mundo que mas alegre me hacen, es saber de aquel cohermano que mas por muerto que por vivo tenia." Entonces contó á Don Galvánes lo que sabia de Galaor; cómo lo tomara el gigante, é que hasta allí no supiera del ningunas nuevas. «Cierto, dijo Galvánes, la vida dól é de su hermano Amadís no ha seido sino maravilla, y el comienzo de sus armas tanto, que dudo si en el mundo otros que á ellos iguales fuesen se podrían fallar.n Agrájes dijo á la doncella; "Amiga, ^,qué queréis vos á ese caballero que buscáis?—Señor, dijo ella, querría que acorriese á una doncella que por él es presa, á fizóla prender un enano traidor, la mas falsa criatura que hay en todo el mundo." Entonces les contó todo cuanto á Galaor con el Enano le avino, asi comees ya contado; pero de lo de Aldeva, su amiga, no les dijo nada; "é, señores, porque la doncella no quiere otorgar con lo que el Enano dice, el duque de Bristoya jura que la hará quemar de aquí á diez días, y esto es gran cuita de las otras dueñas, si la doncella, con miedo de la muerte, quiera condenar alguna dellas, diciendo que llevó á Galaor allí á aquella fin; y de los diez dias son pasados los cuatro.—Pues que así es, dijo Agrájes, no paséis mas adelante; que nos haremos lo que Galaor baria, si no fuere en fuerza, será en voluntad; ó agora nos guiad en el nombre de Dios.» La doncella tornó por el camino que habia venido, y ellos, la seguían, y llegaron á la casa del Duque el día antes que la doncella habían de quemar, á la sazón que el Duque se asentaba á comer; y descendiendo de los caballos, entraron así armados donde él estaba. El Duque los saludó, y elios á él, é dijoles que comiesen. «Señor, dijeron ellos, antes vos diremos U razón de nuestra venida." E Don Galvánes le dijo: nDuque, vos tenéis una doncella presa por palabras falsas ó malas que vos dijo un enano; mucho vos rogamos la mandéis soltar, pues no os tiene culpa; é si sobre esto fuere menester batalla, nos lo defenderemos á otros dos caballeros que la recuesta tomar querrán.—Mucho habéis dicho," dijo el Duque; é mandó llamar al Enano é dijüle: "¿Qué dices á esto que estos caballeros dicen, que me heciste prender la doncella con falsedad, é que lo pornán en batalla? Dígote que conviene que hayas quien te defienda.—Señar, dijo el Enano, yo habré quien fagí verdad cuanto yo dije.n Entonces llamó á un caballero, su sobrino, que era fuerte y membrudo, que no parecía haber deudo con él, é díjole: «Sobrino, conviene que mantengas mi razón contra estos caballeros.ji El sobrino dijo: "Caballeros, ¿qué decís vos contra este leal enano, que tomó gran deshonra del caballero que la donce'la aquí trajo? Por ventura sois vos, y probaros-y-e que él fizo tuerto al Enano, y que la falsa doncella debe morir porque lo metió en la cámara del Duque.» Agrájes, que mas se aquejaba, dijo: «Cierto, de nos no es ninguno aquel, aunque le querríamos paresoer en sus hechos, ni él no hobo tuerto, é yo vos lo combatiré luego; é la doncella digo que no debe morir, y que el Enano fué contra ellos desleal.—Pues luego sea la batalla,» dijo el sobrino del Enano; ó pidiendo sus armas, se armó é cabalgó en un buen caballo, é dijo contra Agrájes: uCaballero, agora Dios mandase que fuésedes vosel que aquí trajo la doncella, que yo le haría comprar su desmesura.—Cierto, dijo Adrájes, él se ternia en poco de se combatir con tales dos como vos sobre cualquier razón, cuanto mas sobre esta, en que derecho manternia." El Duque dejó do comer é fuese con ellos, y metiólos eu un campo, donde ya algunas otras pruebas fueron allí lidiadas, é dijoles: "La doncella que yo tengo presa no pongo en razón de vuestra batalla, pues que á ella no atañe el tuerto que el Enano resoibió.—Señor, dijo Agrájes, vos lo prendistes por lo que el Enano d i o : é yo diho que vos dijo falsedad; é sí yo este caballero venciere, que mantiene su razón, dárnosla heiscon derecho.—Ya os dije lo mío, dijo el Duque, é no haré mas.» E saliéndose de entre ellos, se fueron á acometer á gran correr de los caballos,- é firiéronse bravamente de las lanzas, que luego fueron quebradas, é juntados de los cuerpos de los caballos y de los escudos, é cayeron ellos á sendas partes, y cada uno pusieron mano á sus espadas é acometiéronse á pié, dándose tan grandes é duros golpes, que todos los que miraban eran maravillados. Las espadas eran cortadoras é los caballeros de gran fuerza, y en poca de hora fueron sus armas de tal guisa paradas, que no había en ellas mucha defensa; los escudos eran cortados por mechas partes, é los yelmos abollados. Galvánes, que vio andar á su sobrino esforzado é ligero é mas cometedor que el otro, fué muy alegre, é si ante lo apreciaba, agora mucho más; é Agrájes tenía tal maña, que aunque al comienzo muy vivo se mostrase, por donde parecía ser muy presto cansado, manteníase en tal forma en su fuerza, que mucho mas ligero y cometedor se mostraba al cabo; así que, en algunas partes fué al principio en tan poco tenido, que al fin hobo la vítoria de la batalla; pues así lo catando Galvánes vio cómo el sobrino del Enano se tiró afuera é dijo contra Agrájes: "Asaz nos combatimos, é paréoeme que no es culpado el caballero por quien vos combatís ni mi tio el Enano; que de otra guisa la batalla no durara tanto: ó si quisiéredes, pártase dando por leal al caballero é al Enano.— Cierto, dijo Agrájes, el caballero es leal y el Enano falso ó malo, é no vos dejaré fasta que vuestra boca lo diga, é punad de vos defender.n El caballero mostró su poder, mas poca pro le tuvo, que era ya llegado mucho, é Agrájes lo feria de grandes golpes é & menudo, y el caballero no entendía en al sino en se cobrir de su escudo. Guando el Duque así lo vio en aventura de muerte hobo gran pesar que lo mucho amaba, é fuese yendo contra su castillo por lo no ver matar, en dijo: «Agora juro que no taré á caballero andante sino todo escarnio.— Loca guerra cometistes, dijo Galvánes, en vos tomar con los caballeros andantes, que quieren emendar los tuertos." A esta sazón vino á caer á los pies de Agrájes el caballero, y él le tiró el yelmo é diole grandes golpes de la manzana de la espada fen el rostro, ó dijo, «Conviene que digáis que el Enano fizo tuerto al caballero.—¡Ay buen caballero! dijo el otro, no me matéis, é yo digo del caballero por que vos oombatistes que es bueno y leal; ó promótovos de hacer quitar la doncella de prisión, mas por Dios, no queráis que diga del Enano, que es mi tio y me crió, que es falso." Esto oian todos los que al derredor miraban. Agrájes hobo duelo del caballero é dijo: «Por el Enano no faria yo nada; mas por vos, que os tengo por buen caballero, faré tanto, que os daré por quito, quitando á la doncella de la prisión á vuestro poder.n El caballero lo otorgó. El Duque, que nada desto oia, iba ya cerca del castillo, é tomólo á Galvánes por el freno, é mostróle al sobrino del Enano á los pies de Agrájes, é dijo: «Aquel muerto es ó vencido; ¿qué nos deois de la doncella?—Caballero, dijo el Duque, mas sois que loco sí pensáis que yo f.iga de la doncella sino lo que tengo acordado é jurado—Y ¿qué jurastes vos? dijo Galvánes.—Que la quemaría mañana, dijo el Duque, si me no dijese á qué metiese al caballero en mi palacio.—¡Cómo! dijo Galvánes, ¿no nos la daréis?—No, dijo el Duque, ni os detengáis mas en este lugar; si no, yo mandaré en ello al facer." Entonces se llegaron muchos de su compaña, é Gálvanes tiró la mano del freno ó dijo: «Vos nos amenazáis é no quitados la doncella, que es derecho, yo os desafio por ende por mí é por tolos los caballeros andantes que me ayudar quisieren. — E yo desafio á vos é á todos ellos, dijo el Duque, y en mal punto andarán por mi tierra." Don Galvánes se tornó donde ¡agrájes estaba, é dijo lo que con el Duque pasara, é cómo eran sus desafiados, de que fué muy sañudo, é dijo: «Tal hombre como este, en que derecho no se puede alcanzar, no debria ser señor de tierra.» E cabalgando en su caballo, dijo contra el sobrino del Enano: «MiémbreseOs l o q u e me prometistes en lo de la doncella, é complidlo luego á vuestro poder.—Yo faro todo lo que en mí es,» dijo él. Esto era ya cerca de vísperas, que á tal ora se partió la batalla, é luego se partieron de allí y entraron ea una floresta que llamaban Arunda, dijo Galvánes: «Sobrino, nos hemos desafiado al Duque, aguardemos aquí y prenderlo hemos, é alguno otro de que pasare.—Bien es," dijo Agrájes. Entonces se desviaron de la carrera, y metiéronso en una mata espesa, é allí descendieron de los caballos, y enviaron los escuderos á la villa, que les trajesen lo que habían menester. Asi albergaran aquella noche. El Duque fué muy sañudo contra la doncella mas que antes, ó fizóla venir ante sí é dijole que curase de su alma, que otro día sería quemada sí luego no le dijese la verdad del caballero; pero ella no quiso decir nada. El sobrino del Enano hincó loa hinojos ante el Duque, é dijole la promesa que hiciera, rogándole por Dios que la doncella le diese; mas esto fuera excusado, que antes perdiera todo su estado que quebrar lo que jurara; al caballero pesó mucho, porque quisiera quitar su home- a naje. Pues otro día de mañana mandó el Daqae traer ante sí la doncella é dijo. «O escoged en el fuego, ó en decir lo que os pregunto; que de una destas no podéis escapar.» Ella dijo: «Faréis vuestra voluntad, mas no razón,» Entonces la mandó el Duque tomar á doce hombres armados, é dos caballeros armados con ellos, y él cabalgó en un gran caballo, solamente un bastón en la mano, é fuese con ellos á quemar la doncella á la orilla de la floresta. E allí llegados, dijo el Duque: «Ahora le poned fuego, é muera con su porfía." Esto todo vieron muy bien don Galvánes é su sobrino que estaban en reguarda, no de aquello, mas do otra cualquiera cosa en que al Duque enojar pudiesen; et como armados estaban, cabalgaron presto, é mandaron á un escudero que no entendiese sino en tomar la doncella ó la poner en salvo; é partiendo para allá, vieron ol huego, ó cómo querían ya la doncella echar; mas ella hobo tan gran miedo, que dijo: «Señor, yo diré la verdad." Y el Duque que se allegaba por la oír. Vio cómo venian por el campo don Galvánes é Agrájes, y decían á grandes voces: «Dejaros conviene la doncella," Los dos caballeros salieron á ellos, é encontráronse con sus lanzas muy bravamente; pero los caballeros del Duque fueron ambos á tierra, y el que Galvánes derribó no hobo menester maestro. El Duque metió su compaña entre si y ellos, é Galvánes le dijo: «Agora verás la guerra que tomaste." Y dejáronse á él ir; y el Duque dijo á sus hombres:«Matadles los caballos, ó no se podrán ir.n Mas los caballeros se metieron entre ellos tan bravamente, hiriendo á todas partes con sus espadas é tropellándolos con los caballos; asi que, los esparcieron por el campo, los unos muertos é los otros tollidos, é los que quedaban huyeron á mas andar. Cuando esto vio el Duque, no fué seguro, é comenzóse de ir contra la villa cuanto mas pudo, é Galvánes fué tras él una pieza diciendo: «Estad, señor Duque, ó veréis con quién tomastes homecillo.n Mas él no hacia sino huir é llamar á grandes voces que le acorriesen; é tornándose Galvánes é su sobrino, hallaron que el escudero tenia la doncella en su palafrén, y él en un caballo de los caballeros mueatos, é fuéronse con ella hacía la floresta. El Duque se armó con toda su compaña, é llegando á la floresta, no vido los caballeros, é partiólos sayos cinco á cinco á todas partes, y él se fué con otroe cinco por una carrera, é aquejóse mucho de andar; tanto que siendo encima de un valle, miró abajo, é viólos cómo iban con su doncella, y el Duque dijo: «Agora á ellos, é no guarezcan." E fueron a) mas ir de los caballos. Galvánes, que asi lo vio, dijo: «Sobrino, parezca vuestra bondad en vos saber defender; que este es el Duque é los de su compaña ellos son cinco, ni por eso no se sienta en nos cobardía." Agrájes, que muy esforzado era, dijo: "Cierto, señor tio, siendo yo con vos, poco daria por cinco de los del Duque.» En esto llegó é díjoles: «En mal punto me deshonrastes, y pésame que no seré vengado en matar tales como vos.i- Galvá; nes dijo: «Agora á ellos.» Entonces se dejaron correr unos á otros, é hiriéronse de las lanzas en los escudos tan duramente, que luego fueron quebradas; mas los dos se tovieron tan bien, que los no pudieron mover de las sillas, y echando mano á sus espadas, se hirieron de grandes golpes, como aquellos que lo bien sabían hacer, é los del Duque acometían bravamente; así que, la batalla de las espadas era entre ellos brava, é cruda. Agrájes fué á herii al Duque oon gran saña, é hirióle la visera del yelmo, é fué el golpe tan recio, que cortándole el yelmo, le cortó las narices fasta las haces, y el Duque, teniéndose por muerto, comenzó de huir cuanto mas pudo, 6 Agrájes en pos del, ó no lo podiendo alcanzar, tornó ó vio cómo su tio, se defendía de los cuatro, é dijo entre si: «¡Ay Dios! guarda á tan buen caballerodestos traidores.» E fuélos herir bravamente, é Galvánes hirió al uno; asi que, la espada le hizo caer de la mano, ó como lo vio embarazado, tomóle por el brocal del escudo, ó tiróle tan recio, que lo derribó en tierra, ó vio qué Agrájes derribara uno de los otros, y dejóse ir Galvánei á los dos que lo herían; mas ellos no atendieron, que huyendo por la floresta, no los pudieron alcanzar; é tornando donde la doncella érale preguntaron si habia hí cerca algún poblado. "S!, dijo ella, que hay una fortaleza de un caballero que se llama Olivas, que por ser enemigo del Duque por un cohermano que le mató, vos acogerá de grado.» Entonces los guió hasta que á ella He garon. El caballero los acogió muy bien, é mucho mejor cuando supo la que les aoaesciera. Pues otro día se armaron ó tomaron su caminoi mas Olivas los sacó aparte é díjoles: «Señores, el Duque me mató un primo cohermano, buen caba Uero & mala verdad, é yo quiero lo reutar ante el rey Lisuarte; demándovos consejo é ayuda como á caballeros que se andan poniendo en las grandes afrentas por mantener lealtad ó hacer que la mantengan los que sin temor de Dios ni de sus verglienzas la quebrantan.—Caballero, dijo Galvánes obligado sois á la demanda desa muerte que decís, si feamente se hizo, é nosotros á vos ayudar si menester fuere, teniendo vos á ello justa causa; é asi lo haremos si el Duque en la batalla algunos caballeros querrá meter, porque comovos lo desamamos, é somos sus desafiados.—Mucho vos lo agradezco, dijo él, é querriame ir con vos.—En el nombre de Dios," dijeron ellos. Entonces se armó é metióse con ellos en el camino de Vindilisora, donde el rey Lisuarte cuidaban hallar. EL NUEVO RÉGIMEN EXTRANJERO Alemania.—Han ocurrido en Berlín graves divergencias entre varios jefes militares de Prusia y de Baviera, derivadas de una cuestión relativa k la reforma del Código militar. Los primeros tratan de mantener la unificación , y loa segundos la r e chazan, queriendo que la reforma se haga en sentido federalista. Baviera pretende que su ejército sea autónomo, y resume su pensamiento en esta frase: uAliadoa, si; jamás vasallos.n Hasta hoy el Código militar prusiano se aplica á todos los soldados del Imperio; y si Baviera no tiene derecho á, conseguir una legislación propia, su ejército seguirá dependiendo del Gobierno de Berlín, á lo cual se oponen resuelta y enérgicamente los jefes y oñoiales bávaros. Habiendo tenido noticia de esta actitud sus compañeros de Wurtemberg y de Stijonia, han acordado ayudarles, oponiéndose también á las pretensiones absorbentes de los prusianos. Este conñicto puede ser causa de serios trastornos en el Imperio, y es una confirmación de la ley histórica que hace conservar á Alemania su carácter de nación eminentemente federal y refractaria á la centralización y á la uniformidad aosoluta en las leyes y en las costumbres. Austria.—Ha resultado elegido presidente del Parlamento el Sr. Tuohs, que pertenece á la agrupación clerical. Los nacionales alemanes desde la reapertura de la Cámara han iniciado loa tumultos que caracterizaron á la legislatura última, y créese que habrá en las sesiones sucesivas escenas borrascosas. El Gobierno austríaco ha anunciado á las cancillerías de las demás potencias que retirará de Creta sus tropas en el plazo de un mea. E s t a d o s Unidos.—Aunque no se conoce oficial mente el dictamen emitido por la Comisión americana acerca de la voladura del Maine, existe de él una referencia oficiosa que permite asegurar las conclusiones que contiene. Recoge las manifestaciones del capitán del barco, de los oficiales y de los marineros supervivientes , todos los cuales se hallan contestes en suponer que la explosión no pudo ocurrir dentro del buque, y salvan su responsabilidad achacando á causas desconocidas el origen de la catástrofe. La Comisión, en vista de estos antecedentes y de los reconocimientos hechos, sienta diferentes hipótesis, y manifiesta su parecer de que haya sido un agente exterior la cansa de la voladura. El presidente de la Repiiblica estudiará este informe, y en los primeros días de la semana próxima lo enviará al Congreso federal, para que éste lo diaoata y proponga la resolaoióu que proceda. Mientras tanto continúa haciéndose grandes aprestos militares y navales, y el Gobierno se pro pone pedir un crédito de 40 millonea de dollars para la construcción de tres acorazados y varios cruceros y destroyers. El Ministerio de la Guerra ha encargado que con toda activivad se lleven á cabo los trabajos de fortificación para la defensa de las costas. No obstante estos preparativos belicosos y los augurios de próxima guerra, atribuyeseáMacKinley el decidido propósito de no llegar al rompimiento de las hostilidades aunque el Congreso ejerza presión sobre él en tal sentido, y de e n tablar negociaciones por la vía diplomátiaa con el Gobierno español antes de dirigirle ninguna otra pretensión respecto á la independencia de Cuba. El ministro de España en Washington, Sr. Polo de Bernabé, ha presentado al secretario de Relaciones extranjeras, Mr. Sherman, lá Comisión nombrada por el Gobierno colonial cubano para el arreglo del tratado comercial. Los delegados españoles fueron muy bien recibidos, y en breve comenzarán sas trabajos, de acuerdo con los representantes norteamericanos. El Consejo ejecutivo de la Cámara de comercio de Massachuaelts ha acordado declarar que ni los periódicos de los Estados Unidos ni los de España expresan las aspiraciones del país y de la inmensa mayoría de varones y hembras de ambas naciones, contraria en absoluto á la guerra. Si se demuestra que España tuvo participación en la voladura del Maine, dicen los comerciantes aludidos, estará ciertamente dispuesta á reparar los daños ocasionados. F r a n c i a . — L a s elecciones legislativas se han fijado para ol día 8 del próximo mes de Mayo. Ha llegado al puerto de Marsella uno de los cargamentos máa importantes que se hayan recibido hasta ahora; trátase del vapor Alrjoa, que ha traído 12.500 toneladas de trigo embarcadas en San Francisco de California, doble cantidad de las que generalmente suele conducir un barco. Las toneladas que desembarcará el Algoa representan carga bastante para 1.250 vagones, ó aea, para 30 trenes de mercancías. Loa acaparadores franceses están de enhorabuena. El Ministro de Marina ha formado un preaupnesto extraordinario de 200 millones de francos, para aumentar el número de buques de guerra existentes en la actualidad. En Argel se han reproducido los desórdenes antisemitas. El pretexto del último motín ha aido la detención de Mr. Regio, director del periódico El Aníijudío, acusado de ser el promovedor de los alborotos de Enero último. Los amotinados reco- j rrieron las calles dando mueras á los judíos y rom- piendo á pedradas los cristales de los comercios israelitas. Grecia.— Han .sido cerrados en Atenas tres círculos políticos. Ante el temor de que la familia real aea objeto de nuevos ateutadoa, ae ejerce gran vigilancia en los paseos públicos frecuentados por el rey y sus hijos. Empieza á preocupar la situación de los refugiados cretenses en el PirdO. La mayor parte de loa 17.000 individuos que componen aquella emigración, no tiene m i s medica de vida que loa pocos enviados hasta la fecha por el Gobierno helénico. Faltos de alimentación suficiente, y hacinados como se encuentran en habitaciones pequeñas é insalubres, la mortalidad hace en ellos sensibles estragos, y se teme que se desarrolle una epidemia contagiosa. Inglaterra.—El ilustre político Gladstone e n cuéntrase gravemente enfermo, inspirando su estado viva inquietud á loa médicos que le asisten. Por efecto de la niebla ha ocurrido un choque cerca de Londres, entre dos trenes, resultando 13 viajeros muertos y 36 heridos. Italia.—La comisión parlamentaria encargada de estudiar la complicidad del antiguo Presidente del Consejo de Ministros, Sr. Francesco Crispí, en el asunto del Banco de Ñapóles, presentó días pasados su dictamen á la Cámara. Afirmábase en él que por no existir ley alguna sobre responsabilidad de loa Ministros, no hay medio de procesar al exjefe del Gabinete, contra quien se proponía un voto de^censura. Aprobado este dictamen por la Cámara, el Sr. Crispí dimitió inmediatamente su cargo de diputado, ofreciendo no volver á desempeñarlo. Este heohe ha causado penosa impresión en Italia por referirse á un hombre de talento que en repetidas ocasiones ha prestado grandes servicios á su país. La-casa Orlando y Compañía, de Liorna, ha vendido al Gobierno español en 30 millones de liras el acorazado Várese. Este barco, recientemente construido, desaloja 7.000 toneladas y sus máquinas desarrollan 13.000 caballos de fuerza y una velocidad de 20 nudos. Monta 22 cañones y lleva dos tubos lanzatorpedos. En varias localidades de Sicilia se han producido desórdenes ocasionados por la falta de pan y de trabajo. La miseria es cada día mayor en los pueblos rurales de aquella'isla. Turquía.—El Gobierno raso ha concedido una moratoria al sultán para el pago de la indemnización que le debe en virtud de reclamaciones h e chas por subditos moscovitas, consintiendo en re • cibir cantidades á cuenta de las que se obtengan por los ingresos ordinarios del imperio turco. les son finos y de un solo color, y á 40 céntimos siendo máa ordinarios y multicolores, de suerte que el gasto total para alimentar el comercio de ccrnfeíti se estima en 150.000 francos. Las serpentinas, de empleo más moderno, han exigido el uso de 200.000 kilogramos de papel, que representan una cantidad aproximadamente igual á la anterior. Dejamos al buen juicio de nuestros lectores la estimación de las miserias que el reparto de dichas cantidades á loa pobres hubiera podido aliviar de manera más útil y beneficiosa. Heine es indudablemente el posta que ha conseguido mayor boga entre los compositores; según los datos publicados por la prensa extranjera. Sus poesías se han puesto máa de tres mil veces en música por los maestros, entre los cuales figura Mendelsaohn, Schubert, Sohumann y Rubinatein. Su balada "Te asemejas á una flor,» se canta de ciento setenta maneras distintas; otras dos más pueden ejecutarse con distinto ritmo en noventa y tres pianos á la vez, y por último, su canción I.orely ha inspirado á 37 músicos. Es seguro que pocos poetas habrán alcanzado un éxito semejante. Se anuncia para el día 10 de Junio del presente año la salida del capitán Suberdrup hacia el polo Norte, viaje que efectuará á bordo del vapor Tram, y cuya duración será de tres años. En esta expedición figuran varios artistas y hombres de ciencia de Suecia y Noruega que. Henos de entusiasmo, se disponen á acompañar al capitán Suberdrup, segundo de Nansen en el viaje polar realizado hace poco tiempo. ^ m BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO Diccionario de i d e a s afines y elementos de tecnología, compueato por una sociedad de literatos bajo la dirección de D. Eduardo Benot (de la Academia Española). Se publica este interesantísimo diccionario por cuadernos de 24 páginas en 4.", á dos columnaa y con abundante texto. Precio del cuaderno: dos reales. Puntos Je suscripción: en las principales librerías y en casa del editor.—Don Martín, 13, Madrid. T r a t a d o popular de l a t i s i s , por D. Pablo Lozano Ponce de León, Médico-Director d é l a Sociedad protectora de los niños.—La tisis no es contagiosa.—La tisis no se hereda.—Cómo se evita la tíaia.—Cómo ae conoce la tisis.—Cómo se cura la tisis en la higiene.—Precio, 3 pesetas. Prolegómenos d e anatomía, por D. José de Letamendi, ordenados por D. Guillermo Serra y Benasar, precedidos de un bosquejo biográfico y el retrato del insigne maestro.—Precio, 2 posesas. L a s l u c h a s d e n u e s t r o s d i a s , primtros y segundo» diálogos, por F . P i y Margall.—Precio 4 pesetas. (Para los susoritores de E L NUKVO RÉGIMEN osroTioi-A-s El alza rapidísima de los cambios preocupa los ánimos. Deseoso de que se los normalice, ha dirigido D. Juan Girbau á todas las Cámaras de Comercio de España una circular, en que las invita á estudiar los medios de conseguirlo. Según dice, se propone exponerles los que él cree seguros para tan deseado fin. Mucho celebraríamos que las Cámaras de Comercio los examinasen, y si no loa considerasen de eficacia ó susceptibles du aplicación, buscasen otros más oportunos y conducentes. El mal es grande; el remedio urge. En la costa Oriental de África existe una población llamada Be^ra, construida de zinc. Con este metal se han edificado las casas particulares y sua dependencias, las fondas y los edificios públicos. Las explotaciones auríferas llevaron á aquella comarca recientemente centenares de emigrantes; y la necesidad de procurarse alojamientoa eoonómicoa en breve plazo les hizo conatruir la ciudad en seis meses. Para ello encargaron á Francia, Inglaterra y Alemania millares de toneladas de palastro galvanizado, y con él cubrieron las superficies delineada.s por armazones de madera. La baratura y prontitud obtenidas con este sistema de construcción, quedan contrarrestados por la insufrible molestia de vivir dentro de semejantes habitaciones b.ajo un clima tan cálido. Los buscadores de oro soportan, sin embargo, toda clase de penalidades ante la idea de que su estancia en la comarca m i nera no es definitiva, y la abandona tan pronto como logran su propósito de hacer fortuna. La Dirección general de Correos y Telégrafos de Rumania, con ocasión dé inaugurarse el nuevo palacio para sus oficinas, ha acordado la tirada y el uso de un timbre especial donde se reproduce el edificio. Espérase alcanzar gran beneficio pecuniario de la circulación cormemorativa de este timbre, que ya ha originado numerosos pedidos de todos los países, noticia que damos á los colecoionisitas del nuestro. El empleo délos confettis en París durante el pasado Carnaval ha adquirido proporciones extraordinarias. El peso de esos diminutos recortes circulares de papel, se ha elevado, según las evaluaciones más moderadas, á la enorme cantidad de 280.000 kilogramos, habiendo vendido un solo establecimiento 100.000. Para apreciar la suma de dinero gastada en esta tonta diversión, bastará saber que los fabricantes loa ceden en Paría á los vendedores ambulantes á precios que fluctúan e n tre GO y 80 céntimos el kilogramo cnaudo Iss pape- 3 pesetas.) L a s N a c i o n a l i d a d e s , por F . Pí y Margalx.— Precio 2 pesetas. A r q u i t e c t u r a d e l a s lengu&s, por D. Eduardo Benot.—Precio 30 pesetas. P o b r e s y ricos, por F . Pí y Arsuaga.—Precio ana peseta. H i s t o r i a de E s p a ñ a , por D. Anselmo Arenas Dos tomos 16 pesetas. (Para los susoritores de E L NUEVO RÉÜIMEN, 7,50 pesetas.) L a Milicia, tipos militares, por D. Nicolás Estévanez.—Precio 1,25 pesetas. Diccionario Militar, por D. Nicolás Estévanez. Precio o pesetas. El P a r i a , poema social-satírico, por D. Dio Amando Valdivieso y Prieto.—Precio 2 pesetas. (Para los susoritores de E L NUEVO R É G I M E N , 1,50 pesetas.) H i s t o r i a g e n e r a l de A m é r i c a , desde sus tiempos más remotos hasta la época del descubrimiento, por D. Francisco Pí y Margail.—Un tomo de 1.931 páginas en folio. Su precio 85 pesetas. L a Crisis Religiosa, por D. Antonio Zozaya.— Precio 3 pesetas. Biblioteca de a u t o r e s españoles d e R i v a d e • neyra.—Esta Biblioteca consta de 71 tomos de 600 á 700 páginas en 4.°, que se vende en rústica en Madrid al precio de 10 pesetas cada uno, lo mismo tomando la colección completa que uno ó varios tomos.—Tomo 1." Obras de Cervantes.—Tomo 2." Obras de D. Nicolás y D. Leandro Fernández de Moratin.—Tomo 3." Novelistas anteriores á Cers yantes.—Tomo 4." Elegías de varones ilustres de Indias, por Juan de Castellanos.—Tomo 5.° Comedias escogidas de Tirso de Molina.—Tomos 6.°, 8.° y 11." Obras completas de Fray Luía de Granada.— Tomoa 7.", 9.°, 12." y 14.° Teatro completo de Calderón de la Barca.—Tomos 10." y 16.° Romancero general, de D. Agustín Duran.—Tomos 13." y 62." Epistolario español.—Tomo 15." Obras escogidas del P . Isla.—Tomos 17." y 29." Poemas épicos.— Tomos 18." y 33." Novelistas posteriores á Cervantes.—Tomo 19." Obras completas de D. Manuel José Quintana.—Tomo 20." Comedias de Alarcón. Tomos 21." y 28." Historiadores de sucesos partioulares.-Tomos 22." y 26." Historiadores primitivos de Indias.—Tomos 23.°, 48.» y 69." Obras de D. Francisco de Quevedo Villegas.—Tomos 24." 34 ", 41." y 52." Comedias escogidas de Prey Lope Félix de Vega Carpió.—T omo 25.° Obras de Don Diego Saavedra Fajardo y del Licenciado Pedro Fernández de Navarrete.—Tomos 27." y 37." Escritores del siglo XVI.—Tomos 30." y 31.» Obras del P . J u a n de Mariana.—Tomos 32." y 42." Poetas líricos de los siglos' XVI y XVII.—Tomo 35." R o mancero y cancionero sagrados.—Tomo 36.» Curiosidades bibliográficas.—Tomo 3á." Obras no dra- máticas de Frey Lope Félix de Vega Carpió.— Tomo 39.» Comedias escogidas de D. Agustín Morete y Cabana.—Tomo 40.° Libros de caballerías.— Tomos 43." y 45.» Dramáticos contemporáneos de Lope de Vega.—Tomo 44." La gran conquista de Ultramar.—Tomos 46.» y 50." Obras publicadas é Inéditas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos.— Tomos 47.» y 49.° Dramáticos posteriores á Lope de Vega.—Tomo 51." Escritores en prosa anteriores al siglo XV.—Tomos 53." y 55." Escritos de Santa Teresa de Jesús.—Tomo 54." Comedias escogidas de D. Francisco de Rojas Zorrilla.—Tomo 56." Obras escogidas del P. Fray Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro.—Tomo 57.» Poetas castellanos anteriores al siglo XV.—Tomo 58.° Autos sacramentales.—Tomo 69.» Obras originales del conde de Floridablanca, y escritos referentes á su persona.—Tomo 60." Obras escogidas del P Rivadeneyra.—Tomoa 61.°, 63." y 67." Poetas líricos del s i glo XVIII.—Tomo 64." Historia del levantamiento, guerra y revolución de España.—Tomo 65.° Obras escogidas de filósofos.—Tomos 66.°, 68." y 70." Crónicas de los Reyes de Castilla.—Tomo 71.° índices generales de la Biblioteca. Biblioteca u n i v e r s a l , fundada en 1872, á 50 céntimos de peseta el tomo en toda España.— Tomo 1." Romancero del Cid.—Tomoa 2." y 3.» La Celeatina.—Tomo 4." Pí y Margall.—La Edad Media.—Tomo 5.» Fray Luis de León y San Juan de la Cruz.—Tomo 6.» Poesías alemanas.—Tomo 7." Proudhon.—Tomos 8." y 1.» Romancero morisco.— Tomo 9." Cervantes.-Novelas.—Tomo 11." Herculano.—Tomoa 12.» y 19.» Espronceda.—Poesías.Tomo 13.»—Goethe —Werther.—Tomos 14.» y 15.» BALANCE DEL BANCO DE ESPAÑA SITUACIÓN DEL MISMO ACTIYO 18 Marzo 98 12 Marzo 98 Pesetas. Pesetas, Oro Plata Corresponsales en el e x t r a n jero Electos á c o b r a r en el e x tranjero Dscueutos Prcídt:tmoá Electos a c o b r a r en el d í a . . Acciones de la Compañía A r r e n d a t a r i a de taliacos.. Otros valores de c a r t e r a Deuda a m o r t i z a b l e al 4 p o r loo Deuda a m o r t i z a b l e al 4 p o r lou, ley de 14 de Julio de 1891 Obligaciones del T e s o r o , e m i s i ó n ao de J u n i o 1896.. P a g a r é s negociables del Tesoro, ley 20 de J u n i o 1894. Bronce por c u e n t a de la Hacienda pública Cuenta c o r r i e n t e de efectivo del Tesoro público Tesoro público p o r pago de i n t e r e s e s de la Deuda perpetua. . , Tesoro p ú b l i c o , p a ^ o d e Í n teres y amortización de obligaciones a d u a n a s . . . . Operaciones en el e x t r a n j e r o p o r c u e n t a del Tesoro público Anticipo al Tesoro público, ley de 14 de Julio de 1891.. Bienes i n m u e b l e s Diversas c u e n t a s Total. Cts. cts. 239.883.610.28 S'il.803.028,37 2.'!9.1-I3.Ó16.2S 271.500 613,60 29.199.799,7.1 27.280.141,58 Ta6¡> MQ.ül 584.132.291,89 139 021.^22,01 1.D0J.OÜ8,1« 0-1-10.440,13 581..->2».409,07 137,522.577,58 1.408.027,42 12.270 000 6.105.852,03 12.270,000 5.859.900,27 382.710 810 382.710,810 3.812.492,80 3.812.492,80 140.708.500 1-10.708.500 44.520.393,18 43.,365.690,84 4.512.883,71 4.389.850,70 19.978.794,19 20.480.689,20 7.586.509,97 7.387.596,18 1.159.102,63 1.145.187,63 653.176,65 461.300,25 150.000.000 14.801 303,27 63.352.531,97 150.000.000 14.798.8.50,93 69,287.409,62 2.124.008.144,39 2.124.543.810,08 PASIVO Capital del Banco. Fondo de reserva., 150.000.000 15.000.000 150.000.000 15.000.000 Ganaucias y pérdidas. Realizadas 7,091 001 No realizadas 4.813 595,64 Billetes en c i r c u l a c i ó n . .... 1.255.157.000 Cuentas c o r r i e n t e s 493.127.011,29 Depósitos en e f e c t i v o . . . . . 25.811.0U.98 D i v i d e n d o s , intereses y otras obligacionesá pagar 36.323.137,01 Reservas de c o n t r i b u c i o n e s . 49.292.196,08 Reser vas de Ad uanas 4.018.767,35 Créditos concedidos sobre efectos públicos 83.374.393,41 Total. 6.507.219,55 5.515.060,85 .2.59.639 650 498 2:15,742,56 •¿5.032.485,25 38.234.255.45 38,151.930,08 4.013,439,75 83,613.420,57 . 2.124.668.144,39 2.124.543,810,1 <0 (7) ¿^ l.O o o o f^ o O C ÍOO Otftti^OOQQOQOOO OQ -^ .^ -O co lo O 'y O ,n SSg8l2i28gSfS?S OiOOOifliOOOO CO CO o t.T lO o* o -íH C» .00 .H - ^^'i i ai * • • Oí Qotojí; . o lira ;as^o. —— ~ ^•ié : •« . :o g _. oc . . . i : .13 O 3 _ O-^-HQO ^-"' . . .,2 • oS'O — M W f-i • r i ™rf', . 0 - - <«*u « s 01=« a . . o g. -. 5—^ . i -5C0 0) d o Q.'— *:« "^ ,w 5 n . "11 . 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