no siempre don dinero es poderoso caballero

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POR MIGUEL ÁNGEL FERRER
ECONOMÍA Y POLÍTICA
ferrermentor@hotmail.com
NO SIEMPRE DON DINERO
ES PODEROSO CABALLERO
L
a extensa e intensa
campaña mediática occidental contra Cuba,
desatada por el fallecimiento,
tras una huelga de hambre, del
ciudadano Orlando Zapata no
busca, desde luego, influir en la
sociedad cubana. Ésta conoce de
primera mano, como cualquiera
otra, su propia realidad, y dispone,
también, como cualquiera otra, de amplísimos medios de comunicación para
presentar la verdad de los hechos.
De este modo, el pueblo cubano sabe bien
que los llamados “presos de conciencia” por la gran
prensa de Occidente son opositores de paga, disidentes de
alquiler. Y no sólo eso: sabe que se trata de personas que no ocultan la
recepción de dinero y financiamiento por cuenta de diversas instituciones del gobierno estadounidense y de distintas oenegés financiadas con
dinero de EU, de España y de otros países occidentales.
Pero más todavía: sabe que esos opositores de alquiler no encuentran
censurable la recepción de dinero de diversos países extranjeros para
financiar sus actividades antigubernamentales, y creen y dicen, por lo
contrario, que su conducta mercantil es sana, positiva, edificante y digna
de encomio y aplauso.
Descartado el objetivo de influir con mentiras, medias verdades y
puestas en escena (como en el caso de la bloguera Yoani Sánchez) en la
sociedad cubana, qué pretende entonces esa profusa campaña mediática. Busca influir en las sociedades expuestas, sin contrapartida argumental, a las visiones de gobiernos y poderosos medios de comunicación
para los cuales una Cuba socialista no tiene derecho a existir.
¿Y qué se busca con esas visiones tan falsas como condenatorias de
la vida en Cuba? La respuesta es obvia y con amplísimos antecedentes históricos. Se trata de crear en esas sociedades un ambiente hostil,
condenatorio, satanizado del sistema isleño. Un ambiente tal que pueda convertirse en un momento determinado en justificación y aval de
nuevas agresiones contra la
isla, incluida, desde luego,
una intervención armada en
gran escala en suelo cubano. Guerra directa y caliente
para el derrocamiento del
gobierno socialista y su reemplazo por un gobierno al servicio del libre mercado y dócil a los
mandatos de Washington.
Esta última fase de la cincuentenaria campaña de descrédito contra
Cuba parece, sin embargo, ir tocando a su
fin. Luego de varias semanas de agudos y calumniosos ataques, no se observan signos de éxito.
Los infundios no han logrado crear un ambiente hostil
internacional en gran escala.
Y esto no sólo por el obvio origen imperialista de los infundados
ataques. Igualmente ha fracasado por la decidida y esclarecedora respuesta internacional del gobierno cubano y de medios de comunicación
y periodistas que investigan los hechos y no se tragan las artificiosas versiones sobre Cuba ideadas y producidas en Washington, Miami y Madrid.
Bien documentado, tanto en la prensa cubana como en la internacional, el carácter mercenario de los supuestos disidentes presos (o en
libertad, como el huelguista de hambre Guillermo Fariñas) es muy difícil
que la opinión pública internacional se trague la versión imperialista de
unos luchadores nobles y patriotas. Y menos que se la trague hasta el
punto de prestarse a la justificación de una invasión militar.
“El dinero –decía el emperador Vespasiano– no tiene olor”. Y es cierto,
pero siempre deja huellas. Y basta seguir esas huellas para saber sin lugar
a dudas para quién trabajan y qué pretenden realmente esos supuestos
disidentes presos o en libertad.
Y si bien las huellas del dinero de Madrid, Washington y Praga, entre
otros, están bien documentadas y son irrebatibles, ya se ve que esta vez,
y contra Cuba, don Dinero no ha sido, como decía Quevedo, tan poderoso caballero.
www.miguelangelferrer-mentor.com.mx
2
mayo
2010
libertas.com.mx
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